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¿A qué se llama necesidad social?

Las necesidades sociales se difunden por mecanismos sociales, principalmente


por demostración e imitación, por lo que pueden ser creadas y, mediante técnicas
publicitarias, puede provocarse que sean fuertemente sentidas por grandes masas
de población.

Las necesidades humanas tienen dos peculiaridades de gran importancia


económica:

a) pueden ser mitigadas o satisfechas por objetos diferentes del inicialmente


apetecido.

b) es imposible satisfacerlas todas de forma global y definitiva ya que son


múltiples, se reproducen y aparecen otras nuevas.

La existencia de necesidades insatisfechas es por una parte causa de malestar


individual y social pero por otra es también un estímulo para el progreso material,
es decir, para la producción de nuevos medios que satisfagan necesidades. Esto
no significa que la finalidad de la producción económica sea directa y
exclusivamente la satisfacción de las necesidades ajenas.

En nuestras sociedades, el sistema de libre empresa estimula la producción


ofreciendo beneficios al empresario, al individuo que decide qué y cómo producir.
El empresario que acierte a satisfacer una necesidad insatisfecha de alguien que
está dispuesto y puede pagar por ello, obtendrá beneficio.

Esa es la explicación de porqué gran parte de la población mundial no encuentra


forma de satisfacer sus necesidades básicas mientras que las mayores fuerzas
productivas están dedicadas a la satisfacción de necesidades sociales de
segmentos de población de mayor capacidad adquisitiva: éstas producen más
beneficios que aquéllas.
¿Identifica la Evolución y tendencias de la gestión pública?

Las transformaciones de la economía mundial, caracterizada hoy por la crisis


económica y financiera que origina escasez de recursos, desempleo, recesión,
etc., y el avance de la globalización, producen procesos complejos y dinámicos,
que ponen a la vista paradigmas emergentes en la gestión pública, para orientar
mejor las políticas sociales y económicas para atender la difícil y compleja
demanda social.

En los últimos 25 años del siglo pasado, las ciencias de la administración han
transitado de la administración a la gerencia, y de la gerencia a la gobernanza.

Los modelos alternativos de gestión pública describen un cambio permanente en


el enfoque de la ciencias gerenciales, desde el modelo burocrático de gestión
basado en la fragmentación de tareas y la subordinación jerárquica, hasta la
nueva gestión pública que introduce nuevos requerimientos como el desarrollo de
una cultura de la cooperación y de capacidades específicas orientadas a la gestión
por resultados.
¿Situación actual de la gestión pública?

Hablar del estilo de gestión pública en México implica atender la forma en que se
define y se elabora; dicho en otras palabras, cómo se diseña asociada con una
tradición política o, en todo caso, con una cultura política específica: la mexicana.
La cuestión aquí es establecer qué tipo de cultura política es la que nos define. En
términos históricos, al estilo de gestión se le puede definir por el tipo de régimen,
esto es, por la forma en que se expresa el poder en cada régimen, el cual puede
ser dictatorial, democrático o monárquico y cada uno de ellos con sus diferentes
subtipos.

En nuestro caso, la gestión pública se asocia con una visión liberal del mundo, que
contempla una serie de principios permanentemente invocados. Es la cuestión de
la Constitución Política, que a cada momento es implorada por la mayor parte de
las élites mexicanas como un conjunto de leyes que permiten definir el carácter del
Estado mexicano, además de expresar los rasgos esenciales del liberalismo
nuestro, que fundamenta a la nación.

La Constitución ha servido como estandarte en las luchas contra los invasores, en


las disputas internas por el poder y en la elección de las élites gobernantes (la
democracia electoral nuestra) y, en relación con el estilo de gestión, define el tipo
de conducción de los asuntos públicos: intervencionista, liberalizador, paternalista,
corporativista, clientelar, etc., o bien híbridos donde se entrecruzan estas
modalidades, de tal suerte que la gestión no tiene pureza, ya sea por las
condiciones sociales o por el estilo de quien se encuentra al frente de las
instituciones, o como dice la canción: “la pureza está en la mezcla”.

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