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Se denomina contencioso el proceso que tiende a la obtención de un pronunciamiento que

dirima un conflicto u oposición de intereses suscitado entre dos personas que revisten calidad
de partes.

Tiene por objeto una pretensión, siendo indiferente que el demandado se oponga a ella o que
rehuya la discusión o la controversia, ya sea no compareciendo al proceso o por el expreso
reconocimiento de los hechos y del derecho invocados por el actor.

Artículo 428.- El demandante puede modificar la demanda antes que ésta sea notificada. Es
posible modificar las pretensiones planteadas en la demanda, siempre que las nuevas
pretensiones se refieran a la misma controversia que fue objeto del procedimiento
conciliatorio. Puede, también, ampliar la cuantía de lo pretendido si antes de la sentencia
vencieran nuevos plazos o cuotas originadas en la misma relación obligacional, siempre que en
la demanda se haya reservado tal derecho. A este efecto, se consideran comunes a la
ampliación los trámites precedentes y se tramitará únicamente con traslado a la otra parte.
Iguales derechos de modificación y ampliación tiene el demandado que formula la
reconvención.”

Solicitud – no

Un nuevo proyecto de ley de la mayoría parlamentaria en la mira. El pleno del


Congreso aprobó un dictamen mediante el cual elimina la obligatoriedad de un
arbitraje institucional como herramienta efectiva para resolver problemas en los
contratos que realiza el Estado con el sector privado.
Para el ex defensor del Pueblo Eduardo Vega, dicha decisión es perjudicial para
el país. “Entre gallos y medianoche, el Legislativo aprueba una norma que se
convierte en un lamentable retroceso en la lucha contra la corrupción”, anotó.
Vega explicó que el arbitraje es un mecanismo de arreglo de diferencias que
normalmente es considerado en los contratos que celebra el Estado con el
privado.
“Por ejemplo, el Estado hace un contrato con el sector privado y fijan un monto
por una obra. Pasan los meses y el privado señala que va a necesitar más dinero
para cumplir con su parte. Si el Estado se lo niega, se configura una diferencia
entre las partes y se aplica la cláusula de arbitraje”, comentó.
El arbitraje institucional permite que la acción de los árbitros –quienes actúan
como jueces en el arreglo de diferencias– sea respaldado por alguna institución
como las cámaras de comercio o alguna entidad como un colegio de
profesionales o universidades.
“En cambio, en un arbitraje ad hoc no hay ese tipo de respaldo, necesariamente.
Cuando he tenido que ver estos temas, he conocido que hasta en el cuarto de un
hotel se resolvían estos arbitrajes. Es por eso que considero que el arbitraje ad
hoc es una de las fuentes más importantes de corrupción en estas grandes
contrataciones públicas”, advirtió.
Eduardo Vega lideró la Comisión presidencial de Integridad creada por el
presidente Pedro Pablo Kuczynski, y que tuvo como labor principal establecer
los mecanismos necesarios para bloquear el paso a la corrupción en el Estado.

El proyecto

El 7 de enero de 2017, último día del Gobierno para hacer uso de sus facultades
legislativas, se publicó el Decreto Legislativo 1341.
Dicho decreto planteó modificaciones a la vigente Ley General de
Contrataciones con el Estado. Concretamente, la ley precisa que “las diferencias
entre las partes se resuelvan mediante arbitraje”. Sin embargo, no precisaba qué
tipo. Con el DL del Gobierno, se precisa que este debía ser institucional. La
medida busca eliminar la posibilidad de corrupción en esta instancia.
Además, señala que solo podía ser arbitraje ad hoc en casos específicos que
serían detallados mediante reglamento. Sin embargo, el Congreso, como parte de
su labor de revisión de las facultades, evaluó la medida y aprobó un nuevo
proyecto para derogar la modificación del Ejecutivo.
El director ejecutivo adjunto de Proética, Samuel Rotta, coincidió en que esta
medida es perjudicial para el país. “Como Proética estamos en contra de este
proyecto. Nos pareció muy saludable volver excepcional los arbitrajes ad hoc. En
esa línea, tomar la decisión que tomó el Congreso es desatinada”, explicó.

Pérdidas al Estado

La Contraloría General de la República desarrolló un informe en el cual se


estudiaron diez años de procesos arbitrales (2003-2013). En dicho período, se
llevaron a cabo 2.796 decisiones de arbitrajes. En el 70% de esos procesos, el
Estado peruano perdió.
Se estima que Perú perdió S/ 1.228 millones por todos aquellos arbitrajes
perdidos. Además, del total de arbitrajes en el período de análisis, el 64% fueron
procesos bajo la modalidad ad hoc. De dichos procesos de arbitraje, el 54% se
aplicó en casos de contratos para obras públicas; el 30% se aplicó en contratos
por servicios y el 16% por compra de bienes.❧

Claves

 Para ser un árbitro, el profesional debe contar con especialización en


contrataciones del Estado, conocimientos de derechos administrativo y tener
experiencia en procesos arbitrales.
 En algunos casos, en arbitrajes ad hoc, ambas partes escogen sus árbitros y estos
deben formar un tribunal arbitral.
Odebrecht tuvo 42 arbitrajes contra el Perú

Según una investigación realizada por IDL, la corrupta empresa Odebrecht llevó
a cabo 42 arbitrajes contra el Estado peruano, de los cuales ganó 35. El
Ministerio de Transportes fue el que más arbitrajes perdió. De 30 arbitrajes en los
que el MTC tuvo responsabilidad, 26 fallaron a favor de Odebrecht.

Se señala a la carretera IIRSA Norte (Piura) e IIRSA Sur. En la primera,


Odebrecht le ganó US$ 47 millones; mientras que en la segunda, US$ 87
millones. Se calcula que entre el 2003 y el 2016, Odebrecht ganó US$ 254
millones. “Este tema del arbitraje tiene directa relación con la forma en que operó
Odebrecht en el Perú. Primero realizaban malos diseños de obras. Ejecutaban
esas obras y luego decían que el valor aumentaba. Así, sometían al arbitraje y lo
ganaban”, informó Eduardo Vega.
https://larepublica.pe/economia/1043409-arbitrajes-ad-hoc-dan-paso-a-la-corrupcion-en-el-
estado

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