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Procesos del embarazo

Através de las 40 semanas de gestación de nuestro bebé, nuestro organismo da lugar a


procesos diferentes para la formación de un nuevo ser. Nuestras necesidades de nutrición
crecen, nuestro estado de ánimo oscila, nuestro cuerpo cambia y nosotras de a poco
vamos haciéndonos la idea de que seremos mamás. A continuación, mes a mes, lo que
sucede por dentro y por fuera:

Primer mes:
La placenta comienza a desarrollarse y nuestro bebé es un embrión. Mide menos de un
centímetro y no llega a pesar 2 gramos. En el lugar donde crecerán las extremidades se
forman unos “botoncitos”. También empiezan a formarse los pulmones, el tubo neural, y el
corazón, que comenzará a latir promediando la tercera semana. A partir de la segunda,
cualquier test nos informará de la presencia del bebé. Aparece la Hormona Gonadotropina
Coriónica Humana –que también se conoce como Hormona del embarazo- y los niveles
de progesterona aumentan. Pueden experimentarse mareos y fatiga y, a nivel anímico,
nervios y ansiedad por la noticia. En cuanto sepamos del embarazo, o mejor aún, apenas
lo sospechemos, visitaremos al médico que confirmará el resultado y es importante que
comencemos cuanto antes a tomar diariamente el Acido fólico como también que nos
informamos sobre los cuidados que deberemos tener en cuenta de ahora en más.

Segundo mes:
Son visibles los intercambios de la placenta con el embrión, así como los deshechos del
bebé. Todos los sistemas y los órganos principales forman su estructura básica. Aparecen
también los dedos de los pies y las manitos, los tobillos, las muñecas y las orejas.
También se forman los párpados, pero se mantienen cerrados. El embrión se acerca a los
4 centímetros y pesa aproximadamente 5 gramos. Nuestros pechos están sensibles y se
nos oscurece el pezón y el área que lo rodea. Siguen la fatiga y las náuseas matutinas.
Aparece el aspecto resplandeciente porque nuestro volumen de sangre crece un 20 por
ciento (nuestro cabello está fuerte y brillante). En la octava semana podremos escuchar
los latidos de nuestro bebé.

Tercer mes:
A partir de la novena semana, el embrión pasa a ser un feto. Comienzan a crecerla unas
uñas suaves y en su boca aparecen señales de lo que serán sus dientes de leche. Se
desarrollan los genitales, el hígado y los riñones comienzan a funcionar, y todos los
órganos madurarán durante el resto del embarazo. Hacia la doceava semana, medirá 10
centímetros y pesará unos 20 gramos. Nosotras necesitamos sumar vitaminas y
minerales a nuestra dieta. Los mareos pueden seguir, pero si sentíamos náuseas, ya
empiezan a disminuir. Nuestra presión arterial disminuye y eso puede provocarnos aún
más cansancio.

Cuarto mes:
La placenta está completamente formada. El rostro del bebé ya puede observarse en
detalle: su boca, ojos, nariz y orejas están completamente formados. Su piel es muy fina,
transparente, y su aparato digestivo comienza a funcionar. A fines de este mes
comenzará a moverse, y ya pesará más de 90 gramos y medirá unos 15 centímetros. En
nuestro cuerpo, la panza comienza a notarse y los pechos crecerán, así que es buen
momento de conseguir ropa que nos pueda acompañar el resto del embarazo. Aumentará
nuestro apetito y con él nuestro peso. Las demandas de hierro y calcio aumentan, así que
es muy probable que nuestro médico nos recete suplementos o bien nos recomiende
alimentos ricos en estos minerales.
Quinto mes:
Durante este mes nuestro bebé crecerá 10 centímetros más y aumentará más del doble
de su peso hasta ahora. Sus uñas ya están completamente crecidas y en todo su cuerpito
crecerá el lanugo, un vello que lo abrigará hasta una semana después de nacido. Ya
duerme y despierta creando un ritmo regular. Por nuestra parte, nuestro útero habrá
crecido hasta el ombligo y el ritmo cardíaco se nos acelerará. Las patadas y los
movimientos pueden sentirse claramente, y podemos interactuar con nuestro bebé con
caricias y sonidos: ya puede escucharnos.

Sexto mes:
La piel del bebé es de un color rojizo y está muy arrugada. Se desarrollan su sentido de
gusto y olfato y sus párpados se despegan, permitiéndole abrir los ojos. En sus manos y
pies se definen las huellas dactilares. Todos sus órganos están muy desarrollados,
aunque el cerebro y los pulmones aún no completamente. Si por alguna razón naciese
ahora, con cuidados intensivos quizás podría sobrevivir. Ya mide 30 centímetros y pesa
unos 600 gramos. A nosotras, la panza nos sigue creciendo y eso puede causarnos
picazón en la piel o incluso dolor leve, por el estiramiento del útero y la piel, es bueno
intensificar el uso de las cremas para que la piel esté humectada a diario y de esta
manera evitemos lesiones en el tejido de la piel, las estrías. La espalda puede doler
también por el peso que se está sumando y el cambio de centro de gravedad.

Séptimo mes:
Nuestro bebé se chupa el dedo, tiene hipo y llora. Sus huesos se endurecen y eso hace
que sintamos más fuerte sus movimientos. Si nace en este momento, con cuidados
apropiados tiene buena chance de vivir. Llegará a los 40 centímetros y a pesar más de un
kilo. Nosotras comenzaremos a experimentar hinchazón en los tobillos, lo cual nos exigirá
que descansemos más a menudo. Puede que aparezcan estrías en la panza y que
experimentemos las contracciones falsas –conocidas como “de Braxton Hicks”, las cuales
tienen la finalidad de entrenar al útero para las verdaderas contracciones del trabajo de
parto. Si se suceden más de cinco en una hora, debemos consultar.

Octavo mes:
Durante este mes, el bebé se dedica a madurar sus pulmones y cerebro. Seguirá
creciendo, llegando a medir unos 45 centímetros y a pesar 2 kilos y medio
aproximadamente. Nosotras ya comenzamos a producir leche y no es raro que de
nuestros pechos salga un poco. Encontraremos dificultades para dormir, para respirar
(porque el bebé presiona los pulmones) y nos conviene comer en más ocasiones pero
menos cantidad cada vez, porque el bebé ocupa parte del espacio de nuestro estómago.
Es importante que si tenemos pérdidas, sentimos que el bebe empuja hacia abajo o
tenemos calambres en el estómago, consultemos.

Último mes:
Hemos llegado al fin de este viaje. Los pulmones del bebé ya están maduros y ya puede
vivir fuera de nuestro cuerpo. Girará hasta colocarse cabeza abajo. Ya mide unos 50
centímetros y pesa alrededor de 3 kilos. A nosotras nos aumentará el dolor de espalda, y
tendremos que orinar muy frecuentemente porque el bebé presiona la vejiga. Es posible
que perdamos peso y vamos a necesitar varios descansos a lo largo del día, molestas por
la sensación de pesadez. Sabremos que estamos en trabajo de parto cuando tengamos
contracciones regulares cada 5 minutos durante más de dos horas en la primeriza o de
una en las mujeres que ya han tenido hijos. Es hora de preparase para dar a luz!

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