Sunteți pe pagina 1din 1

Nada y negación: una aproximación filosófica desde la fenomenología

Roberto Rubio
Universidad Alberto Hurtado

Resumen

En la presente ponencia me propongo problematizar lo que solemos llamar “la nada”, aplicando
elementos del enfoque de la filosofía fenomenológica de Edmund Husserl. Para ello me concentraré
en dos aspectos de tal enfoque.

El primer aspecto es la orientación hacia la experiencia. Según esto, lo que solemos llamar “la
nada” se convierte en tema para la fenomenología en cuanto característica de una experiencia
posible. En otras palabras, la cuestión es la siguiente: ¿qué rol juega lo que llamamos “la nada” en
la conformación de nuestra experiencia?

El segundo aspecto es la caracterización de la experiencia a partir de la estructura de la


intencionalidad. De acuerdo con esto, una experiencia es intencional cuando está estructuralmente
orientada hacia un correlato que aparece haciendo frente, es decir, un objeto. Ahora bien, resulta
central aquí la caracterización de Husserl según la cual el vínculo intencional se articula en tres
dimensiones: el sentido, la posicionalidad y la presencia. El sentido es la dimensión del “como qué”
aparece algo (como esto o aquello, o sea, con tal o cual significado). La posicionalidad, en cambio,
corresponde al asentimiento, rechazo u otras maneras del “poner”, bajo las cuales algo aparece. La
presencia, por su parte, es la característica del aparecer por la cual algo aparece siendo ello mismo
(y no otro), con características sensibles propias.

A partir de lo anterior, propondré la siguiente reflexión: es preciso distinguir, atendiendo a la


estructura de la intencionalidad, entre tres maneras distintas de lo que habitualmente llamamos
“nada”. En primer lugar, la nada de sentido, esto es, el vacío semántico. Para la fenomenología, tal
vacío es siempre relativo y parcial. En segundo lugar, la posición negativa, esto es, la negación.
Esta aparece no solo en experiencias lingüísticas (por ejemplo, al expresar que algo no está, o que
no es de tal o cual modo), sino también en experiencias de índole imaginaria o ficticia, como por
ejemplo en el ejercicio filosófico de “aniquilación del mundo”. En tercer lugar, hay que considerar
la carencia de presencia. Se trata de aquellos casos en los que experimentamos que algo aparece,
pero sin ninguna característica sensible propia, como por ejemplo en las vivencias estrictamente
lógico-lingüísticas. En ellas, los elementos sensibles que aparecen no son propios de lo que aparece
y por tanto ello no aparece “en carne y hueso”.

Durante la ponencia expondré estos tres modos con mayor detalle mediante ejemplos. Además,
propondré una reflexión sobre la articulación entre tales modos.

S-ar putea să vă placă și