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SIMULACIÓN EN EL AULA Y PRÁCTICA PROFESIONAL.

PARTES:
Accionante: DIEGO GARZÓN URQUIJO
Demandado: NACIÓN- MINISTERIO DE DEFENSA- POLICÍA NACIONAL
INTERVINIENTES:
Apoderado de la parte demandante: Moisés David Rosas Acosta.
HECHOS
Se presenta demanda de Nulidad y restablecimiento del derecho contra el fallo de
primera instancia por medio del cual el Jefe de la Oficina de Control Disciplinario
Interno de la Policía Metropolitana de Santa Marta impuso el correctivo de
destitución e inhabilidad general al patrullero Diego Garzón Urquijo por el término
de 11 años y la resolución de ejecutoria No. 01147 de 30 de enero de 2019 proferida
por el Director General de la Policía Nacional que ordenó el retiro del servicio activo
de la Policía Nacional al demandante.
Como consecuencia de lo anterior, a título de restablecimiento del derecho se
proceda a efectuar el reintegro del patrullero Diego Garzón al servicio activo de la
Policía Nacional y el pago de los salarios y demás emolumentos que dejó de percibir
desde la fecha de su desvinculación.
NORMAS VIOLADAS Y CONCEPTO DE VIOLACION
Con el Acto administrativo Número 01147 del 2019, por el cual el Director General
de la Policía Nacional ejecuta el fallo disciplinario proferido el 1 de febrero de 2018
por el jefe de la Oficina de Control Disciplinario en el cual se impone el correctivo de
destitución e inhabilidad general por el término de 11 años, al patrullero Diego
Garzón Urquijo se violaron los artículos 1, 6, 13, 15, 21, 29 de la Constitución
Política de 1991. Los artículos 4, 5, 6, 8, 9, 13, 14, 15, 16, 17, 18,128, 141, 142 y
170 de la Ley 734 de 2002. Artículos 3, 5, 6, 7, 11, 12, 13, 14, 15, 16, 17, 18, 19
de la Ley 1015 de 2006.
La decisión disciplinaria vulneró lo dispuesto por el artículo 141, 142 y 170 de la
Ley 734 de 2002 porque la oficina de control disciplinario de la Policía Metropolitana
de Santa Marta no acató los requisitos de orden formal que debe tener una decisión
disciplinaria, esto es, no hizo una correcta valoración de las pruebas, tampoco un
análisis jurídico adecuado de los cargos, descargos y alegaciones, como también
los principios de presunción de inocencia, resolución de la duda (art 6 de la Ley
1015 de 2006) y contradicción (art 16 de la misma norma). Además, el fallo
disciplinario se fundó en testimonios que no son convincentes y además, porque las
pruebas no dan certeza de que el patrullero Diego Garzón en el ejercicio de su
función hubiese causado daño a la motocicleta particular de propiedad de la Señora
Marlis Fernández Sarmiento.
Como también transgredió el artículo 128 de la Ley 734 de 2002, teniendo en
cuenta que este consagra la necesidad de que tanto el fallo disciplinario como toda
decisión interlocutoria esté fundamentada en las pruebas legalmente producidas y
aportadas por petición de cualquier sujeto procesal o de manera oficiosa. La norma
es clara en determinar que la carga de la prueba en estos procesos le corresponde
al Estado. Así mismo, es deber de la autoridad disciplinaria encontrar la verdad real
de lo sucedido, para lo cual es su obligación efectuar una valoración ponderada y
razonada de las pruebas recaudadas durante el trámite administrativo.
Además, vulneró el artículo 129 de la Ley 734 de 2002, debido a que este fija una
postura en los siguientes términos:
“Artículo 129. Imparcialidad del funcionario en la búsqueda de la prueba. El
funcionario buscará la verdad real. Para ello deberá investigar con igual rigor los
hechos y circunstancias que demuestren la existencia de la falta disciplinaria y la
responsabilidad del investigado, y los que tiendan a demostrar su inexistencia o lo
eximan de responsabilidad”. Por lo cual era indispensable que se desarrollara una
investigación integral, donde la pesquisa que se efectué dentro del proceso
disciplinario, no solo debe apuntar a probar la falta del patrullero Diego Garzón, sino
además, a encontrar las pruebas que desvirtúen o eximen de responsabilidad al
mismo.
En cuanto a la apreciación del material probatorio, la Ley 734 de 2002 en el artículo
141 señaló también, que esta debe hacerse según las reglas de la sana crítica, de
manera conjunta y explicando en la respectiva decisión el mérito de las pruebas en
que se fundamenta.
Finalmente, el artículo 142 de la Ley 734 de 2002, indica, de manera precisa, que
“No se podrá proferir fallo sancionatorio sin que obre en el proceso prueba que
conduzca a la certeza sobre la existencia de la falta y de la responsabilidad del
investigado”. De esta manera, la Oficina de Control Disciplinario Interno de la Policía
Metropolitana de Santa Marta en el momento de emitir la decisión condenatoria,
debe tener la convicción y la certeza probatoria de que efectivamente el servidor
público Diego Garzón incurrió en la falta que se le imputa. La existencia de dudas
al respecto, implica necesariamente que estas se resuelvan en favor del
investigado, en aplicación del principio in dubio pro disciplinado, toda vez que no
logró desvirtuarse su presunción de inocencia.
Ahora bien, en cuanto a la garantía de la presunción de inocencia, es pertinente
mencionar que esta se aplica en todas las actuaciones que engloban el ámbito
sancionador del Estado y, por consiguiente, también en materia disciplinaria, en la
medida en que se encuentra consagrada en el inciso cuarto del artículo 29 de la
Constitución Política y reiterada por el artículo 9 de la Ley 734 de 2002, que
establece: “Presunción de inocencia. A quien se atribuya una falta disciplinaria se
presume inocente mientras no se declare su responsabilidad en fallo ejecutoriado.
Durante la actuación toda duda razonable se resolverá a favor del investigado
cuando no haya modo de eliminarla”. Por lo cual la Oficina de Control Disciplinario
Interno de la Policía Metropolitana en su actuación debía conforme a las reglas del
debido proceso, demostrar que la conducta de que se acusa al patrullero Diego
Garzón, está establecida como disciplínale, se encuentra efectivamente probada; y,
que la autoría y responsabilidad se encuentra en cabeza de este servidor público.
Es necesario citar lo dispuesto por el Consejo de Estado y aplicable al caso en
concreto, el cual establece que: “Todo acto administrativo debe estar debidamente
motivado, lo que implica que al servidor público que lo expide, tiene la obligación de
exponer en el mismo las razones normativas y de hecho que dieron lugar a la
decisión en él contenida.” Debido a que es: “una garantía principal del debido
proceso y el derecho de defensa del disciplinado en la medida que le permite
conocer los argumentos y las pruebas tenidas en su contra, a efectos de que pueda
controvertir su interpretación”. Sentencia 23 de Marzo del 2017; Consejero
Ponente WILLIAM HERNÁNDEZ GÓMEZ.
De esta manera, si la decisión disciplinaria no cumple con alguno de estos
presupuestos, se configurará la causal de nulidad por falta de motivación y
vulneración del debido proceso.
MEDIOS DE CONTROL – ACCION DE NULIDAD Y RESTABLECIMIENTO DEL
DERECHO.
Es procedente la acción de Nulidad y restablecimiento del derecho en contra del
acto administrativo Número 01147 del 2019 proferido por la Nación, Ministerio de
Defensa, Policía Nacional debido a que adolece de nulidad por falsa motivación,
aplicación indebida del procedimiento, por violación del debido proceso, el derecho
de defensa y la presunción de inocencia, toda vez que entre los hechos imputados
y las pruebas valoradas en el pliego de cargos no existió una relación de causalidad,
que demostrara la intencionalidad dolosa del patrullero Diego Fernando Garzón
Urquijo.
El debido proceso como derecho fundamental está referido en materia procesal
disciplinaria, a que el policial investigado conozca los cargos en forma clara,
concisa y oportuna para que pueda ejercer todos los medios de réplica, pedir las
pruebas, obtener su decreto y práctica, así como controvertir las que lo inculpan,
presentar alegatos y en general, participar de modo activo en todo el proceso, lo
que implica un gran debate con el agotamiento de las instancias a que haya lugar y
las garantías que las mismas deben ofrecer. Lo dicho debió armonizarse con el
procedimiento disciplinario adelantado en contra del patrullero Diego Garzón, en el
cual se le concediera la posibilidad de ejercer el derecho de defensa a lo largo de
las diversas etapas. De otro lado, es pertinente mencionar que los actos de
juzgamiento disciplinario no son intangibles e invisibles al control jurisdiccional; en
efecto le corresponde a la Jurisdicción Contencioso Administrativa en materia
probatoria, verificar que la prueba recaudada en el trámite disciplinario este ajustada
a las garantías constitucionales primordiales.
Es pertinente mencionar, que el Jefe de la oficina de control disciplinario de la
Policía Nacional desconoció el nivel de certeza especial que exige la Ley 734 de
2002 al momento de establecer la responsabilidad y proferir el fallo sancionatorio
en contra del patrullero Diego Garzón; además ignoró la garantía de presunción de
inocencia con que goza el Policial al momento de atribuirle una falta disciplinaria y
la cual solo puede declararse cuando se haya eliminado toda duda razonable.
En concordancia con lo anterior, el operador disciplinario en la interpretación y
aplicación de la Ley 734 de 2002 debió tener en cuenta la prevalencia de la justicia
y la búsqueda de la verdad así como el cumplimiento de los derechos y garantías
del servidor Diego Garzón. Como también investigar lo desfavorable como lo
favorable; de manera que su misión no es sancionar sino procurar encontrar la
realidad de los hechos con los medios de prueba aceptados por la Ley disciplinaria
y en caso de no lograr el suficiente convencimiento debe siempre en aras de la
justicia decidir en favor del investigado. Por otro lado es necesario resaltar que la
carga de la prueba de los elementos de la responsabilidad disciplinaria corresponde
al Estado, además el fallo que profirió la oficina de control disciplinario se fundó en
conjeturas y no en un acervo probatorio legal y convincente.
JUEZ COMPETENTE – COMPETENCIA DE LOS TRIBUNALES
ADMINISTRATIVOS EN PRIMERA INSTANCIA.
Respecto de la competencia para conocer de los asuntos en los que se
controviertan actos administrativos mediante los cuales se imponen sanciones
disciplinarias de destitución o suspensión en el ejercicio del cargo, el Consejo de
Estado ha señalado:
“La nulidad de los actos administrativos proferidos por autoridad diferente al
Procurador General de la Nación en ejercicio del control disciplinario, se regirá por
las siguientes reglas:
Artículo 152. Competencia de los tribunales administrativos en primera
instancia.
3. De los de nulidad y restablecimiento del derecho en que se controviertan actos
administrativos de cualquier autoridad, cuando la cuantía exceda de trescientos
(300) salarios mínimos legales mensuales vigentes, y, sin atención a la cuantía, de
los actos que se expidan en ejercicio del poder disciplinario asignado a los
funcionarios de la Procuraduría General de la Nación, diferentes al Procurador
General de la Nación.
“La regla de competencia que se impone no es la cuantía del asunto sino la
naturaleza especial del mismo como lo es el ejercicio del control disciplinario del
que es titular preferente la Procuraduría General de la Nación, razón por la cual, los
actos administrativos que imponga el Procurador General en ejercicio de dicha
potestad serán competencia, en única instancia, del Consejo de Estado y, los
proferidos por funcionarios diferentes de esa entidad, serán conocidos por el
Tribunal Administrativo en primera instancia sin importar la cuantía ni la clase de
sanción disciplinaria”. Sentencia 9 de febrero 2017, Juzgado Primero Administrativo
Yopal- Casanare. Exp: 85001-33-33-001-2016-349-00.
“Los procesos incoados contra actos administrativos proferidos por Oficinas de
Control Disciplinario Interno o funcionarios con potestad para ello en las Ramas,
Órganos y Entidades del Estado, que impliquen el retiro temporal o definitivo del
servicio, son competencia de los Tribunales Administrativos en primera instancia.”
Sentencia 9 de febrero 2017, Juzgado Primero Administrativo Yopal- Casanare.
Exp: 85001-33-33-001-2016-349-00.
CONCILIACIÓN COMO REQUISITO DE PROCEDIBILIDAD – CADUCIDAD
“La conciliación ha sido considerada por la doctrina y la jurisprudencia como una de
las más eficaces herramientas para la resolución de los conflictos jurídicos y, con
su implementación, se busca involucrar a la comunidad en la solución directa de sus
diferencias a través de un instrumento flexible, ágil, efectivo y gratuito en materia
contencioso administrativa”. La conciliación extrajudicial como requisito de procedibilidad
y sus verdaderos efectos en la congestión judicial, David Díaz Guzmán, revista de derecho y
economía; Universidad del Externado.

En materia contenciosa administrativa para presentar una demanda deben


satisfacerse los presupuestos procesales del medio de control, entre ellos, la
interposición de la demanda dentro del término caducidad y, en los casos exigidos
por la ley, el agotamiento de la audiencia de conciliación extrajudicial.
Se tiene en el presente caso que, por ser los actos administrativos demandados
productos de un proceso disciplinario para efectos del conteo del término de
caducidad, este se debe hacer a partir de la ejecución de la sanción como lo ha
indicado el Consejo de Estado en la Sentencia del 7 de octubre de 2010. Consejero
Ponente Víctor Hernando Alvarado Ardila, Subsección B Sección Segunda, rad.
25000-2325-000-2004-05678-02 (2137-09)
Por ende, el acto de ejecución que corresponde a la Resolución 01147 de fecha de
30 de enero de 2019, fue notificada al demandante, el 2 de febrero, es así que a
partir del día siguiente se inicia el conteo de los 4 meses.
Por ende, para instaurar el medio de control de nulidad y restablecimiento del
derecho el actor Diego Garzón debe presentar la demanda dentro del término de
caducidad de cuatro 4 meses siguientes a la expedición del acto administrativo,
contados a partir del día siguiente al de su comunicación, notificación, ejecución o
publicación. Teniendo en cuenta lo anterior y como la presente demanda está
dirigida contra una decisión administrativa disciplinaria y comprende un conflicto de
carácter particular y contenido económico de competencia de la Jurisdicción de lo
Contencioso Administrativo, por lo cual el agotamiento de la audiencia de
conciliación extrajudicial es requisito procesal de esta acción, y que el patrullero
sancionado tiene hasta el 3 de junio de 2019 para interponer el medio de control de
nulidad y restablecimiento del derecho contra los actos disciplinarios acusados .

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