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TEMA 1

TEMA 1
Conceptos básicos de Toxicología
Gloria Morcillo

INTRODUCCIÓN
La Toxicología es la ciencia de los venenos o de las sustancias tóxicas, sus efectos, antídotos
y detección. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la Toxicología como "la
disciplina que estudia los efectos nocivos de los agentes químicos y de los agentes físicos
(agentes tóxicos) en los sistemas biológicos y que establece además, la magnitud del daño en
función de la exposición de los organismos vivos a dichos agentes. Se ocupa de la naturaleza
y de los mecanismos de las lesiones y de la evaluación de los diversos cambios biológicos
producidos por los agentes nocivos".

Este es un tema de introducción en el que se comenta, de forma somera, el origen y el


desarrollo histórico de la Toxicología, sus progresos unidos a los avances en otros campos de
la ciencia; y el cambio drástico que sufre, como consecuencia de la revolución industrial y
tecnológica, a lo largo del siglo XX hasta desembocar en el campo más extenso y actual de la
Toxicología Ambiental y de la Ecotoxicología. Se presentan los tres conceptos básicos de la
Toxicología: los agentes tóxicos, la exposición y la respuesta tóxica. En primer lugar, se
definirán las sustancias tóxicas, sus tipos y clasificación así como las características
inherentes a las mismas; en segundo lugar, algunos conceptos importantes relacionados con
la exposición y su tipología. Finalmente, se abordará el estudio de la respuesta tóxica y las
relaciones dosis respuesta, así como el concepto de riesgo. Muchos de los términos que se
utilizarán a lo largo del texto se introducen en este capítulo.

Objetivos de estudio:

● Conocer los orígenes de la Toxicología en la antigüedad y el desarrollo histórico de esta


ciencia, establecer su carácter multidisciplinario y distinguir las diferentes ramas o áreas de la
toxicología.

● Conocer los agentes tóxicos; definir, clasificar y establecer las principales características de
los mismos.

● Conocer los tipos de exposición; analizar los diversos factores relacionados con la magnitud
y las características de la exposición que van a condicionar la respuesta tóxica de los
organismos.

● Conocer los tipos de respuestas tóxicas que se producen en los organismos y sus
características como consecuencia del efecto tóxico inherente de las sustancias y su relación
con la dosis.

● Conocer la existencia de toxicidad selectiva y susceptibilidad individual y su importancia en


el análisis de los efectos tóxicos.

● Establecer las diferencias entre los conceptos de toxicidad, peligro y riesgo, y su implicación

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en los estudios de toxicología ambiental.

● Reconocer la importancia de la evaluación de riesgo ecológico, que se ha convertido en un


nuevo paradigma operativo ante la evidencia de que los efectos y los riesgos deben
contemplarse desde la perspectiva de una escala supraregional ya que afectan a una variedad
de habitats interconectados entre sí.

Contenidos:
● Toxicología, Toxicología ambiental, Ecotoxicología
● Algunos conceptos básicos sobre los agentes tóxicos
● Algunos conceptos básicos sobre la exposición
● Respuesta tóxica y relaciones dosis-respuesta
● Toxicidad selectiva y susceptibilidad individual
● Toxicidad, Peligro y Riesgo

1.1. Toxicología, Toxicología ambiental, Ecotoxicología

El objetivo de la Toxicología es el estudio de los efectos de los tóxicos en los organismos. La


Toxicología clásica se centró inicialmente en conocer los efectos nocivos de diversas
sustancias químicas, conocidas antiguamente como venenos, en los seres humanos. Si el
sujeto era el ser humano, el objeto era generalmente un veneno natural, procedente de
animales o de plantas, al cuál resultaba expuesto de forma casual o accidental un individuo o,
en algunos casos, una pequeña población de manera esporádica. El desarrollo histórico de la
Toxicología se remonta a los primeros pobladores humanos que reconocieron la existencia de
venenos en plantas y animales e incluso llegaron a utilizarlos con fines defensivos de sus
poblaciones y territorios, para la caza y para la guerra. Con el tiempo el conocimiento de los
venenos se va perfeccionando y sus usos se fueron sofisticando. Desde la obtención de
extractos cada vez más purificados de los agentes tóxicos hasta la identificación de las
sustancias aisladas, la toxicología avanzó pareja a los avances de la Química, especialmente
de la Química analítica. Del mismo modo, la identificación de los efectos adversos específicos
de los llamados venenos, es decir, los cambios observables que provocan en la anatomía o en
las funciones vitales progresó históricamente de forma paralela a los avances en la Medicina,
Anatomía y Fisiología humana, hasta permitir caracterizar su acción específica en un
determinado órgano o su efecto en una determinada función bioquímica.

Los avances progresivos en el estudio de la Toxicología a lo largo de la historia de la


humanidad llegan a hacer patente la utilidad de determinados agentes, que siendo tóxicos en
concentraciones elevadas, pueden resultar curativos de determinadas enfermedades o
patologías en dosis adecuadas; es en esta línea donde la toxicología entronca con la
Farmacología. Paracelso (hacia 1500 DC) en sus tratados enunció uno de los conceptos claves
incluso en la toxicología actual: “la dosis hace al veneno” y “la dosis correcta diferencia a un
veneno de un remedio”. Esto quiere decir que las sustancias consideradas tóxicas pueden ser
inocuas o incluso beneficiosas a pequeñas dosis, mientras que, por el contrario, sustancias
inocuas o incluso beneficiosas pueden resultar perjudiciales o incluso mortales a dosis
elevadas. A menudo se considera a Paracelso el padre de la toxicología, ya que llegó a
establecer cómo determinadas sustancias químicas específicas eran las verdaderas
responsables de la toxicidad de plantas y de fluidos animales. Sin embargo, el primer tratado

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científico de toxicología se debe al médico español Mateo Orfila (1813; Traité des poisons o
Toxicologie générale) que contiene un estudio sistemático de los venenos conocidos hasta el
momento y una correlación entre sustancias químicas y propiedades biológicas, con la
descripción de los efectos en órganos y tejidos específicos realizados mediante los análisis de
autopsias.

El siglo XX representa un avance sin precedentes en la Toxicología que va asociado a los


enormes avances que se producen en Biología. Desde el descubrimiento de los genes, el DNA
como molécula de la vida y las rutas metabólicas que mantienen las funciones de los
organismos, se comienza a interpretar la toxicología a nivel molecular y a entender cómo los
efectos específicos en los órganos son la consecuencia de los efectos tóxicos que se producen
por interacciones con determinadas moléculas, proteínas, enzimas o ácidos nucleicos de las
células afectando a las rutas bioquímicas en las que participan. Unido a un cambio radical en la
profundidad de los conocimientos en Toxicología se produce un cambio drástico en la
extensión del campo de estudio de esta disciplina. La revolución industrial, iniciada a finales del
XIX, y el progreso tecnológico asociado a la misma, que se desarrolla de manera exponencial a
todo lo largo del XX, conllevan la aparición de multitud de compuestos químicos sintetizados
por los seres humanos que nunca antes habían existido en la naturaleza y que representan, en
mayor o menor medida, nuevos elementos de potencial toxicidad. No solo la aparición de
ingentes cantidades de miles y miles de nuevos compuestos químicos (más de 100.000 de uso
cotidiano y catalogados como potencialmente tóxicos en la actualidad) sino también la puesta
en circulación en los ecosistemas de elementos naturales, como por ejemplo los metales
pesados (cadmio, cobre, aluminio, mercurio, plomo, etc.) y sus compuestos derivados, tóxicos
especialmente a las elevadas concentraciones en que actualmente se encuentran en suelos y
aguas, como consecuencia de su uso industrial. Esto hace que el campo de estudio de la
toxicología haya quedado modificado radicalmente, hasta tal punto que requiere una nueva
denominación más adecuada para definir esta parcela de la ciencia apareciendo como una
nueva rama: la Toxicología Ambiental.

La Toxicología Ambiental se centra en el estudio de los efectos que provocan en los seres
vivos (microorganismos, vegetales y animales, incluidos los seres humanos) la exposición a los
tóxicos que se encuentran en el medio ambiente (aire, suelos y aguas) y que tienen un origen
antropogénico o derivan del uso antropogénico. La Toxicología Ambiental, a diferencia de la
Toxicología clásica centrada en los seres humanos, amplía el sujeto de estudio a toda la biota,
además de ampliar el objeto de estudio ya que dentro de los potenciales tóxicos los
contaminantes ambientales son los más numerosos y, además, están en continuo incremento.
La Toxicología Ambiental ha adquirido una notable importancia en las últimas décadas. Una
rama más reciente dentro de la Toxicología Ambiental es la Ecotoxicología, término acuñado
a principios de la década de los 70, cuyo objetivo es analizar los efectos de los contaminantes
ambientales no sólo en los individuos sino también en las poblaciones y las comunidades, es
decir, en los componentes, la estructura y la dinámica de los ecosistemas desde una
perspectiva integradora.

La Toxicología es una ciencia netamente multidisciplinar que requiere de las bases teóricas y
de las herramientas de otros campos del conocimiento, como pueden ser la medicina, biología,

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química, ecología, farmacología, etc. Actualmente, se diferencian dentro del campo de la


Toxicología diversas áreas temáticas, entre las cuales podemos distinguir las siguientes:

Toxicología clínica y farmacológica: centrada en el estudio de los efectos, deseados,


inesperados, negativos, inusuales etc., de los fármacos y las drogas terapéuticas que se
aplican en pacientes; donde se observa la condición de estos y los efectos que tienen estas
sustancias en el tratamiento de las enfermedades.

Toxicología forense: esta rama se especializa en el conocimiento de la toxicología de apoyo a


la patología y medicina forense para establecer las causas de muerte, para propósitos médicos
y legales en incidentes en los cuales se sospecha que un crimen haya ocurrido.

Toxicología ambiental: el objetivo de la toxicología ambiental es analizar los efectos dañinos


de las sustancias químicas o agentes tóxicos que están presentes en el aire, agua, suelo,
alimentos u otros factores ambientales y a los cuales están expuestos el hombre, animales,
plantas y otros elementos de la biota. Es decir, estudia los efectos adversos de los agentes
ambientales sobre los organismos vivos.

Ecotoxicología: se encuadra dentro de la toxicología ambiental con el objetivo específico de


estudiar el destino y los efectos de los agentes tóxicos en los ecosistemas, intentando analizar
los efectos, explicar las causas y prever los riesgos. Analiza el origen y el efecto de los
contaminantes no sólo en los individuos sino también en las poblaciones, las comunidades y
los ecosistemas. Es un campo que recientemente ha adquirido una importancia transcendental,
en la idea de que los efectos de los tóxicos y los contaminantes no deben limitarse a la
estrecha visión anterior del punto de vista humano ni tan siquiera el nivel de organismo, sino
que los efectos y riesgos implican a numerosos ecosistemas del planeta interconectados entre
si provocando cambios a largo plazo e irreversibles, dos características demasiado a menudo
ignoradas.

Toxicología ocupacional: el campo de acción de la toxicología ocupacional es el estudio de


los efectos nocivos sobre la salud de los trabajadores producidos por los contaminantes del
ambiente de laboral.

1.2. Algunos conceptos básicos sobre los agentes tóxicos

Un agente tóxico es aquel capaz de interferir con el funcionamiento normal de un sistema


biológico, dañando alguna función o incluso llegando a provocar su muerte.

En una primera clasificación se pueden diferenciar dos tipos agentes tóxicos ambientales,
según su naturaleza física o química: agentes físicos, como las radiaciones (de diferentes
longitudes de onda desde la ultravioleta a las de onda corta) o la temperatura, y las sustancias
químicas.

Dentro de los agentes tóxicos de naturaleza química podemos diferenciar los términos más
frecuentemente utilizados en la Toxicología Ambiental:

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Sustancia Tóxica. Es el término más general y con un sentido más amplio, ya que engloba
a todas aquellas sustancias químicas que potencialmente, a alguna dosis por encima de
una determinada concentración, son capaces de provocar una respuesta tóxica en algún ser
vivo, al producir un efecto deletéreo en alguna función o actividad del mismo. La mayoría de
ellas son de origen antropogénico, sintetizadas o utilizadas por los humanos. Esto no quiere
decir que no haya multitud de sustancias naturales extremadamente tóxicas; sin embargo,
se producen en cantidades mínimas en comparación con las de origen antropogénico cuya
producción alcanza millones de toneladas al año.

Xenobiótico. Empleamos el término xenobiótico para aquellas sustancias tóxicas que no


tienen un origen biológico, es decir que no han sido producidas por la biota. Ni
microorganismos, ni plantas ni animales las producen. Pueden ser moléculas sintetizadas
por el hombre, como multitud de compuestos industriales, medicamentos, aditivos
alimentarios, etc., o compuestos inorgánicos.

Por su origen, dentro de los xenobióticos podemos diferenciar aquellos xenobióticos que
tienen un origen natural, es decir, que se encuentran normalmente en la naturaleza, como
por ejemplo pueden ser los metales pesados y los xenobióticos que tienen un origen
antropogénico, es decir que han sido sintetizados de manera artificial por los seres
humanos.

Toxina. Reservamos el término toxina para aquellas sustancias que siendo producidas por
un ser vivo tienen un efecto tóxico sobre otros seres vivos. Multitud de ejemplos entran en
esta categoría que, como comentamos en la introducción, constituye el núcleo de los
estudios de toxicología en la antigüedad. Los venenos de las plantas, de los animales como
los reptiles, anfibios, peces, artrópodos e insectos, así como las toxinas producidas por
hongos y bacterias pertenecen a esta categoría.

Contaminante. Este término se emplea para referirse a un agente o una sustancia


potencialmente tóxica que no debería estar presente o hacerlo a concentraciones menores
de lo que aparece en un determinado medio. Se refiere a una sustancia o un componente
que se encuentra en un medio al cual no pertenece o que lo hace a niveles que pueden
causar efectos adversos para la salud o el medio ambiente. En Toxicología Ambiental
generalmente se utiliza para referirse a sustancias, partículas, gases, humos etc. que
aparecen como contaminantes de la atmósfera, las aguas o los suelos.

Se denomina contaminación a la aparición de una nueva sustancia en un sistema natural


(atmósfera, aguas, suelos) o al aumento de la concentración de una sustancia del sistema
superando las variaciones típicas y naturales. La contaminación puede ser química (mediante
elementos o compuestos químicos en estado sólido, líquido o gaseoso), física (calor, ruido,
radioactividad), o biológica (bacterias, virus y otros microorganismos).

Otra forma frecuente de clasificar los tipos de sustancias tóxicas es por su procedencia, así
podemos diferenciar por el origen la existencia de sustancias tóxicas o contaminantes de
diversos orígenes entre los que podemos destacar los siguientes:

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Industrial: los contaminantes y sustancias químicas tóxicas de origen industrial son el


grupo más numeroso y variado. Representan un peligro potencial a lo largo de toda la
cadena productiva, cuando son sintetizados, cuando son usados para la manufactura de
otros productos, cuando son usados por los consumidores y también los residuos y
derivados de los mismos. Incluye la polución atmosférica derivada de los humos de las
fábricas y toda la contaminación producida por liberación deliberada, no controlada y
accidental de las industrias y fábricas.

Agrícola: incluye todos los productos utilizados en la agricultura desde abonos, plaguicidas,
herbicidas, insecticidas y fungicidas, hasta los plásticos y sus derivados de la degradación
de los mismos utilizados extensivamente en invernaderos.

Urbano: en el medio urbano generalmente las sustancias tóxicas derivadas de los


combustibles utilizados no solo en los medios de transporte sino también en los sistemas de
calefacción y refrigeración, así como otros elementos relacionados con la construcción son
los más abundantes.

Doméstico: multitud de sustancias utilizadas en el ámbito doméstico, desde insecticidas,


pegamentos, cosméticos, detergentes, productos de limpieza, pinturas, etc., son
potencialmente tóxicas, aunque la exposición de riesgo suele ser generalmente accidental y
aguda más que crónica.

Alimentario: no sólo se incluyen en este grupo a los clásicos aditivos y conservantes, sino
también numerosos productos empleados en la manufactura de alimentos o productos
derivados que se producen como consecuencia de la elaboración de los mismos. Un
ejemplo de éstos últimos, el caso de la acrilamida que se produce como consecuencia de la
fritura de la patata a elevadas temperaturas, por encima de 175ºC, por reacción de
aminoácidos, fundamentalmente asparagina, con azúcares reductores procedentes de la
degradación del almidón. También pueden encuadrase en este apartado productos
derivados de la ganadería intensiva, como hormonas y otras drogas veterinarias que,
frecuentemente, se pueden encontrar en los productos alimentarios.

Médico y Farmacológico: incluye todos los medicamentos y drogas, así como los
productos de diagnóstico, cada vez más sofisticados, y los intermediarios utilizados en los
procesos de síntesis y producción industrial de los mismos.

Finalmente, un criterio de clasificación muy utilizado en las legislaciones es establecer


categorías de acuerdo a su comportamiento tóxico. Por ejemplo, el Reglamento de
Sustancias Peligrosas, directivas 87/432/CEE y 91/410/CEE, aplica criterios de peligrosidad
intrínseca de las sustancias y de los materiales, estableciendo 15 categorías de peligrosidad.
Las categorías relacionadas directamente con el comportamiento tóxico son:

Muy tóxicos: son aquellos que por ingestión, contacto o inhalación en muy pequeña
cantidad pueden provocar efectos agudos muy graves o incluso la muerte.

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Tóxicos: son los agentes que en pequeña cantidad o dosis por contacto, ingestión o
inhalación pueden provocar efectos agudos o crónicos graves o incluso la muerte.

Nocivos: son aquellos agentes que por inhalación, ingestión o contacto pueden provocar
efectos negativos o dañinos agudos o crónicos.

Corrosivos: son los agentes que por contacto con los tejidos vivos pueden provocar una
acción destructiva de los mismos.

Irritantes: son las sustancias que por contacto breve, prolongado o repetido con la piel, las
mucosas o los tegumentos pueden desencadenar una reacción inflamatoria.

Sensibilizantes: son aquellas sustancias que por inhalación, contacto o penetración


cutánea pueden ocasionar una reacción de hipersensibilidad, de manera que en
exposiciones posteriores provoquen una reacción inmunitaria de efectos negativos.

Cancerígenos: son aquellos que por inhalación, ingestión o penetración cutánea pueden
producir cáncer o aumentar su frecuencia.

Mutagénicos: son los que por inhalación, ingestión o penetración cutánea pueden producir
alteraciones genéticas o aumentar su frecuencia

Tóxicos para la reproducción: son los que por inhalación, ingestión o penetración cutánea
pueden afectar de forma negativa a la capacidad reproductora o producir efectos negativos
no hereditarios en la descendencia o aumentar su frecuencia. Incluye los efectos
teratogénicos, es decir, las lesiones congénitas no hereditarias que se producen durante el
desarrollo embrionario como consecuencia de la exposición a un agente tóxico.

También pueden clasificarse según el contexto del sitio de acción en el que actúan:

Efectos locales: cuando la acción tiene lugar en el punto o área de contacto. El sitio puede
ser la piel, membrana, mucosas de los ojos, nariz, boca, o cualquier otra parte del sistema
respiratorio o gastrointestinal.

Efectos sistémicos: el sitio de acción puede estar muy alejado del lugar de contacto y, tras
la absorción y distribución de la sustancia tóxica a través de la sangre, manifiesta su efecto
en un órgano blanco o bien manifiesta su acción en todo el organismo

Dinámica de los tóxicos

Los tóxicos y los contaminantes pueden sufrir diversos procesos de transformación en el medio
ambiente, en los seres vivos y en los ecosistemas.

Dispersión: un compuesto tóxico o un contaminante tiende a dispersarse en el medio


debido a ciertos fenómenos como la difusión y la mezcla.

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Concentración: es el hecho de que los compuestos tóxicos y los contaminantes tienden a


concentrarse por la existencia de ciertos fenómenos físicos tales como la precipitación,
floculación, sedimentación, diferencia de densidades, etc.

Transporte y transferencia: se refiere a la situación de un tóxico o un contaminante que se


arroja a un medio, permanece en ese medio, es transportado sin que cambie demasiado y
finalmente es transferido a otro medio. Por ejemplo, cuando algo es transportado por aire a
otro lugar diferente de donde se generó y luego por la lluvia cae en ese otro lugar.

Transformación: es el caso de una sustancia que una vez arrojada, se combina


químicamente y se transforma en otra sustancia, mucho más tóxica y peligrosa que el
contaminante original.

Biotransformación: es el fenómeno de transformación que sufren determinados agentes


en los ecosistemas debido a la acción de los seres vivos. Muchas sustancias que en el
ambiente no se transforman, son absorbidas por algunos seres vivos y luego, son
transformadas por los mismos en otra sustancia que puede ser incluso más peligrosa.

Bioconcentración: es la toma y la retención de una sustancia en un organismo por todas


las vías de entrada excluyendo la ingestión (generalmente se puede decir que la mayoritaria
es la via respiratoria).

Bioacumulación: es la toma de un compuesto y su concentración en el organismo por


todos los medios posibles, incluyendo contacto, respiración e ingestión.

Biomagnificación: se produce cuando el químico pasa a través de la cadena alimenticia a


los niveles tróficos más altos.

1.3. Algunos conceptos básicos sobre la exposición

Exposición es el contacto de un individuo o de una población de organismos con un agente


físico o químico potencialmente tóxico.

Hay diversos factores a tener en cuenta a la hora de evaluar la magnitud de la exposición a un


determinado agente tóxico. Estos factores son importantes para determinar la respuesta tóxica
y evaluar sus posibles efectos. La intensidad de la exposición, la duración, el momento, la
escala y la frecuencia de exposición son variables que condicionan el estudio del efecto y la
respuesta tóxica de los organismos.

Intensidad: la magnitud de la exposición a un tóxico es fundamental para determinar una


respuesta tóxica. Se mide por la concentración del tóxico en el medio externo al organismo
expuesto; en estudios experimentales de toxicología cuando se administra a un organismo,
generalmente se refiere con respecto a la unidad de peso.

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Duración: es la otra variable fundamental que condiciona la magnitud de la exposición a un


determinado tóxico o contaminante. La respuesta tóxica dependerá, en muchos casos, si la
exposición tiene lugar durante un periodo corto o largo de tiempo. Por ello es importante
hacer referencia al tiempo de exposición y estudiar la respuesta como una variable de
tiempo de exposición e incluso en la recuperación de la exposición. Como en el caso
anterior, una referencia a la vida media del organismo en cuestión es también importante,
para tener una idea del porcentaje del periodo de tiempo expuesto a un tóxico con respecto
a la vida media.

Frecuencia: si la extensión de tiempo es importante también lo es la frecuencia de


exposición. Puede tratarse de una exposición que resulte de un evento único (breve o de
larga duración), una exposición continuada, o de una exposición intermitente, que a su vez
puede ser episódica, ocasional, reiterada con ciclos más o menos constantes, etc.

La frecuencia de exposición es una variable importante que determina junto con la velocidad
de eliminación del compuesto, si se produce o no acumulación con el consiguiente aumento
sumativo de la concentración con el tiempo.

Otra consideración importante sobre la frecuencia de exposición es la reversibilidad o


irreversibilidad de los efectos. Si los efectos tóxicos son reversibles y la frecuencia de la
exposición es adecuada para permitir la recuperación no se producirán efectos acumulativos.

Momento de exposición: además del tiempo de exposición relativo a la duración y la


frecuencia también es un factor importante, que a menudo condiciona grandemente el tipo
de respuesta, el momento de exposición relativo al ciclo de vida del organismo.

Escala: es una medida de la extensión espacial y de la heterogeneidad de la distribución de


los tóxicos y de los contaminantes en un determinado medio. Por ejemplo puede tratarse de
un vertido puntual localizado o regulado, un vertido accidental, un vertido no localizado, etc.
Los vertidos puntuales de un tóxico o un contaminante son generalmente mucho más fáciles
de caracterizar no sólo porque la exposición se limita a un área geográfica determinada sino
también porque la exposición se limita a uno o unos pocos tóxicos fáciles de identificar. Por
el contrario, en el caso de las exposiciones no derivadas de vertidos puntuales hay que
tener presente que siempre se trata de mezclas complejas y heterogéneas de tóxicos y muy
raramente se da la circunstancia de la exposición a una única sustancia, aunque en los
estudios toxicológicos se suelen analizar como si se tratara de sustancias aisladas.

Escenario de exposición: El área física que comprende el lugar donde se derraman o


emiten los tóxicos al ambiente, donde se transportan y donde las poblaciones entran en
contacto con los medios contaminados recibe el nombre de escenario de exposición. El
estudio del escenario consta de dos partes fundamentales; la descripción físico-química del
sitio y la descripción de las poblaciones que es probable que sufran la exposición. Las
características del sitio y de las poblaciones que interesan serán aquellas que son útiles
para estimar las exposiciones.

Clasificación de la exposición:

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Aguda: ocurre dentro de un periodo corto en relación con el periodo de vida del organismo;
minutos, horas, generalmente suele ser de 24 horas o como máximo algunos días. Los
efectos suelen aparecer de manera inmediata.

Subaguda: Se produce ante exposiciones frecuentes o repetidas durante varios días o


semanas y los efectos aparecen en forma relativamente retardada.

Crónica: se considera una exposición crónica cuando ocurre durante un periodo de tiempo
largo, en relación con el ciclo de vida debe ser siempre superior al 10%. Se produce con
exposiciones repetidas a intervalos o continuadas, a bajas dosis durante largo tiempo. Los
efectos se manifiestan porque el agente tóxico se acumula en el organismo, es decir, la
cantidad eliminada es menor que la absorbida; o bien, porque los efectos producidos por la
exposiciones repetidas se suman.

Subletal: exposición que provoca cambios importantes y significativamente negativos


observables o detectables en periodos de tiempo cortos después del inicio de la exposición.

Letal: exposición que por su intensidad, concentración o duración, provoca la muerte


relativamente rápida del organismo.

Tipos de exposición:

Exposición accidental. Se trata generalmente de una exposición aguda mas que crónica,
que ocurre como un hecho aislado generalmente como consecuencia de un accidente.

Exposición intencionada. Es la que tiene lugar de manera voluntaria, generalmente como


consecuencia de hábitos, costumbres de vida o dietas alimentarias. Generalmente es
crónica al menos durante periodos largos de vida.

Exposición ambiental. La exposición a la mayoría de los tóxicos del medio ambiente suele
ser crónica y continuada en las áreas urbanas e industriales, y también en las áreas rurales
en lo que respecta a pesticidas y biocidas en general, y a otros compuestos químicos de
amplio uso en la agricultura intensiva y la ganadería. Aunque también puede ser puntual y
aguda derivada de emanaciones accidentales o accidentes en fábricas e industrias.

Exposición ocupacional. Es la que se refiere a los seres humanos en relación con su


trabajo o medio de vida. Suele ser crónica aunque accidentalmente puede ser aguda.

1.4. Respuesta tóxica y relaciones dosis-respuesta

En toxicología entendemos por respuesta tóxica el análisis de los efectos de un agente tóxico
sobre un ser vivo. Se define como cualquier desviación del funcionamiento normal de los
organismos que ha sido producida por la exposición a sustancias tóxicas. Un determinado
agente tóxico tiene siempre un efecto concreto y específico sobre una determinada molécula
diana, y se manifiesta en el organismo como una respuesta que puede ser variada y que

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podemos observar a distintos niveles: molecular, celular, orgánica, fisiológica, de


comportamiento y de supervivencia.

Se utiliza el término blanco para designar a la parte del organismo que recibe el impacto del
tóxico y manifiesta la respuesta biológica correspondiente a la exposición. Se puede referir a
una molécula (DNA, proteína, etc.) o a un órgano (hígado, riñón, etc.) o a los individuos o las
poblaciones que quedan expuestos a los tóxicos en un lugar determinado o en un ecosistema.

Aunque desconozcamos el efecto tóxico concreto y específico de un tóxico siempre podremos


analizar y evaluar la respuesta tóxica. Mientras que el efecto tóxico es un concepto cualitativo,
si está el tóxico y su diana ocurrirá la interacción, la respuesta tóxica es un concepto
cuantitativo que podemos visualizar, medir y evaluar a diferentes niveles o parámetros (end
points) elegidos para analizarla. Son conceptos diferentes aunque, muy frecuentemente, se
utilizan como sinónimos.

La respuesta tóxica que se manifiesta como consecuencia del efecto causado por un tóxico
dependerá de su toxicidad inherente (capacidad de causar algún efecto nocivo sobre un
organismo vivo), del grado de exposición, que a su vez dependerá de la cantidad que
ingrese en un organismo o en un ecosistema, de cómo se distribuya en el organismo o en los
distintos compartimentos del ecosistema y de su persistencia.

El análisis de la relación entre la dosis de un agente tóxico y la respuesta tóxica se basa en la


asunción de tres premisas básicas en los estudios toxicológicos:

1.- que la respuesta es proporcional a la concentración del tóxico en el blanco o diana de


acción; sea este un receptor, una biomolécula, enzima, proteína, célula, órgano, función o
actividad.

2.- que la concentración del tóxico en el blanco o diana es proporcional a la dosis

3.- que la respuesta está causalmente relacionada con el tóxico, es decir que es
consecuencia directa o indirecta de la acción específica del agente tóxico.

4.- por último, es necesario definir un método y elegir un parámetro (end point) para
cuantificar y expresar de forma precisa la toxicidad.

La duración y frecuencia de exposición junto con los niveles de concentración del tóxico son los
parámetros fundamentales para cuantificar la dosis recibida. La dosis suministrada se
normaliza expresando la cantidad de tóxico por unidad de masa corporal. Cuando la exposición
a un tóxico tiene lugar a través del aire o del agua, la dosis recibida se calcula a partir de la
concentración del agente en el medio y el tiempo durante el cuál se mantiene la exposición.

Las relaciones Dósis-Respuesta se analizan mediante las curvas que se construyen


representando gráficamente los datos obtenidos sobre los efectos observados en cualquier
parámetro elegido (en toxicología se denomina end point), como puede ser la supervivencia, el
peso, la producción de una enzima, el número de puestas, etc. frente a la dosis del tóxico en

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estudio. Generalmente se representa en ordenadas los Efectos (E) causados en el organismo


expuesto a una substancia química y en abscisas la Dosis (D) a las que fue expuesto.

Si se obtiene una respuesta de una magnitud definida para cada dosis, dentro de un rango de
dosis, se dice que la respuesta es gradual. Es decir que a diferentes dosis, D1, D2,...Di, se
observan los efectos, E1, E2,...Ei, que varían en forma continua y tienen un valor único para
cada dosis (dentro de la variabilidad normal que siempre se observa cuando se hacen
bioensayos).

En algunas ocasiones, la relación dosis-efecto no es gradual sino dicotómica con respuestas


de todo o nada, un ejemplo típico son las curvas de mortalidad o letalidad. En estos casos es
necesario medir el porcentaje de la población en estudio que presenta una determinada
respuesta para cada dosis suministrada. Este tipo de efecto se denomina efecto cuantal. En
estos casos se suele representar en ordenadas, el tanto por ciento de la población que
presenta un determinado valor de la respuesta y en abscisas, el logaritmo de la dosis
suministrada. Esta curva tiene forma sigmoidal.

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% de población

0 1 Log de la dosis
Curva Dosis-Respuesta. 0 a 1.-Región NOAEL; 2.-LOAEL; 3.-Región Lineal; y 4.-Respuesta Máxima

La curva pasa por el origen ya que cuando la dosis es cero, la respuesta es cero. A valores
muy bajos de la dosis, la curva es horizontal con un valor del efecto igual a cero. La respuesta
empieza a tener un valor mayor que cero cuando la dosis llega al nivel umbral. De allí en
adelante la pendiente de la curva crece con la dosis, hasta que se llega a una pendiente
máxima. Esta pendiente se mantiene por un amplio rango de dosis en el que la respuesta es
directamente proporcional a la dosis (línea recta). A dosis mayores la pendiente empieza a
decrecer hasta que la curva se vuelve asintótica a un valor máximo de la respuesta (Emax). A
la región de la curva donde los efectos no son perceptibles o medibles, se le conoce como
región NOAEL (por sus siglas en ingles No Observed Adverse Effects Level). Otro dato
importante de las curvas es el LOAEL (por sus siglas en inglés Lowest Observed Adverse
Effect Level) que es el nivel o la concentración más baja a la cuál aparecen efectos adversos.
Hay sustancias tóxicas que tienen un nivel umbral y otras que no presentan umbral, esto es
una consideración importante a tener en cuenta en los estudios sobre la evaluación de riesgo y
en las reglamentaciones.

Hay compuestos tóxicos que presentan dos curvas dosis-efecto, una curva que manifiesta los
efectos tóxicos y otra los efectos letales. Cuando se aumenta el nivel de la dosis, se pasa de un
área de la curva en la que no se observan efectos dañinos a otra donde se observan efectos
tóxicos crecientes. Cuando se aumenta aún más la dosis se presentan los efectos letales

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TEMA 1

crecientes que también se relacionan con la dosis en la misma forma que los efectos
anteriores. Las dos curvas son paralelas.

% de respuesta
DT50 DT50
Log de la dosis

Compuesto que presenta dos curvas: 1= curva de dosis-efectos tóxicos 2= curva de dosis-efectos letales

Los ensayos de toxicidad permiten determinar el efecto de una sustancia o mezcla sobre un
grupo de organismos seleccionados bajo condiciones definidas. Además es necesario utilizar
grupos de control que no se exponen al tóxico. Se miden y registran los efectos biológicos
observados y las proporciones de organismos afectados (efecto cuantal) o el grado de efecto
(gradual) después de la exposición y, posteriormente, se efectúa un análisis estadístico de los
datos obtenidos. Los efectos tóxicos a evaluar pueden ser: mortalidad, inmovilidad, inhibición
del crecimiento de la población, alteración del comportamiento, etc. Permiten obtener algunos
parámetros útiles a la hora de analizar la gravedad del efecto y comparar la respuesta tóxica de
diversos contaminantes ambientales. Uno de los objetivos de los tests de toxicidad es
establecer un ranking o una escala de los tóxicos de acuerdo a la gravedad de la respuesta
tóxica que desencadenan. Las condiciones de los ensayos deben estar altamente
estandarizadas para permitir la comparación de los resultados. Algunos de los parámetros
normalmente utilizados son:

Índices de toxicidad: expresan los resultados de diferentes ensayos de toxicidad como un


único valor numérico que clasifica, según categorías, a las sustancias tóxicas. No existen
reglas fijas para la designación de los índices. Permite comparar la toxicidad de diferentes
sustancias.

LD50 / LC50: dosis letal media y concentración letal media que se estima provoca
mortalidad en el 50% de los organismos de ensayo. La DL50 y LC50 se obtienen de las
curvas dosis respuesta por métodos gráficos o por ordenador y sus límites de confianza
(95%) son usualmente obtenidos a partir de análisis estadístico.

EC50 / IC50: concentración efectiva media y concentración inhibitoria media. Concentración


del tóxico en agua, suelo o sedimento que se estima tienen un efecto para 50% de los
organismos de ensayo (EC50) o reduce la respuesta normal de un organismo al 50%
(IC50). Estos parámetros se usan frecuentemente en los casos en los que los efectos no
son mortales. La CE50 y sus límites de confianza (95%) se obtienen a partir del análisis
estadístico.

Factores de equivalencia tóxica TEF (Toxic Equivalent Factors): constituyen el procedimiento


para representar la relación cuantitativa dosis-respuesta de sustancias químicas que

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TEMA 1

pertenecen a una clase o categoría tóxica. Las características comunes o compartidas de estas
sustancias permiten establecer los factores de equivalencia tóxica, tomando como referencia
las características y toxicidad de un miembro del grupo que haya sido estudiado en
profundidad.

Los ensayos de toxicidad permiten establecer los límites permitidos para los distintos
contaminantes, evaluar el impacto de mezclas sobre las comunidades de los ambientes que las
reciben y comparar la sensitividad de una o más especies a distintos tóxicos o a diferentes
condiciones para el mismo tóxico.

1.5. Toxicidad selectiva y susceptibilidad individual

Es necesario tener siempre en cuenta la variabilidad que presentan las respuestas tóxicas
frente a un determinado agente en las distintas especies biológicas e incluso entre diferentes
individuos dentro de una misma población. El concepto de toxicidad selectiva hace referencia a
la capacidad de una sustancia para producir efectos adversos en un tipo determinado de ser
vivo, sin afectar a otros; o incluso a un nivel más fisiológico la toxicidad selectiva de una
sustancia se entiende como la capacidad de afectar a un determinado tipo de células de un
tejido o de un órgano sin tener efecto sobre otras células adyacentes del mismo organismo.

La base de la toxicidad selectiva tiene su origen en las diferencias bioquímicas o metabólicas


entre los dos sistemas biológicos que se comparan, es decir entre las distintas especies o entre
los diferentes tipos celulares. La causa puede ser debida a la existencia de moléculas blanco
en rutas bioquímicas específicas, la interacción con determinados receptores celulares y
hormonas, la existencia de mecanismos de detoxificación, o diferencias en las vías de
penetración o en los distintos grados de acumulación del tóxico.

La toxicidad selectiva se explota en el desarrollo de pesticidas, insecticidas, herbicidas,


desinfectantes, etc. De igual modo, se ha hecho uso de la toxicidad selectiva para el desarrollo
de medicamentos y fármacos que actúan selectivamente en determinados tipos celulares o
frente a microorganismos infecciosos, como es el caso de los antibióticos.

En los estudios de toxicología ambiental la toxicidad selectiva es un concepto muy importante a


tener en cuenta para establecer las limitaciones de los ensayos de toxicidad realizados en
animales de laboratorio a la hora de extrapolar a otras especies y, especialmente, para aplicar
los resultados a los seres humanos.

Las diferencias en la respuesta tóxica entre diferentes especies representan un elemento


importante a la hora de elucidar los mecanismos específicos que ejerce una determinada
sustancia; el estudio de las vías específicas y diferenciales de acción es una herramienta
importante para conocer y prevenir los potenciales efectos adversos de los compuestos tóxicos
en las distintas especies.

Sin embargo, es importante resaltar que una de las reglas básicas de la toxicología ambiental
es asumir que especies similares presentan respuestas similares. Es la base para la
investigación toxicológica y la experimentación con organismos modelo, como por ejemplo en

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TOXICOLOGÍA AMBIENTAL. Estrella Cortés, José Luis Martínez-Guitarte, Gloria Morcillo.
TEMA 1

el caso de los mamíferos las ratas y los ratones, y su extrapolación a otros mamíferos incluidos
los humanos. Por lo general se cumple y tanto más cuando las dianas de acción y las vías
metabólicas afectadas están evolutivamente conservadas. Por ejemplo, es evidente que
aquellos tóxicos ambientales que tengan una acción directa sobre el DNA, afectarán a todos
los seres vivos y su efecto genotóxico sólo dependerá de la mayor o menor accesibilidad o de
las pequeñas diferencias en la exposición y en las vías de entrada al organismo. No obstante,
nunca hay que olvidar las posibles excepciones a esta regla y tener siempre en cuenta que
puede haber sustancias que presenten diferencias interespecies muy marcadas e incluso que
presenten toxicidad para unas especies y en absoluto para otras.

En el caso de diferencias en la respuesta entre individuos de una misma especie, lo que se


conoce como susceptibilidad individual, las causas hay que buscarlas en las diferencias en
la constitución genética, que dan lugar a la existencia de variantes proteínicas y enzimáticas,
que a su vez pueden incidir en variantes de las rutas metabólicas. Estas pequeñas diferencias
en el genoma (siempre y en todas las especies mucho menores del 1%) no solo repercuten en
la mayor o menor respuesta frente a ciertos agentes tóxicos sino también en la tolerancia a
determinados alimentos o en la susceptibilidad a determinadas enfermedades.

Las diferencias entre individuos que hacen que a exposiciones iguales se observen respuestas
diferentes pueden estar también determinadas por el estado fisiológico; diversos factores,
como la salud, la edad, la dieta, el sexo, el estado nutricional e incluso el estado emocional,
condicionan las importantes diferencias observadas entre individuos de una misma especie.

Para acomodar esta variabilidad individual y tener en cuenta las posibles variaciones en la
susceptibilidad una regla fundamental de la toxicología ambiental es establecer el concepto de
riesgo basado en la probabilidad. Evaluar el riesgo es determinar la probabilidad de que se
desarrolle un efecto nocivo o daño cuando se está expuesto a una dosis determinada
durante un periodo de tiempo determinado.

1.6. Toxicidad, Peligro y Riesgo

La toxicidad es una medida del peligro inherente de una sustancia. Se dice que una sustancia
es peligrosa cuando tiene la capacidad de producir efectos adversos en los organismos. El
término riesgo define la probabilidad de que, en unas condiciones dadas, una sustancia
peligrosa produzca un daño efectivo. Una sustancia tóxica o incluso muy tóxica no siempre
representa un riesgo para la población. Para que exista un riesgo es necesario que se esté
expuesto a esa sustancia y que esta exposición represente un peligro para la salud.

La evaluación de riesgos para la salud humana consiste en determinar si es tolerable el


riesgo que enfrenta una población por estar expuesta a tóxicos y contaminantes en el
ambiente. El riesgo cero no existe en ningún ámbito de la existencia humana. La evaluación de
riesgos también se usa para diseñar estrategias de prevención de riesgos.

Para caracterizar los riesgos ambientales es necesario evaluar la exposición de la población y


evaluar la toxicidad de las substancias identificadas como posibles productoras de daños para
la salud que se encuentren en el escenario de exposición. Sin embargo, en el caso de diseño

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TEMA 1

de estrategias de prevención, generalmente se carece de datos suficientes y, normalmente, no


se cuenta con la información toxicológica adecuada para la mayoría de las substancias de uso
comercial. Para subsanar esta deficiencia se han desarrollado varios modelos matemáticos por
ordenador que estiman las variables que entran en la evaluación de riesgos. El uso de estos
modelos sólo se recomienda cuando no se cuenta con información generada
experimentalmente. Es mejor usar, cuando se tienen, los índices toxicológicos homologados y
valores medidos de las propiedades fisicoquímicas de las substancias.

A pesar del limitado alcance de la información proveniente de los ensayos de toxicidad para su
extrapolación a escala ambiental, los estudios con organismos en laboratorio, en condiciones
controladas y estandarizadas para la evaluación de respuestas, han venido siendo las fuentes
de información predominantes para la evaluación de los efectos de los contaminantes tóxicos.
La ecología de poblaciones debe conectar la información toxicológica con modelos
poblacionales para predecir efectos a esa escala superior. Por otra parte, las evaluaciones
ecotoxicológicas realizadas en ecosistemas deben tener en cuenta características como las
interacciones entre poblaciones de distintas especies, los cambios estructurales y los cambios
funcionales, sólo detectables en el contexto del ecosistema. Sin embargo, las evaluaciones a
este nivel tienen una serie de restricciones relacionadas con el elevado costo y tiempo
requeridos, el limitado número de diseños estandarizados y de parámetros finales de
evaluación existentes y la elevada cantidad de información sobre efectos tóxicos requerida
para su parametrización.

La evaluación del riesgo ecológico tiene por objeto estimar la probabilidad de que ocurra un
efecto ecológico adverso para la integridad de los ecosistemas naturales y los servicios que
ellos proveen, como resultado de la exposición a agentes potencialmente tóxicos relacionados
con la actividad humana. La salud de un ecosistema puede establecerse por el mantenimiento
de la biodiversidad y el funcionamiento de los patrones normales de flujo de energía entre
niveles tróficos.

La evaluación de riesgo ecológico es un proceso de asignación de magnitudes y probabilidades


a los efectos adversos de actividades antropogénicas y catástrofes naturales. Se basa tanto en
métodos predictivos para la evaluación de la exposición, como en técnicas experimentales de
evaluación de los efectos de sustancias tóxicas a distintos niveles de organización y escala
trófica. Históricamente, los efectos han venido siendo estudiados en el nivel de los organismos,
de las poblaciones y de los ecosistemas. Dado que en la mayoría de los casos no es posible
eliminar el riesgo de toxicidad, las agencias y organismos de protección ambiental suelen
definir la proporción de mortalidad o la reducción del crecimiento tolerable de las especies
expuestas, es decir, los riesgos tolerables. Sin embargo, los ensayos de toxicidad y los
modelos de extrapolación no son suficientes para abordar este tipo de problemas.

Para la evaluación de riesgo se han usado dos estrategias generales:

1) la realización de ensayos experimentales, ensayos de toxicidad en laboratorio, y el uso de


modelos teóricos para predecir los efectos de diferentes contaminantes que puedan ser
introducidos en el ambiente,

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TEMA 1

2) la utilización de indicadores biológicos presentes en ecosistemas naturales.

La necesidad de estudiar los efectos ambientales de las sustancias químicas u otros riesgos
potenciales en el laboratorio antes de liberarlos en el ambiente es obvia. Sin embargo, la
evaluación del riesgo ecológico es poco fiable si se basa sólo y exclusivamente en estos
ensayos. Ambas estrategias deberían complementarse.

Los programas de monitoreo designados para proteger la integridad del ecosistema deben
incluir:

indicadores de conformidad para investigar el grado en que se mantienen las condiciones


previamente establecidas como aceptables

indicadores de diagnóstico para determinar la causa de desviaciones fuera de los límites


de las condiciones aceptables

indicadores tempranos de daño para señalar cambios inminentes en las condiciones


ambientales, antes de que las condiciones inaceptables se presenten.

En el caso en que, según los indicadores de conformidad, las condiciones se juzguen


inaceptables, se usan los indicadores de diagnóstico para identificar las causas y sugerir las
acciones de corrección. La investigación mediante ensayos de laboratorio puede ser crucial
para determinar la causa. Para complementar a los indicadores de conformidad, se eligen
indicadores tempranos de peligro, que señalan el deterioro inminente en las condiciones
ambientales, de modo que puedan tomarse medidas preventivas para evitar llegar a
condiciones inaceptables. La identificación y diagnosis de un problema debería ocurrir
suficientemente temprano como para que puedan tomarse acciones correctivas antes de que
ocurra el daño, ya que el objetivo de la evaluación del riesgo ecológico es proteger la integridad
del ecosistema, es preferible un aviso, temprano del daño inminente a tener que remediar la
situación más tarde.

Bioindicadores y calidad ambiental

Los organismos vivos son herramientas esenciales para la evaluación de la calidad ambiental,
puesto que ellos son los que están expuestos a los efectos combinados de la ecotoxicidad. Los
métodos de evaluación biológica para detectar compuestos potencialmente dañinos
comenzaron a desarrollarse en el último tercio del siglo XX.

Los indicadores biológicos son atributos de los sistemas biológicos que se emplean para
descifrar factores de su ambiente. Inicialmente, se utilizaron especies o asociaciones de éstas
como indicadores y, posteriormente, comenzaron a emplearse también atributos
correspondientes a otros niveles de organización del ecosistema, como poblaciones y
comunidades.

Las especies indicadoras son aquellos organismos (restos o partes de los mismos) que
ayudan a descifrar cualquier fenómeno o acontecimiento actual o pasado relacionado con el

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TEMA 1

estudio de un ambiente. Las especies tienen requerimientos muy precisos: físicos, químicos, de
estructura del habitat y de relaciones con otras especies. A cada especie o población le
corresponden determinados límites de estas condiciones ambientales entre las cuales los
organismos pueden sobrevivir (límites máximos), crecer (límites intermedios) y reproducirse
(límites más estrechos).

Algunos organismos son sumamente sensibles a su medio ambiente de manera que cambian
aspectos de su forma, desaparecen o, por el contrario, prosperan cuando su medio se
contamina. Según su sensibilidad a la polución orgánica las especies se clasifican como
intolerantes, facultativas, o tolerantes. En general, cuando más estrechos sean sus límites
de tolerancia, más estenoica sea la especie en cuestión, mayor será su utilidad como indicador
ecológico. Las especies bioindicadoras deben ser, en general, abundantes, muy sensibles al
medio de vida, fáciles y rápidas de identificar, bien estudiadas en su ecología y ciclo biológico,
y con poca movilidad.

El uso de organismos como bioindicadores de contaminación requiere conocer las tolerancias


ecológicas y los requerimientos de las especies, así como sus adaptaciones para resistir
contaminantes agudos y crónicos. Las investigaciones sobre organismos indicadores requieren
estudios autoecológicos en el laboratorio, para establecer los límites de tolerancia de una
especie a una sustancia o a una mezcla de ellas mediante ensayos de toxicidad; y
sinecológicos, basados en la observación y el análisis de las características ambientales de los
sitios en los cuales se detectan con más frecuencia poblaciones de organismos de cierta
especie. Algas, bacterias, protozoos, macroinvertebrados y peces son los más usados como
indicadores de contaminación acuática.

BIBLIOGRAFÍA
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2005.

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Cuestiones de repaso

a) Realice un glosario con los términos básicos empleados en toxicología que están
relacionados con los tipos de agentes tóxicos, la exposición a tóxicos y la dinámica de
los tóxicos.
b) Describa los factores que influyen en la magnitud de exposición a un tóxico.
c) Explique la información que puede obtenerse a partir de una curva dosis – respuesta.
d) Comente el interés que tiene realizar un estudio de riesgo de un producto tóxico.

Cuestiones de autoevaluación

1) Se entiende como xenobiótico a aquella sustancia tóxica:


a) Producida por otro organismo diferente del afectado
b) Que es extraña al propio organismo
c) Producida por el propio organismo
d) Que no tiene origen biológico
2) La inclusión en un programa de monitorización de un indicador de conformidad se realiza
para:
a) Conocer el grado de variación entre dos exposiciones a un tóxico
b) Conocer el grado en que se mantienen las condiciones previas establecidas como
aceptables
c) Determinar la variación del tóxico a lo largo del tiempo
d) Evaluar la toxicidad de un producto en un ambiente clínico
3) Se define como toxicología ambiental al área de la toxicología que estudia:
a) Los efectos sobre los organismos vivos expuestos a los tóxicos que se encuentran en
el ambiente
b) El efecto de los tóxicos sobre las patologías en los seres humanos
c) El efecto de los productos químicos en los procesos industriales
d) Los efectos sobre el ser humano de la exposición a tóxicos en el ambiente laboral
4) Si un producto se define como corrosivo queremos decir que:
a) Su contacto con tejidos vivos puede provocar una acción destructiva sobre ellos
b) Su contacto por inhalación, ingestión o penetración cutánea pueden producir cáncer o
aumentar su frecuencia.
c) Su contacto con tejidos vivos por ingestión pueden provocar efectos negativos o
dañinos agudos o crónicos
d) Su contacto breve, prolongado o repetido con la piel, las mucosas o los tegumentos
puede desencadenar una reacción inflamatoria
5) Una especie indicadora es:
a) Aquella que metaboliza el tóxico dando lugar a productos indicadores de su presencia
b) Aquella que permanece inalterada ante la presencia de un tóxico
c) Aquella que ayuda a descifrar cualquier fenómeno o acontecimiento actual o pasado
relacionado con el estudio de un ambiente
d) Aquella que no es propia del ambiente y se introduce para evaluar el efecto del tóxico
durante el proceso de contaminación
6) Si un animal con un ciclo vital de seis años se ve expuesto a un tóxico durante veinticuatro
horas hablamos de una exposición:
a) Semiaguda

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b) Crónica
c) Semicrónica
d) Aguda
7) Las diferencias entre los individuos de una especie ante la acción de un tóxico se conoce
como:
a) Susceptibilidad individual
b) Susceptibilidad de especie
c) Susceptibilidad interespecífica
d) Susceptibilidad personal
8) A la hora de evaluar la magnitud de la exposición a un agente tóxico debemos considerar
la:
a) Intensidad de la misma
b) Dispersión de la respuesta
c) Presión de selección
d) Aleatoriedad de la misma
9) Cuando un organismo presenta un producto tóxico en mayor cantidad que en su entorno
hablamos de:
a) Bioconcentración
b) Biotransformación
c) Biomagnificación
d) Bioacumulación
10) Determinar la probabilidad de que se desarrolle un efecto nocivo al exponerse a una dosis
de producto durante un periodo definido se conoce como:
a) Determinación de toxicocinética
b) Peligrosidad
c) Toxicidad
d) Evaluación de riesgo

----------Clave----------

1. (d)
2. (b)
3. (a)
4. (a)
5. (c)
6. (d)
7. (a)
8. (a)
9. (a)
10. (d)

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