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CONCEPCIÓN DUALISTA DEL HOMBRE.

Doctrina que admite un cuerpo y un espíritu en los seres humanos, pero considerándolos dos

principios no integrados e independientes. Mente y cuerpo son dos sustancias distintas, aunque

pueden interactuar entre ellas

PLATÓN PRESENTA UN MODELO DUALISTA:

El ser humano es el resultado de la unión de un alma inmaterial e inmortal y de un cuerpo

material y mortal.

1- EL ALMA, INMORTAL E INMATERIAL, es afín al Mundo Inteligible. El alma es lo nos

hace ser lo que somos. La naturaleza del individuo depende de la naturaleza de su alma. El alma,

aunque se concibe como una unidad, en realidad está compuesta de tres partes (teoría del alma

tripartita):

 Un alma racional

 Un alma irascible

 Un alma apetitiva.

ALMA RACIONAL: Cuya misión es el conocimiento, la ubica en la cabeza. Es la que

diferencia al ser humano de los animales y es el aspecto más elevado e inmortal por estar

emparentado con las Ideas. Es la parte que podemos considerar separable del cuerpo.

Su virtud es la sabiduría (sofía), se rige por la razón y su función es el gobierno

racional del cuerpo conforme a lo inteligible y perfecto: las Ideas. (En el mito del “carro

alado” se corresponde con el auriga o conductor del carro).


La difícil relación de las operaciones del alma con el cuerpo se explica mediante las otras

dos partes del alma, que no son separables del cuerpo: la irascible y la concupiscible, que

parecen corresponderse más claramente con la concepción griega del alma como

principio de vida o movimiento del cuerpo.

ALMA IRASCIBLE: Es común a los animales y, por no ser separable del cuerpo,

es mortal. Su virtud es la fortaleza (andreía), se rige por el valor y en ella residen los

impulsos nobles, los deseos de fama, honor y la rebelión ante lo injusto. Su función es la

de impulsar a la acción, la de querer: permite que los seres humanos superen el

dolor y renuncien a los placeres cuando la parte racional así lo decida. Platón la sitúa

en el pecho - corazón - . (En el mito del “carro alado” se corresponde con el caballo blanco,

el bueno o dócil que obedece las instrucciones del auriga).

ALMA APETITIVA: es, como el anterior, no separable del cuerpo y, por tanto,

mortal. Su virtud es la templanza (sofrosine), es decir, la moderación de los placeres, se rige

por el deseo y su función es la de manifestar todo aquello que desea el cuerpo. Platón la

situó en el abdomen. (En el mito del “carro alado” se corresponde con el caballo negro, el

malo o rebelde que, obedeciendo a sus propios impulsos, pone en peligro la estabilidad y

equilibrio del mismo carro).

La unión del alma con el cuerpo es debida a que el alma no puede controlar su parte apetitiva y,

atraída por el mundo sensible, se une al cuerpo.

Cuando se separe del cuerpo, y dependiendo de la sabiduría y la virtud que haya adquirido, se

irá a otros cuerpos.


La teoría del alma tripartita, la causa de su unión con el cuerpo y su trasmigración, se muestra

en el llamado mito del carro alado:

Al alma humana nos la debemos representar como el conjunto de un carro dirigido por un auriga

y tirado por dos caballos, uno hermoso y dócil, y otro feo y rebelde.

Cada elemento de este símil representa una parte del alma:

a) El auriga representa al alma racional.

Está dotada de la facultad de la razón.

b) El caballo hermoso y dócil representa al alma irascible.

Está dotada de la facultad de la voluntad.


c) El caballo feo y rebelde representa al alma apetitiva.

Está dotada de apetitos, conectados con las necesidades y los placeres corporales.

2- EL CUERPO, MATERIAL Y MORTAL, pertenece al Mundo Sensible y es considerado

una cárcel para el alma.

ARISTÓTELES RESPONDE CON UN PLANTEAMIENTO

HILEMÓRFICO:

El ser humano es una única sustancia dotada de una dimensión material (el cuerpo) y de otra

formal (el alma).

El alma del ser humano, por su parte, no es inmortal, no transmigra a otros cuerpos, y es una

(no existen tres almas diferentes), aunque cumple tres funciones:

1. Función vegetativa:

Crecimiento, nutrición y reproducción

2. Función sensitiva:

Apetitos, movimiento y percepción

3. Función racional

La función de pensar y de querer voluntariamente.

Respecto a su respuesta sobre la condición humana, Aristóteles define al ser humano como

animal racional y político que tiende por naturaleza a conocer la verdad y lo que es bueno para

él, a forjarse un buen carácter y vivir de forma justa. Todo ello para alcanzar su propia

perfección o felicidad.

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