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N

362.83
I 59 Instituto de Estudios Estratégicos y Políticas Públicas.
Violencia contra las mujeres: realidades, desafíos y pistas para el cambio /
Instituto de Estudios Estratégicos y Políticas Públicas.
-- 1a ed. – Managua : IEEPP, 2017
92 p.

ISBN 978-99964-46-21-4

1. VIOLENCIA EN CONTRA DE LA MUJER. 2. MACHISMO.


3. MASCULINIDAD. 4. CONDICION DE LA MUJER. 5. ANALISIS DE GENERO.

DIRECTORA EJECUTIVA
Elvira Cuadra Lira

COORDINADORA DEL PROGRAMA DE


GOBERNANZA E INCLUSIÓN SOCIAL
Dayra Valle Orozco

INVESTIGADORES
Juana Jiménez Martínez
Martha Munguía Alvarado
Marvin Mayorga Norori

REVISORES
María Mercedes Alemán
Margarita Quintanilla Managua, Nicaragua
Douglas Mendoza Diciembre, 2016
Rubén Reyes
Instituto de Estudios Estratégicos y
PRODUCCIÓN EDITORIAL Políticas Públicas
Reyna Vallecillo Lomas de San Juan, casa n.° 152

EDICIÓN Apartado Postal: LM 202


Joaquín Torrez Teléfono: 505- 22705104
Elvis González Salvatierra
www.ieepp.org
DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN www.facebook.com/ieepp
Juan Crovetto www.twitter.com/ieepp

CON EL APOYO DE

Este documento se realizó con la ayuda financiera de la Unión Europea y


Christian Aid. Su contenido es responsabilidad exclusiva del Ieepp y en
modo alguno debe considerarse que refleja la posición de los donantes.

https://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/
ÍNDICE
Introducción
“Para eso soy el hombre”.....................................................................
7

Capítulo I
11
Saña y odio: igual a misoginia..........................................................
13
La violencia en un país de mujeres..................................................
15
El femicidio y las mujeres invisibles.................................................

Capítulo II
19
Conceptos rectores...............................................................................

Capítulo III
29
El machismo se produce, se aprende de los mayores..............
32
¿Hay más violencia?..............................................................................
33
¿Qué deben hacer los hombres?.....................................................
35
¿Deben pedir permiso las mujeres?................................................
37
Las expresiones de violencia en las familias................................
39
El hombre machista ama, pero a su manera................................
41
Los embarazos ¿de quién son responsabilidad?........................
De “piropos” y “halagos”.......................................................................
44
¿Qué tan efectivas son las autoridades?.......................................
45
“Si el hombre no quiere, no va a cambiar”....................................
48
¿Qué hacer para prevenir la violencia?..........................................
51
Causas de que la Ley 779 no se aplique por igual.....................
54
“Pagué mi libertad con sangre, él me pegó un balazo”...........
55
“Al inicio la ley era diferente”.............................................................
57
Sin medidas de protección el riesgo aumenta............................
60
Las consejerías de familia no garantizan justicia.......................
62
Víctimas desprotegidas.......................................................................
64
Mediar vulnera derechos....................................................................
65
“Talvez si la autoridad aplicara correctamente la ley”..............
69
Respetamos a las mujeres, pero.......................................................
71
¿Cómo debe ser un hombre?............................................................
74
La mediación, un deseo.......................................................................
76
Pistas para el cambio..........................................................
77
Referencias bibliográficas..................................................
81
INTRODUCCIÓN
“PARA ESO SOY EL HOMBRE”
Violencia contra las mujeres
Realidades, desafíos y pistas para el cambio

“PARA ESO SOY EL HOMBRE”

E
l hombre de verdad tiene que ser rudo porque para eso es el
hombre”… “El hombre no puede demostrar sus sentimientos

con otro hombre para que no lo vean mal”… “Los hombres
tienen más necesidades sexuales que las mujeres”…“La mujer debe
pedirle permiso al hombre para trabajar fuera de la casa…”.

Estas expresiones que a lo largo de los años hemos escuchado en


Nicaragua, son parte del Estudio “Violencia contra las mujeres.
Realidades, desafíos y pistas para el cambio”, desarrollado por
el Instituto de Estudios Estratégicos y Políticas Públicas (Ieepp) en el
2016.

Este estudio profundiza en las actitudes y comportamientos de los


hombres en su relación con las mujeres, las relaciones de poder
y violencia que ejercen contra ellas, así como los rasgos de la
masculinidad hegemónica presente en la cotidianeidad y cuáles son
los puntos críticos de cambios.

Mediante el desarrollo de una encuesta a 1700 personas de 10


municipios del país, 14 grupos focales y 130 entrevistas a profundidad
a administradores de justicia, víctimas, abogadas y abogados, este
estudio analiza las percepciones y las valoraciones sobre la aplicabilidad
de la Ley integral contra la violencia hacia las mujeres (Ley 779), las
nuevas normativas relacionadas a su implementación y la incidencia
de las capacidades institucionales y las respuestas comunitarias para
la prevención de la violencia machista. Esta investigación también
indaga sobre cuáles son las representaciones sociales de los hombres
(actitudes y comportamientos) y como su identificación puede aportar
en la prevención de la violencia contra las mujeres.

7
Violencia contra las mujeres

Entre los principales resultados del estudio se destaca la influencia


del pensamiento de la masculinidad hegemónica y las prácticas de
sumisión persisten entre los hombres y las mujeres, principalmente
en aquellas que viven violencia, en contextos donde la justicia es
deficiente y tienen limitado acceso a las oportunidades para su
desarrollo. No obstante, se revelan cambios en las formas de pensar
de la ciudadanía acerca de lo que debe ser el comportamiento
masculino respecto de los derechos de las mujeres.

El documento está dividido en tres capítulos; el primero explica el


porqué es importante este estudio y los alcances que conlleva. El
segundo incluye a modo de síntesis los elementos teóricos qué otras
investigaciones han antecedido a esta y las referencias en cuanto a
acuerdos y pactos internacionales suscritos contra la violencia; y el
tercer capítulo, abarca los resultados así como las sugerencias y las
pistas para el cambio.

Este estudio es parte de la ejecución del Proyecto “Promoción de una


cultura de paz en la familia y la comunidad desde una masculinidad
con enfoque de género en Nicaragua”, que cuenta con el apoyo de la
Unión Europea y es ejecutado en conjunto con Christian Aid (CA), el
Instituto de Estudios Estratégicos y Políticas Públicas (Ieepp), Puntos
de Encuentro y Fundación Luciérnaga por un período de tres años.

Hacemos un reconocimiento especial a las mujeres y hombres


participantes en grupos focales y entrevistas a profundidad, que con
sus opiniones y reflexiones han hecho posible los hallazgos que aquí
se presentan y al grupo asesor por destinar su tiempo y brindar sus
valiosos aportes.

8
CAPÍTULO 1
SAÑA Y ODIO:
IGUAL A MISOGINIA
Violencia contra las mujeres
Realidades, desafíos y pistas para el cambio

SAÑA Y ODIO:
IGUAL A MISOGINIA

E
n el 2015 el Ieepp realizó el estudio denominado “Desmitificando
la Masculinidad Hegemónica en Nicaragua: Subalternidad,
resistencias y masculinidades emergentes”, en el cual se
reafirmó que las representaciones sociales construyen un cuerpo
de imágenes, creencias, ideas y formas de pensar que condicionan
las actitudes y los comportamientos de los hombres derivados de la
masculinidad hegemónica.

Una de las cosas que reveló este estudio es que “el discurso formal de
los participantes en relación a la violencia machista, es de rechazo
total; sin embargo, éste no es lineal, contundente y unívoco. Los
mismos hombres que rechazan abiertamente la violencia contra
las mujeres, la justifican dentro de sus relaciones de pareja”. (IEEPP,
Carrazco, Sequeira, & Jiménez, 2016, pág. 140).

En el 2016 se planteó el desarrollo de un segundo estudio sobre


actitudes y comportamientos de los hombres y su relación con el
fenómeno de la violencia, y para conocer las valoraciones de distintos
actores sociales sobre la aplicación de la Ley 779 y las capacidades
institucionales para su implementación.

El contexto del país sigue siendo el mismo: una alta prevalencia de la


violencia contra las mujeres, limitaciones en el acceso a información
pública y cambios derivados de la reforma y reglamentación de la Ley
779, lo cual no permite en la actualidad contar con datos que reflejen
de manera real la dimensión del fenómeno y su impacto social.

11
Violencia contra las mujeres

Un estudio de caso realizado por la Red de Mujeres contra la Violencia


sobre la aplicación de la misma ley expresa que “esta reforma afecta
la especialidad e integridad de la Ley 779, dejando la figura de
mediación solamente para delitos menos graves, determinando así
la violencia física y psicológica con penas menores a los cinco años.
Con ello se obvian los escenarios de manipulación y amenazas
donde se da la violencia en contra de las mujeres y el alto riesgo al
que son sometidas hasta de perder la vida en muchos casos”. (Mejía
& Violencia, 2014, pág. 9).

Las organizaciones civiles han señalado que los últimos años los
feminicidios se han caracterizado por la saña y odio hacia los cuerpos
de las víctimas, lo que evidencia la misoginia de los hombres y muestra
el efecto negativo que ocasiona la impunidad ante la no aplicabilidad
de la Ley 779.

Con este estudio se busca proporcionar nuevos datos y análisis desde


diferentes perspectivas: de la población en general, funcionarios
públicos y de actores claves, sobre actitudes y comportamientos de
los hombres y su relación con el fenómeno de la violencia.

12
Realidades, desafíos y pistas para el cambio

LA VIOLENCIA
EN UN PAÍS DE MUJERES
En Nicaragua, la violencia contra las mujeres, adolescentes y niñas
en los últimos años ha aumentado su severidad y las formas de
manifestaciones, tanto en el ámbito privado como público. La última
Encuesta de Demografía y Salud (INIDE, 2012) indica que 1 de cada 3
mujeres de 15-19 años casadas/unidas han sufrido violencia verbal/
psicológica, física o sexual alguna vez en su vida. Por su parte el
Instituto de Medicina Legal (IML CSJ, 2014) registró durante el 2014 un
total de 5,220 peritajes médicos-legales clínicos por violencia sexual.
De estos el 83% (4,333 casos) corresponden a personas menores de
17 años y el 64% (2,766) son víctimas entre 0 y 13 años. Entre el 2012
y el 2015 se registraron 314 femicidios en el país (equivalentes a 78
por año). Y hasta septiembre de 2016, el Observatorio Voces contra
la Violencia reportó 41 crímenes, todos caracterizados por los niveles
de saña y crueldad.

Las organizaciones que atienden a mujeres víctimas de violencia


registran 6,200 mujeres, niñas y adolescentes atendidas en 26
centros de 14 municipios (Alianza de Centros de Mujeres, 2015).
Mientras, el Anuario de la Policía Nacional de 2014 reporta 26,134
denuncias, las que a continuación se detallan por tipo de delito.

13
Violencia contra las mujeres

Gráfico 1
Cantidad de denuncias según tipo de delitos

3,475 Delitos sexuales

4,648 Violencia intrafamiliar

5,484 Otros delitos o faltas

6,247 Delitos contra la libertad de actuar

6,280 Incumplimiento de deberes alimentarios

Violencia intrafamiliar y sexual 26,134

0 5000 10000 15000 20000


Fuente: Elaboración propia a partir de Anuario Estadístico de la Policía Nacional 2014.

Es importante destacar el dato que proporciona el mismo anuario


policial que reporta un total de 180 suicidios de los cuales 158 son de
hombres y 22 son de mujeres. Las causas con mayores porcentajes
en los hombres son los problemas familiares, pasionales, económicos
y de salud.

En materia de violencia en los ámbitos públicos, la VIII Encuesta sobre


Percepciones de la Seguridad Ciudadana realizada por el Instituto
de Estudios Estratégicos y Políticas Pública en el 2015 (IEEPP, 2015),
refleja que el 21.4% de la población ubica la violencia contra las
mujeres en quinto lugar de los principales problemas de seguridad
del país, seguida por la violencia intrafamiliar con un 18.4%. Las
mujeres señalan como situaciones que las hacen sentir inseguras
en las calles, los silbidos 44%, que las persigan 22%, que las esperen
para acosarlas 21%, los manoseos o intentos de manoseos 18%, que
intenten detenerlas para acosarlas 15% y los piropos 4%.

14
Realidades, desafíos y pistas para el cambio

EL FEMICIDIO
Y LAS MUJERES INVISIBLES
La Ley 779 marcó un avance importante en la protección de los
derechos de las mujeres al crear un marco jurídico acorde a la
obligación estatal en materia de violencia contra las mujeres
establecida en las convenciones y tratados internacionales firmados
y ratificados por el Estado nicaragüense.

Esta ley sanciona las violencias machistas mediante la sanción de


12 nuevos delitos, incluyendo el femicidio como la expresión de
misoginia y violencia extrema. La misma ley define acciones estatales
encaminadas a la erradicación de la violencia mediante medidas
de carácter educativo y preventivo y fortalece a las instituciones
claves que participan de la ruta de acceso a la justicia, tales como las
Comisarias de las Mujeres, El Ministerio Público y la creación de los
Juzgados Especializados de Violencia de Género.

Esta ley fue reformada mediante los decretos presidenciales (Decretos


No. 42 y 43, 2014) que cambian los objetivos de la misma y afectan
su ámbito de aplicación. Para explicar mejor este tema, la Red de
Mujeres contra la Violencia ha realizado dos estudios: el primero que
presenta un análisis jurídico y el impacto social de los decretos 42 y
43/2014 y un estudio de casos sobre la aplicación de La Ley 779.

El primer estudio (Jiménez, Munguía, & Red de Mujeres contra la

15
Violencia contra las mujeres

Violencia, 2014) concluye que las nuevas normativas vulneran el


derecho de las mujeres a la vida libre de violencia y la desvían hacia
el fortalecimiento de la institución familiar tradicional. Especifica
también que éstas niegan o invisibilizan la gravedad social de la
violencia que las mujeres viven por las relaciones desiguales de
poder entre hombres y mujeres. La Red afirma que la violencia está
arraigada en la sociedad, y que toda estrategia de prevención debería
estar acompañada de una respuesta oportuna y calificada para las
víctimas y que las nuevas normativas son un obstáculo para la mujer
que quiere salir de la violencia.

El estudio de caso sobre la aplicación de la Ley 779 (Mejía & Violencia,


2014), señala las limitaciones de procedimiento y de tutela de los
derechos de las víctimas, quienes reciben maltrato en la comisaria,
fiscalía y juzgados (pérdida de la denuncia, tardía remisión al Instituto
de Medicina Legal, retardo en la aplicación de medidas precautelares).
La Fiscalía, tiende a ser pasiva ante estas situaciones y contrariamente
aplican excesivamente la presunción de inocencia a favor del agresor.

16
CAPÍTULO 2
CONCEPTOS RECTORES
Violencia contra las mujeres
Realidades, desafíos y pistas para el cambio

CONCEPTOS RECTORES

P
ara este estudio se consideró realizar el análisis a partir de
elementos teóricos conceptuales que han sido desarrollados
sobre la violencia contra las mujeres, tanto desde la teoría
feminista, como en la evolución de los derechos humanos, tomando
en cuenta: el modelo ecológico; el marco jurídico, en especial la
Ley 779, sus reformas y reglamento; las representaciones sociales, la
masculinidad hegemónica y la desviación positiva.

Cuando aceptamos la cultura de violencia


En la diversidad de escenarios y de alta frecuencia de violencia contra
las mujeres influyen distintos factores que interactúan en el ámbito
individual, familiar, comunitario y de la sociedad de acuerdo con el
Modelo Ecológico (Lori Heise, 1998), que señala que existen factores
como las experiencias y aprendizajes individuales que inciden en la
conducta de violencia o de resistencia (aceptación de la violencia)
por parte de hombres y mujeres. En este modelo se afirma que las
relaciones familiares por ser el círculo más cercano de una persona
pueden influir en su comportamiento y en la formación de una
cultura de violencia.

Las comunidades presentan una multiplicidad de factores que


incurren en la prevalencia o reproducción de la violencia (escuela,
trabajo, iglesias) que inciden en la respuesta comunitaria ante la
violencia contra las mujeres.

Si en una comunidad existe poco rechazo o sanción a la violencia


contra las mujeres, se aumentan los niveles de violencia y de

19
Violencia contra las mujeres

peligrosidad de la misma. (Dorothy Ayers Counts (Author), Judith K.


Brown (Contributor) Jackelyn C. Cambell, 1992).

Según este modelo, en la acción de la comunidad influyen las


normas sociales y culturales que dan superioridad a los hombres y
las desigualdades entre los sexos, las creencias religiosas, las normas,
leyes y políticas públicas que mantienen las disparidades entre las
personas, es donde se inscribe la desigualdad de poder entre hombres
y mujeres (R. Jewkis, 2002).

El riesgo de ser mujer


Este estudio analiza las expresiones de violencia que viven las mujeres
en todas sus manifestaciones fundamentadas en su condición de
discriminación y subordinación.

La feminista Ana Carcedo (2010 ) al referirse al concepto de la violencia


contra las mujeres dice que “se trata de una forma específica de
violencia, de carácter estructural, direccional y asimétrico, ejercida por
los hombres o el orden patriarcal contra las mujeres”. Para Carcedo “su
esencia es el control que somete, que dispone sobre la vida ajena
individual, así como sobre el colectivo femenino para mantenerlo
dominado”.

Como plantea Lori Heise (1998) esta violencia no es casual, el factor de


riesgo es ser mujer. Las víctimas son elegidas por su género. El mensaje
es dominación: confórmate con tu lugar (citada por Bunch 1991, 20).
Es decir, el mandato de género plantea a las mujeres el despojo de

20
Realidades, desafíos y pistas para el cambio

su condición de humana y ciudadana e impone la hegemonía de lo


masculino en lo público y lo privado.

El Comité de la Convención Contra toda Forma de Discriminación


hacia las Mujeres (CEDAW) reconoció que “la violencia contra la
mujer es una forma de discriminación que impide gravemente que
goce de derechos y libertades en pie de igualdad con el hombre
(…) El artículo 1 de la Convención define la discriminación contra la
mujer e incluye la violencia basada en el sexo, es decir, “la violencia
dirigida contra la mujer porque es mujer o que la afecta en forma
desproporcionada. Incluye actos que infligen daños o sufrimientos
de índole física, mental o sexual, amenazas de cometer esos actos,
coacción y otras formas de privación de la libertad”. (Comité CEDAW-
ONU Recomendación 19, 1992). 

La Convención interamericana para prevenir, sancionar y erradicar


la violencia contra las mujeres, conocida como Convención Belén
Do Pará (Organizacion de Estados Americanos, 1994) explica en
su preámbulo que “la violencia contra la mujer es una ofensa a la
dignidad humana y una manifestación de las relaciones de poder
históricamente desiguales entre mujeres y hombres”. (Organizacion
de Estados Americanos, 1994).

Ambos instrumentos internacionales fueron suscritos y ratificados por


el Estado de Nicaragua y constituyen los fundamentos jurídicos para
la exigibilidad del derecho de las mujeres a vivir libres de violencia
y son la base jurídica de la Ley 779, así como también las leyes que
sancionan la Explotación Sexual (Codigo Penal de Nicaragua, 2008) y
la de Trata de Personas (Asamblea Nacional, Ley 896, 2015).

21
Violencia contra las mujeres

Macho que se respeta


En los últimos años las investigaciones sobre representaciones
sociales han cobrado gran importancia, tanto en América Latina
como en Asia y África, principalmente.

Según Quiroga (2002) las representaciones sociales son


construcciones simbólicas de la realidad, es decir, implican un
significado común de objetos o eventos sociales o comunitarios.
Estos significados comunes dependerían de las normas sociales y
valores de esa comunidad y de su historia común.

En este mismo orden de ideas, Varela (2012) expone que las


representaciones sociales son significativas en la medida en
que movilizan emociones, pensamientos y acciones y que son
construidas en los procesos de interacción y comunicación social.
Las representaciones sociales circulan en los medios masivos de
comunicación, son incorporadas en los mensajes familiares-culturales-
religiosos e influyen en la toma de decisiones de las personas, en el
sistema jurídico y en las políticas públicas.

Un aspecto importante considerado para este estudio es lo analizado


por Moscovici (2000), quien afirma que las representaciones sociales
se generan y transforman las actividades de la vida social cotidiana,
es decir, que la masculinidad como representación social erige al
hombre en un ser “superior, único e indivisible”.

22
Realidades, desafíos y pistas para el cambio

Lo que quieren los hombres en Nicaragua


En nuestras sociedades patriarcales se ha promovido que los hombres
sean personas activas, libres, fuertes, racionales, emocionalmente
controladas. Este modelo se traduce en normas que “tienen una tarea
impostergable”: convertirse en “hombres”, sin embargo cuando se
pregunta a los hombres qué significa ser un hombre se hace obvio
que cada uno lo vive de manera diferente y que por consiguiente no
es una norma invariable, aunque la forma promovida por los grupos
de poder es hegemónica (dominante) en relación a las otras personas
y grupos, y por tanto es posible hablar de un Modelo Hegemónico de
Masculinidad (Bonino, 2002).
Para un hombre, romper esa hegemonía conlleva presión de sí
mismo y de la sociedad, y se evidencia el temor, miedo a la burla y a
la exclusión de un “mundo de hombres” que condiciona las formas de
pensar, sentir y actuar. De ahí que la masculinidad tradicional se vive
como algo “natural”, algo aprendido y que por eso mismo se puede
cambiar.
En Nicaragua se han encontrado seis temas recurrentes sobre lo que
los hombres esperan y buscan en sus relaciones de pareja, dado el
medio social en el que crecen (Montoya, 2008).
Esquema 1
Lo que los hombres esperan o buscan
en sus relaciones de pareja
Que la mujer lo atienda Que la mujer
(servidumbre femenina) dependa de él
(pasividad femenina)

Que la mujer lo entienda Que la mujer le sea fiel


(resignación y tolerancia (control de la sexualidad
femenina) femenina)

Ser él quien dirige Que la mujer le tenga hijos


la relación (fecundar como prueba de
(pasividad femenina) masculinidad)
Fuente: Elaboración propia a partir de Montoya 2008

23
Violencia contra las mujeres

Acorde con esas concepciones de lo que quieren o esperan los


hombres de sus parejas, este estudio busca un abordaje crítico de la
masculinidad que invite a una mayor participación de los hombres en
contra de la violencia hacia las mujeres. La experiencia de trabajo con
hombres ha mostrado que esto se puede lograr teniendo en mente al
menos tres ejes (Banco Mundial y MINSA, 2006):

• El cuestionamiento de las relaciones de poder.


• El reconocer el dolor y los costos de la masculinidad dominante.
• Develar las ventajas del cambio hacia la equidad.

Para el caso de América Latina existe un modelo dominante de


masculinidad que cada cultura construye y en el cual se presenta al
varón como esencialmente “superior”, por lo cual puede discriminar
y subordinar a la mujer y a otros hombres que no se adaptan a
dicho modelo. Con sus variantes nacionales y regionales podemos
considerar que en nuestros países la mayoría de los hombres adultos
basan su identidad en las expectativas de autoridad sobre las mujeres y
una serie de servicios de parte de ellas. (De Keijzer, 2002).

Por consiguiente según Connell (1987), la masculinidad hegemónica


es el sustento del poder que se ejerce desde la superioridad masculina,
asimismo implica una gran cantidad de hombres y mujeres que
estén dispuestos a sostener la hegemonía, pues al no ser un dominio
impuesto desde la exterioridad, implica un consentimiento de parte
importante de la sociedad.

24
Realidades, desafíos y pistas para el cambio

La paternidad como construcción social


Según la Comisión Económica para América Latina (CEPAL, ONU,
2002) la forma en las que los hombres se relacionan con sus hijos e
hijas tienen un origen social y cultural: son convenciones que ofrecen
una manera práctica para organizar la satisfacción de las necesidades
de los y las niñas y su inserción en la sociedad. Sin embargo son
presentadas, a través de las leyes y de las costumbres, como conductas
naturales y necesarias. El aprendizaje de los modelos de maternidad
y paternidad es promovido como una forma de que la persona sea
aceptada en la sociedad. Los acuerdos sociales de cuidado y crianza
infantil se organizan a partir de la diferenciación y jerarquización
sexual de hombres y mujeres. Además, la relación de los hombres y
las mujeres con sus hijos e hijas se ajusta y cambia de acuerdo con las
necesidades e imperativos sociales, más que biológicos.

La presencia de los padres en el hogar no garantiza automáticamente


ventajas para los niños y niñas, ya que hay cientos de hogares donde
solo la madre tiene la responsabilidad del cuido de la familia, incluso
en familias extendidas (madre, abuelos, tíos, primos, etc.). Aun
así, la presencia de los padres en el hogar tiende a crear mejores
oportunidades para los hijos e hijas, así como ayuda a la protección
de sus derechos.

Las formas de vivir las paternidades implican una dimensión


emocional y afectiva. En este sentido la convivencia con los hijos,
las hijas y la pareja es un aspecto muy importante. Esta convivencia
puede manifestarse con una serie de actividades como jugar, platicar,
llevar a los hijos e hijas al parque, a comer juntos, ver la televisión
o salir a pasear. La importancia radica en que estas actividades se
relacionan con otros significados de la paternidad como la relación
afectiva en sí misma, la educación, el conocimiento y la confianza de
los hijos e hijas. (De Keijzer, 2002).

25
Violencia contra las mujeres

Hombres que hacen la diferencia


Para este estudio también se trabajó con el enfoque de Desviación
Positiva, que parte de la premisa que en todas las comunidades
hay ciertos individuos cuyas prácticas, comportamiento fuera de lo
común, les permiten encontrar mejores soluciones a los problemas
que encuentran su vecinos, quienes tienen acceso a los mismos
recursos. (Save The Children, 2015).

Mediante este enfoque, el estudio ha identificado aquellas prácticas


que aportan a cambios o resistencias a los mandatos de género y
que puedan ser replicables desde las comunidades para deconstruir
las masculinidades hegemónicas que reproducen las conductas
discriminatorias hacia las mujeres y los ejercicios de poder y
violencias machistas. Esto nos conduce a observar la vida cotidiana
de las personas, analizar la capacidades de población, identificar las
causas socioculturales de la violencia y el nivel de responsabilidad
social para reconocer los impactos de las masculinidades negativas y
buscar nuevos referentes de cambio.

Gracias a este enfoque, se indagó acerca de los factores que han


hecho posible que hombres de una misma comunidad y contextos,
tengan una nueva actuación frente a la violencia contra las mujeres y
si estos cambios han contribuido con la disminución o prevención de
la misma; es vital valorar qué tan duraderas son estas nuevas actitudes
e identificar cambios posibles desde los entornos comunitarios y su
incidencia a mediano y largo plazo, que nos permitan encontrar pistas
o propuestas que incidan la salvaguarda del derecho que tienen
mujeres, adolescentes y niñas a vivir una vida libre de violencia.

26
CAPÍTULO 3
EL MACHISMO SE REPRODUCE,
SE APRENDE DE LOS MAYORES
Violencia contra las mujeres
Realidades, desafíos y pistas para el cambio

EL MACHISMO SE REPRODUCE,
SE APRENDE DE LOS MAYORES

E
ste estudio profundiza en las actitudes y comportamientos de
los hombres en su relación con las mujeres, las relaciones de
poder y violencia que ejercen contra ellas, así como también
destaca los rasgos de la masculinidad hegemónica presente en la
cotidianeidad y cuáles son los puntos críticos de cambios.

Su elaboración conllevó todo un trabajo desarrollado mediante


una encuesta a 1700 personas de 10 municipios del país, así como
la realización de 14 grupos focales y 130 entrevistas a profundidad
a administradores de justicia, víctimas y abogados, sobre el
conocimiento y aplicabilidad de la Ley integral contra la violencia
hacia las mujeres (Ley 779).

A continuación se presentan los resultados de la encuesta


de percepcion ciudadana y las valoraciones que los hombres
participantes en los grupos focales señalan para este análisis.

Gráfico 2
Con cuáles de las siguientes afirmaciones está usted de
acuerdo: el hombre toma las decisiones más importantes….

En la educación de los hijos 43.7%

Para distribuir los gastos del hogar 36.2%

Para la salud de la familia 22.5%

Otros 12.6%
Para que su mujer trabaje
fuera de la casa 10.8%

No sabe 10.7%

Relaciones sexuales en la pareja 8.4%

29
Violencia contra las mujeres

En el Gráfico 2 se observa que el 44% de las personas encuestadas


creen que los hombres son quienes toman decisiones más importantes
sobre la educación de los hijos, el 36% opina que la distribución de
los gastos del hogar es responsabilidad de los hombres y un 22%
considera que ellos toman decisiones sobre la salud de la familia.

Estos datos están relacionados con los mandatos sociales del Modelo
Hegemónico reafirmado en la opinión de la ciudadanía donde
hay acuerdo que los hombres son quienes toman las decisiones
importantes en relación a los hijos, lo económico y la salud de la
familia.

Otro dato de interés, muestra que el 10.8% de los encuestados


consideran que los hombres deben tomar decisiones sobre que la
mujer trabaje fuera de la casa, esto reafirma el mandato del control
sobre la vida de las mujeres y el sometimiento al poder masculino.

También es revelador que solo el 8.4% opine que los hombres son
quienes toman las decisiones en las relaciones sexuales en la pareja,
lo cual se contradice con el mandato de control del cuerpo y la
sexualidad de las mujeres por parte de los hombres, explicado en el
párrafo anterior.

En los grupos focales realizados (Bluefields, San Carlos, Malpaisillo


y Altagracia), se encuentra que estas actitudes de los hombres, se
vinculan al aprendizaje de género dentro del Modelo de Masculinidad
Hegemónico.

30
Realidades, desafíos y pistas para el cambio

Las actitudes machistas y de violencia contra las mujeres están


presentes en lo cotidiano, se refuerzan y fomentan con temores a la
homosexualidad, con burlas, chistes, y agresiones a los hombres o
niños que se comportan como “mujeres”.

“…el machismo se reproduce, los hombres sienten temor a ser


tachados como cochón, lo aprenden de los mayores como los abuelos
que dicen que no deben estar en la cocina, que el lugar de los hombres es
el campo, ordeñar, cosas de hombres”. (Grupo de hombres, Malpaisillo).

Los participantes de este estudio refieren que hay necesidad de


demostrar la hombría en el plano físico (fortaleza física, aguantar
bebidas alcohólicas, no sentir dolor), en el plano emocional (no llorar,
no enamorarse, no ser afectuoso), en el plano sexual (no usar condón,
tener muchas parejas sexuales, erección) y en la familia (llevar
amigos a la casa, la mujer debe atenderlos siempre, la mujer no debe
reclamarle nada en público).

“…yo tengo un vecino que cuando regresa a las dos, tres de la


mañana en su camioneta pone la música a todo volumen y que los
vecinos se aguanten, a su señora le grita “levántate, tenés que atenderme”
y ella tiene que levantarse e ir a la cocina a prepararle comida”. (Grupo de
hombres, Bluefields).

“El machismo está presente en hogares ricos y pobres, en


cualquier hogar se puede vivir violencia, lo que en las casas pudientes se
da a puertas cerradas”. (Grupo de hombres, Bluefields).

31
Violencia contra las mujeres

¿HAY MÁS VIOLENCIA?


Si algo no se puede dudar es que los y las encuestadas consideran
que sí ha habido un incremento en la violencia contra las mujeres en
los recientes 12 meses, lo que reafirma la misoginia y la desprotección
institucional frente a la violencia machista.
Gráfico 3
Pensando en los últimos 12 meses, ¿qué tanto considera usted
que se ha incrementado la violencia hacia las mujeres en el país?

54.2%

35.8%

8.0% 2.1%

Mucho Poco Nada NsNr

En el gráfico 3, es notorio ver que el 54,2% de las personas encuestadas


consideran un incremento en la violencia machista, percepción que
se relaciona con los relatos de los grupos focales realizados, donde
mujeres y hombres refirieron que hay un aumento y agudización de
la violencia contra las mujeres, lo cual se evidencia a través de los
femicidios.

Sin embargo, un 38.8% de los encuestados señalan que el incremento


de la violencia ha sido poco, percepción que se puede relacionar con
el discurso oficial de las instituciones del Estado: Policía Nacional y
Corte Suprema de Justicia, quienes analizan la disminución de la
violencia contra las mujeres a partir de las estadísticas de los delitos
atendidos o las denuncias recibidas en la policía.

32
Realidades, desafíos y pistas para el cambio

¿QUÉ DEBEN HACER LOS HOMBRES?


En este estudio, los hombres refieren que deben demostrar su
hombría en el ámbito físico, emocional y sexual; lo que confirma los
datos que sobre la violencia arrojó la VIII Encuesta de Percepción
sobre la Seguridad Ciudadana (Ieepp, 2015) donde el 21.4% de la
población ubica la violencia contra las mujeres entre los principales
problemas de seguridad del país, seguida por un 18.4% de la violencia
intrafamiliar.

Gráfico 4
Con cuáles de estas afirmaciones está usted más de acuerdo…
(Esta pregunta es de respuestas múltiples, por lo cual excenden el puntaje de 100%)

Los hombres siempre tienen que ser


responsables con su familia 82.1%

Los hombres siempre deben


54.9%
respetar a las mujeres
Los hombres de verdad no necesitan
comportarse con violencia 44.0%

Los hombres de verdad no se


comportan como mujeres 13.9%

Un hombre de verdad tiene 4.0%


que ser rudo

No sabe 2.6%

La mayoría de los encuestados (82.1%) está de acuerdo con que los


hombres tienen que ser responsables con su familias, un 54.9% piensa
que los hombres siempre deben respetar a las mujeres y el 44% están
de acuerdo en que los hombres de verdad no necesitan comportarse
con violencia. Este tipo de respuestas plantea una contradiccion entre
un modelo ideal de las relaciones respetuosas en la familia (el deber ser)

33
Violencia contra las mujeres

y la realidad asociada a los mandatos del modelo de masculinidad


hegemónico, que por un lado reafirman un rol de los hombres como
proveedores de la familia, una representacion social de superioridad
y privilegios masculinos.

“Un hombre de verdad es integro, tiene principios éticos, morales


y es un hombre educado, responsable con su familia, sus hijos y esposa,
es un hombre que debe dar el ejemplo”. (Grupo de hombres, Malpaisillo).

“… la parte negativa es, cuando no le hace caso a su mujer, llega


a la hora que él quiere, si no quiere no llega, bebe guaro y la mujer no
le dice nada. Siempre anda saldo en el celular, tiene viarias mujeres
y ninguna lo ha dejado y a todas las mantiene”. (Grupo hombres, San
Carlos).

Es problematizador que un 13.9% está de acuerdo con la afirmacion


de que “un hombre de verdad no se comporta como las mujeres”, esto
confirma la discriminación hacia lo femenino o el ser mujer y por otro
lado el reforzamiento de las representaciones sociales que el modelo
hegemónico considera un “hombre de verdad”, lo que sustenta la
cultura de violencia hacia las mujeres y la homofobia que tiene sus
bases en el rechazo del comportamiento femenino y la imposición de
la heterosexualidad.

34
Realidades, desafíos y pistas para el cambio

¿DEBEN PEDIR PERMISO LAS MUJERES?


Para analizar el poder y control se indagó, solo con las mujeres, el nivel
de autonomía en las actividades que realizan de forma cotidiana,
se les solicitó clasificaran aquellas actividades que podían realizar
libremente, en las que debían “pedir permiso” o las que les estaban
prohibidas.
Gráfico 5
Por favor indique: realizar libremente cada una de las siguientes
actividades, si necesita permiso o si tiene prohibido hacerla.
  Libremente Permiso Prohibido No aplica

76.50% 5.90% 1.10% 16.50%


Trabajar

36.10% 1.70% 0.40% 61.80%


Asistir a la escuela

91.60% 5.30% 0.10% 3.10%


Ir de compras

Visitar familiares o platicar 93.90% 4.40% 0.50% 1.20%


con ellos
Visitar amigos o platicar 91.40% 5.50% 0.20% 2.80%
con ellos
50.10% 8.90% 0.90% 40.10%
Ir a fiestas

43.20% 4.30% 0.70% 51.80%


Ir al cine, al teatro

81.80% 8.10% 0.40% 9.80%


Ir de paseo

93.90% 2.80% 0.10% 3.20%


Ir al médico

65.10% 4.00% 0.70% 30.10%


Usar anticonceptivos

94.50% 2.40% 0.10% 2.90%


Decidir que ropa usarás

54.00% 10.30% 0.50% 35.30%


Salir de noche

Tomar la iniciativa en las 73.30% 4.40% 0.50% 21.80%


relaciones sexuales
Solamente Mujeres Base= 51.0% (817)

35
Violencia contra las mujeres

En el gráfico No.5, se observa que la mayoría de actividades que dicen


realizar libremente estuvieron marcadas en porcentajes altos: decidir
que ropa usar 94.5%, ir al médico 93.90%, visitar familiares o platicar
con ellos 93.90%, ir de compras 91.60%, visitar amigos o platicar con
ellos 91.40%, y otras como ir de paseo 81.80, trabajar 76.50%, tomar
la iniciativa en las relaciones sexuales 73.30%. Estos datos podrían
valorarse como posibles cambios en la conducta sumisa de las
mujeres y replantean importantes resistencias al modelo hegemónico
de masculinidad.

Un dato interesante revela que el 73.30% de las mujeres refirió tomar


la iniciativa en las relaciones sexuales, lo cual resulta novedoso y
transgresor, porque abona a la autonomía de los cuerpos y el ejercicio
de los Derechos Sexuales y Derechos Reproductivos, situación que se
contrapone a realidades como la violencia sexual y que el país esté
ubicado con la mayor tasa de embarazo adolescente en la región.

Sin embargo, el uso de anticonceptivos 65.10%, ir a fiestas 50.10%


o salir de noche 54%, nos hace suponer que estas actividades
están asociadas a prohibiciones de género, la sexualidad y roles
reproductivos.

36
Realidades, desafíos y pistas para el cambio

LAS EXPRESIONES
DE VIOLENCIA EN LAS FAMILIAS
Uno de los objetivos de este estudio fue indagar sobre el conocimiento
de la Ley 779 y el reconocimiento que tiene la población de las
diferentes expresiones de violencia y la capacidad de identificación
de aquellas violencias que ocurren más en la familia y el entorno.

Gráfico 6
¿Cuáles son los tipos de violencia contra las mujeres que
ocurren más en su familia y/o entorno?
Física 26.5%
Psicológica 24.4%
Femicidio 12.9%
Intimidación o amenaza 8.5%
Sexual 5.6%
Económica 4.7%
Sustracción de hijos o hijas 3.5%
Otras (especifique) 3.1%
Patrimonial 2.0%
Explotación sexual 1.4%
Violencia en el ejercicio.. 1.1%
Trata de personas 0.9%
NsNr 42.5%

Las respuestas del Gráfico No.6 se dividen entre un 42.5% que no sabe
o no responde y el resto, que hace una identificación de las diferentes
expresiones de violencias contra las mujeres que se viven en sus
familias y entornos, donde el 26.5% reconoce la violencia física, el
24.4% la violencia psicológica, 12.9% el femicidio, 8.5% intimidación
o amenazas y 5.6% violencia sexual.

37
Violencia contra las mujeres

Resulta importante que la violencia psicológica se identifique, ya que


es una de las violencias más invisibles y cotidianas, en tanto no deja
una huella tangible. En los grupos focales con víctimas se identificó
este tipo de violencia con efectos devastadores, porque está basada
en la descalificación y el ataque a la autoestima de las mujeres.

Es de hacer notar que un 13% de los encuestados reconoce el


femicidio como un tipo de violencia, lo cual reafirma que éste ocurre
o ha ocurrido en su casa o entorno. Este dato es relevante porque
ratifica avances en el reconocimiento de este tipo de violencia extrema.

Es relevante analizar el bajo porcentaje de reconocimiento de la


violencia económica 4.7%, la sustracción de hijos e hijas 3.5% y
la violencia patrimonial 2%, no correspondiente con realidades
encontradas en los grupos focales de hombres y mujeres, que ubican
estos tipos de violencia como cotidiana en las familias y sus entornos.
Particularmente el incumplimiento de deberes alimentarios y la
disputa tutelar de los hijos e hijas, son consideras las violencias por las
que se recurre ante las autoridades para la aplicación de la Ley 779.

Los patrones culturales y los códigos de crianza, la violencia recibida y


reproducida en la familia, la fijación de los roles de género y el sistema
de valores, son algunas de las causas que los hombres participantes en
los grupos identifican como base de las violencias machistas, lo que
a su vez se percibe como un conjunto de relaciones de desigualdad,
subordinación y poder. Cuando los hombres sienten amenazado su
poder, ellos refieren que usan la violencia.

Todos los participantes de los grupos focales identificaron que los


hombres son autoritarios, que violentan a las esposas o compañeras,
inclusive durante el embarazo. También reconocen la casa como un
espacio donde se vive la violencia y explican que algunos hombres
que consumen licor exigen atención de sus parejas.

38
Realidades, desafíos y pistas para el cambio

EL HOMBRE MACHISTA AMA,


PERO A SU MANERA
Resulta difícil escuchar una frase del tipo “el amor lo puede todo”,
viniendo de hombres que históricamente han actuado con conductas
violentas. Esto refleja que la violencia muchas veces ocurre “en
nombre del amor” porque los hombres “aman a su manera”, como dijo
un grupo de hombres de Malpaisillo, abordados para este estudio.
Gráfico 7
Con cuáles de las siguientes afirmaciones
está usted más de acuerdo:
El amor lo puede todo 65.8%

A las mujeres ni todo el amor, ni todo el dinero 27.3%

Las personas para vivir felices deben tener una pareja 21.0%

Si tu novia te quiere, te tiene que dar la prueba de amor 5.5%


En algunas ocasiones una bofetada a tu pareja está
justificada 3.7%

Otras (especifique) 2.9%


Pregunta de respuestas múltiples formulada solo a hombres,
excede el puntaje de 100%

Como vemos en el gráfico No.7, un 65.8% estuvo de acuerdo con la


afirmación “el amor lo puede todo”. Esta respuesta coincide con lo
que señalan los hombres en los grupos focales, que en nombre del
amor se puede cambiar conductas que afectan a la familia.

“…cuando un hombre ama, un hombre cambia, no es imperioso


y respeta, ayuda a su familia... si el hombre no tiene amor, no tiene
sentimiento y no hay interés de cambiar… los hombres tenemos amor y
lo expresamos diferente… el hombre machista ama, pero a su manera”.
(Grupo de hombres, Malpaisillo).

39
Violencia contra las mujeres

La necesidad de profundizar sobre la concepción del amor en el


imaginario de los hombres, es necesaria en tanto las representaciones
sociales sobre la construcción de los “hombres de verdad” valoran como
debilidad masculina la expresiones de sentimientos, contrario a las
mujeres donde se fomenta el amor romántico en la relaciones de pareja
y el sacrificio o renuncia de derechos propios para mantener la familia.

“A las mujeres, ni todo el amor, ni todo el dinero”, fue la respuesta que


dio el 27.3% de los encuestados, una tesis que sirve para confirmar la
desconfianza masculina hacia las mujeres y el control del patrimonio
en el ámbito de la familia.

El hecho que el 21% de los encuestados señale que “las personas


para ser felices deben vivir en pareja”, significa que se podría explorar
cambios si se profundiza sobre los parámetros de felicidad en la vida
de pareja y cómo esto se relaciona con el respeto de los derechos de
las mujeres y la apuesta por la igualdad.

De los encuestados, el 5% de los hombres opinó que “si tu novia te


quiere, te tienen que dar la prueba de amor”, lo que demuestra que se
mantiene vivo el viejo patrón de que la mujer “no vale sino es virgen”
y que debe llegar virgen a su primera relación o para comenzar su
vida en pareja.

Y si ya eso es preocupante, lo es más aún el hecho de que el 4% de los


encuestados consideró que en “algunas ocasiones una bofetada a la
pareja está justificada”, a pesar de que en los grupos focales identifican
que la violencia física está presente en todas las relaciones familiares,
y que no hay justificación para ejercerla.

40
Realidades, desafíos y pistas para el cambio

LOS EMBARAZOS,
¿DE QUIÉN SON RESPONSABILIDAD?
A menudo se escucha decir a los hombres “me tienen un hijo” o
“ella me tiene dos hijos”. 10 de cada 100 hombres aseguran que la
responsabilidad de evitar los embarazos es de la mujer.

Gráfico 8
Con cuáles de las siguientes frases está usted más de acuerdo
Si un hombre embaraza a una mujer
el hijo es responsabilidad de los dos 76.3%

La pareja debe decidir en conjunto si


quiere tener un hijo 55.5%

El hombre necesita tener más sexo


que las mujeres 14.0%

Es responsabilidad de la mujer evitar


los embarazos
10.7%

Otras (especifique) 0.1%


Solamente Hombres
Base= 49.0% (784)1 - Respuestas múltiples - Exceden el 100.0%

En el gráfico No.8 se establece la responsabilidad de los cónyuges con


respecto al embarazo. Así, el 76.3% de los encuestados están de acuerdo
en que “si un hombre embaraza a una mujer, es responsabilidad de
ambos” y un 55.5% de que “la pareja debe decidir en conjunto si quiere
tener un hijo”, de igual manera señalan que los hombres deben ser
buenos padres y ser responsables con los hijos (as).

41
Violencia contra las mujeres

Pero, contrario a esta percepción encontramos que un 10.7% afirma


que “es responsabilidad de la mujer evitar los embarazos”.

Esa falta de responsabilidad de ciertos grupos de hombres quedó


demostrada en los grupos focales, donde las mujeres identificaron
como parte de las violencias que viven, la irresponsabilidad de los
hombres de brindar alimentos a sus hijos/as.

Pero sí es de destacar como un hallazgo positivo el hecho que exista


apropiación de los hombres de lo que idealmente representa la
responsabilidad paterna, lo que podría constituir fundamentos para
la elaboración de estrategias a partir de la concientización, y así incidir
en cambios y resistencias al modelo hegemónico y la construcción de
nuevas representaciones sociales.

Sobre la sexualidad, un 14% opinó estar de acuerdo con la frase “el


hombre necesita tener más sexo que las mujeres”, lo que refuerza
mitos de la sexualidad masculina para justificar el deseo carnal y la
posesión de los cuerpos de las mujeres. En este sentido los hombres
de los grupos focales reconocieron que en la realidad lo que existe es
intención de privar del placer sexual a las mujeres.

“Nos han sembrado la idea de que los hombres tenemos más


necesidades sexuales, pero la realidad es que somos iguales… un asunto
claro es que a las mujeres se les priva del placer sexual”. (Grupo de
hombres, San Carlos).

“Tanto hombres y mujeres somos activos en la sexualidad, en


algunos casos las mujeres son más exigentes y otras los hombres son
más exigentes. Hay mujeres que tienen más placer que el hombre. Eso
depende de cada pareja o de la situación”. (Grupo de hombres, Ometepe).

42
Realidades, desafíos y pistas para el cambio

“Si el hombre tiene ganas y la mujer no tiene ganas, la que manda


es la mujer… las mujeres castigan a los hombres con el sexo, cuando les
dicen que están cansadas, o con el semáforo (la menstruación) o andan
arrecha con la pareja”. (Grupo de hombres, San Carlos).

En las prácticas sexuales los hombres señalaron diferencias


dependiendo de las mujeres que visualizan como parejas (novias,
esposas, compañeras, madres de sus hijos) y las mujeres para
relaciones eventuales.

“…si es con su pareja y uno lleva años de estar juntos, hay


confianza de hacerlo (sexo oral), pero que si es una mujer de la calle
que no conozco, para un ratito y no sé de donde viene… ahí la cosa esta
chiva”. (Grupo de hombres, San Carlos).

Los participantes de los grupos focales también reflexionaron sobre los


mitos alrededor del tamaño del pene, los miedos de no “funcionar bien”
al momento de tener sexo y sobre la falta de erecciones que pongan
en duda su hombría o virilidad, así mismo evidenciaron el miedo a
que una mujer con la que se tiene una aventura salga embarazada. En
municipios más rurales (Altagracia, San Carlos) se plantearon dudas de
que las mujeres puedan tener un orgasmo, ellos consideran que lo que
existe es un desahogo o placer por parte de ellas.

“No entiendo cuál es la diferencia entre un orgasmo masculino y


el femenino, para mí es un desahogo lo que se produce en ambos, ahora
dicen que las mujeres se orgasman, los hombres nos desahogamos, no
entiendo mucho eso”. (Grupo de hombres, San Carlos).

43
Violencia contra las mujeres

Los participantes en general reflexionaron sobre lo difícil que resulta


reconocer que a un hombre le guste otro hombre y expresaron
temores de reconocer la homosexualidad por la intolerancia, el
repudio y la discriminación social.

“Si queremos a otro hombre no se debe decir en público, eso es


peligroso, no expresamos esos sentimientos, nos van a ver raros, nos
castigan con el repudio y las burlas”. (Grupo de hombres, Malpaisillo).

DE “PIROPOS” Y “HALAGOS”
Con el propósito de indagar el reconocimiento de la violencia en los
espacios públicos, se preguntó a las mujeres sobre que las hace sentir
inseguras cuando salen a la calle. Muchas de esas violencias son las que
hoy día algunos hombres llaman “piropos” para “halagar a las mujeres”.
Gráfico 9
¿Qué hace sentir a las mujeres inseguras cuando salen a la calle?
Asalto a mano armada 43.8%
Que las persigan 22.0%
Que intenten
detenerlas para.. 16.9%
Los manoseos o
intentos de.. 16.2%
Que las accidenten 15.4%
Las miradas morbosas 15.8%
Que las estén
esperando para.. 13.3%
Los piropos 11.9%
Los silbidos 5.1%
Otras (especifiquen) 4.9%
Solamente Mujeres
Base= 51.0% (817). (Respuestas múltiples - Exceden el 100.0%)
44
Realidades, desafíos y pistas para el cambio

En el gráfico No.9 se identifican diferentes expresiones de violencia


en los espacios públicos. Se destacan con un 43.8% los asaltos a mano
armada, seguido del temor a que las persigan 22% y posteriormente
las diferentes formas de acosos (miradas morbosas, manoseos,
piropos y silbidos). Estas formas de violencia cotidiana los hombres
las reconocen como piropos para “halagar” a las mujeres.

Esta percepción coincide con sondeos de opinión y monitoreo


particulares que grupos de mujeres jóvenes han realizado para poner
en el debate público el acoso callejero como expresión de la violencia
machista. En Managua, 9 de cada 10 mujeres sufren de acoso callejero.
(END, 2015)

¿QUÉ TAN EFECTIVAS


SON LAS AUTORIDADES?
La encuesta buscó conocer la percepción ciudadana sobre la
efectividad de la actuación del Estado en la prevención de la violencia
contra las mujeres, así como la sanción a los agresores en los casos de
abuso sexual de adolescentes y niñas. Casi la mitad de los encuestados
confía en el actuar de las autoridades; pero la otra mitad se debate
sobre la eficacia de las medidas.

45
Violencia contra las mujeres

Gráfico 10
¿Qué tan efectiva le parece la actuación del Estado en castigar
severamente a los abusadores sexuales?

47.8%

34.0%

8.9%
7.6%
1.6%
Muy efectiva Algo efectiva Poco efectiva Nada efectiva NsNr

En el gráfico No.10 se observa que 47.8% de la ciudadanía refiere


una actuación efectiva y 37% algo efectiva, este dato se contradice
con lo expresado en los grupos focales de hombres y mujeres donde
existe una valoración negativa en general de la actuación del Estado
en materia de justicia para las mujeres a partir de la limitaciones
ocasionadas con la implementación del Reglamento de la Ley 779
(Decreto Ejecutivo No. 42, 2014).

46
Realidades, desafíos y pistas para el cambio

El gráfico 11 tiene mucha similitud con este cuestionamiento de la


eficacia de las autoridades. A las personas encuestadas se les preguntó
sobre la respuesta del Estado en la prevención de la violencia hacia
las mujeres, y al menos el 55% confiesa que la respuesta ha sido algo
efectiva y poco efectiva.

Gráfico 11
¿Qué tan efectiva le parece la actuación del Estado en: Prevenir
la violencia contra las mujeres?

42.9%
33.1%

13.9%
9.0%
1.1%
Muy efectiva Algo efectiva Poco efectiva Nada efectiva NsNr

Se debe considerar elementos del contexto político del país, donde


las encuestas resultan contradictorias cuando se trata de brindar
valoraciones sobre el gobierno o las instituciones públicas, la misma
población se contradice en preguntas relacionadas a la efectividad
en la administración de justicia o la aplicación de leyes donde se
identifican obstáculos y/o limitaciones.

47
Violencia contra las mujeres

“SI EL HOMBRE NO QUIERE,


NO VA A CAMBIAR”
Uno de los objetivos de este estudio era provocar reflexiones sobre
puntos claves de resistencias al modelo de masculinidad hegemónica
que puedan explorar pistas de cambios en conductas, valores o
estereotipos de género y que apunten a la definición de estrategias
comunitarias que promuevan la igualdad entre hombres y mujeres.
Como parte del estudio se pidió a las personas encuestadas que
seleccionaran al menos tres frases con las que estaban de acuerdo.
La mayoría se inclinó por la idea de que un padre comprometido le
dedica tiempo a la crianza y educación de sus hijos e hijas.

Gráfico 12
Mencione al menos 3 frases con la que usted está de acuerdo…
Un padre comprometido le dedica tiempo
a la crianza y educación de sus hijas/os 75.1%

Es importante enseñar a los niños a


respetar los derechos de las mujeres 52.7%

Es importante enseñar a los niños


varones a ser cariñosos y comprensivos 33.6%

Las niñas deberían ser criadas con las


mismas libertades que los niños 15.9%
Cambiar pañales, bañar y alimentar a
los niños o niñas es responsabilidad de 7.7%
la madre
Un niño puede jugar con juguetes o
ver programas de niñas 5.6%

NsNr 0.6%

Otras (especifique) 0.1%

48
Realidades, desafíos y pistas para el cambio

Los resultados del Gráfico No.12, revelan que el 75%, está de acuerdo
con la frase “un padre comprometido le dedica tiempo a la crianza y
educación de sus hijas e hijos”. El 52,7% refiere que “es importante
enseñar a los niños el respeto a las mujeres” y 33.6% suscribe
que “es importante enseñar a los niños varones a ser cariñosos y
comprensivos”.

Las respuestas marcan una tendencia positiva de concienciación del


deber ser en las relaciones familiares, del respeto de los derechos
de las mujeres y la importancia de enseñar a los niños conductas
asignadas al comportamiento de las niñas. Esto se contrapone en
los planteamientos de la cultura patriarcal y los mensajes de la
masculinidad hegemónica analizados por Bonino (2002).

Las reflexiones de los grupos de hombres donde el deseo de cambiar


plantea claras resistencias al modelo, representan una oportunidad
para construir referentes de cambios a partir de nuevas narrativas que
se contraponen a la matriz del poder de la masculinidad hegemónica.

“Si cambiamos a los adultos, también cambian a sus hijos, y la


cosa cambia. Hay que trabajar los asuntos emocionales de los hombres,
la felicidad es la clave para cambiar a los niños, deben crecer en ambiente
respetuoso, un hombre diferente creció en un hogar diferente, las
mujeres ayudan a que los niños sean diferentes, no machistas”. (Grupo
de hombres, Malpaisillo).

49
Violencia contra las mujeres

“… el comportamiento es un ejemplo, yo no he pasado cursos y


tengo una buena relación con mi familia y compartimos los roles, esto
del género, debería meterse en la currícula escolar para cambiar a los
chavalos”. (Grupo de hombres, Malpaisillo).

“Cada hombre puede cambiar, nadie hace cambiar a nadie, si el


hombre no quiere, no va a cambiar”. (Grupo de hombres, Malpaisillo).

“Uno puede ser siempre mejor, pero hay que cambiar primero.
Hay que reflexionar sobre el tipo de vida, la trayectoria que ha sido
pésima, cambiar y reflexionar como seres humanos”. (Grupo de hombres,
San Carlos).

Es importante mencionar que frases como las “niñas deberían ser


criadas con las mismas libertades que los niños” obtuvo solo 15.9% de
suscriptores. Menor acuerdo indicaron para las frases que refuerzan
roles o estereotipos de género como el cambiar pañales 7.7% o el
jugar o ver programas de niñas 5.6%.

50
Realidades, desafíos y pistas para el cambio

¿QUÉ HACER PARA PREVENIR


LA VIOLENCIA?
En este estudio también se exploró el nivel de apoyo de la
participación ciudadana en la prevención de la violencia a partir del
reconocimiento del trabajo que realizan las organizaciones, y llama la
atención que resulta fundamental la disponibilidad de la ciudadanía
para participar en actividades de prevención contra la violencia hacia
las mujeres.

Gráfico 13
Hay organizaciones sociales que promueven acciones para
prevenir la violencia contra las mujeres. Señale las acciones que
usted más apoyaría.
Participar en grupos de reflexión
o charlas 28.1%
Participación en campañas 19.7%

Firmas de pronunciamientos 19.7%


Promover y compartir mensajes
en redes sociales 16.3%

Ninguno 15.1%
Distribuir y utilizar materiales de
prevención 14.9%
Participar en marchas o 14.6%
movilizaciones
NsNr 5.3%
(Respuestas múltiples - Exceden el 100.0%)

El gráfico No.13, muestra que el 28.1% de los encuestados participaría


en grupos de reflexión o charlas, seguido de la participación en
campañas y firma de pronunciamientos, con un 19.7% cada uno.
En el mismo orden, 16.3% está dispuesto a promover o compartir

51
Violencia contra las mujeres

mensajes en redes sociales, y menos del 15% participaría en marchas


y distribución de materiales. Estos datos son importantes en aras
de tomar decisiones dirigidas al diseño de estrategias en el nivel de
respuestas comunitarias para la prevención de la violencia. Resulta
fundamental la disponibilidad de la ciudadanía para participar en
actividades de prevención contra la violencia hacia las mujeres.

Los hombres participantes de los grupos focales en Malpaisillo, San


Carlos y Bluefields identifican como acciones de prevención de la
violencia las capacitaciones y los procesos formativos pues les han
ayudado a reflexionar y cambiar, valoran la necesidad de procesos
educativos en los colegios y la comunidad de forma sistemática y el
ideal de que las instituciones del Estado contribuyan a estos esfuerzos.

Otras de las preguntas realizadas en este estudio fue sobre la


participación para luchar contra la violencia machista y la respuesta
institucional que se debe dar. Para ello se hicieron preguntas para
explorar posibles cambios a partir de la Ley 779 y su aplicabilidad.

Gráfico 14
La ley 779 contribuye para que a las mujeres se les
respeten sus derechos

87.1%

10.5% 2.4%

Acuerdo Desacuerdo NsNr

52
Realidades, desafíos y pistas para el cambio

En el gráfico No.14 se refleja que el 87.1% está de acuerdo en que la


Ley 779 contribuye a que a las mujeres se les respeten sus derechos,
frente a un 10.5% que manifiesta lo contrario.

Con el mismo propósito se indagó sobre si la ley ha contribuido a la


disminución de la violencia y se encontró que el 68.5% expresa estar
de acuerdo en que ha contribuido a la disminución y un 28.7% afirma
lo contrario. Más allá de las respuestas, esto refleja que los cambios
al ordenamiento jurídico pueden servir de apuesta a la resistencia
de los modelos hegemónicos y fortalecer la cultura de respeto a los
derechos.

Gráfico 15
La Ley ha servido para disminuir la violencia
contra las mujeres

68.5%

28.7%
2.2%

Acuerdo Desacuerdo NsNr

En este gráfico 15 se demuestra que estas percepciones son positivas


en tanto se asocia la existencia de la ley con la posibilidad del respeto
de los derechos de las mujeres. Esta respuesta coincide con las
reflexiones de los grupos de mujeres víctimas de violencia machista y
las líderes defensoras de organizaciones que señalan que al inicio de
la aprobación de la ley se sintió un reposicionamiento de los derechos
de las mujeres y que los hombres estaban asustados de las sanciones
que la ley contemplaba.

53
Violencia contra las mujeres

También se podría valorar como positivo el impacto social que


provocan los cambios al ordenamiento jurídico, puesto que puede
contribuir a la apuesta de resistencia al modelo hegemónico desde el
fortalecimiento de la cultura de respeto de los derechos.

CAUSAS DE QUE LA LEY 779


NO SE APLIQUE POR IGUAL
El estudio también indagó sobre las posibles causas de que la ley no
se aplique de igual manera a los agresores y es llamativo saber que
más del 40% de encuestados afirma que la desigualdad existe debido
a la existencia del pensamiento machista.

Gráfico 16
¿Cuáles son las causas de que la Ley 779 no se aplique de igual
manera para todos los agresores?

40.7%

30.2%
21.2% 20.9%
17.6%

1.9%

Porque Por la NsNr Por el tráfico de Por la Por otras


predomina un corrupción que influencias en las complicidad causas
pensamiento hay en la instituciones que existe
machista administración públicas entre los
de justicia mismos
hombres
(Respuestas múltiples - Exceden el 100.0%)

54
Realidades, desafíos y pistas para el cambio

Un 40.7% de las personas encuestadas señalan que la desigualdad


en la aplicación se da porque predomina un pensamiento machista,
el 30.2% consideran que es por la corrupción que hay en la
administración de justicia y el 20.9% por el tráfico de influencias
en las instituciones públicas frente a un 17.6% que afirma es por la
complicidad existente entre los mismos hombres.

“PAGUÉ MI LIBERTAD CON SANGRE,


ÉL ME PEGÓ UN BALAZO”
A partir de la realización de grupos focales con mujeres víctimas
de violencia, mujeres líderes y defensoras de los diez municipios
seleccionados, se identificaron los conocimientos que tienen de la Ley
779 y de los tipos de violencia a partir de sus experiencias personales
y de lo que viven otras mujeres en el entorno.

Se observó que los tipos de violencia que identifican son


mayoritariamente la física, verbal, las amenazas, las más crueles
como el femicidio, la violencia sexual y los embarazos de niñas y
adolescentes.

En los diferentes territorios se observó concordancia entre las mujeres


sobre la percepción de que la violencia patrimonial es frecuente y tiene
relevancia para ellas y sus hijos/as, esta se expresa en echarlas de la
casa y negar la manutención de los hijos e hijas, las prohibiciones de
salir a trabajar y el aislamiento en el ámbito doméstico. Este hallazgo
se contradice con las percepciones expresadas por las personas que
respondieron la encuesta de percepción en la que solamente 2%
reconoce que la violencia patrimonial ocurre en su familia y entorno.

55
Violencia contra las mujeres

“Yo pienso que no solo la violencia del golpe es la más común


porque es la que vemos, pero muchas veces psicológicamente el hombre
o el funcionario quien sea, hace mucha más violencia que la que crítica
porque yo preferiría que me den un golpe y no que digan barbaridades
porque es una cosa que te mina por dentro”. (Víctima de violencia
machista, grupo focal).

Las líderes de las organizaciones de mujeres señalan que a pesar


del trabajo realizado, la violencia contra las mujeres va en aumento
y su dinámica se mantiene. Afirman que el pensamiento sumiso
está relacionado con los mandatos de género y prevalece entre las
mujeres en sus municipios, lo que hace difícil que ellas puedan salir
del ciclo de la violencia.

Valoraron que en las zonas rurales los impactos son más notorios
porque las mujeres permanecen más tiempo en sus casas; a diferencia
de las urbanas, que realizan trabajos fuera y al tener oportunidades
de generar ingresos tienen más posibilidades de salir de la violencia.

“Lo que puedo percibir es que se ha aumentado visiblemente


la violencia, se ha hecho más publica, ha habido un incremento de la
severidad de la violencia hacia la mujer, los femicidios de Estelí y Villa el
Carmen son espeluznantes”. (Lider, grupo focal).

Las mujeres conocen la existencia de la Ley 779 y los beneficios que


representa para su acceso a la justicia, reconocen aspectos claves
como la tipificación del delito de femicidio. Reiteran que la ley es
buena, pero no se aplica por parte de las instituciones del Estado.
Valoran además que al inicio de su entrada en vigencia, la aplicación
de la ley hizo sentir su fuerza, de modo que algunos hombres sintieron
temor, y las mujeres seguridad.
56
Realidades, desafíos y pistas para el cambio

En los diferentes municipios consultados, las mujeres víctimas


afirmaron que al introducirse las reformas y reglamentación de la Ley
779, se sintieron menospreciadas debido a que no fueron escuchadas
por las instituciones del Estado facultadas para la aplicación de la ley.
Contrario a los relatos de las dificultades, una sobreviviente de un
femicidio frustrado, señaló que su caso fue sancionado conforme
lo establecido en la Ley 779 cuando no había reglamento y relató
que fue un caso considerado emblemático por la ciudadanía y las
autoridades.

“… pagué mi libertad con sangre, el me pegó un balazo, pero fue


algo muy lindo el apoyo de las organizaciones y la gente, él está preso
con 23 años de cárcel. Ahora dicen que la ley cambió y hay quejas de la
Comisaria no hace nada”. (Víctima de violencia machista, grupo focal).

“AL INICIO LA LEY


ERA DIFERENTE”
Importantes opiniones se desprenden de las entrevistas realizadas a
funcionarios públicos relacionados con la aplicación de la Ley 779.
Para este estudio jueces, policías y fiscales que accedieron a brindar
entrevistas y valoraron la utilidad de la ley para el acceso a la justicia.

Todas las personas entrevistadas coinciden en su análisis marcando


un antes y después de la reforma y reglamentación de la Ley 779 con
relación al acceso a la justicia y el derecho de las mujeres a vivir sin
violencia.

57
Violencia contra las mujeres

“Al inicio de la ley era diferente, el sistema de atención a las


víctimas, las orientaciones eran ser duro con los agresores y siempre o
casi siempre se decretaba prisión preventiva. Las comisarias funcionaban
con mayor fuerza, las investigaciones eran completas y los fiscales tenían
que fundamentar bien las acusaciones para que los agresores fueran
sancionados” (Funcionario público, entrevista).

Al inicio había resultados ágiles de los procesos desde la entrevista


única a la víctima, prevista en el Modelo de Atención Integral (CSJ,
MINSA, CMN y otros, 2012) y se brindaba mejor protección con la
aplicación de las medidas cautelares y la prisión preventiva de los
agresores.

“Los procesos se llevaban en un tiempo record, en comparación


a los procesos anteriores a la ley, que eran engorrosos. Con la Ley 779 los
casos de pensión de alimentos se elevaron y los hombres pagaron más
sus obligaciones con los hijos e hijas”. (Funcionario público, entrevista).

Un abogado entrevistado para este estudio respecto de la utilidad de


la Ley 779, indica que el primer momento de la aplicación de la ley
fue de mucho aprendizaje desde los aspectos técnicos y el ámbito
de aplicación que era muy especializado. En el segundo momento
(después de la reglamentación) ésta ley fue debilitada, tanto que
actualmente no hay especialización, ni respuesta oportuna cuando
las víctimas denuncian.

Valora que la aplicación de la ley facilitaba el ejercicio de los derechos


de las víctimas y se incrementaba su seguridad.

58
Realidades, desafíos y pistas para el cambio

“Se decretaban medidas cautelares para que el agresor saliera


de las casas de las víctimas, giraban órdenes de detención una vez
interpuestas las denuncias. Los procesos investigativos lograban
judicializar los delitos de violencia física, psicológica, patrimonial y
económica” (Abogado, entrevista).

“En la actualidad el acceso a la justicia se ha debilitado


grandemente, no hay comisarias, las denuncias no son tramitadas y
todo lo están mandando a mediación o lo quieren resolver con charlas
en el Ministerio de Familia, esto es frustrante para mujeres y para las
abogadas que no podemos hacer mucho”. (Abogado, entrevista).

Diferente es la percepción del funcionario policial entrevistado quien


valora que la violencia que ocurre en el municipio es leve y que las
mujeres no se están presentando a denunciar.

“Ahora desde auxilio judicial se ve lo de las Comisarias a nivel


zonal porque estas se fusionaron con Auxilio Judicial. En este Municipio
no hay casos relevantes de violencia relacionada con la violencia hacia
las mujeres, solo casos leves se presentan en la oficina de la CMN y aun
estos son muy pocos, otras mujeres no vienen a denunciar por no perder
sus hogares.”. (Funcionario policial, entrevista).
Acerca de las necesidades para la aplicación de la ley se presenta clara
concordancia entre las personas consultadas acerca de la importancia de:

• Restablecer el funcionamiento de las Comisarias de la Mujer.


• Poner en práctica los protocolos de atención con que cuenta
cada institución que participa de la ruta de justicia.
• Contar con los presupuestos adecuados para elevar las
capacidades institucionales.

59
Violencia contra las mujeres

• Fortalecer la institucionalidad con: el nombramiento de más


fiscales, establecer los Juzgados Especializados de violencia,
la contratación de los equipos interdisciplinarios establecidos
en la Ley 779.

SIN MEDIDAS DE PROTECCIÓN


EL RIESGO AUMENTA
Las víctimas de violencia que pasaron por diferentes instancias
policiales y del sistema de justicia, consideran que la respuesta
institucional no es adecuada. Expresan insatisfacción por haber
recibido malos tratos por parte de funcionarios y funcionarias de las
instancias policiales de sus municipios. Expresan que hay muchos
trámites que vuelven complejo y prolongado el proceso, incluso
tienen la percepción de que con todo ello se obstaculiza la denuncia.
En algunos casos señalaron haber vivido experiencias de soborno de
los agresores hacia funcionarios en los que estos ofrecieron dinero
para que no prosperaran las denuncias.

“Entonces qué pasa? El papá del muchacho no es que tenga


dinero, pero si les tira, cuando anda les da. En una ocasión yo estaba
frente de la casa y les dijeron que yo llegué a poner la denuncia, el papá
le dio 500 córdobas, no hicieron nada y el muchacho se fue y ahí están
tranquilos. Mi mamá llamaba con insistencia a la policía preguntando
qué había pasado, pero no le contestaban”. (Víctima de violencia
machista, grupo focal).

Por otro lado, señalaron que las órdenes de captura emitidas no


se ejecutan por la Policía Nacional y atribuyen esta situación a las
nuevas orientaciones del Sistema de Justicia, particularmente ante el
incumplimiento de las pensiones alimenticias.
60
Realidades, desafíos y pistas para el cambio

En los municipios de Masaya, Esquipulas y Santo Domingo, las


mujeres denunciaron que esta situación es por parte de los hombres
una forma de ejercicio de poder masculino y de impunidad ante
delitos que afectan los derechos de las mujeres y la niñez. En este
caso, las mujeres afirman sentir desgaste emocional y económico al
denunciar la violencia.

Un hecho que destaca es que la violencia física, verbal, daños al


patrimonio y amenazas graves hacia las mujeres, la ejercieron hombres
en estado de ebriedad. En algunas de estas circunstancias, la decisión
policial ha sido de no capturar ni abrir procesos investigativos de
las denuncias de violencia. En los casos en que las mujeres lograron
que sus denuncias fueran recibidas les pidieron hacer arreglos
de pensión alimenticia dejando sin respuesta las otras formas de
violencia. Según las participantes todas las situaciones incluyendo la
mediación impuesta, constituyen obstáculos para incluir el derecho
de las mujeres a vivir libres de violencias. Mujeres de los municipios de
Masaya, Ciudad Sandino y Esquipulas expresaron haberse encontrado
en situaciones de discriminación por favoritismos de las autoridades
con las personas “de buena presentación” que pueden ofrecer dinero,
así como con los hombres agresores.

Otro aspecto de los cambios en la Ley 779 y su reglamentación de


acuerdo con las valoraciones de las mujeres en el área rural, (Esquipulas,
Somoto y Santo Domingo) se relaciona con la invisibilización del
delito de femicidio. Al respecto, opinaron que la mayoría de femicidios
fueron en relaciones de pareja; por lo que se piensa que aun con sus
cambios, la ley no invisibiliza estos casos. Sin embargo el problema se
plantea cuando el autor del delito no es pareja de la víctima.

61
Violencia contra las mujeres

Una contrariedad en la búsqueda de justicia por parte de las mujeres


que son víctimas, es la falta de información acerca del proceso de
denuncia y de los derechos que tienen durante el mismo. Eso, afirman
las mujeres entrevistadas, no es explicado en la instancia policial y en
consecuencia, muchas veces no se aplican medidas pre cautelares ni
cautelares porque las víctimas desconocen el procedimiento y no las
solicitan.

La falta de protección a las mujeres que han acudido a las instituciones


con el propósito de interponer una denuncia, se percibe como un
mayor riesgo para ellas. En esos casos las víctimas viven con temor de
perder su vida.

Un jefe policial municipal para este estudio manifestó que existen


casos de abusos sexuales y otros tipos de violencia grave, pero no
vienen a la policía a denunciar y están en silencio en sus casas.

LAS CONSEJERÍAS DE FAMILIA


NO GARANTIZAN JUSTICIA
Las líderes de organizaciones de Managua, Bluefields, Malpaisillo,
Altagracia, Somoto y San Carlos, coincidieron en que con la entrada
en vigencia de las reformas y la implementación del reglamento a
la Ley 779 existe una menor respuesta institucional. La puerta de
entrada constituida por las Comisarias de la Mujer y la Niñez, se cierra
al fusionarse estas con la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ) de la
Policía Nacional.

62
Realidades, desafíos y pistas para el cambio

De acuerdo con las líderes entrevistadas, la eliminación de las


comisarias significa que todo el engranaje queda incompleto y los
fiscales se quedarán sin mayores armas para acusar. Ante la falta de
personal civil especializado y dado que en el DAJ de la policía solo
priorizan los casos de violencia grave como femicidio y lesiones
graves; el resto son enviadas al Ministerio de la Familia (MIFAM) para
las Consejerías Familiares previstas en el Reglamento.

En este sentido identificaron el rol importante que se ha asignado a


las Consejerías Familiares del MIFAM. En la práctica, según refieren las
víctimas y abogadas, se promueven los arreglos y la reconciliación
sustituyendo las denuncias que corresponden ante hechos que
constituyen delitos establecidos en la Ley 779.

“La forma de intervenir ante las denuncias es al revés, no las


atienden, las minimizan y clasifican las denuncias en menos graves para
ofrecerles la mediación o para remitirlas al Ministerio de la Familia donde
desarrollan las consejerías familiares”. (Líder, grupo focal).

De acuerdo con el reglamento, las víctimas son remitidas de la Policía


Nacional a las consejerías familiares donde incluso puede ordenarse
psicoterapia para los agresores conjuntamente con la víctima.
Esto es percibido por las mujeres víctimas entrevistadas como una
imposición que las lleva a abandonar los casos.

Por su parte, las líderes de las organizaciones señalaron que los


grupos civiles han trabajado décadas promoviendo la ruptura del
ciclo de la violencia mediante la denuncia, apoyados por la Policía
Nacional como una de las puertas principales del acceso a la justicia
mediante las comisarias.

63
Violencia contra las mujeres

Los obstáculos que enfrentan las víctimas para encontrar protección


en las autoridades son múltiples: no hay priorización de los casos, las
mujeres que llegan a las comisarias no cuentan con una valoración de
riesgos y tampoco son remitidas a los albergues de las organizaciones,
lo cual las expone a la agudización del ciclo de la violencia y el
femicidio.

Las líderes entrevistadas son enfáticas al reconocer que en la


actualidad la ruta de acceso a la justicia es más compleja, primero por
el cierre de las comisarias como órganos especializados en la Policía
Nacional y segundo por el nivel de riesgo que viven las mujeres que
buscan salir del ciclo de la violencia.

VÍCTIMAS DESPROTEGIDAS
El establecimiento de Consejerías Comunitarias constituye para
las líderes un obstáculo en la búsqueda de justicia, porque sus
intervenciones están encaminadas a proteger la unión familiar, aun
cuando en ésta priorización se pone en riesgo a las mujeres que viven
violencia en el seno de esa familia.

“Yo lo que he podido observar es que a partir de las reformas a la


Ley 779 y el desmantelamiento de las comisarias si se ha agudizado la
violencia, porque las mujeres se sienten desprotegidas porque van a la
policía, no las atienden, por la denuncia, por la queja que están dando,
sino que las están mandando a su casa y le dicen vaya arréglelo, ese es
un problema que lo pueden solucionar o váyase a Mi Familia”. (Líder,
grupo focal).

64
Realidades, desafíos y pistas para el cambio

Por su parte, los jueces entrevistados consideran que el reglamento


hizo cambios en el actuar de la policía, porque solo las denuncias que
se consideran graves pasan a la fiscalía y esos son los casos que llegan
a los juzgados, aunque sí opinan que hace falta volver al modelo
interdisciplinario en la atención a las víctimas.

De igual manera, los fiscales entrevistados expresaron que la


limitación principal está en la denuncia en la policía, ya que los
agentes mandan a las víctimas al Ministerio de Familia para que
hagan arreglos con el agresor. Según los fiscales entrevistados, hay
orientaciones verbales de los jefes superiores para que no se haga el
proceso antes de las reformas.

Así mismo, las abogadas coinciden en que no permitirles acompañar


a las víctimas, constituye en la práctica una violación básica de su
derecho de ser representadas y asesoradas, lo que las ubica en total
desventaja jurídica ante el agresor que sí cuenta con un abogado.

MEDIAR VULNERA DERECHOS


“Las víctimas con tantas vueltas desisten de seguir la denuncia o
son presas fáciles para resolver el caso en una mediación que al final solo
favorece al agresor porque lo libera de la sanción ante el delito cometido”.
(Abogado, entrevista).

Respecto a la mediación, las personas entrevistadas en los diferentes


municipios reafirmaron el riesgo que este proceso significa para las
mujeres.

65
Violencia contra las mujeres

“Ahora la Policía Nacional hace más trabajo de charlas y visitas


casa por casa y se percibe que en base a las pocas denuncias, la violencia
ha disminuido, las mujeres proponen la mediación y como el Código
Penal le dice de la mediación, personalmente no he estado presente en
una mediación pero en mi opinión personal hay mucha presión de los
familiares del agresor hacia la víctima para que llegue a la mediación,
donde le dicen a la víctima ¿Quién te va a mantener a tus hijos si él está
preso?”. (Funcionario policial, entrevista).

Esta mediación, para un policía entrevistado para este estudio, ha


sido provechosa porque “hasta tengo entendido que las parejas se han
visto reconciliadas en su relación”. (Funcionario policial, entrevista).

En las entrevistas se encontró que existe en las mujeres víctimas,


muchos sentimientos de frustración y desamparo por la falta de
apoyo de las autoridades ante la violencia que viven. Indicaron que
las envían al Ministerio de la Familia, donde solo realizan trámites
para pensión alimenticia, aun cuando han llegado por violencia
les “aconsejan” que deben mejorar la relación con su pareja y les
permiten a los hombres que las culpabilicen durante las entrevistas.

“Me mandaron a MI FAMILIA para que él me pasara pensión para


mi hijo, pero no atendieron la violencia y allí nos dieron unas charlas a los
dos para mejorar la relación. Él llegó y se quejó de que soy yo la violenta
y al final sentí que yo era la mala”. (Víctima de violencia machista, grupo
focal).

Un aspecto importante a evaluar es la actuación de las autoridades en


cuanto a la seguridad de las mujeres. Según sus opiniones, se sintieron
inseguras cuando acudieron a las instancias estatales por situaciones

66
Realidades, desafíos y pistas para el cambio

de violencia. Las autoridades no les brindaron información acerca de


las medidas de protección ni les orientaron planes de seguridad pese
a que el agresor permanecía en la casa. Consideraron que la violencia
se agudiza cuando regresan de intentar introducir una denuncia que
no prospera.

Otro problema detectado para la seguridad de las víctimas, es el


uso y posesión de armas de fuego en manos de los agresores. Un
ejemplo de esto es en Ciudad Sandino dónde algunos hombres con
antecedentes de agresión tienen armas; en este caso las mujeres han
denunciado violencia y amenazas en la policía, los oficiales les quitan
las armas solo en el primer momento y después se las regresan. Son
los jueces los que en algunos casos aplican las medidas de alejamiento
para el agresor.

“Yo diría que iríamos a denunciar si tuviéramos protección o un


apoyo de las autoridades, pero así no, porque nos pueden montar el
machete, porque si los denunciamos llegan más enojados”. (Víctima de
violencia machista, grupo focal).

Según la percepción de las mujeres encuestadas, las instituciones no


están cercanas a ellas ya que no reciben sus denuncias ni resuelven
los casos presentados. Consideraron que hay “boleo” entre las
instituciones públicas ya que tienen que ir de un lado a otro sin
encontrar respuestas satisfactorias.

En la policía y en la fiscalía la actuación es lenta y tienen que esperar


demasiado tiempo para lograr algún avance de sus causas. Las
mujeres entrevistadas afirman que existe diferencia en comparación
con la etapa en que podían ir acompañadas por las organizaciones de
mujeres ya que se aseguraba la atención en los juzgados.
67
Violencia contra las mujeres

Las líderes de las organizaciones expresaron que la política


institucional a partir del reglamento de la Ley 779 obstaculiza su
labor y no les permite desarrollar el acompañamiento a las víctimas.
Debido a esta situación, reciben maltrato, descalificación, les niegan
información, se expresan con temor y se perciben desprotegidas.

Esa desprotección la vivieron un grupo de mujeres del municipio de


Altagracia que, en un caso de abuso sexual, tuvieron que contratar
abogados privados, lo que se valora como un proceso que desgasta
a las víctimas porque no pueden enfrentar estos costos y se ven
obligadas a abandonar las denuncias.

En todos los municipios visitados para este estudio, las líderes


expresaron que la falta de acceso a la información, la obstaculización
de la labor de las defensoras y la aplicación de la mediación como
alternativa única brindada a las víctimas, son evidencias de que las
autoridades están pretendiendo ocultar o hacer un enmascaramiento
de la realidad de la violencia contra las mujeres en el país. Su
percepción es que la violencia no ha disminuido y más bien se ha
agudizado por la falta de una respuesta estatal.

68
Realidades, desafíos y pistas para el cambio

“TALVEZ SI LA AUTORIDAD
APLICARA CORRECTAMENTE LA LEY”
Las mujeres (líderes y víctimas) y algunos funcionarios y funcionarias
públicas abordados para este estudio, opinaron que no han ocurrido
cambios positivos en la conducta de los agresores. Para ellos y ellas, el
femicidio es un delito que está presente en la sociedad nicaragüense.
Por su lado, las mujeres que han sido víctimas opinan que no ven en
este momento posibilidades de cambio, especialmente porque la Ley
779 no se aplica.

El factor educativo de la ley no podrá incidir en un cambio de los


hombres. Una de las conclusiones de las personas entrevistadas es
que, en la actualidad, los hombres amenazan de muerte a las mujeres
porque ellos pueden huir y no recibirán castigo. Eso sí, en los grupos
focales realizados, se detectó que a pesar de todo, algunos hombres
que se sienten obligados a firmar acuerdos están menos agresivos.

“Tal vez si la autoridad aplicara correctamente la ley, los hombres


se compusieran, pero no es así, lo triste que dan el mal ejemplo y en mi
caso mis hijos varones igual me tratan mal y tengo uno que golpea a su
mujer”. (Víctima de violencia machista, grupo focal).

Para las mujeres víctimas consultadas, el apoyo de sus comunidades


se centraliza en el barrio y en las organizaciones de mujeres. Sin
embargo, plantearon que las comunidades en algunos casos no
apoyan porque piensan que al final las parejas se perdonarán.

Una salvedad que hicieron las mujeres encuestadas es que en la zona


rural es más difícil que una mujer sea apoyada cuando es agredida. En
las ciudades, afirman, puede ser que la gente intervenga en defensa
de la víctima, porque las mujeres organizadas y algunos hombres han
reclamado la aplicación de la Ley 779, pero no el resto de la población.

69
Violencia contra las mujeres

En el municipio de Esquipulas, ante los avances personales y


organizacionales que estaban desarrollando las mujeres, los
maridos presionaron a las mujeres y no “las dejaron asistir más a las
capacitaciones”. Estas actividades estaban dirigidas a organizarlas
para construir respuestas comunitarias contra la violencia machista.

Las líderes y defensoras valoran que no hay respuesta comunitaria


relacionada con la violencia desde el ámbito institucional y que a
pesar que el reglamento previó la intervención de estructuras como
las consejerías, no tienen capacidad de intervención desde el nivel
comunitario.

Algo que valoran como clave las mujeres entrevistadas es el


fortalecer las redes de apoyo para la atención integral a las víctimas,
ante el debilitamiento de las organizaciones por la falta de recursos
económicos para enfrentar la problemática. En los municipios de
Somoto y Esquipulas las mujeres mostraron la preocupación por este
debilitamiento financiero que incluso ha afectado los albergues de
las organizaciones de mujeres, limitando su capacidad de brindar
protección.

Una de las salidas que proponen las víctimas es impartir charlas


en las escuelas para aprender sobre los derechos de las mujeres y
terminar con la violencia desde la niñez, además que aseguran que
las comunidades se deben organizar contra la violencia y disminuirla.

70
Realidades, desafíos y pistas para el cambio

RESPETAMOS A LAS MUJERES PERO…


Los resultados del presente estudio reflejan que la influencia del
pensamiento de la masculinidad hegemónica se encuentra en las
actitudes y conductas de hombres entrevistados y en las prácticas de
sumisión que persisten entre las mujeres; principalmente en aquellas
que viven violencia, en contextos donde la justicia es deficiente y
tienen limitado acceso a oportunidades de desarrollo.

También se revelan cambios en las formas de pensar de la ciudadanía


acerca de lo que debe ser el comportamiento masculino respecto de
los derechos de las mujeres, lo que aporta importantes pistas para el
diseño de políticas y estrategias de prevención de la violencia.

Estas pistas se basan en los resultados positivos encontrados en


la encuesta y en las reflexiones de los grupos focales que pueden
generalizarse y aplicarse en los territorios, si cuentan con la voluntad
política del Estado y de todos los actores sociales necesarios.

El estudio identificó puntos críticos de cambio en relación a la violencia


y las prácticas que obstaculizan y/o contribuyen a su prevención. Por
ejemplo, se reafirma que persevera el mandato del control sobre la
vida de las mujeres y el sometimiento debido al poder masculino.
Este mandato se expresa en la toma de decisiones importantes en la
relación con los hijos, lo económico, la salud de la familia y el trabajo
de las mujeres.

Resulta curioso ver en este estudio que casi 11 de cada 100 personas
encuestadas considera que los hombres deben tomar decisiones
referente a que la mujer trabaje fuera de casa, pero también se
observan cambios positivos en el pensamiento de las mujeres acerca

71
Violencia contra las mujeres

de tomar decisiones en las relaciones sexuales, contrario a lo que


tradicionalmente ha constituido una expresión de falta de control
de las mujeres de sus propios cuerpos, sometidas a imposiciones de
parte de los hombres por medio de la violencia.

La visibilización y conciencia sobre la violencia contra las mujeres se


ha generalizado, expresándose según el estudio, en la percepción de
que la violencia hacia las mujeres ha incrementado sustancialmente,
contradiciendo el discurso y la información oficial.

Con la conducta de los hombres en las relaciones familiares, ciertas


opiniones se valoran como positivas en que éstos tienen que ser
responsables con su familia. La falta de responsabilidad se evidencia
en los relatos de las mujeres de los territorios que participaron de éste
estudio. A esto se suma que el 55% de los encuestados considera que
se debe respetar a las mujeres, aunque esto no se ve reflejado en la
práctica cotidiana de violencia hacia las mujeres.

También este estudio revela que ha habido cambios en la forma


en que las mujeres han ingresado con libertad de decisión y sin
pedir permiso al ámbito laboral, a la educación, a la realización de
actividades vinculadas al trabajo doméstico y a participar de sus
relaciones familiares. Eso sí, cuando se trata de actividades recreativas,
el 5% de las mujeres encuestadas dice que deben pedir permiso, lo
que dice mucho de la sumisión en la que aún viven.

72
Realidades, desafíos y pistas para el cambio

Los datos de las encuestas, los grupos focales y las entrevistas reflejan
la existencia de un doble discurso: por un lado saben que se debe
respetar los derechos de las mujeres y su integridad física, sexual y
económica, pero su práctica indica que la violencia persiste como
una práctica de la masculinidad hegemónica dominante en el país.

Por otro lado, la percepción ciudadana valora que ha habido un


aumento de la violencia contra las mujeres. En la encuesta, el 57.5%
identifica que en su familia y su entorno ocurren diversas formas
de violencia, siendo la física, psicológica, femicidio y sexual las que
tienen mayor incidencia.

Un dato revelador de este estudio es que más de la mitad (80.8%)


de la población encuestada considera que la actuación del Estado
es efectiva en cuanto a sancionar a la agresores sexuales; mientras el
42.9% considera efectiva la actuación del Estado en la prevención de
la violencia y un el 33.1% algo efectiva. Todo esto contradice lo que
las mujeres víctimas han expresado, que se sienten desprotegidas
por parte del Estado ante la falta de aplicabilidad de la Ley 779 y la
implementación del reglamento.

73
Violencia contra las mujeres

¿CÓMO DEBE SER UN HOMBRE?


La mayoría de los encuestados para este estudio está de acuerdo
con que los hombres tienen que ser responsables con su familia,
que deben respetar a las mujeres y que no necesitan comportarse
con violencia. Pero estas respuestas contradicen el modelo ideal de
las relaciones respetuosas en la familia (el deber ser) y la realidad
asociada a los mandatos del modelo de masculinidad hegemónico,
que reafirma el rol de proveedores de familia y de superioridad.

Este estudio encontró que existe una disposición entre los hombres de
participar en acciones comunitarias contra la violencia, lo cual podría
contribuir a erradicar el pensamiento de que las acciones contra la
violencia son asuntos de mujeres. La validez de una estrategia que
involucre a los hombres y amplios sectores sociales, podría tener sus
bases en la disposición de las personas en la comunidad, dado que es
el entorno más cercano donde pueden ocurrir transformaciones de la
masculinidad hegemónica.

En otro aspecto, el estudio determinó las valoraciones de distintos


actores sociales (organizaciones y movimientos de mujeres,
defensoras de los derechos humanos de las mujeres, abogadas y
abogados litigantes y ciudadanía), acerca de la aplicación de la Ley
779 y las capacidades institucionales para su implementación.

A destacar es que las ciudadanías de los territorios que se incluyeron


para esta investigación, tienen conocimiento de la existencia de
Ley 779 y la valoran como instrumento legal para la protección de
los derechos de las mujeres. Los funcionarios públicos encargados
de aplicar la Ley 779, afirman que ésta garantiza mayor acceso a la
justicia, pero señalan dos momentos de la ley: Un antes y un después

74
Realidades, desafíos y pistas para el cambio

de la reforma, la reglamentación y la política pública decretadas por


la Presidencia de la República. En el antes hubo mayor efectividad y
obstaculización en el después.

Muchos factores estuvieron presentes en los logros de la aplicación


de la ley, entre los que destacan: la especialización de las Comisarias
de la Mujer y la Niñez y la utilización del MAI, lo que se tradujo en más
eficiencia y efectividad de la actuación institucional y en las relaciones
intersectoriales necesarias. Eso garantizaba la efectividad de acceso a
la justicia para las víctimas de violencia.

En los años 2012 y 2013 cuando entró en vigencia la Ley 779, la


percepción de las mujeres fue de seguridad y valoraron que con la
ley se tutelaban sus derechos. En cambio los hombres, en algunos
territorios, expresaron su temor por las sanciones establecidas en la
ley; vieron la posibilidad de perder poder frente a las mujeres. Esto es
una muestra más de que el pensamiento machista y el ejercicio de
poder que ejercen los hombres son causas directas de esta violencia.

Por otro lado, las mujeres en los territorios reconocen que la violencia
va en aumento a pesar del trabajo realizado durante años en el país.
El pensamiento sumiso y los mandatos de género impiden que se
rompan los ciclos de violencia manteniéndose su reproducción.

75
Violencia contra las mujeres

LA MEDIACIÓN, UN DESEO
Este estudio reveló que los impactos de la violencia en la vida
las mujeres rurales son mayores por la dependencia del trabajo
doméstico, y la falta de oportunidades para trabajar fuera de la casa.

Revela además que el rol de los recursos humanos especializados


que representan jueces, fiscales, abogados litigantes en el ámbito de
la violencia, es un capital a potencializar si se quiere lograr la justicia.
Además se requiere de la voluntad política del gobierno y de la
derogación de la Reforma y Reglamento (Decreto Ejecutivo No. 43,
2014) para volver a la aplicación de la Ley 779.

Otra evidencia que queda clara en este estudio es que hay una
perspectiva y un discurso diferente de parte de la Policía Nacional
que disiente de este consenso. Para la Policía no existen obstáculos
al acceso de las víctimas de violencia a la justicia. En esa misma línea
afirma que la violencia que se presenta es leve y que las mujeres
no denuncian porque prefieren conservar su hogar; de ahí que
justifiquen la mediación como un deseo de las mujeres y no una
imposición institucional. Esta es la opinión del gobierno.

Para este estudio, las víctimas de violencia que han pasado por
diferentes instancias policiales y del sistema de justicia, consideran
que la respuesta institucional no es adecuada; que han recibido
malos tratos por parte de funcionarios y funcionarias de las instancias
policiales de sus municipios y principalmente porque se ha limitado
su decisión de interponer denuncia por la violencia que viven,
conduciéndolas a mediar con el agresor.

76
Realidades, desafíos y pistas para el cambio

Se revela además el deterioro institucional en la ruta de atención a las


víctimas, y ubica con mayor gravedad a la Policía Nacional porque de
esta institución depende la recepción de las denuncias y el desarrollo
de la investigación, fundamental para que el Ministerio Público
pueda presentar acusaciones y lograr la sanción de la violencia en los
juzgados.

Los cambios de la ley han incidido negativamente en la conducta de


los agresores, porque la no aplicabilidad de la misma provoca que los
hombres continúen ejerciendo violencia, sin miedo a recibir ningún
castigo, señala este estudio.

PISTAS PARA EL CAMBIO


Los hallazgos encontrados en este estudio revelan los múltiples
factores que están interactuando en diferentes ámbitos de las
personas y de las estructuras sociales para que la violencia contra
las mujeres se mantenga y se reproduzca en la sociedad. A la vez,
visibiliza que la violencia es un fenómeno dinámico que se produce
en la interacción de las historias individuales, las relaciones más
inmediatas, los ámbitos socioeconómicos y los contextos culturales
donde se producen. (Lori Heise Sage Publications, 1999).

Para la reproducción de la violencia interactúan sistemáticamente,


entre otras, las representaciones sociales, las relaciones de poder,
la violencia institucional, las desigualdades y la impunidad; con
diferentes factores de riesgo como la idea de la masculinidad
vinculada con la dominación.

77
Violencia contra las mujeres

En las comunidades y las familias se generan problemáticas sociales


en el desarrollo de la vida cotidiana de las mujeres como la falta
de oportunidades y el desempleo, con mayor énfasis en las zonas
rurales, lo que las lleva a aislarse en el ámbito doméstico y a sufrir de
prácticas de violencia en la familia. La violencia en el ámbito público
está principalmente relacionado con la inseguridad en la calle.

Tomando en cuenta todo lo anterior, este estudio plantea una serie de


recomendaciones; pistas para el diseño de estrategias de prevención
de la violencia considerando el rol del Estado, la comunidad y las
organizaciones de sociedad civil.

¿Qué debe hacer el Estado?


• Brindar a las diferentes instancias públicas recursos para el
cumplimiento efectivo de la Ley 779 en pro de la protección
de los derechos humanos de las mujeres, la garantía del
derecho de vivir libres de violencia favoreciendo su desarrollo
y bienestar.
• Ejecutar campañas de comunicación que promuevan el
respeto de los derechos de las mujeres y la sanción social de
la violencia.
• Retomar el funcionamiento de las Comisarías de la Mujer
y la Niñez, como dirección especializada para la atención e
investigación de los delitos contra víctimas de la violencia
machista, independientes de la Dirección de Auxilio Judicial.

78
Realidades, desafíos y pistas para el cambio

• Promover la importancia de las estrategias e intervenciones


previstas en el Modelo de Atención Integral (MAI), que faciliten
el acceso a la justicia de las víctimas de violencia.
• Incidir en el ámbito educativo para que en los planes de
estudio se incluyan los derechos igualitarios de las personas y
los cambios en la conducta machista.
• Continuar generando evidencias que permitan caracterizar
la prevalencia de la violencia contra las mujeres, para que
respalden el diseño de las políticas públicas.

¿Qué deben hacer las comunidades?


• Implementar una estrategia de alianzas con diferentes
actores sociales que contribuya al fortalecimiento de las
organizaciones de la sociedad civil y de mujeres, para la
intervención sostenida contra la violencia.
• Desarrollar acciones de la prevención, atención y
acompañamiento a las víctimas.
• Acompañar acciones de concienciación dirigidas a los
hombres, adolescentes y niños para el desarrollo de cambios
de conducta y actitudes, para reducir la prevalencia de la
violencia contra las mujeres.
• Fomentar el apoyo a la organización comunitaria para
garantizar la detección y acciones de protección de las
víctimas que rompen el ciclo de la violencia.
• Contemplar estrategias de auditoria social y vigilancia de
la adecuada aplicación de la ley para denunciar actos de
corrupción y tráfico de influencias que obstaculizan el acceso
a la justicia.

79
Violencia contra las mujeres

¿Y las organizaciones qué deben hacer?


• Desarrollar una estrategia de incidencia en la
población, dirigida a continuar promoviendo procesos
de empoderamiento de las mujeres, conocimiento de
sus derechos, ruptura del aislamiento doméstico y su
independencia económica.
• Promover la participación el cuestionamiento de las
relaciones de poder y los privilegios de género para la
prevención de la violencia y el respeto de los derechos de las
mujeres.
• Fomentar valores de respeto e igualdad en las relaciones
familiares y el rechazo de la violencia contra las mujeres,
adolescentes y niñas.

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Esta publicación del Instituto de Estudios Estratégicos y
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