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y consagración.
El sacerdocio
El oficio del sacerdocio fue puesto por Dios – (Éxodo 28:1). Los sacerdotes de Israel tenían
que ser de la tribu de Leví, y estaban a cargo del servicio a Dios. Los levitas que no fueran
sacerdotes estaban al servicio de ellos – (Números 3:5-9).
Aarón fue elegido como el primer sumo sacerdote, y sus hijos Nadab, Abiú, Eleazar e
Itamar fueron nombrados sacerdotes. Antes de ellos ser considerados sacerdotes
siquiera, tenían que ser lavados con agua – (Éxodo 29:4), demostrando así la necesidad e
importancia de una pureza moral o santidad. Todo esto es figura, tipo y sombra del
bautismo bíblico.
La iglesia está compuesta por gente santa; es una congregación de sacerdotes – (1 Pedro
2:5 y 9). Por eso, para ser miembro de la familia de Dios, hay que primero ser lavados en
agua, o sea, ser bautizados – (Hechos 22:16; Tito 3:5; Romanos 6:3-6). No se podía ser
sacerdote sin antes ser lavado en agua.
Exodo 28; 31:10; 35:19
Cuando las tribus de Israel acampaban:
1. Se levantaba el tabernáculo.
2. Los levitas construían sus tiendas alrededor del tabernáculo.
3. Las restantes tribus formaban sus tiendas – (Nm 1:51-54; 9:15-23).
El objeto sobresaliente era el Arca del Pacto.
Una vez levantado todo el tabernáculo la atención se centraba en las vestimentas santas
de Aarón y sus hijos – (Ex 28:2).
› El sacerdote era parte integrante del tabernáculo.
› Pertenecían a una sola familia, la de Aarón y eran de la tribu de Levi – (Nm 3:12; 18:1-
4).
› Este privilegio era obtenido solamente por nacimiento natural.
› Por nacimiento espiritual todos somos sacerdotes de Dios – (Jn 3:3,7; 1 P 2:9-10).
Aarón fue lavado en agua antes de ser ungido con aceite en la ceremonia de su
nombramiento como el primer sumo sacerdote de Israel. También en estos
procedimientos y eventos se encuentran correlaciones con atitipos en el Nuevo
Testamento
Aarón como sumo sacerdote primero fue lavado y luego ungido con aceite – (Éxodo 29:7.
El aceite es símbolo del Espíritu Santo). Lo cual es un tipo de Cristo, quién siguiendo el
orden de consagración de los sacerdotes fue primeramente bautizado en agua y después
“ungido” con el Espíritu Santo de Dios – (Mateo 3:16-17).
No solo Aarón sino también los demás sacerdotes fueron primero “lavados” y luego
“ungidos” (Levítico 8:24, 30), con aceite y rociados con la sangre del sacrificio que estaba
sobre el altar. Esto es figura de la conversión que ocurre en los seres humanos que se
arrepienten de sus pecados, se lavan sus pecados por medio del bautismo para el perdón
de pecados y reciben el don del Espíritu Santo – (Hechos 2:38).
La sangre de Cristo, el Cordero de Dios inmolado en la cruz, les reviste, les santifica. Esto
es lo que el apóstol Pablo escribe a los Romanos: “…el poder de Dios para salvación” –
(Romanos 1:16).
Por toda esta tipología tan hermosa podemos deducir que el oficio sacerdotal anticipa y a
la vez proclama tres ideas referentes al plan de salvación:
En este punto del estudio es bueno mencionar que la vocación sacerdotal de Aarón tuvo
su origen en Dios mismo; porque “…nadie toma para sí esta honra, sino el que es llamado
por Dios como lo fue Aarón” – (Hebreos 5:4).
Las calificaciones morales, espirituales y hasta físicas que debían reunir los sacerdotes, la
forma de ordenación y el atuendo o vestimenta que les caracterizaba, particularmente al
sumo sacerdote, fueron establecidas por Dios mismo con el propósito de proyectar de
una forma inequívoca, el ideal de que sin santidad nadie “verá al Señor” – (Hebreos 12:14)
Es muy significativo que, al entrar al atrio o patio interior del tabernáculo, el primer objeto
con que se tenía contacto era: “El altar del sacrificio” (holocausto).
Allí era derramada la sangre del animal que se sacrificaba. Luego caminando en dirección
al tabernáculo estaba “La fuente” para colectar agua. Allí los sacerdotes y el sumo
sacerdote, se lavaban todas las impurezas. Todo esto lo encontrábamos en el patio del
tabernáculo, antes de poder entrar al tabernáculo de reunión.
1. Atrio 2. Altar del sacrificio 3. Fuente (con agua) 4. Tabernáculo de Reunión Toda esta
hermosa tipología, figura, sombra e imagen misma de las cosas celestiales señala que es
necesaria tanto la sangre de Cristo, derramada por nuestros pecados en la cruz del
Calvario, como el agua bautismal para el perdón de los pecados, para poder ser aceptados
como “casa de Dios“.
Estos dos elementos son parte del testimonio de Dios dado por el mismo Espíritu Santo a
la iglesia (1 Juan 5:6-8), en el mismo primer siglo. Como sacerdotes, estamos a cargo de
ministrar todo el consejo de Dios (Hechos 20:27): “El Nuevo Testamento“.
Las “vestimentas para honra y hermosura” de los sacerdotes levíticos de Israel se pueden
apreciar en esta imagen. A la derecha, aparece el sumo sacerdote ataviado con sus
“vestiduras sagradas“
La ropa de los sacerdotes Moisés recibió la orden de hacer “vestiduras sagradas” para el
sumo sacerdote, “vestimentas para honra y hermosura” – (Éxodo 28:2).
A la verdad que desde que Adán y Eva se hicieron “hojas de higuera” para cubrir su
desnudez (Génesis 3:7), el ser humano en su gran mayoría jamás ha renunciado a la
costumbre de confeccionar ropa para cubrirse. La ropa puede satisfacer diversos fines:
para protegerse de las inclemencias del tiempo (abrigo); cumplir con las exigencias del
usuario (estética); identificar a la persona que le lleva puesta (secular o religioso);
etcétera. En el caso del sumo sacerdote, la ropa que él usaría en función de su investidura
sacerdotal respondía a expresar simbólicamente el valor del sacerdocio y le ayudaba a
proyectar una imagen o un mensaje.
Debido a las condiciones que son establecidas bajo el Nuevo Pacto, por el cual cada
creyente se constituye “un sacerdote real” (1 Pedro 2:9), la ropa de los seguidores de
Cristo debe servir para ayudar a comunicar la verdad del Evangelio. La ropa del sumo
sacerdote se convierte no solo en la vestimenta sagrada y celestial que tiene el Cristo
glorificado, como descrito por el apóstol Juan en Apocalipsis 1:13-16, sino que esta
vestimenta también es tipo y sombra de la ropa con que somos ataviados los que
obedecemos al verdadero Evangelio de Cristo – (Romanos 13:13-14; Efesios 4:22-32; 5:1-
31; 6:1-18).
El pasaje de Efesios 6:10-17 nos da claramente la verdadera armadura que como hijos de
Dios tenemos que poseer para que el maligno no cause que nosotros deshonremos las
vestimentas de la nueva creación, creada según Dios. Esta nueva vestimenta la debemos
usar en todo tiempo pues se nos asegura y garantiza que si la tenemos puesta y
conservamos de una forma intachable, esto es, “sin manchas“, sin “arrugas” y sin
remiendos, en el cielo se nos otorgará las ropas del vencedor: Las vestiduras blancas con
que se visten aquellos que logran ser fieles hasta la muerte y perseveran hasta el fin –
(Apocalipsis 6:11).
Existen dos parábolas que quisiera
mencionar tocante a este punto.
El propio Dios era el diseñador de estas “vestiduras sagradas” que el sumo sacerdote
debería usar en sus ejecutorias, atuendo compuesto de varias piezas, cada cual con sus
significado particular para aquel tiempo del sacerdocio levítico y simbolismo intrigante
para la era cristiana.
Pecaban No peco
Es limitado. Es ilimitado.
› Para ver el tejido había que acercarse bien al sumo sacerdote. Para contemplar la
hermosura de Cristo tenemos que acercarnos a El. Para apropiarnos de los beneficios de
su obra tenemos que acercarnos a El – (He. 4:6; 7:17-19; 10:21-22; Stg 4:8).
› Su blancura inmaculada es tipo del carácter justo de nuestro Sumo Pontífice y nos
muestra su pureza desde la cabeza a los pies – (Mt 27:19, 24; Lc. 23:41,47; Jn
8:46; 18:38; 19:4,6).
El cinto de la túnica – (Exodo 28:39; 39:29):
Este cinto también de lino, ceñía la Túnica al cuerpo del
sacerdote. Los colores usados fueron:
En este cinto está representada el gobierno y la autoridad divina de Cristo – (Ap. 1:13).
El manto azul del Efod – (Exodo 28:31-35; 39:22-26):
1. Una prenda formada por una sola pieza, corta como especie de sobretodo, se ponía
por encima de la túnica blanca y colgaba desde los hombros, estaba debajo del Efod.
Se usaba para la ministración en el servicio sacerdotal.
2. La parte superior e inferior tenían un
borde para evitar la rotura y el
ensanchamiento por el uso. En la parte
inferior tenía borlas en forma de
granadas de color azul, púrpura, carmesí
y blanco de lino torcido. También
colgaban campanillas de oro intercaladas
alternativamente con las granadas, en
igual número sin mencionar el total de las
mismas.
¿Que simboliza este manto?
› Primeramente su color azul nos muestra el
carácter celestial del Señor Jesús y que El no es
nuestro sacerdote en la tierra, sino cumple
actualmente su servicio en el Cielo y quien
además nos da su paz – (Jn 3:13; 1 Co.
15:47; He. 8:4; 9:24; Jn 14:27; 16:33; 2 Ts.
3:16).
› El manto estaba confeccionado de tal manera que no se podia romper. Nadie puede
romper la obra la perfección de la obra de Cristo. En el tiempo del AT se rasgaban los
vestidos en tiempo de angustia. La túnica de Jesús no fue partida – (Jn 19:23-24).
› Al estar el manto formado por una sola pieza surgiere la idea de que no tiene principio
ni fin – (Heb. 5:6; 6:20; 7:3, 17,21).
› La única forma de ponerse el manto era por encima, lo que nos hace pensar en – (Jn
3:31; 8:23; 19:11; Mt. 27:51)
› La igualdad numérica de las granadas y campanillas nos recuerda la vida y el ministerio
fructífero del Señor – (Hch 1:1; Heb. 10:5,9). Al desconocerse el número exacto nos
muestra que solo Dios sabe el infinito valor de Cristo y el alcance de su ministerio celestial.
El ministerio terrenal solo fue el comienzo de las cosas que El va hacer. Al El regresar al
cielo y venir el Espíritu Santo a morar en nosotros marco una nueva etapa que aun se
continúa realizando.
Las granadas y las campanillas – (Exodo 28:32-35; 39:24-26):
› Los adornos en forma de granadas eran de los mismos colores del Santuario: azul,
púrpura y carmesí; nos hable de ministerio celestial, realeza y sacrificio.
Esta prenda solo la podía usar el sumo sacerdote. Esta prenda formaba parte de la
vestimenta que le permitía comunicarse con Dios directamente y consultar su
voluntad. Ex.29:5; Lv. 8:7 “Efod” viene de la raíz “aphad” que significa amarrar, atar muy
cerca, ceñir o revestir.
Lino :Humanidad
Oro: Realeza.
Prenda exterior o estola hecha de oro, azul, púrpura
y carmesí. Tenía dos hombreras a sus extremos.
Podemos decir que son un tipo y sombra de la doctrina de Cristo, cuyo fundamento hemos
aprendido nosotros de los apóstoles y profetas del primer siglo – (Efesios 3:5; Juan 17:20).
Esa doctrina está ahora sobre nuestros lomos, que como “sacerdotes” y “ministros
competentes del Nuevo Pacto” tenemos que predicarla y practicarla.
La Biblia no da una descripción muy detallada de la forma del Efod pero nos informa de
los usos y abusos a que esta prenda sacerdotal fue sometida a lo largo de la historia
hebrea – (1 Samuel 2:28; 23:6,9; 30:7).
Tipifica de esta manera los usos y abusos a que ha sido sometida “la doctrina de Cristo”
por parte de impostores, obreros fraudulentos y falsos profetas y maestros.
Si se dividiera el efod es como si se estuviera dividiendo las dos naturalezas de nuestro
Señor Jesucristo.
El lino también es representativo de los sacerdotes y el oro de realeza; Cristo era conforme
al orden de Melquisedec : Sacerdote y Rey – (He 5:6; Salmos 110:4; Heb 7:1-17)
El Efod era la obra primorosa y su hechura hermosa. Aunque el hombre vio a Cristo sin
atracción, el Padre lo vio en toda su hermosura desde el comienzo del ministerio – (Is.
53:2)
〉El cinto del Efod – (Exodo 28:8):
Servía para unirlo al sacerdote justo con el pectoral, el Urim y el Tumin, las piedras en los
engastes, haciendo una unidad con el sacerdote. Esto es precisamente lo que realiza El
Espíritu Santo, trae unidad – (Ez. 36:27)
El cinto unía:
La deidad (azul)
La humanidad (lino)
El sacrificio (escarlata).
La resurrección y reinado (oro)
El sumo Sacerdote presentaba delante de la presencia de Dios a las 12 tribus
representadas en el pectoral – (Isaias. 11:2; Juan 15:24; Juan 16:13)
1. Nota:
Habían varias clases de “efod”:
1. El de lino blanco utilizado por los sacerdotes – (1 S. 22:18).
› El sumo sacerdote presentaba continuamente a las doce tribus tanto sobre el pecho
como sobre el hombro. Cristo ahora y por medio de “su sacrificio” en la cruz del Calvario
nos presenta ante el Padre Celestial como un pueblo (iglesia) sin arruga y sin mancha. Esa
es la razón para resplandecer como luminarias, esto, a pesar de que somos seres
imperfectos, llenos de faltas, flaquezas y a pesar de los errores que cometemos, el
sacrificio de Cristo en la cruz nos santifica por la sangre derramada por Cristo, quién nos
presenta delante de Dios como piedras preciosas de costoso valor.
› El mundo no concibe este simbolismo espiritual. Al ellos mirar a los hijos de Dios solo
juzgan las imperfecciones y defectos; no son capaces de ver más allá, a las cosas
espirituales. De manera que su juicio siempre es falso y parcial. No pueden ver las
brillantes joyas con los nombres de todo aquél que ha sido redimido, gravado por la mano
del inmutable amor de Dios.
Cristo es digno de toda alabanza, porque como Hijo de Dios ha sido designado para reinar
y ser alabado eternamente por su sacrificio redentor – (Ef 5:19; Ap. 5:13; Mt 10:32; Fil
2:11; 1 Jn 4:2).
Veamos ahora una por una las piedras que estaban incrustadas en el pectoral del sumo
sacerdote:
1. Sardica: (odém, de la raíz adam = rojizo) Color rojo intenso como la sangre
(sacrificio).
Esta piedra corresponde a Juda que significa “alabado” o “confesión y alabanza” en forma
de acción de gracias – (Gn 29:3)
Cristo es digno de toda alabanza, porque como Hijo de Dios ha sido designado para reinar
y ser alabado eternamente por su
sacrificio redentor – (Mt 10:32; Fil 2:11; 1 Jn 4:2)Ef 5:19; Ap. 5:13;
Esta piedra corresponde a Zabulón = “habitación o morada” – (Gn 30:20). Nuestro Padre
celestial es nuestra preciosa morada – (Jn14:2-3; Ap. 21:3).
5. Diamante: (yahalom del verbo halam que significa golpear, debido a su dureza),
color blanco brillante (gloria).
Esta piedra corresponde a Gad = “fortuna” o “una multitud”; (Gn 30:9-11).
De Cristo proceden nuestras riquezas espirituales, porque en El tenemos todos los tesoros
de una sabiduría que no es terrenal, sino divina, por cuanto nos viene de lo alto y por su
gracia tiene reservado un remanente de fieles creyentes que formaran una gran
muchedumbre – (Ef. 1:7-8,18; 2:7; 3:8; Fil 4:19; Col 1:27; 2:2; Ap 2:9; Mt.
6:20; 13:44; 19:21; Col 2:3; Stg 1:5; 3:15,17; Ap 7:9-10).
7. Jacinto: (leshém), color anaranjado oscuro, tirando a café o tonalidad canela con
una leve matiz de amarillo.
Esta piedra corresponde a Efrain = “doble fruto” o “fructífero” – (Gn 41:52).
Estando permanentemente unidos a Cristo podremos lleva frutos en abundancia. (Jn
15:2, 4-5, 8, 16; Rom 7:4; Col 1:10; 1 Tes. 1:3; 2 Pe. 1:8)
8. Agata: (shebó, del verbo shub, cambiar, volverse, giro que produce cambio).
Su nombre es debido porque su color tan particular son una mezcla de matices con una
base de blanco, rojo, amarillo y verde.
Esta piedra corresponde a Manases = “el que olvida” u “olvidar” – (Gn 41:52).
En virtud de la obra propiciatoria de Cristo, nuestros pecados son perdonados y olvidados
– (Is.43:25; Mi 7:19; He 8:12; 10:17-18; 1 Jn 1:9).
9. Amatista: (achlamah), color de violeta a purpura.
Esta piedra corresponde a Benjamin = “hijo de mi mano derecha” – (Gn 35:16-20).
Cristo ha sido exaltado hasta lo sumo y esta sentado a la diestra del Padre – (Sal 2:7-8, 12;
110:1; Mt 28:18; Hch 5:31; 7:55-56; Fil 2:9; He 1:3; 8:1; 1 Pe 3:23).
10. Berilo: (tarshish, el antiguo nombre para España, que deriva de tar; girar y shash;
color vivo o brillante), color azul verdoso; significa “piedra dorada”.
Esta piedra corresponde a Dan = “juez” o “juicio” – (Gn 30:1-6).
El Padre ha otorgado al Hijo plena facultad para ejercer todo juicio – (Jn 5:22-23; Hc 10:42;
17:31; 2 Ti 4:1).
〉Urim y Tumim:
Dentro del pectoral del juicio había dos piedras preciosas y grandes. En hebreo eran
llamadas: Urim y Tumim. Literalmente significaban: luces y perfecciones (Éxodo 28:30;
Levítico 8:8) Conforme a interpretaciones de . La posesión de esas piedras era uno de los
privilegios más grandes de la familia sacerdotal – (Deuteronomio 33:8).
El sumo sacerdote las usaba para consultar la voluntad de Dios en aquellos asuntos
difíciles que comprometían el futuro o bienestar de la nación. En otras palabras, esas
piedras estaban relacionadas con la comunicación de la “mente de Dios“, en cuanto a
diferentes asuntos que surgían en detalles de la historia de Israel. Sin esta pieza, Israel no
sabía qué hacer – (Esdras 2:63; Nehemías 7:65).
Toda esta información nos lleva a pensar que el Urim y Tumim son tipo y sombra del
Nuevo Testamento. La posesión de ese libro del pacto cristiano es uno de los grandes
privilegios para los hijos de Dios. Alli ́ todo aquél que ha sido constituido sacerdote (1 Pedro
2:5 y 9), puede consultar la voluntad de Dios para “todo asunto” que compromete el
futuro y bienestar de la iglesia. El Nuevo Testamento es nuestra gui ́a espiritual y alli ́ se
encuentra todo el consejo de Dios. Sin el Nuevo Testamento no sabri ́amos qué hacer para
agradar a Dios.
〉La mitra:
El historiador Flavio Josefo dice que la mitra del sumo sacerdote era “un gorro sin pico…
y se lo fabricó así, como la apariencia de una corona que consistía en una cinta de lino
bien ajustada
El lino es símbolo de justicia y santidad (Zac. 3:1-10; Ap. 1:5-6); el turbante nos enseña
obediencia a Dios. Así vemos que Aarón es un tipo del Señor Jesucristo, lleno de
conocimiento de la voluntad de Dios, ministrando delante de Dios en pureza y santidad –
(Is 50:7, Ez 3:8-9 y Lc 9:51).
La Mitra del sumo sacerdote nos habla de Cristo como la cabeza de una nueva creación,
la Iglesia – (Ef. 1:22; Col 1:18). La Tiara de los hijos del sumo sacerdote nos sugiere la
santidad de nuestros pensamientos – (Ef 4:23, Lc. 1:74-75; Rom 12:1; 1 Cor. 2:16; Ef 6:17,
Fil 4:8; He 12:14 y 1 Pe. 1:16).
No existe información certera en cuanto a la forma de la mitra, pero el historiador Flavio
Josefo dice que era “un gorro sin pico… y se lo fabricó así, como la apariencia de una
corona que consistía en una cinta de lino bien ajustada“.
La palabra hebrea que se traduce mitra es Mitsnefeth. Se usa casi exclusivamente para el
gorro del sumo sacerdote, y se deriva de una raíz que significa “enrollar” o “envolver“, lo
cual indica que posiblemente la mitra rodeaba la cabeza del sumo sacerdote como un
turbante.
Sobre la mitra se ponía una banda de oro con las palabras, en grabadura de sello,
“Santidad a YHVH” – (Éxodo 28:36-38).
“SANTIDAD A YHVH” era el sello y la importancia de todo el sacerdocio
El sumo sacerdote tenía que tener esta placa sobre su frente “continuamente” al ir delante
de Dios. Toda la figura presenta: devoción, sumisión, entrega y santidad a Dios.
Los hijos de Aarón también tenían que usar “mitras” – (Éxodo 29:9), aunque eran
diferentes a la del sumo sacerdote.
Todo esto nos lleva a Efesios 6:17, donde por inspiración del Espíritu Santo, el apóstol
Pablo nos dice: “Y tomad el yelmo de la salvación…“. Pero sabemos que según Hebreos
12:14, sin santidad nadie verá a Dios. Nosotros como sacerdotes del “Dios Altísimo” según
el Nuevo Pacto, tenemos que tener plena sumisión a Dios, a su palabra, a todo
mandamiento y exhortación allí presentado. Eso es sinónimo de santidad. De ahí, el
símbolo de la chapa de oro en la frente.
Hablando en sentido figurado, para lograr plena sumisión a Dios y a Su Palabra, hay que
ascender al monte de la oración y del estudio concienzudo de la Biblia y recibir allí el
modelo para la construcción del tabernáculo del carácter cristiano y el conocimiento de
la mente de Dios, para que como Moisés podamos oír Su voz amonestándonos: “Mira,
haz todas las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte” – (Hebreos
8:5).
¿Quién fue la persona encargada de fabricar las vestiduras?