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A PROPÓSITO DE UNA MODIFICACIÓN A LA TÉCNICA

Daniel Iván Leza C.

INTRODUCCIÓN

Un largo tratamiento en condiciones inusuales y una modificación a la técnica analítica


fueron necesarios para el restablecimiento de una joven con esquizofrenia a quien los
médicos daban por caso perdido. Siete años y medio después de su primer contacto, la
psicoanalista M. A. Sechehaye pregunta a Renée por el cómo considera su estado. Su
paciente, restablecida ya y de entonces 26 años de edad, fue capaz de referir su
emergencia de un estado autista a otro con contacto con la realidad externa. Expresó
también un profundo conocimiento de su realidad interior.

La realización simbólica fue la técnica ideada por M. A. Sechehaye para


intervenir con Renée, una paciente típicamente considerada no analizable. El registro
de este tratamiento constituye un ejemplo de un proceso psicoterapéutico exitoso, del
ajuste del mismo al estado del paciente y de su dirección en base a los conceptos de la
teoría psicoanalítica del desarrollo.

Este proceso de psicoterapia se estudia en el presente trabajo como vehículo de


discusión respecto a la pertinencia de las modificaciones a la técnica psicoanalítica.
Entre otros se busca abordar los conceptos de encuadre, analizabilidad, accesibilidad,
alianza terapéutica, transferencia y contratransferencia.

DESARROLLO

Como ya se mencionó la paciente tratada por Sechehaye tenía el diagnostico de


esquizofrenia. De acuerdo a las indicaciones iniciales de Freud esta es una patología
no tratable mediante la técnica analítica, principalmente por la imposibilidad de
establecer en la misma la necesaria neurosis de transferencia para la resolución de los
conflictos inconscientes. La técnica clásica además promueve una regresión controlada
al servicio del tratamiento y en las psicosis, como lo es la esquizofrenia, la regresión es
aparentemente total y estable en lugar de parcial y transitoria. Desde este punto de
vista Renée no es una paciente analizable ya que no establece adecuadamente la
distinción entre su mundo interno y externo, además de que parece no poder establecer
una alianza de trabajo por su extrema desconfianza ante el método mismo y ante su
analista.

Bajo el planteamiento anterior podría preguntarse si la psicoterapia emprendida


por Sechehaye puede considerarse psicoanalítica. Siguiendo las ideas de Stone (citado
por Etchegoyen, 1986) es posible responder afirmativamente. El método ensayado en
el caso en cuestión constituye un verdadero intento de establecimiento de una relación
interpersonal en la cual se busca resolver la transferencia e interpretarla. Claro que no
se trata de una terapia de esclarecimiento sino de una verdadera experiencia correctiva
y que la comunicación más que en la palabra se encuentra vehiculizada por actos de
carácter simbólico.

Con lo anterior puede advertirse que desde Zetzel (citado por Etchegoyen, 1986),
quien adhiere a la ortodoxia de considerar analizables solo a los pacientes neuróticos,
Renée no es analizable puesto que el suyo no es un caso de neurosis. Sin embargo a
lo largo del tratamiento se observa que va haciéndose accesible y que sí establece una
transferencia que guarda las características de ser temprana, masiva y pre edípica.

En consecuencia puede afirmarse que Renée es analizable en tanto se disponga


de modificaciones a la técnica psicoanalítica concordantes con su grado de desarrollo
psíquico. Al someterse a un análisis clásico experimentó primero gran tensión, con
culpa por la oralidad y la autoagresión concomitante. Este estado de cosas fue
significativo desde el grado de regresión al que era necesario laborar con ella, pero a
efecto de dirigirle a un desarrollo integrado. La técnica clásica, promotora de la
regresión mostró ser inadecuada, aunque al parecer también facilitó la adhesión a la
terapeuta como sustituto de la madre.

Derivado de un desarrollo temprano sumamente accidentado a lado de padres


que no reconocieron sus necesidades adecuadamente ni le erotizaron suficientemente,
sino que mediante la privación promovieron la identificación con un objeto no deseado y
roto, con una gran culpa y dentro de relaciones con objetos sádicos.
Sechehaye observó en Renée la falta de desarrollo del aparato psíquico y,
armada con un claro conocimiento del proceso normal de estructuración del mismo y de
una aguda comprensión del simbolismo, modificó el proceso terapéutico abordando a
Renée desde sus propias fantasías, que para ella eran la más vivida realidad.

La técnica consistió en acompañar a la paciente dentro de su realidad y desde la


misma realizar de forma simbólica, que era la forma de expresión de las relaciones de
objeto, los progresos en el desarrollo que no se registraron de forma normal en su
historia. Sechehaye realizó con Renée una labor de maternaje que recuerda al
concepto de madre suficientemente buena de Winnicott, pero al parecer le precede.

Una tarea como la planteada llevó a una modificación del encuadre que permitió
el mayor contacto entre la terapeuta y su paciente. Renée llegó a vivir con la analista y
ésta tuvo influencia en su rutina diaria, desde su alimentación hasta su baño,
inicialmente de forma presencial y después simbólicamente mediante notas. De esta
forma la paciente adquirió la internalización de una madre buena.

Un ejemplo de esta actitud lo da la realización simbólica del amamantamiento


mediante el símbolo de las manzanas verdes. Para Renée las manzanas verdes
simbolizaban, al ser tomadas del árbol y otorgadas directamente por la terapeuta, la
leche materna. Las mismas manzanas otorgadas por alguien mas carecían de tal valor
y eran rechazadas enérgicamente. Sechehaye reprodujo o, más bien creó, un proceso
de destete tolerable.

Como ya se mencionó, la transferencia de Renée era masiva y pre edípica.


Inicialmente se observó la defensa de la posibilidad de vincularse con la analista,
defensa comprensible ya que la imagen materna era vivida como altamente sádica y
promovía una culpa insoportable que le llevaba a intentos suicidas y otras formas de
eliminación de sí misma. Contrario a las intervenciones propuestas por Lieberman,
quien indica responder a las asociaciones del analizado en un estilo comunicacional
complementario a usado por él a fin de que internalice la función mental de que carece,
Sechehaye responde desde la identificación proyectiva no patológica, es decir, desde la
contratransferencia.
Esta respuesta contratransferencial no patológica favoreció la aparición de la
alianza terapéutica pues habilitó la integración de un núcleo del Yo posible de ser
libidinizado. En este sentido Sechehaye utiliza la contratransferencia como fuente
importante de información y junto con la respuesta transferencial a sus intervenciones,
además de la respuesta hacia la realidad (proyección de la imagen materna), regula la
relación terapéutica como una matriz de desarrollo. Resulta evidente que para este
trabajo la analista hubo de tener una disposición emocional favorable a la paciente y
ella misma debió de tener un buen análisis de su agresividad y oralidad. La idea de la
pareja terapéutica permea aquí como elemento a considerar en todo intento de
modificación a la técnica: No solo se ha de apoyar la técnica firmemente en la teoría
sino que también sobre la favorable disposición del analista a su paciente evitando así
la toma de una modificación modificada por la frustración, la agresión o la fobia.

CONCLUSIÓN

El concepto de analizabilidad parece resultar restrictivo en la práctica analítica y


favorece únicamente al trabajo con las personas aquejadas de trastornos neuróticos
dejando de lado las caracteropatías, la psicosomática, los trastornos psicóticos y las
estructuras actualmente llamadas límite.

Considerando que el caso presentado por Sechehaye rebasa por mucho los
límites de la analizabilidad entendida en el sentido ortodoxo planteado por Zetzel, se
puede concluir que este concepto requiere de ser ampliado para considerar el abordaje
de diferentes patologías o estructuras utilizando los diversos marcos teóricos que el
psicoanálisis ha creado para realizar modificaciones a la técnica que mantengan la
identidad de tratamiento psicoanalítico.

BIBLIOGRAFÍA

Etchegoyen, H. (1986) “Los fun ntos t n ps o n t ”. Buenos Aires:


Amorrortu.

Sechehaye, M. (1958) “L r z ón s bó yD ro un squ zofr n ”. México:


Fondo de Cultura Económica.

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