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SISTEMA KANTIANO DE MANTENIMIENTO

El enfoque sistémico kantiano plantea la posibilidad de estudiar y entender todo


fenómeno, dado que define que un sistema está compuesto básicamente por tres
elementos: personas, artefactos y entorno.

En todo sistema es fundamental la participación de las personas, ya que ellas son las que
hacen que el sistema exista, y son las que le dan ese carácter real, en forma contextual,
de forma mental. Indudablemente, el mantenimiento es un sistema mental que se
construye de forma intelectual por el ser humano, y que los elementos de un sistema
kantiano son los artefactos3 que, en el caso particular del mantenimiento, constituyen el
conjunto de máquinas, componentes, sistemas de producción, herramientas, utensilios,
líneas de fabricación, documentos como órdenes de trabajo o historia de los equipos,
aparatos, materias primas, insumos, repuestos, sistemas de información, etc., los cuales
son elementos reales requeridos para hacer el mantenimiento.

El tercer componente de un sistema kantiano es el entorno, el cual es de carácter mental


(o intelectual) y corresponde a todos aquellos sitios en donde se desenvuelve la
naturaleza del sistema, y en donde se encuentran las máquinas que hacen posible la
producción de bienes reales o de servicio (Chiavenato, 2005).

El enfoque kantiano permite visualizar y probar la existencia de relaciones entre diferentes


elementos de un sistema real o mental, y para el caso del mantenimiento se reconoce la
existencia de diferentes elementos que se entrelazan. Entre ellos se pueden nombrar las
personas, que son directos usuarios o explotadores de los equipos de fabricación, los
productores y los que preservan el activo o máquina denominados mantenedores. En
cuanto a los artefactos, en este grupo se incluyen todos los equipos o elementos
productivos directos o indirectos que se describen en el texto.

Por último, el entorno es el que comprende los sitios de producción, como fábricas fijas o
móviles, por un lado y, por el otro, también incluye los espacios donde se prestan los
servicios de mantenimiento.
El modelo de la teoría de sistemas define a los departamentos de las empresas, como
módulos administrativos independientes (mantenimiento, producción, etc.), a los cuales
los denomina unidades, y éstos a su vez conforman un sistema con metas propias
individuales y comunes al sistema (empresa). Un sistema es un conjunto de unidades
recíprocamente relacionadas (Bertalanffy, 1994). Las unidades a su vez se pueden
considerar como elementos de un sistema cuando se encuentran relacionadas entre sí
por alguna forma de interacción o interdependencia (Chiavenato, 2005).

Los objetivos específicos para una unidad, por lo general, buscan los mayores beneficios
mediante la maximización de las utilidades y la reducción de los posibles desperdicios de
insumos o materias primas durante el proceso industrial, con una adecuada utilización de
los recursos disponibles. El concepto de departamento de mantenimiento se resume en la
prestación de un buen servicio para las instalaciones y el equipo para reducir al mínimo
las paradas de máquinas por fallas imprevistas, lo cual es posible si se incrementa la
eficacia en el empleo de dichos elementos y de los recursos humanos, con el menor costo
posible (Newbrough y otros, 1982).

Con el fin de entender la aplicación de estos conceptos a un sistema de mantenimiento,


se aplican de forma individual e independiente a los departamentos de operación y de
sostenimiento de maquinaria, para posteriormente usarlos en un sistema integral
industrial, de tal forma que se pueda visualizar la interacción de ambas unidades y el
sistema global unificado de mantenimiento empresarial.

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