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Significados asociados a mediaciones en el uso de las Tic, entre jóvenes,

padres/madres y docentes de instituciones educativas

DORA LILIANA OSORIO TAMAYO

KATY LUZ MILLÁN OTERO

Resumen

Las redes sociales, han tenido un impacto significativo en las formas de relación entre las personas, y en la
comprensión misma del sentido de comunidad. Su efecto más significativo parece depender del nivel de
exposición a las herramientas informáticas y al uso de internet. El grupo poblacional más inmerso en este tipo
de relaciones son los jóvenes y adolescentes, denominados como millenials o postmillenials, son las
generaciones que mayor acceso y por tanto podría pensarse que más diferencias han desarrollado con relación
a sus pautas de socialización.

Una preocupación general embarga a las comunidades frente a este hecho, con relación al tipo de riesgos y
oportunidades que generan las redes sociales, y a las formas de exposición o al logro de un verdadero
aprovechamiento por parte de los más jóvenes. En busca del desarrollo de conocimiento sobre estos temas, se
creó la Red Kids-on-line, que viene realizando investigaciones en Europa y Suramérica. La presentación


Dora Liliana Osorio Tamayo. Docente de la Universidad Católica Luis Amigó, Medellín, Colombia.
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Katy Luz Millán Otero. Docente de la Universidad Católica Luis Amigó, Medellín, Colombia.

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socializa los resultados de la investigación cualitativa realizada en Medellín, por la Universidad Católica Luis
Amigó, en el marco de trabajo de la Red Latinoaméricana – LATAMKO, con jóvenes, padres, madres y
docentes de colegios públicos y privados.

Se abordó la metodología construida a nivel internacional, las adaptaciones técnicas a los instrumentos y
los resultados. Frente a estos últimos se hace énfasis en los cambios en la socialización y las relaciones, los
significados a la responsabilidad individual frente a los riesgos asumidos, a los límites en la mediación de los
adultos tanto frente a la prevención como frente al aprovechamiento de recursos de aprendizaje, y a la cada vez
más relevante mediación de los pares, en los procesos de apropiación de la tecnología.

Introducción

Los cambios producidos por el uso creciente de las tecnologías de la información y la comunicación, se ven
reflejados de alguna manera en la asunción de nuevas formas de relación entre las personas y la integración de
los dispositivos móviles en las prácticas de interacción cotidiana, siendo evidente su inclusión en los hábitos
comunicativos de los grupos: amigos, familias, compañeros de escuela, profesores, etc.

También se ha percibido su efecto con relación a las posibilidades de exposición y el desarrollo de


habilidades específicas que se requieren para el uso de los dispositivos de conexión, computadores y equipos
móviles como celulares y tabletas, las cuales son mucho más fáciles para las generaciones más jóvenes (López,
2014); incluso las características de manejo y la apropiación rápida de lo digital como forma propia de
comunicación e interacción, ha hecho que los más jóvenes entren rápidamente en la designación de nativos
digitales, incluso llegando a afirmar que mientras “los adultos viven con internet, los jóvenes viven en internet”
(Acedo Penco y Platero Alcón, 2016).

Estas diferencias en el desarrollo de las habilidades informáticas y digitales, muestra en principio dos tipos
de heterogeneidad, una marcada por la edad como brecha generacional (Rubio, 2010, Godoy y Galvez, 2011)

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y la otra por la distribución y acceso de los recursos para la alfabetización digital incluso en el mismo grupo
de edad (Laespada, 2001; Tully, 2007; Benítez Larghi, Lemus, y Welschinger Lascano, 2014).

De igual forma, se han empezado a reconocer y estudiar los riesgos emergentes a los que están expuestos
sobre todos los jóvenes, en los que incluso se ve afectada su integridad física y moral. La perspectiva de riesgo,
implica hacer visible que hay conductas relacionadas con el acceso a la información, la presentación de datos
personales y el contacto con personas desconocidas, que pueden acarrear efectos negativos en los adolescentes.

La rápida apropiación de los medios digitales, con el consecuente desarrollo de nuevas habilidades de
socialización y aprendizaje, como las variadas formas de daño que pueden emerger en el contexto de los
intercambios que tienen los jóvenes, implican para los adultos, padres/madres y docentes, una inquietud
constante frente a la brecha y la comprensión de los nuevos procesos, la inclusión en el aprendizaje y en las
relaciones y por supuesto, la mediación, tanto frente a los posibles riesgos como al mejor aprovechamiento de
las oportunidades.

Estas condiciones han generado la inquietud de los investigadores que se han reunido alrededor de la Red
Kids online. El origen está vinculado a la preocupación por la seguridad, con la creación de una primera fase
de investigación en Europa, entre los años 2006 y 2009, bajo el lema Safer Internet, con la intención de
recomendar acciones de política pública, y con la participación de 21 países. Posteriormente (2009-2011), se
hace énfasis en el uso arriesgado y el uso seguro, en la incidencia del riesgo y la efectividad de la regulación
parental; más adelante, se incluye una visión de las oportunidades, con la consigna Better Internet, y se amplía
la indagación en países de Latinoamérica, el primero de los cuales fue Brasil. En la actualidad la red desarrolla
diferentes proyectos, incluyendo estudios cualitativos y cuantitativos en Latinoamérica, liderados por Latamko.

Entre esos estudios se vienen desarrollando pruebas piloto cualitativas en Latinoamérica. La presentación
que se discute a continuación, hace parte del estudio desarrollado en Colombia, por la Universidad Católica

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Luis Amigó, como parte de esa iniciativa, durante los años 2016 y 2017. En particular se amplían los resultados
sobre la mediación y la brecha digital percibida por adolescentes, padres/madres y docentes, que complementan
la presentación de resultados realizada con anterioridad (Osorio-Tamayo y Millán-Otero, 2017).

La brecha entre adultos y jóvenes

Los procesos de aprendizaje de las generaciones más joven se conciben como mediados por la experiencia
y el conocimiento de las generaciones más adultas frente a las situaciones vividas, ya que se supone que las
generaciones de personas mayores han adquirido un mayor control, no sólo sobre la apropiación de información
producida en su contexto, sino y, sobre todo, debido a despensa relacional que poseen en su ámbito social. Sin
embargo, desde la perspectiva de Mead (2009), esto sólo corresponde a una de las formas de transmisión
cultural, la posfigurativa; las otras dos, la cofigurativa y la prefigurativa, se movilizan y actualizan en la
percepción de la brecha digital que tienen los jóvenes, y que emerge en las acciones de acompañamiento
mediadas en el primer caso por los pares y en el segundo, establecidas cuando un adolescente enseña a sus
padres a utilizar los recursos tecnológicos.

Una de las situaciones que genera la activación de estas dos formas de aprendizaje, da cuenta de la
aproximación desigual a los medios tecnológicos, por medio de la cual se establece una diferencia entre quienes
tienen más acceso y quienes tienen un acceso más limitado (Cabra y Marciales, 2009). Aunque esta diferencia
no necesariamente implica a los adultos como menos capacitados que los más jóvenes, en la investigación
realizada emerge una constante subestimación de la experiencia de padres/madres y docentes frente a la
alfabetización digital y la apropiación de las oportunidades que ésta ofrece. La brecha está sustentada en el
nivel de conocimiento que tienen los adultos, la cual según la percepción de los jóvenes en el estudio se
establece a partir del uso que éstos realizan, en función de sus ocupaciones o como actividad social.

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Si bien la brecha digital puede ir disminuyendo, en tanto la generación joven ocupe las funciones de adultos,
y por tanto cumplan con el rol de padres de otras nuevas generaciones, el momento actual presenta, más que
otros, la evidencia de las rupturas culturales que estas situaciones generan. Los padres que tienen poco
conocimiento, son adiestrados por sus hijos en el uso del Wathsapp y el Facebook; mientras lo hijos migran
sus preferencias a otras redes como Instagram; la aproximación a la tecnología no se establece en una
transmisión vertical, sino más bien horizontal, los hermanos un poco mayores, los primos y los amigos, son
los inductores en el uso de las redes sociales, y los principales mediadores tecnológicos.

Aparece actitudes ambivalentes que minan la confianza en lo que los padres pueden resolver, porque en
tanto los hijos tienen mayores habilidades los padres no necesariamente van a llegar a saber lo que hace su
hijo, los historiales son fáciles de borrar y no se dejan rastros, dependiendo de los cuidados que tenga el niño
para que no lo descubran; además, el conocimiento del adulto no cubre el manejo de las redes, por lo que su
ayuda en situaciones reales de riesgo es devaluada.

Es importante reconocer el lugar que tiene la apreciación de los padres como alguien que sabe más que uno,
en la sensación de confianza y en el crédito frente a su poder de actuación. Una de las jóvenes menciona que
sus padres se tomaron el tiempo para conocer más de las redes sociales, y refiere como obvio que ese saber los
habilita para darse cuenta de lo que ella hace, y por tanto para establecer un parámetro de cuidado en su
actuación. Ésta, al parecer no es una situación que pueda generalizarse, y como dice uno de los jóvenes: “hay
papás a los que les toca, por que trabajan en eso, pero no todos tenemos papás que son diseñadores o
ingenieros, y ese es el punto”.

Del lado de las instituciones educativas, la situación no se percibe como menos abismal. Se integran aquí
dos aspectos diferentes, que confluyen en la manifestación de la brecha digital. El primero de ellos, es el hecho
de que el acceso a la información a través de los medios virtuales, cuestiona en primera instancia el lugar de la

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institución como transmisora de contenidos, trasladando la necesidad del acompañamiento del adulto de la
amplitud de su conocimiento a otra cosa aún no claramente determinada:

El segundo, tiene que ver con la apropiación de la tecnología como medio y como objeto de enseñanza. Esta
condición, que podría relacionarse fácilmente con la disposición de actividades, de tipo consulta, frente a la
multiplicidad de información disponible, se ve diezmada por la preferencia cada vez más evidente del uso de
las redes sociales por parte de los jóvenes.

Las instituciones aún están más precarias en el uso de las redes sociales como escenarios de mediación. Si
bien en la institución privada participante, hay algunos acciones de contacto, a través de agregar a docentes a
Facebook, habilitar chat grupales entre los estudiantes e integrar medios de información interactivos para el
seguimiento, el envío de mensajes o las notificaciones sobre los procesos pedagógicos, en las instituciones
públicas se limita aún más; para algunos jóvenes aparece como un asunto prohibido, la institución no permite
que los docentes agreguen a los jóvenes a sus redes sociales o a un chat común; para otros jóvenes el tener un
contacto con los docentes a través de sus propias redes, ni siquiera se concibe. Las acciones están referidas más
a la socialización entre pares. Quedará por establecer en el futuro que posibilidades y limites tiene este tipo de
apertura para los procesos formativos de las instituciones y para las relaciones escuela-familia.

Los retos en la mediación

Debido a lo expresado anteriormente, se entiende que mediar el uso de internet de los jóvenes y adolescentes
es un gran reto para la familia e instituciones educativas. En especial porque se hace necesario reconocer los
riesgos reales que están presentes en el uso o la exposición a la información de la web, más aún cuando se
conectividad en el país se extiende, puesto que uno de los esfuerzos del Gobierno Nacional es garantizar la
conectividad en toda Colombia.

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De hecho, el artículo 27 de la Ley 1622 de 2013, establece como medida de promoción para garantizar el
goce real y efectivo de los derechos de los y las jóvenes, el diseño e implementación de programas de
promoción y acceso a tecnologías de la información y las comunicaciones en todo el país, con enfoque
diferencial. Frente a esta regulación, cabe preguntar por el nivel de competencias que los padres y madres de
familia, los docentes y en general las comunidades educativas, han desarrollado en el manejo de los medios
digitales, y cómo éstas les habilitan o limitan en su función orientadora y mediadora en torno al uso y los riegos
de la web.

Mientras el Informe Políticas Públicas de juventud en América Latina, señaló como las instituciones
educativas siguen ignorando la relevancia de la labor de socialización de los adolescentes con pares (Rodríguez,
2003), la brecha generacional aumenta la distancia en la comunicación entre los adultos y los más jóvenes y
por ende el desconocimiento de los riesgos en la web.

En este sentido, se plantean algunos retos para la política pública, en términos de aumentar el nivel y calidad
de la alfabetización digital de los adultos, que favorezca una mediación activa y participativa; además de
reconocer y visibilizar las formas de transmisión de saberes que se dan entre los jóvenes, fortaleciendo
herramientas de acceso y aprendizaje de aquellos usos más positivos en internet, que redunden a la vez en
acciones de autocuidado. Las fortalezas en el uso de las tecnologías, podrían mejorar las capacidades y
empoderamiento de los jóvenes, como gestores en la mediación del riesgo con pares y entre su familia.

Otro de los desafíos que se deben afrontar directamente en las instituciones educativas es replantear las
dinámicas y metodologías de la praxis educativa. En este punto no se trata de equipararse al estudiante, sino
favorecer relaciones más empáticas en la formación, donde se reconozcan las narrativas de los Nativos digitales
y la forma como interpretan su realidad y acceden al conocimiento. Por ello, los videos juegos, el chat, las
redes sociales, los blogs y hasta Wikipedia podrían ser integrados como oportunidades y potenciales para el
desarrollo de competencias, sacándolos del lugar de amenazas o distractores.

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Por último, este es un tema que toca directamente a más de un sector, por lo que urge fortalecer la
interlocución e interacción entre los actores que participan en la construcción de políticas públicas, de juventud
y adolescencia, de comunicaciones y de educación. Los propósitos de esta interlocución podrían girar alrededor
de: el desarrollo de capacidades en los padres y madres y el fortalecimiento del acceso y la integración de las
tecnologías en los escenarios educativos, disminuyendo la brecha digital percibida en la familia y la escuela.
Con ello se facilitaría además la creación de oportunidades económicas, sociales y culturales previstas en la
Política Nacional de Juventud donde desde el aula y la familia se impulse la investigación científica e
innovación tecnológica.

Referencias

Benítez Larghi, S.; Lemus, M. y Welschinger Lascano, N. (2014). La inclusión masiva de tecnologías digitales
en el ámbito escolar: Un estudio comparativo de la apropiación de TIC por estudiantes de clases
populares y clases medias en el marco del Programa Conectar Igualdad en el Gran La Plata. Propuesta
educativa, (42), 86-92.

Acedo Penco, A. y Platero Alcón, A. (2016). La privacidad de los niños y adolescentes en las redes sociales:
Referencia especial al régimen normativo europeo y español, con algunas consideraciones sobre el
chileno. Revista chilena de derecho y tecnología, 5(2), 63-94.

Cabra, F.T. y Marciales. G.V. (2009). Mitos, realidades y preguntas de investigación sobre los “nativos
digitales”. Universitas Psychologica, 8(2), 323-339.

Godoy, S. y Galvez, M. (2011). La brecha digital correspondiente: obstáculos y facilitadores del uso de TIC
en padres de clase media y media baja en Chile. Revista iberoamericana de ciencia tecnología y
sociedad, 6(18), 199-219.

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Laespada, M. (2001). La nueva socialización de los jóvenes: espacios de autoafirmación. Documentación
Social 124, p. 185-202

López, D. (2014). Los jóvenes, sus profesores y el ciberespacio. Alumnos virtuales en escuelas reales. Revista
Internacional PEI, 4(7), 117-128.

Ley Estatutaria 1622. (2013). Por medio de la cual se expide el estatuto de ciudadanía juvenil y se dictan otras
disposiciones. Bogotá D.C.: Congreso de Colombia Diario Oficial Nº 48.776 de 29 de abril de 2013.

Mead, M. (2009). Cultura y compromiso. Barcelona; Gedisa

Osorio-Tamayo, D. y Millán-Otero, K. (2018). Exposición y realidad: Problemas, riesgos y oportunidades del


internet en Jóvenes de la ciudad de Medellín (En proceso de publicación).

Rodríguez, E. (2003). Políticas públicas de juventud en América Latina: de la construcción de espacios


específicos, al desarrollo de una perspectiva generacional. Revista Latinoamericana de Ciencias
Sociales, Niñez y Juventud, 1(2), 15-43.

Tully, C. J. (2007). La socialización en la presente digital: Informalización y contextualización. Revista


iberoamericana de ciencia tecnología y sociedad, 3(8), 9-22.

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Mesa5_28b
Pensamiento de frontera en convivencia y
diversidades. Voces del territorio

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