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EL APORTE DE JUTTA BURGGRAF

A LA CATEGORÍA DE GÉNERO

HELENA OSPINA
Catedrática, Facultad de Letras
Universidad de Costa Rica
Directora, Editorial Promesa
San José, Costa Rica
ospina@promesacultural.com

I CONGRESO INTERNACIONAL DE IDEOLOGÍA DE GÉNERO


Proyecto de Investigación Internacional “Igualdad y género”
Universidad de Navarra
Pamplona 9, 10 y 11 de febrero 2011

Área temática: III Género y realidad

Sumario
Introducción

I Parte: Presupuestos y fundamentos


1. La formación de la propia identidad: sexual y genérica
2. La comprensión de la diferencia sexual masculina y femenina
3. Identidad y alteridad

II Parte: Consecuencias del planteamiento de Burggraf de una relación adecuada entre sex y gender
1. La igualdad entre varón y mujer no anula las diferencias
2. La cultura tiene que dar una respuesta adecuada a la naturaleza
3. La mujer está llamada a asumir nuevos roles que estén en armonía con su dignidad
4. La incorporación de la mujer al mercado laboral plantea retos para ambos sexos
5. La base de la naturaleza es fuente de libertad para la elección de labores.
6. No existe un único ideal para la independencia femenina
7. La familia, tarea conjunta del varón y de la mujer

Conclusiones

Abstract
Me basaré en la definición que la Dra. Jutta Burggraf da a la categoría de género en su artículo ¿Qué
quiere decir género? En torno a un nuevo modo de hablar (Costa Rica, Promesa 2001), para hacer ver el
realismo con que aborda la temática al establecer una relación adecuada entre sex y gender.
Palabras clave: sex, gender, igualdad, derecho a ser diferentes.
Helena Ospina El aporte de Jutta Burggraf a la categoría de género

Introducción

En el año 2001 la Dra. Jutta Burggraf1 me comentó por correo electrónico que el
Presidente del Pontificio Consejo para la Familia, Cardenal Alfonso López Trujillo, le
había pedido la definición del término género para un Diccionario que estaba
preparando2. Le pedí a la Dra. Burggraf que me facilitara el artículo. Me comentó que
era muy breve. Le dije que no me importaba y que yo quería publicarlo. Los poetas
hablamos de “densidad poética” cuando un poema logra condensar en pocas palabras la
quintaesencia de lo que quiere expresar3. Ya yo conocía la “densidad” psicopedagógica
y teológica de los ensayos de Burggraf. Ya sabía de antemano que en este breve escrito
se hallarían las líneas maestras para orientar el debate presente en el discurso
antropológico, social, político y legal contemporáneo. El título que escogió la Dra.
Burggraf para la publicación fue sugestivo: ¿Qué quiere decir género? En torno a un
nuevo modo de hablar. En el subtítulo dejaba planteado el tono con el cual abordaría la
temática. Seguiré la línea de argumentación que la Dra, Burggraf presenta en su artículo
y la abordaré en dos apartados: I Parte: Presupuestos y fundamentos; II Parte:
Consecuencias. Señalaré aspectos medulares de su aporte que se caracterizan –como la
obra en general de Burggraf– por una claridad que proviene de una actitud inteligente
de observación de la realidad, y de un profundo estudio del estado de la cuestión en las
investigaciones más recientes.

1
JUTTA BURGGRAF (Hildesheim 1952 – Pamplona 2010), profesora de la Facultad de Teología de la
Universidad de Navarra. La teóloga alemana era doctora en Psicopedagogía por la Universidad de
Colonia (1979) y doctora en Teología por la Universidad de Navarra (1984). La profesora Burggraf se
incorporó al departamento de Teología Dogmática del campus en 1996, proveniente del Instituto
Académico Internacional (Kerkrade, Países Bajos), donde ejercía la docencia desde 1989. Durante estos
años ha centrado su actividad investigadora en diversos campos: el ecumenismo, la teología de la
creación, la teología de la mujer, el feminismo, etc., sobre los que ha publicado numerosos trabajos. “Con
Jutta, siempre se podía contar para cualquier trabajo en la Facultad. A su vez, sacaba tiempo para
responder a las diversas solicitudes que le llegaban de muchos centros españoles y extranjeros. Su labor
profesional le mereció un aprecio académico sobresaliente. Pero todo palidecía ante el trato personal. La
profesora Burggraf transmitía una cercanía y comprensión que percibían inmediatamente sus
interlocutores” (César Izquierdo, director del departamento de Teología Dogmática y vicedecano de la
Facultad de Teología).
Entre sus más de 20 libros, algunos de ellos traducidos a otros idiomas, se encuentran Teresa von
Avila. Humanität und Glaubensleben, Vivir y convivir en una sociedad multicultural, Una perspectiva
cristiana en un mundo secularizado, Teología Fundamental, Conocerse y comprenderse, y Libertad
vivida: con la fuerza de la fe. Asimismo fue codirectora –junto con los profesores César Izquierdo y Félix
María Arocena– del Diccionario de Teología. También colaboró en alrededor de 70 obras colectivas,
publicó más de 70 artículos en revistas especializadas y divulgativas, participó en numerosos simposios y
congresos internacionales e impartió conferencias en una veintena de países. Por otra parte, era coeditora
de la revista germana Mariologisches, directora de la colección ‘Antropología’ de la editorial Promesa
(Costa Rica), miembro del Consejo Científico del Internationaler Mariologischer Arbeitskreis Kevelaer
(Alemania) y miembro correspondiente de la Pontificia Academia Mariana Internationalis. En 1987 fue
nombrada por Juan Pablo II perito en el Sínodo Ordinario de los Obispos sobre “La vocación y misión de
los laicos en la Iglesia y en el mundo”, celebrado en Roma. Desde el Depósito Académico Digital
Universidad de Navarra DADUN se pueden consultar 46 escritos a texto completo de Jutta Burggraff,
correspondientes a colaboraciones en revistas y congresos.
2
Cfr. Lexicón. Se publicó un adelanto en L’Osservatore Romano el 21 de diciembre de 2002; la primera
edición italiana en el 2003 (Edizioni Dheoniane di Bologna); y la española en 2004 (Madrid, Ediciones
Palabra). La Editorial PROMESA de Costa Rica publicó este artículo en el 2001. Las negritas que
aparecen en las citas textuales del artículo de Burggraf son mías.
3
Helena Ospina. Cuando el trigo de grano muere... (A Jutta Burggraf In Memoriam), El Eco Católico,
San José, Costa Rica, 12-XII-2010, pag. Opinión 13.

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I Parte
Presupuestos y fundamentos

Burggraf plantea de entrada una relación adecuada entre sex y gender, naturaleza y
cultura, fundamento biológico y expresión cultural: “En la persona humana, el sexo
y el género... no son idénticos, pero tampoco son completamente independientes” 4.
Luego indica el camino para establecer esta relación adecuada: considerar el proceso en
el que se forma la identidad como varón o mujer. Los especialistas –afirma Burggraf–
señalan tres aspectos en este proceso “que, en el caso normal, se entrelazan
armónicamente: el sexo biológico, el sexo psicológico y el sexo social”5. Luego aclara:
“Estos tres aspectos no deben entenderse como aislados unos de otros. Por el contrario,
se integran en un proceso más amplio consistente en la formación de la propia
identidad”6. Apunta el horizonte para esa relación “adecuada” entre sex y gender:

En todos los ámbitos y los sectores de la sociedad, en la cultura y el arte, la política y la


economía, la vida pública y privada, varones y mujeres están llamados a aceptarse
mutuamente y a construir juntos un mundo habitable. Este mundo llegará a su plenitud en el
momento en el que ambos sexos le entreguen armónicamente su contribución específica7.

1. El proceso de formación de la propia identidad: sexual y genérica

Burggraf, doctora en Psicopedagogía, sabe que la persona adquiere progresivamente


–durante la infancia y la adolescencia– la conciencia de ser “ella misma”. No sólo
descubre su identidad, sino –dentro de ella, cada vez más hondamente–, la dimensión
sexual del propio ser8. La persona gradualmente adquiere una identidad sexual y una
identidad genérica: se da cuenta de los factores biopsíquicos del propio sexo y de la
diferencia respecto al otro sexo; y de los factores psicosociales y culturales del papel
que las mujeres o varones desempeñan en la sociedad9. Advierte que “en un correcto y
armónico proceso de integración, ambas dimensiones se corresponden y
complementan”10. Este principio de correspondencia y de complementariedad entre
identidad sexual e identidad genérica constituye el aspecto medular de su aporte a la
temática de género.

2. La comprensión de la persona humana sexuada: varón y mujer

Una propuesta fundamental del aporte de Burggraf es el de la comprensión de la


persona humana sexuada:

Como la persona entera es varón o mujer, “en la unidad de cuerpo y alma” (GS 14), la
masculinidad o feminidad se extiende a todos los ámbitos de su ser: desde el profundo
significado de las diferencias básicas entre el varón y la mujer y su influencia en el amor

4
¿Qué quiere decir género? Un nuevo modo de hablar, p. 15.
5
Ibid., p. 15.
6
Ibid., p. 17.
7
Ibid., pp. 25-26.
8
Ibid., p. 17.
9
Ibid., p. 17.
10
Ibid., pp. 17-18.

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corporal, hasta las diferencias psíquicas entre ambos y la forma que manifiesta su relación con
Dios”11.

Luego pasa a hacer una observación realista –llena de una gran honestidad intelectual–
que admiro profundamente en el aporte de Burggraf:

Aunque no se pueda constatar ningún rasgo psicológico o espiritual atribuible sólo a uno de
los sexos, existen, sin embargo, características que se presentan con una frecuencia especial y
de manera más pronunciada en los varones, y otras en las mujeres.

Advierte la dificultad de la tarea de distinguir en este campo y no teme afirmar:

Probablemente nunca será posible determinar con exactitud científica lo que es “típicamente
masculino” o “típicamente femenino”, pues la naturaleza y la cultura, las dos grandes
modeladores, están entrelazadas, desde el principio, muy estrechamente. Pero el hecho de que
varón y mujer experimenten el mundo de forma diferente, solucionen tareas de manera distinta,
sientan, planeen y reaccionen de manera desigual, tiene un fundamento sólido en la
constitución biológica propia de cada uno12.

El principio del respeto por el fundamento biológico para captar las diferencias entre
varón y mujer, constituye otro aspecto importante de Burggraf en el tratamiento del
tema. En la descripción que hace de las diferencias que existen entre lo masculino y lo
femenino, Burggraf acierta en la elección de palabras clave: los dos sexos
“experimentan”, “solucionan”, “sienten”, “planean”, “reaccionan” de manera desigual.
Con Burggraf siempre estamos en presencia de una aproximación realista, llena de
sentido común. Reflexiona a partir de datos objetivos; no teoriza, sino que “muestra”
con realismo la evidencia de todo cuanto analiza.

3. La identidad y la alteridad

La sexualidad habla a la vez de identidad y alteridad:

Varón y mujer tienen la misma naturaleza humana, pero la tienen de modos distintos. En cierto
sentido se complementan. Por esto, el varón tiende “constitutivamente” a la mujer, y la mujer
al varón. (...) se necesitan mutuamente para desarrollar plenamente su humanidad 13.

Otra precisión importante que aporta Burggraf al tema –gracias al fundamento


biológico– es el enfoque sobre la paternidad y maternidad:

Es un hecho biológico que sólo la mujer puede ser madre, y sólo el varón puede ser padre. La
procreación se encuentra ennoblecida en ellos por el amor en que se desarrolla y, precisamente
por la vinculación al amor, ha sido puesta por Dios en el centro de la persona humana como
labor conjunta de los dos sexos14.

Otra luz que aporta al tema es el de la comunión que puede establecerse entre el varón
y la mujer:

11
Ibid., p. 21.
12
Ibid., p. 22.
13
Ibid., p. 22.
14
Ibid., p. 23.

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Tanto el varón como la mujer son capaces de cubrir una necesidad fundamental del otro. En su
mutua relación uno hace al otro descubrirse y realizarse en su propia condición sexuada. Uno
hace al otro consciente de ser llamado a la comunión y capaz para entregarse al otro, en
mutua subordinación amorosa. Ambos, desde perspectivas distintas, llegan a la propia
felicidad sirviendo a la felicidad del otro15.

Una advertencia magistral que hace Burggraf al tema es la de hacer ver “un cierto afán
de autosuficiencia” en la elección del vocablo gender. La elección es sutilmente
intencionada: empaña, desdibuja y llega a negar el diseño originario del Creador, como
lo afirma la teóloga en esta cita:

Mientras que el cambio arbitrario del gender da testimonio de un cierto afán de autosuficiencia,
la sexualidad humana significa una clara disposición hacia el otro. Manifiesta que la plenitud
reside precisamente en la relación, en el ser-para-el-otro. Impulsa a salir de sí mismo, buscar al
otro y alegrarse en su presencia. Es como el sello del Dios del Amor en la estructura misma de
la naturaleza humana16.

Prosigue la cita para hacer ver la vocación a la cual está llamada la condición sexuada
del ser humano: “Ambos sexos están llamados por el mismo Dios a actuar y vivir
conjuntamente (Gn 1, 27). Esa es su vocación”17.

Después, con la intuición genial que caracteriza a la teóloga alemana cuando escudriña
las Sagradas Escrituras, saca esta consecuencia luminosa, ennoblecedora de la
procreación:

Se puede incluso afirmar que Dios no ha creado al hombre varón y mujer para que engendre
nuevos seres humanos, sino que, justo al revés, el hombre tiene la capacidad de engendrar
para perpetuar la imagen divina que él mismo refleja en su condición sexuada18.

Aclara luego un terreno espinoso que ha servido de “caldo de cultivo” de la ideología de


género, en lo referente a la especificidad de lo femenino y de lo masculino en el terreno
de la maternidad y de la paternidad:

Ser mujer, ser varón, no se agota en ser respectivamente madre o padre. Considerando las
cualidades específicas de la mujer, se ha reflexionado, a veces, sobre la “maternidad
espiritual”; el Papa Juan Pablo II precisa este concepto y habla más oportunamente del “genio
de la mujer”. Constituye una determinada actitud básica que corresponde a la estructura física
de la mujer y se ve fomentada por ésta. En efecto, no parece descabellado suponer que la intensa
relación que la mujer guarda con la vida pueda generar en ella unas disposiciones
particulares19.

La consecuencia que saca Burggraf de “la intensa relación que la mujer guarda con la
vida” es la del encuentro interpersonal: “Así como durante el embarazo la mujer
experimenta una cercanía única hacia un nuevo ser humano, así también su naturaleza
favorece el encuentro interpersonal con quienes le rodean”20.

Luego puntualiza Burggraf una serie de cualidades que surgen precisamente del “genio
de la mujer” para el encuentro interpersonal:

15
Ibid., p. 23.
16
Ibid., p. 23.
17
Ibid., pp. 23-24.
18
Ibid., p. 24.
19
Ibid., p. 24.
20
Ibid., p. 24.

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El “genio de la mujer” se puede traducir en una delicada sensibilidad frente a las necesidades y
requerimientos de los demás, en la capacidad de darse cuenta de sus posibles conflictos
interiores y de comprenderlos. Se la puede identificar, cuidadosamente, con una especial
capacidad de mostrar el amor de un modo concreto (MD, 30) y desarrollar la “ética” del
cuidado21.

A renglón seguido, Burggraf complementa –las precisiones que hizo sobre “el genio
femenino”– en atinadas observaciones sobre “el genio masculino”:

Donde hay un “genio femenino” debe haber también un “genio masculino”, un talento específico
del varón. Éste tiene por naturaleza una mayor distancia respecto a la vida concreta. Se
encuentra siempre “fuera” del proceso de la gestación y del nacimiento, y sólo puede tener parte
en ellos a través de su mujer. Precisamente esa mayor distancia le puede facilitar una acción más
serena para proteger la vida, y asegurar su futuro. Puede llevarle a ser un verdadero padre, no
sólo en la dimensión física, sino también en sentido espiritual. Puede llevarle a ser un amigo
imperturbable, seguro y de confianza. Pero puede llevarle también, por otro lado, a un cierto
desinterés por las cosas concretas y cotidianas, lo que, desgraciadamente, se ha favorecido en
las épocas pasadas por una educación unilateral22.

Con esta última observación de la cita, vemos que Burggraf no desconoce las luces y
sombras que existen tanto en el genio femenino como en el genio masculino. Burggraf
siempre hace justicia a la realidad. Parte de ella. Y porque no la desconoce puede
acotar serenamente los límites a los cuales se haya sujeta la condición humana. En
Burggraf nunca hay teorizaciones “a priori” abstractas que se esgriman para ajustarlas a
ideologías. Parte siempre, como psicopedagoga, de la observación inteligente, sabia,
comprensiva de todo lo noble y lo mezquino de que es capaz el ser humano, y sabe
iluminar esta realidad con lo datos de la ciencia teológica.

II Parte
Consecuencias
del planteamiento de Burggraf
de una relación adecuada entre sex y gender

El planteamiento de Burggraf parte de la constatación de la profunda unidad que existe


entre las dimensiones corporales, psíquicas y espirituales en la persona humana, de la
interdependencia entre lo biológico y lo cultural. Tiene una base en la naturaleza y
no puede desvincularse completamente de ella, como pretende la ideología de género.
En este planteamiento de la interdependencia entre lo biológico y lo cultural, Burggraf
hace las siguientes precisiones:

21
Ibid., pp. 24-25.
22
Ibid., p. 25.

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1. La igualdad entre varón y mujer no anula las diferencias

Aunque las cualidades femeninas y masculinas sean variables en gran medida, no


pueden ser ignoradas, porque tienen un trasfondo de configuración natural. Negar ese
trasfondo conduce a la autonegación:

Ni la mujer ni el varón pueden ir en contra de su propia naturaleza sin hacerse desgraciados. La


ruptura con la biología no libera a la mujer, ni al varón; es más bien un camino que conduce a
lo patológico23.

2. La cultura tiene que dar una respuesta adecuada a la naturaleza

El planteamiento de Burggraf siempre es realista y sensato. Denuncia con valentía lo


que no está bien y apunta un horizonte claro hacia el cual hay que avanzar:

Es evidente que han existido en la historia, y aún existen en el mundo, muchas injusticias hacia
las mujeres. Este largo elenco de discriminaciones no tiene ningún fundamento biológico, sino
unas raíces culturales, y es preciso erradicarlas. Las funciones sociales no deben considerarse
como irremediablemente unidas a la genética o a la biología24.

3. La mujer está llamada a asumir nuevos roles que estén en armonía con su dignidad

La Dra. Burggraf afirma que Juan Pablo II en su Carta Apostólica Mulieris dignitatem
(15.VIII.1985) “rechaza explícitamente la noción biológica determinista de que todos
los roles y relaciones de los dos sexos están fijados en un único modelo estático, y
exhorta a los varones a participar ‘en el gran proceso de liberación de la mujer’ (MD
10)”.

4. La incorporación de la mujer al mercado laboral plantea retos para ambos sexos

La forma como Burggraf aborda el tema de género ayuda a deslindar lo que pertenece a
la naturaleza y lo que es propio de la cultura, lo que es permanente y lo que es
cambiante. Lo explica muy bien esta cita:

El término gender puede aceptarse como una expresión humana y por tanto libre que se basa
en una identidad sexual biológica, masculina o femenina. Es adecuado para describir los
aspectos culturales que rodean a la construcción de las funciones del varón y de la mujer en el
contexto social. Sin embargo, no todas las funciones significan algo construido a voluntad;
algunas tienen una mayor raigambre biológica 25.

Citando de nuevo a Juan Pablo II, ahora en su Carta a las Mujeres 6 (29.VI.1995),
aboga por la libertad en contra de la imposición, cuando de “roles” se trata:

23
Ibid., p. 28.
24
Ibid., p. 28.
25
Ibid., pp. 28-29.

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(...) La presencia de una cierta diversidad de roles en modo alguno es mala para las mujeres,
con tal de que esta diversidad no sea resultado de una imposición arbitraria, sino más bien
expresión de lo que es específicamente masculino o femenino”26.

5. La base de la naturaleza es fuente de libertad para la elección de labores

Con gran sentido común, Burggraf hace esta afirmación:

Hoy en día muchas personas vuelven a ver de nuevo con claridad que no pueden llegar a ser
libres más allá de la base de la propia naturaleza; que el sexo, más que un privilegio o una
discriminación, también es siempre una oportunidad para el propio desarrollo.

Aboga por la libertad de elección de oficios, de labores de la mujer, y pide respetar la


decisión de quienes deciden –por las razones que sean– desempeñarlas dentro del
hogar. Afirma:

(...) que la promoción de la mujer no sólo se lleve a cabo fuera del hogar. Si es cierto que las
mujeres no se muestran únicamente como esposas y madres, muchas sí son esposas y madres, o
quieren serlo, y hay que crear las posibilidades para que puedan serlo con dignidad27.

6. No existe un único ideal para la independencia femenina

Nuestra autora proclama un horizonte ilimitado, donde exista un margen anchuroso para
que la mujer pueda elegir su propia realización: “La mujer con una actividad
profesional externa no debe ser declarada el único ideal de la independencia femenina,
a pesar de todo el respeto que merecen sus intenciones nobles”28.

7. La familia: tarea conjunta del varón y de la mujer

Cuando Burggraf aborda la relación varón-mujer en la familia, insiste en la


corresponsabilidad de ambos; no soslaya la evidencia del papel importante que juega
la mujer y por eso aboga por una legislación que refleje esa realidad:

La familia, ciertamente, no es una tarea exclusiva de la mujer. Pero aun cuando el varón
muestre su responsabilidad y compagine adecuadamente sus tareas profesionales y familiares, no
se puede negar que la mujer juega un papel sumamente importante en el hogar. La específica
contribución que aporta allí, debe tenerse plenamente en cuenta en la legislación y debe ser
también justamente remunerada, bajo el punto de vista económico y sociopolítico (Cf. Juan
Pablo II: Encíclica Laborem exercens, (14.IX.1981), n. 19). La colaboración para elaborar esta
legislación deberá considerarse mundialmente no sólo como derecho, sino también como deber
de la mujer29.

26
Ibid., p. 29.
27
Ibid., p. 29.
28
Ibid., pp. 29-30.
29
Ibid., p. 30.

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Conclusiones

Gracias a la adecuada relación –presupuestos y fundamentos– que establece Burggraf


entre sex y gender es de esperar que las consecuencias –sociales, políticas y jurídicas–
que Burggraf vislumbra se vayan haciendo realidad. Condición sine qua non para ello,
lo que Burggraf señala en la Nota Final de su artículo:

El desarrollo de una sociedad depende del empleo de todos los recursos humanos. Por tanto,
mujeres y varones deben participar en todas las esferas de la vida pública y privada. Los
intentos que procuran conseguir esta meta justa a niveles de gobierno político, empresarial,
cultural, social y familiar, pueden abordarse bajo el concepto de “perspectiva de igualdad de
género (gender)”, si esta igualdad incluye el derecho a ser diferentes 30.

Y concluye:

Esta “perspectiva de género”, que defiende el derecho a la diferencia entre varones y mujeres y
promueve la corresponsabilidad en el trabajo y la familia, no debe confundirse con el
planteamiento radical señalado al principio, que ignora y aplasta la diversidad natural de
ambos sexos31.

Referencias

BURGGRAF, Jutta. Descubrir de nuevo el matrimonio y la familia. Prólogo de Georgina Vargas Pagán
de Brenes. San José, Costa Rica: PROMESA 2004.
____________. Hacia una nueva comprensión de la sexualidad humana. San José: PROMESA 2001.
____________. Hacia un nuevo feminismo para el siglo XXI. San José: PROMESA 2001.
____________.¿Qué quiere decir género? En torno a un nuevo modo de hablar. San José: PROMESA
2001.
____________. Una perspectiva cristiana en un mundo secularizado. San José: PROMESA 2001.
CABRERA, Jorge M. ¿La mujer o El segundo sexo? Dos propuestas de educación según Edith Stein y
Simone de Beauvoir. San José: PROMESA 2001.
C. D. F. Carta sobre la colaboración del hombre y la mujer en la Iglesia y en el nuevo mundo (1ª
reimpresión). Prólogo de Jutta Burggraf. San José: PROMESA 2004.
JUAN PABLO II. Carta a las Mujeres. Mulieris Dignitatem. Prólogo de Jutta Burggraf. San José:
PROMESA 2005.

O´LEARY, Dale. La agenda de género. Redefiniendo la igualdad. Traducción de Jeanina Umaña Aguiar.
San José: PROMESA 2007.
OSPINA, Helena. Diálogos entre la ciencia y el arte: Buscando la armonía entre lo masculino y lo
femenino. San José: PROMESA 2005.
SANGUINETI, Ana María. Varón y mujer: hacia la confluencia de dos mundos. Claves antropológicas
para la conciliación vida familiar-trabajo extradoméstico, desde el pensamiento de Edith Stein.
Prólogo de Covadonga O’Shea. San José: PROMESA 2004.
SCALA, Jorge. Derechos humanos: 9 casos controversiales en América Latina (2ª ed. costarricense). San
José: PROMESA 2010.
____________. El aborto: en preguntas y respuestas, 5ª ed. actualizada. San José: PROMESA 2005.
____________. El género como herramienta de poder. San José: PROMESA 2010.
____________. Género y derechos humanos, 3ª ed. actualizada. San José: PROMESA 2005.
____________. I.P.P.F.: La multinacional de la muerte, 4ª ed. actualizada (Premio Primera Faja de
Honor Leonardo Castellani). San José: PROMESA 2010.
____________. Recrear la cultura de la vida. Principios fundacionales de la bioética. San José:
PROMESA 2006.

30
Ibid., p. 31.
31
Ibid., p. 32.

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