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INTERNACIONALIZACIÓN Y ESTANDARIZACIÓN DE
LOS DERECHOS HUMANOS
CUAUHTÉMOC MANUEL DE DIENHEIM BARRIGUETE
EDITORIAL AD-HOC
ARGENTINA, 2009
CAPÍTULO IV, APARTADOS 3-5
PÁGINAS 82-124
1
BRITO Melgarejo, Rodrigo, “Constitucionalismo Global”. Editorial Porrúa/Facultad de
Derecho UNAM, México, 2005, pp. 40, 41 y 42.
2
GARCÍA Ramírez, Sergio, “La Corte Interamericana de Derechos Humanos”. Ed. Porrúa,
México, 2007, p. 6.
recíproca influencia y de mutuo enriquecimiento, susceptible de producir
éxitos de gran relevancia tanto dogmática como práctica3.
Dicha tendencia la podemos ver intensificada a partir del último cuarto del
siglo XX, periodo a partir del cual, podemos constatar también, como se ha
venido dando una mundialización de la justicia constitucional en virtud de
que a partir de entonces ésta se puso en estrecha sintonía con la
universalidad de la idea de libertad, y con la expansión sin fronteras de un
sentir que ve en el respeto de la dignidad de todo hombre y de los derechos
inviolables que le son inherentes, la regla rectora de todo gobierno
democrático y de cualquier convivencia social civilizada6.
3
ROLLA, Giancarlo, “Derechos Fundamentales, Estado Democrático y Justicia
Constitucional”. UNAM, México, 2002, p. 86.
4
Ibidem, pp. 87-92.
5
CARPIZO, Jorge, Op. Cit., p. 28.
6
FERNÁNDEZ Segado, Francisco, “La Justicia Constitucional ante el Siglo XXI: La
Progresiva Convergencia de los Sistemas Americano y Europep-Kelseniano”. UNAM,
México, 2004, pp. 5 y 6.
tienen un interés común el cual es el establecimiento de un “orden público
común”7.
7
RODRÍGUEZ H., Gabriela, “Normas de Responsabilidad Internacional de los Estados” en
COURTIS, Cristian, HAUSER, Denise y RODRÍGUEZ Huerta, Gabriela (Comps.),
“Protección Internacional de Derechos Humanos. Nuevos Desafíos”. Ed. Porrúa/ITAM,
México, 2005, p. 241.
8
FERRAJOLI, Luigi; “La Democracia Constitucional” en COURTIS Christian (comp.),” Desde
otra Mirada, Textos de Teoría crítica del Derecho”. Ed. Eudeba, Buenos Aires 2001, pp.
258-259, 265-267.
9
NAVARRO Ruiz, José Carlos, “Constitución Europea”. Tirant lo Blanch, España, 2005, pp. 7-
14 y 52-67.
Europa, como ha dicho Häberle, un auténtico “ius commune
constitutionale”10.
Para Häberle este tipo de “Estado constitucional” (al menos el del modelo
europeo) en su conjunto, y en lo particular el tipo de sus elementos como
son los Derechos Humanos, la democracia, el federalismo y el regionalismo
se desarrolla en una comunidad mundial de producción y de recepción en la
que la comparación jurídica opera en parte de manera político-
constitucional, y en parte interpretativamente, y en la que la Comunidad
Internacional y la Comunidad Nacional de científicos juegan un rol no
pequeño en el marco de la sociedad abierta de los constituyentes y los
intérpretes constitucionales.
10
PÉREZ Luño, Antonio-Enrique, “¿Ciberciudadanía o ciudadanía.com?”. Gedisa editorial,
España, 2004, p.110.
11
HÄBERLE, Peter, “El Estado Constitucional”. Instituto de Investigaciones Jurídicas de la
UNAM, México, 2003, pp. 307-311.
12
HÄBERLE, Peter, “El Federalismo y el Regionalismo como Forma Estructural del Estado
Constitucional”. Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, México, 2006, pp. 136-
139.
13
PEREZ Tremps, Pablo; Op. Cit.; p. 108
produciéndose de esta manera una globalización y una cierta
estandarización en cuanto a los Derechos Humanos se refiere.
Es por ello que como señala Bobbio, con la Declaración de 1948 se inició
una etapa sumamente importante en la evolución de los Derechos
Humanos: la de su universalización y positivación, haciéndolos pasar de ser
simples “derechos de los ciudadanos” a ser verdaderos derechos de todos
los seres humanos o al menos derechos del ciudadano de esa ciudad que
no conoce fronteras, porque comprende a toda la humanidad15.
Por esta razón en los últimos años las constituciones de los distintos
Estados más allá de las especificidades históricas propias de cada uno, de
la diversidad de las formas de gobierno y de Estado, han tendido a
homologarse en la lista de los derechos de la persona reconocidos como
fundamentales, y las nuevas constituciones tienen en común la voluntad de
reservar una amplia parte de su texto a la enumeración de una vasta gama
de derechos fundamentales y al establecimiento de instrumentos específicos
14
CARBONELL, Miguel, “La Constitución Pendiente. Agenda mínima de Reformas
Constitucionales”. Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, México, 2002, pp. 52 y
53.
15
Ibidem, p. 53.
16
PEREZ Tremps, Pablo; Op. Cit., pp. 119 y 120.
y órganos para su tutela. De esta manera podemos distinguir claramente
una tendencia a acercar realidades constitucionales diferentes como las de
los Estados de Europa Central y Oriental, y las recientes constituciones de
América Latina y África17.
17
ROLLA, Giancarlo, “Garantía de los Derechos Fundamentales y Justicia Constitucional”.
Ed. Porrúa/Instituto Mexicano de Derecho Procesal Constitucional, México, 2006, pp. 6 y 7.
18
Vale la pena resaltar a este respecto, que en la región asiática no se han instaurado
todavía mecanismos regionales de protección de los Derechos Humanos, aunque sí han
habido algunas iniciativas para su promoción. Tampoco existen Declaraciones solemnes
sobre los Derechos Humanos en dicho ámbito, aunque buena parte de los Estados asiáticos
sí se han adherido a la Carta de las Naciones Unidas y a la Declaración Universal de 1948.
En el año de 1998 se aprobó en Kwanglu, Corea del Sur, la llamada “Carta Asiática de los
Derechos Humanos”, la cual fue producto de un intenso trabajo de más de 200
organizaciones no gubernamentales de Asia y de distinguidas personalidades e intelectuales
de la región, y que representa un loable esfuerzo por promover los Derechos Humanos, y
que sin lugar a dudas debiera ser adoptada por los gobiernos de los Estados y servir de
inspiración para la creación de un convenio regional de Derechos Humanos en la región de
Asia y Oceanía.
19
HERDEGEN, Matthias, Op. Cit., p. 358.
procesos de sujeción injusta se han producido también entre los mismos
grupos europeos (por ejemplo el trato dado por la mayoría a las minorías
nacionales en Francia, España o Rusia), y entre grupos africanos o asiáticos
(por ejemplo en Malawi y en China), además de en el contexto de la
colonización occidental de pueblos no occidentales. De esta manera se
puede apreciar que estos procesos de imperialismo o imposición cultural se
han producido prácticamente en todos los Estados con minorías nacionales,
y como bien dice Kymlicka vincularlos al individualismo occidental es
subestimar seriamente el avance del problema20.
Lo cierto es que, como dice Carbonell, luego del 11 de septiembre del 2001
parece ser que los Estados Unidos se han tomado muy en serio su papel de
20
KYMLICKA, Will, “La Política Vernácula”. Ed. Paidós, España, 2003, pp. 114-115.
21
BEUCHOT, Mauricio, “Interculturalidad y Derechos Humanos”. Siglo XXI editores/ UNAM,
México, 2005, p. 10.
22
GROSSI, Paolo, “Derecho, Sociedad, Estado”. El Colegio de Michoacán, Escuela Libre de
Derecho y Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, México, 2004, pp. 178-180.
23
HUNTINGTON, Samuel P., “Choque de Civilizaciones”. Ed. Paidós, México, 2001, pp. 217
y 218.
“imperio” en los tiempos de la globalización, razón por la cual es necesario y
urgente reivindicar el papel del sistema jurídico internacional y de la
cooperación entre las naciones para hacer frente a las amenazas globales a
las que se enfrenta toda la Comunidad Internacional y denunciar las
profundas injusticias que se esconden bajo el concepto de “guerra justa” que
el imperio quiere librar contra los bárbaros en el exterior y contra los
rebeldes en el interior de sus fronteras. Urge por tanto hoy en día,
repotenciar los diálogos multilaterales y generar una esfera pública global,
que pueda operar dentro y fuera de las instituciones formales, que
contribuya a nutrir un debate que actualmente es bastante pobre y que sirva
como marco de reflexión para generar nuevas pautas de acción política que
puedan contraponerse a la lógica del mercado y contrarrestar los efectos
nocivos de ésta24.
Es así que cada vez se impone más como necesaria, una reconciliación
entre las diversas culturas y civilizaciones, y una reconfiguración de las
24
CARBONELL, Miguel, “Globalización y Derecho: Siete Tesis” en DÍAZ Müller, Luis
(Coord.), “Globalización y Derechos Humanos”. Universidad Nacional Autónoma de México,
México, 2003.
25
A este respecto, es preciso mencionar que se debe avanzar del multiculturalismo hacia un
verdadero pluralismo cultural y hacia la interculturalidad. Para profundizar en las sutiles pero
trascendentes diferencias entre estos tres términos se recomienda ver la obra de BEUCHOT,
Mauricio, “Interculturalidad y Derechos Humanos”. Siglo XXI editores/ UNAM, México, 2005.
26
HUNTINGTON, Samuel P., “Choque de Civilizaciones”. Ed. Paidós, México, 2001, pp. 50,
51 y 217.
relaciones internacionales y de la relación entre Occidente y el Islam, así
como de las relaciones entre las tres religiones abrahánicas (Judaísmo,
Cristianismo e Islam). Es necesario pues, construir puentes y no levantar
diques de odio, venganza y enemistad, pues como bien dice Hans Küng las
opciones están claramente definidas: o prevalece el diálogo de culturas y
paz entre religiones como condición imprescindible para la paz entre las
naciones, o bien lo que subsistirá será la rivalidad entre religiones, el choque
de culturas y consecuentemente la guerra entre las naciones27.
Por otra parte también, evidentemente como dice Díaz Müller, podemos
percibir que el talón de Aquiles del proceso de la globalización está
constituido por los derechos económicos, sociales y culturales, ya que los
profundos desequilibrios que la globalización ha traído consigo, han influido
fuertemente de manera desfavorable en la aplicación de dichos derechos,
pues como bien sabemos, los indicadores de nutrición, salud, vivienda,
empleo, educación, cultura y bienestar en general, han retrocedido
considerablemente en el mundo en los últimos años29.
27
KÜNG, Hans, “Ética mundial en América Latina”. Editorial Trotta, Madrid, 2008, pp. 36 y
37.
28
Para mayores datos ver: DELLA MIRANDOLA, Pico, “Discurso sobre la Dignidad del
Hombre”. Editorial Longseller, Argentina, 2003.
29
DÍAZ Müller, Luis T., “Globalización y Derechos Humanos: El Orden del Caos” en DÍAZ
Müller, Luis (Coord.), “Globalización y Derechos Humanos”. Universidad Nacional Autónoma
de México, México, 2003, pp. 40 y 45.
contestación o repudio al modelo global han sido objeto de violencia por
parte de los gobiernos, quienes a pesar de mantener discursos acordes con
los Derechos Humanos han preferido defender los derechos ligados al
capital30.
Hoy más que nunca por tanto, es indispensable cambiar dicho modelo y
encontrar uno alternativo que sea respetuoso de la condición humana y del
planeta entero, proporcionando una vida más digna y justa para todos los
30
ROCHA Quintero, Jorge E., “Los Derechos Humanos. Expresión Renovada en la
Búsqueda de la Fe y la Justicia”. Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de
Occidente. México, 2008, pp.36-38.
31
Ibidem, p. 38.
seres humanos de todos los pueblos del mundo, tanto en la dimensión
individual como en la colectiva.
32
VÁZQUEZ, Rodolfo, “Derecho, Moral y Poder”. Ed. Porrúa/ Instituto Tecnológico
Autónomo de México, México, 2005, p.75.
33
DE VEGA García, Pedro “Mundialización y Derecho Constitucional: La Crisis del Principio
Democrático en el Constitucionalismo Actual” en CARBONELL, Miguel y VÁZQUEZ,
Rodolfo (Comps.) “Estado Constitucional y Globalización”. Ed. Porrúa/ UNAM, México, 2001,
p. 214.
los niveles de vida que permiten a Occidente gozar de bienestar y
democracia a expensas del resto del mundo34.
Por supuesto que a este respecto debe quedar bien claro cual es el objetivo
de la estandarización de los Derechos Humanos, advirtiendo que no se
trata de imponer una universalización forzosa de la concepción occidental
de los Derechos Humanos, sino de crear a nivel mundial una conciencia
común civilizatoria y como dice Boaventura de Sousa, entablar diálogos
interculturales, pero sin renunciar a los estándares mínimos que rijan la
convivencia de todas las personas y defender el cosmopolitismo, es decir la
globalización de las preocupación morales y políticas, y las luchas contra la
opresión y el sufrimiento humano35.
34
FERRAJOLI, Luigi, “Derechos y Garantías. La Ley del más Débil”. 2ª edición, Ed. Trotta;
Madrid, 2001, p. 65.
35
Citado por CARBONELL, Miguel en “La Constitución en Serio”. Editorial
Porrúa/Universidad Autónoma de México, México, 2005, pp. 16 y 17.
36
RECASENS Siches, Luis, Op. Cit., p. 556.
denegación o violación de otros Derechos Humanos y libertades
fundamentales, ni tampoco interpretarse de manera tal que ello se justifique.
Por esta razón es que los Derechos Humanos deben considerarse
colectivamente y abordarse bajo un enfoque amplio y equilibrado, y no se
puede dar preminencia a ningún grupo de derechos, como en este caso a
los culturales sin que ello implique tergiversar los principios de
interdependencia37.
No hay que olvidar que ir por el camino contrario y tomar la vía del
relativismo cultural a ultranza como justificación para no cumplir los
Derechos Humanos, implica la negación de su universalidad. Además de
que no debemos pasar por alto, las trágicas experiencias que históricamente
se han producido en el mundo, con motivo de los particularismos y sobre
todo de los nacionalismos que se han establecido en diversos países, y que
como bien sabemos han ocasionado funestas consecuencias y terribles
violaciones de Derechos Humanos, incluso en perjuicio de sus propios
ciudadanos.
Se trata quizás, como dice Rawls de que los Derechos Humanos fijen un
límite a la soberanía de los Estados precisamente por formar una categoría
especial de derechos referidos de manera central a un derecho razonable de
todos los pueblos, lo cual implica que estos derechos sean considerados
37
“Los Derechos Humanos hoy”. Departamento de Información Pública, Naciones Unidas,
Nueva York, E.U.A., 1998, p. 21.
38
Artículo 1 de la Declaración y Programa de Acción de Viena. Conferencia Mundial de
Derechos Humanos, A/CONF.157/23, 12 de julio de 1993. Art. 1.5
39
VITALE, Ermanno, “Derechos y Paz”. Distribuciones Fontamara, México, 2004, p. 110.
como aplicables a todos los pueblos, en la medida en que conformen
naciones que hagan parte, de buena fe de la Comunidad Internacional y sin
que ello implique la posibilidad de imponer sistemas políticos a aquellos que
se apartan de los regímenes liberales ordenados. Así, como se puede
apreciar, la idea es el asegurar un cierto número de “derechos mínimos”
comunes a todos los pueblos y sociedades, y que se consideren suficientes
como para estimar que existe en cada Estado un respeto por los derechos
fundamentales40.
Por esta razón el citado autor propone además de completar los Derechos
Humanos individuales con los derechos de las minorías, encontrar
mecanismos nuevos de rango regional o transnacional para pedir cuentas a
los gobiernos, tanto en relación con el respeto de los Derechos Humanos
como en relación con el respeto de los derechos de las minorías. Esto
significa que deben pedirse cuentas a la minoría en relación con el respeto a
los Derechos Humanos de sus miembros, pero también deben pedirse
cuentas a la mayoría en relación con el respeto a los derechos de las
minorías y encontrar mecanismos de control imparciales que puedan hacer
ambas cosas conjuntamente43.
40
VILLAR Borda, Luis, “Derechos Humanos: Responsabilidad y Multiculturalismo”.
Universidad Externado de Colombia, Argentina, 1998, pp. 21-23.
41
DAHRENDORF, Ralf, Op. Cit., p. 106.
42
KYMLICKA, Will, “La Política Vernácula”. Ed. Paidós, España, 2003, p. 103.
43
Ibidem, p. 125.
Es evidente que la internacionalización y estandarización de los Derechos
Humanos no debe ser un nuevo imperialismo, en el cual un Estado fuerte y
poderoso se inmiscuya en los asuntos internos de otro Estado y le quiera
imponer reglas y juzgarlo por presuntas violaciones de Derechos Humanos,
o que, con ese pretexto pretenda dictar las políticas nacionales. La
internacionalización de los Derechos Humanos es y debe ser
primordialmente la aceptación de órganos jurisdiccionales, internacionales y
regionales, integrados por jueces independientes y probos, que apliquen el
derecho internacional y que digan el derecho en el caso concreto sin
presiones de ningún Estado44.
Por lo tanto, como bien dice Xavier Díez De Urdanivia Fernández, las
nuevas instituciones deben ser pensadas y creadas bajo la divisa de la
dignidad de todos los seres humanos y a partir de parámetros nuevos, sin
perder de vista que cualquier solución que sea miope frente a la realidad
compleja, sistémicamente interconectada y con alcance mundial de nuestros
días, no podrá cumplir con ese cometido. No se trata de reinventar la
realidad, sino de partir de ella para reconstruir todo el engranaje mundial de
los sistemas sociales, y hacerlo teniendo en cuenta que solamente una
legitimidad bien sustentada, democrática y jurídicamente basada en la
garantía de un genuino bien común que responda al interés general y
proteja por tanto las libertades y derechos individuales, será capaz de
encontrar las respuestas que hoy aparecen huidizas45.
44
CARPIZO, Jorge, Op. Cit., p. 28.
45
DÍEZ De Urdanivia Fernández, Xavier, “El Estado en el Contexto Global”. Ed. Porrúa/
Universidad Anáhuac, México, 2008, pp. 240-241.
Derechos Humanos con la exportación de modelos de organización social o
política46.
46
DE ICAZA, Carlos A. y RIVERA Banuet, José, “El Orden Mundial Emergente”. Consejo
Nacional para la Cultura y las Artes, México, 1994, pp. 114 y 115.
47
DÍEZ De Urdanivia Fernández, Xavier, Op. Cit., p. 376.
48
“Runaway world”, según la expresión de Anthony Giddens.
Art. II. Aquel que oprima a una nación será declarado enemigo de
todas;
Art. III. Aquellos que hacen la guerra a un pueblo para frenar los
progresos de la libertad y aniquilar los derechos del hombre, deben
ser perseguidos por todos, no ya como enemigo comunes, sino como
asesinos y bandidos rebeldes;
Art. IV. Los reyes, aristócratas y tiranos, sean cuales fueren, son
esclavos rebeldes contra el soberano de la tierra, que es el género
humano, y contra el legislador del universo, que es la naturaleza”49.
49
DE ROBESPIERRE, Maximilien, “Libertad, Igualdad, Fraternidad”. Longseller, Argentina,
2005, pp. 153-155.
50
FARRELL D., Martín; Op. Cit.; p. 266.
51
DAHRENDORF, Ralf, Op. Cit., pp. 137-142.
todos los Estados han aceptado textualmente la Declaración Universal de
Derechos Humanos proclamada por las Naciones Unidas52.
Hoy por hoy, resulta inaceptable por tanto, que con base en la ciudadanía se
sigan manteniendo discriminaciones y desigualdades basadas en un
accidente tan coyuntural como puede ser el lugar de nacimiento. Es por eso
que Danilo Zolo ha afirmado acertadamente que “los derechos de
ciudadanía implican una presión hacia la desigualdad”. Lo mismo que T. H.
Marshall apuntó desde 1950 en su ensayo “Ciudadanía y Clase Social” que:
“la ciudadanía se ha convertido en ciertos aspectos, en el arquitecto de una
desigualdad social legitimada” 54.
Siguiendo esta misma línea, Luigi Ferrajoli ha señalado que “la ciudadanía,
se ha convertido en el último privilegio personal, el último factor de
discriminación y la última reliquia premoderna de las diferenciaciones por
status”, y que en tal virtud “se opone a la aclamada universalidad e igualdad
de los derechos fundamentales”55.
En tal sentido es que Pérez Luño ha afirmado que: “nunca como hoy se
había sentido tan intensamente la necesidad de concebir los valores y
derechos de la persona como garantías universales, independientes de las
contingencias de la raza, la lengua, el sexo, las religiones o las convicciones
ideológicas. Se siente hoy, con mayor intensidad que en cualquier etapa
histórica precedente, la exigencia de que los derechos y las libertades no se
ven comprometidos por el tránsito de las fronteras estatales”56.
Es así que el profesor Kymlicka con gran tino ha señalado que: “en un
mundo caracterizado por las masivas desigualdades sociales, la idea de que
52
Citado por DÍEZ De Urdanivia Fernández, Xavier, Op. Cit., p. 419.
53
FERRAJOLI, Luigi, “El Garantismo y la Filosofía del Derecho”. Universidad Externado de
Colombia, Argentina, 2000, pp. 182 y 183.
54
CARBONELL, Miguel, “La Constitución en Serio”. Editorial Porrúa/ Universidad Nacional
Autónoma de México, México, 2005, p. 24.
55
FERRAJOLI, Luigi, “Más Allá de la Soberanía y la Ciudadanía: Un Constitucionalismo
Global” en CARBONELL, Miguel y VÁZQUEZ, Rodolfo (Comps.) “Estado Constitucional y
Globalización”. Ed. Porrúa/ UNAM, México, 2001, p. 318.
56
PÉREZ Luño, Antonio-Enrique, “La Universalidad de los Derechos Humanos y el Estado
Constitucional”. Universidad Externado de Colombia, Bogotá, Colombia, 2002, p. 27.
las libertades y oportunidades que se tienen estén circunscritas al Estado en
que se nace significa que algunas personas nacen con un estatus legal que
les garantiza seguridad personal, amplias oportunidades y un nivel de vida
digno, mientras que otros (sin culpa alguna) nacen con un estatus jurídico
que les condena a la pobreza e inseguridad”57.
57
KYMLICKA, Will, “Fronteras Territoriales”. Ed. Trotta, Madrid, 2006, p. 37.
58
Ibidem, pp. 79 y 80.
59
PÉREZ Luño, Antonio-Enrique, “La Universalidad de los Derechos Humanos y el Estado
Constitucional”. Universidad Externado de Colombia, Bogotá, Colombia, 2002, pp. 47 y 48.
aseguradas institucionalmente. La idea es que las relaciones de poder sean
sustituidas por la apelación a valores comunes, y que los acuerdos
multilaterales frenen a tiempo a aquellos países que en el futuro quieran
abusar de su poder. Para ello es necesario el establecimiento de normas
jurídicas y de las correspondientes instituciones que las hagan efectivas y
que queden obligados al imperio de éste nuevo orden jurídico cosmopolita
todos los gobiernos del mundo, todas las organizaciones no
gubernamentales y también todos y cada uno de nosotros60.
En este orden de ideas resulta lógico el señalar que todos los seres
humanos del planeta deben tener un derecho a la vida buena. Siendo ésta la
vida humana con todas las ventajas, libertades, comodidades y seguridades
que el desarrollo de la humanidad ha puesto en el escaparate para que
todos las vean, aunque no todos las puedan conseguir62. Por ello resulta que
todas las instituciones, instrumentos jurídicos, técnicas sociales y
construcciones políticas debieran de estar orientadas a la consecución y
mantenimiento de esa vida buena.
60
DAHRENDORF, Ralf, Op. Cit., pp.148-150.
61
En relación con estos conceptos se sugiere consultar la obra de: MORIN, Edgar y
BRIGITTE Kern, Anne, “Tierra Patria”. Editorial Kairós, Barcelona, 1993.
62
CORREAS, Óscar, “Acerca de los Derechos Humanos. Apuntes para un Ensayo”.
Ediciones Coyoacán, México, D.F., 2003, p. 9.
63
DAHRENDORF, Ralf; Op. Cit., pp. 17 y 18.
Como podemos apreciar, la evolución de los Derechos Humanos ha
generado una atmósfera política en la cual su protección se ha convertido en
uno de los temas de mayor relevancia en la agenda de las discusiones
políticas internacionales contemporáneas entre gobiernos, organismos
internacionales y la gran red de organismos no gubernamentales64.
64
BUERGENTHAL, Thomas, “Derechos Humanos Internacionales”. Segunda Edición,
Editorial Gernika, México, 2002, p. 45.
65
LIPOVETSKY, Gilles, “El Crepúsculo del Deber”. Segunda edición, Ed. Anagrama,
Barcelona, 2008, pp. 213 y 214.
66
Ibidem, pp. 211 y 212.
67
Ídem, pp. 213-215.
Estamos pues en presencia de una revolución de los Derechos Humanos en
plena marcha y aunque se ha avanzado bastante, aún queda mucho por
lograr. La tarea pendiente consiste en “afilar” la ley mediante el
fortalecimiento de los mecanismos internacionales de protección de los
Derechos Humanos, y la ampliación de su jurisdicción a todos los rincones
del mundo68.
68
BUERGENTHAL, Thomas, “Derechos Humanos Internacionales”. Segunda edición
Editorial Gernika; México, 2002, pp. 45 y 46.
69
VÁZQUEZ, Rodolfo, Op. Cit., pp. 85 y 86.
70
FERRAJOLI, Luigi, “El Garantismo y la Filosofía del Derecho”. Universidad Externado de
Colombia, Argentina, 2000, pp. 183 y 184.
71
CABALLERO Ochoa, José Luis Juan, “La igualdad en Ciernes. La Prohibición de
Discriminar en Cartas Fundamentales Europeas”. Ed. Porrúa/Universidad Iberoamericana,
México, 2004, pp. XI y XII.
las palabras del ex Secretario General de las Naciones Unidas Kofi Annan
vertidas en su “Discurso sobre Ética Mundial” pronunciado en 2003 y que a
continuación se transcriben:
“¿Existen valores universales? Sí, sí que existen pero no podemos darlos por
evidentes. Deben ser ponderados cuidadosamente, deben ser defendidos y
fortalecidos. Y debemos cultivar en nosotros la voluntad de vivir conforme a los
valores que anunciamos: en nuestra vida privada, en nuestras comunidades locales
y nacionales, en el mundo”72.
72
KÜNG, Hans, “Ética mundial en América Latina”. Editorial Trotta, Madrid, 2008, P. 39.
73
Con respecto a estos llamados “poderes salvajes”, sus características y tipología ver
FERRAJOLI, Luigi, “El Garantismo y la Filosofía del Derecho”. Universidad Externado de
Colombia, Argentina, 2000, obra en la que se aborda específicamente el tema.
74
Para mayor detalle en relación a estas consecuencias y efectos que ha traído el proceso
globalizador afectando al mundo en los últimos años resulta útil consultar la obra de
BAUMAN, Zygmunt, “La Globalización. Consecuencias Humanas”. Tercera reimpresión,
Fondo de Cultura Económica, México, 2006.
Este nuevo orden jurídico mundial, deberá sustentarse más que en la
soberanía de los Estados, en la autonomía de los pueblos y en los principios
de la paz, justicia y solidaridad de todos los miembros de la Comunidad
Internacional. Deberá ser un orden jurídico internacional producto de
auténticos consensos multiculturales, plurales y democráticos, y a la vez
obligatorio para todos los Estados sin excepción alguna, y en el que se
contemplen también los medios y las medidas necesarias para obligar a
aquellos que sean renuentes a acatarlo75.
Sin lugar a dudas y a pesar de todas las dificultades y obstáculos que han
tenido que sortearse, y no obstante los múltiples y enormes retos que aún se
tienen por delante, es incuestionable que la construcción de este nuevo
orden globalizado en relación con los Derechos Humanos ha sido
notablemente benéfica para la humanidad entera; y pese a lo compleja y
escabrosa que ha resultado su configuración, podemos decir que, los
esfuerzos realizados, indiscutiblemente han rendido ya algunos frutos, pero
seguramente también, los más dulces y maduros aún están pendientes de
ser cosechados.
75
DE DIENHEIM Barriguete, Cuauhtémoc Manuel, “La Crisis de la Soberanía Frente al
Nuevo Orden Jurídico Internacional” en IUS UNLA Anuario 2005. Universidad Latina de
América, México, 2006, pp. 204 y 205.
76
Ibidem, p. 205.