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EN AMBIENTES SEMIÁRIDOS.
REGIONES NORTE Y ALTIPLANO DE
TAMAULIPAS (MÉXICO)
Elizabeth Andrade Limas, Francisco Belmonte Serrato y Asunción Romero Díaz (Coord.)
Coordinación:
Elizabeth Andrade Limas
Francisco Belmonte Serrato
Asunción Romero Díaz
EDITUM-MIRADAS
2012
Erosión y degradación de suelos en ambientes semiáridos de Tamaulipas
(México) : regiones norte y altiplano / Elizabeth Andrade Limas [et al.];
coordinación: Elizabeth Andrade Limas, Francisco Belmonte Serrato,
Asunción Romero Díaz.-- Murcia : Universidad de Murcia. Servicio de
Publicaciones, 2012.
ISBN 978-84-15463-29-0
Suelos-Erosión.
México-Clima.
México.
Belmonte Serrato, Francisco
Romero Díaz, María Asunción
Andrade Limas, Elizabeth del Carmen
Universidad de Murcia. Servicio de Publicaciones.
551(72)
1ª Edición 2012
Reservados todos los derechos. De acuerdo con la legislación vigente, y bajo las sanciones en ella
previstas, queda totalmente prohibida la reproducción y/o transmisión parcial o total de este libro,
por procedimientos mecánicos o electrónicos, incluyendo fotocopia, grabación magnética, óptica o
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autorización por escrito de los propietarios del copyright.
ISBN: 978-84-15463-29-0
1. INTRODUCCIÓN
pérdidas resulta algo primordial, para definir los efectos que la erosión
está produciendo, o puede llegar a producir en un futuro más o menos
inmediato. Es preciso mantener un espesor adecuado del suelo que pueda
sustentar la producción agrícola y forestal durante largo tiempo. Por tanto,
es muy importante tener presente el efecto de la erosión sobre los rendi-
mientos de los cultivos, en los suelos de que se trate.
La tasa máxima de erosión permisible para que la fertilidad de un sue-
lo pueda mantenerse durante 20 o 25 años se suele establecer en 11 t ha-1
año-1 para suelos buenos y entre 1-2 t ha-1 año-1 para suelos ya degradados
(Hudson, 1981). No obstante, siempre es recomendable que el orden de
magnitud (en suelos de escasa profundidad), sea de un orden muy inferior,
por lo que en este último caso la tasa máxima de erosión permisible sería
de 0.1-0.2 t ha-1 año-1 (Morgan, 1997).
El riesgo de erosión depende de dos factores principales: (1) la erosionabi-
lidad de los suelos (litología, relieve, uso del suelo, cubierta protectora) y (2)
la erosividad de la lluvia (precipitaciones intensas). De ahí, que haya regiones
que, por sus características medioambientales, son mas proclives a su desa-
rrollo, o porque el hombre ha desprotegido los suelos favoreciendo la erosión.
En la figura 1 se representa un mapa en donde aparecen las áreas que son sus-
ceptibles a la erosión hídrica por el ámbito geográfico en donde se encuentran,
pero también se señala una porción importante de la superficie de la tierra
susceptible de presentar problemas de erosión hídrica si se elimina la cubierta
vegetal, cosa que está sucediendo en gran medida por la acción humana.
La gestión del uso del suelo, por tanto, se convierte en un factor importan-
tísimo para su conservación o degradación. Entre las prácticas negativas que
inciden en el aumento de los procesos de erosión cabe citar las siguientes:
1. Prácticas agrícolas
- Labrado según líneas de máxima pendiente
- Laboreo demasiado profundo del suelo
- Quema de rastrojos
- Retirada de los restos de cosecha
- Sistemas de riego inapropiados (salinización o alcalinización de suelos)
- Mantenimiento deficiente de los sistemas de drenaje
- Destrucción de las barreras de contención de tierras (muros de pie-
dra)
- Periodos de barbecho excesivamente largos
- Sobreexplotación agrícola de suelos pobres
- Sobrepastoreo (sobre pastos pobres y frágiles)
2. Prácticas forestales
- Deforestación (especialmente en vertientes altas)
- Tala de árboles excesiva en tierras secas
- Mantenimiento deficiente de terrenos forestales frágiles
3. Incendios forestales recurrentes
4. Abandono de tierras agrícolas (Figura 2)
5. Ocupación de tierras marginales
6. Obra civil (Movimientos de tierras, Creación de barreras al drenaje na-
tural)
7. Actividades extractivas.
1. Pérdida física del suelo por distintos tipos de erosión (eólica, sal-
picadura, laminar, en surcos, cárcavas, subsuperficial, causada por
actividades ganaderas o el uso del suelo) (Figura 3, 4 y 5)
Se estima que cada año los continentes pierden 24.000 millones de to-
neladas de capa cultivable. El 75% de los suelos cultivados del mundo se
han visto degradados o afectados por este fenómeno. En la actualidad, los
mayores niveles de erosión se están observando en zonas agrícolas y fo-
restales. Desde 1950 se convirtieron más tierras de pastizales y bosques en
áreas agrícolas que durante los siglos XVIII y XIX juntos (Figura 7).
16 Erosión y degradación de suelos en ambientes semiáridos de tamaulipas (méxico)
5. CAUSAS DE LA DESERTIFICACIÓN
del terreno), los resultados obtenidos del Plan de Acción para Combatir la
Desertificación (PACD, 1994) muestran como prácticamente todo el país
sería vulnerable, aunque en diferente grado (Figura 15).
· Las áreas con valores de vulnerabilidad bajo serían equivalentes al
2.5% del territorio y se situarían principalmente en las planicies cos-
teras de Tamaulipas, Veracruz, Tabasco y Campeche. El 0.2% pre-
sentaría un valor muy alto en algunas pequeñas áreas situadas en
las zonas áridas y semiáridas. Mientras que el 96.9% de la superficie
del país sería susceptible en grado moderado y alto
· Las áreas que presentarían valores de alta vulnerabilidad se corres-
ponden con las zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas, así
como con las áreas donde se concentra la población y las activida-
des económicas, como es el centro del país.
· Hacia el sur del país los valores de alta vulnerabilidad estarían liga-
dos con la extracción de los recursos forestales y el manejo inade-
cuado de suelos destinados a la agricultura y la ganadería.
· A nivel estatal, Baja California, Coahuila, Jalisco, Colima, Nayarit,
Querétaro, Guanajuato, Michoacán, Sonora e Hidalgo tendrían más
del 68% de su superficie con un alto grado de vulnerabilidad a la
desertificación.
Desertificación en México
9. REFERENCIAS
1. INTRODUCCIÓN
Los métodos utilizados para paliar los procesos de erosión son diversos y
especialmente, en aquellos países en donde estos constituyen uno de los prin-
cipales procesos de degradación del suelo, se han iniciado diferentes estrate-
gias tendentes a facilitar, tanto a los técnicos como al usuario final, herramientas
apropiadas para diferentes situaciones. En el caso de España, es el Plan de Ac-
ción Nacional contra la Desertificación el que está continuamente facilitándolas.
En el presente capitulo, se realiza una tipificación de las mismas bajo el cri-
terio de la intensidad de los procesos de erosión, lo que deriva en actuaciones
preventivas, curativas o paliativas, dependiendo del grado de afectación. De
ahí que en una visión rápida se analicen desde los sistemas de conservación de
suelos mediante distintas prácticas agroforestales, a los vinculados con el in-
cremento de la biomasa en áreas degradadas. Tanto en uno como en otro caso,
se trata de técnicas cuyo resultado final se obtiene a medio plazo. Sin embargo,
cuando los procesos de erosión alcanzan un alto grado e intensidad, es necesa-
38 Erosión y degradación de suelos en ambientes semiáridos de tamaulipas (méxico)
rio activar medidas curativas para acelerar la protección del suelo me-
diante el uso de técnicas correctivas o enmiendas, en unos casos, o para
protegerlo directamente a través de diferentes tecnologías, en otros.
Toda la información del presente capitulo esta obtenida del Inven-
tario de Tecnologías de Lucha Contra la Desertificación, del Ministerio
de Agricultura, Alimentación y Medioambiente (España). Asimismo, el
material fotográfico, salvo el específicamente citado, esta obtenido de
dicha fuente.
2. SISTEMAS DE CONSERVACIÓN
3. INCREMENTO DE BIOMASA
matorral como planta nodriza, de manera que los plantones se coloquen junto
a matorrales que incrementen su probabilidad de supervivencia.
Este fenómeno se conoce con el nombre de facilitación y consiste en el he-
cho mediante el cual algunas plantas se pueden beneficiar del efecto que el
matorral produce en ellas cuando crecen en proximidad. Esta técnica, además,
reduce el impacto de las repoblaciones forestales sobre el suelo y el paisaje.
El efecto de los matorrales sobre los estadios juveniles de las especies arbó-
reas puede ser positivo o negativo según las condiciones ambientales. Donde
los factores abióticos (disponibilidad de agua, temperatura) y bióticos (daño
por herbívoros) causan estrés bajo, la proximidad espacial entre dos especies
vegetales, normalmente, se salda con balances netos negativos, debido a la
competencia por los recursos. Por el contrario, en ambientes donde el estrés
es mayor, la interacción con los matorrales suele ser positiva para los árboles.
Los mecanismos de facilitación han sido reconocidos tradicionalmente
como moduladores de la sucesión ecológica que marca una dirección en la
dinámica de la vegetación y hace que las especies arbustivas sean sustituidas
por las especies arbóreas.
La selección de las mejores especies nodrizas es una decisión importante en
los proyectos de restauración, hasta el punto de que determinará el éxito del
proyecto.
En general, en ambientes extremos, la mejor elección son las especies autóc-
tonas. En los lugares afectados por sobrepastoreo se recomiendan las especies
espinosas y no palatables. Se deben evitar las especies que generan alelopatías.
La estructura de la cubierta de plantas nodrizas también puede influir en el
éxito del establecimiento, en particular, en lo que se refiere a la intensidad de
sombra que proporcionan a la planta y la interceptación de la precipitaciones.
Además, se han de tener en cuenta factores como la habilidad competitiva
de la planta, la utilización de recursos de las plantas nodrizas, y el potencial de
solapamiento entre las raíces de las plantas nodrizas y las de la reforestación.
El uso de matorrales tiene efectos beneficiosos dado que pueden dispen-
sar protección desde la dispersión de semillas hasta el establecimiento de una
planta adulta, y a su amparo, el árbol recién plantado aprovecha el reciclado
de nutrientes del mantillo y el mutualismo con micorrizas, así como la movili-
zación de agua y nutrientes profundos. Además, queda protegido de los her-
bívoros (pisoteo y ramoneo) y de los efectos nocivos de la luz y la temperatura
excesiva.
En definitiva, donde la pérdida de suelo ha sido muy fuerte, una actuación
previa que facilite la regeneración del matorral de crecimiento rápido, favore-
Propuestas y recomendaciones para el control y mitigación de la erosión. 49
* Bancal con muro. En este caso el talud queda protegido por un muro
de contención, en general construido con mampostería en seco. El coste
que supone su construcción hace que sólo se empleé en pendientes ele-
vadas, para cultivos de gran rentabilidad y en zonas con abundancia de
piedra. Para proporcionar un buen mantenimiento de la obra es importan-
te proporcionar al plano del bancal una ligera contrapendiente (1%) hacia
el muro superior a lo largo del cual se construye el correspondiente canal
para el desagüe del agua sobrante procedente de la lluvia o del riego. Hay
que tener en cuenta que los muros, además de retener el suelo ante la ero-
sión, acogen muchos elementos de la fauna y de la flora silvestre en sus
abrigados intersticios, relativamente fresca y húmeda (Figura 10).
* Bancal semicircular. Es el tipo empleado para proteger de la escorren-
54 Erosión y degradación de suelos en ambientes semiáridos de tamaulipas (méxico)
Con esta práctica, la vegetación se establece más rápido que con las
60 Erosión y degradación de suelos en ambientes semiáridos de tamaulipas (méxico)
Los residuos sólidos urbanos (RSU) son los generados en los domicilios
particulares, comercios, oficinas y servicios, así como todos aquellos que no
tienen la calificación de peligrosos y que por su naturaleza o composición
puedan asimilarse a los producidos en los anteriores lugares o actividades.
La adición de RSU aumenta el contenido de materia orgánica en el suelo
y revitaliza el ciclo biogeoquímico del carbono y de esta manera incrementa
la biomasa y la restauración vegetal, reduciendo la vulnerabilidad del sue-
lo. Consiste en una enmienda de RSU frescos (tras 15 días de maduración
natural), sin tratamientos de compostaje o molienda. Los componentes no
orgánicos (bolsas, vidrios, etc.) son tamizados y eliminados previamente a
la incorporación en el suelo Figura 16).
Con una única adición se han obtenido a largo plazo (15 años) buenos
resultados de revegetación así como un efecto evidente de acumulación en
el suelo de carbono.
Este tipo de residuos contiene poca cantidad de metales pesados con lo
que se evitan problemas de contaminación del suelo y reduce las emisio-
nes de metano y CO2 al no conllevar ningún tipo de tratamiento. Además,
incrementan la productividad, el crecimiento de las plantas y el potencial
del suelo para el secuestro de CO2 de la atmosfera, mejorando la estructura
del suelo y reduciendo la erosión hídrica.
Propuestas y recomendaciones para el control y mitigación de la erosión. 63
6.1. Biotecnologías
8. BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
2. 1. El clima
La latitud comprendida entre los 22º y los 27º Norte, le sitúan en pleno
Trópico de Cáncer y, por tanto, dentro de la Zona de climas tropicales, cáli-
dos y relativamente húmedos al sur del Trópico y algo menos cálidos pero
bastantes más secos al norte del mismo. Estos tipos de climas zonales, se
ven condicionados por factores geográficos, como la proximidad o lejanía
al Golfo de México o la altitud y el efecto orográfico de la Sierra Madre
Oriental, que atraviesa el estado de Norte a Sur, haciendo que puedan di-
ferenciarse tres tipos de climas generales: Climas Semisecos y Semicálidos
del Centro y Norte del Estado, Climas Cálidos Subhúmedos del Sur y Su-
reste del Estado y Climas de la Sierra Madre, que se subdividen a su vez en
once subtipos de climas específicos (Figura 1).
Climas Semisecos y Semicálidos del Centro y Norte del Estado
Ligeramente al norte del Trópico de Cáncer se da una transición cli-
mática que varía desde climas subhúmedos con lluvias veraniegas del
sur de la entidad, hasta climas más secos entre los que predominan los
semisecos cálidos, así como los semicálidos con lluvias escasas distribui-
das en el año.
82 Erosión y degradación de suelos en ambientes semiáridos de tamaulipas (méxico)
Los vientos del norte ocurren de noviembre a enero con intensidad del orden
de 15 km/h y dirección norte-sur causando sequedad en el suelo cuando no
vienen acompañados por lluvias ligeras. Además, ocasionalmente se presentan
vientos huracanados con rachas de más de 120 km/h en época de ciclones. Es-
tas variaciones climáticas ocasionan daños en el suelo, que se van acumulando
con impacto, principalmente en la agricultura productiva, obligando a estable-
cer métodos y sistemas de labranza y control de erosión para contrarrestarlos y
mejorar las actividades productivas (Andrade Limas et a.l, 2010).
A la influencia “desecante” de los vientos, se suma la de la evapotrans-
piración media, que en esta zona alcanza casi los 1.400 mm, teniendo los
valores mayores en el sector oeste y en los meses de julio y agosto, con va-
lores de 208 y 209 mm, respectivamente (SMN, 2005). Esta cantidad excede
con mucho a la precipitación que no supera los 500 mm. Esto mantiene seca
la parte superficial del suelo, favoreciendo la acción erosiva del viento.
2. 2. Los suelos
En los suelos de Tamaulipas predominan las rocas sedimentarias como las ca-
lizas, los conglomerados, las areniscas y las lutitas, que dan origen a una gran di-
versidad de suelos, entre los que destacan Leptosoles (33.2%), Vertisoles (25.8%),
Calcisoles (25.4%), Kastañozem (12.3%), Solonchak (2.1%) y otros (1.2 %).
Los suelos del centro y norte de Tamaulipas corresponden a la clasificación
de Rendzinas y Rendzinas degradadas. Por su origen, se consideran como sue-
los secundarios formados por aluviones de reciente deposición, cuyo material
madre ha sido de tres clases: (1) Pizarra, que ha dado origen a la formación de
suelos con alto contenido de arcilla (el 77% de los suelos en la región son de
textura arcillosa); (2) arena, arena media y fina depositada por el mar, la cual
ha dado lugar a suelos ligeros; y (3) materiales calcáreos (Morales et al., 1980).
En la región norte de Tamaulipas se presentan dos subprovincias fisio-
gráficas: La Llanura de Coahuila y Nuevo León y La Llanura Costera Ta-
maulipeca. En la subprovincia Llanura de Coahuila y Nuevo León, sobre
lomas suaves y algunas llanuras, se presentan suelos profundos, con textu-
ra arcillosa, y de colores amarillentos o rojizos. Todos ellos son derivados
de rocas arcillosas y calcáreas o bien, en el caso de las llanuras y algunas
laderas suaves, de aluviones originados a partir de estas mismas rocas.
Son suelos desarrollados, con estructura en forma de bloques en los que
no se encuentra una diferencia notable en el color del horizonte superficial,
contra los del resto del suelo. Se clasifican dentro de las unidades de los
Xerosoles en el sistema FAO-UNESCO.
La dimensión social de la erosión 85
2. 3. Vegetación
La vegetación primaria está formada por matorral alto y bajo espinoso
así como xerófilo en su gran mayoría. Sólo en una pequeña área, ubicada
en las estribaciones de la Sierra de San Carlos, se encuentran coníferas y
latifoliadas propias del clima templado.
En la zona norte de Tamaulipas sobresale la presencia del Matorral Espinoso
Tamaulipeco principalmente en las unidades de suelos Xerosol y Castañozem,
aunque su proporción es variable, estando substituido en gran medida por
áreas abiertas a la agricultura y ganadería bajo condiciones de temporal, es-
pecialmente en la unidad de suelos Vertisol. Este tipo de vegetación mantiene
cerca de 60 especies de plantas y varias especies de vertebrados con diferente
status de riesgo para su conservación (amenazadas, en peligro o vulnerables).
La vegetación primaria se ha perturbado fuertemente con los progra-
mas de desmontes para aprovechar los suelos con fines agrícolas y ganade-
ros. Actualmente ocupa sólo el 7% de la superficie total. De la vegetación
que queda existen los siguientes tres tipos (Andrade Limas et al., 2010):
Matorral Espinoso Tamaulipeco. Comunidad vegetal arbustiva caracteriza-
da por la dominancia de elementos espinosos, caducifolios una gran parte
del año o afilos (sin hojas) algunos de ellos. Se desarrolla en una amplia zona
de transición entre el matorral desértico micrófilo, el matorral submontano,
el mezquital y la selva baja espinosa del noreste de la república (Figura 3).
La acelerada ocupación del Seno Mexicano entre 1748 y 1750 dio origen al
proceso histórico que hoy se nombra como la Colonización del Nuevo Santander.
El proyecto colonizador ideado por José de Escandón representó la plataforma
de un ambicioso proyecto económico, donde la inversión empresarial habría
de funcionar como el motor principal del desarrollo del Nuevo Santander.
Con el apoyo del “Real Gobierno” y de un selecto grupo de hombres promi-
nentes, Escandón pudo impulsar y sostener el proyecto colonizador y organi-
zar además la estructura política, económica y social que habría de imperar en
la nueva provincia (Andrade Limas et al., 2010).
La promesa de tierra y de agua en la propiedad ofrecida por José de Escan-
dón para cada uno de los vecinos y soldados que fueran a poblar el Nuevo
Santander, fue el señuelo que atrajo a un gran número de familias de pobla-
dores que pretendían convertirse en pequeños propietarios. La oferta de dos
sitios de ganado menor y seis de caballerías de tierras, es decir, un poco más
de 1.812 hectáreas, “con agua donde la hubiere, partida según alcance para to-
dos”. Para los capitanes de la villa la cantidad de tierra propuesta de dos sitios
de ganado mayor y doce caballerías de tierra, con una extensión superior a las
2.514 hectáreas, dedicadas a la cría de ganado, usufructuaban ya los agostade-
ros de la Colonia del Nuevo Santander (Orozco, 1895).
José de Escandón benefició con grandes extensiones de tierras a poderosos
inmigrantes, por lo general capitanes, a quienes les otorgaba sitios de ganado
menor y mayor, así como varias leguas a orillas del Río Bravo, los grandes
hacendados lograban el fuero para el personal de las haciendas. El resto de los
capitanes de las villas no tuvieron la fortuna de usufructuar los mejores sitios
de la jurisdicción bajo su mando, y no recibieron tierras mercedadas durante el
periodo escandoniano. Por otra parte, se aprovechó el uso comunal del territo-
rio, atrayendo a más familias de pobladores para consolidar el establecimiento
de la provincia y asegurar la mano de obra para los hombres prominentes. Sin
La dimensión social de la erosión 87
el reparto agrario. Algodón, maíz, frijol, garbanzo, sandía y melón eran los culti-
vos que se sembraban, pero sólo para el sustento familiar, y no para incrementar
en forma sistemática el cultivo de la tierra (Terán, 1985). Pero además del ganado
vacuno, caprino, gallinas y cerdos, se consumía la fauna silvestre como venado,
jabalí, conejo, liebre, pato, paloma, huilota, codorniz y zarapico, entre otros.
El desarrollo del cultivo del algodón, tanto de secano como de riego (Figura
5), hizo surgir la región y agricultores, comerciantes, prestamistas, usureros y
acaparadores, ofrecieron recursos económicos para impulsar la producción al-
godonera; los asentamientos humanos se incrementaron y se crearon nuevos po-
blados y surgieron las ciudades.
Figura 5. Siembra del cultivo del algodón, tanto de secano como de riego (1940).
Fuente: Terán (1985).
parte sur de Texas, a lo largo de Río Bravo el corredor ecológico, y pasto nati-
vo en el Condado Starr (Collins, 1984). Un gran porcentaje de hábitat similar
ha sido eliminado en México (Collins, 1984). La mayor parte de la vegetación
natural de la Costa Chica del golfo en México, se eliminó para usar el suelo
con actividades agropecuarias.
La eliminación del matorral tiene un impacto negativo en especies ame-
nazadas de plantas, por ejemplo, el árbol de la Baretta (Collins, 1984). De
los bosques mexicanos del Palmetto, que abarcaban cerca de 129 km hacia
el interior de la desembocadura del Río Bravo y al sur, a lo largo de la costa
mexicana, solamente dos pequeñas áreas arboledas permanecen en Texas.
Varias especies anteriormente abundantes como Leucaena pulverulenta,
ébano de Texas, anacahuita, anacua, cenizo de Berlandier, gordolobo (So-
lanum verbascifolium), y ciprés calvo de Montezuma, el árbol más alto de la
región, sobreviven solamente en pequeñas áreas (Crosswhite, 1980). Aun
cuando varios de estos árboles tienen poblaciones viables, la supervivencia
continuada de las poblaciones en el valle puede depender de la preserva-
ción y de la restauración del matorral remanente.
Existe poca documentación disponible sobre las perturbaciones a largo
plazo sobre la flora y la fauna asociadas al matorral en el Norte de Tamau-
lipas y Sur de Texas. Los datos sugieren que las concentraciones de ganado
en el matorral a lo largo de la Río Bravo, tuvieron efectos perjudiciales.
Además de los efectos del pasto, el ganado daña la vegetación, especial-
mente a las plantas con semillas. El pastoreo intensivo causa pérdidas que
van del 9% hasta el 15% de la flora natural (Andrade Limas et al., 2010).
Andrade Limas et al., (2011), señalan que en algunas zonas del norte de
Tamaulipas, las pérdidas por erosión eólica llegan a alcanzar las 30 t/ha/
año. Si se considera que en la zona actualmente, los suelos tienen entre 50 y
110 cm de profundidad útil, con ese nivel de pérdida, en menos de 10 años
se habría perdido, en gran medida, el componente físico que aporta los
nutrientes a las plantas (Figura 9).
94 Erosión y degradación de suelos en ambientes semiáridos de tamaulipas (méxico)
4. CONCLUSIONES
Desde los años veinte, más del 95% del matorral original de la región, ha
sido roturado para la agricultura, ganadería y suelo urbano.
La eliminación del matorral ha tenido un impacto negativo en especies
amenazadas de plantas, por ejemplo, el árbol de la Baretta (Collins, 1984).
La dimensión social de la erosión 95
Los bosques mexicanos del Palmetto, que abarcan cerca de 129 km hacia el
interior de la desembocadura del Río Bravo y al sur, a lo largo de la costa
mexicana.
Existe poca documentación disponible de las perturbaciones a largo
plazo sobre la flora y la fauna asociadas al matorral en el Norte de Tamau-
lipas y Sur de Texas. Los datos sugieren que las concentraciones de ganado
en el matorral a lo largo de la Río Bravo, tuvieron efectos perjudiciales.
La destrucción del matorral y el uso agrícola de los suelos, ha favorecido
la aceleración de los procesos erosivos. Los cálculos de erosión potencial
arrojan valores de 0.19, 0.22 y 7.96 Mg ha-1 para pastizal, vegetación natu-
ral, y agrícola, respectivamente.
Es decir, en los suelos agrícolas desprovistos de vegetación, la erosión
hídrica se ha incrementado considerablemente respecto a los suelos cubier-
tos de matorral y pastizal.
En la zona norte, la erosión eólica actual asciende a 26.4 t/ha/año; en
la zona centro se da la menor erosión eólica con 18.0 t/ha/año. Con es-
tos datos y considerando que la profundidad de los suelos está entre los
50 y 110 cm de profundidad útil, respectivamente, a esa velocidad del
proceso, en menos de 10 años perdería en gran medida el componente
físico que aporta nutrientes a las plantas, disminuyendo la productivi-
dad de las parcelas.
Las prácticas de conservación de suelos fueron utilizadas en las culturas
prehispánicas, debido a que con los implementos que manejaban atendían
pequeñas áreas y no hacían fuertes remociones de suelo. Al disponer de
maquinaria agrícola pesada, se tiene una gran capacidad de remover el
suelo y esto no siempre se hace en el tiempo o la práctica conveniente; es
frecuente hacer rastreos innecesarios o de plano perjudiciales al suelo y al
rendimiento de los cultivos. En la región existen actualmente alrededor de
8.600 tractores, por lo que tan sólo una labor inadecuada de preparación
de suelos puede provocar una gran afectación de erosión, o bien causar
baja en el rendimiento de los cultivos, así como el aumento en los costos de
producción para el agricultor.
Realizar un programa de conservación de recursos es urgente y de suma
importancia. Programa que debe de estar orientado técnicamente y en forma
constante, recalcando que no se trata sólo de obtener buenos rendimientos en
la producción agropecuaria, sino también preservar los recursos naturales.
Se requiere seguir incrementando la diversificación de cultivos que es
muy efectiva como práctica de conservación de suelos y para la producti-
vidad de los agricultores de la región.
96 Erosión y degradación de suelos en ambientes semiáridos de tamaulipas (méxico)
5. REFERENCIAS
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4. DEGRADACIÓN DE LOS SUELOS AGRÍCOLAS Y
FACTORES DE LA EROSIÓN
Blanca Idalia Castro Meza (1), José Damián Ruíz Sinoga (2), Gregorio
García Fernández (3)
(1)
Facultad de Ingeniería y Ciencias. Universidad Autónoma de Tamaulipas.
Email: bcastro@uat.edu.mx
(2)
Departamento de Geografía, Facultad de Letras. Universidad de Málaga, España.
Email: sinoga@uma.es
(3)
Área de Edafología y Química Agrícola, Departamento de Ciencia y Tecnología,
Universidad Politécnica de Cartagena, Paseo de Alfonso XIII, 48. 30203 Cartagena,
España. Email: Gregorio.garcia@uptc.es
1. INTRODUCCIÓN
Según Do Prado (2000), la degradación física del suelo puede ser defini-
da como la pérdida de la calidad de la estructura del suelo. Los agregados
del suelo son deformados por fuerzas aplicadas. Dichas fuerzas pueden ser
102 Erosión y degradación de suelos en ambientes semiáridos de tamaulipas (méxico)
Los factores que intervienen para la degradación del suelo son ambien-
tes biofísicos que determinan el tipo de proceso de degradación, sea físico,
químico o biológico. Para ello, Lal et al. (2004) propusieron una fórmula
que cuantifica estos factores y que se describe a continuación:
Sd= f (S,C,T,V,M)t
6. 3. Erosión eólica
6. 4. Erosión hídrica
6. 5. Compactación
Donde:
Pr = porosidad total requerida (%,v/v)
P = Porosidad actual (%, v/v)
Da = densidad aparente (g cm-3)
Dr = densidad real (g cm-3)
C= contenido de arcilla (%, p/p)
Los parámetros A y B son constantes estimadas mediante una regresión
lineal simple del porcentaje (%) de arcilla con la relación densidad aparente
y porosidad total. Para condiciones ideales de relación arcilla y porosidad
total mínima requerida A= 44.9 y B=0.167.
114 Erosión y degradación de suelos en ambientes semiáridos de tamaulipas (méxico)
7. REFERENCIAS
OLDEMAN, L.R. 1988. Guidelines for general assessment of the status of hu-
man-induced soil degradation. Working paper 88/4. International Soil
Reference and Information Centre (ISRIC). Wageninen. 151p.
OLDEMAN, L. R., HAKKELING, R. T. A., SOMBROEK, W.G. 1991 . World
map of the status of human-induced soil degradation. ISRIC. Wageningen.
34 p.
PORTA, J., LÓPEZ; M., ROQUERO, C. 2004. Edafologia para la Agricultura y
el medio ambiente. Ed. Mundi-Prensa. Madrid. España. 929 p.
SALAZAR, L.1994. El Proyecto GLASOD-SOTER. Erosión de suelos en Amé-
rica Latina. FAO. Oficina Regional para América Latina y el Caribe.
Santiago. Chile. 225 p.
SCHERR, S. J. 1999. Soil Degradation A Threat to Developing-Country Food
Security by 2020?. International Food Policy Research Institute. Was-
hington, DC. USA. 71 p.
SEMARNAT. 2003. Informe de la Situación del Medio Ambiente en México 2002.
D.F. México. 275 p.
SEMARNAT-COLPOS. 2002. Evaluación de la degradación del suelo causada
por el hombre en la República Mexicana. Memoria Nacional. Secretaría de
Medio Ambiente y Recursos Naturales. Colegio de Posgraduados.
Montecillo. México. 68 p.
SEMARNAT-INE. 2000. Indicadores para la evaluación del desempeño ambien-
tal: Reporte 2000. Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales
-Instituto Nacional de Ecología. México.
SEMARNAT-PNUMA. 2004. Perspectivas del medio ambiente en México. GEO
México 2004. Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales-
Programa Naciones Unidas del Medio Ambiente. D.F. México. 232 p.
TOY, T.J. FOSTER, R.F., RENARD, K.G.. 2002. Soil Erosion. Processes, pre-
diction, measurement and control. John Wiley & Sons, Inc. New York.
USA. 338 p.
VAN LYNDEN, G.W.J., OLDEMAN, L.R. 1997. The Assessment of the Human
– Induced Soil Degradation in South and Southeast Asia. International
Soil Reference and Information Centre. Wageningen. 41 p.
5. ACTIVIDADES AGROPECUARIAS Y MANEJO DEL
SUELO
1. INTRODUCCIÓN
3. 2. Actividad Pecuaria
3. 3. Actividad Forestal
4. CONCLUSIONES
5. REFERENCIAS
1. INTRODUCCIÓN
turales requiere una evaluación de tierras, identificando las áreas más vul-
nerables a la erosión y las tierras más marginales por precipitación escasa,
en las cuales la productividad puede ser mejorada realizando esfuerzos
para la conservación del suelo y agua. Se requiere de extensa información
y colección de datos específicos para cada sitio.
Los estudios de caracterizaciones de suelo y clima han servido para es-
tablecer marcos de referencia del medio ambiente físico; Así mismo se han
utilizado las técnicas de análisis multivariado para definir áreas de res-
puesta homogénea; y complementando el trabajo con metodología de FAO
para definir zonas agroecológicas y provincias agronómicas.
actúan uniendo las partículas del suelo, formando así una costra bastan-
te cohesionada en la superficie del suelo que acaba por resistir la erosión
del viento y el agua (Belnap, 2003; Belnap et al., 2003). Estos polisacáridos
también contribuyen a la estructura de los agregados del suelo, otro com-
ponente fundamental para reducir la erosión del suelo. Los suelos arenosos
son inherentemente más erosionables que los suelos de textura fina, ya que
tienen menos sal, arcilla y limo que faciliten la formación de costras físicas
y la agregación del suelo. Por lo tanto, los suelos arenosos en los desiertos
son más dependientes de las rocas y de las costras biológicas del suelo
para la protección de su superficie, en comparación con otros tipos de suelo
(Leys y Eldridge, 1998).
Todas estas estructuras protectoras de la superficie del suelo son muy
vulnerables a las fuerzas de compresión y cizallamiento generadas por ve-
hículos todo terreno y el pisoteo del ganado y los seres humanos (Belnap
y Eldridge, 2003). En estos casos, las costras físicas y biológicas del suelo
son aplastadas, las rocas son empujadas debajo de la superficie, y la estruc-
tura de los agregados del suelo se pierde. Una vez que se desestabilizan
los suelos, la pérdida de los materiales finos del suelo puede reducir la
productividad del sitio, en tanto y en cuanto la mayor parte de los nutrien-
tes esenciales de las plantas están ligados a las partículas finas, y reducir
además la ya de por sí ya baja capacidad de retener agua de estas tierras.
A nivel mundial, la cantidad de sedimentos transportados por el viento
está aumentando rápidamente, de manera simultánea al incremento de la
utilización humana de las tierras áridas y semiáridas (Kovda, 1980; Tsoar
y Pye, 1987).
La tasa de restitución de los materiales finos perdidos a través materia-
les de nueva meteorización es lenta en los desiertos, debido a la escasez de
precipitaciones y a los infrecuentes eventos de congelación-descongelación.
La tasa de deposición de polvo atmosférico, una de las fuentes principales
de materiales finos para el suelo en los desiertos, es también bastante baja
en la mayoría de las regiones no inmediatamente adyacentes a áreas fuente
de polvo (Reynolds et al., 2001). Cuando los suelos resultan alterados, las
tasas de pérdida pueden a menudo ser muy superiores a las de deposición
(Gillette et al., 1980; Belnap y Gillette, 1997, 1998). Por lo tanto, los gesto-
res de tierras en las regiones áridas y semiáridas han estado interesados
durante mucho tiempo en estudiar las formas de reducir las pérdidas de
suelo. En este sentido, algunos estudios realizados con este fin utilizaron
un túnel de viento y el pisoteo humano experimental para examinar los
factores que influyen en la erosión del viento.
Problemas de erosión eólica en tamaulipas (méxico) 133
Donde:
· E: erosión
· C: agresividad climática
· S: susceptibilidad del suelo
· R: relieve
· V: cobertura vegetal
· H: acción antrópica
Erosión Potencial: con este término se hace referencia a la susceptibilidad
que tiene una zona o región a erosionarse, ya sea por agua o por viento, por
sus características físicas de clima, suelo y relieve. Cuando quiere conside-
rarse la erosión potencial de una zona, deben excluirse de la expresión los
términos que hacen referencia a la acción directa o indirecta del hombre (V
y H). Entonces queda:
· Ep = f (C,S,R)
· Ep: erosión potencial
Esta expresión se refiere a la erosión que existe en un determinado lu-
gar, sin acción del hombre y sin la cubierta vegetal protectora. En relación
con la erosión hídrica potencial, se pueden evaluar las diferentes zonas o
unidades cartográficas para evaluar mapas, considerando para ello el valor
de los factores físicos de erosión enunciados en la “Ecuación Universal de
Predicción de Pérdidas de Suelo “ (Wischmeier y Smith, 1978) expresada
como sigue:
A=RxKxLxS
Donde:
· A: Pérdidas de suelo en t ha-1 año-1
· R: Erosividad de las lluvias, agresividad climática, o capacidad de las
precipitaciones para producir erosión hídrica.
· K: Erosionabilidad del suelo o susceptibilidad a la erosión hídrica.
· L: Efecto de la longitud en las pérdidas de suelo.
· S: Efecto de la pendiente en las pérdidas de suelo.
134 Erosión y degradación de suelos en ambientes semiáridos de tamaulipas (méxico)
Los factores de erosión a evaluar (R, K, L, S) son los que permiten esti-
mar la erosión máxima potencial teórica para cada zona (R×K×L×S). Este
valor representa la pérdida de suelo en t ha-1 año-1 que se produciría en ese
lugar si el suelo se mantuviese arado a favor de la pendiente y sin ningún
tipo de cobertura durante un año, expuesto a la acción erosiva de las llu-
vias. Este valor pone de manifiesto la susceptibilidad erosiva de cada zona
o unidad.
De este modo, se pueden definir diferentes clases de erosión potencial:
· CLASE A - EROSION NULA A LIGERA (0-30 t ha-1 año-1)
· CLASE B - EROSION BAJA (31 - 60 t ha-1 año-1)
· CLASE C - EROSION MODERADA (61-120 t ha-1 año-1)
· CLASE D - EROSION ALTA (121-360 t ha-1 año-1)
· CLASE E - EROSION MUY ALTA (mayor de 360 t ha-1 año-1)
Con respecto a la erosión eólica potencial, los estudios existentes
se refieren a áreas donde la disponibilidad de datos es muy limitada
y están orientados a comprobar metodologías paramétricas de eva-
luación. Se han llevado a cabo trabajos para evaluar la susceptibili-
dad de las tierras a la erosión eólica (Michelena e Irania, 1991) apli-
cando una metodología basada en la Ecuación de la Erosión Eólica
de Woodruff y Siddoway (1965) y en conceptos de degradación de la
FAO (1975).
La ecuación general de la erosión eólica es la siguiente:
E=IxCxKxV
Donde
· E: tasa de erosión eólica (t ha-1 año-1).
· I: erosionabilidad del suelo (t ha-1 año-1).
· C: factor de agresividad climática.
· K: factor de rugosidad.
· V: factor de cobertura vegetal.
Para evaluar la erosión eólica potencial se consideran los factores físicos
I, C y K. El valor numérico de cada uno de ellos se calcula según se comenta
a continuación.
Para estimar la erosionabilidad del suelo (I) se tiene en cuenta el
porcentaje de agregados tamizados en seco mayores que 1 mm de diá-
metro y la tabla de valores de erosionabilidad de suelos de Woodruff y
Siddoway (1965). Los valores de erosionabilidad (I) obtenidos se ajus-
tan de acuerdo al grado de pendiente predominante en el relieve, el
cual aumenta dichos valores (Woodruff y Siddoway, 1965).
Problemas de erosión eólica en tamaulipas (méxico) 135
Donde:
· V: velocidad media mensual del viento a 2 m de altura (m s-1)
· P: precipitación media mensual (mm).
· ETP: evapotranspiración potencial mensual según Thornthwaite (mm).
· η: número de días del mes.
El factor C se evalúa según lo indicado en el siguiente cuadro, y para
utilizarlo en la Ecuación de la Erosión Eólica se divide por 100.
Cuadro de valoración de la agresividad climática
Valoración Factor C
Ninguna a ligera 0 - 20
Moderada 20- 50
Alta 50 - 1 50
Muy alta más de 150
Factor de rugosidad (K): de acuerdo con la escala de trabajo, se considera el factor
de rugosidad igual a 1 para todos los casos.
Los valores del producto C×I×K entre 30 y 120 t ha-1 año-1 corresponde a la
clase moderada, los inferiores a ese rango a la clase ligera y los mayores a la alta.
Figura 2. Relación entre la velocidad de fricción umbral del viento (u*t) y ta-
maño (Dp) de las partículas (consideradas esféricas). Se observa que el Dpópt
que requiere de la menor velocidad para ser transportado se ubica entre 20 y
80 μm (tomado de Flores-Aqueveque et al., 2009)
Las partículas finas del suelo pueden ser levantadas por la acción
del viento, transportándose en periodos de altas velocidades cantida-
des apreciables de PM10 y PM2,5 lejos de la fuente (Chandler y Sax-
ton, 1999; Park et al., 2011). El proceso erosivo se produce cuando la
velocidad supera cierto valor umbral que depende de las condiciones
de la superficie del terreno y del flujo de aire en la zona inmediata-
mente por encima de ésta. Las características de la superficie del suelo
que determinan su erosionabilidad son la distribución de tamaño de los
agregados, su densidad y estabilidad; la extensión, espesor y resistencia
de la corteza superficial (si ésta existe); la cantidad y distribución de
tamaño de partículas no agregadas; y la humedad; a éstas se añaden la
rugosidad del terreno, el grado de cobertura vegetal y de material no
erodible y la longitud del terreno erosionable en la dirección del vien-
to. Los parámetros micro-meteorológicos relevantes son los perfiles en
altura del viento, la temperatura y humedad relativa, la precipitación y
la radiación solar. Con estos parámetros se pueden calcular la velocidad
de fricción y la rugosidad aerodinámica de la superficie bajo diferentes
condiciones de estabilidad atmosférica (Frangi y Richard, 2000; Shao,
2000; Zobeck et al., 2003; Ravi et al., 2004).
La incorporación de partículas al aire desde el suelo está fuertemente
asociada a la saltación de agregados o partículas minerales, es decir depen-
de de que estos sean levantados y vuelvan a caer rompiendo agregados
del suelo y provocando el levantamiento de partículas más finas, meno-
res que 20-30µm, que serán transportadas a mayores distancias. En suelos
distorsionados por la acción del hombre (remoción de tierras, actividades
agrícolas o de la industria de áridos, el tráfico rodado en caminos sin pa-
vimentar), o donde se ha producido la acumulación de sedimentos que
posteriormente quedan expuestos a la acción del viento, se puede además
producir la entrada directa al aire por turbulencia de los vientos en super-
ficie (Lahmar et al., 2012; Zhang et al., 2012). En suelos no alterados es ne-
cesario que los vientos tengan velocidades mucho mayores para que sean
una fuente de polvo mineral apreciable.
Sin embargo, únicamente una fracción de las partículas en suspensión
(que corresponde aproximadamente a PM20) es transportable a nivel re-
gional o a mayores distancias, ya que se produce la posterior deposición
gravitacional de las partículas, más cerca de su foco cuanto mayor es el
Problemas de erosión eólica en tamaulipas (méxico) 139
peso de las partículas (Alfaro et al., 2004; Park et al., 2011). La energía ver-
tical inicial asociada al levantamiento de estas partículas no se mantiene
salvo que haya rachas de vientos intensos con gran componente vertical o
que el calentamiento solar del suelo sea suficiente para causar la dispersión
hacia arriba debido a movimientos de convección; sólo así las emisiones
pueden ser elevadas a grandes alturas sobre el nivel del suelo por la ener-
gía mantenida por la componente vertical del viento y ser transportadas a
grandes distancias de la fuente.
En esas condiciones, gran cantidad de partículas en el rango PM10 pue-
den ser emitidas al aire y transportadas como una fracción del suelo ero-
sionado (Park et al., 2011). Determinar esta fracción es un paso crítico para
incorporar la erosión eólica a los modelos de calidad del aire.
En el NE de México, la baja cubierta vegetal, el régimen de lluvias con
muy bajas precipitaciones y los elevados niveles de insolación, disminuyen
la estabilidad de los agregados y favorecen la erosión eólica y la resuspen-
sión de polvo. De hecho, los niveles de PM de origen natural son muy altos
en el sur de Estados Unidos y norte de México (Kavouras et al., 2005).
En otro orden de cosas, los riesgos de pérdida de suelo por erosión po-
tencial eólica se presentan en el 89% del territorio nacional, particularmen-
te en en la franja norte del país desde Zacatecas hasta el Norte de Chihu-
ahua. Estos territorios incluyen, igualmente, la franja costera y el Desierto
Sonorense, la costa del Golfo de California y la costa del Pacífico en Baja
California Sur. Con excepción de los Estados de Chiapas y el Distrito Fe-
deral, en el resto se presenta algún riesgo de erosión eólica en más del 60%
de sus correspondientes territorios. Los Estados de Aguascalientes, Baja
California, Baja California Sur, Coahuila y Sonora presentan afectaciones
de prácticamente 100% (Tabla 2).
Los Estados que presentan una mayor superficie donde la erosión eólica
sería potencialmente muy severa (superior a 200 ton/ha/año) son Zacate-
cas (61.2%), Sonora (45.5%), Chihuahua (34%), Baja California Sur (29.9%),
San Luis Potosí (29.2%), Coahuila (28.9%) y Baja California (23.4%). Ero-
sión eólica potencialmente severa (entre 50 y 200 ton/ha/año) se presen-
taría en grandes áreas de los estados de Nuevo León (70.7%), Aguascalien-
tes (65.3%), Baja California (62.7%), Coahuila (59.2%) y Baja California Sur
(55.8%). Riesgos de erosión eólica moderada (entre 10y 50 ton/ha/año) se
presentan en los estados de Guanajuato (78.6%), Morelos (74.5%), Sinaloa
(71.8%), Querétaro y Jalisco (ambos con 61.8%). Finalmente, los riesgos de
erosión ligera (entre 5 y 10 ton/ha/año) se presentan en los Estados de
Tlaxcala (28.3%), Quintana Roo (26.0%), Nayarit (23%), México (21.4%) y
Yucatán (16.4%).
Para el caso de Tamaulipas, hasta un total del 82.98% de su superficie
está expuesto a procesos de erosión eólica, siendo además la mayor parte
de esta correspondiente a procesos de erosión de moderados a severos, e
incluso muy severos.
Como resultado del la Evaluación de la Pérdida de Suelo por Erosión
Hídrica y Eólica en la República Mexicana, se identificaron los riesgos de
erosión hídrica y eólica que, potencialmente, podrían ocurrir en el país (Fi-
gura 4). A nivel de todo el país, la superficie con riesgos de pérdida de sue-
lo ocasionada por el agua fue de 42% (ligera 10.9%, moderada 20.5%, alta
7.8% y muy alta 2.8%). Yucatán, Quintana Roo, Campeche, Tabasco y Baja
California Sur presentaron más del 50% de su superficie sin riesgo aparen-
te de erosión hídrica, mientras que Guerrero, Puebla, Morelos, Oaxaca y el
Estado de México lo presentaron en más del 50% de su superficie.
Por su parte, los riesgos de pérdida de suelo por erosión potencial
eólica fueron del 89% (ligera 6.5%, moderada 30.6%, alta 33.6% y muy
alta 18.2%) en el conjunto mexicano. Estos riesgos se presentaron par-
144 Erosión y degradación de suelos en ambientes semiáridos de tamaulipas (méxico)
Suelo arcilloso; suelo arcillo limoso; suelo franco arcilloso no calcáreo que
tiene más del 35% de arcilla; y suelo no calcáreo franco arcillo limoso que
tiene más del 35% de arcilla. Todo estos suelos no tienen mineralogía sesquic,
4 parasesquic, ferrítica, ferruginosa o caolinítica (alto contenido de óxido de
hierro). Suelo franco calcáreo; suelo franco limoso calcárea; suelo limoso
calcáreo; suelo arcillo-arenoso calcáreo; suelo franco arcillo arenoso calcáreo;
suelo franco arcilloso calcáreo; y suelo franco arcillo limoso calcáreo.
Problemas de erosión eólica en tamaulipas (méxico) 147
Suelo franco no calcáreo que tiene menos del 20% de arcilla; suelo
franco limoso no calcáreo con un 12 a un 20% de arcilla; suelo franco
5
arcillo arenoso no calcáreo; suelo arcillo arenoso no calcáreo; y suelo con
materiales hémicos.
Figura 5. Muestra la variación geográfica de los valores DEP de los estados del Sur de
Estados Unidos, contiguos a la frontera con el norte de México (Kavouras et al., 2005).
La región con mayor pérdida de suelo son las partes de mayor altitud
(zonas mayores a los 750 msnm), donde predominan sierras y serranías y
la precipitación varía entre los 450 y 1400 mm por año. Además, los tipos
de suelo (Regosol y Leptosol) y el factor de la pendiente, son los que con-
tribuyen, en mayor parte, a que la precipitación presente en la zona (450
mm), ocasione una alta erosión hídrica.
En los municipios de Tula, Bustamante, Miquihuana, Ocampo y Palmi-
llas (Área del Altiplano Tamaulipeco), se manifiesta con mayor frecuencia
un alto nivel de erosión. En la tabla 5 y figura 9 se presenta con mayor de-
talle la superficie afectada por los diferentes grados de erosión, dentro del
estado de Tamaulipas.
servación y/o restauración del suelo, para canalizar en forma más eficiente
los recursos económicos destinados para tal fin.
El conocimiento de la situación actual del riesgo de erosión hídrica per-
mite definir un mejor uso actual del suelo o acciones tendientes a frenar el
proceso erosivo, ya que la fragilidad de algunos sitios indica que se requie-
re un aprovechamiento sustentable para no incrementar la superficie con
mayor riesgo de degradación.
6. REFERENCIAS
1. INTRODUCCIÓN
2. ANTECEDENTES
3. EL ALTIPLANO TAMAULIPECO
das entre sí por brazos cerriles que siguen ese mismo sentido o le
son oblicuos (Figura 2).
Figura 2. Vista de la Sierra Plegada desde el ejido San Antonio, municipio de Jau-
mave, Tamaulipas
4. ASPECTOS SOCIOECONÓMICOS
4. 1. Tenencia de la tierra
5. ASPECTOS NATURALES
5. 1. Clima
5. 2. Geología
Caliza: Ki(cz)
Unidad sedimentaria del Jurasico Superior, constituida por rocas cal-
cáreas que alcanzan un espesor aproximado de 400 metros. Incluye las
formaciones Zuloaga, Olvido y La Casita, que afloran al Oeste de Ciudad
Victoria. Este tipo de roca se encuentra en el 100% de todas las localidades
de estudio (Tabla 5).
Arenisca-Conglomerado: Js (ar-cg)
Unidad sedimentaria continental del Triásico-Jurásico, muy heterogé-
nea, formada por lechos rojos en estratos que van desde delgados hasta
masivos. Se constituyen de areniscas conglomeráticas, limóticas y algunos
horizontes de lutitas. Esta unidad incluye al conglomerado cartografiado
como Triásico, al Sureste de Ciudad Victoria, que pertenece a la formación
Huizachal y aflora en el área de Miquihuana y al Noreste de Ciudad Vic-
toria. Este tipo de roca solo se encuentra en la comunidad de Francisco
Medrano (Las Pilas), pero en una superficie muy localizada (0.1 ha).
172 Erosión y degradación de suelos en ambientes semiáridos de tamaulipas (méxico)
5. 3. Topografía
5. 4. Hidrología superficial
5. 5. Hidrología subterránea
5. 6. Flora y Fauna
Tabla 6. Vegetación y uso actual del suelo del CEC San Antonio y de sus
localidades de influencia.
Tipo de vegetación y uso de Superficie
Uso de la tierra Clave
suelo ha %
San Antonio
Asentamientos
ZU Zona Urbana 30.6 0.8
humanos
IAPF Agrícola-Pecuaria-Forestal 547.4 14.6
MDR Matorral Desértico Rosetófilo 136.8 3.7
Parcelada y grandes
MKX Matorral Xerófilo 50.7 1.4
áreas
MSM Matorral Submontano 2,662.2 71.3
PI Pastizal Inducido 278.1 7.4
Compuertas
Asentamientos
ZU Zona urbana 29.4 0.8
humanos
IAPF Agrícola-Pecuaria-Forestal 547.4 14.6
MDR Matorral Desértico Rosetófilo 136.4 3.7
Parcelada y grandes
MKX Matorral Xerófilo 50.7 1.4
áreas
MSM Matorral Submontano 2,662.2 71.3
PI Pastizal Inducido 278.1 7.4
Francisco Medrano (Las Pilas)
Asentamientos
ZU Zona urbana 46.0 0.7
humanos
IAPF Agrícola-Pecuaria-Forestal 401.3 6.5
BQ Bosque de Encino 125.4 2.0
BQP Bosque de Encino-Pino 221.2 3.6
MDR Matorral Desértico Rosetófilo 1,390.3 22.6
MKX Matorral Xerófilo 41.9 0.7
Parcelada y grandes MSM Matorral Submontano 3,510.8 57.0
áreas PI Pastizal Inducido 227.3 3.7
Vegetación Secundaria
VSa/BQ 10.4 0.2
arbustiva/Bosque de Encino
Vegetación Secundaria
VSa/MSM arbustiva/Matorral 181.9 2.9
Submontano
El Sauz
Asentamiento
ZU Zona urbana 8.2 0.7
humano
Parcelada y grandes IAPF Agrícola-Pecuaria-Forestal 103.5 8.4
áreas MSM Matorral Submontano 1,125.1 90.9
Estudio de cas 0 1. Comunidad san antonio, jaumave. 177
5. 8. Suelos
Con base en la cartografía del INEGI (1982) sobre los tipos de suelo (Cla-
sificación FAO), se tiene que dentro del municipio de Jaumave, se encuen-
tran tres tipos de suelos: Litosol, Rendzina y Xerosol.
Los Litosoles (l), son suelos obscuros, con textura de migajón arcilloso, de
consistencia ligeramente dura en seco y friable en húmedo, generalmente se
encuentra en sitios montañosos o planos. En la zona de estudio de las loca-
lidades, los Litosoles presentan dos asociaciones: I+Rc+Xh/2 y I+E+Rc/2.
La primer asociación es con el Regosol (R) Calcárico (c) más el Xerosol (X)
hálico (h) contextura de suelo media (2). Estas asociaciones se encuentran en
un 34.9% (2,149.4 Ha) de la comunidad Francisco Medrano, así como en el
94.0% (1,162.6ha) de El Sauz y en 98.9% (2,573.8ha) de San Antonio (Tabla 7).
Tabla 7. Unidades de suelo del CEC San Antonio y de las localidades de influencia.
Subunidades y Superficie
Uso de la tierra Unidad
asociaciones ha %
San Antonio
Asentamiento
Xerosol Xk/2 30.6 0.8
humano
Litosol I+Rc+Xh/2 2,573.8 68.9
Parcelada y grandes
Xerosol Xk/2 1,088.5 29.1
áreas
Rendzina E+I/2/PC 12.8 0.3
Compuertas
Asentamiento
29.4 0.8
humano Litosol I+Rc+Xh/2
2,573.7 68.9
Parcelada y grandes
Rendzina E+1/2/PC 12.8 0.3
áreas
Xerosol Xk/2 1,088.5 29.1
Francisco Medrano (Las Pilas)
Asentamiento
46.0 0.7
humano I+Rc+Xh/2
Litosol
2,103.4 34.2
Parcelada y grandes I+E+Rc/2 2,318.6 37.7
áreas Rendzina E+I/2/PC 893.6 14.5
Xerosol Xk/2 795.1 12.9
El Sauz
Asentamiento
8.2 0.7
humano Litosol I+Rc+Xh/2
Parcelada y grandes 1,154.4 93.3
áreas Xerosol Xk/2 74.2 6.0
178 Erosión y degradación de suelos en ambientes semiáridos de tamaulipas (méxico)
5. MÉTODOLOGÍA
drica en las áreas dedicadas a la agricultura de este ejido se definieron dos sitios
de estudio. Uno en el predio agrícola, localizado al norte del poblado Compuertas
cerca del rio Chigüe (Figuras 6a y 6b) y otro punto ubicado junto a la carretera
Victoria – Tula en el kilómetro 31, identificado como La Jabalina (Figura 7a y 7b).
Erosión laminar
Para evaluar la erosión superficial se eligieron dos puntos de medición en el
predio del sitio carretera, para lo cual se utilizó el método de las tapas metálicas
de botella, que consiste en colocar éstas sobre la superficie del suelo y medir en
cada una de ellas la pérdida de suelo en periodos determinados de tiempo. Las
tapas se instalaron con la cara cóncava hacia abajo incrustada en el suelo y fijada
además con un clavo metálico. Las tapas se distribuyeron con separación de 1 m
entre si, en 5 líneas paralelas de 5 m de longitud a una distancia entre líneas de 1
m, formando un cuadricula de 5 x 5 m, de tal manera que se tuvieron 25 puntos
de observación.
Erosión en cárcavas
Para la evaluación de la erosión hídrica se calculó la erosión en cárcavas. Se
establecieron parcelas testigo en dos ecosistemas (matorral y agrícola) en el ejido
San Antonio, municipio de Jaumave, Tamaulipas, México, para realizar la evalua-
ción de la pérdida del suelo en tiempo y espacio, con el fin de poner en práctica
acciones de restauración y estabilización de cárcavas.
Sitio “Alamar”. Este sitio está conformado por un predio que en el pa-
sado se dedicó a la producción de bovinos por pastoreo en agostadero y
donde se formaron tres brazos de la misma cárcava, de 2 a 4 m de pro-
fundidad (Figura 9), localizada en el km 130 de la carretera Cd. Victoria-
Jaumave, cerca del cruce con el arroyo Alamar.
182 Erosión y degradación de suelos en ambientes semiáridos de tamaulipas (méxico)
Figura 10. Vista de la cárcava del sitio de estudio Alamar, junto a la carretera Cd.
Victoria-Jaumave.
6. 2. Geología
6. 3. Hidrología
6. 4. Vegetación
6. 5. Precipitación
La precipitación media anual en el área de estudio es de 554 mm según
la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA). En la figura 11 se presenta la
precipitación media de cada uno de los años correspondientes al periodo de
estudio de la presente investigación (2003-2010). Los datos fueron proporcio-
nados por la CONAGUA (2012) de la estación meteorológica Plan de Ayala,
Jaumave Tamaulipas, que es el punto de medición más cercano a los sitios
experimentales y se encuentra aproximadamente a 5 km del sitio Chihue.
Figura 11. Precipitación media anual de 2003 a 2010 en los sitios de estudio.
Fuente: CONAGUA 2012.
6. 6. Medición de la erosión
Sitio “Chihue”
Medición in situ en 2010. Durante el año 2010 se evaluó la erosión hí-
drica de tipo remontante en cárcavas por el método del Cordel entre dos
marcas (Santiago, 2012). Este consistió en medir el avance de la cabecera
principal y de las cabeceras de tres de las muchas ramificaciones o brazos
de esta cárcava, durante el periodo de lluvias comprendido del 30 de abril
al 22 de julio. Se colocó el cordel en posición perpendicular al cauce, soste-
nido por dos estacas de madera colocadas a ambos márgenes de la cárcava
y alineadas con el borde de la cabecera, considerando éste como el punto
inicial (30 de abril). A partir de aquí se midió la distancia hasta el punto de
Estudio de cas 0 1. Comunidad san antonio, jaumave. 187
Figura 12. Polígono utilizado para medir el avance de las cárcavas (2003, 2006 y
2008) en el sitio de estudio Chihue, con imágenes de satélite.
188 Erosión y degradación de suelos en ambientes semiáridos de tamaulipas (méxico)
Sitio “Alamar”
Medición in situ 2010. Al iniciar la investigación se observó una co-
bertura vegetal escasa en el sitio Alamar por lo que se consideró factible
la ocurrencia tanto de erosión laminar como de erosión en surcos. Por tal
razón en este sitio se midió la pérdida de suelo provocada por estos dos
tipos de erosión y por erosión en cárcavas:
Erosión laminar. Para evaluar la erosión superficial se establecieron dos
puntos de observación en el terreno estudiado. Se utilizó el método de las
tapas metálicas de botella (Anaya, 1977), colocadas sobre el suelo en una
superficie cuadrada de 5 m x 5 m (Figura 13). Las tapas se instalaron con
la cara cóncava hacia abajo, incrustada en el terreno a nivel de la superficie
y fijada además con un clavo metálico de 5 cm de longitud. Las tapas se
colocaron alineadas con separación de 1 m entre si, en 5 filas paralelas de
5 m de longitud a una distancia entre filas de 1 m. De esta manera que se
tuvieron 25 puntos para medir la posible pérdida de suelo por diferencia
entre el nivel inicial de cada tapa y el nivel encontrado en el suelo después
del periodo de precipitaciones pluviales, que fue de 83 días .
Figura 13. Instalación de la prueba de las tapas de botella para medir la perdida
de suelo por erosión laminar, en el sitio Alamar.
Estudio de cas 0 1. Comunidad san antonio, jaumave. 189
Figura 15. Polígono utilizado para medir el avance de las cárcavas durante los
años 2003, 2006 y 2008 en el sitio de estudio Alamar, a través de imágenes de
satélite.
Estudio de cas 0 1. Comunidad san antonio, jaumave. 191
7. RESULTADOS Y DISCUSIÓN
7. 1. Sitio Chihue
Figura 16. Precipitación pluvial mensual durante el año 2010 en los sitios de estu-
dio. Fuente: CONAGUA, 2012.
Este tipo de erosión ocurrió debido al origen aluvial de los suelos, a los
grandes volúmenes de agua que ingresan desde las montañas aledañas a
través varios arroyos y a la presencia de del Rio Chihue en la parte oriental
del valle, donde desemboca el agua a través de la cárcava estudiada y que
se ha desarrollado a razón de aproximadamente unos 6.6 m por año. Du-
que (2007) señala que la formación de cárcavas sobre suelos aluviales con
sedimentos areno-arcillosos, como los suelos en estudio, están condiciona-
das por el encajamiento de un curso fluvial próximo, con desplazamiento
hacia una de las paredes del valle, de manera que la profundización del
valle obliga a los barrancos a erosionarse aguas arriba, desplazando sus
cabeceras hacia atrás.
7. 2. Sitio Alamar
Figura 17. Nivel del suelo encontrado después del periodo de lluvias del año
2010, en relación con el nivel inicial de la superficie del suelo.
7. 2. 3. Erosión en cárcavas
La erosión por socavamiento de la cabecera de las cárcavas o ero-
sión remontante fue muy grande. El avance de la cabecera en la cárcava
principal fue de 5.80 m (en 83 días); considerando el ancho (13.0 m) y la
196 Erosión y degradación de suelos en ambientes semiáridos de tamaulipas (méxico)
Tabla 11. Pérdida de suelo y avance de dos cárcavas por erosión remontante del
sitio Alamar, durante 83 días entre el 30 de abril y el 22 de julio de 2010.
Avance de Densidad Pérdida de Pérdida
Ancho* Profundidad*
Cárcava cabecera aparente* suelo de suelo
(m) (m)
(m) (t/m3) (m3) (t)
Principal 5.80 13.00 3.30 1.40 248.82 348.3
Sur 4.65 4.50 2.15 1.40 45.00 63.0
Nota: *Valores promedio
Figura 19. Secciones transversales de erosión en dos cárcavas del sitio Alamar
(Principal y Sur).
Tabla 12. Avance de la cabecera de la cárcava principal del sitio Alamar en tres
periodos comprendidos entre 2003 y 2010, por medición sobre imágenes de saté-
lite y sistema GPS.
Avance de la Densidad Pérdida Pérdida
Ancho* Profundidad*
Periodo cabecera aparente* de suelo de suelo
(m) (m)
(m) (t/m3) (m3) (t)
2003-2006 21.4 14.0 3.5 1.40 1048.6 1468.0
2006-2008 11.0 14.0 3.5 1.40 539 754.6
2008-2010 5.8 14.0 3.5 1.40 284.2 398.0
Total 38.2 1871.8 2620.6
Promedio
5.46 267.4 374.4
anual
Nota: *Valores promedio
La pérdida de suelo por erosión remontante fue más del doble en el sitio
Chihue en comparación con el sitio Alamar, aunque en ambos lugares la
198 Erosión y degradación de suelos en ambientes semiáridos de tamaulipas (méxico)
afectación del suelo fue muy grande durante el periodo de estudio (2003-
2010). En el sitio Chihue, donde el área afectada por el avance de la cárcava
en promedio fue de 174 m2 año-1, la pérdida estimada de suelo fue de 1.046
t año-1, cifra equivalente a 6.0 t (m2)(-1) año-1. En el sitio Alamar el área per-
turbada por esta erosión cada año fue de 76 m2 en la cabecera principal y
la pérdida estimada de suelo fue de 374 t año-1, lo que representa 4.9 t m2)
año-1. La diferencia entre ambas áreas de estudio se debió a que en el sitio
Chihue el caudal máximo de agua de escurrimiento en la cárcava principal,
calculado por la ecuación de Manning (Chow, 1994) fue mayor (14.216 m3
s-1) en comparación con el caudal de la cárcava principal del sitio Alamar
(1.845 m3 s-1).
La pérdida de suelo calculada en el presente estudio es muy superior a
la tasa tolerable, 1.8 t ha-1 año-1 según Torres (1982) y a las cifras reportadas
en otros lugares de México y el mundo. Romero (2002) afirma que la pér-
dida de suelo estimada mediante la ecuación universal RUSLE en la región
de Murcia España, fue en promedio de 30 a 40 t ha-1 año-1 (0.003 a 0.004 t
m2) año-1) valor considerado como moderado. Casalí et al. (1999) estimó la
pérdida de suelo en 266 t ha-1 año-1 (0.0266 t m2) año-1) en Navarra, España y
consideró esta cifra como una merma por encima de niveles tolerables. Pe-
reyra et al (2005) señaló como muy altas las pérdidas de suelo de 224 t ha-1
año-1 (0.0224 t m2) año-1) estimadas en suelos de Veracruz, México. En Sego-
via, España, se produjeron tasas de exportación de sedimentos próximas a
las 10 ton ha-1 para una cantidad de precipitación de 39 mm en 72 horas, en
cárcavas desarrolladas sobre sedimentos arenosos arcósicos (Martín, 2007)
lo cual representa una pérdida de suelo de alrededor de 300 t ha-1 año-1
(0.03 t m2 año-1). En la superficie agrícola donde se encuentra el sitio Chi-
hue, cerca de la cárcava estudiada existen además otras cinco cárcavas de
dimensiones similares que desembocan en el rio, con lo cual se multiplica
la superficie afectada por la degradación de los suelos. Lo anterior significa
que la erosión de las tierras de uso agropecuario en el Ejido San Antonio es
un problema muy grave que debe ser atendido a la mayor brevedad ya que
de no hacerlo, en un tiempo relativamente corto la mayoría de las tierras
cultivadas podrían ser degradadas irreversiblemente.
8. CONCLUSIONES
9. DIAGNÓSTICO
San Antonio es un problema muy grave que debe ser atendido a la mayor
brevedad ya que de no hacerlo, en un tiempo relativamente corto la ma-
yoría de las tierras cultivadas podrían ser degradadas irreversiblemente.
Para detener el problema es necesario evitar que los grandes volúmenes
de agua de escorrentía fluyan por encima de las parcelas. Esto se lograría
con la construcción de canales de drenaje con desembocadura en el rio Chi-
hue para desviar los diversos cauces del agua antes de que la escorrentia
entre a las superficies de siembra. Aunado lo anterior se deben diseñar y
realizar prácticas de conservación de los suelos que prevengan los proce-
sos de erosión y que permitan restaurar las tierras degradadas.
AGRADECIMIENTOS
10. REFERENCIAS
1. INTRODUCCIÓN
2. NORTE DE TAMAULIPAS
2. 1. Climatología
2. 2. Vegetación
2. 3. Suelos
Los suelos del tipo Kastañozem (Figura 2), ocupan menor propor-
ción que los calcisoles en el área de estudio una superficie aproximada
de 24,505 ha (38.7 % del área de estudio). Estos suelos tienen un hori-
zonte A de color pardo oscuro, mayor contenido de materia orgánica
y nutrientes que los Calcisoles; con una acumulación prominente de
carbonatos de calcio, dando origen a caliche suelto o ligeramente ce-
mentado. En condiciones naturales la vegetación que desarrollan son
pastizales predominantemente, por lo que son empleados extensiva-
mente para ganadería. Puesto que estos suelos se secan a una gran
profundidad durante la época de sequía, requieren de irrigación para
sostener altos niveles de productividad; corriendo el riesgo de salini-
zación. Estos suelos presentan moderada susceptibilidad a la erosión
eólica, particularmente en tierras de cultivo (Espinosa et al; 2011).
Los Leptosoles (Figura 2), ocupan el 11.53 % de superficie en la
zona. Se definen como suelos de poca profundidad sobre roca dura.
Son suelos someros muy pobremente desarrollados con una profun-
didad no mayor de 30 cm hasta el material parental, se presentan (so-
bre todo en las sierras con mayor pendiente), en alternancia con aflo-
ramientos de la roca madre. Estos suelos presentan una vegetación
variable, predominando los matorrales (en las porciones bajas o más
expuestas a insolación de las sierras). Son suelos medianamente férti-
les pero inapropiados para la agricultura por su escasa profundidad y
susceptibilidad a la erosión. Es el tipo de suelo que se presenta en ma-
yor superficie en la comunidad de El Grullo II y en el rancho El Roble
(Espinosa et al; 2011).
Los Vertisoles (Figura 2), se encuentran en el 4.6 % de la superficie
de la zona. Son suelos con un alto contenido de arcilla, muy propen-
sos a la expansión y la formación de grietas en la parte superficial.
Son de colores que van de gris a negro, pegajosos cuando húmedos y
muy duros durante la época seca. Su uso agrícola es extenso pero con
problemas de manejo por sus propiedades de dureza y dificultad de
labranza. Si bien pueden almacenar cantidades importantes de agua,
el rango aprovechable es muy corto, debido a los problemas de airea-
ción, resistencia a la penetración y la escasa profundidad efectiva de
enraizamiento que pueden alcanzar los cultivos. Son susceptibles a
la compactación, en particular cuando las operaciones de campo son
realizadas con altos contenidos hídricos (Espinosa et al; 2011).
Estudio de caso 2. Comunidad el grullo ii, reynosa. 211
2. 4. Socioeconomía
3. METODOLOGÍA
Propiedad Privada:
Rancho “El Roble”
VERTICES X Y
1 577.563.35 2839.527.32
2 579.444.94 2839.570.08
3 579.416.43 2839.113.94
4 579.648.88 2839.085.43
Como primera actividad fue la localización, identificación y ubicación
geográfica de los sitios de trabajo de restauración. Se ubicaron los predios
de productores, cuya actividad es el cultivo del sorgo o de pastas para el
ganado, basados en un modelo de aprovechamiento de producción y pro-
ductividad desde la década de los años 1970; predios que han sido interve-
nidos por las actividades de PEMEX, para la perforación de pozos de gas
natural, y en donde es necesaria la incorporación de técnicas de manejo
sustentable y de conservación de los recursos naturales, con el propósito
de garantizar el logro de los objetivos de producción y de conservación
y mantenimiento de dichos recursos. Además se han realizado aperturas
de brechas y caminos, para facilitar el acceso y transporte modificando y
dañando el ecosistema del matorral espinoso tamaulipeco, ocasionando el
desplazamiento de la fauna, y en donde además se han perforado pozos
para la extracción de gas natural, mediante el uso de maquinaria pesada y
la instalación de ductos para la conducción del gas.
3. 4. 2. Análisis de laboratorio
Para evaluar la eficiencia en la captura de las presas de sedimentos se
establecieron en una muestran de represas filtrantes de malla de alambre
y ramas de la vegetación, antes de los eventos erosivos. Se establecieron
cinco represas para cada uso del suelo (agrícola, pastizales y matorrales
espinosos) y distribuido en dos tipos de suelo (Calcisoles y kastanozem).
3. 4. 3. Erosión en Cárcavas
El trabajo de campo consistió en recorridos de reconocimiento en las
áreas previamente seleccionadas mediante métodos cartográficos. La tarea
no fue fácil, ya que previamente a la selección y visitas a las áreas con el
objeto de ubicar aquellas más adecuadas para el estudio.
Los criterios de selección fueron considerar áreas con distintas litolo-
gías, evidentemente, que hubieran sido degradadas por las actividades
antrópicas, tanto agrícolas como ganaderas, pero que al mismo tiempo se
hubiera dejado algún espacio de la misma área sin restaurar para poder
instalar en ellas los sitios de erosión en las cárcavas formadas.
El trabajo de campo ha sido intenso y variado, tratando de analizar las
condiciones ambientales naturales del terreno (en aquellas pequeñas por-
ciones que no han sido recuperadas o rastreadas), y las condiciones del
clima tanto del viento como de la sequía intraestival (canícula). Para ello,
se instalaron dentro de las cárcavas, sitios para evaluar la erosión – esco-
rrentía, se realizaron transectos geomorfológicos, perfiles topográficos, se
tomaron muestras de suelo para su posterior análisis en el laboratorio y se
realizaron diversos estudios de la vegetación, así como de de las precipita-
ciones presentadas durante el trabajo de campo y la toma de datos.
3. 4. 5. Transectos geomorfológicos
En las parcelas agrícolas (comunidad de El Grullo, y los ranchos El Giro
y El Roble), en las cuales los procesos de erosión en surcos y pequeñas cár-
cavas es intensivo se realizaron transectos geomorfológicos.
Los transectos geomorfológicos han sido utilizados en estudios de re-
conocimientos geomorfológicos (García Ruiz y Ortigosa Izquierdo, 1988;
Estudio de caso 2. Comunidad el grullo ii, reynosa. 225
Figura 12. Esquema del método de las secciones transversales. Fuente: Bel-
monte Serrato et al., 2005
ha optado por calcular las tres secciones más frecuentes: triangular, rectan-
gular y semicircular; y dar un valor medio de las tres.
Se realizaron un total de 3 transectos en 6 taludes, tres diferentes tipos de
suelos de uso agrícola, muestra que se consideró representativa para el estudio.
4. RESULTADOS
del suelo, que en la mayoría de los sitios es arcillosa, por lo que el peso
del suelo fue equivalente a 82.25 toneladas, en los puntos evaluados, sin
considerar otras formas de erosión como es la eólica o la hídrica de tipo
laminar.
Las profundidades de las cárcavas variaron desde 30 centímetros
hasta 1.2 metros, lo cual se debe a la presencia de una capa endurecida,
que se caracteriza con tener altos contenidos de arcilla y por el origen
geológico del suelo (rocas sedimentarias), que tienen altos contenidos
de carbonatos de calcio, lo anterior propició que el ancho de las cárca-
vas fueran variables, dependiendo de las condiciones físicas del lugar,
encontrándose que los valores variaron desde 90 centímetros hasta 17
metros. Las longitudes de cárcavas más largas se presentaron en los
sitios donde la actividad de exploración y explotación de gas se da en
mayor medida, así como con la interacción de la agricultura y zonas de
pastos, es importante señalar que ésta última actividad es reciente ya
que en la actualidad se tiene un programa de cambio de uso de suelo.
Una acción importante fue la evaluación de resultados, ya que indica
el impacto de las acciones realizadas en la zona de estudio. La medición
se llevó a cabo después de la presencia de lluvias, de tal manera que se
realizaron cinco muestreos, considerando a la superficie restaurada, y
volumen de azolve retenido. Las prácticas para el control del escurri-
miento no solamente tienen como función frenar la velocidad del agua
que fluye sobre la cárcava, su efecto va ligado al mejoramiento de la
infiltración, por consiguiente al aumento de la humedad en el suelo y
renovación de la vegetación.
De acuerdo con los resultados obtenidos, la cantidad de suelo retenido
por las represas filtrantes fue de 26.41, 15.51 y 21.35 toneladas, respec-
tivamente, por consiguiente las 15 represas evaluadas tienen capacidad
potencial de retención de 82,25 toneladas, lo que demuestra su capacidad
para reducir la pérdida de suelo por erosión hídrica (Figura 15).
Las obras realizadas tienen una acción positiva en la restauración de
suelos de la zona, donde es importante considerar, el planteamiento de
la ubicación de las represas que debe ser con base en una metodología
de diseño, y el reforzamiento de las mismas, en puntos críticos, como
aquellos de mayor pendiente, donde se tienen aportes laterales de flujo
y el mantenimiento de las obras por daños por maquinaria agrícola, in-
dustrial, animales o por eventos extraordinarios como precipitaciones
fuera de lo normal como los huracanes.
234 Erosión y degradación de suelos en ambientes semiáridos de tamaulipas (méxico)
Figura 15. Suelo retenido con represas filtrante de malla borreguera y ramas.
4. 2. 1. Retención de sedimentos
De acuerdo con los recorridos de campo, con ayuda de las cartas topográ-
ficas, así como con la participación de los productores, quienes señalaron los
sitios de trabajo, se ubicaron las zonas con problemas de erosión hídrica y se
clasificaron de acuerdo con el grado de deterioro de los suelos, desde peque-
ños canalillos hasta cárcavas grandes y profundas.
La variación en la longitud de las cárcavas fue desde 10 hasta 700 metros.
De acuerdo con los datos obtenidos, las longitudes dominantes fueron las de
50 metros; la distribución estuvo relacionada con la pendiente, es decir, entre
mayor fue la pendiente, mayor fue la presencia y la longitud, los caminos de
acceso fueron una condición importante para la distribución, encontrándose
la mayor proporción de cárcavas en la parte adyacente de los caminos de las
Estudio de caso 2. Comunidad el grullo ii, reynosa. 235
Figura 16. Suelo retenido (R) por una represa filtrante de ramas. Se muestra
también la pérdida (P) de suelo después de la represa
Tabla 11. Proporción de arcilla, limo y arena (%) en los sedimentos retenidos por
una represa filtrante de ramas, en una cárcava.
Vegetación Vegetación
Uso Agrícola Agrícola Pecuario Pecuario
natural natural
Tipo Kastañozem Calcisol Kastañozem Calcisol Kastañozem Calcisol
Arcilla 37.6 34.5 32.7 29.7 25.2 37.8
Limo 9.5 16.7 9.0 8.7 7.8 15.8
Arena 52.9 48.8 58.3 61.2 67.0 46.4
Estudio de caso 2. Comunidad el grullo ii, reynosa. 237
Tabla 12. Algunas características de los sedimentos en el uso del suelo diferente
en Kastanozem (K) y Calcisol (C)
Tipo de suelo K C K C K C
Matorral
1.48b 25.7b 2.43a 56.67a
espinoso
Figura 17. Esquema de dos secciones transversales (I y II) de una cárcava del
Rancho El Giro.
240 Erosión y degradación de suelos en ambientes semiáridos de tamaulipas (méxico)
Figura 18. Esquema de dos secciones transversales (I y II) de una cárcava del
Rancho El Grullo
Estudio de caso 2. Comunidad el grullo ii, reynosa. 241
AGRADECIMIENTOS
Este trabajo se realizó en el marco del Proyecto de Colaboración Inter-
nacional AECID 2009 -2010. Los autores quieren agradecer a los agriculto-
res del Ejido El Grullo II, municipio de Reynosa, Tamaulipas, por haberles
permitido realizar parte del trabajo de campo, en parcelas de su propiedad.
4. REFERENCIAS
1. INTRODUCCIÓN
2. METODOLOGÍA
Para identificar mejor las áreas afectadas por erosión eólica, se empleó
la ecuación propuesta por Chepil y Woodruff (1965) reportada por varios
investigadores (Toy et al., 2002 y Troeh et al., 2004). La ecuación evalúa la
pérdida total anual del suelo en Mega gramos por hectárea (Mg ha-1) tiene
la siguiente expresión:
Estudio de caso 3. La degradación del suelo causada por actividades.. 245
Tabla 1. Erosionabilidad del suelo (I’) para diferentes porcentajes de fracciones >
0.84 mm, determinadas por tamizado seco.
Fracciones secas del
Unidades
suelo > 0.84 mm (%)
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9
Decenas Mg ha-1 año-1
0 - 696 561 494 438 404 382 359 337 314
10 301 294 287 281 272 263 254 245 238 229
20 220 213 207 202 198 193 186 182 177 171
30 166 162 159 155 150 146 141 139 135 130
40 126 121 117 115 112 108 106 101 97 92
50 85 81 74 70 65 61 56 54 52 49
60 47 45 43 40 38 36 36 34 31 29
70 27 25 22 18 16 13 9 7 7 4
80 4
Fuente: Woodruff y Siddoway, 1965
246 Erosión y degradación de suelos en ambientes semiáridos de tamaulipas (méxico)
Para el resto del terreno con pendientes <3% (equivalente a que no exis-
tan montículos en el terreno) el factor I’ no fue corregido (Troeh et al., 2004).
A continuación se definió el efecto de la rugosidad K’ para determinar
la erosionabilidad E2= I’K’. El factor K’ se generó con el procedimiento des-
crito por Toy et al., (2002) a través del equivalente de rugosidad, Kr, que
relaciona la altura y el espaciamiento de los lomos en parcelas agrícolas
medidas en campo. Se utilizó la siguiente fórmula:
(Ecuación 3.2)
Donde:
h = altura de bordos (cm)
s = espaciamiento de bordos (cm)
El factor climático local C’, Se calculó para los municipios que compren-
den la zona de estudio, se determinó ese valor mediante la ecuación 3.3
descrita por Troeh et al., (2004) que relaciona la precipitación, la temperatu-
ra y la velocidad del viento promedio mensual.
V3 100
C = ---------- * ------ (Ecuación 3.3)
(P – E)2 2.9
n
Pi
P- E = å(-------)10/9
i = 1 Ti - 10
Donde:
P = Precipitación mensual del mes i (pulgadas)
T = Temperatura mensual del mes i (º F)
V = Velocidad del viento promedio mensual (m s-1)
Los valores calculados para los Municipios fueron: San Fernando (41%),
Reynosa (37%), Río Bravo (38%), Valle Hermoso (40%) y Matamoros (40%).
(Ecuación 3.4)
Esta ecuación permitió hallar los valores para estimar la erosión anual
actual para la zona de estudio como:
Donde:
Y = EI30 anual o R (MJ mm ha-1 hr-1)
X = Precipitación anual (mm)
Los datos de precipitación se obtuvieron de la base de datos del Servicio
Meteorológico Nacional (CONAGUA, 2006), para lo cual se seleccionaron 8
estaciones meteorológicas localizadas dentro y en la periferia de la zona de
estudio, con la condición de que tuvieran años completos de información y
que en lo posible estuvieran bien distribuidas en la región de estudio.
Con los datos de precipitación anual, se realizó una interpolación me-
diante el programa Surfer 9, para cada uno de los años del periodo de estu-
dio; posteriormente la información generada se importó al Sistema IDRISI
32 en formato raster, a partir del cual se extrajeron los valores medios pon-
derados de precipitación para cada Municipio. Una vez obtenido este valor
se sustituyó en la ecuación 3.7 para conocer el valor de R correspondiente.
Para la estimación del factor K se utilizó la siguiente ecuación:
(Ecuación 3.7)
Donde:
K es el índice de erosionabilidad
M es (% Limo + % arena muy fina) (100 - % arcilla)
Estudio de caso 3. La degradación del suelo causada por actividades.. 251
(Ecuación 3.8)
Donde:
LS es el factor de grado y longitud de la pendiente
λ es la longitud de la pendiente en m
m es un parámetro cuyo valor es 0.5
s es la pendiente media del terreno en %.
Con los parámetros R, K y LS se calculó el valor de la erosión potencial
a partir de la siguiente fórmula:
E= R. K. LS
Adsorción de Sodio (%), materia orgánica (%), nitrógeno total (%), fósforo
extractable (mg kg-1), potasio intercambiable (meq 100g-1), hierro extracta-
ble (mg kg-1), zinc extractable (mg kg-1), cobre (mg kg-1), manganeso (mg
kg-1) y carbonatos insolubles (%).
El diagnóstico del grado de compactación del suelo fue realizado utili-
zando los valores de densidad aparente y contenido de arcilla de los pun-
tos de muestreo.
La densidad aparente se determinó mediante el método del terrón para-
finado (método AS-03, NOM-021-RECNAT-2000) y los porcentajes de con-
tenido de arcillas, a partir del procedimiento de Bouyucos (método AS-09,
NOM-021-RECNAT-2000). Para el cálculo de la compactación, es necesario
conocer la densidad real, por lo que se consideró una densidad real de Dr
= 2.65 (g cm-3) que corresponde a suelos con alto contenido de cuarzo, ca-
racterísticos de la zona de estudio (Espinosa, 1997).
El grado de compactación se obtuvo mediante cálculo usando las fór-
mulas de Canarache (1987); con estos resultados se elaboró la capa de in-
formación del grado de compactación en la imagen de satélite, en esta ac-
tividad se utilizó el SIG ArcView 3.2. Estas determinaciones sirvieron de
auxilio en la toma de decisiones para evaluar la degradación y posteriores
evaluaciones físico y químicas.
Una vez concluida la evaluación, se determinó el tipo de degradación
actual de los suelos, sus niveles de afectación, la extensiones que ocupa y
las tasas actuales que presentan. Para mejorar la apreciación de las causas
que la originan, se realizaron 40 entrevistas personales con productores
de las principales comunidades, bajo el enfoque de diagnóstico rural par-
ticipativo (Schönhuth y Kievlitz, 1994), para conocer la opinión de cuales
han sido los cambios ocurridos en los últimos 10 años. El análisis y proce-
samiento de datos, el cual consistió en identificar, clasificar, cuantificar y
generar la cartografía de la degradación de los suelos, se realizó mediante
el SIG Arcview 3.2.
3. RESULTADOS
Figura 3. Sistemas terrestres del Módulo San Fernando Norte escala 1:50,000
Los anteriores resultados concuerdan con Carrillo (2002) quién encontró ni-
veles altos de erosión eólica en el Municipio de Reynosa, Tamaulipas, indicando
que la mayor superficie afectada se presentó en un tipo de suelo Calcisol, como
consecuencia del laboreo excesivo al preparar la cama de siembra. En la figura 6,
se presenta un mapa de la distribución de los procesos de degradación de suelos
en El DTT 010, San Fernando.
Estudio de caso 3. La degradación del suelo causada por actividades.. 255
Díaz Ordaz (Rancho Los Patitos, Ejidos José Ma. Anaya, Reforma Agraria,
Plan del Alazán 3). El factor causativo de la degradación en el presente es-
tudio en todo el DTT 010; fue la actividad agrícola principalmente asociada
al uso excesivo de actividades superficiales (rastreo y escasos residuos de
cosecha). Datos similares han sido reportados por Andrade, (2008), quienes
mencionan que para el módulo Díaz Ordaz la combinación de actividades
agrícolas, ganadería e industrial (actividades de PEMEX) son las causas
principales de degradación.
Respecto a la Erosión eólica e hídrica se realizó la prueba de compara-
ción de medias de Tukey. (Tabla.4). Para la erosión eólica se encontró que
los cuatro módulos son estadísticamente diferentes (p<0.05), pero para la
erosión hídrica se encontró diferencia significativa (p<0.05) entre los mó-
dulos San Fernando Sur y San Fernando Norte, Díaz Ordaz y Control, pero
no entre los módulos de Díaz Ordaz y San Fernando Sur.
Tabla 4. Pérdidas de suelo por erosión eólica e hídrica en los cuatro módulos del
DTT 010.
Módulo Erosión Eólica* Erosión Hídrica*
Díaz Ordaz 31,38 a 13.45 a
Control 17,15 b 10.63 b
San Fernando Norte 14,51 c 11.47 b
San Fernando Sur 14,14 d 12.38 a
Nota: *(Mg ha año ), Valores con la misma letra en columna son estadísticamen-
-1 -1
4. CONCLUSIONES
5. REFERENCIAS