Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
el final de un evento sólo marca el comienzo de otro. Para nosotros, este nuevo comienzo se abrirá
con muchas más opciones y mejores oportunidades.
Comenzar a estudiar en UTEL fue una decisión difícil, ya sea que fuera la primera o segunda carrera
en nuestras vidas. Seguramente surgieron dudas como ¿en realidad necesito continuar mi
educación? ¿Podré conjugarlo con mi vida actual?, ¿podré comenzar y llegar a buen término?, sin
embargo estoy seguro que todos teníamos algo claro: hacer esta elección iba a cambiar nuestras
vidas para siempre. No iba a ser fácil, en la vida cotidiana se presentan día a día constantes
actividades que nos saturan, pero son necesarias. Aunque nos enfrentamos a nuevos retos, es a
través de ellos que descubrimos nuestra verdadera capacidad y voluntad.
UTEL es una excelente universidad que, a través de su modelo educativo, nos permite alcanzar el
sueño de terminar una carrera. Desde el primer cuatrimestre entendí que estudiar en esta
universidad involucraba un compromiso mucho mayor que educación en aulas físicas a la que
muchos estamos acostumbrados. Al estudiar en línea, se requiere mayor disciplina, autocontrol y
tenacidad, porque a pesar de contar con excelentes profesores, tutores, aula virtual y foros, que te
apoyan en cada etapa, la decisión y la fuerza de voluntad para seguir adelante tiene que venir de
uno mismo.
Personalmente aprendí mucho de mí mismo durante esta etapa, me di cuenta de que el esfuerzo y
dedicación que ponemos día a día puede convertirse en grandes cosas si somos constantes. Entendí
el valor del conocimiento y los esfuerzos que muchos profesores deben hacer para guiar a sus
alumnos a través de la universidad, pero más que nada, agradecí la oportunidad que esta
Universidad ofrece para las personas que queremos seguir adelante en nuestras carreras.
En la mitología griega se creía que la esfinge era un monstruo que atormentaba la ciudad de Tebas
y cuando se acercaban viajeros a la montaña del oeste de esta Polis, les imponía acertijos difíciles
de resolver, con la condición de que si los respondían, no los devoraría. Todos fallaban en la ardua
tarea y perecían.
Esta esfinge es la vida a la que nos enfrentamos día a día. Con el paso de los años hemos ido
adquiriendo conocimientos que nos permiten acercarnos y tomar el reto, el día de hoy concluimos
una nueva preparación más, que nos dará las herramientas necesarias para llegar con más
confianza y temple. Hoy podemos enfrentarnos a ella y saber que saldremos victoriosos.
Agradezco a la Universidad, sus directivos, personal que colabora en ella, maestros, tutores y
mentores. También agradezco a mi familia, mi esposa.
Han transformado nuestras vidas al abrirnos una puerta hacia el conocimiento y el descubrimiento
de nuevos talentos. Muchas felicidades a todos, Clase 2015.
Discurso del Lic. Enrique Bustamante Martínez en la
ceremonía de graduación.
Me siento muy honrado y es de verdad una gran distinción el poder hablar hoy
frente a todos ustedes en esta ceremonia que es tan especial y en la que felicito a
todos y cada uno de los graduados pero también a sus profesores, a las
autoridades de la Universidad de Celaya y al mismo tiempo a sus familias porque
graduarse es un trabajo de equipo. Hoy es un día oportuno para que todos
ustedes, jóvenes graduados, agradezcan el apoyo y la comprensión brindada por
todos los que los rodean.
Una vez entregadas las felicitaciones del caso, permítanme compartir con ustedes
algunas reflexiones. Seré breve. Dicen que el mejor discurso de graduación de la
historia lo hizo Salvador Dalí en la Universidad de Barcelona, cuando dijo: "Seré
breve. Terminé".
Jóvenes quiero referirme a ustedes en este momento por que forman parte del
sector mayoritario de nuestra población.
Quiero decirles que uno de los grandes retos para las nuevas generaciones es, no
perder su capacidad de asombro.
Para vivir el día a día, sin mayores traumatismos,,,, a la deriva,,,, como dicen por
ahí, pasar por la vida nadando de muertito. Haciéndole el quite a la realidad;
medida engañosa de supervivencia.
Uno no escoge donde nace, pero uno sí escoge qué hace con las oportunidades
que se le presentan: y mientras más oportunidades se tienen en la vida, es mayor
la responsabilidad.
Pero ver el futuro requiere coraje; coraje para desafiar el individualismo. Ese que
amenaza dominarlo todo abusando de sus beneficios.
"Ninguna sociedad decente puede sobrevivir a menos que vea con valor al futuro y
exista un mínimo de valores comunes", decía Shimón Peres en la Universidad
Anáhuac el día que le entregaron su Honoris Causa.
Ello es factible sólo si atemperamos nuestra existencia a una causa más grande
que la que nos dicta el egoísmo. "Si no aprendemos a limitar con firmeza nuestro
egoismo y a orientar nuestro trabajo cotidiano con criterios de apoyo y
participación activa, nosotros, la humanidad, simplemente nos destruiremos,
mientras observamos en la sociedad, como salen a relucir los peores aspectos de
la naturaleza humana".
Que no nos sorprenda la muerte poniendo un pie delante del otro en el camino
incorrecto.
Decía el también que, “debemos estar seguros de que no nos sorprenda la muerte
estando en deuda con nuestro compromiso personal, cualquiera que este sea”.
Cuentan que un padre le pidió un día a su hijo que, por cada mala acción que
hiciera, cada vez que molestara o hiciera daño a alguien, clavara un clavo en la
pared. Ésta se fue así llenando de clavos, muchos al comienzo, luego menos.
Hasta que el hijo fue con su padre un día a contarle que, desde hacía un tiempo,
había ya dejado casi de clavar clavos. Ya lograste el autocontrol, le comentó el
padre. Ahora, cada vez que de alguna manera ayudes o contribuyas con otro,
puedes desclavar un clavo. Pasó un tiempo y el hijo regresó un día contento con el
anuncio de que la pared ya se encontraba libre de clavos. Ya eres un líder, le
anunció el padre. Y ahora, preguntó el muchacho:
¿Qué hago con los huecos en la pared? ¿los puedo tapar? No, fue la respuesta, que
se queden allí, como testimonio de que finalmente no te has hecho solo, como
registro silencioso de todos aquellos que, de una manera u otra, han contribuido a
formarte.
La etapa universitaria que hoy ustedes culminan ha sido una fundamental en esa
pared con huecos que constituyen la vida de cada uno de ustedes.
Por esto es que los amigos que hacemos en la escuela y la universidad resultan
tan especiales, porque nos conocieron sin formación, en el esfuerzo adolescente y
juvenil de clavar y desclavar clavos.
Procuren enamorarse del trabajo que hagan o, mejor aún, escojan un trabajo del
cual se puedan realmente enamorar.
Pocas cosas de la vida son mejores que ir con ganas a trabajar los lunes en la
mañana. Disfruten de sus planes y logros.
Ojalá que también hayan aprendido a cultivar la fuerza del espíritu para que los
proteja eventualmente ante la adversidad repentina.
Sean siempre ustedes mismos. Conózcanse bien. Aprendan del silencio. No finjan
afectos. Ante la vida y el trabajo, planteen su verdad y sus preguntas con
transparencia; no se cierren a nadie, ni a los presuntamente ignorantes, porque
ellos también tienen su historia.
El mundo puede parecer hoy un lugar confuso y lleno de egoísmo, pero hay
también en él personas que luchan por alcanzar ideales nobles. La vida cotidiana
no deja de estar cargada de heroísmo. Y no se angustien con fantasmas. Hay
temores que nacen, a veces, del cansancio y la soledad.
Hoy que terminan este periodo de su vida,,, a los que hoy finalizan sus carreras o
maestrias, quiero invitarlos a que ejerzan su profesión con integridad moral y
ética. Nuestro país ha sufrido mucho por profesionales que perdieron la brújula
moral y debemos ayudar a nuestra sociedad a recuperarla.
Albert Einstein en una de sus clases de física en Princeton anunció a sus alumnos
que el examen que iba a plantear sería el mismo que el del año pasado y que
estaba en biblioteca disponible.
Hay un concepto central en la filosofía judía que se llama Tikun Olam que comanda
los seres humanos a "reparar el mundo". Esto se interpreta fundamentalmente
como la ayuda al prójimo, la filantropía y la búsqueda del bien común.
Los que hemos tenido el privilegio de formarnos académicamente, debemos
participar en la generación de oportunidades y en la regeneración de instituciones.
Estamos en un momento de redefiniciones para nuestro país y el mundo.
Es visible para todos que los modelos productivos históricos se están agotando
Son todas grandes preguntas a cuyas respuestas tenemos que aportar todos.
Todos ustedes tienen el potencial de ser libres e innovadores. No tenemos por qué
optar entre estado y sociedad civil, entre campo y ciudad o entre empresarios y
trabajadores. Son todas falsas antinomias. México necesita de todos.
Jóvenes actuen con humildad, ahora tienen un título. Sin embargo, eso no los
convierte en mejores personas; apenas significa que han recibido más educación.
Finalmente, lo más importante: tomen la vida que Dios les ha dado y hagan con
ella algo significativo.