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CULTURA OMEYA

La completa islamización y orientalización de las expresiones culturales

Ruptura absoluta con la tradición de la España visigoda, el cultivo de todas las ramas
de la literatura, el arte o la ciencia tal como se desarrollan en las restantes áreas del mundo
musulmán, y la ampliación del mercado de la cultura a través de la difusión de un sistema de
escuelas privadas y la práctica de la lectura y escritura. Desde la segunda mitad del s. VIII has
fin del s. X.

Se emplea el árabe, aunque gran parte de la población se exprese en un dialecto


romance.

La islamización de la sociedad española vino dada por la falta de derechos en la época


visigoda, ante una religión que les prometía la igualdad. Esto favoreció al poder musulmán
establecido en la península. Y para garantizar su solidez, se vigilaron las enseñanzas en las
escuelas privadas, en las que era asignatura fundamental el aprendizaje memorístico del Corán
y de los principios de la religión islámica.

Había que asegurar que la comunidad continuaba siendo fiel a la “ley revelada”, lo que
conlleva un intenso interés por resolver cuándo una determinada actuación era conforme a
dicha ley. Se aceptó que la “ley relevada” no se expresaba únicamente en el Corán sino
también en la práctica regular de Mahoma, que únicamente podía conocerse mediante las
Tradiciones debidamente autentificadas que relataban la vida del Profeta. Las interpretaciones
dio origen a las diferentes escuelas jurídicas y las decisiones de sus alfaquíes (juristas –
teólogos) incidían en una gran variedad de campos, en principio los de la actividad creadora
intelectual. Los alfaquíes señalaron los límites de las propias creaciones culturales.

Estos límites resultaron excesivamente estrechos para el pensamiento especulativo,


siempre sospechoso de herejía. Se pierde el interés por el estudio de las fuentes del derecho,
sustituido por el análisis de los casos concretos, lo que va a producir abundantes y
detalladísimos manuales de jurisprudencia, que acaban por bloquear la evolución del
pensamiento jurídico del Islam español. El control de los alfaquíes determinó el
desenvolvimiento tardío de las ciencias matemáticas y astronómicas, que sólo con la
protección decidida de Al-Hakam II, el más ilustrado de los Omeyas españoles, alcanzarán un
digno nivel.

En estas condiciones de limitación creadora para el pensamiento especulativo, la


actividad intelectual se refugia en la producción historiográfica y, sobre todo, la poesía. Resultó
el género literario más cultivado por los hispanoárabes, en el que aportaron novedades de
gran interés. Inicialmente, la literatura de Al-Andalus no sólo nación como una ramificación del
tronco oriental, sino que además, fue constantemente reforzada y modificada por injertos
procedentes de Oriente.

En la corte de Abd-al-Rahman II se desarrollan los primeros brotes consistentes de una


poesía en árabe calcada de lo0s medios orientales; dedicada a una élite cultural experta en las
normas de su trabajo y preparada para deleitarse en él o para juzgar su virtuosismo. Desde el
s. X, junto a ésta literatura clásica, expresada en versos de estructura rígida y gran perfección

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formal, surge un tipo de poesía popular (la muasaja y el zéjel) que escrita en lengua vulgar,
admite gran variedad de rimas y en cuyas estrofas, sobre todo en el pareado final o jarcha, se
mezclan con frecuencia palabras y frases en romance.

En cuanto a las realizaciones artísticas, son, estilísticamente producto de un arte nuevo


que funde tradiciones locales (romanas y visigodas) con soluciones islámicas orientales y
fórmulas helenísticas, lo que supone una síntesis hispanosiria, con un predominio
progresivamente acentuado de los elementos decorativos sobre las soluciones
arquitectónicas.

Existe un gran abismo en el ejercicio del poder entre dos sectores muy desiguales de
hombres: el de los que perteneciendo a los grupos tribales triunfadores, habían barnizado las
fórmulas de hegemonía tribal con las del despotismo oriental, y el de los restantes habitantes
de Al-Andalus, miembros de otros grupos tribales de menos fuerza o de una masa social al
margen de tal articulación. Estos protagonizaron las revueltas que sacudieron los cimientos de
la monarquía arábigo – española de los Omeyas cordobeses. Aparecieron los reinos de taifas a
la realidad geográfica de Al-Andalus, ofreciendo, demográfica o políticamente, un panorama
de mayor cohesión que el del antiguo conjunto del espacio andalusí.

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