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REFLEXIONES ENTORNO A LOS ESPACIOS Y SU SENTIDO

NOVIEMBRE 18 DE 2010

MÓNICA LUCIA MOLINA SALDARRIAGA


MAESTRIA EN ESTÉTICA
ESTETICA II
UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA – MEDELLÍN

Para hacer cualquier reflexión en torno a la ciudad y la urbe es totalmente


necesario, entrar a dar una claridad en primera instancia de las ideas de ambas como tal,
en tanto a la ciudad entendida como el conjunto de espacios que se construyen y se
habitan, y la urbe como el grupo social que habita y dinamiza en si la existencia de la
ciudad. Esto entendido a la luz del texto “Animal Publico” de Manuel Delgado el cual
plantea que existen diferencias claras entre a ambas, sin embargo poniendo a la ciudad y
la urbe en una mutua coexista.

“La ciudad no es lo urbano. La ciudad es una composición espacial definida por la


alta densidad de poblacional y el asentamiento de un amplio conjunto de
condiciones estables una colonia densa y heterogénea conformada esencialmente
por extraños entre sí” (Delgado, 2008, 23)

Dentro de la ciudad entonces se construyen una serie de espacios en torno a lo


urbano que la reivindican y le brinda sentido conformándola como propia. Espacios que
necesariamente deben ser habitados, intervenidos, urbanizados en cuanto a que es,
desde esas dinámicas, que se reivindican como ciudad. Dichas construcciones responden
o son manifiestas entorno a un ordenamiento político, que tiene como fin dar respuesta a
las necesidades que se plantea la urbe; aun que no necesariamente la respuesta que
reciba del grupo social este en concordancia con la intencionalidad o el sentido de quién
la planea y la construye.

Es de anotar entonces que la ciudad están cargado de múltiples sentidos, y es en


esas multiplicidad donde se reivindican la ciudad como “organismo vivo”, generando un
estado de mutación que se deviene por la apropiación a la cual están expuestos los
espacios que constituyen la ciudad, convirtiéndose en espacios de territorialización del
individuo, el cual empieza a sentirlos como propios y a disponer dinámicas que permitan
habitar, intervenir y socializar esos espacios.

Es así como los espacios de ciudad planificados comienzan a tener una


configuración en doble sentido, en tanto hay unos individuos que la planean y la
construyen, y otros que la interpretan, la interviene y la habitan; abriendo la puerta a
diferentes lecturas en relación a los espacios, dejando entre ver qué dentro de la ciudad
no existe necesariamente una coherencia entre la intención política y las intenciones
urbanas, detonando así la evidencia frente a las dinámicas que se desarrollan dentro del
contexto de ciudad no pueden ser prevista ante la construcción.

Tomando este tópico procurare entonces realizar una reflexión al rededor de los
espacios que se construyen y la transformación en el contexto social y urbano que eso
deviene. Comenzare por plantear que la construcción de los espacios urbanos muta y
transforman los comportamientos culturales, sociales y hasta económicos de los
individuos que la habitan, ya que es la respuesta a nuevas configuraciones de consumo.
Es así como el espacio de ciudad donde crecí se ha visto en vuelto en una avalancha de
construcción que le dan otro sentido al habitar, y al socializar, abriendo una lectura en
tanto los espacios de esparcimiento son remplazados, respondiendo a los nuevos hábitos,
generando nuevos sentidos de territorialización en torno a la construcción que permite
abrir la puerta de una nuevas formas de ver y vivir la ciudad.

Es así como los espacios son apropiados y cobran un sentido particular para cada
uno de los individuos que participan en la reivindican, del mismo como espacio habitable
y significante, lo reconstruyen en el imaginario generando una nueva apropiación, una
nueva territorialización “El concepto protagonista aquí es el de territorialidad o
identificación de los individuos con un área que interpretan como propia” (Delgado, 2008,
31)

Territorialización que desarrolla en los individuos nuevos hábitos y nuevas


costumbres en cuanto como se ven y habitan ese mundo que está constantemente
significándose haciéndose propio. Los espacios tiene su sentido y son construidos a la
luz de una funcionalidad determinada, sin embargo es la lectura el sentido del individuo
que participa en si mismo el que lo valida como tal, pensar entonces en un centro
comercial que ya supera netamente sentidos de su funcionalidad material y se presenta
como alternativa de nuevos consumos para las personas que lo habitan hace que ese
espacio genere otros sentidos para ser vivido, habitado, consumido.

Espacios que se reconstruyen constantemente por el sentido mutable que


adquieren en esas dinámicas de reconstrucción de re- significación constante todo esto
entorno a un sujeto que al final es el que permite dar sentido a la ciudad, como ellos la
habitan, la teatralizan, la intervienen y son en realidad los que validad el espacio dentro de
la ciudad como vital.

“El espacio usado “de paso” – el espacio público o semipúblico – es un espacio


diferenciado, esto es territorializado, pero las técnicas practicas y simbólicas que lo
organizan espacial o temporalmente, que lo nombran, que lo recuerdan, que lo someten a
oposiciones, yuxtaposiciones y complementariedades, que gradúan, que lo jerarquizan,
etc. Son poco menos que innumerables, proliferan hasta el infinito, son infinitesimales, y
se renuevan a cada instante”. (Delgado,2008,34)

La ciudad construye al individuo y el individuo como ente urbano construye la


ciudad en una mutualidad, las formas de habitar la ciudad, de marcarla están
determinadas por las formas en que sus habitantes se confieren a las costumbres que
responde a los modos de socializarse y a los ámbitos participativos, en torno a lo cual se
cambian los rituales, las formas actuar y de intervenir “podíamos decir al principio que el
espacio público es escenario de situaciones altamente ritualizadas pero impredecibles,
protocolos espontáneos”. (Delgado,2008,119). Ellos responden de manera dinámica y
particular a participar entorno esos nuevos espacios de socialización, a su manera y en
concordancia e sus estados de participación individuales, entendiendo y dándole el
sentido particular a los espacios.

Podemos concluir entonces que la apropiación de estos nuevos espacios que se


construyen se introducen a las dinámicas sociales de una forma particular, que al pasar el
tiempo y por los sentidos de apropiación los acogemos, habituándonos y habitando esos
espacios que ya intervenimos e interiorizamos como propios, brindándole unas
connotaciones de ciudad que aun que construida bajo otros sentidos y con otras
funcionalidades es vivida, interpretada, digerida, vestida, marcada, intervenida, recorrida y
narrada con sentido propio.
BIBLIOGRAFIA

- Delgado, M (2008). Animal Público. Barcelona, España.


- Benjamin, W (1987). Calle dirección Única. Madrid, España.
- Benjamin, W. Paris Capital del Siglo XIX.

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