Sunteți pe pagina 1din 124

Conjunto No.

144 julio-septiembre de 2007

Revista de teatro latinoamericano


Casa de las Américas, La Habana, Cuba

La Casa de las Américas, consecuente con su 2 Siempre la crítica


propósito de estimular las expresiones culturales de
3 Bruno Bert
la América Latina, especialmente aquellas que no
De la crítica
encuentran cauce bastante para su difusión, creó la
revista Conjunto dedicada al teatro latinoamericano. 8 Patrice Pavis
Por eso en las páginas de esta revista se recogen La crítica teatral ante la puesta en escena
críticas, estudios teóricos e informaciones acerca 14 Olga Cosentino/ Lúcido, de Rafael Spregelburd
del movimiento teatral latinoamericano, así como 16 Victoria Eandi/ Lucientes: una nueva mirada sobre Brecht
textos completos de obras. Creemos cumplir un 19 Silvana García/ Brasil cabe en un río: BR3, del Teatro da Vertigem
doble objetivo: ofrecer un campo para difundir
23 Sebastião Milaré/ Plancha caliente, el caos urbano a brocha gorda
lo que hacemos en teatro y romper la incomunicación
entre nuestros teatristas. 27 María de la Luz Hurtado/ Neva, en el pliegue de la otredad
30 Genoveva Mora/ La consagración de la primavera
Fundador: Manuel Galich 32 Hilda Saray Gómez G./ México es una invención dramática:
Nezahualcóyotl, ecuación escénica de historia y tiempos
Directora: Vivian Martínez Tabares 35 Lowell Fiet/ La Biblioteca: ¿de Borges o Casa Cruz de la Luna?
Redactor: Jaime Gómez Triana
37 Roger Mirza/ Una generación emergente de dramaturgos-directores
Diseñador: Nelson Ponce
Coordinador de Producción: Antonio Verdera en el teatro uruguayo contemporáneo
44 Carlos Dimeo/ El laberinto de la soledad
Departamento de Teatro o ese oscuro objeto del deseo femenino
Casa de las Américas 47 Carlos Herrera/ De especies ¡¿una metáfora performática?!
3ra. y G, El Vedado
49 Chiqui Vicioso/ Cada quien tiene su Frida
La Habana, CP 10400, Cuba
Teléfonos: (537) 836 5849, 50 Osvaldo Cano/ Teatro de la Luna: entre la razón y el delirio
838-2706 al 09 ext. 126 y 109
Fax: (537) 834-4554 54 Karina Pino
conjunto@casa.cult.cu Laura de la Uz: El delirio no se elige, toca y ya
teatro@casa.cult.cu 64 Rocío Rodríguez
www.casadelasamericas.org Sin máscaras con Rodrigo Malbrán
http://laventana.casa.cult.cu
71 Ramón Griffero
Inscrita como impreso periódico en la Fin del eclipse
Dirección Nacional de Correos, Telégrafos y Prensa.
Permiso no. 81224/173. ISSN 0010-5937.
87 Roxana Ávila y David Korish
Cada trabajo expresa la opinión de su autor.
No se devuelven originales no solicitados. Surgir de las cenizas

© Casa de las Américas, 2007 94 Vivian Martínez Tabares


Convivio y reconocimiento en la II Muestra Latinoamericana de São Paulo
100 Jaime Gómez Triana
Noticias de La Chira. Naturaleza viva con miedo
102 Nieves Mateo
Magdalena Piezas Conectadas en Barcelona
Miembro fundadora del Espacio Editorial
de la Comunidad Iberoamericana de Teatro 106 ÚLTIMAS PUBLICACIONES RECIBIDAS
110 ENTREACTOS
120 COLABORADORES
Portada: Plancha caliente, Cemitério de Automóveis
Reverso de portada: Don Juan o el lugar del beso, de Marianella Morena
Contraportada: Delirio habanero, Teatro de la Luna. Foto: Guido Gali
Reverso de Contraportada: Nezahualcóyotl, ecuación escénica de historia y tiempos,
Máquina de Teatro
SIEMPRE
la crítica
la crítica, esa instancia reflexiva que lee el sentido de cada

A experiencia teatral, tiende puentes comunicativos entre


artistas y espectadores y fija su impronta para la memoria
histórica de la escena, dedicamos gran parte de esta entrega. Acto
de creación que conjuga ciencia y fabulación, riesgo y placer por el
descubrimiento, mediadora entre el discurso del escenario y la
recepción del público, vilipendiada y citada como referente de
valor, testimonio subjetivo pero invaluable de un estado de la esce-
na, y siempre polémica, la crítica y su vocación exegética es sus-
tento esencial de una revista de teatro.
Doce críticos de nueve países -Argentina, Brasil, Chile, Cuba,
Ecuador, México, Puerto Rico, Uruguay y Venezuela--, respondieron
a nuestra invitación para compartir con los lectores de Conjunto sus
visiones de nuevas puestas en escena del teatro latinoamericano y
caribeño, y en algunos casos hasta para superar los límites de lo
previsto con panoramas de mayor amplitud, a lo que se suman dos
reseñas en las cuales los autores, no en todos los casos críticos pro-
fesionales -desde el punto de vista de un ejercicio regular--, inclui-
da una dramaturga y poeta dominicana, como espectadores visi-
tantes o visitados, enfrentan montajes creados en otros contextos
culturales. Amplios reportes valorativos de dos eventos internacio-
nales celebrados en Brasil y España complementan el ejercicio del
criterio -como definiera a la crítica Martí--, desde la dinámica con-
frontación que supone este tipo de encuentros. Y además, aparece
un testimonio "autocrítico" de un proceso de creación a partir de
Beckett en Costa Rica.
Así, a la vez que brindamos un panorama actualizado de algunos
de los más importantes estrenos de este momento -a juicio de sus
analistas--, en distintas latitudes de la América Latina y el Caribe,
ponemos a dialogar un amplio muestrario de voces y discursos crí-
ticos, métodos de análisis y perspectivas, congruentes con los pro-
cesos de creación de sus respectivas escenas.
Aproximaciones teóricas de Bruno Bert y de Patrice Pavis sirven
de pórtico a este bloque y focalizan algunos de los principales desa-
fíos a vencer por la crítica teatral hacia el futuro.
preocupadas por las premiaciones anuales, las
fotos con los elegidos, el libre acceso a los espec-
táculos y su cuota de vanidad personal que por el
desarrollo de las necesidades de las nuevas gene-
raciones de profesionales: su capacitación, su

Bruno Bert
intervinculación, su relación dinámica con la rea-
lidad de su propio país en la relación centro-peri-
feria, y el rigor ético de la profesión que implica
asimismo la lucha por el funcionamiento efectivo
de los espacios de capacitación y que estos
unque las realidades en las que trabaja la

A
–generalmente en manos privadas– sean real-
crítica teatral son diversas y diversas así mente cátedras formativas y de actualización y
mismo son las respuestas en cada espacio, no solamente negocios más o menos producti-
podemos decir que pocas veces en la historia del vos.
último siglo o siglo y medio esta profesión se ha A esto se agrega la posición de los propios artis-
visto tan desacreditada, de manera tan extendida tas, que con una asombrosa superficialidad
y recurrente. Resulta paradójico, porque en reali- denostan a la crítica en su conjunto en lugar de
dad las reglas del juego entre creadores, público atacar las debilidades reales de personas o
y críticos parecen seguir siendo las mismas, tal medios concretos que las ejercen, en un irres-
vez con la variable sustancial de la disminución ponsable intento de librarse de cualquier presión
notoria de los espacios especializados, que van en relación a los resultados conseguidos. Es un
siendo sustituidos por reseñas inocuas de tintes lugar común considerar que el crítico no ha ala-
más bien propagandísticos. bado lo que hicimos porque es un ignorante que
Habría que preguntarse el porqué de esta acti- no ve nuestras obvias virtudes, o al contrario, lo

De la crítica
tud que tiene pocas excepcio-
nes, y creo que la respuesta,
aunque compleja, reconoce 2
como primer elemento un cier-
to menosprecio en nuestro 3
espacio social al análisis crítico
serio no sólo en lo que a teatro
hace, sino al substrato político y técnico que le da nuestro es tan evidentemente extraordinario que
vida. Tiende a prevalecer una actitud de crítica hasta los críticos, esos minusválidos intelectua-
verborreica pero insustancial, y un abandono de les, han tenido que concordar en ello. Es decir
los patrones más rigurosos para el análisis de los que, en definitiva, se arrincona a la crítica a un
fenómenos del entorno, en este caso de las obras subproducto de la publicidad y sólo se la tolera a
escénicas que la estructura social va producien- cambio de volverla inocua y favorecedora de la
do. venta del producto teatral.
Tal vez lo más curioso es que en líneas genera- Incluso, el área de investigación subestima a
les esta desvalorización cuenta con la anuencia e esa hermana bastarda por superficial, coyuntural
incluso el apoyo de muchos de los propios críti- y provista de un lenguaje simplificatorio destina-
cos, incapaces de acciones efectivas dentro del do a los grandes públicos que desconocen los tér-
núcleo de sus organizaciones, oportunistas con el minos técnicos de herramientas como la semio-
poder, superficiales y transformadas en peque- logía, por dar un ejemplo.
ños cotos de influencia en la extensa fragmenta- Así andando ¿qué podemos esperar de ella en
ción de cualquiera de las unidades culturales en estos momentos?
las que se hallan insertas. Se las ve mucho más
LA CRÍTICA Y LA OBRA
Comencemos desde el principio y recordemos
que la función esencial de la crítica es la decons-
trucción del producto analizado y su remontaje,
con el plus de agregado de juicios de valor apli-
cados al producto a partir de su análisis. Esto no
sólo en relación con el propio producto, sino en
vinculación al corpus de obra de ese o esos hace- tundencia final de la obra, siempre en el indis-
dores y naturalmente dentro del contexto social pensable marco de referencia. Y el otro es usar el
en que ve la luz. espectáculo como un resonador que nos sugiera
No creo que nadie se oponga a esto, sin embar- a partir de nuestra propia posición
go estoy seguro que muchos habrán de recordar- ideológico/estética (que imprescindiblemente
me que para hacer un trabajo de este tipo con un debe ser visualizada por el lector), como una
mínimo de seriedad se necesita un espacio que transposición libre del original. No es precisa-
en el noventicinco por ciento de los casos el mente un análisis pero puede darnos resultados
periodista no dispone ni remotamente. Y es cier- bastante similares en relación tanto con los hace-
to. Claro, entonces puedo pasar a una reseña, dores como con el público.
una breve nota informativa u otros recursos por Es fundamental que la presencia de quien
el estilo, pero aquí estamos hablando de la críti- escribe sea visible para el lector. No como una
innecesaria exhibición perso-
nalista y anecdotaria, sino
como el basamento sobre el
cual se construye la estructu-
ra teórica. Todo juicio de
valor está sustentado por una
posición ideológica determi-
nada. Si quitamos de la visión
del lector este fundamento
desde el cual se deciden los
juicios, lo que estamos inten-
tando es dar una validez
absoluta a lo que decimos,
transformar la relatividad de
nuestras apreciaciones en
verdades inapelables, al cobi-
jo del prestigio casi incons-
ciente que tiene histórica-
mente para nosotros todo jui-
cio escrito.
Una traición similar es la
descontextualización, es de-
cir, juzgar un producto colga-
do en el limbo. Decíamos
arriba que son al menos dos
las coordenadas imprescindi-
bles: aquella que ubica geo-
gráficamente la obra en el
corpus de su autor (en plural
en el caso teatral, donde con-
vergen muchas voces tejien-
do el producto final), y la que
a su vez encuadra a este en el
ca ¿qué hacer frente a ese panorama? Creo que panorama plural de su tiempo y espacio social e
dos son los caminos, ya que el tercero es luchar histórico. Es evidente que una obra de teatro es
en todo momento por encontrar el lugar idóneo una suma de labores que artificiosamente dividi-
para nuestro trabajo, que nos otorgue las garan- mos y separamos a la hora del análisis para luego
tías de espacio, respeto y pago imprescindibles. reintegrar en la unidad superior que es el espec-
Y estos dos caminos pasan, el primero en la táculo mismo en su funcionamiento escénico.
capacidad de síntesis, descartando todos los fac- Ese texto, ¿qué papel juega relacionado con los
tores que no sean los esenciales y concentrándo- otros escritos por ese dramaturgo? Puede que
se en esa línea como condicionadora de la con- sea especialmente interesante, o muy atípico, o
esencial o preparatorio de otros materiales que obra, y es a través de ellos, de las
luego desarrollaría en trabajos posteriores… y nuevas generaciones (en el plano
cada una de esas posibilidades lanza una luz teatral podemos hablar de gene-
diversa sobre el texto de marras que hay necesa- raciones más o menos cada cinco
riamente que tener en cuenta a la hora de juz- años) donde el crítico puede a su
garlo desde la perspectiva del propio autor y de vez aprender. Claro que enten-
la nuestra: él lo juzgará dentro del contexto de su diendo que esto, es decir el cono-
obra y nosotros lo haremos dentro del contexto cimiento, no es la mimetización
del montaje… teniendo en cuenta su validez rela- de actitudes e ideas sino la propia
tiva en la obra global del escritor. Y esto se com- digestión de esos procesos en
bina con una tarea similar para cada una de las otros para tomar posiciones per-
fracciones que componen el trabajo visible y vivo sonales.
desde el escenario. Que no es menor la impor-
tancia del escenógrafo, del iluminador, los acto- LA CRÍTICA Y LOS HACEDORES
res, el vestuarista, la escenofonía… y de ahí en La relación del crítico con los hacedores es
más, enlazadas en un orden de importancia siempre ambigua y generalmente insatisfactoria
según la concepción que especialmente el direc- aunque sea cordial. ¿Por qué? Simplemente por-
tor tenga en el momento del montaje. que el artista suele sentir que quien juzga su pro-
Un punto que resulta especialmente importan- ducto no ha participado, así sea como observa-
te es la actualización de la mirada, en este caso dor activo, en la realización del mismo. ¿Cómo
del crítico, para a su vez lanzar estímulos de alguien puede saber a lo largo de una hora o
cambio de visión por parte del espectador. poco más lo que a nosotros, que lo construimos
La mirada establece un juego básico contradic- y dimos sentido, nos ha llevado meses, no sólo
torio: por un lado sabe perfectamente que el hacer sino también comprender en su verdadera
objeto observado es algo vivo y cambiante, que dimensión? Claro que si un crítico siguiera todo
nunca va a observar dos veces lo mismo y de la el proceso seguramente sólo podría juzgar dos o
misma manera. Pero por otra parte, para poder tres obras al año. Y claro también que difícil- 4
comprender, establecer ciertas reglas y aplicar mente ni el crítico ni el grupo podrían tolerar de
conocimientos anteriores, la mirada tiende a manera medianamente satisfactoria una relación 5
fijar, a congelar, a estratificar, dado que cuando de ese tipo, que más bien corresponde a un dra-
algo está quieto es mucho más fácil captarlo y maturgista o en todo caso a un investigador. Y
comprenderlo. Así, este juego dialéctico obliga al por último, ¿no estaría el crítico contaminado por
crítico a expresar y negarse al mismo tiempo, a las “intenciones” de los hacedores hasta el punto
sacar conclusiones y estar pronto a descartarlas de verlas necesariamente en el producto. Porque
en un lapso muy breve de tiempo. Es decir, esa es la cuestión: la obra que un grupo presenta
correr junto con la corriente viva de los espectá- no necesariamente es la misma que ve el crítico,
culos en una permanente interacción que lleve a y mucho menos la que contempla el público…
la renovación de parámetros y criterios, sin des- aunque los tres estén presentes en el mismo
cartar las bases de los conocimientos y experien- tiempo-espacio de la representación.
cias anteriores. La edad y la rutina tienden a Por un lado está la obra y por el otro el ojo-cere-
jugar malas pasadas invirtiendo el proceso: en un bro-experiencias-gusto de cada uno de los obser-
determinado momento el crítico deja de correr, vadores, de allí que a pesar que el soporte es
se sienta a la orilla del río, enarbola los lentes de idéntico para todos, no lo es ni mucho menos la
su visión de ayer y juzga lo que pasa adelante en lectura que de él hacemos. Y es habitual que en
función del pasado en lugar de lanzarse a la cualquier discusión un poco acalorada se termi-
apuesta del porvenir tras los creadores del ne diciendo: “Pero, ¡¿hemos visto la misma
mismo en el ámbito artístico. No modifica ni sus obra?!”, de lo distinto que la leemos en cada uno
parámetros ni sus herramientas de observación y de sus renglones. Así, entendiendo que el crítico
así, paulatinamente, su mirada se vuelve inváli- es un espectador profesional, con el necesario
da, es decir que se atrofia, frecuentemente sin aval de conocimiento y experiencia, se supone
conciencia de lo que está sucediendo por parte que puede efectuar una lectura que no necesa-
del profesional en cuestión. El qué mirar y cómo riamente coincide con la de los hacedores. Y
hacerlo es un entrenamiento equivalente al que como sólo se enfrenta a ella en lo breve que dura
tienen los creadores al momento de planear su una función, está libre (en lo posible, ya que la
inmaculada objetividad no existe) de los precon- Es fundamental que el crítico mantenga con-
ceptos y buenas intenciones que acompañaron a ciente que cada una de sus notas tienen tres
los hacedores en el largo período de la gestación, tipos de lector: el público, que busca orientación;
donde con frecuencia suele terminar viéndose lo el artista, que básicamente va tras la aprobación
que no se plasmó más que en el deseo. En nues- de su producto y, un tanto tangencialmente en el
tras experiencias con La Escuela del Espectador, análisis del mismo; y finalmente el productor,
solemos asistir primero a una obra y luego, otro que la espera para poder aprovecharla capitali-
día cercano, reunirnos con los hacedores para zando prestigio o espectadores o ambas cosas a
debatir sobre ella. Pero generalmente citamos al la vez. Entonces quiere decir que cuando escribi-
público una hora antes que a los artistas para mos debemos dirigirnos a nuestros tres destina-
que, en relación con los críticos, puedan trans- tarios de manera que cada cual entienda con cla-
formar sus sensaciones en aseveraciones y pre- ridad que mensaje le destinamos aunque no se lo
guntas que luego compartirán con los que traba- nombre en ningún momento.
jaron en algún rol del espectáculo. Con frecuen- En el caso de los productores tradicionales, el
cia, los creadores prefieren estar de incógnita diálogo es casi inútil porque el producto creado
entre el público en esta primer hora (salvo a los puede tener pretensiones artísticas pero por
actores, es difícil que el espectador reconozca al sobre todo es algo que debe ser capaz de recu-
director, escenógrafo, autor, etc.) porque sienten perar lo invertido para poder permitir la repro-
que en el hablar desinhibido de sus espectadores ducción del ciclo productivo de creación. Todas
no solamente aparecen opiniones que tal vez la las estrategias van al mismo punto y la crítica,
amabilidad y la “buena educación” bloquearían fuera de su función propagandística, no es consi-
en la segunda hora, sino sobre todo porque pue- derada de interés: si es capaz de incidir signifi-
den capturar el proceso de lectura y cómo se cativamente en el llenado o vaciado de la sala
compone la impresión estética o ideológica a sirve, de lo contrario es en el mejor de los casos
partir de los estímulos textuales, actorales, de una bonita pluma para el sombrero.
lenguaje escénico, etc. Y confrontarlos de esa En el caso de los funcionarios la situación
manera con la propia visión, cosa que con el crí- admite matices, partiendo de la base que lo que
tico conlleva siempre un cierto prurito que vuel- están haciendo con los dineros públicos es una
ve compleja la relación interpersonal con el aná- inversión cultural y por lo tanto importa la parti-
lisis y los juicios de por medio. Sobre todo si cipación del público, pero no imprescindible-
están fijados en un texto o lanzados al aire sin mente la recuperación económica a través de la
posible participación del artista. venta de los boletos. Esto implica la posibilidad
del análisis del producto en función del momen-
LA CRÍTICA Y LOS PRODUCTORES to, el espacio, el grupo o el público al que se está
Teóricamente la crítica no tiene nada que ver destinando la obra. Asimismo pueden enlazarse
con la propaganda o la publicidad. Sin embargo planes con el apoyo del Estado para la capacita-
es claro que estas la usan –si es favorable, natu- ción de los artistas, para la profesionalización de
ralmente– es sus propias campañas. Y como los críticos y hasta para la generación de nuevos
generalmente las mismas están organizadas por públicos (como en el caso del teatro de calle, por
los productores, estos señores, sean del Estado o ejemplo) y de la maduración de los mismos
de la iniciativa privada también tienen una visión generando elementos convivenciales entre públi-
muy acotada tanto del hecho crítico, como de la co-artistas-críticos como los que propone La
crítica en sí y de los periodistas que la ejercen. Escuela del Espectador, una experiencia que ha
Como en el caso de los hacedores, temen que sido apoyada para su consolidación.
la crítica pueda, tratándose de los funcionarios, La labor de la crítica aquí debe apuntar hacia el
poner en entredicho su labor al frente de un crecimiento de los espacios formativos, el apoyo
determinado departamento, o en el inversor pri- becario a grupos o personas que lo merezcan y la
vado, que esta ejerza sobre el público una labor orientación de corrientes y lenguajes en el entre-
de desestimulación que ponga en peligro la cruce entre las manifestaciones locales y las
inversión realizada. Por lo tanto, las relaciones mundiales para evitar el aislamiento o el malin-
con la crítica son altamente convencionales y chismo y propender a un diálogo de iguales entre
para nada destinadas a una maduración del nuestra cultura teatral y la del mundo.
público y su capacidad de juicio y valoración.
LA CRÍTICA Y SU TIEMPO PERSPECTIVAS
Podemos leer a Saint-Beuve o a Armando de Posiblemente por formación soy optimista, no
María y Campos; el uno francés del siglo XIX y el de los que entran en euforia escuchando sus pro-
otro mexicano, sobre todo de mediados del siglo pias predicciones, pero sí pensando que en el vai-
XX. O a cualquier otro crítico de importancia vén de los tiempos la crítica ha sabido superar
local o internacional y en todos los casos encon- sus debilidades y contradicciones para volver a
traremos el mismo rasgo: la obra está signada ser, una y otra vez, una herramienta indispensa-
por el tiempo y lugar donde fue ejercida. La críti- ble para el creador y el público. Pero en realidad,
ca es hija directa del tiempo. Y tal vez justamen- si miramos con un poco más de cercanía, adver-
te por eso corresponde al crítico seleccionar lo timos de inmediato que no es la crítica la que
esencial de lo accesorio, es decir aquello que regresa sino el creador el que la convoca y el
retrata las preocupaciones, los sueños y las for- público el que la busca, volviendo a generarla
mas de ese momento preciso donde él esta inser- desde sus cenizas a partir de una necesidad seria
to. La calidad del producto se ve mucho mejor a de análisis para no repetir los mismos errores o
la distancia cuando, al leer, notamos con facili- descubrir dos veces lo ya explorado. Porque
dad si el que escribe se ha dejado engañar por la necesariamente la crítica es también memoria,
cercanía con el suceso y se ha perdido en la hoja- memoria crítica de nuestro pasado, elemento
rasca del ahora, ya intrascendente, o si ha sabido indispensable para poder planear nuestro futuro
hacer de lado el elemento coyuntural para cen- con algún sentido de viabilidad.
trarse en el análisis de aquello que resulta axial Además, la herramienta crítica es indispensa- 6
en el pensamiento y el gusto de su tiempo. ble para el joven, que, por naturaleza, es cuestio-
Y en esto, paradójicamente, ayuda lo que pare- nador de ese pasado inmediato que hereda y 7
ce enemigo: la brevedad obligada del texto y el necesita inventar o refundar un aparato metodo-
apuro siempre existente por entregar la nota. lógico de análisis para abrirse camino con sus
Simplemente porque, si tenemos en cuenta que ideas entre las ruinas y las momias del ayer. Es
de alguna manera el crítico colabora en la escri- decir, que hoy claramente sobrellevamos un
tura de la historia de su arte, la velocidad y la sín- momento de transición que nos indica que, si
tesis deben estar puestas al rescate del esencial. existe un rechazo o una indiferencia manifiesta
Dos pinceladas que aseguran que el producto hacia la crítica, es porque pasamos por un cono
analizado sirva como puerta efectiva del tiempo de sombra donde se redefinen las reglas del
que le dio vida. juego tanto político como artístico, y los nuevos
creadores arrastran una muy comprensible des-
confianza hacia cualquier regla que pretenda
legitimar desde la palabra un statu quo que per-
petúe el poder en cualquiera de sus formas. Es
decir que nos hallamos caminando por la orilla
fascinante del caos… y ya sabemos que en defi-
nitiva este es el espacio propicio donde se vuel-
ven a inventar las formas del mañana. Nos baña-
mos en la corriente aparentemente arbitraria
donde todo coexiste, donde no hay un norte sino
una posible y muy interesante multidireccionali-
dad, donde las piedras de las seguridades ideoló-
gicas y estéticas del ayer seguramente ya se
están integrando, de otra manera, en los edifi-
cios teatrales que hoy surgen y nos sorprenden.
Estemos atentos para cazar al vuelo los cometas
que pasan.
ante la puesta en escena
Patrice Pavis
LA CRÍTICA TEATRAL esde la perspectiva interesada de la teoría

D teatral, la pregunta podría formularse en


los siguientes términos: ¿cómo ayuda la
crítica teatral, la crítica que aparece en los
medios escritos y audiovisuales, a apreciar mejor
–en todos los sentidos del término– la puesta en
escena? Sería preferible que la teoría levantara la
vista hacia la crítica, en lugar de menospreciarla:
la sutil teoría tendría con ello mucho que ganar.
Nuestra hipótesis teórica, en todo caso, es que
la puesta en escena es el concepto más útil y cen-
tral para la evaluación de un espectáculo, no sólo
para su análisis, sino también para juzgarlo en
términos estéticos. Sin embargo, el concepto de
puesta en escena dista mucho de ser universal y
el término, aunque conocido internacionalmen-
te, toma un sentido específico en cada contexto
cultural. En Francia, mise en scène designaba ori-
ginalmente el paso del texto teatral a la escena.
Pronto comenzó a significar el trabajo escénico,
el espectáculo, la representación, en oposición
justamente al texto o a la propuesta escrita para
la actuación escénica. A esta concepción empíri-
ca –y corriente– de la puesta en escena se suma
la que aquí usamos, más precisa y técnica, teóri-
ca y semiológica, de un sistema de significados,
de opciones en la puesta en escena. Así, estable-
cemos una distinción marcada entre el análisis
de los espectáculos, que describe de modo empí-
rico y positivista el conjunto de signos de la
representación, y el análisis de la puesta en esce-
na, que propone una teoría de su funcionamien-
to general. La crítica teatral practica ambos tipos
de análisis, pero para nosotros resulta de especial
interés aquel en que la puesta en escena se con-
templa como un sistema más o menos coheren-
te. En pocas palabras, este tipo de crítica se
encuentra en realidad en posición de describir
las opciones de la puesta en escena, de revelar su
sistema, el Konzept, como dicen los alemanes, la
dramaturgia, como dicen los brechtianos, el
acting o staging style, como se dice en inglés. sentación teatral”.3 Georges Banu regresa a este
Todo el problema consiste en saber si estos con- dualismo: la crítica, a su entender, depende tanto
ceptos mundiales guardan aún pertinencia en el del “aficionado ilustrado” como del “dramaturgo
teatro de los diez últimos años. Antes de verifi- en el sentido alemán de la palabra” que “dispo-
carlo con el ejemplo del Festival de Aviñon de ne de una teoría, de una certidumbre (…) que se
2005, precisemos que la crítica teatral que nos empeña tozudamente en alcanzar”.4 Sería proba-
interesa aquí es sobre todo la de la prensa diaria, ble encontrar la continuidad de esta tradición
los prestrenos publicados en los semanarios y los francesa en muchos otros países, con otras for-
que aparecen en los noticiarios informativos de mulaciones. Sin embargo, ésta no es en modo
radio y televisión. También deben mencionarse alguno universal y el crítico alemán Henning
los foros de espectadores en la internet. Rischbieter, largo tiempo editor de Theater heute,
propone una distribución por entero diferente de
CRISIS DE LA PUESTA EN ESCENA, CRISIS DE LA CRÍTICA las tareas de la crítica, la que responde, afirma, a
El ejemplo de Aviñón exige que repensemos el tres realidades: 1) es una rama del periodismo y
papel y el método de la crítica teatral, así como la información; 2) tiene repercusiones económi-
las nuevas prácticas de puesta en escena. Esta cas; 3) es producción literaria, porque requiere el
doble crisis es, por tanto, saludable porque veri- talento artístico de escribir. El hecho de que no
fica una vez más la hipótesis según la cual la crí- reflexione sobre la dramaturgia o la puesta en
tica debe adaptarse sin cesar a los cambios en la escena sorprendería a los franceses, quienes se
práctica teatral, lo que, a su vez, permite el des- preguntarían si esta ausencia refrenda algo de
cubrimiento de propiedades nuevas o insospe- cinismo, eclecticismo o es muestra de una acti-
chadas en la puesta en escena. tud en extremo desprejuiciada.
Hasta la década de 1980, los críticos fueron Con independencia de las concepciones de la
conscientes del hecho de que su arte se escindía crítica teatral en estos últimos treinta o cuarenta
entre una información para el gran público y un años, el huracán de Aviñón 2005, provocado en
estudio para los profesionales, fueran estos parte por esta misma crítica, ha tendido a intro-
miembros de la industria o los propios artistas. ducirlos en la tormenta.5 Ese año, la dificultad 8
Para Thibaudet (1922), el modelo es más bien estaba tanto en la evaluación de las presentacio-
una trinidad: “la crítica de la gente común, la crí- nes del Festival como en la medición de las pro- 9
tica de los profesionales y la crítica de los artis- fundas reacciones del público. Ardía una tea
tas”.1 Con mayor frecuencia, el modelo es bina-
rio. Así Bernard Dort (1967) opone una “crítica
de consumo” y “otra crítica (…) a la vez crítica
del hecho teatral como hecho estético y crítica de
las condiciones sociales y políticas de la actividad
teatral”. La crítica está, pues, “igualmente afuera
y adentro”.2 Más tarde, el mismo Dort intentaría
una delicada dialéctica entre dos tipos de crítica:
“la crítica tradicional, principalmente periodís-
tica” de un “espectador promedio ideal” y el
discurso “científico o académico” del “Theater-
wissenschaft o de la teatrología”. Esta síntesis,
este “tercero”, “a un tiempo adentro y afuera”,
3
ese “espectador interesado (…) debe tener Le Monde, 1982. Texto reproducido en Chantal Meyer-
Plantureux, Un siècle de critique dramatique, Complexe,
conocimiento teatral, sea éste histórico o semio-
2003, p. 142.
lógico”, un conocimiento que no “aplica al espec- 4 Théâtre/Public, n. 50, 1983. Artículo reproducido in Un siè-
táculo”, sino que “somete a la prueba de la repre- cle de critique dramatique, ob. cit., p.146.
5
En la prensa se desarrolló un debate sobre la programación
en que algunos críticos consideraron que los espectáculos
solían ser violentos, incomprensibles, nebulosos, lejanos al
espíritu del fundador Jean Vilar. Véanse las siguientes obras:
1
«Physiologie de la critique», Conférences au Vieux- Régis Debray: Sur le pont d’Avignon, Flammarion, París,
Colombier de 1922, Physiologie de la critique, Nouvelle 2005; Georges Banu y Bruno Tackles: Le cas Avignon 2005,
Revue Critique, 1930, pp. 23-24. L’Entretemps, 2005; Carole Talon-Hugon, Le conflit des héri-
2
Théâtre réel, Seuil, Paris, 1971, p.47. tages, Du Théatre n. 16, junio de 2006.
entre la crítica y el artista. En una grave crisis de
confianza, cada uno sospechaba del otro: el artis-
ta no es más que un charlatán, pensaba uno; el
crítico es sólo un frustrado, opinaba el otro. ¿Que
no hay nada nuevo en este malentendido? ¿Será
así?
La actual crisis de confianza proviene sobre
todo del hecho de que el público teatral no está
ya compuesto por grupos homogéneos que se
sentirían representados por el crítico, sobre todo
a lo largo de líneas divisorias políticas claras. A la
inversa, el crítico no se hace eco de un grupo
dado, puesto que ahora hay sólo minigrupos o
subgrupos de admiradores o de enemigos jura-
dos y escandalosos. Ya no se habla, al menos en
Francia, y a partir de Vilar, del teatro en general
o de la puesta en escena como una puesta en
relación concreta, estética e ideológica, del tea-
tro.
Otro tipo de interferencia de la que tal vez no
debamos enorgullecernos: la vieja distinción
entre crítica periodística e investigación teórica
universitaria, se va desdibujando. La prensa
escrita ya no desempeña su papel de réplica
inmediata al acontecimiento escénico, vencida
por la rapidez de otros medios vinculados a la
Internet, como los foros y los blogs. ra que, según Banu, garantizaba la “regeneración
Muchos críticos publican sus reseñas una del crítico”6 se ha convertido en la regla para
semana, un mes e incluso un año después de la todos.
representación. Se trata en ocasiones de acadé- Siendo así, no es de sorprender que el análisis
micos que siguen y apoyan a este grupo o a dramatúrgico y la investigación sobre las opcio-
aquella tendencia y que parecen casi comparsas nes de la puesta en escena estén llegando a su
de los artistas. Y esto es de hecho comprensible, fin. La mezcla de géneros (cómico, trágico, gro-
ya que la universidad, europea o estadunidense, tesco, absurdo), la multiplicidad de registros
ha renunciado a proponer modelos teóricos y se nubla los temas. El crítico debe emitir una hipó-
ha convertido en el conservatorio del know-how y tesis sobre el funcionamiento de la puesta en
el ready-made, del postestructuralismo y la des- escena, su sistema o su hilo conductor, a fin de
construcción. Su imagen de cientificismo, impar- ayudar al espectador perplejo, pero esta hipótesis
cialidad, rigor e incluso honradez intelectual ha también corre el riesgo de desorientar o perder al
sufrido mucho. Lo bueno es que los críticos coti- espectador si resulta ser falsa o forzada. No hay
dianos o semanales y los teóricos anuales se dudas: un cambio en el paradigma de la práctica
encuentran en la misma situación y ya no es de la puesta en escena ha hecho inoperante a la
posible contraponer unos a otros. trama analítica, al menos de momento.7 La con-
Por primera vez Aviñón plantea al crítico el 6
tema de la confianza: ¿Cómo ayudar a los lecto- Ibid., p.149.
7
Ya no nos encontramos de la alternativa del crítico dividi-
res, espectadores posibles o futuros, a descifrar, o do entre el deseo de hablar de la puesta en escena (como
simplemente aceptar, los espectáculos? ¡La pre- sistema) y de mencionar el desempeño de los actores. Así,
gunta se dirige tanto a los críticos expertos como Jean-Pierre Léonardi: “Estoy por completo convencido de
a los simples mortales! Ya no basta el brutal buen que no hablar de los actores en mi obra constituye un punto
sentido de los críticos de antaño. No pueden res- ciego. Creo que en el momento en que nos encontramos es
necesario defender el concepto de la puesta en escena al
ponder a la pregunta “¿qué quiere decir esto?”
igual que, en nuestros artículos, el de la crítica puesta en
más que con una pirueta: “¿qué ves tú?”. No perspectiva. De todos modos, al hablar de ello y no del actor,
están ya en condiciones de brindar un “modo de amputo en mi trabajo una construcción secundaria.” “La cri-
usar” la puesta en escena. La perplejidad pasaje- tique en question”, Théatre/Public, n. 18, 1977, p. 19
Como consecuencia de ello, ¿acaso encaramos
de nuevo un objeto estético estable, descriptible,
posible de captar? ¿Tiene aún el objeto de análi-
sis, la puesta en escena, algo de tangible? ¿Se ha
convertido, como los objetos de artes plásticas
descritos por Yves Michaud, en un “arte en esta-
do gaseoso” con obras solubles en el aire reduci-
das a una experiencia estética única del especta-
dor? Esta experiencia estética es lo único que
queda cuando se desatiende el objeto escénico a
favor de su modo de recepción. Lo que es válido
para las artes plásticas, también lo es para las
puestas en escena, objetos incluso más frágiles y
que desaparecen con el pasar del tiempo: estas
obras “no pretenden ya representar o significar.
No se refieren a nada más allá de sí mismas, ya
no simbolizan. Ya no cuentan siquiera como
objetos sacralizados, sino que pretenden produ-
cir directamente experiencias intensas y particu-
lares”.9 Nos encontramos en una situación para-
dójica ante la obra, o más bien dentro de ella: es
material, sensible y física. Pero, al propio tiempo,
lo que cuenta no es ya esta materialidad, sino la
experiencia en que se nos sume. De este modo,
la obra se desmaterializa, se hace virtual, nos
impide distinguir propiedades y significados. En
cepción estructural, funcionalista, semiológica de los años 80, la crítica estaba al menos segura de 10
la puesta en escena, que concebía la representa- poseer un cuerpo, que compartía con su genera-
ción como un texto para ser representado y un ción.10 Hoy existe un poco la sensación de que 11
sistema semiótico, ya no funciona. Este cambio este cuerpo empírico se pierde, a medida que el
no es por entero nuevo, incluso cuando la crítica objeto teatral se desmaterializa y que el especta-
francesa todavía no se haya dado cuenta. El tea- dor, recuperando un cuerpo imaginario, se replie-
tro parece descubrir que lo esencial no reside en ga en la experiencia estética.
el resultado, en la representación acabada, sino Este repliegue es difícil de detener. Sin embar-
en el proceso, en el efecto producido. La puesta go, la crítica, interesada en la descripción de la
en escena se ha convertido en performance, en el representación como conjunto, regresa sin cesar
sentido inglés del término: participa en una al sistema teatral, representado. El estudio
acción, se encuentra en estado de devenir. Es reciente de Mitter y Shevtsova sobre cincuenta
necesario ver de algún modo el espectáculo directores teatrales concluye con un distancia-
desde dos extremos, sus orígenes y sus prolon- miento del término dirección/puesta en escena a
gaciones, para comprender de dónde procede y
hacia dónde va la acción performativa. En este
espíritu, Vincent Baudriller, el codirector del
Festival, propone a los críticos y a los espectado-
res que sólo pregunten adónde “quiere ir” el
artista: “lo importante es que el espectador com-
prenda el significado del razonamiento del crea-
dor”.8 De modo que se nos invita a interrogar las
intenciones del artista, asunto que creíamos
haber dejado atrás y que regresa con fuerza en 9
Yves Michaud: L’art à l’état gazeux. Essai sur le triomphe de
este tipo de crítica biográfica. l’esthétique, Stock, París, 2003, p.100.
8 10
La Croix, 9-10 de julio, 2005. Citado en Carole Talon- Georges Banu: “Le corps du critique n’est pas seulement
Hugon: Avignon 2005. Le conflit des héritages. Du Théâtre, le sien, mais il est aussi celui de sa génération à laquelle il
fuera de serie, n.16, 2006. appartient”, Un siècle de critique dramatique, ob. cit., p. 150.
favor de un dominio del cuerpo en movimiento.11 entero desorganizada y disuade todos los méto-
Esta acción corporal en movimiento debe con- dos coherentes de análisis.
vertirse, pues, en el objeto de la crítica de la pues- Pero esta propia perspectiva muy personal no
ta en escena. En lugar de comparar el texto y su toma en cuenta la actual práctica de la puesta en
concreción escénica –como ha estado haciendo escena, práctica que va precisamente contra la
la crítica durante mucho tiempo– conviene reve- puesta en escena “clásica”, y que nos conduce, o
lar esa lógica del cuerpo en movimiento así como devuelve, al performance en el sentido inglés, y
el espacio-tiempo en que se inscribe. Si al crítico, no francés, del término. Hemos visto al perfor-
y a su vez al espectador, le preocupa el espectá- mance dinamitar las fronteras fijas de la puesta
culo completo y no los detalles aislados, nos pro- en escena. Pero, desde la perspectiva inglesa, eso
tegen de los efectos de andar cambiando de un es bueno, es una visión que renueva nuestra con-
canal de televisión a otro: no me gusta y paso a cepción demasiado estrecha de la puesta en
otra cosa. Sigue existiendo, sin embargo, la difi- escena, al menos de la puesta en escena clásica.
cultad extrema de leer y descifrar el espectáculo “El término ‘puesta en escena’ ha ilustrado cómo
en su lógica interna y en su referencia a nuestro los significados de la representación se producen
mundo. Esta es una dificultad, pero no una no sólo en el producto de la representación –el
imposibilidad. espectáculo– sino también mediante el proceso
de producción y de recepción por el público”.14
REEVALUACIÓN DE LA CRÍTICA TEATRAL Esto implica que la crítica teatral debe pensar en
PARA UN TEATRO REEVALUADO la puesta en escena bajo dos aspectos: 1) imagi-
La crisis de representación, que afecta a la nando cómo se desarrolló el trabajo preparatorio,
puesta en escena tanto como a la crítica teatral, no sólo la lectura de mesa, sino la dirección de
conduce a una reevaluación de ambas. Hay allí los actores; 2) integrando la descripción de las
un desafío al propio concepto de puesta en esce- reacciones del público para dar a los lectores o
na, que tal vez no se encuentre ya en posición de espectadores futuros una idea de la forma en que
seguir la evolución de las formas teatrales. ¿Será ellos también pudieran reaccionar.
la puesta en escena una reliquia a la que nos ape-
gamos, mientras que la representación ya no
exige un todo coherente basado en una idea rec-
tora y un análisis dramatúrgico? En las presenta-
ciones del Festival “in” de Aviñón 2005 se había
hecho imposible reconstruir un discurso general
de la puesta en escena, una historia o una con-
cepción del conjunto.12 En el interior de un
mismo espectáculo, no se distinguía estilo homo-
géneo de actuación, de dirección o de esceno-
grafía alguno. Estos espectáculos no eran clási-
cos, porque no reinaban ni la armonía ni la cohe-
rencia; ni tampoco románticos, porque el mate-
rial no lo organizaba un genio a la manera de
Wagner o de Chéreau; ni hegelianos, porque no
hubo ninguna síntesis que conciliara o superara
los diversos estilos. Desde un punto de vista crí-
tico, no había “sistema de arte”, no había “llave
mágica gracias a la cual este entrara en la obra”.13
Lo que para Jean Dutour pudo haber sido bueno,
una prueba de simplicidad, nos parece ahora una
doble abdicación: la puesta en escena está por
11 14
Shomit Mitter y Maria Shevtsova: Fifty key Theatre Paul Allain: The Routledge Companion to Theatre and
Directors, Routledge, Londres, 2005, p. XVIII. Performance, Londres, p. 171. (“El término “mise en scène”
12 Véase Patrice Pavis : ‘Théâtre et calamité’, ha subrayado cómo los significados de la representación se
Théâtre/Public, n. 180, 2006. producen no solo en el producto de la representación –el
13
Jean Dutour: Le Paradoxe du critique, Flammarion, París, espectáculo—, sino también mediante el proceso de pro-
1970, p. 20. ducción y recepción por el público”).
NUEVAS TAREAS DE LA CRÍTICA TEATRAL 3) Reafirmar la importancia de la puesta en
Además de esta ampliación de perspectivas, escena y del director como mediador entre la
que la crítica teatral siempre ha practicado, es obra y el público. Como se dijo hace veinte años,
necesario aventurarse a concederle nuevas tare- cuando Vitez llegó a Chaillot, “defenderemos la
as, precisamente en las esferas que la ortodoxia función, la propia existencia de la puesta en
progresista evita con cuidado. ¿Cuáles pudieran escena, impugnada, en principio, hoy una vez
ser estas tareas? Enumeremos unas pocas: más. No permitiremos que nos encierren en la
1) Aceptar y explicar los juicios de valor, lo que relación inefable del actor con el texto y con el
la crítica, como la teoría, no puede evitar; admi- público.”15 La lección de Vitez no se ha olvidado
tir la empresa de legitimación que supone todo y es tan verídica para la crítica como para la
discurso, incluso negativo, sobre un artista, un puesta en escena. Es ahora tarea nuestra recono-
movimiento, una forma de trabajar; permanecer cer las nuevas funciones y fronteras de la puesta
consciente, sin embargo, de la relatividad de este en escena: una “ampliación del terreno de
juicio al dar al lector la posibilidad de impugnar- lucha”.16
lo o de desconstruirlo. El crítico es también una especie en peligro de
2) Ser consciente de la identidad cultural de extinción y, sin embargo, como el director, es
quienquiera emita un juicio y hacer consciente a indispensable para la mediación entre la escena
otros de ella, al tiempo que se le concede el dere- y el público. El crítico y el director son viejos
cho a hablar de lo que no le incumbe, de otra cul- cómplices, colaboradores secretos obligados a
tura, otro medio, otra identidad, otra religión. escucharse si no desean desaparecer.
Hacer a los críticos abandonar su ubicación La puesta en escena, pues, sigue siendo en
usual. Hacerles analizar espectáculos que todavía todos los sentidos territorio de la producción y la
les son ajenos. No cargarse de legitimidad, auten- crítica teatrales y de lo que se juega en ellos. Es
ticidad, fundamentalismo, incluso de naturaleza a ello que debemos dedicar lo más claro de nues-
cultural. tra reflexión.

Traducción del francés 12


María Teresa Ortega Sastrique
13

15
Antoine Vitez : “L’art du théâtre”, L’Art du théâtre, n. 1,
1985, p. 9.
16
Véase nuestro estudio en Théâtre/Public, “Extension du
domaine de la lutte. La mise en scène à Avignon 2006”,
2006.
DISFUNCIÓN Y NORMALIDAD
Desde el título la obra apunta, si no a la con-
tradicción, al menos al desajuste. Para empezar,
Lúcido, de Rafael Spregelburd lúcido significa, según el Diccionario de la RAE,
Olga Cosentino “consciente” o “claro en el razonamiento”. Pero la
palabra del título es, más precisamente, una eli-
Estructurada en una sucesión de escenas que sión de “sueño lúcido”, frase que nombra un
parecen ocurrir alternativamente en el mundo fenómeno psíquico que algunas corrientes psico-
real y en la mente de uno de los personajes, la analíticas alternativas vinculan a la conciencia
obra Lúcido, del argentino Rafael Spregelburd, durante la fase REM del sueño. Para más datos,
subió a escena en marzo de este año en Buenos el psiquiatra holandés Frederick van Eeden bau-
Aires, después de haberse estrenado en diciem- tizó “sueño lúcido” al del soñador que sabe que
bre de 2006 en el Festival de Temporada Alta de está soñando. Una experiencia claramente per-
Girona (Cataluña, España), con traducción al sonal e intransferible, que no puede compartirse.
catalán de Pere Puig, y de haber pasado –en Es lo que en Lúcido intenta, sin embargo, el per-
enero de 2007– por la Sala Beckett de Barcelona. sonaje de Lucas, a quien su psiquiatra viene
No parece casual el hecho –curioso, eso sí– de entrenando en dicha técnica como método tera-
que una pieza teatral claramente escrita desde péutico.
los códigos culturales e idiomáticos de un país Lucas integra una familia tan disfuncional
tenga su primera versión escénica mundial en como cualquier otra: a los veinticinco años vive
otra lengua. Y no porque haya sido desdeñada u gracias al riñón que a los diez años le donara su
olvidada en su lugar de origen: en los planes del hermana Lucrecia, tres años mayor que él. La
dramaturgo, actor y director argentino estaba el muchacha vuelve a la casa familiar tras quince
casi inmediato –aunque posterior– montaje en la años de ausencia, aparentemente para reclamar
porteña Sala Margarita Xirgu, donde se ofrece la devolución del órgano. Teté, por su parte,
actualmente. Puede decirse que el alumbramien- reparte su maternal y doble vínculo odio-amor
to idiomáticamente extemporáneo de Lúcido en respectivamente con Lucrecia (le puso ese nom-
lengua catalana forma parte o colabora con el bre por “la violación de Lucrecia”, dice) y Lucas
discurso dramático del texto, en el que las pala- (“por el pato Lucas, creo”). Le preocupa lo del
bras parecen ir siempre a contramano de lo que riñón, pero más la inquieta la sospecha de que
buscan nombrar. Se trata de una obra donde los Lucrecia pretenda reclamar su parte del departa-
personajes hablan sin conseguir decir y los diálo- mento donde vive con Lucas. Este, por su parte,
gos no terminan de encajar en las expectativas cumple las “tareas” que le indica su terapeuta,
de los interlocutores. Sin que pueda calificarse de como la de vestirse con la ropa de Teté, buscan-
absurda, la pieza de Spregelburd expone la impo- do resolver así su identificación edípica; o como
sibilidad –a veces sutil, a veces desmesurada, la de practicar “sueños lúcidos” en los que debe
siempre reconocible– de que dos que conversan conseguir un dominio sobre dichos fenómenos
puedan efectivamente hablar de lo que intentan. que supuestamente terminarán ayudándolo a
Lejos de subrayarlo, Spregelburd parece haber dominar también los momentos de vigilia.
dejado a sus personajes en libertad para que Sueños y vigilias que no son, sin embargo, cla-
experimenten frente al público, sin forzamientos, ramente identificables para el espectador. La pre-
lo improbable que resulta para cada receptor sunta realidad ofrece tantas trampas como la
comprender lo que el emisor procura expresar. ensoñación. Los comportamientos o réplicas
Tanto como que cada emisor consiga, o siquiera razonables son a veces previsibles y a veces ines-
procure, responder lo que el interlocutor espera perados. No obstante, Lúcido está tan lejos del
escuchar. Así también, esa familiaridad lingüísti- teatro del absurdo como del naturalismo. Y las
ca que hace parecidos y diferentes al catalán y al escenas más caprichosamente arbitrarias pre-
castellano forma parte del eje dramático de sentan inopinadamente fugaces espejos donde
Lúcido, más allá de su línea argumental. cualquier espectador puede verse reflejado.
LAS COSAS SOBRE LA MESA a los gritos y hablando de cosas espantosas,
La primera escena no desarrolla –en aparien- como suele suceder en la vigilia. Mi terapeuta
cia– ningún conflicto. Pero resulta una postal de dice que algunos llegan a aprender a volar, a
vigoroso y afilado contorno costumbrista. hablar idiomas... alemán incluso... en el sueño.
Sentados a la mesa de un restaurante, Teté, Yo recién empiezo. Pero empiezo bien. Muy
Lucrecia y Lucas conversan con amable imposta- bien.
ción acerca de nada. Empiezan felicitándose recí- Aunque la inmediata didascalia del autor
procamente por haber elegido cenar en La denuncia: “Todos se han quedado mirándolo.
Pierrade, un excéntrico restaurante donde los Lucas, tal vez, no está bien.” Pero el apagón
comensales cocinan sus propios bocados sobre llega después de la convincente apelación de
una piedra caliente que se instala en el centro de Lucas –“Bueno, ahora a comer”– a la que todos
cada mesa. “Qué buena idea haber venido acá”, responden con naturalidad.
dice Teté. “Si la comida es tan buena como el
ambiente, te digo que ya mismo me anoto este LO ÚNICO CIERTO ES LA FALSEDAD
restaurante en la agenda como mi prioridad Lo que cambia, en la escena que sigue –el
número uno”, agrega Lucrecia. Y ambas coinci- espectador ya cree conocer el código– es el tono
den en exteriorizar: “Me muero por ver los de los diálogos, que adquieren la violencia verbal
baños. Deben ser divinos, refinados. Acá el papel de la vigilia, donde los reproches o destratos recí-
es doble o triple hoja, seguro”. A lo que Lucas procos son tan arbitrarios como los momentos
añade: “Acá todo es refinado. ¿Vieron el menú?”. de armonía familiar. La obra elude deliberada-
El diálogo lleva la trivialidad a límites que podrí- mente la estructura tradicional de protagonista y
an parecer absurdos si el espectador no recono-
ciese en ellos una objetividad cercana al realismo
socialista. Porque en la Argentina posterior a la
crisis de 2001 quedó al descubierto, por ejemplo,
una contradicción (una más): la que hace convi-
vir la moda gourmet de los sectores con poder 14
adquisitivo con la desesperación de los hambre-
ados que salen por la noche a comer de las bol- 15
sas de basura. El país que produce alimentos
para trescientos millones de personas expulsa al
hambre o la subalimentación a más de la mitad
de sus treinta millones de habitantes. Al mismo
tiempo, el refinamiento gustativo en comidas y
vinos se impone como signo de status. Nada cali-
fica mejor, en una reunión social, que mostrarse
conocedor acerca de menús étnicos, variedades
de uvas y cosechas o presentación estética de antagonista o el planteo de un conflicto central.
especialidades culinarias. Al punto que cada vez Hay, en cambio, un encadenamiento de situacio-
más, el tema excluyente de comensales VIP suele nes reales y soñadas en las que unas y otras quie-
ser la calificación de carnes, pescados o vegeta- bran reiteradamente los supuestos códigos de la
les por lo genuino de su procedencia, por la suti- vigilia y el sueño, del mismo modo como las
leza de su preparación o por el cheff cuyo exotis- cosas interrumpen sin aviso su dependencia del
mo o trayectoria está detrás de cada plato, a la lenguaje que intenta nombrarlas. A pesar de
medida y exigencia de un paladar cinco tenedo- todo, lo que sucede y lo que se dice en la obra no
res. excede de manera paródica lo probable. Lúcido
En el final de la escena Lucas parece descubrir no es una sátira ni se desborda hacia el expre-
las reglas del juego cuando confiesa: sionismo. La comicidad y la tragedia conviven en
Esto lo estoy soñando. Este restaurante, esta promiscua familiaridad casi como en lo que suele
armonía, todo esto sale de mí. Estoy soñando y llamarse la vida real. O como en las historietas.
me estoy entrenando en la técnica del sueño Mientras tanto, la anécdota irá poniendo en crisis
lúcido. Soy consciente de lo que sueño y lo un abanico de certezas. No terminará quedando
puedo dominar. Por ahora: una comida sencilla muy claro si efectivamente Lucas tiene un riñón
con mi familia, una ida al cine que no termina de su hermana. El marido de Lucrecia tal vez
murió o acaso espera un trasplante; de riñón o implica desmérito para el espectáculo, en el que
de córnea. Teté es una madre negligente y pose- acaso por eso mismo se lucen de modo casi
siva; también una mujer a la espera de ser pose- excluyente ciertas intenciones subterráneas del
ída. Su prioridad es quedarse con el departamen- texto. Las interpretaciones de María Inés
to de su ex marido, pero se entrega con fascina- Sancerni (Lucrecia), Javier Drolas (Lucas), Hernán
do candor a la lectura de Mujercitas, de Louise Lara (Darío) y Eugenia Alonso (Teté) no apelan a
May Alcott. Su ex marido murió. O tal vez vive en la composición naturalista de sus criaturas de fic-
Comodoro Rivadavia. Darío es su nuevo festejan- ción. Más bien, las instalan en una zona liberada
te, o se llama Néstor, o es el mozo del restauran- de todo canon de teatralidad, tan lejos de la emo-
te La Pierrade. Quien se entrena en los sueños ción y de la ideología como cercana de significa-
lúcidos es Lucas, pero Lucrecia cree ver ovnis y dos siempre en pugna con la obviedad.
todos terminan por sucumbir de algún modo a la Acompaña en esa dirección la música de
luz cegadora de no se sabe bien quién o quiénes. Federico Zypce, capaz de concentrar en una
Pero que según el título de la última escena, misma secuencia sonora, la ironía, la banalidad y
“están entre nosotros”. Sin que se sepa, claro, la tragedia que conviven en un paisaje social que
quiénes son (¿somos?) “nosotros”. la obra radiografía con desapasionamiento qui-
Preseleccionada junto a otros cuatro textos para rúrgico. De esa manera, Spregelburd viene cons-
representar la dramaturgia argentina actual en truyendo, ya desde sus primeras creaciones escé-
un proyecto surgido del último Congreso nicas (Cucha de almas, Remanente de invierno, La
Iberoamericano de Dramaturgia celebrado en estupidez, Un momento argentino, entre otras), un
Huelva, España, en 2006, Lúcido comparte lenguaje político-dramático que desarticula proli-
actualmente la cartelera teatral de Buenos Aires jamente los simulacros cotidianos detrás de los
con Acassuso, otro estreno de Spregelburd, quien que se esconde la llamada realidad. Así, desnudo
planea este año dar también a conocer otro de adjetivos éticos o estéticos, lo real capturado
esperado título suyo: La paranoia1, sexta parte de por la escritura de Spregelburd exhibe lo más
su Heptalogía de Hieronymus Bosch. Dirigida por obsceno de esa desnudez: la nada. Lo que no
su autor, la puesta de Lúcido en Buenos Aires induce, sin embargo, al escepticismo sino, en
puede calificarse como modesta, sin especiales todo caso, a dejar de perder el tiempo en las ilu-
hallazgos en el tratamiento visual. Lo que no siones. Y habilita a sospechar que fuera de esa
1
Premio Casa de las Américas 2007 [N. de la R.] nada, tal vez, hay algo.

Lucientes:
una nueva mirada sobre Brecht
Victoria Eandi
La obra Lucientes –comedia para piano y revól-
ver–, escrita por Manuel Santos Iñurrieta y lleva-
da a escena en 2005 en la Sala González Tuñón
del Centro Cultural de la Cooperación, de Buenos
Aires, por el grupo Bachín Teatro (del cual el
autor forma parte como director artístico), es
exponente de las nuevas formas de producción
de pensamiento político a partir del teatro. En
este caso, se trata de un grupo que viene desa-
rrollando, desde su creación, una investigación
sistemática, intencionada y consciente sobre la
poética brechtiana, apropiándose de ella de un
modo sumamente singular. De hecho en la Nota
preliminar que aparece en la edición1 del texto
dramático se señala: “Esta pieza fue elaborada
1
AA.VV, Poéticas de Iniciación. Dramaturgia argentina 2000-
2005, Atuel, Buenos Aires, 2006.
desde algunos lineamientos planteados por do es que se aclara en la presentación de la edi-
Bertolt Brecht para un teatro épico.” Santos expli- ción que se trata de un texto post-escénico.
ca que, más allá de los contenidos, que giran en Pero volvamos a Brecht. Una pieza del drama-
torno al tema de las relaciones de explota- turgo alemán que aparece como referente clave
dor/explotado, la forma de contar fue trabajada a apenas comienza la obra es La ópera de tres cen-
16
través de lo que ellos creen que puede ser hoy el tavos: toda la situación que gira en torno a la
estilo épico. explotación de los mendigos en Lucientes es una 17
Esta búsqueda se refleja claramente en cita clara de aquella pieza, además de una de las
Lucientes, una obra que tuvo como disparador melodías utilizadas, que es la misma compuesta
un cuadro de Francisco de Goya y Lucientes, por Kurt Weill para La ópera. Al iniciarse la
pintor que a su vez le da título a la obra: Los acción, la didascalia indica que se desarrolla en
fusilamientos de la Montaña del Príncipe Pío, el bar “El Lucientes” cuyo “dueño”, una suerte de
también conocido como Los fusilamientos del 3 doble del Peachum de La ópera, “se ubica tras de
de mayo. Este óleo del año 1814 representa la la barra y espera como es costumbre todas las
violenta represión francesa contra los patriotas noches, la llegada de los mendigos que trabajan
españoles alzados frente a la invasión de para él. Ellos recaudan dinero por las calles de la
Napoleón el día 2 de Mayo de 1808. El lienzo ciudad disfrazados de ciegos.” Por otra parte,
se ha venido considerando como el gran cua- este personaje es también un presentador y es
dro de la independencia y la defensa de la justamente el que va a introducir la escena 2,
libertad del pueblo español, aunque, sin duda, explicitando antes de darnos una bienvenida que
ha pasado a ser un cuadro universal sobre la nos “invita a disfrutar las historias que en El
guerra y sus consecuencias, con lo cual tene- Lucientes se tejen por azar.” Las resonancias
mos acá algunas claves indirectas para la lectu- brechtianas son evidentes: es usual encontrar en
ra de la obra. Los claroscuros de Goya tuvieron la producción del dramaturgo alemán un perso-
a su vez incidencia en el aspecto plástico de la naje que hace las veces de presentador, y sin ir
puesta, pero eso ya es otra historia. Lo que nos más lejos, en La ópera de tres centavos también
ocupa en esta oportunidad es el texto dramáti- hay un cantor callejero que funciona como tal. Y
co, que de todas formas está muy ligado a lo en parte gracias a este personaje se produce de
escénico, dado que terminó de armarse en los entrada el efecto de distanciamiento: un actor
ensayos y encuentros de Manuel Santos con su develando el artificio y evitando ese “hipnotis-
grupo Bachín Teatro, en un típico procedimien- mo” en el espectador que tanto rechazaba
to de dramaturgia de dirección, y en ese senti- Brecht. Asimismo hay una apelación consciente
a otros procedimientos brechtianos, también sus filas, pero en realidad lo que le proponen,
asociados a ese efecto de distanciamiento: el siempre bajo la coerción, es más de lo mismo, la
hecho de dirigirse constantemente al espectador, violencia como modo y medio de vida.
tal como pide Brecht para La ópera... cuando dice Y la última gran aparición es la del singular per-
“no se debe inducir al espectador a compene- sonaje de la Metáfora. En esta alegoría es donde
trarse, sino que entre espectador y actor debe más se condensa la apropiación que hace
producirse un intercambio y, a pesar de toda la Manuel Santos, quien es justamente el que lo
extrañeza y de toda la distancia, el actor se diri- interpreta en la puesta, junto al Bachín Teatro, de
girá en fin de cuentas, en línea recta al especta- la poética brechtiana. En el espectáculo, Santos
dor”; la utilización recurrente de las canciones, entra vestido como un obrero, con un mameluco
que son más bien las típicas songs brechtianas azul, y un sombrero bombín, al mejor estilo
(bautizadas con ese nombre desde La ópera... Chaplin en Tiempos modernos. Su manera de
para distinguirlas del canto armonioso, ya que hablar remite al payaso rioplatense y acá es
presentan un ritmo sincopado que da cuenta de donde podemos anclar esta historia en nuestro
lo inarmónico del mundo); y ligado a las cancio- país (a la vez que en el modo de hablar de los
nes, el trabajo coral de los personajes; la utiliza- policías que remite al del “guapo” porteño).
ción de los carteles (que en realidad aparecen Como explica el autor, al vestirse de obrero se
claramente en la puesta, mientras que en el texto aleja de una metáfora neutra conectándose así
pueden ser sólo sugeridos indirectamente); el con los reclamos de la extraescena y haciendo
recurso del gestus –“gesto” ligado a la relación presente lo que Santos llama “multiplicación de
que rige los comportamientos sociales observado ausencias” sobre el escenario (y en este punto
claramente en la actitud de los policías hacia los muy probablemente el lector/espectador argenti-
interrogados–; la musicalidad del lenguaje, pla- no asocie estas ausencias con otras, sobre todo
gado de repeticiones y rimas que lo alejan de lo teniendo en cuenta que en el programa de mano
cotidiano (además de que en varias escenas se se recuerda la coincidencia del estreno con los
utiliza el verso), llamando así la atención y treinta años del golpe militar).
subrayando los contenidos que desean transmi- Esta metáfora abre una posibilidad: instala una
tirse; la repetición aplicada a las situaciones; la esperanza a través del rol del artista. Como seña-
investigación en géneros populares (muy tenidos la Paul Ricouer, la metáfora siempre genera una
en cuenta por Brecht), lo cual afectó luego la esté- “impertinencia” respecto de la norma. Este per-
tica del espectáculo, anclada en la imagen del sonaje no puede ser aniquilado ni por los “policí-
submundo del cabaret. as con bigote” ni por los “sin bigote” porque,
De hecho, el bar donde transcurre la acción como señala el presentador, “una metáfora no
tiene el aspecto de un cabaret, con piano incluido, puede morir”. La metáfora abre un resquicio, una
afuera del cual se escuchan voces de gente que grieta, una alternativa, esta vez auténtica.
pide trabajo. Mientras tanto las mujeres que allí se
encuentran ¿meseras? ¿costureras?, empleadas
del presentador que aparece al comienzo, mien-
tras cosen una bandera van relatando su visión del
mundo desde su posición de explotadas. Lo inte-
resante es que no hay una postura maniquea que
les asigne a ellas signos totalmente positivos, sino
que como explica Santos, guiándose por esta idea
del claroscuro que ya aparece en la pintura goyes-
ca, “todos tenemos nuestras luces y sombras”.
Refiriéndose a ciertos hombres, por ejemplo, can-
tan: “Me conformo humildemente con verlos de
rodillas, frente a frente unos segundos ante quien
ellos humillan”; lo que implica utilizar la misma
lógica que parecen despreciar.
Otros personajes de esta “comedia para piano
y revólver” son los “policías con bigote” y los “sin
bigote”, que parecen ofrecerle alternativas
opuestas al solicitarle al mendigo que se una a
Santos y el Bachín Teatro buscan volcar pre-
guntas, polemizar, provocar una reflexión en el
público y en este sentido creen que hoy es aún
posible un teatro brechtiano, un teatro político,
un teatro que pueda modificar la realidad aunque Brasil cabe en un río:
sea a través de pequeños actos de resistencia, de
metáforas que se resisten a morir.
BR3, del Teatro da Vertigem
Y nada mejor, en este punto, que recordar que Silvana Garcia
Santos es miembro de la Comisión de Cultura del
Movimiento Territorial Liberación,2 donde ha Soy apenas un hombre.
tenido diversas experiencias de cómo puede inci- Un hombre pequeñito en la orilla de un río.
dir el arte en la transformación social. El prestre- Veo las aguas que pasan y no las comprendo.
no de Lucientes se realizó con público del MTL, Carlos Drummond de Andrade
que se sintió involucrado y participó activamen-
te en la representación, interviniendo, por ejem- El Tietê es un río que no corre hacia el mar. Es
plo, en el interrogatorio que le efectúan los poli- un río sucio, basurero de ciudad grande; fétido,
cías al mendigo. Para finalizar cito entonces nue- carga todos los desechos ácidos del hombre de la
vamente la Nota preliminar de Lucientes que apa- ciudad que pasa por sus márgenes sin detenerse
rece en esta edición: “Esta pieza fue elaborada o prestar atención. Su superficie no es plana y
desde algunos lineamientos planteados por serena como la de los ríos de la imaginación,
Bertolt Brecht para un teatro épico. Pero quizás, sino encrespada por los detritos de botellas plás-
el aspecto más singular, fue el proceso de cons- ticas, cadáveres de animales, restos de muchos
trucción de esta obra de acuerdo a la experiencia géneros acumulados en una gran mezcla indife-
compartida junto a los compañeros del MTL. A renciada.
ellos dedicamos con todo fervor y afecto En la noche, su rostro es más imponente y ate-
Lucientes”. morizador. Los olores que aún suben del río, eva-
porados por el calor del día que se fue, las formas 18
2
Se trata de un movimiento piquetero que tomó la decisión inertes que emergen de las entrañas más oscu-
de iniciar su propio proyecto de construcción de viviendas y ras, aumentan la sensación de desagradable sus- 19
es ahí donde nació “Monteagudo”, un complejo de trescien-
tas sesenta viviendas, en pleno barrio de Parque Patricios,
penso, de incómoda suspensión.
Buenos Aires, que además de solucionar un problema desa- Hay en él, sin embargo, una majestad intocada,
tendido por el Estado se convierte en un proyecto de cons- una opulencia de volumen y profundidad, un
trucción popular muy atípico en la Capital Federal. silencio que lo aísla del zumbido de los motores
de distinta potencia que navegan junto a las már-
genes.
Son dos, en verdad, sus márgenes. Debajo de
aquella que sirve la ciudad está la que yace al nivel
del río, que lo represa físicamente, en contacto
con sus aguas. Su topología está hecha de coberti-
zos abatidos, respiraderos, paredones, bocas de
conductos y galerías, pilastras, hendiduras de via-
ductos, raros terrenos abiertos. Márgenes viejas y
trechos rectificados; en algunas partes, armazones
de obras; por todos lados, residuos de intervencio-
nes de ingeniería civil, resultantes del proyecto de
contención que ya, casi demasiado tarde, intenta
rescatarlo para la vida.
A ese paisaje se integra la escenografía de
BR3,1 último espectáculo del Teatro da Vertigem.2

1
Esta reseña se escribió por invitación de la Revista Folhetim
(Río de Janeiro, Teatro del Pequeño Gesto, 2007), aparece en
n. 25, 2007.
2
Dirección de arte y escenografía de Márcio Medina.
En el retorno del grupo a São Paulo, el sentido
de camino recorrido dio la forma elemental de lo
que vendría:
En la tentativa de localizar las calles que unían
nuestro camino, por donde deberíamos transitar,
para llegar de Brasilândia a Brasiléia, apareció la
idea de reinventar una vía, nuestra trayectoria
por el Brasil, hecha por brasis que no contenían
relación, a no ser por lo raíz Br– nosotros había-
mos creado nuestra propia BR, o nuestro propio
BR3.3
“BR3 es el modo como esos lugares nos atrave-
saron”, complementa el director Antonio Araújo.4
Quien hilvana los “brasis” es la saga de la fami-
lia de Jovelina.5 En la fábula, Jovelina es una
migrante nordestina, grávida de Jonás, que llega
a Brasilia en construcción en busca del marido
desaparecido. Tiempo después, reaparece en
Brasilândia, donde se ha convertido en jefe del
tráfico de drogas. Entonces se llama Vanda. Es
asesinada en la guerra del tráfico. Su hijo Jonás,
evangélico, cree haber perdido a sus dos hijos,
Patricia y Douglas, en un incendio culposo. Parte
para Brasiléia y funda una secta religiosa. Deja
atrás a su hermana Helienay, unida en concubi-
nato con el Dueño de los Perros, ex-policía
envuelto directamente en la muerte de Vanda.
Sin saberlo, Jonás deja también a sus dos hijos,
que fueron rescatados del incendio. El encuentro
de Jonás, Patricia y Douglas ocurre en el desenla-
ce, cuando un doble fratricidio desencadena la
estratagema armada por el Dueño de los Perros
para que el padre muera. Jonás, de hecho, acaba
ahorcándose y su cuerpo colgado, cruzando
Escenario y paisaje se mimetizan, a veces al veloz el río en una nave rápida, es una de las últi-
punto de que no podemos distinguir lo construi- mas y más contundentes imágenes de BR3.
do por la ficción de aquello que no lo es. La saga de la familia, vertida en la intrincada
Son tres los “brasis” transferidos para las már- trama, de extensión épica, poblada de elementos
genes del río. Ellos tienen correspondencia con de todo género –incesto, traición, clarividencia,
sitios reales, lugares que fueron visitados por los presencia de fuerzas externas que actúan sobre
integrantes del Teatro da Vertigem, durante el el destino– no esconde la tentativa de construc-
largo período de preparación del espectáculo. Un ción del relato asimilado a la tragedia. Esa inten-
viaje de casi cuatro mil kilómetros que comenzó ción se reafirma en la condición del lenguaje, al
en Brasilândia, en la periferia de São Paulo, pasó cual se le ha dado un tratamiento que escapa a lo
por la capital Brasilia y llegó a Brasiléia, ciudad coloquial, plagado de reparos filosóficos y for-
perdida en la frontera de Acre con Bolivia. En mulaciones clarividentes, propias de las amones-
común, las tres localidades, tienen el nombre taciones y profecías.
derivado de Brasil y el potencial de la suma de 3
ellas constituye una alegoría del gran Brasil, con Sérgio Siviero: “Teatro da Vertigem. Reflexões sobre o tra-
balho de criação do ator no projeto BR3”, Sub-Texto. Revista
sus consabidos contrastes e incorrecciones. Al de Teatro do Galpão Cine Horto, n. 2, diciembre 2005, p. 11.
grupo lo movió el deseo de investigar una posible 4
“Projeto BR3”, Sub-Texto, Revista de Teatro do Galpão Cine
identidad brasileña. Horto, n. 2, diciembre 2005, p. 17.
5 Dramaturgia de Bernardo Carvalho, en proceso colabora-
tivo.
A pesar de ello, a diferencia del modelo clásico, de imágenes grotescas, imágenes de un mundo
lo sagrado no está aquí presente. En su lugar, enajenado, que es tan subproducto del río como
aparecen los simulacros de las sectas y religiones la suciedad que él acoge. El acento es fantástico
populares. La fuerte presencia en la trama de y humorístico, como la vidente Zulema Muricy,
referencias religiosas se sustenta en la propia rea- caracterizada como una manca charlatana y
lidad que el grupo investigó. En cada localidad kitsch. O la reina Mariana Helena Cristina, afec-
visitada, se confirmó la existencia de un modo tada por la lepra, desaliñada y extravagante, ins-
de culto peculiar o dominante: de la iglesia evan- talada en la frontera entre Acre y Bolivia, dedica-
gélica en la periferia, hasta doctrinas exóticas, da a la fabricación de su propio dinero.
como el Vale do Amanhecer, en Brasilia, a los A esas Sibilas desclasificadas se suman muchos
rituales basados en la ingestión de plantas psico- otros tipos, responsables por figurar y colorear el
activas, como la ahyausca, o Santo Daime, en trayecto de Brasilândia a Brasiléia recorrido por
Acre. los protagonistas.
Los personajes de la pieza también están lejos Fue en esa multiplicidad de personajes, recogi-
de la ejemplaridad de los héroes trágicos, aunque dos en la experiencia del viaje histórico, y plan-
elevados, por el lenguaje, a una condición de tados en el paisaje ficcional del Brasil reconstrui-
excepcionalidad. Son figuras cuyos correspon- do que la noción de identidad, instalada en el ori-
dientes socio-antropológicos pueden verse en las gen del proyecto, vio confirmada su redefinición.
quebradas de las favelas y periferias más violen- La idea de una identidad unificadora fue sustitui-
tas. Sus historias tampoco tienen dimensión míti- da por la comprensión de las diferencias y varia-
ca, o históricamente distante, al punto de permi- ciones, constituyendo para el grupo focos que se
tir “una interpretación de la condición humana ajustaban, particularmente, a cada una de las
y del humano destino”, una de las atribuciones realidades vividas. Se formó, como apunta Silvia
de lo trágico.6 A diferencia de los espectáculos Fernandes, coordinadora teórica del proyecto
anteriores del Vertigem, sustentados en la pará- BR3,
bola bíblica, aquí la figura mítica de Jonás, cuya ...una especie de cartografía de microterrito-
historia es evocada al inicio de la trama e inspira rios, abandonando las ideas abarcadoras de la 20
el nombre del personaje, es una presencia débil, lectura del país, que comportan sistemas de
sin poder de sustentar o dar ligazón a los senti- orientación hasta cierto punto seguros –como 21
dos del espectáculo. Quedan los personajes que los de Sérgio Buarque de Holanda, Caio Prado
son fácilmente reconocidos, no por legendarios, Júnior, Gilberto Freyre y Paulo Prado–, para
no porque tengan un lugar en la mitología, sino aventurarse en la singularidad de los estudios
porque están diariamente en los titulares de los locales, que parecían, desde el principio, pre-
noticieros. destinados a producir versiones movedizas de
El esqueleto de artificio que sustenta la inten- los lugares y del país...7
ción trágica, en BR3, en ausencia de las condi- La percepción de la realidad compleja, mutan-
ciones modélicas de existencia y recepción, se te, del territorio de la identidad, contenida tam-
esfuma, revelando un caldo de cultura pop que bién en el sentido de identidad como “algo en
mezcla ingredientes de la literatura y del cine, del tránsito”, formulado por la psicoanalista Suely
género policial y del suspense, del melodrama, Rolnik,8 inspiró procedimientos del espectáculo.
de la pantomima, de la parodia. Al comenzar por los juegos que hace Bernardo
En la realización escénica de la trama, esa Carvalho con los nombres, los rostros y las iden-
hibridez se ve reforzada por la interferencia de tidades de las personajes: Jovelina también se
elementos alegóricos como, por ejemplo, la figu- llama Vanda; Zulema pasa a ser Tía Selma; Jonás
ra monumental de un indio –¿desecho de una en determinado momento dice llamarse
escuela de samba?– asentada en la margen del
río, solitaria y distante, apenas vislumbrada por 7
“Cartografia de BR3”, Silvia Fernandes e Roberto Áudio
los espectadores que pasan ligero en la barcaza (orgs.): Teatro da Vertigem. BR3, Perspectiva/Editora da
que los conduce. Mas, principalmente, coherente Universidade de São Paulo, São Paulo 2006, p. 41.
8
con el lenguaje dominante en los espectáculos Suely Rolnik fue una de los estudiosos que impartieron
conferencias a los integrantes del Teatro da Vertigem,
del Teatro da Vertigem, la narrativa está poblada durante el proceso de creación del proyecto BR3. El director
Antonio Araújo se refiere a esa noción en el libro-programa
6
La formulación es del historiador Victor Kierman en Eight del espectáculo: “Entrevista com Antonio Araújo”, Silvia
Tragedies of Shakespeare, Verso, London, 1996, p. 29. Fernandes e Roberto Áudio (orgs.): Ob. cit., pp. 19-20.
Douglas; la Evangelista, narradora que acompa- ten al motivo viaje/expedición que está en el ori-
ña a los espectadores en el barco, la que da un gen del proyecto y determinan la dinámica del
encadenamiento a la historia, se confunde al espectáculo. El ser del río define también la natu-
final con la figura del Pastor, de quien conocemos raleza de la narrativa: es el río el que sustenta la
apenas la voz grabada; el Dueño de los Perros, distancia épica.
para engañar a Patricia, dice ser quien no es, y El río, aunque es semánticamente fuerte, no
atribuye su identidad a Douglas; Patricia se tra- por eso anula su presencia. Al contrario: afirma
viste de hombre para ingresar en el Matorral su resistencia en no dejarse convertir en ficción.
Egipto, donde está su padre, y es en ese lugar, en Es un río otro que, por su parte, remite de vuelta
el momento del baile, cuando ocurre el desenla- al propio río.10 En su existencia concreta, inmun-
ce dramático de la muerte de los dos jóvenes, da y maloliente, que no se deja suprimir, el río se
Douglas y Patricia, confundidos con asesinos pone en tensión con la fábula –“tiempo expreso
–también aquí la confusión de identidades–, los y urgente de las (avenidas) marginales, (...) tiem-
miembros de la secta, en la ausencia de mujeres, po distendido y dilatado del curso del río.
hacen el papel de dama cubriéndose la cabeza Superposición de espacios y simultaneidad de
con sacos. Hay que mencionar también las más- tiempos”, sintetiza Antonio Araújo.11
caras usadas por los actores en diversos momen- En aquello que el río no deja re-significar resi-
tos, que reproducen sus propias caras u otras de su potencia poética. Poesía que exhala del
ajenas. El tema de la identidad se traduce así silencio digno, en su magnificencia maculada.
como “identidad móvil, fluctuante como el pro- En la imaginación poética, un río que no corre
pio río”, según dice Antonio Araújo.9 hacia el mar es un río sin posibilidad de reden-
Del juego de identidades, de la topografía com- ción. Esa es su condición trágica.
pleja, de la simultaneidad horizontal y los dislo-
ques que rigen el espectáculo, toma sus sentidos Traducción del portugués V.M.T.
BR3. De todos sus componentes, ciertamente, el
río es el elemento más fuerte. Todos los aspectos
significantes del espectáculo encuentran en él un
10
campo de reflexión. Sus atributos se abren en La referencia necesaria aquí es Foucault y la idea de hete-
rotopia. Silvia Fernandes también remite a esa noción en
posibilidades de metáfora: movimiento, flujo,
sus comentarios en “Cartografías de BR3”, p. 43.
disloque, orientación/desorientación, todos remi- 11
“Da impossibilidade de escrever sobre o processo”, Sub-
Texto. Revista de Teatro do Galpão Cine Horto, n. 2, diciembre
9
Ibidem, p. 19. 2005, p. 25.
personajes des-psicologizados son parientes cer-
canos de las figuras de las historietas.
Constituyen, en principio, clichés o estereotipos,
pero adquieren una posible “alma” por el arte del
director y de los actores, que los elevan a la con-
dición de arquetipos. La narrativa presa en la
Plancha caliente, palabra induce a la caracterización psicológica,
el caos urbano a brocha gorda mientras que la narrativa elaborada a través de
los trazos se expresa en la forma pura de la ima-
Sebastião Milaré gen, sin mediaciones –de esa forma el arquetipo
está potenciado.
Mario Bortolotto está entre los más fértiles dra- El encuentro del hombre de teatro con el dise-
maturgos activos en el teatro brasileño. Con fre- ñador de historietas resultó, por tanto, en la radi-
cuencia cada nuevo texto suyo es representado
por el Grupo de Teatro Cemitério de Automóveis
(Cementerio de Automóviles), que creó hace
veinticinco años en Londrina, Estado de Paraná,
y que hace una década se mudó a São Paulo.
Además, no es raro, que sus obras originales se
presenten en dúos de colaboración con “almas
gemelas”, contestatarias como él, representantes
actuales de linajes literarios que proceden del
Marqués de Sade, de Rimbaud, Mallarmé,
Artaud, Kerouac, Bukowski, pasando por la con-
tracultura de los dadaístas, los beats, los hippies
y los punks. Así es que realizó pareja creativa con
el poeta Maurício Arruda Mendonça, adaptó 22
obras de cuentistas y novelistas, como Marçal
Aquino, Mirisola, Daniel Pellizzari, Cristiano 23
Baldi, autores con la aptitud transgresora de
hablar de la realidad social y de describir el com- calización de una idea, de un concepto dramáti-
portamiento del hombre contemporáneo. Por co. Con inteligencia, Bortolotto no intentó desa-
fin, encontró no un poeta o un novelista, sino un rrollar diálogos o “teatralizar” las situaciones
creador de historietas, un diseñador gráfico de narradas (o, mejor dicho, diseñadas) por
notable talento, que integra tales linajes, y los Kitagawa, como ocurre casi siempre en las adap-
honra con trabajos vigorosos y absolutamente taciones de historietas para el teatro o el cine.
transgresores: André Kitagawa, autor de Plancha Como diálogo usa las mismas frases que el dise-
caliente (Chapa quente), constituida por siete his- ñador de historietas escribió en los globitos de
torietas, que Mário Bortolotto adaptó para la textos, para significar lo que hablan los persona-
escena. jes, o las frases explicativas que aparecen en el
En este caso, no ha cambiado el criterio de las cuadro. Por medio de ese modo de proceder, dio
colaboraciones y sí se ha radicalizado uno de los materialidad (carnes y nervios) a las figuras dise-
aspectos fundamentales de su visión estética. La ñadas, pero sin sobrecargarlas de tensiones o
idea de la historia en cuadros siempre estuvo pre- explicaciones psicológicas. Ellas son lo que son:
sente en su trabajo, tanto en los textos como en marionetas de una fuerza mayor que lo manipu-
la elaboración escénica. Bortolotto evita a toda la todo y deja poco margen para el ser humano
costa el teatro psicológico y, de ese modo, sus ejercitar su humanidad, su “existencia chispa”.
Son apenas trazos, deseos reprimidos, realidades
aventadas o inventadas... condición, en honor a
la verdad, a la que estamos sometidos todos en
los días que corren, dirían esos poetas malditos.
Condición, especialmente, de los seres que habi-
tan ciudades iguales a São Paulo.
EL ESTIGMA DE LA METRÓPOLI zador. Son metáforas terribles, a despecho del
Aunque aparezca en escena con insistencia la cinismo y del humor, o justamente por el cinismo
imagen del avión aproximándose a una torre, y el humor.
mientras otra ya está siendo detonada, no es a Ni al diseñador ni al poeta de la escena le inte-
Nueva York que se refieren las siete historias de resa apuntar con el dedo a las causas del caos
Plancha caliente, sino a São Paulo. Y también a establecido. El caos está ahí, en el mundo, ejer-
Río de Janeiro. Como ejemplo de otras metrópo- cido en algunos lugares por el fundamentalismo
lis, especialmente aquellas de regiones de econo-
mía periférica, donde la vida pasó a tener poco
valor. Por nada, tal vez porque no le gusta la ropa
que lleva puesta o la cara del ciudadano, el ban-
dido dispara su arma sobre el sujeto que encuen-
tra en la calle. Son crímenes motivados más por
el humor del bandido, que por estrategia o con-
veniencia criminal. La vida, en ese contexto, es
una tontería. En São Paulo, como en Río de
Janeiro, con alarmante frecuencia las personas
son víctimas de una bala perdida dentro de la
propia casa, o en la puerta de la escuela, o atra-
vesando la calle, o tomando helado en la cafete-
ría. Tales hechos del día-a-día convierten los ata-
ques a las torres del World Trade Center apenas
en un símbolo: la imagen concentrada de masa-
cres cotidianas y sistemáticas que marcan este
inicio de siglo y estigmatizan a las metrópolis.
Los agentes visibles de esa “fuerza mayor”
(bandidos, asesinos) son también unos pobres
diablos quién sabe si producidos por los medios
de la sociedad de consumo, o por la insensatez
histórica de los poderosos, o por la miseria no
sólo material, sino también espiritual que asola religioso, en otros por el narcotráfico, o por el cri-
al mundo contemporáneo. men organizado, en casi todos por la desespe-
Un perfecto ejemplo de la pulverización de la ranza. A través de metáforas, que se permiten
responsabilidad de tales “agentes” está en la pri- ignorar la sociología y la psicología, esos poetas
mera historia, “Balada sangrienta”, narrada por sólo quieren revelar el caos con sus herramientas
un individuo que mató a otro, a quien tenía expresivas –sin escapar a cierta perplejidad, sino
como su mejor amigo, sin que él mismo consiga intentando ocultarla bajo una capa de sarcasmo.
explicar la razón que lo llevó al crimen. “En el Con ironía se lamentan los pobres personajes;
velorio lloré más que una niña”, dice. E intenta lamentan esa masa que emerge de la promis-
justificar el llanto: “Fue sólo de pensar que tal vez cuidad de criminales y víctimas, que hace que
él se estuviese yendo para un lugar muy loco... sea casi imposible distinguir unos de los
mientras yo continuaba en aquella mierda”. La otros.
madre de la víctima le entrega todos los CDs del La esperanza se revela en el apasionado abrazo
muerto, pero él los destruye, sin que se explique de los amantes de la última historia. El matrimo-
tampoco esa actitud, una vez que le gustaban. nio ve la televisión. Es un noticiario, con narra-
Termina siendo apresado por el crimen. Cierta tivas de desastres y crímenes. Indiferente a las
noche, en la cárcel, mientras dormía, su colega desgracias cotidianas que animan los telenoticie-
de celda lo asesina, sin que se sepa tampoco por ros, la mujer pregunta: “¿Como fue que descu-
qué motivo. El hecho es que despierta en el briste que me amabas?”. Mientras la conductora
Infierno, donde encuentra al amigo que ha mata- de la TV habla del desempleo entre los jóvenes
do. Continúan siendo amigos y el otro le agrade- como una de las principales causas de la violen-
ce por el envío de los CDs. Se quedan por allá cia, él piensa un poco y responde que el descu-
probando el sonido, maravillados porque los apa- brimiento “fue como una explosión: de repente
ratos de sonido de los infiernos no tienen ecuali- buuummm, y ahí todo se volvió diferente, todo
tuvo sentido...”. Y en el momento en que un ción, mientras que se valora al actor y la ocupa-
secuestrador apunta el revólver para la cabeza de ción del espacio escénico, lo que resulta en la
una mujer, en la pantalla del televisor, la pareja forma inteligente, económica y objetiva de con-
abrazada, se besa apasionadamente. La esperanza tar la historia.
retorna con el amor. Como si estuvieran en busca Tales méritos sumados a la rebeldía inherente
de la propia salvación, los poetas restablecen el al acto creativo del grupo, a su visión crítica de la
valor de la inocencia a través del acto amoroso. sociedad, al lenguaje coloquial y sarcástico,
encuentran un público que nunca los abandona,
pues identifica en los espectáculos la realidad
actual en ropajes grotescos, expuesta casi siem-
pre a través de clichés y de estereotipos conver-
tidos en instrumentos de la narrativa escénica,
en busca de una expresión que trascienda los
propios clichés y estereotipos. Este es el desafío
que atrae a tantos actores de diferentes forma-
ciones para el Cemitério de Automóveis.
En Plancha caliente el desafío llega al extremo.
El actor debe hacer al personaje saltar de los car-
tones para la escena sin traicionar la naturaleza
del original. Quiere decir que debe apenas otor-
gar volumen, masa muscular, al que fue creado
por trazos, sin darle tintes psicológicos. Eso, sin
embargo, no puede confundirse con una inter-
pretación plana y rasa, simplemente estereotipa-
da. Por el contrario, la gracia está exactamente
en tornar al estereotipo en algo vivo, convincen-
te, con cierta vibración –lo que significa darle el 24
estatus de arquetipo.
Para eso el actor debe huir de los procesos rea- 25
listas de la construcción del personaje. Lo que
EL DESAFÍO A LOS ACTORES interesa es la propia compulsión que lo lleva a
Hay una intensa complicidad de los intérpretes actuar y no los fundamentos psicológicos, socio-
en la autoría de la narrativa escénica, no sólo de lógicos o morales de esa compulsión. Es la emo-
este, sino de cualquier espectáculo del Cemitério ción en estado bruto. El irracionalismo mueve al
de Automóveis. Muchos actores no integran el personaje y permea sus relaciones sociales, fami-
grupo: son invitados. Esto es común especial- liares e íntimas. Eso obliga al actor a una com-
mente en las muestras que el Cemitério de posición precisa, sin floreos vocales o corporales,
Automóveis realiza, presentando un extenso sin meneos descriptivos o sentimentalismo en la
repertorio (en una de ellas mostró veinticuatro entonación. Paradójicamente, sin embargo, debe
montajes diferentes). Plancha caliente integra la humanizar al personaje, hacerlo convincente a la
cuarta muestra del grupo, celebrada en el platea. Y uno de los factores que lo humaniza es
Espacio Escénico Ademar Guerra, del Centro el sentimiento generalizado de profunda soledad.
Cultural São Paulo. Como siempre, el evento Los canales de comunicación entre las perso-
cuenta con la participación de una decena de nas, en ese universo árido y cruel, están truncos,
actores invitados. llevan a equívocos muchas veces fatales. Esa faz
Esos profesionales de la escena se unen con de Plancha caliente refleja de modo radical el sen-
alegría al grupo en una experiencia peculiar, para timiento que sufren los habitantes de las metró-
vivenciar el proceso creativo desarrollado por polis periféricas, como São Paulo y Río de
Bortolotto. Un proceso caracterizado por un cor- Janeiro, cercándose de rejas, blindando carros,
tísimo tiempo de ensayos. Los actores están lanzando miradas desconfiadas y temerosas,
facultados de amplia libertad creativa, pero rigu- como si fuesen permanentes blancos del Azar o
rosamente dentro de los parámetros y criterios de lo Desconocido. Y de ese modo cada uno
estéticos establecidos por el director. Otra carac- construye murallas en torno de sí y se refugia en
terística del proceso es el bajo costo de produc- la inexorable soledad.
Once actores en escena deslindan ese universo En paneles colocados al fondo y en los laterales
de precariedades humanas, y le dan admirable del escenario se proyectan las ambientaciones de
unidad, a despecho de sus diferentes escuelas y los cartones. De ese modo, los actores se inte-
formaciones artísticas. Todos crean desde la gran al lenguaje gráfico, lo que no sólo justifica
perspectiva de la historieta, construyen persona- aquel tipo de interpretación, sino que lo redi-
jes a partir del conflicto de base, que surge no mensiona. La conjunción de la gráfica proyecta-
como un problema a solucionarse, sino como da con la óptima banda sonora de Mário
destino y condena del sujeto. Pasan de la carica- Bortolotto y Kitagawa, sumadas a la excelente
tura al entorpecimiento de los sentidos con extra- iluminación de Bortolotto y Marcelo Montenegro
ordinaria delicadeza. Al cinismo del personaje le y el movimiento de los intérpretes, resulta en una
sucede la sonrisa melancólica del actor, delatan- estética paradójicamente familiar e innovadora.
do a flaqueza de aquel que se viste de valiente. Además, todo se desarrolla en una extraordina-
Las contradicciones son expuestas en blanco y ria unidad contradictoria. Tanto las historias
negro, sin medios tonos. Así realizan esos intér- narradas como los elementos utilizados para la
pretes sus personajes, en los trazos puros de un narrativa. Todo se revela en términos dialécticos.
cartoon vigoroso, que se apropió de la escena con Son indagaciones y no afirmaciones, que sólo
el objetivo plenamente alcanzado de divertir y esa dirección a cuatro manos, unidos el director
emocionar al espectador. de escena y el director de arte de modo absolu-
to, podría materializar en escena.
DIRECCIÓN A CUATRO MANOS Desde la idea inicial del proyecto artístico hasta
Puede decirse que en este espectáculo se ve su admirable conclusión, Plancha caliente es,
realizada, casi a modo de un manifiesto estético, innegablemente, uno de los más creativos e
la síntesis del trabajo creativo de Mário Bortolotto innovadores espectáculos vistos en los últimos
con sus actores y colaboradores, tanto en el tiempos en escenarios brasileños.
plano dramatúrgico como en el ámbito de la
representación. Ideología y mecánica narrativa Traducción del portugués V.M.T.
encuentran síntesis en él, exponiendo la dialécti-
ca de su construcción.
A lo ya comentado sobre el trabajo de los acto-
res, se debe añadir la idea del ambiente en que
se mueven los intérpretes, pues sin duda ellos
son estimulados y motivados por ese ambiente.
Aquí encontramos en la escena al propio diseña-
dor de historietas, André Kitagawa, en un trabajo
de tanta importancia que llevó a Bortolotto a pre-
sentarlo como codirector del espectáculo.
En las notas al programa, después de confesar
la fidelidad al autor que adapta para el teatro,
pues quería ver la obra del otro integralmente en
la escena, Bortolotto afirma: “En este trabajo,
que pide una fidelidad aun mayor, ya que las
escenas ya existen y ya fueron visualizadas (a
diferencia de la obra que está apenas escrita),
preferí inclusive llamar al propio autor para que
firmara la dirección conmigo”. Actitud elegante,
sin duda, y por encima de todo honesta. Pues,
en verdad, la proyección de ilustraciones y ani-
maciones de André Kitagawa fueron de funda-
mental importancia para el espectáculo y le dio
sustentación absoluta al trabajo de los intérpre-
tes, contextualizándolos en el lenguaje de la
historieta.
encuentra múltiples recursos dramáticos y escé-
nicos que tienen la doble función de desmontar
la univocidad del personaje (y por lo tanto, del
sujeto) al ponerlo en el juego de la otredad y a la
par de realizar una autorreflexión sobre lo que
está aconteciendo en escena: la realidad dual de
lo teatral, que se mueve en ese frágil borde entre
lo real y la ficción.
Neva, a través de un extremo minimalismo
escénico y de actuaciones potentes, versátiles,
lúdicas, logra proyectar las complejas imbricacio-
nes textuales de una obra que, a partir de la cita
y la indagación penetrantes, construye y decons-
truye críticamente, hasta la crueldad, un modelo
dramático y teatral fundante del teatro moderno:
el de la estética realista sustentada en la compli-
cidad estética entre Antón Chéjov y Stanislawski.
Neva, creación autoral de Guillermo Calderón,
quien también la dirige en escena, se articula en
torno a una situación pirandeliana que activa
múltiples capas de relación entre la realidad/fic-
ción de lo teatral.
El espacio escénico de Neva es esencial, ascéti-
co, constituido sólo por la metáfora de la escena:
“un escenario sobre un escenario”, un plató
redondo de unos dos metros y medio de diáme-
tro, tapizado en una vistosa felpa roja del color 26
prototípico de los cortinajes de teatros lujosos.
Sólo dos elementos sobre él: un sillón de estilo, 27
de felpa dorada, y a la base frontal, una pequeña
Neva, en el pliegue de la otredad estufa eléctrica enfocada hacia el plató, cuyos
tubos incandescentes, al modo de candilejas,
María de la Luz Hurtado constituyen la única iluminación de la obra.
La situación dramática básica es la de una
Decir que hay teatralidad es identificar en el actor
actriz de fama y talento que ensaya un monólo-
un juego de fricciones entre códigos y flujos, entre
go de El jardín de los cerezos, de Chéjov, en un
lo simbólico y semiótico, entre caos y orden con los
teatro de San Petersburgo, ensayo que ella torpe-
cuales el actor actúa. Son estos frotamientos, fric-
dea repetidamente por estar en crisis como
ciones, alternancias en donde actores y espectado-
actriz. Es que se trata de Olga Knipper, la viuda
res encuentran el placer del teatro.
de Chéjov, cuyo reciente fallecimiento la tiene
JOSETTE FERAL1
sumida en el trauma y el dolor. Como alemana
en suelo ruso, sus actuaciones más potentes las
La construcción de la identidad a través de jue-
realizó protagonizando a las mujeres creadas por
gos de confrontación con las diversas facetas del
su esposo y venerado maestro, y el hueco afecti-
sí mismo y de los otros está hoy en el centro de
vo y de poder generado por su muerte ahora la
la preocupación de la teoría cultural y también,
vuelven insegura y la paralizan neuróticamente.
de los modos de jugar la acción dramática desde
Sólo dos actores han llegado al ensayo: Masha,
el personaje teatral.
una actriz de su misma edad, y Aleko, un actor
En la cartelera santiaguina actual, el lugar de la
más joven. La obra se mantiene dentro de esta
mirada que constituye al personaje y a la acción
ficción de actores en situación de ensayar una
1
Josette Feral: Acerca de la teatralidad. En Cuadernos de obra, por lo que los actores reales actúan el per-
Teatro XXI. GETEA, Editorial Nueva Generación, Buenos sonaje del actor actuando su personaje o salien-
Aires, 2003, p. 45. do de él, intermitentemente.
Un eje constante de la obra es realizar la actua- gulares. Aún cuando al comienzo Olga Knipper
ción del ensayo de modo performativo: dejando conduce la situación, pronto surgen entre ellos
a la vista sus mecanismos constructivos median- relaciones de celos, de usurpación, de parodia,
te diversos recursos histriónicos, ya sea exacer- de suplantación de personajes. Esto, confundien-
bados, “naturales”, estereotipados, fallidos, emo- do cada vez más el lugar desde el cual se sitúan:
tivos, controlados, etc. Ello, según las dinámicas el del actor y la actriz actuando el personaje, o el
relacionales de los personajes en su situación del actor y la actriz en la vida “real”, o el del actor
“real”, las que activan y modifican las relaciones y la actriz transparentando, manipulando, apro-
interpersonales inmediatas, catapultadas hacia el vechando su situación actoral y de personaje
mundo interno de cada cual, hacia la memoria para animar al de la vida real, y viceversa.
de situaciones similares o de contrapunto con las Así, Olga Knipper “actúa” su incapacidad acto-
tensas dinámicas actuales. ral, mima las dinámicas que teme se generen
Lo meta-teatral se constituye en la indagación entre el público durante el supuesto fallido estre-
en torno a las claves del “método” stanislavskia- no, y solicita a Masha que interprete su monólo-
no, en especial, de la memoria emotiva y física go para encontrar una pista para su propia inter-
de los actores: de su vida personal, de lo vivido, pretación, la que luego rechaza y cuestiona de
sentido, observado, experimentado en carne modo airado y soberbio. Dinámicas similares
son impulsadas por los otros
dos personajes: Aleko dice
amar o haber amado a Olga y
a Masha, se somete a los capri-
chos de una y otra respecto a
sus capacidades actorales y
sexuales, reales o ficcionaliza-
dos, los subvierte, etcétera.
La obra mantiene al especta-
dor en suspenso, en sospecha
permanente, en admiración,
en resonancia afectiva por la
habilidad del guión y de la
interpretación, los que no mar-
can las transiciones ni estable-
cen convenciones para indicar
el paso de una situación de
actuación dentro de la ficción a
aquella en la que el actor o las
actrices viven su existencia
“real”. Los equívocos resultan-
tes son transgresores, como
una confesión amorosa alta-
mente erótica de Aleko hacia
propia, como fuente y correlato de la construc- la viuda de Chéjov, quien responde en el plano de
ción de un personaje “real”, “creíble”, “vivo”, lo real, siendo que luego el actor confiesa haber
afectiva, social e históricamente fundado. estado ensayando con ella un monólogo basado
Este imperativo existencial actúa como clivaje en Dostoievski.
permanente en los “ensayos” de los actores, y a
la vez, como un duro peso que, a la par que se
intenta cumplir, va dejando a la vista las trampas
y equívocos a los que conduce y provoca.
Reunidos en una gélida noche cargada de
malos presagios por la inasistencia del resto del
elenco, a los tres actores se les abre un espacio
de intimidad para las confesiones personales, las
que exacerban sus relaciones bilaterales y trian-
Pero ya se ha creado un clima erotizado, del la brutal Matanza del Domingo Sangriento per-
que participa Masha, y ello los lleva a estimular la petrada por la Guardia Imperial zarista, hacia el
memoria amorosa de la viuda en relación a final de la obra, lo acuciante de esta situación
Chéjov, memoria intervenida por la enfermedad, pre-revolucionaria hace prevalecer las identida-
la sangre, el deterioro corporal del marido en su des sociales de los actores. Estos, de haber ocul-
etapa final de tuberculoso. De ser este el creador tado o enrarecido sus raigambres sociales y
de los textos que ninguno de ellos puede o quie- posiciones ideológicas, finalmente se sitúan en
re interpretar, se constituye él mismo en objeto trincheras diferentes: Aleko, en la del joven aris-
de representación. tócrata pacifista y cristiano; Masha, en la de la
Chéjov, figura fantasmal omnipresente, es actriz pobre y anarquista; Olga, la viuda de
encarnado escénicamente por cada uno de los Chéjov, en la de la extranjera (alemana, alter
actores. En especial, cuando Olga, para desblo- ego de la emperatriz de Rusia), desinformada y
quear su psiquis fijada en el momento de su conciliadora.
muerte irrecuperable, busca desesperadamente Neva, entonces, explicita sin rodeos aquello que
lograr la precisión de la memoria de ese momen- en la obra de Chéjov está como trasfondo meta-
to inefable. Así, la actriz pide a sus compañeros fórico, como entramado que fundamenta la
representar no el texto escrito por Chéjov que decadencia burguesa, las contradicciones socia-
están ensayando sino el texto representacional, les, la conciencia revolucionaria que se gesta. De
performativo, vivido por él mismo al momento esa explicitación hay un paso directo a la discu-
de su propia muerte: que representen la muerte sión ya sabida de si el teatro de la revolución o la
de Chéjov para ella. El ritual de esta representa- revolución del teatro; de si es posible o ético
ción, conducido primero por Olga pero luego actuar un personaje en lo social diferente al de lo
escapado a su control, al modo de un exorcismo teatral; de si el teatro tiene realidad en sí, capa-
avanza y retrocede en el patetismo, el horror, la cidad de generar martirios y lealtades como lo
sátira, la trivialidad. tiene la lucha social. Si, en fin, ya en la anticipa-
Tanto esta como otras representaciones del ción del tiempo que vendrá, y representando a
“otro” que continuamente realizan los actores, ese Chéjov que será tras un siglo, en una muerte 28
como también, las representaciones que realizan aún más honda, y a su rutilante esposa ya des-
del “otro” de sí mismos, les dan licencia para un compuesta, muerta, olvidada, surge la interro- 29
lenguaje de crueldad, vulgaridad, auto manifesta- gante de si algo de eso será o no representable
ción transgresora. Al derribar por ejemplo la dei- en algún espacio teatral en alguna parte olvidada
ficación del maestro llegando hasta su lugar más del mundo, hoy, en el presente real no ficcional
íntimo y privado, a aquel fuera de la escena públi- de la representación –el del 2006 o 2007.
ca: al de lo intrafamiliar incestuoso, apareciendo Ese volver sobre la situación de representa-
Chéjov como figura antitética del hombre moder- ción, sobre el esfuerzo extenuante de dar vida a
no con dominio de los mundos afectivos y socia- la ficción de la representación, invocando pero
les construido por el imaginario ruso. También en ese acto deconstruyendo sin remedio, crítica
Olga es descifrada y re-construida mediante la y paródicamente, las bases mismas del teatro
visión y la voz de la celosa hermana de Chéjov, realista que anticipa y florece en la revolución
representada por Masha como proyección de sus bolchevique, hace que Neva concluya de cara a
propias aversiones y celos hacia Olga. la paradoja del teatro y de la vida, inextricables,
Olga, Masha y Aleko van así transitando por absurdas.
identidades en permanente deslizamiento, las Y si toda la obra transcurre, como dije, man-
que se van constituyendo provisoriamente al ir teniendo sin transar la ilusión realista de verosi-
corporizando somáticamente sus devenires, sus militud sobre la situación de representación y la
conflictos, sus memorias emotivas y físicas, al ficción allí creada –aunque sea la ficción de
borde de la vulnerabilidad y de la histeria, pro- representar–, sin introducir en el cuerpo de la
pias de la reprimida psicología decimonónica. obra formas de extrañamiento por ejemplo
Olga encarna en ocasiones, por ejemplo, al brechtianas, o de roce entre actor/actuación
arquetipo de la “diva”, paradójicamente, esa propias de la puesta en peligro de la vida y el
actriz voluntariosa, caprichosa, histriónica que la cuerpo del actor de las performances, hay dos
actriz stanislavskiana debía domeñar. momentos que sí podrían cumplir esta función:
Aunque al comienzo de la obra se sabe que se al inicio de la obra, con la sala en penumbra
está en un día especial de enero de 1905, día de que prepara al espectador a introducirse en la
representación de la ficción, dos actores se esa noche de ritos, ludismos, exteriorizaciones
entreven, conversando de modo inaudible para de mundos en tensión que luego recogiera Aleko
el espectador al costado de la escenografía, en un texto de su escritura: Neva, que durante la
mientras se sirven copas de licor de las que obra dijo querer escribir, y que de hecho ahora se
luego beben. Luego, se ilumina el plató escéni- acaba de representar ante nosotros? ¿Obra,
co, y esos actores ya están sobre él, en perso- entonces, en cuyo momento originario Chéjov,
naje. Es decir, los entrevimos como personas Stanislavski y su esposa Olga fueron siempre
“reales” antes de cruzar el umbral que los con- construcciones ficcionales de estos dos oscuros,
vierte en personajes. tensos, obsesivos, creativos actores que se
Luego, al final de la obra, el personaje de Olga, encontraron solos en un ensayo de una obra de
de modo espectacular, cae de pronto hacia atrás Chéjov, a la cual no concurrió nadie más que
en el vacío, desvaneciéndose prodigiosamente, ellos?
quedando en escena sólo los otros dos actores Artilugio de cajas chinas, Neva realiza finalmen-
menores de ese perdido, frío y solitario teatro de te un gesto que interroga aún más cuál es el lugar
San Petersburgo. ¿Crearon ellos a Olga, fue todo de la representación, al girar uno de los actores la
una ilusión y/o una necesidad expurgatoria en pequeña estufa/foco de iluminación que ilumina-
esa noche de revolución? ¿O quizás, todo fue pro- ba los actores en escena para bañar ahora al
ducto del juego de roles realizado por ellos dos público con su luz.

La consagración de la primavera
Genoveva Mora Toral
Cuenta la historia que el músico francés Louis
Laloy, cuando escuchó por primera vez la
Consagración de la Primavera, de Igor Stravinski,
señaló que se trataba de “música sobrehumana,
revelación de potencias elementales, dédalos,
torbellinos, ruidos, voces lejanas, soplos vivien-
tes, escalofríos del espacio, temblores, éxtasis,
pavor, iniciaciones crueles, celebraciones miste-
riosas: el culto a la naturaleza encuentra su litur-
gia”, dijo.
Para nuestros oídos modernos acostumbrados
en buena medida a la música rupturista, si bien
no nos provoca la reacción que en su momento
causó esta composición, tampoco deja de sor-
prendernos y exigirnos una atenta escucha. No
es música que permite oírla sin detenimiento,
sus notas asincrónicas, su construcción nada
convencional, sus disonancias, así como el pro-
pósito de no regirse de manera estricta a la esca-
la musical y de marcar líneas meramente ono-
matopéyicas, nos reta a percibirla no solamente
con el oído, más aún cuando es causante de pro-
vocadoras creaciones como la de Jorge Alcolea,
coreógrafo cubano, quien el año anterior dirigió
a la Compañía Nacional de Danza, en Quito, y
lograron un trabajo inolvidable.
En 1913 el asombro se convirtió en escándalo,
y este es el pretexto y el juego al que Alcolea
apela para abrir la escena. Teatral y convincente.
Desde el primer momento una atmósfera de nie- glotonería, también del rito humano y divino,
bla e inquietud atraviesan el ambiente, Ellos y que en nuestros tiempos alcanza doble significa-
Ellas son el público que empieza a desesperar, ción se plasma en una recreación genial en la
alguien se decide y los ánimos se encienden, en que los intérpretes ocupan su lugar, se reconocen
contraposición a la obertura musical, momentá- en un rito cotidiano y se vuelven parte de las
neamente se transforman hasta que la música cosas. Ellos y los objetos son los mismos, fusiona-
misma los regresa a su condición de intérpretes, dos se desplazan como si esa materia inanimada
entonces la voz de la percusión los junta en un cobrara vida y se transformara en elemento vital
corro de ejecutantes que ha sucumbido ante ella. ligado a sus cuerpos. Un de los momentos más
El coreógrafo toma el referente, lo transforma, logrados visual y coreográficamente.
lo sitúa en el presente, lo paganiza y muestra a la La momentánea armonía se rompe por el ím-
primavera como la metáfora de la esperanza en petu, los hombres pelean su territorio, el mundo
un mundo en el que no hay vírgenes dispuestas se ha dividido en bandos que se enfrentan.
a entregar su vida, solamente mujeres y hombres Cubrirse los ojos, andar en manada, aparece
ansiosos por vivir, regidos por el desborde, ancla- como el símbolo moderno de la indispensable
dos en nuevos símbolos. Estructura la obra en ceguera para vivir, un recorrido a tientas, una
diez instancias marcadas por los tiempos de la toma del espacio; otra vez a ras del suelo, dejan-
música y los tiempos de la danza. El rito orgiásti- do huella y constancia de su paso. Los objetos,
co, erótico, violento, de inmensa energía; la otra vez cumplen un papel, son el apoyo para
acción-repulsión de los cuerpos, nos sitúa en la imprimir un ciclo de insistente frenesí, las sillas
ceremonia y nos envuelve en su ensimismada como el momentáneo refugio de las mujeres, el
consagración. Cada gesto, encuentro y desen- caos que anuncia algo… Nuevamente se conge-
cuentro es la frase, la estrofa poética inscrita con lan en el tiempo, la luz decae, ellos se han ido, las
acento corporal exquisito, tanto que en los pasa- mujeres quedan solas. Buscan terminar con la
jes de mayor violencia logra
un poema catártico y huma-
namente actual, al tiempo 30
que hurga en nuestro imagi-
nario ancestral. Los cambios 31
de escena se determinan con
los silencios. Todo está perfec-
tamente calculado, la inac-
ción instantánea es el leit
motiv que impulsa y da paso a
la siguiente.
La onomatopéyica música
marca el juego de la ronda ini-
cial donde se baila en medio
de una naturaleza creada,
simultáneamente armónica y caótica, sensual desgracia, han decretado la elegida que en estos
como sus protagonistas. Un baile a ras de suelo, tiempos de ausencia de héroes rehuye tal desig-
como tocando la tierra para insistir en su perte- nación, se revela, intenta escapar pero no puede.
nencia. Una celebración de parejas y vidas que Mientras la música insiste en su punzante so-
transcurren en armonía, y en un momento dado nido.
todo se trastoca y desata en barbarie, en rapto y La leyenda rusa queda como el nexo lejano,
violación; la hostilidad y el dominio imperan como la evocación de una ceremonia que hoy se
en una escena intensa, lograda, paradójica- convierte, por obra y trabajo de estos bailarines,
mente grata, sustentada en la magnitud del en un renovado ritual que parece pedir con fuer-
movimiento y la precisión escrita por el domi- za un renacimiento que no llega. La primavera
nio técnico. Un grupo que da cuenta de una aflora como metáfora de esperanza en un mundo
mezcla de técnicas que inscriben una caligra- en el que los sacrificios han perdido sentido y
fía particular en esta creación. quienes los viven los asumen como carga del
Mientras tanto, alguien ha puesto la mesa. La destino o sometimiento de un sistema absurdo y
comida, símbolo de la hartura, del exceso y la destructivo.
La ceremonia femenina, da paso a la elección el silencio. La iluminación y la escenografía no
de la joven que será sacrificada; propician la solamente cumplen su objetivo, sino que hay
inmolación, quizá, para exorcizar los males del momentos en que la luz se vuelve verdadera-
mundo. La escogida –Yulia Endara– deja fluir su mente protagonista, fija la escena como un esce-
danza con maestría y entrega, deleita y sobre nario natural que cobija cada escena y refuerza
todo logra transmitir al espectador el miedo, la su ritmo.
impotencia, la desesperación reflejada en un Pina Bauch cubrió el escenario de tierra,
cuerpo que en un rato dado parece no pertene- Alcolea lo inunda de hojas. Elementos que pue-
cerle. Una combinación de movimientos mini- den leerse como alegoría de este tiempo. Colores
malistas contrastan con frases enérgicas, violen- tierra rememoran el origen y simultáneamente
tas y elaboradas, que parecieran querer purgar el nos sitúan en un ritual urbano, desmedido,
dolor y la explotación en cada uno de sus deses- actual, violento y sonoro.
perados saltos. Una víctima que danza hasta la Hay obras que nacen con mucho carácter y
muerte para cumplir su misión. Extraordinaria nacen para no morir. Clásicos que no solamente
interpretación que cierra la obra. se quedan, sino que en cada renacimiento vuel-
Llegar a ser un bailarín o bailarina virtuosa es ven a provocar. La Consagración de la Primavera
un mérito, dar el paso a la interpretación es, pro- es una de ellas. En su muy recordado estreno
bablemente, una meta. El elenco de la Compañía causó revuelo y más de un enfrentamiento inclu-
Nacional de Danza, en este trabajo sobrepasa el so en el propio teatro. Pina Bauch hizo lo suyo,
nivel espectacular y nos deleita con bailarines y Maurice Bejart también marcó su paso. Jorge
bailarinas que se muestran como verdaderos Alcolea, el talentoso coreógrafo cubano, ha deja-
intérpretes, cada quien se concentra en su papel, do con este trabajo una huella notable en nuestra
ahí no está nadie para lucir, son personajes danza y en la Compañía Nacional de Danza. Y
inmersos en el rito, dueños de sus cuerpos res- sospecho que, igualmente, en el público.
ponde a su particular papel así como a una danza
grupal intensa y demandante. A lo largo de la
obra se percibe una energía de verdadero ritual,
cada uno de los integrantes danza esta consagra-
ción, la sitúa en nuestro tiempo y la renueva
mediante un lenguaje único en el que se percibe
también un homenaje al ballet clásico. Destaca
un trabajo de fusión del release y el volando bajo,
al que se añade un aporte particular de Alcolea y México es una invención
dramática: Nezahualcóyotl,
la capacidad de un elenco que ha asimilado su
propuesta y la revela en una interpretación orgá-
nica. ecuación escénica
Es una obra lograda en muchos sentidos. El
vestuario, de Pepe Rosales, una vez más se de historia y tiempos
fusiona con el sentir de la danza; sus colores y Hilda Saray Gómez G.
textura se compenetran con el ritmo, la caída y
Juliana Faesler, joven directora teatral mexica-
na, aprovecha la intertextualidad cultural para
plantear su obra Nezahualcóyotl, ecuación escéni-
El pasado hoy. El presente que es pasado. El ca de historia y tiempos. Una obra donde el pre-
presente retextualizado que simula ser el antes. sente mexicano se mezcla, funde y confunde con
El escenario como espacio de disputa y de dis- los tiempos idos prehispánicos, que por lo menos
curso histórico que se representa a sí mismo. en el centro de la República, con sus costumbres
Un escenario vacío, que la luz dibuja, fragmen- y creencias, fluyen como río subterráneo en la
ta y significa. Atrás, en medio círculo varias cotidianidad de sus habitantes.
mamparas que lo mismo se vuelven bosque, Es lugar común, de políticos y políticas cultura-
calle, montaña. Personajes de cuerpos pintados les, aludir a la grandeza del pasado prehispánico
que sugieren las imágenes de los códices prehis- y referirse a él como un horizonte que ha cadu-
pánicos, actores y actrices que encarnan la histo- cado y del cual quedan solamente referencias
ria y son resultado de ella. Voces y palabras que museísticas o cuando mucho, algunos vestigios
resuenan en el náhuatl, lengua indígena, que en las comunidades indígenas y campesinas. Y
siguen su huella sonora, pero que son dichas, cre- no es que el grueso de la población sea amplia-
adas y actuadas en español. El pasado en el pre- mente versada en la historia y la antropología
sente. El presente efímero de lo teatral trae un nacional, sino que las influencias de lo prehispá-
pasado que se revisa, se visita y se vuelve a crear. nico se manifiestan y se imbrican con las expe-
Nezahualcóyotl, ecuación escénica de historia y riencias de vida de los mexicanos.
tiempos o cómo la Historia es un discurso y un La obra de Faesler aprovecha la relevancia
archivo prestos a la reconsideración.1 urbana, económica y sociológica de Ciudad
Nezahualcóyotl es un nombre bien conocido en Nezahualcóyotl para cruzarla con la historiografía
México. Quizá para muchos, la referencia no sea del siglo XV, tiempo en el cual Nezahualcóyotl,
el mítico señor prehispánico, gobernante de gobernante de Texcoco, superó la sujeción de su
Texcoco, apreciado y recordado por su buen pueblo respecto de otras etnias como los tepane-
desempeño político y autor de numerosas crea- cos de Azcapotzalco y los mexicas de México- 32
ciones poéticas. Para muchos, el nombre más Tenochtitlan.
bien remite a la ciudad que desde los años 50 ha Al mismo tiempo, en un mapa histórico y con- 33
crecido al poniente del Distrito Federal: ceptual, la autora plantea las formas de depen-
Nezahualcóyotl, como territorio en miniatura de dencia de Ciudad Nezahualcóyotl respecto del
México, crisol de migrantes venidos de todos los Distrito Federal y los avatares de una urbaniza-
puntos de la República, territorio de la especula- ción que ha crecido con un esquema de planea-
ción inmobiliaria, desarrollo urbano con escaso ción mínimo y que en su territorio alberga
desarrollo y sin urbanismo. comunidades migrantes, tanto de grupos que
1
llegan de estados como Oaxaca y Chiapas y que
Nezahualcóyotl, ecuación escénica de historia y tiempos, de
una vez instalados, se marchan a los Estados
Juliana Faesler, se representó en la sala Juan Ruiz de
Alarcón, del Centro Cultural Universitario, en la Ciudad de Unidos en busca de mejores horizontes.
México. Su temporada culminó el 8 de julio de 2007. En suma, la obra nos enfrenta a la situación
nacional, a las inequidades en la distribución de
la riqueza, a las injusticias, a las voces de los que,
sin voz, aparecen en los periódicos o en los noti-
ciarios como cifras en caso de desastre, como
masas en tiempos electorales, como sujetos de la
nota roja o como individuos prescindibles para la
mercadotecnia contemporánea.
Nezahualcóyotl, la obra, combina en su discur-
so el pasado prehispánico mostrando la historia
del príncipe de Texcoco con los avatares de Neza,
que lo mismo es llamada y conocida popular-
mente como “Nezayork” o como “Minezota”, y
por cuyas calles transcurren las vidas de perso-
najes del subdesarrollo mexicano.
En un escenario vacío, donde sólo la luz hace
las divisiones espaciales, los actores de la puesta
en escena representan tanto a los dioses –o
númenes– prehispánicos como a los hombres y
mujeres de esa ciudad, Nezahualcóyotl, donde
los modernos servicios urbanos no llegan a toda
la población y la existencia cotidiana transcurre
en medio de las carencias.
Escrita en un lenguaje que simula la retórica
prehispánica del náhuatl, Nezahualcóyotl incluye,
en combinación, los poemas del príncipe poeta y
los diálogos de los modernos habitantes de
Nezayork, textos que logran una sonoridad parti-
cular que resuena en los oídos con resabios de
antigüedad y simultáneamente remite al habla
actual del centro de México:
XÓCHITL. Me violó, lo maté.
ALEXIS. ¿Dónde estoy? Pinche taxista pende-
jo. ¿Ya ves güera?
Por pendeja. Auxilio ¿Dónde estoy?
Nezahualcóyotl…
PEPE. Era un niño, no fue mi culpa. Yo sí le
iba a revisar los frenos, todavía no estaban
mal.
JUANA. Tengo hambre. Quiero ir al norte.
CUCA. Chimalhuacán.

ESCENA 9 CANTO DE LA GUERRA NATYELI También dijo que a nuestro príncipe por su cali-
NATYELI. Jade, oro, tus flores, dad de sabio y poeta y gran poeta le sentaba
dios sólo tus riquezas, mejor ayunar que estar hambriento.
¿por quién se vive? Netzahualcóyotl…
la muerte al filo de la obsidiana Nezahualcóyotl…
la muerte en la guerra Llegamos…
Los personajes de Nezahualcóyotl, ecuación
Con muerte en guerra escénica de historia y tiempos también van del
te darás a conocer. pasado al presente, y viceversa. Pueden asumir
la voz de deidades como Quetzalcóatl o
Junto a aseveraciones que cuentan la historia Huitzilopochtli, ser personajes históricos como
de Nezahualcóyotl, el personaje, se incluyen Nezahualcóyotl o Quetzalmacatzin, o ser el cho-
observaciones, una especie de metatexto que fer de un autobús que atropella a un niño, una
subraya, comenta, redirige el significado de lo mujer que ha sido violada o un vendedor ambu-
que se dice: lante.
Niño… duermes… te nombraron Acolmiztli Nezayork, Nezatown, Nezachusets, Minezota
Nezahualcóyotl. Quiero contarte, hacerte saber son los apodos contemporáneos no sólo de un
que hace un tiempo hubo gran complicación, territorio, sino los puntos de partida escénicos
se discutió acaloradamente si te llamabas que actores y actrices encarnan: penachos
Nezahualcóyotl “coyote en ayunas” o hechos de globos, tocados que bien podrían estar
Netzahualcóyotl “coyote hambriento”. Final- en una pasarela de moda y palabras coloquiales,
mente Don Salvador Novo decidió pensar que rudas, del español actual: hijo de la chingada,
ayunabas. pinche vieja, pendejo, puta madre…
Una cosa es el hambre Netzahualli y otra muy En la representación, transcurren en paralelo la
diferente el ayuno ritual Nezahualiztli. historia del príncipe texcocano, que dicen los
Es lo que argumentó Don Salvador. personajes:
[…] tenía la colección más importante de libros
pintados que se conocía.
Y fundó dos academias, una de poetas y otra La biblioteca: ¿de Borges
que congregaba todas las otras artes.
[…]
o Casa Cruz de la Luna?
Controló la tala ilegal de árboles. Lowell Fiet
[…]
Construyó el acueducto que dotaba de agua a ¿Qué comparten un cementerio y una biblio-
México Tenochtitlan y que venía desde los teca? Son espacios de memoria, de nombres,
manantiales de Chapultepec. títulos, historias, cuentos, de genealogías tanto
Y la historia de Neza, como la ciudad recipien- culturales como ideológicas, tanto sociales
te de las ilusiones del desarrollo nacional: como estéticas; y como espacios de memoria e
ROLDÁN. Al principio todo el mundo fue fin- historia, también representan zonas –a veces
cando como pudo… sagradas y otras veces profanas– de escritura y
N. En la secundaria El Calmecac existe un taller oralidad, “ciudades de los muertos”, sitios
de construcciones pétreas donde los vivos se comunican con los muertos
DIANA. En Neza se vive al día y los muertos viven a través de los vivos. Esto se
A. La traza de Neza es cuadriculada, en cua- puede interpretar metafóricamente o en los tér-
drados, cuadrados como manzanas minos más concretos de un mundo espiritual,
ROLDÁN. La fauna de Neza son principalmen- según las creencias de cada uno. Los teatros
te perros, gatos, burros y caballos. Es escasa en también comparten estas características como
sus variantes por ser eminentemente una zona zonas de memoria, de voces y textos que revi-
urbana, sin embargo, cada temporada de ven el pasado e imaginan el futuro.
invierno retornan a nuestros lagos artificiales El montaje de La biblioteca, obra de “teatro de la
las aves migratorias, –las que vienen de escritura” de Aravind E. Adyanthaya (basada en el 34
Canadá– como son los patos, las grullas y las cuento “La biblioteca de Babel” de Jorge Luis
garzas. Borges), nos recuerda la raíz cultural compartida 35
Y tan pronto como se está en el presente pol- de cementerios, bibliotecas y teatros. Lo hace no
voso de Neza, se está en el pasado de solamente por ubicar su sitio de representación
Nezahualcóyotl, con sus poemas que al contras- dentro del Cementerio Santa María Magdalena de
tar con la pobreza y la urgencia cotidianas, se Pazzis del Viejo San Juan, sino por darnos una lec-
convierten en una especie de conciencia, no son tura o versión muy suya que pretende re-crear en
la muestra de la belleza que se ensalza en los dis- términos colectivos y colaborativos relaciones
cursos oficiales sino más bien el recordatorio de entre las esferas concretas y cotidianas y las esfe-
que el hoy se reinventa cada día y el pasado, está ras virtuales, sean de la memoria, la imaginación
ahí, presente, en lo que se es cotidianamente. o el ciberespacio.
Nezahualcóyotl, ecuación escénica de historia y El “teatro de la escritura” –acción-narración
tiempos desconfía de la arqueología escénica. Y que surge de la escritura en vivo en computado-
en una panorámica contemporánea devuelve la ra proyectada en una pantalla– provee esta rela-
vitalidad a una historia que deja de ser didáctica ción performativa, juguetona y “liminoide” entre
para convertirse en la constatación de uno de los la imagen plástica, visual y visceral y su desva-
versos del poeta y gobernante texcocano: necimiento como trazos de nuestro archivo de
Sólo vinimos a levantarnos del sueño, memorias, tomos de la biblioteca, cadáveres del
Sólo vinimos a soñar. cementerio o “bytes” cibernéticos. Esto parece
No es verdad que vinimos a vivir sobre la tie- ser la respuesta que buscaba Peter Brook cuando
rra. preguntaba en El espacio vacío, “¿Qué queda des-
Como hierba en tiempo de verdor es nuestro pués del performance?”. Pero Borges –¿y
ser. Adyanthaya?– además de “jugar”, aunque en
Viene a brotar, viene a germinar nuestro cora- serio, con palabras y sentidos, sus apariciones y
zón. desapariciones, se ocupa más con el archivo
Flores, nuestro cuerpo, humano –el universo-Biblioteca– que es, según el
Algunas florecen, luego se seca. cuento, infinito, sin límites y cíclico.
Al releer “La biblioteca de Babel” uno se da nuevas interpretaciones “virtuales” de lo que
cuenta que es un cuento –como son muchos de puede ser tanto un libro como una biblioteca.
Borges– para bibliófilos y otros letrados y aficio- Segundo, dentro del privilegiado espacio al lado
nados de textos recónditos y lúdicos –un rompe- del mar y mirando el cielo, el cementerio asume
cabezas literario. Está hecho de reflexión encima nuevas dimensiones como un lugar de memoria,
de reflexión que se mueve de manera espiral a un espacio tan indefinido e infinito como la
través de las galerías hexagonales “indefinidas” y biblioteca de Borges. Tercero, y quizá más signi-
tal vez “infinitas”; a la misma vez, casi no se mue- ficativo, la presencia escénica de Adyanthaya
ve, porque cada hexágono es su centro y se puede como lector-interlocutor-performero, su manera
determinar sus dimensiones. Propone explorar de tratar al público, las modulaciones del tono de
varios axiomas pero sólo produce dos de ellos: 1) su voz, la incorporación de los colaboradores de
la biblioteca es eterna y 2) los veinticinco símbo- escena y los miembros del público que se ofre-
los ortográficos: ¡punto, coma, espacio y veinti- cieron voluntariamente a escribir a computadora
dós letras! Entonces procede a la elaboración de –todo lo que hace que el performance parezca
cómo estas dos premisas permiten y enmarcan algo diferente o raro, y a la misma vez, muy
todo lo pensado y escrito y todo lo por pensar y familiar y cómodo.
escribir, que ya siempre está escrito de cualquier No sé cuántas otras lecturas de “teatro de la
manera. escritura” piensa presentar la Casa Cruz de la
Luna. La mejor conocida hasta ahora ha sido
Prometeo encadenado que estrenó en Puerto Rico
a finales de 2002.1 Hasta ahora, la técnica de
representar un texto escrito en pantalla y simul-
táneamente actuar, narrar o ilustrar otro texto
similar pero no idéntico –quizá uno de los facsí-
miles de la biblioteca– ha funcionado cabalmen-
te para expandir el lenguaje visual y conceptual
del espacio teatral.
Me imagino que otras obras teatrales locales
han usado cementerios como espacios de repre-
sentación. Me gustaría saber si alguien puede
recordar detalles de tales obras. Además, en otros
términos, los entierros casi siempre son perfor-
Cada libro es único y no reemplazable a la vez mances y los cementerios –dentro y fuera de
que existen miles de copias facsímiles imperfectas obras teatrales– son espacios de actuaciones
a las que sólo le hacen falta una coma o un punto. genuinas, auténticas y conmovedoras. Sin
Dentro de la biblioteca, se buscan verdades, los embargo, no recuerdo haber recibido dinero
mejores libros, secretos, dioses, y se encuentran –chavitos, pesetas, pesos– sólo por haber sido
tanto la prueba como la negación de todo. espectador de una obra teatral. En La biblioteca
¿Pero quién más va a leer “La biblioteca de Aravind Adyathaya corre a través del público dis-
Babel”? Si la noción de la Modernidad de la cul- tribuyendo monedas y billetes de un saco blan-
tura-como-texto ya no prevalece, si la oralidad, co. Además, por la “integridad del performance”
las imágenes “promiscuas” de la sociedad los miembros de Casa Cruz de la Luna se nega-
mediática y la sociedad del espectáculo ya pre- ban aceptar la devolución después de la función.
dominan sobre la escritura como tal, ¿cómo llega Fue otro gesto genuino del teatro como memo-
un cuento de Borges al lector-no-lector actual? ria, del espacio del antiguo cementerio como his-
Me parece que La biblioteca de Adyanthaya y toria y de la biblioteca como archivo humano.
Casa Cruz de la Luna, en un primer nivel, nos Gracias a Casa Cruz de la Luna por el privilegio
ofrece una lectura-interpretación ilustrada de un de presenciar este acto.
texto que, sin ella, quedaría casi desaparecido
1
–literalmente, revive un texto-cadáver literario y Sobre Prometeo encadenado, el lector puede encontrar
lo hace de manera que no sobreimpone su lectu- otras referencias: Aravind Adyanthaya: “Escritura Acto.
Confesiones de un dramaturgo”, Conjunto n. 140, abr.-jun.
ra como la única posible. En un segundo nivel, se
2006, pp. 60-66, y Vivian Martínez Tabares: “Para entender
extiende el texto en varias formas. Primero, el mejor las escena del Caribe”, Conjunto n. 130, oct.-dic.
uso de la imagen digitalizada abre el cuento a 2003, pp. 106-107. [N. de la R.]
propicien una exploración de la identidad en
medio de la incertidumbre, en una estética de la
contradicción, la fragmentación y la disolución, a
través de microrrelatos, imágenes, estímulos,
sensaciones que permitan en el espectador una
apropiación subjetiva, intuitiva y sensorial, de la
inaprehensible y contradictoria imagen del hom-
bre, en medio del frenesí de la cultura contem-
poránea.
En ese contexto ha surgido una forma de teatro
en ambas orillas del Plata, que busca condensar
la ausencia de toda finalidad con intervención de
Una generación emergente diversas formas de violencia, lo frag-
mentario y la discontinuidad de la
de dramaturgos-directores acción, el rechazo de toda representa-
en el teatro uruguayo ción mimético-realista, de los desarro-
llos discursivos y la psicología de los
Roger Mirza personajes, para explorar las posibili-
dades de lo insólito, la sorpresa, la
En un mundo dominado por múltiples formas conexión con las formas arcaicas, las
de violencia física y simbólica que amenazan la imágenes del inconsciente, el sujeto
continuidad del sujeto y las redes de solidaridad pasivo, desinvestido, automatizado.
social en nuestra cultura contemporánea, en Así, a partir de textos transgresores y
medio de una de las crisis económicas y sociales una exigente experimentación con los
más profundas de la historia del país y frente a medios expresivos del actor, han apa-
la que recién se perciben algunos síntomas de recido en los últimos años espectácu-
recuperación, el arte escénico, como producción los que problematizan el espacio 36
simbólica, ofrece la posibilidad de crear formas mismo de la representación y las for-
de elaboración y resignificación de las experien- mas de la enunciación, conducidos 37
cias individuales y colectivas en un espacio de por jóvenes directores que muchas
subjetivación que refleje el perfil de esta cultura veces son al mismo tiempo dramatur-
de lo inestable y lo efímero; una cultura marca- gos, en una necesidad de hacer coinci-
da por una estética de la fragmentación y la diso- dir la escritura textual y la escénica en
lución, que también ha sido llamada “de la una sola enunciación. Entre estos se
desintegración”.1 Con inevitable conciencia de su pueden mencionar a Mariana Per-
dependencia económica y cultural, la sociedad covich, Alberto Rivero, Roberto Suá-
uruguaya asistió en las últimas décadas al impla- rez, Sebastián Bednarik, Raúl Nuñez,
cable deterioro no sólo de sus condiciones de Sandra Massera, Marianella Morena,
vida sino también de su universo simbólico Verónica Perrotta y Gabriel Calderón.
dominado por el doble discurso, el fraude y la También, en algunas de sus obras, a Raquel
distorsión o la desaparición de los relatos inter- Diana, además de directores como Ruben
pretativos. Pero, más allá de las coacciones del Coletto y Sergio Lazzo o dramaturgos como
sistema y de las imposturas de los relatos hege- Gabriel Peveroni y Carlos Rehermann. Junto a
mónicos, el teatro ha intentado crear zonas de ellos debemos nombrar a autores y directores de
libertad y de creación, formas imaginarias que más larga trayectoria como Iván Solarich, María
Dodera, Alvaro Ahunchaín, Luis Vidal, Leonel
1
Osvaldo Pellettieri: “La dramaturgia en Buenos Aires”, O.
Dárdano, que proponen una renovación escénica
Pellettieri y E. Rovner, eds.: La dramaturgia en Iberoamerica: y apuntan a espectadores jóvenes con los que
teoría y práctica teatral. Galerna, Buenos Aires, 1998, pp. encuentran códigos comunes.
21-40. Nos hemos referido a una “estética de la disolución” Además de la ruptura con lo discursivo, el
en “La estética de la disolución”, Teatro. La revista del abandono de las historias y la psicología e inclu-
Complejo Teatral de Buenos Aires, n. 68, agosto 2002, pp.
so de la noción misma de personaje, aparece la
72-79 y en “Continuidades y rupturas”, Teatro al Sur, nov.
2002, pp. 32-36, además de un artículo más amplio de pró- experimentación con el espacio y sus fronteras,
xima aparición en Teatro XXI. Buenos Aires, 2007. que problematiza las formas mismas de la repre-
sentación teatral y vuelve ambigua la relación impacto inmediato, el predominio de las sensa-
entre actores y espectadores, zona de la ficción y ciones, la conexión con lo arcaico, lo imaginario,
zona de la realidad. Así, el universo físico de lo inconsciente; que cuestiona, también, algunos
objetos y actores en el espacio de la escena se mitos uruguayos de fuerte arraigo en el imagina-
confunde con el universo imaginario, el persona- rio social, como la sociedad integradora, el estado
je deja lugar al actor, al mismo tiempo que su benefactor, la familia patriarcal, la mitificación de
carnalidad y la fuerza de las sensaciones invaden algunas figuras históricas, al mismo tiempo que
al espectador y contaminan su universo referen- aparecen los intentos de reconstruir la memoria
cial. El impacto sensorial y las imágenes distor- y elaborar el trauma provocado por el terrorismo
sionadas de objetos y cuerpos que proponen de estado durante los años de dictadura. Una
estos espectáculos, intervienen en la relabora- generación que, por otra parte, busca salir de los
ción del imaginario social y la construcción de edificios teatrales para crear nuevos espacios, en
las identidades individuales, al mismo tiempo propuestas que jerarquizan la presencia corporal
que la multiplicación de estímulos simultáneos de los actores y demás aspectos plásticos de los
y el desvanecimiento de los personajes como espectáculos, la música, el ritual, en una nueva
centros de acciones y reflexiones, bloquean las concepción teatral que cuestiona las formas tra-
interpretaciones racionales y conectan al espec- dicionales y que tiene rasgos comunes con el lla-
tador con sus pulsiones inconscientes, dificultan- mado “teatro de la desintegración” en la escena
do sus posibilidades de proyección y el juego de de Buenos Aires de los años 90. Un teatro que
las identificaciones. La dramaturgia y concepción prolonga la ideología y estética del teatro del
escénica se detienen, por lo tanto, en los aspec- absurdo, marcado por el nihilismo, y que pre-
tos más primarios del hombre cuyo núcleo se senta como rasgos centrales “la desintegración,
conecta con frecuencia con la exacerbación de la incomunicación familiar, el feroz consumismo,
las tensiones en las relaciones entre padres e la violencia gratuita, la ausencia de amor de la
hijos, y en el estallido de una violencia desafectivi- convivencia posmoderna que es también inter-
zada, en una estética del desequilibrio, la inestabi- textual con el contexto social del neoconservado-
lidad, la distorsión de las formas, la entronización rismo menemista”2 como respuesta ante la vio-
de la fuerza, los ritmos sincopados, el oxímoron y lencia y abusos en los que ha desembocado,
el sinsentido o el horror sin espanto. desde una perspectiva económica, social y políti-
En el teatro uruguayo pueden señalarse algu- ca, el conservadurismo neoliberal de los partidos
nos de estos rasgos en los textos y espectáculos tradicionales en el poder, en el Uruguay posterior
de una generación emergente de dramaturgos y a la dictadura y hasta la asunción de la coalición
directores que irrumpe con fuerza en la última de izquierdas en el 2005.
década, desde los años 90, para prolongarse Se puede señalar entonces, el surgimiento, de
hasta el presente. Una generación que busca el este lado del Río de la Plata, de una tendencia
que tiene varios puntos de contac-
Yocasta, una tragedia, to con la porteña, que también se
de Mariana Percovich caracteriza por “el uso del shock, la
sorpresa, lo imposible, lo fantástico
y el absurdo” y cuyos paradigmas
más destacados en Buenos Aires
fueron “el autor y director Rafael
Spregelburd [...] el director Rubén
Szuchmacher [...] y muy especial-
mente el dramaturgo y codirector
de El Periférico de Objetos, Daniel
Veronese [...] junto a otros creado-
res”.3 Esa generación reivindica,
además, la dramaturgia construida
en los ensayos, creada en el espa-
cio escénico a partir de los cuerpos

2
Osvaldo Pellettieri: Ob. cit., pp. 19-20.
3
Ibid.
1. Algunos de los rasgos mencionados se
conectan, muchas veces, con una visión desen-
cantada sobre la propia historia y la transgresión
de iconos y mitos nacionales. Es lo que podemos
observar en Extraviada (Teatro Circular, Sala 2,
1998), escrita y dirigida por Mariana Percovich,
y movimientos de los actores, la mezcla de esti- que denuncia aspectos oscuros de la sociedad
los, la fragmentación de la historia, la decons- patriarcal uruguaya de la primera mitad del siglo
trucción y desafectivación del personaje. La inte- XX, a partir del estudio psicoanalítico de Raquel
gran autores-directores como Mariana Percovich Capurro y Diego Nin (1995) sobre el histórico
(Te casarás en América, 1996; Extraviada, 1998; caso de una maestra parricida. El espectáculo
Alicia Underground, 1998; Cenizas en el corazón, revelaba algunas formas de violencia doméstica
1999; El errante de Nod. Un Vampiro en el Jockey y los dolorosos caminos que llevan a una hija,
Club, 2002; Yocasta, 2003), Roberto Suárez con la complicidad materna y ante los abusos fili-
(Kapeluz, 1994; Rococó Kitsch, 1996; Una cita con cidas del padre, al parricidio primero y al extra-
Calígula. Crónica de una conspiración, 1999; El vío y la locura después. La obra revela los exce-
bosque de Sasha, 2000; El hombre inventado, sos de la autoridad paterna, legitimada social,
2006), Marianella Morena (Elena Quinteros. religiosa y políticamente, como centro organiza-
Presente, 2003; Don Juan o el lugar del beso, 2005; dor de la vida familiar, la contracara de la visión
Los últimos Sánchez, 2006), Gabriel Calderón (Las idealizada de la maestra como transmisora de
buenas muertes, 2004; Mi muñequita, 2004; Uz el valores y la concepción ortopédica de la educa-
pueblo, 2006), a los que se deben agregar dra- ción. En esa misma orientación Cenizas en el
maturgos que trabajan con directores fijos como corazón (1999), escrita y dirigida por Percovich,
Gabriel Peveroni (Sarajevo esquina Montevideo, presenta una revisión crítica del mito de Carlos
2003; El hueco, 2004; Groenlandia, 2005; Luna Gardel descolocando al icono-ídolo de la canción
roja, 2006), con la directora María Dodera, y rioplatense, canonizado como prototipo del can-
Carlos Rehermann (Minotauros, 2000; A la guerra tor y el galán varonil en el imaginario del Río de 38
en taxi, 2002; Prometeo y la jarra de Pandora, la Plata, al problematizar algunas facetas de su
2005; Basura, 2006), con la directora Sandra identidad, además de la refuncionalización del 39
Massera, entre otros, quienes forman lo que restaurante del viejo Hotel Cervantes entre cuyas
podríamos considerar una generación emergen- mesas transcurría el espectáculo.
te de escritores-directores que se inscriben en La presencia de pulsiones inconscientes y de
una estética fuertemente conectada con algunos imágenes arcaicas, junto al impacto sonoro y
postulados del teatro del absurdo y de Antonin visual, aparece en El Vampiro en el Jockey Club. El
Artaud, como la reivindicación de la importancia errante de Nod (junio 2002), sobre texto de Ana
del espacio escénico y del cuerpo del actor, ade- Solari, en el cual Mariana Percovich vuelve a
más de la intertextualidad, con obras de drama- mostrar su capacidad para descubrir e incorporar
turgos como Heiner Müller, o de la más reciente nuevos espacios escénicos al circuito teatral
dramaturgia porteña, de Rafael Spregelburd, montevideano. A partir del inquietante texto de
Daniel Veronese, Ricardo Bartís, Javier Daulte y Solari, inspirado en la narrativa gótica, el espec-
Alejandro Tantanian. Una dramaturgia en la que táculo conduce al espectador en un recorrido
aparece, también, la refuncionalización del mito descendente por las dependencias del suntuoso
y de la tragedia, en momentos en que la ruptura y decadente edificio del Jockey Club del Uruguay
de las organizaciones tradicionales del parentes- para revivir viejos terrores y enigmas, imágenes
co y su restructura, han intensificado la agresión arcaicas y míticas: el vampiro, el asesino de su
y la violencia connaturales a lo humano como en hermano en el Edén, el desterrado del paraíso, la
Extraviada, Una cita con Calígula. Crónica de una intervención de los arcángeles, en un itinerario
conspiración, Yocasta, Mi muñequita, entre otros que culmina con la condena del héroe y su desa-
espectáculos. Pero, también, la experiencia del fío al Padre. El espectáculo recrea el viejo tema
terrorismo de Estado, la represión, la tortura y la épico del viaje y el descenso al trasmundo, en un
desaparición, que sacudieron a las sociedades microcosmos que construye su propia lógica,
del Cono Sur de América, como en Sarajevo guiada por los parlamentos de un personaje-
esquina Montevideo y en Elena Quinteros. autor, “dueño del tiempo y del espacio”, que ter-
Presente. mina abandonado por todos para reconocer que
“el precio de la creación se paga con la locura”. fusiona con la poesía del texto, Roberto Suárez
Atraída por la reformulación que hace Heiner incorpora el comic, la estética under de los boli-
Müller de la tragedia y los mitos griegos cuya ches y las imágenes de un estilo gótico descala-
interpelación a nuestra cultura mantiene toda su brado, en un lenguaje que convoca sobre todo a
vigencia, la misma Percovich ha puesto en esce- los jóvenes. La exploración del impacto sensorial,
na, también, Ayax (Instituto Goethe, Montevideo, de la fuerza expresiva de los cuerpos y la violen-
2000) y Medea Material (Curitiba, Brasil, 2004), cia en escena, aparecen en el hiperrealismo de
además de Yocasta, una tragedia (Espacio Una cita con Calígula. Crónica de una conspiración,
Cervantes, Montevideo, 2003), escrita por ella dirigido por María Dodera (Teatro Florencio
misma a partir de la tragedia de Edipo y presen- Sánchez, del Cerro). En un espacio en permanen-
tada en el subsuelo del Hotel Cervantes. La obra te transformación que moviliza también a los
relabora el mito desde la perspectiva de la mujer espectadores, el espectáculo presenta intensas
tomando como eje al personaje de Yocasta, espo- imágenes con cuerpos colgados, maniatados,
sa de Layo, madre y esposa de Edipo, hermana gozados, destruídos, que denuncian torturadas
de Creonte y cuatro veces madre con su propio relaciones de deseo y poder, con la gestualidad de
hijo. Si el mito de Edipo tiene como centro al una violenta y perversa sexualidad, en medio de
héroe masculino, dueño del poder y del saber, a la lucha por el poder. En ese mundo marcado por
quien la propia tragedia irá despojando de esas el incesto, la desesperación y la muerte, los inten-
seguridades para llevarlo de la ignorancia al tos de suicidio de Drusila anuncian la sucesión de
conocimiento y a su propia destrucción, que le asesinatos de Calígula en la lucha por el trono, y
hace cegarse los ojos como primer acto de auto- la acción progresa de crimen en crimen y de trai-
determinación que lo libera de la máquina mon- ción en traición, hacia territorios cada vez más
tada por los dioses para aniquilarlo, Percovich sangrientos mientras la imagen del carnicero-ver-
descoloca toda posibilidad de justificación de dugo se vuelve metonimia de la masacre y el
Edipo centrando la obra en la figura de Yocasta, horror que invaden la escena, en una acción cuyo
quien antes que él recurre a un acto de extrema final circular denuncia su condición sin salida.
violencia autodestructiva para liberarse de la per- Su última obra, dirigida por él mismo, El hom-
secución de un destino que atraviesa su linaje, en bre inventado (Comedia Nacional, Sala Verdi,
un gesto que ha permanecido en un segundo 2006) ridiculiza y satiriza las celebraciones
plano en la historia de las interpretaciones de la comunitarias y los rituales cotidianos en la vida
tragedia. La obra busca darle voz a la mujer para familiar, el nacimiento, el bautismo, la comu-
encarnar el enigma de lo femenino y el deseo en nión, la mesa familiar, la llegada del cartero y los
sus diferentes dimensiones. Yocasta se vuelve, ritos de la muerte. El espectáculo parece rendir
así, la lucha entre la singularidad y la genealogía, culto a las prácticas comunitarias de la vida pri-
la naturaleza y la cultura, la culpa heredada, la vada construyendo poderosas y ricas imágenes
mujer que se sabe “la peor de las mujeres” por la que parecen jerarquizar esos destinos aunque, al
violación de la interdicción del incesto y el desa- mismo tiempo y por la acumulación de elemen-
fío a la norma, en una refuncionalización de la tos, los satiriza, los vuelve grotescos haciendo
tragedia. estallar sus núcleos de violencia, su condición
2. Roberto Suárez integra, también, esa genera- abusiva y mecánica. Con un vestuario de épocas
ción emergente que ha marcado el teatro uru- pretéritas que superpone vestidos, encajes, man-
guayo a partir de los años 90. Desde su primer tos, tules y sombreros, en una paleta de colores
estreno Las fuentes del abismo (Dios, el mensajero oscuros, además de un maquillaje recargado, sur-
y los últimos días de los pirinchos, 1992) hasta su gen figuras de una pesadilla de otro tiempo, en
reciente espectáculo El hombre inventado, con la una vieja casona destartalada, con varios niveles
Comedia Nacional (2006), pasando por espectá- y atravesada por las incursiones de personajes y
culos como Kapeluz (1994), Rococó Kitsch (1996) objetos que entran y salen al exterior, en un
y El bosque de Sacha (2000), ha escrito y dirigido mundo en descomposición, donde el único hilo
(salvo Una cita con Calígula. Crónica de una inspi- conductor parece ser el de la continuidad de ese
ración 1999) sus propios textos, en espectáculos espacio precario que todavía reúne a seres
que también han significado la incorporación de extravagantes, con visos de locura, sobrevi-
nuevos espacios escénicos, como los jardines de vientes de un mundo cuyo sentido se ha extra-
la Quinta de Santos para El bosque de Sacha. En viado pero que nos ha dejado su gestualidad
esta tendencia en la que la poesía del espacio se vacía y patética.
3. Los temas del parricidio y el incesto se unen 4. Puede vincularse también con esa estética
en Mi muñequita, de Gabriel Calderón, codirigida que jerarquiza al cuerpo del actor en escena y sus
con Ramiro Perdomo (Teatro Circular, Sala 2, relaciones con los objetos y con otros cuerpos, en
Montevideo, 2004), en una jocosa y desaforada diálogos cortos, fragmentos de escenas y una
farsa de humor negro. Con cinco obras estrena- gestualidad antinaturalista, el espectáculo A la
das en menos de cuatro años Taurus, el juego guerra en taxi, de Carlos Rehermann, dirigido por
(2003), Las buenas muertes (2004), Mi muñequita Marcel García y Sandra Massera (Espacio
(2004), Uz el pueblo (2006), Los restos de Ana Cervantes, 2002), sobre los últimos años de la
(2006, en coautoría y codirección con Martín vida del pintor Amedeo Modigliani (1884-1920).
Inthamoussou), Gabriel Calderón, el más joven El montaje propone una sabia arquitectura escé-
de esta generación, se ha incorporado con inusi- nica, en la que con mínimos elementos, cuida-
tada intensidad al campo teatral uruguayo con dosamente seleccionados y de intensa presencia,
una dramaturgia escénica y una estética inspira- se alternan momentos en los cafés de París, en la
da en los desfiles de modas, los boliches under, calle, en el estudio del pintor y en la morgue, en
las discotecas, los programas de televisión, como un cruce de espacios y textos de diferente origen,
parodia de la tragedia. Mi muñequita presenta en los que el autor incorpora citas de Dante,
con humor negro el estallido y los horrores de Baudelaire, Rimbaud, Lautréamont, Cocteau,
una familia marcada por el incesto, el fratricidio, junto a las del propio Modigliani, o de sus bió-
el matricidio y el parricidio, a través de fragmen- grafos, multiplicando los sujetos de la enuncia-
tos de escenas, canciones, desfiles y violentos ción, además de las diferentes nacionalidades y
encuentros personales. Una fragmentación que acentos de los personajes en una verdadera poli-
no renuncia, sin embargo, a micro-estructuras fonía en la que se destaca la precisión de sus
narrativas, y a las apariciones de un presentador movimientos y las exigencias de posturas delibe-
cuyos comentarios articulan las escenas sin esta- radamente antinaturales que exigen gran control
blecer dependencias cronológicas ni causales. corporal. El espectáculo logra recrear aspectos
Asistimos, así, a la fragmentación de la acción y del ambiente intelectual de principios de siglo,
a violentos encuentros que apuntan a la descom- las conversaciones en los cafés, los encuentros 40
posición del modelo tradicional de la familia de pintores y poetas cubistas, dadaístas, futuris-
como fundadora del equilibrio social, a través de tas, fauvistas, expresionistas, con personajes ins- 41
una feroz caricatura desde la perspectiva de una
niña y su muñeca, como doble del personaje y Don Juan o el lugar del beso,
de Marianella Morena
contravoz reveladora de las tensiones familiares.
Al abandono de la psicología y la elección de la
caricatura y el humor negro, se agregan las inter-
pelaciones directas al público que problematizan
las fronteras entre actores y espectadores en
escenas marcadas por la violencia de una sexua-
lidad transgresora, la fuerte presencia de los
cuerpos, la unión de erotismo y destrucción, así
como por la animalización de lo humano que
cuestiona las imágenes identitarias y tranquiliza-
doras del espectador. Todo lo cual se vuelve más
eficaz por la desenvoltura de los actores, el per-
manente humor, el ritmo sostenido y ágil de la
puesta en escena, la recurrencia con variantes de
temas musicales que atraviesan las generaciones
y cuya vivacidad contrasta con la ferocidad de las
escenas al mismo tiempo que crea una continui-
dad que contribuye a armar la coherencia del
espectáculo.
pirados en Max Jacob, Maurice Utrillo, el perio-
dista ruso Ilya Ejhrenburg, Jean Cocteau, Jeanne
Hébuterne, amante de Amedeo, y el propio
Modigiliani, en medio de sus dificultades cotidia-
nas, sus ideales, aspiraciones y desengaños, a
partir de un eje centrado en el trágico destino del
pintor y su amante. Con un tiempo circular que
refuerza el valor simbólico de la acción, el espec-
táculo se inicia y se cierra con un obrero que
transporta a Jeanne muerta en una carretilla y
que golpea varias puertas de las que es siempre
despedido. Sin embargo, la obra no culmina con
esta imagen sino con la de Amedeo y Jeanne bai-
lando un vals, en una transformación que anula
el carácter mimético-referencial de la escena
para cargarla de valor simbólico.
5. Actriz, dramaturga, docente y directora,
Marianella Morena también integra esa nueva
generación de dramaturgos-directores que irrum-
pe en el campo teatral uruguayo en los años 90 y Black Machina, La Máscara
comienzos del 2000 y que acerca cada vez más
la dramaturgia a la creación escénica, en obras dor. En el juego erótico de la seducción donde
como Los huecos del pan (1996), Amnesia (2001), oscila la condición de víctima y victimario, el
Elena Quinteros. Presente (2003), Juan no María texto y la puesta en escena se construyen, a par-
(2004), Don Juan o el lugar del beso (2005), en un tir del intertexto de Molière, con imágenes suge-
recorrido creativo en el que también abrió espa- rentes y una organización en escenas que recha-
cios alternativos, como el sótano del bar Mincho zan toda linealidad de la acción para centrarse en
como directora de La monstrua, de Ariel escenas claves: Don Juan y Sganarelle, represen-
Mastandrea (2002) o para un texto propio, Elena tado por una actriz travestida, en otra trasgresión
Quinteros. Presente, o el subsuelo de la librería y ruptura de límites y códigos, Don Juan y Elvira,
MVD Bookstore para Don Juan o el lugar del beso Don Juan y Carlota, donde el eje es la figura de
(Montevideo, 2005). El espectáculo retoma el Don Juan, con importantes contraescenas. Un
texto de Molière atravesando el mito, la leyenda texto que dialoga con el de Molière y lo refuncio-
y los intertextos de Tirso de Molina a Zorrilla, naliza, actualizando su expresividad desacraliza-
para acercar al desafiante seductor a la civili- dora y potenciándola para apuntar contra el dis-
zación contemporánea del erotismo, el deseo curso dominante contemporáneo, que lleva
y el consumo, con sus corolarios de la pose- hasta el extremo los juegos de la seducción y el
sión y el desecho, en una cultura del vacío. desborde del erotismo indiscriminado como
Desde la literatura al mito, Don Juan encarna forma de poder, para revelar lo que ocultan el fre-
la repetición compulsiva ante la fugacidad del nesí del placer y el consumo y que culmina con-
goce y la amenaza de la pérdida del deseo en sagrando el virtual triunfo de Elvira y de La Mujer
una creciente exigencia de intensidad que golpea (que encarna Sganarelle volviendo a su condición
contra la repetición, el dolor y la muerte. Del de mujer-actriz) que atraviesa su propio dolor
mismo modo que la compulsiva tentación del para liberarse. El espectáculo, por su parte, cons-
consumidor golpea contra las vidrieras-espejos truye un cuidadoso lenguaje predominantemen-
que lo atraen. El espectáculo jerarquiza los cuer- te plástico y sonoro, cuidando los recortes de las
pos de los actores en el espacio de la escena, en siluetas sobre un impecable panorama blanco,
una dramaturgia donde palabra, gesto, voz, los colores del vestuario, el despojamiento del
movimientos y música se conjugan para crear un escenario, la iluminación y las intervenciones de
espectáculo lleno de sugerencias y alusiones, que la música, además de los movimientos, posicio-
se resiste y plantea interrogantes para relanzar nes y mínimos gestos de los actores, con sus
las interpretaciones en el imaginario del especta- inflexiones de voz y sus miradas, en una orques-
tación artaudiana de todos los elementos de la
escena.
Goitiño, en un espectáculo que renuncia a lo dis-
cursivo para jerarquizar la plasticidad de los obje-
6. El estreno de Black Machine, sobre la vida de tos y los cuerpos presentes, la música y el canto,
Vincent Van Gogh y sus cartas a Gauguin, espec- las tensiones emocionales entre los actores, las
táculo escrito y dirigido por Raúl Nuñez (La metáforas y símbolos cargados de significacio-
Máscara, 2002) significó, también, una apuesta nes, en una poética del sueño. En un estilo dife-
al impacto del lenguaje visual y musical y a la rente que introduce una deliberada y grotesca
intensa presencia de los cuerpos de las dos actri- ambigüedad de género, Ariel Mastandrea estrena
ces que encarnan a los dos personajes masculi- también La monstrua (Sótano del Bar Mincho,
nos, en una transgresión de género que es otro 2002) bajo la dirección de Marianella Morena,
rasgo del teatro emergente, con tres músicos en que propone el monólogo de un personaje de
vivo (batería, guitarra y violín eléctricos), una circo, la mujer barbuda, mitad hombre y mitad
máxima proximidad entre espectadores (sólo mujer, que relata su historia en medio de un des-
una treintena) y actores, en un espacio mínimo, tartalado cambalache.
con candelabros y otros objetos construídos Al mismo tiempo, siguen produciendo con sos-
como esculturas, en una concepción plástica del tenida creatividad autores ya consagrados como
conjunto. Al mismo tiempo, algunas proyeccio- Mauricio Rosencof , Carlos Manuel Varela, Ricar-
nes de diapositivas y dos pantallas de video en do Prieto, Víctor Manuel Leites, Dino Armas,
circuito cerrado trasmiten imágenes que comple- Alvaro Ahunchaín y Raquel Diana (en buena
mentan, dialogan o contrastan con las palabras y parte de su producción dramática), que integran
movimientos de las actrices. Centrado en tres junto con otros de importante gravitación en el
momentos claves, el espectáculo propone frag- campo intelectual, como Milton Schinca o Carlos
mentariamente una imagen de esa torturada y Maggi, el grupo de dramaturgos que ocuparon un
exacerbada vida del pintor, siempre desafiando lugar dominante en las últimas décadas y cuya
los límites entre la identidad y la desorganiza- obra está más vinculada a los paradigmas de los
ción, la creación y la locura, lo posible y lo impo- años 60 y hasta los 80, desde el realismo crítico
sible, en su desesperada búsqueda de absoluto. y el teatro épico-didáctico de modelo brechtiano 42
7. En un estilo que se conecta, también, con o las prolongaciones del grotesco rioplatense,
algunas características del teatro de la disolución hasta los recursos neoabsurdistas, con algunos 43
Episodios de la vida postmoderna (Teatro Circular, contactos con estas formas emergentes del tea-
2000) de Raquel Diana, dirigido por Juan Carlos tro de la desintegración aunque claramente vin-
Moretti, propone un espectáculo irónico, en el culados con otros microsistemas. Así, Emboscada
cual a partir de la segmentación de las escenas, (1997), de Varela, se centra en un insinuante,
se producen fuertes enfrentamientos generacio- misterioso y amenazante personaje que surge de
nales, marcados por la exasperación y la crispa- la calle, en una clara intertextualidad con En la
ción, tanto en el habla como en la distorsión de soledad de los campos de algodón, de Koltès. Por
la gestualidad y el manejo de las luces y la músi- otra parte Pecados mínimos, de Ricardo Prieto,
ca, en un estilo caricaturesco, de videoclip o de lleva hasta la exacerbación el juego amor-odio,
historieta y un efectismo transgresor. sometimiento y dominio, en la relación entre
8. Estas formas renovadoras de la escena, coe- madre e hijo, con toques neoabsurdistas. Es tam-
xisten, sin embargo y de acuerdo con la com- bién el caso de Asunto terminado del propio
plejidad de todo sistema cultural, con las más Prieto, que presenta a un siniestro funcionario,
conservadoras, en un juego de contrastes y entre esbirro del terrorismo de un estado totali-
complementariedades, de rupturas y continui- tario y guardián de la muerte, atado a su maca-
dades, donde se cruza lo nuevo con lo viejo, el bra tarea hasta su propia ejecución.
sometimiento a las convenciones y los modelos En otra vertiente dramatúrgica y escénica los
dominantes con las transgresiones más radica- intentos de elaborar los traumas colectivos pro-
les, y con múltiples deslizamientos. Por eso, se vocados por la represión y el terrorismo de esta-
debe tomar en cuenta, también, la continuidad do en los años de la dictadura, han dado lugar a
de la producción dramática de autores anteriores varias obras que abordan algunos aspectos del
que a veces se conectan con los nuevos e incor- tema, con propuestas escénicas muy diversas.
poran algunos de sus rasgos, como es el caso de Desde las tempranas El combate del establo
Ariel Mastandrea quien estrena El hermano queri- (1985), de Mauricio Rosencof, o Crónicas de la
do (El Galpón, 2001) bajo la dirección de Nelly espera (1986), de Carlos Manuel Varela y El silen-
cio fue casi una virtud (1990), un notable espectá-
culo de creación colectiva, con versión final y
dirección de María Azambuya, hasta las más cer-
canas ¿Dónde estaba usted el 27 de junio de 1973?
(1996), de Alvaro Ahunchaín, sobre la violencia y
el terrorismo de Estado, aunque con un estilo de
grotesca caricatura; o El bataraz (1996), de
Rosencof y El informante (1998), de Carlos
Liscano, ambas construídas sobre el monólogo
El laberinto de la soledad
de un preso, un enunciador-víctima, que busca o ese oscuro objeto
conservar su integridad y dignidad frente a la
maquinaria destructora que intenta someterlo.
del deseo femenino
El mismo intento de elaboración se encuentra Carlos Dimeo
aunque en un tono más intimista en En voz alta
(1998), de Lupe Barone, el monólogo de una No es fácil construir una nota para un espectá-
presa que relata, como en una confidencia al culo que aborda el tema de lo femenino, y
espectador, su dolorosa peripecia, en un espacio mucho menos si se escribe desde el lugar de lo
mínimo y un total despojamiento; mientras que masculino. Así como tampoco resulta fácil desde
Para abrir la noche (2001), de y dirigido por nuestra intensa geografía machista latinoameri-
Horacio Buscaglia, plantea un balance sobre el cana hacerlo, entendiéndose, desde el lugar al
pasado militante a partir de un rencuentro de que la crítica, precisamente, de esta puesta apun-
amigos. A este grupo y a esta temática pertene- ta. Lali Armengol Argemi y el Teatro 8 de Marzo,
cen, también, Cuentos de hadas (El Galpón, 1998, han traído al escenario nacional venezolano
dirección de Juan Carlos Moretti), de Raquel Matarile, original de la misma directora y con la
Diana, que presenta a tres generaciones de muje- interpretación de Doris Hoyos (niña-mujer 1),
res, bajo la presión de la clandestinidad, la cárcel, Luisa Fernanda Sifontes (niña-mujer 2), Laura
la tortura y la muerte, apenas aludidas, en la Vargas (niña-mujer 3), Angie Chourio (niña-mujer
época del miedo y la reclusión; En honor al méri- 4) y Virginia Alvarado (niña-mujer 5). Espectácu-
to (2001), de Margarita Musto, que aborda la lo agresivo que penetra a través de su puesta en
desaparición y el asesinato de los senadores escena el inconsciente femenino y los valores
Zelmar Michelini y Gutiérrez Ruiz; Memoria para intersubjetivos de relaciones entre hombres y
armar (2002), de y dirigida por Horacio mujeres.
Buscaglia, sobre testimonios de presas politicas; A partir de cierto marco de costumbres y usos,
y El estado del alma (2002), de Alvaro Ahunchaín, el espectáculo abre explorando un terreno des-
sobre el rencuentro entre dos mujeres militantes conocido para muchos, cinco niñas-mujeres apa-
más de veinte años después de la represión y el recen y parecen, hasta cierto momento, ser el
terrorismo de Estado, para mencionar algunas de centro de la escena, el único lugar de roce para
las más destacadas. pensar sobre ello. De todos estos personajes, sólo
uno permanece callado y sin pronunciar palabra
alguna, y hasta allí nada y nadie tiene que ver
con él. Sin embargo, termina arrojando el dis-
curso central de este texto y del trabajo que,
sobre el escenario, realizaron las actrices.
Un banco colocado de pie, conforma pues, el
único personaje que no habla, que no aparece
vivificado de ninguna manera, sino como banco-
hombre (creo entender) o banco-macho. Aparece
como un leve resplandor, el cual quizá sólo esté
en la memoria de estas niñas-mujeres, y en lo
que se les ha enseñado. Aparece sólo como una
fuerza, una presencia, como símbolo y represen-
tación de lo fálico. Aparece como representación
inconsciente del tótem, por ende como sujeto
escindido del tabú.
Banco de madera puesto de pie, en torno al será única y exclusivamente con y a través del
cual el clan de niñas-mujeres, va estableciendo banco.
figuras, recuerdos, didácticas. Sólo en ciertas Plantea Freud:
ocasiones este banco es acostado. Así, el control, En cada tótem está siempre la norma de la exo-
el poder, al dejar de estar en el lugar de lo mas- gamia, no estando permitido el vínculo sexual
culino, permite a las niñas-mujeres jugar sobre entre miembros del mismo clan totémico.
él, acostarse sobre él, desprenderse de sí; inten- Totemismo y exogamia aparecen muy unidos.
tarlo una y otra vez, con ese o con otro banco, o Si alguien viola la norma, toda la tribu lo cas-
todas con él, en un impetuoso y apretujado com- tiga enérgicamente como si estuviese defen-
bate dentro de lo femenino. diéndose de una seria amenaza, aunque la
Todo tótem representa en su referente cons- violación implique un amorío pasajero que
ciente-inconsciente un tabú, por ello Matarile engendra hijos.
juega en la fuerza de lo sagrado y lo violento por- Entre ellas no estará permitida la mirada, el
que, además, todo tótem es destruido por su roce, el deseo y el goce, a menos que todos estos
mismo tabú, por su contraparte. Cada miembro actos y sentidos estén destinados al tótem, diri-
del clan, en este caso las niñas-mujeres, agrede, gidos hacia él, perpetuados en él. A su vez, en
y a la vez confirma las sospechas que, sobre cada silencio, el tótem lo exige, actúa como una fuer-
una de ellas, se van tejiendo. En Tótem y tabú, za imantada, como un centro de gravedad inevi-
Freud claramente define que cada clan conserva table.
en su memoria y en su inconsciente, un antepa-
sado benefactor y protector, y que a su vez este
actúa como un protector de todos los miembros.
En Matarile, y en sus personajes, ese protector
está representado fundamentalmente por el
banco. El banco se constituye en el miembro del
clan más importante, porque reviste a todos de
los mismos lazos de sangre. Todo girará pues en 44
torno al tótem, que será absorbido por el clan
como un Dios, en tanto las niñas-mujeres adoran 45
a ese banco. Lo que no está permitido es que
alguno o alguna del clan viole la relación y la vin-
culación cuerpo-erótica con otro u otra del clan,
es decir, que el tótem sea desplazado y por ende
destruido, mandado a otro lugar. Las niñas pue-
den pelear entre ellas pero nunca burlar al tótem,
su tabú no se los permite. A su vez, ninguna de
las niñas-mujeres tiene la fuerza, ni detenta tal El tótem es fálico, representado por una figura
poder, para desplazar al tótem. Es demasiado alargada que se usa como tal (a lo largo y no a lo
fuerte y condenará a cualquiera que intente ancho), colocado además en el centro del espa-
hacerlo. Al contrario de ello, y en pro de él, las cio. Desde allí la puesta en escena determina
niñas-mujeres pueden hacer cualquier cosa, pero todo el campo de acción. Cada una de las niñas-
no, y nunca, al margen de este. No pueden dejar mujeres muestran: Juego, combate, placer, goce,
de lado del banco porque esto sería mortal para competencia, cuerpos y espacios en una obra
el clan; y de esta manera se rompería la unidad compleja y de profundidades inusitadas.
que el tótem les ofrece, la protección que de él Cuatro aspectos más, quisiera destacar a partir
emana. Otra vez el banco de madera se vuelve el del trabajo sobre el texto y sobre la escena en
centro de la obra, el centro de la creación escé- Matarile, estos son: el juego, la competencia, el
nica y de la creación corporal de las actrices. cuerpo y el espacio.
En la obra de Lali Armengol, existe una rela- El juego, parece ser y significar para estas
ción precisa a partir del planteamiento de niñas-mujeres la forma principal de constituirse
Freud en Tótem y tabú. Texto y escena logran en sujeto, pero además en sujeto-femenino, en
conquistar las relaciones y colisiones que allí lucha frecuente con lo que históricamente se ha
se conjugan. Todas juegan, argumentan, se instaurado como el lugar del poder: lo masculino.
pelean, pero no se unen entre ellas; su relación Sin embargo, en este montaje el juego también
es el espacio de destrucción y de conflicto frente El cuerpo. Las niñas-mujeres se truecan con los
a ese poder que mencionamos. La colisión objetos-palabras para verse su cuerpo. Desfilan
enfrenta a esas niñas-mujeres con su otro ani- para lo que se adora, para lo que se ve. ¿Qué
quilador, en este caso aparentemente inerme, mira lo masculino de lo femenino? ¿Qué desea?
pues está representado por el banco. Ciertas tesis El banco otorga a los cuerpos de las niñas las
educativas hablan del juego como forma de actitudes y necesidades para que de ellas surja el
ingresar a la cultura y al mundo, y Lali Armengol deseo de “tener” y ser seleccionadas por la pala-
Argemi toma precisamente esta diatriba y cons- bra fuerte, por el cuerpo del banco, que es recto,
truye muy bien lo que Hannah Arendt explica, que no dice nada, pero que exige de ellas una
pero a la vez tira por la borda. El juego en piel tersa, cuerpos sin dolor, jóvenes y vírgenes,
Matarile crea una pre-existencia que determinará pieles sin marcas. Perduran en ellas los mitos del
en el futuro las acciones a emprender, y es preci- cuerpo, los tamaños, las formas, el goce.
samente eso lo que las niñas-mujeres, imponen. Sobretodo es interesante el tratamiento que
A través del juego se construye lo vital para ellas. ofrece el montaje al mostrar la diferencia de
La competencia se reitera en la obra mediante las marcas. Cuerpos puros sin mancha, sin
la peculiar necesidad que entre los personajes tacha, cuerpos impuros con manchas, sujetos
surge, desde ahí también se gesta un combate. escindidos. El cuerpo como elemento ejecuta
Los miembros del clan desean, cada uno, estar una operatoria de rigor en la puesta en escena,
más y más cerca del tótem, para liberar sus cul- de él, de ese cuerpo emanan los movimientos
pas y cargarse en el espacio del poder. Así, de que producen los signos; esa economía políti-
esta manera se van turnando una a una, como en ca del signo que vuelve a la mujer objeto, que
un ritual para ver cuál niña es más coqueta, cuál vuelve a lo femenino sólo goce y deseo.
luce más, cuál tiene la barriga más hermosa, cuál Neurosis del capitalismo contemporáneo.
los senos más grandes y apetitosos, cuál el trase- El cuerpo del espacio intenta también abordar
ro más ancho, cuál la cintura más fina. Todo ello desde la puesta en escena, un concepto intere-
en honor de este falo, que presente-ausente, las sante, pues en Matarile, poco se acuesta sobre los
mira, las detalla, las escoge a su gusto, las quita costados, sobre los bordes de la escena, sino
del medio, se constituye en árbitro de cada una antes bien sobre el centro del escenario. Lo que
de ellas. Entre los miembros del clan parece que bordea a este centro escénico está desamparado
se permite la competencia, siempre dentro de un por el filo de los resplandores de algunas de las
espacio que está limitado, dominado por la figu- niñas-mujeres que se retiran del lugar de la
ra masculina. acción para ir a buscar algo, para cambiar o
intercambiar algún objeto en la escena, o inclusi-
ve para construir otra escena de la que, quizá
premeditadamente, poco se ve. Pero tarde o
temprano se vuelve al centro. Entonces sólo un
haz de luz envuelve como una blonda lo que, casi
constantemente, se instaura centro y que, desde
ese lugar, deviene también un objeto de discur-
so debatiéndose en las disputas femenino-mas-
culino.
Lali Armengol Argemi y sus actrices han logra-
do condensar no sólo la experiencia y el tiempo
de trabajo del grupo 8 de Marzo, sino una estéti-
ca de bordes complejos, que implica algo que va
más allá de un simple montaje teatral, que bor-
dea y toca lo femenino en su hilo más delgado, y
nos coloca en el laberinto de la soledad, adorna-
do por ese oscuro objeto del deseo hacia la bús-
queda eterna de lo otro.
nes libres de El mayor monstruo del mundo, de
Pedro Calderón de la Barca, con el concepto de
redescubrir el tema de “los celos como una
forma de expresión de la soberbia trágica” y de
La danza macabra, de August Strindberg, visión
sobre “la relación de pareja enfrentada al poder
y al aniquilamiento de los valores humanos”.
De especies Entre el 2000 y 2006 se suman, entre otras, la
¡¿una metáfora performática?! adaptación de la novela La mujer de espaldas, del
escritor venezolano José Balza, en la que se pro-
Carlos Herrera pone esbozar los intríngulis de “la traición y la
venganza en una relación de pareja pertenecien-
Para la realidad escénica caraqueña, la escenifi- te a un sustrato social muy bajo”. También el
cación de la última pieza teatral de la dramaturga texto de corte minimalista Hay que mantener el
Xiomara Moreno permitió insuflar la dinámica fuego de Sonrisa de Gato, en el cual esculca “la
espectacular de un aliento distinto al común de soledad de un hombre y su necesidad de arraigo
las propuestas ligeras o sostenidas sobre textos a los afectos”; las versiones de El labrador de
de poco peso, en lo que fue el primer trimestre Bohemia, de Johannes von Tepl, y La casa quema-
del año 2006. De especies, mostrada en un ámbi- da, de Strindberg. La primera, para discurrir
to no convencional –Sala José Ignacio Cabrujas sobre la trama del “amor y la muerte –que– se
de la Fundación Cultural Chacao–, en una tem- enfrentan ante Dios, buscando saber en quién de
porada de apenas unas doce funciones, permitió ellos debe confiar el hombre”, y la segunda para
tanto al público como a la crítica especializada exponer el enfrentamiento de dos hermanos en
contemplar un montaje en el que texto, puesta su “búsqueda del poder económico”, que a la
en escena, manejo del espacio, actuación y postre terminarán destruyendo “su propia casa,
empleo de recursos multimedia, insinuaron un su familia y su heredad”. En 2005 propone
planteo distinto a lo que habitualmente se con- Mínimas, donde aborda el tema de la “comuni- 46
sume como espectáculo dentro de una repertorio cación y la falta de ella”.
caracterizado por ser bastante flojo en cuanto a Con el unipersonal De especies, su producción 47
riesgo y búsquedas creativas. se abre a explorar desde una arista personal el
La creación dramática de Xiomara Moreno se tema de la soledad del individuo urbano. Como
ha ido constituyendo y consolidando desde el vemos, buena parte de la creación dramática de
primer tercio de la década del 80 del siglo XX, Xiomara Moreno, se ha consolidado a través de
con su texto Geranio (1983), en el cual aborda escritos conspicuos y hasta, ¿por qué no?, atrac-
“las conveniencias políticas dentro del proceso tivos, desde lo que significa ser una autora que
de la guerra federal”. Entre 1986 y 1990, escribe persigue incitar a través de temas, maneras, giros
Obituario, Perlita blanca como sortija de señorita y estilísticos; perspicaz modo de competir –mano
Manivela. La autora manifiesta que el abanico a mano– frente a nombres y títulos de una dra-
temático de estas obras va desde el “tratamiento maturgia consagrada. Es la suya una postura irre-
de la muerte a través de la mitología popular de verente y audaz que merece ser desentrañada.
los pueblos andinos”, pasando por “la locura, Lo cierto es que ha pasado algo de agua bajo el
mostrada como la incapacidad de encontrar un puente de la historia teatral del país. Se han dado
interlocutor válido para las inquietudes del hom- disímiles situaciones en el contexto socio políti-
bre contemporáneo”, hasta el abordaje de “la co, económico y cultural de Venezuela, que van
relación del poder y del éxito a través del mundo desde el denominado “viernes negro”, al estalli-
militar”. do social del “Caracazo” y a los cambios de para-
Ya en los años 90, su dramaturgia amplía digmas ideológicos, políticos, que ahora enrum-
temas y fórmulas para construir la fábula, que ban el destino cívico-militar de la nación. El arte
empiezan a generar una singularidad en su venezolano –y en específico, el teatral– en su
visión del mundo, la sociedad, el individuo y las capacidad de estar en sintonía con estos sucesos,
relaciones entre este y la realidad. Suscribe pie- busca oírlos y tomarlos en cuenta, pero también
zas como Último piso en Babilonia (1992), donde olvidarse de otros e incluso, jugar a comprome-
se imbuye en “las creencias mesiánicas de una terse, a resolver acertijos derivados de los nudos
comunidad de excluidos urbanos”; y las versio- de una historia social y cultural viva.
Con todo, los procesos de creación de discursos como espejo de múltiples imágenes. Apela, en la
dramáticos fueron puntuales por parte de la dra- puesta en escena, al uso del performance para
maturgia local. A Rodolfo Santana, Edilio Peña, hacer más agudo su “guiño”, desde la explora-
Isaac Chocrón y Javier Vidal, entre otros, tan sólo ción de lo temático, y para deshilachar, ante el
les preocupaban tales o cuales aspectos de esa lector/espectador, la tela de una historia que,
misma realidad. Era una forma de asumir e hablando de lo mismo, es diferente.
imponer una toma de conciencia sesgada en esa Para magnificar la potencia de la voz que dia-
dinámica de preguntarse: ¿Quién la escribe? ¿A loga, el personaje debe desdoblarse en seis fan-
quién se le debe dirigir una determinada pro- tasías que, a modo de instantes modulares –titu-
puesta teatral? ¿Cómo se tendrá que recibir esta lados: “La venta ilegal (una mujer enamorada se
por parte del lector/espectador? vuelve una mercancía fácil para su disfrute)”; “La
Es dentro de esos proce- mujer de verde (visita de una amiga en depre-
sos de acomodo que sión)”; “La señora de servicio y el sobrino de la
Xiomara Moreno se afian- señora que no le gusta el café”; “El convidado de
za en sí misma. Ella es eco piedra que viene por el Don Juan”; “Carta a mis
de una escritura interme- muertos” y “El retrato pegado a la pared y su
diaria y decodificadora consecuente resignación”–, se alzan como seg-
indirecta de parte de la mentos individuales que actúan, viéndose, des-
realidad personal y colecti- vistiéndose mediante imágenes, textos, palabras,
va. Coloca su mira frente a silencios, mutaciones y permutaciones, en un
ciertos hechos y, desde ciclo que se abre y muerde la cola.
allí, arma una correlación La dramaturgia permite esto debido a que
artística, una respuesta, asume la construcción textual como un bloque
una posición aguda, pero lleno de riesgos, para que cualquier director la
también evasiva. Los tópi- asuma bajo criterios no delimitados. Xiomara
cos que acaloran al ser Moreno concibe su propio discurso, articulado
social, los aborda con como creación modular donde los resortes de la
mayor empeño para imagen/fotos, la utilería de lo cotidiano hogare-
hablar a otras generacio- ño, la reproducción del yo en otro personaje –el
nes. Su comprensión de lo mismo personaje pero con otro rol–, el empleo
que es la realidad del com- del vídeo que acalla la palabra, la apelación al
portamiento del individuo, soliloquio como pugilato pasado/presente y la
su exploración temática, unión del recuerdo, hecho cuadros que se unen y
con el objeto de desestruc- desunen para expresar un sentido de significa-
turar una mirada de acera ción, dan a la postre muchos alcances de enten-
de enfrente, ante las cir- dido en la recepción de cada espectador. Es a
cunstancias de lo postmo- final de cuentas el público, no como un todo,
derno, su intención de sino de forma individual, quien debe tomar para
ampliar las fronteras de la sí su parte y otorgarle la conexión con lo que está
comunicación literaria y afuera, en la realidad.
escénica, permiten afirmar que su producción A partir de una instalación abierta se generó un
dramática es coherente porque sigue entendien- ritmo propio y multivalente. Lo espacial frente,
do el gran universo de situaciones, conflictos, en ausencia, por transparencia, y por situarse
particularidades, comportamientos y manifesta- alrededor, posibilita imaginarlo en otros contex-
ciones del ser nacional, ante la mutante dinámi- tos históricos y hasta atemporales.
ca social donde está inscrito. La dirección propone al receptor estar atento a
Con el estreno de este unipersonal, Xiomara la espesura de cada signo y cómo cada uno de
Moreno no sólo construye un texto dirigido ex ellos se transmuta en múltiples sonoridades e
profeso a no seguir la conocida pauta de mostrar imágenes que deben conectarse, según su valor
a uno o varios personajes manipulados por aco- intrínseco, al particular universo íntimo de cada
taciones y didascalias. Se plantea un texto blo- quien. Es un juego y una revaloración del asunto
que, una especie de diálogo interno, a manera de de la soledad y de la compresión de la relación
pensamiento gritado, sobre el amor y la soledad de amor con el otro. Cada espectador debe pene-
del ser urbano que se cosifica y se fragmenta trar las imágenes recibidas y hasta saber mover-
se en función del ritmo de la puesta en escena
para urdir su encuentro con lo que el texto y la
representación proponen.
El amor y la soledad se “reinventan”, se asor-
dinan, se minimalizan y hasta se densifican con
otros sentidos, con otros alcances. La intimidad
del espacio genera un presente pasado, pero en
Cada quien su Frida
una circularidad que, a la final, despide al espec- Chiqui Vicioso
tador una vez que ha expresado sus códigos.
Inmerso en esa circularidad, el actor crea con Los candelabros, con velas desiguales, cuyas
palabras, frases y diálogos consigo mismo, o con luces se reflejan en la pared de vidrio que nos
su alter ego en forma de otros yo, un juego aco- separa del jardín, le devuelve al salón, catedral de
plado de acciones segmentadas, un tiempo pre- sobrecogedoras bóvedas, altar principal de la
ciso que si uno sabe estar atento se percibe inte- Casa del Indio Fernández, y de Adela, su natura-
gralmente, pero si lo desea puede tomarlo de leza de puente.
forma atomizada. La muerte, aparece de pronto con el más bello
La decantada actuación de Germán Mendieta traje bordado, de Apotema, Oaxaca. Se ríe, hace
como eje de cada módulo se muestra afiligrana- chistes a costa del público, toca la campana y
da. Con tino en el empleo de la voz, en el cam- anuncia el primer acto. Una madonna del
bio claro de un personaje a otro, mediante un Renacimiento, pelo gris y recogido, facciones clá-
juego de guiños y con matices dramáticos encua- sicas, entra de la mano con una muchacha de
drados. El actor sabe sacar una plasticidad comu- hoy, con overoles y sombrero. Lleva un incencia-
nicante a cada estímulo que recibe del entorno y rio encendido, se arrodilla, pide permiso siete
enfrentar con atinada pericia teatral los retos que veces, bautiza a la joven con el humo. Prepara el
le impone la dirección, que apeló a construir una camino para la llegada de Frida Kahlo.1
puesta con base en el actor y en la resonancia del Una sobria chelista se instala en el centro del
texto. La capacidad de desdoblamiento del his- salón, en un escenario en forma de triangulo con 48
trión posibilita otras puertas de acceso al tema trece luces, para que la música, como el incien-
del amor y la soledad del animal urbano con- so, haga su parte. Van llegando los músicos y 49
temporáneo. empieza el corrido, sobre una adolescente que se
Una sagaz dirección otorga densidad material a subió a un autobús que fue embestido por un
la visión personal de un espectáculo “performáti- tren, cuyas espadas de hierro, penetrándola,
co” –según el programa de mano, en honor a un fragmentándola, le destruyeron la columna ver-
“coleccionista” de nombre Hérnan Ruz, hoy tebral y la inocencia, y la hicieron renacer como
desaparecido– y crea un teatro sugestivo donde la artista cuya historia se narra. Un artista que se
formas, sombras, luces, imágenes, maniquíes, enamoró y enamoró a Diego Rivera, el más gran-
utilería, sonidos, gestos y acciones se arman y de muralista de México.
elevan como interrogantes, y gritan ciertas res- Nada prepara al corazón para esta embestida
puestas. Cada espectador a final toma su fracción de la belleza. Ver llegar a Frida (Ofelia Medina es
de gritos/respuestas y sale de la sala con su parte, si no su doble, la hija que no pudo tener), es
distinta de la que se lleva quien ha estado a su entender que el tiempo no es real, que está ahí,
lado. latente y latiendo, en otra dimensión donde tam-
De especies es un experimento teatral insinuan- bién somos, donde hemos sido, donde estamos
te desde su propia capacidad de armar un imagi- y no estamos. Yo no sé, Frida, si estoy en este
nario sin centro pero con muchos vértices. improvisado teatro como tu sirvienta, o tu her-
¿Museo teatral? ¿Estética postmoderna? mana, o tu madre, o como Tina Modotti, pero
¿Lenguaje teatral abierto o cerrado? ¿Fantasías o estoy aquí contigo, a través de todas las edades.
inflexiones dramáticas sobre el amor y la soledad
bajo el rigor multimedia? ¿Guiño o travesura tea-
1
tral con doble filo? He ahí lo atractivo y magnéti- Cada quien su Frida, perfomance basado en un libro de
co de un espectáculo que rompió la monotonía Loló de la Torriente y en el diario de la pintora, con Ofelia
Medina, Francesca Guillén, Jimena Giménez Cacho o Natalia
de un tiempo teatral abarrotado de productos Pérez Turner, Ángel Chacón, Mauricio Díaz “El Hueso”,
marcadamente “digeribles” y que sin temor a Kátsika Mayoral, Teresa Ruíz, Miriam Balderas, Dayana
equivocarnos, supo sorprender. Tellerías y Giovanna Cavasola.
Actuar es derrotar lo temporal, lograr la Y luego, esta cronista del México de ayer, y el de
inmortalidad en los espacios terrenales. No hoy, que nos ha hecho un recorrido por la vida,
conocí a Sarah Bernhardt, pero no sé si hay pasión y muerte de Frida, por la de México y por
alguien que pueda igualar a esta actriz mexica- nuestra muerte, sale al final bailando con
na que cada noche trae a Frida Kahlo de vuelta Emiliano Zapata, entre tragos de tequila y mez-
entre nosotros, con su desgarrada ternura, su cal, obscenidades y coqueterías, intentando hasta
tierna solidaridad, su obscena militancia. ¡Hijos danzar en la punta de los pies mientras las muer-
de la chingada! ¡Cochinos que venden al país! te, en zancos, también se divierte.
¡Hijos de la mala madre! Y luego, esta maravillosa mujer, que es también
Cuando, después de verla agonizar pidiendo actriz, ofrece tomarse una foto con el público por
una picadita de morfina para calmar las heridas ciento cincuenta pesos (unos quince dólares), con
físicas y las de su corazón que nunca sanan, la los cuales dar de comer, durante un mes, a un
vemos sostenerse en el marco vacío de un cua- niño o niña indígena. Así alimenta, con cada
dro y pintarse con colores brillantes su única espectáculo, la población infantil de Chiapas, y te
pierna, el dolor físico de Frida se nos agudiza. Se regala, a cambio, una bolsita transparente con un
nos aprieta el pecho, no podemos respirar, nos pintalabios, espejito, lápiz de ceja, el molde de
rechinan los dientes. papel de servilleta orlado con que Frida se
enmarcaba el rostro para algunos de sus autorre-
tratos, y el corrido de Ofelia para Frida:
“A nuestra Frida la derecha le amputaron
Pero la izquierda siempre fuerte se quedó
siguió pintando para el pueblo mexicano
Y volvió arte lo que en ella fue dolor”.

Teatro de la Luna:
entre la razón y el delirio
Osvaldo Cano
Resulta infrecuente, en la escena cubana
actual, regresar a un texto estrenado con ante-
rioridad. Esta barrera suele tornarse más sólida
cuanto mayor haya sido el éxito alcanzado por el
espectáculo facturado a partir de él, e incluso
robustecerse en correspondencia con la notorie-
dad de sus hacedores. No obstante, pasando por
encima de tales prejuicios, Raúl Martín y Teatro
de la Luna han vuelto sobre Delirio habanero. Al
retornar a las tablas la pieza de Alberto Pedro
–cuyo estreno mundial de la mano de Miriam
Lezcano y Teatro Mío tuvo lugar en 1994–
demuestra que conserva intactas su vigencia y
capacidad de convocatoria.
La acción de Delirio… se ubica en La Habana monial hay en este pasatiempo, máxime si tene-
en medio de la aguda crisis económica que asoló mos en cuenta el hecho de que ya han fallecido
la Isla luego del derrumbe del bloque socialista. los tres suplantados.2
Esta suerte de apocalipsis profano le acarreó a Estrecha es la relación entre la situación dra-
los cubanos toda índole de penurias. Las res- mática y los personajes concebidos por el dra-
tricciones impuestas desde el exterior se multi- maturgo. La paroxística imaginación de los pro-
plicaron alcanzando a poner en peligro la tagonistas los conduce no sólo a sobredimen-
sobrevivencia del proyecto nacional. Nunca sionar hasta la desmesura sus identidades, sino
antes la condición insular se puso tan en evi- también a imaginar el bar como un sitio edéni-
dencia como entonces. Tales circunstancias, a co y democrático, cosmopolita y exclusivo. Son
la par que impulsaron a unos a la búsqueda de sus anhelos y deseos más hondos quienes lo
nuevos horizontes, arraigaron en otros el senti- engendran. Ellos, seres estrafalarios, imposto-
do de pertenencia. Son estas algunas de las res, habitantes de la noche, alucinados que
coordenadas que articulan la trama, como tam- toman parte de un juego que les permite esca-
bién clave imprescindible para penetrar la par de la aridez reinante, son al mismo tiempo
estructura profunda del texto.
No por casualidad el acontecer discurre en un
ámbito depauperado y maloliente, lugar secreto,
recinto sitiado e inhóspito que está al borde de
ser demolido. Espacio clandestino y paradójico
donde se bebe ron (¿Bacardí?) en plena ley seca,
en el cual tres orates someten a discusión temas
medulares de la política cultural cubana, al tiem-
po que evaden el hostil presente evocando una
ciudad magnificada en medio de la cual serían
reyes y reinas de un mundo de ensueño y pro-
misión. Como puede apreciarse, el dramaturgo 50
apuesta con éxito por un clima de identificación
y suspicacia acudiendo a estas criaturas deliran- 51
tes pero extrañamente lúcidas.
En medio de un constante retozo con lo ambi-
guo y lo metafórico, Alberto Pedro pone a con-
tender a tan peculiares personajes. Ellos, en parte portadores de impulsos, portavoces de añoran-
por sus desvaríos o bien por su participación en zas, símbolos de castraciones y esperanzas colec-
una suerte de juego de suplantaciones, terminan tivas. Su fabulación no es únicamente el fruto de
por crear una doble ficción. Dicho de otro modo, sus psiquis enajenadas, sino también la proyec-
la suya es una representación dentro de la repre- ción de los deseos y temores de un grupo huma-
sentación en la cual los involucrados asumen no víctima del peligro y el acoso.
roles o identidades ajenos a los propios. Benny Contrario a lo que pudiera pensarse, los cons-
Moré; Varilla y Celia Cruz,1 tres leyendas que han tantes desacuerdos y escaramuzas que mantie-
calado muy hondo en la sensibilidad y la memo- nen en tensión la relación entre el Bárbaro, la
ria popular, son los iconos escogidos por esta trí- Reina y Varilla no constituyen el meollo de
ada de megalómanos para exorcizar una realidad Delirio habanero. El verdadero conflicto de esta
que le es adversa. Mucho de invocación y cere- pieza enfrenta un “adentro” fabulado y cálido
con un “afuera” agreste y hostil. Alucinación/rea-
lidad constituyen aquí los bandos en pugna. La
demolición del bar, que equivale a arrasar el
espacio de la utopía, es otro de los ángulos posi-
bles a la hora intentar una lectura de esta obra.
1
Benny Moré y Celia Cruz son dos legendarios músicos
2
cubanos. Mientras que él optó por permanecer en Cuba En el momento de su escritura y estreno (1994) Celia Cruz
luego de 1959 y hasta su muerte en 1963, ella prefirió par- aún vivía, siendo su presencia en la Isla posible aunque
tir en busca de nuevos horizontes. Varilla por su parte fue un improbable. La puesta de Martín tiene lugar cuando ya todos
estelar cantinero de la conocidísima Bodeguita del Medio. los personajes en ella involucrados han fallecido.
En un plano alegórico el autor apunta al diferen- convertir la pieza en un ortodoxo drama musical
do entre Cuba y los Estados Unidos, agudizado sí la acerca bastante. Solo que por esta causa se
en medio de estas coyunturas. O sea, que Alberto tiende a dilatar el tiempo de la representación la
Pedro –apelando a la alusión y lo subyacente– que, dicho sea de paso, abunda en detalles pres-
sigue el hilo de Ariadna que ha guiado a buena cindibles –muchos de los cuales parten de un
parte de la dramaturgia cubana a lo largo de más texto apegado al leit motiv y la recurrencia– e
de un siglo para, al focalizar los dilemas o dis- incluso ajenos para espectadores de otros lares.
yuntivas de un peculiar microcosmos, analizar Otro aspecto destacable es el concienzudo tra-
con su acostumbrada capacidad de anticipación bajo con los actores, así como la coherencia y
problemas medulares de su tiempo. homogeneidad proyectada por una escena que
Si bien es cierto que el asedio y la precariedad renuncia a detalles naturalistas para apelar a la
no son exactamente cosa del pasado, también lo estilización, así como la concepción de un ámbi-
es que la tirantez e incluso la zozobra que inva- to escénico capaz de crear un clima de precarie-
dió casi todos los rubros de la sociedad cubana dad y zozobra muy a tono con la situación dra-
en los 90, han disminuido ostensiblemente. Si a mática. Martín lleva a las tablas la pieza con habi-
lo anterior sumamos el hecho de que, por natu- lidad y destreza. No se trata en esta ocasión de
raleza, el texto dramático apela a la parábola o un texto complejo cuyos vericuetos filosóficos
los subterfugios a la hora de plantear esta pro- demandan un esfuerzo mayor del espectador.
blemática, tenemos una de las principales causas Todo lo que dice Delirio... es bien conocido por
de que –para el lector o el espectador de hoy– los asistentes a la platea. Lo que interesa y divier-
pase a un primer plano la discusión en torno a la te es el modo en esto acontece y la manera en
legítima pertenencia a la cultura cubana de aque- que los miembros de Teatro de la Luna lo enca-
llos creadores pertenecientes a la diáspora. De ran y llevan a término. La puesta es sencilla, esti-
hecho es precisamente este el rumbo que toma lizada, rigurosa, precisa.
la puesta de Delirio habanero realizada por Raúl Martín realiza un diseño de vestuario que
Martín. acude a la recreación de atuendos con caracte-
El montaje lleva la rísticas similares a los usados por los referentes
marca de agua de su direc- reales, solo que ajados por el tiempo y las con-
tor. Una vez más Martín trariedades cotidianas. Mas, en ocasiones, bien
subraya los costados musi- debido a la inclinación del director por el espec-
cales del texto, a la par táculo, bien a causa de algún guiño, opta por ves-
que enfatiza los elementos tir a los personajes de otro modo, como –por
coreográficos esbozados ejemplo– un enfermo o una estrella en plena
por el autor. A esto se une actividad performativa. La banda sonora a cargo
la acostumbrada utiliza- de Rafael Guzmán se vale, en lo fundamental, de
ción de precisas cadenas varios de los más conocidos hits de Benny Moré
de movimientos que, en o Celia Cruz. Una peculiaridad la distingue, resul-
este caso, apuntan tanto a ta que en el original las acotaciones, en aras de
la recreación de los tics o enfatizar el tópico de la locura, advierten de la
manías propios de cada imposibilidad de escuchar la imaginaria orques-
uno de los orates, como a ta. En cambio aquí, en consonancia con el énfa-
gestos o poses que carac- sis en lo musical, ocurre todo lo contrario. La pro-
terizaron a los carismáti- posición de estados de ánimos que oscilan entre
cos individuos que ellos el jolgorio y la nostalgia, junto a la denotación de
creen ser. Tal insistencia ruidos o sonidos provenientes de un exterior ace-
en el aspecto melódico y, chante, es otro de sus méritos.
en cierto modo, en lo dan- La escenografía, que se destaca por la sobrie-
zario, realza la espectacu- dad y capacidad para dar solución a los proble-
laridad de la propuesta mas que confronta la Sala Adolfo Llauradó, se
por una parte, mientras vale apenas de un mínimo de elementos que,
que por la otra acentúa el como ya había apuntado, rehuyen el naturalismo
carácter discontinuo de la inclinándose por la insinuación. Ejemplo de ello
fábula. Razones por las es el ciclorama que sirve para delimitar el espa-
cuales aún sin llegar a cio mágico del bar, el cual al tiempo que aporta
impresiones de humedad o deterioro recrea el remite de inmediato a los receptores al modelo
ámbito agreste y espectral del ruinoso recinto. original entrando así de lleno en el terreno de las
Las luces –que al igual que el decorado son obra comparaciones. Guerra, lejos de amilanarse, uti-
de Martín– ambientan las diferentes zonas del liza esta particularidad en su provecho devol-
escenario creando tonos, texturas visuales dife- viéndonos una imagen del “Bárbaro del Ritmo”
rentes y acordes con la situación, atmósferas ári- cercana a la rescatada por el cine o los kinesco-
das u oníricas según los requerimientos de la pios. Esto lo consigue con una pulcritud y lim-
trama. En otras palabras, el director es capaz de pieza realmente encomiables. El actor saca a
echarse sobre sus hombros numerosas responsa- relucir detalles clave de la conducta del enfermo
bilidades para terminar por realizarlas con una que personifica, canta con afinación y soltura,
inusual mezcla de imaginación y pericia. baila incorporando elementos propios de la
El elenco alcanza un excelente nivel interpreta- danza y la ritualidad afrocubana, a la vez que
tivo. No hay dudas que los actores tomaron como constantemente llama la atención en torno a su
modelo a pacientes aquejados por la megaloma- condición de médium o caballo.3
nía. En todos los casos las tareas físicas seleccio- Para Amarilys Núñez el reto es doble. Ella
nadas guardan estrecha relación con las dolen- asume a un hombre y a un orate que a su vez
cias psiquiátricas, los problemas existenciales, cree ser otra persona. Ingenuidad, un toque
sueños y aspiraciones más urgentes de los pecu- humorístico acentuado por el coqueteo con ele-
liares personajes de Delirio... Mas esto no devie- mentos paródicos, desplazamientos coreografia-
ne sinónimo de homogeneidad fatigosa y facilis- dos, compulsión por el orden y la limpieza, cohe-
ta sino todo lo contrario. La singularización de rente relación y manipulación de los objetos, son
cada uno de los involucrados, a partir de partitu- algunos de sus puntos de apoyo a la hora de
ras gestuales muy bien seleccionadas, como tam- encarar el rol de Varilla. Minuciosidad y sutileza
bién de la interiorización, es un logro tanto de los devienen signos inequívocos de un desempeño
comediantes como del director. que tiene como punto de partida a una perso-
Laura de la Uz encarna a La Reina. Al igual que nalidad menos conocida que las de sus compa-
en la labor de sus compañeros se observa una ñeros. A pesar de que, por regla general, Varilla 52
dualidad en su faena cuya causa es la necesidad funciona como mediador y comodín del debate
de explicitar tanto quien es como quien cree ser entre dos magníficos rivales, la actriz sabe sacar- 53
el personaje que representa. Un aire levemente le partido a una criatura llena de ilusiones.
paródico recorre su interpretación. Esto es parti- Con la puesta en escena de Delirio habanero
cularmente visible en varios de los momentos en Raúl Martín y Teatro de la Luna reaparecen luego
los que incorpora a Celia Cruz. En otras ocasio- de una prolongada ausencia. Siguiendo la fórmu-
nes asume tan difícil responsabilidad no solo con la que los llevó a protagonizar éxitos memorables
seriedad sino también con rigor y brillo, llegando con montajes como La boda, Electra Garrigó o Los
a su apoteosis en los fragmentos cantados los siervos, todas de Virgilio Piñera, vuelven ahora
que ejecuta con inusual pericia. La utilización de para pulsar con éxito las cuerdas de la sensibili-
un modelo tan especial en lugar de erigirse en dad popular, sometiendo a discusión aspectos
obstáculo deviene acicate para la actriz. De la Uz medulares de la realidad contemporánea con
no se limita a tomar prestados gestos, entonacio- inteligencia y agudeza crítica. La excelente faena
nes o poses de la popular cantante sino que los interpretativa, el diálogo expedito y franco con
utiliza para, junto con un exquisito trabajo con la los espectadores, junto a la vocación y capacidad
máscara facial, la voz y las acciones físicas, para inclinarse apreciablemente al género musi-
devolvernos una imagen atractiva y convincente. cal, el cual resulta una lamentable ausencia de la
A Mario Guerra le correspondió dar cuerpo a escena cubana de estos tiempos, hacen de este
El Bárbaro, un alucinado admirador de Benny delirio una lúcida diatriba contra la miopía men-
Moré que cree ser la rencarnación del promi- tal, al tiempo que divierte, emociona, solidariza y
nente músico. En su caso, contrario a lo que deviene un llamado al orden cuya vigencia resul-
sucede con la Reina, tanto la figura como la voz ta preocupante.
o el anecdotario del Benny son del conoci-
miento y disfrute de la inmensa mayoría de los
cubanos. Tal contingencia actúa como la clásica
3
arma de doble filo, pues si por una parte garan- Caballo o poseso es aquel individuo cuyo cuerpo es habi-
tiza de antemano la comunicación, por la otra tado por alguna deidad o por el espíritu de un muerto.
LAURA
DEEl delirio
LA UZ:
no se elige,
toca y ya…
o sólo yo salgo satisfecha de la sala. Aún

N después de haber visto el espectáculo varias


veces, hallo en él un profundo sentido de la
complacencia, el inasible poder de la sorpresa.
Delirio habanero, dirigido por Raúl Martín, es un
suceso teatral, no sólo por la multitud que arrastra.
Sus actores se despliegan virtuosos en un acto que
pudiera parecerse a la consagración. Amarilys
Núñez y Mario Guerra han sido largamente ovacio-
nados, durante años, por el público cubano. Pero
para muchos esta ha sido la primera confrontación
con el trabajo de Laura de la Uz.
Premio de Actuación Femenina en el XII Festival
Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano
1990 y en el 11th Atlantic Film Festival de Canadá,
1991 por su personaje de Larita en Hello
Hemingway. Por su intervención en Madagascar
recibe, en el XVI Festival Internacional del Nuevo
Cine Latinoamericano, el Reconocimiento de los
Círculos Cinematográficos de Italia (ARCI NOVA),
año 94. Mención Especial Caricato de la UNEAC, en
1995, por sus protagónicos en Madagascar y
Amores. Premio de Actuación La Avellaneda y
Premio Florencio Escudero de la UNEAC por el per-
sonaje de La Reina en Delirio habanero en el XI
Festival Nacional de Teatro de Camagüey,
2006, y Premio Caricato de Actuación
Femenina Francisco Covarrubias 2007. Karina Pino
Dos objetivos importantes quiero lograr con mi También recuerdo a Mayra Gutiérrez impartien-
entrevista. El primero, que se conozca de la forma do Apreciación de las Artes, a Juan Andrés García
más detallada posible su trabajo. El segundo, escla- y Osvaldo Cano, Historia del Teatro, a Bárbara
recer, desde la perspectiva de una actriz fundadora Domínguez, Dramaturgia, y a Miriam Izada, que
y parte fundamental, la labor de Teatro de la Luna, nos daba Expresión Corporal, asignatura particu-
uno de los colectivos teatrales más relevantes del larmente especial por las búsquedas tan intensas
país. y enriquecedoras que hicimos con ella.
Lejos queda el temor. Las primeras palabras me En realidad, fui aprobada para hacer Hello
revelan a una mujer sencilla, distanciada de poses Hemingway, mi primera película, meses antes de
y sortilegios verbales. ingresar a la escuela. Pero puedo decir con toda
certeza que ella sí me entregó las armas necesa-
–Quisiera repasar tu estancia en la Escuela rias para enfrentar el trabajo desde una perspec-
Nacional de Instructores de Teatro (ENIT). ¿Cuáles tiva más profunda, me dio seguridad y conoci-
fueron tus experiencias más significativas, cuánto miento y, por supuesto, funcionó como impulso
te preparó para la vida profesional? para continuar mi trabajo en el ámbito profesional.
– Ingreso en la ENIT en 1989. Era una buena
escuela. La preparación, muy completa. En el –A partir de tu graduación en 1992 comienzas
programa había muchas asignaturas teóricas: una nutrida carrera en los medios audiovisuales,
psicología, historia del arte, del teatro, de la pero no se te ve en escena. ¿Por qué optar por el
danza, que complementábamos con disciplinas cine y la TV y apartar el teatro, al que no te acercas
prácticas como atrezzo, luces, sonido, muchas de de forma regular hasta el año 1997?
las cuales no recibían por parte de noso- – No lo sé. Empecé por donde todo el mundo
tros la importancia que requerían. piensa que va a terminar. Empecé por el cine. Mi
Tuve profesores excelentes. Reinaldo primer encuentro con el teatro ocurrió en el año
(el Chino) León me impartía actuación. 1988, cuando cursaba el preuniversitario en San
Lo recuerdo muy interesado en el desa- Antonio de los Baños. Estaba en un grupo de afi-
rrollo paulatino que experimentába- cionados que montó Los soles truncos, de René 54
mos, siempre enfocado hacia el método Marqués, bajo la dirección de Esmeralda López,
de Stanislavski. Además, tuvimos un mi primera maestra de actuación. Yo hacía 55
espacio de experimentación con Celia Emilia, un personaje de caracterización, muy
Hernández, otra de mis profesoras de dramático y temperamental. Me fue difícil; sin
actuación más queridas. Aquel espacio embargo, el resultado me complació. Gracias a
fue enriquecedor porque nos brindó este personaje obtuve premio nacional de actua-
una posibilidad creativa que partía de ción y la certeza de que servía para esto.
nuestras vivencias, nuestras inquietu- Luego, quise hacer las pruebas en el ISA. Fui a
des. Estas dos tendencias crearon un ver a Mirta Ibarra porque era una actriz a quien
equilibrio que me guió en toda la carre- le profesaba una gran admiración. No la conocía,
ra y del cual aprendí infinitamente. pero me aparecí en su casa y le pedí que me pre-
parara. Me dijo que ella no se dedicaba a eso,
pero cuando insistí y finalmente accedió, lo hizo
con una amabilidad y una entrega muy sinceras.
Con una escena de Tema para Verónica, de
Alberto Pedro, estuvimos meses trabajando, pero
no me aceptaron en el ISA. Ahí le confesé: “lo
que quiero es irme para las montañas, para el
Teatro Escambray, hacer teatro social, comunita-
rio, para la gente.” Ella se rió, pues aquel pensa-
miento en medio de mi situación era muy sim-
pático. Sin saberlo yo había decidido mi suerte, y
la experiencia con el teatro fue clave.
Entonces mi madre me dijo un día muy seria:
Foto: Guido Gali

“¿Qué vas a hacer? O estudias o te pongo a tra-


bajar aunque sea de ascensorista. Sin hacer nada
no te puedes quedar.” Le respondí que me toma-
ría un año más de preparación para volver a

Foto: Ismael Gómez


intentar ingresar al ISA. Comencé a estudiar
inglés y decidí entrar al grupo de teatro de afi-
cionados Olga Alonso, que dirigía Humberto
Rodríguez. Lo conocía por su trabajo comunitario
en el municipio Centro Habana, específicamente
en el barrio de Los Sitios, donde nací y me crié.
Siempre iba a sus presentaciones y adoraba ese
trabajo, así que volví, pero ahora como pupila.
Fue una etapa determinante; aprendí a lanzar-
me con los personajes, a no tenerles miedo.
Hacíamos escenas de diferentes obras todos los
días, lo mismo Romeo y
Julieta que Santa Camila de La
Habana Vieja. Íbamos de un género a otro como
si nada. Recuerdo un día en que Humberto me
pidió hacer una escena que me sabía de memo-
ria. Yo era Camila. La hice con Bárbaro Marín, un
actor con varios años de trabajo y mucha expe-
riencia dentro del grupo. Estaba aterrada porque
Camila es un personaje que le puede quedar
grande a cualquiera, es muy complejo. Además,
hacerlo con Bárbaro significaba compartir la La Boda
escena con alguien que, además de conocer bien
la obra, era un punto de referencia importante en
el grupo y un grandísimo actor. Fue terrible e cortos de prueba de la escuela. Allá hice Historias
increíble a la vez. Mientras actuaba muerta de de un amor adolescente, con Juanita Medina,
miedo, trataba de afrontar la situación con segu- Amores, con José Sanjurjo, entre otras cosas. En
ridad, de ser espontánea y ponerme francamen- esa época también trabajé con los Estudios de
te en la piel del personaje. A la gente le gustó Cine y TV de las FAR, en el corto Una pistola de
mucho lo que hicimos. Supe por Humberto que verdad, dirigido por Eduardo de la Torre.
definitivamente tenía madera para actuar. Ese Al mismo tiempo hice varios personajes en
día aprendí una gran lección: la del riesgo. Él es series de la televisión: Konrad, ¡Blanco y Negro,
un gran maestro, un gran ser humano, y Cuba le no! , El naranjo del patio, Para el año que viene.
debe muchos de sus grandes intérpretes. Imbuida en esto nunca hice teatro. Pero no hubo
Ese año el ISA no realizó pruebas de ingreso una razón específica. Sencillamente no ocurrió.
para actuación, así que decidí presentarme a las
pruebas de la ENIT. Me aceptaron. Pero también – Te enfrentaste a distintos personajes, en un
soñaba con el cine, y resultó ser lo primero que período relativamente corto, entre el 90 y el 94.
hice en el mundo profesional. Quizás fue mi ¿Cuán rica fue esta etapa para ti, en la que trabajas
deseo inmenso lo que consiguió que eso pasara. desde las series juveniles hasta personajes de alta
Filmé Hello Hemingway complejidad dramática, pasando por el trabajo con
con Fernando Pérez en el niños?
año 89. Aproveché la opor- – Fue una época maravillosa, porque trabajé
tunidad, trabajé y me preparé un montón, por- intensamente y porque esos trabajos correspon-
que la gente dice “qué suerte”, pero a la suerte dieron con una etapa de gran actividad creativa,
hay que sacarle el jugo, prepararse y trabajar. A surgieron materiales de una calidad altísima,
raíz de la película los demás trabajos empezaron hechos por gente muy talentosa, con muchos
a aparecer. Creo que por Fernando, con el cual deseos de trabajar.
seguí (y sigo) manteniendo una relación franca- En 1989 hago Hello Hemingway. Para el papel
mente extraordinaria, conocí a Manuel Marcel. de Larita estuve preparándome meses con
Con él hice el corto Evidentemente ellos comieron
chocolates suizos, en el 91. Trabajé mucho en la
Escuela Internacional de Cine y Televisión, en los
Fernando, que me hizo pruebas con casi todas En la televisión también había un grupo de
las escenas. Cuando lo tuve, comenzaron los nuevos creadores que le dieron un giro inmenso.
ensayos y el estudio de la época. El esfuerzo fue Estaban José Luis Llanes, director de Konrad,
grande. Ensayaba en mi casa, con mi familia y Eduardo (Tito) Delgado, que hizo el primer video
me iba a los archivos del ICAIC a ver revistas clip animado a un tema de Donato Poveda y
Bohemias y películas de los años 50. Nos íbamos Jorge Dalton, el hijo de Roque, dirigiendo A cape-
María Isabel Díaz, Raúl Paz y yo, entre otros acto- lla. Algunos se dedicaron en gran medida a la
res, a la azotea de la casa de Fernando a bailar programación infantil, entre ellos Lilo Vilaplanas,
rock and roll, porque ninguno sabía. Hablábamos director de Dando Vueltas, Manolito Gómez, de
de la época, veíamos fotos y conversábamos con La hora de las brujas, y Charlie Medina, de
personas que pudieran abrirnos el camino, des- Pocholo y su Pandilla. Estos últimos programas
conocido para nosotros. Me levantaba oyendo fueron especialmente importantes porque, al ir
Nat King Cole, los Cinco Latinos y unos jingles dirigidos a los niños y tener tanta calidad, enri-
que después María Isabel y yo nos aprendimos quecieron la etapa más importante de la forma-
de memoria. Con Raúl y Fernando visitaba ción humana.
Cojímar para ensayar y llenarnos con el espíritu Charlie trabajaba con Alejandro Martínez,
de Hemingway y su novela El viejo y el mar. Al director del grupo Arcanar, con quien yo había
terminar el rodaje quedé mucho tiempo nostálgi- grabado el tema de Dando Vueltas. Me llamó
ca, por una época que no llegué a vivir. Fue una entonces para hacer La Princesa Canción en su
preparación ardua, pero la asumimos con mucha serie infantil. El personaje cantaba, por lo que
pasión. semanalmente grabábamos dos, tres canciones
Del corto de Marcel recuerdo que andábamos en Radio Progreso. No aparecía en todos los capí-
en bicicleta filmando con una camarita, en pleno tulos, pero fue tomando cada vez más presencia.
período especial. Sin embargo, la experiencia me Pocholo... fue un programa muy novedoso en el
encantó. Éramos cuatro gatos con ganas de tratamiento de la música, de los temas, en sus
hacer, divirtiéndonos un montón. El material se diseños de vestuario, de escenografía, que revo-
puso poco, creo que en el marco de un festival de lucionó el concepto de programas para niños que 56
la Asociación Hermanos Saíz. Aquel era el tiem- hasta el momento se tenía. Un suceso espectacu-
po de los cortos de rompimiento, de Oscuros lar. Hacíamos presentaciones gigantescas en el 57
rinocerontes enjaulados, de Juan Carlos Cremata y Karl Marx que se repletaban de niños, y con ellas
Talco pa’ lo negro, de Arturo Sotto. Una época de recorríamos todo el país. El tiempo que estuve en
efervescencia, de revolución en el cine, de creati- la serie fue fantástico, pero después que Charlie
vidad impulsada por la gente joven. la dejó, decidí emprender otros caminos, pues
En el 91 hice con Xiomara Blanco El naranjo del consideré aquella como una etapa vencida, aun-
patio. Te confieso que tenía prejuicios con la tele- que la aproveché en toda su magnitud.
visión. Acepté trabajar, entre otras cosas, para Gracias a eso vino ¡Blanco y Negro, no!, también
poder hacerme un juicio sólido. El personaje era dirigida por Charlie Medina. Adriana era un per-
importante, guiado por una tremendísima direc- sonaje de trece años que me propusieron cuando
tora dentro de la TV Cubana. Resultó ser un tra- yo tenía veinticuatro. Por eso al principio me
bajo que me trajo muchas satisfacciones. Por ese negué a hacerlo. Pero me convencieron y dos
tiempo también hice La amada móvil, un teleplay semanas después estábamos filmando. El resul-
con Camilo Hernández. tado fue revelador: los muchachos de secundaria
Los cortos en la EICTV fueron con jóvenes que iban a mi casa a buscarme, y cuando mi mamá
empezaban igual que yo. Benito Zambrano, que les decía que estaba trabajando, no entendían
entonces era estudiante, filmaba uno de sus nada. Habíamos logrado el objetivo. Ahí estaba el
materiales justo cuando yo terminaba de grabar termómetro perfecto.
Amores. Le dije que quería quedarme, para lo que Luego vino Madagascar, en el mismo año 94;
fuera, ayudar a los actores, llevarles agua, café, una experiencia muy especial. Primero, porque
no importaba. Sólo quería ver a Reinaldo tendría la suerte de volver a trabajar con
Miravalles, a Asenneh Rodríguez y Alden Knight Fernando y esta era una película que marcaría un
trabajando. Me embobecí mirando cómo cambio en toda su obra. Por otro lado, se realizó
Miravalles creaba el personaje, con esa persona- en una de las épocas más duras vividas en este
lidad, esa clase suya. país, y haber sido partícipe del reflejo de esa
época en el cine cubano me llena de orgullo.
Madagascar es considerado uno de nuestros
mejores filmes. pre me oirás hablar con placer de mi trabajo,
Trabajamos minuciosamente con cada faceta aunque respeto profundamente a los que tienen
del personaje de Laurita. La que más me costó otros objetivos. En particular con los personajes
fue la de la muchacha rockera, pues se movía y que te he referido, el principio del disfrute tiene
expresaba en una dinámica que no se parecía a que ver con la época en que me tocó hacerlos.
la mía. Otra vez acudí a la azotea de Fernando, Es una paradoja el hecho de que en ¡Blanco y
ahora para descubrir la manera en que este per- Negro, no!, por ejemplo, se trabajara con tanta
sonaje iba a moverse, a andar. Me sé la azotea de intensidad cuando estábamos en medio del perí-
memoria. La caminé incansablemente junto a odo especial, pleno año 93. Todas las carencias se
Fernando para encontrar el tempo idóneo para multiplicaban. Y lo hicimos con un amor y una
Laurita. Después, durante el rodaje, lo más terri- entrega inmensas, lo que me hace comprender
ble fueron las paradas en las azoteas de los edifi- que las necesidades no justifican lo mal hecho, la
cios, pues la altura me da vértigo. falta de compromiso. Vivo apasionada con mi
Una de esas escenas la hicimos de madrugada, trabajo. Trato de hacerlo con la mayor profesio-
para esperar el amanecer, uno de los primeros nalidad. En gran medida eso lo aprendí gracias a
días de filmación. Me habían preparado una pla- aquellos años.
taforma y así evitaría tener que subirme encima
de la baranda de la azotea. Cuando Fernando y – Antes de tu regreso sistemático al teatro, en el
Raúl Pérez Ureta, el director de fotografía, encua- año 97, haces con Armando Suárez del Villar,
draron la cámara se dieron cuenta que el plano Mascarada Casal, del cubano Salvador Lemis.
se afectaba por la presencia de la plataforma. Háblame de esa experiencia.
Jorge Luis Sánchez se acercó y me dijo: “Laura, – Hice el servicio social con Armando, una ins-
no se puede hacer así el plano. Haría falta que te titución del teatro en este país. La base de mi
subieras a la baranda, pero es sólo si tú puedes. experiencia con él está en el descubrimiento de
Si no, ya veremos”.1 Bastó que Jorge Luis dijera la la historia teatral de Cuba desde la perspectiva
frase última para que yo le dijera que sí, que lo del vernáculo, etapa importante para el estudio
haría. Padezco de vértigo, no me gustan las altu- del género. Despertó en mí un interés por el tea-
ras. Sin embargo, cuando pusieron el aria tro bufo, del que leí mucho en aquel momento.
Nessum Dorma, abrí mis brazos, fijé mi mirada Recuerdo que ensayábamos continuamente El
en un punto para evitar el desequilibrio. Observé becerro de oro, de Joaquín Lorenzo Luaces. Él
extasiada el amanecer en La Habana, acompa- tenía una especial predilección por esta obra.
ñada por Pavarotti. Al terminar la escena lloré Pero en un momento decidió hacer Mascarada
desconsoladamente, pues el primero que me Casal. Aquí yo hacía varios personajes, que tuvie-
extendió la mano para bajarme fue Fernando. ron que ver con el poeta. La obra estuvo en el
Nos abrazamos largo rato. Teatro Nacional muy poco tiempo y después no
Él es un director extraordinario, de los grandes se volvió a poner. Fue una experiencia corta la
del cine cubano, una persona como pocas, por que viví al lado de Suárez, duró alrededor de dos
eso el trabajo con él tiene para mí un sentido par- años, pero muy enriquecedora, por el hecho de
ticular de placer y de sentimiento. Con Hello haberlo conocido y por lo que me enseñó.
Hemingway nuestros lazos se fundaron. Con
Madagascar se solidificaron. Hoy siento por – ¿Cómo se produce entonces tu vuelta a la esce-
Fernando algo que en una palabra es imposible na, esta vez, en el elenco de Teatro de la Luna? ¿Qué
definir, pero si tuviera que elegir alguna te diría condicionó a la actriz para interesarse precisamen-
que amor, lealtad y admiración. No hay un solo te en este colectivo?
día en que no lo vea a él o a su obra y no me – Cuando entro a Teatro de la Luna, había esta-
emocione. do alrededor de año y medio sin trabajar. Sin
Tengo la suerte de haber escogido los papeles embargo, en el año 96 hice en el teatro un per-
que he querido hacer, de aceptarlos porque en sonaje que poca gente recuerda. Euclides Alen,
realidad sé que los voy a disfrutar, por eso siem- actor de Tito Junco y amigo mío, había consegui-
1
Asistente de dirección en Hello Hemingway y Madagascar, do el presupuesto para montar Un rey no ha
dirigió El Benny, en el 2006. En esta película Laura de la Uz muerto, de Aimeé Cesaire. La obra se basaba en
interpreta el personaje de la primera esposa de Benny Moré. la existencia real de un rey que se autoproclamó
así en Haití y era un viejo sueño que Euclides no – Al fundarse Teatro de la Luna participas en los
había podido realizar. Ensayamos arduamente en montajes de La boda y Electra Garrigó, emblemáti-
una casa derrumbada, por la Avenida del Puerto. cos dentro de la trayectoria del grupo. ¿Qué impor-
Mi personaje era Bianco, el bufón de la corte, ale- tancia atribuyes al trabajo con estos personajes,
jado de todo cuanto yo había hecho hasta el teniendo en cuenta sus particularidades?
momento. Era un personaje masculino, muy – Precisamente por corresponder a la etapa
negativo, lleno de cinismo, responsable directo fundacional, ya son importantes. Independien-
de la muerte del rey. Para mí fue terriblemente temente que no fueron montajes inadvertidos
difícil, muy angustiante, no tenía dónde buscar dentro del repertorio del grupo, sino puntos sig-
porque no hallaba puntos de contacto entre nificativos.
nosotros. Fue la primera experiencia dura en Ambos personajes marcaron mi carrera, pero
cuanto a búsqueda de personaje. Ahora tengo por cosas muy diferentes. Flora, ya te dije, es un
una imagen vaga de él pero a la gente le gustó. personaje que adoro. Creo que es de esos que
La obra se puso uno o dos fines de semana sola- puedes estar en el teatro haciéndolos una y otra
mente. vez y nunca van a perder la capacidad de diver-
Llega entonces el año 97. Un buen día me tir al actor que lo haga y al público, siempre con
llama Raúl Martín y me propone trabajo. Casi ellos se pasa bien. Es que Flora es tan ridícula, la
muero de la euforia. Había visto La fábula del pobre, y yo no le tengo el menor miedo al ridí-
insomnio, de Joel Cano, montada por Raúl en el culo. Todo lo contrario, siempre estoy bromean-
Guiñol Nacional en 1993 y había quedado fasci- do con eso desde mí, riéndome de mis cosas,
nada. Luego vi La boda, de Virgilio Piñera, cuan- poniéndome un poco en ridículo yo misma. Es
do la estrenó con El Público. Mónica Guffanti algo que heredé de mi madre.
hacía Flora. Este personaje se convirtió en un Con Electra no me sucedió así. Al principio no
sueño, en un deseo. Aquel despliegue con el me gustaba el personaje. Su fuerza, su tempera-
canto, aquella estética de lo corporal, del trabajo mento, su dramatismo, características nuevas
físico depurado, me provocó un ansia fuerte de para mí en ese momento, quizás provocaron que
estar en la escena. Pero cuando me llama Raúl, le profesara hasta cierta aversión. Poco a poco 58
por recomendación de mis amigos Dexter Cápiro me fui entendiendo con ella, y puedo confesarte
y María Isabel Díaz, no era para hacer Flora, ni La que en los momentos en que me subía a escena 59
boda. Era para hacer Electra Garrigó, también de a hacerla, todos los desencuentros desaparecían.
Piñera. A la gente le encantó el resultado y no puedo
Comenzamos a trabajar, y en plenos ensayos negar que es un punto de referencia obligado en
nos llega un viaje para Chile. Feliz suceso que me mi carrera.
permitió, en vista de que Electra… no estaba ter- Si me preguntas por qué estas diferencias, la
minada, hacer Flora en un remontaje de La boda. respuesta inmediata sería que, aún cuando me
Fue una maravilla hacerlo, tal como había espe- fascinan los personajes trágicos, dramáticos, yo
rado. Lo haría toda mi vida, sin cansarme. El tra- adoro la comedia, me divierto haciéndola, en el
bajo conjunto que hicimos para retomar la obra proceso y en la función. Para mí el sentido lúdi-
hizo que todos en el grupo nos ligáramos mucho co en el teatro es fundamental. Es un principio
afectivamente. Primero trabajé con Alina que rige mis trabajos.
Rodríguez, que hacía Julia. La conocía ya desde
Para el año que viene. Después lo hizo Grettel Madagascar
Trujillo. También estaban Mario Guerra y Dexter.
Creamos un grupo muy unido.
Haber participado en la fundación de Teatro de
la Luna ha sido una de las cosas más importan-
tes en mi vida, la ha definido sobre todo porque
lo hice junto a mis amigos, porque el trabajo fluía
del disfrute, por hacer lo que nos gustaba y por
hacerlo juntos. En esa época recibí premios y
muchos reconocimientos por mi trabajo, fruto de
todo el ambiente creativo en que había estado
involucrada, en el que había crecido como actriz,
como ser humano.
se otorgaban para primer año, sino a partir del
segundo. Lo hice y al cabo de una semana me
decía que no sólo me la habían otorgado, sino
que iba a cursar los dos años. Después de la eufo-
ria por la noticia, tocaba enfrentarme al rompi-
miento con el grupo. Fue algo doloroso. Ellos,
aún más que mis colegas, eran mis amigos. Nos
sentíamos dueños de aquel proyecto, lo había-
mos fundado juntos. Pero yo respondía a una
necesidad profunda, sabía que aquel lugar me
haría crecer, por eso me quedé.
Ellos regresaron a Cuba. En Chile estaba yo con
algún dinero, no mucho, sin saber dónde vivir,
sin conocer prácticamente a nadie. Un amigo me
ofreció una de sus casas de renta gratis, y así
comencé a estudiar en La Mancha. En ese tiem-
po comí lo justo y necesario porque lo más
importante era siempre contar con el dinero para
el pasaje, pues la escuela quedaba saliendo de
Santiago, al pie de la Cordillera de los Andes.
Mis vías de sustento iban desde el canto en una
orquesta casi todas las madrugadas, en un club
llamado La Habana Vieja, donde me conocían de
Hello Hemingway haber hecho allí La boda, hasta el trabajo en una
empresa de seguros dando clases de salsa. El
– Existe una etapa en tu carrera que la mayoría tiempo restante, incluyendo las noches, lo dedi-
del público cubano desconoce. Me refiero a los siete qué a la escuela. Nunca supe cómo terminé el
años que estuviste en Chile y de los cuales se impo- segundo año. Dormía cuatro horas diarias. Fue
ne hablar, por su influencia en tu trabajo posterior. muy agotador. Sin embargo, la escuela cambió
– Me quedé en Chile en el segundo viaje que mi vida. Mi manera de ver las cosas, de afrontar-
hice con el grupo. Fuimos invitados a un espec- las. Mi forma de observar el teatro, de enfrentar
táculo de La Escuela Internacional del Gesto y la el trabajo. Aún Raúl Martín me lo dice.
Imagen La Mancha. Quedé impactada. Vi en Pedagógicamente la escuela es muy sólida. Se
aquel montaje algo muy distinto a lo que yo equipara al aprendizaje de un niño de cero a
había visto hasta el momento, desde todos los siete años, en el descubrimiento de los géneros
puntos de vista, pero no pude identificar qué era. que se imparten por la espontaneidad, no la
La obra lo mismo te hacia reír que llorar, fue algo imposición. Aquí hace mucha falta algo así. Me
extraño, fascinante. encantaría que se hiciera algún tipo de intercam-
Necesitaba estar al menos un año fuera de bio entre La Mancha y alguna escuela cubana. Se
Cuba, necesidad que tiene todo el mundo en un imparte con mucho rigor el método de Jacques
momento determinado de su vida. Conocer otras Lecoq, el llamado gran maestro del teatro corpo-
cosas, probarme fuera de mi país. No sólo como ral. Fundó el Piccolo Teatro de Milano junto a
actriz sino como persona. Lejos de mi familia y Paolo Grassi y Giorgio Strehler, descubrió las
mis amigos, probar si de verdad era capaz de máscaras a través de Jean Dasté y el teatro Noh
sobrevivir en un ambiente completamente ajeno y dedicó su vida al estudio del movimiento y a la
y desconocido para mí. Quería, además, estudiar, enseñanza del método que había creado. Su for-
seguir aprendiendo. Me pareció que la escuela mación, paralela a la de Marcel Marceau, se
me permitiría hacer todo eso. Muchas de las encauzó hacia el trabajo del mimo en las formas
cosas que yo había estudiado en la ENIT de del teatro tradicional europeo y la renovación de
forma teórica, en La Mancha se pondrían en los mismos, mientras su compañero se fue por
práctica. una vertiente más clásica y estilizada.
En una entrevista con Ernesto Malbrán, le Sobre esto investigó profundamente, más aún
planteé mis intenciones, y él sólo me sugirió con la Comedia del Arte. Sacó a los bufones de la
presentar una hoja curricular, pues las becas no corte y los asoció con los desplazados de la
sociedad, los locos, los mendigos, los pobres. Al Chile, haciendo teatro. Después dirigí otro
advertir, además, que el teatro perdía espacio espectáculo, a modo de pequeños cortos, con
ante los medios de difusión masiva, quiso imbri- una estética muy cinematográfica, de ocho o
carlos todos. De ahí surge la llamada tira cómica, diez minutos cada uno. Pero en medio del pro-
que es una especie de traspaso de un filme a la ceso me embaracé, fui a vivir al sur y tuve que
escena. Los sonidos son hechos por los actores, dejarlo. Fue una gran aventura, una gran expe-
que realizan un trabajo corporal y vocal muy riencia.
riguroso. El movimiento de este estilo es seme- En la ciudad de Concepción, al sur de Santiago,
jante a la dinámica del cine, parece que la esce- trabajé como profesora de Comedia del Arte en
na se mueve guiada por una cámara. Imaginarás una escuela de teatro. Al cabo comencé a impar-
que el entrenamiento de la escuela es impresio- tir voz y dicción en La Mancha, pues era interés
nante para cualquier actor. Llegas a conocer tu de la escuela renovar esta disciplina. Tuve que
cuerpo hasta sus mismos límites. buscar gran cantidad de bibliografía sobre el
La Mancha es una escuela completa, donde asignatu- tema y encontré que no toda estaba en español.
ras teóricas y prácticas van a la par. En primer año se Rodrigo Malbrán, el director, evaluaba mis clases.
imparten las técnicas, herramientas que sirven para Para mí era una tranquilidad, porque él, además
introducirte a los estilos estudiados en segundo año. de haber sido discípulo directo de Lecoq, fue mi
Estilo es, específicamente, un universo de códigos al que maestro del método. Me preparé mucho, porque
puedes adecuar cualquier texto, y en dependencia de en la pedagogía es algo importantísimo, que no
qué estilo se trabaje, cobrará determinada vida, dirá siempre se corresponde con el conocimiento de
determinadas cosas. Cada estilo tiene su manera especí- una materia. Cuando se enseña algo hay que
fica de proponer movimientos y desplazamientos. La tra- tener la plena seguridad de que se conoce bien.
gedia se mueve verticalmente, pues su conflicto central El magisterio, y la medicina, son de las profesio-
se basa en el enfrentamiento entre el hombre y su sino, nes más importantes que pueda ejercer cualquier
el hombre y los dioses, la tierra y el cielo. ser humano.
Lo más importante que incorporé de Lecoq fue Creé un plan de estudio para impartir la asig-
aprender a observar. Observar lo justo, lo útil natura en La Mancha. Se lo llevaba a Rodrigo y 60
para el trabajo. Conocí mis límites como actriz, discutíamos cada uno de sus puntos. Pasados
las lagunas en mi entrenamiento corporal, y fue tres meses ya se veían cam- 61
algo que yo misma me impuse aprender. De eso bios favorables a partir de su
se trata el crecimiento. Aprendí la importancia aplicación y yo estaba asombrada de haber logra-
del proceso de trabajo, del método para obtener do algo así como profesora. Comprendí y disfru-
un resultado. Que la búsqueda podía hacerla té comprobando la retroalimentación propia de
desde mi propio entorno, mis contradicciones, lo la enseñanza. Los alumnos son una fuente de
que está muy ligado al sentido de compromiso creación, conocimiento y cuestionamiento ince-
con el momento en que uno vive, algo que, en sante, del que el maestro bebe y se enriquece.
ocasiones, perdemos de vista. Fue un proceso Me sentí realmente satisfecha.
muy intenso, en el que aprendí a conocerme ver- Luego de un año impartiendo clases en La
daderamente. Mancha y dos en Concepción, vine de vacacio-
Después de graduarme viví la gran experiencia nes. Había estado ausente cuatro años. Entonces
de dirigir un espectáculo. Yo, que era la más vieja decidí regresar costara lo que costara, dejara lo
de toda la escuela, pues había empezado a estu- que dejara atrás. Esos habían sido mis planes ini-
diar con veintinueve años, recibí una petición por ciales, que se habían bifurcado, pero debían con-
parte de unos alumnos graduados un año antes tinuar. Quise venir a hacer teatro aquí, a decir
que yo, de terminar un montaje como ejercicio cosas aquí.
de graduación de uno de ellos. No tenían quien Regresé a Cuba después de siete años en Chile,
se encargara de hacerlo. Dije que sí, sobre todo llena de vivencias que me marcaron profunda-
porque nos conocíamos y teníamos una forma mente. Nunca busqué fama ni dinero. Por eso no
común de comunicación, un mismo vocabulario, fui nunca a la TV. Sabía que si me daban la opor-
las mismas bases teatrales. tunidad de trabajar allí, las comodidades mate-
Con la obra, llamada Mentita´s Bar, fuimos al riales que obtendría me harían difícil el regreso.
Festival de Puerto Montt, donde había ido con Ese no era ni es el objetivo de mi vida. Aquellos
La boda. Hicimos muchas presentaciones. años resumen una de las épocas más tremendas,
Andába-mos en la van de uno de ellos por todo más importantes que he tenido. Una época de
aprendizaje en todos los sentidos posibles, de el personaje. Así pude lograr el acercamiento,
apertura y maduración. siempre pensando que el objetivo final era lucir
como Celia.
– El reencuentro, yo diría apoteósico, que tienes Primero leí mucho sobre ella, sobre su vida, oí
con el público cubano, se concreta en tu personaje toda la música suya que me cayó en las manos y
de La Reina en Delirio Habanero. Se te halla ver- vi muchas de sus entrevistas y conciertos. Traté
sátil, en una caracterización que no parte de la fic- de reunir todo el material que pude para mate-
ción, sino de la personalidad de Celia Cruz, la gran rializar la idea vaga que tenía de aquella mujer. Y
cantante cubana, ¿Cómo se produjo la aproxima- comencé a observar, detenidamente. Pasaba
ción a La Reina, teniendo en cuenta tu vuelta a horas con Raúl mirándola y luego imitándola
Cuba, el gran referente y el trabajo con otras técni- delante de él. Estudié sus gestos, el movimiento
cas como el canto y el baile? de sus manos, las inflexiones de su voz, su mane-
– Cuando yo leí la obra le dije a Raúl, “me ra de hablar tan cubana. Manos. De eso se trató.
gusta, porque me encanta como escribe Alberto, Bárbara Domínguez, nuestra asesora, me ayudó
pero yo no veo conflicto aquí. No sé qué hay de muchísimo. Tiene un ojo muy agudo y fue brúju-
fuerte para decir, a no ser lo que dicen de mane- la muchas veces cuando me vi perdida. El hecho
ra independiente los personajes”. En realidad de cantar, bailar, buscar características desde el
ellos me fascinaron, sus diálogos, su situación. punto de vista físico para el personaje fue
Raúl, con esa capacidad que tiene para defender influencia de la escuela. Con La Reina lo apliqué.
los objetivos en los que cree, me convenció de En ella se contiene todo mi aprendizaje.
todas las posibilidades que la obra ofrecía, inde- Pero quiero decirte que no fue fácil. Llegó un
momento en el proceso en que creí que iba por
Delirio habanero caminos equivocados, me sentía lejos del perso-
naje. Tenía todo el conocimiento sobre Celia,
sobre La Reina misma, pero no sabía cómo con-
cretarlo, cómo decirlo. Fue angustiante. Luego
me di cuenta, gracias a Raúl, que eso equivale a
la maduración que exigen algunos personajes. El
resultado me satisface mucho, creo que es el
fruto directo de un trabajo muy arduo por parte
mía y de todos nosotros.

– ¿Cuánto te ayudó para la creación de La Reina


la propia estética del grupo, de Raúl Martín?
– Es algo inherente. La manera de hacer de
Raúl está inmersa en los personajes que él dirige,
y no les es ajena. Solamente me dejo guiar por
él. Y ahí están los personajes, adecuados a su
forma, a su visión. Claro, siempre hay diferencias
de criterio. Cuando algo no me parece que fun-
ciona de la forma que él me lo está pidiendo, lo
pendientes de la riqueza que ya yo había visto. digo y se llega a un consenso. En esta obra hubo
Tenía muchas ganas de presentarme en Cuba, muchas discusiones, discusiones fructíferas, cre-
y otra vez con Raúl. Deseaba que fuera con un ativas, porque tuvo mucho de creación en colec-
personaje que me permitiera poner en práctica tivo. No obstante, como La Reina corresponde a
todo lo que había aprendido en Chile, saber una etapa posterior a la escuela de La Mancha,
cuánto había influido La Mancha en mi trabajo. no puedo negar su tremenda influencia.
La Reina fue la mejor posibilidad. El primer atrac- La manera de visualizar la obra, el personaje,
tivo que vi en ella fue su referencia a Celia Cruz. de hacerme pautas para crearlo, de aportar
Sin embargo, ese punto se volvía en mi contra y ideas, incluso para el montaje, viene de la escue-
me abrumaba porque yo no sabía por dónde la. Pero la manera de hacer es la de Raúl y nin-
empezar. Era mucho material, no tenía idea de guna entra en contradicción con la otra.
cómo iba a organizar todo aquello. Me apoyé pre-
cisamente en las diferencias físicas que tenía con
– ¿Incorporas algún mecanismo específico que mitió trabajar con Fernando Pérez, uno de los
sea funcional para los procesos de creación, ya en grandes directores cubanos, me abrió las puertas
el teatro, ya en cualquier otro medio? Digamos, lo al cine, al gran público. Fue el personaje de ini-
que se entiende por técnica actoral. cio, que marcó el camino posterior de una forma
– Lo primero que aflora, desde el momento en significativa.
que leo las obras, es el sentido intuitivo. Y qué es Y en otro lugar pongo a La Reina, uno de estos
lo que siento. Más allá de entender un texto, de personajes trascendentales de que te hablo.
intelectualizarlo, debo sentir que nace espontá- Gracias a él estudié a Celia Cruz y en consecuen-
neo. Me dejo llevar por eso, nunca hago nada cia cambiaron totalmente mis visiones hacia ella.
que no sienta. Por eso me angustio cuando me Antes creía que era sólo una extravagante que se
pasa lo que te conté del proceso con La Reina y hacía la cubana desde la distancia. Después de
lo noto inmediatamente. Es la base de todos mis Delirio habanero me di cuenta de que sí era una
acercamientos, desde Emilia, aquel primer per- cubana auténtica, como la que más. Comprendí
sonaje. su generosidad, su fuerza, su valentía. Hay que
Luego incorporé, como es natural, a serlo en verdad para irse de aquí y vivir fuera tan-
Stanislavski, con recursos como la memoria emo- tos años sin perder esa cubanía que siempre
tiva, que apuntan más hacia la parte interna, psi- mantuvo hasta los últimos días de su vida y que
cológica del personaje. Por ejemplo, durante mi llevó al mundo entero; el orgullo de saber que era
proceso con La Reina me pasaron cosas doloro- de aquí. Te lo digo yo, que he conocido cubanos
sas, entre ellas, la partida de mi hermano, algo que llevan dos años fuera y ya hablan como
que tiene mucho que ver con la realidad que españoles, como argentinos, o como lo que sea.
estamos tocando en la obra. Los que se van, los Gente que se olvidó enseguida de sus raíces. Por
que se quedan. La gente que se deja de ver, la comprender eso cambié. Además, me abrió una
gente que deja de estar al lado de uno. Todo eso puerta de sensibilidad muy grande hacia los
alimentó al personaje. Sí, lo más terrible nutre, enfermos mentales. Fue una experiencia fuerte
porque a veces incorporarlo te hace hallar en el en el estudio del personaje. Entender que el deli-
trabajo una forma de encauzar el dolor. rio no se elige, toca y ya. En este sentido crecí 62
No obstante, después de haber estado en La como ser humano. Cambiaron mis criterios acer-
Mancha, te digo que Jacques Lecoq es constante ca de muchas situaciones, personas y fenóme- 63
en mis búsquedas. Su influencia se dirige más nos.
hacia el lado físico, gestual y vocal de los perso- En realidad todos los personajes te aportan
najes, a partir de una minuciosa observación. Su para crecer, pero hay algunos que lo hacen más
influencia es ineludible, y lo será el resto de mi profundamente que otros. Pero si tengo que
vida. Stanislavski viene porque está metido en mencionar alguno en especial, te diría enseguida
mi sangre desde que lo estudié. La intuición es que son Larita y La Reina. Larita, el principio
un punto particular que yo no domino, sale de… La Reina, el nuevo encuentro con...
espontánea. Pero el mecanismo es Lecoq, ali-
mentado con todo lo demás. Es mejor decir La – ¿Preparas algún nuevo trabajo?
Mancha, pues en la escuela han evolucionado – Estoy enfrascada en un papel en la telenove-
respecto al método original. la ¡Oh, La Habana!, de Charlie Medina. Tengo un
personaje maduro, de caracterización, negativo.
– Después de la cálida acogida que ha tenido el Creo que va a concretarse un punto en el que la
trabajo, los lauros en festivales y las presentacio- mayoría de la gente no me ha visto. El público
nes internacionales, ¿existe algún personaje que dejará de verme como una adolescente, porque
constituya hito de un antes y un después en la labor soy una mujer de treinta y siete años que ha vivi-
de Laura de la Uz? do mucho y con mucha intensidad.
– Existen personajes que ejercen influencia Pero mi verdadero vuelque es Delirio habanero.
directa en la carrera de uno y marcan por el Estoy metida en él totalmente, con todas mis
éxito, por la aceptación de la gente. Pero hay fuerzas. Me han llamado, incluso, para algunos
otros que van más allá y trascienden hasta cam- proyectos en la TV. He dicho que no. Mi objetivo
biar algo íntimamente, en tus pensamientos, en es aprovechar Delirio…, sacarle el jugo porque
tus visiones personales de las cosas de la vida. nos costó mucho trabajo, mucho tiempo de
En primer lugar tengo que situar a la Larita de esfuerzo. Delirio, mucho delirio en mi vida.
Hello Hemingway. Cambió toda mi vida. Me per-
c a r a s
n m á s
S i l a m
d e la
al
paro de mayo La actuac albrán
ajo e ó, del 28 n Teatral Rodrigo M cuerdo
de la
Casa 1ro. de ju con
s
nio
ión
icas
Amér , el

B
n ó e
sesio de Creaci rtido por . En mi r co un
r a e r v o
Talle ara, imp guez Ebn eso. Pro co
m á sc o d rí s u c e sto s cin -
ia R del te ien
med y Romina emoria u e duran erza sufic
e m q o fu
Cont nece la re
homb aún teng cho más. o. Su
rm a n e l , u ci
pe o o
tro c mi cuerp conocer m n el espa lista.
cu e n
en oló ro se t u ra
contr uir, y quie structura a la na temente
días g e
ra se ruye t i n ta acien ero
te pa igo const l es dis e ataca. P miedo, p a
Rodr corpora bula y m alizo el eh
d d í is ic s id e as qu ras
u n f alab
actit za su ma ión. Yo de la
arto mismas p libre a
ov ili r ea c c ro . P
M nt s o
a mi or de so su y vag cu-
esper n vibro p a a día, u los ojos o, sólo es
ié í o h
tamb slizando d tes. Cierr ra. Escuc
d e a n e va
ido rog Gu
inter a Che
como de la Sal
s

n
travé

o á n
cho.

c M al b r
o d r i g o
R Ro c í o Rodríg
uez

ancha
o La M
ortesía Teatr
Foto c
EL TEATRO ME ANDUVO BUSCANDO… Entré a la escuela de Lecoq con veintiún años.
Me fui de Chile a los once años. Mi padre y mi Terminé los dos años de actuación sin saber que
madre eran fuertes participantes del movimiento tenía talentos pedagógicos como hombre de tea-
social que ocurrió en mi país durante la Unidad tro, pero me gustaba el magisterio porque en
Popular. Cuando ese modelo se derrumbó por el toda mi trayectoria como joven, de alguna mane-
golpe de Estado de la derecha y los militares, mis ra, había enseñado. El talento que yo tenía en el
padres, por estar relacionados muy profunda- fútbol era el de repartir pelotas para que otros
mente con estos cambios sociales, tuvieron que metieran los goles. Lecoq me pidió que hiciera el
exiliarse. En esa época uno no podía escoger a año pedagógico, pero como aún estaba muy
dónde irse, tenía que meterse en la embajada joven, debía tener primero una experiencia
que pudiera. Nosotros nos fuimos a Noruega. como director y actor, para luego regresar a la
Viví en Noruega veinte años. En realidad yo no escuela. Estuve trabajando en España, en Grecia
andaba en busca del teatro, fue el teatro el que y tomé unos talleres muy importantes con un
me buscó a mí. Quería ser un buen jugador de gran exponente de la tragedia griega. Regresé a
fútbol y un buscador de talentos italianos me llevó Francia a hacer el año pedagógico y continué mi
a un equipo de primera división que se llamaba desarrollo profesional en España, Suecia,
Torino. Estuve ocho o nueve meses jugando como Noruega.
cadete, en esa época tenía quince, dieciséis años.
El entrenador me dijo que nunca iba a poder ser DE REGRESO EN CHILE, SÍNDROME DE POST GUERRA,
el jugador que yo quería, como Platini, porque VEINTE AÑOS DE DICTADURA…
mi único talento era el de entregar pelotas. No Por esos años, me casé con una inglesa que
tenía fuerza en los pies, no tenía buen salto, ni había hecho también la escuela de Lecoq y for-
cintura, ni buen cabezazo. Esto significó volver a mamos la compañía La Mancha. Luego fuimos a
Noruega y entrar en una crisis muy fuerte. Chile, auspiciados por el gobierno noruego, para
Durante tres o cuatro años recorrí distintos luga- hacer talleres teatrales en distintas instituciones
res. Trabajé mucho en hospitales psiquiátricos gubernamentales. Nos encantó. Encontré que
como ayudante de enfermería, en jardines infan- era un momento histórico y social súper impor- 64
tiles como tío, con gente de la tercera edad, en tante para crear una escuela que diera continui-
una gasolinera, como campesino, buscando qué dad a las enseñanzas de Lecoq, porque iba a ser 65
poder hacer con mi vida. Fue una escuela muy un aporte cultural y educacional muy fuerte.
fuerte para observar el comportamiento huma- Nuestra Escuela Internacional del Gesto y la
no, mi gran pasión. Cuando salí de Chile a los Imagen ya tiene doce años de fundada.
once años me auto-comandé la misión de volver Realizamos intercambios con otras acade-
a mi país a enseñar algo bien, no sabía qué. mias en el exterior. En Medellín
q u e tuvie-
fianz a di-
MAESTRO JACQUES LECOQ…
f e y la con de un apren
, su as no
ntrega sido jornad o de cada u
Mi padre tenía una compañía de mimos en
s u e
Noruega, necesitaban un actor para hacer dos an uch
e c er a to días, que h endemos m -
pequeños papeles y me propuso que hiciera
u i e r o ag r a d
o s e sto s
t r o s ap r
s . i b a a encon
Q to d s o de e
rante que no e uste izás m
la audición. En realidad, no quería hacer tea-
que
tro porque me llevaba mal con él –rebeldía de ron du y fuerte. Por ndí mucho d o en que qu e gustaría e
u re d M qu
adolescente. Hice la audición, quedé y empecé zaje m es. Y yo ap enía pensan no fue así. bajo y hay na
e d v y t r a u
a tener una formación muy clásica, en el mimo de ust nocía Cuba, a disciplina amienta de ara algunos por-
co oc rr p po
blanco, en la vena de Marcel Marceau. Después Yo no gente con p po es su he de sembrar over el cuer ya
n e r u m a
recibí una formación más profesional como actor trar co n que el cu estos días p idar. Deben alá que se h o es
de n u Oj n
stanislavskiano en pequeños talleres durante dos
recuer . Creo que e tienen que c or conocer. queleto que nes
l o e p e s d o
cuidar semilla qu oria infinita mover ese , carne, ten
años en la Universidad de Berguen. Mi padre
ña m n os
peque ahí una me y que quiera es múscul
siempre me pedía que fuera a la escuela de
Lecoq porque en su juventud él no había podido y
que ha esa semill o que tambi a é n
t e r n a cional
In
do in scuela
hacerlo, a él le dieron una beca para irse a la
queda te hueso, s n a , E
Universidad de Yale y al Actor Studio en los en hile
solam ndo acorde. edagoga c
Estados Unidos. La escuela de Lecoq comenzó u , p
por el año 59 y mi padre quiso ir por el 64. y un m Rodríguez n.
a e
Romi to y la Imag
n
s
del Ge
hay una universidad que quiere constituir un Los tres actores que participan en Cara de hereje
departamento de teatro y nos está pidiendo ayuda tienen, además, proyectos propios o se dedican a
para crear una malla curricular que tenga ciertos otras actividades; Eugenio Richard Negrete dirige
fundamentos lecoquianos. Nuestra escuela es la la compañía Arlequino y Francisco Iván Ramírez
única en Latinoamérica que imparte esta metodo- (Francho) una productora de video que realiza
logía. En el mundo hay veintisiete personas califi- cortometrajes y mediometrajes. En el caso de
cadas para enseñarla y yo soy uno de ellos. Cristian Marcos Ramos, pasó un post grado en
En la escuela y en la compañía no sólo trabaja- recursos humanos y actualmente es el adminis-
mos máscaras. Nosotros atacamos todos los trador de la escuela, o sea, también se desempe-
territorios dramáticos y estilos teatrales. El mimo ñan en diferentes roles.
narrador, la tira cómica, la pantomima blanca, la
comedia del arte, la comedia humana, el melo- EL TONO QUE EXIGE EL ESCENARIO
drama, la tragedia, el bufón, el clown de teatro, No estoy en contra de lo natural, pero sí del
el clown de circo. naturalismo y del realismo porque creo que
De los ingresos que tiene la escuela otorgamos ambos murieron con el surgimiento del cine. No
becas. Por ejemplo, los exámenes que tienen los hay nada más natural y real que el cine. Yo ense-
alumnos se hacen públicos, las personas pagan ño teatro a través del cine porque encuentro que
por ir a verlos. Este dinero se reúne y configura el lenguaje cinematográfico contiene leyes que el
un fondo para becar a uno o dos alumnos por teatro, por obligación, tiene que absorber. Pero
año. este tiene que configurar otras leyes, no se trata
de convertir la escena en un set televisivo.
QUÉ NOS UNE EN EL IMPULSO DE HACER… Absorber de la escultura, de la pintura, de la
En dependencia de las necesidades que tengo fotografía y del cine, permitirá al teatro poder
como director y de las obras que me gustaría diri- refrescar, movilizar, agilizar y subrayar con
gir, selecciono un elenco que parte obviamente mayor eficacia y sentido espacial.
de los alumnos que hemos egresado. Yo los invi- No quiero cerrar a mis alumnos a un solo
to para hacer los espectáculos y ensayamos modelo, pero en la configuración de una película
varios meses en dependencia del montaje. En el hay muchas cosas valiosas que se pueden sustra-
proceso de creación de la obra Cara de hereje, por er para el teatro, como el cambio de espacio, los
ejemplo, los actores hicieron todos los personajes distintos modos narrativos, la manera de cómo
y de esta forma se nutrían unos de los otros. configurar distintos personajes partiendo de un
Muchos de los muchachos que egresan de la impulso lúdico, entre otras.
escuela constituyen sus propios grupos de teatro.
ANTES DE SER HAY QUE HACER
Y EN EL HACER UNO SE VA HACIENDO
es. La técnica de Lecoq funciona en todas partes,
n i n q uietud n
a so
en el cine, en la televisión, en el teatro, en la
o, e
e s t a seman ser human m- calle, en el acto de ir a tener una reunión con un
de omo e ca
u e m e llevo mo actor, c o es que m ana ejecutivo, en el cómo tratar y comportarse con el
q co .N em
Todo lo ecesidades, os sentidos forma y la s esta. ser humano que uno tiene al lado o con el hijo
n l a a
u i e t u des y s y en todos aquí de otr a ser igual ano. que uno va a educar.
Inq ecto o de o va r cub
os asp pero sí, salg que viene n lbelo, acto
La importancia de Lecoq para Latinoamérica es
d o s l
to vida, A vital por varias razones. Somos pueblos que tene-
bie la Liván jo
r traba
mos muchas cosas nuestras que contar.
h a c e
sa uba
ce año clown en C er
Lamentablemente siempre ponemos los ojos
o r t r e
do p ía de hac afuera. Europa es la abuelita. Es muy bueno ir a
e h e dedica ue yo conoc ue se puede irme sentarse en sus rodillas para que nos cuente y
M oq lo q cubr
a r a n iños. L tante es de ermite des do me nos eduque. Pero el verdadero lugar donde hay
p y dis me p Cuan
es mu ras, lo cual ista nueva. no sabía
que estar es África, Asia, la América Latina, los
ásca a ar ra yo países que están en grandes luchas sociales,
con m actor en un z la másca rtir de ahora
como primera ve hice. A pa
donde se producen las grandes contradicciones,
r e l a e n serio.
p o u r donde están los problemas, es allí donde debe
puse a hacer lo q e a trabaja r cubano.
dí rm to estar el artista.
que po voy a pone is Mesa, ac
Ale x
La metodología de Lecoq ayuda a los jóvenes a
tener una voz para constituir su propia obra, sus
propias necesidades de comunicar. Encuentro
que esta forma teatral tiene mucho que ver con
nuestro continente en el sentido económico y
práctico, es una manera barata de hacer teatro,
para la cual no se necesita mucho dinero. Tiene
mayor movilidad. Hay puntos de referencias que
tienen que ver con el imaginario nuestro, con el
sentido poético que tenemos de la vida.
Obviamente, los europeos para poder enten-
der esta realidad absoluta la tienen que lla- i-
mar, sobre todo en la literatura, realismo e l a s comun
od ri-
mágico; pero para nosotros no hay nada mági- e l d e sarroll técnica y teó
para cia la-
co, es la propia realidad.
s p o n táneo a contunden mo a las pa rase
ro E co l su af
t i l i z o el Teat os. Agradez l trabajo. Me ticas", es un que
EL ARTISTA DEBE SER yu grup a de es é iene
UN CRONISTA DE SU TIEMPO o y p s icólogo onas y los solidez étic nsurreccion onstructo, t
S ers i lc
, las p todo la pos de oría, e
Nos identificamos con la reali- dades ller. Y sobre sto son tiem cnica, la te
ta "e té
dad chilena y con la latinoameri- ca del Saramago: resente y la
e p
cana. Con el sufrimiento que tiene
bras d ubica en el nte. chilen
o.
el hombre. Estamos sometidos a e n o s l p r e s e ó l o g o
q u e ic
abitar es, ps
star, h uardo Flor
una manera de mirar el mundo en
e
Ed
Mario
la cual lo que está en el medio no
son las personas sino los objetos, y
el ser humano permanece en la peri-
feria. Hay siempre un denominador 66
común en el sufrimiento, este no pertenece sola- cias. En Chile, tenemos gran
mente a un país o a un continente. Sufrir es 67
reconocimiento por parte de los
como respirar, pertenece al caminar, al colocar jóvenes. Insólitamente cada vez lio Alv
ite
Foto: Ju
los pies en este planeta y atreverse a vivir la vida que hacemos funciones nuestro
y convertirse en un protagonista de la vida de teatro siempre se llena de jóvenes y
uno, en un testigo o en una persona que toma un de todo tipo de gentes.
papel secundario en la vida de uno mismo.
MI MANERA DE ATACAR
CONTRA EL SISTEMA NEOLIBERAL Primero que todo, me importa muy poco hacer
Somos una compañía vanguardista. No nos carrera como actor, director y pedagogo. Lo que
apoyan con recursos económicos. Seguimos con me interesa es el fenómeno en sí del teatro. Yo
el idealismo de aplicar a todas las instituciones soy un hombre de teatro. Cada una de estas tres
benefactoras, pero lamentablemente cada año disciplinas constituye un comportamiento inter-
dan respuestas distintas de por qué no nos dan no y ético distinto y una nueva configuración de
dinero. A pesar de esto, se nos respeta y admira resultados. Puedo reconocer que las que más me
mucho por nuestra disciplina y capacidad de ges- apasionan son la pedagogía y la dirección, no me
tión no solamente arriba, sino también fuera del gusta mucho la actuación puesto que el ser actor
escenario, al punto que se ha llegado a pensar representa tener una “raza” muy especial. Haber
que recibimos apoyo económico de Inglaterra o incursionado en todas me ha ayudado a enten-
Noruega y eso no es cierto. der la problemática que tiene un actor al enfren-
Siguiendo el mismo camino de otros grandes, tarse a un texto o una escena, su problemática
obviamente con mucha humildad porque no física y psicológica, pero el histrionismo o el
estamos a su altura, nos sucede lo mismo que a hecho mismo de actuar para mí no significa una
Gabriela Mistral o a Violeta Parra, que fueron felicidad muy grande.
reconocidas primero fuera antes que en su pro- El teatro está basado en la creación.
pio país. Tenemos reconocimiento en el exterior, Fundamentalmente es una herramienta que me
realizamos intercambios, compartimos experien- ayuda a mirar al mundo, a estar conectado con la
gente. Me permite hacer de todas estas expe- Yo estoy por el teatro popular. Cuando digo
riencias un vocabulario dinámico y orgánico para popular, no me refiero al teatro grosero, sino a las
convertirme en ser humano que esté al servicio raíces fundamentales del teatro que se constitu-
de la comunidad, ser un mejor ser humano y yen en los siete primeros años del niño, es ahí
después comunicar y unir personas y experien- donde todo comienza, donde pasamos por todos
cias en su más basta gama cultural y espiritual. los estilos teatrales. El niño tiene esa convicción,
El tiempo fue desfigurando el papel que tiene ese sentido imaginario, lúdico, de la vida. Por
que jugar el teatro en la sociedad y se convirtió ejemplo, un niño de dos o tres años que no sabe
en una excusa para que las personas pudieran hablar inventa un lenguaje y crea personajes que
mostrar sus ropas y posiciones monetarias; pre- están tomando té con él y es tan fuerte su con-
sentaba problemáticas que constituían realmen- vicción que a uno no le queda más remedio que
te el sacrificio de la alta burguesía y la clase seguirle el juego. Los niños son los únicos que
media. Los pobres y los seres que no tenían voz aceptan el error y lo entienden como una confi-
se penetran sólo fuera de las cuatro paredes. La guración motórica dentro del aprendizaje.
Comedia del Arte se hacía en las calles. En las
ferias se establecía un pequeño espacio de dos
por dos y ahí se armaba toda una obra de teatro.
ite
En tiempos de Shakespeare y Moliere, los teatris- lio Alv
Foto: Ju
tas andaban con carretas cargando su mundo y
su obra.

i a s r a zones:
r var r el
h o c a nte po Al descubri -
uy c ras. raba
r h a sido m o de másca ba de este t cia.
talle cul sta ren
r a m í este u n e spectá tante que e nte esa dife mino
Pa do is a
ra el c
a
hacien to lo d y choc
estoy fesor he vis esultado mu ba que no e cuenta que
del pro e ha r pensa me di é la
estilo de hecho m algo nuevo, uestra final cuando est s-
jo, y ía m ey á
v e z que ve Pero con la tado siempr abajar las m ra.
Cada cesitaba. ul tr ne
o n e u n b u en res artida para de otra ma no.
que y e llegar a de p caras ctor cuba
e d n punto e
se p u
o r a t en g o u
a c t o r y dir
. Ah lba,
verdad o r g e Luis A
J

Cuando somos grandes se nos dice que el error


es un poco menos que comer caca. El viaje del
saber forma parte de tener la larga paciencia de
cometer errores y aprender de ellos para autoe-
ducarse. Ese sentido del aprendizaje se ha perdi-
do. La educación tiene un enfoque obsoleto en la
actualidad. Si el alumno se sienta, atrofia su cuer-
po. Nuestra formación tiene que ver con lo somá-
tico, por lo tanto, es preciso vivir las experiencias
y en ese vivir nos armamos del vocabulario y de
Parto siempre de una idea general, muy
larvaria, que se va conformando con mayor
precisión, mesura y equilibrio, a partir del
u b a . La
C
ra en ora
proceso creativo. Al final, el producto es
á s c a
m . Fl
para la el Buendía y experi-
superior al que concebí en un principio.
s p a c i o n
r un e scara fue e e de Europa era
Tiene que haber talento para escuchar,
c r e a
eso de con una má ith Johnston alguna man stillo
aptitud que se ha perdido mucho, todos
p r o c
en un bajé e Ke e de a Ca oyen y miran; pero son pocos los que
Estoy vez que tra la técnica d ay gente qu ndía, y Neld er a ven y escuchan. Si la obra fuera sólo
a a H ue oc
primer legó con tod eve meses. s, incluso B idad de con os, pero del director, significaría que los acto-
l nu ra un it
Lauten os durante con másca ve la oport ara son infin elas de res son títeres que están sometidos a
e n t a m c o s a s i n o . Tu m á s c s e s c u
m iendo en ese cam inos de la sados de la chísima
un régimen autoritario, donde nadie
e h a c m
sigu ndo ca egre mu
undiza y sé que los cuela. Los eo que hace mbién de la l
puede opinar, y que el actor desem-
p r o f
ha s
estros lina y una e mación y cr necesita ta Internaciona
peña un papel de funcionario. La
s m a
otro t a discip nen esa for os cubanos la Escuela
obra creativa tiene que ser comu-
f a l
hace Cuba no tie nismo de l scara que nicativa y esa comunicación tiene
ri o á
arte en rque el hist logía de la m do.
que partir de los seres de ese
p o d o l l a
falta, a y la meto ha desarro a cubana.
zoológico humano que forman
li n n r
discip o y la Image iz y directo
parte de una compañía. Tenemos que ver
st tr
del Ge ardoso, ac
los distintos puntos de vista porque la verdad no
C está en un solo lugar.
Esther En una clase, Ho Chi Minh, el gran líder vietna-
mita, preguntaba: ¿Cuál es la gran diferencia
entre un general vietnamita y uno norteamerica-
no? Si el general norteamericano tiene que tomar
una colina, realiza los preparativos, lo habla con
el coronel y le dice: “Oye vamos a hacer esto y 68
las herramientas que confor- esto” y pum, a tomar la colina. Pero aquí en
man un saber distinto. Lo Vietnam, yo coloco mi idea de cómo tomar la 69
importante es atreverse a colina con todos los soldados con los cuales lo
cometer el error. ¿Quién voy a hacer y escucho qué aportes pueden
tiene el coraje de tomar hacer ellos para constituir el ataque de mejor
una idea y desarrollarla? manera y tener menos bajas. Eso me ayuda a
que en el momento del ataque estamos todos
SIN FRONTERAS impregnados porque sentimos que la estrategia
Esto de separar las nos pertenece individual y colectivamente,
disciplinas, actor, director, autor, somos partícipes de esa creación.
me parece fatal. Significa que cada ser En el teatro pasa lo mismo. Hay una seguridad
humano está encerrado en su pared, constitu- distinta cuando haces tu aporte y, si este no se
yendo un mundo individual, donde no hay establece literalmente, ayudaste quizás
comunicación. El actor tiene que tener algo de al surgimiento de otra idea.
e
bajo d po
autor, de director, y viceversa. Eso nos permite
s e l t r a m
aller e en breve tie
comunicarnos de una manera más fluida y poder
d e l t
comprender a los otros. Por lo tanto, la configu- ltar nos a
ración del hecho creativo en sí tiene que ver con u s t a r ía resa itió conocer ada uno par nos
eg rm ec rmi
un trabajo dinámico de seres humanos que están
q u e más m l que nos pe rtamiento d enera en té
Lo grupa compo lo que eso g
ámica cómo es el
al servicio de una sola cosa, la utopía romántica
d i n todo
que consiste en buscar la perfección en el arte. e nder r upo y .
En realidad, la perfección del arte está en la y e n t
a b a j a r e n g
a t i v a . e a r g entina
t r e n
imperfección. No creo en el actor como funcio- poder nicación cr ctora de ci
m u i r e
nario dentro de un teatro, que marca tarjeta, reci- de co owland, d
G
be su sueldo, viene a hacer su trabajo y se va. El María
director tiene que ser un buen administrador de
las ideas de los actores.
ACTITUD CORPORAL SEIS, TEATRO, ACCIÓN
Estoy muy contento con el Taller y por estar en
la Casa de las Américas. Es la segunda vez que
vengo a Cuba. Estas venidas forman parte de un
sueño mayor: poder armar, realizar, fundar, un
ala de nuestra escuela aquí. Pero en parte me voy
triste porque sé que les he entregado una peque-
ña letra, un pequeño pincelazo de acuarela en el
aire que con el tiempo se va a ir diluyendo inevi-
tablemente. Quedará solo este impacto indivi-
dual que tuvimos los que participamos.
Vamos a pensar en un momento distinto. Mi
ntre-
o de e ede
idea es preparar gente para que estén una parte
t e t i p
del año acá y la otra en Chile. Ojalá la estrate- r es pu
gia se realice bajo el paraguas de la e s a r i o lleva ismo es que es
nec m or
Casa de las Américas. Cuba en eso
i e r a u tor es artir de uno ca autor-act se
ualqu lo a p inámi todo
Para c o, porque só reo que la d , pues sobre cuerpo.
siempre ha sido más hábil que
nt C ol el
namie personaje. e crear un r s y la vida d cia nue-
muchos países latinoamericanos.
n d ia ha
crear u ial a la hora las vivenc una puerta ir apren-
Tiene una historia cultural muy fuer-
r d n t a i ó gu
primo ner en cue ller me abr mbre por se
te, incluso en los años 60 y 70 llevaba
la vanguardia a nivel teatral. Espero t e Ta a
deben ersonal, el e deja con h re-
que ahora puedan incorporar esta
n i v e l p s y m . ex i c a na eg
A ad e sas am
osibilid r nuevas co y profesor
pedagogía, la cual puede beneficiar no
v a s p
sólo desde una perspectiva cultural sino y hace , actri
z
también desde el punto de vista social. diendo Fuensanta
h
Lisbet la EICTV.
e
sada d

de
e l t r abajo ié
ocí a tud
p e r o no con rrera que es ue
Arte a ca q, q
o m e d ia del mo año de l écnica Leco a tam-
C ti t ci
e s t u die la na. En el úl e estudia la dió en Fran
Yo a s tu y
o m e d ia Hum ace mimo y profesor es to que esto lo
C e h e l ye c e
guade país s porque ación al pro as gentes qu
Foto: M
aria Ay
en mi pectáculo, r t t r
es a apo aya o
es un ara mí es un ucho que h eñen.
p m ns
bién y o. Me alegra én, que lo e
d bi .
hacien ciendo tam z española
h a t r i
estén nzález, ac
o
Sara G
Ramón Griffero

70
71

FIN DEL
ECLIPSE
Foto: Nelson Ponce
LOS QUE REPRESENTAN
Ella
Él
Aquel

LOS ACTUANTES
Actriz 1
Actriz 2
Actor 1
Actor 2
Interpretan los restantes personajes –voces– de la obra

LOS ESPACIOS DE LA ACCIÓN


El formato escénico como lugar que contiene varias dimensiones narrativas que coexisten,
que construyen y reconstruyen diferentes ficciones.
Una suma de instalaciones escénicas que surgen del relato y se constituyen. Este es un labe-
rinto de ficciones donde tratamos de construir las diversas verdades escénicas.
La idea de una estructura de laberinto sin centro, de cambios de planos narrativos y de per-
sonajes que se transmutan, se entrelaza, a partir de la muerte y del sueño de la escena.
Una ficción es el sueño de la otra, el fin de la siguiente, una acción –la muerte–, el accidente
que no es más que un sueño de lo precedente. Una suma de despertares, de ficciones, ensue-
ños que se reiteran. Permitiendo los cambios de planos y la continuidad de los personajes en
temporalidades diferentes.
Los lugares como espacios plásticos conceptuales que sugiere el texto.

LA HISTORIA
Un telón pintado rasgado, tras el rasgado un cuerpo desnudo. Ella dibujando un vestuario sobre el
cuerpo de él.
ELLA. Ya sabes nadar y respirar bajo las aguas, ¿o no? Tan solo recuerda ese acuario donde te
gestaste. Recuérdalo cuando naufragues y las olas te cubran. Estoy bañada, transpiro, ya
estoy envenenada, mis poros lo sienten... Te dejo este traje, te lo impregno, podrás vestirte
sobre él, enrollarte en telas, sombreros. Qué bello te está quedando, el carmesí siempre resal-
ta la piel.
No intentes llorar, hazlo cuando no te vean, que otras lágrimas o sudores caigan sobre tu
cuerpo, deja que la lluvia te moje, no importa lo externo, todo será lo otro.
Qué más, no me mires así, no me veas nunca así, mírame cuando no esté, esa soy yo.
Cuando ames no mires nunca lo que ves, velos cuando no estén.
Sí, el dolor, aliméntate del dolor, el que no se alimenta del dolor no nacerá nunca.
El dolor será por placer, por martirio o por heroísmo, que no sea por afán.
No soy muy buena para dibujar encajes.
Anda, entra en escena, espera, olvídate siempre que estás en la tierra, te hará daño, cuando
la sientas y te hundas en sus calles, sus voces, olvídala mirando el universo, él no te dañará.
Ya anda, y recita bien.
Que se oscurezca todo para que salga tu voz. Habla y recuerda, sólo lo que se nombra existe.
¿Por qué estoy vestida así?
Déjame, será para el instante que tenga que rasgar mis vestiduras, será para cuando unten
mis extremidades en aceite y deba soportar los tormentos, ver como mis pies arden y se des-
hacen, pero yo, guardaré silencio.
Ve, no me mires, aún no es hora de llorar, guarda tu llanto, que nunca sepan de ti, ni de tus
emociones, sólo así no podrán destruirte.
Sonríe para que te envidien, se siempre feliz así creerán que eres parte de su jolgorio. Anda,
anda al escenario y ríe. Vamos, yo te acompañaré.
LAS RISAS
Ambos ríen.
ÉL. Los conquistadores ya destruyeron sus templos, han tomado sus metales.
Me haré un arcabuz de oro, una litera de plata y sus estatuas las colocaré en mis jardines.
Que sus hombres y mujeres sean mis sirvientes.
ELLA. Son indios sin saberlo, desaprovecharon su tiempo, que fastidio subir tantas escalina-
tas para que te abran el pecho y unas estatuas horribles beban la sangre de tu corazón,
vamos, clavadles la cruz y que trabajen en algo útil.
ÉL. ¿Se nos volverá la piel negra bajo este sol?
ELLA. Para eso están las sombrillas, el frescor de los corredores, y ese traje que te dibujé.
Eres un continente blanco, no lo olvides.
ÉL. Les enseñaré a ordeñar las vacas, que hagan queso y mantequilla. Hmn.
ELLA. Pero que no le pongan maíz, no se les ocurre más que poner maíz en todo. Me iré, te
dejo, pero no olvides, sé bueno, misericordioso y castígalos, pero perdónalos, te lo agradece-
rán. Son extraños.
ÉL. Volverás a tu villa blanca, donde los ojos te lanzarán flechas desde sus ventanas, volverás
para que martillen en tu puerta blasfemias, volverás para que te lapiden.
ELLA. Sí, pero ya aprendí a reír, reiré con ellos, estaré clavando estacas en sus puertas antes
que se den cuenta, lloraré cuando los hagan subir al cadalso, suplicando por sus vidas, invo-
caré a Dios cuando el torniquete apriete sus gargantas, iré a las misas para salvar sus almas.
Ya te dije, participa siempre de sus jolgorios.
ÉL. No sé si podré construir tan buenas ficciones como tú, capaz que me traicione mi voz, o
mi cuerpo, ya lo he sentido, se va solo y me lleva a placeres íntimos, pero me aleja de las
grandes fiestas. Le temo a mi cuerpo. Mi mente me obedece, pero este cuerpo.
A pesar de que me dejas vestido como ellos, a pesar de que sé bailar como ellos, a pesar de
que festejo, bebo y participo de sus comidas, me aprendo sus libros y logro hablar en sus
idiomas. ¿Me estás escuchando? Mira lo bien que sé construir frases que se apropian de su 72
lengua, podré manejar sus útiles, sus herramientas, prender una radio, cantar sus canciones, 73
firmar las ejecuciones, pero...
ELLA. No fastidies, las velas ya surgen en el horizonte. Miente y morirán por ti, por tus tie-
rras, y luego desfila para recibir los honores de la victoria. Escapa si pierdes y vanaglóriate
del destierro. Quien no sufre el destierro no puede conocer su patria.
Deja que fallezcan sonrientes en los campos, en los aires, diles que son héroes, constrúyeles
estatuas de piedra y respira seriedad cuando coloques una rosa en sus tumbas. ¡Ay! es tan
fácil construir un imperio. Es tan fácil inventar ideales. Dales una razón para existir, un peda-
zo de tierra que crean suya, que la amen. Dales una bandera, un Dios, no sé, conquístalos.
Es tu tiempo, mándame a buscar sólo cuando me reciban con vítores y flores, los diamantes
y el oro traen mala suerte. Tienes siglos por delante, ensaya, no hay apuro. Yo estaré peinán-
dome. Invéntales un futuro por el cual morir y tú muere por algo. Recuerda, cuando ya no
tengas por qué vivir: has fracasado.
ÉL. Iré desnudo.
ELLA. Sube, anda, recuéstate en tu camarote.

EN EL BARCO
Sobre el barco, en su camarote, recostado, desnudo, despierta.
AQUEL. Me entretuve mientras dormías, te quedan bien los encajes, un poco dispares.
ÉL. Abrázame.
AQUEL. Señor, que decís, queréis ser quemado en la hoguera, cortaos la lengua antes de
repetir tales insinuaciones.
ÉL. Ya, ven, recuéstate a mi lado. Dormía, no sentí tus manos cuando me dibujabas.
AQUEL. Cuando duermes puedo acariciarte. Ahí yo sé cuál es mi mirada y cuál es el calor de
mis manos, sólo puedo amarte cuando sueñas.
ÉL. Duerme tú ahora, o haz como que sueñas. No en vano te llamas Sebastián.
AQUEL. Sí, nací con las flechas en mi cuerpo. Me son suficientes, no quiero las tuyas. Iré a
cubierta, izaré la bandera con las calaveras. Y me entretendré clavando mi espada en los
pechos de esos españoles barbudos que aún creen en santos que los protegen.
ÉL. Mira por la claraboya. Cuéntame lo que ves.
AQUEL. Veo mar y más mar y tal vez los lomos de los delfines, todo lo que veo es lo que
siento. Para ti es agua azul y salada, para mí es el infinito, es el mismo mar que vieron los
Mayas, nunca se atrevieron a domarlo, imagínalos desembarcando en Lisboa, dominando a
esos pequeños portugueses con olor a pescado, construyendo pirámides en Sevilla, uniéndo-
se a los moros.
No se atrevieron a cruzar la línea del horizonte, lo mismo me puede suceder, ya no tendría
sentido el estar aquí. Sí, puedo ir, yacer a tu lado, acariciar tus cabellos, montar tu cuerpo un
día, dos meses, te daría placer, me darías placer y bajaríamos a los puertos a beber, tú te per-
derías con alguno de tus negros. Yo volvería a pedir que me cortes los cabellos, que empare-
jes mi barba. Tú escribiendo historias en pergaminos, inventando leyendas. Me encantaría
con tus relatos, así por mil atardeceres hasta que el encanto se desvanezca.
ÉL. Verdad que podría ser aburrido. Está salada tu piel, tus vellos gustan a anchoas.
AQUEL. No me gustan las anchoas, dan arcadas. Tenían razón, domas bien, pero una vez el
caballo domado, queda en el establo y sirve para que le pongan riendas y le claven espuelas.
Eres peligroso, mi destino no es de corcel.
ÉL. Navegamos para alejarnos de los puertos, para escuchar el ruido del ancla, para mirarnos
tanto y descubrir que de tanto mirarnos sea mejor apartarse, es mejor que me baje y desde
el muelle yo vea como el barco se aleja y detrás de una claraboya divise unos ojos sonrientes
de tristeza, para que tú veas una silueta que se desvanece, que se funde entre los baúles y los
pañuelos y así decir que vivimos y así tener historias que contar.
Tal vez después te envíe una foto con ella, con los infantes, y te cuente que muero acarician-
do mis nietos, en la casa que les dejo.
Decirte que la vida no era más que aquello, que te quiero acá conmigo para cabalgar juntos,
sea por el desierto sea por entre los bosques del trópico para combatir juntos, para que tú me
llores o yo te llore cuando caigas. Necesito llorar a alguien de verdad.
AQUEL. Lo sé, también deseo llorar de verdad, no por tus historias, ni por las tragedias en
lugares remotos donde se derrumban casas que no conozco o mueren héroes que nunca me
han hablado. Lo que deseo me asusta. Podría cortar tu cabeza guardarla en el bolso de mi
montura y besarla sobre los campos de trigos. Y que el castigo fuera convertirme en estatua
de mármol, ahí sobre los montes de Grecia, con tu cabeza en mis brazos. Cortadme las
manos, rapad mi cabeza y dejad que mi grito se transforme en aire.
ÉL. Una lágrima se desliza sobre mi mejilla, una que contiene todo lo que siento y escucho.
Deseas morir, pero no soy capaz de prender una vela en tu cabecera. Entonces mira, me
duermo, sigue dibujándome y borra tus palabras con susurros en mis oídos.
AQUEL. Cierra los parpados. Te dejaré sobre el muelle.
ÉL. Bájame del escenario, quiero volver.
AQUEL. Silencio, duerme.

LA OBRA
Desde tierra observan como se aleja el barco. Una obra se está representando.
ACTRIZ 1. Él se baja del barco, camina por el muelle ¿Y cómo se que es él?
ACTRIZ 2. Una golondrina se posa en tu ventana.
ACTRIZ 1. Entonces, soy como San Francisco, las aves me hablan. Prip, prip, ahí viene, prip,
es él.
ACTRIZ 2. Son metáforas, además en esta escena aún no llega. Le estás escribiendo una
carta.
ACTRIZ 1. Una misiva, que nunca le llegará, se extravía, además ¿cómo la leo?, en voz alta.
¿0 sonrió mientras escribo?
ACTRIZ 2. Sí, con música y te paseas inquieta, tienes un presentimiento. Desmáyate, ahí
entro yo. “Misía, que os sucede”, luego golpean la puerta. ¡Sorpresa! Es él.
ACTRIZ 1. Supuestamente no sabe que ya estoy casada, y que no cumplí la promesa de
esperarlo. Él me reprocha, yo finjo que ya no lo amó. Pero lloro a escondidas besando su
foto. Le digo que tiene que retirarse, que se demoró más de lo acordado.
ACTRIZ 2. O yo te aviso. “Hay un joven que desea veros”, y así no tienes que estar auscul-
tando el horizonte.
ACTRIZ 1. También podría haber llegado en diligencia.
ACTRIZ 2. Se supone que las vías no están libres, la guerra aún no termina.
Avancemos, sigamos el texto. “Llueve, la chimenea está prendida, el viento hace volar las
cortinas, tú estás leyendo Otelo”. Nadie sabe lo que vendrá. Tú no sabes lo que sigue, así pue-
des sorprenderte.
ACTRIZ 1. Sí, como actriz sé lo que viene, como personaje no puedo saber el futuro.
Además, de hecho a mí me pasó lo mismo que a ella. ¿Te lo he contado?
ACTRIZ 2. A mí, no.
ACTRIZ 1. Se fue al exilio, yo lo imaginaba rodeado de inglesas, francesas, no sabía mi direc-
ción ni mí teléfono. Esto se prolongó por cinco, diez años. Lo fui a despedir al aeropuerto,
pensando que iba de viaje, a estudiar. Le escribí tantas cartas, para mí, en realidad. Volvió y
yo estaba de novia. Por eso me gusta esta obra.
ACTRIZ 2. Partamos. “Hay un joven que desea veros.”
ACTRIZ 1. “Decidle que pase, traerá noticias de España, que las diga y se retiré”
ÉL. Volved la vista señora, que ya me es difícil nombraros así. Os sorprendo sin duda, una
sorpresa que veo hace temblar vuestros labios, dejadlos cerrados que no sé si pueda escu-
char la sinfonía de vuestra voz, ni los argumentos de vuestro desamor.
ACTRIZ 1. ¡Antonio! Has vuelto. Dios mío.
ÉL. Alejad a Dios de nuestros asuntos, no digáis nada, lo veo todo, vuestra casa, vuestra feli-
cidad, vuestra traición a un hombre que creyó en el dulzor de vuestros labios, que en medio
de la guerra sólo pensaba en volver para estrecharos y cumplir la promesa de ese amor que
se pronunció tan honesto, tan casto, que por noches enteras, entre el ruido de los cañones y 74
la sangre de mis compañeros, su sola existencia era la fuerza que guiaba mi sable y me 75
acompañaba en las noches frías de Arauco. Tantas veces suspiré vuestro nombre y me des-
velé en el reencuentro.
Hoy me compadezco de no haber sucumbido en el campo de batalla.
ACTRIZ 1. Deteneos, no sigáis, como osáis pronunciar la palabra traición. Fueron noches y
días de llanto tan profundo que imbuida en la locura de mi amor no hubo sol que lograra
alumbrar las mañanas, ni primavera que no fuese un invierno, destruida y enferma por el
anuncio de tu muerte, mis ojos se nublaron y mi alma se oscureció de un dolor que ni mil
sangres de batallas podrían asemejarse. Jamás os traicioné, cada noche supliqué por un des-
tino fatal que me llevase a tu lado.
Señor, señor, despertadme de esta pesadilla.
ÉL. Señora, ese fuego ardiendo y los gobelinos de vuestras paredes, ni lo rosado de vuestra
piel me parecen pesadillas, no invoquéis lo que niega la vista, ni aumentéis mi dolor con
más farsas que este corazón pueda soportar.
ACTRIZ 2. ¡Farsas, señor! No veis como sufre, que yo he sido testigo y sostén de sus amargu-
ras. Controlad vuestra lengua, que ya esta casa no soporta una frase más de vuestra insidia.
ÉL. Insidia, insidia, si mis manos se mancharon de sangre de araucanos, violando los princi-
pios de mi actuar, fue para poder gozar de la paz y la tranquilidad de un hogar que me espe-
raba, de un amor tan bello y radiante, que hasta los dioses del Olimpo envidiarían.
Sólo viví para estrecharte en mis brazos, Beatriz. Y si he de creer en vuestros sentimientos
que ahora expresáis, tomadme del brazo, dejad que esta pesadilla se vuelva sueño y seguid
la pasión y la verdad de este amor.
ACTRIZ 1. No me coloquéis en este trance, debo respeto a quien me ha alhajado con su cari-
ño y consolado en mi desesperanza, si no fuese por él, hoy tendrías que llevar rosas a mi
tumba.
ÉL. Mil veces me hubiera inclinado en el césped del dolor y mil veces clavado la espada en
mi corazón para acompañaros donde estuviereis. Y no me digáis a quien os debéis respeto.
ACTRIZ 2. Señora, es el eclipse, las aves han cesado de trinar y la luna no deja que ter-
mine esta escena.

EL ECLIPSE
AQUEL. Si el sol no quiere alumbrar la tierra, es porque no quiere ver lo que sucede; así de
fácil.
ÉL. O para decirnos que sin él, no existimos. Pero no le temo al eclipse de mi vista, temo que
otros eclipsen mi cuerpo, el tuyo, el de ella. Nadie puede vengarse de la mano que le nubló la
vida.
AQUEL. Y si pudieras. ¿Como lo harías?
ÉL. Escribiendo frases, para que otros las vivan, sobre los restos de escenarios, que queden
en la clandestinidad del olvido, para que los tres que escuchen se vuelvan a vestir con estas
palabras, las susurren entre paredes oscuras, como nuestros secretos. El resto que siga cre-
yendo en lo que deba creer, frases que nunca lograran vestir sus almas.
AQUEL. Y la obra. ¿Qué sucedió después del eclipse?
ÉL. La obra, bueno, ella en muestra de amor abrirá su corsé para mostrarme su corazón.
Pero yo sólo veré sus senos de actriz y no porque los desee, mirándolos imaginaré como él se
los besaba, como penetró ese cuerpo tan delgado, en realidad no escucharía el texto, vería
sus movimientos y los encontraría planos, pensando por qué me dejaba para recostarse fren-
te a alguien que no veía capaz de generar tanto placer como la pasión que nosotros vivimos,
escucharé sólo su voz transformada en un espasmo, lo imaginaré a él recostado sobre ella.
Pero eso es poesía, en realidad veré su vagina húmeda, seré él, la tomaré de los muslos y
desesperadamente lameré su sexo para sentir lo que vivía con ese cuerpo, para darme cuenta
que tal vez era tan placentero como cuando nosotros lo hacíamos. Pero tengo que actuar.

LA OBRA 2
ACTRIZ 1. Ya, sigamos. Estaba súper concentrada.
ACTRIZ 2. Cuando yo diga “La luna no deja que termine la escena”, se oscurece el escenario
por el eclipse, se deja un silencio, parte la escena anterior, y nosotras nos quedamos congela-
das, vuelve la luz, te abres el corsé y le muestras los senos.
ACTRIZ 1. Ya, ahora entendí. ¿Y dónde está el actor que tiene que sorprendernos?
ACTOR 1. Aquí.
ÉL. Bueno, fin del eclipse, vuelve el sol.
ACTRIZ 1. Visteis, señor, hasta el universo se oscurece de piedad, mirad mi corazón, sentid
compasión de él.
ACTOR 1. Mujer qué hacéis, cubríos, mancillando mi casa y mi honor, vos quien sois, señor,
escoged las armas para limpiar esta afrenta.
ÉL. Dichoso escogeré las armas que ya empuñé para defender mi patria, para hoy defender
esta pasión y mi sentido de existir.
ACTRIZ 1. No os venguéis con él, hacedme lo que deseéis. Yo soy la culpable que fue incapaz
de velar.
ÉL. Lo sois, señora, más de lo que imagináis.
(Le dispara a Actriz 1. Le dispara a Actor 1. Va a dispararle a la Actriz 2)
ACTRIZ 2. Piedad, señor, que sólo soy una simple sirvienta. Fuera de aquí hay una pieza que
me espera, pequeña, con un mantel puesto, donde yacen las flores que recogí de este jardín.
Ahí está mi madre, que ahora cocina y espera verme llegar, y esa es su única alegría, me pre-
guntará si llego cansada y pondrá a hervir el caldo. También, señor, hay un amor y quien
sabe un futuro, que por mi trabajo sólo puedo ver cuando se oscurece el día, con él adivina-
mos una vida que nos espera, levantad una tabla debajo de mi catre, ahí encontrareis mis
ahorros, ínfimos pero suficientes para hacerme soñar.
Señor, yo jamás os he visto y jamás me encontrareis, para vos no soy nada y mi vida es insig-
nificante para este planeta. Pero pensad, señor, que para ellos soy el universo. No hagáis
desaparecer su única estrella.
ÉL. Vengo de un país, señora, donde nadie escuchó vuestras súplicas, vengo de un país
donde hay madres que quemaron sus manos recalentando la comida de sus hijos, donde
cada ruido fue una alucinación de sus pasos, de sus voces. Vengo de un país donde hay hijos
que sólo recuerdan la silueta de una madre alejándose entre los brazos de sus protectores.
Vengo de un país donde el amor quedó esperando una felicidad truncada. Vengo de un país
donde mis compatriotas no dudaron en apagar el universo.
Señora, no sabéis cómo el dolor amputó la venganza, no sabéis cómo los que hoy claman
por la belleza de la vida ayer disfrutaban del placer del gatillo. Señora, mi castigo es tener
que vivir en ese país.
ACTRIZ 2. Os compadezco, señor, disparad al cielo y herid a Dios, para calmar vuestra tristeza.

EL BALAZO AL CIELO
Marines, navegando en el Mar Rojo, en el portaviones “USS Missouri”. Actor 1: Marine 1, Actor 2:
Marine 2, Actriz 3: La Madre.
MARINE 1. ¡Un disparo!
MARINE 2. Es la primera bengala, ilumina el Missouri y tu cara se alumbra, traspiras, tran-
quilízate.
MARINE 1. Muéstrame de nuevo tus fotos, tu casa de California, tu perro Bobby, es simpáti-
co. Desembarcaremos al amanecer, veremos como surge el sol sobre el desierto, quiero ver
los camellos en hilera sobre las dunas, las palmeras que se abren como abanicos verdes, pai-
sajes como los murales del Café Babilonia de San Diego.
MARINE 2. Toma, te regalo la de Bobby, tú sabes cuando recién llegamos de Tegucigalpa a
Santa Bárbara, tenía diez años y repartía el Evening Star, con los dólares que ganaba me
compraba barcos de guerra, aviones B52 y me pasaba noches enteras armándolos, venían
con los cañones, las escaleras, los radares, todo lo que ves acá. Se me pegaban los dedos con
el pegamento y después me entretenía despellejándomelos, el último que me compré fue
este. El “USS Missouri” y ahora estoy navegando en él. Ves, esto es cumplir un sueño. 76
MARINE 1. Se están subiendo los pilotos. Ahí va Clark. 77
(Canto de los marines “From the Halls of Montezuma to the Shores of Tripoli”)
MARINE 2. Give it to them Clark. Árabes de mierda, por qué no se quedaron en sus carpas,
comiendo dátiles y amaestrando halcones. Te fijas que cada vez que rezan a la Meca mues-
tran el culo a Nueva York. De ahí viene todo, envidian nuestros edificios porque son más
altos que sus minaretes, no te olvides que venimos a vengar, que sientan como el cielo los
castiga, para que nunca más se les ocurra salir de sus mezquitas, no les gusta cortarles las
manos a los ladrones y apedrear a las mujeres que se calientan. Despegan los F16, vamos
águilas elévense, dejen caer sus regalos sobre esas casuchas de arena, donde solo germinan
los alacranes. Que se les ilumine el cielo de fuego y que sientan lo que es el fin de mundo.
Que lloren más de lo que yo lloré esa mañana de septiembre. Bastardos, mother fuckers.

EN EL DESIERTO
LA MADRE. Fátima, se oscurece la ciudad y el grito de las sirenas anuncian la furia, abráza-
me y recostémonos sobre la tierra, también ella tiene miedo y necesita de nuestro calor.

EN EL PORTAVIONES
MARINE 1. Salieron. Dicen que tienen esas balas que explotan dentro del cuerpo y gases
que desfiguran la piel, si me ves llevando mi brazo amputado en mi mano o tratando de
reconstruir mis intestinos, estaré demente, como en esa película donde creían que sobreviví-
an cuando estaban muriendo. Dispárame por la espalda, sin que te vea, déjame sucumbir
bajo el fuego amigo, no quiero transformarme en una estatua griega con mi torso musculo-
so, mis ojos y cejas perfectos, pero sin brazos ni piernas. No quiero ser estatua, no quiero ser
símbolo de ninguna hazaña, ni arrastrar medallas sobre una silla de ruedas. Quiero volver a
Quetzaltenango y pasear con mis amigos por la selva del Petén, quiero volver a ver los tuca-
nes y trepar las pirámides de Tikal, quiero volver en sueño o en vida pero no como figura de
cera.
MARINE 2. Estúpido, claro que vamos a volver pero desfilando por la Quinta Avenida, senta-
dos sobre nuestros humvees, cubiertos de papel picado, nos vitorearan por kilómetros, todo el
planeta nos mirará por las pantallas con envidia y orgullo, las mujeres desesperadas tirándo-
se sobre nuestros cuellos, queriendo sentir nuestros muslos, gozando con la idea de tener en
sus lechos a un soldado del desierto.
Mira la cubierta del “USS Missouri”, la silueta de esa flota que surca los mares, mira nuestros
aviones y tanques nadie nos detendrá. Somos el imperio, sácate ese miedo latino, mira las
insignias en tu traje, que dicen “USA MARINES”, te quedó claro.

EN EL DESIERTO 2
LA MADRE SUICIDA
LA MADRE. Levantémonos, cesó el canto del imán, el cielo ha dejado de protegernos, la luz
se esfuma y nos vuelve ciegos, escucho ya los truenos del demonio, tiembla la tierra y la vida
de mis hermanos se evapora. Los templos de Nabucodonosor se vuelven escombros, ya no
habrá más jardines colgantes, ni el valle del Éufrates y el Tigris volverán a ser cuna del saber.
No quiero sentir que golpean la puerta, derrúmbenla, quiero ver sus cuerpos desde mi alco-
ba, que no me escondan nada.
Aullaré sólo lo necesario para que vean como clama una madre frente a la destrucción de su
tierra. Llevaré sus despojos, mis manos los cubrirán para que sientan un manto suave sobre
sus cuerpos. Fátima, cuidad de estos enseres para vuestros hijos y contadles de su ancestro
que el destino la obligó a inmolarse para poder vivir. Hoy es la noche de mi vigilia, pido que
me recordéis sin llantos ni tristezas, que mi nombre Yadel Amnal se pronuncie con sonrisa
en los labios y odio en el corazón, vísteme con mi tilbab que para esto por siglos hemos per-
manecido ocultas. Alá. ¿Por qué me hiciste crear lo que sabías que ibas a destruir?

EN LA CIUDAD DEL DESIERTO


MARINE 2. Fucking city, llena de polvo y calor, se me secan los labios, las pestañas, el culo,
todo.
MARINE 1. Parecían que dormían sobre sus rifles, me dieron susto, pensé que fingían hasta
que les vi el carbón en sus rostros. Volveremos.
MARINE 2. Ahí viene una, bitch, les daría hasta que griten por Mahoma, cómo nos tientan
con sus ojos pardos, imagínatelas como son bajo esos trapos negros, pieles blancas, suaves
con pezones morenos y duros, caderas anchas, moviéndose como en la danza de los velos,
quiero una de esas, las despedazaría de rabia y placer. Alto mujer… Documentos… No escu-
chaste… Papers… Documentos.
(La mujer se hace estallar.)

LA EXPLOSIÓN
UN GRITO EN LA PLAYA
Actriz 1: Ángela, Actor 2: Cristian.
ACTRIZ 2. ¡Despierta!
ÉL. Yo había disparado al cielo y herido a Dios.
ACTRIZ 2. Ese texto te lo dije yo, fue una improvisación, después se te ocurrió disparar.
ÉL. Era una mujer kamikaze, yo era marine del “USS Missouri”, me despedazaron, a pesar
que ya no tenía cuerpo, seguía ahí, en medio de una luz viéndole los ojos.
ACTRIZ 2. Es pura insolación, te dije aquí hay que bañarse temprano. Te voy a echar más
crema y toma agua.
ÉL. ¿Te han matado en sueños?
ACTRIZ 2. Una vez, en una protesta, corría, me llegaba una bala por la espalda, caía sobre
unas escalinatas, me salí del cuerpo, me miraba de lejos, todos trataban de reanimarme, esta-
ba tendida, blanca y me desperté. A mí me gusta cuando sueño que vuelo, entre quebradas
cultivadas, veo villorrios, parece que debí ser águila en la edad media.
ÉL. Colibrí, diría yo. Bueno, venimos a buscar sol y lo único que encontramos es sol.
Contenta. ¿Y Ángela y Cristian?
ACTRIZ 2. Se supone que fueron a comprar frutas para el desayuno.
ÉL. Uy, estás celosa.
ACTRIZ 2. No, pero la onda es que andemos los cuatro, si es por pareja, me viro, me busco
un holandés y chao.
ÉL. Mañana. ¿Dónde vamos? ¿Qué hay cerca? Ve la guía.
ACTRIZ 2. Dicen que esta playa es como lo mejor, están los pueblos coloniales, plantaciones
de azúcar, campesinos pobres. Los beach boys locales, demasiado pegotes, ofreciéndose a
cada rato, es apestoso y tanta onda con una cultura que ya no sirve, mucho cuento.
ÉL. Pero están rebuenos, de verdad no se les cree tanta alegría, pero la necesitan para virarse
de la isla. Aprovecha, turismo corporal. Yo feliz.
ACTRIZ 2. Y esas gringas que caen como brutas. Si soy yo la enrollada.
Quiero algo más que calentura, proyección, proyección, el mismo mino, pero que tenga
onda, que me quiera, que hagamos cosas juntos, no que sea eterno, pero para más tiempo
que lo predecible. Lo estoy pasando súper bien, pero, ayer cuando nadábamos entre los cora-
les, vivir ahí algo hubiera sido genial.
Ver que esto era la utopía me deprime, cuántos muertos cuántas marchas, para espejismos que siem-
pre se les ocurren a gente con barba. Los hombres con barba o bigotes me dan desconfianza; Cristo,
Mahoma, Cortés, Marx, Pinochet, el Che, Stalin, Bin Laden, Hitler. No sé, algo les trastorna a ustedes
los pelos en la cara. Te juro, mi familia estaría ahora rica y feliz si no se hubiera creído el cuento de
tomar el cielo por asalto.
Me baja la sensibilidad, ayer en la puesta del sol me preguntaste qué me pasaba. Los vi en la
playa a todos alucinados con ese naranja en el horizonte, cuando era como estar haciendo
picnic en las llanuras de Auschwitz, sabiendo que detrás de esa península están todos esos
hombres de naranja, engrillados, extirpados, casi abducidos por marcianos rubios y uno dán-
dole al mojito, al cuba libre. Debe haber sido el documental de Teresa de Calcuta, me lo creí,
si a nadie le importa, porqué tengo yo que enrollarme. Si igual no puedo cambiar nada.
ÉL. Escribe un manifiesto, haz una instalación. Overoles naranjas sobre neones azules y un 78
data con puesta de sol y olvídalo. Te invente este viaje, aprovéchalo, además el único conflic- 79
to que existe es que tengo insolación.
ACTRIZ 2. Te vuelvo a echar crema y me cuentas tu vida de marine en el “USS Missouri”
ÉL. Trescientos marines en un crucero eterno, porque no hay nada más que hacer que dispa-
rar mísiles a las gaviotas. Eso es mejor que esta playa.
ACTRIZ 2. Uff, da para un largo, largometraje porno. Para mí que estos fueron a comprar
hierba y se quedaron pegados.

Cristian en la playa al lado del cuerpo de Ángela mientras la reviven, ve a él con su espalda con
crema a través de la ventana de la cabaña.
ACTOR 1. Yo aquí destilando agua, con mi bermuda floreado y las olas tibias que mojan mis
tobillos, congelado abro mi boca y no sale el habla, no me atrevo a poner mis labios sobre
los suyos y reanimarla, tengo que ir donde Andrés, no sé cómo llegar, tengo que atravesar la
arena hirviendo y cada huella marcará una angustia que borrará el viento. La veo, ella mira
fijo el aire, tiene rasmillado el rostro, los salvavidas aprietan su pecho y borbotones de agua
se deslizan por su cuello, le mueven sus brazos y pareciera que quisiera alcanzarme. La
espalda de Andrés está blanca, tengo que correr hasta la cabaña, me verán las manos
encrespadas, mis ojos rojos.
Cristina se asoma, me ve detenido en medio de esta playa, ve como traen la camilla verde y
la despliegan me hace señas, se toma el pelo, Andrés se asoma, yo quito la mirada y veo mis
piernas tiritando, levanto la cabeza y nuestras miradas se cruzan. Como meteoritos se
encuentran y al fin las lágrimas brotan y mi pecho se queja, y siento el hielo en todas mis
venas.
ACTRIZ 2. Andrés, no me atrevo a mirar, no quiero estar aquí, no soy capaz. Varó un delfín,
vamos, lo ayudamos y tomemos desayuno.
ÉL. Nada de lo que ves existe, volvamos al ayer, volvamos al departamento a ver los mapas,
volvamos a pelearnos porque a mí no me gusta el sol.
Retrocedamos y no nos bajemos del bus, sigamos a otro lugar donde anidan las tortugas.
Editemos, rehagamos este corto. No es más que eso, una banal secuencia.
ACTOR 1. Caigo al suelo y lloro sobre un vientre que no respira. No sé qué decir, nunca he
vivido esto. Que lo haga otro, yo no sé cómo actuarlo.
(Ángela se levanta, Cristian toma su lugar)
ACTRIZ 1. Tal vez yo pueda. No creo que me escuchen, ni me vean, están de espaldas, abra-
zados, mirando como yacemos en el borde, cómo les digo que nadamos entre corales y nos
sumergimos en sus ciudades, cómo les digo que nos recibieron con sus colores fosforescen-
tes, con sus aletas nos acariciaban y nos guiaron hacia cavernas blancas, las rosas del mar se
abrían y nos hacían señas con sus ramas, luego llegaron ellos y nos invitaron a seguirlos, de
repente ya no nadábamos, nos llevaba la corriente.
Él siguió la manta raya, yo lo seguí a él.
Ahora estamos los dos recostados sobre la arena pero no estamos tomando sol.
ACTRIZ 2. Vuelve a dormir, desvanéceme, hazme desaparecer, cambia mi nombre, mis ami-
gos, este lugar. ¡Hazlo! No tengo texto, cómo reacciono, qué digo, qué se hace. Aquí en el tró-
pico siendo consolada por manos que no conozco, qué vamos a decir, cómo nos bajaremos
del avión en Santiago, hazlos llegar con las frutas en las manos, que vuelvan riendo, me dará
un poco de rabia, pero no esto. Además nos quedan diez días. No hago esta escena. No me lo
merezco. ¡Escuchaste!
ÉL. Ven, me arde el cuerpo, es la explosión, soy yo el que me ahogué, los veo bajo el agua y
quiero que estén conmigo. Cálmate es una insolación, échame más crema. ¡Mira! Allá vienen
con las frutas en sus manos, nos hacen señas, pon la mesa y prepara el café, viértelo y
sumérgete en él.

DESPUÉS DEL CAFÉ


ÉL. Vierto el café sobre mi cuerpo, se forman ríos sobre mi piel y queda bañado el escenario,
ahora lee estos surcos, adivina mi porvenir y precavedme de lo que va a suceder, sé el orácu-
lo de mi destino, déjame escuchar mi tragedia y déjame vivirla. Prevenidme de las desgracias
y de las traiciones que me acechan, contad lo que me depara a mí y a mi pueblo, no obstru-
yáis vuestras visiones temiendo una reacción de pavor o desamparo, he sido educado para
escucharos y negaros, y el pueblo será tan sólo un fiel sirviente de los designios que le ace-
chan, no esperéis que sean ellos, que vean más allá de sus hogares y sus arados, no estará en
ellos ni descifrar las señales, ni mover el timón de esta barcaza, dejadlos contentos. Que
remen y beban vino, que duerman al anochecer, copulen con deseo, labren sus tierras, llenen
sus alcancías y dejadlos luego reposar sobre sus cementerios, dadles el tiempo de sus enojos
y alegrías, dadles el tiempo de su furia.
Que sigan inventando vestuarios y aposentos, que pinten y manchen sus fachadas, pero
sobre todo dejadlos que sueñen un futuro. Por favor leedme.
AQUEL. El café os ha marcado con las líneas de vuestro destino, y la charca sobre la cual os
posáis no se despega de vuestros pies, alegraos que todo lo que has dicho son tormentos de
vuestra mente que quiere defenderos de falsas desgracias.
Acaso podéis llamar desgracia la luz que os ilumina, podéis llamar desgracia el verde de vues-
tros prados o el azul de vuestros lagos, podéis llamar desgracias los cariños que os otorgan,
osáis llamar tragedia las lagrimas de vuestro rostro, la sonrisa de vuestro corazón. Nada, lo
que os diga por más temeroso que os parezca, no será más que el resultado de tu vivir.
ÉL. Vivir, es rasguñar el suelo para esconderme en la tierra, vivir es veros tratar de correr
más rápido que el universo. Cambia el verbo que este me repugna.
ELLA. Maldita poesía, no pretendáis con palabras aprendidas descifrar lo que no está escrito,
levantaos que hacéis el ridículo. Si es por tocar su cuerpo no inventéis juegos soeces, ni esce-
nas que no ameritan ser escritas, jugad a las cartas, id a los salones de baile, empapaos del
humo y del licor, inventaos un amor romántico o tortuoso, inventad jolgorios. Sí, ya os he
dicho al inicio, estoy envenenada por el fastidio y la envidia, de tanto desear el mal pareciera
que solo genero bien y me carcome la irracionalidad de mi existir. Me cansan los esclavos,
me cansan los reyes, no puedo transitar entre el desprecio y la alabanza. No me miréis con
esos ojos desorbitados, estoy obligada a quereros para poder despreciaros.
Ah, frases comunes que surgen de esta garganta. Que deseáis gestos bellos y sonrisas ya os
las he dado por raudales.
Me agota elaborar crímenes, intrigas, si ya hasta son artificios del vulgo.
Eso, hacedme una heroína miserable, de pies embarrados, ensuciada por las babas de hom-
bres comunes.
Necesito ser filmada, para que las cámaras puedan gozar de las arrugas de mi cuello y la hin-
chazón de mis venas. Tocadlas y sentid como la sangre se agita para poder cumplir con tanta
pasión vacía, a mí me vais hablar del amor y la muerte, a mí que os he colocado sobre este
escenario para que me entretengáis, volved a vuestras naves y no os presentéis nuevamente
si no me vais hacer reír.
Que de iras ya tengo marcado mi rostro y de amarguras agotada mi mente.
ÉL. Perdón, he olvidado el inicio, no os preocupéis que sólo veréis sonrisas y jolgorios en
nuestros rostros. No volveremos al escenario si no somos capaces de representar la alegría.
ELLA. Evitad las máscaras, los mimos, los magos, las carcajadas y los cantos que me depri-
men, retomad vuestro curso y enseñadme las nuevas costas, donde habita la alegría y que
sea en versos bien compuestos.

LA ALEGRÍA
LA VUELTA DE LOS MARINES
Actriz 1: Clarisa, Actriz 3: Ágata.
CLARISA. Madre mía, madre mía, que alegría, ya llegan, anuncian por la tele que la flota se
acerca, y estoy tan crespa, no me he depilado las piernas y hasta tengo cubierto los pezones
con tantos cañones… Ja, ja, ja.
ÁGATA. Arréglate niña, perfúmate y toma de mi colonia, que así nunca lucirás una argolla.
Ay Dios santo, ni pollo tengo para este recibimiento. Anda compra lechugas, tortillas y un 80
litro de vino que con apetito del sexo y del vientre llegan estos marinos. 81
CLARISA. Y el mole y las enchiladas, que eso les arregla la mirada.
ÁGATA. Ponte el vestido de flecos rosados, el de las fiestas y los asados, tus medias verdes
con las zapatillas fucsias y arreglemos las fechas para las nupcias.
CLARISA. Tendré que darle harto tequila, para que no sienta el hedor de mis muelas henchi-
das. Ja, ja, ja.
ÁGATA. Ponte el azul en los parpados, el lunar en la mejilla, y en tus labios ese violeta. Que
de verlos el cuerpo se les agita.
CLARISA. Dejaré el televisor prendido, para que vea su programa preferido.
ÁGATA. Anda, cambia las sábanas, pon la vela en la ventana y la música que tanto le agrada.
CLARISA. Madre mía, madre mía, que alegría.
ÁGATA. Y la bandera con los signos de la espera. Ya me voy, que no quiero interferir en este
amor y no olvidéis de usar el condón.
CLARISA. ¡Ay dios mío!, que no tengo los con gusto a frambuesa y limón.
Pero mientras ensayaré su canción, agitando la bandera con clamor.
(“From the Halls of Montezuma to the Shores of Tripoli.”)
MARINE 1. He llegado con ardor, pero con dolor de ver tanto terror, te presento mi amigo
que me ayudó con fervor.
CLARISA. (Aparte.) Qué bello su amigo, qué haré, qué candor. Lo deseo en mi alcoba para
que me trate como escoba.
MARINE 2. (Aparte.) A esta, le metería el rabo, no se merece a este cabo.
CLARISA. Ay mi amor, te he esperado con temor, pero veo que no traéis ningún rasguño, ni
en el puño, ni en el mentón y mi cuerpo desea sentir vuestro temblor.
MARINE 1. Iré a sacarme el uniforme, para que me esperéis conforme. Y darme un baño
caliente, para que me aguardéis ardiente.
CLARISA. (Aparte.) Me ha dejado sola, me haré la boba.
MARINE 2. (Aparte.) El desierto me dejo hambriento.
CLARISA. (Aparte) Ay, Santa Gervasia, su protuberancia me tiene con ansias.
MARINE 2. La lejanía de mis días, la soledad del combate, me arrebate y deseo acostaros
sobre el catre, aprovechemos mientras el se ducha.
CLARISA. ¿Y si escucha? Me tiritan las muelas por sentir su espuela.
MARINE 2. (Aparte.) Uff que humedad, después de tanta sequedad.
CLARISA. (Aparte.) Desgracia, es él, justo cuando iba a disfrutar de su miel.
MARINE 1. Aguarden un momento, no tengan ningún impedimento, sigan con el entreteni-
miento, mí amante es nuestra acompañante, así que gocemos los tres de este instante.
MARINE 2. Pero permítenos una aclaración, fuimos victimas de una explosión en la mitad de
un callejón, de una ciudad sin perdón, una mujer fue la causante que no merece mención.
Por eso faltan algunos de nuestros miembros, que nos impiden satisfacer vuestro entreteni-
miento.
CLARISA. Desdicha la guerra, que genera tantas tragedias, destruyendo mi ilusión.
MARINE 2. Reavivemos tu ilusión, haciendo una escena sobre la revolución.
CLARISA. Desmayémonos y recuperemos las unidades de la acción.

EL DESMAYO
ELLA. Al fin una idea fascinante, el jolgorio de la revolución, las banderas flameando, el pue-
blo emocionado por su causa, quemando autos, destruyendo los símbolos de la opresión y
una saludando desde el balcón. No hay nada más excitante que un hombre con el ceño frun-
cido de ideales, sus manos firmes, su voz ronca, cautivadora y tener que lavarle el cuerpo del
barro, secándole su transpiración, sentirle el corazón latir porque está lleno de convicción. Y
yo la mujer que cargó su fusil, la que lo acompañó y lo animó en la encrucijada de la aflic-
ción. Y luego ser aclamada por un pueblo que llora su victoria.
Viendo en mí el ángel que lo guió, aquella que repartió los panfletos y lo escondió en los
momentos de persecución.
Vestidme con los atuendos que esto te lo represento sin tener que aprenderme ningún argu-
mento. Pero ponedme un actor que me haga temblar de emoción.

LA REVOLUCIÓN
Actor 1: Camarada 1, Actriz 2: Camarada 2, Actor 2: El Líder, Actriz 1: Elena.
ÉL. Que la vistan, pero que sólo aparezca al final, en la escena del balcón. Y yo le pregunto al
que mira, si aún respira para volver a tomar las armas de la imaginación, y ver los actores,
obreros, estudiantes y por qué no comerciantes sobre este escenario fascinante.
Yo voy a representar a Eric Boldevic, un obrero luchador por un mundo nuevo. Ahora esta-
mos en una reunión de camaradas. Están golpeando.
CAMARADA 1. El que va entrar ahora es nuestro líder. Él tuvo la educación para hacerme
entender por qué no debo aceptar la explotación, vengo de una familia campesina que araba
su tierra, alimentaba sus animales, trataba de vivir con dignidad. Sin embargo, abusaban de
nuestro esfuerzo y mi madre lloraba de impotencia frente a la explotación. Hoy me vengaré
de su historia.
CAMARADA 2. Yo soy Rosa Schmidt estudiante técnica. Y voy a representar la duda, el
miedo de un fracaso, aún me falta convicción. Sé que existe la infamia y la injusticia pero
aún no veo cómo lograr su eliminación.
ÉL. Entra nuestro líder.
LÍDER. Vengo de la calle, están desfilando con sus antorchas, convenciendo a los ignorantes
de nuestra nación. Ven mi cara roja de ira, es frustración, nos demoramos mucho, no quiero
seguir reuniéndome hasta envejecer y tener que quitarle la mirada a mis hijos cuando pre-
gunten por qué flamean esas banderas sobre nuestros edificios, por qué dejamos que nos
dominaran y tener que morderme la lengua de vergüenza.
CAMARADA 1. Estuve con las fracciones de los estudiantes, también me cargaron con su ira,
y presionan para que nos decidamos, les repartí el manifiesto, los hubieras vistos con su
energía varonil cantando el himno de nuestra revolución.
CAMARADA 2. Cuan seguros estamos, que cuando llamemos al paro, no nos vayan a dejar
con su cobardía nuevamente abandonados. No se trata de provocar una masacre, camaradas.
Pero debemos organizarnos para hacer más efectiva nuestra acción.
LÍDER. Lo único seguro es que el hambre, tiene un límite y que el abuso del capital no será
el porvenir de la humanidad. Yo quiero que mis hijos nazcan en una patria donde no tengan
que andar mendigando su existencia, yo me entrego a los millones de obreros, trabajadores,
campesinos, en el pasado si fracasamos fue precisamente por no apoyarnos en ellos, en su
mirada y en su intuición.
ÉL. Ahora yo debo dar ciertas ideas motrices para cambiar el ánimo de mis camaradas:
Camaradas, ayer nos atacaron, hirieron a nuestros partidarios, fusilaron a nuestros líderes y
otros se suicidaron, hoy tenemos que retomar sus palabras y honrar su sacrificio.
CAMARADA 2. Diviso los incendios en la ciudad y escucho el ruido de las balas.
(Elena entra, está herida.)
ELENA. Soy Elena, a los dieciséis años entré al movimiento, vengo de la calle y puse a prue-
ba mi valentía y convicción. Íbamos cantando con nuestras banderas, ya llegábamos frente a
la gobernación y aparecieron con sus palos y piedras. Siento que el aire se acaba en mis pul-
mones y está helada mi respiración.
LÍDER. Elena, el partido y la patria te necesitan no entregues tu alma ahora, pero no dudes
que mil veces te vengaremos y cuando triunfemos estarás en un sitial de honor.
ELENA. Tomadme de la mano.
CAMARADA 2. Amiga por siempre.
CAMARADA 1. Elena, mira la ira de mis ojos y la tristeza de mi alma, esté segura que desfi-
guraré los rostros de quienes te hirieron, no tendremos ni piedad ni compasión.
ELENA. Camaradas, escucho el himno de la victoria. Desde el más allá los acompañaré, mi
vida la entrego sin miedo. Ahora cubridme con la bandera roja y negra, repetid sus palabras
para que sea lo último que escuche mi corazón.
ÉL. Con gusto lo haremos; “La contemplación burguesa va camino de desaparecer en el 82
mundo”. 83
CAMARADA 1. Y añadió; “Camaradas un día llegará que estéis feliz de vuestra militancia y la
considerareis el símbolo de una nueva luz. Y podréis decir yo estuve ahí desde el principio y
hemos marchado como héroes.
LÍDER. También nos dijo; “Recuerden que en el futuro no habrán clases sociales ni jerarquí-
as”.
“Que el ideal de la libertad debe volver a ser sagrado para los pueblos.
Viva nuestro pueblo. Y vivan también los caídos de nuestro movimiento”.
TODOS. ¡Vida eterna al Führer!
ELENA. Ahora me voy feliz, no olvidéis de vengarme con la muerte y el exterminio de todos
los judeos, marxistas, masónicos. Adiós, os quiero camaradas.

LA INTERVENCIÓN
ELLA. Pero que falta de consideración, haber eliminado mi escena, la del balcón.
Que os aseguro era lo mejor de esta situación, no creáis que ya es hora de bajar el telón,
aunque espera, aún no te he relatado cómo se sufre la traición.
ÉL. Déjame lavarle la sangre para que su cuerpo cicatrice, ha muerto para luego actuar y
necesita descansar y si bien te escucho no sigas tratando de guiar mi soñar. Quiero volver a
mi camarote, a una fragata de velas, donde al asomarme por la claraboya pueda respirar el
aire del mar y divisar los paisajes ya que aún no decido donde desembarcar, desde este lugar
solo diviso las líneas de las costas, los arrecifes y la cordillera que baja del desierto y llena de
arena este mar.
Ya dibujaste mi cuerpo mira sus marcas y déjame navegar. No quiero seguir hablando a tra-
vés de tu pensar, escribe tú la historia de tus sueños, que a más de a uno darán que hablar.
ELLA. Tenéis razón, pero no olvidéis que soy parte de tu creación, llevadme a España
lugar de tu lengua y mi tesón, que desde las cortes cambiaré la geografía de esta nación.
ÉL. Es verdad, te dejaré en Salamanca, vuestro rincón, pero esas tierras ya no son la raíz
de mi indignación, volveré a mirar el universo para ver si ahí encuentro un lugar para
estos versos.

MIRANDO EL UNIVERSO
AQUEL. Llevas días sobre el césped, mirando las estrellas.
ÉL. Sí, me acompañan estos blancos conejos, que comen el pasto de la escena.
AQUEL. No des un paso más, que caerás al precipicio de la realidad.
ÉL. Sé muy bien donde estoy, marca un círculo para que nos vean.
AQUEL. Tu nave avanza en forma espiral, ves que siempre son las mismas estrellas que te
siguen al navegar.
ÉL. Sólo te escucho en mi mente y no soy capaz de verte. Me dejaste tus fotos, tu voz, ahora
quiero volver a descifrar, pero esas luces no se reflejan en mi mano, ni en el verde, ni en la
llanura, no hacen sombras sobre el césped y parece que no nos quisieran tocar.
Si los planetas están tan solos. Cómo yo no lo he de estar.
AQUEL. (Cita a Rubén Darío.) “Una tarde la princesa vio una estrella aparecer; la princesa era
traviesa y la quiso ir a coger. Las princesas primorosas se parecen mucho a ti. Cortan lirios,
cortan rosas, cortan astros. Son así”
ÉL. Estúpido, Ahuyentaste los conejos y al planeta que venía a mí, tirémonos al césped y tapa
mis oídos para escuchar el ruido de las olas y hazme olvidar que no estas aquí.
AQUEL. Si te tapo los oídos, no escucharas los monólogos.
ÉL. Dale.

LOS MONÓLOGOS
Actor 1: Teniente, Aquel: Capitán, Actriz 2: Amalía, Actor 2: Armando.
TENIENTE. Podría haber sido esta misma noche, es el mismo ruido, un mismo silencio, sólo
que estaba llena de murmullos, de pisadas, de suelas de zapatos sobre corredores de madera.
Yo miraba la luna entre las cortinas cuando me entregaron el sobre. “Entra, que los firme”;
me dijeron.
ARMANDO. Amalía llegó, estaba tan nerviosa, tú la escoltabas y te quedaste parado en la
puerta, dejaste que me entregará un papel café donde venía envuelto un queque destrozado.
“Lo punsetearon a la entrada, seguridad”, me dijo. “No te preocupes es solo verificación de
rutina” le contesté. Traté de que no se diera cuenta dónde estaba y pregunté por los otros, si
le había comprado la comida al perro, que guardara las partituras si no el gato iba a desparra-
marlas. “Armando toma también esta colcha te ves entumido,” me dijo. A mi lado estaba
Joaquín. “Esa es mi hermana, mi madre llega mañana de Copiapó”. Me comentó.
TENIENTE. Señora ya es hora, deben ir a acostarse, y le sonreí, aquí estará bien, mañana
puede volver; a las tres.
AMALÍA. “Duerme”, le dije, “Mañana vendré con los abogados”, y lo besé.
ARMANDO. Ya, que no me gusta verte triste. Antes de traspasar la reja giré la cabeza, y me
despedí con mis dedos.
AMALÍA. La puerta se iba a cerrar y giré la cabeza. Fue como decirse buenas noches.
TENIENTE. La acompañé hasta donde estaba la guardia, les ordené que no la registraran, que
estaba todo conforme.
AMALÍA. Gracias muy amable, entonces a las tres.
ARMANDO. Menos mal que es septiembre, Joaquín, porque en julio nos hubiéramos congela-
do.
TENIENTE. Golpié la puerta. “Permiso, mi Capitán”.
CAPITÁN. Déjelos ahí, teniente. Ah, cuénteme los nombres.
AMALÍA. Taxi, taxi, “Con el toque de queda, pensé, que ya no iba a pillar ninguno”; le dije al
señor.
TENIENTE. Armando Lineros.
AMALÍA. Sabe, mejor me iré caminando, no quiero llegar tan rápido, perdone la molestia.
TENIENTE. Joaquín Saldaña.
CAPITÁN. Teniente, le dije que los contara, no que me los leyera.
TENIENTE. Treinta y dos, mi capitán.
CAPITÁN. Cómo tantos, para un sólo amanecer, que sea; a las tres.
TENIENTE. ¿No lo sabrán?
CAPITÁN. Mejor, teniente, mucho mejor.
TENIENTE. Salí, tratando de convencerme que todo era correcto, que por el enemigo no
debía haber compasión, luchando con mi debilidad les entregué el sobre y les dije: “Que sea
a las tres”. Me miraron pidiéndome que me retractara, que absolviera al menos al músico.
“Sí, los treinta y dos”, afirmé. Desde la ventana vi los preparativos, la llegada de los camio-
nes, las carreras silenciosas de los soldados, el amontonar de los sacos de arena sobre el
muro.
AMALÍA. Y caminé para que la noche no se hiciera tan larga, para llegar cansada y no darme
vueltas por la pieza, fui contando las baldosas de la vereda, los árboles de la calle, luego los
faroles, y divisé el mar. Conté las luces de los botes pescadores y me encaminé hacia ellos.
ARMANDO. Cuando nos llevaban, ya sabía que al avanzar cada paso iba descontando el
tiempo de mi vida y deseaba que el lugar estuviese tan lejos, sentía el peso de mi cuerpo y
recién descubrí lo maravilloso que era el caminar, como mis piernas hacían que mi cuerpo
aún vivo avanzara, amé mis pies, me despedí de ellos, les agradecí por haberme llevado a
través de los continentes, haberme hecho nadar, escalar los cerros y enrollarme en los cuer-
pos de mis amadas, ahora sin doblegarse cumplían su última misión. Cuando ya vendaban
mis ojos escuché los gritos de Amalía, estaba en la costanera.
AMALÍA. Y caminé hacia la playa y no sé por qué me saqué las botas y pisé la arena helada,
iba derecho hacia la orilla, que estaba tan espumosa, tan blanca, sentí el aire y tuve la tonta
sensación que Armando caminaba a mi lado, era primavera y corrí, dejé que me despeinara
el viento, tiré los pinches al suelo. Y…
TENIENTE. Desde la ventana vi como los alineaban contra los sacos. El reloj marcó las tres y
no sé por qué, como en una película, mi cuerpo se estrelló contra la pared y se deslizó con
mis manos rasguñando los muros. 84
AMALÍA. ¡Armando! ¡Armando!, le grité, te soltaron, él me hacia señas desde la goleta. 85
ARMANDO: Amalía, cuidado no te vayas a resbalar.
AMALÍA. Y me mojé los tobillos con el agua helada y él me izó a bordo. Y le dije; “Por una
vez fuiste puntual, son las tres”.

MIRANDO EL UNIVERSO 2
AQUEL. Ahí van, en esa goleta, más allá del precipicio.
ÉL. Ves como había que mirar el universo.
AQUEL. Y como no tenía que tapar tus oídos, ven bésame.
ÉL. Cuando no esté, recuérdame para que te excites.
AQUEL. Es bello lo ausente, aléjate de la orilla.

EL RELATO
ÉL. Sígueme, necesito despertar.
ACTRIZ 1. Se elevaron, no cayeron al precipicio, tampoco se les quemaron sus brazos al
acercarse al sol. Desde las costas les lanzaron flechas, ninguna los atravesó y la goleta se
esfumó en la lejanía.
ACTOR 1. Vamos al camarote, deben estar durmiendo.
ACTRIZ 2. No los encontraremos nos están soñando, si somos nosotros los que vamos en la
goleta, siento que nos empezaron a transformar, lo siento en mí cuerpo, nos cambiaron las
costas, se empiezan a ver las luces de los puertos.
ACTOR 2. El debe desembarcar en el muelle.
ACTRIZ 2. ¿Y yo mirar su foto, creyendo que yace en los campos de Arauco?
ACTRIZ 1. Pero las luces del puerto son eléctricas, no de gas, y esos fuegos artificiales nos
anuncian un año nuevo.
ACTOR 1. Abracémonos, es lo que corresponde.
ACTRIZ 1. No, son los destellos de años anteriores, tan sólo nos quieren brindar un
espectáculo, nos dan señas para que hagamos fuegos y artificios sobre el escenario. Que
vengan todos.

EL ESPECTÁCULO
ACTOR 2. Que sea con tambores y trompetas, con danzas y bailes nacionales, con coplas, y
zarzuelas.
ACTOR 1. La corriente nos lleva a los roqueríos.
ACTRIZ 1. Habrá que ponerse los salvavidas, subirnos a un bote y dejar que se estrellé.
ACTOR 2. Simple, ya entendimos, es nuestro turno de dormir.
ELLA. Son los fuegos de la revuelta, ahora es mi escena en el balcón.
Cómo haré mi discurso, sin saber de quién es la victoria, sin saber de quienes son esas luces,
de cual nación.
Me habéis abandonado sobre el escenario a pesar de haberte inventado toda esta ficción. Si
queréis saber lo que siento, es la impotencia de la traición. Yo que te bordé los encajes, te
entregué mi saber, para que lo queméis sin consideración. Vuelves a ejecutar a quien te dio el
don de amar.

EL VUELO
AQUEL. Nunca llegaremos.
ÉL. Sí, pero no nos daremos cuenta. Ya que volveremos a partir.
AQUEL. Ellos, van a naufragar.
ÉL. No. Se adaptarán, aprenderán a respirar bajo las aguas, y volverán a escribir sus historias.
Tú sigue, yo te alcanzaré, ahora necesito despertar.
AQUEL. Acepto el engaño, anda, haz lo que tengas que representar.

EL SUICIDIO
ÉL. Tendré que matarme, no puedo vivir, al saber que cuando subo al metro tal vez vas en el
otro carro, que al bañarme en las olas tú también estés en el agua, que siempre estaremos
cerca pero que nunca nos encontraremos, que aunque hablemos una misma lengua ya nunca
conversaremos y aunque crea que la traición esconda un acto de amor, sólo escribo para que
vengas al teatro y desde tu butaca me veas y me aplaudas.
Por eso esta pistola y por eso ahora me disparo, para poner fin a este acto.
(Se dispara, cae, se levanta.)
ÉL. Adoro las balas de la ficción ya que nunca han manchado de sangre el escenario.

n el año 2006, el Teatro Abya Yala creó

E Cenizas, una selección de obras cortas de


Samuel Beckett. Las obras por separado
–Impromptu de Ohio, Arrurrú, Ir y venir, Aliento,
Roxana Ávila y David Korish
duación –temas de pasado, motivación, vida
Catástrofe, Quad, y Qué dónde– presentaban difi- fuera del escenario– emergen como irrelevantes
cultades y preguntas específicas, sin embargo cuando uno trabaja sobre estas piezas y así una
juntas conspiraban entre sí para crear retos que caja de herramientas es eliminada pero no se
son intrínsecos a las obras cortas finales de ofrece nada a cambio. ¿Cómo trabajar de mane-
Beckett: asuntos de actuación y los límites ade- ra nueva?
cuados de expresión; la musicalidad de las pala- Cuando empezamos a trabajar en Impromptu
bras, en los gestos, en la arquitectura de las obras de Ohio, la primera idea que tuvimos fue leer un
mismas; la tensión entre profundidad y psicolo- ensayo del libro Beckett en performance, editado
gía; y, por supuesto, el silencio –ese territorio por Jonathan Kalb, sobre cómo trabajó David
dramático que Beckett casi que inventó, lleno Warrilow, y tratar de imitarle. Como con estas
en su vaciedad. piezas cortas de Beckett nos habíamos
Las siguientes son algunas impuesto la restricción de inhibir
reflexiones sobre el proceso toda creatividad, en un esfuerzo
de creación de Cenizas, por hacer las piezas de la mane-
con especial atención a ra como habían sido escritas, 86
dos piezas, Impromptu no parecía tan mala idea
de Ohio y Arrurrú, que modelar nuestra interpreta- 87
parecen sintetizar los ción de Impromptu de Ohio
retos del trabajo. en la versión que proba-
blemente ha sido llamada
HACIA LA LUZ “la definitiva”. Tomamos
En Impromptu de una interpretación muy
Ohio, dos hombres pesada: pasar la página
idénticos están senta- lentamente, respirar laborio-
dos en una mesa, sus samente, una calidad oprimi-
cabezas reclinadas en sus da al tener que repetir la frase
manos derechas. Uno lee solicitada. Aceptábamos que el
de un gran libro y el otro escu- Lector estaba realizando una tarea
cha, ocasionalmente solicitando, pesada al tener que leer una y otra vez
con un toque sobre la mesa, que se repi- la Historia, y sentimos que era correcto tomar
tan ciertos segmentos. La historia que lee es el como modelo esta aproximación para nuestro
cuento de la vida del Escucha y del ritual de su Lector.
encuentro. Desde el inicio, reconocimos uno de Sin embargo, la imitación casi siempre engen-
los leitmotivs teatrales que se convirtieron en dra frustración e insatisfacción y pronto necesi-
parte de Cenizas, aquel de la aparente eliminación tamos demarcar nuestro propio territorio. Para
de identidad individual. Las obras finales presen- poder distanciarnos de nuestro modelo, para
tan sobre la escena, una y otra vez, personajes encontrar la luz en una pieza aparentemente
aparentemente idénticos y, como creadores, eso oscura, necesitábamos encontrar nuestras pro-
nos obliga a preguntarnos cómo presentar figuras pias herramientas de trabajo. Los temas con los
humanas complejas, o por lo menos profundas, cuales nos encontramos ocupados eran aquellos
sin seguir la vía de llenarlas de psicología indivi- relacionados con el texto en verso: el sonido de
dual. Las preguntas que pertenecen a la indivi- la palabra, la imagen de su significado, el balan-
ce de la frase, la estructura de pensamiento. nuestro propio vocabulario, empezamos a dis-
Entre más se nos aclaraban los principios de tra- tanciarnos de nuestro modelo. Entre más nos
bajo, más rica y, curiosamente, más personal se separábamos de su oscuridad y peso, más nos
hacía la pieza. encontrábamos trabajando en una interpretación
El primer salto que tomamos para establecer hacia la luz. Nos emocionó la idea de que la pieza
nuestro diálogo de trabajo fue el descubrimiento no cierre en una nota de peso y oscuridad sino
de la estructura de acento típica en el español en la celebración del fin. El Lector termina el
costarricense y cómo una sílaba acentuada que cuento no de manera opresiva sino con la sensa-
cierra una frase tiende a bajar en inflexión. Esto ción de alivio y liberación de que quizá ha leído
causaba la sensación constante de texto caído y la historia por última vez, que cerrará el libro y se
de tener que levantar cada frase. Comúnmente irá y se le permitirá no regresar nunca más. El
llamado “botar los finales”, en español es un pro- viaje de la pieza y el viaje del proceso empiezan
blema agudo ya que con tantas palabras con a reflejarse mutuamente, en tanto, en ambos
acento grave, si esa sílaba cae, toda la frase se casos, lo que empieza con pesadez y oscuridad
hace pesada. El primer problema a atacar era un pasa por un estado de turbulencia, duda, y des-
asunto de cadencia, una cadencia constante- cubrimiento hasta que llegan al estado del silen-
mente en caída que creaba no una pesadez cio, quietud, y luz.
intencional como en el modelo de la interpreta- Por supuesto, en el universo dramático de
ción de Warrilow, sino una soñolencia textual Beckett, la liberación es ilusoria ya que sigue el
contraria a la energía de la experiencia. Una vez apagón y el ritual debe ser repetido de nuevo:
que empezamos a atacar técnicamente la caden- ESTRAGÓN. Vámonos.
cia de finales caídos y descubrimos cómo elevar VLADIMIRO. No podemos.
una palabra y por lo tanto una frase, empezamos ESTRAGÓN. ¿Por qué?
a sentir la posibilidad de una liviandad en el con- VLADIMIRO. Porque estamos [somos] esperan-
tar de la historia. Sabíamos que la historia del do a Godot.
Lector, en su esfuerzo por aliviar el sufrimiento
del Escucha, no podía ser oscura, pero nunca ARRURRÚ, O NINGUNA PIEZA LOGRADA
imaginamos que la liviandad fuera una de las CON MÁS ESFUERZO
cualidades que debía contener. A medida que El texto que le escribió Beckett a la actriz britá-
empezamos a trabajar directamente en un ajuste nica Billy Whitelaw, es casi imposible de realizar.
de inflexión, empezamos a sentir la suspensión Una mujer en una mecedora escuchando sus
que podía tener el texto. propios pensamientos y únicamente pidiendo
Curiosamente, este descubrimiento nos llevó al “más”. Era obvio que el autor deseaba encontrar
problema subsiguiente, el tema del balance. una manera de hacerlo y la plasmó en ese monó-
Pelear por el balance de la frase se convirtió en logo y, no contento con eso, le dio a Whitelaw un
guía principal a medida que empezábamos a casete con su lectura para que ella le imitara.
escuchar como emergía nuestra manera de Esto es paralizante. Saber que ya se ha hecho
hacerlo. Beckett frecuentemente pedía una lectu- algo de la manera exacta como deseaba el autor
ra sin color. Sin color no implica vacío y así uno y queriendo hacer la obra tal cual Beckett quería,
de los grandes retos fue llenar el significado sin el hecho de no tener acceso al susodicho casete,
enfatizar el lado de la inflexión. Descubrimos que era tener la certeza que la batalla estaba perdida.
cuando una frase, larga o corta, era enfatizada ya Sin embargo, había que pelear.
sea al inicio o al final, lanzaba toda la frase fuera Teníamos claro que, al ser una traducción, la
de balance. Así empezamos a escuchar que, para música, la cadencia, el tempo de cada frase no
no guiar la frase en una dirección interpretativa pueden ser los mismos, por lo que intentamos
no deseada, era necesario mantener el equilibrio traducir las palabras también por su música.
en la inflexión, un equilibrio construido sobre la Sabíamos además que la obra duraba quince
resistencia. minutos.
Este principio operador se hizo crítico no Empezamos por varios frentes a la vez: un aná-
tanto en el sentido de que generó una lectura lisis de tema, variación y repetición; contamos
original del texto sino en que empezamos a las veces que aparecían diferentes palabras; ana-
encontrar un diálogo personal con la obra y lizamos los cuatro temas introducidos en cada
con el otro en términos del tratamiento de las uno de los cuatro diferentes movimientos y
palabras. Y a medida que empezamos a nutrir cómo se planteaban y desarrollaban. Nos dimos
cuenta que alrededor del ochenticinco por ciento Para iluminar la repetición de las palabras cla-
de las palabras en inglés son agudas y ese mismo ves, elegimos algunas, muy pocas frases, con una
porcentaje en español son llanas, por lo que la cadencia diferente al resto y siempre las hacía-
música es diferente y debíamos resolverlo. Así mos igual. Esto permite que el escucha recuerde,
“pare, mecía, persiana, mecedora, vida” por días después, breves fragmentos o frases aisladas
ejemplo, corresponden a “stopped, rock, blind, que se le conviertan en los desencadenantes del
chair, life”. Tuvimos que decidir cuánto tiempo recuerdo total de lo ocurrido cuando era acunado
hay entre frase y frase, cuánto dura cada pausa y por esta pieza.
cada silencio y cuál es la cadencia del decir de Los otros elementos tenían que ver con los dos
cada frase. Teníamos que resolver el tono en el movimientos: el mecerse de la mecedora y los
cual habla la Voz grabada y cómo decir la única ojos abiertos o cerrados. Con respecto a la velo-
frase en vivo que dice la Mujer: “Más”. cidad del mecerse que era igual de principio a
Resolvimos que para no decir un texto tan rela- fin, la encontramos en la función número quin-
cionado con muerte y soledad con el mismo tono ce; si bien antes había estado bien, ese tempo
vocal lo haríamos al revés: un tono alto, liviano y exacto hacía que ella “flotara” en escena, algo
muy bajito. Esto fue una lucha porque la actriz que casi surrealista para algunos observadores. Con
interpreta el personaje, Grettel Méndez, tiene respecto a los ojos, elegimos cuáles palabras
como tono natural una voz media-grave y una debían estar abiertos y cuáles sería interesante
relación complicada con sus agudos a pesar de que estuviesen cerrados. Logramos que, por la
que tiene una bellísima voz de canto.1 Ella sabía posición de la luz, nunca la veíamos abrir o
que la selección del tono alto era correcto pero cerrar los ojos. Los ojos, tan esenciales en esta
igual requería que le fuera orgánico. Cuando lo pieza, se descubrían abiertos o cerrados y al
hacía sentía que era un abismo, una línea que la cerrarlos, el único contacto que teníamos con esa
llevaba hasta el final, lo sentía humano, liviano, mujer nos era negado. Era enormemente impac-
exacto y fue esa certeza de percepción la que llevó tante.
a la actriz a lograr sostener el texto en el tono ele- Sabíamos que se había trabajado a conciencia,
gido. Ese tono da una pureza y la sensación de cuestionando lo aprendido, proponiéndonos 88
que es la voz del monólogo interior de la Mujer. metas concretas de trabajo pero aún así creíamos
El acto de leer el texto sólo con la intención de que muy pocos responderían al trabajo. 89
que durara quince minutos nos hizo darnos cuen- Estábamos seguros que mucha gente se saldría
ta de que había que hablar muy lento, o dejar del teatro, aburrida o se dormiría en sus sillas. No
enormes pausas entre frases o eternos silencios. pudimos estar más equivocados. Es una de las
Durante un tiempo intentamos ser fieles a esa piezas ante las cuales la mayor cantidad de
idea pero luego la desechamos. Tampoco nos gente, de la mayor diversidad imaginable (ado-
pareció que había pausas entre cada frase sino, lescentes que nunca habían ido al teatro, intelec-
casi un continuum entre cada uno de los cuatro tuales que habían visto Beckett en sus montajes
movimientos. Nuestro Arrurrú quedó con una originales, personas de la tercera edad que se
duración de diez minutos, quizá el único cambio veían reflejados allí), dijo que les había golpeado
con respecto al original. más.
Para resolver lo de la acentuación de las pala- Claramente estábamos equivocados porque, de
bras, luego de muchísimos meses, decidimos manera muy pedante, aunque no fuera así como
que la única opción era que la sílaba final, al no lo verbalizábamos, supusimos que sólo nosotros
poder ser acentuada, porque no se entendería la entenderíamos los diminutos resquicios, los
palabra o le daría un acento extraño para Costa “profundos de la mente” de Beckett, que todas
Rica, durara dos tiempos en vez de uno. Lograr las sutilezas de la genialidad de este autor que
que pareciera natural nos llevó mucho trabajo, y amamos tanto, escaparían para los otros. Por
el efecto da la sensación de algo que no termina, algo Beckett es quien es. Es sólo hoy que lo
que guía, aunque uno no quiera, “allende la luz entendemos. Sólo después de haberlo visto
no llega”. encarnado.
Muchos elementos mencionados no son ajenos
a otros montajes; lo iluminador fue confiar tan
poderosamente en la forma que permitió que el
1
La puesta está interpretada por Andrea Gómez, Grettel contenido y la respuesta humana fueran más
Méndez, Oscar González y Janko Navarro [N. de la R.] impactantes.
LOS BECKETTITOS Empezamos a imaginar unas figuras –que
Nos dimos cuenta empezando el proceso que luego fueron bautizados los Beckettitos– quienes
íbamos a necesitar algún tipo de tejido conector han existido únicamente en los confines, o más
entre las obras aunque fuese sólo para reducir el específicamente, en la periferia de las obras que
parecido a un examen de teatro, en el cual, las estábamos presentando. Tomando la referencia
escena son ofrecidas sin unión dramatúrgica. de Kaspar, nos preguntamos ¿cómo sería la
También necesitábamos cambiar la escenografía gente que hubiese sido expuesta únicamente a
y nos parecía que el espectáculo como un todo estas obras, cuyo comportamiento sólo pudiese
no aguantaba hacerlo de la manera usual. estar modelado por Impromptu de Ohio, Arrurrú,
Finalmente, sentimos la necesidad de balancear Qué Dónde, y demás? Era una pregunta mucho
el tono de la noche con algún material que no más compleja que ¿cómo nos burlábamos con-
fuese tan serio y pesado para ayudar a alivianar cientemente de las obras? ¿Cómo podemos crear
la carga. personajes útiles cuya existencia ha sido total-
Originalmente los intervalos iban a ser una mente definida por ser guardianes de las obras
burla de nosotros mismos cuidadosa y sutilmen- que han tenido que observar? A medida que
te creada a partir del material que estábamos construíamos el vocabulario de acciones utiliza-
generando. Al crear pequeños trocitos bles, limitándolas a los gestos y la
tomados de acciones escénicas de comunicación física de las obras en
las obras mismas y pararlos de las cuales estábamos trabajando,
cabeza, trataríamos de balan- creamos una especie de meta-
cear la función y declarar, a diálogo con las obras mis-
la vez, que no nos toma- mas, al tenerlas en citas
mos a nosotros mismos constantes por los
muy seriamente. Por Beckettitos. Sin embargo,
ejemplo, burlándonos de la cita de las acciones,
los toques en Impromptu tomada fuera del contexto
de Ohio, alguien se queda en el cual está creada,
dormido y su cabeza gol- vacía la acción del signifi-
pea la mesa... bonc; o las cado con el que original-
tres mujeres sentadas de Ir mente fue investida. Es como
y venir, formando un nudo cuando una niña menea su
con sus brazos y manos, burlán- cabeza porque ha observado ese
donos del elegante tejido que for- comportamiento pero aún no sabe
man al sostenerse las manos al final de que significa “no”. Y así los Beckettitos
la pieza. Todo esto era graciosísimo y nos moría- basan su comportamiento el universo observado
mos de risa al inventarlo. aunque no están exactamente claros por qué se
Afortunadamente la duda empezó a infiltrarse. comportan de la manera que lo hacen.
Tal vez sería gracioso sólo para nosotros. Tal vez Con respecto a su contenido, este es otro ele-
en vez de alivianar la noche, estaríamos minimi- mento en el vacío existencial de estos persona-
zando la visión teatral de Beckett al burlarnos jes. Saben que deben hacer ciertas tareas con-
intencionalmente. Tal vez sólo sobresaldrían cretas relacionadas a los objetos y al espacio per-
estas escenas fragmentarias de burla, borrando formativo, pero no están seguros exactamente
de la memoria aquello a lo que se estaban refi- de qué deben hacer. Confrontados con esta
riendo. Tal vez burlarnos de nosotros y conse- ausencia de causa, cada nueva acción se con-
cuentemente de Beckett, no era una buena idea. vierte en la solución, una resolución a este dile-
A medida que descartábamos este pensamien- ma existencial esencialmente beckettiano: debo
to, aún nos quedaba la necesidad: ciertos cambios estar aquí en el escenario pero no estoy seguro
de escena debían ocurrir y seguíamos buscando de por qué. Toda acción provee un fragmento de
por estética y tono una variación entre las obras. claridad, pero ese fragmento dura sólo lo que la
Sin embargo, si rechazábamos la dirección de interacción con esa acción particular. Y así el
auto-burla, ¿cómo podíamos generar material dilema de por qué estoy aquí –en el escenario,
que perteneciera al universo de Beckett pero que en la vida– es un estado constante de revaluación
de alguna manera tuviera un color diferente, el y resolución, la pregunta central de Beckett, en
otro lado del espectro de Beckett? este caso a través de personajes que él no ha cre-
ado directamente sino que han sido engendrados estaban seguros de quiénes eran estos seres pero
por lo que él ha escrito. empezaron a estar más seguros de la naturaleza
Dos preguntas nos confrontaban durante el de su comportamiento y subsecuentemente de la
proceso de creación de los beckettitos: una de naturaleza de su existencia escénica.
identidad y otra de comportamiento. El asunto El vestuario propuesto los lanzó a una crisis.
de identidad había surgido del vestuario que ¿Por qué la bata? ¿Por qué burgueses asiduos a
habíamos elegido para los Beckettitos. Desde el spa? ¿De dónde sale esto? El sombrero y botines
inicio los vimos como una amalgama extraña e eran imaginables, pero ¿por qué la bata? La duda
irreconciliable de visitantes a un spa, trabajado- era profunda y a pesar de nuestros esfuerzos por
res de fábrica y celadores. Con ese propósito, aclararla, se mantuvo intensa. Debemos ser sen-
imaginamos que sus vestuarios serían batas sibles a esta extrema resistencia (nos acordamos
blancas de paño gruesas, botas de cirujano y del adagio ruso: si cinco personas te dicen que
gorros de trabajador como los que se usan en estás borracho, es mejor irte para la casa) y está-
lugares que deben mantenerse estériles. Esto bamos preparados a escuchar contrapropuestas.
último hacía bastante obvio para dónde quería- Ellos debían habitar estos personajes que todos
mos llevar el trabajo –las obras de Beckett son estábamos inventando y la escogencia de ves-
intocables y sólo si uno está preparado para utili- tuario propuesta era tan opuesta a lo que se ima-
zar vestimentas libre de gérmenes las puede ginaron que eran estos personajes, que debíamos
alcanzar. Los Beckettitos como celadores o guar- permitirles un espacio creativo para generar una
dianes serían de hecho los que “tocarían” las contrapropuesta sólida.
obras, literalmente serían los mismos actores los Sin embargo, hay un peligro implícito en tener
responsables de cambiar el espacio de una obra que explicar y justificar las decisiones creativas,
a otra y figurativamente: el vocabulario del com- una de las trampas que aún tenemos que nego-
portamiento ha emergido del contacto con las ciar a medida que continuamos trabajando jun-
obras mismas; su ser es un acto de “tocar” las tos. A veces las razones no son buenas; a veces
obras. Así que los trabajadores libres de gérme- no hay razones. A veces una decisión debe ser
nes nos funcionaban. hecha porque esa es la manera en que la vemos 90
Nos preguntamos también qué era Cenizas para y no tenemos un buen porqué. Tal vez en esos
ellos, qué hacen en los confines de las obras y momentos es bueno no saber. Así como es 91
sólo pudimos imaginarlos en estado de descan- bueno saber cuál es el curso de acción. Tener que
so. Los Beckettitos vivían dentro del universo explicar intelectualmente cada escogencia creati-
beckettiano como en una burbuja idílica. El pla- va puede alejarnos de lo que es un ingrediente
cer y el deber eran uno aunque no pudieran esencial de la creatividad misma, que puede
definir ni lo uno ni lo otro. Acción significaba el venir de lugares desconocidos y tomar direccio-
disfrute pleno de no saber que hacer pero nes imprevistas e inexplicables. Las batas blan-
hacerlo con alegría. Todo su ser era la metáfora cas estaban en el centro
del hacer teatro. Parecía apropiadamente bec- de la batalla entre lo
kettiano y nos divertía la posibilidad de que inexplicable y lo
emergieran al escenario como si estuvieran des- inaceptable.
cansando, como si para ellos Beckett fuera un
sabroso spa de vacaciones. Por eso la bata. El
contraste entre la bata blanca y los gorritos de
fábrica nos parecía bizarro, una contradicción
irracional y, como dijimos, algo irreconciliable.
Los actores, desde que empezamos a trabajar
estas escenas cortas, habían comenzado a luchar
con quiénes eran. No estando seguros de la natu-
raleza de sus personajes, se habían permitido ser
guiados por la acción pura: ellos son lo que hacen
y cómo lo hacen. Confrontados con seres sin
razón clara para su existencia y con un compor-
tamiento circunscrito por el contacto con las
obras mismas, para cada actor, un personaje
empezó a emerger, un clown personal. Aún no
La otra pregunta tuvo que ver con cómo
habíamos creado las escenas versus
cómo nos gustaría finalmente que fueran
las escenas. Primero sobre esto último.
Habíamos sentido desde el inicio que
estas escenas debían sentirse como músi-
ca física; que además de estos personajes
habiendo absorbido las acciones físicas de
Beckett, también habían, por ósmosis, toma-
do la musicalidad de sus obras finales. Como si
las construcciones musicales de esta obras
hubieran permeado su ser y su manera de com-
portarse. Con ese fin, imaginamos que las esce-
nas eran composiciones rígidamente dispuestas,
donde la línea musical de un personaje calza y
ofrece la armonía a la partitura de otro; que las del cual los actores deben iniciar su proceso?
acciones en corcheas de A hablarían perfecta- ¿Qué si hubiésemos empezado con la música
mente a las acciones en semi-corcheas de B; que misma, permitido el exceso escénico que esto
las escenas serían música corporal. hubiera atraído, y luego tratado de guiar la inte-
Entre nuestro deseo y nuestras habilidades, se racción hacia las necesidades que las escenas
abrió un abismo insondable. Acabábamos de contenían?
empezar un trabajo sobre el vocabulario de Esto trae a colación asuntos de proceso,
Jaques Dalcroze y su teoría de la Eurritmia, y muchas veces estamos encerrados en un resulta-
estábamos sólo en las etapas preliminares del do porque somos incapaces de acceder a un pro-
aprendizaje de algunas de las técnicas básicas de ceso que ofrecería una alternativa. A medida que
entrenamiento, aquellas que presentan el uso de nos movíamos hacia adelante en la construcción
principios musicales de ritmo y su aplicación a de los Beckettitos, era claro el trabajo que debía-
una acción actoral. Frente a nuestra inhabilidad mos hacer –crear la relación física que deben
para trabajar directamente desde un punto de existir en el espacio, el tempo, los contrapuntos,
vista musical, lo que nos quedaba era trabajar la puntuación; crear de hecho la música de la
con lo que sabemos hacer: la construcción de las cual somos incapaces de partir. Hicimos eso por-
escenas partiendo de acciones teatrales y la con- que sabemos cómo. Incluso introdujimos la
fluencia subsiguiente, el unir las líneas de acción. música como una herramienta para generar el
Es lo que hemos aprendido a hacer en nuestro tempo y fraseo. Sin embargo, hay una cierta tris-
trabajo: construir material escénico físico que teza al saber que estábamos trabajando de una
está tejido densamente y es finalmente musical manera que era sabida para nosotros y cuyos
en sus interrelaciones; sin embargo “musical” resultados anticipábamos por encima de la ima-
esta vez no era el objetivo; buscábamos una rela- gen de la música que teníamos en nuestra
ción más directa con la música. La pregunta que mente, pero que éramos incapaces de resolver
emergió fue una de proceso: si uno empieza con por falta de las herramientas adecuadas.
las acciones, ¿es posible moverse en la dirección Así que los actores luchan con batas y nosotros
de una composición musical? ¿Cuándo un actor con falta de herramientas. Los Beckettitos, esos
ha construido su partitura basado en una serie de inocuos seres nacidos y criados en la periferia del
acciones que lo impulsan hacia adelante, puede universo de Beckett, causaban estragos adonde
ese trabajo convertirse en parte de una composi- sea que fueran.
ción escénica que requiere de una composición
idéntica a la de una partitura musical? Sabemos NO ACTÚE POR FAVOR
que creamos las relaciones entre las acciones, Las últimas piezas de Beckett están escritas, de
puesto que el tejido debe satisfacer nuestro sen- manera clara, musicalmente: tema y repetición,
tido musical como un todo. Sin embargo, buscá- sonido y silencio, prevaleciendo como los elemen-
bamos un juego distinto. ¿Qué pasaría si empe- tos de trabajo de la composición. Sin embargo, si
záramos desde la música y diseccionáramos una uno trata de atacar el material independientemen-
partitura a sus componentes y tuviéramos los te de los pensamientos que generan las palabras,
hilos individuales como el material guía a partir rápidamente se encuentra trabajando sobre el
sonido sin la sustancia, un divorcio de forma y lleno sin exceso, trabajar hacia lo “gris” o “sin
contenido más que una unión armoniosa. Con color” que Beckett propone, sin vaciar el texto de
cada pieza tuvimos que retar muchos si no todos humanidad. Curiosamente, a medida que nos
los principios de trabajo con los que habíamos encontramos eliminando inflexiones no desea-
atacado los textos anteriormente: las rutas que das, nos trasladábamos hacia un panorama vocal
usa un actor para generar una palabra hablada más rico, de alguna manera más lleno; como si
de manera sostenida. entre más nos moviéramos de la “actuación”,
La última obra que Beckett escribió, Qué dónde, más cerca llegábamos a lo profundo de la músi-
provee quizá el reto más intenso en relación con ca de la pieza.
la tensión entre idea y música. La pieza está Esta exactitud musical, metronómica, nos
estructurada alrededor de la voz grabada del per- hace preguntarnos adónde yace la tensión, pues
sonaje de Bam entretejida con una secuencia de botó las convenciones teatrales del pasado
diálogos con los personajes Bom, Bim y Bem. Los –desarrollo de la trama, crecimiento del perso-
diálogos se refieren a un evento ocurrido fuera de naje, puntos de giro, clímax y decrescendos–
escena sobre la extracción de información: pero de ninguna manera quitó la tensión. De
BAM. ¿Y? hecho la oposición que esa ausencia de creci-
BOM. Nada. miento puede generar emerge más intensa, aun
BAM. ¿No dijo algo? más intolerable. Y así una de las cosas sobre las
BOM. No cuales nos encontramos trabajando con estas
BAM. ¿Usted le pegó? obras ha sido la constancia rítmica del texto
BOM. Sí. mismo. La tensión emerge de no permitirle cre-
BAM. ¿Y no dijo algo? cer y cambiar y hacerse más rápida y más intere-
BOM. No sante, como mantener las riendas de un caballo
BAM. ¿Lloró? constantemente tiradas, la ansiedad aumenta a
BOM. Sí. medida que esperamos la liberación.
BAM. ¿Suplicó por piedad? Y esta liberación es lo que Beckett nunca ofre-
BOM. Sí. ce. No hay abandono. Ni siquiera, o más bien, 92
BAM. ¿Pero no dijo algo? sobre todo, en los silencios que están tan cuida-
BOM. No. dosamente escritos en las obras: silencio, pausa, 93
Claramente, está usando dos estrategias de larga pausa, largo silencio. Aquí yace la esencia de
manera inseparable: el contenido del diálogo con estas obras y deben ser construidas en la música
su sugerencia implícita de una interrogación en de la acción. Y, como Shakespeare antes que él –
el presente sobre un acto de tortura ocurrido en “nada vendrá de nada, habla de nuevo”, El Rey
el pasado; y la naturaleza de un intercambio a Lear advierte–, Beckett sabe que en la ausencia
alta velocidad. Sin embargo, descubrimos que si de sonido existe la más rica expresión, que el
privilegiábamos una por encima de la otra, la drama mismo depende de los momentos donde
pieza no funcionaba. Esto es, si nos concentrá- las palabras están abstenidas, suspendidas.
bamos sobre todo en el entendimiento del texto Donde Nada es lo que se ofrece.
–la comunicación del evento fuera de escena y la
relación entre las dos figuras en cuestión– la NADA VENDRÁ DE NADA, HABLA DE NUEVO
música de la interacción sufría, casi siempre con- Pero Cordelia insiste en el Silencio, en Nada.
virtiéndose en demasiado pausada y pesada; y Toma la más difícil decisión de su vida dramáti-
si, por el contrario, nos concentrábamos exclusi- ca, sale de su universo como un personaje sha-
vamente en la velocidad del diálogo, este se kespereano, aquellos siempre listos a poner en
vaciaba de significado, y la tensión dramática palabras sus intenciones, y se desliza al mundo
desaparecía. La pieza final de Beckett puede ser moderno de Beckett, donde el silencio prevalece,
vista como un punto de llegada en términos del donde la acción está en la inacción, donde Todo
vínculo inextricable entre forma y contenido en está en la Nada.
relación con la acción dramática. Como Cordelia antes, y como todos aquellos
Para poder exprimir al máximo este nudo, que enfrentan las “manchas sobre el silencio” de
Beckett requiere inteligencia sin psicología, musi- Samuel Beckett, lo más difícil ha sido y siempre
calidad sin sobreinflexión. En cada pieza habla- será el no decir Nada.
da, teníamos que negociar entre la música y el
ritmo del texto y la necesidad de comunicar algo
Convivio
y reconocimiento
en la II Muestra
Latinoamericana
de São Paulo Vivian Martínez Tabares

A saga de canudos, Tribo de


Atuadores Óis Nóis Aqui Travéiz

iajar a São Paulo, polo emblemático de la hasta un acceso al Metro que sirvió de escenario

V escena brasileña, para participar en la II


Muestra Latinoamericana de Teatro de
Grupo, celebrada del 30 de abril al 7 de mayo
a un colectivo de Alagoas, y en otros sitios de la
gran urbe, como la Plaza Patriarca, en pleno cen-
tro, o la sede del Espacio Fratelli, en una granja a
pasados, y no encontrar en la excelente y varia- veintitrés kilómetros. Durante una semana de
da cartelera a ninguno de los grupos que desde intensa actividad, constituyó un importante
esa ciudad han puesto al país en el mapa de la espacio de aprendizaje y vivencia compartida
escena latinoamericana y mundial –Macunaima, para cada uno de los participantes, como contri-
Companhía Teatro de Latão, Teatro da Vertigem, bución consciente al mayor conocimiento del
Folias de Arte–, más allá de la sorpresa inicial, teatro latinoamericano entre los artistas brasile-
me confirmó al paso de los días la fuerza y ños.
amplitud de un arte sólidamente respaldado por Además de los doce montajes, la Muestra pro-
una práctica viva. La Muestra fue organizada gramó demostraciones de trabajo de los grupos,
por la Cooperativa Paulista de Teatro que, funda- y dos sesiones de debate, uno dedicado al teatro
da en 1979, reúne ochocientos grupos y cuatro latinoamericano contemporáneo, con interven-
mil artistas de la escena en São Paulo, presidida ciones del dramaturgo, músico y director
por el actor y director Ney Piacentini, un vigoro- Reinaldo Maia (Brasil, Folias de Arte) y de los crí-
so activista y promotor teatral y un inquieto cues- ticos e investigadores Mario Rojas (Chile-EE.UU.,
tionador de la creación escénica y de la realidad. Catholic University of America, Wshington D.C.)
El actor y director Alexandre Roit, soñador quijo- y Vivian Martínez Tabares (Cuba, revista
tesco si los hay, como coordinador general, Conjunto), moderado por Ney Piacentini; y otro a
emprendió innumerables batallas para que la la dramaturgia en el teatro de grupo, con Sergio
Muestra pueda “andar por sus propias piernas”. de Carvalho (Brasil, Companhía Teatro de Latão)
La opción a favor del teatro de grupo, asumida y Raquel Carrió (Cuba, Teatro Buendía), modera-
desde la consciencia de la movilidad histórica del do por Marília Carbonari. Y editó un periódico
concepto, implicaba ya una perspectiva moviliza- diario, Latino-Americano que, conducido por el
dora de ideas a partir de la confrontación de persistente Lauro Mesquita, logró confrontar
experiencias diversas. durante siete ediciones dos reseñas críticas de
La II Muestra sesionó en los espacios del Centro cada espectáculo además de entrevistas y refle-
Cultural São Paulo, un complejo con varias salas xiones, en ardua lucha contra el tiempo.
de representación, galerías y otros espacios,
DEL PATIO Associação Teatral Joana Gajuru, de Maceió, con
La noche inaugural Filhos da Mãe… Terra (Hijos Uma Canção de Guerreiro no Chumbrego da Orgia,
de la Madre… Tierra), integrante del Colectivo de creación del grupo, con dirección de Lindolfo
Cultura del Movimiento de los Sin Tierra (que Amaral. Dos historias de la literatura de cordel se
conforman casi cuarenta grupos), presentaron representan con humor y sentido picaresco, que
Posseiros y fazendeiros, a partir de Los horacios y recrea cierta cultura kitsch, y se articula con la
los curiáceos, de Brecht, que no pude alcanzar a propia tradición musical y danzaria del folguedo
ver por la hora de mi llegada. Auténticos trabaja- de Alagoas.
dores del campo, insuflaron esperanza y alegría Percusión, coloridas capas, doble sentido en el
contagiosa y, lejos de un mero discurso propa- discurso verbal y rica gestualidad son algunos de
gandístico y de agitación, alcanzaron un alto los ingredientes de esta puesta, que dialoga
nivel estético, según opiniones de los colegas abiertamente con el público, juguetona y diáfa-
Mario Rojas y Márcio Marciano. na para recrear sencillas historias locales, en las
La Tribo de Atuadores Óis Nóis Aqui Travéiz que se mezcla la perspectiva costumbrista deli-
(Tribu de Actuadores Aquí Estamos Otra Vez), beradamente näif y el acento paródico. Con un
invadió la plaza pública con dinamismo, intenso lenguaje propio y lleno de giros que validan la
colorido, grandes muñecos y música popular oralidad como un espacio de resistencia cultural,
nordestina, al rescatar A saga de canudos, recrea- arremeten contra prácticas sociales opresivas o
ción de El Evangelio según Zebedeu, texto de alienantes, fustigan prejuicios, la corrupción y la
César Vieira que publicara Conjunto en su núme- hipocresía, por medio de situaciones que los
ro 54. La historia de Antonio Conselheiro, el líder actores montan y “desmontan” con hilaridad y
popular que quiso construir una sociedad más aguda perspectiva crítica.
justa, en la que la tierra fuera propiedad colecti- Enfrentar desde la platea la labor del grupo Udi
va, y que fue reprimido y aniquilado por el poder Grudi, de Brasilia, en Ovo reafirma la capacidad
político, militar y religioso, es contada desde la del teatro para convertir cualquier materia sim-
tradición de la literatura de cordel y de un her- ple en objeto mágico. Los actores, payasos,
moso simbolismo, curiosa experiencia transcul- excéntricos músicales, en fin… performeros 94
tural desde el extremo sur, que recrean estos Luciano Porto, Marcelo Beré y Marcio Vieira, diri-
“actuadores” de Porto Alegre. gidos por la anglo-brasileña Leo Sykes, con extre- 95
Una manera festiva, inteligente y llena de ener- ma sencillez –que no simpleza–, transforman un
gía productiva, que se trasmite a los espectado- conjunto de desechos urbanos de la peor especie
res, de traer al presente un pasaje notable por su en la savia que alimenta la vida de tres seres en
componente de utopía emancipadora de la histo- apariencia desechables, para salvarse gracias a la
ria nacional y revisar el discurso oficial que ha imaginación, capaz de crear un mundo de rela-
reducido a sus protagonistas a la locura o al fana- ciones, sentidos y sensaciones que se vuelve ver-
tismo, para justificar desmanes y opresiones. dad teatral también gracias a nuestra expectativa
La puesta se debate entre una visualidad cómplice.
esplendente –que deja ver la cuidadosa artesanía Los rastros del consumismo voraz de la socie-
del vestuario, la escenografía y el atrezzo al recre- dad capitalista contemporánea –latas, botellas,
ar la visualidad tradicional del Nordeste–, y una sacos difícilmente biodegradables– sirven para
profusa verbalidad –todo un reto para la calle– y generar situaciones que descubren y hacen aflo-
se reiteran un tanto algunas escenas al girar y rar valores humanos, gustos, aspiraciones, virtu-
repetir acciones en busca de alternar la frontali- des y defectos –como la crueldad–, y el reciclaje
dad en medio del círculo de espectadores. se traduce en alegría creativa y precaria, en músi-
Óis Nóis… nació como grupo en plena dictadu- ca que suple la impureza con energía positiva.
ra y, a partir de Brecht y Artaud, combina la calle En la labor de Udi Grudi hay ingenio y habilidad
y un galpón para provocar con sus espectáculos lúdica, depurada técnica de clown –que permite a
sensaciones reflexivas. Se definen como actuado- cada uno explotar su propio ridículo– y eficacia
res, impulsan una escuela de teatro popular, el dramática –precisión y organicidad– pero, sobre
centro de investigación Ferreira do Tribu, y edi- todo, humanismo sin estridencias; vocación de
tan la revista Cavalo Louco y otras publicaciones, focalizar la mirada sobre la condición humana
como acciones para conservar la memoria. de miles de desposeídos, desplazados, que pue-
Otra experiencia de calle, también de rica rai- blan las calles del mundo; conciencia de la impor-
gambre popular nordestina, fue la de la tancia que tiene para el ser humano la capacidad
de soñar, de intentar construir lo imposible como actores trasmiten con elocuencia la sordidez y la
el primer paso posible para lograrlo. Un preciado humanidad lacerada.
y simple alimento como el huevo metaforiza la Es notable el trabajo vocal en la interpretación
materialidad, evoca el hambre y dispara la ima- de las canciones, y su compromiso con una esté-
ginación en una saga trágica y cómica a la vez. tica que, desde la fascinación del artificio teatral,
Ovo confirma que la vida tiene que tener “boro- nos sacude.
godó” –un término intraducible que sintetiza en Una versión agreste y mínimal, sintética y en
juego de palabras también el espíritu de un colec- cierta medida de inteligente “antropofagia” fue A
tivo cuyo nombre deriva de la deformación del Gaivota (Alguns Rascunhos), que realiza el Teatro
underground de los 70. Piollin, de Paraiba, bajo la dirección de Haroldo
Realismo crudo y sucio se desprende del dis- Rego, al tomar el clásico chejoviano para leerlo
curso escénico de Angu du sangue, traslación al desde sus propios referentes en el contexto
teatro del libro de cuentos homónimo de sociocultural nordestino.
Marcelino Freire que, bajo la dirección de Curiosamente, a partir de la proximidad con el
Marcondes Lima, presentó el Colectivo Angu de universo rural de estos artistas, se percibe cómo el
Teatro, de Pernambuco. Desde el título, absoluta- discurso más profundo es extraordinariamente
mente metafórico, se anticipa lo que vendrá en fiel al espíritu del autor ruso, y cómo las pausas,
los diez cuadros, casi siempre monologados, que los silencios, o la aparente inacción están llenos
componen la puesta. La recreación de la trama de sutilezas que cargan a los personajes de ener-
urbana me recordó los ambientes y personajes gía contenida y de intensas contradicciones.
de la dramaturgia de Plinio Marcos, vistos desde Sintética, editada y densa, limitada a cinco
una posición un tanto más cínica, deliberada- actores vestidos con ropa similar a la de cual-
mente estilizada –y agresivamente sarcástica–, quiera de los espectadores –aunque uno de ellos,
en consonancia con los tiempos que corren, y masculino, representa a una mujer–, sumamen-
gracias a la muy efectiva intervención de la músi- te escueta en escenografía y elementos –sin
ca, el diseño y las proyecciones en video. embargo, escogidos muy en la atmósfera de
La banda sonora evoca atmósferas sonoras del Chejov–, esta Gaviota que nos llega como en tra-
cine negro hollywoodense y acentúa el clima de zos, o apenas rasguños, y que introduce un meta-
desolada incomunicación y violencia en que se discurso sobre la propia naturaleza del teatro, insta
mueven los personajes, a lo que contribuye tam- a reflexionar sobre el sentido de la existencia
bién el sentido fragmentario de estructuración de humana en el contexto de la sociedad contempo-
los cuadros, como un puzzle sangriento que reve- ránea, desde la depurada belleza y la extraordi-
la nuevos signos. naria entrega de sus actores, en especial Nanego
La intervención mediática resulta un tanto rei- Lira y Everaldo Pontes, a quienes pude “descubrir”
terativa en las primeras historias. En la escena en un lejano FIT de Cádiz mientras protagoniza-
final, las espaldas de los actores ante nosotros ban Vau da Sarapalha, recreación del universo de
nos comprometerán un poco más al sugerirnos Guimarães Rosa.
que formamos parte del mismo conglomerado En julio del 2000 tuve la oportunidad de par-
social, espectadores de un drama que por repeti- ticipar en un taller de Teatro del Oprimido
do se vuelve espectáculo. impartido por Augusto Boal y un grupo de sus
Notable la presencia de las actrices Gheuza colaboradores del CTO, de Río de Janeiro, duran-
Sena y Hermila Guedes, esta última distinguida te el I Encuentro del Instituto Hemisférico de
con el más reciente Premio Coral a la mejor Performance y Política, y disfruté entonces de la
actuación femenina en el 28 Festival del Nuevo presentación de un grupo integrado por emplea-
Cine Latinoamericano por El cielo de Suely, de das domésticas que encontraban un medio para
Karim Ainouz, y conmovedora su declaración de discutir sus problemas. Ahora pude confirmar
principios en el Foro, a favor del teatro como cómo el teatro puede ser un eficaz instrumento,
medio de creación esencial. divertido y creativo, para contribuir a la emanci-
Aun cuando el discurso de la palabra juega un pación social y humana.
rol fundamental, y se percibe un lenguaje des- En el montaje de teatro foro Es mejor prevenir
carnado que lamentablemente no pude disfrutar que remedio dar, construido visualmente según
en todos sus matices, el acento entre pop y neo- una estética ligada a la cultura popular, cercana a
gótico del maquillaje, los efectos de la ilumina- sus hacedores, el colorido constituye una forma
ción, el valor del gesto y la presencia de los cinco expresiva fundamental, y la síntesis de acciones
y movimientos una manera certera de aprehen- LO QUE LLEGÓ DE FUERA
der la convencionalidad de la escena. Mi contacto con experiencias recientes de tea-
Las contradicciones que atraviesa Dalúa para tro venezolano me ha hecho preguntarme, más
alcanzar una vida plena desde el punto de vista de una vez, por qué la escena pareciera no que-
sexual, se cruzan con prejuicios sociales, atavis- rer reflexionar acerca del intenso proceso revolu-
mos religiosos y conflictos de género, que se lan- cionario bolivariano, lleno de contradicciones de
zan al público para, conjuntamente con los intér- naturaleza diversa. Como el teatro vivo se inscri-
pretes –ex pacientes de enfermedades menta- be en el aquí y el ahora, para discutir tensiones y
les– proponer alternativas de solución. movilizar ideas y emociones que comprometan
Si en estas formas teatrales lo más importante al espectador, he extrañado esos vínculos con la
no es la precisión ni la exigencia estética del len- vida, con independencia de procedimientos y
guaje, sí resalta la capacidad de improvisación estilos. Frente a muchos espectáculos desgajados
que genera en sus participantes el fructífero de un sentido de discusión social y humana,
intercambio con los espectadores, lo que no es Mackie, del grupo Escena de Caracas, escrito y
sólo un importante aprendizaje de técnica tea- dirigido por Delbis Cardona, ofrece algunos ele-
tral, sino sobre todo elemento de educación ciu- mentos de interés.
dadana, al tomar parte activa en una discusión El modo que el grupo elige para revivir el dis-
colectiva en la que cada uno, con iguales deberes curso brechtiano por medio de citas de La ópera
y derechos, aprende a respetar las diferencias a de los tres centavos y de los textos de las cancio-
partir de escuchar al otro, y se esfuerza en con- nes de Bertolt Brecht y Kurt Weill, arma una
tribuir con él a mejorar las condiciones de convi- narrativa verbal que alude explícitamente temas
vencia y justicia social. de resonancia social y política como desigualdad,
Las intervenciones para corregir la historia, lucha de clases, explotación deshumanizadora,
tanto de parte de actores de otros grupos como manipulación, los cuales se proponen integrar al
de una activa espectadora, completaron la diná-
mica que defienden Boal y sus seguidores con
efectividad y energía. Ovo, Udi Grudi 96
No pudo haber mejor despedida para la escena
brasileña presente en la II Muestra que la de 97
estos invitados especiales del Grupo Pirei na
Cenna, del CTO de Río. Lo que en mi caso se
enriqueció con una breve visita a la sede del
Teatro Uniao e Olho, el grupo que dirigido por
Cesar Vieira sostiene desde hace cuarentiún años
un intercambio permanente con comunidades
carentes de la ciudad de São Paulo y promueve la
inserción social por la vía de la creación escénica.
Allí, en la cálida sede escuchamos música bra-
sileña y cubana interpretada por los actores,
rememoramos encuentros y tuve el honor de
estampar la huella de mi mano izquierda en un
muro que el grupo ha destinado, en combativa
parodia de los controles dicatoriales, para dejar
memoria de la solidaridad que promueve el teatro.
lenguaje del movimiento de acuerdo a la voca- Si bien al inicio, la indicación de la pantalla y la
ción multidisciplinaria que defiende el colectivo. música en vivo invitan a los asistentes a bailar, y
Sin embargo, el enunciado queda en ese plano alguna que otra acción de los artistas establece
primario, pues hay cierta indecisión en la con- una comunicación elemental con los espectado-
formación de la dramaturgia espectacular, ilus- res, pudiera intensificarse la participación del
trativa o formal en el componente danzario. público, dispuesto y estimulado, instarlo a un
Resulta más interesante, a mi juicio, la inter- juego más activo, con lo que se amplía el riesgo
vención de elementos y situaciones teatrales y el compromiso de los actores en guiar la con-
que recrean problemáticas de la vida contempo- secución de la pauta dramatúrgica.
ránea. La maleta, como elemento recurrente, El influjo de La Fura dels Baus, consciente y
sugiere una trama que enlaza migración, eva- manifiesto por el grupo, parece haber sido un
sión, tensión política, lo que pudiera ser punto de impulso útil para que el TSO encuentre un modo
partida para exploraciones más esenciales y que, de expresión que satisfaga legítimas necesidades
por el camino del gesto y la palabra, conducen a estéticas. Sin embargo, soluciones como las del
referencias de la memoria colectiva –como el actor que corre hacia el público y le “ataca” con
texto en el que un actor repite lugares y evoca un ventilador portátil recuerdan demasiado una
sensaciones ligadas a su identidad afectiva. acción similar en Suz o suz del grupo catalán,
Los artistas enuncian en el programa la inten- ejemplo que me sirve para sugerirles soltar ama-
ción de “hablar de la miseria, de cuan vil y mise- rras y volar más alto. La habilidad en construir
rable puede llegar a ser un país o el ser humano una teatralidad diferente, la belleza de las com-
que lo habita”. Me gustaría haber encontrado posiciones y la energía que generan sus actores
también su propio punto de vista, dialéctico y permiten suponer que disponen de lo necesario
por eso orgánicamente brechtiano, frente a esos para lograrlo.
problemas, tras la apropiación de la palabra. Charenton, la ópera bufa de Buendía –encarga-
Mantua, del argentino Teatro Sanitario de do de la función de apertura oficial–, cautivó por
Operaciones, elige un espacio común –la nave su elaborada reflexión metafórica sobre la libe-
del Espacio Fratelli– para compartir con los rad y el debate entre cordura y locura, apariencia
espectadores y, desde esa perspectiva, procesa y realidad, teatro y vida, que comporta el rico
Romeo y Julieta como singular ensamblaje de lenguaje espectacular y verbal construido por la
efectos y sensaciones audiovisuales impactantes. tropa cubana bajo la conducción de Flora Lauten.
El discurso se sirve del referente conocido de la Múltiples referentes culturales, visuales, sono-
historia shakesperiana, utiliza acciones claves a ros, literarios e históricos afloran en este hermo-
las que añade el pasaje del sueño de Julieta, y so discurso, estructurado a nivel dramatúrgico
construye una dramaturgia espectacular como por Raquel Carrió, en diálogo con el proceso de
summa de lenguajes de la escena (teatro, panto-
mima, danza, circo), la sonoridad y la estética de Otra vez Marcelo,
los conciertos de rock y el arte conceptual. Teatro de los Andes
El drama está en lo elemental humano: a cada
sentimiento o signo, se enfrenta otro de valor
opuesto, o por lo menos diferente. Así, contrapo-
nen sueño y pesadilla, hielo que gotea en gran-
des bloques desde lo alto y fuego que nos pone
en estado de alerta, oscuridad y luz, amor y
pasión, lirismo y agresividad. Es una experiencia
que activa los sentidos, y crea expectativas fren-
te al posible riesgo de lo desconocido.
La palabra dicha es apenas audible, su lugar
verdadero está en los textos poéticos que desde
la pantalla nos esperan, anunciándonos algo de
lo que vendrá, y en los que se crea un guión para-
lelo a las acciones, a veces contradictorios e iró-
nicos, y capaces, como las imágenes, de propo-
ner asociaciones más contemporáneas y cerca-
nas que la trama de Shakespeare.
improvisaciones y búsquedas de la directora y
los actores. La puesta examina la complejidad de
una revolución, sus causas y consecuencias, los
riesgos y contradicciones que involucran de
modo raigal a la conducta de los hombres a lo
largo de la historia, por medio de una singular
lectura del Marat Sade, de Peter Weiss. Poder,
autoridad, sacrificio y resistencia son puestos en
tela de juicio por las armas de la representación,
en la que en lugar de locos, son comediantes que
se hacen pasar por tales, los encarnan para inter-
pretar los roles históricos recreados por Sade, en Faulkner por su novela Los deshabitados–, aboga-
un prodigioso juego de espejos y máscaras que do y líder político, que fue fundador del Partido
procesa citas y devuelve al público señales que Socialista, abogó por la nacionalización de los
provocan un incesante diálogo introspectivo. hidrocarburos en los años 60, parlamentario tor-
La música de Héctor Agüero y Jomary turado, asesinado y desaparecido en 1980. La
Hechavarría empasta con armonía la banda historia –escrita por César a partir de investiga-
sonora con la magnífica interpretación en vivo y ción documental y de entrevistas a familiares y
dentro del conjunto balanceado de actores sobre- amigos–, está contada a través de la relación de
sale, tanto en su dotada musicalidad como en la amor con su mujer, Cristina Trigo, que hasta hoy
interpretación dramática, Ivanesa Cabrera en sigue luchando por encontrarlo.
una estremecedora Simone, la esposa de Marat. La obra alude al tema de la soberanía y la pro-
El dominicano Gayumba, formado en el espíri- piedad del gas por parte de los bolivianos, tema
tu del teatro de grupo hace más de treinta años, de discusión actual en Brasil, que no quiere pagar
y reducido con el tiempo en una pareja de acto- lo que reclaman los dueños de este recurso, lo
res –Manuel Chapuseaux y Nives Santana–, que dio una especial connotación revolucionaria
defendió la sencillez de su discurso, condiciona- y subversiva a la presentación en la II Muestra. 98
do por limitaciones objetivas de la realidad cultu- César Brie y Mia Fabbri, a lo largo de un espa-
ral de su país. cio escénico más bien estrecho, con los espec- 99
Por medio de la equilibrada articulación de tadores a ambos lados, conforman una historia
narración y representación, en la que no faltan que fluye llena de poesía a pesar de que se
jocosas reminiscencias brechtianas, con un míni- reproduce, factualmente, parte de la biografía
mo de elementos –la mayor parte reapropiados de dos seres consagrados a una lucha difícil. El
de su función original en la vida cotidiana–, cui- tono de ternura en la relación de la pareja y el
dado en el empleo de la palabra, exhaustivo uso ingrediente de fabulación que aportan los artis-
del cuerpo y fuerte acento humorístico, los acto- tas para llenar los espacios más íntimos de sus
res componen un lenguaje de rica teatralidad vidas compromete emotivamente al público
para las peripecias de Don Quijote y Sancho desde la belleza de las composiciones –surrea-
Panza. les, líricas, coreográficas, humorísticas– y la
Sin alharaca ni elucubraciones complejas, con fuerza de un drama real que aún está fresco en
humor popular que evidencia las huellas de otros la memoria personal de los sobrevivientes y en
montajes –como el reciente y muy efectivo de el imaginario colectivo de un pueblo.
Ubú– esta puesta, con casi veinte años y una Brie y Fabbri consiguen encarnar con impre-
larga saga por diversas geografías, conserva un sionante verdad a Marcelo y Cristina, y vertebrar,
aliento vital que valida su entrañable reflexión desde una elaborada ficcionalización crítica, un
sobre la utopía, cada vez más necesaria para que testimonio que es urgente denuncia y eficaz ins-
hagamos al mundo mejor. trumento de enseñanza. Ideario y carne de un
Y el colofón de la cita lo trajo César Brie y el continente en franca ebullición emancipadora.
Teatro de los Andes, de Bolivia, con una esplén- En São Paulo vivimos intensos cruces de len-
dida mezcla de creación artística y homenaje guajes y felices aprendizajes, experiencias deve-
político: Otra vez, Marcelo, rescata la trayectoria ladas que sorprendían en su diversidad, salas
política del luchador boliviano Marcelo Quiroga abarrotadas y funciones que debieron repetirse
Santa Cruz, notable intelectual –periodista, ensa- para satisfacer una afluencia creciente de espec-
yista y narrador, ganador del Premio William tadores.
omo parte de las actividades colaterales advierto una existencia y una práctica profesio-

C de la XVI edición de la Feria Internacio-


nal del Libro de La Habana –que esta
vez tuvo a Argentina como país invitado de
nal que se entretejen, un diálogo entre vida y tea-
tro; memoria salvada y “la eterna miseria que es
el acto de recordar”.
honor– y coincidiendo con la presentación del El texto, poético y de estructura fragmentaria,
tomo Nuevo teatro argentino: dramaturgia(s), muestra aquí su posibilidad infinita. La voz ínti-
del Fondo Editorial Casa de las Américas, se ma de la autora se articula como un extenso
presentó en la sala teatro Hubert de Blanck, poema que superpone nostalgia y ausencias a la
una versión unipersonal de La Chira (el lugar vez que reconstruye el proceso de formación de
donde conocí el miedo), obra de Ana Longoni, una identidad propia. El diálogo con la directora
que aparece impresa por vez primera en la y con los actores de Panthalasa, dio cauce defini-
antología, preparada por Jorge Dubatti y tivo a lo que nunca fue pensado como teatro.
Vivian Martínez Tabares. La puesta estuvo a Predominó en este proyecto la idea del equipo
cargo de la actriz Natividad Martone, quien que asume el encuentro con lo desconocido
formó parte del elenco original del grupo –con las estrategias de trabajo de una directora
Panthalasa, colectivo que, bajo la dirección de invitada y con la dinámica no teatral del texto
la Ana Alvarado, estrenó la pieza en el 2004. escogido–, recurso que permite dinamitar las
Espectáculo de excepción, esta versión de seguridades y propiciar un cruce renovador y
La Chira, presenta por una parte a una mujer comprometido.
sola que pretende conjurar el miedo hacién- La obra da voz a las víctimas de la última dic-
donos partícipes de algunos fragmentos de su tadura, a los que regresaron y sobre todo a los
historia personal; instantáneas de una vida exiliados y sobrevivientes –los que se “guarda-
escindida por el exilio, imágenes rotas, resca- ron”–, algunos demasiado jóvenes para “com-
tadas de un pasado tremendamente doloroso. prender”. La historia de la propia autora, quien
Y por otra, a una actriz que intenta rescatar tuvo que exiliarse con su familia en Perú, y lo
una puesta y un texto que fueron parte impor- vivido por algunos de sus amigos, es material
tante de su carrera. En esta estructura corren suficiente para vertebrar el “juego”, macabro y
dos historias juntas. Leo esos fragmentos y sereno a un tiempo. Seres fantasmales, sin edad

Noticias de La Chira.

Jaime Gómez Triana

Fotos: Julio Alvite


definida, varados entre pasado y presente, impo- obvios, incluso sin los iconos que más conoce-
sibilitados de escapar de sí mismos, de las mar- mos. Poniendo en marcha un mecanismo que,
cas impuestas, de la manera en que la dictadura esencialmente, mantiene el acento sobre la
se reprodujo también en su interior, en sus fami- interpretación, extraordinariamente orgánica y
lias, en las diversos estratos de la sociedad. La precisa en cada una de las transiciones e incor-
obra quiere recuperar los lazos con lo político poraciones, La Chira funciona coherentemente,
mediante la exposición de otras subjetividades, desde la alternancia de imágenes fotográficas
habla desde lo íntimo para quebrar puntos de proyectadas y las que la propia actriz desde su
vista demasiado cerrados, correr gruesos velos y materialidad organiza y casi congela ante nues-
mostrar otras caras de una única moneda. tros ojos, con la intención expresa de producir un
Cinco personajes-dobles, hablan desde el texto. repertorio de imágenes sencillas, pero de gran
Natividad Martone los devora y sintetiza sin des- impacto visual, que sean vivencia en el cuerpo-
vanecerlos, la disposición de los objetos en el mente del espectador. De este modo se constru-
escenario habla de presencias ausentes, cada ye una biografía común, nacida de la puesta en
zona del espacio cuenta una historia, genera un relación que amplifica el sentido y genera un
contacto, activa una infinita sucesión de circuns- nuevo espesor desde la posibilidad de relectura y
tancias heterogéneas que la actriz nos muestra coautoría que asiste al público, pensado, desde la
tranquila, como si hubiera aprendido a vivir con poética de la vanguardia, más como con-
el inevitable horror, como quien conoció el junto de individuos que como masa
miedo y no pudo apartarlo nunca, como una coral.
rehén que no puede escapar de un cuerpo ase- Natividad es muy joven y sin
diado y reprimido. Así recuerda paisajes, pala- embargo, ha cargado con esta histo-
bras, sonidos, cauces sombríos que hablan de la ria sobre sus espaldas y la ha traído
formación de un individuo que no pregunta, pero a La Habana, está comprometida
sabe; de un ser que se reconoce coartado, roto. con una práctica, era importan-
La versión, a medio camino entre el informe te para ella que en el lugar
social, la historia clínica, la confesión y la inter- donde se presentaba el 100
vención pública, procura una comunicación qui- texto que junto a sus
mérica. ¿Cómo explicar a otros mi pasado? La compañeros ayudó a 101
soledad de la actriz rompe la ilusión, no encon- configurar sobre la
tramos aquí el espacio de la ficción, el lugar de la escena, estuviera tam-
representación no está en la esfera de los sueños, bién la huella de la pues-
la memoria y la edad de la inocencia, no es –o al ta, la palabra viva, la ener-
menos no intenta ser– un sitio totalmente distin- gía específica del teatro al
to del ámbito de la platea. Natividad no invita a que pertenece, que forma
los espectadores a conocer o interactuar con ese parte de su propia biogra-
“no lugar” que es el de los recuerdos del/los per- fía. De su aventura nos
sonaje/s, sino que asiste ella misma al escenario seduce esa dedicación al
para reunir fragmentos de fragmentos, para mos- oficio, la capacidad de ser
trarnos el proceso no exento de visibles punta- y hacer todo en y por el
das, para encarar la imposibilidad de reconstruir, teatro, y la autonomía del
apresar y hacer objetiva esa franja de quebran- actor que se sabe autor,
tos, por demás inevitablemente intangible en creador él mismo de los
tanto zona de subjetividad. diversos universos que una
El montaje devela, de este modo, sus propios función de teatro pone en
mecanismos y se presenta sin afeites; una contacto, de una acción que
vivencia doble: la historia narrada y la soledad reduce fronteras y amplía
de una actriz que ha traído consigo las energías nuestros vínculos con una
de una puesta mayor que, como el personaje, se zona emergente de la escena
niega a olvidar. Todo ello armado desde la argentina actual.
mesura, sin carga melodramática, ni planteos
Piezas Conectadas
en Barcelona
Nieves Mateo

a ciudad de Barcelona, ha acogido por pri-

L mera vez en España, a la red internacional


de creadoras The Magdalena Project en el
Festival Magdalena Piezas Conectadas, del
de mujeres, había fundado la Biblioteca Popular
para la Mujer, proyecto pionero en Europa, que
16 al 25 de marzo pasados. En pala- contaba además con distintas disciplinas artísti-
bras de su directora, Margarita cas, entre ellas, la fotografía y el dibujo técnico.
Borja, “un puzzle de estéticas Al finalizar la Guerra Civil Española, la dirección
cuyas piezas únicas aco- del Centro, con Bonnemaison a la cabeza, entre-
modan sus límites ga la biblioteca al Ayuntamiento de Barcelona.
antropomórficos Desde la década de los 80 se trabaja para volver
combinando a recuperar este espacio público para proyectos y
visiones colectivos de mujeres. En homenaje a la
personales Biblioteca Francesca Bonnemaison, se presentó
del mundo y Al pie de la letra, una instalación-performance
creando un diá- audiovisual de Rilo Chmielorz en la que una
logo secreto de mujer piensa y reflexiona en voz alta acerca de lo
lleno y vacío, de ar- leído.
tistas y espectadores,
de unas obras en otras”. VÍNCULOS Y MOTIVACIONES
Como piezas fundamenta- En España, la gestación del proyecto
les del puzzle, señalemos a las Magdalena está vinculado al Encuentro de
anfitrionas del Festival, l' Mujeres de Iberoamérica en las Artes Escénicas,
Associació de Creadores Escéni- que tiene lugar en el Festival Iberoamericano de
ques Projecte Vaca, que tras años intensos de tra- Teatro de Cádiz. A lo largo de la década que ha
bajo, ha conseguido junto a otros colectivos de dirigido Margarita Borja, hemos ido conociendo
mujeres de Barcelona, contar con un espacio a figuras emblemáticas del teatro contemporá-
propio para la celebración de actividades, y sede neo, entre las que se encuentran las fundadoras
principal de este evento. El Centre Cultural de del Magdalena. Julia Varley, Jill Greenhalgh y
Dones Francesca Bonnemaison ofrece dos tea- Patricia Ariza, han constituído la primera gene-
tros, la Sala Gran y La Cuina, que junto a varias ración de artistas, que, desde 1986, trabajan en
salas de la segunda y tercera planta, se convierte torno a objetivos como: visibilizar la aportación
en punto de encuentro y de convivencia a lo de las mujeres al teatro contemporáneo; incitar
largo de los diez días que dura el Magdalena a las mujeres a nuevas aproximaciones al tea-
Piezas Conectadas. Este espacio es conquista del tro, a partir de sus propias experiencias; crear
movimiento feminista barcelonés, que desde el un foro que dé voz al trabajo de las mujeres en el
año 1999 trata de hacerlo propio negociando y teatro, y animar a las mujeres a examinar su rol
dando razones al Ayuntamiento de la ciudad. En en el futuro del teatro y cuestionar las estructuras
1909, Francesca Bonnemaison, junto a un grupo existentes.
Para ello, se han ido generando distintos festi- periódicamente, para elaborar la línea de investi-
vales en red en todo el mundo: Gales, Dina- gación y temática de cada número. Este número
marca, Colombia, Perú, Australia, Cuba... y está dedicado a la práctica escénica, en palabras
España. de Julia Varley, “para animar a las autoras a escri-
En Barcelona, hemos asistido a un intenso pro- bir acerca del proceso, paso a paso, acerca de la
grama de espectáculos, talleres, conferencias y técnica y la metodología, con descripciones rea-
actividades paralelas que, sin descanso, dan les de cómo están hechos los proyectos, los entre-
cuenta de la incesante actividad teatral y multi- namientos y los espectáculos”. O sea, reflexionar
disciplinar de creadoras de todo el mundo. Pero teóricamente sobre la cocina de la práctica escé-
antes de hacer crónica de lo vivido, merecemos nica. Ser capaces de analizar e intercambiar expe-
una reflexión acerca de los planteamientos nove- riencias de teatros de distintas generaciones,
dosos en cuanto a temática, expresión y com- nacionalidades, estéticas y culturas. Y acerca de
promiso que supone el Magdalena Project. espectáculos visto en Barcelona, Cristina
De una manera, creo, natural, esta red se ha Castrillo, directora de El vientre de la ballena, nos
ido vinculando a partir de encuentros directos y relata su experiencia práctica. Ella es autora y
personales con las distintas mujeres que protago- directora de este espectáculo interpretado por
nizan y lideran nuevas perspectivas y líneas de cinco actores, que explica, era una necesidad y
acción para las mujeres del teatro y en contacto curiosidad, tras una larga lista de proyectos con
con las diversas disciplinas artísticas (plástica, mujeres y temáticas conectadas al universo
audiovisual, danza). Ingrediente fundamental, es femenino. Surge su deseo de hacer un trabajo
la reflexión crítica de acontecimientos actuales, acerca de la violencia y la guerra que cuenta con
la intervención, en profunda interrelación con el el entrenamiento corporal basado en técnicas de
concepto de performance. En esta línea trabaja Suzuki, de Maria Porter. Castrillo explica que ha
Jill Greenhalgh, creadora de una serie titulada sido un proyecto de más de un año haciendo aco-
The Acts, cuyo número III se presentó en pio de materiales, no solo textuales, sino sobre
Barcelona. La serie es una respuesta al feminici- todo, de gestos, situaciones, acciones, objetos y
dio que se consuma en las ciudades fronterizas pistas a cerca de personajes. Sobre el proceso de 102
del norte de México. Durante los últimos trece montaje dirá:
años, más de cuatrocientas mujeres adolescentes No puedo separar la dirección de la escritura; 103
y jóvenes han sido secuestradas y brutalmente estas funciones deben ser acopladas, fusiona-
asesinadas. Nada se ha probado. En el espacio de das, se completan una a la otra. No sé cuándo
La Caldera, asistimos a la instalación-perfor- ocurre la decisión de comenzar la construcción
mance de una proyección audiovisual que de del espectáculo, pero hay un momento, en el
principio a fin, no para de nombrar a todas las que siento que tengo que hacerlo. Tal vez sea
mujeres desaparecidas, desconocidas incluidas, cuando percibo que los actores, que han estado
año a año. Algunas de estas mujeres cruzan la mucho tiempo trabajando con ellos mismos,
escena, una de ellas sopla sobre montañitas de comienzan a percibir una historia general y tie-
cal y sangre que ha ido formando: una mancha nen una visión común y necesidad para que la
de polvo espeso y rojo será pisada por las huellas historia sea contada.
de estas mujeres que traspasan el umbral de vida Estrenada en Lugano (Suiza), en 2004, se pre-
para siempre. Sobrecogedor. sentó el 23 de marzo en la Sala Gran de la
Bonnemaison. Cuenta con momentos de gran
PUBLICACIONES expresividad y plasticidad, de fuerza dramática.
En el Magdalena Piezas Conectadas, se presen- Sin embargo, podría contar la misma historia
taron dos publicaciones reseñables: el número 11 con una síntesis mayor, ya que hay imágenes
de The Open Page, y The Way of Magdalena, cró- que, a fuerza de repetirse en distintas variacio-
nica de los diez primeros años del Magdalena nes, pierden su fuerza y estímulo inicial.
Project, La Red Internacional de Mujeres en el La actriz y directora Geddy Anisksdal, presentó
Teatro Contemporáneo. The Open Page, es la una pieza que lleva por título No hay doctor para
publicación anual del proyecto (en inglés), pro- los muertos, concierto de poemas y canciones,
ducida y editada por el Odin Theatre, con un con- basado en textos del noruego Georg Johannesen.
sejo editorial integrado por artistas como Gilly El título es el inicio de un poema titulado “No”.
Adams, Geddy Anisksdal, Maria Ficara, Maggie Tras cincuenta años de experiencia en el teatro,
Gale, Julia Varley y Jill Greenhalgh, que se reúnen esta figura histórica del Magdalena hace una col-
PIEZAS CONECTADAS POR LA MEMORIA
El Projecte Vaca, anfitrión del Festival, abrió
con TransforMació xy, una performance creada y
estrenada para el evento. Revela el arquetipo de
la mujer en el siglo XY, seguidora de todas las
cha de esas que se tejen de muchas telas, con sus mujeres que la precedieron. Y en este sentido,
intuiciones de la práctica escénica, llena de color, hablamos de uno de los asuntos que más intere-
poesía, sueño y realidad. Afirma que “nosotros san a la dramaturgia contemporánea: la memo-
podemos prepararnos para vivir dentro y fuera ria. Una memoria para no olvidar, una memoria
del escenario, pero no podemos estar seguros de para poner en tela de juicio, una memoria para
lo que va a pasar, cómo va a funcionar. Hay no volver a cometer los mismos errores. En torno
demasiadas variables.” Asimismo, cree que el a este tema, se articulan otras piezas como El
actor inteligente cuenta con el conocimiento maíz, de Las Patronas de México, Umbral, de
que tiene en la memoria del propio cuerpo y Teatro delle Radici, Chinese Take Away, de Anna
sistema sensorial. Capaz de resolver, reaccionar Yen, Olimpia o la pasión de existir, de Armar
y transmitir su experiencia. Jenny canta llena de Artes Escénicas/Teatro de Las Sorámbulas,
matices, desgarradoras y poéticas piezas, muy Antígona, de Yuyachkani, Insanas e impuras, de
al estilo del cabaret berlinés, con música de Silvia Pritz, La pasajera, de La Cónica, y El pros-
Anette Röde, como “Experiencia (según Blake)”, cenio, un solo de Margaret Cameron.
que dice: “¿Cuál es el precio de la experiencia?/ En El maíz, el talento de la actriz y creadora
¿La compran los hombres con una canción?/ ¿O Jesusa Rodríguez, interpreta el rito de estética
la sabiduría con una danza en la calle?/ No, se la prehispánica mesoamericana de los hombres del
compra con todo lo que uno posee:/ Casa, hogar maíz. La historia de México es la historia de este
y familia/ La sabiduría se vende en el mercado grano de nueve mil años, y el asunto de las torti-
desolado/ Donde nadie va para comprar/ Y en el llas de maíz en el país es primera página en los
devastado campo donde el campesino/ En vano diarios. De memoria personal habla Umbral, el
ara por pan.”1 mapa del viaje que emprende Cristina Castrillo
Y de Patricia Ariza, autora, actriz y directora del como actriz a lo largo de años por el mundo. Y
Teatro La Candelaria (Colombia), se publican de memoria generacional habla Chinese take
algunos poemas, de los que destaco “Muerte”. away: un viaje desde la antigua China hasta la
“No me lleves, quédate./ Yo te enseño/ cómo moderna Australia (donde vive su autora, direc-
hacer trampa /para que puedas disfrutar la vida”.2 tora y creadora, Anna Yen), pasando por el Hong
Patricia impartió el taller Piezas Vertebradas, Kong de los años 30 y la Sydney suburbana de
acerca del rol de los actores como mediadores los años 60. Un homenaje de Anne en honor a su
entre la obra de arte y la sociedad. Patricia Ariza, madre y abuela, contada en directo y combinan-
es hacedora y activadora de proyectos culturales do con cinematografía poética. Olimpia o la
en sectores marginales y organizaciones indíge- pasión de existir, con dirección de Margarita
nas de mujeres por la paz en Colombia. Borja, reivindica la figura de la combativa
Por su parte el libro The Way of Magdalena. Una Olimpia de Gouges. A dos siglos del feminismo
crónica de los diez primeros años del Magdalena moderno y en medio de la Revolución francesa,
Project. La Red Internacional de Mujeres en el esta mujer redacta la primera Declaración de
Teatro Contemporáneo, aún no traducido al caste- Derechos de las Ciudadanas, argumenta sobre el
llano, y escrito por Chris Fry, traza el recorrido de impuesto de lujo contra la injusticia del hambre y
una década desde sus inicios en el año 1986 en se pronuncia a favor de la descentralización del
Cardiff, con Jill Greenhalgh como fundadora. Se Estado. La estructura dramática la conforman
reseñan procesos, espectáculos, razones de pro- doce cuadros que narran episodios claves de su
yectos y sus consecuencias y resultados. Toda vida y obra. Los mejores, de gran fuerza dramá-
una red internacional que crece por la necesidad tica y visual, son el enfrentamiento con los acto-
y el placer de las mujeres artistas de reconocerse res de la Comédie Francaise (que vemos en una
y conocerse. proyección audiovisual interpretada por grandes
actores argentinos) y el ascenso de Olimpia al
1
Poema incluido en el programa de mano del espectáculo cadalso. Tal vez la obra sea demasiado discursi-
No hay doctor para los muertos. va, pero es eficaz en la historia que cuenta, y
Cf. The Open Page n. 11, Ed. Odin Teatrets Forlag. acierta plásticamente con recursos simples y de
gran eficacia escénica. Sobre todo, nos acerca PAISAJE AUDIOVISUAL
este retrato de mujer: política, combativa y ade- Destaquemos los trabajos de Diana Raznovich,
lantadísima a su tiempo. Ana Solano y Norma Cabrera. El trabajo con más
Antígona es la memoria recuperada de los humor del Festival es Santuario estresado, un
desaparecidos del Perú. La actriz Teresa Ralli recorrido por los dibujos e iconos de vírgenes de
interpreta a todos los personajes de la tragedia todo tipo, que Raznovich, esta prolífica creadora
hecha propia, tras largas horas con las madres, argentina imagina. Humor ácido y candente, des-
hijas, y hermanas de desaparecidos durante el vela claves de la relación entre religión y mundo.
terrorismo en Perú. Con ellas aprendieron Teresa Ana Solano es artista plástica y vídeocreadora,
y los Yuyachkani, la importancia del culto a nues- autora de In…correctas. Como explica, la obra se
tros muertos como hecho vivo y ejemplar de gestó a partir de una obra teatral en Granada. A
memoria. En Insanas e impuras, de la argentina partir de imágenes obtenidas del espectáculo
Silvia Pritz, asistimos a la danza metáfora de una comienza un trabajo, mapa de relaciones entre lo
bailarina, con la piedra que pesa y pende sobre conceptual y lo testimonial. Se crea así un nuevo
la historia del país. Pritz canta la voz de dictado- escenario, el virtual, donde transitan nuevos
res, siempre la misma. El título hace referencia a cuerpos femeninos, nuevas interrogantes a la
las tierras patrias argentinas. Las dos mujeres mujer que habita entre los dos mundos. Un tra-
serán las que transformen el espacio, desarmen bajo de gran calidad técnica y artística, con un
la piedra y construyan de nuevo. La pasajera es la ritmo imparable hasta el final. Norma Cabrera
memoria y los recuerdos que arrastramos en una firma Implosiona 1.0. performance que protago-
maleta. niza una mujer de espaldas a un monitor, que
La compañía catalana La Cónica, hace teatro interactúa con un software ejecutado en la pan-
visual: un trabajo de sombras y música suge- talla. ¿Quién maneja a quién? Pieza muy elabo-
rente y propio. El proscenio, de la creadora aus- rada a nivel conceptual, rica en preguntas a cerca
traliana Margaret Cameron, es un retorno a un del mundo virtual y nuestra relación con las
paisaje interior de memoria y deseo, un espacio máquinas. Preguntas acerca de los modos y téc-
de memoria íntima, llena de paradojas. Otras nicas de representación, entre ficción y realidad. 104
creaciones como La mirada que siente, roja, de El “game over” de los videojuegos se transforma
Eugenia Funes, Las sin tierra: 7 intentos de cruzar el en “future over” que se repite hasta el infinito. 105
estrecho, de Nomad Teatro, Very Short stories, de Una mujer y una máquina pueden ser metáfora
Baba Yaga Theatre, Emily Dickinson, de Rapsoda del mundo, expresa la pieza.
Teatro, o la payasa Pepa Plana con l´atzar, comple-
tan el paisaje de este puzzle con aroma medite- DANZA CATALANA
rráneo. Destaco la presencia de las compañías catala-
nas Senza Tempo, con su Capricho, de Inés Boza
El maíz, Las Patronas y Carles Mallol, una historia surrealista medite-
rránea que puede ser representada en cualquier
lugar al aire libre. En Barcelona la vimos en una
plaza, de día, a pie descalzo. Creada en un tórri-
do verano en la ciudad, es danza alegre, festiva,
con rito cotidiano como la colgada de la ropa. El
agua como deseo, como juego divertido hasta
empaparnos por completo. Y la compañía de
Andrés Corchero y Rosa Muñoz, Angels
Margarit/Cía. Mudances y Mal pelo, en una
sesión de solos.
ÚLTIMAS
PUBLICACIONES a un público mayoritariamente
joven, a saber uno de los principa-
una convención situacional pero
que respeta los recursos físicos de
RECIBIDAS les destinatarios de producción la técnica. Sava habla de poner el
dramatúrgica de esta autora. cuerpo en la calle como una posi-
ble definición del cruce de sus dos
preocupaciones básicas: el cuerpo
como espacio de expresión y el
ámbito social que busca transfor-
mar.

Sara Joffré: Siete obras de teatro, Alberto Sava: Desde el mimo con-
Fondo Editorial de la Universidad temporáneo al teatro participativo.
Inca Gracilazo de la Vega, Lima, La evolución de una idea, Ediciones
2006, 226 pp. Madres de Plaza de Mayo, Col. Sin
Telón, Buenos Aires, 2006, 224 pp. Gerardo Fulleda León: Resistencia
Piezas de diversas épocas integran y cimarronaje, Ediciones Unión, La
este volumen de la también actriz Este tomo nos pone en contacto Habana, 2006, 411 pp.
y directora peruana Clotilde Sara con la reconstrucción de una
Joffré González. Con un prólogo experiencia teatral particular. El Cuatro obras del dramaturgo cuba-
de Rafael Hernández, en el que se autor reúne los más disímiles no Gerardo Fulleda León – Ruandi,
intercalan comentarios de la pro- materiales que describen las Chago de Guisa (Premio Casa de
pia autora, el libro se erige en características de su teatro. De las Américas, 1989), Azogue y
antología que, más allá de propo- esta manera es posible encontrar Plácido–, todas vinculadas a los
ner una mirada conjunta a la dra- desde la más objetiva descripción contextos y acciones de la rebel-
maturgia de esta creadora, intenta de lo que ocurre en cada uno de día y resistencia esclava en la
servir como plataforma para el sus espectáculos, hasta los docu- Cuba colonial, se recogen en el
análisis de tres décadas del teatro mentos y noticias que comentan volumen de la Colección
peruano. las circunstancias en que ese tea- Contemporáneos, con selección y
Se administra justicia (1968), Se tro se realiza. Se trata de lograr la prólogo de la investigadora Inés
consigue madera (1968), Pre-texto imagen fiel de la experiencia, sin María Martiatu.
(1968), Los tocadores de tambor o obviar aquello que se puede consi- Santiaguero de nacimiento,
parábola del servilismo (1974), derar extra-artístico para la ima- Fulleda, quien fuera alumno del
Pañuelos, banderas, nubes (1989), gen de un teatro con fuertes cone- Seminario de Dramaturgia del
El Lazarillo (2000) y Monólogo No. xiones con lo histórico social. El Teatro Nacional de Cuba que diri-
1 (2000), son las piezas que inte- autor hace un recorrido por las gieron en la Habana durante los
gran el libro. obras creadas desde sus inicios en primeros años de la década del
De fuerte compromiso con su la Facultad de Medicina de la 60, el dramaturgo y director
tiempo, la obra de Sara Joffré Universidad de Buenos Aires hasta argentino Osvaldo Dragún y la
aborda diversos aspectos de la su más reciente trabajo, que se profesora mexicana Luisa Josefina
realidad, por una parte mediante extiende por veinticinco años, con Hernández, es autor de una valio-
la confluencia de temas sociales y pacientes psiquiátricos. La evolu- sa obra que ha tenido su centro
populares, y por otra, a través de ción de una idea, subtítulo del en la reflexión en torno al negro,
la experimentación, el remontaje libro, define la actitud de búsque- la herencia africana y la cultura
de los códigos de la vanguardia y da que aún permanece en la popular.
la amplificación de los recursos intención de perfilar un teatro con “La obra de Fulleda León –nos
propios del actor. mayores posibilidades de interven- dice Inés María Martiatu– ha sido
Siendo las dos primeras obras ción social. En las páginas se des- fiel a las expresiones de la cultura
ejemplo del trabajo de la creadora criben experiencias en las que popular no sólo en lo temático
dentro de la primera línea, y la diversos espacios públicos son sino en lo estético, sin olvidar el
tercera –un pre-texto sin acotacio- intervenidos provocando una par- contexto histórico-social en que se
nes– excepcional muestra de la ticular participación del público. El desenvuelven sus personajes. Son
segunda. autor parte de su entrenamiento expresión de identidad que se da
El Lazarillo, por su parte es una en el trabajo expresivo del mimo en dos planos diferentes y com-
versión libre de El Lazarillo de en su variante contemporánea, plementarios: el nacional y el per-
Tormes, una pieza dirigida tal vez que define como la liberación de sonal, la identidad propia.
Siempre con un alto grado de ela- leyenda de Robin Hood, de
boración artística y técnica en su Mauricio Kartun y Tito Loréfice, y
quehacer como dramaturgo y con El árbol, de Graciela Montes. La
un excelente uso del lenguaje”. leyenda…es una revisión de la
Se agrupan aquí obras distintas, célebre narración inglesa de autor
pero provistas de un mismo alien- anónimo. Los dramaturgos arman
to poético que mezclan de manera una fábula dónde se incluye gran
extraordinaria fantasía e historia, parte de los pasajes del original,
sueño y tragedia, universo mítico pero la forma de escenificarlos
y vida cotidiana. Su vigor radica tiene una relación precisa con las
en la capacidad de sugerir espa- posibilidades del teatro de títeres
cios y acciones posibles que enal- y un nivel de actualización claro.
tecen el pasado y devuelven, El árbol, también para títeres,
desde una perspectiva otra, nom- parte de la novela Y el árbol siguió
bres y sucesos poco recordados o creciendo, de la misma autora. En
valorizados, pero que forman esta pieza, un suceso fantástico
parte del proceso de emancipa- –un árbol gigante crece en plena
ción del hombre que tuvo y tiene ciudad– desata una serie de situa-
lugar en nuestros pueblos. ciones a partir del conflicto que se
establece entre los que lo defien-
den y aquellos que pretenden cor-
tarlo. Llena de ambientes especia-
les, El árbol, presenta una perspec-
tiva novedosa en su posible rela-
ción con el público infantil.

Peter Palitzsch, uno de los cuatro


directores artísticos del Berliner
Araceli Arreche, Mauricio Kartun, Ensemble. 106
Tito Lorefice, Graciela Montes, La nueva entrega contiene además 107
Perla Szuchmacher: El teatro y los una entrevista con el crítico e
niños. Cuatro piezas para títeres y investigador de cine Ismail Xavier,
actores, Editorial Atuel, Col. La quien aborda varios temas relacio-
Andariega, Buenos Aires, 2006, Vintém, Companhia do Latão, n. 6, nados con la cinematografía brasi-
224 pp. ene-jun. 2007, 51 pp. leña, tales como la influencia del
neorrealismo italiano, el Cinema
El tomo recoge cuatro piezas de Surgida en 1998, como proyecto Novo, la obra de Glauber Rocha, la
teatro para niños de dramaturgos editorial de la Companhia do relación entre arte e industria den-
argentinos. Doktor Fausto, de Latão, grupo de investigación tea- tro del cine más contemporáneo,
Aracelli Arreche, y Malas palabras, tral de la ciudad de São Paulo, en etcétera.
de Perla Szhuchmacher, son obras torno a temas de actualidad de la El trabajo “El teatro fuera del cen-
de corta duración y están pensa- vida social brasileña y para dar tro” de Marília Carbonari, aborda
das para actores. Arreche, drama- continuidad a la reflexión escénica la producción teatral del Teatro
turga de experiencia en el teatro del colectivo, la revista Vintém União e Olho Vivo y Eugenho
para adultos, construye una histo- constituye un lugar de “discusión Teatral, vinculados ambos a la cre-
ria con un fuerte sentido didácti- crítica sobre teatro, literatura, polí- ación teatral en las zonas periféri-
co, para nada moralista, que refle- tica y pensamiento de izquierda”. cas de São Paulo, labor dirigida
xiona sobre la dependencia que Ahora con frecuencia semestral, fundamentalmente a un público
desarrollan muchos niños hacia su sexto número recoge un dos- de trabajadores y a comunidades
los medios electrónicos. Malas sier dedicado a Brecht director, “sin acceso a los llamados bienes
palabras, en extremo sensible y que incluye varios textos del ale- culturales”.
poética, desarrolla un juego escé- mán, inéditos en Brasil, así como Dos textos sobre el espectáculo,
nico en el que el actor debe, con consideraciones de algunos de sus Visões Siamesas, de la Companhia
la utilización de objetos diversos (a más cercanos colaboradores. Se do Latão, a cargo de Márcio
elección del intérprete), contar la publica además la trascripción de Marciano y Mariângela Alves de
historia de una niña en un un intercambio sostenido en 1998 Lima; así como una entrevista al
momento particular de su vida, entre varios miembros de la profesor Jorge Grespan en torno a
justo cuando le hacen una gran Companhia do Latão y la la crisis del capitalismo, cierran el
confesión. Completan el tomo La Companhia Razões Inversas, con número.
nes y derivaciones, el libro consti- dramaturgo del siglo XX, con un
tuye un significativo aporte a la estudio que aborda sus principales
bibliografía en español sobre textos y el contexto en el que
Ibsen, visto desde acá, a la vez estos se inscriben.
que amplía el campo de reflexión Completan el número una reseña
teórica de la teatrología en la crítica de Percy Encinas a partir
América Latina. de la obra Ruido, de la dramaturga
Mariana Althaus, así como entre-
vistas a Martín Moscoso, al actor
argentino Diego Starosta y a Sara
Paredes y Raúl Cisneros, del
Jorge Dubatti (cordinador): Henrik Teatro Ayacucho.
Ibsen y las estructuras del drama
moderno, Ediciones Colihue,
Buenos Aires, 2006, 164 pp.

Homenaje a Ibsen, en su centena-


rio, desde la perspectiva de la poé-
tica comparada, este volumen
reúne análisis exhaustivos, a cargo Caja Negra, Facultad de Ciencias y
de un grupo de críticos e investi- Artes de la Comunicación, Caderno de Folias, n. 9, jul.-dic.
gadores argentinos, en torno cada Pontificia Universidad Católica de 2006, 63 pp.
una de las piezas del dramaturgo Perú, n. 2, dic. 2006, 51 pp.
noruego. Teniendo siempre en Editado por Reinaldo Maia y Marco
cuenta las conexiones existentes La revista universitaria realiza una Antonio Rodrigues, directores del
entre la obra y la experiencias de labor de divulgación del teatro grupo paulista Folias de Arte, el
la vida de este autor, el proyecto peruano así como de las activida- cuaderno está dedicado a las rela-
establece una periodización que des propias de la Facultad de ciones entre la música y el teatro.
secciona la producción que va Ciencias y Artes de la Comuni- Un texto de Dagoberto Feliz sobre
desde Catilina (1850) a Cuando cación, a la vez que estimula las dificultades de los actores a la
despertemos de entre los muertos “mediante la difusión tanto de hora de cantar, abre el número. El
(1899), en cuatro momentos, coin- teorías actuales como de artículos autor parte de su propia experien-
cidentes con los capítulos: “Bajo el testimoniales” la experimentación cia de vida y, conjuntamente con
signo del romanticismo”, teatral. algunas anécdotas, fija varios con-
“Consolidación y giro crítico de la Esta entrega recoge el trabajo de sejos entre los cuales incluye el
poética romántica”, “Perfección la investigadora teatral y docente entrenarse en la técnica del clown
de las estructuras del drama chilena, María de la Luz Hurtado: o en el teatro de máscara.
moderno”, y “Ampliación de la “Teatro político y teatro del cuerpo Pedro Paulo Bogossian, por su
poética del drama moderno: sim- en el teatro chileno del nuevo parte, aborda el tema de la direc-
bolismo y expresionismo”. siglo”, un repaso de la más recien- ción musical en el proceso teatral.
Completa el libro un capítulo dedi- te producción en ese país, donde Mientras, Zebba Dal Farra reflexio-
cado a las “Proyecciones de el testimonio íntimo de lo vivido, na sobre la música de las pala-
Ibsen”, fundamentalmente a las la ficcionalización de lo biográfico, bras, y las particularidades de la
irradiaciones hacia un músico así como la representación de la palabra dicha y cantada en la
como Edgard Greig y un drama- violencia y la cotidianidad urbana, escena, y Pedro Paulo Salles da
turgo como Bernard Shaw, autor permiten reconstruir y pensar el cuenta de la concepción especta-
de La quintaesencia del ibsenismo. panorama. cular, así como del trabajo drama-
Además se incluyen dos entrevis- El dramaturgo peruano Alfredo túrgico en el monólogo musical O
tas, donde los directores argenti- Bushby, estudia el fenómeno de la Monocordio de Pitágoras: una histo-
nos David Amitín y Andrés recepción a partir del análisis de ria de cordel.
Bazzalo, dan cuenta de sus respec- la reacción del público frente a También se incluye una entrevista
tivos trabajos en torno a El pato dos de sus obras, mientras que el a la actriz y cantante Cida Moreira
salvaje y a Un enemigo del pueblo. uruguayo Carlos Reyes analiza las en la que esta creadora da cuenta
Valioso por el tipo de análisis, que diversas tensiones de la política de su intensa labor vinculada a la
articula la obra del dramaturgo en cultural en su país, centrado en escena teatral, fundamentalmente
cada una de sus etapas, con sus puntos de vistas diversos en torno a la experiencia del Teatro do
diversas instancias de recepción a al funcionamiento de La Comedia Ornitorrinco y a espectáculos
nivel mundial y argentina, y por la Nacional. entre los que destacan Ópera do
profundidad en el estudio de la El actor y director Alberto Isolda, Malandro, de Chico Buarque, y
estructuras del drama moderno, rinde homenaje a Samuel Beckett, Summertime, en el cual interpretó
con sus antecedentes, concrecio- a quien considera el más grande a Janis Joplin.
Finalmente, Reinaldo Maia analiza dimensión social del teatro, sus
las relaciones entre teatro y mer- estrategias de subsistencia en
cado y las dinámicas de produc- medio del mundo actual, así como
ción diversas que presuponen la el papel del creador y del grupo
compañía y el grupo como estra- más allá de la propia obra.
tegias de organización teatral.

Rafael Vecchio: A utopía en ação. Michael Thompson: Performing


Ói Nóis Aquí Traveiz, Terreira da Spanishness, Intellect, Bristol,
Tribo Produçõés Artísticas, 2007, 2007, 224 pp. y otros.
158 pp.
Performing Spanihness uno de los teatro, son algunos de los temas
La producción artística de la Tribu más recientes libros publicados abordados.
de Atuadores Ói Nóis Aquí Traveiz, por Intellect, editorial británica El segundo presenta ensayos teóri-
colectivo teatral de importante tra- especializada en las arte plásticas, cos que, desde la práctica, enfo-
yectoria dentro del panorama de el diseño, el cine, el teatro, los can la relación directa del arte tea-
la escena brasileña, es abordada medios de comunicación y los tral con el medio social, ya sea
aquí a la luz de las líneas ideológi- estudios culturales. Este volumen desde la intervención o desde el
cas y teóricas de pensamiento que analiza la obra del dramaturgo desarrollo de procesos participati-
han irrigado su práctica, subrayan- español José María Rodríguez vos. Se describen experiencias en
do la dimensión social de esa obra Méndez. El estudio enfoca funda- Belfast, Copenhagen o Azerbaiján, 108
cuyo centro se relaciona con la mentalmente la forma en la cual ejemplo de un teatro profunda- 109
creación de Oficinas de Teatro en el autor construye en sus piezas la mente político y social que analiza
los barrios populares de Porto identidad española y los conse- el lugar de grupos como los lucha-
Alegre, lo cual ha contribuido a cuentes análisis sobre ella. Se ana- dores nacionalistas.
fomentar la organización de grupos lizan conceptos entre los que se En Theater and Consciousness el
culturales es esas comunidades. encuentran el machismo, la histo- autor estudia la relación entre con-
Vista a la luz de las reflexiones de ria y la censura bajo la dictadura ciencia y arte de la escena en
Carlos Marx, Antonio Gramsci, de Franco, así como muy diversos diversos campos: inspiración, pro-
Paulo Freire y István Mészáros, la procesos de identidad cultural. ceso creativo, dramaturgia, actua-
labor de estos creadores, que el Entre lo último sobre la escena ción, recepción, para lo cual se
autor llama “intelectuales orgáni- publicado por esta editorial se acerca a las poéticas de Artaud,
cos”, recupera el valor de la utopía encuentran también: The Mnouchkine, Grotowski, Barba y
dentro de la sociedad contempo- Potentials of Spaces (2006), de Shakesperare. Analiza también el
ránea y genera acciones concretas Allison Oddey y Christine White; teatro indio como una de las fuen-
que impulsan y estimulan la parti- Radical Initiatives in Interventionist tes fundamentales para los direc-
cipación popular. La militancia & Community Drama (2005), de tores occidentales en el desarrollo
política y la autogestión, como Peter Billingham; Theater and del espacio mental del actor.
ejercicio colectivo y de acción Consciousness (2005), de Daniel Artículos de varios autores acerca
autónoma, aparecen aquí en tanto Meyer-Dinkgräfe y Theatre in de la aplicación de estrategias tea-
vías de construcción y diálogo per- Prision (2004) de Michael Balfour. trales en centros de reclusión de
manente del cambio que hace El primero de ellos es un conjun- diversas partes del mundo inte-
falta protagonizar. to de ensayos sobre la relación gran el volumen Theatre in Prision,
El volumen, que sirvió a su autor entre escenografía y actuación. que incluye algunos textos de los
para obtener el grado de Máster El momento de partida de la cre- propios reclusos. La perspectiva es
en el Programa de Posgrado en ación escénica y las relaciones no sólo geográfica, se estudia tam-
Administración de la Universidad que se producen entre la concep- bién la vinculación con determina-
de Rio Grande du Sul, mira a la ción escenográfica y el resto de dos grupos como los condenados
escena desde el enfoque que brin- las zonas del espectáculo, la rela- por ataques sexuales, las mujeres
dan las teorías organizacionales, a ción entre la actividad humana y o los adictos.
la vez que nos permite repensar la los medios tecnológicos en el
PUERTO RICO ta y seducción incluidos. Nos refe- Zeno Gandía hubiera decidido
Zeno Gandía en escena rimos a El demonio son los celos seguir escribiendo teatro. La pre-
ENTREACTOS

(1873) que junto a Entre diez y gunta fascina, si vemos a Zeno


Del suplemento cultural En Rojo, doce (1876), y Federico Trenk Gandía como un máximo expo-
del semanario Claridad, glosamos (1870-1876) conforman la obra nente de la esencia del hombre
una reseña de Marioantonio Rosa dramática inédita de Manuel Zeno frente a su entorno; la naturaleza,
que da cuenta de un hallazgo del Gandía publicada este año por la la vida, la política, y sobre todo la
teatro boricua: Editorial Tiempo Nuevo, de José condición humana en sus vuelcos
“Verdad o fantasía, duda o descu- Luis Figueroa y Marvia López, en inesperados, perseguidos siempre
brimiento, Elena aparece en la colaboración con la Universidad por un desenlace y un camino.”
escena de una sala colonial arrasa- Central de Bayamón. Las piezas de Gandía han alcanza-
da por los celos. Huelen a celos el Esta publicación revela una faceta do la escena dirigidas por Dean
diván, las perchas, los candela- del novelista puertorriqueño naci- Zayas y producción de Teatro Uno.
bros, el escritorio de cedro adusto do en Arecibo en el año 1855.
y bien vestido para los secretos. Conocemos a Zeno Gandía
Elena vive convencida de la exis- mediante sus novelas La charca
tencia de un celaje femenino (1894), Garduña (1896), El negocio
ajeno y dramático que no tiene (1922) y la menos conocida
acento matrimonial. Elena, desde Redentores que sale en ediciones
su mente ha descubierto con sabatinas del desaparecido perió-
silencio, una amante voraz despi- dico El Imparcial del 7 de febrero
diendo el tedio de su marido. Las de 1925 al 31 de octubre de ese
amarguras respiran su monólogo, mismo año.
la sospecha ríe como una loca […]
desde los ojos de Elena hasta el “En su libro Historia de la literatu-
último paralelo de la casa. Busca, ra puertorriqueña (1955) el desta-
husmea, acecha en los papeles cado estudioso y profesor
hace mucho tiempo quietos. Francisco Manrique Cabrera recibe
Hurgar, es delito permitido si el tres textos teatrales mediante CUBA-CHILE-PARAGUAY-MÉXICO
marido que forma la presencia en acuerdo con los familiares herede- Despedidas
su alma de mujer, vive en otros ros de Gandía. En realidad deberí-
labios, otro café y otro perfume. an ser cuatro ya que el texto per- El 26 de enero falleció en La
Llega al balcón temblorosa como dido La daga de dos filos no llega a Habana la bailarina cubana
una diosa usada por el dolor y manos de Manrique por encon- Josefina Méndez, Premio Nacional
disecada. Con la mirada de trarse perdido. de Danza. Calificada por Arnold
muchos cuchillos pensados para la “Luego de hacer una profunda lec- Haskell –junto a Loipa Araújo,
sangre, Elena rastrea el perímetro tura Manrique Cabrera pone en Aurora Bosch y la también falleci-
del amor oscuro pero la sospecho- perspectiva los trabajos de Zeno da Mirta Plá– Joya del Ballet
sa de la piel en gozo no da seña- Gandía y establece este ejercicio Nacional de Cuba.
les de cercanía, ¿tendrá otra? La de creación como la búsqueda de Discípula de Alicia y Fernando
respuesta tiene largas pisadas de una identidad que más adelante Alonso, debutó en 1955 como uno
ira. en el tiempo desembocaría en el de los “napolitanos” en El lago de
Nicolás, su esposo, también transi- renombrado novelista que es aún los cisnes, junto a la prima balleri-
ta el estrecho dudoso en el territo- en nuestro siglo XXI. na absoluta Alicia Alonso y a Igor
rio del maridaje. Bajo los mismos […] Youskevitch. Obtuvo medallas de
destellos y sinsabores, sospecha “En la segunda obra Entre diez y bronce y plata en Varna y el
de Elena casi convencido, casi doce se intercala el relato de un Premio Estrella de Oro, en París
fracturado en su clima de amor naufragio, la promesa de amor, la en 1970. Además de notable intér-
abandonado. Tiene otro, piensa, pasión, la ironía, y la causa noble prete fue maestra y guía de jóve-
repito, piensa y duda sin ser carte- del sacrificio de amor junto a una nes figuras en Giselle o el Grand
siano. Busca consenso con su cria- graciosa mesa para tres. Ya en pas de quatre.
do y el portero, pregunta, reviste Federico Trenk Zeno Gandía entra Conjunto glosa la semblanza del
la pregunta, desnuda la pregunta y en la tragedia, el ensueño de la crítico y dramaturgo Norge
la paladea con amargura. Prusia lejana y esplendorosa de Espinosa Mendoza, aparecida en
Definitivo. Está enamorada de 1744. Esta obra queda inconclusa Entretelones:
otro. Punto. por el novelista, quedando plas- ”La recordaré auroleada por su
“Y para no decirlo todo, entre la mado solamente un primer acto. propia elegancia, y por la tarde
esposa, el esposo, el criado y el Nunca volvió a retomar la drama- que compartimos junto al Teatro
portero, enredan y enredan esa turgia. de las Estaciones, en una tertulia
ligera fatiga del amor y la duda, “Quizá, como señala José Luis en la que escuchamos sus propias
dando pie a una exquisita pieza Figueroa, es meritorio plantearse experiencias al encarnar a Cecilia
teatral, con epistolario de conquis- qué hubiera sucedido si Manuel Valdés, mientras rendíamos home-
naje a todos los artistas cubanos nes empezó a trabajar dejando de lengua y la cultura populares, y, a
que se han acercado al mito crea- lado su profesión de arquitecto. la vez, era el cubano que saborea-
do por Villaverde. Ahora es ella Inició entonces una prolífica labor ba a su pueblo y se metía en él.
misma un mito que baila. Que como dramaturgo y escenógrafo y (...) aquel hombre bajito, feliz,
bailará por encima de la muerte se convirtió en director de Ictus, observador y preguntón, sin pro-
en nuestra memoria de sus pala- hasta su traslado a España en ponérselo desde luego, me enseñó
bras y sus gestos. Cisne, Ave, 1964, donde permaneció por mucho sobre la condición del
Aparición, Encantamiento. Como treinta años. En 1993 recibió el cubano (…) Desde aquí, pues,
una litografía que cobra vida, cada Premio Nacional de Artes de la desde su Cuba querida, el recuer-
vez que se abran las cortinas del Comunicación y Audiovisuales. En do agradecido y el homenaje debi-
Gran Teatro de La Habana, de tan- 1994 retornó a Chile. do a José Juan Arrom, cubano
tos otros teatros donde ella bailó, De sí mismo, Díaz dijo alguna vez: entero.”
en tantos países y continentes, la “No vengo del lenguaje. No soy un Juan José Gurrola (1935), califica-
música se escuchará solo para ella.” escritor, sin un grupo detrás no do como “irreverente renovador
El 8 de febrero perdimos al dra- puedo escribir ni una línea. Soy del teatro mexicano”, expiró el
maturgo y director cubano Ignacio un arquitecto que ve las palabras 1ro. de junio en su Ciudad de
Gutiérrez. Graduado de actuación en el espacio”. México a consecuencia de una
en la Academia Municipal de La El destacado profesor e investiga- afección hepática. Exploró por
Habana y de dirección teatral en dor cubano José Juan Arrom, falle- igual la escritura, la actuación, la
Checoslovaquia, fue autor de tex- ció en abril a los noventisiete años dirección de escena, la escenogra-
tos como Llévame a la pelota, Ana, de edad. Profesor de Mérito de la fía, la traducción, la dirección
La historia del soldado desconocido Universidad de Yale, donde trabajó cinematográfica y la docencia tea-
de Nueva York, entre otros, y un durante muchos años, Arrom fue tral. Sin embargo, su característica
trabajador incansable como asesor un excepcional estudioso del tea- esencial fue ser pilar del teatro
teatral y maestro. Profesor Titular tro en nuestra América. Sus textos universitario en México y, como lo
Adjunto de dirección y actuación Voltaire y la literatura dramática caracterizaran sus colegas, uno de
del Instituto Superior de Arte cubana (1943), Historia de la litera- los hombres más dotados de la
(ISA). Publicó varios libros de dra- tura dramática cubana (1944), escena mexicana.
maturgia y treinta de sus obras Documentos relativos al teatro colo- Sus dos últimos proyectos más
fueron estrenadas por distintos nial en Venezuela (1946), Teatro de significativos, realizados en la
colectivos. José Antonio Ramos (1947), El tea- UNAM en 2005, fueron la exitosa 110
Fue presidente del Centro Cubano tro de Hispanoamérica en la época puesta en escena La tragedia de 111
del Instituto Internacional de colonial (1956) Historia del teatro Hamlet, príncipe de Dinamarca,
Teatro (ITI), miembro del Consejo hispanoamericano, época colonial con dos largas temporadas en el
Asesor del Teatro Nacional de (1967), Primeras manifestaciones Teatro Arquitecto Carlos Lazo de la
Cuba, y vicepresidente de la dramáticas de Cuba, 1512-1776 Facultad de Arquitectura, donde
Sección de Directores Artísticos de (1968), constituyen un valioso Gurrola cursara estudios, y la edi-
la Unión de Escritores y Artistas aporte a la bibliografía teatral lati- ción, a cargo de la Dirección
de Cuba (UNEAC). En 1976 formó noamericana. A continuación, General de Publicaciones y
parte del jurado del Premio Casa reproducimos un fragmento del Fomento Editorial, de su versión
de las Américas. texto de Pedro Pablo Rodríguez en español de la misma obra de
En la madrugada del 13 de marzo, aparecido el 25 de julio en Shakespeare.
el dramaturgo chileno Jorge Díaz, Cubarte. Fue catalogado como un hombre
falleció a los setentisiete años en “Le conocí en La Habana durante de espíritu renacentista, pionero,
su hogar de la comuna de una breve visita en medio de la renovador y transgresor del teatro,
Providencia. Autor de El cepillo de vorágine revolucionaria. Quedé con aliento para sacudir otros
dientes y Variaciones para muertos impresionado por la vitalidad inte- campos.
en percusión –la obra que abriera lectual y la sencillez humana de La actriz, directora y dramaturga
los libretos de Conjunto en el aquel hombre de baja estatura y paraguaya Edda de los Ríos falle-
número 1 de 1964–, entre sus sonrisa simpática, que olía con ció en Asunción el 11 de junio,
casi cien textos se encuentran El finura el mar de la costa y la víctima de una enfermedad en la
velero en la botella, El locutorio, yerba de nuestra tierra, que iden- sangre. Nacida el 2 de febrero de
Liturgia para cornudos, La otra ori- tificaba plantas y pájaros, que dis- 1942, hija de destacados artistas,
lla, El jaguar azul, El compadre y frutaba el habla popular y los cursó estudios teatrales en
Contra el ángel y la noche –apareci- cambios de los giros idiomáticos Asunción, Buenos Aires,
do en Conjunto n. 97-98, de 1994. respecto a su juventud, y cuyo Montevideo y Madrid.
Hijo de los años 60, combinó un acento al hablar era el del cubano Protagonizó más de sesenta obras,
teatro heredero del absurdo con el reyoyo. Me demostró Arrom una que la consagraron como primera
acento en lo político y social que singular capacidad para apreciar y actriz del teatro nacional. Dirigió
contaba con humor. gozar los detalles de la cubanía en con gran éxito su pieza Kuña
En 1959 conoció a algunos inte- la naturaleza y en las gentes. Era Rekove, que representó a Paraguay
grantes del grupo Ictus, con quie- el siempre atento estudioso de la en festivales como el de Santa
Cruz de la Sierra, en Bolivia. ció artísticamente en la radio en escritor Julio Ramón Ribeyro y el
Recientemente fue directora escé- los años 50, y posteriormente ensayista, periodista y poeta
nica de la única Compañía de pasó a la televisión. Formó parte Sebastián Salazar Bondy. El mon-
Ópera del país, que ayudó a for- del Conjunto Dramático Nacional taje cuenta con varias figuras del
mar y a darle un rumbo seguro y y dirigió y actuó en numerosos teatro, el cine y la televisión
profesional. Edda fue también una montajes de los grupos Teatro del peruanos como Analí Cabrera,
estudiosa de la historia del teatro, Tercer Mundo y Teatro Político Paco Varela, Carmen Navarra y
escribió valiosos artículos y ensa- Bertolt Brecht, del que fuera fun- Gustavo Mayer, entre otros. Como
yos en revistas especializadas dador y figura imprescindible en pedagogo, Rodríguez realiza un
internacionales, presentó ponen- puestas como El Carillón del Taller sobre el Sistema de
cias en eventos académicos y Kremlin, de Nikolai Pogodin, La Stanislavski para los profesores de
publicó el libro Dos caras del teatro panadería, de Brecht, y Andoba, de la ENSAD.
paraguayo, con prólogo del investi- Abrahan Rodríguez. También el Taller de Teatro estre-
gador Ricard Salvat. Integró el Participó en seriales televisivos nó en el Teatro de la Universidad
jurado del Premio Casa de las como En silencio ha tenido que ser Nacional de Ingeniería, Ubu Rey,
Américas en 2001. y Julito el pescador, cuyo rol prota- en homenaje a los cien años del
Edda fue miembro del Partido gónico le ganó enorme populari- autor y maestro Atahualpa Del
Liberal Radical Auténtico, clandes- dad. En el cine actuó en filmes Cioppo, quien estrenara esta obra
tino y perseguido por la dictadura. como Realengo 18, Memorias del en ese sitio hace cuarenta años.
Luego de la apertura política, fue subdesarrollo, El brigadista, Río
electa concejala por el PLRA en la Negro, Aquella larga noche, Polvo
Junta Municipal de Asunción en el rojo, Jíbaro, El corazón sobre la tie-
periodo 1991-1996, y presidió la rra, Baraguá y Bajo presión. Fue
Comisión de Cultura. Al morir for- jurado del Premio Casa en 1972.
maba parte del Directorio del
PLRA. URUGUAY-PERÚ
El 19 de junio, a los noventitrés Gira el Taller de Teatro
años de edad, murió la actriz
cubana Margot de Armas, destaca- El Taller de Teatro de Paysandú
da intérprete de teatro, radio, cine giró por Chile y Perú con la obra
y televisión. Morocho y argentino, del autor
Por muchos años miembro de la argentino Alberto Drago.
Compañía Teatral Rita Montaner, La pieza fue presentada en el
formó parte de los elencos de las Teatro Municipal Lord Cochrane
puestas Basta Arturo, de Rolando en ocasión del V Festival
Ferrer; Doña Rosita la soltera, de Internacional de Teatro de Valdivia VENEZUELA
García Lorca y Un asesino para (Chile), y fue presentada en Lima Teatrela revitaliza los clásicos
Carlota, de Miguel Miura, todas en la Escuela Nacional Superior de en el Ateneo
bajo la dirección de Miguel Arte Dramático (ENSAD), en el
Montesco; Historia de amor en Teatro de Universidad Nacional de Teatro renacentista y música
Irkustk, de Alexi Arbúzov; La casa Ingeniería y en el Penal Luis popular se conjugan en escena
del marinero, de Ignacio Gutiérrez, Castro Castro, en el marco de para descifrar el mundo medite-
ambas en puestas de María Elena unas jornadas organizadas por la rráneo y la diversidad cultural de
Ortega; Aquí en el barrio, de Carlos ENSAD e Institutos Penales del la obra de Gil Vicente. El Teatro de
Torrens, llevada a escena por Perú, en homenaje al Día Repertorio Latinoamericano, TEA-
Fernando Quiñones, y en La queri- Internacional de la Mujer, en el TRELA, restrena su exitoso monta-
da de Enramada, de Gerardo Teatro del Colegio Bertolt Brecht y je Gitanas, Celestinas y hechiceras
Fulleda León, puesta en escena en el de la Municipalidad de San bajo la dirección de Costa
por la uruguaya Sara Larocca. Isidro. El tema central del monólo- Palamides, el cual se programó del
Su última presentación ante el go es la violencia doméstica, 22 de marzo al 15 de abril de
público fue en el restreno de Una como un alegato contra este flage- 2007 en la Sala Horacio Peterson
casa colonial, obra que le ganó lo que viven nuestras sociedades. del Ateneo de Caracas, con auspi-
mucho éxito y en la que compar- La protagonista Zully García, así cio del Instituto de las Artes
tiera la escena con María de los como la obra y la realización escé- Escénicas y Musicales del
Ángeles Santana, bajo la dirección nica han recibido muchos elogios. Ministerio de la Cultura.
del autor, Nicolás Dorr, de quien El director del Taller de Teatro, Gil Vicente, dramaturgo, músico y
fuera cercana colaboradora. Raúl Rodríguez, trabaja como autor portugués nacido en 1465,
El popular actor y director cubano director teatral en la puesta en creó piezas gestadas tanto en el
René de la Cruz, Premio Nacional escena de Julio Ramón y C, del teatro portugués como en el caste-
de Teatro 2007, falleció en La autor peruano contemporáneo llano. Prelopista excelso y, según
Habana el 26 de junio. Gastón Herrera. Homenaje a dos Dámaso Alonso, el dramaturgo
Nacido en 1931, De la Cruz se ini- grandes intelectuales peruanos: el más importante del renacimiento
ibérico, Gil Vicente cultiva las dos El canto popular es hilo conductor ambiente del V Festival
lenguas con soltura y cáustico de estas obras. En parte, esta deci- Internacional de Teatro de Santo
humor. De sus cuarenticuatro sión del director corresponde a Domingo (2006) por solamente
obras encontradas, quince están que el propio autor también fue cuatro días y presencié en ese
escritas en portugués, once en músico y uno de los grandes tiempo alrededor de diez obras y
castellano y dieciocho en una letristas del cancionero de su “performas” –una cantidad insufi-
mezcla de ambos que el propio época, de allí que sus piezas tea- ciente para llegar a conclusiones
escritor denominó “algarabía luso- trales estén acompañadas por aún efímeras. Pero sí puedo ser
hispana”. diversas cantigas, predecesoras testigo de la amplitud impresio-
A partir de una edición antológica del fado y la copla. nante de la oferta de este Festival
realizada en 1562, su producción Este trabajo creativo continúa una y el gran interés tanto de las agen-
se divide en cuatro grandes gru- indagación teatral sobre el autor cias de gobierno al auspiciar el
pos: autos de devoción, comedias, portugués encomendada por el evento como de los públicos
tragicomedias y farsas. Para la Festival del Siglo de Oro de El dominicanos dispuestos a estar en
representación de Gitanas, Paso denominada Viva Gil Vicente largas filas y, a veces, pasar por
Celestinas y hechiceras se escogie- con la cual giraron a los Estados otros estragos inevitables dentro
ron: Auto de las gitanas, fragmento Unidos y México. La pieza fue de un festival que ofrece entrada
del Auto de la Sibila Casandra, la enriquecida con la inclusión de La gratis a cada función para ver
Comedia del Viudo y La Farsa de farsa de Inés Pereira. La pieza fue buen teatro. En mi país, Puerto
Inés Pereira, esta última pieza tra- una de las representantes de Rico, los públicos, quizás sí, pero
ducida del portugués al castellano Venezuela en el último Festival el gobierno probablemente no,
por Isabel de Los Ríos y Luís Internacional de Teatro de apoyaría un evento artístico inter-
Carlos Neves. Caracas. Cuenta con actuaciones nacional de tal envergadura con el
Gitanas, Celestinas y hechiceras de Marisol Matheus, Nirma Prieto, mismo sentido de compromiso y
pretende mostrar una visión del Norma Monasterios, José la misma inversión de energía
mundo ibérico de Gil Vicente, con- Francisco Silva, Jossué Gil, Juan humana que se nota aquí durante
jugación árabe, judía, gitana y cris- Carlos Azuaje y Costa Palamides, este Festival. Parece que el teatro
tiana donde existen personajes todos actores de la agrupación. La como arte y como actividad social
populares, que pertenecen a dife- pieza fue galardonada en el 2004 todavía guarda una importancia
rentes jerarquías sociales. El dra- con el premio CELCIT a la mejor para los dominicanos que ya se ha
maturgo indaga en el humanismo producción del año. perdido hace varias décadas para 112
a través de rebeldes, pícaros, mili- El diseño de vestuario es de la gran mayoría de los puertorri- 113
tares, casamenteros, pastores, Raquel Ríos, el diseño de esceno- queños y sus instituciones oficia-
parias, campesinos, curas y prínci- grafía de Valentina Herz, la pintura les.
pes. Coloca por primera vez en el escénica de Jesús Barrios, el dise- Eso dicho, me parece importante
teatro a una celestina procaz y ño de iluminación de Víctor comentar sobre varias de las
jocosa, esboza con visión crítica la Villavicencio, el movimiento core- obras que pude ver. Mi selección
lucha de la mujer por liberarse de ográfico de Miguel Issa, la recopi- ha sido mas bien lo que antes lla-
las ataduras de la sociedad patriar- lación musical del grupo Aedos, y maríamos “experimental” pero
cal. Conocido mundialmente por la dirección general de Costa ahora cae mas cómodamente den-
su trilogía de Las barcas, Gil Palamides. tro de otra terminología:
Vicente fue llevado antes a las Performance, instalación, actos
tablas venezolanas por Hugo REPÚBLICA DOMINICANA-PUERTO RICO unipersonales, etc., todos ya parte
Márquez con el grupo Tiempo V Festival Internacional de Teatro de de la normalidad teatral contem-
Común y la Compañía Nacional Santo Domingo 2006 poránea. Por eso, las diferencias
de Teatro. Lowell Fiet entre una cuentera tradicional que
Más allá de una réplica iconográfi- elabora para un público infantil las
ca del mundo del siglo XVI, TEA- Este es un informe sobre el V historias imaginarias que supues-
TRELA reinterpreta contenidos y Festival Internacional de Teatro tamente escuchó hace décadas
escenarios de una época para Santo Domingo 2006, que se cele- mientras caminaba con su abuelo,
develar el entorno humano de uno bró del 9 al 19 de noviembre y los gestos e instalaciones inter-
de los dramaturgos más represen- pasados. Aunque los lectores de cambiables de cinco siglos, cinco
tativos del teatro portugués y pre- Claridad no han tenido acceso a actores, cinco salitas y cinco ante-
cursor del teatro castellano. La estas obras, me parece que hay un salas (un tipo de “rayuela” teatral)
relación de esta representación interés puertorriqueño en algunos no son tantas como habíamos
con la actualidad está en la crítica de los pormenores de un tipo de pensado hace veinte años. Por un
a la sociedad de su tiempo que, festival de teatro que ya por años lado, me refiero a Como me lo con-
trasladada a nuestros días se tra- no existe aquí.) taron te lo cuento, de la cubana
duce en carrera por el dinero, No es aconsejable ni saludable juz- Mayra Navarro (NarrArte, lugar:
intolerancia social, machismo, gar un festival de teatro a base de Teatro Las Máscaras) y, por otro, a
hipocresía clerical y liberación una selección limitada de sus La procesión va por dentro, proyec-
femenina. obras. Estuve presente dentro del to de performance de José
Domingo Garzón y el colectivo de traje negro, confiesa su conflic- que no permite que jueguen con
colombiano Proyecto Pirámide to sexual, su rechazo a su esposo los espacios ni que entren en true-
(lugar: Casa Familia Aybar junto al y su deseo por el cura, su propio que con los personajes y sus alre-
Alcazar de Colón). cuñado, un deseo truncado en el dedores. Esta seriedad fingida
Dejo el arte de contar sobre la acto del cura de parcialmente des- –por todas sus buenas intenciones
cazuelita abundante, el perro vestirla y luego abandonar la esce- de cambiar nuestras percepciones
Saberio, Panchita la chiva loca y el na; (5) antesala del siglo XIX, teli- de la mujer como sujeto colonial-
elefante amable a otros comenta- tas blancas manchadas de rojo, histórico expropiado y explotado–
ristas para precisar mis intereses lavadas y tendidas para secar; hace el performance más pedante
en el trabajo del Proyecto entramos en la sala del lado que iluminador, más una expe-
Pirámide. La procesión va por den- donde Verónica de las Casas, pri- riencia sufrida en vez de explora-
tro es un proyecto de grandes mera actriz y ahora prostituta, ción “desde dentro”, más un ejer-
dimensiones y pretensiones y pro- cuenta su decadencia entre baúles cicio que propone instrucción en
bablemente representa una expe- de viaje y una cama de rosas. vez de una experiencia lúdica,
riencia teatral diferente, si no Entra un hombre con una copa en estética y, por eso, educativa.
extraña, para la mayoría de los la mano para mirarla, y ella añade Las dos piezas de danza de la
espectadores locales. El público en un polvo blanco a su copa para canadiense Marie Josée Chartier
cada función se divide en cinco después tomar el vino y desvane- (lugar: Sala Cristóbal de Llerena,
grupos, cada grupo ve la secuen- cerse entre rosas; (6) salida a la Casa de Teatro) requieren un
cia de los actos de cinco persona- calle, al aire fresco de la noche, al comentario especial porque me
jes femeninos en cinco salitas dis- poder respirar, sólo para entrar de parece que pocos miembros del
tintas, cada una con su instalación nuevo en el patio de la Casa público entendieron o apreciaron
plástica, en un orden diferente. Familia Aybar para visitar otra vez bien este trabajo –algo extraño,
Además, cambia los detalles de la la sala de Ana: ella ya trabaja abstracto, demasiado conceptual
acción en cada salita frente a cada metódica y repetidamente con tal vez. Tampoco puedo reclamar
nuevo grupo: cinco actores, cinco una licuadora confeccionando una un entendimiento privilegiado. Sin
versiones diferentes (que también bebida de frutas y el vídeo se repi- embargo, me parece que la forma
cambian con cada función) y un te una y otra vez. Ya terminamos. precisa, disciplinada y cincelada
público que nunca ve la misma ¿Por qué recontar esta historia de de sus movimientos, el control
secuencia ni la misma versión de cinco mujeres latinoamericanas que su cuerpo ejerció sobre el
los acontecimientos. oprimidas de formas diferentes espacio y los objetos, y el compro-
Mi grupo vio lo siguiente. (1) ante- dentro de contextos diferentes? Es miso absoluto detrás de la entrega
sala del siglo XX; se entra en la un proyecto de grandes pretensio- física y emocional a la acción dan-
sala de Ana, ama de casa (“Soy nes tanto estéticas como temáti- zada, son suficientes como ele-
Ana. Tengo cinco hijos. Es todo lo cas; un proyecto de dramaturgia y mentos para forjar un enlace esté-
que tengo”), llena de calendarios de escritura escénica (con los acto- tico, si no temático, con el públi-
con cada fecha marcada, muchos res) que ha ganado un premio co. La segunda pieza Bajo nues-
relojes en horas distintas, juguetes, nacional en Colombia; pero tam- tros ojos ofrece más base táctil y
vídeos que se repiten, el aburri- bién es un proyecto que no nece- cotidiana para poder captar sus
miento, un marido que entra sólo sariamente viaja bien, por lo códigos dentro del contexto social
para salir a la calle casi inmediata- menos, no sin mostrar sus grietas de lo que vemos, experimentamos
mente, la espera y la desespera- y costuras como un espectáculo y justificamos –“bajo nuestros
ción; (2) antesala del siglo XVI; se que sólo tantea situaciones arries- ojos”– pero que no tenemos
encuentra Francisca, india y crio- gadas de género y de redefinicio- herramientas ni mecanismo para
lla, hija de Francisco Gómez, en el nes del papel histórico de la influenciar o cambiar. El trabajo es
1580 en Santa Fe, madre de un mujer, y con formas no convencio- conceptual, hecho dentro de un
hijo natural. Ella come una man- nales de representar estas mismas idioma corporal que no refleja la
zana de la punta de la espada de condiciones. Existe “dentro” de fluidez y los ritmos de la danza
un cura mientras una monjita esta procesión un titubeo –un esti- caribeña, pero muestra un sentido
española reza y observa la tortura lo de miedo– de no querer ofen- de convicción y compromiso y
(alambre de púa y crucifijo) de la der demasiado, de no romper una honestidad artística que no
mujer rebelde semidesnuda; (3) fronteras para hacer al publico pide más ni menos del público
antesala del siglo XVII, altares y interactivo dentro de los espacios que su intento genuino de inda-
velas; por dentro una fantasma y tratarlos como colaboradores y garlo.
nos habla de su casa, su pasado, no pupilos, de mostrar escenas Otro acto unipersonal giró en
su cama, mientras entran dos demasiado estereotipadas y prede- dirección casi contraria –de la abs-
otros espectros y el calor de la cibles y de depender de actuacio- tracción estética a la realidad polí-
sala va asando y mareando al nes sobredeterminadas y fijadas tica-social. Me refiero al actor
público; (4) antesala del siglo por convenciones teatrales tradi- Teófilo Torres y su monólogo A
XVIII, crucifijos y ropa interior cionales. mis amigos de la locura, texto ori-
femenina o camisas de dormir; en En el proceso, el ánimo del públi- ginal del siquiatra puertorriqueño
la sala interior Magdalena, vestida co se cansa al seguir este camino Ernesto Ruiz Ortiz. Torres ha ido
desarrollando esta conversación Como A mis amigos de la locura,
del paciente Carlos Umpierre este trabajo de Yuyachkani tam-
(puertorriqueño, veterano del ejér- bién funciona a base de una
cito estadounidense y la guerra de actuación doblada por un solo
Vietnam –aunque ya pudiera ser actor. Sin embargo, en vez de una
la guerra del Golfo o de Afganistán personalidad dividida o esquizoi-
e Iraq– y paciente en la sala de de, este caso se trata de la unión
espera de su siquiatra) con el de dos personajes: por un lado, el
público presente –tal vez también travieso Capaq Q’olla de la cele-
somos pacientes ¿metafóricos? en bración andina de la Virgen del
espera de una sesión y las Carmen y, por otro, un campesino
“pepas” recetadas. acusado de ser terrorista –aunque
Sin duda, Carlos es un loco, un los que lo acusan también saben
medio esquizofrénico, un alma que no lo es–, torturado, su cuer-
perdida de las luchas globales, un po parcialmente desmembrado y
ser disfuncional que vive tanto en así enterrado. El espíritu del hom-
los márgenes como en los centros bre entra al Q’olla cuando este
coloniales, poscoloniales y metro- último intenta ponerse los zapatos
politanos del subconsciente colec- del muerto dejados encima de la
tivo de los Estados Unidos pero tumba. Alternando voz y acción,
también del resto de Occidente. el proceso de la obra lleva la
BRASIL
Su protesta en contra de la norma- acción desde Ayacucho hacia Lima
Decálogo para el teatro brasileño
lidad –y por eso la actitud de donde se supone que han llevado
Reinaldo Maia
superioridad– de su siquiatra los huesos restantes del cuerpo. Al
estructura la acción mientras va poner el resto de la ropa estirada
En la edición de O Estado de São
convirtiéndose en un discurso en la tumba, el Q’olla –ya sin su
Paulo, del 14 de marzo de 2007,
emblemático, con el poder pater- vestimenta tradicional y folklóri-
en un informe publicitario –“El
nalista, opresor pero también, a ca– reconstituye y da nueva vida
teatro que vemos por aquí”– de la
veces, benefactor opuesto a la al hombre antes torturado y asesi-
Red Globo, Domingos de Oliveira,
imagen del sujeto colonial sumiso, nado. Esto pasa a ritmos de la
actor, escritor y director teatral, 114
endrogado, sonámbulo y resenti- música indígena andina tocada en
escribió un decálogo sobre lo que
do. vivo en escena por un sólo músi-
sería necesario para que el teatro 115
La fuerza y la energía física del co. Además, el personaje del
brasileño alcanzase su “excelen-
actor nos da una doble percepción Q’olla habla español pero también
cia”. El decálogo habla sobre: 1. el
del loco Carlos. El personaje repite habla lo que imagino es quechua
teatro en la escuela; 2. formación
que es loco pero no bruto, y la –otro punto fundacional del revivi-
de grupos locales independientes;
actuación nos provee específica- do criollo andino, peruano, latino-
3. apoyo a los artistas aglutinado-
mente esa locura inteligente, esa americano.
res; 4. apoyo a la creación de la
visión más allá de la normalidad y Tener un festival de teatro que
dramaturgia brasileña; 5. el abara-
el comportamiento aceptable, para puede ofrecer (y menciono sola-
tamiento del costo de producción;
mostrar la hipocresía tanto médica mente ejemplos) grupos como
6. el abaratamiento de la taquilla;
como política del encerramiento Yuyachkani (Perú), Matacandelas
7. patrocinio al artista; 8. creación
individual y colectivo dentro del (Colombia), Proyecto Pirámide
de incentivos; 9. creación del cir-
complejo de inferioridad y resenti- (Colombia) y Teatro Circular de
cuito nacional de teatro; 10. cam-
miento colonial. Montevideo (Uruguay), performe-
pañas de divulgación de la impor-
Finalmente, quiero añadir un ros como Denise Stoklos (Brasil),
tancia social del teatro.
comentario de aprecio al colectivo Claudio Mir (República
No voy a comentar punto por
Yuyachkani, de Lima, por su mon- Dominicana), Teófilo Torres
punto. Espero que la curiosidad
taje de Adiós Ayacucho. Primero, (Puerto Rico) y Marie Josée
movilice a los lectores a procurar
aunque he visto varias otras obras Chartier (Canadá) y un igual
la edición del miércoles último
del grupo durante los últimos número de montajes dominicanos
(14/03) y leer íntegro el informe.
quince años, esta ha sido mi pri- notables, representa un privilegio
Voy a comentar algunas afirmacio-
mera oportunidad de presenciar que está en peligro de extinción.
nes de Domingos Oliveira que
este montaje bastante fundacional Esperamos que haya muchos
consideré interesante y “paradóji-
de su manera de corporeizar tanto otros festivales internacionales en
cas”.
la historia cultural peruana como Santo Domingo. (Tomado del
“El teatro es el retrato del país, su
la tajante opresión político-mili- suplemento cultural En Rojo)
tribuna. La reflexión de la socie-
tar de la modernidad latinoame-
dad, su espejo, el último reducto
ricana.
de la inteligencia libre y de la
consciencia crítica”. Cómo me
gustaría que esa frase fuese, de
hecho, el retrato del teatro brasile- los diferentes países. En Brasil, si el año escuchamos la vieja mon-
ño. Entre tanto, tenemos que ser recordamos el gran avance del serga de que el gobierno va a con-
críticos y ver que, en su gran arte teatral en las décadas de los donar la deuda de los trabajadores
mayoría, las producciones no 50 y los 60, constatamos que se de las fábricas y/o va a conceder
pasan ni cerca de lo que arriba dio por cuenta de los grupos de un subsidio, como el de este año
aparece como verdad. Y lo digo teatro. En la actualidad el teatro de R$ 40 billones, si no me falla la
no contra el teatro, sino para que paulista ha avanzado estética y memoria. Y la sociedad lo encon-
podamos distinguir lo que asumi- políticamente gracias al teatro de tró todo normal. Los empresarios
mos como “ideal” y lo que es grupos. Pero el aparato de Estado, de teatro más todavía, porque se
nuestra realidad. Hay un teatro esto es, la burocracia y los políti- quedaron creyendo que un día
crítico que refleja la realidad y la cos, que deberían legislar, tam- podrán, como empresarios,
sociedad, con inteligencia y cons- bién, en el área cultural, continú- mamar en esa teta. Lo peor es
ciencia crítica. Pero en su mayo- an sometidos al lobby burro de que la gente que hace teatro de
ría, es un teatro que no se ha pre- media docena de pseudos empre- grupo permanece callada.
guntado el “porqué” de su existen- sarios teatrales, con mucho espa- Lo irónico de todo lo escrito arri-
cia. Está siendo hecho, como por cio en los medios, gracias a la uti- ba, es que fue escrito por
un gesto condicionado, tal cual lización de la mano de obra mal Domingos Oliveira, un hombre de
funcionan las líneas de producción pagada de los actores y actrices teatro ciertamente, en un informe
industrial. famosos, que sólo reivindican publicitario de la Red Globo, que
“Tenemos la certeza de que la dinero para financiar los “monta- más parece un periódico de pro-
buena política teatral no es patro- jes”. No quieren tener el trabajo de vincia anunciando las actividades
cinar espectáculo, que son el fin administrar un “teatro” y mante- teatrales de la corte. Y que difícil-
del proceso, punta del iceberg, y ner una compañía. Es el lucro mente puede ser acusado por los
sí, cuidar de la infraestructura de fácil, sin trabajo, tal cual la espe- empresarios del área de radicaloi-
la actividad, lo que permite así el culación financiera. Y todavía de. Lo que más me espanta es que
crecimiento de todos, según el hablan mal de los movimientos el movimiento de teatro de grupos
valor de cada uno”. Ciertamente políticos que reivindican un traba- de São Paulo y, por qué no, de
ese es un punto clave de las discu- jo continuado, de formación de Brasil, no firmaría una serie de
siones sobre políticas públicas público, cultural, que, de hecho, afirmaciones contenidas en ese
enfocadas al teatro. Sin embargo, socialice el bien simbólico por el artículo. Recelaría de estar pidien-
no es aceptada por los empresa- país. do privilegios corporativistas. No
rios y no está implementada por “(...) El Estado debe patrocinar tiene noción de lo que puede sig-
el poder público, en la mayoría de artistas. El deporte ya aprendió nificar socialmente el trabajo que
los estados y municipios. En eso hace mucho y no patrocina realizan. Y aquí cabe una pregunta
Brasil, como herencia colonial, juegos, y sí, atletas. En un país “venenosa”: ¿será que esos grupos
nadie quiere oír hablar del sedi- pobre no es preciso hacer teatro, y compañías están en la “retran-
mento de una tradición. En todas es preciso hacer teatro excelente. ca” política porque no saben lo
las áreas lo que se quiere es El Arte es la meta”. Diría que, en que están haciendo y, por eso,
actuar como el depredador –ganar los últimos tiempos, es la cosa saben que la sociedad no tiene
mucho en poco tiempo, aunque más “revolucionaria” que he visto ninguna necesidad del teatro que
eso sea una actitud suicida. Así, en la prensa diaria. Esa afirmación hacen? ¿O, como dice Moreira,
desde que me conozco por gente, me hace recordar a Plínio Marcos. hacen teatro de grupo por incom-
el poder público financia monta- Un autor como él teniendo que petencia para ser empresarios?
jes, no la consolidación de los gru- sobrevivir vendiendo, de mano en Cuando la Red Bobo, quise decir
pos y/o compañías. Y eso no es mano, sus libros y teniendo que la Red Globo, radicaliza, tenemos
sólo por falta de visión de los implorar para poder escenificar que estar en estado de alerta. No
hombres que ocupan cargos públi- sus obras. El “artista” no es un ser por una cuestión de paranoia,
cos. Es culpa también de las enti- especial. No se trata de eso, pero sino porque algo está podrido en
dades e instituciones de la socie- es necesario mirar la creación el reino de Dinamarca y los crea-
dad civil, del área teatral, que no artística con ojos distintos de dores/hacedores del teatro, tal cual
quieren construir nada a mediano aquellos que miran los “pregones Hamlet, no saben si son o no son
y largo plazo. Una verdad que, en de las bolsas de valores”. En la era hombres de teatro.
todo momento, los “bucaneros” de Fernando Henrique Cardoso (Tomado del blog
de la cultura quieren transformar hubo un Ministro de Cultura muy http://r.maia.zip.net, 19/03/2007.
en mentira. parecido al personaje de Godard Traducción del portugués V.M.T.)
“Es apenas a través del teatro de que decía que quien certifica si
grupo que el teatro avanza. Y sola- algo es o no cultura es el merca-
mente teniendo una sede y un do. Y mira que él, además de
mínimo de recursos es que un ministro es profesor de Sociología.
grupo se forma”. Otra verdad que Sin embargo, nadie en el gobierno
a través de la historia del teatro tiene coraje de decir que fabricar
universal se viene confirmando en alcohol es cosa del mercado. Todo
ARGENTINA
Melodía para seis sombras

Sobre el restreno de la pieza de evitan hacer evidente lo obvio o te humano; en un marco de mis-
Héctor Levy-Daniel en Buenos sospechado. La imagen juega aquí terio atrapante.
Aires, ha dicho la crítica: su fuerte impacto. Melodía para seis sombras es una
“… excelente obra de teatro, de “La propuesta se revela como otra pieza que ahonda en conflictos
teatro genuino, con actuaciones de las sorpresas dignas de cele- humanos, pero lo hace desde un
sólidas, con una puesta en escena brar que nos regala constante- thriller muy bien estructurado que
casi impecable, donde el especta- mente el underground porteño.” mantiene la tensión y el suspenso
dor ingresa de la mano de cada (Luis Mazas. Veintitrés) hasta el último momento de la
una de estas seis mujeres a un La dramaturgia de Héctor Levy - obra.
mundo cargado de tensiones y es Daniel relata, a modo de cuento Un trabajo preciosista de Héctor
llevado por ese mundo en una que se acerca a los géneros fantás- Levy-Daniel. (Adriana González.
atmósfera pesada que nunca pier- tico y de suspenso, una historia en Crítica Teatral)
de interés y que atrapa definitiva- donde se radiografía a una socie-
mente con su misteriosa historia.” dad que por sus cargas y frustra-
(Daniel Corey. vuenosairez.com) ciones se encuentra detenida en el
“El trabajo de Levy-Daniel como dolor y está condenada a repetir
autor ha tejido la trama de huidi- su historia.
zas referencias a sucesos omitidos Obra de melancólica belleza,
por los personajes, que se turnan Melodía para seis sombras permite
en su presentación fugaz sobre el al espectador una metafórica
tejido narrativo. La puesta en esce- mirada sobre nuestra sociedad,
na que el propio autor elabora con tan proclive en hacer cíclicos sus
extremo cuidado junto a Clara fracasos. (Gabriel Peralta. Agencia
Pando concibe un espacio casi Isa)
abstracto, esencial, fantasmagóri- Bellas imágenes para un teatro
co, en el que escuetas alusiones poético y, a su vez, profundamen-
DE LA CASA no Armando Morales elogió el Espiral fue un homenaje de la
balance de la entrega y reseñó Casa a los veinte años de la com-
El número 142 de Conjunto, dedi- varios de los artículos que apare- pañía matancera.
cado íntegramente al teatro ecua- cen en el número, con énfasis en
toriano fue presentado en la Sala las piezas teatrales de Peky Integrando la delegación que
Manuel Galich el 23 de marzo Andino y Nixon García que esta acompañó a la destacada escritora
pasado. Vivian Martínez Tabares edición reconge. Elena Poniatowska a la XVI Feria
agradeció la colaboración de los La presentación estuvo acompaña- Internacional del Libro de La
artistas del teatro ecuatoriano que, da por la inauguración de una Habana, llegaron a Cuba Las
convocados por la actriz y directo- amplia muestra de carteles de ese Patronas, ese singular dúo de
ra Ilonka Vargas y con el auspicio país, así como de imágenes de la mujeres del cabaret político mexi-
de la casa de la Cultura obra Kaspar, del grupo quiteño cano que conforman la actriz y
Ecuatoriana Benjamín Carrión, Ojo de Agua, a partir del texto ori- directora Jesusa Rodríguez y la
hicieron posible esta entrega. Nara ginal de Peter Handke. Cerró el cantautora argentina Liliana Felipe.
Mansur, coordinadora del número programa La edad de la ciruela, a Conocidas por el público cubano
monográfico, comentó las peculia- cargo de la compañía cubana que las aplaudió durante las jorna-
ridades de la entrega, conformada Danza Espiral, que dirige la baila- da Mayo Teatral 2004, ocasión en
a partir de su presencia en el XIX rina y coreógrafa Liliam Padrón. la que mostraron su espectáculo
Festival Internacional de Teatro de Concebida a partir de la pieza Arquetipas, Jesusa y Liliana, pre-
Manta, el 9no. Festival homónima del dramaturgo y sentaron está vez El maíz, una
Internacional de Artes Escénicas director Arístides Vargas y con puesta de gran intensidad que,
de Guayaquil y de una muestra música del cantautor cubano mediante la confluencia de deter-
especial organizada en Quito, Silvio Rodríguez, la coreografía minados elementos de ritualidad y
experiencia que permitió una sintetiza con particular sutileza los otros relacionados con la crítica
amplia caracterización del teatro matices de una circunstancia de política, la dinámica del teatro
en Ecuador con la participación de vida marcada por el deambular popular y la parodia, así como a
múltiples voces y que toma en errante que obliga a fijar la través de un coherente repertorio
cuenta su diversidad y sus aspira- memoria de lo que hemos sido y de canciones, logra plantear de
ciones. El maestro titiritero cuba- somos. La presentación de Danza modo extraordinario la terrible cri-
La Casa de las Américas rindió
homenaje al periodista y escritor
colombiano Arturo Alape (1938-
2006), autor del libro El Bogotazo,
memorias del olvido, con motivo
del aniversario cincuentinueve de
ese hecho histórico. Un panel inte-
grado por el ensayista Jorge
Fornet, director del Centro de
Investigaciones Literarias de la
sis que desde el punto de vista nuestro continente y a la vez Casa, y por el investigador Aurelio
económico, social y cultural, acompañar lo que se hace desde Alonso, subdirector de la revista
representa la extensión de las Cuba, fue el principal objetivo de Casa de las Américas, y coordinado
semillas transgénicas. la muestra Escenas latinoamerica- por Lilliam de la Fuente, resaltó la
Un extraordinario concierto anec- nas de la calle. trascendencia de la obra del este
dotario y que tuvo lugar en la sala Inaugurada en la sala polivalente destacado intelectual que dio
Che Guevara de la Casa de las de la Galería Provincial de cuenta de la historia oculta del
Américas, y en el que ambas crea- Matanzas por Jaime Gómez conflicto colombiano durante más
doras recorrieron parte de su pro- Triana, redactor de Conjunto, la de cincuenta años, emprendimien-
ducción y develaron aspectos disí- expo se insertó en la IV Jornada to que le llevó en dos ocasiones al
miles de su carrera y un perfor- Nacional de Teatro de Callejero exilio, una de ellas en La Habana.
mance sobre la fotógrafa y lucha- que organizan El Mirón Cubano y El panel de recordatorio incluyó,
dora revolucionaria italiana Tina el Consejo Provincial de Artes además, la audición de la banda
Modotti, realizado durante el lan- Escénicas en la ciudad. sonora y la proyección de algunos
zamiento de Tinísima, novela de Conformada por una valiosa colec- fragmentos de la creación colecti-
Elena Poniatowska que editara ción de carteles pertenecientes a va del Teatro La Candelaria
recientemente el Fondo Editorial los fondos de la Casa de las Guadalupe, años sin cuenta, obra
de la Casa de las Américas, fueron Américas, ofrece un panorama en cuya escritura colaborara
las otras presentaciones de Las que incluye grupos, espectáculos, Alape.
Patronas durante su estancia en la festivales, así como otros eventos 118
Isla. e intervenciones populares y Historia de burros, obra de títeres 119
comunitarias, cuyo común deno- para niños del dramaturgo y direc-
El excelente espectáculo para minador se relaciona con la posi- tor cubano René Fernández
niños La ronda de los cuentos, con bilidad de dinamitar el ritmo y las Santana, Premio Nacional de
guión y dirección de Mayra convenciones de comportamiento Teatro 2007, se presentó en la
Navarro del proyecto NarrArte y la social cotidiano en espacios públi- Sala Manuel Galich con la puesta
participación de los narradores cos y salir al encuentro del espec- del Teatro de las Estaciones, uno
Octavio Pino, del proyecto Te tador. de más prestigiosos y reconocidos
CUENTO, y Leyris Guerrero y La imagen promocional y concep- grupos titiriteros de la Isla. La ver-
Beatriz Quintana, del proyecto tual de colectivos emblemáticos sión unipersonal dirigida por
Para Contarte Mejor, se presentó entre los que se destacan Rubén Darío Salazar, quien tuvo a
en la Sala Manuel Galich el 5 de Yuyachkani de Perú; San Francisco su cargo en 1994 uno de los anto-
abril. El programa estuvo integra- Mime Troupe, de los Estados lógicos montajes de esta pieza
do por cuentos de autores latinoa- Unidos; el Teatro Taller y el Teatro bajo la dirección del propio autor,
mericanos, entre los que se Matacandelas, de Colombia; y el cuenta con la actuación del joven
encontraban la argentina Laura Teatro Escambray, de Cuba; per- Yerandy Basart y diseños del muy
Devetach, el venezolano Aquiles mite valorar el sentido profundo y experimentado Zenén Calero.
Nazoa y el cubano Enrique Pérez el compromiso con los escenarios Caracterizada por un muy depura-
Díaz. Los narradores también con- de interacción social de nuestros do concepto estético y un mínimo
taron a viva voz cuentos del folclor pueblos que ha alcanzado esta de elementos, Historia de burros,
mexicano, entonaron canciones e modalidad en la región. habla de amores siempre posibles,
interactuaron con el auditorio De ello también dieron fe carteles a la vez que logra mediante el
infantil a través de las adivinan- de eventos y encuentros tales constante desdoblamiento del titi-
zas. como el Festival Internacional de ritero y la excelente ejecutoria en
Londrina, en Brasil, el Cervantino la animación de las figuras –todas
Amplificar la reflexión que anima de México, la Muestra de Teatro títeres planos– excepcional com-
la labor de la Dirección de Teatro Popular Puertorriqueño y la de los plicidad con el niño espectador,
de la Casa de las Américas, trazar Estados Unidos, y la Feria del convocado en varias ocasiones a
puentes entre las tradiciones tras- Teatro Callejero de Bogota, utilizar su buen juicio para decidir
humantes de varios países de Colombia. el destino de los personajes.
COLABORADORES

ROXANA ÁVILA. Actriz y profesora costarricense. Imparte teatro en RAMÓN GRIFFERO. Dramaturgo y director chileno. Es director de la
la Universidad de Costa Rica. Fundadora y codirectora, junto a Escuela de Teatro de la Universidad ARCIS. Ha escrito y estrena-
David Korish, del grupo Abya Yala, colectivo galardonado en su do numerosas obras, entre las que se encuentran Cinema utopía
país con el premio al Mejor Grupo de Teatro en 2006. y Tus deseos en fragmentos. Le han sido conferidos los principa-
les premios literarios de su país.
BRUNO BERT. Director, dramaturgo, docente, investigador y crítico
teatral italiano. Llegó a México en 1983 y fundó el grupo ITACA. CARLOS HERRERA. Investigador, docente y crítico teatral venezola-
Entre sus puestas más destacadas se encuentran El cantar de los no. Imparte Historia y Apreciación del Teatro en la Unidad
cantares, Luces de thermidor, de Rascón Banda, y Los peces. Educativa del CONAC y es profesor del Instituto Universitario de
Hace varios años ejerce la crítica en la revista Tiempo Libre. Teatro. Cordina los foros críticos del Festival de Teatro de
Occidente.
OSVALDO CANO. Crítico y profesor cubano, columnista de periódico
Juventud Rebelde. Es profesor principal del Seminario de Crítica DAVID KORISH. Codirector de la compañía de teatro independiente
de la Facultad de Artes Escénicas del Instituto Superior de Arte, Abya Yala desde su fundación en 1991. Enseña teatro en la
donde además imparte Historia del Teatro Cubano. Ediciones Escuela de Arte Escénico de la Universidad Nacional en
Alarcos prepara un volumen con sus trabajos críticos. Heredia. Junto a Roxana Ávila ha escenificado Sade, El éxtasis,
Romeo y Julieta, y El caso Otelo, y coordinado talleres en varios
OLGA COSENTINO. Profesora, investigadora y crítica argentina, es- países centroamericanos.
cribe en Clarín, en Ñ y en Caras y Caretas. Coautora de Teatro
del siglo XX - El cansancio de las leyendas. Colabora con Teatro MARÍA DE LA LUZ HURTADO. Editora, investigadora y crítica chilena.
CELCIT, Picadero, Espacio, Latin American Theatre Review, Teatro Docente de la Escuela de Teatro de la Pontificia Universidad
al Sur, Primer Acto y El Público. Católica, desde donde dirige la revista Apuntes y el Programa de
Investigación y Archivos de la Escena Teatral. Ha publicado,
CARLOS DIMEO. Investigador, docente, escritor y director argenti- entre otros, Memorias teatrales y Teatro chileno y modernidad:
no-venezolano. Dirige y edita DRAMATEATRO Revista Digital y identidad y crisis social.
Siglo de Oro Español. La Campana Sumergida ha publicado su
libro El resplandor de las sombras (Ensayos sobre teatro). Artículos NIEVES MATEO. Actriz y periodista española. Fue presidenta de la
suyos aparecen en diarios y revista de su país y del extranjero. Asociación de Mujeres de las Artes Escénicas en Madrid
(AMAEM) y es Profesora titular de la Real Escuela Superior de
MARÍA VICTORIA EANDI. Investigadora y docente. Trabaja en el Arte Dramático de Madrid (RESAD).
Departamento de Prensa del Complejo Teatral de Buenos Aires.
Es miembro del equipo de redacción de la revista de política SEBASTIÃO MILARÉ. Crítico e investigador brasileño. Dirige la
teatral Palos y Piedras. Integra el Centro de Investigación de División de Artes Escénicas y Música del Centro Cultural São
Historia y Teoría Teatral. Ha publicado numerosos artículos Paulo. Ha publicado Antunes Filho e a Dimensão Utópica, A
sobre teatro argentino y universal. Batalha da Quimera-Renato Vianna e o Modernismo Cénico
Brasileiro y la obra A Solidaõ Proclamada, entre otras.
LOWELL FIET. Crítico, investigador, profesor y editor puertorique-
ño, nacido en EE.U. Dirige el Departamento de Inglés de la ROGER MIRZA. Profesor e investigador uruguayo. Autor y editor
Universidad de Puerto Rico. Fundó y condujo el Taller de de numerosas publicaciones sobre teoría literaria y teatral entre
Imágenes teatro-todo-público. Autor de ¿(con)Fusión cultura?: ellas: Teatro uruguayo contemporáneo. Antología, Situación actual
“Performance” y performeros transcaribeños (2001) y editor de del teatro uruguayo, Teatro rioplatense contemporáneo. Integra el
Sargasso. consejo directivo de numerosas publicaciones especializadas
sobre teoría y práctica del teatro.
ROCÍO GARCÍA. Estudiante cubana de Teatrología en la Facultad de
Artes Escénicas del Instituto Superior de Arte. Con el colectivo GENOVEVA MORA. Crítica de teatro y danza ecuatorina. Es licencia-
El Mirón Cubano se ha desempeñado como asistente de direc- da en Lengua y Literatura y máster en estudios de la cultura.
ción. Dirige la revista de artes escénicas El Apuntador.

SILVANA GARCÍA. Crítica, investigadora y dramaturga brasileña, PATRICE PAVIS. Investigador y teórico del teatro, profesor del
profesora de la Escuela de Arte Dramático de la Universidad de Instituto de Estudios Teatrales de la Universidad de París III,
São Paulo. Autora de los libros Teatro da Militância y Trombetas Sorbone Nouvelle, y de la Universidad de París VIII, Saint Denis.
de Jerico-Teatro das Vanguardas Históricas, así como de diversos Entre sus libros publicados en español están Diccionario del
ensayos publicados en Brasil, Argentina y en los Estados Teatro y El análisis de los espectáculos. En 2007 publicó su pieza
Unidos. Mis tres hermanas.

HILDA SARAY GÓMEZ G. Investigadora y crítica teatral mexicana. KARINA PINO. Actriz cubana, graduada de la Escuela Nacional de
Vicepresidenta de la Asociación Mexicana de Investigación Teatro. Cursa la Licenciatura en Artes Escénicas en la especiali-
Teatral. Participa en el Seminario de Textualidades y Artefactos dad de Teatrología, en el Instituto Superior de Arte de Cuba.
Culturales de la Universidad Iberoamericana. Integra el comité
editorial de la revista Paso de Gato y es locutora de Radio CHIQUI VICIOSO. Poeta, dramaturga y ensayista dominicana. Entre
Educación. sus obras se encuentran Wish-ky Sour y Salomé U.: cartas a una
ausencia, Perrerías y NUYOR/islas. Entre 1986 y 1999 publicó
una columna regular en el periódico más importante de la
República Dominicana, Listín Diario, y del 99 al 2006 colaboró
con Hoy.

S-ar putea să vă placă și