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¿Los líderes nacen o se hacen?

by Eduardo Martí

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Esta es una pregunta que me hacen a cada rato. Es una de las interrogantes más
frecuentes… y la equivocada respuesta le ha hecho mucho daño al liderazgo que en
cada uno de nosotros está presente: ¿Los líderes nacen o se hacen?
Debemos sincerarnos con un hecho: hay líderes que nacen. Todos hemos visto niños
que a muy temprana edad son dueños de una personalidad y una inteligencia social
superior a la de otros niñitos, de una gran capacidad para arrastrarlos. Como decía
Eleazar Grynbal, «ya vienen cableados», con «los chips puestos» para mover a otros,
invitarlos a hacer cosas, tremenduras muchas veces.
Tradicionalmente, hemos construido una idea de líder a partir de determinados y
reincidentes atributos, de rasgos concretos de la personalidad. Nada más
equivocado. El más famoso es el carisma y simpatía, ese magnetismo y atracción
natural que generan ciertas personas, se ha tenido la creencia equivocada, que toda
persona carismática es por naturaleza un líder. Por el contrario, el carisma de una
persona nada tiene que ver con su capacidad de liderazgo… en absoluto. Evidentemente
que favorece al líder ser carismático, —no hay duda de cómo ayuda el carisma para
tantas cosas en la vida— porque es fácil y natural plegarse a quienes nos transmiten
simpatía y «buena vibra», pero eso no es sinónimo de liderazgo… el carisma y la
simpatía son rasgos de popularidad.
Tampoco ser grandes oradores nos convertirá en líderes. Si bien bastantes logran
seducir momentáneamente con su acicalado lenguaje, al final la mayoría resultan ser
charlatanes y «picos de oro», vacíos y fugaces. Mucho menos una simpatía arrolladora
basta para hacer que las personas crean en nosotros y nos sigan; a lo sumo, y en el
más feliz de los casos, el encanto nos hará ganadores del premio al mejor amigo o
padrino de bautizo de docenas de niños.
El carisma, la simpatía, la oratoria y el glamour son rasgos de “popularidad” pero no de
Liderazgo (aunque ayudan). Podemos nacer con esos rasgos pero eso no nos hace
líderes. Esta es una visión limitante y excluyente. Liderazgo es más que eso, tiene que
ver con una actitud.
El liderazgo es una actitud ante la vida que contagia a otros a estar juntos.
– Líder es esa persona que está seguro de su papel ante la vida, sabe lo que quiere y
tiene definido el mundo presente y futuro donde quiere vivir.
– Líder es la persona que alimenta su entusiasmo y elige el mejor estado de ánimo para
abordar las situaciones cotidianas.
– Líder es la persona que se ofrece generosamente a incrementar el poder de acción en
las personas con las que comparte.
– Líder es la persona que construye su seguridad personal y maneja sus miedos y
temores que le permite relacionarse horizontalmente con sus colaboradores.
– Líder es la persona optimista y positiva que busca sacar ganancia de todo lo que
sucede.
– Líder es la persona que invierte en sí mismo para constituirse en una plataforma y
una posibilidad para que los demás puedan ser lo que quieren ser.
– Líder es la persona que se ocupa por ser “fuente y no desagüe”.
– Líder es la persona que en su presencia los demás se sienten que son valorados y
apreciados.
Y he aquí la buena noticia: el liderazgo se puede aprender. Todos estos atributos del
líder del que yo hablo, son rasgos que sí se pueden desarrollar. De manera que si cada
uno de nosotros decide edificar su liderazgo, le será perfectamente posible si lo decide.
Es una decisión exclusivamente personal.
Y para terminar este escrito, sabes que me dedico a formar líderes. Desde mi
experiencia puedo asegurar con testimonios de la gente que lo ha decidido, han dado
un salto importante a un nivel superior en resultados y calidad de vida. Es por eso que
quiero que consideres invertir en ti y en asistir a mis talleres.
Pide información de sobre mis próximos eventos a info@forja.com

Más propósitos y menos deseos 2017


by Eduardo Martí

En estos tiempos de Año Nuevo quiero invitarte a formular más Propósitos y menos
Deseos.

Es curioso pero todos los años nos exponemos a cerrar y abrir frustraciones. Hoy me
sigo encontrando gente que va a estar decepcionada nuevamente al final del año
2017. Deja que me explique:
Una de las cosas que más me encanta de la Navidad y el Año Nuevo tiene que ver con
la Natividad, Nacimiento, Renovación, Renacimiento… en fin, es un momento simbólico
de cierre y apertura. Todo el mundo anda en algo de desear Paz y Felicidad para los
demás. Todo el mundo quiere prosperidad, viajes y salud, y todo eso está muy bien,
sin embargo, no es suficiente.
Desde hace tiempo vengo insistiendo en lo inocuo que puede ser desear Paz y Felicidad.
Eso no sirve de casi nada. Aunque puede encerrar un sincero espíritu, y con mi respeto
para quienes tienen un verdadero sentido trascendente, es escaso lo que encierra de
práctico y útil.
Muy pocas personas saben y están conscientes del significado cuando desean Paz y
Felicidad. Basta que mires alrededor y preguntes ¿Qué quieres decir cuando deseas Paz
y Felicidad? y la gran mayoría de las personas no dejan de decir algo así como: “que
tengas una vida con menos problemas”. Puedes no estar de acuerdo conmigo, pero ese
deseo es sencillamente inútil y hasta desubicado. La buena vida no tiene que ver con la
ausencia de problemas sino con la habilidad para manejarte cómodamente en
ellos. (Sobre la Paz y la Felicidad).
Pero, retomando el hilo de este escrito, mi propuesta es que hagas algo distinto este
año con tus deseos y los conviertas en propósitos. La gran diferencia es que con los
propósitos tú incrementas tu poder de acción para que se realicen, mientras que con
los deseos, son sólo declaraciones lanzadas al aire y abandonas tus posibilidades de
materializarlo.

Quiero poner unos ejemplos para ilustrártelo mejor, pero antes, quiero que tomes tu
lista de deseos y propósitos para el 2017 y vayas revisándola con lo que te propongo.
Si no hiciste tu lista escrita, ésta es una buena ocasión para hacerla y tenerla a mano
como mapa y brújula para los meses por venir.
Ejemplos de deseos y propósitos:

Deseo: Por la Paz del mundo y que cesen las guerras

Propósito: Me propongo tener menos explosiones de ira que hacen daño a quienes me
rodean.
Deseo: Por el descanso eterno de papá y mamá
Propósito: Cada noche les dedicaré un momento de oración y les daré gracias por todo
lo que hicieron por mí.
Deseo: Evitar alguna enfermedad este año que viene.

Propósito: Este año me propongo tener al menos una consulta médica exploratoria.
Deseo: Que mis hijos salgan bien en los estudios.

Propósito: Al menos una vez a la semana me sentaré con ellos a revisar detenidamente
sus cuadernos y conversar sobre sus avances.
Deseo: Perder peso y tener mejor figura.

Propósito: Me propongo dejar de comer el pan después del mediodía y crearme una
rutina de ejercicio.
Con estos ejemplos creo que ya vas entendiendo la esencia de mi propuesta. ¿No te
parece más útil y sincero?

Te cuento algo brevemente: Recuerdo que hace unos pocos años, cuando vivía en la
ciudad de Chicago, me reuní con la familia y amigos a recibir el año en el Navy Pier y
ver los fuegos artificiales. Al terminar les propuse hacer un ritual con las uvas en la
mano para formular más propósitos y menos deseos. La idea gustó pero no faltó
alguien que evadiera el asunto y que prefiriera formular deseos y soltarlos al universo
y confiar en la Ley de la Atracción. Entenderás que en el momento no me iba a poner a
discutir pero me dejó pensando y lanzo ahora el alerta: Creo en la Ley de la Atracción
y también creo, y mucho, en mi poder creador de realidades y nuevos mundos. Así que
alerta: algunos usan esa poderosa ley como una excusa para no comprometernos con
acciones nuevas.
Como ya te mencioné, estos últimos días me he encontrado con gente llena de deseos
y menos propósitos. Lamentablemente los veo el diciembre próximo llenos de
frustraciones. Espero que tú no seas uno de ellos.

Además, tenemos 52 semanas por delante para lograrlos.

Ah, y por favor, no creas que los rituales de comer uvas, subirte a una silla, estrenar
ropa interior amarilla, sostener billetes en una mano y en la otra una maleta, serán el
amuleto para que esos propósitos de hagan realidad. Puedes hacerlos, está bien, pero
no es suficiente. Hay que crear planes de acción y comprometernos con ellos.

El 2017 será un gran año si te lo propones y dejas de esperar que las cosas sean
favorables. El Porvenir no existe, existe el Por Hacer. Eso sí, debes tener bien claro los
resultados que quieres obtener.

Por mi parte me propongo para el 2017 dejar de ser Buena Gente, quiero ser
más Estúpido, y sentirme merecedor que Dios hable bien de Mi.
Además, invertiré parte de mis ingresos en algún programa de formación que me ayude
a crecer como persona y como profesional.
Lecciones de Vida
by Eduardo Martí

Hay momentos en la vida que vienen a sacudirnos y para poder manejarlos necesitas
aferrarte a tus historias de poder y de éxito para levantarte y salir adelante. Una de mis
“Tarjetas de Crédito” anímica es la que te voy a contar.

Cuando estoy de baja emocionalmente, recurro a esta historia para cambiar mi


emocionalidad y colocarme en el estado en el que siempre quiero estar por
elección: “Éxito y Plenitud”.
Recientemente me ha tocado recordar mi experiencia con los Sobrevivientes de Los
Andes. ¿Recuerdas el suceso?… para refrescártelo, te digo que en 1972 un avión que
llevaba 45 jóvenes se estrelló en la Cordillera de los Andes. Después de 72 días y
desesperados ante la ausencia de alimentos y agotada su resistencia física, se vieron
obligados a alimentarse de sus compañeros muertos para poder seguir viviendo. Luego
de 72 días, el mundo se entera que son 16 los sobrevivientes que vencieron la muerte.

Lo que aquí te entrego son las lecciones que he rescatado en mis conversaciones con
los supervivientes y después de haber ascendido a los restos del avión en compañía de
dos de ellos, Ramón Sabella y Eduardo Strauch.

Así como lo lees, después de conocerlos, convencí a Ramón Sabella que me llevara
hasta el mismo lugar de los acontecimientos. Nos fuimos varios egresados del
Programa Internacional de Liderazgo para llenarnos de esa historia de
poder. http://bit.ly/htXb50.
Resumen de mis lecciones aprendidas
1. La transitoriedad de la vida: ¿Acaso puedes asegurar que llegarás vivo esta
noche? Hoy estamos aquí, mañana tal vez no. Esta es una verdad que no
reconocemos fácilmente. Todos lo sabemos pero vivimos creyendo que
llegaremos a viejos. La mayoría de las veces nos desgastamos en tonterías y
temores dejando de lado lo verdaderamente importante: Vivir!. Tener esta
conciencia nos lleva a valorar cada instante y disfrutar del momento
“CarpeDiem”.
2. Vive la vida sin pendientes: eso quiere decir… Haz lo que tengas que hacer pero
hazlo ya!. Ama profundamente, perdona a quien tengas que perdonar, agradece
a quien tengas que agradecer, reclama a quien tengas que reclamar, pero no
acumules para después, ya que el después puede no existir! Los “hubiera” o los
“debería” no son útiles.
3. “Allá, en la montaña, sólo contábamos con la desnudez de nuestra existencia”,
es decir, solemos llenar nuestra vida de artificios y adornos que nos impiden
vernos a nosotros mismos… bien adentro!. Vivimos llenos de apariencias y
preocupados por TENER. En la cordillera lo perdieron todo. Sólo les quedó su
esencia. No esperemos a vivir la adversidad para saber quienes somos y que
valoramos realmente. El tener no te da poder… te da poder el SER!..
4. Todos vivimos nuestra Cordillera: cada uno de nosotros vive o ha vivido
situaciones adversas, difíciles, pero todos tenemos infinitos recursos para salir
de ellas. Ellos sobrevivieron porque sacaron las fuerzas internas. Somos mucho
más capaces de lo que creemos o sospechamos que somos. Las adversidades
sirven para recordarnos de qué estamos hechos.
5. Ante la misma situación, cada quien elige como responder: tienes la libertad de
escoger tu actitud. En la Cordillera unos se entregaron, otros lucharon. Unos
reían, otros lloraban. Unos eran optimistas, otros, derrotistas. Unos vivieron,
otros murieron. ¿Cómo decidimos hoy actuar ante nuestras situaciones? allí está
nuestro poder de elección.
6. “La esperanza nos mantenía con vida”: Me cuenta Ramón que era sorprendente
como había gente que decretaba su muerte. Bastaba que se cansaran y
perdieran la esperanza para que a los días ya estuvieran muertos.
7. El propósito de vida alimenta la esperanza: Ramón y sus compañeros soñaban
constantemente con la sorpresa qué le darían a sus familiares a su regreso,
cuando éstos ya los daban por muertos. Esa alegría, ese propósito, los mantenía
con vida.
8. El reto hace al equipo: Individualmente no era posible sobrevivir. Reconocer la
necesidad del otro era indispensable para enfrentar el reto de vivir. La
vulnerabilidad y el sentido de urgencia les permitió hacerse equipo.
9. Todos fueron Líderes: el liderazgo fue compartido. Cada quien tuvo sus
momentos dependiendo de sus capacidades. No había ni un “capitán” ni un jefe,
según las circunstancias y los momentos, el liderazgo rotaba. No había lucha de
egos y una disposición constante a colaborar y practicar el “seguirazgo”. Cada
quien sabía lo que tenía que hacer.
10. Tragedia y Milagro: Una Referencia. “Invitamos a todos los que creen en la vida,
de todas las religiones, a pensar que un Ser Superior guía nuestros caminos,
aunque a veces sea tan difícil comprenderlo”Sobrevivientes de los Andes. Marzo
2006
Mi comentario final: Ellos, así como muchos sucesos, nos muestran que por más difícil
que sean las situaciones, ellas vienen a entrenarnos y enseñarnos algo. La vida es
hermosa y está llena de tragedia para quien no sabe vivir en ellas. La vida es una
amargura para quien espera estar ajeno a los problemas. Estas historias que hablan de
la “grandiosidad” del ser humano, son una buena referencia de lo que somos capaces.

Mi vida está llena de Cordilleras, pero cuando recuerdo la de Los Andes, las mías son
simples granos de arena.
Déjame tu comentario. Sabes que los contesto todos

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