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El tema que se presenta a continuación es el tema 66: Freud y el psicoanálisis como crítica a la
cultura occidental.
De esta manera, el tema exige abordar la disciplina inaugurada y establecida por Sigmund
Freud: el psicoanálisis; y como el título indica, exponer de un modo más concreto, el uso de esta
disciplina en la crítica a la cultura occidental. Nuestro objetivo será exponer la información
necesaria sobre Sigmund Freud y el psicoanálisis, abordando los presupuestos y fundamentos de
la teoría psicoanalítica para poder entender qué es el psicoanálisis, su evolución y desarrollo que
convierte al psicoanálisis en una teoría que explica la mente humana y que ofrece herramientas
para el análisis de la cultura occidental y que supera el “modesto” propósito de técnica
terapéutica para trastornos mentales.
Desde sus comienzos, a finales del XIX, Freud estudió lo que llamaba trastornos mentales, es
decir, enfermedades de corte psicológico sin fundamento biológico. Freud crearía el
psicoanálisis como terapia útil para el tratamiento y curación de ciertos tipos de trastornos
mentales (algunos tipos de neurosis y quizás ciertas formas de psicosis). El psicoanálisis se
funda originariamente con este propósito, como técnica terapéutica consistente básicamente en
la cura por medio de la palabra, es decir, sin intervención quirúrgica ni utilización de fármacos.
La técnica consistiría la regla fundamental de la libre asociación de ideas según la cual el
individuo que se dispone a ser psicoanalizado expone en voz alta todo tipo de ideas que van
asaltando a su mente. El psicoanalista atendería en silencio a esas ideas verbalizadas en una
actitud que Freud denomina de atención flotante. Freud comprende que mediante esta técnica se
dispone de unas condiciones para que aflorase la información requerida acerca de la vida
psíquica del paciente y orientar su curación.
El objetivo del psicoanálisis no es otro que descubrir las causas profundas que originan el
trastorno mental y hacer posible su curación; es decir, mediante los materiales surgidos por la
libre asociación, interpretarlos y comprender la vida psíquica e inconsciente del tratado. La
curación consistiría en el reconocimiento de esas causas inconscientes, es decir, del deseo
inconsciente que determina esa conducta. Junto con ese reconocimiento o ese hacer consciente
lo inconsciente, será necesaria una correcta y adecuada descarga emocional que Freud denomina
abreacción.
Freud elaboraría numerosos escritos en los que analizaba cuestiones y teorías sobre la psique,
ante los nuevos retos que no quedaban satisfechos por las anteriores postulaciones. Este
enriquecimiento progresivo es lo que hará a la teoría psicoanalítica crecer y fundarse como
teoría del inconsciente y no mera técnica. Así el psicoanálisis fundado originariamente como
técnica terapéutica y con el propósito de entender y tratar trastornos mentales, crecerá y derivara
a toda una teoría del inconsciente, a disciplina psicológica.
La formulación del psicoanálisis supondrá una auténtica revolución ya que pone sobre la mesa
cuestiones hasta entonces no populares en la concepción de la subjetividad como la
irracionalidad, la existencia de procesos inconscientes, la represión y la sexualidad. A lo largo
del s. XX, experimentará una progresiva proliferación que llevará a la utilización del
pscioanalisis como herramienta para en análisis crítico de la cultura occidental. A continuación
desarrollaremos las bases teóricas, fundamentos y tesis del psicoanálisis, así como los pasos en
este proceso evolutivo del psicoanálisis.
La existencia del inconsciente significa afirma que en la mente humana existe un ámbito de
estados y proceso de orden no racional y no consciente, los cuales juegan un papel fundamental
en el surgimiento de trastornos mentales. Esta idea no es original de Freud, sino que
encontramos formulaciones del inconsciente en autores muy anteriores: el alma platónica, las
ideas innatas no consciencia de Leibniz, o las motivaciones irracionales de Schopenhauer; si
bien es Freud quien atribuye toda una rica y compleja teoría sobre inconsciente. El inconsciente
tendrá un papel central no solo en el entendimiento y las causas de los trastornos mentales sino
en la comprensión de la vida psíquica de todo individuo, como veremos más adelante al
desarrollar las teorías psicoanalíticas.
El segundo supuesto citado, el determinismo psíquico viene a decir que no existe nada
arbitrario ni indeterminado en lo psíquico, es decir, todo acto y detalle más nimio remite a lo
que está ocurriendo al inconsciente.
Junto con las bases teóricas, el psicoanálisis como terapia requiere el establecimiento de un
procedimiento de interpretación del material heterogéneo obtenido mediante la exposición
oral del paciente de acuerdo a la libre asociación de ideas, es decir, del material que aflora desde
el inconsciente oculto o transformado por estar reprimido o ser intolerable. Este procedimiento
de interpretación no es otro que el que Freud descubre para la interpretación de los sueños
expuesto en el ejemplo del sueño dela inyección de Irma. ¿Por qué toma la técnica con la que
interpreta el material de los sueños como técnica para interpretar el material del inconsciente en
sí? Precisamente en su obra La interpretación de los sueños, descubre que los sueños ofrecen
extrañas historias cuyo propósito real es ser satisfacciones disfrazadas de los deseos del
inconsciente. Freud encuentra que esa misma definición puede aplicarse a todo cuanto la LAI va
destapando. El inconsciente tendría unos deseos que son reprimidos por ser intolerables por la
conciencia o por poner en peligro el principio de realidad, lo moral y lo racional. La técnica de
interpretación basada en la interpretación de los sueños consiste en: descomponer su unidad
aparente, fraccionarlo en partes que parezcan mostrar cierta entidad, descubrir en ellas
desplazamientos y condensaciones de deseos o vivencias.
A las diferentes teorías que Freud iba planteando para conformar el corpus de esta nueva
disciplina, aparecían ciertos problemas que desde tales teorías no se podían resolver. De modo
que Freud elaboro gran cantidad de trabajo y reviso numerosas veces sus teorías. Estas distintas
teorías e ideas freudianas suelen agruparse en torno a dos teorías generales del aparato psíquico:
la teoría tópica y la teoría estructural. Junto a cada teoría, Freud desarrolla sendas teorías
pulsionales en las cuales se explica las fuerzas que mueven el aparato psíquico. La primera
corresponde a la década de 1910, perfilada por primera vez en la Interpretación de los Sueños;
el estudio de los trastornos narcisistas le llevarán a cuestiones que le exigen rebasar el marco
teórico de la primera, siendo finalmente en la década de 1920 que se formula una nueva teoría
cuya obra de referencia es El yo y el Ello.
A continuación desarrollaremos las ideas y cuestiones vinculadas a cada una, así como la teoría
pulsional que las acompaña. Con ello, abordaremos las cuestiones del psicoanálisis hasta ahora
no abordadas así como la evolución que experimenta el psicoanálisis en su desarrollo. De la
teoría tópica a la pulsional, la concepción de la mente humana y de la maduración de la psique
se hace cada vez más compleja y enriquecida.
En la teoría tópica, Freud define la mente como aparato psíquico dividido en tres regiones:
conciencia, inconsciente y preconsciente.
- La consciencia es la parte del aparato psíquico que esta en contacto con el mundo y
tiene la responsabilidad de adaptarnos a él haciendo posible la supervivencia del
individuo y la satisfacción de sus deseos. En ella gobierna el principio de realidad y
tiene cabida la lógica y la moral. No todos los deseos por este motivo serán
conscientes, algunos serán inoportunos y otros serán directamente inasumibles.
- En la preconsciencia se almacenan los deseos oportunos, como almacén de deseos a
la espera de su satisfacción cuando sea el momento oportuno de hacerlos
conscientes y satisfacerlos (por ejemplo, el deseo de comer cuando estoy en una
situación de peligro).
- En el inconsciente se encuentran los deseos inasumibles por la parte consciente, su
inasumibilidad hace que sean reprimidos y ocultos o vedados a la conciencia en esta
región del inconsciente. Esta región no solo está fuera de la consciencia sino que no
hay modo natural de hacer que la consciencia se haga cargo de los deseos
inconscientes (a diferencia de los preconscientes)
Los deseos inasumibles están reprimidos pero no significa que inactivos, pues como
pulsión, como deseo mientras sus demandas no sean satisfechas permanecen con
poder de influencia y buscaran otros modos de alcanzar su satisfacción (ej.: sueños,
chistes, lapsus, actos fallidos, son modos de satisfacción encubierta). Es por ello
que en el inconsciente no impera la racionalidad, sino el principio de placer: la
búsqueda inmediata de satisfacción, es irracional y amoral.
El complejo de Edipo y el complejo de castración o envidia de pene
Junto con la teoría tópica, Freud formula una teoría sobre experiencias vitales o vivencias que
determinan el proceso de maduración psicológica: el complejo de Edipo y el de castración. Se
trata de vivencias por las que pasaría todo individuo y que supone una experiencia
trascendental, pues ellas generan unos deseos muy inensos y su superación determinará la vida
psíquica del individuo.
Hablaremos en primer lugar de la segunda teoría pulsional que propone junto con la
formulación de una nueva teoría metapsicológica, la teoría estructural. En ella Freud dice que
los impulsos que determinan el aparato psíquico son las pulsiones de vida y las pulsiones de
muerte. Una nueva clasificación que no invalida las distinciones entre pulsiones sexuales y de
autoconservación ni entre libido narcisista y objetual; sino que las subsume dentro de las
pulsiones de vida. Lo novedoso del nuevo planteamiento reside como vemos en el
reconocimiento de un tipo nuevo de pulsiones que Freud no habría detectado anteriormente: las
pulsiones de muerte. Estas serían impulsos psico-biológicos que tienen como meta última la
aniquilación del propio individuo, y que en la medida en que su meta no es satisfecha, desvían
su acción destructora hacia cuanto se enfrenta a ellas. Dice Freud que serían la base de la
agresividad humana. Denomina principio de nirvana a aquel que regiría las mulsiones de muerte
y que las orienta hacia la aniquilación como actividad vital.
Como paso previo a esbozar el uso del psicoanálisis en el estudio y crítica de la cultura
occidental, resulta necesaria detenerse en la nueva concepción antropológica que funda el
psicoanálisis y que Freud bautiza como la “tercera gran herida narcisista”. Solo así podrán
explicitarse las rupturas que opera el psicoanálisis respecto a posturas y fundamentos filosóficos
de la modernidad y las peculiaridades que permiten hacer de él una herramienta en el análisis
cultural.
Freud al plantear la existencia del inconsciente y al elaborar una teoría en la que la conducta
humana esta determinada más por fuerzas de naturaleza inconsciente que consciente, nos
propone una imagen del ser humano en el que la conciencia esta presionada por e inconsciente,
la razón acosada por el deseo y en el que la infancia y la sexualidad juegan un papel central en
su configuración psíquica. El significado último de las razones humanas aparece como
desconocido y se reconoce la gravitación de pulsiones de muerte como sombras amenazadoras
en la convivencia y sociedad. Podemos afirmar que Freud rompe con una larga tradición que
llegó a su culmen con la Ilustración en la Edad moderna que defiende la razón como guía única
y juez supremo: Sócrates, Kant, Descartes, por señalar algunos. El psicoanálisis introduce así
unas bases antropológicas y filosóficas nuevas que pueden entenderse como el germen de una
crítica general de la cultura fundamentada en los supuestos de las concepciones modernas.
La nueva perspectiva abierta por Freud y el psicoanálisis habrá sido cultivada y recorrida por
numerosos autores atraídos por la crítica y las problemáticas que el psicoanálisis trajera a la
palestra: Nietzsche, Marx, la escuela de Frankfurt (Horkheimer y Marcuse), y una larga lista que
han determinado que la perspectiva abierta desde el psicoanálisis dejase un huella imborrable en
el pensamiento contemporáneo.
En Totem y Tabú, Freud analiza las causas de la organización social en los pueblos primitivos.
Tomando al complejo de Edipo como responsable de la emergencia del orden social, equipara
las normas totémicas y los tabúes con el contenido del complejo de Edipo. La idea freudiana es
que la aparición de normas y prohibiciones que fundan el orden social tendrían un correlato
psicológico en la experiencia edípica y habrían configurados los primeros peldaños en la
organización de una sociedad. Desde esta perspectiva analizaría no solo la fundación del orden
social, sino de la moral y de la religión. Precisamente esta obra, sería el punto de arranque de
otras atrevidas propuestas posteriores respecto a la cultura. En 1930, sería cuando publicase El
malestar de la cultura, en la que analiza diferentes cuestiones culturales y es la que mantiene
hoy en día la actualidad de la perspectiva abierta por el psicoanálisis en el estudio de la cultural.
Es ahí donde habla del esto de las cuestiones que a continuación se recogen.
Sobre el arte, Freud analiza el proceso de creación de la obra y de disfrute de las mismas desde
las pulsiones y los deseos. Ve en el artista una sublimación de la libido redirigida a la creación
de la obra de arte, habla de arte como terapia en tanto que permite la catarsis, es decir,
experiencia consistente en la satisfacción sustitutiva de deseos que las constricciones biográficas
y culturales han coaccionado, reconociendo en el arte un importante papel social en tanto que
permite la satisfacción de deseos que la sociedad veda. Por otro lado, Freud también planteará el
método psicoanalítico en la interpretación de texto y obras como medio para descifrar los
significados ocultos.
Respecto a la religión, analiza la fe religiosa como una evasión sin retorno hacia lo fantaseado, y
si bien hay que reconocerle su función en el alivio del sufrimiento humano la actitud religiosa
aparece como equiparable a una enfermedad o a un estado de infantilidad en tanto que
determina la vida en torno a una ilusión que se toma como veraz cuando es indemostrable.
También hablo Freud sobre el origen y la posibilidad de dar fin a las guerras, analizando las
causas ultimas y su vínculo con la pulsión de muerte que demuestran como las causas se
enraízan en cuestiones profundas y que quizás su erradicación total es imposible, ya que
fundamentadas en una pulsión, podrían ser reprimidas pero no eliminadas.
4. CONCLUSIONES Y CRÍTICAS
Como se ha expuesto, es psicoanálisis es una disciplina fundada por Freud cuyos propósitos
originarios no preveían la profusión posterior de aquella. El psicoanalsis nace como método o
técnica terapéutica para el tratamiento de ciertos trastornos mentales sobre dos ideas base sobre
la mente humana: la existencia del inconsciente y el determinismo psíquico.
Con este propósito Freud establece toda una técnica y procedimiento e investiga las causas y
características de los trastornos mentales.
Es precisamente su trabajo de desarrollo e investigación el que le lleva, sobre todo básicamente
en su obra de La interpretación de los sueños, a comprender que el psicoanálisis no solo permite
comprender el funcionamiento de las mentes enfermas sino de cualquier mente en general,
fundándose como disciplina y teoría con toda legitimidad. El propio Freud la bautiza como
metapsicología psicoanalítica.
A lo largo de la exposición se han expuesto:
- La LAI y la IS como herramientas base de la terapia psicoanalítica
- Las dos bases teórica expuestas en el párrafo anterior: inconsciente y determinismo.
- Las teorías desarrolladas por Freud analizadas sobre las dos teorías psicoanalíticas
centrales: la teoría tópica y la teórica estructural. De una a otra hemos observamos
como la teoría ganaba complejidad y ofrecía mayor número de cuestiones acerca
del aparato psicológico. Desde la concepción inicial de la mente como espacio con
tres regiones la teoría evolucionan hacia una estructura dinámica donde tres
estructuras entras en conflicto (añade a los tipos de procesos mentales -c, ic y pc-
las tres estructuras mentales –yo, ello y superyó-.)
Se ha planteado también las teorías pulsionales que acompañan a cada una, así
como el resto de teorías que configuran el psicoanálisis: el complejo de edipo, el
complejo de castración y el estudio de la libido y el narcisismo.
- Finalmente, hemos abordado la conversión del psicoanálisis en crítica de la cultura.
Los motivos planteados han sido: la nueva concepción antropología planteada, la
emergencia de nuevas miradas sobre ciertos aspectos culturales, y el método
psicoanalítico como herramienta viable para el estudio de ellos.
En relación a ello hemos hablado de las cuestiones que analiza Freud respecto a la
cultura Occidental centrándonos en Totem y Tabu así como en Malestar de la
cultura.
La ruptura que establece Freud respecto al pensamiento ilustrado supone el planteamiento de
cuestiones determinantes del pensamiento contemporáneo. La consideración de las
motivaciones no racionales e inconscientes que pone en alza Freud será planteado también por
otros pensadores como Marx y Nietzsche. Ellos junto con Freud conforman en gran tridente de
la sospecha. Los tres comparten la actitud de poner en cuestión los fundamentos modernos de
occidente, cada uno desde una perspectiva. Tales planteamientos críticos dejarán influencia y
huella en muchos otros pensadores contemporáneos. La afirmación de las motivaciones
inconscientes, la energía sexual y la represión dejaron una fuerte influencia también en
movimientos artísticos como el surrealismo, así como muchos artistas contemporáneos influidos
por las tesis de la sexualidad e inconsciente de Freud (
Junto con sus seguidores, Freud también tendrá algunos detractores o más bien ciertos
pensadores y pensadoras que criticarán ciertos aspectos de su pensamiento si bien toman de él
otros aspectos. Este es el caso de Luce Irigaray quien formula una interesante crítica feminista
del psicoanálisis freudiano manifestando que la condición femenina queda relegada a ser en
función de lo masculino como modelo (ausencia de pene). Así mismo sus tesis sobre las
sociedades primitivas levantarán ciertas polémicas, Lévi-Strauss criticará el paralelismo
freudiano entre lo infantil, lo neurótico, lo pre-lógico y o primitivo.