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GRAMATICAL
DEL DISCURSO
METODOLOGÍA
te un nombre— pero no organizada de acuerdo con la prooración o frase, etc. Pero cualquiera de ellos puede constituir
estructura [S <- P]. Su contenido puede corresponder al una cláusula, siempre que aparezca como expresión autónoma
de una oración, pero se distingue de ésta por la manera de
dentro del discurso, conforme indicaba en el & 1.2
estructurar sus elementos constitutivos: en la frase no se
establece la relación predicativa esencial en toda oración.
Ejemplos: "¡El diluvio!"; "Tanto esfuerzo para nada";
"¡La esperanza de nn retorno feliz!"; "Una limosna,
por caridad".
1.4. Denomino prooración al morfema o sintagma de es-
tructura no oracional que implica —reproduce- - nna ora-
ción ya enunciada. Por ejemplo: "¡Nunca!" como respuesta
a una pregunta del tipo '' ¿Cuándo me lo vas a dar?";
o "Por la nocbe" en casos como los ejemplificados en
la nota 2.
1.5. Llamaré período a la expresión constituida normal-
mente por dos —o, a veces, varias— oraciones o frases en-
tre las cnales se establece una sola relación sintáctica, ya
hipotáctica, ya paratáctica. Ejemplos: "Si vienes, te lo daré"; "
Se lo regalas o se lo prestas o se lo vendes"; "¡Tanto es-
fuerzo inútil y tanta ilusión frustrada!".
1.6. Reservo el nombre de oración compuesta a cierta
clase de períodos caracterizados por el hecho de que uno
de los elementos nucleares de la oración gramatical, [S] o [
P], es, a su vez, una oración: "Quien canta su mal espan-
ta"; "Tú fuiste el que le engañó".
1.7. Oración elíptica es, simplemente, la que presenta
omisión de alguno de sus elementos constitutivos, por estar
obviamente implícitos en el contexto. Por ejemplo, la se-
gunda oración del período copulativo "Mi hermano estudia
Derecho y yo Medicina". Por supuesto que, para los efectos
de mis análisis sintácticos —y recuentos estadísticos— las
oraciones elípticas cuentan como verdaderas oraciones gra-
maticales.
1.8. De lo dicho hasta aquí se desprende que los con-
ceptos de oración, período (y oración compuesta), frase y
prooración pertenecen a un nivel diferente del que corres-
ponde a la cláusula. Los primeros se excluyen entre sí, pero
ninguno de ellos es excluyente de la cláusula. Una oración,
de las Brozas. Comenzando por el cap. 12 del lib. I: "Plato...
aperte docet, sine nomine et verbo nullam constare orationem" .
Continuando por el cap. 2 del lib. II: Ex Nomine et Verbo,
tanquam ex materia et forma, quae brevissima sit, constituitur
oratio". Y terminando por el cap. 1 del lib. III, donde precisa
que el nombre debe aparecer en normativo, esto es, funcionando
como sujeto: "nam sine nomine & verbo non sit oratio. Nomen
2. LA ORACIÓN GRAMATICAL voco rectum ipsum cum Aristotele". En este mismo capítulo
apunta el Brocense la necesidad de que entre el nombre y el
verbo se establezca una relación predicativa como fundamento
2.1. Historia del concepto en la gramática española. de toda oración gramatical.
Aunque en las breves Instituciones de Jimémez Patón
2.1.1. Los primeros gramáticos castellanos tuvieron un no se da una definición concreta de la oraeión, lo que de
concepto básicamente —por no decir que exclusivamente— pasada anota y los ejemplos que de oraciones proporciona
formal de la oración. Para ellos, en efecto, oración era toda permiten suponer que su concepto coincidía con el d e Vi-
expresión constituida en torno a un nombre y un verbo llalón y el Brocense. Coincide con él, plenamente, el de
debidamente concertados. La fórmula que responde a sus Gonzalo Correas. El pasaje de su Arte donde con mayor
definiciones es, estrictamente, [N-V].
detalle define a la oración dice así: "Desta orazion, que
Si bien Nebrija no proporciona una definición precisa y
io llamo gramatical, habla prinzipal i propiamente la Gra-
en su Gramática alternan un tanto confusamente los tér-
matica, aunque no la veo definida en las Artes: io la difino,
minos oración, cláusula y sentencia, muy pronto habría
descrivo i declaro desta manera: Orazion es la rrazon i
de quedar establecido que los elementos esenciales, nuclea-
res, de la oración gramatical son el nombre y el verbo. Lo sentido ó habla conzertada que se haze con nonbre i verbo
apunta ya, explícitamente aunque de pasada, el Doctor Ber- de un mermo numero i persona, el nonbre en nomina-
nabé de Busto, cuando dice: "Hasta aquí se ha tratado del tivo, i el verbo en cadenzia ó persona finita, no infinitivo, i
nombre y verbo: que son partes principales en la orazión" se adorna con la particula si quiere, i con otros casos
destas partes, i con ellas mesmas rrepetidas. Las partes
(lib. III).
Pocos años después, el Licenciado Villalón establecía en forzosas desta orazion son el nonbre i el verbo. La particula
nuestra gramática la definición que habría de hacer suya toda es azesoria" (p. 132) . Capítulos después, al analizar las
la escuela lingüística española del Renacimiento; para él, la funciones del sustantivo, repite la idea: "El nonbre está
oración "se liga y ve de partes nombre y verbo como de en la orazion para mover, i aconpañar al verbo, i hazer
principales: y de otras menos principales" (p. 56) ; o anbos la orazion, porque sin el uno, ó el otro, no se
más pormenorizadamente "oración es vna composición puede hazer sentenzia, ni dezir nada. El nonbre á de ser
de nombre y verbo y pronombre como de partes principa- sustantivo, puesto en nominativo por la persona que haze, ó
les: y de otros muchos vocablos y diciones, como de partes se haze ó si queremos dezir padeze" (p. 366) .
menos principales: como de aduerbios, preposiciones, in- Estas definiciones renacentistas, basadas en la relación
terjeciones y conjunciones" (p. 50) . gramatical existente entre un nombre y un verbo [N-V],
El carácter constitutivo, nuclear, del nombre y del verbo llegaron, a través de diversos autores3, hasta las primeras
3
como elementos indispensables de la oración se reitera con Como Benito Martínez Gómez Gayoso, quien afirmaba: "De estas nue-
todo rigor en la trascendental obra de Francisco Sánchez
ediciones de la Gramática académica. En ellas se sostiene dios, p. 111). Y aunque sin detenerse en razonamientos teóricos
que "no puede haber oración ni sentido alguno donde pormenorizados, también Rodríguez Adrados, al establecer las
falte verbo regido por un nombre sustantivo, ó pronombre diferecias existentes entre oración de un lado y palabras o
expreso ó suplido" (ed. de 1796, p. 289)4 . Y con otras pala sintagma del otro, observa que en estos últimos no hay “la
bras, páginas antes: "Estas dos partes [nombre y verbo] son relación sujeto-predicado” que existe en la oración” (p. 45).
tan precisas para formar la oracion, que ni puede haber 2.1.3. A fines del siglo XVIII, Juan de Iriarte rompió con esa
oracion sin ellas, ni tampoco verbo sin nominativo, ó no tradición clásica, que había establecido la distinción entre
minativo sin verbo, callado o expreso" (p. 281) . oración —estructura bimembre predicativa— y cláusula —
2.1.2. A partir del siglo xix, las definiciones formales oración o conjunto de oraciones con sentido completo (cf. § 7.1)
de la oración, sometidas a la influencia de la lógica, pre- . Iriarte, en efecto, prefirió considerar que la oración era la
fieren considerar que los elementos constitutivos de esa expresión total, completa, en tanto que a las estructuras
estructura gramatical son el sujeto y el predicado 5 . La fórmu predicativas de forma [S-P] las denomina frases o sentencias.
la esquemática se transforma en [S-P]. Así —explica— los enunciados predicativos Imperator jubet y
Todos los gramáticos modernos sigueu reconociendo la Milites parent (o "el General manda” y "los soldados obedecen"
personalidad de esa estructura bimembre predicativa [S-P], ) no son sino frases (o senten¬cias) de la oración "Imperator
pero son ahora muchos los que prefieren darle el nombre jubet, ac Milites parent" (p. 235) .
d e p r o p o s i c i ó n , para re se rva r e l de o r a c i ó n a l a e x p re-
Andrés Bello hizo suya, varias décadas después, esta doc-
sión de sentido completo o sintácticamente autónoma. Sin
trina, aunque sustituyendo el nombre de frase por el de
embargo, no faltan hoy quienes siguen otorgando el tradi-
proposición, término ya utilizado por varios gramáticos con
cional nombre de oración a esas expresiones básicas estruc-
turadas en torno a un [S]ujeto y a un [P]redicado. Así lo anterioridad6 . Bello, en efecto, opina que "el sujeto y el
hacen, entre otros, Rafael Seco, para quien la oración consta atributo [predicado] unidos forman la proposición" (§ 35) ,
siempre de "sujeto y predicado" (p. 7) . 0 Manuel Criado, en tanto que "se llama o r a c i ó n toda proposición o con-
según el cual "en la oración se oponen dos miembros bien junto de proposiciones que forman sentido completo; de
definidos: el predicado o «lo que se dice» y el sujeto «de que está alfombrada la ribera es proposición perfecta, pero
quien se dice»" (Gramática, p. 41) . 0 Rafael Pérez-Rioja, no es oración" (§ 308)7.
en cuya opinión los "elementos esenciales de la oración La opinión de Bello parece haber hecho fortuna entre
[son] sujeto y predicado" (p. 292) . Idéntico concepto, pre- muchos gramáticos españoles e hispanoamericanos moder-
sentado con mayor precisión, es el que revela Emilio Alar nos —Cejador, Amado Alonso, Henríquez Urdía, Rafael
-cos Llorach: Gramaticalmente, en [expresiones oraciona- A. de la Peñas — y especialmente contemporáneos —Roca
les] no tenemos más que un sujeto y un predicado, conec- Pous, Hernández Alonso, Manuel Seco, Alcina-Blecua y
tados por la relación predicativa que es la que constituye
6 Como, por ejemplo, el Padre Benito de San Pedro (t. II, p. 2), o
toda oración y es señalada por ciertos indicios formales Jai¬me Costa de Vall (pp, 142-143) o Vicente Salvá (p. 1).
(la llamada concordancia de número y persona) " (Estu-
7 Aunque claro está que hay oraciones sintácticamente subordinadas que sí
ve [partes de la oración], las más nobles y principales son el Nombre, y el poseen “sentido completo”, como yo estoy enfermo en la cláusula “se preocupa mucho
Verbo; porque sin ellas no se puede formar oración perfecta" (p. 3). porque yo estoy enfermo" (cf. infra, § 8.3).
4 Cosa que ya se había dieho en la primera edieión, eon el solo cam-
bio del término oración por el de proposición (cf. p. 244). 8 Los detalles de esta particular historia los proporciono en el librito sobre El
5 O el sujeto y el verbo, como prefiere decir Jaime Costa de Vall: "No concepto de la oración en la lingüística española, México, UNAM, 1979.
puede haber oración que no conste de sujeto y verbo, espresos o suplido
el i i" (p. 123). I
Escarpanter— entre los cuales sospecho que ha pesado, más posibilidades de las estructuras que, sin duda, son oraciones.
que la opinión de Bello, la de Leonard Bloomfield y otros Y ello, básicamente, por dos razones: porque puede haber
gramáticos de lengua inglesa seguidores suyos9 oración (relación predicativa) sin la presencia de un nombre –
No obstante la autoridad de tantos y tan famosos gramá-
en sentido estricto-, y porque también puede haber oración sin
ticos de nuestros tiempos, considero que, en los términos
en que ellos establecen la antinomia "proposición/oración", necesidad de que aparezca un verbo morfológico.
no superan a la establecida por la gramática española clá Aunque la concepción, más amplia o menos marcada, que
sica entre "oración/cláusula", sino que más bien la dete- simboliza la fórmula [S<-P] entendida como “relación entre un
rioran. De ello volveremos a ocuparnos en el § 8. Baste, por sujeto y un predicado”, supera el segundo de los
ahora, apuntar que, para definir lo que ellos llamau "ora- inconvenientes señalados, tampoco cubre, en verdad, todas las
ción" (y los ingleses sentence), atienden a la "plenitud se-
posibilidades de las estructuras oracionales. Y ello por la
mántica" o a la "autonomía elocutiva" de las expresiones
analizadas, esto es, a consideraciones ajenas a la forma o a sencilla razón de que hay oraciones sin verdadero sujeto
la función sintáctica de tales expresiones. Y no me parece gramatical: “Hubo toros” o “me fue bien en el examen”.
debido olvidar que la Gramática o morfosintaxis es la cien
cia que estudia las funciones de las formas lingüísticas. Sin embargo, pienso que no hay por qué repndiar I,
Luego el término oración puede y debe seguirse usando fórmula. Basta con ampliar sus alcances, siguiendo para
para designar a la unidad fundamental de la Gramática. ello la pauta marcada por Karl Bühler.
Esas definiciones modernas corresponden a lo que nuestros 2.2.2. Débese recordar que, para Bühler, "la fórmula
gramáticos clásicos —con una sensibilidad etimológica inne- S-P de la lógica aristotélica sólo debe indicar que la for-
gable— habían llamado cláusula. mación tiene dos miembros y cierto grado de asimetría en
su estructura" (p. 414), asimetría que depende del carácter
predicativo del elemento [P], cosa que hace inalterable e
2.2. Validez del concepto tradicional de oración.
irreversible tal fórmula: [P] se predica de [S], pero no [S]
2.2.1. Definir la oración —de acuerdo con la fórmula de [P]. Así entendida, la fórmula es aplicable no sólo a
simbólica [S<-P]— como estructura bimembre en que se expresiones estructuradas en un sujeto gramatical y un pre-
establece una relación predicativa es dar una definición es- dicado, sino también a elocuciones como las siguientes:
trictamente gramatical, morfosintáctica, por cuanto que ella (I) A María le fue bien en el examen
atiende a la forma de las expresiones que deben conside- (2) hubo toros
rarse oracionales y a la función que entre sus elementos (3) ¡ Qué bello ocaso!
constitutivos se realiza. (4) Año de nieves, año de bienes.
Cierto que el esquema [N-V] con que podríamos repre- Aunque en los ejemplos del tipo (1) y (2) no exista un
sentar simbólicamente las definiciones renacentistas (`nom- sujeto gramatical estricto, sí aparece un elemento nominal
bre y verbo en relación predicativa') no cubre todas las María y los toros respectivamente— del que el otro
elemento predica algo: el éxito (el ir bien), en el primer
Cf. Bloomfield, p. 171; Hockett, pp. 203-204; Lyons, pp. 171 y 178-180.
Entre Bello y Bloomfield hay que situar necesariamente, para hacer jus-
caso, y la existencia (su celebración: el haber), en el
ticia a la historia lingüística, a Antoine Meillet y, sobre todo, a Otto segundo. De igual manera, aunque en los ejemplos del tipo (
Jespersen (pp. 114 y 307). Con posterioridad a Bloomfield hay que recor- 3) y (4) no figure un verbo, sí aparece un elemento
dar, en Francia, a André Martinet (pp. 122-123).
predicativo preciso en (3), la belleza que advertimos en ese
ocaso, y en (4), la bondad (los bienes) de los años en que se
producen nevadas frecuentes.
El [P]redicado puede estar constituido no sólo por un
elemento verbal —tanto forma conjugada ("F. canta bien"), nado. En latín es Jupiter; en griego Zeus, en castellano, Dios, el
cuanto verboide ("Al salir el sol") — o por un elemento cielo o la Naturaleza (283ª).
nominal ("Las cuentas, claras") , sino también por un ele- 2.3.2. Mucho más convincente parece la explicación propuesta por
Sánchez de las Brozas –basándose, posiblemente, en Prisciano-
mento adverbial: "Los barítonos, más fuerte"; "Los niños, según la cual el agente o, mejor, el sujeto sería el fenómeno
delante". Todas éstas sou estructuras evidentemente orac mismo, implícito en el verbo atmosférico de que se trate: la lluvia
ionales, que eucajan sin dificultad dentro del esquema [ en el caso de llover, el trueno en el caso de tronar, la noche en el
S‹- P]. de anochecer, etc. He aquí las palabras de Brocense: “Plato asserit,
Parecen no encajar en él dos tipos de expresión particul sine Nomine & Verbo nullam effeci posse orationem… Idem
intellige in verbis quae dicuntur Naturae; ut pluit, ningit,lucescit,
ar: las interjecciones y los verbos unipersonales. subaudi pluvia, nix, lux... Integra ergo est oratio: pluit pluvia,
2.3. Oraciones formadas en torno a un verbo uniperson fulget fulgur, lucescit luz" 10.
al, del tipo llueve, nieva o anochece.
2.3.1. Para explicarlas dentro de la concepción bimem- Esta explicación ha tenido decididos defensores en nuestro
brista [S-P] de la oración, no creo que baya que recurrir siglo; entre ellos, muy denodadamente, Julio Cejador, y
a interpretaciones un tanto forzadas, cromo la que propuso además García de Diego, Ángel Lacalle, Pérez-Rioja y
el propio Bühler, para quien el bimembrismo de esas ex- Rafael Seco, quien descubría la existencia de un "
presiones se establecería mediante la relación entre fenó- sujeto interno" extraído de la propia raíz verbal: "Los
meno y lugar. De acuerdo con ello, la oración completa y verbos que expresan los fenómenos de la naturaleza,
equiparable, por ejemplo, a Cayo duerme, no sería llueve, llover, tronar, diluviar... etc., no ofrecen propiamente
sino llueve en el lago (cf. Bühler, p. 425) , donde ya figu- posibilidad de que se les atribuya un sujeto gramatical,
ran dos elementos sintácticos diferentes. Sin embargo, esta gracias a su especial significado de hechos naturales...
explicación no parece satisfactoria, porque no hay relación Realmente, en estos verbos lo que hay es un sujeto
predicativa entre sus miembros y porque, como ha obser- interno, sacado de su propia raíz; así, la lluvia es la
vado Piccardo, "tales determinaciones de lugar son, por su que llueve y el trueno es el que truena" (p. 186) .
forma, idénticas a las que acompañan a los demás verbos" También Charles Bally (pp. 18-19) se resistía a admitir "
sin originar por ello estructura oracional; "y la gramática, la afirmación de que la desinencia en latín tonat, esp.
como lo ha señalado el propio Bühler, no puede nunca llueve, ital. piove, así como el pronombre sujeto en
dejar de lado el aspecto formal" (Piccardo, p. 8). fr. il tonne, son formas vacías", y consideraba que "il
Tampoco parece acertado inventar sujetos más o menos " puede afirmar la existencia de un fenómeno especial (
lógicos" para tales verbos, según han hecho no pocos lin- il pleut=”hay lluvia”') ... o bien un agente
güistas de muy diversas épocas. Como, por ejemplo, Fran- desconocido e indeter¬minado (algo produce lluvia,
cisco lpiña, para quien el sujeto no puede ser otro que hace lluvia') ". Que el pronombre il del francés no sea
Dios o la Naturaleza: "En los verbos Exceptae actionis, un signo vacío ya lo habían sostenido, tajantemente,
c o m o pluit, ningit, grandinat, tonat... se entiende Deus, (
Arnauld y Lancelot: "Et quand nous disons il pleut, il
5 Natura; porque sus acciones se atribuyen solo á Dios, ó á
nege, il gresle, etc., il est là pour le nominatif, cèst à
la naturaleza" (p. 11) . Explicación que hizo suya la Real dire, pluie, nege, gresle, etc., reenfermé acec leur
Academia desde las primeras ediciones de su Gramática y verbe substantif est ou fuit: comme qui diroit, il pluie
ha conservado hasta la última, de 1962: "Los verbos uni- est, il nege se fait" (p. 129.
personales llevan callado el sujeto, por ser muy determi 10 Minerva, lib. IV, cap. 3, p.537 y lib. III, cap. 1, p. 262.
Expresiones del tipo pluit pluvia se documentan en di- Prueba de la dirección que supongo en el proceso derivativo
versas lenguas. Bally recuerda los casos del ruso grom gremit podría ser también el hehco de que en todos los verbos
('el trueno truena') , del alemán der Regen regnet ewig unipersonales aparece la raíz nominal (llover -lluvia, tronar-
fort (la lluvia llueve' en Chamisso) y otros. En el sur del
trueno, nevar-nieve, anochecer -noche, etc), en tanto sólo con
Matto Grosso se canta todavía una antigua copla que dice:
"Chuva choveu, Coxipó encheu". Y en el polaco del siglo una designación nominal, pero no con la verbal correspondiente
pasado deszcz dzdzy ('lluvia llueve') junto al normal pada a su proceso: terremoto, huracán, ciclón, sismo, chaparrón,
deszcz (`cae lluvia') o deszczu ('llueve'). aguacero, etc., sin que exista *terremotear, *huracanar,
Cabría suponer que esos verbos unipersonales son el re- *ciclonear, *chaparronear, etc. Y parece ser prueba también de
sultado de un proceso originado a partir del sustantivo que esa dirección que el imagino el hecho de que toda expresión
denomina al fenómeno, y no lo contrario, como supusieron
Rafael Seco y, en su seguimiento, Lacalle, Pérez-Rioja y verbal (unimembre) pueda ser enunciada en sus dos
aun la Academia (Gram., § 3.5.7). Es decir que no es que elementos constitutivos, en tanto que no todas las estructuras
de la raíz verbal se extraiga un sujeto interno, sino que el bimembres pueden expresarse —todavía, al menos— en
nombre designador del fenómeno genera un verbo cogna forma sintética: llover -> caer la lluvia, atardecer >
do"-, que acaba por "absorber" al sustantivo sujeto. Así, par- caer la tarde, relampaguear -> saltar un relámpago, etc.,
tiendo del sustantivo "la lluvia", se afirma su existencia, su
pero no hacer sol > *solear, ni hacer calor —> *calorear, ni
realización: > "la lluvia es (se produce, cae) "; este "ser la
lluvia" daría origen a un verbo llover (un "llover la lluvia", caer un rayo > *rayear, etc.
por supuesto) , que haría innecesaria ya la expresión del
sustantivo sujeto. 2.4. Interjecciones y locuciones interjectivas.
Para la denominación de los fenómenos atmosféricos, se
sirve la lengua de dos tipos de expresión, igualmente "im- 2.4.1. En el análisis y clasificación de las interjecciones
personales". De un lado, la forma unimembre constituida ha habido, dentro de la escuela gramatical española, acti
por un verbo unipersonal: llueve, graniza, anochece, relam- tudes y soluciones para todos los gustos imaginables.
paguea, etc. De otro, la expresión bimembre constituida Podrían resumirse, muy esquemáticamente, en las siguientes:
p o r un sustantivo de s igna dor de l fe nóme n o y p o r u n a) las interjecciones son una parte de la oración, ya sea
verbo de significado "neutro": hace calor, hay sol, hace que se incluya en la categoría de los adverbios (Nebrija) ,
viento, hay un terremoto, ruge la tormenta, etc. La afini- ya que se considere categoría independiente (Busto, Villa
dad existente entre estas dos clases de expresiones había lón, Correas, Villar, Costa, etc.)
sido ya señalada por Arnauld y Lancelot, quienes analiza- b) las interjecciones son verdaderas oraciones completas o,
ban las estructuras del tipo il fait chaud como equivalentes por lo menos, equivalentes de oración, por cuanto que
de las del tipo il nege. Y en español, hay lluvia es lo mismo ellas solas, por sí mismas, pueden revelar nuestros senti
que llueve, como hay sol sería —podría ser— lo mismo que mieutos tan plenamente como una oración
*solea. Y si nevar es lo mismo que caer nieve, y diluviar, gramatical (Salvá,Bello, Lacueva, Selva, Marín,
lo mismo que caer un diluvio, paralelamente caer (un) Lamíquiz, etc., y Benot, Lenz, Amado Alonso, Gili Gaya,
rayo(s) sería —podría ser— *rayear (cf. relampaguear). Barrenechea, César Hernández, etc
c ) l a s i n t e j e c c i o n e s no son ni partes ni equivalentes de
11 Como suponía el Brocense: "In verbis, quae falso dicuntur naturae, (
ut pluit, placer Linacro & doctis intelligi suppositum cognatae significat oraciones, ni mucho menos oraciones verdaderas.
ionis" (lib. III, cap... 1).
d) las interjecciones no son ni siquiera elementos
gramaticales.
La decisión depende, claro está, de la actitud que se sí puede relacionarse con la cláusula, unidad nocional,
adopte ante el hecho del habla, de los principios de acuer- conforme después veremos.
do con los que se analice el fenómeno lingüístico. Una acti- 2.4.5. En lo que respecta a las locuciones o expresiones
tud morfosintáctica puede ayudar a esclarecer el problema. einterjectivas, cabe decir que ellas serán, desde el punto de
2.4.2. Ante todo, parece de suma importancia la distin- visra gramatical, lo que sus elementos constitutivos les hagan
ser formalmente: simples vocativos (como en ¡María!), frases
ción que estableció la Real Academia, en las primeras edi- (como en ¡Gracias a Dios!), prooraciones (como en ¡Maldita
ciones de su Gramática, entre lo que podría llamarse pro- sea tu estampa!). Lo único que distingue o marca a estas
piamente interjección y la locución interjectiva: "No se expresiones de las correspondientes normales -no
deben considerar como interjecciones sino aquellos breves interjectivas- es el rasgo exclamativo propio de su particular
sonidos, ó voces cortas en que el ánimo prorrnmpe pe casi entonación 14. .
involuntariamente1 2 para desabogo suyo, O par a advertir
alguna cosa a otro... Las expresioues que coustan de (los,
o más voces, y que algunos llaman interjeccioues, como:
gracias á Dios, bendito sea Dios, Jesús 'mil veces, y otras
semejantes, no deben considerarse como iuterjecciones, sino
como verdaderas oraciones, que, guando mas, necesitan
suplemento de algún verbo" (ed. de 1781, p. 235) 13
2.4.3. De acuerdo con esta distinción, es obvio que las
interjecciones propiamente dichas no son parte de la ora-
ción, por la sencilla y evidente razón de que —como indi-
caron Alonso y Henríquez Ureña (II, § 223) —, la inter
jección "no entra a formar parte ni de la estructura del
sujeto ni de la del predicado", sino que sólo acompañan
tangencialmente a las estructuras oracionales como refuerzo
expresivo.
2.4.4. Tampoco pueden considerarse ni equivalentes de
oración ni mucho menos oraciones verdaderas. No son esto
último por cuanto que la interjección no está gramati-
calmente estructurada en [S-P]. Ni son, en verdad, equi-
valentes de oración, por cuanto que tal equivalencia des-
cansaría sólo en razonamientos semánticos, y la oración
gramatical no ha quedado definida por su contenido (semán-
ticamente), sino por su forma y su función (morfosintác-
ticamente) . La supuesta equivalencia oracional de la inter-
jección se aproxima, así, a la equivalencia oracional de
un gesto o de un semáforo... En cambio, la interjección
12 Cf. García de Diego, Lingüística, p. 44.
1 3 Expresiones interjectivas llamó a estas últimas Mariano de Rement
mal. Prueba de ello es que el mismo contenido podría tiva más que gramatical, según después veremos.
17 Dado lo reducido del corpus por mí manejado hasta ahora, esta enu-
expresarse a través no ya de una oración gramatical, sino meraeión no pretende ser exhaustiva ni, mucho menos, definitiva. Sirva
de un período sujetivo: "Nos emocionaba viajar a la India". sólo de ejemplificación.
Frase y oración son, pues, unidades gramaticales —y, en 1 8 Así como la estructura o ra c io n a l t ípic a s e o rg a n iza e n t o rn o a u n
verbo, la estructura normal de las frases se ordena en torno a un nombre,
15 Aunque no hay que olvidar que la oración gramatical no ha que-
dado definida conceptualmente.
En cuanto entidades gramaticales que representan a una
verdadera oración, pueden combinarse sintácticamente con
estrucuturas oracionales plenas, ya como elemento subordinado,
ya como suborndinante: "Y cuando preguntaron si estaba
dispuesto ha hacerlo, tajantamente contestó:" De ninguna
manera"; "(¿viernes?).- No, porque estoy agotado"; "¿dónde nos
4. LA PROORACIÓN reuniremos?).- EN mi casa, si ustedes no tienen inconveniente".
4.1. Llamo así al morfema o sintagma de estructura no 4.4. Las prooraciones viene a ser como un caso extremo,
oracional que representa —reproduce— una oración g límite, de las llamadas oraciones elìpticas, si bien
matical enunciada anteriormente. Aparecen en el discurso éstas pueden considerarse verdaderas oraciones gramaticales
uno de cuyos elementos constitutivos [S] o [P], se omite por de
como respuesta o comentario a elocuciones previas. Por sobreentenderse fácilmente. Una cláusla como "llegó primero la
[
ejem ejemplo, "—En mi casa", como respuesta a la orquesta y después el coro" está integrada p1,1 dos
pregunta "¿Dónde nos reuniremos?". 4.2. Cualquier oraciones, en la segunda de las cuales —después el coro"—
hay una simple elipsis del verbo —su elemento [P]redicativo—
elemento gramatical puede funcionar como expresado inmediatamente antes; asimismo, en "No sé si lo
prooración: tiene el director o el secretario", se omite —se elide— el
a)Formas nominales —sustantivo, adjetivo o pronom- elemento nuclear predicativo tiene de la tercera oración.
bre— de función nuclear, sujetiva o predicativa, dentro Otras veces, la elisión afecta al núcleo sujetivo: "Mi
de la oración reproducida " (¿Quién se lo dijo?) . —Mi hermana
: hermano trabaja por las mañanas y estudia por las tardes".
"(Es nuevo o usado?) . —Nuevecito"; " (¿Podría ir alguien?). —
Con la prooración se hace una reproducción de la oración
implicada; la prooración repite —completándola— la
Yo mismo". oración ya expresada, de la cual el elemento
b) Formas nominales de función complementaria —di- prooracional es sólo una parte integrante (un constituyen-
recta o indirecta— en la oración reproducida: "(¿Tienes d ó
te); su funcionamiento es similar al del pronombre en
l a r e s o p e s o s ? ) . — D ó l a r e s " ; cuanto reproductor de su antecedente. En cambio, la oración
—A tu sobrino". elíptica cuyos elementos elididos figuran en una oración an-
c) Formas adverbiales, o nominales de función adver- terior es otra. oración, distinta de la oración precedente.
bial (temporal, modal, locativa, etc.) dentro de la función 4.5. Cabe también distinguir nítidamente entre pro-
implicada: " (¿Cuándo se reunirán?). —Por la noche";
cómo lo resolvieron?) . —A lo loco"; " (¿Dónde lo" oraciones y lo que se ha llamado restos (o fragmentos) de
"(¿y
oración, esto es, sintagmas lexicalizados que tienen auto-
encontraste?). —Allí"; " (¿Lo tienes tú?). —No"; -
" (Po dríamos hacerlo entre todos). nomía funcional y que pueden, por ello, aparecer indepen-
—Tal vez".
dientemente en el discurso, cosa que no sucede en el caso
4.3 Aunque las prooraciones aparecen normalmente en
de las prooraciones. Tales restos de oración quedarían me-
respuestas dentro del diálogo, pueden presentarse también
jor integrados deutro- del concepto de frase. Así, expresio-
en otros casos, especialmente en comentarios o especifica-
nes c o m o M A C H A S tardes", por ejemplo, son frases —con
"
C) Adverbiales
a) De relación circunstancial
1) Temporal: "Se lo diré cuando lo vea".
2) Modal: "Lo resolví como pude"; "Pasamos el
LA ORACIÓN COMPUESTA
día arreglando el motor".
3) Locativo: "Lo guardaré donde nadie pueda
encontrarlo".
6.1. El nombre de "oracióu compuesta" podría resevarse
b)
De relación cuantitativa exclusivamente para cierta clase particular de períodos:
1) Comparativo: "El estudia más que tú". aquellos en que alguno de los elemeutos constitutivos de la
2) Consecutivo: "Trabajaba tauto que cayó en- oración gramatical básica, [S] o [P], es a su vez una
fermo". oración. Tal cosa sucede, indudablemente, en el caso de los
los períodos sujetivo y predicativo.
c)
De relación causativa En efecto, si en una oración gramatical —de estructura [
1) Causal: "Llora porque tiene hambre"; "Es- S<-P]-- uno cualquiera de sus elementos nucleares, [S] o
tará enfermo, porque no ha venido"30 [P] o ambos, se transforma a su vez en una oración, el resul-
2) Final: "Grita para que le hagan caso". tado será un sintagma complejo, al que tal vez pueda darse
3) Condicionales: "Si vienes, te lo enseñaré"; " ese nombre de "oración compuesta", por cuanto que evi-
De haberlo sabido, se lo habría dicho". dentemente está compuesto —constituido, formado— por
4) Concesivas: "Aunque me siento mal, iré". dos componentes oracionales, uno de ellos "encajado" en el
30 Aunque conceptualmente distintas, las oraciones que expresan la causa otro. Así, en expresiones del tipo
lógica y las que expresan la causa eficiente o material pueden cons-
truirse en español de igual manera. Entre (1) "Estuvo en tu casa, porque
(1) Quien canta su mal espanta
yo lo vi entrar" y (2) "Estuvo en tu casa, porque yo se lo ordené" no (2) Tú fuiste el que le engañó
h ay d i f e r e n c i a f o r m a l ni ngu na. L ó gi c ame nt e s í l a ha y : en (1 ), el hecho
de que 'yo lo viera' no es la causa determinante de que él `estuviera en
tu casa', en tanto que en (2) el hecho de que 'yo se lo ordenara' si fue lo el elemento sujetivo [S] de (1) y el predicativo [P] de (2)
que determinó que 'él fuera a tu casa'. En el primer caso, el `haberlo está constituido por una estructura sintáctica que es, en sí
yo visto' es lo que me permite decir (asegurar, suponer, pensar, etc.) que "
estuvo en tu casa", de modo que la oración causal "yo lo vi" lo es de
misma, una oración gramatical articulada en [S<-P]. Esas
un verbo implícito, núcleo lógico de todo el período. (Sobre esto, cf. el pre- oraciones —la sujetiva quien canta de (1) y la predicativa
ciso estudio de RAFAEL LAPESA, "Sobre dos tipos de subordinación causal", el que me engañó de (2) — son parte constitutiva, nu-
en Estudios ofrecidos a Emilio /narcos Llorach, III, 1978, pp. 173-205). Se
trata, pues, de una diferencia conceptual que no cuenta con diferentes
clear31, de la oración total, verdadera oración compuesta23.
formas de expresión en nuestra lengua. Desde el punto de vista gramatical,
31 Kovacci (p. 29) las agrupa entre las "proposiciones incluidas" junto.
las dos oraciones causales se presentan como subordinadas explicativas del
con otras de carácter muy diverso, como (3) "leí el libro que me reco-
predicado principal; la distinción entre ambas —no formal— debe haeerse
mendaste". No cabe duda de que el grado de "inclusión" de quien canta
secundariamente atendiendo a la diferencia lógica o conceptual. Creo , pues, en e l ejemplo (I) es muy diferente del de que me recomendaste en (3) y ,
que son dos tipos de una misma clase gramatical de períodos: el causal. desde el punto dc vista sintáctico, esencialmente distinto.
No pretendo decir que los matices semánticos de ambos quemado", la función predicativa correspondería a me enteré
tipos de expresiones sean siempre idénticos, ni importa ello de que se había quemado, es decir al verbo regente y a la
gran cosa, sino simplemente que la función de los predica-
dos nominales de la primera serie (hambriento, conven- oración predicativa conjuntamente"36
cido, etc.) es similar a la de los sustantivos objetivos de la
segunda (hambre, convicción, etc.) : la función predicativa.
De manera que el elemento [P] de una oración gramatical
puede estar constituido simplemente por un verbo —en uso
intransitivo— o por un verbo y su complemento directo:
V Los hombres andan
[P] V+C.D. — Los canguros dan saltos35.
34 Cf. ALARCOS, Estudios, p. 120: "el café estaba amargo = el café amar-
gaba", etc.
35 Esta distinción parece haber quedado ya apuntada por Cristóbal de
Villalón (cf. pp. 57-58 y 85). Y años después, mucho más explícitamente,
por Gonzalo Correas (pp. 370-371).
porque es precioso" (cf. § 4.3). Lidos los de boda suelen ser alegres, continuó Lotario como solía la casa de
su amigo Anselmo, procurando honralle, festejalle y regocijalle con todo aquello
ue a él le fue posible, pero acabadas las bodas y sosegada ya la
q
verdadera (que no "oración") . Quiero decir que, en el caso gmáticas, menores y mayores, como locución, frase, período, etc.
47 Aunque no tenga por qué serlo de la Semántica, o de la Psicolingüís-
de cláusulas oraeionales, la estrecha relación de sus elemen tiea, o de la Estilística, o de la Teoría del lenguaje.. , ramas todas de la
tos constituyentes —consecuencia de haber sido concebidos Lingûística (un objetivos y metodología espeeíficos, aunque a veces haya quien los
mezcle un tanto coufusamente,
frecuencia de las visitas y parabienes, comenzó Lotario a descuidarse con
cuidado de las idas en casa de Anselmo, por parecerle..." etc.
toda estructura oracional [S<- P] seguirá siendo duda, una oración, tanto desde el punto de vista formal
verdadera oración, cualquiera que sea la relación que [S<-P], como desde el punto de vista de su autonomía
establezca con otras estructuras oracionales semejantes. Si "Tú
elocutiva o de su autonomía semántica. Ahora bien, si
te vas" es, indudablemente, una oración, y "Yo me quedo",
otra, por cuanto que en ambas se establece una relación lo coordino o subordino gramticalmente a otra oración (
predicativa entre un [S] (tú en la primera, y yo en la "Me siento mal" respectivamente), aun conservando
segunda) y un [ P ] (vas y quedo respectivamente) , no toda su plenitud formal y semántica, deja de ser oración
creo que ninguna de e lla s de je de se r l o q u e
g ram aticalmente es por e l simple hecho de que se por el simple hehco de haber entrado en relación con
relacionen entre sí en expresiones más amplias ( otra estructura relacional50.
períodos o cláusulas) del tipo: "Tú te vas y yo me quedo", Si lo que se quiere deci r es que una oración puede
"Tú te vas aunque yo me quedo", "Tú te vas porque yo taponerse a otra, o coordinarse con ella o
me quedo", etc. Decir lo contrario es confundir el ser subordinarse a ella, dígase simplemente eso, y llámesela
con el actuar". La oración subordinada (o "proposición"), oración yuxtapuesta, oración coordinada u oración
además, puede muchas veces tener plena autonomía, tanto subordiuarla, pero no se la desnaturalice innecesariamente,
desde el punto de vista formal y elocutivo como desde el transformáudola en "proposición" 5 1 , para transferir su
punto de vista conceptual o semántico, según puede nombre propio de oración a una estructura que puede,
advertirse en el ejemplo anterior (yo me quedo). O en inclusive, no ser sintagmática: la cláusula.
otros muchos: En "Tú te preocupas demasiado cuando yo Considero, en síntesis, que todo este confuso problema
estoy enfermo", la oración subordinada tiene plenitud y procede de un solo error de principio: el de pensar que la
autonomía formal ("yo estoy enfermo" es una oración unidad básica de la Gramática —la oración— puede corres-
completa por sí misma, que podría expresarse sola, inde- 50 La posición de quienes opinan que la oración coordinada sí sigue
pendientemente) y tiene también sentido completo en sí siendo verdadera oración, y no "proposición" (cf. nota 51), me parece to-
misma, de manera que el hecho de que forme parte de davía menos sostenible. En el ejemplo considerado, lo único que converti-
ría a me siento mal en "proposición" sería el hecho de que ya no se ha
una expresión más amplia (un período o una cláusula) expresado sola, independientemente (sigue teniendo plenitud formal, fun-
no cercena en nada el sentido —el contenido ción predicativa y autonomía semántica en los dos períodos ejemplifiea-
semántico—de "yo estoy enfermo" 49 . No me parece dos). Pues bien, ese "no expresarse sola", ese "formar parte de una expre-
sión más amplia", es rasgo común tanto al período paratáctico cuanto al
aceptable razonar de la siguiente manera: El enunciado "Me
hipotáctico. -Como lo es también a la cláusula dentro del discurso.
siento mal" es, sin 5 1 T érmino, p or otra p art e , q u e n i s iq u ie ra pre s e n t a la ve n t a ja de la
48 De modo semejante, un sustantivo morfológico, como madera, no deja de
economía, pues sus partidarios también se ven obligados a especificar si
ser tal por el hecho de relacionarse —inclusive por subordinación— con se trata de proposición coordinada, o subordinada o yuxtapuesta . Cuestión
otro sustantivo: "puerta de madera"; en cuanto sustantivo, puede seguir e n q u e, p o r c i e r t o , t a m p o c o e x i s t e a c u e r d o e n t r e l o s d i v e r s o s d e f e n s o -
rigiendo complementos adjetivos: "puerta de madera tallada", o "de caoba",
res de la "proposición", ya que para algunos (Escarpanter, como Bloom-
etc.
field) toda oración relacionada con otra —sea por yuxtaposieión, por
4 9 La posible objeción de que una oración como la de ese ejemplo for-
coordinaeión o por subordinación— se convierte en proposición (actitud, al
ma parte de una eláusula y, así, su autonomía está restringida por tal de-
menos, rigurosamente sistemática), en tanto que para otros (Roca, Her_
pendencia o integración, no me parece que tenga validez. También una
nández, Marín) sólo a las subordinadas corresponde tal degradaeión, sin
eláusula o "expresión autónoma" puede —y suele— formar parte de un
que falte quienes consideren (Alcina-Blecua) que algunas subordinadas
contexto mayor: párrafo, discurso, conversación... de manera que tam-
son verdaderas oraciones —las complementarias— y sólo las completivas se-
poco sería expresión autónoma: Una respuesta del tipo "—Pues no se lo
rían proposiciones (ya que son, estrictamente, las únicas carentes de inde-
he dicho, porque no lo he visto todavía" es sin duda una eláusula (u "ora-
pendencia). No afiadiré aquí más. Otras consideraciones sobre el asunto
ción" en términos de Bello) —porque es el enunciado completo del ha-
he hecho en el librito publicado por la Universidad de México a que
blante— y sin embargo tiene, obviamente, menos autonomía semántica y
hice referencia en la nota 8; a él me remito,
aun elocutiva que "estoy enfermo" dentro de su período...
ponder a una entidad conceptual, informe (o de forma muy v
ariable) y carente de función sintáctica, en vez de identi-
ficarse con una estructura formal específica y poseedora de
una función privativa.52
* * *
Es mediodía. Un parque.
Invierno. Blancas sendas;
simétricos montículos
y ramas esqueléticas.
Bajo el invernadero,
naranjos en maceta,
y en su tonel, pintado obviamente similar a la de los ocho adjetivos (y dos morfemas
de verde, la palmera. adjetivados: en sombra, de ayer) que matizan efectivamente la
Un viejecillo dice, expresión poética. D eun total de 62 voces, sólo cuatro formas
para su capa vieja:
"¡El sol, esta hermosura verbales predicativas, estrictamente oracionales2.
de sol!"... Los niños juegan. Semejante arquitectura sintáctica en todas las estrofas
El agua de la fuente iniciales de otro de los más bellos poemas machadianos: Orillas
resbala, corre y sueña del Duero. Las escasas estrucuturas predocativas que en ellas
lamiendo, casi muda la aparecen van siempre subordinadas a frases dominantes, y
verdinosa piedra'.
siempre, además, en relación hipotáctica adjetiva.
Frente a la acumulación de frases, frases escuetas —espe- ¡Primavera soriana, primavera
cialmente en las tres primeras estrofas del poemita—, sólo humilde, cougo el sueño de un bendito, de
siete estructuras formadas en torno a predicados verbales, uu pobre caminante que durmiera de
la mayor parte de ellos apiñados en la estrofa final. Recuér- cansancio en un páramo infinito!
dese asimismo, del propio Machado, el poema "Soria fría, ¡Campillo amarillento,
Soria pura" de Campos de Castilla: la misma acumulación como tosco sayal de campesina,
de frases, plenas de poder evocador. pradera de velludo polvoriento
El predominio de las frases sobre las oraciones gramati- donde pace la escuálida merina!
cales no es, a veces, sólo numérico, sino que alcanza a la ¡Aquellos diminutos pegujales
jerarquización sintáctica de la expresión total. Así, en el de tierra dura y fría,
siguiente poema, también de Machado (Soledades): donde apuntan centenos y trigales
que el pan moreno nos darán un día!
La plaza y los naranjos encendidos Y otra vez roca y roca, pedregales
con sus frutas redondas y risueñas. desnudos y pelados serrijones,
Tumulto de pequeños colegiales la tierra de las águilas caudales,
que, al salir en desorden de la escuela, malezas y jarales,
llenan el aire de la plaza en sombra con hierbas monteses, zarzas y cambrones.
la algazara de sus voces nuevas. ¡Oh tierra ingrata y fuerte, tierra mía! ¡
¡Alegría infantil en los rincones Castilla, tus decrépitas ciudades! ¡La
de las ciudades muertas! agria melancolía
¡Y algo de nuestro ayer, que todavía que puebla tus sombrías soledades!
vemos vagar por estas calles viejas! (p. 77). ¡Castilla varonil, adulta tierra,
Castilla del desdén contra la suerte,
Toda la estructura del poema se organiza en torno a cua- 2 Muy semejante, casi idéntica, es la estructura sintáctica de muchos poe-
tro frases dominantes, a las cuales se subordinan otras m as d e J u an R am ó n J i m én ez. A s í, por ejemplo, en su El ejía 1 3 , t ras de
dos amplias estrofas formadas exclusivamente por frases, la tereera y últi-
tantas oraciones, todas complementarias: dos de ellas —que ma da en rada a cuatro formas oracionales, pero todas ellas son subordi-
llenan, que vemos— subordinadas adjetivas, con función n ad as d e fu n ci ó n ad j et i v a: " Un suspirar por algo encant ado y dist ant e, /
por algo más que no se encuentra y que se ignora, / presentimientos tristes en
1 En Poesías completas, Prólogo de Manuel Alvar, Madrid, Espasa-Calpe, cielos de diamantes,// una mujer que olvida y un poeta que llora".
1975, p. 135.
Castilla del dolor y de la guerra, Brisa en las alamedas).4
tierra inmortal, Castilla de la muerte! (pp. 142-143).
Sigue la parte narrativa del poema; aparecen ahora en No juzgo necesario seguir acumulando ejemplos.
ella las estructuras predicativas, las oraciones gramaticales, Considero que los presentados bastan para mostrar
dominando, organizando en torno a su núcleo verbal todos el particular valor poético de la frase, su capacidad
los elementos expresivos ("Era una tarde, cuando el campo de evocación afectiva, su alta emotividad.
huía del sol, y ... aparecía la hermosa luna..."). Los tér- De ahí, también, el hecho de que, dentro de la
minos se han invertido: los verbos, que en los 25 versos prosa, suelan aparecer las frases no en los pasajes
iniciales sólo hablan aparecido en cinco ocasiones y siempre estrcitamente narrativos, sino en las evoaciones
como núcleo de oración complementaria, pasan ahora a sentimentales y en las descripciones plenas de
ocupar su puesto dominante en los enunciados. El con- subjetividad; es decir, en las situaciones en que
traste es manifiesto. A las dos diversas y bien diferenciadas
resulta adecuado el uso de la llamada prosa poética.
partes de que consta el poema, corresponden dos formas
diferentes de expresión lingüística. Su empleo fue recurso estilísitico de que sirvió, con
El intenso poder descriptivo y evocador de la frase per- notable frecuencia, un escritor tau esmerado como
mite que, en ocasiones, todo un poema esté constituido, Gabriel Miró. Sirva de ejemplo el siguiente pasaje del
íntegra y exclusivamente, por frases. Tal cosa sucede, por obispo leproso, en el que la descripción del paisaje
ejemplo, en el Poema de la soled, de García Lorca , en el 3
levautino, su evocación íntima, corre a cargo de una
cual no figura ni una sola forma verbal: Mediaba de
sucesión marzo.
brevesOlor de naranjos
frases, de todos
enmarcadas los horta-
en su principio
Tierra seca, les. Aire
y en tibio,por
su final y estructuras
dentro de predicativas,
su miel unaverbales:
punzada de hu-
tierra quieta medad, un aletazo del invierno escondido en la revuelta
de noches de una calle. Nubes gruesas, rotas, blancas, veloces. Azul
inmensas. caliente entre las rasgaduras. Sol grande, sol de verano.
(Viento en el olivar, Más nubes de espumas. Otra vez sol; el sol, cegándose; y
viento en la sierra). Tierra la tarde se abría y se entornaba, ancha, apagada, en-
vieja cendida, fría..5
del candil En la prosa narrativa "neutra", el promedio de apari-
y la pena. ción de formas verbales (en cuanto núcleos predicativos)
Tierra es —según mis cálculos, aún muy provisionales — de una 6
de las hondas cisternas. por cada seis formas no verbales, en un total de siete pa-
Tierra labras por cada unidad oracional. En cambio, en el texto
de la muerte sin ojos y 4 Prácticamente lo mismo sucede en el poemita Pueblo, donde sólo apa-
las flechas. rece una forma verbal subordinada (un gerundio): "Sobre el monte pela-
(Viento por los caminos. do / calvario. / Agua clara / y olivos centenarios. / Por las callejas /
hombres embozados , / y en las torres / veletas girando, / Eternamente / gi-
rando. í 111 pueblo perdido, / en la Andalucía del llanto!" (p. 230).
3 C i t o por la edición de sus Obras completas de A. del Hoyo, Madrid,
5 En Obras completas, Madrid, Biblioteca Nueva, 1943; p. 849.
Aguilar, 1960, p. 229. 6 Cf., por ejemplo, "Una nota sobre el estilo de Quevedo", incluido en este mismo
volumen.
nadero. La Reina le busca con los ojos y les saluda con el
de Miró transcrito, a un total de 70 palabras corresponden
abanico…Algarero ramillete. Revuelo de abanicos. Peinetas,
sólo cuatro verbos, en vez de los once o doce que matemá-
modroños, claveles. Aplausos en todo taurino, al primer quite de
ticamente deberían corresponder. El contraste es todavía Frascuelo. Un piquero por tierra”10. Dos aisladas estructuras
mayor si se confronta el texto mironiano con ciertos pasa predicativas inmersas en un cúmulo de frases. Recurso
jes de la prosa de Quevedo, en que las formas verbales, descriptivo éste que alcanza en las páginas iniciales de Al fijo
predicativas, se acumulan casi violentamente, como suce- del agua un cultivo extraordinario: “Pueblo de mujeres
de, por ejemplo, en el siguiente pasaje, extraído de su enlutadas. Aquí, allá, en la noche, al trajín del amanecer, en
Nombre, origen, intento, recomendación y decencia de la todo el sanro río de la mañana, bajo la lumbre del so alto, a las
doctrina estoica: luces de la tarde –fuertes, claras, desvaídas, agónicas-;
viejecitas, mujeres maduras, nadero. La reina le busca
Tantos contaban, que vivían como lograban. Vivían
desvaídas, muchachas de lozanía, párvulas; en los atrios de
para morir, y como quien vive muriendo. Acordábanse
las iglesias, en la soledad callejera, en los interiores de
del mucho tiempo en que no fueron; sabían que había tiendas y de algunas casas —cuán pocas— furtivamente
poco tiempo que eran7. abiertas. Gent e s y calles absortas. Regulares las hiladas de
mnros, a grandes lienzos vacíos. Puertas y ventanas de
En total, doce formas verbales, escuetas, en número su- austera can t e r í a , cerradas con tablones macizos, de
perior a las demás palabras nocionales del texto. Frente a nobles, rancias maderas, desnudas de barnices y vidrios,
ello, la acumulación nominal, en una rápida sucesión de todas como trabajadas por uno y el mismo artífice rudo
frases, de otro texto mironiano en que sólo aparece un ver- y exacto. Pátina del tiempo, del sol, de las lluvias, de las
bo, subordinado: "Calvario barroco de cipreses negros. Vol- manos consuetu , en ]os portones, en los dinteles y sobre
tear de campanas a la redonda de las cumbres. Calles con los umbrales...". Sigue, hasta alcanzar más de dos páginas,
toldos de cañizos. Fiestas y casas viejas. El Ayuntamiento esta sucesión de frases, apenas rota ocasionalmente por
con soportales de cal. En la sombra, un banco con los mis- alguna aislada estructural oracional.
mos abuelitos de siempre, que miran la lejanía desde la Fuera de este uso literario —poético— de la frase, hay
curva de sus cayadas"8. otros dos tipos de enunciado en que su empleo es relativa-
Evocaciones o descripciones hechas mediante un rico en- mente frecuente: más, en los titulares de los periódicos;
sartado de frases pueden hallarse en la prosa de muy diver- menos —dentro de la lengua hablada— en expresiones ex-
sos escritores. Valle Inclán era muy afecto a ellas: "¡Verdes clamativas. De lo primero, pueden encontrarse fácilmente
escampados de lluvia y ventisca, luces de tarde, paseos y abundantes ejemplos en cualquier diario: "Impetuoso y rá-
melancolías de los emigrados españoles por la orilla hú- pido avance de las tropas iraquíes"; "Respaldo total a la
meda de la carretera, entre Irún y Hendaya!"9 Otras veces, iniciativa del Presidente por parte de todos los sectores";
son rápidas y nerviosas pinceladas descriptivas, escuetas, "Gran desarrollo económico a pesar del caos mundial";
palpitantes: "Tumulto en la talanquera del toril, y el toro "Incontenible derrame de petróleo en el Golfo de México";
en el ruedo: Bien criado, bien puesto de pitones, barroco, "No más hambre con el uso íntegro de cosechas", etc. La
berrendo en colorado, divisa colmenareña. Aplausos al ga- función nominal (denominativa) de los "titulares" perio-
7 En l a e d i e i ó n de s u s Obras completas e n pro s a p rep arad a p or Luis dísticos encaja perfectamente con el carácter no predicativo
Astrana Marín, Madrid, 3a. ed., 1945; p. 875b. de la frase gramatical.
8 Años y leguas, p. 979 de la misma edición de sus Obras completas. 10 m i dueño en la ed. cit., p. 386.
o Viva mi dueño: Primera serie de El ruedo ibérico, t. II, Madrid, 1928, 11 Agustín Yález, Al filo del agua, México, 24 ed., 1955, p. 3.
p. 15.
También la espontánea sencillez de las elocuciones ex-
clamativas parece corresponder plenamente a la estructura En el diálogo, no es raro que una sola oración gramatical
mononuclear de la frase. "¡Tanto sufrimiento inútil!", dé paso a toda una sucesión de prooraciones, cuyo
"¡Siempre con la misma cantinela!", "¡Toda mi vida en denominador común es el sintagma predicativo [S<-P]
inicial: “ –(Nos reunimos todos los días)- ¿En tu casa? –
este pueblo mugroso!" y otras expresiones semejantes son
No; en la de Luis. - ¿A qué hora? – A las ocho o nueve de
relativamente frecuentes en el habla coloquial. Pero también la noche”.
puede aparecer la frase, con relativa frecuencia, en la len- De lo dicho se desprende, obviamente, que toda
gua hablada normal, no emotiva, en enunciados como los confrontación de los “estilos” gramaticales de diversos
siguientes: " (Trabaja muchísimo toda la semana). Pero textos deberá hacerse siempre seleccionando textos de “
los domingos, cama hasta las once, luego su jaibol en el estilo” lingüístico o literario homogéneo: poético,
club, después una buena comida, siesta mayúscula, una narrativo o coloquial. A no ser que se trate, precisamente,
de mostrar las diferencias estructurales existentes entre
partidita de poker y ni golpe en todo el día". " (Se casó los diversos estilos de lengua o entre géneros diversos.
con él). En seguida, cinco meses de felicidad, y a continua-
ción, veinte años de infierno. Ahora, divorcio a las puertas".
Por último, algunas breves anotaciones sobre la proora-
ción. Es forma peculiar —ya que no exclusiva)"— del diá-
logo. El "conocimiento compartido" por los interlocutores
les permite elidir (omitir en su elocución) lo previamente
dicho de manera oracional. Cualquier forma lingüística
puede funcionar como prooración. Ya un sustantivo ("¿Qué
quieres tomar? — Vino"), ya un pronombre ("¿Quién lo
tiene? — Yo"), ya un adjetivo ("No sé si será fácil o difícil.
— Casi imposible"), ya un adverbio ("¿Piensas decírselo? —
Nunca" [o sí]), ya un sintagma más o menos extenso ("Me
dicen que lo has visto. — Ayer en la Facultad"), ya —in-
clusive— una oración gramatical, subordinada precisamente
a la elidida ("¿Y cómo lo resolviste? — Como Dios me
dio a entender" ) 1 3 . También el pronombre neutro —lo,
eso, etc.— puede funcionar no como pro-nombre, sino como
pro-oración: "¿Cuándo moriría don Claudio? Y nadie lo
recuerda" (Miró, Sigüenza, p. 546)14
1 2 Puede aparecer en la narración: "Entre los indígenas existe la creen-
lo tiene? —Yo"), predicativa ("No sé si será fácil o difícil. —Imposible") o
ci a de que la luna nue va p u e d e d a ñ a r a l f e t o . S o b r e t o d o e n t re l o s zap o - complementaria de cualquier clase: objetiva ("Qué quieres? —Vino"), pre-
tecos"... Inclusive, literaria: "Y a este paseo nada más venimos por las positiva ("¿Te atreverías? —A todo"), indirecta ("A alguien se lo habrá
tardes; eso sí, todas las tardes" (Mutó, Libro de Sigüenza, en Obras com- dicho"... —Sólo a Luis"), temporal ("Cuándo irás? —Mañana"), locativa
("Tú lo has visto", —En la Facultad"), modal ("Y F. ¿qué tal lo haría?
pletas, p. 509). Perfectamente"),causal ("No entiendo por qué lo hizo. —Por temor al
13 Cf. supra, § 4.7 de la Primera Parte. ridículo"), etc.
1 4 Por ot ra pa rte , la funci ó n si n t á c t i c a d e l a p r o o r a c i ó n res p ect o d e l a
oraeión gramatical evocada puede ser de todo tipo. Sujetiva ("¿Quién
pias, sobre todo, de la norma culta, y resultan ser más escasas en el
habla popular.
Dados los límites impuestos por el carácter mismo (le esta
reunión, deberé reduc irme a aualizar uuo solo de los temas
sintácticos qu e puedan ejempli f icar la premisa primera y la
u',
desenvuelve el educando, de las lecturas que haga con ponden al habla popular urbana, y las otras diez pertenecen
atención, y de su personal capacidad de aprehensión y al habla cuita de la misma área. Cada una de ellas tiene
asimilación. una extensión de 15 líneas en los libros señalados en la
3) No todos los individuos en edad escolar —sino los nota 1. Todas ellas corresponden a elocuciones ininterrum-
menos —se hallan inmersos en tal favorables condiciones. pidas de los informantes, esto es, a enunciados dichos en
4) La enseñanza escolar parece ser el factor que origina momentos en que los informadores hablan sin que el inter-
mayor y más intensa consciencia lingüística. locutor intervenga, interrumpiéndoles. De cada informante
Consecuencia he tomado dos muestras, correspondientes a dos distintos
pasajes de la misma encuesta. Cinco de estos informantes
Si todo ello es cierto, cabe deducir que corresponderá a pertenecen a la clase sociocultural alta (representantes del
la escuela, a la enseñanza sistemática, la tarea de proporcio- habla culta) y los otros cinco a la clase sociocultural baja,
nar el conocimiento consciente y riguroso de esas construc- de nula o escasa instrucción escolar (informadores repre-
ciones sintácticas de más elevado índice de dificultad. sentantes del habla popular). Sus características básicas son
las siguientes:
1 Una pequeña parte de esas encuestas ha sido transliterada fielmente p
or los investigadores del Centro de Lingüística y publicada por la propia
Universidad de México en dos gruesos volúmenes: El habla de la ciudad de
Siendo el propósito de esta comunicación demostrar lo México: M a t e r i a l e s p a r a s u e s t u d i o (1971) y E l h a b l a p o p u l a r d e l a
acertado de la consecuencia señalada, deberé probar, antes
que ciudad de México (1976). De ellas me he servido para reunir los
materiales linguísticos objeto de análisis en este breve ensayo.
nada, que esas estructuras sintácticas complejas son pro-
pias
No siendo mi propósito ahora, de ninguna manera, plan-
tear ni mucho menos analizar lo que podría ser una apasio-
nante tema de investigación sociolingüística, sino sólo reu-
nir la información necesaria para discernir lo acertado o lo
erróneo de mis presuposiciones, el corpus con que trabajo
puede parecer reducido, y no permitiría, por supuesto, lle- C u a d r o I I
Cuadro 1
2) Las oraciones del habla culta son más complejas —más Iar
gas y con mayor número de elementos complementarios,
especificadores o matizadores de los conceptos—, que las del
habla popular. Efectivamente, en textos de la misma exten-
sión (como son los utilizados por mí) se descubren sólo
209 oraciones gramaticales dentro del habla culta, frente a
327 oraciones en el habla popular. La expresión oracional
popular es, pues, más escueta, más desnuda y concisa que la
del hablante instruido.
3) La yuxtaposición y la coordinación, como formas más si
m les de la sintaxis oracional, son bastante más comunes en
p
C-2. Muestra A
C-2. Muestra B
C-3 Muestra A
C-3. Muestra B
C-3. Muestra total
C-4. Muestra B
C-4. Muestra A
C5C5C5 C5 Muestra B
P-1. Muestra B
P-2. Muestra A
P-2. Muestra B
P-3. Muestra A
P-3. Muestra total
P-3. Muestra B
P4. Muestra A
P-4. Muestra total
P-4. Muestra B
P-5. Muestra A
P-5. Muestra B
N O R M A CULTA D E S A N J U A N N O R M A C U L T A DE M É X I C O
Para participar, siquiera sea muy modestamente, en estos Pero me estoy desviando de mi objetivo, y el tiempo que
actos de homenaje a Don Francisco de Quevedo organizados se me ha concedido es muy limitado. Inncesario parece
por nuestra Facultad de Filosofía y Letras, he hecho un rá- seguir mostrando ejemplos de lo que todos ustedes cono
pido análisis sintáctico de su prosa, sirviéndome de los mis- cen. Volvamos, pues, a nuestro asunto. Que es el de
mos elementos de juicio que he empleado en trabajos an- mostrar cuáles son las peculiaridades estilísticas de la
teriores. sintaxis oracional de Quevedo, cosa --que yo sepa—
Sobre la lengua de Quevedo se han publicado, como us- todavía no bien estudiada y que requeriría de una amplia
tedes bien saben, muchos ensayos, de distinto valor y alcan y paciente investigación, de que estas cuartillas no
ce. El personalísimo estilo de este gran escritor se pueden pasar de ser simple e insuficiente muestra.
ha analizado reiterada, pero —tal vez— algo Todo lo que yo he podido intentar —habida cuenta de
superficialmente. Se han estudiado sus recursos retóricos, la premura con que ha tenido que organizarse este acto
todos los cuales son, sin duda, parte de su estilo; pero no —ha consistido en hacer unas breves calas en la prosa
todo su estilo ni, mucho menos, lo más profundo, íntimo narrativa de Quevedo. He tomado cuatro muestras de
y secreto de su estilo: otras tantas obras de nuestro escritor —todas ellas, al
Evidente es la maestría de Quevedo en el uso de la hipér- azar— y, por supuesto, de semejante extensión. Esto
bole: ¿Quién no recuerda el desaforado tamaño de los za último, con el propósito de que pudieran ser fácilmente
patos de aquel "clérigo cerbatana", del Buscón, cada uno comparables entre sí, tomando en cuenta que cada una
de los cuales "podía ser tumba de un filisteo? ¿O a aquel de ellas pertenece a un tipo —o género— diferente de
paciente mulato del Sueño del infierno, "que a puros cuer prosa. La primera pro-ce del Libro de todas las cosas y
nos tenía hecha una espetera la frente"? otras muchas más; la segunda, del Buscón; la tercera, del
Maestro insuperable fue también Quevedo en el uso del Nombre, origen, intento,. recomendación y decencia de la
equívoco, recurso estilístico que le permitía hacer gala doctrina estoica; y la última, de La constancia y paciencia. del
de todo su ingenio y de toda su irona, amarga o festiva. Santo Job1.
Baste un ejemplo, tomado también del Sueño del infierno: El resultado de los análisis sintácticos de esos cuatro tex-
"fuime llegando adonde estaba Judas, y vi que la pena de tos aparece esquematizado en el siguiente cuadro:
los despenseros era que, como a Ticio le come un bui-
1 En la edición de sus Obras completas en prosa, hecha por Luis Astrana
tre las entrañas, a ellos se las escarbaban dos aves que Marín (Madrid, 3º d., 1945), corresponden a las páginas 108, 120, 875y.
llaman sisones. Y un diablo decía a voces, de rato en rato: 1167 respectivamente, columna b en todos los casos. En total, 40 lineas
Sisones son despenseros, y los despenseros, sisones". de la primera muestra, 42 de las dos siguientes, y 38 de la última.
ESTRUCTURA DE LAS CLÁUSULAS
ESTRUCTURA
DE LOS PERIODOS
española", (L. CARDOZA y ARAGÓN, "Literatura de .tiempito>”, en Los y 54, pp. 102-129 y 321-338. Posteriormente, el Prof. Vidal Lamíquiz
Universitarios, nº 171-172, México, julio de 1980, p. 27). tuvo l a g e n t i l e z a d e p r o p o r c i o n a r m e f o t o c o p i a d e l a s s i e t e c a r t a s
a u t ó g r a f a s . todas las cuales se conservan en el Archivo de Indias.
I M l ESTUDIOS
CUADRO I
CUADRO II
moderno da cabida a un mayor número de elementos com- unas cláusulas y otras. Esa reducida frecuencia de períodos
plementarios. oracionales copulativos coincide con la que revela la Cárcel
Coincide también la sintaxis de Ordaz con la de Que- de amor (6.7%) y la prosa de Quevedo, todo lo cual con-
vedo y Diego de San Pedro en la distribución relativa de trasta, una vez más, con los altos porcentajes a que llega la
oraciones coordinadas y subordinadas. En todos ellos, la hi- coordinación copulativa en la expresión moderna, no sólo
potaxis alcanza índices muy elevados (66.1%, 65.3% y 68% hablada (15.1% en la norma culta y 23.3% en la popular),
respectivamente), y muy superiores a los de la expresión sino también literaria (15.5%).
moderna (49.6% en la lengua literaria y 48.2% en el habla Pero la peculiaridad sintáctica más acusada en la prosa
culta)10 de Diego de Ordaz quizá sea el frecuentísimo empleo de
Todas estas coincidencias —y otra más, que en seguida subordinaciones causativas (19.8%), especialmente de perío-
veremos— entre la estructura sintáctica de las Cartas de dos finales (6.6%) y condicionales (4.7%). Sólo Quevedo
Ordaz y los escritos de Quevedo y Diego de San Pedro pue- se aproxima en esto a él (17.3%) y no le va tampoco muy
den deberse a la relativa proximidad histórica de los tres a la zaga Diego de San Pedro (15.7%), mientras que los.
autores. Esto es, a razones de época común dentro de la escritores mexicanos contemporáneos se distancian notable-
historia general de nuestra lengua. De ser ello cierto, cabría mente de ellos (5% en promedio total) 12 . Pienso que el alto
suponer que la estructura sintáctica del discurso, en gene- porcentaje de complementos finales y condicionales que
ral, y de la cláusula, en particular, era más compleja hace descubrimos en los textos de Ordaz pueden deberse a la
siglos que en la actualidad, en tanto que la estructura léxica naturaleza misma de las Cartas. En ellas da el conquistador
de la oración se ha ampliado en nuestro tiempo. diversas instrucciones a su sobrino sobre lo que debe hacer
Llama también la atención el alto porcentaje de períodos con sus posesiones y bienes de fortuna en la Nueva España,
objetivos y adjetivos especificativos que aparecen en las y se siente, tal vez, inclinado a justificar tales instrucciones
Cartas. Tanto las oraciones objetivas como las especificati- explicándole la finalidad de lo dispuesto. A la vez, su en-
vas son, desde el punto de vista comunicativo —del men- tonces ya largo distanciamiento de los asuntos y de la situa-
saje—, de primordial importancia. Advertimos, de nuevo, ción de la Nueva España, le obliga a hacer hipótesis sobre
un rasgo más en la prosa del Adelantado que confirma el lo que sus instrucciones podrían desencadenar, condicio-
carácter conciso, desnudo y esencial de su estilo. Intensidad nándolas a lo que las circunstancias reales exigiesen.
expresiva en que coincide, una vez más, con Quevedo11 y Creo, en síntesis, que los breves pasajes de las Cartas ana-
se aleja un tanto de los escritores de nuestro tiempo. lizados permiten extraer algunas conclusiones, provisionales e
No deja de sorprender la baja proporción de períodos inseguras, desde luego, dada su misma brevedad. En pri-
copulativos que —como antes he apuntado— figuran en
10 mer lugar, cabe sospechar que la estructura sintáctica del
Consecuentemente, los períodos paratácticos son más usuales hoy (
discurso, sumamente compleja hace cuatro siglos (amplitud'
22.6%) que en el pasado (12.7%). Sólo en el uso de períodos adjetivos
explicativos —es decir, complementarios o no esenciales para el contenido de la cláusula, acusado predominio de la subordinación ora-
de lo comunicado— supera ampliamente la prosa moderna (8,8%) a la de cional, etc.), se ha ido simplificando posteriormente, hasta_
Ordaz (2.3,%) y de Quevedo (5%). desembocar en una relación proporcional más equilibrada
11 El porcentaje de subordinadas objetivas de las Cartas (13.2%) sólo 1 2 Sólo Octavio Paz recurre con relativa frecuencia (9.7%) a las rela-
es superado por el de la prosa de (Quevedo (16,4%), Y en los textos de a ciones causativas. De las cuales sí se sirve en mayor medida la lengua
m bos es donde la sub o rdinación sustantiva en general, alcanza índices hablada, tanto culta (11,6%) como popular (12,6%).
más elevados: 24.1% en Quevedo y 21% en Ordaz.
entre parataxis e hipotaxis dentro de la prosa contemporá-
nea. En segundo término, estas Cartas revelan un amplio
dominio, por parte de su autor, de la sintaxis española y
una notable capacidad de expresión lingüística. Y que Ordaz
poseía un estilo epistolar bien definido y uniforme, según
lo muestra la homogeneidad estructural de los tres diversos
pasajes analizados. ANOMALÍAS EN EL HABLA POPULAR DE MEXICO
diversa naturaleza y de distinta función. prácticamente todos los informantes . Parece ser la muleti- 5
Quisiera presentar aquí los resultados de un espigueo lla más común entre los hablantes mexicanos: "Vienen per-
hecho en las muestras del habla popular mexicana de nues- sonas que... pues... «¡Regáleme agua!»... Pus... ¿por qué
tros días reunidas en uno de los libros que sirvió de base no se las voy a dar"; "Tiene... pos... una cosa... pos...
para los estudios anteriores3. muy rara". Todo ello aparte de su empleo como refuerzo
En general, esas muletillas sirven para proporcionar al intensivo de afirmaciones o negaciones: "¡Pus claro!"; ¡Ps
hablante el tiempo necesario para que vaya organizando cómo no!"; "Pos sí señor".
mentalmente su elocución. Son, pues, formas dubitativas 2. Este. Sigue de cerca a la anterior: 152 apariciones en
que amparan las vacilaciones expresivas propias de la lengua mis textos, y en boca también de todos los informantes
espontánea, peculiares de la improvisación elocutiva. Por salvo uno. Parece haber cierta distribución sintáctica, rela
ejemplo: "No sé si... pues... estará bien... —digo— lo tiva, entre pues y este: La forma conjuntiva aparece más
que hice, pero... pos... no podía hacer otra cosa". Otras frecuentemente al comienzo de cláusula ("¿Y usted qué
veces —aunque con menor frecuencia— sirven para mante- piensa hacer? —Pos... no... no sé todavía"; "¿Dónde lo
ner la atención del interlocutor, haciéndole participar de encontró? —Pues... aquí, en México") , que en su interior
algún modo en la exposición oral, a la vez que proporcionan ("porque... pues... se va sentir muy sola"), mientras que
también al hablante el tiempo indispensable para ir orga- la forma demostrativa aparece más en el interior de la frase
nizando su pensamiento y para seleccionar las estructuras ("cuando veas que... este... que viene el señor"; "con un
expresivas correspondientes: "No se lo di... —fíjese us- equipo que se llama... este... el... el Penaron, sin que
ted—... porque... pos no lo iba a saber usar". El origen falten, por supuesto, casos de aparición en el comienzo de
esencialmente dubitativo de tales bordones resulta evidente cláusula ("¿Qué te acuerdas de él? —Este... esa vez pe-
en aquellos que presentan forma precisamente interrogati- lió..."). Ocasionalmente, ambos bordones se usan agrupa-
va, como sucede en los del tipo "¿cómo le diré?". Por ejem- dos: "No... pos... este... no sabía qué hacer". O reite-
plo: Se hace con una... —¿cómo se llama?— ...una como rados: "entonces vino, y... este... este nadie quería...".
cuchilla"; "tenía un... -cómo le dijera?—... un flequito No es usual en México la forma neutra esto, la cual se
1 Si bien, proporcionalmente, tal diferencia representa ya un siente como peculiar de los españoles.
29% menos 3. Menos empleadas que las anteriores —aunque poseen
de unidades léxicas en el habla popular respecto de la culta, 4 He considerado el habla de 20 informantes incultos, analizada a tra-
Advertencia .............................................................................................. 7
Primera Parte: Metodología .................................................................9