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LA FICTICIA INDEPENDENCIA DE AMÉRICA DE

ESPAÑA Y LA DOMINACIÓN NORTEAMERICANA


Arturo Lomas Maldonado
Universidad Autónoma Metropolitana
Universidad Nacional Autónoma de México

BREVE INTRODUCCIÓN
Tratando de comprender en su exacta dimensión el estado que guardan
actualmente los países malamente llamados latinoamericanos, entre ellos México, es
inevitable recurrir a los hechos que ocurrieron hace ya más de doscientos años,
precisamente cuando las oligarquías criollas y mestizas, buscando hacerse del poder
desplazando a los españoles, colocan a nuestros países al arbitrio del creciente dominio
norteamericano bajo una ilusa independencia del exterior.
Nuestros países padecen una fuerte influencia exterior (casi exclusiva de los Estados
Unidos de Norteamérica) en lo económico, lo político, lo cultural y hasta en lo militar, misma
que nadie puede negar. Influencia que toma caracteres de un neocolonialismo salvaje tanto
por el control de nuestros recursos naturales y humanos, como porque ha impedido
cualquier intento de desarrollo industrial, manteniéndonos en un estado de miserable
atraso del cual obtiene todas sus ventajas.
Sin la activa participación de las logias masónicas, este período no sería explicable,
mejor dicho, son las logias masónicas de origen europeo y norteamericano las que forman
y sostienen a la hornada de insurgentes (Miranda, Bolívar, San Martín, O'Higgins, Sucre,
Hidalgo, Victoria, Guerrero) que, al obtener la independencia de América de España,
solamente sirvió para la posterior entrega de nuestros países al exterior, que concluye
fatalmente en manos del llamado Coloso del Norte.
CAPÍTULO I: LA MASONERÍA Y LA
FICTICIA INDEPENDENCIA EN SUDAMÉRICA

Entre las sectas masónicas que operaron abierta o secretamente en América,


sobresale, para el caso de Sudamérica, la Logia masónica Lautaro, en donde militaban
renombrados personajes como José de San Martín, quién se embarcó en la fragata George
Canning en compañía de Carlos de Alvear, que desembarcó en Buenos Aires, donde
gobernaba el primer Triunvirato que trataba de expandir la Revolución de 1810. Alvear y
San Martín fundaron una filial de la Logia de los Caballeros Racionales, que el llamado
Libertador rebautizó como Logia Lautaro, nombre tomado de un cacique araucano que en
el siglo XVI se había sublevado contra los españoles. A principios de 1819, se fundó una filial
de la Logia Lautaro en Chile.
San Martín había solicitado previamente la baja en el ejército español y marchó
primero a Londres (1811), donde permaneció casi cuatro meses. Allí asistió a las sesiones
de la Gran Reunión Americana, fundada por Francisco de Miranda, que fue la organización
madre de varias otras esparcidas por América con idénticos fines: la independencia y
organización de los pueblos americanos.
Desde Inglaterra se embarcó hacia Buenos Aires (1812), donde esperaba que su
experiencia militar en numerosas batallas le permitiese rendir excelentes servicios al ideal
que animaba a su país. San Martín, a causa de sus veintidós años de servicio en el ejército
realista, no fue recibido con entusiasmo por los dirigentes; pero, ante la debilidad militar
del movimiento, la Junta gubernativa le confirmó en su rango de teniente coronel de
caballería y le encomendó la creación del Regimiento de Granaderos a Caballo, al frente del
cual obtendría la victoria en el combate de San Lorenzo (3 de febrero de 1813). Ese mismo
año, 1813, renunció a la jefatura del Ejército de Buenos Aires, y en 1814 aceptó sustituir a
Manuel Belgrano al frente del Ejército del Alto Perú, maltrecho por sus derrotas. El duro
revés que Belgrano había sufrido en Vilcapugio y Ayohuma a manos de los realistas cerraba
prácticamente las posibilidades de avanzar sobre Perú, al tiempo que hacía vulnerable esa
frontera, cuya custodia encargó a otro masón, Martín Miguel de Güemes, caudillo de Salta.
Mientras tanto, en Chile, los masones Bernardo O'Higgins y José Miguel Carrera
habían unido sus fuerzas para sostener la estratégica ciudad de Rancagua. Con su derrota a
manos de los realistas finalizaba la intentona independentista chilena del periodo
denominado la Patria Vieja (1810-1814). La caída de la Patria Vieja y la llegada a Mendoza
de los refugiados chilenos complicó los planes de San Martín, que esperaba atacar Perú
desde un Chile independiente y aliado; era prioritario, pues, liberar Chile.
San Martín decidió apoyarse en O'Higgins, con quien preparó el plan de invasión que
sería aprobado por los gobiernos de Gervasio Antonio de Posadas y de Juan Martín de
Pueyrredón. En Mendoza, durante tres años (1814-1817) y con pobres recursos, San Martín
organizó pacientemente el ejército con la ayuda de la población de los Andes.
Finalmente, en 1817 inició la gran campaña que habría de dar un giro nuevo a la
guerra, en el momento más difícil para la causa, cuando la insurrección estaba vencida en
todas partes con excepción de la Argentina. Superadas las cumbres andinas, el 12 de febrero
de 1817 derrotó al ejército realista al mando del general Marcó del Pont en la cuesta de
Chacabuco, y el 14 entró en Santiago de Chile. La Asamblea constituida proclamó la
independencia del país y le nombró director supremo, cargo que declinó en favor de
O'Higgins.
La renuncia de San Martín obedecía a que la masonería perseguía una meta mucho
más ambiciosa, ya que se trataba de una estrategia continental. Desde esa perspectiva más
amplia, la conquista de Chile era sólo un paso necesario: San Martín comprendió que para
sacudir el yugo español del continente era preciso conseguir el dominio naval del Pacífico y
la ocupación del virreinato del Perú, verdadero centro del poder realista. A partir de este
momento, los esfuerzos de San Martín se centraron en la organización de la gran escuadra
que había de transportar a las tropas libertadoras a Perú. Viajó a Buenos Aires a fin de
solicitar lo necesario para la campaña; sin embargo, lo que recibió fue la oferta de intervenir
directamente en las disputas internas del país, cosa que rechazó.
Finalizados los preparativos, la escuadra zarpó de Valparaíso (Chile) el 20 de agosto
de 1820, transportando un ejército de 4.500 hombres, y desembarcó en la playa de Paracas
(cerca de Pisco, Perú) el 8 de septiembre. San Martín intentó una negociación con el virrey
Pezuela, y luego con su sucesor, José de la Serna, con el que se entrevistó el 2 de junio de
1821. Ahí expuso su propuesta, que no eras otra que establecer un gobierno extranjero
unipersonal para la dominación, mediante un arreglo pacífico, que incluía la independencia
de Perú y la implantación de un régimen monárquico con un rey español (lo que representa
una réplica del Plan de Iguala, como lo veremos más adelante), ofreciendo a La Serna la
regencia interina. Fracasadas las negociaciones, San Martín ocupó Lima y proclamó
solemnemente la independencia (28 de julio), pese a que el ejército realista aún controlaba
gran parte del territorio virreinal.
Nombrado Protector de Perú, mientras enviados suyos gestionaban en las Cortes
europeas el establecimiento de una monarquía, la incertidumbre de su situación militar
contrastaba con la consolidación de Simón Bolívar en la Gran Colombia y la total liberación
de Quito tras la Batalla de Pichincha.
La ocupación de Guayaquil, ciudad reivindicada por Perú, fue el motivo inmediato
de la célebre entrevista entre San Martín con Simón Bolívar (julio de 1822), en la que había
de tratarse el futuro del continente y cuyo contenido exacto es aún objeto de múltiples
discusiones, pero que sin duda versó sobre el establecimiento de un Imperio encabezado
por Bolívar, a imagen y semejanza de Napoleón Bonaparte, lo que debió de desalentar a
San Martín; nada más regresar a Lima, y ante la creciente oposición peruana a su política,
convocó al Congreso y presentó la renuncia a su cargo de Protector (20 de septiembre de
1822), dos años antes de que la victoria de Ayacucho pusiera fin definitivamente a la
dominación española en Perú y en todo el continente.
Las reglamentaciones referentes a la organización de la Logia Lautaro son muy
probables que fueran similares a las de su filial chilena, ya que su constitución fue copiada
por O’Higgins, quedando fundamentada en ella su verdadero objetivo: independizarse de
España y organizar constitucionalmente al país.
Detrás de la frase “organizar constitucionalmente al país” se escondía que el
objetivo de esta logia era lograr la independencia de América, estableciendo un sistema
republicano unitario y un gobierno unipersonal. La primera filial de la Logia se fundó en
Cádiz (España) en el año 1811, con el nombre de Logia Lautaro que estaba inspirada en su
organización en las logias masónicas, y en su inicio fue dirigida por José de Gurruchaga.
En el ESTATUTO DE LA LOGIA LAUTARO1 se lee:
“Gemía la América bajo la más vergonzosa y humillante servidumbre, dominada con
cetro de fierro por la España y por sus reyes, como es notorio al mundo entero, y lo
han observado por tres siglos con justa indignación todas las naciones…Llegó por fin el
momento favorable en que disuelto el gobierno español por la prisión de su monarca,
por sus observaciones repetidas, por la ocupación de la España, y por otras
innumerables causas, la justicia, la razón y la necesidad demandaban imperiosamente
el sacudimiento de este yugo…Las provincias del Río de la Plata dieron la señal de
libertad: se revolucionaron, han sostenido por diez años su empresa con heroica
constancia; pero desgraciadamente sin sistema, sin combinación y casi sin otro
designio que el que indicaban las circunstancias, los sucesos y los accidentes. El
resultado ha sido haber dado lugar a las querellas de los pueblos, al extravío de la
opinión, al furor de los partidos y los intereses de la ambición, sin que los verdaderos
amigos de la patria pudiesen oponer a estos gravísimos males otro remedio que su
dolor y confusión”.

Muchos son los que han negado la participación de la masonería en las luchas
independentistas, sin embargo, la Logia establecía: “Este ha sido el motivo del
establecimiento de esta sociedad, que debe componerse de caballeros americanos, que
distinguidos por la liberalidad de las ideas y por el fervor de su patriótico celo, trabajen con
sistema y plan en la independencia de la América”, principio que coincidió en todos los casos
de la América aún española.
En el Estatuto de la Logia Lautaro, según copia de puño y letra de Bernardo
O’Higgins, Simón Bolívar, afiliado a la masonería, ya en 1805 juró en Roma que no
descansaría hasta liberar a su país de la dominación española. Y aunque carecía de

1 http://logialautarohistoria.blogspot.mx/2013/07/estatuto-de-la-logia.html se lee:
formación militar, Simón Bolívar llegó a convertirse en el principal dirigente de la guerra por
la independencia de las colonias hispanoamericanas.
En 1810, Simón Bolívar, aprovechando que la metrópoli se hallaba ocupada por el
ejército francés, se unió a la revolución independentista que estalló en Venezuela, dirigida
por Francisco de Miranda. Huyó del país en 1812. Tomó entonces las riendas del
movimiento, lanzando desde Cartagena de Indias un manifiesto que incitaba de nuevo a la
rebelión (1812).
En 1813 emprendió una segunda expedición militar, la “Campaña Admirable”, que
entró triunfante en Caracas; de ese momento data la concesión por el Ayuntamiento del
título de Libertador.
Aún hubo una nueva reacción realista, bajo la dirección de José Tomás Boves, que
reconquistó el país para la Corona española, expulsando a Bolívar a Jamaica (1814-1815).
Pero Bolívar lanzó una tercera revolución entre 1816 y 1819 que le dio el control efectivo
de gran parte del territorio; dos años después, tras una tregua, aseguraría la independencia
de Venezuela al derrotar a los españoles en la batalla de Carabobo (1821).
Bolívar, de acuerdo con su ambición y la masonería, soñaba con formar una gran
confederación que uniera a todas las antiguas colonias españolas de América, inspirada en
el modelo de los Estados Unidos. Por ello, no satisfecho con la liberación de Venezuela,
cruzó los Andes y venció a las tropas realistas españolas en la batalla de Boyacá (1819), que
dio la independencia al Virreinato de Nueva Granada (la actual Colombia).
Reunió entonces un Congreso en Angostura (1819) que elaboró una Constitución
para la nueva República de Colombia, la cual llegaría a englobar lo que hoy son Colombia,
Venezuela, Ecuador y Panamá. El mismo Simón Bolívar fue elegido presidente de esta «Gran
Colombia». Luego liberó el territorio de la Audiencia de Quito (el actual Ecuador) en unión
de Antonio José de Sucre, tras imponerse en la batalla de Pichincha (1822).
Para entonces existía en Nueva Granada un importante foco de resistencia
revolucionaria contra las tropas de Morillo en los llanos de Casanare, zona contigua a los
llanos de Apure y del Arauca, donde algunos de los revolucionarios neogranadinos más
comprometidos se retiraron para resistir la violencia de la Contrarrevolución del
comandante militar Sámano al mando de Santander, a quien Bolívar ascendió al grado de
Brigadier y lo nombró Comandante militar de la División de vanguardia.
Ambos habían elaborado un plan en el que Santander debía preparar la provincia de
Casanare, unificar a los guerrilleros del sur y dar informes a Bolívar sobre las tropas
españolas para iniciar la invasión de la Nueva Granada.
Junto con los preparativos militares también se realizaban acciones políticas
importantes. Para despejar cualquier duda sobre la participación extranjera en la
“independencia” de América, el 21 de enero de 1819 llegaron a Angostura dos buques
británicos, el Perseverance y el Tartare con un cuerpo de voluntarios que fue conocido como
la Legión Británica para apoyar a Bolívar y el 15 de febrero de 1819, el Libertador reunió el
Congreso de Angostura.
La constitución proyectada por Bolívar adoptaba el régimen unitario, pero
consideraba un presidente vitalicio a la cabeza del poder ejecutivo, el cual sería nombrado
por primera vez por el congreso constituyente y tendría facultad para proponer al cuerpo
legislativo a la persona que desempeñaría el cargo de vicepresidente, éste, a su vez,
sucedería al presidente cuando por muerte u otra circunstancia, el primer mandatario
cesare en sus funciones.
Bolívar dividía el poder legislativo en tres cámaras: tribunos, senadores y censores,
cargos que también eran vitalicios y quienes lo desempeñaban debían velar por el
cumplimiento de la constitución. Apartándose totalmente, de la división de tres poderes, el
“Libertador” proponía un cuarto poder denominado “poder electoral”.
El 9 de diciembre, en conmemoración de la batalla de Ayacucho, se juró la
Constitución vitalicia. La asamblea constituyente entró en receso en diciembre de 1826,
determinando que el primer congreso legislativo se reuniría el 6 de agosto de 1828; entre
tanto Sucre, como presidente, era el encargado de implantar el régimen constitucional y
citar a la asamblea en caso extraordinario, con lo que se le revestía de un poder omnímodo
que era ejercido bajo la tutela de Bolívar2.
En aquel mismo año Simón Bolívar llevó a cabo la reunión a la que nos referimos
anteriormente, con José de San Martín en Guayaquil, quién había liberado Chile de los
españoles y penetrado en Perú hasta ocupar la capital, sin lograr pese a ello la rendición de
los realistas. Se trataba, como se mencionó, de estudiar la forma de cooperar en la
liberación del Perú, pero ambos dirigentes chocaron en sus ambiciones y en sus
apreciaciones políticas; San Martín, que se inclinaba por crear regímenes monárquicos
encabezados por príncipes europeos, renunció a entablar una lucha por el poder (poco
después se marcharía a Europa), dejando el campo libre a Bolívar.
Bolívar pudo entonces ponerse al frente de la insurrección del Perú, último bastión
del continente en el que, aprovechando las disensiones internas de los rebeldes, todavía
resistían los españoles. Tras derrotarlos en Junín (agosto de 1824), en diciembre de 1824
obtuvo la más decisiva de sus victorias en la batalla de Ayacucho, que determinó el fin de la
presencia española en Perú y en toda Sudamérica. Los últimos focos realistas del Alto Perú
fueron liquidados en 1825, creándose allí la República de Bolívar (actual Bolivia).
Bolívar, presidente ya de la “Gran Colombia” (1819-1830), lo fue también de Perú
(1824-1826) y de Bolivia (1825-1826), implantando en estas dos últimas Repúblicas un
modelo constitucional llamado “monocrático”, con un presidente vitalicio y hereditario. Sin
embargo, los éxitos militares de Bolívar no fueron acompañados por logros políticos
comparables. Su tendencia a ejercer el poder de forma dictatorial despertó muchas

2http://www.educa.com.bo/independencia-de-bolivia/la-constitucion-vitalicia#sthash.9Y9IDGkQ.dpuf
reticencias; y el ambicioso proyecto de una gran América unida, chocó con los sentimientos
particularistas de los antiguos virreinatos, audiencias y capitanías generales del imperio
español, cuyas oligarquías locales acabaron buscando la independencia política por
separado3 .
Francisco de Miranda, precursor del movimiento de emancipación de
Hispanoamérica (Caracas, 1750 - San Fernando, Cádiz, 1816), era hijo de un comerciante
canario que había hecho fortuna en Venezuela. Miranda estudió en la Universidad de
Caracas y se alistó en el ejército español en 1771. Combatió en el norte de África, en las
Antillas y en la intervención contra Gran Bretaña durante la Guerra de Independencia de los
Estados Unidos (1780-81).
Antes de ser desterrado al norte de África, consiguió huir y se lanzó, por lo que le
quedaba de vida, a luchar contra la dominación colonial española en su país. Recorrió
Europa y Estados Unidos defendiendo la causa de la independencia hispanoamericana, a
imagen de lo que habían hecho las antiguas colonias británicas del continente. Su
pertenencia a la masonería le facilitó el contacto con las personalidades más relevantes del
mundo, a través de las logias europeas y americanas.
Durante su estancia en Francia, se adhirió a la Revolución, que le nombró general, y
prestó sus servicios para la conquista francesa de los Países Bajos (1792-93), pero perdió el
empleo por un conflicto con Dumoriez. Fue perseguido por el Comité de Salvación Pública
durante el Terror (1793), pero se salvó de la guillotina por la caída de Robespierre. Luego
presidió una junta de representantes de las colonias españolas de América (fundada en
París en 1797), que respaldó su campaña en busca de apoyos internacionales.
En 1806 regresó a Venezuela, habiendo conseguido promesas de ayuda por parte de
la zarina Catalina II de Rusia, el presidente americano Jefferson y, sobre todo, el Joven Pitt,
primer ministro de Gran Bretaña, de cuyos intereses geoestratégicos se convirtió en agente.
Miranda pretendía formar un único Estado americano independiente desde el
Mississippi hasta la Tierra del Fuego, para el cual había proyectado una constitución, ideado
un nombre – Colombia - e incluso diseñado una bandera (la actual de Colombia, Venezuela
y Ecuador). Pero su primer intento de desembarcar en Ocumare fue rechazado por el
capitán general de Venezuela; y un segundo desembarco en Coro no despertó la adhesión
que esperaba por parte de los criollos, por lo que regresó a Europa en busca de refuerzos
(1807).
La invasión de España por las tropas de Napoleón en 1808 creó en las colonias
americanas una situación de desconcierto y vacío de poder, que los “independentistas”
aprovecharon para lanzar su revolución con más garantías de éxito: Miranda fundó el
periódico “El Colombiano”, desde el cual coordinó los movimientos revolucionarios que
estallaron simultáneamente y con características semejantes en toda Hispanoamérica en

3 . http://www.biografiasyvidas.com/biografia/b/bolivar.htm
1810; en aquel año regresó a Venezuela, a instancias de Bolívar y de la junta revolucionaria
formada en Caracas.
Un Congreso proclamó la independencia de Venezuela al año siguiente, adoptando
una Constitución inspirada en la de los Estados Unidos. Miranda fue puesto al frente del
ejército rebelde y se proclamó dictador para detener el contraataque español (1812), pero
fue derrotado y capituló sin consultar a sus propios compañeros en aquel mismo año;
desacreditado por sus errores políticos y militares, y enfrentado tanto a los republicanos
radicales como a los terratenientes conservadores, fue arrestado por Bolívar y entregado a
los realistas, que le enviaron preso a España, donde murió4.
Así se había evidenciado en los años anteriores por los contactos de Francisco
Miranda con el gobierno inglés y con personajes como el comodoro Home Popham. Hacia
1800 el general escoses Sir Thomas Maitland había elaborado un plan para atacar el poder
español en América del Sur que incluía el control previo de Buenos Aires y el ataque al Perú
a través de Chile mediando un cruce militar de la Cordillera de los Andes.
El investigador Rodolfo H. Terragno, que descubrió el original de dicho plan en un
archivo de Edimburgo, expone como posible que San Martín haya conocido aquel proyecto
a través de sus contactos ingleses o escoceses.
Vinculada a la activa y pública Sociedad Patriótica seguidora del ideal morenista, la
Logia ejerció fuerte influencia política hasta 1820. Su existencia y actuación en el Plata
fueron ya reveladas en el siglo pasado por las investigaciones de Bartolomé Mitre, quien
escribió en su Historia de San Martín: “De 55 miembros que formaron parte de ella en
aquella época cuatro fueron fundadores, a saber: San Martín, Alvear, Anchoris y Zapiola,
que de ellos 24 eran del partido personal de Alvear y 13 de San Martín, que tres formaban
parte del poder ejecutivo y 26 de la Asamblea Constituyente del año XIII…”5
Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios y Blanco nace en
Caracas la medianoche del 24 de julio de 1783, quien fue Q.´.H.´. Masón, fiel y practicante,
llegando al Grado 33º de la Masonería.
Simón Bolívar, el “Alfarero de Repúblicas”, el Genio de América, el fundador de
“Conciencia Ciudadana” y el Libertador de siete Repúblicas: Venezuela, La Florida,
Colombia, Panamá, Ecuador, Perú y fundador de Bolivia, fue un ilustre masón que
fundamentó su lucha por la independencia enarbolando los valores de Libertad, Igualdad y
Fraternidad, como resumió en uno de sus pensamientos:
Miembro de una de las familias aristocráticas más influyentes y adinerada del
Continente, fueron sus padres: Juan Vicente Bolívar y María de la Concepción Palacios, de
rico abolengo mantuano afectivos a la Corona, y por consiguiente defensores de los

4http://www.biografiasyvidas.com/biografia/m/miranda.htm
5Historia Argentina Tomo I Desde La Prehistoria Hasta 1829.
http://historiaybiografias.com/logia_lautaro/
derechos del rey de España, al igual que sus dos hermanas: María Antonia y Juana
Nepomucena Bolívar. No así su hermano mayor Juan Vicente, quien murió en un naufragio
en 1811 de regreso de Estados Unidos a Venezuela.
Huérfano de padre a los tres años, fue influenciado por el maestro Simón Rodríguez,
aunque no ha sido asegurado, Rodríguez fue un hermano masón que lo llevó de la mano
para introducirlo en la fraternidad allá en Europa.
Algunos estudiosos aseguran que Simón Bolívar ingresó a la Masonería a los 21 años,
en Cádiz, en su segundo viaje a Europa.
Se sabe, que en una reunión en París, en la casa de Fanny Duvillard, Bolívar conoció
al sabio naturalista Alexander de Humboldt, quien quedó fascinado por la mente brillante
del joven Simón, luego de lo cual le regaló un libro sobre “Los Altos Grados de la Masonería”,
lectura que debió despertar su interés por las Sociedades Secretas, lo cual fue muy
alentador para el venezolano, ya que en la Masonería, y en la Orden de los Templarios,
conoció a grandes personalidades de la ciencia, la política y la filosofía universal, donde se
podían discutir temas vedados por la inquisición católica que adoctrinaba las monarquías
europeas.
Bolívar hizo intensa vida masónica en París, donde participó activamente en la Logia
San Alejandro de Escocia, seguramente llevado de la mano de su maestro Simón Rodríguez,
luego que ambos hicieron un recorrido a pie desde París hasta Milán, donde vio la
coronación de otro masón: Napoleón Bonaparte. Y como se sabe, de acuerdo con el rito
francés, para entrar a la Logia debía ser de la mano de un masón. El 7 de enero de 1806
Bolívar hace su juramento ante los iniciadores de la masonería, términos filosóficos que
sugiere “Arquitecto de una Moral Universal y Constructor del Templo Espiritual Invisible”.
En el acta en que fue iniciado como masón aparece con firma autógrafa de Bolívar, donde
consta su ascenso a “COMPAÑERO DE LA ORDEN EN SEGUNDO GRADO”, Logia Saint
Alexandre D’Escosse, de París. Fue proclamado Caballero Compañero Masón de la
Respetable Madre Logia Escocesa de San Alejandro de Escocia.
La francmasonería, al igual que otras sectas secretas, es una asociación universal que
tiene como principios declarativos el ser filantrópica, filosófica y progresiva, que procura
inculcar en sus adeptos el amor a la verdad, el estudio de la moral universal, de las artes,
los sentimientos de abnegación, filantropía y la tolerancia religiosa; que tiende a extinguir
los odios de raza, los antagonismos de nacionalidad, de opiniones, de creencias y de
intereses; uniendo a todos los hombres por los lazos de la solidaridad y confundiéndolos en
un tierno afecto de mutua correspondencia, todo lo cual suena fascinante, pero los hechos
históricos han demostrado una concepción del mundo totalmente contraria.
Para el joven Bolívar fue gratificante saber que la masonería tuvo una clara influencia
en la revolución e independencia norteamericana, tanto como en la redacción de su
Constitución por parte de Washington, Jefferson y Benjamín Franklin, insignes masones. Es
por esta razón, que en el billete de un dólar está representado el símbolo de la masonería:
la pirámide, el ojo de Horus, y el Nuevo Orden Mundial, como la meta de la realización y
consumación de un gobierno.
También la masonería fue determinante en la Revolución Francesa de 1789, donde
participaron destacados líderes de la Orden y que extrajo de la Logia su ornato simbólico:
Libertad, Igualdad y Fraternidad, términos que también enarboló la Revolución Bolivariana.
Entre 1804 – 1805 fue, en efecto, la época más nítida de la masonería: Los príncipes,
los militares, los mariscales de Francia, los oficiales, los magistrados y en general todos los
hombres notables por su gloria o considerables por su situación, ambicionaban ser
iniciados.
La tarde del 15 de agosto de 1805, en el Monte Sacro, una de las siete colinas de
Roma, junto a su Maestro, don Simón Rodríguez, habría de reiterar su juramento y su fervor
de consagrar su vida a la causa de la Independencia Hispanoamericana.
“Juro delante de usted, juro por el Dios de mis padres, juro por ellos, juro por mi
honor y juro por mi patria, que no daré descanso a mi brazo, ni reposo a mi alma, hasta que
haya roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder español”.
Su vida fue efímera desde 1826 hasta su muerte en 1830. El 6 de diciembre de 1830,
Bolívar muere fusilado por hermanos que traicionaron el juramento masón, aun cuando la
historia borró la conspiración con la mentira de una tuberculosis, el 17 de diciembre en San
Pedro Alejandrino, a cinco kilómetros de Santa Marta, en Colombia, adonde se dice que
había llegado el día primero en el bergantín nacional “Manuel”, desembarcando a las 7:30
de la noche, pero existe la versión de que la Bitácora de una nave de guerra de Estados
Unidos, “La Grampus”, tienen una anotación muy distinta donde se devela la Conspiración
para su asesinato ordenado por otro hermano masón, el Presidente de Estados Unidos
Andrew Jackson.
El historiador masónico venezolano, Celestino B. Romero, con fehaciente
documentación, comprobó que, en 1823, por intermedio del Gran Comisionado Joseph
Gernau, el Soberano Gran Consistorio de Jefes de la Alta Masonería de Estados Unidos
otorgó el Grado 33º a Simón Bolívar, como escribió otro insigne hermano masón, el
escritor Miguel de Unamuno.
Un tema que ha sido cuestionado es si Bolívar dejó de ser masón, como respuesta al
atentado del 28 de septiembre de 1828, cuando hermanos masones se confabularon para
asesinarlo. En respuesta al atentado, el 8 de noviembre de 1828, el Libertador emitió un
decreto prohibiendo la masonería en Colombia, alegando que las Sociedades Secretas de
Nueva Granada, servían solamente para preparar los trastornos públicos, turbando la
tranquilidad y el orden establecido; que ocultando ellas todas sus operaciones con el velo
del misterio, hacen presumir fundadamente que no son buenas, ni útiles a la sociedad. Este
decreto fue promulgado 1 mes y 13 días después del atentado en Bogotá.
El cumanés Antonio José de Sucre, El Gran Mariscal de Ayacucho, fue asesinado en
la ruta de Berruecos el 4 de junio de 1830, en momento en que Simón Bolívar se dirigía a
Santa Marta al frente de un ejército de dos mil hombres para invadir a Maracaibo, en
diciembre de ese año. Sucre fue un masón, como otros que pertenecían a la
Francmasonería, como Bernardo O’Higgins en Chile, y José de San Martín. Bolívar por su
manera de pensar, de redactar y poner en práctica sus pensamientos, era indiscutiblemente
masón6.

CAPÍTULO II: LA FICTICIA INDEPENDENCIA


DE MÉXICO
México había apenas cumplido un año de aparente vida independiente (1822)
cuando una sombra amenazante llegaba desde el norte; se trataba de un enviado del
gobierno estadounidense cuyos objetivos eran muchos. Dos de los más importantes eran
desestabilizar al gobierno de Iturbide, y el otro allanar el camino para hacer crecer el
territorio de EU a costa del de México.
Durante el primer año de gobierno “independiente” de México, Agustín de Iturbide
había tomado las riendas del poder y meses más tarde ante la imposibilidad de gobernar
junto con el Congreso resolvió disolverlo para gobernar a placer. México se movió entonces
entre la disyuntiva de elegir: continuar con el arcaico e ineficiente modelo español
(conservador) o adoptar el modelo franco-estadounidense (liberal).
En esta tesitura se encontraba el país a la llegada de Joel R. Poinsett. Los Estados
Unidos aún no había reconocido a México como nación independiente por lo cual tenían
herramientas para presionar a Iturbide a plegarse a sus exigencias; así, continuarían con su
juego entre reconocer a España como dueña de México o a este último como nación
“independiente” (EU envió su primer embajador a la Ciudad de México 4 años después de
haberse “independizado”).
La propuesta de Poinsett era adquirir las provincias de Texas, parte del Nuevo reino
de León, Coahuila, Sonora, la Alta y la Baja California, así como Nuevo México (más de 3
millones de Km2). En aquella época los territorios de México y de los EU tenían una
extensión similar.
Hacía solo 4 años (1819) EU había negociado con el famélico gobierno de Madrid la
cesión de la Nueva España a los EU del territorio de Oregón (que comprende los actuales
estados de Idaho, Washington y Oregón y parte de la provincia de Columbia Británica).

6 http://guiascostarica.info/independencia-de-costa-rica/
Durante los años de estancia de Poinsett en México, éste dedicó buena parte de su
tiempo a viajar por diferentes regiones del país para conocer sus caminos, poblaciones,
accidentes geográficos y otros datos que a la postre les sirvieran a sus connacionales para
la invasión que ocurriría 20 años después. Como guía para esos recorridos utilizó el 'Ensayo
político del Reino de la Nueva España' del masón alemán Alexander Von Humboldt de 1804.
Iniciando sus actividades desestabilizadoras, Poinsett motivó a Santa Anna a
levantarse en armas contra el Gobierno de Iturbide. Tras la caída de éste, Poinsett presentó
finalmente sus credenciales como Embajador al nuevo presidente Guadalupe Victoria a
quién propuso de nueva cuenta revisar los límites entre las 2 naciones. El presidente
Victoria se negó a escuchar la mínima mención de este asunto. Viendo lo fallido de su
intento y siguiendo instrucciones de su Gobierno, fundó la logia Masónica de los Yorkinos
para contrarrestar las logias 'escocesas' que ya existían y que tenían vínculos con España.
La inquietud social que creó la institucionalización del modelo de gobierno
estadunidense contra el español caló en la población creándose conflictos militares. Ante
el desorden político creado por Poinsett, hubo algunos grupos que incluso pensaron en que
España podría reconquistar a México.
Poinsett promovió que el presidente Victoria, ante la creciente idea de la
reconquista de México por España entre los españoles que vivían en México, optara por
expulsarlos del país (1827).
Al llegar el final de cuatrienio del presidente Victoria (1824-28) las elecciones
presentaban a 3 candidatos: Manuel Gómez Pedraza por el partido del presidente, Vicente
Guerrero por los Yorkinos y Anastasio Bustamante por los masones escoceses.
El triunfo correspondió a Gómez Pedraza, sin embargo, el partido de Poinsett (el
Yorkino) no quedando satisfecho con el resultado promovió una rebelión que inició en
Oaxaca y terminó tomando el Zócalo de la Ciudad de México, con lo cual el presidente
Victoria se vio obligado a transigir.
Vicente Guerrero ocupó entonces la Presidencia de la República para el periodo
1829-1832 (fiel reflejo de la herencia educativa española, Guerrero no sabía leer). Cinco
meses esperó Poinsett para presentar nuevamente, pero ahora a Guerrero, las
pretensiones de su Gobierno, solo que ahora, viendo los resultados negativos de los 40 años
anteriores quiso 'simplificar' su propuesta: adquirir solamente la pequeña provincia de
Texas.
Entre otras dificultades que debió enfrentar el presidente Guerrero estuvo el intento
de reconquista que el General español Barradas inició atacando el puerto de Tampico; el
vicepresidente Bustamante terminó fácilmente con la invasión española y, ya triunfante,
retó al presidente Guerrero quien, sin la suficiente tropa que le ayudase a resistir en Palacio
Nacional, decidió abandonar la Ciudad de México huyendo a sus conocidas montañas del
sur (del hoy estado de Guerrero). El candidato que Poinsett apoyaba había sido entonces
destituido.
Así, asumió la Presidencia Bustamante quien, conocedor de todas las desgracias que
Poinsett había ocasionado en México desde el primer día de su llegada al país, ordenó al
segundo día de su Presidencia su expulsión.
En otra de tantas intromisiones de Poinsett, éste saboteó hasta donde pudo el
desarrollo del Congreso Hispanoamericano que Simón Bolívar organizó en la Ciudad de
Panamá, Colombia (1826) e intentó organizar una invasión mexicana a Cuba (aún entonces
posesión española).
La semilla de la discordia que Poinsett sembró entre los mexicanos durante los 8
años que permaneció en México fue lo suficientemente efectiva para continuar
desestabilizando al país, sus acciones ayudaron a complicar su vida política y a
empobrecerlo.
Así, con el camino allanado, pasarían solo 6 años para que los Texano-
estadunidenses declararan su independencia y 11 más para que los EU invadieran por 2
años a México hasta despojarlo de su territorio.
El despertar de México como supuesta nación independiente, fue en extremo difícil:
once años de guerra más el maleficio de la herencia política y racial de España eran dos
losas demasiado pesadas para la joven nación. El 'ingrediente estadounidense' vendría a
complicar y desestabilizar aún más sus primeros años de vida independiente; a los vecinos
del norte les convenía muchísimo tener a un vecino confundido y pobre para así, obtener
grandes beneficios7.
En una corta digresión diremos que desde la conquista, la lucha en contra del yugo
español adquirió perfiles dramáticos, toda vez que no perdió su carácter genuinamente
españolizante aún en los momentos de mayor excitación, ya sea en plena época colonial,
durante la invasión francesa a España en 1808, después del grito de Dolores Hidalgo y con
mucha mayor razón, durante el Imperio de Agustín de Iturbide, el monarquismo y luego el
fernandismo van de la mano con una deformada independencia que parece marcar la
esencia de nuestro ser nacional aun actualmente.
La historia reseña que, entre los diferentes planes y proyectos para liberar a nuestro
país en el siglo XIX, son numerosas las oportunidades en que se emplea como bandera al
monarca español Fernando VII, nada menos que para conseguir la independencia del mismo
Estado español. Tales son los casos del pronunciamiento de Iturrigaray en 1808, de la Junta
de Zitácuaro en 1812, del mismo proyecto de Miguel Hidalgo y desde luego del Plan de
Iguala y los Tratados de Córdoba, impulsados por Iturbide en 1821.
Lo que debe llamar la atención es que, a escasos años de haberse realizado la
conquista, existen lances de nacionales, que, cuestionando severamente la política de

7 http://exploramex.com/epocaIndep/JPoinsett.htm
continuas exacciones y franca arbitrariedad española, los conquistados, después de
consumar acciones espectaculares en contra de sus opresores, igualmente se pliegan a sus
designios, cuando que no, adoptan resoluciones lamentables como la misma de llegar a
quitarse la vida.
Del mismo modo es de hacer notar la similitud entre el plan del Conde de Aranda
con el Plan de Iguala, el primero a fines del siglo XVIII en que se proponía al monarca
español, ante el peligro que se adivinaba por la reciente independencia de los Estados
Unidos de Norteamérica, la idea de simular la “independencia” del resto de América
creando tres reinos, ofreciéndole la corona de cada uno de ellos a sus tres infantes, los
cuales en su nombre continuarían explotando estas tierras en favor del monarca, todo ello
con el Plan de Iguala de 1821, en que se le ofrece la corona del Imperio a Fernando VII o a
cualquiera de sus descendientes.
No debe perderse de vista que este colonialismo cultural que se refleja en el ámbito
político (ofrecer el poder a un representante extranjero) es el resultado de trescientos años
de dominación española, que creó una conciencia de sumisión entre las élites criollas y
mestizas.
Para los pueblos nativos las diferentes reacciones ante la explotación y excesiva
tributación se dan por un lado entre quienes absurdamente toman la decisión de matar a
sus hijos y matarse ellos, antes que aceptar las órdenes de los peninsulares; mientras que
otros, ya sean autóctonos o mestizos o mulatos, concluyen con la completa sumisión hacia
quienes venían a destronar: al rey de España y a la religión.
Tales casos, en plena dominación colonial, ocurren por ejemplo en la provincia de
Culiacán, en el actual estado de Sinaloa, en el año de 1535, en donde los habitantes se
rebelaron contra los excesos en el cobro de los tributos y contra la política de Nuño de
Guzmán y sus hombres, de errar como esclavos a cuantos hombres quisieran; aquellos
principales que se tardaban (a decir de los españoles) en la recaudación de los tributos, se
veían obligados a pagar con sus hijos este retraso además de ser condenados a morir tras
penoso martirio, los excesos trajeron como consecuencia un alzamiento general en la
provincia, en donde los habitantes quemaron todos los pueblos huyendo a los montes,
“matando a sus propios hijos si no podían llevárselos”.8 Otro ejemplo lo tenemos en los
otomíes, quienes siguiendo un camino parecido y encontrándose dispersos en las serranías,
fueron obligados a congregarse por medio de un decreto emitido en 1591 por el virrey.
Cumpliendo sus órdenes, fueron obligados a vivir en la llanura hombres habituados a las
serranías “...ello lleva incluso a algunos hombres a matar a su familia para, acto seguido,
suicidarse.”9

8 Soriano Hernández, Silvia, Lucha y resistencia Indígena en el México Colonial, UNAM, México 1994, 385 PP., p 241.
9 Silvia Soriano óp. cit. p 254.
En otros casos tenemos a Tehuantepec, en donde la reivindicación no sólo fue para
terminar con el mal trato, sino contra la avaricia del tributador. No sólo lucharon contra el
recaudador de tributo a quien asesinaron, sino que trascendieron eligiendo un gobernador
entre los mismos aborígenes. “En la región de Tehuantepec (Manso Contreras, 1983;
González Obregón, 1976) aparentemente sometida.” se derrama la gota que causara la
tormenta de la rebelión; la importancia de este movimiento radica en que en plena época
colonial lograron imponer durante poco más de un año, su independencia de los españoles
“dando el mal ejemplo a los demás.” Su objetivo final no era destruir al opresor que tenían
frente a ellos “era acabar con cuanto español se acercara con el propósito de implantar
nuevamente su dominio sobre los indios; invitaron incluso a las comunidades cercanas a
unírseles – obteniendo respuesta afirmativa en varias de ellas – eligiendo sus propias
autoridades”, pero la falta de claridad en sus objetivos quedó evidenciada en una carta
enviada al virrey por los gobernantes y alcaldes en la que expusieron su queja, justificando
el asesinato del alcalde mayor pero reiterando su lealtad a la Corona “elegimos gobernador
en nombre de Su Majestad, porque no se entienda somos rebeldes y negamos la obediencia
a nuestro Rey y Señor, sino que estamos prontos a sus mandatos, como fieles vasallos”.10
En la ciudad de México, racionado el grano con el que especulaban las autoridades
reales, la muchedumbre compuesta en su mayoría de naturales, pero también por mestizos
y mulatos, debía hacer largas filas en la alhóndiga para comprar a precios altísimos un poco
de grano “uno de los dependientes maltrató severamente a una mujer con lo que el ánimo
descompuesto se tornó incontrolable”. La gente acudió a la casa del arzobispo para exigir
justicia, dirigiéndose a apedrear el palacio del virrey al que prendieron fuego “No parecía
un movimiento planeado, la espontaneidad de las masas fue la característica de esta
rebelión frente al hambre que les agobiaba, se afirma que incongruentemente el tumulto
gritaba ‘¡viva el rey!’ ‘¡Muera el mal gobierno!’” Se dice que este movimiento de la ciudad
de México tuvo repercusiones en Guadalajara y en Tlaxcala, donde también se vivieron
motines...con el posterior castigo a los indígenas”.11
El caso extremo de esta breve relación lo llevaron a cabo los tarascos, en Michoacán,
los cuales, se afirma, nunca dieron muestra de ofrecer la mínima resistencia ante la invasión
extranjera, por el contrario, cuando contemplaron la destrucción de la gran Tenochtitlan,
inmediatamente se ofrecieron como amigos y aliados de los recién llegados; no se
opusieron al tributo ni a los servicios personales. La actitud servil del gobernador tarasco
quien presto se bautizó y cambió sus creencias por las de los conquistadores, llevó a los
aztecas a llamarlo con el sobrenombre burlón de ‘Caltzontzin’ por su excesiva docilidad. No
obstante “cuando las tropas de Nuño de Guzmán pasaron por Michoacán, en el año de
1530...de nada le valió al cacique tarasco su sobrada obediencia y fidelidad; ante los

10 Manso Contreras en Silvia Soriano Hernández óp. cit. PP. 244-245.


11 Silvia Soriano óp. cit. p 256.
requerimientos de oro por parte de los conquistadores, que no se contentaban con nada,
le torturaron mandándolo quemar vivo...desilusionados ante la muerte de su cacique,
decidieron huir a los montes renegando del cristianismo y retornando a sus antiguas
creencias”. Hubo de intervenir Vasco de Quiroga, quien “con su amplia experiencia,
logró...bajar a los indios de las montañas para formar nuevamente poblados cristianos de
paz”.12
Contando estos breves casos, es consecuente concluir que los intentos a favor de
una independencia estaban cargados de una fuerte dosis de sumisión a la Corona española,
cuando no, se llegaba a la autoflagelación, pero en ambos se observa que los lazos de
dependencia salían a final de cuentas fortalecidos.
Por otra parte tenemos que cuando Estados Unidos obtuvo su independencia y fue
firmado el Tratado de Paz ajustado en Paris en 1783, sobrevinieron para nuestro país
nuevos infortunios (que nos llevaron posteriormente a la pérdida de más de la mitad de
nuestro territorio), pero la estrecha visión de los europeos, sin ir al fondo del asunto y
viendo en su exclusivo beneficio, idearon un ingenioso plan, comentado líneas arriba, que
se resume en el “Dictamen reservado” del Conde de Aranda y que dirigió al rey de España
en el que después de alertar sobre que “Las colonias Americanas han quedado
independientes” el autor se lamenta “este es mi dolor y recelo...ha nacido pigmea porque
la han formado y dado el ser dos potencias como son España y Francia, auxiliándola con sus
fuerzas para hacerla independiente”13

“Engrandecida...(es posible que) sus primeras miras se dirijan a la posesión entera de


las Floridas...Dado este paso, no sólo nos interrumpirá el comercio con México siempre
que quiera, sino que aspirara a la conquista de aquel vasto Imperio, el cual no
podremos defender desde Europa...(por todo lo cual) propone el plan siguiente: Que
vuestra Majestad se desprenda de todas las posesiones del continente de América,
quedándose únicamente con las Islas de Cuba y Puerto Rico...(posteriormente) se
deben colocar tres infantes en América: el uno del rey de México, el otro del Perú y el
otro de los restantes de Tierra Firme, tomando Vuestra Majestad el título de
Emperador...Que el rey de Nueva España le pague anualmente...una contribución de
los marcos de plata o barras para acuñarlo en moneda en las casas de Madrid y
Sevilla...que dichos soberanos casen siempre con infantes de España o de su
familia...de modo que subsista siempre una unión indisoluble entre las cuatro
coronas...que se consideren como una en cuanto a comercio recíproco...apenas los tres
soberanos tomen posesión...harán tratados formales de comercio con España y
Francia, excluyendo a los ingleses”14

12 Riva Palacio, citado por Silvia Soriano óp. cit. PP. 272-273
13 José María Luis Mora México y sus revoluciones 3 v, París Librería Rosa, 1836, III 275-283 en Historia Documental de
México UNAM Tomo II De la Torre Villar, Ernesto, UNAM, p 18.
14 Ibidem, Historia Documental, pp 19-20
De este documento llama la atención lo que se encontraba en el fondo de la
propuesta, que no era otra cosa que la defensa de los intereses de los peninsulares, pero
además es relevante la sugerencia de crear un imperio (la misma propuesta de Iturbide años
después).
De tal suerte que cuando Napoleón invade España y aprehende a Fernando VII
colocando en su lugar a su hermano José, la incertidumbre hace presa a los peninsulares
dueños del monopolio comercial, en el que encontrándose con un poder ya hecho, se
deciden a conspirar, comenzando por el mismísimo virrey Iturrigaray, quien con Azcarate y
Primo Verdad, sin romper con su estrechez de miras y viendo en su exclusivo y particular
beneficio, plantean tanto la independencia de las cortes españolas como de Francia, pero
sin dejar de reconocer a Fernando VII como soberano. La convocatoria del ayuntamiento
de la ciudad de México a una Junta de Gobierno con facultades limitadas insólitamente dice
defender la soberanía popular bajo estos principios.
El Plan de Independencia de Fray Melchor de Talamantes15 (quien según Lucas
Alamán “vivía fuera de su convento, frecuentando las casas de juego y petardeando para
hacerse de dinero”16) que data del año de 1808, en la parte sustancial nos habla de un
Congreso Nacional Americano que actuará bajo los puntos siguientes: “1.- Nombrar al virrey
capitán general del reino y confirmar en sus empleos a todos los demás. 5.- Suspender al
tribunal de la Inquisición la autoridad civil, dejándole solo la espiritual. 7.- Conocer y
determinar los recursos que las leyes reservan a su majestad. 13.- Nombrar embajador que
pase a los Estados Unidos a tratar de alianzas y pedir auxilios. Hecho todo esto, debe
reservarse para la última sesión del Congreso Americano, el tratar de la sucesión a la corona
de España y de las Indias.”
Para los europeos que habitaban en la Nueva España, según Alamán, la cuestión
estaba decidida, “pues habiendo en la península una autoridad que gobernase en nombre
de Fernando VII, les bastaba para creer que debía ser reconocida.”17 Tanto el virrey como
los licenciados Azcarate y Verdad que dirigían el ayuntamiento, “estaban en la persuasión
de que España no podría resistir a los franceses...Era pues, el plan de los individuos
influyentes en la municipalidad, aprovechar las circunstancias en que España se hallaba para
hacer la independencia” más como Alamán, la opinión no estaba de ninguna manera
preparada para ello, “este plan no podía presentarse a las claras, por estar muy arraigada
en los ánimos del pueblo la fidelidad del monarca” por lo mismo se planteaban una junta
nacional que ejerciese la soberanía “y a poco andar, a favor de las circunstancias, la
independencia quedaría hecha por sí misma” Sin embargo Alamán nos hace la aclaración
muy pertinente de que el Licenciado Azcarate “en artículo de muerte, hizo una solemne

15 Tomado de Hernández y Dávalos en Historia Documental de México óp. cit. PP. 28-29.
16 Alamán Historia de Méjico T I, p 112
17 Lucas Alamán Historia de México Tomo I Libros del bachiller Sansón Carrasco, México 1985, p
protesta de sus intenciones y fidelidad acendrada a Fernando VII”18, con lo cual el supuesto
antifernandismo de la conspiración queda sepultado.
La siguiente pieza que nos dedica D. Lucas Alamán en su Historia de Méjico, aparte
de denotar la ambición de poder por parte de los europeos (llamada eufemísticamente
‘empleomanía’) y de que su fernandismo no rebasaba ni por mucho los límites de un
oportunismo muy conveniente al momento, revela que los intereses económicos y
comerciales buscaban afanosamente aprovecharse de la situación: “El alcalde de corte Villa
Urrutia, único que en todo esto obraba de buena fe, sospechaba que el virrey (Iturrigaray)
no tenía más plan que ‘hacerse de cartas de todos palos’ para conservarse a todo trance en
el puesto...(Cuando la) goleta francesa de guerra ‘Vaillante’, procedente de la Guadalupe,
conduciendo un pliego del ministerio de relaciones exteriores del imperio francés fechado
en Bayona el 17 de mayo...por el que se comunicaba el llamamiento al trono de España de
José Napoleón (sic), se confirmaban en su nombre todas las autoridades, aun las
eclesiásticas, y se le encargaba la custodia de estos dominios...Aguirre y Bataller, que desde
ahora consideraremos los jefes del partido europeo, el fin a que se encaminaban los
promovedores de la junta...el ayuntamiento de Veracruz, compuesto de europeos,
promovió la reunión de un congreso nacional...el mismo cuerpo fue después el más
decidido enemigo del virrey...daban por cierto que de acuerdo con el ayuntamiento
intentaba nada menos que colocarse en el trono.”19
Es de apreciarse que los argumentos de Primo Verdad tampoco van al fondo del
asunto, pues decir que “por la falta del monarca la soberanía había vuelto al pueblo”
apoyando la necesidad de formar un gobierno provisional y haciendo la aclaración de que
en caso de quedar el rey en edad pupilar, sin haberle su padre nombrado tutor o regente
se lo nombre la nación junta en cortes, y que según Alamán, llevan a Verdad a proponer
“que el virrey y la junta proclamasen y jurasen por rey de España y de las Indias a Fernando
VII: que jurasen igualmente no reconocer monarca alguno que no fuese de la estirpe real
de Borbón, defender el reino y no entregarlo a potencia alguna, o a otra persona que no
fuese de la real familia”20, aunque juntos, estos artificios no resolvían, porque no los
abordaban, los problemas de la soberanía arrancada por los españoles 300 años antes.
Lo mismo exactamente, pero más descarnada, es la intervención de Ramos Arizpe
ante las cortes españolas, llamada Memoria, presentada a las Cortes de Cádiz (1812), en la
que a nombre de la provincia de Coahuila o Nueva Extremadura expone a “Vuestra
Majestad” lo que estimaba absolutamente necesario “para su bien y el general de toda la
nación” y bajo el argumento de “El poco interés o abandono con que los gobiernos pasados
han visto por siglos enteros aquellas vastas provincias, hace que Vuestra Majestad carezca

18 Ibídem, Alamán T I pp. 121-123


19 Ibídem, Alamán T I pp. 121-123
20 Ibídem, Alamán, T I, p 129.
de una idea exacta de su localidad, extensión, clima, producciones naturales, población,
agricultura, artes, comercio y administración, sin haberse cuidado hasta ahora en lo político
sino en mandar a cada una de ellas un jefe militar con el nombre de gobernador...(que)
gobierne con mano militar...su provincia y dirija despóticamente todos los ramos de la
administración pública...la agricultura, manantial de la verdadera riqueza de las naciones...”
argumentos que dan pie a su propuesta de que fueran los naturales a quienes se les
permitiera gobernar las provincias del reino sin dejar de pertenecer a España.21
Aunque es admitido que entre los insurgentes existía una aceptación tácita de cierto
tipo de fernandismo, tal que se afirma que el grito del cura de Dolores, Miguel Hidalgo, la
madrugada del 16 de septiembre de 1810 fue en términos de “¡Viva Fernando VII Rey de
España!”, o la misma Junta del Ayuntamiento de la Ciudad de México, tanto como la Junta
de Zitácuaro y como la posterior Junta Gubernativa de 1821, establecían la potestad de
Fernando VII como depositario de la soberanía, en que no solo se renuncia a la República,
sino a la misma independencia nacional.
Este aparente contrasentido parece resolverse si tomamos en cuenta que, desde el
año de 1808, Napoleón Bonaparte al mando de 270,000 hombres invadió España,
colocando en el trono a su hermano José, tomando prisionero a Fernando VII Rey de España,
por lo que entonces no sólo los criollos y españoles, sino el mismo clero estaba de acuerdo
en principio en no verse envueltos, para su destrucción, en las “herejías francesas”.
Una mayor ilustración acerca del tema nos la da una carta que Ignacio Aldama dirige
al padre José Fusiño y que recoge el historiador Genaro García, aclarando los motivos del
levantamiento en contra de los gachupines “en defensa de nuestra sagrada religión y los
derechos...de nuestra querida patria y de nuestro cautivo Rey, el Sr. Don Fernando VII...para
que cogiéndonos indefensos los franceses, ingleses o cualesquiera otros enemigos del Rey
y de Dios, - nos dice - se unirán con ellos, en caso que se acabase de perder España, que
casi nada le falta”, por lo que es fácil colegir que para ellos el objeto de la independencia no
era otro que el de instalar en la América Latina un trono regido por la dinastía borbónica
expulsada de España.
No es solamente que la causa declarada de la independencia no reflejara los
sentimientos de soberanía ni de defensa del interés por la patria, sino que tampoco existen
evidencias de que los primeros insurgentes trataran de establecer un gobierno
democrático, como ejemplo tenemos el decreto del 15 de diciembre de 1810 pegado en las
esquinas de la ciudad de Valladolid por Hidalgo, que aunque habla del establecimiento de
un Congreso22 también lo hace de un Reino, sin aclarar si el susodicho Congreso legislador
sería soberano o un poder más o en él estaría depositada la soberanía sujetando al Rey, o

21Historia Documental óp. cit. pp30-31


22El Dr. Mora censura acremente al cura Hidalgo por no haber querido acceder a las peticiones que se le hacían para que
depositase su ya pesada dictadura en una Junta, Congreso o Consejo de Gobierno, que tuviera el carácter de
representación de la soberanía nacional.
sería comparsa de éste último.23 Hidalgo, se asegura, lanzó la revolución en nombre del rey,
y López Rayón está de acuerdo con la idea de que la fidelidad al rey ha sido la más fuerte
bandera de la insurgencia. Es aquí en donde se observa la contradicción entre los móviles
de la lucha dados por la dirigencia, y las aspiraciones populares que formaron un ejército
que llegó a ser de casi 80 mil hombres, que no eran sino el reflejo de la ira popular motivada
por los trescientos años de dominación española, y que a los ojos de muchos, entre quienes
se encuentra Lucas Alamán, la guerra de independencia apareció como una lucha de
proletarios contra propietarios, carácter que se evidenció palmariamente en la toma de la
Alhóndiga de Granaditas
El alzamiento de Dolores no es obra de un hombre ni debe considerársele como su
patrimonio exclusivo, sino debe verse como producto de “…las implicaciones político-
económico-sociales que, como la sombra unida al cuerpo, se derivaban de aquélla…Ello sólo
indicaba que la revolución no se comprimía a confiscar bienes de los peninsulares, ni a
quitarles sus empleos para transferirlos a los americanos, sino que sus alcances eran
mayores. Es incuestionable que desde Dolores se trató de acabar con el ancien régime para
sustituirlo por un nuevo orden de cosas”24 y que, en todo caso, fue desvirtuado por los
primeros insurgentes.
“Cuando fue preso Epigmenio González, - uno de los principales seguidores de
Hidalgo - entre los papeles que se encontraron en su casa, uno de ellos fue el plan general
o sistema que se había de plantear, poniendo un emperador y varios reyes fedatarios”25
A partir de aquellos años, esos derechos que son reconocidos como naturales e
imprescriptibles: la libertad, la igualdad, la seguridad, la propiedad, la garantía social y la
resistencia a la opresión, “van a incorporarse en todos los códigos políticos de tendencia
liberal que se elaboren, así como muchos de sus principios orgánicos, aquellos que señalan
la forma de organización del Estado, el ejercicio de la soberanía, la forma y modo de
representación”.26
Es importante señalar que, aunque se ha sostenido que en nuestros primeros
códigos políticos pueden advertirse dos tendencias muy marcadas, una procedente de
Norteamérica y la otra originada en la Revolución Francesa, en donde inexplicablemente se
afirma que “Ambos asertos se complementan”27, es notable que las diferencias entre
ambos sistemas (presidencialismo o parlamentarismo respectivamente), hablan de
proyectos substancialmente diferentes.

23Apoyado en los resultados prácticos de la lucha emprendida por Hidalgo, Bulnes nos dice que “Si el cura Hidalgo, por su
posición social, por sus gustos industriales, por su vida sencilla y su afición al estudio, podía tener íntimos sentimientos
democráticos, en política ni siquiera los comprendía.”
24 Lemoine Villicaña Ernesto, Morelos, UNAM, México 1991, p 81
25 Alamán, óp. cit. T I, p 231
26 Torre Villar, Ernesto de la, La independencia de México FCE, México 1991 p 103
27 Ibídem, p 102
Por lo tanto los hechos que ocurren en pleno auge de la guerra de independencia,
en el año de 1811 (18 de agosto), en que López Rayón al lado de José María Liceaga y José
Sixto Verduzco instalan la Junta de Zitácuaro, que sigue reconociendo a Fernando VII como
soberano de la Nueva España, y no obstante que plantea el problema de la soberanía, y que
hace explícita mención de la separación de poderes (en su Artículo 21º), en su Artículo 5º
otorga amplias facultades al mismo Fernando VII, Rey de España.
Contrastando lo que ocurre en España, durante la proclamación de la Constitución
de Cádiz en 1812, la diferencia desaparece, pues ahí se proclama tener el objeto de crear
un trono para el Rey ausente, y aunque aquella llega a decretar la instalación de los
ayuntamientos de elección popular y las mismas autoridades juran su cumplimiento, dejan
la potestad de legislar en la figura del rey absoluto.
La Constitución de Cádiz, (llamada, sin rodeos, “Constitución Política de la
Monarquía”), que se presenta como la respuesta de la burguesía española a la invasión
francesa, y que para el momento de su promulgación aparenta un ajuste de cuentas en
contra del absolutismo Borbón de Fernando VII, a pesar del declarado carácter igualitario
de sus 384 Artículos (en que señala explícitamente la existencia de la separación de
poderes) viene dejando en manos del rey la facultad “para sancionar las leyes”, lo cual
deviene en un contrasentido.
Los hechos nos dan la razón, pues con posterioridad, y no obstante que Fernando
VII jura fidelidad a esta Constitución en 1820, gracias a la prerrogativa anotada, para el año
de 1823 “y con el fin de que desaparezca del pueblo español hasta la más remota idea de
que la soberanía no reside en otro que en mi real persona”, el monarca español
simplemente la desconoce.
En el plan de la revolución siguió Hidalgo las mismas ideas “de los promovedores de
la independencia en las juntas de Iturrigaray (que) proclamaba a Fernando VII: pretendía
sostener sus derechos y defenderlos contra los intentos de los españoles, que trataban de
entregar el país a los franceses dueños ya de España, los cuales destruirían la religión,
profanarían las iglesias y extinguirían el culto católico...la inscripción que se puso en las
banderas de la revolución fue ‘Viva la religión. Viva nuestra madre santísima de Guadalupe.
Viva Fernando VII. Viva la América y muera el mal gobierno’...el pueblo gritaba solamente
‘Viva la Virgen de Guadalupe y mueran los gachupines’…Ya Uds. habrán visto este
movimiento: pues sepan que no tiene más objeto que quitar el mando a los europeos,
porque estos, como Uds. sabrán, se han entregado a los franceses y quieren que corramos
la misma suerte, lo cual no hemos de consentir jamás”28
Como dato complementario, en el decreto de excomunión de los insurgentes dado
por el obispo Abad y Queipo (1810)29 se lee “...E insultando a la religión y a nuestro

28 Alamán, óp. cit. T I, pp. 242-243


29 Mora, op. cit. T III, PP. 57-62
soberano, don Fernando VII, pintó en su estandarte la imagen de nuestro soberano, don
Fernando VII, pintó en su estandarte la imagen de nuestra augusta patrona, nuestra señora
de Guadalupe, y le puso la inscripción siguiente: Viva la religión, Viva nuestra madre
santísima de Guadalupe, Viva Fernando VII, Viva la América y muera el mal gobierno.”
En la Junta que se instaló en Zitácuaro el 19 de agosto de 1811, bajo el nombre de
Suprema Junta Nacional de América, López Rayón “…concretó el ideario insurgente…en una
junta nacional como las instituidas en España y en otras capitales americanas, o un
congreso; se conservaría la religión cristiana, se dejaría de remitir a España dinero, se
defendería el reino de los franceses y se trataría de mantener incólumes los derechos del
monarca”.
De acuerdo con Lamoine, fue Morelos quien entendió cuál era la hora “de mostrar
con claridad la verdadera intención de la insurgencia”30, declarando el Congreso la
independencia de la América Septentrional, y proclamando la recuperación de la soberanía.
Aunque para algunos la creación de la Junta de Zitácuaro en 1811 estaba inspirada
en los recientes ejemplos de la Península y de Sudamérica, y es considerada un paso político
de mucha envergadura en el desarrollo de la revolución, en realidad fue instaurada para
gobernar la colonia a nombre y mientras durase la cautividad de Fernando VII. Aunque se
diga que significaba ya un principio de autonomía y de soberanía nacional a medias, no es
posible pensar que en un futuro no muy lejano pudiera afinarse “y superar las trabas y
limitaciones propias de su apresurado alumbramiento”. Poder ejecutivo, legislativo y
judicial a la vez, Rayón lo pensó en atención a la causa y a su persona. Un cuerpo de cinco
vocales, de los cuales uno llevaría el título de ‘presidente’ - el poder ejecutivo - auxiliado
por funcionarios de segundo orden, ésta sería la planta para echar a andar el nuevo
gobierno”31, veamos:
En los “Elementos constitucionales circulados por el señor Rayón” (1812) se
establece además de que 1º La religión católica será la única sin tolerancia de otra...3º El
dogma será sostenido por la vigilancia del Tribunal de la fe 4º La América será
independiente de toda otra nación 5º La soberanía dimana inmediatamente del pueblo y
reside en la persona del señor Fernando VII y su ejercicio en el Supremo Congreso Nacional
Americano 7º El Supremo Congreso constará de cinco vocales...más por ahora se completa
el número de vocales por los tres que existen en virtud de comunicación irrevocable de la
potestad que tienen, y cumplimiento del pacto convencional celebrado por la nación en 21
de agosto de 1811...Lic. Rayón”32
Por si no bastara, en la “Exposición” dirigida desde Zacatecas por Ignacio Rayón y
José María Liceaga a Calleja, en que le manifiestan “el motivo de la insurrección y los medios

30 Ibídem Lemoine Villicaña Ernesto, Morelos, UNAM, México pop 93-94


31 Ibídem Lemoine, p 97
32 Documentos de la guerra p 36-42 en Historia Documental óp. cit. pop 78-81
de terminarla”, previa aclaración acerca de que fueron electos “por uniformidad de votos”,
lo que nos deja una constancia transparente acerca de los fines que ambos perseguían,
aseguran que “...la empresa queda circunscrita bajo estas sencillas proposiciones: Que
siendo notorio, y habiéndose publicado por disposición del gobierno, la prisión que
traidoramente se ejecutó en la persona de nuestros reyes y su dinastía, no tuvo embarazo
la Península de España, a pesar de los consejos, gobiernos, intendencias y demás legitimas
autoridades, de instalar una junta central gubernativa...y con noticia cierta de que la España
toda, y por partes se ha ido vilmente entregando al dominio de Bonaparte, con proscripción
de los derechos de la corona y prostitución de la santa religión: la piadosa América intenta
erigir un congreso o junta nacional, bajo cuyos auspicios, conservando nuestra legislación
eclesiástica y cristiana disciplina, permanezcan ilesos los derechos de nuestro muy amado
el Sr. D. Fernando VII...Cuartel General en Zacatecas, abril 22 de 1811 Lic. Ignacio Rayón,
José María Liceaga”33
“Rayón – nos dice socarronamente Alamán - que ya se titulaba ‘capitán general de
todos los ejércitos Americanos’, se llamó desde entonces ‘Presidente de la suprema junta y
ministro universal de la nación’, (en donde) la junta tomó el nombre de ‘Suprema junta
gubernativa de América’...‘Estos’, dijo Morelos en una de sus declaraciones, hablando de
una manera análoga a ésta...‘no son más que unos monos de los de España, que aprenden
o imitan lo que ven hacer allá’...hubo allá juntas gubernativas; era menester que en México
las hubiese; hubo después allá congreso y constitución, y en México se hizo una parodia de
una y otra cosa...a Morelos para ganarlo, la junta se lo asoció nombrándolo cuarto individuo
de ella, y como se manifestaba descontento de la superchería de seguir gobernando en
nombre del rey Fernando VII, cuando las miras que se tenían eran las de la
independencia...‘no era razón engañar a las gentes haciendo una cosa y siendo otra, es decir
pelear por la independencia y suponer que se hacía por Fernando VII’.”
En una carta reservada, después de escuchar las críticas de Morelos a la Junta, Rayón
y Liceaga confiesan el secreto de la revolución: “Habrá sin duda reflejado V. E., le dice, que
hemos apellidado en nuestra junta el nombre de Fernando VII que hasta ahora no se había
tomado para nada; nosotros que ciertamente no lo hubiéramos hecho, si no hubiéramos
advertido que nos surte mejor efecto: con esta política hemos conseguido que muchas de
las tropas de los europeos, desertándose se hayan unido a las nuestras...¿Y haríamos bien
nosotros , cuando juramos obediencia al rey de España? (gaceta de 9 de aquel mes de mayo
de 1812) ...nuestros planes en efecto son de independencia, pero diremos que no nos ha
de dañar el nombre de Fernando, que en suma viene a ser un ente de razón...Zitácuaro,
septiembre 4 de 1811.- Lic. Ignacio Rayón. - Dr. José Sixto Verduzco. - José María
Liceaga’...Morelos continuó en obrar independiente de ella.”34

33 Historia Documental óp. cit. pop 63-64


34 Alamán óp. cit. T II, PP. 245-246
Todavía en el “Manifiesto de Zitácuaro” en que se instaló la Suprema Junta Nacional
Americana de Zitácuaro” se establece sin tapujos que se reconoce al “señor D. Fernando
Séptimo y en su Real Nombre la Suprema Junta Nacional Americana, instalada para la
conservación de sus derechos, defensa de la religión Santa y libertad de nuestra oprimida
patria...se ha considerado de absoluta necesidad...en junta de Generales celebrada el
diecinueve de agosto...que la decisión recayese en las personas de los Excelentísimos
Señores Licenciado D. Ignacio Rayón, Ministro de la nación Dr. D. José Sixto Verduzco y
Teniente General D. José María Liceaga...Dado en nuestro Palacio Nacional de la Villa de
Zitácuaro, a veintiún días del mes de agosto de mil ochocientos once.”35
Si bien Morelos inicialmente reconoce lo que venían a proclamar primero Hidalgo,
luego Aldama y posteriormente Rayón y Liceaga en su “Decreto que contiene varias
medidas, particularmente sobre la guerra de castas” en 1811 llegó a decir “Que nuestro
sistema se encamina a que el gobierno político y militar que reside en los europeos recaiga
en los criollos, quienes guardaran mejor los derechos del señor don Fernando VII; y en
consecuencia, de que no haya distinción de calidades, sino que todos generalmente nos
nombremos Americanos...Es hecho en la ciudad de Nuestra señora de Guadalupe de
Tecpan, a 13 de octubre de 1811”36
Para mayor profusión, en los elementos que deben formar la plenipotencia se
conservan intactos los proyectos: “Elementos que deben formar la plenipotencia y reglar su
conducta: 1º Para que por acta solemne se declare sí reconocen como legitima la
representación de la Suprema Junta Gubernativa que lo comisiona...para proporcionarle
por todos los medios posibles al logro de su independencia en los justos términos que lo
hace, sin violar ni ofender de modo alguno los legítimos derechos de su amado y cautivo
monarca el señor Don Fernando.”37
Por fin en el año de 1812 Morelos se decide por romper con él, por llamarlo
suavemente, fernandismo de la época, y en su proyecto para la confiscación de intereses
europeos y americanos adictos al Congreso español, Morelos primeramente arremete
contra gachupines y criollos, llamándoles “adictos al partido de la tiranía a todos los ricos,
nobles y empleados de primer orden, criollos o gachupines, porque todos estos tienen
autorizados sus vicios y pasiones en el sistema y legislación europea.” Luego la emprende
contra el virrey, a quien llama el “...tirano Venegas” acusándolo de ser “quien está haciendo
un Virrey mercantil, servilmente sujeto a la desenfrenada codicia de los comerciantes de
Cádiz, Veracruz y México”, para pasar a dar instrucciones con respecto a la conducta que se
debe observar al ocupar una población: “...la primera diligencia que sin temor de resultas
deben practicar los generales o comandantes de divisiones de América luego que ocupen

35 Historia Documental óp. cit. PP. 64-65


36 Documentos de la guerra...p 29-31 en Historia Documental óp. cit. PP. 67-69
37 Historia Documental op. cit. pop 74-75
alguna población grande o pequeña es, informarse de la clase de ricos, nobles y empleados
que haya en ella, para despojarlos en el momento de todo el dinero y bienes raíces o
muebles que tengan, repartiendo la mitad de su producto entre los vecinos pobres de la
misma población para captarse la voluntad del mayor número reservando la otra mitad para
fondos de la Caja Militar...Deben también inutilizarse todas las haciendas grandes, cuyos
terrenos laboríos pasen de dos leguas cuando mucho, porque el beneficio positivo de la
agricultura consiste en que muchos se dediquen con separación a beneficiar un corto
terreno que puedan asistir con su trabajo y su industria...”38
En su “Advertencia a los criollos que andan con las tropas de los gachupines” del
mismo año, Morelos reclama airado: “Nuestra sentencia no es otra sino que los criollos
gobiernen al Reino y que los gachupines se vayan a su tierra o con su amigo el francés que
pretende corromper nuestra religión...Ya no hay España, porque el francés esta apoderado
de ella, ya no hay Fernando VII porque o él se quiso ir a su casa de Borbón a Francia y
entonces no estamos obligados a reconocerlo por Rey, o lo llevaron a fuerza y entonces ya
no existe: Y aunque estuviera, a un Reino obediente le es licito no obedecer a un Rey,
cuando es gravoso en sus leyes, que se hacen insoportables como las que de día en día nos
iban recargando en este Reino los malditos gachupines advitristas (sic)...José María
Morelos”39
Todavía el Dr. José María Coss, componente de la Junta Nacional, teólogo, canonista,
periodista e impresor, llevándole la contraria a Morelos, lanzó un Manifiesto que
comenzando con un “Hermanos, amigos y conciudadanos” llamándolo “De la nación
americana a los europeos habitantes de este reino (1812)40“ que es conocido como “Plan
de Paz y Guerra”, y que no es otra cosa que la rendición absoluta al virrey a cambio de una
risueña amenaza.
Plan de Paz:
“1º La soberanía reside en la masa de la nación. 2º España y América son partes
integrantes de la monarquía sujetas al rey; pero iguales entre sí, y sin dependencia o
subordinación de la una con respecto a la otra. 4º Ausente el soberano, ningún derecho
tienen los habitantes de la Península para apropiarse la suprema potestad, y
representar la real persona en estos dominios. 5º Todas las autoridades dimanadas de
este origen son nulas. 8º Después de lo ocurrido en la Península y en este continente
desde el trastorno del trono, la nación americana es acreedora a una garantía para su
seguridad, y no puede ser otra que poner en ejecución el derecho que tiene de guardar
estos dominios a su soberano, por sí misma, sin intervención de gente europea. DE TAN
INCONTRASTABLES PRINCIPIOS SE DEDUCEN ESTAS JUSTAS PRETENSIONES. 1ª Que los
europeos resignen el mando y la fuerza armada a un congreso nacional e
independiente de España, representativo de Fernando VII, que afiance sus derechos en
estos dominios. 4º Que, declarada y sancionada la independencia, se echen en olvido

38 Documentos de la guerra...p 60-64 en Historia Documental pop 84-87


39 Morelos Documentos, I-138-139 en Historia Documental PP. 88-89
40 J. E. Hernández y Dávalos. Op. Cit. IV-190 y 22-224
de una y otra parte todos los agravios...y todos los habitantes de este suelo, así criollos
como europeos, constituyan indistintamente una nación de ciudadanos americanos
vasallos de Fernando VII, empeñados en promover la felicidad pública.”

El “Plan de Guerra” que operaba bajo los mismos principios y consideraciones,


señalaba: 2º Los partidos beligerantes reconocen a Fernando VII. Los americanos han dado
de esto pruebas evidentes, jurándolo y proclamándolo en todas partes, llevando su retrato
por divisa, invocando su nombre en sus títulos y providencias...3º Los derechos de gentes y
de guerra inviolables entre naciones infieles y bárbaras, deben serlo entre nosotros,
profesores de una misma creencia, y sujetos a un mismo soberano y a unas mismas
leyes...Real de Sultepec, marzo 16 de 1812. Dr. José María Coss.”41
Por lo tanto, la posterior claudicación de Coss dirigida al Cabildo eclesiástico de
Valladolid no deja lugar a dudas: “Cuarto: que luego que faltó el motivo de la guerra por la
restitución del soberano y se cambió el primitivo objeto de la empresa en Chilpancingo por
Morelos, desistí de ella (El Congreso se reunió en septiembre de 1813 y Coss siguió siendo
un fervoroso insurgente, por lo menos hasta mediados de 1815, Nota de Lemoine); Quinto:
que lejos de ser enemigo del rey, me declaré contra la independencia absoluta, protestando
de nulidad contra el llamado Decreto Constitucional y reclamando mi firma, que los
congresistas me precisaron a poner en Apatzingán sin estar instruido en el nuevo sistema,
en virtud de haberme suscrito con la condición de que se tuviese por de ningún valor si
aquel código no se conformaba a los principios bajo los cuales abracé el partido de la
insurrección (Todo esto no es más que una sarta de falsedades. Coss aceptó convencido el
Decreto Constitucional y exigió su cumplimiento, incluso hasta en los días de su ruptura con
el Congreso. Nota de Lemoine)”42
Morelos no compartía los puntos de vista de la junta, “pero invitado nuevamente
por Rayón en 19 de julio a exponer su opinión, se redujo a recomendar lo que tenía por más
urgente, que era el nombramiento del quinto vocal, y ‘que se quitase la máscara a la
independencia’ cesando de tomar el nombre de Fernando VII (subrayado por el autor)...hizo
conocer a Rayón los inconvenientes de su constitución o más que todo, porque publicada
ya la española iba a parecer monstruoso tal proyecto...y en una nueva comunicación dirigida
a Morelos desde Purgarán en 2 de mayo de 1813 (causa de Rayón) desiste de la
publicación...aunque por ella dice ‘nada avanzamos, sino que se rían de nosotros y
confirmen el concepto que nos han querido dar los gachupines de unos meros autómatas’
Estas sin embargo, eran las ideas constitucionales de Hidalgo, manifestadas a Rayón y a
Morelos, según lo asegura el propio Morelos”43

41 Matute,Álvaro, México en el siglo XIX, antología de fuentes e interpretaciones históricas, UNAM, México, 1981, pp 219-
223
42 Lemoine Villicaña, Ernesto, Escritos Políticos José María Coss Introducción, selección y notas Ernesto Lemoine Villicaña,

UNAM 1996, p 210.


43 Alamán op. cit. T III PP. 316-317
En ese momento Morelos cita a la constitución del Congreso, invitando y nombrando
a los mismos que se decían llamar representantes de la junta (Rayón, Verduzco y Coss)44
“Rayón entonces, desamparado de todos, sin poderse sostener en la provincia de
Michoacán, en la que era vivamente perseguido por los realistas, tuvo que ceder y
manifestó su adhesión a la convocatoria”45
En los “Sentimientos de la nación o puntos dados por Morelos para la Constitución”
(1813) Morelos establece nítidamente el rompimiento con cualquier idea monárquica y con
el lastre del fernandismo, estableciendo “1º Que la América es libre e independiente de
España y de toda otra nación, Gobierno y monarquía...5º La soberanía dimana
inmediatamente del Pueblo, el que solo quiere depositarla en sus representantes
dividiendo los poderes de ella en Legislativo, Ejecutivo y Judiciario 9º Que los empleos los
obtengan solo los americanos...Chilpancingo, 14 de septiembre de 1813. José María
Morelos”46
Principios que se reproducen en el Acta de Independencia de Chilpancingo (1813):
“El Congreso de Anáhuac, legítimamente instalado en la ciudad de Chilpancingo de la
América Septentrional...declara solemnemente a presencia del señor Dios...que por las
presentes circunstancias de la Europa ha recobrado el ejercicio de su soberanía usurpada;
que en tal concepto queda rota para siempre jamás y disuelta la dependencia del trono
español...Dado en el Palacio Nacional de Chilpancingo, a seis días del mes de noviembre de
1813. Lic. Andrés Quintana, vicepresidente. Lic. Ignacio Rayón. Lic. José Manuel de Herrera.
Lic. Carlos María Bustamante. Dr. José Sixto Verduzco. José María Liceaga. Lic. Cornelio Ortiz
Zarate, secretario”47
La Constitución de Apatzingán, llamada Decreto Constitucional para la Libertad de
la América Mexicana, refleja las ideas de la ilustración al establecer la separación de
poderes, en tanto que el Ejecutivo queda sometido a la Asamblea, pues el Supremo
Congreso Mexicano es el encargado del nombramiento de los tres representantes del
Supremo Gobierno (poder ejecutivo); Plantea la elección directa de los tres poderes
(incluyendo al Supremo Tribunal de Justicia); La facultad exclusiva del Congreso para iniciar
las leyes; y un sistema unicameral, en donde las tropas son puestas bajo control del poder
legislativo.
De la misma forma establece el otorgamiento del derecho de voto a todos los
ciudadanos sin ningún distingo, junto con otra serie de principios que ante el sistema
adoptado eran de suyo asequibles: Libertad de hablar (sic); de discurrir; de enseñanza y
trabajo (Artículo 38º); de petición (Artículo 37º) y de imprenta (Artículo 40º). 48 Lo
44 J. E. Hernández y Dávalos IV-206-207, 8 de septiembre de 1812.
45 Alamán T III p 319
46 Matute, Álvaro, op. cit. México en el siglo XIX... pp 224-226
47 Primer Centenario pp 59-60 Historia Documental PP. 112-113
48 A la muerte de Morelos, se instala una Junta Subalterna Gubernativa por parte de las autoridades novohispanas que

fue disuelta en el año de 1819.


importante aquí consistiría en discernir si es aceptada la afirmación de que en los territorios
dominados por los insurgentes, durante el corto período de su vigencia, tales principios
fueron aplicados, tanto como conocer sus resultados prácticos y concretos.
Es evidente que el fruto legislativo más notable de la insurgencia fue la Constitución
de Apatzingán, uno de los documentos más relevantes del movimiento emancipador,
superior en muchos sentidos a los instrumentos semejantes dados en el ámbito bolivariano
y equiparable por su equilibrio, principios doctrinarios y espíritu, ajustados a la realidad
mexicana, a las grandes constituciones modernas que en esos años se daban en numerosos
países.
El Decreto Constitucional para la Libertad de la América Mexicana es un documento
clave que establece un gobierno de tipo parlamentario, en donde el ejército queda bajo el
mando del Supremo Congreso, y en el que las ideas absolutistas de la época colonial y las
aún defendidas por los primeros insurgentes, se dejan del lado. Se dice que las ideas
expresadas en dicha Constitución rebasan en mucho las manifestadas por la ilustración
francesa en cuanto a los temas de separación de poderes y de la soberanía popular, aunque
coincidimos con O’Gorman que pretender explicar la insurgencia como un brote puro del
enciclopedismo del siglo XVIII “es cómodo, es habitual; pero es deformador por exceso de
simplificación sobre todo en función de su teologismo”.
A pesar de las divergencias que Morelos tuvo con el Congreso, la Constitución es, de
algún modo, la culminación de la insurgencia bajo su mando, en una ruta claramente
trazada por él mismo a través de disposiciones que indican su proceso de definición
práctica.
Pero además Morelos de una plumada, “modifica la división política de las
Intendencias creando la ‘Provincia de Tecpan’, anuncia no la posibilidad de crear una Junta
Gubernativa, sino el mismísimo Congreso”49. Abolir la esclavitud, decretar la igualdad
natural de todos los hombres, anhelar el progreso y creer en la posibilidad de alcanzar
pronto e inevitablemente la felicidad pública, son las aspiraciones de la población, pero
sobre todo el apasionado deseo de constituir una patria que, como decía Morelos, fuese
gobernada democráticamente por la voluntad de la misma población. Para Lemoine “Todo
lo trastorna Morelos: los estamentos sociales, la geografía política, la administración de
justicia, el gobierno mismo, el patronato eclesiástico, la estructura económica”50
Un programa de mejoría social fundado en la visión ilustrada y racionalista de la
naturaleza y junto a él, una especie de teísmo cristiano católico y un sentimiento
nacionalista democrático, resume el fondo histórico de la revolución insurgente, según
O´Gorman. Se trata de desposeer a los españoles europeos, los ‘gachupines’, del mando y

49 Lemoine op. cit. p 85


50 Ibídem p 86
del poder que ilegítimamente tienen, lo que por fin da sentido al grito “acabemos con los
gachupines” dado en Celaya.
Lemoine recoge un comentario de Morelos, que lo pinta de cuerpo entero, en una
circular del arzobispo electo, Verguiza y Jordán, de fecha 2 de junio de 1813 “Devuélvase
ésta, por no estar este arzobispo electo por el legítimo gobierno americano, porque la
Regencia de España no manda sino en su casa”51 “El Decreto Constitucional de 1814 revela
que el movimiento insurgente no fue un simple alborozo, sino el más loable intento para
constituir al país sobre bases distintas al absolutismo”52
El fernandismo aludido coincide con ideas monárquicas en cuanto al funcionamiento
orgánico de los proyectos constitucionales, en cambio el antifernandismo de Morelos, más
apegado a las ideas republicanas, tenía un sesgo representativo distinto.
A la muerte de Morelos le sucede, no sólo la disgregación de su ejército, sino la
pérdida total de los principios que lo inspiraron. Al Congreso le siguieron otras instituciones
que culminaron con la Junta de Jaujilla, que deshecha y marginada “representó el último
organismo gubernamental de la insurgencia”53, y lo que vino después prácticamente ya
nada guardaba de aquél.
Aunque se afirma que todavía Guerrero, el último rezago del morelismo, invitó al
coronel Carlos Mayo, oficial de Armijo establecido en Chilpancingo, a sumarse a sus
proyectos y para ello le escribió una carta el 17 de agosto de 1820 con el supuesto objeto
de que tomen el modelo para ser independiente no sólo del yugo de Fernando, sino aún de
los españoles constitucionales.
Así tenemos qué en el Plan de Iguala, se vuelve a la misma historia: Iturbide, ex
convicto de la Corona española, llama a la formación de un Imperio ofreciéndole la Corona
a Fernando VII o a cualquiera de sus descendientes. Las dificultades que encontró Iturbide
para imponer su proyecto fueron bastante menores que las de los llamados insurgentes,
pues las clases adineradas de criollos y mestizos y hasta europeos, apoyaron resueltamente
el Plan que los eximiría de los compromisos con la España liberal, que había conseguido que
el monarca jurara sobre la misma Constitución que había desconocido una vez que fue
liberado de su cautiverio francés.
Fernando VII al regresar a España el 4 de mayo de 1814, decretó en Valencia la
abolición de las Cortes de Cádiz y, con ello, todos los acuerdos aprobados, los cuales se
conocieron en la Nueva España en agosto de 1814. Pero el 1º de enero de 1820 en España
el coronel Rafael Riego se rebeló en favor de la constitución de Cádiz y gracias a su revuelta
se obligó al rey a restaurarla el 9 de marzo de 1820 y el 30 de marzo del mismo año el Rey

51 Ibídem Doc 83, pp. 90-91


52 Ibídem, p 114
53 Ibídem, p 127
expidió el decreto mediante el cual se obligaba a jurar “la Constitución política de la
monarquía”54
Mientras en España, los llamados grupos liberales, poderosos en el ejército, al
amparo de la masonería mostrábanse descontentos y conspiraban francamente. Riego se
sublevó en Cabeza de San Juan el 1° de enero de 1820, y Quiroga posteriormente. La
revuelta prosperó por el pronunciamiento de diversas ciudades, La Coruña, Zaragoza,
Barcelona y otras a favor del restablecimiento de la Constitución que las Cortes de Cádiz
habían dado a la nación en 1812.55
Mientras esto sucedía en Europa, en la Nueva España al llegar la noticia de la
restauración de la constitución, se precipitaron los acontecimientos.
Es probable que la población española que vivía en México a principios de la
independencia “haya sido superior a 15,000 y que, de ellos, la mitad fueran militares, y
aproximadamente 1,500 religiosos...este reducido grupo de españoles en la cúspide de la
sociedad. Unidos a ellos, se encuentran los criollos acaudalados. Los primeros dominaban
el comercio y controlaban la administración para sus intereses y los del rey. Los segundos,
debido al carácter hereditario de sus posesiones, estaban ligados principalmente a la
minería y a la agricultura. Ambos grupos eran los directores de la economía, la sociedad y
la política.56
Como la Constitución de 1812 era el documento que regiría el gobierno de la
Colonia, se aprestaron a jurarla. Los criollos, más que los españoles, estaban dispuestos a
cuidar su obediencia, porque el carácter liberal de la Constitución afectaba los intereses
económicos de estos y de la Iglesia. La implantación del libre comercio, el libre cultivo, la
libre distribución del azogue para la minería, la eliminación de los fueros eclesiásticos y
militares, la transformación del virrey en jefe político de la provincia de México, y la libertad
de imprenta, eran medidas a las que la oligarquía se había opuesto constantemente57
Entre los acuerdos que lesionaban a la alta clerecía debemos contar “La primera fue,
la supresión de la compañía de Jesús, decretada en 17 de agosto...Sus bienes fueron
aplicados al crédito público...desafuero del clero, la supresión de monacales y reforma de
regulares...por la del 1º de octubre, fueron suprimidos en España todos los monasterios de
las ordenes monacales, debiendo serlo también en América”58
En tanto entre los diputados que habrían de partir a España prevalecieron en la
elección “los elementos que habían concurrido a la revolución que acababa de efectuarse:
haber contribuido a ella, haber sido perseguido por liberal o estar alistado en la masonería,
fueron los títulos que se buscaron en los candidatos...Los suplentes elegidos por Nueva

54 Hdz. y Dávalos p 76 m 20
55 Torre Villar, Ernesto de La independencia de México Fondo de Cultura Económica, México, 1992, pop 117- 118)
56 Romeo Flores p 7
57 Ibídem, p 55
58 Alamán T V PP. 25-26
España, fueron D. Miguel Ramos Arizpe y D. José Mariano de Michelena, ambos activos
cooperadores de la revolución...D. José María de Couto, D. Manuel Cortázar, D. Francisco
Fagoaga, D. José María Montoya y D. Juan de Dios Cañedo”59
“EL coronel D. Matías Martín y Aguirre...D. Tomas Murphy y D. Andrés del
Río...promovieron varias disposiciones...baja de los derechos reales y de amonedación
sobre la plata y el oro: el establecimiento de diputaciones o juntas provinciales en todas
las intendencias, y la dispensa de diezmos al cacao que se cultivase en la Nueva
España...las reformas se siguieron haciendo en este segundo periodo en el cual se
decretó la reducción de los diezmos a la mitad, mandándose vender todos los bienes
raíces rústicos y urbanos, pertenecientes al clero y a las fábricas de las iglesias, para
indemnizar a los partícipes legos en aquella contribución. La mitad que se dejó al clero
se gravó por vía de subsidio con el pago de millón y medio de pesos anual, y a los
propietarios, en vez de la mitad que dejaban de pagar, se les impuso una contribución
directa de nueve millones, sobre los predios rústicos y urbanos.”60

Toda esta situación, que los aristócratas coloniales consideraban ominosas para sus
intereses, fueron el caldo de cultivo ideal para que prosperara la conjura de Iturbide con su
Plan de Iguala, sus Tratados de Córdoba y su falsa declaración de independencia.
La conspiración parece haberse iniciado en el aposento de Matías de Monteagudo
en el oratorio de San Felipe Neri, quien había sido inquisidor y que por la aplicación de la
constitución de Cádiz había perdido su empleo, aunque conservó el de Rector de la
Universidad y Arcediano de la Catedral Metropolitana. En estas reuniones se había llegado
al acuerdo de que sería necesario que el virrey Juan Ruiz de Apodaca no proclamara la
Constitución argumentando que el rey no se encontraba en libertad de actuar porque era
rehén de los liberales, y que de momento se gobernara según las Leyes de Indias. Este plan
se vio frustrado al proclamar el virrey precipitadamente la Constitución. Aun así, gracias a
la intervención de Monseñor Matías de Monteagudo, se comisionó a Iturbide para que se
encargara del ejército que combatía a Vicente Guerrero y a Pedro Asencio en el sur del país,
su primer intento de derrotarlos militarmente fracasó, así que decidió terminar la guerra de
un modo parlamentario.
La llegada de Iturbide a la “Comandancia del sur y rumbo de Acapulco” se debió a la
renuncia que del puesto hizo Armijo, por recomendación de Monteagudo, Apodaca se
decidió por Iturbide para dicho puesto El nombramiento se verificó el 9 de noviembre.
“El empeño de Iturbide desde su salida de México, fue hacerse de la mayor fuerza y
recursos que pudiese reunir, con cuyo fin instó al virrey para que se le mandasen todas
las tropas y dinero posible, lisonjeándolo con las más halagüeñas esperanzas...cito a
Quintanilla para la tarde. En la conferencia que tuvieron le manifestó Iturbide sin
embozo el objeto con que había salido de México y le dio conocimiento de su
plan...Quintanilla no se atrevía a creer lo que oía...‘no le dijo Iturbide, con resolución,
nada tiene esto de incierto : Usted desconfía, pero documentos intachables harán

59 Alamán T V p 23
60 Alamán Tomo V PP. 30
desaparecer toda incertidumbre’ y abriendo una gaveta, le puso en las manos el plan
que después fue proclamado en Iguala, y la correspondencia que llevaba con varias
personas de México, entre cuyas firmas vio Quintanilla con no menor sorpresa, las de
sujetos de la más alta categoría. Entonces le aseguró que el batallón haría lo que
Iturbide le mandase, recomendándole éste el más riguroso secreto...Miguel Arroyo y
Valentín Canalizo (que fue posteriormente Presidente provisional de la república)
(Gomes Pedraza en su manifiesto citado, dice haberle dado cartas para Parres,
Echavarri, Bustamante, Anastasio Román de Teloloapan y Arce de los Llanos de Apan,
a algunos de los cuales Iturbide no conocía)...el obispo de Guadalajara le había
franqueado 25,000 pesos...al virrey le expuso...que antes de concluir febrero, podamos
bendecir al Señor Dios de los ejércitos y tributarle en el sacrificio incruento las más
sumisas y reverentes gracias...se ahorrarían de 250 a 300,000 pesos a la hacienda
nacional con el gasto oportuno de 10 o 12,000, reduciéndose la campaña a dos meses
y medio o tres...’Tengo mucho adelantado en este plan’ decía Iturbide...Esta facilidad
del virrey en acceder a todo cuanto Iturbide pedía, ha sido considerada como una
prueba de que estaba de acuerdo en el plan de revolución que se tramaba...pero todo
concurre a persuadir que no tuvo parte alguna en lo que intentaba, y lo demuestran los
artificios de que Iturbide se valió para mantenerlo engañado...no podía presumir en
otro una perfidia que él era incapaz de cometer...la fuerza que tenía Iturbide era de
2,479 hombres”61

Así, diría Lucas Alamán, la consumación de la independencia de México fue resultado


de un movimiento de reacción causado por la promulgación de la constitución de Cádiz,
puesto que afectaba los intereses del clero; por el ejército americano, que al finalizar la
rebelión se encontró con que los militares procedentes de la península gozaban de
preferencia frente a las unidades americanas “y por el pueblo que veía con desagrado la
desaparición de las órdenes religiosas ya que esta medida afectaba la educación de sus
jóvenes”62(sic)
Pero lo inconcebible de creer, ocurrió que aproximadamente a comienzos de enero
de 1821 Iturbide envió una carta a Vicente Guerrero, en la que lo invitaba a que “renunciase
a la empresa que tanta sangre le había costado al país’ haciéndole hincapié en los diputados
que ya partían a España, y que la constitución ofrecía instituciones liberales y la igualdad,
donde los mexicanos serian tratados como hombres libres, le recordaba la fuerza de los
ejércitos virreinales y al final le invitaba a fraternizar con él”63
Guerrero, la única rémora del morelismo, asombrosamente le responde a Iturbide
con una carta que no deja lugar a dudas respecto a la estrechez de miras de los que se
suponían continuadores de la obra de Morelos:
“Hasta esta fecha llegó a mis manos la atenta carta de usted de 10 del corriente” (en
ella) “descubrí en usted algunas ideas de liberalidad...Todo el mundo sabe que los
americanos, cansados de promesas ilusorias...levantaron el grito de libertad bajo el

61 Alamán T V PP. 47-53


62 Alamán p 19
63 Lorenzo de Zavala Umbral de la Independencia p 115
nombre de Fernando VII” declara sin rubor, “Cuando llegó a nuestra noticia la reunión
de las Cortes de España, creímos que calmarían nuestras desgracias... ¡Pero qué vanas
fueron nuestras esperanzas! ...Cuando agonizaba España, cuando oprimida hasta el
extremo por un enemigo ‘poderoso’, estaba próxima a perderse para siempre, cuando
más necesitaba de nuestros auxilios para su regeneración (subrayado por el
autor)...entonces descubren todo el daño y oprobio con que siempre alimentan a los
Americanos; entonces declaran su desmesurado orgullo y tiranía...no se nos concede
la igualdad de representación, ni se quiere dejar de reconocernos con la infame nota
de colonos, aun después de haber declarado a las américas parte integral de la
monarquía...Sabe Ud. que el Rey identifica nuestra causa con la de la Península...¿qué
causa puede justificar el desprecio con que nos miran los reclamos de los americanos
sobre innumerables puntos de gobierno, y en particular sobre la falta de
representación en las Cortes?...Estos, a quien usted reputa como enemigos, están muy
distantes de serlo...decídase usted por los verdaderos intereses de la nación, y
entonces tendrá la satisfacción de verme militar a sus órdenes...Convencido, pues, de
estas terribles verdades, ocúpese usted en beneficio del país donde ha nacido, y no
espere el resultado de los Diputados que marcharon a la península...Si generosamente
nos deja emancipar, entonces diremos que es un gobierno benigno y liberal; pero si
como espero, sucede lo contrario, tenemos valor para conseguirlo con la espada en la
mano...porque ni me ha de convencer nunca a que abrace el partido del Rey, sea cual
fuere, ni me amedrentan los millares de soldados con quienes estoy acostumbrado a
batirme...Vicente Guerrero.”64

Una vez que Iturbide sabe que no encontrará oposición seria en Guerrero, lo invita
a reunirse para zanjar lo que hubiera de diferencias: “Estimado amigo: No dudo en darle a
usted este título, porque la firmeza y el valor son las cualidades primeras que constituyen
el carácter del hombre de bien...dirigiéndonos usted y yo a un mismo fin, nos resta
únicamente acordar, por un plan bien sistemado, los medios que nos deben conducir
indudablemente, y por el camino más corto...Para facilitar nuestra comunicación me dirigiré
a Chilpancingo, donde no dudo que usted se servirá acercarse y que más haremos, sin duda,
en media hora de conferencia, que en muchas cartas...Agustín de Iturbide Tepecoacuilco, a
4 de febrero de 1821”65
Al mismo tiempo tomaba Iturbide otras medidas para asegurar el éxito de su
empresa. Desde Teloloapan hizo marchar al capitán de Celaya D. Manuel Díaz de la Madrid,
con el objeto de ponerse de acuerdo con el brigadier Negrete, igualmente a Valladolid y al
bajío envió al capitán Francisco Quintanilla quien debía proponer el proyecto a Quintanar,
así como Barragán y Parres, y pasar luego a Guanajuato para tratar con Bustamante y
Cortázar. “Juan Gómez Navarrete, nombrado diputado a Cortes por Michoacán y amigo,
quien citó reservadamente a todos sus compañeros estando en Veracruz...puso en
conocimiento de la Junta el plan de Iturbide...el comandante de la plaza de Tehuantepec

64 A. Magaña Esquivel, óp. Cit., p 71-78 Rincón de Santo Domingo, a 20 de enero de 1821, en Historia Documental pop
140-143.
65 Magaña Esquivel p 79-80 en Historia Documental pp 144-145
Patricio López, dejaron ver desconfianza en Iturbide: otros disgusto al plan propuesto, pues
se inclinaban a una república y repugnaban la monarquía que Iturbide intentaba establecer;
los más estaban por dejar que la independencia se hiciese y reservar para después de
lograda, el hacer sobre sistema de gobierno que mejor pareciese”66
Sin esperar la respuesta de Guerrero, Iturbide lanza el 24 de febrero de 1821 su
proclama conocida como Plan de Iguala, que no es sino una retahíla de conceptos,
disociados y absurdos para intentar justificar ante su soberano las razones de su infidencia,
que no es sino reflejo de esa mentalidad de sujeción continua, heredada de la colonia y
producto de la misma revolución iniciada por Hidalgo. El Plan contiene conceptos históricos
que harían sonrojarse al más ingenuo; sus desmedidas alabanzas a la Corona y a sus
trescientos años de dominación, explotación y saqueo rayan en lo disparatado; sus
conceptos de soberanía a más de desordenados resultan francamente ofensivos; el
despropósito de crear un poder legislativo constituyente, en que no le acordó la amplitud
de acción que deben tener poderes de este género, “y por el contrario se lo restringió
expresando que lo llamaba para establecer la constitución del imperio mexicano”67. Llama
la atención esa mentalidad de colonizado, de conquistado, que tanta desgracia ha traído a
nuestro país; lo más relevante es que la declaración de Iturbide coincide con el
establecimiento de un régimen personalista, fincando todas las facultades de gobernar en
un solo hombre, lo que se torna en el colmo cuando el ejercicio del poder personal se ofrece
a un monarca extranjero.
“Americanos: Bajo cuyo nombre comprendo no solo a los nacidos en América, sino a
los europeos, africanos y asiáticos, que en ella residen: tened la bondad de oírme. Las
naciones que se llaman grandes en la extensión del Globo fueron dominadas por otras
y hasta que sus luces no les permitieron fijar su propia opinión, no se emanciparon. Las
europeas...fueron esclavas de la Romana; y este Imperio, el mayor que reconoce la
historia, asemejó al padre de la familia, que en su ancianidad mira separarse de su casa
a los hijos y a los nietos...Trescientos años hacen la América Septentrional de estar bajo
la tutela de la Nación más católica y piadosa, heroica y magnánima. La España la educó,
engrandeció, formando esas ciudades opulentas, esos pueblos hermosos, esas
provincias y reinos dilatados...los daños que origina la distancia del centro de unidad y
viendo que la rama es igual al tronco: la opinión pública y la general de todos los
pueblos, es la independencia absoluta de la España y de toda otra Nación. Así piensa el
europeo, y así los americanos de todo origen. Esa misma voz que resonó en el pueblo
de Dolores el año de 1810...fijó también la opinión pública, de que la unión general
entre europeos y americanos, indios e indígenas es la única base sólida en que puede
descansar nuestra común felicidad. ¡Españoles europeos: vuestra patria es la América
porque en ella vivís; en ella tenéis comercio y bienes! americanos ¿Quién de vosotros
puede decir que no desciende de español? Ved la cadena dulcísima que nos une ¡Al
frente de un ejército valiente y resuelto, he proclamado la Independencia de la América
Septentrional! Es ya libre, es ya señora de sí misma, ya no reconoce ni depende de la
66 Alamán T V PP. 58-59
67 Montiel yDuarte, Isidro Antonio, Derecho Público Mexicano, México, Imprenta del Gobierno en Palacio, 1871, 4 Tomos,
I, p II
España, ni de otra Nación alguna...Oíd, escuchad las bases sólidas en que funda su
resolución: 1. La religión Católica Apostólica Romana, sin tolerancia de otra alguna. 2.
La absoluta independencia del Reino. 3. Gobierno Monárquico, templado por una
Constitución análoga al país. 4. Fernando VII y en sus casos los de su dinastía o de otra
reinante serán los emperadores, para hallarnos con un monarca ya hecho y precaver
los atentados de ambición. 5. Barra junta, ínterin, se reúnen Cortes que hagan efectivo
este Plan. 6. Este se nombrará Gubernativa, y se compondrá de los vocales ya
propuestos al señor Virrey. 7. Gobernará en virtud del juramento que tiene prestado al
Rey, ínterin este se presenta en México y los presta, y entonces se suspenderán todas
ulteriores órdenes. 8. Si Fernando VII no se resolviere a venir a México, la Junta de la
Regencia mandara a nombre de la Nación mientras se resuelva la testa que debe
coronarse. 9. Será sostenido ese Gobierno por el Ejercito de las Tres Garantías. 10. Las
cortes resolverán si ha de continuar esta junta o sustituirse una regencia, mientras llega
el Emperador. 12. Todos los habitantes de él, sin otra distinción que su mérito y
virtudes, son ciudadanos idóneos para optar cualquier empleo...14. El Clero Secular y
Regular, conservando en todos sus fueros y propiedades. 15. Todos los ramos del
Estado, y empleados públicos, subsistirán como en el día, y solo serán removidos los
que se opongan a este plan, y sustituidos por los que más se distingan en su adhesión,
virtud y mérito. 20. Interín se reúnen las cortes se procederá en los delitos con total
arreglo a la Constitución española...Americanos, he aquí el establecimiento y la
creación de un nuevo Imperio...Estos guerreros no quieren otra cosa que la felicidad
común...Asombrad a las Naciones de la culta Europa, vean que la América Septentrional
se emancipó sin derramar una sola gota de sangre...Agustín de Iturbide”68. “...de suerte
que la independencia vino a hacerse, por los mismos que hasta entonces habían estado
impidiéndola...”69

Las tres garantías ofrecidas a criollos, mestizos y europeos no eran otras que 1º La
de conservar la religión católica con el objeto único de proteger al Imperio de la amenaza
protestante, principalmente norteamericana; 2º La garantía de conservarles la propiedad a
los europeos y 3º La de conservar los fueros del clero secular y regular, así como los
privilegios y empleos de civiles y militares, bajo un régimen unipersonal que por si fuera
poco, garantiza el sometimiento de autóctonos, mestizos y mulatos.
No fue sino hasta el 9 de marzo que en Teloloapan se presentó Guerrero a Iturbide,
como se lo había anunciado en carta escrita desde el campo del Gallo en que le decía
“mañana muy temprano marcho sin falta de este punto para el de Ixcatepec, y en breve
tendrá V. S. a su vista, una parte del ejército de las Tres Garantías, del que tendré el honor
de ser un miembro y de presentármele con la porción de beneméritos hombres que
acaudillo, como un subordinado militar.” (Subrayado del autor)
En Cutzamala en donde estaba el 28 de marzo, Iturbide tuvo aviso de la salida que
hicieron de Jalapa la Columna de granaderos y los dragones de España para adherirse al
plan de Iguala “allí también se le presento D. Ramón Rayón que se había fugado de
68 M. Cuevas El libertador, documentos selectos de D. Agustín de Iturbide, colegidos por el P...México, Editorial Patria,
1947, 480-[4] p., p 192-194, en Historia Documental pop 145-148.
69 Alamán T IV p 419
Zitácuaro, temeroso de ser aprehendido por haber intentado con otros oficiales declararse
en favor de Iturbide”70 (el subrayado es del autor)
Y para que no quedara duda de la sumisión de los llamados insurgentes a tamaña
deslealtad (no al rey, sino a los principios dispuestos por José María Morelos) Nicolás Bravo,
que residía en Cuautla desde que fue puesto en libertad a consecuencia del decreto de
Fernando VII, recibió una carta de Iturbide, invitándolo para la revolución que iba a
promover “Iturbide insistió...Entonces Bravo se dirigió a Iguala poco después de la
publicación del plan que lleva este nombre...Bravo respondió ‘que no aspiraba a
distinciones, pues se presentaba a servir como soldado, y solo deseaba contribuir a realizar
la independencia de su patria’ “71(sic)
Los planes que existieron en el siglo XIX para independizar a nuestro país tuvieron
una fuerte dosis de influencia extranjera, incluso una vez conquistada ésta, no cesó la
sumisión a lo extranjero llámese España, Norteamérica, Inglaterra o la misma Francia.
Precisamente llama la atención el monarquismo y posterior fernandismo que
acompañó la lucha por la independencia desde la propuesta del Conde de Aranda, pasando
por la conspiración de Iturrigaray, Azcárate y Primo Verdad, Hidalgo, Aldama, Rayón, Coss,
Sixto Verduzco hasta llegar a Iturbide, en donde las similitudes, a excepción de Morelos,
resultan sorprendentes en cuanto a que de lo que se trataba a final de cuentas era de
gobernar el reino de la Nueva España a nombre de Fernando VII, el soberano depuesto por
los franceses en 1808
Los diputados novohispanos llamados a sesionar en las cortes y que reconocían a
Fernando VII, protestaron porque en la Convocatoria se llamaba a un limitado número de
representantes de América,
“pidiendo se deshaga el manifiesto agravio hecho a las jóvenes provincias de Ultramar
que se hallen en este suelo a que representen sumisa, pero enérgicamente al Gobierno,
pidiendo en las convocatorias de las Cortes para los años de 1820-1821. Estas deben
comenzar sus sesiones en 9 del próximo venidero julio...pues lo de los treinta suplentes
es enteramente diminuta e insignificante...digamos al Gobierno y a los habitantes de
Ultramar ‘Quince millones de almas, que componen las tres quintas partes de la
población total de ambas Españas, no se representan por solo treinta suplentes,
dóblese a lo menos su número...(de lo contrario) no puede llamarse Junta, Reunión, ni
Congreso nacional...Todos los ultramarinos odiamos con odio eterno el bárbaro
despotismo, porque hemos sido infelices víctimas suyas por más de tres siglos; pero
amaestrados al mismo tiempo por nuestras actuales revoluciones, somos también
enemigos de innovaciones extremadas, cuyos malos resultados hemos palpado muy de
cerca”72 (subrayado por el autor)

70 Alamán T V PP. 93-95


71 Alamán p T V 105
72 30 de marzo de 1820 PUEBLA reimpreso en la oficina de gobierno, 1820, Hernández y Dávalos 30. 620 Benson Latin

American Collection, Universidad de Texas en Austin, E.U.A, en adelante “Hernández y Dávalos BLAC”
De las mismas fechas es un MANIFIESTO, que refleja lo deteriorado de las relaciones
entre la oligarquía de la Nueva España y la de la metrópoli, llamado “de los Americanos que
residen en Madrid a las naciones de la Europa, y principalmente a la España, demostrando
las razones legales que tienen para no concurrir el día 28 de mayo a elegir Diputados que
representen los pueblos ultramarinos donde nacieron.” Manifiesto que prueba de un modo
fehaciente, que, a pesar de las quejas, era poco lo que se intentaría frente a la imposición.
“(Una vez que dieron fe de atención al cumplimiento de las obediencias a las Autoridades,
se aclara cual debe ser la obediencia reconociendo sus límites).
“Debemos obedecer la Ley, no al capricho de los hombres – comenzaba diciendo - Esta
es la diferencia entre una nación libre y la reunión de esclavos, a quienes no se les
consiente ni la queja...Es también un atentado si la potestad legítima excediéndose en
el poder que el pueblo le ha concedido obrar expresamente contra la Ley...La
Constitución española en el cap. 3° presenta las Autoridades en los tres ramos
legislativo, ejecutivo y judicial. La potestad de hacer leyes reside en las Cortes con el
Rey. La potestad de hacerlas ejecutar corresponde al Rey...Se llama a los Americanos
rebeldes...Según las naciones que no votaron, no por desobedientes, no por sediciosos,
sino por no ser perjuros a la Constitución...Si ni hay autoridad ¿cómo se señala el
número de treinta? ...El Consejo de Estado es el único Consejo del Rey...la Constitución
no le permite al Rey buscar asesores ni públicos ni secretos, fuera de ese cuerpo
establecido. Los decretos que aparezcan en oposición de nuestro Código fundamental,
no estamos obligados a obedecerlos, y la obediencia sería un crimen...S. M dice que
oyó al Consejo de Estado y a la Junta provisional, decidiéndose por el dictamen de
esta...no deben los Americanos la obediencia a un mandato contrario a la ley en
perjuicio de los derechos de los países que deben representar...la íntima persuasión de
la utilidad que resulta en estar unidos con la madre patria, habría obligado a los
Americanos a toda especie de sacrificios, como estos no fuesen hollando las leyes...y
vendiendo los intereses de las provincias ultramarinas...A los Americanos solo se les
conceden treinta representantes, luego no tienen derecho para nombrar uno por cada
setenta mil...Decir que la Ley no podía cumplirse porque se ignoraba el número
correspondiente a la población, es faltar a la honradez española, tan recomendada en
todos los siglos. ¿Podría ser tan grande la variación de la América, del año de 15 del
presente, que estuviese reducida a su mitad? Acogerse a lo delicado de un examen
sobre la situación de las Américas, es una excusa mucho más que frívola. ¿Están por el
Rey el virreinato (sic) del Perú, el de México, las Islas, el reino de Guatemala, ¿y la mayor
parte de Caracas? ...En cuanto a los países disidentes, es preciso que de un dilema se
elija uno de los dos miembros. O se les reconoce su independencia no admitiéndolos
en el Congreso, o se le da la representación más próxima al número de sus
habitantes...Cuando el número de americanos, que se hallan en España, fuese de mil
¿Por qué estos no podrían nombrar ciento veinte y cinco diputados que es la octava
parte? Tendrían que ocurrir...Parece subversiva la idea, de que no se sabe si las
provincias de América admitirán la Constitución. Esto es abrirle la puerta a la
independencia, aun conseguidos todos sus derechos. Las américas admitirán la
Constitución si es realizada; la miraran como un nombre vacío de sentido, si los abusos
antiguos subsisten, y si desde los principios se procura una inferioridad espantosa con
la península...se pudo abrazar un término medio que no admitía dudas: tal era, el de
hacer que se eligiesen setenta y seis que era el número al tiempo de llegar S. M. a
ocupar el trono de sus mayores.”73

El gobernador de La Habana juró la Constitución reimplantada el 7 de marzo de 1820


y se publicó en el Diario de la Habana el sábado 15 de abril de 1820.74
Las reacciones contrarias al juramento, y a las mismas cortes, no se hicieron esperar.
VIVA EL REY Y LA CONSTITUCIÓN, es un documento aparecido en 1820 en la colonia, en que
queda de manifiesto no solamente lo maltrecho de las relaciones con España, sino que es
la prueba visible del enojo que para la aristocracia colonial representaba la Constitución
liberal española, que si bien no iba a fondo en contra del absolutismo Borbón, sí limitaba
algunas de sus atribuciones “cuando lo mande su Majestad...yucatecos: el que trate de
lisonjearos con fementidas esperanzas, los que crean dispersaros con movimientos ajenos
del buen orden, cuantos intenten sofocar vuestra fidelidad y amor al Rey N. S., no procuran
vuestra felicidad, y son los verdaderos tiranos de ella...la norma y pauta con que os invitan
en los impresos que están circulando y fijando en los puestos públicos, para seguir el
ejemplo del pueblo de la Habana, no presentan un fundamento de acierto ni ofrecen
aquella seguridad que caracteriza al fiel y religioso español...despreciad a los que procuran
distraeros de vuestros talleres; separaros de vuestros negocios; poner en consternación a
vuestras familias; alucinaros con insidiosas refleciones (sic)...pues estos son enemigos
declarados de Dios, del Rey y de la Constitución misma...Mérida 25 de abril de 1820...”75
Desde luego que los intereses económicos eran los fundamentales para renegar de
España y de las Cortes, lo que queda expresado en el siguiente documento dado a la
imprenta para su distribución:
“JUICIO DE UN AMÉRICANO SOBRE LA CONDUCTA OBSERVADA POR SUS
PAISANOS EN LA PENINSULA...americanos...reclamando a S. M. Por la visible
desigualdad con que nos trata la Junta Provisional al asignar 30 suplentes por todas las
provincias de Ultramar...yo no quiero que me roben tan dulce satisfacción...¡Gloria
eterna a vosotros que entre tantos movimientos políticos, y sacudimientos tan
enormes solo tenéis a la vista una Patria infeliz y despreciada!...el Manifiesto de la Junta
Provisional...se concede a las provincias de Ultramar la representación
verdaderamente mezquina de 30 suplentes, como si entre vosotros faltasen hombres
de talento y de luces, como si faltasen amantes de la Patria (sic) como si faltase quien
siquiera siguiese el dictamen de sus paisanos los inteligentes, y dijese (sic) a su vez:
Voto a favor de los Ultramarinos...Podrá decirse que los 149 vocales Peninsulares como
hombres de bien verán por nuestros intereses: yo y todos desde ahora suponemos que
pues lograron la confianza de su Nación, merecen también la nuestra; pero hablar a
favor de un país en que no se ha nacido, hablar de necesidades y abusos que no se
conocen, hablar de unos ciudadanos cuyo carácter se ignora, procurar prosperidades y
beneficios de que no se ha de gozar son cosas que no entiendo: esto equivale a que un

73 Hdz y Dávalos Impreso en Madrid en la Oficina de Vega y Compañía, año de 1820 y reimpreso en Méjico en la de D.
Alejandro Valdez 1820
74 Hdz, y Dávalos, Miguel de Castro y Araoz Oficina a cargo de D. M. Anguas
75 Hdz, y Dávalos, Miguel de Castro y Araoz.
hijo de Nueva España represente por Filipinas, un Limeño por Guatemala, un Peruano
por Canarias, y un Californiano por España, esto es confundir las ideas, es desconocer
el plan del gobierno representativo. No basta integridad, y talento para llevar los
poderes de una provincia, se requiere además un gran fondo de conocimientos de ella,
y más que todo un amor vehemente, un entusiasmo patriótico sin límites hacia el país
comitente, amor y entusiasmo...Aunque se suponga que el congreso actual de cortes
es un congreso de Catones, siempre que se choquen los intereses de América y España,
los Catones Españoles firmarán sin remedio contra nosotros porque así lo exigen sus
provincias...Supóngase que en alguna de las sesiones se trata de un negocio en que
estén contrapuestos los intereses de Ultramar y Citramar como por ejemplo el
comercio: en este caso se discutirá la materia: declarado por el Presidente estar
suficientemente discutida, se procederá a votación: los representantes de la Antigua
España en cumplimiento de sus deberes y atentos al bien de sus provincias votaran a
favor del comercio activo de la Península con la América: los diputados de ésta en
desempeño de sus obligaciones y decididos por el bien de su país votarán contra dicho
comercio;...No se me diga que el comercio pasivo de América con España es lucrativo
para aquella: lo contrario está demostrado, porque las manufacturas de este suelo son
caras y generalmente malas, y las de aquel son buenas y baratas: el consumo está en
razón directo de la perfección de los artículos y de la comodidad del precio en que se
venden: luego los artesanos del nuevo mundo deben perecer: luego el comercio en
cuestión es perjudicial a mi Patria. Aún hay otra prueba más invencible. El total de
importaciones de la Península hechas solo en Nueva España desde el año de 48 a 53
asciende a 35.698.395 libras francesas, y exportaciones en dinero y artículos del país
suben a 56.216.553 libras: luego Nueva España sin contar los otros virreinatos perdió
en un quinquenio más de 20 millones de libras luego el comercio en cuestión es muy
nocivo a estas regiones”76

Hemos querido reproducir extractos de algunos documentos de la época, con el


objeto no sólo de ilustrar el éxito posterior que van a tener los planes de Iturbide en la
conspiración en contra de la España liberal, sino para destacar también el carácter de
sumisión que guardan hacia el rey las diferentes manifestaciones contrarias a la publicación
del decreto de marras y su juramento posterior por parte de las autoridades virreinales,
pero la respuesta de los peninsulares radicados en América es incontrastable: LA
INDEPENDENCIA, es un documento que circuló en dicha época que decía:
“Si Americanos, los que solicitáis la independencia sois los culpables, sois criminales y
delincuentes ante todo el mundo y ante el trono del Eterno, acabáis de jurar en las aras
del Altísimo la observancia de la Constitución...y ¿quién os ha levantado el
juramento?...vuestra misma Patria que acaba de ser libre de la opresión en que yacía
por el inmortal Código que empezaba a respirar el suave aroma de la libertad...las artes,
las ciencias, el comercio protegido por un Gobierno justo os hubiera hecho
felices,......ingratos hijos, prostituidos y espurios, cesad en vuestro intento, aún tienen
remedio...nosotros peleamos por una causa justa y vosotros por un delito, por un
crimen y por un capricho que aún no conocéis: nosotros acostumbrados a batirnos con
naciones guerreras y últimamente con la Francia ¿y vosotros sois más temibles, más
76Hdz, y Dávalos. Imprenta de D. Mariano Ontiveros: año de 1820 Hdz y Dávalos Se vende en la Librería de Recio, portal
de Agustinos.
guerreros y más ilustrados que esta?, no: ustedes vosotros solo sois unos cobardes
fementidos, unos enemigos de unos enemigos del orden y de vuestra propia
tranquilidad”77

El equilibrio de los dos grupos de poder (españoles y mestizos) se mantuvo mientras


fue evidente la supremacía de la metrópoli sobre la colonia, pero mediante la crítica atroz
contra los españoles, lograron despertar viejos agravios
Se asegura que ya la Corona había agotado la paciencia de los peninsulares desde
que había solicitado $20, 000,000.00 para proseguir su guerra en Europa y se habían llevado
los fondos existentes en la tesorería de la Nueva España en 1811 “lo que en el europeo era
un acto voluntario y generoso, en el mexicano se convertía en exacciones odiosas, que con
tanta repetición venían a ser intolerables”78
Probablemente la queja más sonora la represente el siguiente documento titulado
INICIATIVA DE UN MEJICANO A TODOS LOS ESPAÑOLES, en que se llevan a cabo serias
críticas al comportamiento europeo de las Cortes, pero sobre todo reflejan los enormes
resentimientos de las clases pudientes ante las clases afines españolas:
“En defensa de la que se publicó en la Península reclamando el número de diputados
de ultramar para las presentes Cortes fecha en Valladolid en 30 de marzo de este año
E IMPUGNACION de los errores y proposiciones sediciosas del artículo inserto en el
suplemento al Noticioso general de 27 de septiembre. MÉXICO 1810 Imprenta de Don
Alejandro Valdez...Para la América particularmente ha sido el objeto de una tiranía de
que quizá no hay ejemplo...acostumbrada a sufrir este yugo no se ha resentido. Su
ignorancia la ha tenido sin movimiento, pero ha sucedido que de repente ha recibido
un golpe de luz tan grande que en otros trescientos años no pudiera haberlo recibido.
Ha llegado el caso de saber sus derechos...Ve que los Españoles pelean por cortar la
cabeza al despotismo y a la arbitrariedad...La España tomó vigor, y lo mismo quiere
hacer la América...Diario de las Cortes tomo 2 pág. 325...contestación al artículo inserto
en el suplemento al Noticioso general del 27 de septiembre...En él se imputan al primer
Americano que en la Península reclamó nuestros derechos, errores que estuvo muy
distante de cometer...En él se pinta a los Americanos con los rasgos más
degradantes...se les echan en cara vicios, y defectos incorregibles...En él finalmente se
respira sangre, exterminio general; y por más que trate de ocultarse la mano que lo
escribió, no pude menos de reconocerse en él uno de aquellos genios furiosos que
piden muerte y aniquilación sin saber lo que piden...(hay) quien pretenda en el siglo 19
mantener a la virtuosa América atada al carro fatal del despotismo; y que sus hijos,
antes ovejas sufridoras, son ya en el día leones furiosos que saben defender su
libertad...La mitad ó algo más de la población de las américas (se dice en él) se halla en
insurrección, y en tal estado no puede ser representada...Ahora ¿se han agotado ya
todos los recursos que dicta la política para que esos rebeldes admitan la Constitución?
¿Qué validación darán los americanos en este estado de división a sus propuestas, y
deliberaciones en el congreso de la península) ...O se cree que los americanos en el

77Hdz. Y Dávalos. MÉXICO 1821 Impresa en la oficina de D. José María Betancourt, calle de S. José el Real núm. 2.
78Flores Caballero, Romeo, La contrarrevolución en la independencia los españoles en la vida política , social y económica
de México (1804-1838) El Colegio de México segunda edición México 1973 p 11 y p 52
caso tienen justas razones para no ratificar lo obrado, ó se les hace la injuria de
suponerlos siempre dispuestos a resistir las deliberaciones del congreso por un antojo,
¿ó capricho? Si se elige el primer extremo, se debe confesar que los americanos deben
protestar de nulidad de todo cuanto se determinó desde el establecimiento de las
Cortes, verificando cuando ya las américas estaban en ese estado de división Si se elige
el segundo ¿Cómo es que es que la mitad de las américas lo ha reconocido? El objetivo
principal de la reunión en Cortes miraba al estado de la península, y no al de las
Américas. ¡Conque las Cortes nos engañaron en asegurarnos, como nos aseguraron mil
veces, que sus trabajos, y continuas deliberaciones se dirigían al bien general de toda
la nación, en el cual se comprendían las américas, como declarada ya parte integrante
de la monarquía!) ¿Por qué no se tomaría también esencialmente en consideración el
estado de las Américas? ¿Sería acaso porque su población era mayor que la de la
península? ¿Sería por los inmensos tesoros que enviaba a su Metrópoli, para que
pudiesen sostener la gloriosa lucha con un pérfido invasor? ¿O seria en fin porque
destrozados de guerras intestinas, y necesidades más que nunca de reformas sabias, y
acertadas, reclamaban la compasión, y los tiernos cuidados de su madre? ...El General
Calleja...a donde quiera que movía sus tropas iba precedido de llanto y desolación...La
Inquisición, y algunos fanáticos, tratando a los disidentes de herejes...hacían de una
guerra política una guerra de religión, y enconaban más y más los partidos...2a
proposición. No se denigra al gobierno español con decir que en ultramar han reinado
la tiranía y el despotismo...A nadie se denigra con una verdad, y mucho menos con una
verdad confesada: la existencia de la tiranía y despotismo en ultramar se acaba de
demostrar...lo hacen ver los impresos de ambos hemisferios, que son el órgano de la
opinión pública...la convocatoria de Cortes. Allí (pág. 12) se ve escrito ‘ya sois hombres
libres, (luego antes no lo éramos) y el genio odioso de la tiranía huye despavorido de
nuestro feliz suelo...llevando sus ensangrentadas cadenas (luego dominaba y
sanguinariamente) a países menos venturosos’...3ª proposición. La aplicación de la ley
en América ha sido nula, y nulo también el premio de los servicios y del trabajo
individual...la diferencia de fortunas no está en manos del gobierno; sino en las de las
personas mismas, de cuyo defecto siempre se ha de adolecer, aun en el estado mismo
de una absoluta independencia... repetid ¡La ley ha sido igual para europeos y
Americanos!...Quizá por eso en la convocatoria de Cortes se asignan treinta suplentes
para ultramar, y se insiste en ese número a pesar de tantas y tan convincentes
reclamaciones...‘El europeo más miserable...puede algún día llegar a ocupar los
puestos que son casi inaccesibles a los naturales, aun a aquellos que se distinguen por
sus talentos, por sus conocimientos y por sus calidades morales’...La opresión y el
despotismo nunca se defienden impunemente, y mucho menos en el siglo de la
libertad;...pero ya lo veis, se nos insulta: se trata de mantenernos en la opresión, y se
quieren soldar las no bien limadas cadenas de nuestra esclavitud...a la hora de esta ya
han recibido las provincias una herida mortal”

El amanecer de la tercera década del siglo XIX encontró a la Colonia en aparente


calma. Los rebeldes se habían reducido al mínimo y no ofrecían franco peligro a la marcha
del gobierno. En tales circunstancias se recibió la noticia del triunfo del movimiento liberal
dirigido por Rafael Riego en la península. “Su triunfo, y el sometimiento de Fernando VII a
la Constitución de 1812, constituyeron un cambio que las oligarquías española y criolla no
estaban dispuestas a aceptar. La insurgencia quizás hubiera despertado ante esta nueva
oportunidad. Después de diez años de lucha, habían aumentado los liberales, y existía un
buen número de españoles enemigos del absolutismo.”79
Los grupos ligados con la magistratura estaban conscientes de las ventajas que
aportaban las constituciones que frenaban la arbitrariedad y el capricho de las autoridades,
“que otorgaban a los ciudadanos un mínimo de garantías y que abrían a los americanos la
posibilidad de hacer oír su voz en las asambleas políticas”80.
“La clase media instruida, consciente de su valor y más politizada, aspiraba al
cambio. Letrados, eclesiásticos y militares, influidos por el liberalismo, la masonería y la
ilustración, que también renovaba la teología, estaban predispuestos a los cambios.”81
Así fue como, el 26 de mayo el general José Dávila, gobernador de Veracruz se vio
obligado por los habitantes del puerto a proclamar la constitución y dos días después en
Jalapa. Se dice que la presión fue tan violenta que el virrey Apodaca, evitando que los
habitantes de la ciudad de México le impusieran la jura de la constitución, la proclamó él
mismo el 31 de mayo de 1820. “El doctor Blas Osés...inauguró el 28 de noviembre de 1820,
en la Universidad de México, la cátedra de Constitución”82-
Alamán sostiene que Apodaca advirtió entonces: “Señores, ya ustedes me han
obligado a proclamar y jurar la constitución: esperen ustedes ahora la independencia, que
es lo que va a ser resultado de todo esto”83
Juan Ruiz de Apodaca había sustituido a Venegas dentro de la llamada ‘campaña de
perdón’ emprendida por el gobierno de la metrópoli84, y rigió Nueva España del 20 de
septiembre de 1816 al 5 de julio de 1821, fecha en que fue destituido por las tropas
españolas. Apodaca no se concitó la enemistad real, pues se dice que Fernando VII le
escribiría en momentos de apuros a finales de 1820 que las presiones que experimentaba
en España “lo tenían desazonado y por ello pensaba partir a México, en donde encontraría
vasallos más fieles y obedientes...La destitución forzada que de él hicieron las tropas
españolas el 5 de julio de 1821, fue en virtud de que Apodaca veía con buenos ojos el
movimiento ‘Trigarante’ iniciado por Iturbide y los lineamientos del Plan de Iguala.”85
Es probable que la población española que vivía en México a principios de la
independencia “haya sido superior a 15,000 y que, de ellos, la mitad fueran militares, y
aproximadamente 1,500 religiosos...este reducido grupo de españoles en la cúspide de la
sociedad. Unidos a ellos, se encuentran los criollos acaudalados. Los primeros dominaban
el comercio y controlaban la administración para sus intereses y los del rey. Los segundos,
debido al carácter hereditario de sus posesiones, estaban ligados principalmente a la

79 Romeo Flores, op. cit. p 62


80 Torre Villar, de la op. cit. p 123
81 Villar p 124
82 Villar p 125
83 Alamán t V p 19
84 Flores Caballero op. cit. p 61
85 Torre Villar, Ernesto op. cit. p 119
minería y a la agricultura. Ambos grupos eran los directores de la economía, la sociedad y
la política.86
Como la Constitución de 1812 era el documento que regiría el gobierno de la
Colonia, se aprestaron a jurarla. Los criollos, más que los españoles, estaban dispuestos a
cuidar su obediencia, porque el carácter liberal de la Constitución afectaba los intereses
económicos de éstos y de la Iglesia. La implantación de libre comercio, el libre cultivo, la
libre distribución del azogue para la minería, la eliminación de los fueros eclesiásticos y
militares, la transformación del virrey en jefe político de la provincia de México, y la libertad
de imprenta, eran medidas a las que la oligarquía se había opuesto constantemente87
Entre los acuerdos que lesionaban a la alta clerecía debemos contar “La primera fue,
la supresión de la compañía de Jesús, decretada en 17 de agosto...Sus bienes fueron
aplicados al crédito público...desafuero del clero, la supresión de monacales y reforma de
regulares...por la del 1º de octubre, fueron suprimidos en España todos los monasterios de
las ordenes monacales, debiendo serlo también en América”88
Entre los diputados que habrían de partir a España prevalecieron en la elección “los
elementos que habían concurrido a la revolución que acababa de efectuarse: haber
contribuido a ella, haber sido perseguido por liberal o estar alistado en la masonería, fueron
los títulos que se buscaron en los candidatos...Los suplentes elegidos por Nueva España,
fueron D. Miguel Ramos Arizpe y D. José Mariano de Michelena, ambos activos
cooperadores de la revolución...D. José María de Couto, D. Manuel Cortázar, D. Francisco
Fagoaga, D. José María Montoya y D. Juan de Dios Cañedo”89, estos últimos que no
contribuyeron en absoluto y formaban parte de la élite colonial.
“EL coronel D. Matías Martín y Aguirre...D. Tomas Murphy y D. Andrés del
Río...promovieron varias disposiciones...baja de los derechos reales y de amonedación
sobre la plata y el oro: el establecimiento de diputaciones o juntas provinciales en todas las
intendencias, y la dispensa de diezmos al cacao que se cultivase en la Nueva España...las
reformas se siguieron haciendo en este segundo periodo en el cual se decretó la reducción
de los diezmos a la mitad, mandándose vender todos los bienes raíces rústicos y urbanos,
pertenecientes al clero y a las fábricas de las iglesias, para indemnizar a los partícipes legos
en aquella contribución. La mitad que se dejó al clero se gravó por vía de subsidio con el
pago de millón y medio de pesos anual, y a los propietarios, en vez de la mitad que dejaban
de pagar, se les impuso una contribución directa de nueve millones, sobre los predios
rústicos y urbanos.”90

86 Romeo Flores p 7
87 Ibídem , p 55
88 Alamán T V PP. 25-26
89 Alamán T V p 23
90 Alamán Tomo V PP. 30
Toda esta situación, que los aristócratas coloniales consideraban ominosas para sus
intereses, fueron el caldo de cultivo ideal para que prosperara la conjura de Iturbide con su
Plan de Iguala, sus Tratados de Córdoba y su declaración de independencia.
Parece ser que la conspiración parece se inició en el aposento de Matías de
Monteagudo en el oratorio de San Felipe Neri, quien había sido inquisidor y que por la
aplicación de la constitución de Cádiz había perdido su empleo, aunque conservó el de
Rector de la Universidad y Arcediano de la Catedral Metropolitana. En estas reuniones se
había llegado al acuerdo de que sería necesario, que el virrey Juan Ruiz de Apodaca no
proclamara la constitución argumentando que el rey no se encontraba en libertad de actuar
porque era rehén de los liberales, y que de momento se gobernara según las Leyes de Indias.
Este plan se vio frustrado al proclamar el virrey precipitadamente la Constitución. Aun así,
gracias a la intervención de Monseñor Matías de Monteagudo, se comisionó a Iturbide para
que se encargara del ejército que combatía a Vicente Guerrero y a Pedro Asencio en el sur
del país, su primer intento de derrotarlos militarmente fracasó, así que decidió terminar la
guerra de un modo parlamentario.
La llegada de Iturbide a la “Comandancia del sur y rumbo de Acapulco” se debió a la
renuncia que del puesto hizo Armijo, y por recomendación de Monteagudo, Apodaca se
decidió por Iturbide para dicho puesto El nombramiento se verificó el 9 de noviembre. El
empeño de Iturbide desde su salida de México fue hacerse de la mayor fuerza y recursos
que pudiese reunir, con cuyo fin instó al virrey para que se le mandasen todas las tropas y
dinero posible,
“lisonjeándolo con las más halagüeñas esperanzas...citó a Quintanilla para la tarde. En la
conferencia que tuvieron le manifestó Iturbide sin embozo el objeto con que había salido de
México y le dio conocimiento de su plan...Quintanilla no se atrevía a creer lo que oía...‘no le dijo
Iturbide, con resolución, nada tiene esto de incierto : Usted desconfía, pero documentos
intachables harán desaparecer toda incertidumbre’ y abriendo una gaveta, le puso en las manos
el plan que después fue proclamado en Iguala, y la correspondencia que llevaba con varias
personas de México, entre cuyas firmas vio Quintanilla con no menor sorpresa, las de sujetos
de la más alta categoría. Entonces le aseguró que el batallón haría lo que Iturbide le mandase,
recomendándole éste el más riguroso secreto...Miguel Arroyo y Valentín Canalizo (que fue
posteriormente Presidente provisional de la república) (Gomes Pedraza en su manifiesto citado,
dice haberle dado cartas para Parres, Echavarri, Bustamante, Anastasio Román de Teloloapan y
Arce de los Llanos de Apan, a algunos de los cuales Iturbide no conocía)...el obispo de
Guadalajara le había franqueado 25,000 pesos...al virrey le expuso...que antes de concluir
febrero, podamos bendecir al Señor Dios de los ejércitos y tributarle en el sacrificio incruento
las más sumisas y reverentes gracias...se ahorrarían de 250 a 300,000 pesos a la hacienda
nacional con el gasto oportuno de 10 o 12,000, rediciéndose la campana a dos meses y medio
o tres...’Tengo mucho adelantado en este plan’ decía Iturbide...Esta facilidad del virrey en
acceder a todo cuanto Iturbide pedía, ha sido considerada como una prueba de que estaba de
acuerdo en el plan de revolución que se tramaba...pero todo concurre a persuadir que no tuvo
parte alguna en lo que intentaba, y lo demuestran los artificios de que Iturbide se valió para
mantenerlo engañado...no podía presumir en otro una perfidia que él era incapaz de
cometer...la fuerza que tenía Iturbide era de 2,479 hombres”91

91 Alamán T V PP. 47-53


Así, diría Lucas Alamán, la consumación de la independencia de México, fue
resultado de un movimiento de reacción causado por la promulgación de la constitución de
Cádiz, puesto que afectaba los intereses del clero; por el ejército americano, que al finalizar
la rebelión se encontró con que los militares procedentes de la península gozaban de
preferencia frente a las unidades americanas “y por el pueblo que veía con desagrado la
desaparición de las órdenes religiosas ya que esta medida afectaba la educación de sus
jóvenes”92(sic)
Aproximadamente a comienzos de enero de 1821 Iturbide envió una carta a Vicente
Guerrero, en la que lo invitaba a que “renunciase a la empresa que tanta sangre le había
costado al país’ haciéndole hincapié en los diputados que ya partían a España, y que la
constitución ofrecía instituciones liberales y la igualdad, donde los mexicanos serian
tratados como hombres libres, le recordaba la fuerza de los ejércitos virreinales y al final le
invitaba a fraternizar con él”93
Guerrero le responde a Iturbide con una carta que no deja lugar a dudas respecto a
la estrechez de miras de los que se suponían continuadores de la obra de Morelos:
“Hasta esta fecha llegó a mis manos la atenta carta de usted de 10 del corriente” (en
ella) “descubrí en usted algunas ideas de liberalidad...Todo el mundo sabe que los
Americanos, cansados de promesas ilusorias...levantaron el grito de libertad bajo el nombre
de Fernando VII” declara sin rubor, “Cuando llegó a nuestra noticia la reunión de las Cortes
de España, creímos que calmarían nuestras desgracias... ¡Pero qué vanas fueron nuestras
esperanzas! ...Cuando agonizaba España, cuando oprimida hasta el extremo por un
enemigo ‘poderoso’, estaba próxima a perderse para siempre, cuando más necesitaba de
nuestros auxilios para su regeneración (subrayado por el autor)...entonces descubren todo
el daño y oprobio con que siempre alimentan a los Americanos; entonces declaran su
desmesurado orgullo y tiranía...no se nos concede la igualdad de representación, ni se
quiere dejar de reconocernos con la infame nota de colonos, aun después de haber
declarado a las américas parte integral de la monarquía...Sabe ud. Que el Rey identifica
nuestra causa con la de la Península...¿qué causa puede justificar el desprecio con que nos
miran los reclamos de los americanos sobre innumerables puntos de gobierno, y en
particular sobre la falta de representación en las Cortes?...Estos a quien usted reputa como
enemigos, están muy distantes de serlo...decídase usted por los verdaderos intereses de la
nación, y entonces tendrá la satisfacción de verme militar a sus órdenes...Convencido, pues,
de estas terribles verdades, ocúpese usted en beneficio del país donde ha nacido, y no
espere el resultado de los Diputados que marcharon a la península...Si generosamente nos
deja emancipar, entonces diremos que es un gobierno benigno y liberal; pero si como

92 Alamán p 19
93 Lorenzo de Zavala Umbral de la Independencia p 115
espero, sucede lo contrario, tenemos valor para conseguirlo con la espada en la
mano...porque ni me ha de convencer nunca a que abrace el partido del Rey, sea cual fuere,
ni me amedrentan los millares de soldados con quienes estoy acostumbrado a
batirme...Vicente Guerrero.”94
Una vez que Iturbide sabe que no encontrará oposición seria en Guerrero, lo invita
a reunirse para zanjar lo que hubiera de diferencias: “Estimado amigo: No dudo en darle a
usted este título, porque la firmeza y el valor son las cualidades primeras que constituyen
el carácter del hombre de bien...dirigiéndonos usted y yo a un mismo fin, nos resta
únicamente acordar, por un plan bien sistemado (sic), los medios que nos deben conducir
indudablemente, y por el camino más corto...Para facilitar nuestra comunicación me dirigiré
a Chilpancingo, donde no dudo que usted se servirá acercarse y que más haremos, sin duda,
en media hora de conferencia, que en muchas cartas...Agustín de Iturbide Tepecoacuilco, a
4 de febrero de 1821”95
Al mismo tiempo tomaba Iturbide otras medidas para asegurar el éxito de su
empresa. Desde Teloloapan hizo marchar al capitán de Celaya D. Manuel Díaz de la Madrid,
con el objeto de ponerse de acuerdo con el brigadier Negrete, igualmente a Valladolid y al
bajío envió al capitán Francisco Quintanilla quien debía proponer el proyecto a Quintanar,
así como Barragán y Parres, y pasar luego a Guanajuato para tratar con Bustamante y
Cortázar. “Juan Gómez Navarrete, nombrado diputado a Cortes por Michoacán y amigo,
quien citó reservadamente a todos sus compañeros estando en Veracruz. ...puso en
conocimiento de la Junta el plan de Iturbide...el comandante de la plaza de Tehuantepec
Patricio López, dejaron ver desconfianza en Iturbide: otros disgustos el plan propuesto, pues
se inclinaban a una república y repugnaban la monarquía que Iturbide intentaba establecer;
los más estaban por dejar que la independencia se hiciese y reservar para después de
lograda, el hacer sobre sistema de gobierno que mejor pareciese”96
Sin esperar la respuesta de Guerrero, Iturbide lanza el 24 de febrero de 1821 su
proclama conocida como Plan de Iguala, que no es sino una retahíla de conceptos,
disociados y absurdos para intentar justificar ante su soberano las razones de su infidencia,
que no es sino reflejo de esa mentalidad de sujeción continua, heredada de la colonia y
producto de la misma revolución iniciada por Hidalgo. El Plan contiene conceptos históricos
que harían sonrojarse al más ingenuo; sus desmedidas alabanzas a la Corona y a sus
trescientos años de dominación, explotación y saqueo rayan en lo disparatado; sus
conceptos de soberanía a más de desordenados resultan francamente ofensivos; el
despropósito de crear un poder legislativo constituyente, en que no le acordó la amplitud
de acción que deben tener poderes de este género, “y por el contrario se lo restringió

94 A. Magaña Esquivel, óp. Cit., p 71-78 Rincón de Santo Domingo, a 20 de enero de 1821, en Historia Documental pop
140-143.
95 Magaña Esquivel p 79-80 en Historia Documental pp144-145
96 Alamán T V PP. 58-59
expresando que lo llamaba para establecer la constitución del imperio mexicano”97; llama
la atención esa mentalidad de colonizado, de conquistado, que tanta desgracia ha traído a
nuestro país; lo más relevante es que la declaración de Iturbide coincide con el
establecimiento de una régimen personalista, fincando todas las facultades de gobernar en
un solo hombre, lo que se torna en el colmo cuando el ejercicio del poder personal se ofrece
a un monarca extranjero.
“Americanos: Bajo cuyo nombre comprendo no solo a los nacidos en América, sino a
los europeos, africanos y asiáticos, que en ella residen: tened la bondad de oírme. Las
naciones que se llaman grandes en la extensión del Globo fueron dominadas por otras
y hasta que sus luces no les permitieron fijar su propia opinión, no se emanciparon. Las
europeas...fueron esclavas de la Romana; y este Imperio, el mayor que reconoce la
historia, asemejó al padre de la familia, que en su ancianidad mira separarse de su casa
a los hijos y a los nietos...Trescientos años hacen la América Septentrional de estar bajo
la tutela de la Nación más católica y piadosa, heroica y magnánima. La España la educó,
engrandeció, formando esas ciudades opulentas, esos pueblos hermosos, esas
provincias y reinos dilatados...los daños que origina la distancia del centro de unidad y
viendo que la rama es igual al tronco: la opinión pública y la general de todos los
pueblos, es la independencia absoluta de la España y de toda otra Nación. Así piensa el
europeo, y así los americanos de todo origen. Esa misma voz que resonó en el pueblo
de Dolores el año de 1810...fijó también la opinión pública, de que la unión general
entre europeos y americanos, indios e indígenas es la única base sólida en que puede
descansar nuestra común felicidad. ¡Españoles europeos: vuestra patria es la América
porque en ella vivís; en ella tenéis comercio y bienes! americanos ¿Quién de vosotros
puede decir que no desciende de español? Ved la cadena dulcísima que nos une ¡Al
frente de un ejército valiente y resuelto, he proclamado la Independencia de la América
Septentrional! Es ya libre, es ya señora de sí misma, ya no reconoce ni depende de la
España, ni de otra Nación alguna...Oíd, escuchad las bases sólidas en que funda su
resolución: 1. La religión Católica Apostólica Romana, sin tolerancia de otra alguna. 2.
La absoluta independencia del Reino. 3. Gobierno Monárquico, templado por una
Constitución análoga al país. 4. Fernando VII y en sus casos los de su dinastía o de otra
reinante serán los emperadores, para hallarnos con un monarca ya hecho y precaver
los atentados de ambición. 5. Barra junta, ínterin, se reúnen Cortes que hagan efectivo
este Plan. 6. Este se nombrará Gubernativa, y se compondrá de los vocales ya
propuestos al señor Virrey (sic). 7. Gobernará en virtud del juramento que tiene
prestado al Rey, ínterin este se presenta en México y los presta, y entonces se
suspenderán todas ulteriores órdenes. 8. Si Fernando VII no se resolviere a venir a
México, la Junta de la Regencia mandara a nombre de la Nación mientras se resuelva
la testa que debe coronarse. 9. Será sostenido ese Gobierno por el Ejercito de las Tres
Garantías. 10. Las cortes resolverán si ha de continuar esta junta o sustituirse una
regencia, mientras llega el Emperador. 12. Todos los habitantes de él, sin otra distinción
que su mérito y virtudes, son ciudadanos idóneos para optar cualquier empleo...14. El
Clero Secular y Regular, conservando en todos sus fueros y propiedades. 15 Todos los
ramos del Estado, y empleados públicos, subsistirán como en el día, y solo serán
removidos los que se opongan a este plan, y sustituidos por los que más se distingan

97 Montiel y Duarte, Isidro Antonio, Derecho Público Mexicano, México, Imprenta del Gobierno en Palacio, 1871, 4 Tomos,
I, , p II
en su adhesión, virtud y mérito. 20. Interín se reúnen las cortes se procederá en los
delitos con total arreglo a la Constitución española...Americanos, he aquí el
establecimiento y la creación de un nuevo Imperio...Estos guerreros no quieren otra
cosa que la felicidad común...Asombrad a las Naciones de la culta Europa, vean que la
América Septentrional se emancipó sin derramar una sola gota de sangre...Agustín de
Iturbide”98. “...de suerte que la independencia vino a hacerse, por los mismos que hasta
entonces habían estado impidiéndola...”99

Las tres garantías ofrecidas a criollos, mestizos y europeos eran 1º La de conservar


la religión católica con el objeto único de proteger al Imperio de la amenaza protestante,
principalmente norteamericana; 2º La garantía de conservarles la propiedad a los europeos
y 3º La de conservar los fueros del clero secular y regular, así como los privilegios y empleos
de civiles y militares, bajo un régimen unipersonal que además garantiza el sometimiento
de autóctonos, mestizos y mulatos.
Iturbide alegaba que si llamaba a Fernando VII lo hacía como maniobra política,100
mismo argumento que emplearon Liceaga y Rayón ante los reclamos de Morelos por el
excesivo fernandismo que inspiraba su causa, pues como es sabido, Morelos no compartía
los puntos de vista de la Junta de Zitácuaro “pero invitado nuevamente por Rayón el 19 de
julio de 1812 a exponer su opinión, se redujo a recomendar lo que tenía por más urgente,
que era el nombramiento del quinto vocal, y ‘que se quitase la máscara a la independencia’
cesando de tomar el nombre de Fernando VII (subrayado por el autor)...hizo conocer a
Rayón los inconvenientes de su Constitución o más que todo, porque publicada ya la
española iba a parecer monstruoso tal proyecto...y en una nueva comunicación dirigida a
Morelos desde Puruarán en 2 de mayo de 1813 (causa de Rayón) desiste de la
publicación...aunque por ella dice ‘nada avanzamos, sino que se rían de nosotros y
confirmen el concepto que nos han querido dar los gachupines de unos meros autómatas’
Estas sin embargo, eran las ideas constitucionales de Hidalgo, manifestadas a Rayón y a
Morelos, según lo asegura el propio Morelos”101
Por su parte Iturbide, en su larga cadena de intrigas y deslealtades, se comunica con
Apodaca al que trata de convencer “de la necesidad de separar de la metrópoli la América
Septentrional. Para conservar nuestra sagrada religión, porque los enemigos que la
amagaban eran muy conocidos...expone el estado de crisis en que se hallaba el país...Cita
con ese motivo ‘la revolución que tuvo principio la noche del 15 al 16 de septiembre de

98 M. Cuevas El libertador, documentos selectos de D. Agustín de Iturbide, colegidos por el P...México, Editorial Patria,
1947, 480-[4] p., p 192-194, en Historia Documental pop 145-148.
99 Alamán T IV p 419
100 Villar p 129
101 Alamán op. cit. T III PP. 316-317
1810, entre las sombras del horror, con un sistema (si así podía llamarse) cruel, bárbaro,
sanguinario e injusto, no obstante lo cual, aun subsistían sus efectos en el año de 1821’ “102
El arribo de Juan O’Donojú, “hombre liberal, afiliado a la masonería”103 representó
un nuevo episodio en la maniobra iturbidista, en donde se supone que su nombramiento
“hecho por influjo de Arizpe, (y que) no tuvo más objeto que hacer la independencia y que
a esto se comprometió O’Donojú desde entonces”104
El nuevo virrey O’Donojú llegó a Veracruz el 30 de junio, y el día 7 de julio comisionó
al teniente de artillería D. Manuel Gual y al capitán D. Pedro Pablo Vélez para que llevasen
a Iturbide dos cartas que le escribió, la una oficial y la otra particular. “...dándole en la
primera el tratamiento de excelencia, con el carácter de ‘jefe superior del ejército imperial
de las Tres Garantías’ y llamándole en la segunda ‘amigo’...(aclarando) que todo podría
remediarse todavía, llevando a efecto las ideas que Iturbide había propuesto al virrey conde
del Venadito, carta en que le había remitido el plan de Iguala”105
Seguro de su fuerza y conocedor de la situación política de España en esos
momentos, Iturbide atrajo a su partido a O’Donojú, último Virrey que España enviara a
México con una carta que en que le afirmaba “...Vuestra Excelencia está en el caso de hacer
un buen servicio a este imperio, y más particularmente a España”106 firmándose a la postre
los Tratados celebrados en Córdova en 24 de agosto de 1821 entre el mismo O’Donojú,
‘Teniente, General de los ejércitos de España’, y Agustín de Iturbide ‘Primer Jefe del ejército
Imperial mexicano de las tres garantías’, cuya parte esencial modificaba lo establecido con
respecto al cuerpo que habría de cumplir las veces de legislador. Así tenemos que aparte
de repetir lo establecido en el Plan de Iguala referente a que 1º Esta América se reconoce
por Nación soberana e independiente y se llamara en lo sucesivo Imperio Mexicano. 2º El
gobierno del Imperio será Monárquico constitucional moderado.
El artículo 3º sufrió modificaciones al llamar a reinar en el Imperio Mexicano (previo
el juramento que designa el artículo 4º del plan) en primer lugar el Sr. Fernando Séptimo,

102 Alamán T V p 79. Alamán, en quien es conocida su oposición a la guerra de independencia, comenta lamentándose de
la conducta de Iturbide “Abusando de la confianza del virrey, burlándose de su credulidad, y empleando contra el gobierno
las tropas y los recursos que el mismo gobierno había puesto sin detenerse a su disposición”, Alamán óp. cit. T V p 64. En
carta de Agustín de Iturbide a Juan Ruiz de Apodaca, Conde del Venadito, fechada en León el 28 de abril de 1821, Iturbide
descubre su exclusivo afán personalista en la contienda, despojado de utopías, descarnadamente “Estimado señor:
Penetrado de un vivo sentimiento he visto que mis sanas ideas de independencia y felicidad de estos países no se han
insinuado en el corazón de Vuestra Excelencia, por el contrario, denigrando mis planes a la faz del mundo, llama hipocresía
a mis sentimientos religiosos, ambición a mi desinterés, ingratitud a mi patriotismo y sedición a mi filantropía. ¡Que dolor
Sr. Excelentísimo, que no pueda Vuestra Excelencia contestar a la razón con razones, sino con sarcasmos y dicterios!...
¿Qué espera Vuestra Excelencia, de la Corte de Madrid? ¿Qué podrá darle la miserable península en la turbulenta época
de su mayor trastorno y miseria? Sea tarde o sea temprano el Septentrión de América debe separarse de España aunque
pese al tiranismo” M. Cuevas El libertador, documentos selectos de D. Agustín de Iturbide, colegidos por el P...México,
Editorial Patria, 1947, 480-[4] p., p 222-223Historia Documental PP. 148-149
103 Villar p 128
104 Alamán T V p 165
105 Alamán T V PP. 159
106 M. Cuevas El libertador, documentos selectos de D. Agustín de Iturbide, colegidos por el P...México, Editorial Patria,

1947, 480-[4] p., p 247-248 en Historia Documental p 151


Rey Católico de España y por su renuncia o no admisión, el Serenísimo Sr. Infante D.
Francisco de Paula; por su renuncia o no admisión, el Serenísimo Sr. D. Carlos Luis, Infante
de España, antes heredero de Etruria, hoy Luca y por renuncia o no admisión de este, el que
las Cortes del Imperio designaren. (Con lo que objetivamente se dejaba el trono abierto a
la ambición de Iturbide).
Estos son los restantes puntos que abarcan el Plan de Iguala, en donde en el 6º se
nombrara inmediatamente (por Iturbide) , conforme al espíritu del plan de Iguala, una junta
compuesta de los primeros hombres del Imperio, “por sus virtudes, por sus destinos, por sus
fortunas, representación y concepto de aquellos que están designados por la opinión genera” En el
l7º Se señala que la Junta de que trata el artículo anterior, se llamara Junta Provisional Gubernativa,
en donde Iturbide se reserva el derecho de nombrarla, conforme al Artículo 8º, que será individuo
de la Junta Provisional de Gobierno el Teniente General D. Juan O’Donojú...11º “La Junta Provisional
de Gobierno nombrará en seguida de la elección de su Presidente, una Regencia compuesta de tres
personas de su seno o fuera de él, en quien resida el poder ejecutivo y que gobierne en nombre del
Monarca hasta que este empuñe el cetro del Imperio. 14 El poder ejecutivo recae en la Regencia, el
legislativo en las Cortes”.107

“Ninguna parte tuvo en ella la antigua insurrección, si no es la muy remota de haber


dado motivo a que se formase un ejército, y que este después de algún tiempo hiciese
la independencia. Iturbide...ni una mención hizo de la primera en su proclama a la
guarnición de México de 16 de septiembre...como generalísimo prohibió que en los
memoriales que se le presentasen pretendiendo empleos, se alegase mérito alguno
contraído en favor de la independencia antes del 2 de febrero, exceptuando la gente
del Sur (léase la de Vicente Guerrero), que se le unió proclamando el plan de
Iguala...Guerrero no se movió de su territorio que ocupaba...Márquez Donallo...ni
siquiera intento disputarle el paso...Victoria no obtuvo empleo ninguno militar de
Iturbide, quien lo consideró como un visionario de cuyas extravagancias era menester
precaverse...La independencia se hizo, para usar las palabras mismas de Iturbide, en su
exposición a la regencia de 7 de diciembre de 1821 ‘en cortísimo tiempo de campaña,
sin efusión de sangre, sin destrozo de fortunas, y para decirlo de una vez, sin guerra,
porque no merece el nombre de tal aquella, en que no llegan a ciento cincuenta los
individuos que han muerto en el campo de honor’...las fuerzas trigarantes hicieron sus
marchas por caminos carreteros, sin tropiezo, llenos de fragancia y aroma, y sobre
tapetes de rosa, encontrando los corazones preparados de acuerdo y conformidad por
la religión cristiana, la libertad razonable y la unión justa’ “108

El 22 de septiembre de 1821 Iturbide se reunió en Tacubaya con los miembros que


formaban parte del cuerpo que será la Junta Provisional Gubernativa, la cual tendría por
objeto realizar una convocatoria para reunir al congreso mexicano.
La Junta según Iturbide fue elegida por él, pero no a su arbitrio pues “quise sobre
todo en su totalidad llamar a aquellos hombres de todos los partidos que disfrutaban cada

107 Historia Documental PP. 151-154


108 Alamán PP. 207-208
uno en el suyo el mejor concepto” y reunió a las personas “más importantes y notables”
que habitaban en 1821 la ciudad de México como Joaquín Antonio Pérez, Obispo de Puebla
(quien firmó una protesta para pedir el regreso del régimen absolutista a Fernando VII en
1814, y que al reponerse la Constitución de Cádiz en 1820 recelaba por su seguridad) José
María Fagoaga, rico y aristócrata. Oidor de la Audiencia de México, Matías de Monteagudo,
ex inquisidor, Juan Horbergoso y Anastasio Bustamante, militares que hicieron su carrera
combatiendo a la insurgencia, así como el Marques de Rayas y Juan O’Donojú, o sea, una
pléyade de antiguos funcionarios virreinales, monárquicos y enemigos jurados de la
independencia. Ni los autóctonos, ni mestizos y ni mulatos fueron contemplados, igual
ocurrió en las colonias inglesas de Norteamérica, en que los negros y nativos fueron
simplemente excluidos
El 28 de septiembre de 1821, al día siguiente de la entrada del ejército trigarante a
la ciudad de México, la “soberana” Junta Provisional Gubernativa proclamó el Acta de
Independencia del Imperio mexicano declarando “solemnemente por medio de la junta
suprema del imperio, que es nación soberana e independiente de la antigua España...que
va a constituirse con arreglo a las bases que en el Plan de Iguala y los Tratados de Córdova
estableció sabiamente el primer jefe del ejército imperial de las tres garantías”109
Agustín de Iturbide fue nombrado presidente de la Regencia y como vocales Juan
O’Donojú, Manuel de la Bárcena, José Isidro Yáñez y Manuel Velásquez de León cuyas
primeras medidas de defensa fue quitarle a Iturbide la presidencia de la Junta y que
conservara la de la Regencia y el mando del ejército. Entonces el primer presidente de la
Junta fue el Obispo de Puebla, Joaquín Antonio Pérez.
La junta que, aunque compuesta de pocos individuos y estos nombrados por el
mismo Iturbide, iba a encontrarse dividida en dos partidos. Al hacer la elección de
presidente en la sala de cabildo de la catedral después de prestar el juramento, el obispo
de Puebla propuso se dijese “que Iturbide había sido nombrado por aclamación, a lo que se
opuso Fagoaga diciendo ‘Dígase por unanimidad’. Igual oposición manifestó el mismo
Fagoaga, cuando en la noche de aquel día, Iturbide fue nombrado presidente de la regencia,
siéndolo ya de la junta. Fagoaga expuso, que, reunidas ambas funciones en una misma
persona, desaparecía la distinción entre los poderes legislativo y ejecutivo, el primero de
los cuales había sido ejercido por la junta, y el segundo por la regencia...Iturbide consideró
esta oposición...como efecto de enemistad personal de Fagoaga”110
El 24 de febrero de 1822 fue instalado el Primer Congreso eligiendo presidente
provisional a D. Carlos María de Bustamante, y secretario a D. Manuel Argüelles,
estableciendo la separación de poderes legislativo, ejecutivo y judicial y reservaba para sí el

109 Dublán, Manuel y José María Lozano; Legislación Mexicana o colección completa de las disposiciones legislativas
expedidas desde la independencia de la república, México: Imprenta del Comercio, 1876; tomo I, 551.en Historia
Documental PP. 165-166.
110 Alamán T V p 219
ejercicio del legislativo en toda su extensión; delegaba interinamente el ejecutivo en las
personas que actualmente componían la regencia y el judicial en los tribunales que existían
o que de nuevo se nombrasen.
El 12 de febrero de 1822 España desconoció los tratados de Córdoba, que habían
ratificado el Plan de Iguala, con la salvedad de que permitían que fuera nombrado
emperador una persona no perteneciente a una casa real
“Pero en la noche del 18 de mayo, la plebe de los barrios de México...se juntó desde
las ocho de la noche, dirigiéndose a la casa del señor Iturbide, gritaba viva Agustín 1º
¡viva el Emperador! ...Iturbide llamó al presidente del congreso y le manifestó que
había que reunir la sesión, en lo que convino sin ninguna dificultad...(había) 40 mil
léperos o lazaronis...El Congreso se reunió a las siete de la mañana; pero faltaron
muchos diputados que no consideraron su deber concurrir a un acto en que no se podía
hablar ni votar con libertad. Don Francisco Antonio Tarrazo, don Pedro Tarrazo, don
Manuel Crescencio Rejón, don Fernando del Valle, don José María Sánchez, don
Joaquín Castellanos, don Juan Rivas y Vértiz, don José María Fagoaga, don Francisco
Sánchez de Tagle, don Hipólito Odoardo y otros no concurrieron...en los bancos
estaban mezclados oficiales, frailes, y otras gentes que juntamente con los de las
galerías gritaban viva el emperador y mueran los traidores: ¡el emperador o la muerte!”
Varios diputados del partido de Iturbide pidieron por una proposición firmada que se
procediese a elegir emperador. Algunos se opusieron y tuvieron bastante energía para
subir a la tribuna y exponerlas razones en que se fundaban...Pero sus voces eran
sofocadas por los gritos amenazadores de las galerías, y los diputados se veían
obligados a descender en medio de los insultos y silbidos de una plebe que faltaba a
todos los miramientos debidos al congreso...No es esto decir que la nación no hubiera
nombrado en aquella circunstancia emperador a Don Agustín de Iturbide mejor que a
otro. Las ideas republicanas estaban en su cuna: todos parecían contentos con una
monarquía constitucional.”111

¿Cómo explicar estos momentos de exaltación? Pero sobre todo ¿cómo entender
que el Imperio de Iturbide durara escasos meses teniendo un aparente respaldo en la masa
del pueblo? Las razones debemos buscarlas en la intromisión extranjera en nuestros
asuntos, que, así como fue capaz de imponer una independencia cercenada, ahora fraguaba
una república hecha al modo de los intereses extranjeros ingleses y norteamericanos.
La explicación se encuentra en la fuerte influencia de las sectas masónicas, y así
tenemos que aún antes del 27 de septiembre de 1821, en nuestro país funcionaban dos
sectas masónicas de tendencias extranjerizantes: la del Rito escocés, patrocinada por el
agente diplomático de Inglaterra, Henry George Ward, y la del Rito yorkino, impulsada por
Joel Roberts Poinsett, Embajador Plenipotenciario de los Estados Unidos en México,
llamado el “predecesor de la CIA”, quien tenía en la mira entre otras, la de que México
suscribieran un tratado de límites que incluyera a Texas dentro del mapa de Estados Unidos,
para entonces los Estados Unidos ya habían esbozado los principios de lo que

111Zavala Lorenzo de ensayo histórico sobre las revoluciones de México. Paris: Dupont et g. iz, 1831; 2 vols.; i, 172. en
Historia Documental pp167-168
posteriormente llamarían el Destino Manifiesto y “James Monroe había plasmado su
doctrina, que más que una garantía para Latinoamérica, se convirtió en una verdadera
espada de Damocles que pendía sobre su soberanía”.112
El personaje principal en esta estratagema fue J. R. Poinsett (1759-1853), quién visitó
México por primera vez el año de 1822. De inmediato entró en contacto con los enemigos
de Iturbide, en esas reuniones lo calificó de “usurpador” y “tirano”. El 3 de diciembre de ese
año de 1822 escribió una amplia semblanza del emperador y predijo su caída cuando le
faltaran los medios económicos para pagar a “la soldadesca”. El nombre de Poinsett estuvo
muy ligado al de la formación de las logias masónicas yorkinas, a grado tal que sus enemigos
lo hicieron responsable de la obra de estas y el gobierno mexicano “pidió el 1o de julio de
1829 al norteamericano su salida del país”.113
Joel R. Poinsett viene a México por primera vez como agente de su gobierno, de
acuerdo con Iturriaga, “para ayudar a la caída del emperador Agustín de Iturbide”.
Antes, como representante federal de Carolina del Sur (E.U.A.), le tocó a Poinsett
defender y fundamentar, el 28 de marzo de 1822, “el decreto por medio del cual ese cuerpo
reconoció la independencia política de las viejas colonias.”114
A los cuatro meses de haber presentado sus credenciales en Washington, el primer
ministro de México se presentó el 1º de junio de 1825 al ministro plenipotenciario de los
Estados Unidos Joel R. Poinsett “...Después de un sinnúmero de alabanzas hacia el régimen
y el gobierno nacional, hizo el análisis de lo que sería su misión, dirigida a conseguir la firma
de dos tratados: el de comercio y el de limites...A tan temprana fecha confiaba en disponer
de un partido respetable en ambas cámaras que, junto con la mayoría del pueblo, estuviera
en favor de la unión más estrecha con los Estados Unidos”115
Poinsett “tan penumbroso personaje” no traía otra misión “que dividir
fratricidamente al pueblo mexicano...y preparar la escisión de Texas del territorio de
Coahuila”.116 Es evidente que la verdadera misión encomendada a Poinsett, para erradicar
de México las instituciones monárquicas se la dio oralmente James Monroe. Poinsett había
abandonado su curul en el congreso de Estados Unidos desde agosto desde 1822 hasta
enero de 1823. “Pero de esos cinco meses, sólo permaneció en nuestro país dos meses y
días, tiempo suficiente para apoyar la caída de Iturbide y ayudar a fundar la República con
la complicidad de Antonio López de Santa Ana”117 Dos semanas antes de que abandonara
el país el llamado por Iturriaga “tenebroso predecesor de la C.I.A.”, Antonio López de Santa
112 Algunos autores y estudiosos del tema señalan que la actividad de las logias se inicia antes del pronunciamiento de
Iturrigaray en 1808, José María Mateos entre ellos. Otros afirman que como las logias tenían el objetivo de expulsar a los
españoles, para hacer política a favor de una o en contra de otra metrópoli, coinciden que efectivamente su
establecimiento data de antes de 1821.
113 Poinsett, J. R.: Notas sobre México. México, Editorial Jus, 1950; 510 p. 118
114 Iturriaga, óp. cit. p 42
115 Bosch PP. 8-9
116 Iturriaga, México en el Congreso de los Estados Unidos, FCE, 1978, p 27
117 Iturriaga, óp. cit., p 76
Anna recorrió las calles del puerto de Veracruz “proclamando el establecimiento de la
República.”118
El discurso de Poinsett al ocupar nuevamente su curul como diputado por
Charleston, EUA, el 8 de marzo de 1822, “muestra con claridad hasta qué punto monroísmo
y poinsettismo eran dos formas de decir la misma cosa: expansión imperial de Estados
Unidos para ensanchar su territorio y preservar a los países de origen hispánicos de
cualquier intervención monárquica europea, todo ello revestido de un lenguaje
republicanizante y cuaqueroide.”119
A Poinsett no le interesaba sino el triunfo de los republicanos, “cuyos intereses
concretos nacionales e ideario anticolonialista coincidían, lamentablemente, con los
intereses expansionistas norteamericanos”.120 Y no es casual que la Constitución
promulgada en 1824 sea de corte estadounidense, misma en la que se establece el
presidencialismo y el sistema bicameral a imagen y semejanza del vecino del norte, en la
cual ni rastros quedaron de la Constitución promulgada por Morelos en Apatzingán el año
de 1814, y si nos fijamos detenidamente, ese planteamiento coincide con el ideario de
Simón Bolívar.
James Monroe (el padre de la monstruosa doctrina que lleva su nombre) ya como
presidente de los Estados Unidos, nombra a Joel R. Poinsett como su Ministro
Plenipotenciario en México y su regreso coincidió con la progresiva influencia de la Gran
Logia Yorkina alentada por él y fundada en la propia legación yanqui el 29 de septiembre de
1825, a la cual “se la veía como encendidamente pronorteamericana.”121
Poinsett nunca dejó de intervenir en los asuntos de la recién fundada República.
Conspiraba abiertamente en contra del gobierno de Victoria y lograba afiliar a su partido a
personajes reputados hasta entonces como patriotas. Incluso hombres como Lorenzo de
Zavala122 se constituyeron en sus admiradores. Poinsett consideró triunfos suyos tanto el
inconcebible nombramiento acordado por el presidente Victoria del ciudadano
norteamericano David Porter como comandante en jefe de la Armada Mexicana, tanto
como la frustrada presidencia a favor de Manuel Gómez Pedraza, electo para sustituir a
Guadalupe Victoria, obligándolo a entregársela a Vicente Guerrero.
Costelau no deja de reconocer en qué consistió la labor de Poinsett “en términos
generales favoreció las aspiraciones iniciales de la sociedad en tanto en cuanto se trataba
de defender la federación contra la influencia centralista (para los escoceses) si no, su

118 Citado así por Iturriaga aunque el Plan de Veracruz no planteaba explícitamente tal cuestión.
119 Iturriaga, op. cit. p 42
120 Ibid. P 71
121 Iturriaga, óp. cit., pp. 83-84
122 Liberal yucateco, ocupó varios cargos públicos entre ellos el de gobernador del Estado de México mediante un

fraudulento procedimiento; gran admirador de los EU; expulsado de México fue a residir a Texas en donde sostenía
negocios con varios esclavistas, fue el encargado de redactar la Constitución de la ilegítima República independiente de
Texas y nombrado su primer vicepresidente junto con Samuel Houston como Presidente.
creador...fue su mentor y guía político, y casi el único responsable de la larga y dura
campaña contra ellos”.123
El presidente Jackson extendió órdenes precisas a Poinsett en que se le imponía el
deseo para que “sin dilación ninguna abra negociaciones con el Gobierno Mexicano para la
compra de una extensión de la provincia de Texas”124 A Poinsett se le atribuye también la
lucha despiadada a favor de la expulsión de los españoles en el año de 1827, después de la
fracasada expedición de Barradas.
Vicente Guerrero, en quién “las masas solían ver un amigo cercano de Poinsett,
como en efecto lo era”, paradójicamente fue el encargado de darle el pasaporte a su país a
tan siniestro personaje en el año de 1830, quién como reflejo íntegro de su actividad,
escribió a William Johnson el 22 de febrero de 1829 “No obstante, he tenido aquí un éxito
sorprendente y al abandonar este país dejaré un poderoso partido favorable a Estados
Unidos y un sentimiento pronorteamericano”125.
Es conocido que, al nacer como una nación independiente, nuestro país fue objeto
del asedio de las grandes potencias, así lo registra por lo menos la frase que se atribuye al
canciller británico Lord Carring, quien declarara en el año de 1821: “México ha dejado de
ser español, y si manejamos bien nuestros negocios, México pasará a ser inglés.”126 La
rivalidad nacional entre los Estados Unidos e Inglaterra condicionó en gran parte las
relaciones de los primeros con México127
La versión inglesa se resume en el siguiente párrafo:
“Antes de la última revolución, en la que triunfó (Iturbide), tuvo el mando de una
pequeña fuerza al servicio de los realistas y se le acusa de haber sido el más cruel y
sanguinario perseguidor de los patriotas y de no haber perdonado nunca a un solo
prisionero...en una sociedad que no se distingue por su estricta moral, él se destacó
por su inmoralidad. Su usurpación de la autoridad principal fue de lo más notorio e
injustificado y su ejercicio del poder ha sido arbitrario y tiránico...Entre todos los
gobiernos de la América española existe un deseo muy fuerte de conciliar a la Gran
Bretaña y aunque el pueblo mismo en todas partes siente mayores simpatías por
nosotros...Están temerosos del poder de esa nación y comprenden que sus intereses
comerciales requieren el apoyo de un gran pueblo industrial y comercial. Nosotros
recogeremos alguna parte del comercio de dichos países, pero la cosecha será para los
ingleses.”128

Regresando al 26 de agosto de 1822, Iturbide metió en prisión a 19 diputados


acusados de conspiradores. Como las dificultades continuaron, el 31 de octubre de ese año
disolvió el Congreso. Empezaron algunas sublevaciones militares, la más importante ocurrió

123 Costeloe, Michael, La primera República Federal , Fondo de Cultura Económica, México, pp123-124
124 Iturriaga p 92 citando a Fuentes Mares, José en Poinsett. Historia de una intriga, editorial Jus, México 1951, p 173.
125 Iturriaga pop 106-108
126 Gunder Frank, André, Lumpenburguesía, lumpendesarrollo, Ed. ERA. México 1985, p 61
127 Bosch García, Carlos, I. El Mester político de Poinsett UNAM 1983, p 7
128 Historia Documental PP. 169-171
el 2 de diciembre en el puerto de Veracruz encabezada por Santa Anna a la que acompañó
el día 6 el correspondiente Manifiesto, en el que se declaraba la nulidad de la elección del
emperador Iturbide. De acuerdo con una noción rusoniana en boga, se suponía que el país
volvía a “un estado natural”. El ejército que Iturbide envió a combatir a Santa Anna, “quien
el 1o de febrero de 1823 firmó la llamada Acta de Casa Mata, el cual exigía la formación de
un nuevo congreso constituyente.129
A la incertidumbre de aquellos momentos se sumó la sorpresa causada por la
iniciativa de Santa Ana “que, de Veracruz, dirigió una expedición a Tampico y San Luis Potosí
con la intención de confirmar la ejecución del Plan de Casa Mata y de proclamar la República
federada, que la constituía en ‘protector”130.
El Plan de Veracruz contenía: Art. 1º La Religión C. A. Será la única del Estado, sin
tolerancia de otra ninguna. Art. 2º La América del Septentrión, es absolutamente
independiente de cualquier otra Potencia, sea cual fuere. Art. 3º Es soberana de sí misma,
y el ejercicio de esta soberanía reside únicamente en su representación nacional, que es el
soberano Congreso Mexicano...Art. 6º A ésta toca única y exclusivamente, examinar el voto
de las provincias, oír a los sabios y escritores públicos, y, en fin,
“después de un maduro examen, declarar la forma de su Gobierno, fijar los primeros
funcionarios públicos, y dictar sus leyes fundamentales sin que persona alguna, sea de
la graduación que fuese, pueda hacerlo, pues la voluntad de un individuo o de muchos
sin estar legítimamente autorizado al efecto por los pueblos, jamás podrá llamarse la
voz de la Nación....Art. 8º Según lo expuesto, es evidente que, habiendo D. Agustín de
Iturbide atropellado con escándalo al Congreso de su mismo seno, la mañana del 12 de
mayo de 1822, faltando con perfidia a sus solemnes juramentos, y prevalídose de la
intriga y de la fuerza, como es público y notorio, para hacerse proclamar Emperador,
sin consultar tampoco con el voto general de los pueblos, la tal proclamación es a todas
luces nula, de ningún valor ni efecto, y mucho más cuando para aquel acto de tanto
peso, del que iba a depender la suerte de la América, no hubo Congreso por haber
faltado la mayor parte de los diputados. Art. 9º Por tanto, no debe reconocerse como
tal Emperador, ni obedecerse en manera alguna sus órdenes; antes bien, por tales
atentados cometidos desde el 26 de agosto hasta el día, sobre todo, la escandalosa y
temeraria disolución del Congreso Soberano, y los posteriores que seguirá cometiendo,
tendrá que responder a la Nación, la que a su tiempo le hará los cargos
correspondientes; con arreglo a las leyes, que también alcanzarán a los que se
mancomunaron con él para continuar ocupando los derechos de los pueblos, que
gimen bajo su yugo más duro que el del anterior inicuo Gobierno...Art. 14º Para evitar
la continuación de los funestos resultados de ellas, será nuestro deber principal reunir
por cuantos medios están al alcance humano, a todos los diputados, hasta formar el
Soberano Congreso Mexicano, que es el órgano de la verdadera voz de la Nación, y,
sostenido únicamente podrá salvarnos del actual naufragio...(y en un completo dislate
especifica) Que se observen inviolablemente las tres garantías publicadas en Iguala

129 Boletín de la Secretaria de Gobernación, México; Imprenta de la Secretaria de Gobernación, junio de 1923; tomo III, 54
130 Manuel Ferrer Muñoz p141
que sostendrán las tropas regionales con el mayor empeño y eficacia, haciéndose reo
de lesa nación cualquiera que atente contra cada una de ellas.”131.

El 7 de noviembre de 1823 se instaló el segundo congreso constituyente. El 11 del


mes siguiente se inició la discusión del artículo quinto del Acta Constitutiva que establecía
un régimen federal.132
Fray Servando Teresa de Mier se preguntaba
“¿que no hay más de un modo de federarse? Hay federación en Alemania, la hay en
Suiza, la hubo en Holanda, la hay en los Estados Unidos de América, en cada parte ha
sido o es diferente...La prosperidad de esta república vecina (EU) ha sido, y está siendo,
el disparador de nuestra América...Ellos eran ya Estados separados e independientes
unos de otros, y se federaron para unirse contra la opresión de Inglaterra; federarnos
nosotros estando unidos, es dividirnos y atraernos los males que ellos procuraron
remediar con esa federación. Ellos habían vivido bajo una constitución que con solo
suprimir el nombre de rey es la de una república...nosotros somos un pueblo viejo,
heterogéneo, sin industria, enemigos del trabajo y queriendo vivir de empleos como
los españoles...Yo no quisiera ofender a nadie; pero me parece que algunos inteligentes
en las capitales, previendo que por lo mismo han de recaer en ellos los mandos y los
empleos de las provincias, son los que quieren esa federación y han hecho decir a los
pueblos que la quieren...¿Cómo han de querer los pueblos lo que no conocen?...Yo
siempre he estado por la federación, pero una federación razonable y moderada, una
federación conveniente a nuestra poca ilustración y a las circunstancias de una guerra
inminente, que deba hallarnos muy unidos...un medio, digo entre la federación laxa de
los Estados Unidos y la concentración peligrosa de Colombia y del Perú”.133

Entonces, siendo estrictos, tenemos que la causa de Hidalgo, Aldama, Allende,


Abasolo, López Rayón y otros, tiene el mismo cariz que consumó efectivamente Iturbide:
crearle un trono a Fernando VII Rey de España en nuestro país134, y en este caso contrario
al camino adoptado en Apatzingán, ahora se perfila la idea de un poder ejecutivo
omnímodo, con un mínimo de trabas legales, y en cuanto al régimen federal Teresa de Mier
atina al criticar algunos puntos, pero deja del lado que quién fomentó tal tipo de gobierno
fue Poinsett, quien alardeaba de haberlo conseguido, la pregunta entonces sería ¿Qué fines
perseguía el nombrado Embajador Plenipotenciario con ese tipo de régimen? Poinsett se
adelantaba a los hechos, teniendo en mente la anexión de Texas y las posteriores de la Alta
California y Nuevo México, pues en el momento que se vivía, representaba un suicidio
querer apropiarse de todo el país de una sola vez, por lo que resultaba prudente dividirlo
para irlo devorando en partes.

131 Historia Documental PP. 172-176


132 Fray Servando Teresa de Mier, Selección, notas y prólogo de Edmundo O’Gorman. Publicaciones de la Universidad
Nacional Autónoma de México. Colección Antologías del Pensamiento Político Americano. México: Imprenta Universitaria,
1945; p 133
133 Historia Documental PP. 176-178
134 Aunque Iturbide señalaba que “si se llamaba a Fernando VII, lo hacía como maniobra política” Lemoine op. cit. p 129
Ahora bien, si tomamos en cuenta que para 1820 Fernando VII fue obligado a firmar
sobre la Constitución liberal de Cádiz en España, la que como decíamos, entre otras cosas
restringía el poder absolutista del Rey, esto no quiere decir otra cosa que este nacer de
México a la vida independiente, surgía como protesta contra el régimen liberal español. Por
lo que la vida independiente debe ubicarse dentro de los conservadores principios que
integraron el Plan de Iguala y los Tratados de Córdoba y que consistían básicamente en
oponer a la constitución gaditana un proyecto aún más atrasado que los que ésta
proclamaba.
La independencia de España no se consuma como un acto progresista, sino como un
acto regresivo, alentado e inspirado por españoles y criollos en contra no sólo de la
burguesía liberal, sino fundamentalmente de los pobladores originales, mestizos y mulatos
que conformaban la inmensa mayoría de la población en ese momento.
Por su parte la llamada Junta Nacional Instituyente, representando la comedia de
una Asamblea Nacional, aprueba el Reglamento Político Provisional del imperio y se
propone redactar una Constitución, pero antes de concluir su obra y ante una extraña
declaración de guerra, sin guerra, de parte de Antonio López de Santa Anna bajo el Plan de
Casa Mata, Iturbide vuelve a convocar al Congreso el 1º de febrero de 1823, para terminar,
abdicando el 18 de marzo.
Al final del período de Iturbide ocurren una serie de eventos que evidencian la lucha
entre el absolutismo y un ficticio republicanismo, en donde 19 diputados y varios civiles y
militares son detenidos el 26 de agosto (*). Las discusiones en torno de la detención de los
cinco diputados que habían quedado arrestados, pues al resto se les liberó, fueron tantas y
encendieron los ánimos a tal grado, que Iturbide disolvió el Congreso el 31 de octubre de
1822.
Con el objeto de simular la existencia de tres poderes, Iturbide creó la Junta Nacional
Instituyente, que actuó del 2 de noviembre de 1822 al 6 de marzo de 1823, que aparte de
ocuparse del problema hacendario, de formular una Constitución provisional y las bases del
futuro Congreso Constituyente, aprobó mantener la elección indirecta en un solo nivel, el
establecimiento de dos cámaras, acordando que el Congreso convocado debería reconocer
a Iturbide como emperador y no debería discutir la monarquía constitucional.
Sin embargo se puede reputar que la verdadera independencia debió ocurrir
entonces cuando el Congreso desconoce a Iturbide el 8 de abril de 1823, en que declara que
no subsisten ni el Plan de Iguala ni los Tratados de Córdoba, ni el decreto del 21 de julio de
1822 (que declara Emperador a Iturbide), pero es aquí precisamente, y sobre todo en el
momento en que se aprueba la primera Constitución del México independiente de España
en 1824, en donde encontramos que ésta no solo no es la de Apatzingán, y no se le parece
en absoluto, sino que resulta contraria a ella. Era - en palabras de O ‘Gorman - ceder a la

(*)los encarcelados sumaron 66


tentación casi biológica de emular a la poderosa república vecina “tan desbordante de
felicidad”.
El Congreso se reunió el 24 de febrero (aunque solamente con cien diputados)
señalando que la Soberanía de la nación residía en el Congreso y afirmando
dogmáticamente que los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial no estarían unidos.
Se afirma que “En el Congreso figuraban elementos influidos por las logias
masónicas que apoyaban las ideas republicanas y cambios fundamentales en la
administración del Estado”135, pues en ese momento “la acción de las logias masónicas se
hizo más patente, cohesionando bajo la bandera del republicanismo a todos los enemigos
de Iturbide”136
A nosotros no nos debe parecer extraño entonces que se mencione que los
mentores de la rebelión (Santa María y Poinsett), buscaran el brazo fuerte que condujera la
rebelión “y lo encontraron en Antonio López de Santa Anna”137, pues la injerencia
extranjera en nuestros asuntos es una constante irremediable que va a determinar el curso
posterior de nuestra vida “independiente”.
Esto fue lo que hizo posible la aparición del Acta de Casa Mata del 1º de febrero de
1823, cuyo punto esencial consistió en solicitar la reinstalación del Congreso, mismo que no
debería tener ninguna traba impuesta por Iturbide. Ese hecho obligó a Iturbide a reinstalar
el Congreso por medio de un decreto dado el 4 de marzo en Ixtapalucan, a cuya apertura
asistió el día 7, pero como la oposición creció y el fondo de las discusiones fue la presencia
de Iturbide al frente del gobierno, éste se apresuró a enviar al Congreso el 19 de marzo su
abdicación.
El 7 de noviembre de ese año, parecieron cumplirse los plazos para quienes
aspiraban no sólo a la independencia nacional, sino al establecimiento de una república con
su consecuente separación de poderes, que pusiera al país en camino de atender los
reclamos de nativos y mestizos, solamente para que el 4 de octubre de 1824 sus sueños se
desvanecieran al aprobarse una Constitución proclamada como republicana y federal, pero
profundamente centralista y presidencialista.
La Constitución de 1824, compuesta de 171 Artículos, denunciada como copia de la
norteamericana, habla de una república popular federal (restringida de acuerdo con los
Artículos 5º y 6º); en cambio en su parte orgánica establece el Senado138, compartiendo con
la Asamblea el poder Legislativo, pero otorgándosele mayores atribuciones, pues es al

135 De la Torre Villar, op. cit. p 134


136 Ibídem p 135
137 Ibídem, p 137
138Cuando se discutía la Constitución de 1857, Ponciano Arriaga, que fue uno de los más devotos partidarios de la

desaparición del Senado, lo llamó "la cámara privilegiada...de la aristocracia [...] que no representa verdaderamente al
pueblo. (13) Ignacio Ramírez preguntaba al respecto del Senado: "¿Por qué lo que han de hacer dos cámaras no ha de
hacerlo una sola? si la segunda ha de ser el apoyo de la primera, está de más, y sólo equivale a aumentar el número de
diputados. Si ha de ser revisora [entonces] lo que se busca [es] un poder superior a los representantes del pueblo."(14),
Senado al que le corresponde el nombramiento de un Consejo de Gobierno (como si se
tratara de un cuarto poder) encargado de sancionar las resoluciones de los otros tres
poderes (un poder por encima de los otros tres, lo que equivale a negar la separación de
poderes); Por si fuera poco la Constitución de 1824 otorga al Presidente de la República la
facultad de nombrar a los representantes de los tribunales de circuito y de distrito (lo cual
nuevamente niega la separación de poderes, ahora entre el Ejecutivo y el Judicial).
Y aunque en dicho precepto se habla del concepto de soberanía de los estados, ésta
a final de cuentas queda depositada en la legislatura que era quien nombraba a los
Gobernadores de cada uno de ellos, siendo la elección de aquélla de tipo indirecto en tercer
grado; Por último, diremos que esta Constitución habla, como casi todas, de las libertades
de imprenta, de educación y de trabajo, que son letra muerta en los regímenes
unipersonales. Como complemento declara la unicidad y exclusividad de la religión católica
para la nación mexicana.
Desde la muerte de Iturbide hasta el 31 de enero de 1823, en que fue promulgada
el Acta Constitutiva, el país se vio dominado por el peligro de la separación de las partes
que lo constituían, que, imbuido por el pensamiento de Poinsett, exigió una organización
federal. Lorenzo de Zavala (1788-1837) nos revela que los diputados eran entusiastas
partidarios del federalismo, “su manual era la constitución de los Estados Unidos del
Norte”139
“6º Sus partes integrantes son estados independientes libres y soberanos en lo que
exclusivamente toque a su administración y gobierno interior, según se detalle en esta
acta y en la constitución general. Art. 7º Los estados de la federación son por ahora los
siguientes: el de Guanajuato; el interno de Occidente, compuesto de las provincias de
Sonora y Sinaloa; el interno de oriente, compuesto de las provincias de Coahuila, Nuevo
León y los Tejas; el interno del Norte, compuesto de las provincias de Chihuahua,
Durango y Nuevo México, el de México, el de Michoacán, el de Oaxaca, el de Puebla de
los Ángeles, el de Querétaro, el de San Luis Potosí, el del Nuevo Santander, que se
llamara de las Tamaulipas, el de Tabasco, el de Tlaxcala, el de Veracruz, el de Xalisco, el
de Yucatán, el de los Zacatecas. Las Californias y el partido de Colima (sin el pueblo de
Tonila, que seguirá unido a Jalisco), serán por ahora territorios de la federación, sujetos
inmediatamente a los supremos poderes de ella...10º El poder legislativo de la
federación residirá en una cámara de diputados y en un senado”.140

Según Alamán, el Acta Constitutiva superaba a la constitución del 4 de octubre de


1824. “Miguel Ramos Arizpe (1775-1843) autor del proyecto de esa constitución, logró
sintetizar la constitución de Filadelfia (con sus antecedentes del derecho consuetudinario
inglés y las cartas de las colonias angloamericanas) y la constitución española de

139 Dublán óp. cit. I 696


140 Historia Documental PP. 179-181
Cádiz...tomó de la española la forma y el estilo oratorio, de la norteamericana el
federalismo”.141
La Constitución de 1824 establece: La nación mexicana adopta para su gobierno la
forma de republica representativa popular federal. “5. las partes de esta federación son los
Estados y territorios siguientes: el Estrado de Chiapas, el de Chihuahua, el de Coahuila y
Tejas, el de Durango, el de Guanajuato, el de México, el de Michoacán, el de Nuevo León,
el de Oaxaca, el de Puebla de los Ángeles, el de Querétaro, el de San Luis Potosí, el de Sonora
y Sinaloa, el de Tabasco, el de Tamaulipas, el de Veracruz, el de Jalisco, el de Yucatán y el de
Zacatecas: el territorio de la Alta California y el de Santa Fe de Nuevo México. Una ley
constitucional fijara el carácter de Tlaxcala. ...7. Se deposita el poder legislativo de la
federación, en un congreso general. Este se divide en dos cámaras, una de diputados y otra
de senadores. 124. La Corte Suprema de Justicia se compondrá de once ministros
distribuidos en tres salas, y de un fiscal, pudiendo el congreso general aumentar o disminuir
su número.”142
El padre José María Luis Mora consiente en que “La constitución mexicana es muy
semejante a la de los Estados Unidos de Norte-América”.143
“Y, al definir las rémoras que incapacitaban a los pueblos para el acceso a la
autonomía precisaba: ‘su debilidad, un terreno muy limitado, la falta de industrias o
capitales, las producciones del país desconocidas o todavía no apreciadas en el resto del
globo; pero más que todo su despoblación y escasez de luces’... a los ojos de Mora, la
confluencia, de esos factores en 1810 no desembocó en la independencia, porque el ‘poder
moral’ no era entonces sino patrimonio de unos pocos. Se hizo precisa la espera hasta 1821
porque entonces aún la clase ínfima del pueblo conocía, apreciaba y deseaba los bienes
consiguientes a la independencia’”.144 Argumentar que debido a ‘su debilidad, un terreno
muy limitado, la falta de industrias o capitales, las producciones del país desconocidas o
todavía no apreciadas en el resto del globo; pero más que todo su despoblación y escasez
de luces’, refleja una pobre visión sobre el potencial que representaba el pueblo, ya que
desde este punto de vista ni Inglaterra, Francia, los Estados Unidos, Japón, deberían
postrase antes que iniciar el progreso de sus países.
Aparte de esto, en dicha Constitución existía una irregularidad evidente
“Irregularidad que consiste en que con fecha 8 de enero de 1824 se mandó que ciertos
Estados establecieran sus legislaturas constituyentes, cuando la verdad es, que los estados
todos no comenzaron a tener una existencia constitucional, si no en virtud de la acta
constitutiva que se publicó en 31 del expresado mes de enero ... si su hubiera expedido
como la que se dio en cuatro de febrero de 1824 para las legislaturas de oriente y occidente,

141 Dublán I, 735


142 Historia Documental PP. 181-182.
143 Mora T I p 292
144 Ferrer Muñoz, Manuel La formación de un Estado nacional en México, UNAM 1995, p 65
nada habría que decir en contra; pero habiéndose expedido antes de la acta constitutiva,
es evidente que se legisló para entidades políticas que pudieron muy bien no llegar a existir,
si como se crearon estados, se hubiera organizado un gobierno central”.145
Mucho se ha escrito sobre la aportación de Miguel Ramos Arizpe a la primitiva
doctrina federal de México, “incoada ya durante su presencia en las Cortes españolas...”146
No sin razón, Anna (Timothy E) considera a Arizpe como “el principal propulsor de
las reformas que desembocaron en la creación en las diputaciones provinciales y en la libre
designación de los ayuntamientos.”147
Pero resultó peor cuando después de la visita de Ramos Arizpe se reunieron los
comisionados mexicanos con el norteamericano, “para proponer que cualquier decisión
relativa a tratados, con países latinoamericanos dependiera de lo que se resolviera en el
tratado de México con Inglaterra...la indignación y la rigidez de Poinsett en esos principios
fue absoluta y llego a considerar que sus intereses estarían mejor protegidos prescindiendo
del tratado con México que suscribiendo los principios pretendidos por los mexicanos”.148
Los ingleses dominaban el campo desde hace mucho tiempo. Habían logrado su
influencia en el gabinete porque Victoria estuvo en contacto con el agente oficioso Patrick
Mackey desde la caída de Iturbide. “Mackey pidió privilegios comerciales para la Gran
Bretaña a cambio del reconocimiento de la independencia mexicana. Por ello fue un
emisario mexicano a Inglaterra para formalizar el trato...cuando llegaron los primeros
emisarios ingleses Victoria consideró la relación establecida, y más todavía cuando Ward
regreso de informar a su gobierno siendo portador de una carta al ministro George Canning.
El lazo de Victoria con los intereses ingleses resultaba así incondicional”.149
Para Poinsett, Ramos Arizpe “resultaba un hombre talentoso, atrevido, intrigante y
celoso de la causa americana que trataba de promover. Este había sido útil en ocasiones a
pesar de que el norteamericano no mostraba confianza en él ni en su profesión”.150 El hecho
fue que la caída de don Lucas Alamán significó un golpe para el partido europeo, que se
aterrorizo ante la situación que tendría que enfrentar en el futuro”. 151
Los ingleses por su parte, al tratar de evitar la llegada de un gobernante europeo,
“preferían apoyar a un mexicano para el trono, y se decía que ese era también el pensar del
presidente”152
Los federalistas, por su parte, “constituían mayoría en la nación...La única forma en
que el presidente podía cambiar el estado de cosas era deshaciéndose de Alamán...Arizpe
145 Isidro Antonio Montiel I. Duarte Derecho Público Mexicano, Imprenta del Gobierno en Palacio 1871. 4 tomos, 1, p X1
146 Manuel Ferrer Muñoz p76).
147 Manuel Ferrer Muñoz y Juan Roberto Luna Carrasco, Presencia de doctrinas constitucionales extranjeras en el primer

liberalismo mexicano, UNAM 1996 p77


148 Bosch PP. 12-13
149 Bosch p 14 citando carta de Poinsett a Clay, 12 de octubre de 1825
150 Poinsett a Clay 12 de octubre de 1825
151 Ibídem Bosch p 15
152 Ibídem Bosch p 17
entró al gabinete, y Camacho se pasó al grupo federal...la colaboración de Poinsett para que
se lograron estos cambios provocó el antagonismo de los centralistas, quienes lo acusaron
de imponer sus deseos sobre los límites entre México y los Estados Unidos a través del
partido federal.”153
Poinsett se sentía satisfecho de los efectos que en México producía el sistema
federal “Confiaba en que se impondría la ‘luz de la verdad’ al proyectarse esta desde los
estados más remotos de la Republica donde el trabajo se había iniciado con éxito. En esa
forma Jalisco y Veracruz se distinguían por sus doctrinas liberales y Jalisco había quitado a
los miembros de la iglesia y del ejército el derecho de participar en su legislatura”.154
Por debajo continuó el quehacer político de Poinsett. Alborozábase por el
florecimiento de la masonería en México “pues a ella se habían afiliado, aparte del
presidente, todos los miembros del gabinete y también los hombres importantes del
país...en las elecciones de diputados...Poinsett distinguía tres partidos: el federal, ligado con
el gobierno liberal, que se llamaba yorkino y la oposición centralista, escoceses, que seguían
en pie; pero entreveía un tercero distinguido por el signo de la cruz, que consideraba
fanático y piadoso”.155
“Michelena era el anterior enviado a Londres, intrigante y ambicioso, sin otro interés
que el poder...Gómez Pedraza, era hombre de integridad, pero ignorante de los
verdaderos intereses nacionales...Pero la personalidad de Ramos Arizpe destacaba
sobre todos ellos por tratarse de uno de los promotores de los yorkinos en el país a
pesar de que los abandonó con posterioridad...ofrecieron la misión mexicana en los
Estados Unidos a Lorenzo de Zavala, quien declinó ese puesto. El diplomático se alegró
de la renuncia por considerarlo uno de los más eficientes del partido yorkino, que sería
de más provecho situado en México...En plena crisis, Poinsett seguía señalando que el
general Guerrero era la cabeza ostensible del partido y su candidato a la
presidencia”.156

La injerencia descarnada del embajador poco a poco fue formando una opinión
pública que reclamaba su expulsión del país, en donde las legislaturas de Veracruz y Puebla
resolvieron solicitársela directamente al Ejecutivo. De esto da fe el folleto que bajo el título
“Terribles cargos contra el Ministro Poinsett” declara que “El establecimiento del rito de
York no tuvo entre nosotros otro objeto que el de destruir el rito de Escocia, cuyos
miembros se suponía dirigían los negocios públicos...Se confirma con el renombre de
eminentes patriotas que tomaron para sí los iniciados en el rito de York...Su institución,
organización e incremento no tenía más objeto que la dirección de la causa pública, ni podía
ocuparse de discusiones políticas, que debían refluir inmediatamente en los intereses

153 Poinsett a Clay 4 de enero de 1826 Ibídem Bosch p 18


154 Ibídem Bosch p 19
155 Ibídem Bosch PP. 20-21
156 Poinsett a su pariente Johnson, 10 de noviembre de 1826 Bosch PP. 22-23
nacionales... Su conducta ha sido criminal y ofensiva al derecho de gente y al decoro de los
mexicanos”157
Hemos comentado que la Constitución impulsada por Morelos establece un sistema
parlamentario, la facultad exclusiva del Congreso para hacer las leyes, un sistema
unicameral en donde las tropas quedaban bajo el control del legislativo. En cambio, la
Constitución del '24 estableció un sistema bicameral, en donde además al Senado le
corresponde el nombramiento de un cuarto poder: el Consejo de Gobierno encargado de
sancionar las resoluciones de los otros tres poderes, en donde el presidente tiene la facultad
de nombrar a los jueces de circuito y de distrito, en la que además el federalismo bien
entendido, queda en una quimera, toda vez que le correspondía a la legislatura nombrar a
los gobernadores de los estados. Por lo tanto, tenemos que, de acuerdo con la historiografía
existente, hay una serie de aspectos que no han sido suficientemente analizados, en cuanto
a sus móviles y a sus efectos, que necesariamente tienen que ver con las contradicciones
que existen tanto entre la Junta de Zitácuaro con el Congreso de Apatzingán, como las de
éste ya con el Ier Imperio, como con el constituyente de 1824.
Debe también acudir a este análisis, no solamente la convulsionada situación
internacional provocada tanto por la independencia de Norteamérica, obtenida a la par de
sus aspiraciones expansionistas, como por las guerras napoleónicas, así como las
ambiciones inglesas por encontrar nuevos mercados en América; sino, como se señala, el
análisis debe contemplar la invasión de las logias masónicas a la Nueva España como el
aspecto fundamental, que convirtieron a nuestro país en una arena política para definir su
futuro, ya sea inclinado hacia Europa o hacia los Estados Unidos, en donde personajes como
Joel Roberts Poinsett no deben parecernos ajenos, ni a la caída del imperio, ni al ascenso
de Victoria y Guerrero.158
Por lo mismo la acción de Francisco Javier Mina resulta trascendente para el estudio,
toda vez que Mina “se afilió con grupos masones, liberales, comerciantes ingleses y
emisarios norteamericanos que prohijaron sus planes de combatir el absolutismo no sólo
en la península, sino en América…lanzó diversas proclamas…a luchar por la emancipación
de los Americanos que sería útil y conveniente a la mayoría del pueblo español, tanto en lo
mercantil e industrial, como para el establecimiento de gobiernos liberales…En la
expedición de Mina venían hombres como Joaquín Infante, y otros más ligados a grupos
masónicos como la Logia Lautaro”.159
157 Lafragua, imprenta a cargo de Rivera, México 1827, pop 4-6
158 “…también como catalizador del descontento, estaba el estadounidense Joel R. Poinsett (quien) intrigó con el fin de
evitar la creación de un poder fuerte al sur de Estados Unidos que escapara a la dependencia de aquella nación” Ibídem
Lafragua p 136
159 Ibídem Lafragua pop pp 115-116 RELACION DE LAS ACTIVIDADES DEL P. MIER (1817) (Fray Servando Teresa de Mier,

Discurso de protesta como Diputado, 14 de julio de 1822, en Fray Servando Teresa de Mier, Selección, notas y prólogo de
Edmundo O’Gorman, México, México, Imprenta Universitaria, 1945, LXXII 194 p. Antología del Pensamiento Político
Mexicano pp 52-57. “De Londres vinimos el General Mina y yo sobre el tratado hecho con los comisionados del Gobierno
de los Estados Unidos que habían resuelto declarar la guerra a España a favor de la independencia de México...estábamos
Es decir, que durante el período a estudiar fue abundante y decisiva la injerencia de
las logias venidas de Europa y los E.U. que logrando atraerse a vastos sectores de grupos
influyentes, impulsaron políticas favorables a sus respectivos países de origen, en donde
“…los grupos liberales, poderosos en el ejército, al amparo de la masonería mostrábanse
descontentos y conspiraban francamente”160, además en que “La clase media instruida,
consciente de su valor y más politizada, aspiraba al cambio. Letrados, eclesiásticos y
militares, influidos por el liberalismo, la masonería y la Ilustración”161
Recordemos que el mismo Don Juan O’Donojú, hombre de ascendencia liberal,
estaba afiliado a la masonería.
Esta situación, que ha sido poco estudiada, es causa de la extrañeza de Ernesto de
la Torre Villar, tal que le hace exponer que la independencia se frustró “tanto por la
radicalización de los grupos políticos, muchos de los cuales sirvieron de instrumento a la
acción disolvente de políticas extrañas…(en donde la muerte de Iturbide, de conformidad
con él) significó la ruptura de una compuerta por la que brotaron numerosos males que
afligieron a México en los años posteriores”162, y que no es otra cosa que la postergación
de los anhelos de independencia política y económica del exterior, la enajenación de la
soberanía nacional y la muerte de un sistema democrático a cambio del gobierno personal,
omnímodo, que aún hoy padecemos más de doscientos años después.
Es importante señalar que, no obstante que se ha sostenido que en nuestros
primeros códigos políticos pueden advertirse dos tendencias muy marcadas, una
procedente de Norteamérica y la otra originada en la Revolución Francesa, e incluso
afirmando que “Ambos asertos se complementan”163, las diferencias entre una y otra son
notables, pues la primera muestra una clara inclinación presidencialista, absolutista,
mientras la segunda es de corte parlamentario. Cabe indicar que posteriormente se ha
redescubierto la importancia de la Constitución de Cádiz en el constitucionalismo mexicano,
señalado por varios autores como Antonio Montiel y Duarte o José María Lozano, en el
último tercio del siglo XIX.
Resumiendo, tenemos que el período analizado (1808-1824), nos remite al
momento en que con Fernando VII como cautivo de Napoleón, el Ayuntamiento de la
ciudad de México convoca a una Junta que se pronuncia por la soberanía popular a la vez
que postula la defensa de Fernando VII como rey de España.

levantando una expedición brillante, que desde entonces hubiera dado la libertad a la patria, cuando la noticia esparcida
por Toledo de haberse disuelto el Congreso de Tehuacán, nos arruinó enteramente. Solamente pude conseguir de mi
amigo Mr. Daniel Smith el préstamo de ciento veinte mil pesos, y con esto trajimos la pequeña expedición con que Mina
y yo desembarcamos en Soto la Marina”. Historia Documental óp. cit. p 137
160 Ibídem Lafragua p 117
161 Ibídem Lafragua p 124
162 Ibídem Lafragua p 138
163 Ibídem, p 102
De manera semejante, en pleno auge de la guerra de independencia, en el año de
1811 (18 de agosto), Rayón al lado de José María Liceaga y José Sixto Verduzco instala la
Junta de Zitácuaro, que reconoce a Fernando VII como soberano de la Nueva España, no
obstante que plantea el problema de la soberanía, y hace explícita mención de la separación
de poderes (en su Artículo 21), en donde en su Artículo 5º otorga amplias facultades al
mismo Fernando VII, Rey de España.
Este mismo despropósito se advierte, aunque con matices distintos, en España
durante la proclamación de la Constitución de Cádiz, pues a la vez que decreta la instalación
de los ayuntamientos de elección popular, deja la potestad de legislar en última instancia al
Rey.164
Mientras en España se fortalece la tendencia gaditana, José María Morelos instala
el Congreso de Chilpancingo, el cual el 6 de noviembre habría de declarar la independencia
absoluta de México con respecto a España, que posteriormente dio origen a la Constitución
de Apatzingán en el año de 1814.
En la Constitución de Apatzingán, llamada Decreto constitucional para la Libertad de
la América Mexicana, se reflejan las ideas de la ilustración al establecer la separación de
poderes, en tanto que el Ejecutivo queda sometido a la Asamblea, pues el Supremo
Congreso Mexicano es el encargado del nombramiento de los tres representantes del
Supremo Gobierno (poder ejecutivo). Así mismo plantea la elección directa del Congreso y
del Supremo Tribunal de Justicia. La facultad exclusiva del Congreso para iniciar las leyes
consagra un sistema unicameral. Una muestra de la amplitud de facultades que se otorga
al Congreso es que las tropas son puestas bajo control del poder legislativo.
De la misma forma establece el otorgamiento del derecho de voto a todos los
ciudadanos sin ningún distingo, junto con otra serie de principios que ante el sistema
adoptado eran de suyo asequibles: Libertad de hablar (sic); de discurrir; de enseñanza y
trabajo (Artículo 38º); de petición (Artículo 37º) y de imprenta (Artículo 40º).165
Es comprensible que, dadas las condiciones imperantes, la aplicación de la
Constitución fuera muy relativa. Aunque sería conveniente precisar si tuvo vigencia en los
territorios dominados por los insurgentes e investigar de qué forma fue aplicado.
Con la proclamación de la independencia con el Plan de Iguala, al que se suma
Vicente Guerrero, con el Imperio Mexicano aparecen más claramente las tensiones entre
un órgano representativo y el poder Ejecutivo y que con variantes significativas firman
164 Lo anterior se explica, en buena medida, porque en el documento conocido como Elementos constitucionales de la
Monarquía Española, es al mismo tiempo la respuesta de la burguesía española a la invasión francesa y un ajuste de
cuentas contra el absolutismo, y a pesar del declarado carácter igualitario de sus 384 Artículos (en que señala
expresamente la existencia de la separación de poderes) deja en manos del Rey la facultad "para sancionar las leyes". La
prueba más candente de que la Constitución no aniquiló el poder real, son las sucesivas revocaciones de que Fernando VII
la hace objeto, entre los que destacan la de 1823, que lleva a cabo gracias a la prerrogativa anotada, “y con el fin de que
desaparezca del pueblo español hasta la más remota idea de que la soberanía no reside en otro que en mi real persona”.
165 A la muerte de Morelos, se instala una Junta Subalterna Gubernativa por parte de las autoridades novohispanas que

fue disuelta en el año de 1819.


posteriormente Iturbide y Juan O’Donojú en Córdoba, que dista mucho del sentido que tuvo
el Congreso de Chilpancingo, pues en aquél se ofrece la corona del Imperio Mexicano al Rey
de España, justamente el mismo monarca al que los insurgentes venían a desconocer.
Lo mismo ocurre cuando el día 28 se instala la Junta Provisional Gubernativa,
compuesta por treinta y ocho miembros “quienes fueron asignados - según dicho de
Iturbide - por sus virtudes, por sus destinos, por sus fortunas, representación y
concepto”166, convocando a la formación de un Congreso Constituyente, el cual al poco
tiempo de instalado (24 de febrero de 1822), proclama a Agustín I como Emperador, quien
meses más tarde decreta su disolución el 31 de octubre de 1822. Llama la atención la
ausencia en este proceso de quienes combatieron inicialmente al lado de Hidalgo, que a su
modo avalaron el Plan de Iguala, y que no aparecen en esta etapa que se reconoce
inexplicablemente como la de la consumación de la independencia.
La Junta Nacional Instituyente es un ejemplo más de la superposición entre los
poderes, convocada para sustituir al Congreso disuelto, representando “la comedia” de una
Asamblea Nacional, aprueba el Reglamento Político Provisional del imperio y se propone
redactar una Constitución, pero antes de concluir su obra y ante el embate de Antonio
López de Santa Anna abanderando el Plan de Casa Mata, se disuelve. Iturbide vuelve a
convocar al Congreso el 1º de febrero de 1823, para concluir abdicando ante él unos días
después.
Los mentores de aquella rebelión (Santa María y Poinsett), buscarán el brazo fuerte
que la condujera “y lo encontraron en Antonio López de Santa Anna”167, dando evidencia
de que la injerencia extranjera en nuestros asuntos será una constante irremediable que
determina el curso posterior de nuestra vida “independiente”.
El Congreso reinstalado proclamó el sistema federal y convocó a la elección del que
habría de elaborar la Constitución, pero aunque el 7 de febrero de ese año, fecha de su
instalación, parecía cumplirse el plazo para quienes aspiraban no sólo a la independencia
nacional, sino al establecimiento de una república con su consecuente separación de
poderes, que pusiera al país en camino de atender los reclamos de nativos y mestizos, pero
el 4 de octubre de 1824 sus sueños se desvanecieran al aprobarse una Constitución
proclamada como republicana y federal, pero profundamente presidencialista, centralista
que negaba la soberanía regional.
La Constitución de 1824, compuesta de 171 Artículos, calificada como copia de la
norteamericana, habla en su parte dogmática de una república popular federal (restringida
de acuerdo con los Artículos 5º y 6º); en cambio en su parte orgánica establece el Senado168,
166 Ernesto de la Torre Villar, op. cit., p 132
167 Ibídem, p 137
168 Los argumentos que vertió Ponciano Arriaga, uno de los más devotos partidarios de la desaparición del Senado durante

las sesiones del constituyente de 1856, lo llamó "la cámara privilegiada...de la aristocracia [...] que no representa
verdaderamente al pueblo. (13) Ignacio Ramírez preguntaba al respecto del Senado: "¿Por qué lo que han de hacer dos
cámaras no ha de hacerlo una sola? si la segunda ha de ser el apoyo de la primera, está de más, y sólo equivale a aumentar
compartiendo con la Asamblea el poder Legislativo, pero otorgándosele mayores
atribuciones, pues es al Senado al que le corresponde el nombramiento de un Consejo de
Gobierno (como si se tratara de un cuarto poder) encargado de sancionar las resoluciones
de los otros tres poderes (un poder por encima de los otros tres, lo que equivale a negar tal
separación de poderes). Por si fuera poco, la Constitución de 1824 otorga al presidente de
la República la facultad de nombrar a los representantes de los tribunales de circuito y de
distrito (lo cual nuevamente niega la separación de poderes, ahora entre el Ejecutivo y el
Judicial).
Y aunque en dicho precepto se habla del concepto de soberanía de los Estados, ésta
a final de cuentas queda depositada en la legislatura que era quien nombraba a los
Gobernadores de cada uno de ellos, siendo la elección de aquélla de tipo indirecto en tercer
grado. Por último, diremos que esta Constitución habla, como casi todas, de las libertades
de imprenta, de educación y de trabajo, que son letra muerta en los regímenes
unipersonales. Rematando al declarar la unicidad y exclusividad de la religión católica para
la nación mexicana. La historia posterior a 1824 no resultó distinta, excepción hecha del
periodo que va de febrero a diciembre de 1857169, pues podemos afirmar que tanto los

el número de diputados. Si ha de ser revisora [entonces] lo que se busca [es] un poder superior a los representantes del
pueblo".
169Durante los debates celebrados por el constituyente de 1856 el presidente del mismo, Don Ponciano Arriaga, no sólo logra

hacerse eco del enciclopedismo francés, sino que aporta elementos esenciales en la discusión de lo que ha de ser la soberanía
y la representación:
"Nadie ignora que mientras los gobiernos monárquicos aristócratas se proponen reunir y concentrar en manos de una
o pocas personas o corporaciones el poder y todas las fuerzas de la sociedad, los gobiernos democráticos se conducen por
camino contrario esparciendo y promediando la autoridad, dando principio participio en los asuntos públicos a todos los
ciudadanos, realizando la soberanía de cada uno en la soberanía de todos".
Justo Sierra por su parte al criticar precisamente los principios consagrados en la Carta Magna de 1857, en un exceso
retórico dice que ella "fue obra de un grupo de lectores de libros europeos", y aunque reconoce que los constituyentes nos
dieron "símbolos de fe humanitaria", para él éstos fueron "profundamente sonoros y huecos" para concluir diciendo que
"[fueron] vanas palabras hinchadas por el humo de la declamación y del sofisma desvergonzado [...] en esas horas de fiebre
el Congreso conspiraba contra el ejecutivo usando la Constitución como arma de intriga (Sic)... produjo consecuencias
fatales como crear un ejecutivo débil" (Sic) (6)
Es de hacer notar que si pocos eran quienes creían que debían hacérsele serias reformas a la Carta Magna del '57, nadie
suponía que las ideas superiores que la inspiraron hubieran sido impropias alguna vez, o que lo fueran ahora y menos que
existieran otras ideas más cuerdas, nuevas o firmes.
Nada de extraño tiene, pues, que la actitud y la prédica de Sierra sea considerada como "execrable herejía" por Cosio
Villegas, porque Sierra tuvo que "dedicar más tiempo, inteligencia y energía a socavar las ideas que inspiraron la
Constitución, que a la Constitución como un código completo" (7)
Podemos afirmar que la Constitución de 1857 consagra la separación de poderes (Artículos 65º, 66º, 70º y 72º),
establece la preeminencia del poder legislativo sobre los otros dos poderes ("la potestad más cercana a la soberanía es la de
legislar") esto gracias tanto al sistema unicameral adoptado (Artículo 51º), cómo al control del ejército y la armada por parte
de la Asamblea (Artículo 70º fracción XVIII); Asimismo la Constitución del '57 garantiza la independencia plena del poder
judicial (nombrado por medio del voto y no a través del Presidente de la República como ocurre actualmente), todo lo cual
permitiría la cristalización de las libertades esenciales, llamadas también garantías individuales o "derechos del hombre"
según el texto constitucional: derechos y libertades tanto de educación, de asociación, de petición, de imprenta, cultos,
comercio etc. (Artículos del 1º al 29º).
conservadores como los liberales aplicaron patrones autoritarios para el ejercicio del
gobierno.170
A la luz de las líneas generales argumentativas aquí propuestas, se puede afirmar
que como ha señalado Luis Villoro, once años después de iniciada la lucha de independencia
“fue consumada por sus enemigos originales”.
Aunque eso no nos imposibilita para señalar que la causa de Hidalgo, Aldama,
Allende, Abasolo, López Rayón y otros, tiene el mismo cariz que consumó efectivamente
Iturbide: crearle un trono a Fernando VII Rey de España en nuestro país.171
El camino que se tomaba en 1821 era opuesto al adoptado en Apatzingán, pues se
perfila la idea de un poder ejecutivo omnímodo, con un mínimo de trabas legales. Era como
una protesta contra el régimen liberal español. Oponerse a la constitución gaditana con un
proyecto aún más conservador que el de ésta.
La independencia de España, entonces, no se consuma como un acto progresista,
sino como un acto regresivo, alentado e inspirado por españoles y criollos en contra no sólo
de la burguesía liberal, sino fundamentalmente de los pobladores originarios, mestizos y
mulatos que conformaban la inmensa mayoría de la población en ese entonces.
Con el ascenso de Iturbide ocurren una serie de eventos que evidencian la lucha
entre el absolutismo y un aparente republicanismo, en donde 19 diputados y varios civiles
y militares son detenidos el 26 de agosto (*). Las discusiones en torno de la detención de los
cinco diputados que habían quedado arrestados, pues al resto se les liberó, fueron tantas y

170 Tal es el caso, entre otros, tanto de las llamadas Bases Constitucionales de 1835 como de Las Siete Leyes del 30 de
diciembre de 1836, en las que se declaraba sin rubor que se trataba del establecimiento de un gobierno de tipo centralista,
que convertía a los estados de la república en departamentos, establecieron un sistema bicameral en donde el
nombramiento de Prefectos y subprefectos recaía en el Ejecutivo, estableciéndose un poder por encima de los otros tres:
El llamado "Supremo Poder Conservador", formado por una Junta de Notables que respetaba los requisitos de riqueza
plasmados en las Bases Constitucionales de 1836, y que consistía en que por ejemplo para ser considerado ciudadano se
requería una renta anual de 1,000 pesos, para ser diputado ésta debía ser de 1,500 pesos, para ser Senador de 2,000 pesos
y para poder ser miembro de la Junta de Notables 4,000 pesos anuales de renta comprobados. 170
Las reformas propuestas por Juárez en 1867, que por fin pudo llevar a cabo Lerdo de Tejada, tienden a restablecen el
Senado (órgano aristócrata cuya obvia función es la de restarle facultades al poder legislativo); restablece tanto el derecho
de veto del ejecutivo cómo las facultades extraordinarias del Presidente de la República, así mismo establece la reelección
aún en el período inmediato posterior.
El Estatuto Provisional del Imperio, y no podía ser de otra forma, en lugar de tres poderes estableció facultades
extraordinarias al Emperador quien "oye (Sic) al Consejo de Estado en lo relativo a la formación de las leyes y reglamentos y
sobre las consultas que estime conveniente dirigirle" (Artículo 6o). En lugar del derecho de petición se señalaba que "todo
mexicano tiene derecho para obtener audiencia del Emperador" (Artículo 8o).
Por último, en cuanto a la Constitución de 1917, ésta nos habla de un régimen presidencialista, bicameral, en el que el
Ejecutivo nombra al Presidente (indirectamente) y a los Ministros (directamente) del poder judicial (Artículo 96); En el que
el Ejecutivo posee el derecho de veto sobre las resoluciones de ambas cámaras (al exigir el acuerdo de las dos terceras partes
de cada una de ellas para rechazar sus iniciativas o para impedir que cualquiera de ellas impulse las propias, - inciso c) Artículo
72) por lo que es legítimo decir que actualmente quien legisla en México desde 1917 es el Presidente de la República en
turno. En la Constitución de 1917 "el Ejecutivo adquirió el derecho de vetar las leyes aprobadas por el Legislativo...así mismo
su artículo 94 adoptó el principio de la inamovilidad judicial y el requisito de título profesional de abogado para los
magistrados y jueces, y el 96 acogió el de que los magistrados de la Corte fueran designados por el presidente de la República
(con aprobación del Congreso, pero dejando a éste sin posibilidad de ser él quien los nombre)". 170
171 Aunque Iturbide señalaba que “si se llamaba a Fernando VII, lo hacía como maniobra política” Lemoine op. cit. p 129
(*) los encarcelados sumaron 66
encendieron los ánimos a tal grado, que Iturbide disolvió el Congreso el 31 de octubre de
1822.
Para simular la existencia de los tres poderes, Iturbide creó la Junta Nacional
Instituyente, que actuó del 2 de noviembre de 1822 al 6 de marzo de 1823, que aparte de
ocuparse del problema hacendario, de formular una Constitución provisional y las bases del
futuro Congreso Constituyente, aprobó mantener la elección indirecta en un solo nivel, el
establecimiento de dos cámaras, acordando que el Congreso convocado debería reconocer
a Iturbide como emperador y no debería discutir la monarquía constitucional.
De acuerdo con lo anteriormente señalado, podía reputarse que la verdadera
independencia debió ocurrir entonces cuando el Congreso desconoce a Iturbide el 8 de abril
de 1823, en que declara que no subsisten ni el Plan de Iguala ni los Tratados de Córdoba, ni
el decreto del 21 de julio de 1822 (que declara Emperador a Iturbide), pero es aquí
precisamente, y sobre todo en el momento en que se aprueba la primera Constitución del
México independiente de España en 1824, en donde encontramos una gran diferencia con
la de Apatzingán, pues, en palabras de O´Gorman los diputados cedieron a la tentación casi
biológica de emular a la poderosa república vecina “tan desbordante de felicidad”.
Cuando se reunió el Congreso el 24 de febrero (aunque solamente con cien
diputados) señaló que la Soberanía de la nación residía en el Congreso y afirmando
dogmáticamente que los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial no estarían unidos.

MÁS SOBRE LAS LOGIAS MASÓNICAS


Aquí concurre un nuevo elemento digno de análisis, pues se afirma que “En el
Congreso figuraban elementos influidos por las logias masónicas que apoyaban las ideas
republicanas y cambios fundamentales en la administración del Estado”172 pues en ese
momento “la acción de las logias masónicas se hizo patente, cohesionando bajo la bandera
del republicanismo a todos los enemigos de Iturbide”173
Decíamos que la Constitución impulsada por Morelos establece un sistema
parlamentario, la facultad exclusiva del Congreso para hacer las leyes, un sistema
unicameral en donde las tropas quedaban bajo el control del legislativo. En cambio, la
Constitución del '24 estableció un sistema bicameral, en donde además al Senado le
corresponde el nombramiento de un cuarto poder: el Consejo de Gobierno encargado de
sancionar las resoluciones de los otros tres poderes, en donde el presidente tiene la facultad
172De la Torre Villar, op. cit. p 134
173Ibídem p 135 Algunos autores y estudiosos del tema señalan que la actividad de las logias se inicia antes de la
consumación de nuestra independencia, José María Mateos entre ellos. Otros, afirman que como las logias tenían el
objetivo de expulsar a España, para hacer política a favor de una u otra metrópoli, coinciden en que efectivamente su
establecimiento data de antes de 1821.
de nombrar a los jueces de circuito y de distrito, en la que además el federalismo es una
quimera, toda vez que correspondía a la legislatura nombrar a los gobernadores de los
estados.
David Brading dice que el nacionalismo de los liberales (en el siglo XIX) fracasó en
cuanto a “que no supo ofrecer remedios prácticos”, y añade, citando a Zavala: “No es fácil
deslindar hasta qué punto puede llamarse nacional un sentimiento que con mucha facilidad
se confunde con el deseo de obtener empleos que otros tienen”.174
En el Fondo Reservado de la Biblioteca Nacional con sede en la Universidad Nacional
Autónoma de México, se encuentra el Fondo Lafragua en el que forma parte una serie de
folletos recopilados por la Maestra Lucina Moreno, muchos de los cuales son relativos al
período que estamos abordando. El trabajo lo presentamos con la posición expresada por
ambas sectas respecto al despiadado ataque que una y otra se dirigen en la lucha por
hacerse del poder para entregarlo a una u otra potencia, en las cuales es digno de reflexión
el abuso que hacen acerca del interés nacional en favor de sus posiciones; en la segunda
parte se presentan las que desde nuestro punto de vista deslindan tanto de la masonería
como del entreguismo del interés nacional al extranjero, reconociendo que todas son
enteramente ajenas a los proyectos de nación que proporcionaran la base material que
sustentara la verdadera independencia.
Es digno de tomarse en cuenta, que los autores de tales opúsculos debieron tener
medios económicos suficientes para poder producirlos, pues no se entendería que el pueblo
empobrecido pudiera financiarlos, por lo que el punto de vista expresado corresponde ya
sea al de la aristocracia, o incluso, a la clase media del período.
Entrando en materia diremos que del año de 1826 es el folleto titulado “Religión sin
fanatismo o sea análisis de los mazones (sic) Dialogo entre un tío y un sobrino”, que resulta
una apología de las sectas masónicas, el reputado como “tío” después de explicar a su modo
el origen de la voz francmasón (de la lengua francesa franco y masón, que de acuerdo con
esto quiere decir: liberal arquitecto) y de señalar que “muchos hombres libres...formaron
una congregación que lamentaba el abatimiento de su patria bajo el mando despótico de
un sólo hombre...pasaron a York y escosia (sic) en Inglaterra...de donde se transmitieron a
Nueva York en los Estados Unidos y de aquí, en nuestros días en territorio mexicano” (a
manera de aclaración nos dice que “No sólo es su objeto el bien de la patria - sino además
- ejerciendo actos de piedad los más sinceros, aliviando sus urgencias con socorros o su
influencia en sus trabajos y enfermedades”) para concluir que en cambio “los Escoceses
desean la dominación despótica de un solo hombre, valiéndose antes de centralizar la
república...se han prostituido...no merecen ni el nombre general de mazones (sic), ni el

174 Brading, David "Los orígenes del nacionalismo mexicano" p 126


particular de yorkinos”.175 Este folleto es anónimo, y debemos resaltar que a las
explicaciones simplistas se suma una fuerte tendencia pronorteamericana.
En la misma colección nos encontramos en forma de folleto o de desplegado público,
el mensaje de Guadalupe Victoria dado durante la apertura de sesiones del Congreso de
fecha 1 de enero de 1826, en el que el Presidente al referirse a los Estados Unidos del Norte
exageradamente, lo pone como ejemplo casi de santidad “modelos de virtud política y
rectitud moral (que) progresan bajo el sistema de repúblicas federadas que adoptado entre
nosotros por el acto más espontaneo de que haya memoria, (sic), lo que nos nivela con la
patria de Washington”.(sic)176
En la sesión de clausura del Congreso general del 23 de mayo de ese mismo año,
Victoria después de hacer un reconocimiento al “Tratado de Amistad, navegación y
comercio con la Gran Bretaña”, advierte que “se obrará por estos principios para poner en
contacto y arreglar los de Estados Unidos del Norte (contenida en) la memorable promesa
del presidente Monroe”. (sic)177, de donde nosotros desprendemos que una cosa era la
diplomacia y el camino espinoso de la relación con las potencias de entonces, y muy otra la
declaración oficial que muestra qué tan mal comienza la administración de la
“independencia” nacional.
En 1824, aparece un folleto que es atribuido al “Payo del Rosario”, conocido como
yorkino, el que inicia con una proclama respecto a la independencia, y reza así, “Nula es
nuestra independencia, falsa nuestra libertad, mientras tengan los coyotes el palo, el
mando y el pan” en clara referencia a los españoles, que, beneficiados con el ascenso de
Iturbide, lo seguían siendo con el gobierno de Victoria.178
En el folleto titulado “O se destierra El Coyote o mata nuestras gallinas”, es una
analogía demasiado obvia en donde el Payo advierte acerca de la aparente convivencia
entre los coyotes (españoles residentes en México) y las gallinas (los mexicanos) porque “el
día que se acuerde que es coyote no ha de dejar una gallina viva por más que aparente que
las quiere (y más aún) al olor de las gallinas...el coyotito luego que las divise los llamará con
aullidos como compañeros y hermanos de una misma especie”, y apelando a dos refranes
conocidos, advierte que “ni chocolate recalentado ni amigo reconciliado” y que “quien ama
el peligro en él perece”179, en donde los comentarios salen sobrando.
En el folleto “De coyote a perro inglés, van al coyote ocho a tres”, de fecha 11 de
febrero de 1825 el mismo Payo del Rosario, lleva a cabo una analogía aún más evidente, en
la cual se refiere a los préstamos desastrosos que se contrataron con las casas inglesas
Goldsmith y Barclay, “les pedí a ciertos chinos comerciantes una considerable cantidad de

175 Imprenta de Palacio, 1826. Núm. 223, colección Lafragua. Lucina Moreno: 2064
176 4 PP. Núm. 1519 colección Lafragua, 1968 Lucina Moreno.
177 Núm. 1519 colección Lafragua, 1969 Lucina Moreno.
178 Núm. 416 colección Lafragua,
179 Núm. 417 colección Lafragua,
dinero que yo mismo les había empleado en jamonas y bromas (sic) para la
familia...hipotecándoles los productos de pollos y huevos que me rindiera la negociación”
dice en su particular estilo, y en donde quien hace de la esposa aclara que “él no hizo el
préstamo sino su administrador”, el cual a su vez “es apoderado de los chinos para sus
operaciones lucrativas”, toda vez que de los 16 que obtuvieron sólo recibieron 6, que “con
réditos, comisiones, premios y condición suman treinta mil”.
Para que no quedara duda de la burda analogía, se nos presenta un personaje
llamado “El loco de las Tamaulipas” en clara referencia a Iturbide “apeado de soberbio
caballo...40 años...estatura gigantesca, rostro moreno, mirar espantadizo...aspecto
majestuoso...extravagante y admirable...trechos de leones y estrellas doradas - sobre un
manto morado - condecoraciones godas, orden de Carlos 3ro”.180, libelo en el cual, como es
característico en el Payo, no se hace acusación alguna ni a los yorkinos, ni mucho menos a
los Estados Unidos, siendo que para la fecha de su publicación, ya se encontraba vigente la
Constitución de 1824, con su, por decir lo menos, peculiar sistema republicano, de dos
cámaras, un Presidente de la república con derecho de veto, sistema federal, a imagen y
semejanza de los del Norte.
Por lo tanto resulta significativo que el opúsculo llamado “día de gloria o de luto para
los enemigos de la patria o defensa de la segunda parte de: váyanse los gachupines, si no
les cuesta el pescuezo” sin ningún escrúpulo, Luis Espino al preguntarse acerca de “nuestros
enemigos” señala: “¨serán nuestros hermanos del Norte, neutrales por constitución,
liberales por ecselencia (sic), e interesados en abatir la legitimidad?” para asegurar que
“...los españoles son enemigos de la libertad mexicana” y posteriormente arremeter en
contra de los ingleses: “¨lo serán los ingleses - nos dice - hijos del cálculo y del comercio,
con bienes pingues para invertirlos en sus especulaciones mercantiles, gloria de la Gran
Bretaña, y celo de las otras monarquías?”181
Como se puede observar, resulta inútil buscar algún rasgo de conciencia nacional en
esta serie de folletos, en donde además del lenguaje empleado, se busca engañar a la
opinión pública con respecto a las supuestas ventajas que obtendría la nación apoyándose
en una potencia para eliminar a las otras. Correcto sería abominar tanto de una como de la
otra, pero no se observan rasgos de este tipo en ninguno de los folletos consultados.
En la segunda parte de “Coyote a perro inglés”, el Payo del Rosario vuelve a la carga
en contra de los españoles, que aunque obra con justicia en su caracterización, cae en el
error de iniciar su denuncia con verdades a medias: “alcalde gachopin, gobernador
gachopin, real audiencia gachopina, virrey gachopin, rey gachopin, jesocristo gachopin,
conque (sic) ¨dónde diablos vamos a dar?” se pregunta, y atacando a los ingleses dice:
“vendréis saliendo con la empanada de que a la política de vuestro gabinete no le conviene

180 Núm. 259, Lucina Moreno núm. 49. 8 PP.


181 Espino, Luis. Núm. 1404 colección Lafragua, 1982 Lucina Moreno. 14 de noviembre de 1826 12 PP.
reconocer la independencia, y que solo toca asegurar las propiedades de los negociantes
particulares de Londres...los prestamistas ingleses son los gananciosos, y la nación, el joven
rico, que se perderá sin remedio si no despierta” añadiendo: “es estraño (sic) que habiendo
hombres poderosos, hayan recurrido a las casas de Londres...mendingando el aucsilio (sic)
de otras potencias, y mucho menos de aquellas que pueden no ser las adictas por sus
conveniencias particulares”182, lo que equivale a decir que es reprobable acudir a Londres y
empeñar la soberanía, pero dejaría de serlo si se acude a los Estados Unidos.
Con fecha 11 de julio de 1827, apareció un folleto firmado por “L.C.” y titulado “Un
nuevo plan de revolución, infamias de los escoceses que conspiran en la patria o sea
respuesta al impreso titulado, infamias de los yorkinos” en donde se asegura que “desde
que los escoceses dejaron de mandar o cómo desde que dejó de ser feliz la república en su
opinión, inmediatamente dirigieron a buscar (los escoceses) el modo de desacreditar a los
que con el brazo fuerte de la patria descargaron el golpe sobre la cerviz del
malvado...suscitando la división entre los mexicanos”, añadiendo que “ya todos conocemos
la diferencia inmensa que hay entre la verdadera ecsistencia del centralismo borbónico y el
fingido iturbidismo”. Con relación al caso del Padre Arenas nos dice que “se pretendió fuese
el instrumento del suspirado choque entre los mexicanos; por eso - insiste - se atacaba tanto
la discordia contra unos y contra otros”183
En el folleto “Lista de los escoceses y apunte de sus maldades” firmado L.M.
Federación y publicado con posterioridad al decreto del Congreso prohibiendo la existencia
de las logias masónicas, aparecido en 1827. Éste que busca sacar de la clandestinidad a los
escoceses con acusaciones tales como “vimos usar a los oradores por Escocia para
anatematizar y poner en ridículo a todas las sociedades secretas (con el perverso fin de)
dominar a su placer a los candorosos mexicanos (en donde) se pinta a los yorkinos como
hombres sin patria, sin moral, sin conciencia ni razón”, acusando a los escoceses de ser los
autores “de esos folletos que impugnan nuestra santa religión” y al dar nombres señalan a
“Fagoaga...Alamán...un Vivanco, que entró a la independencia y tuvo empeño en
desmembrar al ejército y postergar a los antiguos patriotas...Echavarri y un Negrete...un
Gregorio Arana...todos los hijos mayores, son antiguos mayorazgos, comerciantes
españoles acaudalados, abogados aspirantes...el gobernador Miguel Barragán (de
Veracruz)...en donde están las pruebas de sus groseras imputaciones? - pregunta - ¿qué
crédito merece el cobarde que se oculta?.”184 Pero la pregunta para el autor sería ¿por qué
no denunciaron por igual los proyectos de los escoceses a la autoridad pública? y ¿por qué‚
tampoco presentaron las pruebas de sus acusaciones?, pues para nosotros no cabe duda
que el engaño público en ambas sectas, era su vocación favorita.

182 Núm. 259 Lafragua. 1915 Lucina Moreno. 8 PP.


183 Núm. 294 Lafragua. 2184 Lucina Moreno. 8 PP.
184 Núm. 416 Lafragua. 2158 Lucina Moreno 2 PP.
Cabe hacer la mención de que Joel R. Poinsett ante la invasión de Barradas (julio de
1829) a la vez que informa a su gobierno, presidido por Andrew Jackson “aconseja que la
Casa Blanca debía notar el acecho de una posible invasión de tropas españolas”.185
Cuando las legislaturas locales de Puebla y Veracruz solicitaron al gobierno federal
expulsar a Poinsett del país “por su conducta intervencionista, Poinsett se permitió licencia
de amenazar al mismo presidente Victoria con pedir a la cancillería norteamericana lo
retirase de México si antes nuestro gobierno no le daba amplias satisfacciones por la
‘humillante’ solicitud de expulsión formulada por las citadas legislaturas...Victoria obrando
esa ocasión con independencia, alegó que nuestro régimen federal otorgaba a los Estados
de la Unión plena soberanía para formular críticas y solicitudes...no obstante no fueron
aprobadas las solicitudes de las cámaras de Puebla y Veracruz...(y) Poinsett permaneció en
México”186
Carlos Bosch nos dice que el verdadero motivo del acuerdo de la legislatura de
Veracruz, “consistía en acusar a la política de los Estados Unidos de sospecha para con
México, mostrando los esfuerzos de Poinsett para ponerla en acción...la única forma en que
Poinsett podía excusar cuanto le imputaban era mostrar cómo fue su ayuda, cuando fue
posible, consistió en mantener el statu quo...pero los enemigos se lanzaron en su contra
por considerar que trataba de apoyar un orden de mayor conveniencia a sus intereses...El
Presidente en persona decía no coincidir aquellas posturas con los sentimientos de la nación
y del gobierno mexicano”.187
El 4 de julio de 1827, Poinsett distribuyó un folleto en el que bajo el título “Exposición
de la conducta política de los Estados Unidos para con las nuevas repúblicas de América”
pretende defenderse de las acusaciones hechas por el Congreso veracruzano, pero “no de
los ataques de los folletos”, que solamente suscitaban en él “sentimientos de
desprecio...pero cuando la honorable legislatura de Veracruz, hace mérito en un manifiesto
solemne...de la sustancia de estas infundadas calumnias (sic), he sentido la necesidad de
vindicar el carácter y conducta de los Estados-Unidos” (sic)
En la denuncia en contra de Poinsett se afirma: “Veracruz sospecha que un ministro
estranjero sagaz e hipócrita...tan celoso de la prosperidad de su patria como enemigo de la
nuestra...calculando que el engrandecimiento y gloria de su nación está en razón inversa
de la gloria y engrandecimiento de los Estados Unidos Mexicanos...calculando que la
agricultura de México debe ensancharse...insignificante y nula la del Norte...calculando que
nuestras relaciones comerciales con la Gran Bretaña pudieran ser desventajosas a los
intereses de su país, concibió y abortó el proyecto más desorganizador y terrible para la
república...estableció el rito de york”

185 Iturriaga óp. cit. PP. 89-90


186 Ibídem Iturriaga PP. 84-85
187 Bosch García, Carlos. El mester político de Poinsett. PP. 30-32
Ante estas revelaciones, Poinsett en su turbia respuesta, afirma que “desde el grito
de independencia los sentimientos y simpatías de los Estados Unidos se manifestaron a
favor de la libertad...de tal forma que el 8 de marzo de 1822 (al año siguiente de la
“independencia” y 12 años después del Grito de Dolores) el Presidente se persuadió de la
necesidad del reconocimiento y que en su discurso del 12 de febrero plantea ‘la necesidad
de promover la independencia’ (sic) de estas naciones; que los Estados Unidos desean
ardientemente ver a sus vecinos ricos y poderosos; que el rito de york ecsistia (sic) antes de
su llegada a este país...no ha hecho más que enviar cartas a la Gran Logia de Nueva York a
pedimento de estas, e instalar la Gran Logia de México...con objetivos caritativos y
filantrópicos”188
Fuentes Mares acusa, además, que Poinsett había alegado que él hizo “lo que ningún
norteamericano podría haber llevado a cabo...el gran propósito de levantar un partido
norteamericano” en México.189
Las críticas escocesas a Poinsett, por provenir del otro partido extranjerizante, no
podían ser menos interesadas y en un folleto intitulado “El capitán Cócora contra el ministro
Poinsett”, su autor alega que el Embajador obra “contra las macsimas (sic) de su gobierno,
a quien cordialmente respetamos, queremos y admiramos”.
Y si por un lado en el citado folleto se utiliza un tono de cruel ironía en contra del
folleto de Poinsett:
“Soy pacífico...quiero la paz, en nada me he metido, a no ser el haber organizado la
más desenfrenada demagogia y en haber por consiguiente dado el plan de ataque”, el autor
enseña la oreja al quejarse amargamente de que Poinsett se atreva a “calumniar a los
ingleses” pues clama que su plan es “muy depravado, pues quiere absolutamente aislarnos
y dejarnos abandonados”. Y al hacer el recuento, según él, de los servicios importantes
prestados por los europeos, el susodicho Capitán acepta sin rubor: “favoreció a los gefes
(sic) de la independencia, le facilitó a México caudales (sic), se crearon compañías para la
explotación minera...reconoció a nuestro gobierno”, motivos que le parecen suficientes al
autor para abandonar la dignidad y el decoro. “¨la ambición que desplegan (sic) los Estados
Unidos no es más temible que las relaciones con Inglaterra, Francia & c. (sic)?” se pregunta
supinamente. Y confirmándonos la especie afirma que, con esas garantías, “¿…podremos
dudar ni un momento en estrechar más y más nuestras relaciones con ellas?”190
José María Mateos dice en su descargo, que después de establecidas cinco LL.'. se
suplicó a M. Poinsett se recabaran por conducto de sus amigos las cartas o patentes
reguladoras. “El haberse prestado a esta petición, y el haber recibido la comisión...fue toda

188 Núm. 294 Lafragua. 2230 Lucina Moreno. 16 PP.


189 Iturriaga citando a Fuentes Mares óp. cit. PP. 92-93
190 Núm. 294 Lafragua. 2111 Lucina Moreno. Imprenta a cargo del C.T. Uribe y Alcalde, calle de Jesús núm. 2
la intervención que esta persona tuvo en el Rito, y por lo que tanto y tan injustamente se le
ha calumniado”191
Por otro lado, en otro documento llamado “Terribles cargos contra el ministro
Poinsett”, el autor comenta no haberse iniciado “en los misterios del rito Escocés ni
tampoco en los de York”, y ante las acusaciones de “ligereza y poca circunspección” a la
legislatura veracruzana por parte del embajador norteamericano, el autor apela a la “nación
mexicana reunida en masa...quien tiene justicia para hacerle esos mismos cargos”.
“Poinsett niega haber establecido el rito de York, asegurando que a su llegada ya
estaba establecido en nuestro país...y que a pedimento de estas pidió cartas a la gran logia
de Nueva York...y que en efecto en la instalación”, señala su autor, a la vez que cuestiona
severamente: “que entonces manifieste los documentos con que se solicitó su intervención,
pruebe la ecsistencia (sic) de esas cinco reuniones que encontró; o cuando no haya
documentos refiera hechos, cite personas, mencione circunstancias que sirvan de
prueba...le conjuramos a que señale con el dedo los hechos de beneficencia y filantropía
que fueron el fruto de las discusiones masónicas en que intervino”, preguntas contundentes
que desde luego el embajador norteamericano ignoró.
Este documento, a pesar de la confesión inicial y de la acusación de que
efectivamente “ilegal, ecsecrable (sic) y funesta, era sin duda la facción escocesa”, y de que
se pregunta “¨que podía justificar el establecimiento de una facción contraria ante la
mayoría de la nación que escenta (sic) de ambos partidos es víctima de su pugna y
oposición?”192 resulta obvio que al evadir las cuestiones de fondo relativas al otro tipo de
intervencionismo extranjero, hace que la crítica tangencial a los escoceses queda vacía, o si
se prefiere, sin contenido.
Iturriaga refiere dos anécdotas que aparentemente dejarían sin defensa al ministro
Poinsett: Una, que, al año de vivir en México, se enteró que Victoria designó a Lorenzo de
Zavala como Ministro Plenipotenciario en E.U. “Pero Zavala - afirma Iturriaga - dócil
instrumento de Poinsett declinó...porque según el Ministro yanqui...su amigo era más útil
a E.U. residiendo y actuando en nuestro país”; Y dos, aparte de atribuir los dos decretos de
expulsión de españoles (20 de diciembre de 1827 y 20 de marzo de 1829) a la acción de
Poinsett, Iturriaga también atribuye a su consejo el que Victoria haya nombrado “a un
ciudadano norteamericano, David Porter, como comandante en jefe de la Armada
Mexicana”.193
Siguiendo con la literatura escocesa, tenemos que el 27 de marzo de 1827 apareció
un folleto titulado “Los malvados se descubren cuando menos se imaginan”, documento
que aparece con la firma apócrifa de Lorenzo de Zavala. En él sus autores simulan una

191 Mateos, José María. Historia de la Masonería en México, p 16


192 Núm. 657 Lafragua. 2266 Lucina Moreno. 8 p
193 Iturriaga óp. cit. PP. 85-88
desavenencia entre aquel y los yorkinos al grado de denunciarlos como conspiradores, y
ligar a Negrete y Echavarri “en la causa del Sr. Arana”, en donde un personaje extranjero
funge como presidente y manda agentes “a Veracruz y Acapulco con patentes fingidas del
tirano de España”194, el objetivo previsible es hacer aparecer a los convictos (Negrete y
Echeverri) como víctimas propiciatorias de las maquinaciones de Poinsett. Y no es que se
dude de la sagacidad del embajador norteamericano, pero la maniobra es tan burda que
seguramente ningún efecto causó en la opinión pública.
El 28 de noviembre de 1826 la Primera Secretaria de Estado, Departamento del
Interior, Sección primera, rinde un informe signado por Juan José Espinosa de los Monteros,
Ministro de Relaciones Exteriores e Interiores del gobierno de Victoria, que contiene la
denuncia de que “existen dos grandes asociaciones” y aunque aclara que “su número no
puede determinarse por otro medio que por lo que enuncie la voz pública”. Pasa lista al
informe que proporcionan los Estados de la República (Jalisco, Michoacán, S.L.P., Puebla,
Sonora, Tabasco, Zacatecas, Colima y Tlaxcala) considera como “odiosa lucha” la que se da
entre yorkinos y escoceses, en donde se lanzan “gravísimas acusaciones recíprocas de
atentados contra la independencia” y aunque los gobernadores de los Estados de Nuevo
León, Michoacán y Tabasco no son remisos a los masones, “Los gobiernos de Coahuila,
S.L.P., México, Michoacán, Puebla, Sonora, Tamaulipas, Veracruz, y del Distrito Federal,
están por la estinción (sic) de semejantes asociaciones...se viene a recelar - continúa el
informe - que las verdaderas intenciones que se cubren con la capa de la patria, se dirijan
cuando menos a preparar trastornos para alzarse en cierto tiempo con los principales
empleos de la República, y regirla desde las logias escocesas o templos yorkinos por medio
de manequines (sic) puestos en la silla presidencial o en los congresos”.
El documento termina por lamentar que “la nación dividida a la espectación del
estranjero y al asecho (sic) maligno de los déspotas de Europa (*)...más temibles que
nuestros antiguos opresores...no sería estraño (sic)...que las logias opuestas llegasen a tal
encono que todo lo sacrificasen a su feroz resentimiento, transigiendo con nuestros
enemigos a precio de no sucumbir sino antes de terminar a su contrario”195 Aunque
consideramos que la intención es notable, también consideramos que las cosas se dieron
de tal forma que no es desdeñable pensar que el proceso fue al contrario o sea que las
grandes potencias vieron en nuestra “independencia” una posibilidad, y enviaron a sus
quintas columnas, organizadas en sectas masónicas, con el objeto de hacer realidad sus
propósitos con una política imperial desde adentro.

194 Núm. 416 Lafragua. 2291 Lucina Moreno. 4 PP.


195 Núm. 747 Lafragua. Lucina Moreno 2071.
El documento “Malditos sean los gachupines que vinieron a este suelo y tanto daño
han causado” podría fácilmente reputarse como elaborado por un yorkino (probablemente
el Payo del Rosario), sin embargo, los conceptos aquí vertidos, rebasan, desde nuestro
punto de vista, los lugares comunes propios del Payo. Así mismo, es relevante en la crítica
la mención a aspectos más profundos relativos a las secuelas económicas y sociales que
dejo la conquista: “estos llenaron de luto nuestras antiguas familias, y de sangre de víctimas
inocentes, los fértiles campos del Anáhuac...casas, labores, huertas y cuanto pertenecía a
los antiguos se apropiaron los conquistadores...al estremo (sic) de no poder llamar suyo ni
lo que trabajaban, ni lo que tenían sobre su cuerpo”. “Malditos sean los gachupines que
han sacrificado a la América...arruinó su cultura y su industria: que les cerró las puertas a
todos los conocimientos: que jamás le proporcionó ocasión de elevarse...nos asaltó en el
camino de nuestra felicidad y grandeza y nos redujo a su esclavitud...y les llamarán desde
entonces gachupines que quería decir ladrones”.196
Sin embargo, este escrito no debería atribuírsele a los yorkinos por la razón de que
los conceptos expresados superan, desde nuestro punto de vista, la intención, no
confesada, de los autores de los otros folletos por ignorar los problemas de fondo que
aquejan a la población, pues generalmente los ataques entre las sectas o son personalistas
o tienden a la exageración en aspectos secundarios.
El Pensador mexicano publicó el 12 de agosto de 1822 un folleto de donde
extrajimos lo siguiente: “¿y que hizo Cortés?” le pregunta una madre a su hijo, “¨Cómo qué?
Vino a matar millones de indios, les quitó sus riquezas, violó a sus hijos y mujeres, y los hizo
esclavos para siempre. Poca cosa pagar el grande beneficio de ser cristianos los que
escaparon de su furor apostólico”197
El documento titulado “El primo de D. Tecla Da Pascuas a los Masones. Diálogo entre
D. Celedonio y D. Eustaquio” lo hemos seleccionado en esta parte debido a que contiene
críticas a ambas sectas, y desmentiría nuevamente la acusación yorkina de que fue obra
exclusiva de los escoceses solicitar la prohibición de las logias. En este folleto se lee: “Jamás
pudiera Fernando VII tener mejores servidores ni agentes para volver a sojuzgarnos, que los
que se le han proporcionado en tales masones”, y plantea como fecha probable del
surgimiento de la logia escocesa el año de 1808 (que coincide con la de José‚ M. Mateos) y
acusa que : “en 1810...teníamos enemigos conocidos: el virrey, los inquisidores, el
arzobispo, la junta de seguridad, los oidores, todos los gachupines...sabíamos huir de
ellos...en las logias decretan nuestro asesinato y no sabemos cuál será la mano parricida”198
Hemos reservado para el final el folleto “Acábense los yorkinos y salvemos a la
patria” firmado por “El enemigo de los masones y defensor de la patria”, el cual por su título

196 Núm. 154 Lafragua. 2021 Lucina Moreno. 8 PP.


197 Fernández de Lizardi, J. 12 de agosto de 1822 Segundo de nuestra libertad.
198 Núm. 808 Lafragua. 2048 Lucina Moreno. 8 PP., Imprenta de Mariano Galván calle Alfaro No 8 México 1826.
fácilmente podría ser ubicado como elaborado por la mano de un escocés, pero dejamos al
criterio del lector el contenido:
El folleto inicia haciendo un llamado: “...si todos los habitantes de la república
supieran apreciar su libertad - nos dice - y fueran enemigos de las congregaciones
masónicas, yo juraría que se abstendrán muchos infieles y traidores de su patria...si estas
indignas logias tienen divididos los amores de varios individuos para engrandecer sobre las
ruinas del resto de sus hermanos”
“Los yorkinos - afirma - trabajan para sí solos, aparapetados (sic) con el nombre de
patriotas, federación, religiosidad y filantropía...que trabajan para colocar a sus cofrades en
los mejores empleos de la federación”
“Si son tan patriotas...¨miraríamos ese ormiguero (sic) de escoceses, y esa logia de
yorkinos?” y se vuelve a preguntar: “¿no quiere decir esto, que ambas logias trabajan día y
noche para conseguir sus intentos o que las dos están obrando en consonancia para quién
sabe?...yo desearía tener con los denunciadores una conferencia o acto público...y les haría
ver que son enemigos de su patria, del sistema actual y del supremo gobierno...porque los
asuntos políticos...los ocultan a sus pueblos...Estos son vuestros intentos y de los demás
masones...queréis que los pueblos no se ilustren: que las cadenas que aún traen al cuello
sean más duras: que el infeliz ciudadano viva toda su vida en la miseria y en la inacción, para
poder comprarles los actos soberanos de elecciones”199

199 Núm. 773 Lafragua. 2141 Lucina Moreno. 29 de agosto de 1827.


CONCLUSIONES
Entre las condiciones que se presentaron para dar inicio a la guerra de
independencia debemos contar con el hartazgo de la población a 300 años de explotación,
miseria, discriminación en su propio suelo, en contra de los autóctonos, mestizos y mulatos;
en otro apartado, contemplar las luchas napoleónicas por el control mundial que llevaron a
un vacío de poder en la metrópoli española, desperdiciado lamentablemente por las élites
criollas pretendiendo sujetarse a un monarca europeo como única salvación; pero como
condición fundamental debe considerarse la participación de las logias masónicas.
En ellas se aprecia elocuentemente que es posible distinguir entre quienes sostienen
una posición extranjerizante en perjuicio de la soberanía de la recién ganada
“independencia” y entre quienes, alentados por el impulso liberador, rechazan cualquier
tipo de intervencionismo ya sea europeo o norteamericano.
Las logias masónicas tenían en el centro de su actividad apoyar los planes de los
países extranjeros en nuestro territorio, (de Estados Unidos, la de york, y la de Inglaterra,
España y Francia, la escocesa), lo que equivale a confirmar la indudable realidad de las
logias, que era eminentemente antinacional.
Es probable qué contagiados por un cierto romanticismo materialista, nos dejemos
guiar por las aspiraciones que contendrían una verdadera acción de independencia
nacional, que implica soberanía en cuanto a sus decisiones, soberanía en el manejo de sus
recursos, reclamar relaciones de igualdad con los otros países, desarrollo independiente de
sus fuerzas productivas, acceso a la cultura universal y la no intromisión en los asuntos
internos de la nación.
Por lo que es probable que lo que se señala como “nacionalista” no lo sea (si es que
se profundiza en su análisis y se descubren las circunstancias bajo las cuales fue utilizado),
pero para quien participe en la causa de la independencia nacional, aún a principio del siglo
XXI, debe valer la pena resaltar que en ese período y ahora, aunque no se esté en
condiciones de influir decisivamente, existen quienes descubren al público las causas del
atraso y de la dependencia.
La Historia no es un artículo de lujo, ni siquiera un galardón para quien ostenta,
aunque sea, esbozos de Historia. La Historia ante todo es la Magister Vitae, pues los pueblos
que no la conocen nunca podrán entender su presente, por lo que tampoco estarán en
condiciones de diseñar su futuro

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