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EL ARGUMENTO DEL ERGON SEGÚN EL CAPÍTULO 7


DEL LIBRO I DE LA ETICA NICOMAQUEA

INTRODUCCIÓN

No todos los grandes teóricos de la filosofía moral han puesto el énfasis de su


reflexión sobre la ética1 en la felicidad. Para Aristóteles, en cambio, es un asunto
esencial. Y lo fue desde que comenzó a ser "intelectualmente independiente" de
su maestro Platón2. Se puede decir sin exagerar que la eudaimonia 3 es el
concepto vertebral no sólo de la Etica Nicomaquea, sino de otros tratados
aristotélicos acerca del ser y quehacer humanos. 4 Sin embargo, aunque es fácil
estar de acuerdo con la afirmación general según la cual "todo hombre busca y
1
Sobre las acepciones del término "ética" es de suma utilidad hacer, por lo menos, las
siguientes consideraciones: " A) Ética (con mayúscula) remite al sentido de la Ética o
filosofía moral, que es la disciplina teórica, filosófica, que se ocupa de los fenómenos
morales en general. B) ética (con minúscula) se emplea, en cambio, como sinónimo de
moral, en su sentido más amplio, que es lo que suele hacerse en el lenguaje común.
C) Pero ética (con minúscula) puede ser también utilizada como equivalente a moral
interior (autenticidad de la conciencia), que se distingue a la moral exterior (la norma
impuesta)..." Juliana González. El malestar en la moral Joaquín Mortiz. México, 1986.
p. 39 En el caso de Aristóteles y, en particular sobre este tema que nos ocupa, huelga
decir que el término se entiende en el primer sentido, pero también en el tercero. Sin
embargo, para W.D. Ross, Aristóteles se refiere a la "ética" como la "ciencia del carácter".
Cfr. W. D. Ross. Aristóteles. (Traducción de Diego F. Pro) Editorial Sudamericana. Buenos
Aires, 1957, p.. 268.
2
Cfr. el Protréptico en el cual Aristóteles elabora una extraordinaria exhortación a filosofar,
única vía para lograr la dicha, la alegría, la vida feliz. "En los escritos éticos [de Aristóteles]
la cuestión principal es cómo puede uno realizar en la vida lo que es bueno para nosotros
los hombres. Especialmente la Ética nicomaquea tiene un carácter protréptico claramente
pronunciado". Düring, Ingemar. Aristóteles. Exposición e interpretación de su
pensamiento. Tr. Bernabé Navarro. Instituto de Investigaciones Filosóficas, Universidad
Nacional Autónoma de México, México, 1987, p. 673
3
Respecto a la manera de traducir Eudaimonía, Ross asienta: "El adjetivo
correspondiente significaba primitivamente `vigilado por un buen genio´, pero, en el uso
ordinario de la lengua griega la palabra significa simplemente buena fortuna, con
frecuente alusión particular a la prosperidad exterior. No es adecuado traducir en la Etica
esta palabra por felicidad, pues, mientras que felicidad designa un estado de sentimiento
diferente del placer, sólo porque sugiere permanencia, profundidad y serenidad,
Aristóteles insiste en que la eudaimonia es una especie de actividad y no una especie de
placer, aunque el placer le acompañe naturalmente. La expresión bienestar, que es más
vaga, es por tanto, mejor." p. 27. A su vez, Jonathan Barnes sostiene que "eudaimonía no
se refiere a un estado mental de euforia, como parece indicar la palabra felicidad: ser
eudaimon es florecer, hacer un éxito de la propia vida [...] es una actividad en
concordancia con la excelencia". Barnes, J. Aristóteles. Cátedra, Madrid, 1993, p. 130 y
131

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2

desea ser feliz", resulta bastante más complicado determinar en qué consiste la
felicidad humana. Buena parte de los libros I y X de la EN 5, se consagran a este
asunto. Sin embargo, el capítulo 7 del primer libro desarrolla de manera concisa
un argumento que según Aristóteles puede ayudar a iluminar mejor el problema: 6
el argumento del ergon7.
Esta investigación se propone básicamente contestar las siguientes
preguntas:
I ¿En qué contexto desarrolla Aristóteles dicho argumento?
II ¿Cuáles son las premisas de las que parte? ¿Qué pretende mostrar?
III Finalmente, ¿qué provecho se puede obtener de él?
I

Para ubicar el argumento del ergon en el contexto de la EN de Aristóteles,


digamos de manera general de qué se ocupan los primeros seis capítulos del
libro I:8
Tesis central no sólo de la EN, sino de toda la filosofía aristotélica, es la que
se enuncia en el primer capítulo: Todas las cosas tienden a un bien:
Todo arte y toda investigación, igual que toda acción y toda
deliberación consciente, tienden al parecer hacia algún bien.
4
Por lo menos la Política, la Etica Eudemia y la Gran Etica, además del ya mencionado
Protréptico.
5
Para simplificar utilizo la abreviatura EN para referirme a la Etica Nicomaquea de
Aristóteles. Vale la pena mencionar, sin embargo que para esta investigación he seguido
la traducción castellana de Francisco P. de Samaranch en Obras de Aristóteles. Editorial
Aguilar, Madrid, 1964.
6
En cuanto al método propio que, según Aristóteles, tiene la Etica como ciencia, hay que
subrayar la opinión de Ross al respecto: "El razonamiento de la ética no consiste en partir
de principios primeros, sino en remontarse a ellos, parte, no de lo que es inteligible en sí,
sino de lo que nos es familiar, es decir, de los hechos, y remonta a éstos a las razones
subyacentes; y, para obtener el conocimiento indispensable de los hechos, es necesaria
una buena educación." Ross, op cit, p. 271. A propósito, pues, la siguiente cita de
Aristóteles donde se pone de manifiesto el carácter inductivo e “excluyente” de la ética:
“Así pues es preciso poseer ya una buena formación moral si se quiere oír hablar con
provecho de lo honesto de lo justo [...] en esta materia, el principio es el hecho; si éste se
nos mostrase con suficiente evidencia, no tendríamos ninguna necesidad del porqué.” EN
lib. I, cap 4
7
El término puede traducirse por "trabajo", "tarea", "ocupación". Cfr. Florencio I. Sebastian
Yarza. Diccionario Griego-Español. Sopena, Barcelona. 1954. En el contexto específico
de la EN de Aristóteles significa la "función que caracteriza propiamente al hombre".
8
Para tal efecto se anotarán las tesis centrales de cada uno y se agregará una cita textual
correspondiente.

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3

Por esto mismo se ha definido con razón el bien como


aquello a que tienden todas las cosas. 9

Sin embargo, Aristóteles precisa inmediatamente que hay diversos fines


dependiendo estos de cada actividad:
Por la misma razón que hay múltiples actos, multitud de
artes y multitud de ciencias, hay también multiplicidad de
fines.10

En el capítulo dos, hace la siguiente distinción: hay fines en sí mismos y


fines que son a su vez medios para alcanzar otros fines; sin embargo, hay un bien
supremo, "meta" de todos los demás fines. El conocimiento de dicho bien supremo
es indispensable. ¿Cuál es la naturaleza de dicho bien y qué ciencias se encargan
de su conocimiento? La ciencia política, dice Aristóteles, cumple con tal función,
puesto que:
Ella determina cuáles son las ciencias indispensables en
todo estado, determina las que cada individuo debe aprender
y en qué medida debe aprenderlas... el fin que persigue la
política puede involucrar los fines de las otras ciencias hasta
el extremo de que su fin sea el bien supremo del hombre.11

Al final del capítulo Aristóteles sostiene que la importancia de la Política


radica en que por encima del bienestar individual está el de la comunidad:
El bien es ciertamente deseable cuando interesa a un solo
individuo, pero se reviste de un carácter más bello y más
divino cuando interesa a un pueblo y a un Estado completo. 12

En el tercer capítulo Aristóteles sostiene que para conocer la ciencia política


es indispensable no dejarse dominar por las pasiones o los impulsos, es pues
imposible su conocimiento para los ácratas. En cambio, para los que tienen
templado el carácter y son prudentes, el conocimiento de la Política no sólo es
posible sino de gran utilidad:
Puesto que los jóvenes siguen a gusto sus pasiones, no
prestarán a estos estudios más que una atención vana y
9
EN lib. I, cap. 1.
10
Ibidem
11
EN lib I, cap. 2.
12
Ibidem

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4

aérea o sin fruto, ya que la meta de la política no es el


conocimiento puro, sino la práctica[...] pero para los que
regulan sus inclinaciones y sus acciones por medio de la
razón, el conocimiento de estas materias puede ser muy
provechoso.13

Hay dos tesis centrales en el cuarto capítulo: en la primera, Aristóteles


afirma que el bien supremo, el fin último y definitivo del hacer humano es la
felicidad:
[...] por lo que se refiere a su nombre se da un
consentimiento general: este bien es la felicidad, tanto la
masa como los selectos, que cree que vivir bien y tener éxito
son sinónimos de vida feliz.14

La segunda tesis del capítulo se refiere a la concepción aristotélica del


método propio de la Etica (y de la Política, por consiguiente) y también a las
condiciones mínimas para entender los asuntos morales: para entender qué es la
virtud, el sujeto debe ser mínimamente virtuoso:
[...]es preciso poseer ya una buena formación moral si se
quiere oír hablar con provecho de lo honesto, de lo justo[...] 15

En el capítulo 5 Aristóteles distingue al menos cuatro géneros de vida a


través de los cuales los hombres creen posible alcanzar la felicidad, estos son: la
existencia centrada en el placer, la que busca el reconocimiento público, la vida
intelectual y al final del capítulo Aristóteles indica que hay quienes tienen como
principal interés la riqueza; sólo en la vida intelectual habría verdadera felicidad:
La mayoría y la gente más burda ponen a la felicidad en el
placer; por eso dan a entender su amor a una vida llena de
goces[...]los escogidos y los hombres de acción ponen la
felicidad en los honores. Por lo que se refiere al hombre de
negocios, diremos que este es un hombre que está fuera de

13
EN lib. I cap 3
14
EN lib. I cap 4
15
Ibidem. Acerca de las exigencias de la ética y sus características, cfr. supra
Introducción. Aunque resulta ilustrativo también el siguiente texto: "la ética [para
Aristóteles] tiene que ver con la dialéctica, que examina las opiniones y discusiones y no
descuida ninguna forma de experiencia, sobre todo cuando ésta procede de hombres
competentes". Brun, J. Aristóteles y el Liceo. Eudeba, Buenos Aires, 1970, p. 118

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5

la naturaleza y que es suficientemente evidente que la


riqueza no es el fin supremo que buscamos. 16

Para Aristóteles, que estudió 20 años en la Academia de Platón, la ruptura


con la filosofía de su maestro fue paulatina aunque terminó por ser definitiva. 17
Justamente en el capítulo sexto se halla el famoso deslinde de Aristóteles: "se
puede amar a los amigos y a la verdad; pero la moralidad consiste en dar la
preferencia a la verdad"18. El Estagirita no acepta la concepción platónica del bien
en sí, separado de la realidad; más bien analiza el concepto del bien a partir de
sus distintas connotaciones, es decir, para ser más precisos, tomando como punto
de referencia la propia teoría aristotélica de las categorías, pues el bien puede
predicarse como una sustancia, o a partir de la cualidad, cantidad, relación,
tiempo, espacio, etc:
[...] en efecto, en tanto que sustancia, el bien supremo se
llama Dios e inteligencia; en cuanto cualidad, recibe el
nombre de virtudes, en cuanto cantidad, medida justa; en
cuanto relación, utilidad; en el tiempo se llama oportunidad;
en el espacio, costumbre o hábito de vida, etc. 19

Además, en este capítulo Aristóteles hace una distinción fundamental


acerca de la naturaleza de los bienes, los cuales pueden considerarse de dos
maneras fundamentalmente: como bienes en sí mismos y como medio para
alcanzar otros bienes.

II

En el capítulo 7 Aristóteles desarrolla la tesis según la cual la felicidad


consiste en el ejercicio del ergon humano, es decir en el cumplimiento de la tarea

16
EN lib. I cap. 5. La insuficiencia de la riqueza como bien supremo quedaría demostrada
porque la riqueza es claramente un medio (para lograr otros fines: placer, honores, etc.),
no un fin en sí misma.
17
Vale la pena tomar en cuenta sobre este punto, la siguiente opinión de Ross: "era
imposible que un espíritu tan poderoso como el suyo aceptara implícitamente todas las
doctrinas de Platón. Gradualmente, Aristóteles percibió graves diferencias en puntos
importantes. Pero, a diferencia de sus obras científicas, no hay una página en sus obras
filosóficas que no lleve el sello del platonismo". Ross. Op. cit. p. 12
18
EN lib. I cap. 6.
19
Ibidem

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6

o actividad que le es más específica, en la actualización cabal, continua,


permanente de su función propia.20 Las premisas de las que parte el argumento
son las siguientes:
1º Para el hombre la felicidad es el bien por excelencia:

Afirmamos que lo que buscamos por sí mismo es más


perfecto que lo que se busca para otro fin; y el bien que no
se escoge más que en vista de otro no es tan deseable como
los bienes que se consideran a la vez medios y fines. Y,
hablando en absoluto, el bien perfecto es el que debe
siempre poseerse por sí mismo y no por una razón ajena a
él. Este bien parece ser, en primer lugar, la felicidad. 21

2º La felicidad es el fin de los actos humanos:

[la felicidad] la buscamos, en efecto, siempre por sí misma y


nunca por otra razón ajena a ella misma. Los honores, el
placer, el pensamiento y toda clase de virtudes no nos basta
intentar alcanzarlos por sí mismos, sino que los buscamos
siempre de cara a la felicidad, pues nos imaginamos que
alcanzaremos ésta por su medio.22

3º El bien de algo reside en la realización de su función específica:

Para el tocador de flauta, para el escultor, para todo tipo de


artesano, en una palabra, para todos aquellos que practican
un trabajo y ejercen una actividad, el bien y la perfección
residen, al parecer, en el mismo trabajo [...] el ojo, el pie, la
mano, en una palabra, toda las partes del cuerpo tienen,
evidentemente, una función que cumplir [...] 23

20
Para Aristóteles la felicidad no es un ideal inalcanzable ni tampoco un estado
trascendente al cual se llegará "en otra forma de existencia": "florecer, hacer de la vida
un éxito requiere una dedicación a los quehaceres intelectuales. Aristóteles pensaba que
tales quehaceres procuraban un disfrute inmenso y que la vida intelectual ofrecía una
felicidad sin igual; pero su tesis principal en la Ética no es que la felicidad consiste en la
vida intelectual, sino que una actividad intelectual excelente constituye el éxito o
florecimiento para el hombre". Barnes, J. Op. cit. p. 132. Platón en cambio pensaba que
la "felicidad" del filósofo se alcanzaba en "otra forma de existencia", trascendente, puesto
que como afirma en el Fedón, "el filósofo es aquel que se prepara para morir".
21
EN lib. I cap. 7.
22
Ibidem
23
Ibidem

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7

4º La razón es la actividad específica del hombre:

¿Es preciso admitir para el hombre también una actividad...?


¿Cuál podría ser ésta? Porque, con evidencia, la vida es
común el hombre y a las plantas; y buscamos lo que le
caracteriza específicamente. Hay que dejar, pues, aparte la
nutrición y el crecimiento. Vendría luego la vida sensible;
pero ésta, sin duda, pertenece también al caballo, al buey y
a todo ser animado. Queda una sola vida activa, peculiar al
ser dotado de razón. Pero aún hay que distinguir en ella dos
partes: una que obedece, por así decir, a la razón, y otra
que posee la razón y dedicada a pensar. 24

Por lo tanto, la felicidad o el bien supremo para el hombre consiste en la


vida racional.
III

Para finalizar tomemos como punto de referencia el siguiente texto de Jean

Brun:

[...] no se estudia el pensamiento de un filósofo según un


método científico que pretende explicarnos qué es lo que ha
querido decir exactamente ese filósofo, pues un pensamiento
es tanto más rico cuantas más prolongaciones diversas de
que estaba preñado, pueden descubrírsele; y, en cierto
sentido, lo que un filósofo ha querido decir está siempre más
acá de lo que ha dicho.25

Significa pues que se puede sacar un gran provecho a la tesis aristotélica

de la felicidad fundada en el ergon humano. Si la actividad ética es praxis, puesto

que es una tarea en sí misma, y al mismo tiempo un imperativo personal, entonces

el argumento puede aplicarse a la existencia concreta de cada sujeto: descubrir

cuál es el ergon personal de cada quien es condición necesaria para quienes

24
Ibidem. La distinción acerca de la razón que hace Aristóteles en este pasaje, no se
refiere por supuesto al intelecto activo y al intelecto pasivo, sino más bien a la inteligencia
y a la voluntad.
25
Brun, J. Op. cit. pp. 18 y 19

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buscan verdaderamente ser felices. Sin embargo, esta tarea implica un verdadero

ejercicio intelectual y al mismo tiempo se requiere de un gran valor. 26 Puesto que

para ser feliz, o más propiamente, para alcanzar un estado de bienestar

permanente, se requiere de un auténtico "estado de alerta " y de interés intelectual

por uno mismo. Descubrir de manera consciente y libre cuál es la actividad, la

ocupación exclusiva y personal que habrá de distinguir a los hombres entre sí. 27

Sin duda, una vida cifrada en el cumplimiento de la vocación personal resulta

placentera, puesto que como afirma Brun, para Aristóteles "el placer no es ni un

mal ni un bien; simplemente, acompaña toda acción que se cumple de manera

perfecta [...] sólo el hombre virtuoso conoce el verdadero placer, aquel que se

identifica con la plena realización de uno mismo" 28.

26
Resulta necesario mencionar que los antecedentes griegos de una ética fundada en el
autoexamen se hallan en los fragmentos de Heráclito y en las "máximas socráticas". La
praxis ética implica el autoconocimiento, pero también la autarquía, el dominio de sí.
27
Se trata pues, simple y llanamente de entender cuál es la vocación personal, saber
"para qué estamos llamados".
28
Brun, J. Op. cit. p. 126

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