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La paz implica la dignidad humana y la existencia de una sociedad de elevada justicia y reducida violencia. Alcanzarla como máxima aspiración de la humanidad y condición para su propia existencia, requiere la preparación de los ciudadanos que han de sostenerla, concretarla en acciones en los distintos contextos en que se desenvuelve el individuo de acuerdo con los roles sociales que asuma dentro de su núcleo familiar y social.
Titlu original
LIDERAZGOS DEMOCRÁTICOS PARA LA PARTICIPACIÓN, EL PROTAGONISMO Y LA CORRESPONSABILIDAD EN LA MEDIACIÓN Y RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS
La paz implica la dignidad humana y la existencia de una sociedad de elevada justicia y reducida violencia. Alcanzarla como máxima aspiración de la humanidad y condición para su propia existencia, requiere la preparación de los ciudadanos que han de sostenerla, concretarla en acciones en los distintos contextos en que se desenvuelve el individuo de acuerdo con los roles sociales que asuma dentro de su núcleo familiar y social.
La paz implica la dignidad humana y la existencia de una sociedad de elevada justicia y reducida violencia. Alcanzarla como máxima aspiración de la humanidad y condición para su propia existencia, requiere la preparación de los ciudadanos que han de sostenerla, concretarla en acciones en los distintos contextos en que se desenvuelve el individuo de acuerdo con los roles sociales que asuma dentro de su núcleo familiar y social.
PROGRAMA NACIONAL DE FORMACIÓN AVANZADA EN EDUCACIÓN. ESPECIALIZACIÓN DIRECCIÓN Y SUPERVISIÓN. CARIACO, MUNICIPIO RIBERO DEL ESTADO SUCRE.
CLIMA ESCOLAR
LIDERAZGOS DEMOCRÁTICOS PARA LA PARTICIPACIÓN, EL
PROTAGONISMO Y LA CORRESPONSABILIDAD EN LA MEDIACIÓN Y RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS.
PARTICIPANTE: ASESOR:
LICDA. SONIS QUILARQUEZ. MCS LUIS LAREZ.
C.I Nº 9.454.136.
squilarquez@gmail.com.
ENERO 2019. CLIMA ESCOLAR
LIDERAZGO DEMOCRÁTICO PARA LA PARTICIPACIÓN, EL
PROTAGONISMO Y LA CORRESPONSABILIDAD EN LA MEDIACIÓN Y RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS.
La violencia es una constante en la vida de gran número de seres
humanos en todo el mundo, y afecta a todos de un modo u otro. Para algunas personas, permanecer a salvo consiste en cerrar puertas y ventanas, y evitar los lugares peligrosos. Para otros, en cambio, no hay escapatoria, porque la amenaza de la violencia está precisamente detrás de esas puertas, oculta a los ojos de los demás. La experiencia demuestra que la violencia dentro de la sociedad no se confina absolutamente dentro de las fronteras nacionales, ella puede traspasar el límite de las comunidades y arrastran a las regiones al conflicto intersociedades, todo ello es motivo para educar en una cultura de paz.
La paz implica la dignidad humana y la existencia de una sociedad de
elevada justicia y reducida violencia. Alcanzarla como máxima aspiración de la humanidad y condición para su propia existencia, requiere la preparación de los ciudadanos que han de sostenerla, concretarla en acciones en los distintos contextos en que se desenvuelve el individuo de acuerdo con los roles sociales que asuma dentro de su núcleo familiar y social.
Teniendo en cuenta que la familia es “un sistema abierto que está
recibiendo de manera continua, como unidad, las influencias de otros grupos sociales; recibe los de la escuela a través de los hijos y del contacto con los maestros y padres; está influenciado por la vida socio- política del país; desde su inserción socio- laboral de los familiares adultos; recibe influencia de la opinión social de la comunidad cercana, es importante que la institución escolar y específicamente el maestro, conozca el impacto o repercusión que ha tenido éstos en la familia de cada uno de sus educandos para actuar con perspicacia en su futura orientación y en las relaciones interpersonales con los padres y extra –familiares.
Por lo antes expuesto, los directivos de las instituciones educativas,
por su condición de dirigentes del sistema educacional en los distintos niveles, deben sentar las pautas, orientar, controlar, concretar la política educacional y por tanto requieren obtener la preparación teórica que les permita tomar conciencia de la presencia del problema y la necesidad de cambiar estilos de dirección, métodos, crear relaciones con sus subordinados que constituyan un modelo de Cultura de Paz.
También deben modificar estilos de actuación y dirección, de directivos
autoritarios a democráticos, que faciliten la creación de un sistema de relaciones signado por la Cultura de Paz que propicie la participación activa, real de los sujetos implicados en las relaciones de subordinación y estimule la formación de un sentido de pertenencia y compromiso.
El éxito del trabajo de dirección de la institución escolar está
determinado por el grado de organización alcanzado en él. La organización constituye el aspecto más visible del proceso de dirección; se refiere a la ordenación, colocación, disposición, sistema estructurado según principios preestablecidos, y expresa la idea de normar algo, con el fin de alcanzar objetivos bien definidos. La dirección de los procesos educativos consiste en la planificación, organización, regulación, control y evaluación de los procesos sustantivos y de aseguramiento, que constituyen el contenido de la actividad de las instituciones educativas (el trabajo político – ideológico, el proceso de enseñanza aprendizaje, el trabajo metodológico, el trabajo científico – investigativo, el trabajo con la familia y la comunidad, el trabajo con las organizaciones políticas y de masas de la institución educativa, entre otros procesos) que desencadenen la paz individual y colectiva.
Todo director debe buscar en su centro educativo que los y las
estudiantes junto a su núcleo familiar sean Educados y/o formados para vivir en paz con los demás, lo que implica: Educar para el conflicto, hecho inevitable, para el cual hay que tratar de buscar una regulación positiva, en todo lo posible por medios no violentos. Educar para la tolerancia. En el respeto al otro, a sus puntos de vista, opiniones, forma de actuar y de pensar; preparar a los educandos para valorar a los demás sin extremismos, prejuicios o perfeccionismos.
Los directores deben liderar con el ejemplo el Educar para la
solidaridad, la ayuda mutua y la comunicación afectiva entre los seres humanos basada en una ética de las relaciones interpersonales; la comprensión mutua, un proceso de empatía, abrirse a los demás, superar los prejuicios y el egocentrismo. Educar para la convivencia. Respeto de normas que regulan las relaciones interpersonales, tanto jurídicas como consensuadas, el papel regulador de los valores morales de la conducta y las relaciones interpersonales, cumplir deberes en los distintos contextos.
En fin los directores de las diferentes casas de estudios tienen que
comprometerse a ejercer un liderazgo democrático para la participación, el protagonismo y la corresponsabilidad en la mediación y resolución de conflictos, debido a que los tiempos actuales demandan examinar con especial atención, de forma permanente y actualizada, las condiciones en las que se desarrolla el proceso de enseñanza-aprendizaje para contribuir al desarrollo sostenible y mejorar las perspectivas de paz, como factores claves en el desarrollo social y humano de los pueblos.
Garantizar Un Sistema de Protección Estudiantil. Lograr Una Estrecha Relación Entre Las Familias, La Escuela y La Comunidad. Procesos para El Verdadero Vivir Bien.