IX JORNADAS NACIONALES DE SALUD MENTAL
| JORNADAS PROVINCIALES DE PSICOLOGIA
SALUD MENTAL Y MUNDIALIZACION:
ESTRATEGIAS POSIBLES EN LA ARGENTINA DE HOY
7 y 8 de octubre 2005 : Posadas - Misiones - Argentina
INTERDISCIPLINA Y SALUD MENTAL |
Alicia Stolkiner
Parece indicado respetar las certeras preguntas que formularon los organizadores
de estas jomadas al plantear los ejes temdticos: de qué hablamos cuando
hablamos de interdisciplina, cuales son los espacios posibles de articulacién
interdisciplinaria y la disyuntiva entre interdisciplina o interpractica profesional
Trataré de referirme no sélo a los fundamentos tedricos sino a la experiencia de
trabajar en investigacion interdisciplinaria y compartir la actividad de equipos
profesionales de salud o salud mental. También intentaré en esta exposicin
volver sobre algunos textos en los que, en distintos momentos, he tratado de
reflexionar sobre interdisciplina y sobre salud mental. El objetivo es contextuar e
historizar la relacién entre el campo de la salud mental en Argentina y el abordaje
interdisciplinario, para reflexionar sobre las posibilidades y obstaculos actuales.
Esbozo de contextuacion de la practica interdisciplinaria
“Es necesario ‘ecologizar’ las disciplinas: comprender el
contexto de su produccién’.
Edgar Morin (2005)
En un trabajo de los ochenta planteaba:... “la interdisciplina nace, para ser
exactos, de la incontrolable indisciplina de los problemas que se nos presentan
actualmente.De la dificultad de encasillarlos. Los problemas no se presentan
como objetos, sino como demandas complejas y difusas que dan lugar a practicas
sociales inervadas de contradicciones e imbricadas con cuerpos conceptuales
diversos” (Stolkiner,A, 1987, Pag. 313). Indicaba en ese trabajo la existencia de
un movimiento o tendencia, en configuracién, que iba de la ciencia poseedora de
un objeto y un método, a los campos conceptuales articulados en practicas
sociales alrededor de situaciones problematicas. Es de este movimiento de lo que
hablamos cuando hablamos de interdisciplina. En su base esté la transformacion
de las formas de representar el pensamiento cientifico y su relacién con las
practicas que slo puede comprenderse en el contexto de las transformaciones y
fas crisis de un largo periodo. En ese mismo contexto se produjeron
simultaneamente cambios en las formas de representarse la salud y la
enfermedad, lo “mental” y el bordaje de sus patologiasEn la década del 80 ya habia devenido evidente que la comprensién y la
respuesta a los problemas de padecimiento subjetivo no eran abordables desde
un campo disciplinario especifico, y que tanto los disefios de investigaci6én como
los programas de accién debian ser permeables a la caida del paradigma
hegemonico positivista y a la crisis de las explicaiones mono y multicausales
También estaba en cuestién la revision y debate sobre el concepto de
“objetividad” del conocimiento cientifico.
Para esa época, definia la salud mental como un campo de practicas sociales y
sefialaba la necesidad de comprender la historicidad de la configuracion del
mismo, que no era reducible al de la psiquiatria y su nacimiento politico, analizado
por Foucault (Stolkiner A., 1988). También decia que la existencia de este campo
tenia un nucleo duro que lo justificaba: el fendmeno de las instituciones asilares
manicomiales y la objetivacion desubjetivante del paciente.
La definicion compleja del proceso de salud/enfermedad/ atencién, debate
profundizado por la medicina social latinoamericana, mostraba la imposibilidad de
diferenciar enfermedades “mentales” de biolégicas” y la indeclinable necesidad de
incorporar la dimensién social en su analisis. A partir de ello, era posible afirmar
que el éxito del campo de la salud mental seria, paraddjicamente, su extincion
para quedar incorporado en practicas integrales de salud. Por esa causa he
afirmado, en mas de una oportunidad, que la funcién del psicdlogo en las
practicas en salud no es ocuparse de los problemas o patologias “mentales”, sino
de la dimensién subjetiva del proceso de salud- enfermedad-atencién.
Debo recordar que, pese a no ser novedosa, la propuesta de la interdisciplina
encontraba resistencias notables en los profesionales de nuestro campo. Valga el
ejemplo de las vicisitudes que tuvo la de las Residencias Interdisciplinarias en
Salud Mental (RISAM) de la Direccion Nacional de Salud mental. Todo debate —
como todo constructo tedrico-- debe ser comprendido en su contexto. La historia
de la salud mental en el pais tenia antecedentes de acciones interprofesionales y
marcos tedéricos comunes desde la década del 60 (Carpintero E. Y vainer A.,
2004). Esto se habia plasmado incluso en instituciones, como el Movimiento de
las Trabajadores de Salud Mental que incluia todas las profesiones del campo, en
la primera mitad de los setenta, y los psicoanalistas habian ocupado un lugar en
esa apertura. Posteriormente, buena parte de los actores de este proceso habian
sido silenciados por la dictadura y los servicios de salud mental habian
sobrevivido en particular aislamiento. Al retornar la democracia quedaba todavia
por romper el efecto que el aislamiento y la invisibilidad habian tenido sobre los
actores y las teorias. En contraposicién, durante el retorno a las formas
democraticas de gobierno la entrada del discurso de la Atencién Primaria de la
Salud impulsaba a trabajar desde una légica no medicalizante y a incorporar
actores no convencionales en las practicas. Valga como ejemplo de esto las
tematicas abordadas en las Jornadas de Atencién Primaria de la Salud
organizadas por la CONAMER en ese periodo. En las realizadas en 1989 hubo
una mesa sobre “Influencia del Positivismo en Salud” y una conferencia Central
sobre “Dialéctica de la Integracién en la Investigacion Interdisciplinaria’ del Dr.
Rolando Garcia. En todas las jornadas hubo también un espacio para el debate
de salud mental. Estas iornadas fueron el emeraente de un momento con altatendencia a la participacién de la sociedad civil en salud, que habria de reducirse
poco después. En estas circunstancias, se reabria el abordaje de las
problematicas de padecimiento subjetivo desde una definicién de problema
multidimensional que llevaba a estrategias no reductibles al exclusivo enfoque
terapéutico y/o psicofarmacolégico individual. A principios de los 90 el libro de
Emiliano Galende “Psicoandlisis y Salud Mental” (1990) retomaba la polémica
historizando la configuracién del campo y problematizando el lugar del
psicoandlisis en él.
No obstante, la crisis de! 1989 y el viraje posterior en la relacién entre estado-
mercado y sociedad civil produjo un quiebre en esta posibilidad
Mientras el abordaje interdisciplinario requiere de un contexto donde la tendencia
sea a la integracién, la década del 90 se caracterizé basicamente por la
desagregacién y fragmentacion institucional. La reforma del Sistema de Salud,
consecuente con la del Estado, profundizo la fragmentacién historica del sector
salud en la Argentina y fragilizé la inclusion de sus actores
La interdisciplina requiere de un trabajo sostenido y constante. Come afirma Nora
Elichiry (1987,pag. 337) : .." una cooperacién ocasional no es interdisciplina” , se
requiere de una actitud de “cooperacién recurrente". Si la légica hegeménica es
de competencia individual 0 de competencia de mercado entre profesiones y
corporaciones, las condiciones de desarrollo del accionar interdisciplinario
encuentran obstaculos importantes, vale a modo de ejemplo el conflicto
corporativo suscitado alrededor de la Ley de Salud Mental de la Ciudad de
Buenos Aires. También lo encuentran si el trabajo sostenido en equipo se
enfrenta a condiciones de empleo inestables de sus miembros o a exigencias de
rendimiento individualmente evaluadas. Aunque resulte obvio, es necesario
recordar que el trabajo interdisciplinario es un trabajo grupal. La articulacion entre
imaginario social e imaginario grupal y la dimension institucional en que se
plantea la actividad son productoras de la misma, trabajan en ella
Durante esa década los servicios de salud se vieron fuertemente tensionados por
el proceso de reforma. La “mercantilizacion” del sistema de salud (Laurell A.c.)'"
y la inclusion de la légica y los principios de la economia neoclasica en el campo
sanitario, motoriz6 formas de cuantificacién de la productividad de los agentes del
sistema que generalmente no se compadecian con el objetivo de la practica y
puso en el centro de la escena la evaluacién de costo efectividad , con una
definicién de efectividad generalmente estrecha
No obstante ésto, la resistencia “tedrica” de los profesionales del campo de la
salud mental ante lo interdisciplinario habia cedido, para ser reemplazada por una
mayor aceptacion en el discurso, acompafiada de una baja capacidad de
concretarlo en hechos. Simultaneamente la profundizacién de las brechas de
inequidad, la pauperizacién y el incremento del desempleo impactaban en los
servicios de salud incrementando y complejizando la demanda. La necesidad de
actuar mancomunadamente se imponia por los hechos y resultaba
particularmente evidente en el primer nivel de atencién. Para esa época, en la
‘(0 EL término “mercantilizacién” se utiliza para designar la incorporacién de la l6gica y competencia de
mercado como eje constitutivo del sector salud.