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Dr.

Kléver Silva Zaldumbide


MEDICO ACUPUNTURISTA
Doctor en Medicina y Cirugía en la Universidad Central del Ecuador
Especialización de dos años de postgrado en la República de China en
ACUPUNTURA Y MOXIBUSTIÓN

En la amistad hay mucho amor


Hubo una vez un grupo de amigos, vagos se llamaban entre sí, eran
inseparables de muchachos, eran una sola alma. Por razones que todos
sabemos sus caminos tomaron rumbos distintos y se separaron. Uno de ellos
dijo: “Donde estén dense un espacio porque lo que más deseo es volverles a
ver. Imagino que les está yendo de película, sus hijos en buenos colegios, pero
cuanto agobio con el trabajo que tienen ¿no?, a todos nos pasa, estamos con la
enfermedad de a prisa. Ojalá pronto podamos hablar, tengo que contarles
muchas cosas. ¿Cómo les fue en Navidad y Año Nuevo? llamé para saludarles,
pero nunca les encuentro. Qué lástima quería contarles si la pasaron bien y
desearles que todos sus propósitos se cumplan este año. Tic tac, tic tac siguen
implacables las manecillas del reloj y aún no sé de ustedes, les mando muchos
correos, pero nunca me responden, es posible que tengan muchas
ocupaciones, su vida ocupadasa en medio de tata gente importantasa. A veces
me digo, lo más probable es que se hayan tomado unas merecidas vacaciones.
Ayer me sucedió algo terrible y no tengo a quien contarle, les llamé, pero sólo
escuché la contestadora. Me gustaría mucho poder contarles el gran problema
que tengo, ahora ya sé que no es posible encontrarles, pero como ustedes
decían yo siempre hago una tormenta en un vaso de agua, tal vez mis
problemas no sean tan agobiantes como los que ustedes tienen.
Hoy, uno de ustedes cumple años, he llamado varias veces, su esposa e hijos
me dicen que aún no llega y que tiene mucho trabajo. Sólo quería decirle que
le deseo lo mejor y que me gustaría seguir siendo parte de su vida por muchos
años más. Aunque ya no nos hemos vuelto a reunir, vivimos en una falsa
conexión recibiendo los whatsapp de todos con chistes muy graciosos. No sé
si se enteraron, pero estuve unos días en el hospital con un fuerte dolor de
cabeza, el doctor quiere hacerme unos de estudios para estar seguro, le dije
que mala hierba nunca muere.
Aunque en el fondo siento una profunda tristeza ayer fue mi cumpleaños,
comprendo que lo hayan olvidado, hace tiempo que no hablamos, esperaba
que llamaran para decirme te estás poniendo viejito, pero sé que ustedes
tienen mucho que hacer, el teléfono sonó, pero no era nadie de ustedes. Algo
me funciona mal, es mi cabeza, el doctor dice que necesito quimioterapia
antes de que avancé el problema, saldré adelante, confío en Dios, pero mi
familia está muy preocupada. Ojalá tuvieran tiempo de llamarme, si me vieran
ahora creo que no me reconocerían bajé de peso y casi he perdido mi pelo,
quisiera poder verlos pronto…
Ya nada, al fin ahora estoy descansando de todo, no más náuseas ni dolores,
desde aquí puedo ver lo que hacen. Por ahí escucharon mi nombre y al fin se
enteraron lo trágico. Hoy visitaron mi tumba y llevaron violetas, mis flores
favoritas, estuvieron hablando con la lápida que lleva mi nombre mientras
recordaban nuestras aventuras, los vi llorar, me hubiera gustado estar ahí
para abrazarles, consolarles, limpiar sus lágrimas y decirles que yo estoy feliz
ahora, sólo me entristece saber que ustedes no lo están, y no es cierto lo que
dicen…siempre fueron buenos amigos. Es indudable lo que dicen mientras
aprietan esa foto cuando nos reuníamos en la esquina del barrio, cuántas
cosas vivimos juntos y cuántas quisieran contarme. Se perdió la oportunidad,
pero aun aprecio el tiempo en el que disfrutamos juntos. Quizás todo esto
sucedió para que reaccionaran y comenzaran a vivir una vida sin preocuparse
tanto por cosas que a la final no son tan importantes. Ahora les aguardo en
otro sitio, de corazón deseo que se demoren mucho en venir, desde aquí les
estaré cuidando mis queridos amigos del alma porque dicen que la amistad es
como el mar, se ve el principio, pero nunca el final.
La amistad es probablemente una de las cosas más difíciles de conseguir en la
vida.... sí, por supuesto la amistad verdadera. Todos los días conocemos y nos
relacionamos con gente agradable y con la que nos gusta estar, pero no nos
ofrecen la lealtad, la comprensión y la generosidad de un buen amigo. Es por
eso que una amistad buena hay que cuidarla, y no dejas nunca de lado a
nuestro amigo o amiga, recordándole que nos importa. En esta época de
esclavismo laboral voluntario y de aislamiento social no entendemos por qué
tenemos tanta sed de socialización y sin embargo vivimos aislados de
nuestras amistades y sintiéndonos solos en medio de tanta gente a nuestro
alrededor.
No sembremos en nuestros hijos sentimientos malsanos de egoísmo,
discrimen, envidia, que no aprendan a juzgar infundadamente a los demás,
solo así volveremos los buenos tiempos de la amistad sincera y desinteresada
¡VIVAEL DÍA DEL AMOR Y A AMISTAD!

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