Sunteți pe pagina 1din 36

ANTROPOLOGÍA BÍBLICA

LIDERAZGO INTEGRAL – NUEVO PENSUM – SEMESTRE I

1.1 FUNDAMENTOS DE LA ANTROPOLOGÍA

1.1 Definiciones1
El hombre en su afán de explicar su origen, desechando la enseñanza bíblica,
inició lo que conocemos como antropología. Esta palabra deriva de los
vocablos griegos: antropos, que significa hombre, y logos, que quiere decir
estudio. Por tanto, la antropología es sencillamente el estudio del hombre. Y
es sobre la base de los requerimientos de esa ciencia que los estudiosos
bíblicos dieron respuestas a las numerosas preguntas de la arqueología,
implementando así la antropología bíblica: ¿Qué es el hombre? ¿Cómo se
originó?, Etc., todo ello basado en la Biblia.
1.2 Importancia de la Antropología: ¿Qué es el hombre?2
Hace tres mil años el salmista le preguntaba asombrado a Dios: “¿Qué es el
hombre, para que tengas de él memoria?” (Salmo 8:4). Después de todo este
tiempo transcurrido, el ser humano continúa planteándose la misma cuestión.
La extensa gama de respuestas que se han dado a lo largo de la historia no
parecen, ni mucho menos, haber agotado el tema.
Tal ha sido siempre el reto de la antropología, en sentido general, llegar a
conocer la esencia fundamental del ser humano. Sin embargo, lo cierto es
que no existe consenso. Hay todavía numerosas concepciones de lo que es
el hombre. Las diversas soluciones antropológicas configuran un amplio
abanico que va desde la más pura animalidad hasta las nociones míticas del
superhombre, el hombre-semidiós, pasando por las ideas del hombre objeto y
hombre máquina. ¿Es el ser humano una cosa más en el mundo de los
objetos o, por el contrario, estamos frente a una realidad subjetiva, ante un
ser personal? ¿Somos una especie zoológica como las otras del pretendido
árbol evolutivo, o existen realmente diferencias cualitativas que nos distinguen
de los demás seres vivos? ¿Puede equipararse la mente humana al órgano
del cerebro o lo mental supera con creces lo cerebral? Las respuestas que se
dan a todas estas cuestiones configurarán modelos bioéticos distintos y
contrapuestos. De ahí la necesidad de transparencia en las ideas previas que
debe exigírsele a todo planteamiento ético de la vida.
No es este el lugar para realizar una historia general de la antropología, sin
embargo, sí que nos parece pertinente revisar las últimas manifestaciones
que se han venido sucediendo, sobre todo en el último siglo, desde la
aparición de la filosofía existencialista hasta el momento presente.
1.2.1. Antropologías del siglo XX
Ante la necesidad de ofrecer una visión de conjunto, se ha optado por resaltar
las concepciones acerca del ser humano que defienden las seis ideologías
siguientes: existencialismo, estructuralismo, neo marxismo, reduccionismo
biologista, conductismo y la llamada antropología cibernética.

1
THOMPSON, Les. “La Persona que soy”. Unilit, 1997. Pg. 12
2
CRUZ, Antonio. “Bioética Cristiana”. Editorial Clie. 1999. Pg. 27-44

Página 1
ANTROPOLOGÍA BÍBLICA
LIDERAZGO INTEGRAL – NUEVO PENSUM – SEMESTRE I

1.2.1.1. Antropología existencialista


El hombre se concibe como un proceso abierto e inacabado. Este proceso
abierto de autorrealización se trunca con la muerte. De ahí que la
antropología existencialista sea, en realidad, una teoría sobre la muerte, una
tanatología. Si el Dios de la fe cristiana fue el Creador del ser a partir de la
nada, el filósofo existencial sería el creador de la nada a partir del ser.
1.2.1.2. Antropología estructural
La antropología estructural afirma que el ser humano es únicamente una
realidad objetiva. El sujeto como ser trascendente, por tanto, no existiría. El
hombre carecería de alma, de conciencia y de espiritualidad. No tendría
sentido ya hablar de “culpa”, sino de “error”. No existiría el bien y el mal, sino
sólo estructuras que podrían funcionar mejor o peor.

1.2.1.3. Antropología neo marxista


El marxismo ve al hombre como un producto de la vida social. El individuo no
sería un ser autónomo e independiente de la sociedad en la que vive sino
que, por el contrario, se le concibe como un ente generado por ella y
dependiente de ella.

1.2.1.4. Antropología biologista


El hombre es un animal que había tenido éxito en la lucha por la existencia.
Su inteligencia, así como su capacidad para el raciocinio, la abstracción o la
palabra hablada, no son más que el producto de la acumulación neuronal en
el órgano del cerebro. Las únicas diferencias con el resto de los animales
serían solamente cuantitativas pero no cualitativas.
Tres obras emblemáticas: El azar y la necesidad, del bioquímico francés J.
Monod, quien fue premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1965; El
paradigma perdido, el paraíso olvidado, del antropólogo, E. Morín y
Sociobiología del etólogo E. O. Wilson. Veamos en síntesis lo que proponen
cada uno de estos autores:
Tal como se desprende del título de su libro, Monod argumenta que en el
origen y transmisión de la vida no existiría ningún tipo de finalidad sino
únicamente el concurso de dos leyes impersonales, el azar y la necesidad.
Las posibilidades que tenía la vida para aparecer por azar eran prácticamente
nulas, sin embargo, “nuestro número salió en el juego de Montecarlo. ¿Qué
hay de extraño en que, igual que quien acaba de ganar mil millones, sintamos
la rareza de nuestra condición?” (Monod, 1977:160)3.
Todos los seres vivos, incluido el propio hombre, serían meras máquinas
generadas por casualidad. No habría un destino final predestinado ni un
origen inteligente. No es necesario recurrir a las ciencias humanas, a
conceptos metafísicos a la noción de espíritu, para describir lo que es el
hombre. Sería suficiente con entender sus reacciones fisicoquímicas .

3
MONOD, J. 1977, El azar y la necesidad, Barral, Barcelona.

Página 2
ANTROPOLOGÍA BÍBLICA
LIDERAZGO INTEGRAL – NUEVO PENSUM – SEMESTRE I

Pero, por otro lado, ¿no continúa siendo la vida y el propio hombre un
auténtico enigma? ¿Es posible dar cuenta de la increíble diversidad y
complejidad de lo viviente sin apelar al diseño original? ¿Puede el azar
fortuito dar razón de la conciencia autor reflexiva del hombre? ¿Cómo brotó la
libertad humana en un terreno únicamente abonado por la necesidad y el
azar? Afirmar, como lo hizo Monod, que el azar es “una noción central de la
biología moderna... la única compatible con los hechos de observación y de
experiencia”, es una posible interpretación de los hechos, no la única y, desde
luego, no es el hecho en sí.
Por su parte, el antropólogo Morín se propone también en su obra romper
con el “mito humanista” para quien el ser humano sería el único sujeto en un
mundo de objetos. Su idea es acabar con la “fábula” inventada por la religión
cristiana, en colaboración con las ideologías humanistas, que concibe al
hombre como un ser sobrenatural o como creación directa de la divinidad.
Para conseguir su propósito procura evidenciar la gran cercanía que existiría
entre hombres y animales.
Para Morín no hay frontera alguna entre sujeto y objeto, antropología y
biología, cultura y naturaleza o, en fin, entre el hombre y los animales. La
vida humana equivaldría, en definitiva, a pura física y química. Seríamos
máquinas perfeccionadas, hijos todos de la gran familia Mecano. Robots de
carne y hueso con conciencia cibernética.
Por último, nos queda la sociobiología como postrer baluarte del
reduccionismo biologista contemporáneos. Wilson la define como “el estudio
sistemático de las bases biológicas de todo comportamiento social” (Wilson,
1980:4)4. En realidad, se trata de una disciplina que mediante la utilización de
conocimientos ecológicos, etológicos, genéticos y sociológicos, pretende
elaborar principios generales acerca de las características biológicas de las
sociedades animales y humanas. Sería un intento de unificación, una “nueva
síntesis” entre la biología y la sociología.
La misión fundamental en la vida sería producir y transmitir los propios genes
para que éstos pudieran perpetuarse convenientemente. Animales y
humanos, por igual, son concebidos así como máquinas creadas por el
egoísmo impersonal de los genes. La humanidad y su comportamiento social
estarían determinados genéticamente.
Lo cierto es que siempre que se pretende construir una moral o una ética
basada en la genética se llega a consecuencias indeseables para el propio
ser humano. Detrás de cualquier racismo hay generalmente un darwinismo
social o una sociobiología solapada. La ética es algo exclusivo del hombre
que no puede heredarse de forma biológica sino que ha de adquirirse a través
de la cultura. Echarle la culpa de nuestras maldades a los genes y tirar la
libertad humana por la ventana equivale a reconocer, una vez más, que
somos máquinas pensantes incapaces de autocontrol.

4
WILSON, E. O. 1980, Sociobiología. La nueva síntesis, Omega, Barcelona.

Página 3
ANTROPOLOGÍA BÍBLICA
LIDERAZGO INTEGRAL – NUEVO PENSUM – SEMESTRE I

La sociobiología no puede explicar de manera satisfactoria las palabras


bíblicas: “amarás a tu prójimo como a ti mismo” porque los genes no
entienden ese amor al prójimo que no reporta ningún beneficio. El hombre es
el único ser que posee conciencia de su propia muerte y esa capacidad es la
que le predispone hacia sus creencias religiosas. Precisamente esta
autoconciencia, junto al desarrollo de la ética y de la religiosidad, son
características notables que abren una brecha fundamental entre el ser
humano y el resto de los animales.
¿A qué clase de bioética conducen los silogismos? Si el mono es igual que el
hombre, ¿por qué no se va a poder tratar absolutamente igual a ambos? De
hecho, en el mundo occidental hay animales de compañía que viven mejor
cuidados que millones de niños del Tercer Mundo.
El proyecto de la antropología biologista de reducir lo humano a lo puramente
zoológico, y lo biológico a lo inorgánico, no puede calificarse de científico sino,
más bien, de ideológico. Ocurre con demasiada frecuencia que de ciertas
hipótesis, aparentemente científicas, se amagan preferencias y convicciones
metafísicas personales.
1.2.1.5. Antropología conductista
Asume que en el hombre no habría una realidad llamada “mente”, sino
únicamente un mecanismo de estímulo respuesta. Los cambios de conducta,
o aprendizajes, se investigan primero en animales para aplicarlos después al
ser humano. La conducta humana está determinada por el ambiente y
modificado éste podría cambiarse la voluntad.

1.2.1.6. Antropología cibernética


Los últimos intentos de explicación de la realidad humana provienen de la
nueva ciencia de los ordenadores. Algunos pensadores pretenden relacionar
cibernética y antropología. En efecto, si se asume la doble ecuación de que
la mente equivale al cerebro y que éste no es más que un órgano físico, la
conclusión que se sigue es la equiparación entre el hombre y la computadora.
El ser humano no es más que una máquina pensante. Un paso hacia la
aparición de las futuras personas artificiales. Hay una enorme fe en el
progreso informático que lleva a homologa: mente-cerebro y cerebro-
máquina. Sin embargo, la idea de que el cerebro es una máquina no es
compartida por todos los científicos de nuestros días, como en ocasiones se
cree.
El hombre es mucho más que la máquina y que el animal. De ahí que la
búsqueda científica del alma continúe generando nuevas hipótesis y nuevos
intentos de explicación (Crick, 1994)5.
1.2.2. La antropología cristiana frente a las otras antropologías

5
CRICK, F. 1994, La búsqueda científica del alma, Debate, Madrid.

Página 4
ANTROPOLOGÍA BÍBLICA
LIDERAZGO INTEGRAL – NUEVO PENSUM – SEMESTRE I

La mayor parte de las antropologías del siglo XX que han sido brevemente
reseñadas conducen a las mismas conclusiones.
- Si el existencialismo estaba convencido de que el ser humano era
portador del terrible gusano de la nada,
- por su parte, el estructuralismo dirá que el hombre no es persona, sino
únicamente un objeto más de otros.
- De manera parecida, el conductismo y los distintos biologismos
supondrán que se trata sólo de un primate con suerte,
- mientras que la antropología cibernética nos equipará a las máquinas
computadoras.
En resumen, la realidad humana según tales concepciones no difiere
cualitativamente del resto de la materia. Los conceptos de “persona” y
“libertad” no significan nada. El hombre no es un fin en sí mismo sino un
medio para alcanzar otros fines. Un valor relativo que puede ser utilizado
según las circunstancias para cualquier finalidad que se considere necesaria.
El comportamiento humano y la propia historia no son más que el resultado
de las leyes biológicas y fisicoquímicas combinadas con el azar.
La raíz antropológica condiciona decisivamente cualquier respuesta bioética.
Pero por otro lado y frente a todo este abanico ideológico, ¿cuál es la postura
de las Escrituras? ¿Qué nos dice la antropología bíblica acerca del hombre?
El relato creacional del Génesis se refiere claramente al ser humano como
“imagen de Dios”: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra
semejanza”. (Gn 1:26). La culminación de toda la obra creadora es
precisamente una criatura singular y única. Un ser que será fin en sí mismo y
nunca deberá considerarse un medio. Un representante del Creador cuya
responsabilidad consistirá en señorear y gobernar la creación.
De manera que la criatura humana a pesar de pertenecer a la realidad
mundana, la trasciende porque fue hecha “un poco inferior a los ángeles” y
coronada “de gloria y honra” para señorear las obras del creador (Sal 8:5-6).
La realidad del hombre, según la Biblia, es sumamente paradójica frente al
resto de los seres creados. De una parte se le confiere el señorío de un
mundo físico y material, ya que él mismo es cuerpo mundano, mientras que
de otra se señala su transmundanidad.
El hombre es “cuerpo”, materia afincada en la tierra, de ella provienen todos
sus elementos constitutivos, pero a la vez es el interlocutor entrañable de
Dios, la imagen que le representa en el mundo. Por tanto, es también
“persona”, “alma”, sujeto capaz de dialogar con el Creador y de proyectarse
hacia él. El hombre no está perfectamente adaptado a ningún ecosistema
concreto sino que es capaz de sobrevivir en cualquier ambiente. Es un ser
abierto a todo el mundo, apto inclusive para alcanzar los astros y colocar su
nido “entre estrellas”, como señalara el profeta Abdías (1:4)
Una segunda característica de la especial naturaleza humana es su constante
insatisfacción. Los humanos nunca estamos satisfechos con los logros
alcanzados. Siempre aspiramos a más. El hombre vive siempre en la

Página 5
ANTROPOLOGÍA BÍBLICA
LIDERAZGO INTEGRAL – NUEVO PENSUM – SEMESTRE I

esperanza. Experimenta una exigencia continua de rebasar sus propias


fronteras y descubrir nuevos límites.
De manera que esta ambivalencia humana consiste en ser una creatura del
mundo con cuerpo físico y, al mismo tiempo, una espiritualidad que trasciende
todo lo mundano. De ahí que resulte tan difícil para ciertas antropologías
aportar una definición satisfactoria del fenómeno humano. Desde la
concepción bíblica, no obstante, el hombre fue creado por Dios para la vida y
no para la muerte. La gloriosa victoria de Jesucristo sobre ésta constituye
precisamente la esperanza cristiana de toda resurrección.

1.3. Antropología: Instrumento para el acercamiento al hombre


desde la comprensión de su naturaleza
1.3.1. La interdependencia del sistema doctrinal
Lo que creemos acerca de una doctrina afecta o tiene implicaciones para
otras doctrinas. Lo que creemos acerca del hombre afecta lo que creemos
respecto a Cristo y Su obra. Por ejemplo, si no crees en la depravación total,
no apreciarás el sacrificio de Cristo por Su pueblo. Además de afectar nuestra
perspectiva de la salvación, nuestra antropología “afecta nuestros métodos de
evangelismo, [y] nuestra esperanza para el futuro. De hecho, afecta todo.”6

1.3.2. ¡Lo que la gente piensa sobre sí misma y este mundo afectará
profundamente la forma en que vive!
Si el comportamiento de las personas refleja lo que ellos creen que es real y
verdadero, ¿cuál es el punto de vista que está dominando nuestra cultura?
La evolución de Darwin no es primordialmente importante como una teoría
científica, sino como un dominante entendimiento cultural de la historia de la
creación. Toda cultura debe tener su historia sobre su creación como base
para su filosófica, su educación y sus leyes.7
Si queremos saber cómo dirigir nuestras vidas y relacionarnos con
nuestro prójimo, el lugar donde comenzar es conociendo cómo y por
qué fuimos creados. Cuando existe un desacuerdo radical en una
comunidad sobre la historia de la creación, el escenario está abierto para toda
clase de conflictos. Este tipo de conflicto es conocido como "cultura de
guerra".
Según la historia de la creación más aceptada hoy día, todos evolucionamos
por un proceso material desconocido y sin propósito, con cambios genéticos
al azar, y por medio de una selección natural que nadie controla. Esto implica
que el conocimiento de la mente de un Creador y de su propósito es ilusorio; y
que el verdadero creador –la evolución – no tiene mente ni propósito.

6
ROBERTS, Linleigh J., Let Us Make Man, Carlisle, PA: Banner of Truth, 1988, p. 7.
7
JOHNSON, Phillip E. Reason in the Balance, páginas 12-13.

Página 6
ANTROPOLOGÍA BÍBLICA
LIDERAZGO INTEGRAL – NUEVO PENSUM – SEMESTRE I

¿Quién o qué define moralmente un comportamiento aceptable?


La respuesta a esa pregunta no es automática ni es fácil. La respuesta que
debe ser estudiada, pensada y aceptada será la que establecerá los linderos
y parámetros de la vida.
Nuestra batalla es contra todos aquellos que nos quieren quitar confianza en
Dios y en Su Palabra. Con toda su fuerza buscan minar nuestra fe. Como
explica Phillip Johnson: “Desde el punto de vista naturalista creen que el Dios
Creador de la Biblia es tan irreal como los dioses del Olimpo, y que los Diez
Mandamientos fueron dados por una deidad tan irreal que no son más que
unos mandamientos de un viejo clérigo".
Encima de todas esas negaciones, nos han venido con otro problema: la
llamada “reconstrucción postmoderna” de la historia. En realidad no es
“reconstrucción” es literalmente la “destrucción” de la historia.
Bajo este concepto se reescribe la historia para ajustarla al punto de vista
buscado. A propósito distorsionan los verdaderos hechos para que nadie
pueda reclamar autoridad sobre ella. Saben que si no existe una fuente de
autoridad que indique lo bueno y lo malo, entonces ¡todo está permitido!
En nuestras vidas, ¿qué lugar juegan las verdades históricas en cuanto a
Dios, la creación, los propósitos de Dios en habernos creado? ¿Será que nos
hemos dejado engañar por aquellos que por encima de la verdad buscan una
religión que les convenga, que no pida mucho, que permita hacer lo que a la
gente le gusta? Tal tipo de religiosos toman la Biblia y dicen, “Esto me gusta”,
y lo colocan en la sección religiosa aceptable. Pero igualmente toman la Biblia
y dicen, “Esto no me gusta”, y lo botan en el basurero. El problema es que
cuando miramos a la Biblia que queda, ¡casi toda ha sido botada!
¿Cómo y por qué fuimos creados? Esa es la pregunta clave. La iglesia, el
pastor, el cristiano que no tiene respuesta a esa pregunta básica, vaga por
este mundo tal como lo describe el apóstol Judas: “nubes sin agua, llevadas
de acá para allá por lo vientos, árboles otoñales sin fruto, dos veces muertos y
desarraigados” (Judas 1:12). Recuerde: Lo que la gente piensa sobre ellos
mismos y este mundo afectará profundamente la forma en que viven.

1.4. Comprensión de la necesidad del hombre


Cómo responder al aborto, la eutanasia, la homosexualidad,
lesbianismo, y transgénero, o cualquier otra condición humana que
demande razón de la esperanza que hay en el cristiano (1 Pedro
3:15).
2. La creación del hombre, naturaleza esencial del hombre
2.1 Razones para estudiar acerca de la creación del Hombre
Una de las tareas más productivas en la vida, es el estudio de la
naturaleza humana. Es indispensable conocer al ser humano para
poder ministrar a sus necesidades. El conocimiento que se tenga

Página 7
ANTROPOLOGÍA BÍBLICA
LIDERAZGO INTEGRAL – NUEVO PENSUM – SEMESTRE I

de lo que constituye una persona, determinará en gran manera el


trato que se le brinde al prójimo. El enfoque de este estudio está
basado en varios textos de Antropología Bíblica, especialmente en
el de Les Thompson, “La Persona que soy”. En todo caso
siempre que tratemos de estudiar acerca del hombre desde la
perspectiva bíblica, nos encontraremos con la necesidad de
depender totalmente de Dios en cuanto a la revelación de su
diseño y plan para el hombre. Recordemos lo que dice Proverbios
21:30, “Ante el Señor no hay sabiduría que valga, ni
inteligencia ni buenas ideas”. Por mucho conocimiento que
podamos reunir acerca del hombre no sólo desde la antropología
sino desde la teología y la filosofía, la única vida que vale la pena
vivir es aquella que tiene a Jesucristo como centro. Por eso
Proverbios 22:12, dice: “Los ojos de Jehová velan por la
ciencia; mas Él trastorna las cosas de los prevaricadores”.
Esto no obstante no significa que no inspeccionemos ni tampoco
nos inquietemos por razonar acerca del cómo, el por qué y el para
qué del hombre. Por eso es bueno que pidamos a
Dios…”Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que
traigamos al corazón sabiduría” (Salmo 90:12). Es
recomendable fortalecer este estudio con el video que FLET, ofrece
acerca de este tema, titulado “La imagen destrozada” de R.C.
Sproul.
2.2 Somos creados a Imagen de Dios
“Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para
que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el
orden de los tiempos, y los límites de su habitación; para que
busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan
hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de
nosotros” (Hch. 17:26-27).
La unidad del género humano está claramente establecida, porque
a través de Adán y Eva (Gn. 3:20), y después, a través de los hijos
de Noé (Gn. 9:19), fue que surgieron todas las razas y
nacionalidades humanas. Todos procedemos de una sangre, tanto
figurativa como literalmente, puesto que los mismos tipos de
sangre se encuentran en todos los grupos étnicos.
2.2.1. Fuimos hechos seres naturales
“Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra,
y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser
viviente” (Gn. 2:7). En la versión BAD, dice: “Cuando llegó el
momento oportuno…”. Dice la Biblia que fuimos creados “del
polvo de la tierra”. La palabra hebrea ‘adam, en su sentido
general, no tiene nada que ver con la masculinidad, sino más bien
con humanidad. ‘Adam probablemente se relaciona con el verbo
‘adom, el ser rojo, que se refiere a la hermosura del ser humano.

Página 8
ANTROPOLOGÍA BÍBLICA
LIDERAZGO INTEGRAL – NUEVO PENSUM – SEMESTRE I

‘Adamah, “tierra” o “terreno” también podría derivarse de este


verbo. De ahí que Gn. 2:7 diga: “Entonces Jehová Dios formó
‘adam del polvo de ‘adamah”.

Fuimos creados del polvo de la tierra (Gen 2). El polvo de la tierra es un material cerámico, se
caracteriza por ser muy estable en el ambiente, debido a su configuración interna, el
posicionamiento de los átomos y sus enlaces. Dios no se equivocó al escoger ese respectivo
material, ya que nosotros debemos ser lo más estable con su creación en si. Si Dios hubiera
tomado otro material este por naturaleza se oxidaría con el ambiente, ya que buscaría su mayor
estabilidad.
Hasta el oro se oxida, solo que a una velocidad muy baja. Un óxido es un material cerámico, o
sea el metal se vuelve un cerámico para ganar estabilidad. Dios sopló aliento de vida (Génesis
2). Cuando alguien sopla, expulsa un gas. Características físicas de los gases, es el menos
denso de los estados esto le permite disiparse fácilmente, además es el que mayor volumen
ocupa debido a falta de enlaces primarios. Dios tampoco se equivocó en esto. Al soplarnos lo
hizo para que se llenará todo nuestro cuerpo y alma y tuviera una distribución correcta en todo
nuestra vida, para que no faltara ninguna partecita sin que hubiera ese soplo de vida. En el
pasaje dice que sopló en la nariz, es el sitio donde normalmente entran los gases a nuestro
cuerpo y además influyen para bien o para mal dentro de nosotros. Dios sopló Hálito de vida
(“suave y apacible soplo de aire”– Diccionario Enciclopédico Salvat), para que en todo nuestro
ser, tanto interno como externo tuviéramos vida.
De una costilla sacó a la mujer (Génesis 2). Características de una costilla: la costilla es un
hueso, el cual se caracteriza por ser la estructura mecánica más estable para el diseño del
cuerpo humano. Los huesos son porosos, esto le permite ser muy liviano, pero debido a que es
un cerámico es muy resistente mecánicamente a la tracción, pero es muy frágil y puede
romperse al impacto con mucha facilidad. Dios tampoco se equivocó en sacar a la mujer de un
hueso. Ellas son las que proporcionan estabilidad al hombre, es el complemento perfecto, pero
son frágiles y livianas, o sea, con mucho cuidado uno debe tratarlas. (Apuntes a la materia
hechos por Gabriel Neira para la clase de Antropología Bíblica – Cencam Cali / 2007)

2.2.2. Fuimos creados seres espirituales


Por la manera en que recibimos vida (“Sopló en su nariz aliento
de vida, y el hombre llegó a ser un ser viviente” - Gn. 2:7)
hallamos la relación especial que tenemos con Dios.
Este acto divino explica por qué somos tan distintos al resto de la
creación y, también, por qué el hombre -no importa a dónde uno
llegue en este mundo- es un ser religioso.
El apóstol Pablo escribió a los romanos: “…porque lo que de Dios
se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque
las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen
claramente visibles desde la creación del mundo, siendo
entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no
tienen excusa” – Romanos 1:19-20
Y antes de esto a los atenienses: “Dios toleró la ignorancia que
el hombre tenía en cuanto a esto en el pasado, pero ahora
ordena que todos arrojen a un lado los ídolos y lo adoren sólo
a Él, porque ha establecido un día en el cual juzgará al mundo
con justicia por medio del varón que escogió y que nos señaló
al levantarlo de entre los muertos” – Hechos 17:30-31.

Página 9
ANTROPOLOGÍA BÍBLICA
LIDERAZGO INTEGRAL – NUEVO PENSUM – SEMESTRE I

Leamos lo que San Pablo afirma en Romanos 2,12-15 en la versión Biblia al


día.
SIETE PROMULGACIONES DE LA LEY DIVINA8
Esta clasificación, ilustra el método de Dios de revelación gradual y progresiva, y de publicación
de su ley.
Primera Promulgación, Escrita en la naturaleza. Salmo 19:1
Segunda Promulgación, Escrita en la conciencia. Romanos 2:15
Tercera Promulgación, Escrita en tablas de piedra. Éxodo 24:12
Cuarta Promulgación, Cristo, la Palabra viviente. Juan 1:14
Quinta Promulgación, Todas las Escrituras. Romanos 15:4
Sexta Promulgación, Escrita en el corazón. Heb 8:10
Séptima Promulgación, Los cristianos como epístolas vivientes. 2 Cor 3:2-3

El hombre es un ser religioso porque tiene un origen divino. Esto se traduce


en dos grandes necesidades: Primero, una necesidad innata en el hombre de
saber lo que es bueno y lo que es malo. Segundo, una gran necesidad de
adorar. Cuando estas dos necesidades son ignoradas, los seres humanos se
agrupan para conformar sociedades que proclaman sus propios códigos de
conducta, y adorar los ídolos que reflejan los estilos de vida deseados. No es
que el hombre inventó la religión para explicar lo inexplicable, sino que al ser
creado por Dios intuitivamente necesita comunicarse con su Creador. Como
decía Agustín de Hipona: “Oh Dios, tú nos has creado para ti mismo y no
descansaremos hasta haya reposo en ti”.
Cuando Dios crea al hombre y a la mujer, no los crea con su voz. Los crea
con sus manos. Eso es lo que nos dice Génesis 2: 7, 21-22 “Entonces
Jehová Dios formé al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz
aliento de vida. Y fue el hombre un ser viviente…entonces Jehová hizo
caer sueño profundo sobre Adán, y mientras este dormía tomó una de
sus costillas y cerró la carne en su lugar. Y de la costilla que Jehová
Dios tomó del hombre hizo una mujer, y la trajo al hombre”. Los formó
entonces con sus manos. Una vez están creados, Dios habla. Adán y Eva
fueron creados de forma diferente. No con su voz y estaban acabados.
Fueron creados con sus manos para depender de su voz para siempre.
2.2.3. Fuimos hechos seres materiales
Otro hecho inquietante son los atributos especiales con que Dios
dotó al hombre. El conjunto de ellos nos muestra el valor especial
del hombre:
• Jehová Dios les dio un lugar especial para vivir: El campo abierto no era
apropiado para esta criatura especial, ya que el hombre no es como los
animales. Necesita casa, abrigo, y techo.
• Los dotó con un sentido estético: la habilidad para apreciar lo artístico y lo
bello. “Y el Señor Dios hizo brotar de la tierra todo árbol agradable a
la vista” (Gn. 2:8).
• Les dio el sentido del gusto: Árboles “buenos para comer”. Hizo cada
cosa con un sabor especial para satisfacer el paladar del hombre.

8 Biblia de Referencia Thompson – VRV 1960. Editorial Vida. Novena impresión, 1993. Pg. 1429

Página 10
ANTROPOLOGÍA BÍBLICA
LIDERAZGO INTEGRAL – NUEVO PENSUM – SEMESTRE I

• Les dio objetos de valor material: “El oro de aquella tierra es bueno; allí
hay bedelio y ónice” (Gn. 2:12). Dios en el Huerto de Edén, anticipa
nuestra necesidad de oro y piedras preciosas. El abuso, y el pecado,
ocurre cuando amamos más lo material que a Dios.
• Les dio animales, criaturas vivas para proveerles alimento, abrigo, y
entretenimiento: A la vez, estas criaturas servirían para recordarles la
diferencia entre ellos y el resto de la creación.
2.2.4. Fuimos hechos seres prácticos
A este ser especial, creado del polvo, Dios le dio la habilidad para
trabajar: “Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el
huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase” (Gen. 2:15).
El hombre al ser hecho a la imagen de Dios (Dios es un ser activo y
creativo), requiere responsabilidad y actividad para satisfacer sus
habilidades creativas.
Dios dijo: “Llenad la tierra; sojuzgadla y tened dominio sobre
los peces del mar, las aves del cielo y todos los animales que
se desplazan sobre la tierra” (v. 28). El trabajo es importante
para sentirnos satisfechos. Es el resultado de la obra de nuestras
manos lo que nos alegra. Algo parecido a lo que Dios sintió luego
de sus actos creativos. La Biblia dice: “Y vió Dios todo lo que
había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera” (Gen
1:31).
2.2.5. Fuimos creados seres racionales Gen. 2,19-20
“Jehová Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del campo, y
toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para que viese cómo
las había de llamar; y todo lo que Adán llamó a los animales
vivientes, ese es su nombre. Y puso Adán nombre a toda bestia
y ave de los cielos y a todo ganado del campo” (Gen. 2:19-20).
Cuando La Biblia habla de “dar un nombre”, significa describir
conceptualmente las cualidades de lo nombrado. Por lo tanto, la
tarea encomendada a Adán era una responsabilidad científica.
2.2.6. Dios nos hizo seres sociales
Los sociólogos señalan que la gran aflicción del hombre moderno
es la soledad. Interesantemente esto fue lo que Dios le quitó al
primer hombre: Gn.2:18-25
Cuando Dios dice: “No es bueno que el hombre esté solo; le
haré ayuda idónea”, no está hablando de la inferioridad de la
mujer sino de la insuficiencia del hombre. Esto indica que requiere
ayuda y compañía. Para satisfacer esas dos necesidades básicas,
Dios establece el matrimonio.
A su vez hay quienes enseñan que el celibato agrada más a Dios.
Veamos lo que la Biblia enseña:

Página 11
ANTROPOLOGÍA BÍBLICA
LIDERAZGO INTEGRAL – NUEVO PENSUM – SEMESTRE I

• Lev.21:13: En los tiempos del Antiguo Testamento el individuo más santo


era el sumo sacerdote; y siempre era casado.
• Jue. 14:2-3: Al nazareo, persona separada especialmente para servir a
Dios, se le permitía casarse.
• 1 Cor. 7:7: En los tiempos de San Pablo, se cree que por razones de las
intensas persecuciones, a algunos les fue dado el don del celibato, pero
esto no era normativo.
• En toda la Biblia jamás se le ordena al hombre no casarse (1 Tim. 4:3).
Continuando el comentario, es interesante el dato que se nos da acerca de la
manera novedosa en que la mujer fue creada. Este detalla su importancia. El
hombre viene del polvo; la mujer de Adán: “fue tomada del hombre”.
Ese acto creativo tiene que ver,
- En primer lugar, de la relación que la esposa ha de tener con su marido.
Como indicó Adán, ella es “hueso de mis huesos y carne de mi carne”.
Eso habla de una unidad indispensable. Ver: Efesios 5:25,28-29.
- En segundo lugar, el hecho de que “fue tomada del hombre” señala el
rango que ocupa. Indicar que la mujer procede del hombre (algo así como
un segundo rango), no es asignarle un grado de inferioridad a ella, sino el
lugar correcto que Dios le ha dado al lado del hombre.
La mujer fue hecha para el hombre (1 Cor. 11:9), por tanto ha de estar sujeta
a su autoridad (1 Cor. 11:3), y eso para gloria de él (1 Cor 11:7 - Por eso Pr
12:4, dice: “La mujer virtuosa es corona de su marido, mas la que lo
avergüenza es como podredumbre en sus huesos”). Esta es la enseñanza
bíblica que sale de este pasaje. Rebelarse contra esta intensión de Dios
equivaldría a que el Hijo de Dios se rebelara en contra de su Padre, o que el
Espíritu Santo se rebelara en contra de su rango divino. Desaprobar los
propósitos de Dios sólo trae miseria y descontento.
La última frase del capítulo añade otro aspecto del matrimonio: “estaban
ambos desnudos, el hombre y su mujer, y no se avergonzaban”. Vivían
en tan hermosa armonía que no tenían nada que esconder el uno del otro.

Resumen
El ser humano existe en una relación de varón y mujer (Gn. 1:27). Dios creó todas las cosas
dando una orden, menos al ser humano. Somos una unión entre polvo y aliento divino (Gn. 2:7).

Todo lo que Dios hizo fue bueno (Gen. 1:4, 10, 12, 18, 21, 25,31). Solamente una cosa no era
buena: que el hombre estuviese sólo. Por lo tanto creó a la mujer. La imagen de Dios se refleja
en ambos, varón y mujer (Gn. 1:27)

Dios no creó a Eva desligada del hombre, sino que utilizó la costilla de Adán para subrayar su
interdependencia: “Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne” (Gn. 2:18-
25). En el propósito de Dios ninguno es inferior o superior al otro (Gn.1:28).

Página 12
ANTROPOLOGÍA BÍBLICA
LIDERAZGO INTEGRAL – NUEVO PENSUM – SEMESTRE I

2.3. ¿Bipartitos o Tripartitos?


Existe una polémica entre los que creen en una construcción
tripartita de nuestro ser y los que creen que es posible considerar
adecuadamente al hombre en dos niveles únicamente. Todas las
partes en esta polémica reconocen que el ser humano consiste por
lo menos de una parte física que muere y que necesita ser
resucitada, y de una parte inmaterial que vive más allá de la
muerte, la parte propiamente llamada persona. La única cuestión
es si pueden diferenciarse dos partes en la parte inmaterial.
Sin embargo, no debemos perder de vista lo siguiente: Ya sea que
hablemos de dos partes o de tres partes que componen el ser del
hombre, un individuo es una unidad. Su salvación consiste en la
redención de todo su ser, no sólo de su alma o de su espíritu, del
mismo modo que (estableciendo un paralelismo en sentido
opuesto) cada parte es afectada por el pecado.
Y esto es todo lo que implica la diferencia entre espíritu y alma en
el esquema de tres partes. Espíritu, alma y cuerpo son
simplemente términos útiles para hablar de lo que realmente
significa ser un ser humano. El cuerpo, entonces, es la parte visible
de la persona, la parte que tiene vida física. Lo que importa de esta
discusión es que nuestros cuerpos son de gran valor y deberían ser
honrados por la manera como los tratamos. Como hombres y
mujeres redimidos, deberíamos considerar nuestros cuerpos como
“templos” de Dios (l Co. 6:19).
El alma es la parte del hombre que llamamos su "personalidad". En
términos generales, el alma se refiere a lo que hace de los
individuos una persona única, singular. Podríamos decir que el
alma se concentra en la mente y que incluye todo lo que nos gusta
y lo que no nos gusta, nuestras habilidades especiales y nuestras
debilidades, nuestras emociones, nuestras aspiraciones y todo lo
demás que diferencia al individuo de los demás miembros de su
especie. Porque tenemos alma es que podemos tener comunión,
amor y comunicación entre unos y otros. Pero no sólo tenemos
comunión, amor y comunicación con los miembros de nuestra
especie. También amamos y tenemos comunión con Dios, para lo
cual necesitamos un espíritu. El espíritu es, por lo tanto, la parte de
la naturaleza humana que entra en comunión con Dios y participa
en cierta medida de la esencia misma de Dios.
3. Somos agentes morales
Otra parte de haber sido hechos a imagen de Dios es que somos agentes
morales responsables dentro del universo divino. La responsabilidad moral
está implícita en los atributos de nuestro ser (el conocimiento, los
sentimientos, la voluntad, y la conciencia de Dios) y en la prueba posterior de
obediencia a Dios (Gn.2:16-17). Este concepto ya está presente en el relato

Página 13
ANTROPOLOGÍA BÍBLICA
LIDERAZGO INTEGRAL – NUEVO PENSUM – SEMESTRE I

de la creación. En el mismo versículo que se nos habla sobre la decisión de


Dios de hacer al hombre a su imagen también se nos dice que él ha de
señorear "en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en
toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra" (Gn.1:26).
Cualquier clase de dominio, pero este dominio por su alcance en particular,
involucra la habilidad de actuar con responsabilidad.
En la actualidad en el mundo occidental hay una fuerte tendencia a negar la
responsabilidad moral humana sobre la base de alguna clase de
determinismo. Dicha posibilidad no es aceptable en la Biblia. Hoy en día, el
determinismo toma una de las siguientes dos formas. Puede asumir la forma
de un determinismo físico y mecánico ("los seres humanos son el producto de
sus genes y de la química orgánica") o la forma de un determinismo
psicológico (“los seres humanos son el producto del medio ambiente y de su
historia pasada”). En ambos casos, el individuo está libre de responsabilidad
por sus actos.
El punto de vista bíblico no podría ser más contrario a esto. Schaeffer señala
que “como Dios ha hecho al hombre a Su imagen, el hombre no está preso en
las ruedas del determinismo. Por el contrario, el hombre es tan grande que
puede influenciar la historia para sí y para otros, para esta vida y para la vida
futura”. Hemos caído, pero aún en nuestro estado como caídos somos
responsables. Podemos hacer grandes cosas, o podemos hacer cosas
terribles, cosas por las que algún día rendiremos cuentas ante Dios.
Existen cuatro áreas en las que debemos ejercer nuestra responsabilidad:
Primero, Eres responsable ante Dios. Ap.20:12. Dios es el Ser que creó al
hombre y la mujer y les dio el dominio sobre todo el orden creado. Como
consecuencia ellos son responsables ante él por lo que hagan con la
creación.
Segundo, Eres responsables frente a las demás. Gen.9:6; Santiago 3:9-10.
En estos pasajes se prohíben los asesinatos y las maldiciones sobre la base
que la otra persona (aun después de la Caída) retiene algo de la imagen de
Dios y por lo tanto debería ser valorada por nosotros, del mismo modo que
Dios también la valora.
Tercero, Eres responsable frente a la naturaleza. Ro. 8:20-21. La manera
como nos comportemos frente a la naturaleza, si la cultivamos y la
desarrollamos, o si la utilizamos y la destruimos, tiene una dimensión moral y
ética.
Cuarto, Eres responsable ante ti mismo. Sal. 8:5;9 Fuimos colocados entre
los seres más superiores y los más inferiores, entre los ángeles y las bestias.

9
Esta referencia a haber sido hecho "un poco menor que los ángeles” se aplica en una primer instancia a
la persona del Mesías venidero, el Señor Jesucristo. Pero es solamente con referencia a su Encarnación
que es empleada. Por lo tanto, la expresión y, en realidad, todo el salmo pueden ser entendidos como
haciendo referencia a los hombres y las mujeres en general. Los versículos siguientes se refieren al papel
del dominio otorgado a Adán y Eva en el Génesis: “Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos;
todo lo pusiste debajo de sus pies” (Sal. 8:6)

Página 14
ANTROPOLOGÍA BÍBLICA
LIDERAZGO INTEGRAL – NUEVO PENSUM – SEMESTRE I

Lo que es significativo es que se diga que hemos sido colocados un poco por
debajo de los ángeles, en lugar de decir que fuimos colocados un poco por
encima de las bestias. Nuestro lugar y nuestro privilegio es ser una figura
intermediaria, pero una figura que mira hacia arriba y no hacia abajo. Cuando
rompemos esa ligadura que nos ata a Dios y tratamos de despojarnos del
gobierno de Dios, no nos elevamos para ocupar el lugar de Dios, como es
nuestro deseo, sino que nos hundimos al nivel de las bestias. Hemos llegado
a considerarnos como bestias ("el mono desnudo") o, lo que es incluso peor,
como máquinas.
3.1. ¿Qué pasó con la imagen de Dios en el hombre?
Estudiemos ahora con mayor detalle lo que significa haber sido creados a
imagen de Dios.
Una de las cosas que significa es que las mujeres y los hombres comparten
esos atributos de la personalidad que Dios mismo posee, pero que los
animales, las plantas y la materia no poseen. Para tener personalidad es
necesario poseer conocimiento, sentimientos (incluyendo el sentimiento
religioso), y voluntad. La personalidad, en el sentido que la estamos
definiendo aquí, es algo que relaciona a la humanidad con Dios, pero que no
relaciona ni a la humanidad, ni a Dios, con el resto de la creación.
Otro segundo elemento implícito al haber sido creados a imagen de Dios es la
moral. La moral incluye, además, dos elementos adicionales: la libertad y la
responsabilidad. Para ser exactos, los hombres y las mujeres no poseen una
libertad absoluta. En otras palabras Adán, y Eva, no eran autónomos. Eran
criaturas y eran responsables de reconocer su estado en la obediencia.
El tercer elemento presente por haber sido creados a imagen de Dios es la
espiritualidad. La humanidad existe para estar en comunión con Dios que es
Espíritu (Jn.4:24). Aquí podríamos precisar que aunque tenemos cuerpos físicos,
como las plantas y los animales, solamente los seres humanos poseernos espíritus.
Y es sólo en este nivel del espíritu que podemos tomar conciencia de Dios y estar en
comunión con Él.
Por “imagen y semejanza” con Dios entendemos que nuestros padres, Adán y
Eva, fueron creados perfectos en su ser, naturaleza, y en sus conocimientos
(Col. 3:10), y en justicia y santidad (Ef 4:24). Adán tenía la capacidad de
poder comunicarse inteligente y directamente con el omnisciente Dios (Gen.
2:16,17; 3:8-10). La mujer también es mostrada con la capacidad de hablar y
razonar con inteligencia (G. 3:1-6; 4:1). Por esa perfección de su creación fue
que Dios pudo responsabilizarlos plenamente por desobedecerlo.
3.2. Una imagen hecha añicos
Cuando Dios puso a Adán y Eva frente a la prueba del árbol prohibido, que debía
servir como una medida de su obediencia y responsabilidad hacia Aquel que los
había creado, Dios dijo: "De todo árbol del huerto podrás comer; más del árbol de la
ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente
morirás" (Gen. 2:16-17). Adán y Eva comieron del árbol prohibido, y murieron. Sus
espíritus, esa parte que podía establecer una comunión con Dios, murieron

Página 15
ANTROPOLOGÍA BÍBLICA
LIDERAZGO INTEGRAL – NUEVO PENSUM – SEMESTRE I

instantáneamente. Su muerte espiritual es obvia del hecho de que huyeron de Dios


cuando Dios vino a ellos en el huerto. Los hombres y las mujeres han estado
huyendo y escondiéndose desde ese entonces. Además también comenzó a morir el
alma, el asiento del intelecto, los sentimientos y la identidad. Es así como los
hombres y las mujeres comenzaron a perder el sentido de su propia identidad, a dar
rienda suelta a los malos sentimientos y sufrir la descomposición de su intelecto. Al
describir este tipo de descomposición, Pablo nos dice que, habiendo rechazado a
Dios, las personas inevitablemente “se envanecieron en sus razonamientos, y su
necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios, y
cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre
corruptible, de aves, de cuadrúpedo y de reptiles" (Ro, 1:21-23). Eventualmente, el
cuerpo también muere. Así está escrito: "Polvo eres, y al polvo volverás" (Gen. 3:19).
Podemos apreciar la gloria y la plenitud del evangelio cristiano, cuando Dios
salva a un individuo, porque salva a toda la persona. La salvación del espíritu
está en primer lugar; Dios establece contacto con la persona que se había
rebelado contra él. Esto es lo que se llama la regeneración o el nuevo
nacimiento. A continuación, Dios comienza su obra con el alma, renovándola
para que se asemeje a la imagen del hombre perfecto, el Señor Jesucristo.
Esta obra se conoce como la santificación. Por último, tendrá lugar la
resurrección, donde hasta el mismo cuerpo será redimido de la destrucción.
Pero además, como lo señala Pablo en 2a Corintios 5:17, Dios hace de la
persona redimida una nueva creación. No se trata solamente de poner
remiendos al espíritu viejo, al alma vieja y al cuerpo viejo; como si fuera
posible reparar la casa, en proceso de derrumbe, apuntalándola por aquí y
por allá y dándole una mano de pintura. Lo que si hace es crear un nuevo
espíritu, una nueva alma (conocida como el hombre nuevo) y un nuevo
cuerpo. Este cuerpo es del mismo orden que el cuerpo resucitado de nuestro
Señor Jesucristo. Hoy hemos sido salvados como cristianos, pero también
estamos en proceso de salvación, lo que implica que el presente también es
importante. Y, además, mantenemos nuestra mirada hacia el futuro, porque
sólo en la resurrección futura se completará la redención comenzada en esta
vida y podremos erguirnos perfeccionados delante de la presencia de nuestro
gran Dios y Salvador, y de Jesucristo.
3.3. Cuatro teorías que explican cómo opera la imagen de Dios en el
hombre después de la caída.
3.3.1. La imagen se entiende en términos de la capacidad moral
Esta interpretación es la que enseña la Iglesia Católica Romana. Puesto
que vivimos en un ambiente católico, es muy importante que la
comprendamos, pues el efecto de esa enseñanza influye en el pensamiento
y conducta de todos.
- Primero: Adán y Eva fueron creados moralmente neutros. Esto es, no
fueron creados buenos, ni fueron creados malos. Su cuerpo y alma
estaba sin pecado, ya que fueron creados en perfecta inocencia. No
tenían vicios ni defectos en sus cuerpos y almas. Sin embargo, fueron
creados con apetitos que podían conducirles a pecar, pero sus facultades
de razonamiento les alertaban de las consecuencias. Tal apetito es

Página 16
ANTROPOLOGÍA BÍBLICA
LIDERAZGO INTEGRAL – NUEVO PENSUM – SEMESTRE I

llamado concupiscencia; no es pecado, sino el combustible que puede


ocasionar el pecado.
- Segundo: Dios, para prevenir el pecado, intervino y les dio lo que llaman
un donum supernaturalis (Un don dado por encima de lo recibido
naturalmente). Se explica así: Por faltarles fuerza para resistir el mal,
Dios les dio una medida adicional de gracia, a la cual ellos podían acudir
para recibir toda la fuerza necesaria para vivir como les correspondía.
- Tercero: ¿Qué perdieron en la caída? No perdieron su condición de
inocencia moral; perdieron esa donum supernaturalis, es decir, la gracia
que les daba poder sobre sus inclinaciones normales. El hombre, tal
como enseñan los católicos, nace con “inocencia moral”: no es bueno ni
malo. Llega a ser o “bueno” o “malo” por la conducta que escoge. Ya
que desde la desobediencia de Adán y Eva nace sin gracia, tiene que
luchar fuertemente para hacer obras que Dios acepte. Para ser “salvados”
de esa “caída”, ahora necesitan no sólo del perdón de Dios sino de una
nueva fuente de gracia especial.
- Cuarto: ¿Cómo se recupera ese donum supernaturalis? La iglesia, por
medio de los sacramentos, provee esa gracia, haciendo posible que los
pecadores logren poseer la justicia que el santo Dios demanda.

Resumen: La consecuencia de tal creencia es que el hombre, por ser


moralmente neutro –ni bueno, ni malo-, puede escoger ser malo o bueno. El
pecar no es innato, ni inevitable, ya que el hombre escoge lo que quiere
hacer. Las buenas obras, junto con esa gracia dispensada por la IGLESIA
contribuyen a la salvación. Pero aún más significativo, la muerte de Cristo
figura solamente como la base para el perdón, y nada más. Esa muerte no es
en esencia sustitutiva, ni la única provisión de Dios para salvación de los
pecados. La Iglesia, junto con el esfuerzo humano, es igualmente importante
para la salvación.
3.3.2. La imagen se entiende en términos de dominio y
representación
Algunos teólogos, apegados al movimiento ambientalista moderno, toman a
Génesis 1:27-28 como base para su concepto de la imagen de Dios en el
hombre: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, que gobierne y tenga
dominio. . .” ven una relación entre “dominio” e “imagen”. Para ellos es obvio
que la relación entre “imagen” y “dominio” en el texto aclara lo que es “la
imagen” de Dios en nosotros. Enseñan que la imagen se limita a la
obligación de ejercer dominio sobre la creación como representantes de Dios.
El deber humano, entonces, es reflejar “la imagen de Dios”. Esto se logra al
actuar en nombre de Él y a favor de la naturaleza y todo lo creado. Maneras
en que lo hacemos:
Maneras en que lo hacemos: 1) Manteniendo la pureza de la naturaleza. 2)
Controlando la “polución” (o contaminación) que está destruyendo nuestro
planeta. 3) Protegiendo los animales, árboles, ríos, mar, etc.

Página 17
ANTROPOLOGÍA BÍBLICA
LIDERAZGO INTEGRAL – NUEVO PENSUM – SEMESTRE I

Resumen: Como podemos ver, este concepto reduce a un mínimo el amplio


sentido bíblico de lo que es la imagen de Dios en nosotros. Llega a ser un
solo deber, una obra, una responsabilidad, y no propiedades de nuestra
personalidad que reflejen al Ser divino.
3.3.3. La imagen se entiende en términos de virtud moral
Martín Lutero fue el que elaboró esta interpretación de la imagen de Dios. Se
basó en dos enseñanzas bíblicas: Efesios 4:22-25 y Colosenses 3:9-10: “En
cuanto a su antigua manera de vivir, desháganse ustedes de su vieja
naturaleza que está corrompida, engañada por sus malos deseos. Ustedes
deben renovarse en su mente y en su espíritu, y revestirse de la nueva
naturaleza, creada según la voluntad de Dios (a imagen de Dios) y que se
muestra en la vida recta y pura, basada en la verdad”. “No se mientan los
unos a los otros, puesto que ya se han librado de su vieja naturaleza y de las
cosas que antes hacían, y se han revestido de la nueva naturaleza: la del
nuevo hombre, que se va renovando a imagen de Dios, su Creador, para
llegar a conocerlo plenamente”.
Según esta interpretación, el hombre cuando fue creado recibió “virtudes
morales excelentes” –como las de Dios—que representaban la “imagen de
Dios”. Al pecar, el hombre perdió la “imagen de Dios”, esa cualidad de
excelencia moral. Su entendimiento fue entenebrecido. Su disposición tornó
hacia el pecado y no a la santidad. Finalmente, su comportamiento llegó a
ser pecaminoso en lugar de justo. La imagen perdida se recobra por el acto
de regeneración y la obra santificadora del Espíritu Santo. El pecador, al
venir a Cristo Jesús, recupera la imagen de la excelencia moral perdida en la
caída.
Resumen: La objeción principal al concepto de Lutero –que el hombre al
pecar perdió la imagen de Dios- es que limita demasiado al hombre como
creación especial. No aprecia la totalidad de la grandeza de la creación del
hombre. La imagen se reduce sólo a la conducta o a lo moral, sin tomar en
consideración otras características en el ser humano que reflejan la persona
de Dios, por ejemplo, lo intelectual del hombre y su capacidad creativa,
evidentes aún en los que niegan a Dios.
3.3.4. La imagen se entiende en términos de personalidad
Varios teólogos evangélicos enseñan que esta explicación de la “imagen de
Dios” en el hombre se encuentra al definir lo que es ser “persona”. Tanto Dios
como el hombre poseen cualidades especiales que les distinguen de todo
aquello que es impersonal. Para ilustrar esta similitud se puede usar el
proceso común de hacer copias de un documento. Se lleva el original a una
fotocopiadora y sale una reproducción “semejante” al original.
Al definir esta posición se aclara:
• Lo que distingue a Dios del hombre: En ciertos aspectos el ser humano
se parece a Dios, en otros hay una diferencia abismal. Se entiende esta
diferencia por los atributos incomunicables de Dios:
o Su omnipotencia
o Su omnisciencia

Página 18
ANTROPOLOGÍA BÍBLICA
LIDERAZGO INTEGRAL – NUEVO PENSUM – SEMESTRE I

o Su omnipresencia
o Su inmutabilidad (no cambia; es igual ayer, hoy y siempre).
• Similitudes del hombre con Dios: El humano se parece a Dios en lo
interno, no en lo externo. No es en el cuerpo, sino en aquello que no es
material. Se entiende esa similitud a través de los atributos
comunicables:
o Capacidad intelectual (seres racionales)
o Libertad moral (seres volitivos)
o Habilidad para amar (seres personales)
o Sentimientos (seres emotivos)
Textos bíblicos usados para afirmar esta interpretación: Génesis 5:1-3; 9:6; 1
Corintios 11:7; Santiago 3:9.
Las dos últimas interpretaciones tienen un gran valor. Dios no sólo es un ser
PERSONAL, también es un ser MORAL. No es sano dividir estos dos
aspectos, ni en Dios, ni en el hombre, puesto que ninguno es neutro. En la
caída, el hombre perdió lo que fue la plena imagen que tuvo al principio.
Perdió su parentesco con Dios en su conducta, aunque retuvo importantes
características de personalidad. El pecado distorsionó su naturaleza. El
nuevo nacimiento es el comienzo de un proceso de restauración de esa
imagen perdida, que la Biblia llama “santificación”, proceso que llegará a su
total perfección cuando lleguemos al cielo, donde nuestra restauración será
completada. El mensaje de la Biblia explica quiénes somos, y cómo llegamos
a ser. Contesta el gran interrogante acerca de qué nos pasó. Más importante
aún no nos deja en un callejón sin salida, sino que nos presenta el maravilloso
remedio para nuestra dolencia.

Página 19
ANTROPOLOGÍA BÍBLICA
LIDERAZGO INTEGRAL – NUEVO PENSUM – SEMESTRE I

4. EL PECADO
4.1. DEFINICIÓN DEL PECADO
Resultaría mucho más agradable tratar las gracias y excelencias de nuestra
humanidad que tratar el tema de nuestra propia miseria y pobreza. Es esta
reflexión la que nos lleva a preguntarnos: ¿Qué es el pecado? ¿Por qué
peco? ¿De dónde proviene toda esa maldad que veo en mí y en mi prójimo?
¿Cómo se transmite el pecado? ¿Qué consecuencias trae? Estas y otras
preguntas relativas al pecado son estudiadas por la hamartiología, que es la
parte de la teología sistemática que trata el asunto del pecado. Este término
deriva de dos vocablos Griegos: hamartia, que significa literalmente “no dar
en el blanco”, ofensa, maldad, pecado; y logos, que quiere decir estudio. Por
tanto, la hamartiología intenta responder los planteamientos ya formulados.
Podemos definir el pecado de la siguiente manera:
“En términos generales el pecado es esa gran dañina enfermedad moral
que afecta a toda la raza humana, desde sus rangos más elevados, a
toda otra clase, a todo hombre y mujer, a toda nación, a todo pueblo, y a
toda lengua. Es una enfermedad que ha infectado a todo el mundo y se
evidencia claramente en todo nacido de mujer, con la sola excepción de
Jesucristo, el Hijo de Dios. El pecado particular o personal es el acto de
hacer, decir, pensar, imaginar cualquier cosa que no esté en perfecta
armonía y conformidad con la mente y la ley de Dios”.
De esta explicación general el Dr. Ryle (1816-1900), quien fue obispo y
distinguido predicador, pasa a mostrar la manera en que esa enfermedad del
alma se evidencia. Él lo llama “el pecado particular”. Es importante aclarar
que El hombre no es pecador porque peca, sino que peca porque en esencia
es pecador. Cuando hablamos del pecado en su sentido general, nos
referimos a la condición universal del hombre. Vemos que no fue un pequeño
resbalón que diera Adán y Eva en el huerto: fue una severa caída con
consecuencias espantosas que nos afectan a todos (Rom. 5:12-19). Todo
hombre, toda mujer, están contaminados y manchados con este mal. Es una
herencia que pasa de generación a generación.
¿Qué es el pecado entonces? Es “el hacer, decir, pensar, imaginar cualquier
cosa que no esté en perfecta armonía con la mente y la ley de Dios". Esta es
simplemente una ampliación de lo que el apóstol Juan dijo: “El pecado es la
infracción de la ley” (1 Juan 3:4). ¿Cuál ley? La ley de Dios, esa ley que
explica la mente o el pensar de Dios. Esa ley que encontramos en la Biblia.
El pecado es cualquier infracción de lo que Dios ha prohibido. Lo describimos
así: Puede ser un acto de desobediencia a lo que Dios nos ha mandado.

4.2. EL ORIGEN DEL PECADO


¿De dónde viene el pecado? ¿Cómo entró en el universo?
Primero, aún antes de la desobediencia de Adán y Eva, el pecado ya estaba
presente en el mundo angelical con la caída de Satanás y los demonios. Pero
con respecto a la raza humana, el primer pecado fue el de Adán y Eva en el
huerto del Edén (Gn. 3:1-19). El pecado ataca la base del conocimiento,

Página 20
ANTROPOLOGÍA BÍBLICA
LIDERAZGO INTEGRAL – NUEVO PENSUM – SEMESTRE I

porque da una respuesta diferente a la pregunta: “¿Qué es verdad?”.


Mientras que Dios había dicho que Adán y Eva morirían si comían del fruto
del árbol (Gn. 2:17), la serpiente dijo: “¡No es cierto, no van a morir!” (Gn. 3:4).
Segundo, el pecado ataca la base de las normas morales porque da una
respuesta diferente a la pregunta, “¿Qué es lo bueno?”. Dios había dicho que
era moralmente correcto para Adán y Eva no comer del fruto del árbol. Pero
la serpiente sugirió que estaría bien el comer y que al hacerlo ellos llegarían a
“ser como Dios” (Gn. 3:5). Eva confió en su propia evaluación de lo que era
recto y lo que era bueno o malo.
Tercero, Tercero, su pecado dio una respuesta diferente a la pregunta
“¿Quién soy yo?”. La respuesta correcta era que Adán y Eva eran criaturas de
Dios, dependientes de Él y subordinadas a Él como Creador y Señor. Pero
Eva y luego Adán, sucumbieron a la tentación de ser como Dios” (Gen 3:5),
con lo que intentaron ponerse en el lugar de Dios, y por lo tanto a la deriva en
cuanto a su identidad.
4.2.1. LA DOCTRINA DEL PECADO HEREDADO
¿Cómo nos afecta el pecado de Adán? Las Escrituras nos enseñan que
heredamos el pecado de Adán en dos formas.
4.2.1.1. Heredamos la culpa
Somos declarados culpables a causa del pecado de Adán. Pablo explica los
efectos del pecado de Adán de la siguiente manera: “Por medio de un solo
hombre el pecado entró en el mundo, y por medio del pecado entró la muerte;
fue así como la muerte pasó a toda la humanidad, porque todos pecaron” (Ro.
5:12). El contexto nos dice que Pablo no está hablando de los pecados que
las personas comente cada día, porque todo el párrafo (Ro. 5:12-21) está
haciendo una comparación entre Adán y Cristo. Nos está diciendo que por
medio del pecado de Adán la muerte se extendió a todos los hombres pues
todos pecaron.
Pablo está diciendo aquí explícitamente que por medio de la transgresión de
un solo hombre “muchos fueron constituidos pecadores”. Cuando Adán pecó,
Dios consideró pecadores a todos los descendientes de Adán. Aunque
nosotros todavía no existíamos, Dios, mirando al futuro y sabiendo que
existiríamos, empezó a considerarnos culpables como Adán. Esto es también
coherente con la declaración de Pablo de que “cuando todavía éramos
pecadores, Cristo murió por nosotros” (Rom.5:8). Por supuesto, ninguno de
nosotros ni siquiera existíamos cuando Cristo murió; pero, no obstante, Dios
nos consideró pecadores que necesitábamos salvación.
La conclusión que podemos sacar de estos versículos es que todos los
miembros de la raza humana estaban representados por Adán en el momento
de su prueba en el huerto del Edén. Como nuestro representante, Adán pecó
y Dios nos consideró a nosotros culpables, como también a Adán.
A veces la doctrina del pecado que heredamos de Adán se le llama doctrina
del “pecado original”.

Página 21
ANTROPOLOGÍA BÍBLICA
LIDERAZGO INTEGRAL – NUEVO PENSUM – SEMESTRE I

Sin embargo, el pecado del que habla no se refiere al primer pecado de Adán
sino a la culpa y tendencia a pecar con las que nacemos. Es “original” en el
sentido de que procede de Adán y es también original en que lo tenemos
desde el comienzo de nuestra existencia como personas.
Cuando nos enfrentamos por primera vez a la idea de que se nos considera
culpables por causa del pecado de Adán, nuestra tendencia es a protestar
porque nos parece injusto. En realidad, no decidimos pecar, ¿no es cierto?
¿Cómo entonces se nos puede considerar culpables? ¿Es justo que Dios
actúe así? Podemos decir tres cosas para responder a esto:
• Todo el que protesta diciendo que esto es injusto olvida que él también ha
cometido voluntariamente muchos auténticos pecados por los cuales Dios
también lo considera culpable. Estos constituirían la base primaria sobre
la que se nos juzgará en el día final, porque Dios “pagará a cada uno
según lo que merezcan sus obras” (Ro. 2:6), y el que hace el mal pagará
por su propia maldad” (Col. 3:25).
• Si pensamos que es injusto estar representados por Adán, debiéramos
también pensar que es injusto estar representados por Cristo y que Dios
anote a nuestro favor Su justicia. Porque el procedimiento que Dios usó
fue el mismo, y eso es exactamente lo que Pablo está diciendo en Rom.
5:12–21
4.2.1.2. Corrupción Heredada:
Nuestra naturaleza incluye una disposición al pecado por lo que Pablo puede
afirmar que antes que fuéramos cristianos, “como los demás, éramos por
naturaleza objeto de la ira de Dios” (Ef. 2: 3). Todos los que han criado hijos
pueden dar testimonio experimental de que todos nacemos con esa tendencia
a pecar. A los niños no hay que enseñarles a hacer lo malo; lo descubren por
sí mismos. Lo que nosotros tenemos que hacer como padres es enseñarles a
hacer lo bueno, criarlos “según la disciplina e instrucción del Señor” (Ef. 6: 4).
Esta tendencia al pecado heredada no quiere decir que los seres humanos
son todo lo malvados que podían ser. Las sujeciones de la ley civil, las
expectativas de la familia y de la sociedad, y la convicción de la conciencia
humana (Ro. 2: 14–15), evitan el desenfreno particular y social. Sin embargo
cuando somos confrontados por la realidad de nuestro pecado, nuestra
tendencia es:
1. Evitar los textos bíblicos que tratan el tema del pecado y no estudiarlos.
2. Apuntar a pecados más horribles que los nuestros y que vemos en otros.
3. Ver cómo arreglamos la comunidad y el mundo con programas sociales, en
lugar de buscar remedio y cura para nuestro propio mal.
4.2.1.2.1. En nuestras naturalezas carecemos totalmente de
bien espiritual ante Dios:
No es cuestión de que algunas partes de nosotros sean pecaminosas y otras
puras. Más bien, cada parte de nuestro ser está afectado por el pecado:
nuestros intelectos, emociones deseos, corazones (el centro de nuestros
deseos y de toma de decisiones), nuestra metas, y motivos e incluso nuestros

Página 22
ANTROPOLOGÍA BÍBLICA
LIDERAZGO INTEGRAL – NUEVO PENSUM – SEMESTRE I

cuerpos físicos. Pablo dice: “Yo sé que en mí, es decir, en mi naturaleza


pecaminosa, nada bueno habita” (Ro. 7: 18), y “para los corruptos e
incrédulos no hay nada puro. Al contrario, “tienen corrompidas la mente y la
conciencia” (Tito 1:15). Además; Jeremías nos dice: “Nada hay tan engañoso
como el corazón. No tienen remedio. ¿Quién puede comprenderlo?” (Jer. 17:
9)
4.2.1.2.2. En nuestras acciones estamos totalmente
incapacitados de hacer el bien delante de Dios:
Esta idea está relacionada con la anterior. No solo no somos pecadores que
carecemos de todo bien espiritual en nosotros, sino que también carecemos de la
capacidad de agradar a Dios y la posibilidad de acercarnos a Dios por nosotros
mismos. Pablo dice que “los que viven según la naturaleza pecaminosa no pueden
agradar a Dios”. (Ro. 8:8). Además en términos de llevar fruto para el reino de Dios y
hacer lo que le agrada a él, Jesús dice: “Separados de mí no pueden ustedes hacer
nada” (Jn. 15:5).
4.2.2. PECADOS EN LA VIDA
4.2.2.1. Todos somos pecadores ante Dios
Las Escrituras dan testimonio en muchos lugares de la pecaminosidad
universal de la humanidad. “Todos se han descarriado, a una se han
corrompido. No hay nadie que haga lo bueno; ¡no hay uno solo!” (Sal. 14: 3).
David dice: “Ante ti nadie puede alegar inocencia” (Sal 143: 2). Y Salomón
dice: “Ya que no hay ser humano que no peque” (1 R 8: 46; cf Pr. 20: 9).
En el Nuevo Testamento, Pablo desarrolla un amplio razonamiento en Rom 1:
1:18-3:20, mostrando que todas las personas, tanto judíos como griegos, son
culpables delante de Dios. Dice: “Ya hemos demostrado que tanto los judíos
como los gentiles están bajo el pecado. Así está escrito: “No hay un solo
justo, ni siquiera uno” (Ro. 3: 9-10). Pablo está seguro de que todos han
pecado y están privados de la gloria de Dios” (Ro. 3: 23). Santiago, el
hermano del Señor, confiesa: “todos fallamos mucho” (Stg. 3: 2), y si el, un
líder y apóstol en la naciente iglesia, podía confesar que había tenido muchos
fallos, nosotros también deberíamos estar dispuesto a reconocerlo. Juan, el
discípulo amado, quien estuvo siempre muy cerca de Jesús, dijo: Si
afirmamos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y no
tenemos la verdad (1 Jn 1:8).
4.2.2.2. ¿Nos limita nuestra habilidad en nuestra
responsabilidad?
La idea de que solo somos responsables ante Dios de la capacidad que
tenemos de hacer el bien, es contraria al testimonio de las Escrituras, que
afirman que estábamos muertos en las transgresiones y pecados en que
andábamos (Ef.2,1) y en consecuencia no podemos hacer ningún bien
espiritual y todos somos culpables ante Dios. Además si nuestra
responsabilidad ante Dios estuviera limitada a nuestra capacidad, los
pecadores extremadamente endurecidos, que están muy esclavizados en el
pecado, podrían ser menos culpables ante Dios que los cristianos maduros
que se esfuerzan a diario por obedecerle. Y Satanás mismo que eternamente

Página 23
ANTROPOLOGÍA BÍBLICA
LIDERAZGO INTEGRAL – NUEVO PENSUM – SEMESTRE I

solo puede hacer el mal, no tendría culpa en lo absoluto, lo que es sin duda
una conclusión incorrecta.
La verdadera medida de nuestra responsabilidad y culpa no es nuestra
capacidad de obedecer a Dios, sino más bien la absoluta perfección de la ley
moral y la santidad de Dios (que se refleja en esa ley). “Por tanto, sean
perfectos, así como su Padre celestial es perfecto.” (Mt 5:48).
4.2.2.3. ¿Son los infantes culpables antes de haber cometido
pecados auténticos?
Algunos sostienen que las Escrituras enseñan una “edad de responsabilidad” antes
de la cual los niños pequeños no son considerados responsables del pecado y no
son tenidos como culpables ante Dios. Sin embargo, los pasajes mostrados arriba
en la sección acerca “del pecado heredado” indican que aún antes del nacimiento los
niños tienen culpa delante de Dios y una naturaleza pecaminosa que no solo les da
una tendencia al pecado, sino que también hace que Dios los vea como “pecadores”.
El salmo 51,5; Rom.2:6-11 no dice nada acerca de las bases del juicio cuando no ha
habido acciones individuales buenas o malas, cuando los niños mueren siendo
bebés. En tales casos, debemos aceptar las Escrituras que dicen que tenemos una
naturaleza pecaminosa desde antes del nacimiento. Además, tenemos que
reconocer que la naturaleza pecaminosa del niño se manifiesta muy temprano,
ciertamente dentro de los dos primeros años de la vida del niño, como puede
afirmarlo todo el que ha tenido hijos. Salmo 58:3.
Entonces ¿qué decimos acerca de los infantes que mueren antes de que alcance a
entender y creer en el evangelio? ¿Pueden ellos ser salvos? Aquí tenemos que decir
que si tales infantes son salvos, no pueden serlo sobre la base de sus propios
méritos ni sobre la base de su propia justicia o inocencia, sino que debe ser por
completo sobre la base de la obra redentora de Cristo y la obra de regeneración del
Espíritu Santo dentro de ellos 1 Timoteo 2:5 y Juan 3:3
En Mateo 18:1-14 el amor divino hacia los niños se manifiesta de diversas
maneras.10
Jesucristo se identifica con los niños: Cuando los recibimos en su nombre, es
como si le recibiéramos a él. «Y el que recibe en mi nombre a un niño como éste, me
recibe a mí» (vs 5).
Al Señor Jesús le indigna que se haga tropezar a un pequeño. «Pero si
alguien hace pecar a uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que le
colgaran al cuello una gran piedra de molino y lo hundieran en lo profundo del mar»
(vs 6).
El Señor Jesús nos dice que no menospreciemos a los pequeños. «Miren
que no menosprecien a uno de estos pequeños. Porque les digo que en el cielo los
ángeles de ellos contemplan siempre el rostro de mi Padre celestial» (vs 10).
Dios Padre no desea que siquiera uno de estos pequeños se pierda. «Así
también, el Padre de ustedes que está en el cielo no quiere que se pierda ninguno de
estos pequeños» (vs 14).
El Señor Jesucristo está buscando a los pequeños que están perdidos. «El
Hijo del Hombre vino a salvar lo que se había perdido. ¿Qué les parece? Si un
hombre tiene cien ovejas y se le extravía una de ellas, ¿no dejará las noventa y

10
Tomado y adaptado del libro ¿Por qué evangelizar a los niños?, Sam Doherty, Desarrollo Cristiano
Internacional, 2002, pp. 79-81

Página 24
ANTROPOLOGÍA BÍBLICA
LIDERAZGO INTEGRAL – NUEVO PENSUM – SEMESTRE I

nueve en las colinas para ir en busca de la extraviada? Y si llega a encontrarla, les


aseguro que se pondrá más feliz por esa sola oveja que por las noventa y nueve que
no se extraviaron. (vs. 11,12,13).
En Mateo 19:13-15, Marcos 10:13-16, y Lucas 18:15-17 podemos ver la reacción
del Señor Jesús cuando sus discípulos reprendían y despedían a los que traían niños
al Salvador para que él los tocara y bendijera.
Se indignó por lo que hacían. «Cuando Jesús se dio cuenta, se indignó y les
dijo: "Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el reino de Dios es
de quienes son como ellos".» (Marcos 10:14).
Advirtió a los discípulos que no volvieran a hacer lo mismo. Les dijo que no
impidieran a los niños venir a él (Mateo 19:14; Marcos 10:14; Lucas 18:16).
Dio a los discípulos un mandato concerniente a los niños. «Dejen que los
niños vengan a mí» (Mateo 19:14; Marcos 10:14; Lucas 18:16).
Hizo una afirmación a los discípulos en cuanto a los niños. «El reino de Dios
es de quienes son como ellos» (Mateo 19:14; Marcos 10:14,15; Lucas 18:16,17).
Demostró a los niños su amor. «Y después de abrazarlos, los bendecía
poniendo las manos sobre ellos» (Marcos 10:16). «Después de poner las manos
sobre ellos, se fue de allí» (Mateo 19:15).
4.3. EL PECADO Y EL CRISTIANO
Cuando un cristiano peca, su posición legal delante de Dios no cambia.
Todavía está perdonado porque “ya no hay ninguna condenación para los que
están unidos a Cristo Jesús” (Ro. 8:1). La salvación no está basada en
nuestros méritos sino en el don gratuito de Dios (Ro. 6:23) y la muerte de
Cristo ciertamente pagó por todos nuestros pecados: pasados, presentes y
futuros. “Cristo murió por nuestros pecados (1 Cor 15:3), sin ninguna
distinción. En términos teológicos, seguimos conservando nuestra
“justificación”.
Además seguimos siendo hijos de Dios y todavía tenemos membresía en la
familia de Dios. En la misma epístola en las que Juan dice: “Si afirmamos que
no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos” (1 Jn 1:8), se les
recuerda también a los lectores: “Queridos hermanos, ahora somos hijos de
Dios” (1 Jn 3:2). El hecho de que tengamos pecado que permanece en
nuestra vida no significa que hayamos perdido nuestra posición como hijos de
Dios. En términos teológicos, seguimos conservando nuestra “adopción”.
¿Qué se afecta entonces? Nuestro compañerismo con Dios queda perturbado
y nuestra vida cristiana dañada. Pablo escribió que es posible para los
cristianos “[agraviar] al Espíritu Santo de Dios” (Ef. 4:30); cuando pecamos, lo
entristecemos y el pecado repetitivo hace que se apague su fuego en
nosotros. Cuando desobedecemos, Dios el Padre se entristece, de la misma
forma que lo hace un padre terrenal ante la desobediencia de sus hijos, y nos
disciplina.
Cuando pecamos como cristianos, no es solo nuestra relación personal con
Dios la que se ve afectada. Nuestra vida y fecundidad en el ministerio quedan
también dañadas. Jesús nos advierte: “Así como ninguna rama puede dar
fruto por sí misma, sino que tiene que permanecer en la vid, así tampoco

Página 25
ANTROPOLOGÍA BÍBLICA
LIDERAZGO INTEGRAL – NUEVO PENSUM – SEMESTRE I

ustedes pueden dar fruto si no permanecen en mí” (Jn 5:4). Cuando nos
apartamos de la comunión con Cristo a causa del pecado en nuestra vida,
dejamos de dar fruto.
Pablo dice que cuando los cristianos ceden al pecado se van haciendo
progresivamente “esclavos” del pecado (Ro.6:16). Además, cuando pecamos
como cristianos sufrimos una pérdida de recompensa celestial. Una persona
que no ha edificado en la obra de la iglesia con oro, plata o piedras preciosas,
sino con “madera, heno y paja” (1 Co. 3:12) verá su obra “consumida por las
llamas” en el día del juicio y “sufrirá pérdida. Será salvo, pero como quien
pasa por el fuego” (1 Co 3:15). Pablo se da cuenta de que es necesario que
todos comparezcamos ante el Tribunal de Cristo, para que cada uno reciba lo
que le corresponda, según lo bueno o lo malo que haya hecho mientras vivió
en el cuerpo” (2 Co 5:10). Pablo implica que hay grados de recompensas en
el cielo, y que el pecado tiene consecuencias negativas en términos de
pérdida de recompensa celestial.
4.3.1. ¿Puede ser un pecado de omisión dejar de hacer lo que
sabemos que Dios nos pide?
La severidad con que Cristo trata el pecado de omisión debe hacernos
pensar. Dijo: “Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno... porque tuve
hambre, y no me diste de comer, tuve sed, y no me diste de beber, anduve
como forastero, y no me diste alojamiento. Me faltó ropa y no me disteis de
vestir; estuve enfermo, y en la cárcel y no me vinisteis a visitar. Preguntaron
ellos, ¿Señor, cuándo te vimos con hambre o con sed, como forastero, o falta
de ropa, o enfermo, o en la cárcel y no te ayudamos? Él les contestará: Os
aseguro que todo lo que no hicisteis por una de estas personas más
humildes, tampoco por mí la hicisteis. Esos irán al castigo eterno” (Mt. 25:41-
46).
4.3.2. ¿Puede cometerse un pecado en ignorancia?
Dios, al dar su ley, le reveló a Moisés el peligro en que estaba el pueblo de cometer
pecados inocentemente: “Di a los israelitas que, en aquellos casos en que alguien
peque involuntariamente contra alguno de los mandamientos del Señor y haga algo
que no está permitido, se hará lo siguiente. . .” (Lv. 4:1-35 y Núm. 15:24-29). En
estos pasajes se delinea la confesión y el sacrificio debidos para lograr perdón por
los pecados cometidos en ignorancia.
En su tema del siervo fiel e infiel, Cristo también habla de pecados involuntarios (Lc.
12:41-47). Entre otras cosas nos dice: “El siervo que sabe lo que quiere su amo,
pero no está preparado ni le obedece, será castigado con muchos golpes. Pero el
siervo que sin saberlo hace cosas que merecen castigo, será castigado con menos
golpes. A quien mucho se le da, también se le pedirá mucho; a quien mucho se le
confió, se le exigirá mucho más.”
4.3.3. La ignorancia nos lleva a falsas conclusiones
Se cuenta de un joven, que quería ser ordenado como pastor, a pesar de que no
tenía preparación bíblica, insistía en que se le examinara porque estaba seguro de
su llamado al ministerio. Así fue que un grupo de pastores se reunió y procedieron a
evaluar los conocimientos bíblicos del presunto candidato al pastorado.

Página 26
ANTROPOLOGÍA BÍBLICA
LIDERAZGO INTEGRAL – NUEVO PENSUM – SEMESTRE I

La primera pregunta que se le hizo fue: “¿Cuál es tu libro preferido de la Biblia?”


Contestó:
--- El evangelio según el Buen Samaritano.
Los pastores se miraron entre sí, y uno le preguntó:
--- ¿Nos podrías contar algo de lo que dice ese evangelio?
--- Por supuesto --- dijo el joven, y con gran entusiasmo prosiguió: --- Hubo pues
un samaritano que salió de camino a Jericó. Pasando por la ciudad se dirigió a
Jerusalén. A su paso cayó entre ladrones. Estos le golpearon cuarenta días y
cuarenta noches y lo dejaron por muerto. Cuando pudo levantarse, parecía estar
lleno de mosto y tuvo hambre. Entonces los cuervos vinieron y le dieron de
comer. Le traían pan por la mañana y carne por la noche. Se levantó luego el
Samaritano de aquel lugar y regresó a Jericó. Aconteció que entrando a Jericó,
levantó sus ojos y vio a Jezabel sentada sobre la muralla. Entonces dijo a los que
estaban con él: “Échenla de la muralla.” Y la echaron una vez. Y repitió: “Tírenla
otra vez.” Y la tiraron hasta setenta veces siete. De los restos recogieron doce
cestas y fue grande su ruina. Decidme, en el día de la resurrección, ¿de quién
será ella esposa?
Nos reímos al escuchar tan obvia tergiversación de la Biblia. La triste verdad es que
tal tipo de cosa sucede continuamente de labios de “maestros” que no conocen la
Palabra de Dios, y pretenden interpretarla. Toman pasajes y los citan, cambiando
por completo su sentido y su enseñanza. Los que escuchan conociendo aún menos,
lo aceptan como verdad. Así entra el error.
4.3.4. Cinco observaciones acerca del pecado
4.3.4.1. El peligro de “cristianos no convertidos”
Un estilo de vida de continua desobediencia a Dios emparejado con falta de
elementos del fruto del Espíritu tales como el amor, el gozo, la paz y otros (vea Ga 5:
22 -23) es una seria indicación de que probablemente esa persona no es de verdad
cristiana en su interior, de que no ha habido una auténtica fe de corazón desde el
principio y nada de obra de regeneración del Espíritu Santo. Jesús advierte que a
algunos que han profetizado, expulsaron demonios e hicieron milagros en su nombre
les dirá: “Jamás los conocí. ¡Aléjense de mí, hacedores de maldad! (Mt. 7:23). Y
Juan nos dice que el que afirma: “Lo conozco”, pero no obedece sus mandamientos
es un mentiroso y no tiene la verdad” (1 Juan 2:4; Juan estaba hablando aquí de una
forma de vivir persistente).
4.3.4.2. El castigo del pecado
Aunque el castigo de Dios por el pecado sirve como disuasivo en cuanto a
seguir pecando y como una advertencia para los que observan, esa no es la
razón primaria por la que Dios castiga el pecado. La razón primaria es que la
justicia de Dios lo demanda, a fin de que él sea glorificado en el universo que
ha creado. Él es el Señor que actúa en la tierra “con amor, con derecho y
justicia, pues es lo que a mí me agrada” (Jer 9: 24).
Pablo dice de Cristo Jesús que Dios lo ofreció como un sacrificio de expiación
que se recibe por la fe en su sangre” (Ro 3: 25). Pablo entonces explica por
qué Dios ofreció a Jesús como “expiación” (esto es, un sacrificio que lleva
sobre sí la ira de Dios en contra del pecado y de ese modo, Dios transforma la
ira en favor): “Para así demostrar su justicia”. Anteriormente, en su paciencia,
Dios había pasado por alto los pecados” (Ro 3: 25). Pablo se da cuenta de
Página 27
ANTROPOLOGÍA BÍBLICA
LIDERAZGO INTEGRAL – NUEVO PENSUM – SEMESTRE I

que si Cristo no hubiera venido a pagar el castigo por los pecados, Dios no
podría mostrar que era justo.
4.3.4.3. La tendencia es creer lo que queremos creer, aunque
tengamos que torcer la verdad para creerlo.
¿Cómo empezaron todas las sectas, y por qué tienen tantos seguidores?
Tergiversan la verdad y forman su propia doctrina, la que más les conviene.
En Mateo 28.11-15, tenemos una interesante ilustración. Allí encontramos el
informe que llevaron los guardias a los líderes religiosos cuando vieron que la
gran piedra ante la tumba de Jesús había sido rodada y que Jesús ya no
estaba en la tumba. Al recibir ese temible informe, los sacerdotes les
instruyeron: “Decid vosotros: Sus discípulos vinieron de noche y lo hurtaron,
estando nosotros dormidos”.
4.3.4.4. El pecado es invisible hasta que se denuncia
públicamente
La gran mayoría de nosotros no podemos ver nuestros propios pecados.
Vemos con toda facilidad el de los demás, pero el nuestro nos es invisible.
Una vez que un pecado es denunciado, alguien nos acusa de haber hecho
esto o aquello, ¡qué agonía sufrimos! Ese pecado se levanta como un
monstruo que no nos deja quietos. También cuando el Espíritu Santo
denuncia un pecado, hace que nos moleste hasta que nos arrepintamos y lo
dejemos.
4.3.4.5. El pecado es una realidad en nuestras vidas, aunque lo
veamos desde la óptica de los prejuicios que crean
nuestras creencias y valores.
Nuestra tendencia es decidir personalmente lo que es bueno y lo que es
pecado por lo que oímos o por lo que categorizamos en nuestras propias
mentes. Por ejemplo, la Biblia señala que la “ira”, “malicia”, “maledicencia”,
“envidia”, “mentira”, “palabras deshonestas”, son pecados. Normalmente no
los clasificamos así. Más bien llamamos a estas cosas “fallas en nuestra
personalidad”, “cosas que heredamos del carácter de nuestros padres”, etc.
Sólo clasificamos como pecado el homicidio, el robo, el adulterio, y cosas que
la sociedad en general califica de malas.
¿Quién determina qué es pecado? ¿Tú?, ¿yo?, ¿Dios? Es por esto que no
podemos confiar en nuestro propio criterio, ni en el del vecino, ni el del
periódico, ni el de una revista o libro. Tenemos que depender de lo que Dios
declara como pecado.
4.3.5. Fuentes equivocadas de autoridad
4.3.5.1. La sociedad, la opinión pública, lo que dice la gente.
Una publicidad en Francia decía: “Un millón de franceses no pueden estar
equivocados”, como si la opinión de una gran agrupación de personas
determinara lo bueno o lo malo.
4.3.5.2. Lo que a veces oímos en los púlpitos o leemos en las
revistas religiosas o libros; la opinión personal.

Página 28
ANTROPOLOGÍA BÍBLICA
LIDERAZGO INTEGRAL – NUEVO PENSUM – SEMESTRE I

Pastores o líderes religiosos a veces dan opiniones erradas sobre lo que es y


lo que no es pecado, predicando sus propios criterios y no siguiendo lo que
dice la Biblia. Así a veces se inventan pecados y ponen cargas sobre la gente
que Dios nunca pensó.
4.3.5.3. Interpretaciones equivocadas, de pasajes difíciles de la
Biblia
Vamos a tratar ahora uno de los pasajes difíciles de la Biblia, sobre el cual hay
mucha divergencia de opinión. Si llegamos a esta porción con nuestros prejuicios y
nuestras opiniones, con dificultad aceptaremos lo que claramente aquí nos enseña el
Espíritu Santo a través del apóstol Pablo.
“Porque yo sé que en mí, es decir, en mi carne, no habita nada bueno; porque el
querer está presente en mí, pero el hacer el bien, no.
Porque no hago el bien que deseo, sino el mal que no quiero, eso practico.
Y si lo que no quiero hacer, eso hago, ya no soy yo el que lo hace, sino el pecado
que habla en mí.
Así que, queriendo hacer el bien, hallo esta ley de que el pecado habita en mí.
Porque en el hombre interior me deleito con la ley de Dios, pero veo otra ley en los
miembros de mi cuerpo que hace guerra contra la ley de mi mente, y me hace
prisionero de la ley que está en mis miembros.
¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?
Gracias a Dios por Jesucristo, Señor nuestro. Así que yo mismo, por un lado, con la
mente sirvo a la ley de Dios, pero por el otro, con la carne, a la ley del pecado. -
Romanos 7:18-25
Este pasaje explica la lucha de una persona antes de aceptar a Cristo como
su Salvador. Imposible. Contestamos que tal explicación es imposible ya que, aparte
de la gracia de Dios obrando en el corazón, la persona sin Cristo está en sus
pecados, se deleita en el pecado, y se entrega al pecado. No se preocupa por el
pecado ni le aflige sobre manera.
Este pasaje explica un período de carnalidad en la vida del apóstol.
Improbable. No hay indicio bíblico ni secular para respaldar tal creencia.
En este pasaje el apóstol presenta un caso hipotético. Inconsistente. Pablo
en todo el libro habla en primera persona, y se usa a sí mismo como ejemplo. Sería
inconsistente en este capítulo introducir de repente un elemento simbólico.
Este pasaje explica una simple realidad en todo creyente. Consistente. Esta es
la postura que la gran mayoría de expositores asumen al comentar estos textos, y es
una postura consistente con la experiencia de cada creyente si analiza su corazón
con honestidad.

4.4. EL PECADO IMPERDONABLE


Varios pasajes de las Escrituras hablan de un pecado que no será perdonado,
Jesús dice:
Por eso les digo que a todos se les podrá perdonar todo pecado y toda
blasfemia, pero la blasfemia contra el Espíritu no se le perdonará a nadie. A
cualquiera que pronuncia alguna palabra contra el Hijo de hombre, se le

Página 29
ANTROPOLOGÍA BÍBLICA
LIDERAZGO INTEGRAL – NUEVO PENSUM – SEMESTRE I

perdonará, pero el que habla contra el Espíritu Santo no tendrá perdón ni en


este mundo ni en el venidero. (Mt. 12: 31-32).
Encontramos una declaración similar en Marcos 3: 29- 30, donde Jesús dice:
“Excepto a quien blasfeme contra el Espíritu Santo. Éste no tendrá perdón
jamás; es culpable de un pecado eterno” (Mr.3: 29; cf. Lc. 12: 10).
Así mismo Hebreos 6 dice: Es imposible que renueven su arrepentimiento
aquellos que han sido una vez iluminados, que han saboreado el don
celestial, que han tenido parte en el Espíritu Santo y que han experimentado
la buena palabra de Dios y los poderes del mundo venidero, y después de
todo esto se han apartado. Es imposible, porque así vuelven a crucificar, para
su propio mal, al Hijo de Dios, y lo exponen a la vergüenza pública (He 6: 4-6;
cf. 10: 26-27; también las reflexiones sobre el “pecado que lleva a la muerte”
en 1 Juan 5: 16-17).
Este pecado cosiste en el rechazo intencional, muy malicioso y difamador de
la obra del Espíritu Santo de testimonio acerca de Cristo y atribuir su trabajo a
Satanás. Un examen más detenido de la declaración de Jesús en mateo y
Marcos muestra que Jesús estaba hablando en respuesta a la acusación de
los fariseos de que “éste no expulsa a los demonio s sino por medio de
Belcebú, príncipe de los demonios” (Mt 12:24). Los fariseos habían visto las
obras de Cristo repetidas veces. El Señor acababa de sanar a un hombre
endemoniado que estaba ciego y mudo (Mt. 12:22). Las personas estaban
maravilladas y un gran número de ellas seguía a Jesús, y los mismos fariseos
habían visto muchas veces claras demostraciones del poder asombroso del
Espíritu Santo obrando por medio de Jesús para traer vida y salud a muchas
personas. Pero los fariseos, a pesar de estas claras demostraciones de la
obra del Espíritu Santo delante de sus ojos, deliberadamente rechazaron la
autoridad de Jesús y sus enseñanzas y las atribuyeron al diablo. Jesús les
dijo claramente que “toda ciudad o familia divida contra sí misma no se
mantendrá en pie. Si Satanás expulsa a Satanás, está dividido contra sí
mismo, ¿Cómo puede entonces mantenerse en pie su reino? (Mt. 12: 25-26).
De modo, que era irracional y tonto que los fariseos atribuyeran los
exorcismos de Jesús al poder de Satanás. Eso era una clásica mentira
maliciosa y deliberada.

PREGUNTAS DE APLICACIÓN PERSONAL


- ¿Ha despertado la lectura de este capítulo una creciente conciencia del
pecado que permanece en su vida?
- ¿Puede usted mencionar alguna forma específica en que esto es cierto?
- ¿Puede usted mencionar algunos paralelismos entre la tentación que
enfrentó Eva y las tentaciones que usted enfrenta en su vida cristiana?
- ¿Realmente piensa que antes de ser cristiano, estaba totalmente
incapacitado para hacer algún bien espiritual delante de Dios?
- ¿Qué clase de libertad de elección tienen las personas no cristianas que a
usted le rodean?

Página 30
ANTROPOLOGÍA BÍBLICA
LIDERAZGO INTEGRAL – NUEVO PENSUM – SEMESTRE I

- ¿Piensa usted que los cristianos de hoy han perdido bastante de vista lo
aborrecible que es el pecado? ¿Lo han perdido también los no cristianos?
- ¿Piensa usted que el mayor problema de la raza humana, y de todas las
sociedades y civilizaciones, no es la falta de educación, la falta de
comunicación, ni la falta de bienestar material, sino el pecado en contra de
Dios?
5. PACTOS ENTRE DIOS Y EL HOMBRE11
Desde la creación del mundo, las relaciones de Dios con el hombre han
estado definidas por requerimientos y promesas específicas. Dios le expresa
a las personas cómo quiere que actúen y también Él se manifiesta dando a
entender al hombre cómo obra. La Biblia ilustra cómo ha sido la relación
entre Dios y el hombre, y con frecuencia llama “pactos” a este accionar
específico de Dios. Un pacto es un acuerdo legal, inalterable y
divinamente impuesto entre Dios y el hombre que estipula las
condiciones de sus relaciones.
La frase “divinamente impuesto” indica que el hombre nunca puede negociar
con Dios o cambiar los términos del pacto. El solo puede aceptar las
obligaciones del pacto o rechazarlas. Probablemente por esta razón los
traductores griegos del Antiguo y del Nuevo Testamento, no usaron la palabra
griega común que denotaba contratos o acuerdos en los que ambas partes
eran iguales (syntheke), sino que más bien eligieron una palabra menos
común, diadsekh, que hace hincapié en que las provisiones del pacto fueron
establecidas solo por una de las partes. De hecho la palabra diadsekh se
usaba con frecuencia para referirse a “testamento” o última voluntad” que una
persona dejaba para indicar la distribución de sus bienes después de su
muerte.
5.1. EL PACTO DE OBRAS
Aunque el pacto que había antes de la Caída ha sido expresado mediante
varios términos (tales como el pacto adánico o el pacto de la naturaleza), la
designación más útil parece ser la de “pacto de obras”, puesto que la
participación en las bendiciones del pacto dependía claramente de la
obediencia u “obras” de parte de Adán y Eva. Los requerimientos de sus
relaciones aparecen bien definidos con los mandamientos que Dios les da a
Adán y Eva (Gen 1: 28-3’; cf. 2: 15) y en el mandamiento directo a Adán:
“Puedes comer de todos los árboles del jardín, pero del árbol del
conocimiento del bien y del mal no deberás comer. El día que de él comas,
ciertamente morirás” (Gen 2: 16-17).
¿Está todavía en vigor el pacto de obras? El pacto de obras todavía está en
vigor para todo ser humano aparte de Cristo, aunque ningún ser humano
puede cumplir con sus estipulaciones y conseguir sus bendiciones. Cristo
obedeció perfectamente el pacto de obras por nosotros porque él no cometió

11
TOMADO CARPETA REGIÓN CENTRO
Y PDF. (Teología Sistematica Wayne Grudem ) pag 513- 550 Capítulo 25

Página 31
ANTROPOLOGÍA BÍBLICA
LIDERAZGO INTEGRAL – NUEVO PENSUM – SEMESTRE I

ningún pecado (1 P 2:22), sino que obedeció a Dios en todo a nuestro favor
(Rom 5:18–19). En realidad, para los cristianos hoy pensar que estamos
obligados a tratar de ganar el favor de Dios mediante la obediencia sería
apartarse de la esperanza de la salvación. “todos los que viven por las obras
que demanda la ley, están bajo maldición…es evidente que por la ley nadie
es justificado delante de Dios” (Ga 3: 10-11). Los cristianos han quedado
liberados del pacto de las obras por razón de la obra de Cristo y han sido
incluidos en el nuevo pacto, el pacto de la gracia (vea abajo).

5.2. EL PACTO DE REDENCIÓN


Los teólogos hablan de otra clase de pacto, un pacto que no es entre Dios y el
hombre, sino entre miembros de la Trinidad. Es el pacto que llaman el “pacto
de redención”. Este es un acuerdo entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo,
mediante el cual el Hijo está de acuerdo en hacerse hombre, ser nuestro
representante, obedecer las demandas del pacto de obras en nuestro nombre
y pagar el castigo del pecado que nosotros merecíamos.
En cuanto al Padre, este “pacto de redención” incluía un acuerdo de dar al
Hijo un pueblo que él redimiría para ser suyo (Jn 17:2, 6), enviar al Hijo para
que fuera su representante (Jn 3: 16; Ro 5: 18-19), preparar un cuerpo para
que el Hijo morara en él como hombre (Col 2:9; He 10:5), aceptarle como
representante del pueblo que habría redimido (He 9:24) y darle a él toda la
autoridad en el cielo y en la tierra (Mt. 28:18), incluyendo la autoridad de
derramar el poder del Espíritu Santo y aplicar la redención a su pueblo (Hch 1:
4; 2: 23).
De parte del Hijo, estuvo de acuerdo en que vendría a este mundo como
hombre y viviría como hombre bajo la ley mosaica (Ga 4:4; He 2:14.18), y que
se sometería en perfecta obediencia a todos los mandamientos del Padre (He
10:7-9), se humillaría a sí mismo y se haría obediente has la muerte en la cruz
(Fil 2:8). El Hijo también estuvo de acuerdo en formar a un pueblo para sí
mismo a fin de que ninguno de los que el Padre le iba a dar se perdiera (Jn
17: 12).
El papel del Espíritu Santo en el pacto de redención a veces se pasa por alto
en las reflexiones sobre el tema, pero sin duda era único y esencial. Estuvo
de acuerdo en hacer la voluntad del padre y llenar y facultar a Cristo para que
llevara a cabo su ministerio en la tierra (Mt. 3:16; Lc 4:1,14,18; Jn 3:34) y
aplicar los beneficios de la obra redentora de Cristo a los creyentes después
de que Cristo regresara al cielo (Jn 14:16-17; Hch 1: 8; 2:17-18, 33).
5.3. EL PACTO DE GRACIA
5.3.1. Elementos esenciales
Cuando el hombre no obtuvo la bendición ofrecida en el pacto de obras, se hizo
necesario que Dios estableciera otro medio, uno mediante el cual el hombre pudiera
ser salvado. El resto de las Escritura después del relato de la Caída en Génesis 3 es
la narración de la acción de Dios en la historia para llevar a cabo el maravilloso plan
de redención a fin de que las personas pecadoras pudieran entrar en compañerismo
con él.

Página 32
ANTROPOLOGÍA BÍBLICA
LIDERAZGO INTEGRAL – NUEVO PENSUM – SEMESTRE I

Las partes en este pacto de gracia son Dios y el pueblo que él redimiría. Pero en
este caso Cristo cumple con un papel especial como “mediador” (He 8:6; 9: 15;
12:24) en el cual cumple por nosotros las condiciones del pacto y de ese modo, nos
reconcilia con Dios. La condición (o requerimiento) de la participación en el pacto es
tener fe en la obra de redención de Cristo (Ro 1: 17; et al.). Este requerimiento de fe
en la obra redentora del Mesías era también la condición para obtener las
bendiciones del pacto del Antiguo Testamento, como Pablo lo demuestra claramente
por medio de los ejemplos de Abraham y David (Ro 4: 1-15). Ellos, como otros
creyentes del Antiguo Testamento, alcanzaron la salvación mirando hacia el futuro a
la obra del Mesías que iba a venir y depositando su fe en Él.
5.3.2. Varias formas del pacto
¿Qué es entonces el “antiguo pacto” en contraste con el “nuevo pacto” en
Cristo? Se refiere al pacto que se hizo en el Monte Sinaí (Ex 19-24), y se le
llama el “antiguo pacto” (2 Co 3:14; cf. He 8:6, 13), porque iba a ser sustituido
por el “nuevo pacto” en Cristo (Lc 22:20; 1 Co 11:25; 2 Co 3:6; He 8:8, 13;9:
15; 12: 24). El pacto mosaico era la aplicación de detalladas leyes escritas
puestas en vigor con el propósito de señalar los pecados de las personas y
ser una guía que nos llevara a Cristo. Pablo dice: “Entonces, ¿cuál era el
propósito de la ley? Fue añadida por causa de las transgresiones hasta que
viniera la descendencia a la cual se hizo la promesa” (Ga 3:19), “así que la ley
vino a ser nuestro guía encargado de conducirnos a Cristo” (Ga 3:24).
El sistema de sacrificios del pacto mosaico no quitaba en realidad el pecado
(He 10:1-4), pero si prefiguraba que Cristo, el perfecto sumo sacerdote que
era también el sacrificio perfecto, cargaría con nuestros pecados (He 9:11–
28). Pablo se da cuenta de que el Espíritu Santo que actúa dentro de
nosotros es el único que puede capacitarnos para obedecer a Dios en una
manera que la ley mosaica nunca podría, porque él dice que “Dios nos ha
capacitado para ser servidores de un nuevo pacto, no el de la letra sino el del
Espíritu; porque la letra mata, pero el Espíritu da vida” (2 Co 3:6).
El nuevo pacto en Cristo es, entonces, mucho mejor porque cumple las
promesas hechas en Jeremías 31:31-34, como aparece citado en He 8:6-12:
7 Porquesi aquel primero hubiera sido sin defecto, ciertamente no se hubiera
procurado lugar para el segundo.
8 Porquereprendiéndolos dice: He aquí vienen días, dice el Señor,
En que estableceré con la casa de Israel y la casa de Judá un nuevo pacto;
9 Nocomo el pacto que hice con sus padres El día que los tomé de la mano
para sacarlos de la tierra de Egipto; Porque ellos no permanecieron en mi
pacto, Y yo me desentendí de ellos, dice el Señor.
10 Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa de Israel
Después de aquellos días, dice el Señor:
Pondré mis leyes en la mente de ellos,
Y sobre su corazón las escribiré;
Y seré a ellos por Dios,
Y ellos me serán a mí por pueblo;
11 Yninguno enseñará a su prójimo,
Ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Señor;
Página 33
ANTROPOLOGÍA BÍBLICA
LIDERAZGO INTEGRAL – NUEVO PENSUM – SEMESTRE I

Porque todos me conocerán,


Desde el menor hasta el mayor de ellos.
12 Porqueseré propicio a sus injusticias,
Y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades. m
13 Aldecir: Nuevo pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo
y se envejece, está próximo a desaparecer.
6. EL PAPEL DEL HIJO DE DIOS EN RELACIÓN CON EL HOMBRE 12
HA SIDO DICHO QUE "EL CRISTIANISMO ES CRISTO" y que la teología
cristiana es por lo tanto una explicación sobre quién Cristo es y lo que
significa tener fe en Él.
6.1. ¿Por qué cristo se hizo hombre? 13
La respuesta a esta pregunta, como habremos de ver, es que Jesús se hizo
hombre para poder morir por los que habrían de creer en Él. En las obras de
Anselmo de Canterbury (que murió en 1109) encontramos una afirmación
clásica con respecto a la pregunta sobre por qué Jesucristo se hizo hombre.
Anselmo respondía que Dios se hizo hombre en Cristo porque sólo una
persona que fuera Dios y hombre al mismo tiempo podía lograr nuestra
salvación.
La Encarnación además hace dos cosas adicionales. Primero, nos muestra
que Dios es capaz de entendernos y simpatizar con nosotros, lo que sirve de
impulso para acercarnos a él en oración. Segundo, la Encarnación, también,
constituye un ejemplo sobre cómo debería vivir una persona en este mundo.
Pedro habla incluso de la crucifixión en estos términos: "Cristo padeció por
nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas" (1 P.2:21).
Pero la expiación es la causa real de la Encarnación. El autor de la epístola a
los Hebreos afirma esto con claridad. "Porque la sangre de los toros y de los
machos cabríos no puede quitar los pecados. Por lo cual, entrando en el
mundo dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste; más me preparaste cuerpo.
Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron. Entonces dije: He
aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad, como en el rollo del libro
está escrito de mí" (He. 10:4-7). Y el autor luego agrega a continuación que
cuando Jesús dice que ha venido a cumplir con la voluntad de Dios, esa
voluntad debe ser entendida como proporcionando un mejor sacrificio. "En
esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo
hecha una vez para siempre" (10:10).
Encontramos este mismo énfasis en otros lugares. En sus denotaciones el
nombre Jesús ("Jehová salva") está apuntando hacia la expiación. “Llamarás
su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados” (Mt. 1:21).
Jesús mismo hizo referencia a su próximo sufrimiento (Mr. 8:31, 9:31), ligando
12
PDF. (Fundamentos de la Fe Cristiana James Montgomery Boice ) pag 293- 299

13
Los Fundamentos de la Fe Cristiana – Una teología exhaustiva y comprensible - James Montgomery Boice
Editorial Unilit - Pág. 293 - 300

Página 34
ANTROPOLOGÍA BÍBLICA
LIDERAZGO INTEGRAL – NUEVO PENSUM – SEMESTRE I

el éxito de su misión a la crucifixión: "Y yo, si fuere levantado de la tierra, a


todos atraeré a mí mismo” (Jn. 12:32). En varios otros lugares en el evangelio
de Juan se habla de la crucifixión como la "hora" para la cual Cristo vino (Jn.
2:4; 7:30; 8:20; 12:23,27; 13:1; 17:1).
6.2. La salvación mediante el Dios-hombre
¿Por qué la doctrina de la expiación es central en las Escrituras? ¿Por qué
debe haber un sacrificio? ¿Por qué la salvación debía de lograrse de esta
manera?
Anselmo (y luego Calvino) proponía dos respuestas posibles:
La primera es que la salvación debía alcanzarse por medio de Dios, ningún
otro podía lograrla. Resulta evidente que ningún hombre o mujer podían
alcanzarla, ya que somos nosotros los que estamos en problemas. Estamos
en esta situación debido a nuestra rebelión contra las justas leyes y decretos
de Dios. Además, hemos sufrido los efectos del pecado a tal extremo que
nuestra voluntad está sometida, y por lo tanto ni siquiera podemos optar por
agradar a Dios, y mucho menos agradar a Dios efectivamente. Si hemos de
ser salvos, solo Dios, quien tiene tanto el poder y la voluntad de salvarnos,
debe ser quien nos salve. La segunda respuesta de Anselmo es que, si bien
aparentemente es una contradicción, la salvación debe ser también alcanzada
por el hombre. El hombre es quien le ha fallado a Dios y debe ser por lo tanto
quien arregle el mal que ha hecho. Dada esta situación, la salvación sólo
puede ser lograda por aquel que es al mismo tiempo Dios y hombre, o sea,
por Cristo.
Esto implica tres aspectos:
Primero, es Dios quien inicia y lleva a cabo la acción. La naturaleza de Dios
está caracterizada por el amor, y fue por amor que planificó y llevó a cabo la
expiación. En Cristo, Dios mismo estaban satisfaciendo su propia justicia. Es
fácil comprender entonces por qué la Encarnación y la expiación deben ser
consideradas conjuntamente para evitar que no sean distorsionadas.
Segundo, en la explicación de Anselmo no hay ninguna sugerencia, de
ningún tipo, de que los seres humanos puedan de algún modo aplacar la ira
de Dios. La propiciación se refiere al aplacamiento de la ira. No es el hombre
quien logra aplacar a Dios. Más bien se trata de Dios que aplaca su propia ira
para que su amor pueda seguir abrazando y salvando al pecador.
Tercero, no se trata de una cuestión de sustitución en un sentido superficial,
donde una víctima inocente toma el lugar de otra persona quien debe ser
castigada. Se está hablando de sustitución en un sentido más profundo.
Quien toma el lugar del hombre para poder satisfacer la justicia de Dios es en
realidad uno que se ha hecho hombre a sí mismo y que por lo tanto podemos
considerarlo como nuestro representante.
6.3. El carácter central de la cruz
Podemos arribar a varias conclusiones a partir de esta explicación de la
Encarnación:

Página 35
ANTROPOLOGÍA BÍBLICA
LIDERAZGO INTEGRAL – NUEVO PENSUM – SEMESTRE I

Primero, de acuerdo con las Escrituras, el Calvario y no Belén constituye el


centro del cristianismo. De acuerdo con las enseñanzas bíblicas, la razón de
un Dios-hombre es que un Dios-hombre era quien debía morir por nuestra
salvación. Enfocar el tema de la Encarnación sin considerar la cruz conduce a
una falsa sentimentalidad y negligencia del horror y la magnitud del pecado
humano.
Segundo, si la muerte de Cristo en la cruz es el verdadero significado de la
Encarnación, entonces no puede haber ningún evangelio sin la cruz. La
navidad por sí sola no es el evangelio. La vida de Cristo no es el evangelio. Ni
siquiera la resurrección. Porque las buenas noticias no son sólo que Dios se
hizo hombre, ni que Dios habló para revelarnos la vida que deberíamos
seguir, ni siquiera que la muerte, ha sido conquistada. Las buenas noticias
son que se ha conquistado al pecado (la resurrección es prueba de ello); que
Jesús ha sufrido Su castigo como nuestro representante, para que nosotros
nunca tengamos que sufrirlo; y que por lo tanto todos los que creen en Él
pueden esperar el cielo.
La resurrección no es simplemente la victoria sobre la muerte (si bien se trata
de esto también) sino la prueba que la expiación fue una expiación
satisfactoria a la vista del Padre (Ro. 4:25), y que la muerte, el resultado del
pecado, ha sido abolida sobre esa base. Cualquier evangelio que sólo hable
del acontecimiento de Cristo, entendiendo por esto la Encarnación sin la
expiación, es un evangelio falso.
Por último, del mismo modo que no puede haber un evangelio sin la
expiación como razón de la Encarnación, tampoco puede darse una vida
cristiana sin ella. Sin la expiación el tema de la Encarnación se torna
fácilmente en una especie de deificación de lo humano y conduce a la
arrogancia y al provecho propio. Con la expiación, el verdadero mensaje de la
vida de Cristo, y por ende también el significado de la vida de los hombres y
mujeres cristianos, es la humildad y el sacrificarse para suplir las necesidades
de otros.
La vida cristiana no consiste en la indiferencia frente a aquellos que padecen
hambre, o están enfermos, o están sufriendo alguna limitación. No es el
contentamiento con la propia abundancia, ni la abundancia de una clase
media con casas y automóviles y ropa y vacaciones, ni la abundancia de una
buena educación, ni siquiera la abundancia de buenas iglesias, Biblias,
enseñanza bíblica o amigos y conocidos cristianos. Se trata de tomar
conciencia de que no todos tienen estas cosas y que por lo tanto nosotros
debemos sacrificar muchos de nuestros propios intereses para poder
identificarnos con estas personas y así traerlas paulatinamente a la misma
abundancia que disfrutamos.

Página 36

S-ar putea să vă placă și