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Tema 9.

- La prosa didáctica de los orígenes a don Juan Manuel 1

TEMA 9
La prosa didáctica de los orígenes a don Juan Manuel

Introducción
Las necesidades didácticas obligan al profesor, para que la materia sea accesible
a sus alumnos, a compartimentar el continuum de la realidad de la historia literaria en
bloques, temas, epígrafes. Aunque este procedimiento es necesariamente reductor (toda
explicación de un hecho lo es), hay ocasiones en que esta creación de diques
aparentemente estancos se percibe aún como más artificiosa. Esto es así con los temas
de prosa medieval que preceden a éste. No hay barreras que separen el nacimiento de la
prosa de los primeros romanceamientos, ni de la tarea de Alfonso X o de su
descendiente don Juan Manuel. Tampoco las hay entre los usos vicarios de los textos,
por ejemplo para la predicación, o la fruición laica, por ejemplo para la lectura en la
corte. Cada uno de estos autores y obras sólo es explicable a partir de los anteriores, que
son a la vez fuente de inspiración, punto de partida y peldaño indispensable en la
configuración de la prosa literaria castellana, que se produce entre mediados del siglo
XIII y mediados del XIV. Tal continuidad es especialmente perceptible con don Juan
Manuel, pues su obra empieza recogiendo el testigo de la cronística alfonsí, según los
gustos de su tiempo, y sigue explorando todos los géneros abiertos por la literatura
didáctica, en la cual florecerán sus mejores y más personales contribuciones. Su obra,
por tanto, es a la vez suma de toda una tradición anterior y el mejor exponente de los
frutos que un autor genial podía extraer de ella para la posteridad. Así se entendió
también en el siglo XVI, cuando Argote de Molina, en Sevilla, prepara una edición de
las obras de don Juan Manuel (recordemos que fue uno de los pocos autores anteriores
al XV que se editaron en el Siglo de Oro).

ESQUEMA
1. Los orígenes de la literatura didáctica
1.1. La literatura sapiencial. Sus orígenes
1.2. Los Castigos de Sancho IV.
1.3. Las colecciones de cuentos
1.3.1. Calila e Dimna
1.3.2. Sendebar
1.3.3. Las compilaciones de cuentos y el sermón.
1.3.3.1. La predicación en la Edad Media.
1.3.3.2. La literatura ejemplar.
2. Don Juan Manuel
2.1. Biografía de Don Juan Manuel
2.2. Las obras de don Juan Manuel. Número y cronología.
2.3. Primera etapa. Obras vinculadas al scriptorium alfonsí
2.4. Segunda época.
2.4.1. Libro de los estados
2.5. Tercera época.
2.5.1. Libro infinido
2.6. El Conde Lucanor.
2.6.1. Fecha y proceso de composición
2.6.2. Testimonios
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2.6.3. Contenido y estructura


2.6.4. Las partes integrantes de El conde Lucanor.
2.6.4.1. Los prólogos
2.6.4.2. Los exemplos.
2.6.4.3. Los proverbios
2.6.4.4. El tratado doctrinal.
2.6.5. El estilo

Bibliografía
Autoevaluación
Glosario
Textos
Apéndice
Biografía de don Juan Manuel
Solucionario

1. Los orígenes de la literatura didáctica.


Tal como se ha venido señalando en los temas anteriores dedicados a la prosa, las
traducciones desempeñaron papel fundamental en el nacimiento de la literatura
vernácula. Una de las corrientes más fructíferas estuvo en la literatura sapiencial y en la
cuentística de origen árabe.

1.1. La literatura sapiencial. Sus orígenes.


Los árabes traen consigo a la Península Ibérica textos de literatura sapiencial 1
que tenían gran popularidad y difusión por todo Oriente. Estas obras se conocieron en
árabe, pero también se divulgaron entre nosotros a través de traducciones, en las que
tienen una participación importante los judíos, quienes trasladaban estas obras al latín o
al hebreo. En el siglo XIII esas obras, clásicas en la cultura árabe, se traducen asimismo
al romance castellano, unas quizá bajo el reinado de Fernando III y la mayoría reinando
Alfonso X y promovidas por su interés directo. Algunas de las más conocidas son el
Libro de los buenos proverbios (una recopilación de sentencias atribuidas a sabios
griegos), el Poridat de las poridades 2 y los Bocados de oro (una colección de dichos)3
A pesar de que los originales de los que derivan las obras castellanas provienen de una
antigua tradición, no debe creerse en ningún caso que estas obras se traducen por un
mero interés arqueológico. Muy al contrario, si se traducen estas obras sapienciales es
porque sus enseñanzas se consideraban de total actualidad y se valoraban como
reflexiones imprescindibles en la formación del intelectual laico y clérigo de la época.
De hecho, el interés por esta literatura supuso que, junto a las traducciones directas,
surgieran otras obras que al parecer no derivan de ningún original árabe inmediato, pero
mantienen muchas similitudes con ellas. Este sería el caso del Libro de los doze sabios,
el Libro de los cien capítulos y las Flores de filosofía, que son obras sapienciales
compuestas en castellano a imitación de los romanceamientos del árabe.

1.2. Los Castigos de Sancho IV.

1
Literatura sapiencial: se llama así a la literatura producida por sabios, es decir, textos que compilan
saberes dignos de ser aprendidos y transmitidos. Algunas se atribuyeron a sabios griegos, a Aristóteles,
etc.
2
Poridat significa ‘secreto’
3
Véase sobre estas obras el apartado de textos.
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Anteriormente la crítica creía que el trabajo de construcción de un corpus letrado


en romance dirigido por Alfonso X había terminado con la muerte del rey, sin embargo
los estudios han demostrado que hay obras cuyo impulso hay que atribuir a Sancho IV,
su inmediato sucesor, que da un giro ideológico hacia la ortodoxia religiosa, lo que se
manifiesta en el contenido de las obras que promueve. Durante su reinado Sancho IV
impulsó la composición de obras como el Lucidario, los Castigos de Sancho IV, dos
textos didácticos en forma de diálogo, o el Barlaam y Josafat, una versión castellana de
la leyenda de Buda. De ellas solo trataremos brevemente los Castigos de Sancho IV.
La crítica ha datado la composición de los Castigos de Sancho IV hacia 1292-93.
El término castigo del título tiene el sentido de ‘amonestar, enseñar, prevenir, advertir’,
y alude directamente al contenido de la obra y su objetivo: educar a un príncipe por
medio de un diálogo. La figura de maestro la ocupa un padre, que se dirige a su hijo, y
más concretamente un rey que desea formar a un infante, situándonos, por tanto, en las
tradiciones de los specula principum o manuales de educación de príncipes (recuérdese
el tema 9). Sus contenidos, no obstante, no se limitan a la vida pública, sino que primero
son de carácter ético-religioso y luego ético-político, es decir, para la salvación del alma
en el más allá y del cuerpo en el reino de este mundo:
Mío fijo, pues que te he dado en este mi libro tan buenos castigos, los
cuales si en ellos quisieres meter mientes seerte han provechosos para el alma e
para el cuerpo en vida e en muerte. Ca en la vida tenerte ha en grand pro e a la
muerte salvarse ha la tu alma por ellos, e avrás la gloria del Paraíso por ellos e
dexarás de ti buena fama al mundo (p. 211) 4

1.3. Las colecciones de cuentos


El mismo marco cultural que incita a la traducción de los libros sapienciales
justifica la adaptación al romance, procedentes del árabe o del latín, de libros de otros
géneros. Son colecciones de cuentos, en los que también se difunde el saber, pero cuyo
medio de enseñanza se basa en la ficción. Las obras a las que nos referiremos serán dos
colecciones de cuentos de origen árabe: Sendebar y Calila e Dimna.

1.3.1. Calila e Dimna


La difusión del Calila e Dimna es sorprendente, hasta el punto de que se ha
llegado a decir que se trata del libro más leído después de la Biblia, porque hay
traducciones en más de cuarenta lenguas y en ellas gran número de versiones. Su origen
se remonta al siglo IV de nuestra era, compuesto probablemente en la India, de donde,
a través del persa, llegó a los árabes, y de esta traducción se verterá al castellano. Fue
Alfonso X quien encargó la traducción, siendo infante o ya rey, porque en el colofón de
uno de los manuscritos se menciona el año 1299 de la era hispana, correspondiente al
1261, aunque en él se habla de Alfonso como infante (para esa fecha llevaba diez años
reinando), lo cual significa que hay alguna confusión o error.
El Calila e Dimna consta de tres partes:
1) El prólogo del compilador árabe.
2) Dos capítulos con la historia del libro.
3) Los dieciséis capítulos del Calila e Dimna propiamente dichos.

4
Este texto ha sido editado en varias ocasiones, por ejemplo, por Pascual de Gayangos en Escritores en
prosa anteriores al siglo XV, Madrid: Atlas, 1*** (Col. Biblioteca de Autores Españoles, t. LI); por
Agapito Rey, Castigo y documentos para bien vivir ordenados por el rey don Sancho IV, Bloomington:
Indiana University Press, 1952; y más recientemente por John Zemcke, “Castigos e documentos” and
“Libro del consejo y los consejeros”. Escorial Ms. Z.III.4, Madison: Hispanic Seminary of Medieval
Studies, 1992.
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Para organizar estos materiales no se emplea una estructura lineal, ni siquiera la


más compleja del relato inscrito en el relato marco, como veremos en el Sendebar, sino
que dentro del marco hay relatos que a su vez generan otros relatos, con lo que los
personajes de la obra (todos animales) son a la vez narrados y narradores, enseñando así
a usar y servirse del saber (véase una muestra en el apartado de Textos). Esta enseñanza
se produce cuando después del cuento y la moraleja del mismo, el lector comprueba
cómo se traduce este saber en la realidad concreta del personaje.
En el Calila e Dimna, a diferencia de los libros sapienciales antes mencionados,
se procura transmitir un conocimiento práctico, para que el futuro gobernante sepa
desenvolverse en sus tareas, aplicando un saber general y abstracto a lo concreto de la
actuación.

1.3.2. Sendebar 5
El origen de esta obra ha sido ampliamente debatido por la crítica, que ha
mantenido teorías diversas a lo largo del tiempo, remontándose a un original sánscrito,
pahlevi o incluso hebreo; a España, no obstante, tuvo que llegar a través de un original
árabe. Éste Sendebar árabe, según el prólogo castellano, se tradujo en 1253 por encargo
de don Fadrique, hermano de Alfonso X, quizá en Sevilla, donde este infante pasó
largas temporadas tras su conquista en 1247. Sin embargo, cabe pensar que don
Fadrique no contaba con los medios ni la experiencia de su hermano Alfonso X y la
traducción, tal como nos ha llegado en un manuscrito único, resulta defectuosa.
En el contenido de la obra se advierte ya que presenta uno de los recursos
narrativos más importantes que la cuentística oriental aportó a Occidente, que es el del
relato marco. Consiste esta estructura en una historia principal en la que se insertan
otros relatos contados por personajes de la historia principal, que se convierten en
narradores dentro del argumento. Con este artificio se obtiene la unidad de un conjunto
formado por narraciones dispares y a la vez se le muestra al lector cómo se extrae la
enseñanza de un relato para aplicarlo a la propia necesidad y experiencia. Este recurso,
que es el de las Mil y una noches, se encontrará en otras obras medievales españolas y
europeas (Calila e Dimna, Barlaam e Josafat, Decamerón, Cuentos de Canterbury) y
del Siglo de Oro, donde su uso conocerá una gran difusión.
En el Sendebar el ámbito de la acción es, como en los libros sapienciales, la
corte y en ella la figura principal es el rey. Sin embargo, este rey que busca la sabiduría
y que desea transmitirla a su hijo, no actúa aisladamente, sino que debe reunir a sus
consejeros para tomar una decisión. Serán estos consejeros los que lleven el peso de la
acción, porque a través de sus historias conseguirán evitar que el rey tome una decisión
equivocada matando a su hijo; por eso la mayoría de sus cuentos tratan sobre la maldad
de las mujeres y sus engaños lujuriosos. Frente a los consejeros se encuentra la mujer,
que desea la muerte del príncipe para evitar que la delate, así que sus relatos giran en
torno al tema de los malos consejeros. Para concluir, los cuatro cuentos que de forma
seguida narra el infante al final sirven para demostrar que con su maestro Çendubete ha
alcanzado la sabiduría, por lo que tratan el tema de la adquisición de conocimientos.

1.3.3. Las compilaciones de cuentos y el sermón.


1.3.3.1. La predicación en la Edad Media.
Los orígenes del sermón como pieza oratoria de la predicación se pierden en el
tiempo. La Iglesia, debido al mandato evangélico de la predicación (Mt.28, 16-20),
sintió ésta como una de sus tareas fundamentales e infinita, pues debía ir dirigida a

5
El argumento de la obra se encontrará en el apartado de Textos.
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todos los pueblos. En esta labor, las primeras pautas fueron las de Jesucristo, que solo se
renovarán con San Agustín (siglo V) y a partir de entonces permanecerán iguales hasta
el siglo XIII, con algunos aportes ocasionales. En el siglo XIII tendrá lugar la auténtica
renovación y fijación del género del sermón debido fundamentalmente a tres factores:
los estudios universitarios, el método escolástico y el impulso de los sucesivos
concilios, entre ellos el IV Concilio de Letrán (1215). Así, poco antes de 1200 surgió un
nuevo género retórico llamado ars praedicandi, que se ocupa de establecer la materia y
las reglas que se han de aplicar en la composición de sermones.
Esta renovación afectó la predicación como género. Existían varios tipos de
sermones: el universitario, escrito en latín, por lo que no era apto para los públicos sin
formación, sino que exigían un auditorio letrado; el tradicional y el popular. Este último
se escribe en lengua vulgar y renueva su organización empleando para su eficacia
didáctica materiales de procedencia no religiosa, como exempla o sentencias. Así el
desarrollo del sermón influyó de varios modos en la literatura, siendo uno de ellos las
recopilaciones de ejemplos o de sentencias y su uso

1.3.3.2. La literatura ejemplar.


Para elaborar los sermones, el predicador disponía de varios tipos de obras, todas
ellas interdependientes en su uso: las escrituras mismas con sus glosas; las artes
praedicandi; las colecciones de exempla, sentencias y misceláneas diversas. De todos
ellos, como historiadores de la literatura, los que más nos interesan son los ejemplarios
o colecciones de ejemplos.
En la segunda mitad del siglo XIII empiezan a surgir los ejemplarios o
recopilaciones de exempla. Este impulso se debe en primer lugar a que el número de
relatos es tal que es imposible para los predicadores dominarlos; y en segundo al
asentamiento de las dos grandes órdenes mendicantes, dominicos y franciscanos, los
más interesados en la predicación y a quienes debemos la mayor parte de
compilaciones. Así de entre 1250 y 1350 son la mayor parte de los ejemplarios latinos
conservados, porque en adelante se reduce el número de compilaciones y éstas se
alimentan de las ya existentes. Eso no significa que se produzca una decadencia del
exemplum posteriormente, sino que la ausencia de novedades se traduce en una mayor
eficacia en su uso, al tratarse de un corpus bien conocido, y se perfeccionan los métodos
de clasificación en los ejemplarios.
Efectivamente las compilaciones de ejemplos, desde sus inicios, suelen estar
organizadas por materias con una tabla que ayude en su localización, aunque sólo desde
finales del siglo XIII esa tabla se organiza alfabéticamente. Con este medio, que aún se
refinaría más adelante, se reforzaba el uso vicario de los exempla al servicio de la
predicación. Ahora bien, los ejemplos no sólo se difundieron oralmente a través del
sermón. Inicialmente los libros de exempla ofrecían su relatos de una forma desnuda,
sin extraer de ellos una enseñanza; ésta era innecesaria para un predicador porque él
establecía la moralización cuando usaba el exemplum en su homilía. En el siglo XIV en
algunos ejemplarios cada exemplum va acompañado de moralizaciones, llegando a ser
éstas más amplias que la propia narración. Algunas de las obras que siguen esta
modalidad tuvieron un gran éxito, tanto que no se puede explicar sólo por su uso para la
predicación, sino que hay que considerar que además fueron obras de lectura para las
elites laicas de finales de la Edad Media.
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2. Don Juan Manuel

2.1. Biografía de Don Juan Manuel

La sucesión de Alfonso X, como veíamos en el tema anterior, fue azarosa y


desafortunada, pues a un periodo de guerras intestinas dominadas por Sancho IV,
siguieron dos minorías reales, que, por su debilidad inherente, dieron pie a los
enfrentamientos nobiliarios por el poder en detrimento de la corona. Sólo cuando
Alfonso XI alcance la mayoría y asuma directamente el poder en 1325 empezará un
largo y fructífero reinado, que se puede considerar uno de los más significativos de toda
la Edad Media castellana. Con los acontecimientos de la sucesión real, sobre todo
durante las minorías de Fernando IV y Alfonso XI, está inextricablemente unida la
biografía de don Juan Manuel, que siempre se ha de contemplar dentro de la historia de
su tiempo, pues no en vano quiso ser uno de sus grandes protagonistas.
La posición que por nacimiento ocupó don Juan Manuel (1282- 1348) en la
sociedad de su época era de las más elevadas y nunca lo olvidó ni permitió que otros lo
hicieran. Esta conciencia estamental y el deseo de ejercer la preeminencia explican su
conducta de enfrentamiento con el poder real y la ruptura con Alfonso XI cuando éste
quiere fortalecer a la corona. En este aspecto producen un fuerte contraste su biografía y
su obra, pues en lo literario se nos presenta el consejero mesurado y sabio, el caballero
ideal; en la vida real nos encontramos con el noble interesado y orgulloso, que no duda
en retirarse de una batalla. Sin duda, su mejor logro fue la proyección que de sí mismo
hizo a través de la escritura.
En su formación, aunque afirme modestamente en su prólogo general no
ser hombre de conocimientos, sabía el latín suficiente para leer obras en esa lengua y
conocía alguna lengua más como el árabe. Conocía la Biblia y sobre todo la historia
profana, la escrita en los libros y lo que sucedía en la Europa de su tiempo. Su gran
fuente de cultura fue, sobre todo, su propia experiencia y las conversaciones con
hombres sabios, si hemos de creer lo que dice en el Libro del cavallero et del escudero
(véase el pasaje en el apartado de Textos).

2.2. Las obras de don Juan Manuel. Número y cronología.


Don Juan Manuel se tomó más molestias que ningún otro escritor medieval en
preservar su obra, en procurar librarla de los copistas descuidados y de los peligros
inherentes a una transmisión manuscrita. Para ello determinó que una colección
completa de todas sus obras, corregidas por su mano, quedara depositada a perpetuidad
en el monasterio de dominicos que fundó en Peñafiel. Sus desvelos fueron inútiles,
porque esos textos se perdieron, así que para conocer en su totalidad cuántas y qué obras
compuso tenemos que recurrir a otras fuentes.
El llamado “Prólogo general” nos ofrece una lista de sus obras que incluye un
total de once en el siguiente orden:
Libro de las armas
Libro de los castigos et de consejos (= Libro infinido)
Libro de los estados
Libro del cavallero et del escudero
Libro de la cavallería
Crónica abreviada
Crónica complida
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Libro de los engeños 6


Libro de la caça
Libro de las cantigas
Reglas de trovar
Sin embargo, de estos once, se han perdido las cinco siguientes: Libro de la
cavallería, Crónica complida, Libro de los engeños, Libro de las cantigas, Reglas de
trovar. Por otra parte, en la lista anterior no están incluídos: un libro escrito con
posterioridad a 1335, que es el Tratado de la Asunción de la Virgen María; ni tampoco
su obra hoy más famosa, el Libro del conde Lucanor.
Al observar la lista podemos comprobar que don Juan Manuel agrupa las obras
temáticamente: primero las referidas a la familia y el linaje, después las de formación de
caballeros, las históricas, y, por último, las que se refieren a saberes particulares. El
orden temático de esta lista no se corresponde con el cronológico, en el que se
redactaron las obras. Para establecer la sucesión temporal, la crítica ha señalado como
una absoluta novedad en su época el hecho de que cada libro que don Juan Manuel
escribió estuviera supeditado a las circunstancias personales por las que el autor
atravesaba en ese momento. Como instrumentalizaba cada una de sus obras y en ellas
literatura y biografía se hallan en él inextricablemente unidas, lo mejor es emplear
criterios de contenido para ordenar cronológicamente toda su producción. Así su obra se
ha divido en tres etapas, donde a cada época cronológica también le corresponde un
grado de formación e intereses como escritor.
1) La primera etapa (c. 1325-26) está formada por obras que se pueden
considerar herederas del scriptorium alfonsí, en temas y fórmulas. Pertenecerían a ella
la Crónica abreviada (anterior a 1325) y el Libro de la caça (entre 1325-26; antes de
1329), junto con el perdido Libro de la cavallería (hacia 1326).
2) La segunda etapa coincide con el período más turbulento de la vida de don
Juan Manuel, aproximadamente entre 1327-37, a pesar de lo cual encontramos en él sus
obras maestras: el Libro del cavallero et del escudero (entre 1326-28), el Libro de los
estados (1330), El conde Lucanor; además del perdido Libro de los engeños. En las tres
conservadas adoptó la técnica de diálogo didáctico como medio para acercar los saberes
a un receptor ajeno a la alta cultura.
3) La tercera etapa, a partir de 1336 aproximadamente, corresponde vitalmente
con el establecimiento de la tregua con el rey. En estos años redacta el Libro infinido, el
Libro de las armas y el perdido Libro de las reglas cómmo se debe trovar. La última de
sus obras es el Tratado de la Asunción de la Virgen María. La característica de esta
nueva época es la implicación del autor-narrador en el relato, como sucede, por ejemplo,
en la entrevista entre don Juan Manuel y Sancho IV, narrada en el Libro de las armas.
Ya no se emplean marcos ficticios para desarrollar una enseñanza, sino que el mismo
don Juan Manuel, ahora sin máscaras, toma la palabra directamente en cada una de estas
obras. Se ha ido formando como escritor, ha ido afianzando sus conocimientos y ahora
los muestra abiertamente desde la autoridad adquirida.

2.3. Primera etapa. Obras vinculadas al scriptorium alfonsí

Don Juan Manuel se formó en la corte de su tío Alfonso X y de Sancho IV, reyes
conscientes de la importancia que para su acción política tenía una labor ideológica que
la sustentara. Así no es de extrañar que, en su voluntad de emular a su tío Alfonso X, su
primer acercamiento a la escritura fuera por medio de una crónica. La Crónica

6
Engeño: ‘artefacto, máquina de guerra’.
Tema 9.- La prosa didáctica de los orígenes a don Juan Manuel 8

abreviada no es otra cosa que una versión muy resumida de la Estoria de España
alfonsí, aunque realizada desde los planteamientos ideológicos de un gran noble del
XIV. La visión que don Juan Manuel tiene del reino y el poder es aristocrática, frente al
proyecto unificador en torno a la corona que siempre defendió Alfonso X. Así don Juan
Manuel abrevia la crónica alfonsí para defender su propia ideología del estado y
justificar algunos de sus comportamientos más abominables. Eso no impide que esta
Crónica se abra con el mayor elogio que se ha hecho al Rey Sabio (véase el apartado
textos).
La obra consta de tres libros, que empiezan en el diluvio, pero sólo como punto a
partir del cual se separan las tierras y las tribus que habitan en ella, origen último de
España. Para el resto su materia exclusiva es la historia de España, que se divide en tres
libros y llega hasta la muerte de Fernando III, que corresponde a la historia de Castilla
más próxima a la época del autor.

2.4. Segunda época.


En contraste con las graves dificultades por las que atraviesa su vida desde 1326,
parece que don Juan Manuel se complace en representar por medio de la escritura cuál
había de ser el comportamiento ideal del caballero y, sobre todo, del noble. Esta
proyección se aleja de la realidad, como si empleara la escritura para demostrar cuál
hubiera podido ser su papel en otras circunstancias.

2.4.1. Libro de los estados


El Libro de los estados fue compuesto inmediatamente después del Libro de
cavallero et del escudero, entre 1327 y 1332. Por esos años don Juan Manuel está
pasando sus momentos más amargos, por la afrenta sufrida a través de su hija Constanza
y las luchas abiertas con Alfonso XI, que conllevan la pérdida del Adelantamiento de
Murcia.
Hay varios datos que indican que la composición del Libro de los estados no fue
lineal: • se menciona con dos títulos distintos (Libro del infante y Libro de los estados)
y • existen desajustes cronológicos que indican que se escribió en dos etapas. El primer
libro fue compuesto entre 1326-27 y revisado entre 1329-30, cuando compone la
segunda parte. De hecho se ha señalado la existencia en el libro I de ciertos bloques
autónomos en cuanto a sus subtemas, sugiriendo que quizá el desarrollo de los
problemas personales del autor pudiera ser la causa de los cambios de planes sobre el
texto inicial. En cuanto al libro II, parece que tiene mayor unidad compositiva.
El tema central de la obra viene expuesto desde el principio: “La salvación de las
almas á de ser en ley et en estado”, es decir, que si se actúa de acuerdo con la vía
espiritual a la vez que con la temporal, cada uno según su estado, es posible ganar la
santidad. Para desarrollar esta tesis empleauna leve trama narrativa:
“Et porque los omnes no pueden tan bien entender las cosas por otra
manera commo por algunas semejanças, conpús’ este libro en manera de
preguntas et repuestas que fazían entre sí un rey et un infante, su fijo, et un
cavallero que crió al infante et un philósofo. Et pus’ nombre al rey Morabán, et al
infante, Johas, et al cavallero, Turín, et al philósofo Julio”

El Libro de los estados desarrolla en argumento la enseñanza de dos maestros al


hijo de un rey y recuerda al Barlaam e Josafat. Por su contenido, pertenece a un género
más o menos establecido en que se exhorta a los estados a que reconozcan sus deberes
dentro del corpus mysticum. Sin embargo, por su técnica expositiva se aleja de los
tratados habituales, porque sus ideas se exponen por medio del intercambio y el debate,
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que facilitan la integración de las proposiciones generales y la experiencia vital del


autor (por ej. sobre la guerra o sobre la desnaturalización) y en este sentido se aleja de
otros escritores de su época cuyas fuentes de inspiración son literarias. Esta técnica
expositiva era asimismo una forma especialmente accesible del discurso didáctico,
dirigido en este caso a la educación de un infante (recuérdese que así se titulaba
inicialmente el libro), porque permitía la inserción de casos que facilitan la comprensión
de las ideas abstractas.
Parte de estos casos o exemplos tienen como protagonista al propio don Juan
Manuel y el autor aparece dentro de la obra como personaje que se mueve entre los de
ficción. Julio, uno de los maestros, dice haber sido en otro tiempo maestro de don Juan,
y el propio don Juan aparece al final de la primera parte del libro, cuando el infante le
ruega que remate el libro y que lo escriba “Et por su consejo et por su ruego acabó don
Iohan esta primera parte deste libro en Pozancos, lugar del obispado de Çigüença…” (p.
412). Estas rupturas del marco ficticio provocan sorpresa en el lector y son uno de los
recursos más característicos de las obras de don Juan Manuel en esta época, como se
podrá comprobar en la lectura de El conde Lucanor.

Después del Libro de los estados escribió El conde Lucanor, sin embargo, dado
que por su significación esta obra es lectura obligatoria del curso, en lugar de tratarla a
continuación, le dedicaremos especial atención más adelante.

2.5. Tercera época.


Tal como señalábamos anteriormente, la tercera etapa de las obras de don Juan
Manuel se sitúa a partir de 1336 y a ella corresponden las siguientes obras; el Libro
infinido, el Libro de las armas, el perdido Libro de las reglas cómmo se debe trovar y la
última de sus obras, el Tratado de la Asunción de la Virgen María. Ahora don Juan
Manuel no utiliza la ficción para enseñar, sino que lo hace directamente a través del tipo
de exposición propia del tratado.

2.5.1. Libro infinido


El Libro infinido se puede considerar como un manual para la educación de su
hijo. En la obra el autor, con su propio nombre, se dirige directamente a su hijo
Fernando (cada uno de los capítulos empieza con el vocativo “Fijo don Ferrando”),
desgranando temas prácticos de su interés inmediato: el cuidado del alma y el cuerpo,
los comportamientos con los diferentes tipos de personas que le rodean, el
mantenimiento de sus bienes o las relaciones jurídicas y económicas. A diferencia de las
obras anteriores, en que se empleaba el mecanismo pregunta-respuesta, en el Libro
infinido se trata de un discurso directo a su hijo. Los contenidos están divididos en
breves capítulos de sentido práctico, cerrado cada uno de ellos con la fórmula “Et la
prueva desto es que los que lo así fizieron se fallaron ende bien, et el contrario”. Este
tipo de fórmulas tendrá una larga fortuna en los tratados educativos, pues son uno de los
medios retóricos del propio discurso para imponerse al receptor asegurando su validez.

2.6. El Conde Lucanor.


2.6.1. Fecha y proceso de composición
El Libro del Conde Lucanor termina con el siguiente colofón: “Et acabólo don
Iohan en Salmerón, lunes XII días de junio, era de mil et CCC et LXX et tres años”, es
decir, el 12 de junio de 1335. Aunque no sabemos cuánto tiempo le pudo llevar la
redacción de la obra, hay que tener en cuenta que en 1332 terminaba el Libro de los
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estados, y que sabemos, por un dato del exemplo XLV, que al menos en 1328 estaba
redactando el Lucanor. Según ha estudiado Alberto Blecua, primero circularon
independientemente los exempla, como demuestran los manuscritos conservados, a los
que en 1335 añadió la segunda parte, es decir, la de los proverbios. En los últimos años
don Juan Manuel mandó que el texto se copiara al volumen de la obra completa. Esta
forma de proceder no fue exclusiva para El conde Lucanor, sino que don Juan Manuel
debía tener por costumbre enviar copias a algunas personas a medida que iba
escribiendo las obras, quedándose él con un original en su poder (recordemos que en el
Libro del caballero et del escudero decía a don Juan de Aragón que le mandaba una
copia mala).
Ese proceso de composición no impide que debamos encuadrar el Libro del
conde Lucanor en la que se considera su segunda época, cuando redacta sus obras más
divulgadoras y extensas y emplea para la enseñanza un marco de ficción en el que
aplicar el mecanismo didáctico de pregunta-respuesta.

2.6.2. Testimonios
A diferencia del resto de las obras de don Juan Manuel, que se conservan en un
único códice (Biblioteca Nacional, Ms. 6376, llamado S), el Conde Lucanor nos ha sido
transmitido en cinco manuscritos (cuatro del siglo XV y uno del XVI), y hay noticias de
varios más perdidos en diferentes épocas. Asimismo es una de las pocas obras
medievales que se “rescataron” en el siglo XVI, así el erudito sevillano Argote de
Molina preparó una edición que se publicó en 1575. Esta edición se convirtió en lectura
de nuestros mejores clásicos del Siglo de Oro, como Cervantes, Lope, Quevedo o
Gracián. La abundancia de manuscritos conservados (cinco), tan poco habitual en las
obras medievales hispanas, demuestra que fue una obra apreciada y quizá la más famosa
de nuestro autor.

2.6.3. Contenido y estructura


El conde Lucanor consta de:
- Dos prólogos
- Cincuenta y un ejemplos
- Cinco partes más: exemplo
proverbios (partes 2º a 4º de este bloque)
exposición doctrinal
Estas fragmentaciones internas no implican, ni mucho menos, que nos
encontremos ante la suma de varios textos, sino ante una obra única, perfectamente
trabada desde la voluntad de su autor por varios medios:
a) Presencia de un marco único en el que actúan dos interlocutores, Lucanor y
Patronio.
b) Voluntad de tratar los mismos temas a través de procedimientos diversos.
c) Justificación de un proceso progresivo en las complejidades del método
didáctico, que va de menor dificultad asimilativa con el exemplo, a mayor, al
pasar por el proverbio y llegar hasta la fórmula de la exposición doctrinal.
Dada la variedad de elementos disgregadores y unificadores que confluyen en la
obra, los críticos han establecido varios tipos de divisiones, según den prioridad a unos
u otros elementos:
- Estructura bipartita. Según Germán Orduna y otros, como Reinaldo Ayerbe-
Chaux o Alan D. Deyermond, la obra se divide formalmente en dos partes: El libro de
los exemplos del conde Lucanor et de Patronio (parte I) y El libro de los proverbios del
conde Lucanor et de Patronio (partes II a V). Para defenderla se apoyan en los
Tema 9.- La prosa didáctica de los orígenes a don Juan Manuel 11

siguientes datos: • que la parte I de los exemplos tuvo difusión independiente; • que los
proverbios se inician en el manuscrito S con una gran letra capitular, que marca
nítidamente una separación después de los exemplos; y • que hay dos prólogos, uno al
principio y el segundo antes de los proverbios.
- Estructura tripartita, según argumentó Joaquín Gimeno Casalduero en
primer lugar, y ha defendido luego Guillermo Serés. La base fundamental de su
argumentación es la existencia de tres fórmulas didácticas en la obra: exemplos,
proverbios y exposición doctrinal, fórmulas que se aplican según los temas: seculares
para las dos primeras partes (vida, hacienda, honra, estado) y doctrinales (salvación del
alma) en la última parte (parte V). Estas fórmulas implican una progresión gradual de la
dificultad en el método didáctico a la vez que en los temas, creando una tensión
ascendente hacia el apartado final, que culmina con una mayor dificultad. Ésta se
concreta en dos planos: el de la técnica expositiva, porque emplea la forma de tratado; y
en el tema, el más importante, el de los principios doctrinales que conducen a la
salvación del alma.

2.6.4. Las partes integrantes de El conde Lucanor.


Ya hemos señalado que en El conde Lucanor hay varias partes que tienen sus
propias características. A continuación las examinaremos por separado, una a una.

2.6.4.1. Los prólogos


Como suele ser habitual, la primera presencia del autor y la declaración de sus
intenciones está en el prólogo que abre la obra. Sin embargo, El conde Lucanor tiene la
peculiaridad de contener dos prólogos, uno a continuación del otro, por lo que se han
denominado “Anteprólogo”, el primero, y “Prólogo”, el segundo. El primero coincide
casi en sus mismos términos con el llamado “Prólogo general” (veáse más arriba y el
texto correspondiente), aunque la lista de obras en uno y otro presenta discrepancias que
han traído de cabeza a los críticos.
La mayoría parece estar de acuerdo en que no sería don Juan Manuel el autor de este
anteprólogo, sino un refundidor que lo escribió sobre el “Prólogo General”. El segundo
de los prólogos que preceden El conde Lucanor merece especial atención por haber sido
escrito por don Juan Manuel. Insiste en el valor didáctico de la obra, ya que por sus
características sirve a muchos tipos de lectores al tener u envoltorio exterior que hace
atractiva la enseñanza. Por tanto, debemos creer que al igual que ha cuidado el
contenido, ha cuidado extremadamente la forma de presentarlo, a la que nosotros
también debemos estar atentos.

2.6.4.2. Los exemplos.


La primera parte de la obra se compone de cincuenta y un exemplos. Ésta era
una de las fórmulas más tradicionales de la ficción y las colecciones de estos breves
relatos, tanto en latín como en castellano o de origen árabe, estaban bien difundidas,
como hemos visto en los epígrafes precedentes. Otras recopilaciones tenían como
finalidad servir de repertorio a predicadores, que podían escoger el exemplum o relato
que convenía en cada caso a su sermón, adaptándolo a la circunstancia concreta y en
este uso se hicieron muy populares 7. Sin embargo, no hay que olvidar que un relato en
sí, por ameno o explícito que sea, no es un texto didáctico, sino que para convertirse en

7
Tal como se ha expuesto más arriba, por la misma época en que don Juan Manuel componía una obra a
base de exemplos, los dominicos, orden de predicadores con la que estuvo muy vinculado, estaban
compilando ejemplarios.
Tema 9.- La prosa didáctica de los orígenes a don Juan Manuel 12

tal necesita de una interpretación que actualice los significados implícitos y los dote de
un valor moralizante que pueda ser asumido por quien lo oye o lee. Por tanto, para que
podamos hablar de un exemplo se tienen que dar tres elementos:
- Un relato o una descripción
- Una enseñanza moral o religiosa
- Una aplicación de esta moral al receptor
Por otra parte, ya hemos visto cómo los relatos, aun siendo independientes entre sí, no
tenían por qué agruparse en una sarta sin más, sino que muchas veces se integraban
dentro de un relato que los englobaba a todos y que denominábamos “relato marco” 8.
Todos estos elementos los va a emplear don Juan Manuel. Veamos cómo.
El marco que se emplea en El conde Lucanor es muy sencillo, se trata de dos
personajes que dialogan: el Conde Lucanor, un noble, y su consejero, el sabio Patronio.
La situación inicial entre ambos en cada exemplo es casi siempre igual: Lucanor le
expone a Patronio el problema que tiene pidiéndole consejo; éste responde contándole
un breve relato, después del cual hace una aplicación del caso del relato a la situación
concreta del conde Lucanor. Se remata el exemplo con variaciones sobre la frase: “Al
conde plogo 9 mucho del consejo que Patronio le dava. Et fízolo así et fallóse ende
bien”. En ocasiones, este esquema se puede complicar con la inserción de un segundo
relato, en una técnica anteriormente explicada a propósito del Calila, que se conoce
como de “caja china” (por ejemplo el exemplo III), pero no es lo habitual.
Hasta aquí los elementos no son desconocidos, como bien sabemos, sin
embargo, don Juan Manuel va más allá con una novedad absoluta, que consiste en
aparecer personalmente en la obra 10, porque una vez que se cierra la intervención de los
dos personajes ficticios, se presenta él como autor en tercera persona del siguiente
modo:
- Don Juan ve que el ejemplo es bueno
- Manda que se incluya en esta obra
- Compone unos versos en los que se sintetiza el mensaje del exemplo.
- Versos de síntesis
Por tanto, don Juan Manuel aparece en su obra al final de cada exemplo como
organizador y juez de sus contenidos, además de trasladador del mensaje didáctico de lo
particular del caso de Lucanor-Patronio al plano del lector. De este modo cada exemplo
se organiza desde lo particular (caso de Lucanor) hasta lo general (aplicación a las
circunstancias del lector). Existe, pues, una interpretación progresiva del relato:
Patronio narra un cuento y lo interpreta para que pueda ser aplicado por el Conde; don
Juan Manuel después lo hace aún más general y lo interpreta para que nos lo podamos
aplicar nosotros los lectores. Esta traslación es de una originalidad absoluta. En esta
función de progresiva generalización de la enseñanza el marco se convierte en
imprescindible, pues aunque no aporta materia narrativa, es el elemento donde reside el
didactismo.
Los personajes de este marco son siempre los mismos, el conde Lucanor y
Patronio, desde el principio definidos en cuanto a su estado, puesto que los problemas
que afectan a Lucanor y que plantea a Patronio son problemas propios de un noble que
debe guardar la hacienda y el honor a la vez que desea salvar su alma 11. Aunque es
siempre Lucanor el que pregunta y Patronio quien aconseja, a lo largo de los cincuenta y
un exemplos se va produciendo una progresión en el personaje de Lucanor, puesto que,

8
La explicación de este concepto se hizo en el tema 9, punto 3.2.2.
9
Plogo: pretérito indefinido del verbo placer, es decir, ‘complació’, ‘satisfizo’.
10
Este tipo de presencia de un personaje ajeno al relato se denomina intervención extradiegética.
11
El tema es casi un leiv-motif en las obras de don Juan Manuel.
Tema 9.- La prosa didáctica de los orígenes a don Juan Manuel 13

al ir asumiendo las enseñanzas de Patronio, puede a su vez llegar a demostrar que las ha
asimilado. La confirmación de que el discípulo (Lucanor) ha alcanzado un grado de
madurez suficiente se adquiere cuando comienza la parte dedicada a los proverbios:
—Señor conde Lucanor —dixo Patronio—, yo vos fablé fasta agora lo más
declaradamente que yo pude, et porque sé que lo queredes, fablarvos he daquí
adelante essa misma materia, mas non por essa manera que en el otro libro ante
deste.
Lucanor ahora es capaz de comprender esta forma didáctica más oscura porque primero
ha aprendido a través de los exemplos, que son una forma didáctica más sencilla.

2.6.4.3. Los proverbios

Estas breves piezas finales quedan claramente separadas entre sí en dos formas:
a) Por las intervenciones del autor o de Patronio y el Conde, que con su diálogo
marcan el fin de una y el comienzo de la siguiente
b) Por el empleo de tres fórmulas didácticas distintas: el exemplo, los proverbios
y la exposición doctrinal.

Antes de empezar la parte dedicada a los proverbios, don Juan Manuel inserta en su
obra un segundo prólogo. El primero, el que precedía a los exemplos, no estaba
dedicado a nadie, mientras que en éste dedica la obra a su amigo don Jaime de Jérica, a
través de quien podemos representarnos el tipo de lector que don Juan Manuel tiene in
mente para su obra. En adelante el tema será el mismo que en los exemplos
“salvamiento de las almas et aprovechamiento de sus cuerpos et mantenimiento de sus
onras et de sus estados” (p. 227), pero expresado en forma más oscura, es decir,
adoptando para la formulación de los pensamientos medios retóricos más complejos.
Lo que sigue son tres bloques de proverbios, entre los que se intercalan
razonamientos de Lucanor y Patronio, que los justifican: razonamiento + 98 proverbios
+ razonamiento + 49 proverbios + razonamiento + 29 proverbios. Esta separación no es
gratuita, sino que, como confirma la progresión de la obra, va graduando la dificultad en
la expresión retórica: los proverbios del último bloque, por el uso del hipérbaton, son
los de más difícil comprensión.

2.6.4.4. El tratado doctrinal.

Los procedimientos cambian en la última sección de la obra, precedida por la


acostumbrada justificación de Patronio para poder insertar esa nueva materia. Ahora el
contenido es un extracto de la doctrina de la Iglesia sobre la salvación: los artículos de
la fe, los sacramentos, la salvación, el hombre y el mundo. Se ve en su exposición las
interrelaciones entre Dios, el hombre y el mundo, como culminación de las materias
antes tratadas. Estos temas doctrinales, por otra parte, exigen su propio estilo, que es el
de la claridad, con un discurso perfectamente organizado a través de medios retóricos
que marcan la progresión expositiva.

2.6.5. El estilo
Como se puede deducir de las explicaciones anteriores, resulta difícil hablar de
un único estilo en El conde Lucanor. Si acaso el elemento unificador sería la
preocupación constante del autor por la retórica y el cuidado que presta al aspecto
formal en su obra, hasta el punto de que Mª Rosa Lida de Malkiel llegó a señalar como
característica del estilo de don Juan Manuel su avidez de experimentación estilística.
Tema 9.- La prosa didáctica de los orígenes a don Juan Manuel 14

De modo general podemos decir que mientras que en los exemplos, los prólogos
y la parte última se utiliza la técnica de la amplificatio; en los proverbios, por el
contrario, se emplea la abbreviatio. La amplificatio consiste en realzar una idea,
generalmente ampliándola, bien en el plano verbal (geminaciones de sinónimos,
paralelismos sintácticos, etc.), bien en el contenido (digresiones, paráfrasis, etc.).
La abbreviatio es la base fundamental en los proverbios, donde se emplean
figuras retóricas que cada vez complican más la expresión y, por tanto, la comprensión,
hasta llegar a la parte IV del libro, donde el empleo del hipérbaton rompe violentamente
la estructura de la frase hasta hacer necesaria su paráfrasis para comprenderla 12.

BIBLIOGRAFÍA

ESTUDIOS

Para el estudio de la prosa medieval de este período contamos con varios trabajos de la
máxima solvencia, que se deben consultar en primer lugar en caso de necesitar
información o bibliografía complementaria para cualquiera de los puntos recogidos en
este tema:
Lacarra, Mª Jesus y Francisco López Estrada, Orígenes de la prosa, Gijón: Júcar, 1993
(vol. 4 de la Historia de la Literatura Española, dir. por R. de la Fuente). Obra
sintética, donde se encontrará un panorma accesible de la materia de este tema;
recomendable para quien quiera ampliarlo.
Gómez Redondo, Fernando, Historia de la prosa medieval castellana. I. La creación
del discurso prosístico: el entramado cortesano, Madrid: Cátedra, 1998. Obra
extensa, con explicaciones complejas y a veces excesivamente técnicas que van
más dirigidas a especialistas en la materia a alumnos.

Otros estudios importantes, aunque dedicados a uno o dos aspectos del tema son
los siguientes:
Lacarra, Mª Jesús, Cuentística medieval en España. Los orígenes, Zaragoza:
Universidad, 1979. Estudio fundamental sobre todo lo relativo al Calila e Dimna
y al Sendebar: origen, estructuras, técnicas y temas.
Marsan, Raméline E., Itinéraire espagnol du conte médiéval (VIII-XV siècle), París:
Klincksiek, 1974. Se ocupa de muchas colecciones de cuentos, sobre las que hace un
amplio estudio de conjunto.

Para don Juan Manuel se puede recurrir a las siguiente referencias:

Ayerbe-Chaux, Reinaldo, “El Conde Lucanor”. Materia tradicional y originalidad


creadora, Madrid: Porrúa Turanzas, 1975. El tema fundamental de este estudio es
la comparación de los cuentos de El conde Lucanor con sus posibles fuentes, para
calibrar en toda su extensión la riqueza artística de la obra de don Juan Manuel.
Benito-Vessels, Carmen, Juan Manuel: escritura y recreación de la historia, Madison:
Hispanic Seminary of Medieval Studies, 1994. Estudio monográfico sobre la
Crónica abreviada, tanto en lo que refiere a sus fuentes como a sus recursos
narrativos y formales.

12
Hay una amplia referencia a todas estas figuras en prólogo y notas de la edición de G. Serés, citada en
bibliografía.
Tema 9.- La prosa didáctica de los orígenes a don Juan Manuel 15

Blecua, Alberto, La transmisión textual de “El Conde Lucanor”, Bellaterra:


Universidad Autónoma de Barcelona, 1980. Estudio sobre la complicada
transmisión de esta obra, sus manuscritos, etc.
Gimeno Casalduero, Joaquín, “El conde Lucanor: composición y significado”, en La
creación literaria de la Edad Media y del Renacimiento , Madrid: Porrúa
Turanzas, 1977, pp. 19-34. La unidad y la división en tres partes de El conde
Lucanor.
Gómez Redondo, Fernando, La prosa del siglo XIV, Gijón: Júcar, 1994 (Historia de la
Literatura Española, ed. de R. de la Fuente, 7), pp. 319-408. Vida y obra de don
Juan Manuel en su conjunto.
Gómez Redondo, Fernando, Historia de la prosa medieval castellana. I. La creación
del discurso prosístico: el entramado cortesano, Madrid:Cátedra, 1998, pp. 1093-
1204, recoge lo escrito anteriormente sobre don Juan Manuel, ahora ampliado.
Macpherson, Ian, ed., Juan Manuel Studies, Londres: Tamesis, 1977.
Maravall, José Antonio, “La sociedad estamental castellana y la obra de don Juan
Manuel”, en Estudios de historia del pensamiento español, I, Edad Media,
Madrid: Ediciones de Cultura Hispánica, 19833, pp. 453-471.
Taylor, Barry, “Don Jaime de Jérica y el público de El conde Lucanor”, Revista de
Filología Española, LXVI (1986), pp. 39-58.

EDICIONES

Aparte de los estudios de conjunto, se encontrarán noticias adicionales sobre las


obras tratadas en las introducciones y notas a las ediciones de los textos, que se citan a
continuación:
Cuento y novela corta en España. 1. Edad Media, edición de Mª Jesús Lacarra, prólogo
de Maxime Chevalier, Barcelona: Crítica, 1999. Antología que recoge cuentos o
exempla de la mayoría de las obras mencionadas en este tema, así como de otras
que se verán más adelante. Lectura complementaria recomendada.
Sendebar, ed. de Mª J. Lacarra, Madrid: Cátedra, 1989 (Col. Letras Hispánicas).
Calila e Dimna, ed. de J. M. Cacho Blecua y Mª J. Lacarra, Madrid: Castalia, 1987
(Col. Clásicos Castalia)
Don Juan Manuel, El conde Lucanor, ed. de Fernando Gómez Redondo, Madrid:
Castalia, 1987 (Col. Clásicos Didácticos). Recomendada para la lectura de la
obra por incluir una introducción, abundantes notas y orientaciones para el
estudio, todo ello hecho con rigor y de forma asequible para el estudiante de este
curso, al que le será de gran utilidad.
Don Juan Manuel, Obras completas, ed. de José Manuel Blecua, Madrid: Gredos, 1982-
83, 2 vols. Edición fundamental del autor, por la que se han citado aquí todas las
obras con excepción de El conde Lucanor.
Don Juan Manuel, Cinco tratados: Libro del cavallero et del escudero; Libro de las tres
razones; Libro infinido; Tractado de la Asunçión de la Virgen; Libro de la caça,
ed. de Reinaldo Ayerbe-Chaux, Madison: The Hispanic Seminary of Medieval
Studies, 1989.
Don Juan Manuel, El conde Lucanor o libro de los enxiemplos del conde Lucanor et de
Patronio, ed. de José Manuel Blecua, Madrid: Castalia, 1969 (Clásicos Castalia).
Edición con numerosas reediciones. Por su prólogo y anotación es muy
recomendable en este primer curso, aunque la bibliografía se ha quedado obsoleta.
Tema 9.- La prosa didáctica de los orígenes a don Juan Manuel 16

Don Juan Manuel, El conde Lucanor o libro de los enxiemplos del conde Lucanor et de
Patronio, ed. de Alfonso I. Sotelo, Madrid: Cátedra, 1976 (Col. Letras
Hispánicas). Edición con numerosas reediciones.
Don Juan Manuel, El conde Lucanor, ed. de Guillermo Serés, Barcelona, Crítica, 1994.
Edición muy rigurosa y bien anotada de la obra en todos los aspectos, lo que
aporta una rica y variada información complementaria, tanto en el prólogo como
en las notas, bibliografía, etc. Existe una versión más asequible en lo económico y
en lo crítico, igual de rigurosa, en la colección Clásicos y Modernos de la misma
editorial Crítica.
Don Juan Manuel, El libro de los estados, ed. de Ian R. Macpherson y Robert B. Tate,
Madrid: Castalia, 1991 (Col. Clásicos Castalia). Como otras ediciones de la
misma colección de clásicos, contiene un prólogo que estudia la obra en su
contexto histórico-literario, un texto cuidado con notas suficientes y un glosario.
Se recomienda esta edición para lectura o consulta. Lectura complementaria
recomendada.

EDICIONES MODERNIZADAS

Se puede recurrir a ellas para un apoyo en la lectura, si resulta muy dificultosa la


versión original, pero en ningún caso se emplearán para los comentarios ni se recurrirá a
ellas para las citas y estudio.
Cuentos de la Edad Media, versión de Mª Jesús Lacarra, Madrid: Castalia, 1986 (Col.
Odres Nuevos). Antología donde se recogen fragmentos de varias de las obras
tratadas en este tema y otras complementarias al mismo: Libro de los buenos
proverbios, El secreto de los secretos, Calila y Dimna, Libro de los engaños (=
Sendebar).
Don Juan Manuel, El conde Lucanor, ed. de R. Ayerbe-Chaux y A. D. Deyermond,
Madrid: Alhambra, 1985 (Col. Clásicos Modernizados Alhambra).
Don Juan Manuel, El conde Lucanor, ed. de Agustín Sánchez Aguilar, Madrid: Clásicos
Castellanos, 1997 (col. Biblioteca Hermes). Demasiado elemental para este curso.

COMENTARIOS DE TEXTO
No es habitual encontrar comentarios de texto publicados de obras medievales, pero el
conde Lucanor, quizá por la facilidad de dar relatos cerrados sobre sí mismos, es una
excepción. Pueden verse:
Gómez Redondo, Fernando, Gómez Redondo, Fernando, La prosa del siglo XIV, ob.
cit., comentario del exemplo XXI, pp. 421-432.
Hernández Esteban, María, “La construcción del exemplo XXXV de El conde
Lucanor”, en El comentario de textos, ed. de I. Carrasco y G. Fernández Ariza,
Málaga: Anejos de Analecta Malacitana, 1998, pp. 161-183.
Biglieri, Aníbal A., Hacia una poética del relato didáctico. Ocho estudios sobre “El
Conde Lucanor”, Chapel Hill: North Carolina University Press, 1989. Ofrece un
comentario narratológico muy interesantes de varios exemplos (36, 46, 37, 41, 23,
24, 2, 33), que puede resultar atractivo a quien desee perspectivas críticas
diferentes.

AUTOEVALUACIÓN

1. ¿Qué se entiende por literatura sapiencial?


Tema 9.- La prosa didáctica de los orígenes a don Juan Manuel 17

a) Libros escritos por sabios de la Antigüedad clásica.


b) Libro escritos por sabios árabes.
c) Obras que recopilan proverbios y sentencias sin importar su origen.

2. ¿Con qué finalidad se traducen los libros sapienciales al romance?


a) Con el propósito de ofrecer un manual de conducta al hombre de corte e instruido.
b) Para que los clérigos pudieran utilizar sus citas y anécdotas en la predicación.
c) Para educar a un príncipe.

3. ¿Qué tema le parece que es el de todos los libros sapienciales?


a) El adoctrinamiento político.
b) La enseñanza religiosa.
c) La formación ética.

4. ¿Cuál es el motivo más poderoso por el que los personajes del Sendebar narran?
a) Evitar la muerte.
b) Adoctrinar al rey.
c) Demostrar sus conocimientos.

5. El Sendebar fue traducido por encargo de:


a) Fernando III.
b) Alfonso X.
c) El hermano de Alfonso X, don Fadrique.

6. En el Sendebar, ¿quién narra los cuentos sobre el tema de la maldad de las


mujeres?
a) Los consejeros del rey.
b) El rey.
c) El infante.

7. ¿Quién encargó la traducción del Calila e Dimna?


a) El hermano de Alfonso X, don Fadrique.
b) Alfonso X.
c) Un árabe.

8. ¿Qué tipo de estructura tiene el Calila e Dimna?


a) Lineal.
b) Como el Sendebar.
c) Como el Sendebar, pero insertando relatos en más niveles.

9. ¿En qué se diferencia el Calila e Dimna de los libros sapienciales?


a) El Calila ofrece conocimientos de aplicación práctica y no general.
b) El Calila se dirige a los jóvenes para su educación.
c) Los cuentos del Calila tienen como protagonistas solo animales y los otros también
tienen personas.

10. Señale entre las siguientes afirmaciones la que NO sea verdad sobre los
ejemplarios:
a) Son recopilaciones de exempla para uso de predicadores.
b) Se escriben siempre en latín, porque los usan los clérigos.
Tema 9.- La prosa didáctica de los orígenes a don Juan Manuel 18

c) Se recopilan fundamentalmente entre 1250 y 1350.

11. ¿Qué parentesco unía a don Juan Manuel con Alfonso X? D. Juan Manuel era
a) su sobrino
b) su nieto
c) su ahijado

12. ¿Cuál fue la mayor preocupación de don Juan Manuel como noble?
a) La escritura de sus obras para poder proyectar una imagen idealizada de sí mismo.
b) Salvaguardar el honor de su hija.
c) Mantener y acrecentar su honra y estado.

13. Señale en la siguiente lista de obras de don Juan Manuel cuáles se nos han
perdido:
Libro infinido, Tratado de la asunción de la Virgen, Crónica complida, Libro de
cavallería, Libro del cavallero et del escudero, Reglas de trovar, Libro de la caça.

14. La crítica ha agrupado las obras de don Juan Manuel en tres etapas, que se
diferencian por:
a) Las situaciones personales que atravesó en cada momento.
b) Las técnicas literarias empleadas y la presencia del autor en la obra.
c) Los conocimientos que fue adquiriendo como autor.

15. Si don Juan Manuel en su Crónica abreviada no hace más que resumir la
Estoria de Españade Alfonso X, ¿para qué la escribe?
a) Para tener una versión más fácil y cómoda de leer.
b) Como ejercicio de aprendizaje, porque su formación fue en las cortes de Alfonso X y
de Sancho IV.
c) No solo hace un resumen, sino que aporta su propio punto de vista que era el de la
nobleza.

16. El Libro de los estados se titula así porque:


a) Enseña cómo gobernar las posesiones o estados de un noble.
b) Es un manual con instrucciones para gobernar un reino.
c) Estado significa ‘clase o condición de las personas’ y, por tanto, es un manual de
conducta para diferentes estamentos y oficios.

17. El Libro infinido


a) Trata sobre todo el tema del amor, aunque entendido en sentido muy amplio.
b) Va dirigido a muchos estados y está escrito en forma dialogada.
c) Es un manual para la educación de su hijo y dirigido a él como un tratado.

18. El conde Lucanor se compuso


a) En varias etapas, concluyendo con el “libro de los proverbios” en 1335.
b) En 1328, porque sabemos que ese año estaba redactando los exemplos.
c) Después del Tratado de la asunción de la Virgen María.

19. La estructura del Conde Lucanor es


a) Bipartita, dividiéndose en exemplos y proverbios.
b) Tripartita, dividiéndose en exemplos, proverbios y exposición doctrinal.
Tema 9.- La prosa didáctica de los orígenes a don Juan Manuel 19

c) Bipartita o tripartita, según unos u otros críticos.

20. El Conde Lucanor tiene dos prólogos, ¿por qué?


a) Porque la obra se dirige a lectores de varios tipos y formación distinta.
b) No son exactamente dos, porque uno de ellos actúa como anteprólogo.
c) Porque el copista quiso poner el “Prólogo general” que don Juan Manuel escribió a
todas sus obras antes de copiar el prólogo del Conde Lucanor.

21. El esquema más común en los exemplos del Conde Lucanor es:
a) Relato de Patronio, aplicación del exemplo al caso de Lucanor, resumen de don Juan
Manuel.
b) Lucanor pide consejo a Patronio, éste se lo da por medio de un relato, que luego
aplica al caso del Conde; don Juan Manuel universaliza la enseñanza para el lector.
c) El exemplo en sí es solo el relato, así que su estructura dependerá del tema.

22. El marco en el Conde Lucanor es


a) De una novedad absoluta al incluirse en él el propio autor
b) Un procedimiento bien conocido con anterioridad, que don Juan Manuel renueva.
c) Necesario para ir uniendo los exemplos entre sí.

23. ¿Cuál es el rasgo de estilo más destacado del Conde Lucanor?


a) No hay un estilo único sino dos, según el autor haya empleado la técnica de la
amplificatio o de la abbreviatio.
b) La obra se unifica por la voluntad de experimentación estilística del autor más allá de
las técnica precisa que aplique en cada sección.
c) La presencia del autor en el texto

TEXTOS

Calila e Dimna, ed. de J. M. Cacho Blecua y Mª J. Lacarra, Madrid:


Castalia, 1987.
El siguiente texto, que abre el Calila e Dimna en algunos de los manuscritos
castellanos (B y P), es una fiel traducción de la introducción que puso Ibn Al-Muqaffa a
su compilación árabe en el siglo VIII. El prólogo o introducción en cualquier obra es un
lugar privilegiado para obtener información sobre la interpretación de la misma. En el
prólogo el autor, compilador, copista, etc. actúa generalmente con su propia voz, fuera
de ficción, explicando muchas veces no sólo su actitud ante la obra sino dando al lector
las claves para la interpretación de la misma. Por tanto, si la traducción al castellano
mantiene esta introducción que estaba en el texto árabe, es que porque la interpretación
de la obra y de los conceptos básicos en ella representados se consideran aplicables
también a ese momento del siglo XIII castellano.
El texto ofrece varios temas: los ejemplos puestos en boca de animales salvajes
recogen los conocimientos de los filósofos, que consideraron esta forma adecuada para
transmitirlos; se trata de una forma de transmitir el saber válida para que lo entiendan
los iniciados y los niños; el niño entenderá la profundidad de los conocimientos cuando
llegue a la edad adulta; condiciones en que se ha de leer la obra para obtener de ella
provecho.
Tema 9.- La prosa didáctica de los orígenes a don Juan Manuel 20

Los filósofos entendidos de qualquier ley et de qualquier lengua sienpre


13
punaron et se trabajaron de buscar el saber, et de representar et hordenar la filosofía,
14
et eran tenudos de fazer esto. E acordaron et disputaron sobre ello unos con otros, et
amávanlo más que todas las otras cosas de que los omes se trabajan. Et plazíales más
de aquello que de ninguna juglaría nin de otro plazer, ca tenién que non era ninguna
cosa de las que ellos se trabajavan de mejor premio nin de mejor galardón que aquello
de que las sus ánimas trabajavan et enseñavan. Et posieron enxenplos et semejanças
en la arte que alcançaron et llegaron por alongamiento de nuestras vidas et por largos
pensamientos et por largo estudio; et demandaron cosas para sacar de aquí lo que
quisieron con palabras apuestas et con razones sanas et firmes; et posieron et
conpararon los más destos enxenplos a las bestias salvajes et a las aves.
Et ayuntáronseles para esto tres cosas buenas: las primera, que los fallaran
15
usados en razonar, et trobáronlos según que lo usavan para decir encobiertamente lo
que querían, et por afirmar buenas razones; la segunda es que lo fallaron por buena
manera con los entendidos por que les crezca el saber en aquello que les mostraron de
la filosofía, quando en ella pensavan et conoçían su entender; la terçera es que los
fallaron por juglaría a los diçípulos et a los niños.
Et por esto lo amaron et lo tovieron por estraña cosa. Et quisieron estudiar en
ello et saberlo, que quando el moço oviere hedat et su entendimiento conplido, et
16 17
pensare en lo que dello oviere decorado en los días que en ello estudió, et asmare lo
que ende ha notado en su coraçón, sabrá ende que avrá alcançado cosa que es más
provechosa que los tesoros del aver. Et sería atal commo el ome que llega a hedat et
falla que su padre le ha dexado gran tesoro de oro et de plata et de piedras preçiosas,
por donde le escusaría de demandar ayuda et vida.
Pues el que este libro leyere sepa la manera en que fue conpuesto, et quál fue la
entençión de los filósofos et de los entendidos en sus enxenplos de las cosas que son aí
dichas; ca aquel que esto non sopiere non sabrá qué será su fin en este libro. Et sepas
que la primera cosa que conviene al que este libro leyere es que se quiera guiar por sus
anteçesores, que son los filósofos et los sabios, et que lo lea, et que lo entienda bien, et
que non sea su intento de leerlo fasta el cabo sin saber lo que ende leyere; ca aquel que
la su intençión será de leerlo fasta en cabo et non lo entendiere nin obrare por él non fará
18
pro el leer nin avrá dél cosa de que se pueda ayudar.
Et aquel que se trabajara de demandar el saber perfetamente, leyendo los libros
estudiosamente, si non se trabajase en fazer derecho et seguir la verdat, non avrá del
19
fruto que cogiere sinon el trabajo et el lazerío (pp. 89-91)

En el Calila e Dimna la inserción de relatos puede llevar a varios nieveles por


debajo de la historia marco apareciendo, como en una caja china, unos cuentos dentro
de otros. He aquí un texto donde se muestra este procedimiento. El filósofo que
aconseja al rey le relata como respuesta a una cuestión un cuento en el que figuran como
personajes dos chacales llamados Calila e Dimna, súbditos a su vez de un león rey. En
la larga historia que sobre ellos se narra se inserta el siguiente texto. Además de los
procedimientos formales se puede observar en él que la técnica de organización
empleada no es gratuita, sino que sirve para mostrar cómo se extrae la enseñanza de un
relato y se aplica al caso práctico, como hacen los personajes de cada cuento, pasando
así del saber general al particular.

Dixo Calila: —¿Cómmo puedes tú matar a Senseba, que es más valiente que tú
et más fuerte, et ha más mando, et ha más vasallos et más amigos?

13
Punar: ‘esforzarse’, ‘porfiar
14
Tenudo: participio fuerte del verbo tener: ‘tener ocupado’, ‘practicar’. Se trata de una forma muy
común en el siglo XIII que luego cayó en desuso.
15
Trobar: ‘encontrar’, ‘hallar’.
16
Decorar: ‘aprender de memoria’.
17
Asmare: ‘pensara, meditara’.
18
fazer pro, ‘aprovechar’, ‘sacar provecho’.
19
lazerío: ‘sufrimiento’, ‘pena’.
Tema 9.- La prosa didáctica de los orígenes a don Juan Manuel 21

Dixo Digna: —Non cates a eso, ca todas las cosas non se fazen por fuerça, et
20
algunt flaco llegó con su faldrimiento et con sus artes et con su enseñamiento a lo que
non pueden fazer muchos fuertes et muchos valientes. ¿Non te dixieron de cómmo mató
un cuervo a una culebra con su arte et con su enseñamiento et con su suavidat?
Dixo Calila: —¿Et cómmo fue eso?

El cuervo y la culebra
Dixo Digna: —Dizen que un cuervo avía su nido en un árbol en el monte, et avía
çerca dél una cueva de una culebra; et cada que sacava los pollos comíagelos la
culebra. Et después que gelo ovo fecho muchas de vezes, ovo muy grant cuita et
21 22
querellóse a un su amigo de los lobos çervales , et dixo: —Quiero ir a la culebra, et
picarle he los ojos et por ventura quebrantárgelos he; et si tú me lo consejares, avré
23
esperança de folgar .
Díxole su amigo: —¡Ay, qué mala arte es esa que tú cuidas fazer! Trabájate de
24
ál por que ayas lo que quieres et que te non faga ella mal, et guárdate que non seas tal
commo la garça que quiso matar al cangrejo et mató a sise.
Dixo el cuervo: —¿Cómmo fue eso?

La garza, las truchas y el cangrejo


Dixo el lobo çerval: —Dizen que era una garça, et avía fecho su nido en una
25
ribera muy viçiosa , do avía muchas truchas. Et envegeçió et non podía pescar, et ovo
26
fanbre, et trabajóse de engañar a aquellas truchas et aquel pescado, et demostró muy
27 28
grant tristeza et cuidado . Et viola un cangrejo de alueñe , vínose para ella, et díxole:
—¿Qué ás, que estás triste et cuidosa?
Dixo ella: —Más mal que bien. Yo solía bevir de las truchas, et acaesçió oy que
vi dos pescadores venir a este nuestro lugar, et dixo el uno al otro: —¿Por qué non
echamos alguna vez la red aquestas truchas que son en aqueste lugar?
Dixo el otro: —Mas vayamos a un lugar que yo sé do ay muchas truchas e
començemos ý, et desí vengamos acá et abarrerlas emos.
Et yo sé que, si ellos oviesen ya acabado de pescar aquellas a que fueron, que
ya tornados serían, et non fincaría aquí ninguna que las non pesquen; et en esto es mi
muerte et mi desfalleçimiento.
Et fuese el cangrejo a todas las truchas et pescados, et fízogelo saber; et
viniéronse todas para ella, et dixiéronle: —Venimos nós para ti que nos consejes, ca el
omne entendido non dexa de consejar con su enemigo, seyendo de buen consejo, en las
29
cosas que se puede dél ayudar. Et en bevir nós ás tú pro , et bien puedes consejarnos.
Díxoles: —Nós non lo podemos contrastar, mas yo sé un lugar de un piélago
muy grande do ha mucha agua et mucho bien; et si vós quisierdes, vayámosnos allá, ca
en esto vos yaze pro et salud.
Dixieron ellas: —¿Et quién nos fará este bien sinon tú?
Dixo ella: —Fazerlo he a honra de vos.
Començó a levar dellas dos a dos cada día, et levávalas a una ribera, et
comíalas. Et vínose a ella el cangrejo, et díxole: —Yo miedo he en este lugar, et si tú me
levares, farías bien.
Llevólo fasta que llegó al lugar do las comía, et vido el cangrejo las espinas de
30
las truchas ayuntadas . Entendió que ella las comía et que otro tal quería fazer a él, et
dixo en su coraçón: —Quando el omne se falla con su enemigo en los lugares do sabe

20
Faldrimiento: ‘habiliad’, ‘maña’.
21
Cuita: ‘apuro’, ‘problema’; querellarse: ‘quejarse’.
22
Lobos çervales: ‘chacales’, como los mismos Calila y Dimna.
23
Folgar: ‘holgar’, ‘descansar’.
24
Ál: ‘otra cosa’.
25
Viçiosa: ‘deleitosa’, ‘placentera’.
26
Trabajarse: ‘afanarse’.
27
Cuidado: ‘preocupación’.
28
Alueñe: ‘lejos’.
29
Aver pro: ‘sacar ventaja’, ‘aprovechar’.
30
Ayuntado: ‘junto’.
Tema 9.- La prosa didáctica de los orígenes a don Juan Manuel 22

que lo matará, deve lidiar con él por honra o por guarda de sí, querer vençer o non, et
non se le omille ni se le meta en poder.
Et travó con sus tenazas al cuello de la garça, et apretóla tanto que la mató. Desí
tornóse el cangrejo a las truchas, et díxoles las nuevas de la garça et de las truchas que
levava cada día et las comía, et que la avía muerta, et moráronse en su lugar.

Et yo non te di este enxenplo sinon por que sepas que algunas artes son que
31
matan al que las faze. Mas vete bolando por el aire et busca algunas sartas et, pues
32
que las vieres, rebátalas a ojo de los omnes. Desí buela con ellas et non traspongas de
la vista, ca te seguirán; et quando llegares a la cueva de la culebra, échagelas de suso;
et los omnes tomarlas han, et matarán a la culebra.
Et fizo el cuervo lo que le consejó el lobo çerval, et tomó las sartas et echólas a
la puerta de la culebra que dormía, viéndolo los omnes. Et pues que ovieron tomado las
sartas et vieron la culebra, matáronla et folgó el cuervo della.

Et non te di este enxenplo sinon por que sepas que las artes fazen por ventura
algunas cosas que la fuerça non puede fazer. (pp. 142-145)

Sendebar, ed. de Mª J. Lacarra, Madrid: Cátedra, 1989.

Argumento. Un rey que no consigue tener descendencia, cuando por fin la tiene pone a
su hijo al cuidado de varios sabios para que lo eduquen. Pasado el tiempo sin lograr
nada, al final uno de ellos, Çendubete, se compromete a enseñarle todo el saber en seis
meses. Una vez terminado el plazo, cuando debe demostrar lo aprendido ante el rey, el
sabio descubre en las estrellas que si el joven habla durante siete días, tanto él como su
maestro estarán en grave peligro. Confiándose al heredero, acuerdan que el sabio se
esconderá y el discípulo permanecerá ese tiempo en silencio pase lo que pase.
Llegado ante el rey, una de las esposas de éste pide permiso para hacer
hablar al infante y en sus habitaciones le propone matar al rey anciano y sustituirle los
dos en el poder. A causa de la ira, el joven habla y la madrastra se da cuenta de que está
en peligro, por lo que le acusa de un intento de violación para que el infante sea
ajusticiado. Ante el rey se desarrollará el núcleo de la obra, donde por medio de cuentos
(veintitrés en total) que relatan varios personajes (los consejeros reales, la mujer, el
infante) se argumenta a favor o en contra del joven. Al final se castigará a la mala
mujer.
El siguiente ejemplo es narrado, como se puede deducir, por uno de los sabios,
concretamente Avis.

“Enxemplo del omne e de la muger e del papagayo e de su moça.


—Señor, oí dezir que un omne que era çeloso de su muger, e conpró un
33
papagayo e metiólo en una jabla e púsolo en su casa, e mandóle que le dixiese todo
quanto viese fazer a su muger e que non le encubriese ende nada, e después fue su vía
34
a recabdar su mandado , e entró su amigo d’ella en su casa do estava, e el papagayo
vio quanto ellos fizieron. E quando el omne bueno vino de su mandado, asentóse en su
35
casa en guisa que non lo viese la muger. E mandó traer el papagayo e preguntóle todo
lo que viera, e el papagayo contógelo todo lo que viera fazer a la muger con su amigo. E
el omne bueno fue muy sañudo contra su muger e non entró más do ella estava. E la
muger cuidó verdaderamente que la moça la descubriera e llamóla estonçes e dixo: —
¿Tú dexiste a mi marido todo quanto yo fize?
E la moça juró que non lo dixiera: —Mas sabed que lo dixo el papagayo.

31
Sartas: ‘sartas de perlas’.
32
Rebatar: ‘arrebatar’.
33
Jabla: ‘jaula’.
34
Recabdar su mandado: ‘hacer su trabajo’.
35
En guisa: ‘de modo’ ‘de manera’.
Tema 9.- La prosa didáctica de los orígenes a don Juan Manuel 23

E quando vino la noche, fue la muger al papagayo e desçendiólo a tierra e


36 37
començóle a echar agua de suso como que era luvia e tomó un espejo en la mano e
38 39
parógelo sobre la jabla e en la otra mano, una candela, e parávagela de suso, e cuidó
el papagayo que era relánpago; e la muger començó a mover una muela, e el papagayo
cuidó que eran truenos; e ella estuvo así toda la noche, faziendo así fasta que
amanesçió. E después que fue la mañana, vino el marido e preguntó al papagayo: —
¿Viste esta noche alguna cosa?
E el papagayo dixo: —Non pud’ ver ninguna cosa con la gran luvia e truenos e
relánpagos que esta noche fizo.
E el omne dixo: —En quanto me ás dicho es verdat de mi muger así commo
esto. Non á cosa más mintrosa que tú, e mandarte é matar.
E enbió por su muger e perdonóla e fizieron paz.

E yo, señor, non te di este enxenplo sinon por que sepas el engaño de las
mugeres, que son muy fuertes sus artes e son muchos, que non an cabo nin fin.
E mandó el Rey que non matasen su fijo. (pp. 84-85)

DON JUAN MANUEL 40

Prólogo general
El prólogo general se abre con un pequeño exemplo: un poeta oye al pasar a un
zapatero que canta mal una obra compuesta por él y como represalia le destroza los
zapatos. Al explicar el caballero ante el rey que lo ha hecho porque el zapatero también
ha destrozado su cantiga, todos ríen y acuerdan que ninguno estropee el trabajo del otro.
A continuación, como era preceptivo según la técnica medieval, sigue el prólogo con la
aplicación del exemplum.

Et recelando yo, don Johan, que por razón que non se podrá escusar que los libros que
yo he fechos non se ayan de trasladar muchas vezes; et porque yo he visto que en el
transladar acaeçe muchas vezes, lo uno por desentendimiento del scrivano, o porque las
letras semejan unas a otras, que en transladando el libro porná una razón por otra, en
41
guisa que muda toda la entençión et toda la sentençia et será traído el que la fizo non
42 43
aviendo ý culpa. Et por guardar esto quanto yo pudiere, fizi fazer este volumen en
que están scriptos todos los libros que yo fasta aquí he fechos, et son doze. El primero
tracta de la razón por que fueron dadas al infante don Manuel, mío padre, estas armas,
que son alas et leones, et por qué yo et mío fijo, legítimo heredero, et los herederos del
mi linage podemos fazer cavalleros non lo seyendo nos, et de la fabla que fizo conmigo
44
el rey don Sancho en Madrit ante de su muerte. Et el otro, de castigos et de consejos
que dó a mi fijo don Ferrando, et son todas cosas que yo prové; et el otro libro es de los
stados; et el otro es el libro del cavallero et del escudero; et el otro, el libro de la
cavallería; et el otro, de la crónica abreviada; et el otro, la crónica complida; et el otro, el
libro de los egeños; et el otro, el libro de la caça; et el otro, el libro de las cantigas que yo
fiz; et el otro, de las reglas commo se deve trobar.

36
Suso: ‘arriba’.
37
Luvia: ‘lluvia’
38
Parógelo: ‘se lo colocó’, del verbo parar, ‘colocar’.
39
Cuidar: ‘pensar’.
40
Todos los textos se toman de la edición de las Obras completas, José Manuel Blecua, Madrid: Gredos,
1981 y 1983, señalando el tomo y las páginas.
41
Guisa: ‘modo’.
42
ý: ‘en ello’, ‘ahí’
43
Guardar: ‘impedir’, ‘evitar’
44
castigo: ‘consejo’, ‘aviso’, como ya señalamos a propósito de los Castigos de Sancho IV.
Tema 9.- La prosa didáctica de los orígenes a don Juan Manuel 24

Et ruego a todos los que leyeren qualquier de los libros que yo fiz que si fallaren alguna
razón mal dicha, que non pongan a mí la culpa fasta que bean este volumen que yo
45 46
mesmo concerté ; et desque lo vieren, lo que fallaren que es ý menguado , non pongan
la culpa a la mi entención, ca Dios sabe buena la ove, mas pónganla a la mengua del mi
entendimiento, que erró en dos cosas: la una, en el yerro que ý fallaren, et la otra,
porque fue atrevido a me entremeter en fablar en tales materias entendiendo la mengua
del mío entendimiento et sabiendo tan poco de las scripturas commo aquel que, yo juro a
Dios verdat, que non sabría oy governar un proverbio de terçera persona. (I, pp. 32-33)

Crónica abreviada
En el siguiente pasaje de la Crónica abreviada se puede leer el gran elogio que
don Juan Manuel hizo a la labor cultural de su tío Alfonso X, tarea de la cual él se siente
continuador y con cuyo prestigo desea investirse. La alabanza a Alfonso X es una forma
encubierta de alabarse a sí mismo como continuador de su tarea cultural.

Et por ende el muy noble rey don Alfonso, fijo del muy bien aventurado e con razón que
podemos dezir por él, segunt las sus obras, el santo rey don Ferrando e de la reina doña
Beatriz, porque los grandes fechos que pasaron, señaladamente lo que pertenesce a la
47
estoria d’España, fuesen sabidos e non cayesen en olvido, fizo ayuntar los que falló
48 49
que cumplían para los contar. E tan complidamente e tan bien los pone en el prólogo
50
que fizo de la dicha Crónica donde le sopo, que ninguno non podría ý más dezir nin
aun tanto nin tan bien commo él. E esto por muchas razones: lo uno, por el muy grant
51 52
entendimiento que Dios le dio; lo ál , por el grant talante que avié de fazer nobles
cosas e aprovechosas; lo ál, que avía en su corte muchos maestros de las ciencias e de
53
los saberes, a los quales él fazía mucho bien, e por levar adelante el saber e por
54
noblescer sus regnos. Ca fallamos que en todas las ciencias fizo muchos libros e todos
muy buenos. E lo ál, porque avía muy grant espacio para estudiar en las materias de que
quería componer algunos libros. Ca morava en algunos logares un año e dos e más, e
aún, segunt dizen los que vivían a la su merced, que fablavan con él los que querían e
quando él quería, e ansí avía espacio de estudiar en lo qu’él quería fazer para sí mismo,
55
e aún para veer e esterminar las cosas de los saberes qu’él mandava ordenar a los
maestros e a los sabios que traía para esto en su corte” (pp. 575-76, t. II de Obras
completas).

La Crónica abreviada tiene un estilo seco, fruto de una reducción, que se hace
muchas veces para registrar los hechos más que para narrarlos. Una muestra de esta
rapidez informativa se puede ver en el siguiente texto que recoge el destierro del Cid y
sus primeras guerras. Como se puede comprobar, el estilo es tan escueto que apenas da
lugar a adjetivos, concentrando las frases, muy sintéticas, en los sustantivos y los
verbos. Por otra parte casi cada frase relata condensadamente una acción llegando al
relato por la suma de acciones yuxtapuestas.

45
Concertar: ‘componer’, ‘arreglar’.
46
Menguado: ‘equivocado’, ‘erróneo’.
47
ayuntar: ‘juntar’, ‘unir’
48
falló que cumplían: ‘encontró que convenía’
49
complidamente: ‘perfectamente’, ‘con exactitud’.
50
Ý: ‘allí’, ‘ahí’
51
ál: ‘otro’
52
talante: ‘ánimo’, ‘disposición’
53
levar: lo mismo que llevar.
54
Ca: ‘porque’.
55
Esterminar:
Tema 9.- La prosa didáctica de los orígenes a don Juan Manuel 25

56
En el LI capítulo, que fue en este año mismo, dize qu’el Çid juntó todos sus parientes
e preguntólos si querién ir con él e ellos dixéronle que sí. E fuesse luego para Burgos e
57
guisósse muy bien e dexó su muger e sus fijos en el monesterio de Sant Pedro e
58
dexóles grant aver , e él fuese luego dende.
En el LII capítulo dize que salió el Çid del monesterio de Sant Pedro e fue pasar el
Duero e posar a Nava Fría, e mandó fazer alarde a sus compañas e falló que eran CCC
cavalleros e muy grandes gentes de pie.
En el LIII capítulo dize qu’el Çid mandó a Alvar Hañes que tomase CC a cavallo e fuese
correr a Guadalfajara e Alcalá, que eran de moros, e si menester oviese ayuda, que gelo
59
embiase dezir e qu’él irié a acorrer con los çiento. E Alvar Hañes fízolo assí. E entre
60
tanto el Çid tomó el castillo de Castrejón e falló ý muy grant aver además. Otrossí dize
que llegó luego Alvar Hañes con muy grant presa que avié tomado de Alcalá e de
Guadalfajara. E tan grant fue la ganançia qu’el Çid ovo desta vez que vendió el su quinto
a los moros de Guadalfajara por tres mil marcos de plata. (Obras completas, II, pp. 753-
54)

La Crónica abreviada termina en la muerte de Fernando III. En uno de los


capítulos que le dedica podemos comprobar cómo don Juan Manuel hace hincapié en el
respeto a los derechos del estamento nobiliario a través de las palabras que el rey dirige
a sus hijos en su lecho de muerte. Palabras similares se encontraban en la Estoria de
España, así que él no las inventa, pero sí se cuida de mantenerlas ampliando para ello el
relato en un modo que contrasta con el esquematismo de los párrafos anteriormente
leídos.

En el CCCXL capítulo dize que regnó este noble rey don Fernando XXXV años e desí
61
adolesció en Sevilla e mandó llamar sus fijos ante sí e a su muger doña Johana. E en
ésta ovo él dos fijos e una fija: a don Fernando e a doña Leonor e a don Lois. E fizo
llegar ante sí a su fijo don Alfonso e mandól’ e rogól’ que toviesse a la reina doña Johana
en logar de madre e que la mantoviesse siempre en su onra e que criase sus hermanos
e los mantoviese e los levase adelante quanto podiese. E rogól’ quanto pudo por su
hermano don Alfonso, el de Molina, e por las otras sus hermanas qu’él avié e por todos
los ricos omnes e cavalleros de sus regnos, que les fiziese mucha onra e los mantoviese
e les feziese algo, en quisa que podiessen muy bien pasar, e que les guardase sus
fueros e sus libertades a ellos e a todos sus pueblos. E díxol’ que si esto ansí feziese,
quel’ dava la su bendiçión e si non, quel’ dava su maldición. Otrosí le dixo quel’ dexava
señor de toda la tierra del mar aquende, la una conquerida e la otra tributada. E díxol’
ansí: “Fijo, en este estado que te yo dexo la tierra, si la sopieres bien guardar, eres tan
buen rey commo yo; e si ganares por ti más, eres mejor rey que yo; e si desto menguas,
non eres tan buen rey como yo”. Dessí santiguól’ e diol’ su bendiçión. (Obras completas,
II, pp. 813-14)

Libro de los estados


Don Juan Manuel aprovecha el Libro de los estados para justificar legalmente su
ruptura con Alfonso XI, del que es vasallo, por la afrenta a su hija, que afecta a su
honor. Aunque no se menciona directamente el episodio, conociendo su biografía se
trasluce sin dificultad el pensamiento que animaba al autor, más aún cuando se
introduce a sí mismo como fuente experimentada de reflexión.
56
Se refiere a la Estoria de España que está resumiendo en la composición de su propia Crónica
abreviada. Con variantes de esta fórmula comienzan casi todos los capítulos de la Crónica abreviada.
57
Guisarse: ‘prepararse’, ‘componerse’.
58
Aver: ‘hacienda’, ‘conjunto de bienes’
59
acorrer: ‘socorrer’, ‘ayudar’.
60
Ý: ‘allí’, ‘ahí’.
61
Adolescer: ‘enfermar’.
Tema 9.- La prosa didáctica de los orígenes a don Juan Manuel 26

Ca bien así commo los naturales son tenidos de guardar al su señor natural tres
62
cosas, segund desuso es dicho, bien así los señores son tenidos de guardar a los sus
naturales otras tres: la una es que en ninguna manera non le mate nin se trabage en lo
matar, sin seer oído et judgado por derecho; la otra, que nol’ tome la heredad nin parte
63
della, nil’ deserede a tuerto o sin juizio; la otra, que en ninguna manera non le faga
maldad nin tuerto con su muger. Ca por qualquier destas tres cosas se puede el natural
desatar del su señor natural. Ca bien así commo si el natural fiziese cada una destas tres
64
cosas contra el su señor natural sería por ello traidor, bien así en esta manera caye el
señor en grand yerro si por su desabentura faze ninguna destas tres cosas contra el su
natural.
65
Et dígovos que me dixo don Johan, aquel mío amigo, algunas vegadas que
66
fablamos sobre esta razón, que commo quier que las gentes non lo razonavan tan mal
a los señores nin dezían que eran traidores por fazer qualquier destas tres cosas, que
tenía él que esto fazían las gentes por guardar la onra de los señores. Mas segund la
verdat en sí, que quanto a traición non quería él dezir más, que sin dubda mayor maldad
fazían los señores en fazer estas cosas contra sus naturales, que en fazerlas sus
naturales contra ellos […] Et, señor infante, segund la costumbre de España, si el señor
faze cada una destas tres cosas contra el su natural et gelo afruenta ante los mayores
omnes de su casa, et nol’ faze aquella emienda que fallare por derecho quel’ deve fazer,
dende adelante puédese desnaturar dél. (I, pp. 380-381)

En el Libro de los estados, tan importante como la descripción de los deberes,


errores y modo de corregirlos que se establece para cada uno de los estamentos u
oficios, es el tema de la defensa del cristianismo, los argumentos para llegar
racionalmente a la fe revelada o la preminencia de esta religión. El interés por este tema
puede parecer extraño, pero entra de lleno en las preocupaciones de los dominicos (a los
que tan ligado estuvo don Juan Manuel) y en las posiciones de esa orden en el sur de
Francia y en Cataluña, donde Ramón de Peñafort, a finales del XIII, organizó disputas
públicas con los judíos. Así, habrá que incluir el Libro de los estados entre las obras de
la amplia corriente apologético-evangélica que recorría el sur de Francia y Aragón.
Notemos asimismo cómo en este texto aparece el autor como un personaje conocido
desde la ficción, que ha disputado con los moros y que sirve de referente al sabio Julio.

Et, señor infante, las gentes con que los sacerdotes an de lidiar son quatro: primero con
los christianos, et con los judíos et con los moros et con los paganos et gentiles, que son
los que non an ninguna ley nin secta çierta. El cred, señor infante, que todas estas
quatro maneras de gentes pueden vençer los sacerdotes por siençia et por razón, si Dios
les faze atanta merçed que les quiera dar buen entendimiento et firme et que bivan
67
buena vida et limpia, por que non ayan aquel embargo que embarga la gracia de Dios
[…]
Otrosí pueden vençer a los judíos, mostrándoles por su ley que por los dichos de las
68
sus prophetas que todas las cosas que en su ley fueron dichas, que todo fue figura
desta nuestra et que todo lo que fue dicho del Mesías, que todo fue dicho et se cumplió
por Ihesu Christo. Et bien vos digo, señor infante, que aun con razón tengo que como
quier que otras muchas buenas razones ha para ello, que una de las buenas es la que
es en el comienço de la primera partida deste libro que yo fiz.
Otrosí a los moros pueden vençer los sacerdotes muy ligeramente por su secta misma;
ca ellos creen que Jhesu Christo que fue conçebido en el vientre de sancta María, et en

62
Desuso: ‘antes’, ‘arriba’.
63
A tuerto: ‘injustamente’.
64
Caye: ‘cae’.
65
Vegadas: ‘veces’.
66
Commo quier: ‘aunque’, ‘a pesar de’
67
Embargo: ‘obstáculo’, ‘estorbo’; embargar: ‘impedir’, ‘obstaculizar’.
68
Figura: ‘imagen’, ‘representación’.
Tema 9.- La prosa didáctica de los orígenes a don Juan Manuel 27

ante que fuese preñada que era virgen, et seyendo preñada que era virgen, et después
que parió que fincó virgen, et que Jhesu Christo non fue engendrado de padre que fuese
omne, sinon de spíritu de Dios. Et pues ellos todas estas cosas creen, pregúntoles yo
que pues Dios non puede fazer nin faze ninguna cosa sin razón, que me digan quál fue
la razón por que Dios tantas estrañas et marabillosas cosas quiso que se fiziesen en la
nacençia et conçebimiento de Jhesu Christo; o qué bien se siguió ende por que él tantas
cosas et tan fuera de natura quiso que fuesen fechas. Et si me respondieren que fue
porque Dios quiso et que a la voluntad de Dios non á omne por qué buscar razón,
dígoles que esto non es verdat, ca en ninguna ley non ha cosa que razón non aya […]
Et, señor infante, dígovos que me dixo don Johan, aquel mío amigo, que ya oviera el
69
departimiento con algunos moros muy sabidores, et quando llegó a esto con ellos,
díxome que fazían mucho poder por non le responder a esto; pero desque mucho les
70 71
afincaba , díxome quel’ dixeran que tenían que Jhesu Christo que fuera criado et
nasçiera para que fuesen las almas por él salvadas et para redemir los pecadores. Et
díxome que les respondiera él que bien sabía que ninguna cosa non ha señorío en su
egual… (pp. 423-24)

Libro infinido
Don Juan Manuel empleó en muchas de sus obras como mecanismo didáctico el
método de pregunta-respuesta, siguiendo en ello obras anteriores bien conocidas. Sin
embargo, a diferencia de los textos anteriores, don Juan Manuel no solo usó el
procedimiento, sino que además nos ofreció sus reflexiones sobre el mismo en el
siguiente capítulo del Libro infinido.

Capítulo XXIV
Fijo don Ferrando: pues en el capítulo ante deste vos di a entender cómmo se debe fazer
72
en fecho de las mercas , darvos he agora a entender en este cómmo se debe usar en
fecho de las preguntas.
Dígovos que una de las cosas que mucho cumple para los omnes para saber lo que
non saben, et para ser çiertos de las cosas dubdosas, es preguntar por ellas. Et así el
que quisiere saber o aprender o ser çierto de lo que quisiere saber cúmplele mucho de
preguntar por ello. Pero en estas preguntas deve omne guardar muchas cosas: lo uno es
que pregunte tales preguntas que sean aprovechosas, et que puede aver repuesta con
73
razón; lo ál es que pregunte a tal omne quel’ sepa dar recabdo ; et lo ál es que lo
pregunte en tiempo quel’ pueda responder a ello; et lo ál es que lo pregunte en manera
que los que lo oyeren, quel’ non tengan por de mal recabdo, nin que faze preguntas sin
recabdo et que pregunta en devaneo et cosas que non le cumplen. Ca si quiera palabra
74
et retraire antigo es que dize que “Más preguntaría un loco quel’ podrían responder
çiento cuerdos”. Por ende, así commo es muy aprovechoso preguntar por las cosas
75
commo omne deve, así empesce preguntar por ellas commo non deve. Et la prueva
desto es que los que lo así fizieron se fallaron ende bien, et el contrario. (I, p. 180)

Siguiendo su costumbre, don Juan Manuel figura de forma inmediata y personal


en sus obras. Nos interesa especialmente el pasaje siguiente del Libro infinido porque en
él le vemos como el noble escritor, al que no todos comprenden y al que muchos
critican, pero que defiende con orgullo su labor. No se debe pasar por alto el valor que
concede a lo que se cuenta sobre las bondades y maldades de un gran señor, de lo que se

69
Departimiento: ‘porfía’, ‘disputa’, ‘pleito’.
70
Afincar: ‘apremiar’, ‘instar’.
71
Tener: ‘creer’, ‘estimar’.
72
Mercas: ‘compras’
73
recabdo: ‘razón’, ‘cuenta’
74
retraire: ‘dicho’, ‘refrán’, ‘sentencia’.
75
Empescer: ‘perjudicar’, ‘dañar’.
Tema 9.- La prosa didáctica de los orígenes a don Juan Manuel 28

desprende su conciencia sobre la importancia de controlar el discurso, la literatura, en la


acción política y social.
76
Et commo quier que yo sé que algunos profaçan de mí porque fago libros, dígovos
que por eso non lo dexaré, ca quiero crer al exiemplo que yo pus en el Libro que yo fiz
de Patronio, en que dize que
Por dicho de las gentes,
sol que non sea mal,
al pro tened las mientes,
et non fagades ál.
Et pues en los libros que yo fago ay en ellos pro et verdat et non daño, por ende non lo
quiero dexar por dicho de ninguno. Et los que dello profaçaran, quando ellos fizieren su
pro et bieren que fago yo mi daño, estonçe deven seer creídos que fago lo que me non
cae de fazer libro. Ca devedes saber que todas las cosas que los grandes señores
fazen, todas deven ser guardando primeramente su estado et su onra, mas esto
guardado, quanto más an en sí de vondades, tanto son más conplidos. Ca bien cred que
grant bien es al grant señor quando son contadas las sus vondades, et grant su mal es
77
quando son contadas las sus tachas. Et pues yo tengo que maguer en mí aya muchas
78
menguas , que aun fasta aquí non he fecho cosa por que se mengüe mi estado, et
pienso que es mejor pasar el tiempo en fazer libros que en jugar los dados o fazer otras
viles cosas. (I, pp. 182-183)

APÉNDICE

Biografía de don Juan Manuel

Nacido en Escalona en 1282, hijo de doña Beatriz de Saboya y de don Manuel,


último hijo de Fernando III. Al morir su padre, en 1283, el rey Sancho IV se convierte
en su tutor y le confirma en herencia el Adelantamiento del reino de Murcia. En torno a
esta herencia, como la más valiosa de sus posesiones, se tejerá buena parte de su
actividad política y militar.
La muerte del rey Sancho IV en 1295, cuando Fernando IV era aún menor, crea
una gran inestabilidad, aprovechada por los nobles para obtener todos los beneficios
posibles y por Aragón para presionar sobre los territorios castellanos. En estos enjuages
don Juan Manuel acuerda matrimoniar con Constanza, hija de Jaime II, aliándose con el
monarca aragonés frente al castellano. Por estas razones Fernando IV intenta asesinarlo.
La mayoría de edad de Fernando IV (1301) no trae consigo la tranquilidad,
porque si bien se llega a acuerdos con Aragón y con los reinos árabes, las facciones
nobiliarias en torno al rey generan diversas disputas, que se apaciguan y avivan
sucesivamente. La situación a la muerte de Fernando IV (1312), que deja al infante
Alfonso con apenas un año, no puede ser más inestable.
Se disputan la tutoría del pequeño rey los infantes don Juan y don Pedro, cada
uno con sus propias alianzas, pero la abuela del niño, María de Molina, logra imponer
una tutoría compartida con su participación. Don Juan Manuel se alió con don Pedro,
que consiguió devolverle el adelantamiento de Murcia. En 1318 en la vega de Granada
y en una campaña guerrera, los dos tutores sufren una completa derrota y mueren en el
campo, lo que abre nuevas posibilidades a las ambiciones de don Juan Manuel de
convertirse en único regente. Esta situación desemboca en unas graves disputas

76
Profaçar: ‘denostar’ ‘murmurar’
77
Maguer: ‘aunque’.
78
Menguas: ‘falta en una cosa para ser perfecta’, ‘tacha’; inmediatamente después, menguar: ‘disminuir’.
Tema 9.- La prosa didáctica de los orígenes a don Juan Manuel 29

nobiliarias, que empeoran a la muerte de doña María de Molina en 1321 y dividen el


reino entre facciones. En 1325, en medio de esta confusión, Alfonso XI llega a la
mayoría de edad.
El rey Alfonso XI debe fomentar y aprovechar las discordias entre los nobles
para fortalecer su propio poder, así que, cuando don Juan Manuel concierta una alianza
con don Juan el Tuerto, señor de Vizcaya, por medio de la boda de su hija Constanza, el
rey aleja el peligro solicitando a doña Constanza en matrimonio. Este es el momento de
mayor preeminencia de don Juan Manuel, a punto de convertirse en suegro del rey de
Castilla. Se trataba, sin embargo, de una estratagema y Alfonso XI mata a Juan el
Tuerto, encierra a su prometida e inicia negociaciones para casarse con María de
Portugal. Desde la mayor gloria a la mayor afrenta apenas han mediado unos meses, en
los que morirán la esposa de don Juan Manuel y su suegro, Jaime II (1327), firme apoyo
en sus ambiciones. Don Juan Manuel se encontrará políticamente solo.
En adelante nunca recuperará el gran poder de que disfrutó, pues salvar su honra
le obligaba a declarar la guerra al rey su señor. Se desnaturó e incluso pidió ayuda al rey
de Granada. Con períodos de paz y tregua las hostilidades duraron casi hasta 1340, años
en los que se suceden las intrigas con los reinos vecinos (contrato matrimonial de
Constanza con el infante don Pedro de Portugal), alianzas con las grandes familias
castellanas (se casó con Blanca Núñez de la Cerda en 1329) e incluso campañas
guerreras junto al rey. Entretando Alfonso XI va reafirmando su posición y se establece
una tregua definitiva a partir de 1337. Don Juan Manuel participará junto al rey en la
victoria del Salado (1340) y en la toma de Algeciras (1344).
Retirado a sus tierras de Murcia, muere en 1348 y es enterrado en el convento de
los Dominicos de Peñafiel, fundado por él y donde había depositado el volumen de sus
obras.
La posición que por nacimiento ocupó don Juan Manuel (1282- 1348) en la
sociedad de su época era de las más elevadas y nunca lo olvidó ni permitió que otros lo
hicieran. Nieto de Fernando III, sobrino de Alfonso X, primo de Sancho IV, tío de
Fernando IV, tutor de Alfonso XI, él se siente obligado a una tradición estamental,
cultural y política. Su trayectoria nos revela a un hombre obsesionado con el problema
de la honra y el estado, tema que figurará constantemente en sus obras. Consideraba su
linaje igual al de los reyes y no aprobó la conducta de ninguno de los que conoció, con
excepción de Fernando III, su abuelo. Esta conciencia estamental y el deseo de ejercer
la preeminencia explican su conducta de enfrentamiento con el poder real y la ruptura
con Alfonso XI cuando éste quiere fortalecer a la corona. En este aspecto producen un
fuerte contraste su biografía y su obra, pues en lo literario se nos presenta el consejero
mesurado y sabio, el caballero ideal; en la vida real nos encontramos con el noble
interesado y orgulloso, que no duda en retirarse de una batalla. Sin duda, su mejor logro
fue la proyección que de sí mismo hizo a través de la escritura.
En su formación, aunque afirme modestamente en su prólogo general no ser
hombre de conocimientos, sabía el latín suficiente para leer obras en esa lengua y
conocía alguna lengua más como el árabe. Conocía la Biblia y sobre todo la historia
profana, la escrita en los libros y lo que sucedía en la Europa de su tiempo. Su gran
fuente de cultura fue, sobre todo, su propia experiencia y las conversaciones con
hombres sabios, si hemos de creer lo que dice en el Libro del cavallero et del escudero
(véase el pasaje en el apartado de Textos).

SOLUCIONARIO
Tema 9.- La prosa didáctica de los orígenes a don Juan Manuel 30

1 C 13 Crónica complida, Libro de


2 A cavallería, Reglas de trovar
3 C 14 B
4 A 15 C
5 C 16 C
6 A 17 C
7 B 18 A
8 C 19 C
9 A 20 C
10 B 21 B
11 A 22 B
12 C 23 A

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