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Facultad de Ingeniería
Escuela de Ingeniería de Mantenimiento Industrial
Catedra: Control y aseguramiento de la calidad.
Núcleo Cumaná
Con las innovaciones en todos los ámbitos de nuestra vida que se suelen ver día tras
día, las empresas deben asegurarse de que su función, la cual bien sea producir o llevar a
cabo un cierto bien o proceso se realice de la mejor manera posible con el fin de estar a la
par con la cantidad de innovaciones vistas en el mercado y a su vez poder brindarle al
consumidor lo último en cuanto a su materia se refiera. Para esto, las empresas actuales en
su gran mayoría se apoyan en el empleo de sistemas que de una u otra forma los ayudan a
regir ciertos procesos o simplemente a llevar el control de estas.
Tal es el caso del AMEF o Análisis Modal de Fallos y Efectos, la es una
herramienta de máxima utilidad en el desarrollo del producto que permite, de una forma
sistemática, asegurar que han sido tenidos en cuenta y analizados todos los fallos
potencialmente concebibles. Es decir, el AMFE permite identificar las variables
significativas del proceso/producto para poder determinar y establecer las acciones
correctoras necesarias para la prevención del fallo, o la detección del mismo si éste se
produce, evitando que productos defectuosos o inadecuados lleguen al cliente. Sin embargo
existe un procedimiento similar a este el cual varía respecto a que el AMFE es el método
analítico inductivo para representar la probabilidad de los modos de fallo en función de la
severidad de las consecuencias asociadas. El AMFEC complementa el estudio añadiendo la
criticidad de cada modo de fallo, por lo que se traduce en un análisis cuantitativo.
Por otro lado se encuentra el TPM, el cual se creó como un sistema destinado a
lograr la eliminación de las seis grandes pérdidas de los equipos, a los efectos
de poder hacer factible la producción "Just in Time", la cual tiene
como objetivos primordiales la eliminación sistemática de desperdicios.
1) Mantenimiento Productivo Total (T.P.M)
El TPM (Mantenimiento Productivo Total) surgió en Japón gracias a los esfuerzos del
JapanInstituteofPlantMaintenance (JIPM) como un sistema destinado a lograr la
eliminación de las llamadas <seis grandes pérdidas> de los equipos, con el objetivo de
facilitar la implantación de la forma de trabajo “Just in Time” o “justo a tiempo”.
Desde la filosofía del TPM se considera que una máquina parada para efectuar un cambio,
una máquina averiada, una máquina que no trabaja al 100% de su capacidad o que fabrica
productos defectuosos está en una situación intolerable que produce pérdidas a la empresa.
La maquina debe considerarse improductiva en todos esos casos, y deben tomarse las
acciones correspondientes tendentes a evitarlos en el futuro. TPM identifica seis fuentes de
pérdidas (denominadas las <seis grandes pérdidas>) que reducen la efectividad por
interferir con la produccción:
1. Fallos del equipo, que producen pérdidas de tiempo inesperadas.
2. Puesta a punto y ajustes de las máquinas (o tiempos muertos) que producen pérdidas
de tiempo al iniciar una nueva operación u otra etapa de ella. Por ejemplo, al inicio
en la mañana, al cambiar de lugar de trabajo, al cambiar una matriz o matriz, o al
hacer un ajuste.
3. Marchas en vacío, esperas y detenciones menores (averías menores) durante la
operación normal que producen pérdidas de tiempo, ya sea por problemas en la
instrumentación, pequeñas obstrucciones, etc.
4. Velocidad de operación reducida (el equipo no funciona a su capacidad máxima),
que produce pérdidas productivas al no obtenerse la velocidad de diseño del
proceso.
5. Defectos en el proceso, que producen pérdidas productivas al tener que rehacer
partes de él, reprocesar productos defectuosos o completar actividades no
terminadas.
6. Pérdidas de tiempo propias de la puesta en marcha de un proceso nuevo, marcha en
vacío, periodo de prueba, etc.
El análisis cuidadoso de cada una de estas causas de baja productividad lleva a encontrar
las soluciones para eliminarlas y los medios para implementar estas últimas. Es
fundamental que el análisis sea hecho en conjunto por el personal de producción y el de
mantenimiento, porque los problemas que causan la baja productividad son de ambos tipos
y las soluciones deben ser adoptadas en forma integral para que tengan éxito.
La implicación del operador en las tareas de mantenimiento
Desde un punto de vista práctico, implantar TPM en una organización significa que el
mantenimiento está perfectamente integrado en la producción. Así, determinados trabajos
de mantenimiento se han transferido al personal de producción, que ya no siente el equipo
como algo que reparan y atienden otros, sino como algo propio que tienen que cuidar y
mimar: el operador siente el equipo como suyo.
La implicación del operador en tareas de mantenimiento logra que éste comprenda mejor la
máquina e instalaciones que opera, sus características y capacidades, su criticidad; ayuda al
trabajo en grupo, y facilita compartir experiencias y aprendizajes mutuos; y con todo esto,
se mejora la motivación del personal.
Existe una diferencia fundamental entre la filosofía del TPM y la del RCM: mientras que en
la primera son las personas y la organización el centro del proceso, es en estos dos factores
en los que está basado, en el RCM el mantenimiento se basa en el análisis de fallos, y en las
medidas preventivas que se adoptarán para evitarlos, y no tanto en las personas.
La implantación de TPM en una empresa
El Análisis del Modo y Efecto de Fallas, también conocido como AMEF o FMEA por
sus siglas en inglés (FailureModeEffectAnalysis), nació en Estados Unidos a finales de la
década del 40. Esta metodología desarrollada por la NASA, se creó con el propósito de
evaluar la confiabilidad de los equipos, en la medida en que determina los efectos de las
fallas de los mismos.
El Análisis del Modo y Efecto de Fallas (AMEF), es un procedimiento que permite
identificar fallas en productos, procesos y sistemas, así como evaluar y clasificar de manera
objetiva sus efectos, causas y elementos de identificación, para de esta forma, evitar su
ocurrencia y tener un método documentado de prevención.Una de las ventajas potenciales
del AMEF, es que esta herramienta es un documento dinámico, en el cual se puede
recopilar y clasificar mucha información acerca de los productos, procesos y el sistema en
general. La información es un capital invaluable de las organizaciones.
Tipos de AMEF
Este procedimiento de análisis tiene una serie de ventajas potenciales significativas, por
ejemplo:
Identificar las posibles fallas en un producto, proceso o sistema.
Conocer a fondo el producto, el proceso o el sistema.
Identificar los efectos que puede generar cada falla posible.
Evaluar el nivel de criticidad (gravedad) de los efectos.
Identificar las causas posibles de las fallas.
Establecer niveles de confiabilidad para la detección de fallas.
Evaluar mediante indicadores específicos la relación entre: gravedad, ocurrencia y
detectabilidad.
Documentar los planes de acción para minimizar los riesgos.
Identificar oportunidades de mejora.
Generar Know-how.
Considerar la información del AMEF como recurso de capacitación en los procesos.
En primer lugar debe considerarse que para desarrollar el AMEF se requiere de un trabajo
previo de recolección de información; en este caso el proceso debe contar con
documentación suficiente acerca de todos los elementos que lo componen. El AMEF es un
procedimiento sistemático cuyos pasos se describen a continuación:
1. Desarrollar un mapa del proceso (Representación gráfica de las operaciones).
2. Formar un equipo de trabajo (Team Kaizen), documentar el proceso, el producto,
etc.
3. Determinar los pasos críticos del proceso.
4. Determinar las fallas potenciales de cada paso del proceso, determinar sus efectos y
evaluar su nivel de gravedad (severidad).
5. Indicar las causas de cada falla y evaluar la ocurrencia de las fallas.
6. Indicar los controles (medidas de detección) que se tienen para detectar fallas y
evaluarlas.
7. Obtener el número de prioridad de riesgo para cada falla y tomar decisiones.
8. Ejecutar acciones preventivas, correctivas o de mejora.
Desarrollar un mapa del proceso
En este paso se busca representar gráficamente los pasos del proceso. Para ello podemos
utilizar un diagrama de bloques, un diagrama de flujo simple o un cursograma sinóptico del
proceso (diagrama del proceso de la operación).
Para nuestro ejemplo, se han seleccionado como pasos críticos las funciones de corte y
costura. Recuerde que este paso se realiza con el propósito de establecer prioridades de
análisis, sin embargo, los pasos restantes del proceso deben documentarse de igual forma.
Determinar las fallas potenciales de cada paso, determinar sus efectos y evaluar su
severidad
Para cada uno de los pasos del proceso deben identificarse las fallas potenciales. En primer
lugar debe revisarse la información histórica y registrar las fallas que hayan ocurrido con
anterioridad; en segundo lugar, deben identificarse con ayuda de los especialistas, todas las
fallas que pudieran ocurrir en el paso del proceso. Esta identificación debe realizarse con
espíritu crítico y analítico.
A continuación, deben listarse todos los efectos relacionados con las fallas identificadas.
¿Qué es un efecto?
Un efecto puede considerarse como el impacto en el cliente o en el proceso siguiente,
cuando el modo de falla se materializa.
Por ejemplo:
Una vez se listan todas las fallas y los efectos, se procede a calificar la severidad (gravedad)
de los efectos potenciales. Puede utilizarse la siguiente escala como guía:
Es necesario considerar que en caso de que una falla tenga efectos (cliente / proceso) con
calificaciones diferentes, debe asignarse el mayor valor de severidad de los efectos.
Indicar los controles (medidas de detección) que se tienen para detectar fallas y evaluarlas
En este paso se debe describir el tipo de control que se tiene para detectar cada falla.
Además, se debe evaluar, en un escala del 1 al 10, la capacidad de detección de la misma;
entre mayor sea la posibilidad de detectar la falla, menor será la calificación. Puede
utilizarse la siguiente escala como guía:
Por ejemplo:
Obtener el número de prioridad de riesgo (RPN) para cada falla y tomar decisiones
El número de prioridad de riesgo, también conocido como RPN, por sus siglas en inglés
(Risk Priority Number), es el producto de multiplicar la severidad, la ocurrencia, y la
detección o detectabilidad. El RPN es un número entre 1 y 1000 que nos indica la prioridad
que se le debe dar a cada falla para eliminarla.
Por ejemplo:
Ejecutar acciones preventivas, correctivas o de mejora
Una vez se ha establecido la prioridad de los modos de falla, se procede a ejecutar acciones
preventivas, correctivas o de mejora. Ya en esta etapa se cuenta con una información
relevante relacionada con el proceso, las fallas, las causas y los controles de detección. El
equipo AMEF deberá entonces establecer:
Acciones recomendadas por falla.
Asignar los responsables por acción, relacionando la fecha de ejecución.
Establecer una fecha de revisión.
Registrar las acciones ejecutadas hasta la fecha de revisión.
Calcular nuevamente el RPN.
Por ejemplo:
En este caso se han sugerido acciones correctivas orientadas a las fallas y a las causas. Sin
embargo, puedan establecerse acciones correctivas, preventivas y de mejora, enfocadas
tanto a las fallas, a las causas, como a los controles de detección.
Una vez se efectúa la revisión en la fecha establecida, se vuelve a calcular el RPN para
medir el impacto de las acciones tomadas.
Por ejemplo:
Tal como se mencionó anteriormente, el AMEF constituye un documento dinámico, que
admite múltiples revisiones, observaciones y calificaciones de acuerdo al devenir de los
procesos. Así mismo, se convierte en una fuente invaluable de información relacionada con
los equipos, que puede utilizarse tanto para el despliegue de acciones de prevención,
corrección y mejora; como para la capacitación y formación del personal en temas
relacionados con los equipos y los procesos.
Borges, E. (2016) Análisis del Modo y Efecto de Fallas (AMEF). Disponible en:
https://www.ingenieriaindustrialonline.com/herramientas-para-el-ingeniero-
industrial/lean-manufacturing/analisis-del-modo-y-efecto-de-fallas-amef/