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Viabilidad de La Seguridad Social

Con el objeto de dar una visión más completa y práctica del tema la
seguridad social surge, históricamente, como un modo de cubrir los riesgos
económicos a los que está expuesto el trabajador. Quizás el más inevitable
de ellos es el que surge simplemente con el paso del tiempo, cuando la
persona que trabaja para ganar su sustento va envejeciendo y encuentra,
luego de cierto punto, que ya no posee ni las energías ni la disposición que
tuviera en años anteriores

Los sistemas se basan en cotizaciones regulares de los


trabajadores, que casi siempre se descuentan directamente de sus
sueldos y salarios, calculándose como un determinado porcentaje de los
mismos; a éstas se agregan, por lo general, las que proporcionan también
los empleadores y en muchos casos el propio Estado. Los aportes de
los patronos deben considerarse, en realidad, como parte del salario que
perciben los empleados: resultan un costo más que se agrega a los
desembolsos de la empresa y una forma diferida de retribución económica
para estos últimos; los aportes de los trabajadores son en propiedad una
forma de ahorro forzado que éstos se ven obligados a realizar.

Este mecanismo es simple en principio, pero su funcionamiento se


complica por algunos problemas que han amenazado la efectividad de los
sistemas de seguridad social existentes. En primer lugar los aportes a las
cajas o fondos de jubilación debieran ser lo suficientemente altos como para
obtener los retornos que garantizasen jubilaciones adecuadas. Pero el
porcentaje de los salarios que es capaz de cumplir con este objetivo depend
e, además, de tres factores:

 La tasa de interés que ganen los depósitos


 El número de años durante los cuales se hacen los aportes y
 La esperanza de vida de los beneficiarios una vez que
alcanzan la jubilación.

Cuando nos referimos a los intereses que, en teoría, debieran ganar


los fondos de jubilación, estamos hablando obviamente de tasas de interés
reales, es decir de la proporción en que se incrementan los ahorros
luego de descontar el efecto de la inflación. Para que un fondo de
jubilaciones tenga algún sentido económico práctico es preciso entonces que
exista una básica estabilidad monetaria pues de otro modo con tasas de
interés arbitrarias o con una inflación galopante que supera a dichas tasas los
fondos se descapitalizan por completo en pocos años.

La esperanza de vida de quienes llegan a la jubilación, es decir, el


número de años que ellos en promedio sobrevivirán luego de ese momento,
depende fuertemente de la tasa de mortalidad existente y de la edad a la que
se fije la posibilidad del retiro. Si la mortalidad es relativamente alta y
también lo es la edad límite, el sistema no se verá sometido a fuertes
exigencias, porque además los aportes se realizarán durante un número
grande de años; si, en cambio, la tasa de mortalidad se va reduciendo
como resultado del constante avance de la medicina o se fijan con criterios
políticos edades muy tempranas para la jubilación, los riesgos de una quiebra
del sistema se hacen muchísimo mayores.

Son los llamados cálculos actuariales los que permiten determinar,


dado un comportamiento determinado de estos parámetros, el monto de los
aportes que habría que realizar para garantizar de un modo sostenido la
viabilidad y salud financiera de un sistema de seguridad social. Pero las cifras
que calculan los actuarios raras veces son tenidas en cuenta en todas sus
implicaciones y consecuencias.

En la mayoría de las naciones del mundo aun entre las


más desarrolladas no existen sistemas de jubilaciones financieramente
sólidos que
operen sobre las bases que acabamos de considerar. Se suele aplicar, en
cambio, una modalidad que muchos llaman "sistema de reparto" o, con más
exactitud, "financiamiento sobre la marcha". En este caso las jubilaciones así
como todos los otros beneficios sociales no provienen de un fondo que se va
acumulando con el tiempo, sino que los aportes que se realizan durante
un año se destinan a hacer los pagos que hay que efectuar durante ese
mismo año. Frecuentemente el gobierno sirve como elemento de
compensación, entregando fondos suplementarios si los aportes no
resultan suficientes o reteniendo los excedentes, en el caso de que los
haya.

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