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Una fábula es un relato breve de ficción, protagonizado por animales u objetos que hablan y escrito en
prosa o verso con una intención didáctica de carácter ético y universal formulada la mayor parte de las
veces al final, en la parte denominada moraleja, más raramente al principio o eliminada ya que puede
sobreentenderse o se encuentra implícita.
CARACTERÍSTICAS DE LA FÁBULA
El género
La brevedad
Acostumbra a haber un narrador que cuenta lo que les sucede (acción) a unos personajes en un lugar y en
un tiempo indeterminados. Las fábulas, como los cuentos populares, no se sitúan en una época concreta.
Son intemporales.
El esquema de muchas fábulas empieza con la presentación de una situación inicial, tras la cual se plantea
un problema, que unas veces tiene solución y otras no. La historia finaliza con una moraleja.
Los personajes
Los temas
Los vicios son los temas tratados en las fábulas (la envidia, la avaricia, la arrogancia, la mentira…).
La intención
Detrás de cada fábula hay una crítica hacia ciertos comportamientos y actitudes, que se disimula con el
uso de personajes humanizados.
La moraleja
La moraleja es una enseñanza moral, es decir, un consejo o pauta de conducta. La moraleja puede ser una
frase o una estrofa. La más corriente es el pareado, una estrofa de dos versos que riman entre sí.
1. EL ÁGUILA, EL CUERVO Y EL PASTOR
La vio un cuervo y tratando de imitar al águila, se lanzó sobre un carnero, pero con tan mal conocimiento
en el arte que sus garras se enredaron en la lana, y batiendo al máximo sus alas no logró soltarse.
Viendo el pastor lo que sucedía, cogió al cuervo, y cortando las puntas de sus alas, se lo llevó a sus niños.
Le preguntaron sus hijos acerca de que clase de ave era aquella, y les dijo:
2. LA CIERVA TUERTA
Una cierva a la que le faltaba un ojo pacía a orillas del mar, volviendo su ojo intacto hacia la tierra para
observar la posible llegada de cazadores, y dando al mar el lado que carecía del ojo, pues de allí no
esperaba ningún peligro.
Pero resulta que una gente navegaba por este lugar, y al ver a la cierva la abatieron con sus dardos. Y la
cierva agonizando, se dijo para sí:
-- ¡Pobre de mí! Vigilaba la tierra, que creía llena de peligros, y el mar, al que consideraba un refugio, me
ha sido mucho más funesto.
Nunca excedas la valoración de las cosas. Procura ver siempre sus ventajas y desventajas en forma
balanceada.
3. HERMES Y EL ESCULTOR
Quiso Hermes saber hasta dónde le estimaban los hombres, y, tomando la figura de un mortal, se
presentó en el taller de un escultor.
Viendo luego una estatua que le representaba a él mismo, pensó que, siendo al propio tiempo el
mensajero de Zeus y el dios de las ganancias, estaría muy considerado entre los hombres; por lo que
preguntó su precio.
El escultor contestó:
nuestra propia vanidad siempre nos lleva a pasar por terribles desilusiones.