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La Misión de Pablo en su Primer Viaje

(Hch. 13-14)
Por: Ubaldo Barrueto V.

La palabra misión está en la mente de todo cristiano, de toda iglesia local en cualquier tiempo y lugar. Existe la idea
que hacer la misión es predicar el Evangelio, las Buenas Nuevas de Jesucristo a todas las personas, a todos los
pueblos sin excepción y estamos en lo correcto. Pero cómo hacerlo y tener éxito, es una pregunta que nos lleva a
buscar modelos en libros, en líderes evangélicos exitosos y en personajes bíblicos de nuestra elección.
En la Región Norte, el Presbiterio ha elegido considerar la Misión de Pablo, creo que es una buena elección. Sin
embargo, por su amplitud será de mayor utilidad ir por partes. En esta ocasión trataremos sobre “La Misión de Pablo
en su Primer Viaje” (Hch. 13-14). Para desarrollar este tema tendremos en cuenta: La preparación de Pablo para la
Misión; la disposición de Pablo para la Misión en equipo; y la confirmación de los resultados de la Misión. Esperamos
disfrutar de la misión que realizó este gran siervo de Dios, modelo para nosotros.

La Preparación de Pablo para la Misión


Recordamos que Pablo tuvo 2 nombres: Saulo, nombre judío que significa “llamado” y Pablo, nombre latino que
significa “pequeño”. Nació aproximadamente el año 5 ó 10 d. C. en la ciudad de Tarso de Cilicia, hijo de padre romano
y madre judía. Desde joven estudió en Jerusalén a los pies del Rabino Gamaliel. Tuvo su encuentro personal con
Cristo el año 36 d, C. en el camino a Damasco, cuya experiencia cambió el rumbo de su vida, convirtiéndose de pronto
en predicador del Evangelio de Cristo.
Comenzó su tarea evangelizadora en Damasco y también fue a Arabia (Gál. 1:17), después subió a Jerusalén donde
conoció a Pedro, Jacobo y a Bernabé. Pablo fue un autodidacta, su encuentro con Cristo, su estudio de las Escrituras
(AT) y su dependencia del Espíritu Santo le hizo apto para la misión, estaba preparado, hablaba perfectamente los
idiomas predominantes de ese tiempo, el griego y el arameo (también hablaba hebreo, pero este no era popular).
La Disposición de Pablo para la Misión en Equipo
Bernabé, cuyo nombre significa “hijo de consolación”, era un judío natural de Salamina, ciudad de Chipre famosa por
sus minas de cobre, por sus frutas, lino, vino y miel de abejas. Cuando fue enviado por los apóstoles, desde Jerusalén,
para apoyar a la Iglesia en Antioquía de Siria, era ya una experiencia misionera. De aquí fue hasta Tarso para pedir el
apoyo de Pablo como maestro en la Iglesia de Antioquía. La presencia de Bernabé y Pablo en esta iglesia, en todo un
año de trabajo evangelizador, dio lugar que exista un equipo de 5 profetas y maestros (Hch. 13: 1-3). Este equipo de 5
nos hace recordar el equipo de 12 apóstoles que usó Jesús y los 7 diáconos elegidos para atender las necesidades de
los santos en Jerusalén (Hch. 6:5).
Para ver la importancia del grupo de las 5 personas que encontramos liderando la iglesia de Antioquía en Hch. 13,
consideremos lo que dice William Barclay: “Se ha hecho notar que esta lista de profetas y maestros es simbólica de la
misión universal del Evangelio. Bernabé era judío, de Chipre; Lucio procedía de Cirene, en el norte de África; Simeón
también era judío, pero el hecho de que le llamaban Níger (forma latina) … indica que viviría probablemente en círculos
romanos; Manahén tenía contactos aristocráticos, y Saulo era judío, natural de Tarso de Cilicia y con la carrera de
rabino. En esta breve lista aparece la influencia unificadora del Evangelio. Hombres de muchas tierras y culturas
habían descubierto el secreto de la unidad porque habían descubierto el secreto de Cristo” (William Barclay.
Comentario al Nuevo Testamento. Pág. 525).
De este equipo de 5 profetas y maestros, que ayudaron al crecimiento de la Iglesia, el Espíritu Santo apartó a Bernabé
y a Saulo para formar un equipo de 2 personas dispuestas para la misión más allá de Antioquía. Para el inicio de esta
misión hay un hecho inolvidable para los misioneros, la intervención del Espíritu Santo y de la Iglesia ante quien
tendrían que informar. Los 3 líderes de la Iglesia que impusieron las manos sobre los enviados, quedaron para
conducir la misión dentro y fuera de la ciudad.
Antioquía, la tercera ciudad más grande del mundo, después de Roma y Alejandría, en la vida de Pablo ocupó un lugar
importante porque aquí encontró la comunidad cristiana bilingüe, conformada por judíos y griegos. Aquí tomó
conciencia plena de la urgencia de la misión a los gentiles para lo cual había sido llamado (Hch. 9:15); y aquí puso su
base de operaciones misioneras en el futuro. Entonces, veamos la misión de Pablo en su primer viaje, que duró
aproximadamente 3 años (47-49 d.C); haremos énfasis en los lugares de: Pafos, Antioquía de Pisidia, Iconio, Listra y
Derbe.

1. La Misión en Pafos (Hch. 13:6-12)


Para llegar a los lugares mencionados anteriormente, había dos rutas: por Tarso o cruzando la isla de Chipre. Como en
un comienzo el que lideraba el equipo era Bernabé, escogieron la segunda ruta, quizá porque él era de allí. Llevaron
como ayudante a Juan Marcos, sobrino de Bernabé. Cuando llegaron a Salamina (tierra de Bernabé) anunciaron la
Palabra en las sinagogas de los judíos sin mayores comentarios. Sin embargo, en Pafos (una ciudad famosa por el
culto a Venus, la diosa del amor), Lucas hace resaltar el hecho de la confrontación que hubo entre Pablo y Barjesús
ante la presencia del Procónsul Sergio Paulo.

Sergio Paulo era Procónsul de la provincia de Chipre, él invitó a Bernabé y a Pablo para escuchar la Palabra de Dios;
sin embargo, Elimas o Barjesús (hijo de Jesús), un mago judío que era su consejero, su guía, se oponía abiertamente.
En estas circunstancias, Pablo, lleno del Espíritu Santo, fijó los ojos en Elimas y lanzó un mensaje de juicio contra él
llamándole engañador, hijo del diablo y enemigo de toda justicia y al quedar ciego ante la presencia de Sergio Paulo,
éste creyó en el Evangelio (v.12). Así que Sergio Paulo llegó a ser el primer fruto de la misión de Pablo. A partir de este
hecho, la primacía de Bernabé pasa a un segundo plano en el equipo y empieza a mencionarse el nombre de Pablo en
primer lugar.

2. La Misión en Antioquía de Pisidia (Hch. 13: 13-52)


Los misioneros partieron de Pafos y llegaron a Perge, de este lugar Juan Marcos decidió regresar a Jerusalén; sin
embargo, Pablo y Bernabé llegaron hasta Antioquía de Pisidia. Por esta ciudad cruzaban diferentes caminos que unían
otras ciudades del Asia Menor, por lo que se consideraba un buen centro comercial en ese tiempo. Existía aquí una
considerable población judía pero también muchos prosélitos piadosos.
Cuando los misioneros asistieron a la sinagoga, en el día de reposo, tenían un mensaje previamente preparado. Sólo
esperaban que los principales de la sinagoga les dieran la oportunidad, cuando lo tuvieron, Pablo se puso en pie y
levantando la mano pidió atención (v.16). Al respecto, J. William McGarvey, un conferencista y escritor cristiano dice:
“El gesto de Pablo al comenzar, que se describe "hecha señal con la mano", era habitual en él (Véase Capítulos 21:40;
26:1); y aunque fuera gesto raro, lo hacía calculando bien para llamar la atención de un auditorio. Indicaba que sabía lo
que iba a hablar y tenía confianza de su importancia” (http://www.editoriallapaz.org/Hechos_McGarvey_14_8_28.htm).
El primer mensaje comprende los vs. 17 al 41. Teniendo en cuenta el público que le escuchaba: judíos, prosélitos y
gentiles, presentó su mensaje con una breve reseña de la historia de Israel desde el éxodo hasta los tiempos de David,
llevando la mente de sus oyentes hasta el tema principal de su mensaje, y lo hizo de tal modo que les interesara y les
agradara. En los vs. 23-24 logró presentar a Jesús como Salvador de Israel, cuyo mensaje es tanto para los
descendientes de Abrahán como para los gentiles temerosos de Dios. Sin embargo, los judíos de Jerusalén lo
rechazaron por desconocimiento y lo condenaron a muerte, pero él resucitó y hoy es anunciado a los judíos de la
diáspora y a los gentiles temerosos de Dios, a ustedes.
El impacto del mensaje dio como resultado muchos convertidos (v.42) y los gentiles les rogaron que el siguiente día de
reposo les hablaran la Palabra de Dios nuevamente. En efecto, se reunió casi toda la ciudad; sin embargo, los judíos
opositores tuvieron celos al ver las multitudes y empezaron a contradecir y a blasfemar ¿por qué?, William Barclay en
su Comentario del Nuevo Testamento, Pág. 527 nos va a ilustrar: “Los judíos veían a los paganos como paja que se
podía quemar, y Jesús los veía como una cosecha que había que recoger para Dios”. Al final, Pablo y Bernabé fueron
expulsados de la ciudad y fueron a Iconio, pero los nuevos creyentes quedaron con gozo, distribuidos por distintos
lugares.

3. La Misión en Iconio (Hch. 14: 1-7)


La distancia de Antioquía de Pisidia a Iconio era de 150 Km. (como de Chiclayo a Paiján). Iconio fue una de las
ciudades principales de la provincia romana de Galacia, se hallaba ubicada en la principal ruta comercial que iba de
Éfeso a Siria. Aquí se cruzaban las principales rutas comerciales de los 4 puntos cardinales. En esta ciudad y sus
alrededores, Pablo y Bernabé hablaron la Palabra de Dios de tal manera, con apremio, con todas sus fuerzas.
Empezaron en la sinagoga, donde una gran multitud de judíos y griegos creyeron. Los misioneros se quedaron aquí
por mucho tiempo y a través de ellos Dios obró con señales y prodigios (v.3). Pero los judíos y gentiles que se
oponían, intentaron apedrearlos; entonces, los misioneros huyeron a Listra.

4. La Misión en Listra (Hch. 14:8-20)


Listra es otra ciudad de Galacia. Aquí la misión inició con un hombre, cojo de nacimiento, que oyó lo que Pablo decía
en su predicación. Tal fue su atención, que su fe para ser sanado era visible, esto dio lugar que Pablo fijara sus ojos en
él y le ordenara a gran voz que se levante y camine. Y, así ocurrió. Fue un milagro obrado por la mano de Dios a través
de Pablo. La gente de esta ciudad que era idólatra, al ver este milagro visible a todos, creyeron que Bernabé y Pablo
eran dioses: Júpiter y Mercurio, respectivamente. Para ellos Júpiter (del cual tenían un templo frente a la ciudad), “es
el mejor y el más grande”, “es el padre que ayuda”, era equivalente a Zeus de los griegos. Y, Mercurio era el intérprete
de Júpiter, equivalente de Hermes para los griegos. Al parecer, tenía que ver con la apariencia física de Bernabé y
Pablo.
Ante la intención de ofrecerles sacrificios, ellos impidieron; luego, Pablo empezó a predicar con efusión contra de la
idolatría e invocó que se convirtieran al Dios Vivo que da el verdadero sustento. Cuando todo volvió a la calma,
llegaron judíos de Antioquía e Iconio, quienes persuadieron a la multitud para que apedrearan a Pablo. Logrando su
objetivo, arrastraron su cuerpo hasta fuera de la ciudad pensando que estaba muerto. Eso es el costo de la misión,
pero con excelentes resultados que Lucas no lo registró como en las ciudades anteriores. Sin embargo, en el v. 20
habla de los discípulos que le rodearon; luego, que Pablo se levantó, entró en la ciudad y al día siguiente fueron a
Derbe.
¿Quiénes fueron esos discípulos que estuvieron cerca de él en esas circunstancias? Posiblemente fue la familia de
Timoteo como lo expresó Pablo en 2Ti. 1:3-5. William McGarvey comenta: “¿Fueron esas lágrimas las que Timoteo,
muchacho no mayor de quince años, vertió sobre el cuerpo molido y herido de Pablo? ¿Y la fiel Eunice y la venerable
Loida no estaban entre el grupo que circundó al cuerpo hasta que la animación le volvió? Si no fue a casa de ellos a
donde llevaron a Pablo, y sus manos las que le sirvieron curándolo esa noche, cuando menos en parte se explica el
misterio de su rápido restablecimiento. ¡Qué escena fue esa que presenció el chico de quince años, entrenado desde la
infancia en los sentimientos más piadosos de las Escrituras judías, recién nacido al reino del Redentor…! No hay que
maravillarnos de que de corazón estuviera para siempre ligado a Pablo como hijo respetuoso con su padre. Y qué
compensación halló Pablo después por todos sus padecimientos en Listra, con la consagración de por vida de aquél
de quien pudo decir: "A ninguno tengo tan unánime". Aquel momento en que el mundo entero parecía abandonarlo y
odiarlo, trajo a su lado al más caro amigo que conoció.”

5. La Misión en Derbe (Hch. 14:21a)


Derbe era otra ciudad de la provincia de Galacia. En este lugar Pablo y Bernabé evangelizaron toda la ciudad y Dios
bendijo con abundancia de discípulos del Señor (V. 21a). Aquí disfrutaron de paz, concluyó su trabajo misionero con
bendición, luego tenían que regresar a Antioquía de Siria.

La Confirmación de los resultados de la Misión (Hch. 14: 21b-28)


Si Pablo y Bernabé hubiesen querido regresar pronto a Antioquía hubiesen tomado el camino más corto: Derbe, Tarso
y Antioquía. Sin embargo, no fue así, se olvidaron de sus preferencias, se olvidaron de sí mismos, que merecían un
descanso. Pensaron en los discípulos de Cristo que habían ganado, que eran como ovejas en medio de lobos en sus
comunidades. Por tanto, decidieron regresar visitando a las nuevas iglesias nacientes para animarlas a mantenerse en
la fe. Ernesto Trenchard, un escritor cristiano, dice: “El futuro desarrollo de la vida de una iglesia se determina, en gran
parte, por las experiencias de los primeros meses de su existencia, y de modo análogo la vitalidad del creyente
depende, en gran parte, de las enseñanzas y ejemplos que recibe durante el período que sigue su conversión” (Los
Hechos de los Apóstoles. Pág.339)
Cuán importante es la confirmación de los resultados en una misión responsable. Consideremos el resumen del
retorno que hace en historiador Justo González: “Lucas presenta un vertiginoso viaje de regreso: Derbe, Listra, Iconio,
Antioquía de Pisidia, Panfilia, Perge, Atalía… y por fin Antioquía de Siria. Aunque la narración es rápida, esto no quiere
decir que el viaje de regreso fuera igualmente rápido. Al contrario, en los versículos 22 y 23, Lucas dice que en “cada
iglesia” los misioneros confirmaban los ánimos de los discípulos y los exhortaban a la perseverancia… Además, se
ocuparon de la organización de las iglesias, constituyendo “ancianos”. Tales ancianos serían los dirigentes de esas
iglesias” (Comentario Bíblico Iberoamericano. Hechos de los Apóstoles. Pág. 267).

Habiendo llegado a Antioquía informaron a la Iglesia que les había enviado de como Dios había hecho grandes cosas
con ellos y había abierto las puertas de la fe a los gentiles. Todos quedaron satisfechos de esta grande misión obrada
por el Espíritu Santo que le envió, acompañó y retornó para continuar en otro momento.
En conclusión, al estudiar la misión de Pablo en su primer viaje, nos deja motivados para continuar con esa misma
Podemos sacar las siguientes lecciones:
 Para realizar una misión eficaz es importante tener un encuentro personal con Cristo, conocer las Escrituras
para tener un mensaje apropiado que haga efecto en los oyentes.
 Depender constantemente del Espíritu Santo y de la Iglesia que envía, ora, ayuna, sostiene y espera la
información de los resultados.
 Trabajar en equipo en forma consagrada en un proyecto de misión. Que comprende lugares determinados y un
tiempo determinado suficiente, que abarque la formación de nuevas iglesias y la confirmación de la fe de los
nuevos convertidos.
 La misión es una sola y de por vida. ¡Bendiciones!

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