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San Salvador del Valle Doistua, R. (2000).

Políticas de
ocio. Cultura, turismo, deporte y recreación. Bilbao,
España: Universidad de Deusto. Pp. 54-56 y 60-61.
Eibliofeca 1.T.E.S.O.

1 Roberto San Salvador del Valle Doistua

Políticas de ocio
Cultura, turismo, deporte
y recreación

2000
Universidad de Deusto
Bilbao
Documentos de Estudios de Ocio, núm. 17

El Instituto de Estudios de Ocio pretende que la aparición de


sus Documentos ayude a paliar la escasez de publicaciones
sobre temas de ocio en lengua castellana. Cada Documento
tratará de responder a alguna cuestión relacionada con la «Los hombres
práctica del ocio, entendido como cultura, deporte, educa- hacer de la sociec
ción, turismo, recreación y desarrollo personal y comunitario. un ideal. Una ve2
Los especialistas y técnicos en las áreas señaladas podrán dis- ción, hasta con co
poner así de investigaciones, instrumentos de trabajo y puntos lidad social.»
de vista de personas que colaboran con este Instituto universi-
tario. El contenido de cada uno de los documentos es obra y
responsabilidad de suls autor/es.
Quiero comj
Consejo de Dirección
milia y todos aq
Manuel Cuenca aquí presentadc
M.a Luisa Amigo
miento.
Susana Gorbeña
Eduardo Martín
Felipe Ponce
Roberto San Salvador
M.' Luisa Setién

Documento subvencionado por la ONCE

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permiso previo del editor.

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ISBN: 84-7485-700-7
Depósito legal: BI-1785-00
Impreso en España/Printed in Spain
Fotocomposición: IPAR, S. Coop. - Bilbao
Imprime: Artes Gráficas Rontegui, S.A.L.
r

Indice

Indice de tablas, gráficos y cuadros ............................... 11

Introducción .................................................. 15

Capítulo 1. La sociedad como entorno ............................. 25


1.1. Los rasgos de la sociedad emergente. . . . . . .................. 27
1.1.1. La evolución del espacio ........................... 32
1.1.2. El concepto del tiempo ............................ 46
1.2. El fenómeno del ocio en la sociedad emergente ............... 54
1.2.1. La naturaleza del fenómeno ........................ 56
1.2.2. Las dimensiones del fenómeno ...................... 58

Capítulo 2 . La experiencia como antecedente ........................ 79


2.1. La cooperación internacional ............................. 82
2.1.1. Ocio, cooperación y tratados ........................ 82
2.1.2. Ocio, cooperación y estructuras ..................... 91
2.1.3. Ocio, cooperación y acciones ....................... 103

2.2. La integración comunitaria ............................... 140


2.2.1. Ocio, integración y tratados ........................ 140
2.2.2. Ocio, integración y estructuras ...................... 146
2.2.3. Ocio, integración y acciones. . . . ........ - ........ . . . 151
2.3. La reforma del estado ................................... 164
2.3.1. Ocio, reforma y estado democrático .................. 164

9
2.3.2. Ocio, reforma y estructuras . . . ............ . ......... 172
2.3.3. Ocio, reforma y acciones .......................... 180
2.4. El desarrollo autonómico vasco ............................ 191

2.4.1. Ocio, desarrollo autonómico y autogobierno ........... 192


2.4.2. Ocio, desarrollo autonómico y estructuras ............. 196
2.4.3. Ocio, desarrollo autonómico y acciones . . . ............ 200
2.5. La foralidad vasca ...................................... 213
2.5.1. Ocio, foralidad y territorios históricos ................ 214
2.5.2. Ocio, foralidad y estructuras . . . . ........ . ........... 219
2.5.3. Ocio, foralidad y acciones .......................... 222 Indice de tablas, gri
2.6. La autonomía local ..................................... 225
2.6.1. Ocio, autonomía local y municipios .................. 225
2.6.2. Ocio, autonomía local y estructuras .................. 232
2.6.3. Ocio, autonomía local y acciones . . . . . . ..... . ........ 233 Indice de tablas
2.7. Al margen de lo público ................................. 236 Tabla 1. Evolución del gasto consoli
ocio ..................
Capítulo 3 . Un modelo relacional de intervención en los ámbitos del ocio . 243 Tabla 2. Evolución del gasto consoli(
3.1. Las Políticas de Ocio como ideología ....................... 248 lados al ocio ...........
Tabla 3. Evolución del gasto de la Ac
3.1.1. Las ideologías presentes ........................... 249 Tabla 4. Evolución del gasto de Org
3.1.2. La transición hacia un modelo relaciona ) .............. 257 des Públicas vinculados al
3.2. Las Políticas de Ocio como praxis ......................... 261 Tabla 5. Evolución del gasto de la A
teria de ocio........... .
3.2.1. La morfología política en el modelo relacional ......... 263
3.2.2. La acción política en el modelo relacional ............. 310
Indice de gráficos
Conclusiones .................................................. 331
Gráfico 1. La Sociedad Red.... .
Referencias bibliográficas ....................................... 339 Gráfico 2. Espacio, sociedad y oci
Gráfico 3. La Asamblea General d
Gráfico 4. El Consejo Económico
i Gráfico 5. La Secretaría de la UN]
Gráfico 6. Ocio y Sectores de la S
Gráfico 7. La Secretaría de la OM
Gráfico 8. Dirección de Educaciti
Europa ............
Gráfico 9. Dirección General de E
ropea ..............
Gráfico 10. Secretaría de Estado de
Gráfico 11. Consejo Superior de Dc
Gráfico 12. Secretaría de Estado de
Gráfico 13. Departamento de Cultu.

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planificaciones , programas , bienes, productos , servicios y equipamientos mente superior e inferior.
llega a grados insospechados . La oferta de servicios de ocio se frag- ética (quizá relacionada cc
menta, en cada uno de los nichos de mercado identificables en la socie- guos» que se desdoblaba e
dad y en la oferta existente de soportes multimedia . En este sentido pode- el traslado del dualismo si
mos hablar de efecto. Pero, así mismo , hemos de referirnos al factor como socialmente superior
causa que conllevan las políticas desarrolladas . La continuidad de los luado como inferior es el ti(
modelos políticos actuales suscita la retroalimentación de procesos de
fragmentación e inmediatez . Se esquilman los tiempos universales y se No obstante , en la última dé
reducen los tiempos sociales , de manera que, hasta los espacios se con- se observa una nueva inversión i
vierten en aglomeraciones de individuos que pueden o no encontrarse en cundario al mundo del trabajo t
procesos vitales comunes. sando del vivir para trabajar de
de los más jóvenes. El ocio, lejo
cendente , motiva controversias
1.2. El fenómeno del ocio en la sociedad emergente nuevo milenio: la reorganizaciór
la jornada laboral , el impacto ecc
Iniciábamos este capítulo con el firme propósito de identificar aquellos cobro de la entrada a los museo
elementos del entorno social que condicionan la elaboración de un modelo tas, la extensión de la libre circt
de análisis, diseño y evaluación de la intervención política en los ámbitos ción de las nuevas tecnologías a
del ocio. Una vez definidos los rasgos de la sociedad actual en proceso de del derecho al ocio de colectivo:
profunda transformación, centramos nuestra atención en el ocio como fe- dos. Todas estas cuestiones han
nómeno social, contenido de la intervención política sujeta a estudio. Los escritores e intelectuales, de deb
cambios, que configuran la sociedad emergente, tienen su lógico reflejo en conflicto en foros políticos y soc
uno de los productos47 sociales más emblemáticos de fin de siglo: el ocio. daria, ni en el plano social, ni er
En primer lugar, nos aproximamos a una idea del mismo sustentada en una económico51 . Numerosos autore
síntesis de las corrientes hasta el momento presente, evolucionando poste- ción por el desarrollo del fenón
riormente sobre las dimensiones que manifiesta en la actualidad. por ejemplo Alain Touraine: «La
El ocio ha sido objeto de manifestaciones de desprecio y afecto en el en el que el sector secundario oc
presente siglo. Como todo fenómeno, conocido insuficientemente en to- problemas del trabajo dejarían ñ
das sus potencialidades, genera furibundos detractores y apasionados carian lo esencial de su tiemp
acólitos. Ha sido anatemizado como algo «plebeyo y perverso»48 y, al ficción»5'-; bien desde el optimisi
mismo tiempo, convertido en el eje fundamental de una nueva civiliza- bastián de Grazia: «El ocio, si fu
ción49. A este respecto, Enrique Gil Calvo da pistas sobre el origen del tar la verdad y conferiría su caro
desacuerdo en la consideración del fenómeno: En el caso de los autores castel
blema semántico a la hora de reí
«Ese inicial dualismo premoderno entre clase ociosa y clases forzadas plicidad de términos en torno a e
a trabajar ha contaminado la definición moderna de la dicotomía
trabajo/ocio, que ha quedado teñida de ese maniqueísmo entre lo social-
5° GIL CALVO, E.: «Elogio del ocio», e
9-10, agosto- septiembre, 1995, p. 26.
51 A modo de ejemplo se puede citar
47 En el sentido ya referido de resultado de la actividad de la sociedad. caso en la economía española : GARCÍA Gt
48 UNAMUNO, Miguel de: «En defensa de la haraganería», en Ensayos, Aguilar, Madrid, Ocio en España. Su aportación al PIB, Fui
1942. vol.2, pp. 560-566. 52 TOURAINE, A.: La sociedad postindu:
49 DUMAZEDIER, J.: Hacia una civilización del ocio, Estela, Barcelona, 1964, p. 274. 53 DE GRAZI.A, S.: op. Cit., p. 17.

54
V~

mente superior e inferior. Pero a causa de una curiosa transvaloración


ética (quizá relacionada con la doble naturaleza del «ocio de los anti-
guos» que se desdoblaba en «vita activa» frente a «vita contemplativa»)
el traslado del dualismo social ha supuesto una inversión: lo valorado
como socialmente superior es el tiempo de trabajo, mientras que lo deva-
luado como inferior es el tiempo de ocio» .50

No obstante, en la última década y en las generaciones más jóvenes


se observa una nueva inversión de los términos, dotando de un papel se-
cundario al mundo del trabajo en la escala de prioridades. Se está pa-
sando del vivir para trabajar de nuestros mayores al trabajar para vivir
de los más jóvenes. El ocio, lejos de ser una cuestión peregrina o intras-
cendente, motiva controversias y provoca desajustes a las puertas del
nuevo milenio: la reorganización del inundo del trabajo, la reducción de
la jornada laboral, el impacto económico del turismo, la implantación del
cobro de la entrada a los museos, el crecimiento del número de ludópa-
tas, la extensión de la libre circulación al deporte profesional, la aplica-
ción de las nuevas tecnologías a las prácticas de ocio o la normalización
del derecho al ocio de colectivos especiales, minoritarios o desfavoreci-
dos. Todas estas cuestiones han sido objeto de atención de académicos,
escritores e intelectuales, de debate en los medios de comunicación y de
conflicto en foros políticos y sociales. El ocio no es una cuestión secun-
daria. ni en el plano social, ni en el político , ni en el ambiental, ni en el
económicos'. Numerosos autores han mostrado su profunda preocupa-
ción por el desarrollo del fenómeno: bien desde el escepticismo, como
por ejemplo Alain Touraine: «La idea de una sociedad de puro consumo,
en el que el sector secundario ocuparía un lugar reducido .y en la que los
problemas del trabajo dejarían de interesar a los asalariados que de di-
carían lo esencial de su tiempo de ocio, pertenece a la sociología
ficción»5'-; bien desde el optimismo, como lo ilustran las palabras de Se-
bastián de Grazia: «El ocio, si fuéramos a conseguirlo, nos podría pres-
tar la verdad y conferiría su característica textura a toda la sociedad»53.
En el caso de los autores castellano hablantes existe, además, un pro-
blema semántico a la hora de referirnos al concepto ocio. Se da una du-
plicidad de términos en torno a dicho concepto: la propia palabra ocio y

50 GIL CALVO, E.: «Elogio del ocio», en La sociedad del ocio, Temas para el Debate, n.°`
9-10, agosto-septiembre , 1995, p. 26.
51 A modo de ejemplo se puede citar algunos estudios sobre su peso económico , en este
caso en la economía española: GARCíA GRACIA, M.I. et al.: La industria de la Cultura y el
Ocio en España. Su aportación al PIB, Fundación Autor, Madrid, 1997.
52 TOCRAINE. A.: La sociedad postindustrial, Ariel, Barcelona , 1971, p. 17.
53 DE GRAZIA, S.: op. cit., p. 17.

55
la expresión tiempo libre. Entre ambos se produce una indefinición con- Desde el momento en que
ceptual que no es resuelta por los autores. ocio con la idea de tiempo56, se
idea de tiempo industrial. La ace
modelo actual de gestión del tral
1.2.1. La naturaleza del fenómeno que posee al margen de su interi
como Ken Roberts5t, han plante
El término ocio adquiere distintos significados. En unos casos, apa- work ¡ti leisure, a modo de supe
rece vinculado a su origen latino, contrapuesto a tripaliunr o nec-otium, lécticos. El ocio es un fenómeni
engarzando con la idea de gratuidad, no-trabajo y libertad. En otros ca- trabajo. Evoluciona con el tieml
sos, este mismo término lleva asociada una genérica carga peyorativa ves de identificación del fenóme
plasmada en adjetivos, como ocioso, o sustantivos, como ociosidad, que Existe una segunda corrient
desvirtúan una rigurosa aproximación a su contenido y naturaleza. Así lo cepto ocio en relación con un c
expresa José Luis L. Aranguren: ción en actividades concretas es
para la mayoría de los ciudadano
«La palabra misma ocio ha perdido casi todo su sentido positivo, para siendo reducido a una taxonomi
hacerse sinónima bien de hastío, bien de ociosidad. El hombre hace ya las actividades en bloques. La a(
mucho tiempo que no es capaz de soportar un esparcimiento tranquilo y, se manifiesta, una de las variable
en general, solamente gusta de entregarse a las frenéticas diversiones que lo agotan en su potencialidad.
proporcionan los espectáculos de masas».51
Por otro lado, desde la terce
experiencia subjetiva de liberta¿
El Diccionario de la Real Academia recoge un doble significado del sitivo, no hay negación, pero se
ocio como: cese del tiempo de trabajo y entretenimiento en obras de inge- de postguerra, la sociedad del bi
nio. La expresión tiempo libre, por su parte, es contemplada también ción social. La planificación y li
desde una doble lectura como: un tiempo residual compensatorio del filmo, como nueva religión, cor
tiempo de trabajo o enlazado a la experiencia subjetiva de libertad. El pri- analizado, diagnosticado y dirigi
mer sentido es alimentado por la dinámica productiva, mientras que el se-
modernidad marca el final de lb
gundo se vincula a un planteamiento más educativo y social. Los términos ideología de una generación sin
recogen tradiciones distintas que se plasman en desarrollos diversos del que estructura la sociedad. El
concepto: el ocio inactivo y reparador frente al ocio liberado y liberador.
transformadora anterior. Desde u
En el conjunto de los Estudios de Ocio, la idea del ocio es definida jetiva, no se responde a los prot
por tres variables fundamentales: tiempo, actividad y experiencia subje- bienes y servicios generados (acá
tiva. Todas ellas son recogidas por los autores en distintas combinacio- vocados por la reorganización d
nes, con presencias y ausencias según los casos. En palabras del autor in- diato) y de los flujos vitales (esp
glés lan Henry:

«El ocio es definido en términos de "tiempo residual" o por su "fun- 56 En torno a la cuestión recomendan
ción", tradicionalmente en oposición al trabajo, en términos de "conte- Frederic MLNNÉ: Psicosociología del Cien
nido', actividades de ocio, o como un "estado ideal de la mente"» .55 Pica sobre los Estudios de Ocio, repasan¿
más, se presenta como una aportación sud
culación de conceptos como tiempo socia
segunda parte de la obra.
54 ARANGUREN, J.L.: «El ocio y la diversión en la ciudad », en La juventud europea y otros 57 BELL, D.: El advenimiento de la so<
ensayos, Seix Barral, Barcelona , 1961, p. 167. 1976. p. 546.
55 HENRY, l.: The Politics of Leisure Policy, MacMillan. Londres, 1993. p. 3. 51 RoBERTS, K.: Contemporarvv Socien•

56
pueden desaparecer o verse modificadas, e incluso, puede incluirse otras Cua
nuevas en un futuro próximo. Esta última posibilidad es una consecuen-
(contir
cia del doble efecto provocado por el espacio de los flujos y el tiempo in-
mediato. La presencia de una dimensión en la realidad observada no ex- Dimensiones Procesos personales y sociales
cluyela posible coexistencia con las demás. Sin embargo, su observación
nos ha llevado a identificar los procesos, actividades, tiempos y espacios Solidaria Vivencia del otro
en torno a aquellas que consideramos más definidas en su perfil actual. Participación asociativa
Gratuidad
En el cuadro anterior, presentamos una taxonomía de las dimensiones, de
Voluntariedad
acuerdo a los aspectos personal y social del fenómeno.

Cuadro 2
Productiva Bienestar
Las dimensiones del fenómeno del ocio Utilidad
Profesionalización
Dimensiones Procesos personales y sociales Actividades prototípicos

Creativa Desarrollo personal Artes


Autoafirmación Turismo alternativo
Introspección Nuevos deportes
Consuntiva Consumo
Reflexión Deportes de aventura
Mercantilización
Hobbies

Lúdica Descanso Juego Preventiva Prevención


Diversión Práctica cultural Precaución
Turismo tradicional
Práctica deportiva
Paseos Terapéutica Recuperación
Tertulia Calidad de vida

Festiva Autoafirmación colectiva Fiesta Alienante Enajenación


Heterodescubrimiento Patrimonio
Apertura a los demás Ausente Aburrimiento
Folklore
Desinterés
Socialización Turismo cultural
Ruptura de cotidianeidad Deporte espectáculo
Nociva Prácticas abusivas
Sentido de pertenencia Eventos Dependencia exógena
Parques temáticos
Parques de atracciones Fuente: Elaboración propia.

Ecológica Vinculación al espacio Recreación al aire libre


Capacidad de admiración Turismo urbano
Contemplación Arte en la calle
Turismo rural El ocio creativo
Ecoturismo
Deporte al aire libre La primera de las dimensiones
ocio creativo, que como apunta Ma

60
Cuadro 2
(continuación)

Dimensiones Prckesos personales v sociales ! Actividades DrototiOlcos

Solidaria Vivencia del otro Ocio comunitario


Participación asociativa Animación sociocultural
Gratuidad Animación turística
Voluntariedad Turismo social
Deporte para todos
Asociacionismo
Educación del tiempo libre

Productiva Bienestar Industrias culturales


Utilidad Sector del Turismo
Profesionalización Deporte profesional
Establecimientos recreativos
Actividades del juego y apuestas
Servicios ocio-salud
Bienes de equipo y consumo

Consuntiva Consumo Compra de productos, bienes v servi-


Mercantilización cros turísticos, culturales, deportivos y
recreativos

Preventiva Prevención Ocio preventivo


Precaución Educación para la salud
Programas preventivos

Terapéutica Recuperación Ocio terapéutico


Calidad de vida Ocio y salud

Alienante Enajenación Cualquier actividad

Ausente Aburrimiento Inactividad


Desinterés

Nociva Prácticas abusivas Ociopatías


Dependencia exógena Ludopatías

Fuente: Elaboración propia.

La primera de las dimensiones a la que nos vamos a referir es la del


ocio creativo, que como apunta Manuel Cuenca «es, ante todo, una di-

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