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En nuestro carácter de abogados defensores del profesor Mario Dickson

Gutierrez, hemos considerado prudente realizar los siguientes señalamientos,


visto el reciente avocamiento de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo
de Justicia, solicitado por las dudas que tiene el Ministerio Público.

Hace más de un mes la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de


Justicia se avocó, de oficio, sobre las causas penales dónde el Ministerio Público
atribuyó la presunta comisión del delito de apropiación o distracción de recursos
que estaba previsto en la derogada Ley General de Bancos y Otras instituciones
financieras.

Es importante señalar que el requerimiento previo de la Sala de Casación


Penal, responde a la necesidad de verificar, entre otras cosas, si existen o no en
las aludidas causas, graves y flagrantes violaciones al debido proceso
constitucionalmente establecido, para así resolver si en definitiva la Sala,
se avoca al conocimiento de dichas causas, o si las envía a tribunal distinto, pero
igualmente competente, al que inicialmente conocía.

Pues bien, resulta que nuestro defendido objeto de un proceso penal


suspendido debido al indicado requerimiento del Máximo Tribunal de la
República, se encuentra a la espera de un pronunciamiento, el cual consideramos
que jamás podría ser contrario al sobreseimiento de la causa en cuanto a la
acusación por la presunta comisión de un delito de apropiación o distracción de
recursos.

Entre otras cosas, debido a la reciente solicitud del Ministerio Público a la


Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, hemos solicitado entre
otras cosas que en caso de resolver avocarse al asunto, notifique de inmediato
a la Asamblea Nacional, pues según la solicitud de avocamiento realizada por
el Ministerio Público, se estaría cuestionando ahora la constitucionalidad
de la Ley de Instituciones del Sector Bancario del 28 de diciembre de 2011, ley
formal que fue sometido un proyecto público a dos discusiones y debate, y
posteriormente aprobada por los parlamentarios elegidos por el pueblo para el
período 2005-2010.

CONSIDERACIONES JURÍDICAS RESPECTO AL PORQUÉ


DEL NECESARIO SOBRESEIMIENTO EN LA CAUSA SEGUIDA
CONTRA NUESTRO DEFENDIDO:

Los hechos tipificados como punibles en el artículo 432 del Decreto


con rango y fuerza de Ley de reforma parcial de la Ley General de Bancos
y otras instituciones financieras han quedado despenalizados

El hecho punible descrito en el artículo 432 del Decreto con rango y fuerza
de Ley de reforma parcial de la Ley General de Bancos y otras instituciones
financieras, publicada en Gaceta Oficial número 5.892 de fecha 30 de julio de
2008, subsistió en el tiempo hasta el día 28 de diciembre de 2010, fecha en
la cual se publicó en Gaceta Oficial número 6.015, Extraordinario, la Ley
de instituciones del sector bancario.

¿Por qué?

Resulta ser que, la Ley de instituciones del sector bancario, funge como Ley
abolitiva de la norma penal contenida en la Ley General de Bancos y otras
instituciones financieras, por la cual el Ministerio Público acusó a varios
individuos, toda vez que contiene una disposición derogatoria expresa, y, además,
no prevé como punible, en la totalidad de su texto normativo, la conducta que
describe el referido artículo 432.

Debemos observar muy cuidadosamente que la Ley de instituciones del


sector bancario, del mes de diciembre de 2010, incluyó en su artículo 213, un tipo
penal denominado “apropiación o distracción de recursos”, pero que no describe la
misma conducta que establecía como punible el tantas veces comentado
artículo 432 del Decreto con rango y fuerza de Ley de reforma parcial de la
Ley General de Bancos y otras instituciones financieras, por lo que debemos
afirmar, sin temor a equivocarnos, que el legislador había abolido ese tipo penal.

En el mes de diciembre de 2010, entró en vigencia la Ley de Instituciones


del Sector Bancario, la cual derogó, expresamente (en su disposición derogatoria
tercera), la Ley General de Bancos y otras Instituciones Financieras que contenía
el tipo penal por el cual se pretende enjuiciar varios individuos.

En tal sentido es necesario decretar el sobreseimiento en la causa debido


a la despenalización indicada, conforme a lo establecido en los artículos 24,
44 y 49 ordinal 6° de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, y 1 del Código Penal venezolano vigente.

Pues bien, el día 2 de marzo de 2011, fue publicado en Gaceta Oficial


N°39.626, el Decreto Presidencial N° 8.079 del 1 de marzo de 2011, con fuerza,
rango y valor de Ley de Reforma Parcial de Ley de Instituciones del Sector
Bancario. A este respecto llama poderosamente la atención el que dicho Decreto
reformó el artículo 213, ahora 216, de la indicada Ley, en el sentido de que se le
agregaron otros supuestos de hecho al tipo penal allí establecido, quedando muy
similar, casi igual, a lo que establecía el artículo 432 de la Ley General de Bancos
y Otras Instituciones Financieras.
No hay posibilidad de aplicar de la norma contenida en el artículo
216 del Decreto con fuerza y rango de Ley de Reforma Parcial de la Ley de
Instituciones del Sector Bancario en cuanto a hechos ocurridos antes de su
entrada en vigencia debido a la Prohibición Constitucional de
RETROACTIVIDAD.

Resulta ser que debido a una Ley abolitiva – Ley de Instituciones del
Sector Bancario- se derogó expresamente la Ley Penal a través de la cual el
Ministerio Público acusó inicialmente a nuestro defendido, por lo que en
aplicación del Principio “Nullun Crimen, Nulla Poena Sine Lege”, contenido en el
artículo 49 numeral 6° de nuestra Carta Magna, y en el artículo 1° del Código
Penal, es necesario el sobreseimiento de la causa en tales casos.

Ahora bien, esta Ley abolitiva – Ley de Instituciones del Sector Bancario-
fue ahora reformada a través del Decreto Presidencial N° 8.079 del 1 de
marzo de 2011, reforma según la cual parece establecerse nuevamente como
punibles los hechos descritos por el artículo 432 de la Ley General de Bancos y
Otras Instituciones Financieras.

Pues bien, esa Ley penal, estatuida a través del decreto presidencial
aludido, no puede aplicarse retroactivamente.

De manera pues que, se ha de tener en cuenta que la Ley aplicable a los


casos que se han referido, es la llamada Ley intermedia, según la cual se derogó
el tipo penal por el cual se pretendía celebrar juicio oral y público a nuestro
defendido. Jamás podría pensarse que sea posible aplicar,
retroactivamente, el artículo 216 del Decreto con Fuerza, valor y rango de Ley
de Reforma Parcial de la Ley de Instituciones del Sector Bancario, pues esa
norma ha establecido un nuevo hecho punible que antes no existía.
No se trata de una modificación del tipo penal, no se trata de una
sucesión de leyes penales, lo que ocurre, es simplemente que
el “Legislador” ha considerado la inclusión de un nuevo tipo penal en la Ley
de Instituciones del Sector Bancario, que antes no existía en su texto
normativo.

No se puede aplicar la ley penal estatuida posteriormente a la ocurrencia de


los hechos. Tampoco podemos aplicar la Ley penal que se encontraba vigente
para el momento de la ocurrencia de los hechos, pues ésta ha sido derogada,
derogatoria que no sólo se estatuyó en la Ley intermedia –que es la aplicable en el
presente caso- sino que fue ratificada por la Ley actual, contenida en el Decreto
con Fuerza, Rango y Valor de Ley de Reforma Parcial de la Ley de Instituciones
del Sector Bancario.

De modo que, en cuanto a todo aquel que haya sido imputado, o


acusado, o esté simplemente ya condenado, todo por hechos ocurridos
con anterioridad al 02 de marzo de 2011, por la presunta comisión del
delito de “apropiación o distracción de recursos”, que estaba previsto en
la Ley General de Bancos y Otras Instituciones Financieras, o en
cualesquiera de su reformas, a pesar de la entrada en vigencia del Decreto
con Fuerza, Rango y Valor de Ley de Reforma Parcial de la Ley de
Instituciones del Sector Bancario, no puede aplicársele la norma Penal
contenida en su artículo 216, debido, fundamentalmente, a la
irretroactividad de la Ley, y debe, en consecuencia, ser sobreseído en su
causa respecto a tal imputación, acusación, y en el caso de la condena,
debe ponérsele en libertad, o bien revisarse la pena y reajustarse de ser el
caso.
Pero para terminar, consideramos que el máximo tribunal deberá velar por
garantías fundamentales como que la del indubio pro reo (la duda siempre favorece
al reo, Art 24 CN), pues No entendemos cómo el Ministerio Público si tenía
dudas (como públicamente admite su confusión)acusa y reitera un acto tan
formal y en dónde está en juego la garantía más importante de un
ciudadano como la Libertad y pide sean privados ciudadanos sin tener si
quiera la certeza si existe un delito, tales aberraciones debe el Tribunal
Supremo de Justicia corregir con la urgencia del caso, pues los mandamientos de
las Garantías de nuestra Carta Magna en sus artículos 49.6 como premisa
mayor, 24, 26, 44 en concordancia con las garantías de afirmación de libertad del
artículo 9, el respeto a la dignidad humana del artículo 10 del Código Orgánico
Procesal Penal y algo tan elemental en el Derecho Penal como lo establecido en
los artículos 1 y 2 del Código Penal, debe necesariamente el tribunal supremo
proteger que no sean soslayados, para así garantizar nuestro básico ordenamiento
jurídico.

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