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ANALISIS DE LA ENCICLICA

LABOREM EXERCENS

ALUMNA
GALIA SAAVEDRA CANGO

CURSO
DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA

PROFESORA
FLOR DE MARIA SILVA

2014-II

Doctrina Social de la Iglesia – Análisis de Encíclica Laborem Exercens Página 1


INDICE

Prologo…………………………………………………………….3
Contexto……………………………………………………….….4
Introducción………………………….….………………………..6
Análisis Capítulo I ………………….….………………………...7
Análisis Capitulo II …………………..……..……………………8
Análisis Capitulo III ………..………..………………………….10
Análisis Capitulo IV ………………………….………………...12
Análisis Capítulo V …………………………….……………….14
Conclusiones………………………………..…….…….……….15
Referencias……………………………………….……….…….16
Anexos…………………………………………………………....17

Doctrina Social de la Iglesia – Análisis de Encíclica Laborem Exercens Página 2


PROLOGO

El análisis de esta encíclica nos brinda un punto de


vista global sobre la razón de ser del trabajo no solo
como fuente de sustento del hombre desde sus inicios
en este mundo sino también como la razón de ser de
sus existencia, otorgándoles una ciclo de aprendizaje
moral de la vida y del esfuerzo que de debe entregar
para poder ejercer dominio sobre los recursos naturales
que Dios le ha brindado.

La lectura y posterior análisis de este documento


nos ha brindado la oportunidad de valorar las formas y
trasfondos no solo económicos y sociales que el trabajo
posee, brindadnos la oportunidad de despertar a la
subjetividad que muchas veces vivimos diariamente al
margen de todo lo que esta actividad significa.

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CONTEXTO

Publicada el 14 de Septiembre de 1981, cuya traducción del Latín al español significa


“Trabajo Laboral”, es la tercera encíclica del papa Juan Pablo II, basada prácticamente en el
análisis objetivo de la relación entre el hombre y el trabajo, que se hizo desde la publicación de
la encíclica Rerum Novarum ,que significa “De las cosas nuevas”, publicada por el papa León
XIII, en el año 1891, donde se mostraba el apoyo a la formación de sindicatos pero también se
reafirmaba el apoyo al derecho de la propiedad Privada, promoviendo el corporativismo como
organización socioeconómica.

La presente encíclica ha sido escrita tomando en cuenta el desarrollo histórico que el


Trabajo ha tenido a través de los años y siglos desde que se practicó como tal. Desde el Jardín
del Edén en que Dios mismo señalo el trabajo como fuente de sustento, pasando por algunas
formas bien o mal llevadas gestionar el trabajo por los hombres a través del tiempo, hasta
nuestros días en que la técnica y la tecnología se han desarrollado estrepitosamente al punto
de disminuir el esfuerzo realizado en el trabajo significativamente, pero a su vez amenazando la
razón misma del trabajo como instrumento divino de redención.

Actualmente el trabajo del hombre se ha convertido en una pieza fundamental, y hasta


podríamos decir indispensable de muchos análisis sociales que se han hecho, si es que lo
analizamos con el prisma del bienestar que el hombre obtiene o podría obtener fruto de su
ejecución. Es por eso que aquí se nos recuerda a todos, sobre la importancia y el desempeño
de un trabajo bien hecho, bien efectuado responsablemente, no sólo para nuestros
colaboradores, sino también para la persona o empresa para quienes brindamos nuestro
esfuerzo.

Como situación anexa, se menciona que los empresarios ya sean directos e indirectos
deben apoyar las iniciativas y fomentar las gestas sociales que buscan combatir el desempleo
de diversas maneras, algunos creando fondos de desempleo, o sistemas de planeación global a
nivel económico y cultural, no necesariamente administrados o manipulados por organismos
públicos sino también fomentando y propiciando la iniciativa individual.

Además de esto, se señala en este documento que en la actualidad es responsabilidad


de todos propiciar la justa y correspondiente nivelación de salarios que sean justos y dignos con

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el fin de que las personas tengan la posibilidad de sostener adecuadamente a sus familias. Así
como Subsidiar a las madres que tienen a su cargo familias, Valorar teórica y prácticamente el
papel de la madre en la sociedad, Crear oportunidades equitativas para las mujeres, Defender
el derecho de las personas de a abandonar sus países de origen, para ir a otro en busca de
mejores condiciones.

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INTRODUCCION

La encíclica Laborem Exercens, es un análisis y un estudio no solo a la luz social y


espiritual sobre la actividad del trabajo, sino también desde una connotación práctica y realista
actual de esta actividad, como una clave de la cuestión social y su trascendencia en el mundo
actual.

Este documento pontificio nos brinda una visión histórica y la misma vez globalizada del
ambiente en el que el mundo en el que vivimos, ha venido durante estos últimos años
desarrollando trabajo como un medio directo para conseguir fines materiales y los que haceres
cotidianos del mundo laboral del hombre común, para someter a la naturaleza y todos los
recursos entregados por Dios para su sometimiento y así liberar al hombre de condiciones de
vida de gran pobreza y miseria.

Así mismo como este ha logrado de manera extraordinaria durante los últimos siglos
acrecentar su control sobre los recursos naturales que lo rodean. Sin embargo, y en
contraposición a toda esta gama de subordinación de recursos, el lado subjetivo del trabajo en
sí, ha sido casi prácticamente descuidado a través de este tiempo.

Fruto de las condiciones y formas de desarrollo del trabajo como fuente de sustento y de
responsabilidad del hombre como ser creado por Dios, notamos que ha elegido diversas formas
de cooperación a esta actividad.

Como resultado de su interacción con los recursos que lo rodean hoy nos hallamos más
seguros que en el pasado frente a las amenazas que provienen de la naturaleza (carestía,
sequía, inundación, etc.), pero en yuxtaposición nos hallamos mil veces más inseguros ante las
amenazas que vienen de los demás hombres o que surgen muchas veces incluso de nuestra
propia intimidad personal (crisis económica, guerras, alienación, neurosis de las grandes
concentraciones urbanas...).

Haciendo un análisis general, se nota que el papa diserta sobre la el contexto del trabajo
en la época moderna, donde se ha desarrollado con enorme ahínco las experiencias de
carácter económico, social, histórico y teológico. Con esta encíclica el papa quiere hacer un

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análisis más exhaustivo del trabajo humano, y sobre lo que ha acontecido y sigue aconteciendo
en la historia sobre este mandato divino.

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CAPITULO I : Introducción

En este primer capítulo la encíclica empieza haciendo un recordatorio remembranza


desde cuando se viene haciendo un análisis de la problemática tratada en esta obra, y hace
referencia a la encíclica Rerum Novarum, escrita por el papa León XIII.

Empieza mostrando que esta problemática no es de ahora sino que se viene analizando
a través del tiempo y se tendrá que seguir haciendo debido a las variantes que se han venido
dando a través del tiempo y de los años, no solo de las condiciones sociales que el mundo se
ha visto envuelto, sino también de los desarrollos entre ellos tecnológicos que en su mayoría
últimamente se han desarrollado en mayor magnitud.

Se hace un análisis de los grandes acontecimientos que conmocionaron a este mundo


en el siglo pasado como son las guerras mundiales, inclusive con la latente amenaza de una
tercera guerra mundial, cuyos resultados serían letales no solo para los países involucrados
sino para los que indirectamente se ven afectados con ella, como paso en la primera y segunda,
que repercutió en poblaciones ajenas a todos estas confrontaciones bélicas, generando con
ellos distribuciones inexactas e injustas de la riqueza y miseria, conllevando a estos países
muchas a veces a vivir situaciones de pobreza extrema y situaciones infrahumanas que pocos
quisieran vivir.

Pero todo el análisis de esta problemática, se recuerda, pertenece al patrimonio de la


iglesia, ya que como iglesia está abocada a defender su doctrina del trabajo plasmada desde
los inicios en el génesis como sostiene sus principios y que nunca debe ser dejada de lado.

[Ver anexo 1 y 2]

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CAPITULO II : El trabajo y el Hombre

Para la iglesia, el trabajo se constituye en una dimensión fundamental de la existencia


del hombre. Como ya mencionamos, el libro de Génesis hace alusión al mandato divino que
recayó en las espaldas del hombre de esforzarse para ganar su sustento, o en el mandato que
recibió de dominar la tierra, este principio se mantiene inalterable a través del tiempo como
doctrina fundamental social de la iglesia, convirtiendo este principio no solo en una convicción
de inteligencia sino un convicción de fe.

El hombre es la imagen de Dios, entre otros motivos por el mandato recibido de su


creador de someter y dominar la tierra, es por ello, que en la realización de esta labor desde el
principio de los tiempos hasta nuestros días, el hombre refleja l acción misma del creador.

Es por ello que hasta la actualidad se confirma a través de su trabajo , el dominio que
ejercemos sobre el mundo visible convirtiéndose en un proceso universal, es decir, que se ha
llevado a cabo no solo a través de los tiempos sino de las razas, de las poblaciones, de las
clases sociales o incluso del género.

Todos los hombres, grandes y pequeños, negros y blancos, jóvenes y ancianos en su


justa medida y en formas indeterminadas, toman parte de este gigantesco proceso, de someter
a la tierra con su trabajo, y con los derivados de esta pueda obtener como productos o
subproductos de ella, procesándolos o manufacturándolos para obtener objetos y utensilios que
le sirven en la vida, resultando en el desarrollo de eras humanas, siendo la más llamativa la era
industrial, gestora de todas las técnicas y avances tecnológicos que hoy en día disfrutamos.

Estas innovaciones solo hacen demostrar que nos encontramos en la época del trabajo,
cada vez más mecanizado, pero a pesar todo ello, el sujeto propio del trabajo sigue siendo el
hombre, sin dejar de lado la esa gran aliada llamada técnica, que fomenta el aumento de la
cantidad de productos y perfecciona incluso la calidad de algunos de ellos.

También se habla del trabajo en el sentido subjetivo, entendido como proceso en que el
género humano somete la tierra, viéndose al hombre como el “dominador”, estando inmersa la
parte subjetiva en ver al hombre como aquel ser consciente, libre de facultades y

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pensamientos, que decide trabajar por su libre albedrio. Lo cual le dota de una dignidad única e
irremplazable.

Es así que la finalidad del trabajo, de cualquier trabajo realizado por el hombre, aunque
fuera del trabajo más corriente, ms monótono en la escala del modo común de valorar, e incluso
el que más margina, permanece siempre el hombre mismo. Se puede desprender también el
concepto de que el hombre es considerado como un instrumento de producción, pero a la luz
del análisis espiritual debería ser tratado como sujeto eficiente y su verdadero artífice y creador
como su mentor.

Pero a través de los tiempos no se puede dejar de observar como el desarrollo de la


civilización conlleva a cambios no solo de ideologías sino también de técnicas y de prácticas,
fomentando que algunas formas de trabajo surjan como innovaciones y otras vayan
desapareciendo, asimilándolas algunas quizás de manera normal y otras producto de causales
ético-sociales, surgiendo como por ejemplo producto de estas transformaciones la llamada
cuestión obrera o movimiento obrero, que no es más que el llamado a la solidaridad y a la
acción común , lanzada a los hombres que dedican su esfuerzo a este proceso.

Aunque el hombre como ser creado por Dios, rompió la alianza original que este
perpetro con el, al desobedecer en sus orígenes, y haberle dicho que con el sudor de su rostro
comerá el pan, esto no invalida que la fatiga que acarrea laborar la tierra, o la fatiga que
acarrea recrear el proceso de trabajo en cualquiera de sus formas, le quite la dignidad que Dios
mismo le brindo a través de la realización de esta labor.

En conjunto se debe recordar y afirmar que la familia constituye uno de los puntos de
referencia mas importantes, según los cuales debe formarse el orden socio-ético del trabajo
humano, siendo la familia una comunidad hecha posible gracias al trabajo y la primera escuela
interior del trabajo para todo hombre.

[Ver anexo 3 y 4]

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CAPITULO III : Conflicto entre Trabajo y Capital en la presente Fase Histórica.

Después de las guerras que enfrentaron a diversas naciones, el mundo se vio envuelto
en un enfrentamiento ideológico de dos corrientes subjetivas, tanto de oriente como de
occidente. Este conflicto interpretado por algunos como un conflicto socio-económico con
carácter de clase ha encontrado su expresión en el conflicto ideológico entre el liberalismo,
entendido como ideología del capitalismo y el marxismo, entendido como una confrontación
entre dos corriente, la del socialismo científico y del comunismo, pero resaltando en este
conflicto el principio enseñado por la iglesia de la prioridad del trabajo frente al capital.

Si bien es cierto se deben valorar los recursos, fuente de toda obra y articulo, también es
cierto que tales recursos no pueden servir al hombre si no es mediante el trabajo. Este proceso
de trabajo no solo se da para conversión o transformación de los recursos y materias primas en
su fase básica o natural, sino en procesos posteriores a su transformación , quedando
evidentemente demostrado que el trabajo es un proceso que no termina sino que siempre se
buscara la manera de introducirlo en la cadena social que el hombre ha desarrollado no solo
para su subsistencia sino en las distintas fases de su vida.

El hombre trabajando en cualquier puesto de trabajo, ya sea este relativamente primitivo


o bien ultramoderno puede darse cuenta fácilmente de que con su trabajo entra en un doble
patrimonio, es decir, en tener los recursos que Dios ha puesto en sus manos, como los que el
mismo ha elaborado para su mejor calidad de vida, otorgándole un carácter humanístico de
trascendencia social.

Esto puede llevar a caer en el error del economismo, que consiste en considerar al
trabajo según su finalidad económica, que es fruto derivado del pensamiento materialista de
darle valor a todo los generado por el hombre, quitando de lado la obra de Dios de otorgarnos
como sus seres creados, el don de creación y de transformación de lo que él puso a nuestro
cuidado.

De igual forma se hace una reivindicación del tema de la propiedad, del derecho a la
propiedad, que ya había hecho referencia la anterior encíclica Rerum Novarum, la cual no hace
más que confirmar la doctrina de la iglesia sobre el derecho a la propiedad privada, incluso
cuando se hace referencia a cualquier medio de producción que sobre ella se efectuare, pero

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eso si, apartándose del concepto del capitalismo, practicado por el liberalismo y por ciertos
sistemas políticos, no dejando de lado el derecho al uso común y al destino universal de los
bienes como mandato divino defendido por la iglesia.

Es así que aun en nuestros días continua siendo inaceptable la postura del capitalismo
más acérrimo, el cual no hace más que defender el derecho exclusivo a la propiedad privada de
los medios de producción, como un principio o dogma intocable en la vida económica, siendo
una causa por la cual la iglesia fomente la corriente de respeto al trabajo como principio
fundamental , en cualquiera de sus formas, inclinándose al pensamiento de que los medios de
producción pasen a ser propiedad de la sociedad organizada , quedando así sometidos a la
administración y al control directo de otro grupo de personas.

Es por esta razón que cuando el hombre trabaja y se esfuerza, sirviéndose de los
medios de producción, este desea ver retribuido su esfuerzo con los frutos de este trabajo, y
que estén a su servicio y al de los demás, sintiéndose responsable y artífice de su puesto de
trabajo, al cual esta dedicado, no solo buscando la remuneración por su trabajo, sino también
que sea tomada en consideración la posibilidad de que está trabajando en algo propio, con lo
cual crea en el un espíritu de propiedad fruto de su mismo esfuerzo.

[Ver anexo 5 y 6]

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CAPITULO IV : Derechos de los Hombres del Trabajo.

Así como el trabajo es un deber para obtener frutos para sus subsistencia y
manutención, es también fuente de múltiples derechos adquiridos al realizar esta labor, los
cuales pasan a ser parte de los derechos fundamentales de la persona humana, esto en el
contexto de para quien trabaja directa o indirectamente pueda respetar tales derechos en todo
el sentido moral y justo de las cosas.

La diferencia entre un empleador directo, aquel que contrata al trabajador para algún
proceso en específico, o del indirecto, aquella persona o institución que tiene relación con el
proceso de trabajo de una persona, parece ser muy importante en consideración de la
organización real del trabajo y de la posibilidad de instaurar relaciones justas o injustas en el
sector del trabajo.

Se toca entonces la responsabilidad de los empresarios indirectos, tales como los


gobiernos, el estado , o las organizaciones nacionales o mundiales de trabajo, en cuyos
objetivos está el velar por el justo y adecuado trato al trabajador incluida una correcta asistencia
de vida, las llamadas a tomar acciones específicas y unificadas contra el desempleo, no solo
brindando acciones de subsidios, que en algunos casos son muy necesarias, sino también a
tomar acciones de planificación global, con el fin de aunar esfuerzos de carácter internacional
que permitan redoblar esfuerzos para brindar oportunidades de trabajo muchas veces a jóvenes
que recién están experimentando su primer acercamiento al mundo cotidiano.

Pero no solo queda en manos del Empresario Indirecto, sino también del empresario
Directo. Aquel que contrata al trabajador, aquel que en retribución de la labor efectuada le
brinda el justo pago por su faena. Aquí hay también se descubren múltiples problemas
relacionados al justo pago y la manera adecuada de retribución.

Además debemos ser conscientes de que una justa remuneración por el trabajo de la
persona debe ser suficiente para fundar y mantener dignamente una familia y asegurar su
futuro, ya que un inadecuado sistema de remuneración mermara el sentido de unidad familiar,
en especial cuando de la madre se trata ya que resquebrajara la función de ella en el hogar
como parte fundamental de la enseñanza y crianza de los hijos, al muchas veces verse obligada
a buscar múltiples empleaos para poder subsistir.

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Estas retribuciones también hacen referencia a las prestaciones sociales que todo
trabajador debería recibir como parte de sus derechos fundamentales, así como su derecho al
descanso de acuerdo a una determinada jornada laboral.

Y para ellos en algunas empresas de acuerdo a la reglamentaciones de cada estado los


sindicatos, entendido como el derecho de los trabajadores a agruparse, forman parte
fundamental en la defensa de los derechos de los trabajadores ya que son ellos quienes
defienden la situación de las personas más vulnerables en una empresa, producto muchas
veces de la desmesurada ansia de crecimiento de los empresarios.

Las condiciones del mundo rural y del trabajo agrícola no son iguales en todas partes y
es diversa la posición social de los agricultores en los distintos países. La mayoría conoce de
dificultades generalizadas como la escasa estima en que está considerado socialmente, hasta
el punto de creas entre los hombres el sentimiento de ser socialmente marginados,
desencadenando esto muchas veces procesos de migración masiva de las personal del campo
a las grandes ciudades, generando esto que pocos sean los que laboren la tierra y estos pocos
muchas veces ser explotados por latifundistas sin escrúpulos.

Se resalta también el problema de valorar a las personas que sufren de algún tipo de
minusvalía corporal la cual muchas veces es tomada como desventaja para realizar tal o cual
tarea. Esta noción debería de reevaluarse ya que son personas iguales a nosotros, con la
misma dignidad y el mismo derecho a poder ocupar un cargo o desarrollar una tarea tal y cual
una persona completa lo podría hacer.

Y es aquí donde la instituciones y organismos no solo estatales sino privados tienen una
gran tarea por hacer al revalorizar el trabajo de estar persona y poderlas insertar en el mundo
laborar y económico de una nación para que no sean una carga como muchos pretenden que
sean sino personas con valor agregado especialidad en ciertas tareas o procesos que no todos
pueden efectuar con un estilo particular y especial.
[Ver anexo 7 Y 8]

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CAPITULO V : Elementos para una espiritualidad del trabajo

Pero así como la iglesia defiende el valor y el deber de trabajo como un principio
fundamental para el desarrollo económico y social de la persona, también se preocupa por el
desarrollo espiritual del individuo como imagen y semejanza de Dios, no solo dedicado al
trabajo, sino también que a través de este incentivar la búsqueda incesante de Dios como fin
supremo de sus acciones.

Así como desde el génesis Dios ordena al hombre indirectamente que trabaje y le da
potestad sobre toda cosa creada para dominarla, es también cierto que en el proceso mismo de
la creación desde que Dios creo las cosas, y descanso en el séptimo día, es un ejemplo vivo de
que Dios le muestra a hombre de que debe trabajar, esforzarse como él se esforzó en generar
la creación, tomándose su tiempo incluso para el descanso, lo cual él también debe seguir.

El carácter espiritual de dios se ve reflejado no solo en el valor que debe darle el hombre
al trabajo diario que fomenta un sustento sino también a reconocer que en su labor destinada a
satisfacer a su familia, está presente el carácter imperecedero de Dios mediante su obra.

Lo dio a mostrar su hijo Jesucristo cuando estuvo en esta tierra, como hijo de Dios, pero
en carne humana, realizo un oficio, el cual compartía con su padre José, el de carpintero, el
cual sin duda le trajo muchas enseñanzas así como satisfacciones, y no solo aquí sino que en
cada palabra que pronunciaba se reflejaba el carácter laborioso de un Dios, que se complace
en el trabajo bien efectuado con responsabilidad.

Dando cuenta de la inevitable relación entre el esfuerzo y la fatiga, Jesucristo nos mostró
en la cruz, como el solo pudo cargar con la fatiga de nuestros pecados, liberándonos del yugo
del mal que nos oprime. Así como desde el génesis a cada trabajo se relaciona un cansancio
una fatiga fruto de la desobediencia de nuestro primer padre, de igual manera Cristo nos mostró
que su trabajo en la cruz estuvo acompañado de esa fatiga intensa que era llevar nuestros
pecados.
[Ver anexo 9 Y 10]

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CONCLUSIONES

Podemos concluir después de la lectura realizada que el trabajo proviene desde los
orígenes del hombre y precede a su caída. Es después de la desobediencia de nuestros
padres que se convierte en fatigoso y cansado.

Mediante el trabajo el hombre participa de la obra creadora de Dios, perfecciona la


creación y la misma comunidad humana de la que es parte.

El esfuerzo e ingenio que el hombre le pone a su esfuerzo, provoco la generación de


técnicas que a través de los años han logrado producir cosas muy útiles y efectivas al momento
de mejorar la calidad de vida de las personas.

No hay que olvidad que el trabajo, merece una justa remuneración que pueda satisfacer
la necesidades de las personas y todas las implicancias que ello conlleva, tanto la mejora de
condiciones de trabajo impuestas por los empresarios así como el respeto a los derechos de los
trabajadores por su esfuerzo.

Por ultimo no debemos olvidar el carácter espiritual que tiene el proceso del trabajo
como una demostración de que somos hijos de Dios creados a su imagen y semejanza, con las
mismas facultades, dispuestos a imitar a nuestro Padre y a su hijo Jesucristo.

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REFERENCIAS

 Documento Pontificio : LAB0REM EXERCENS: Sobre el Trabajo Humano


Carta encíclica – Juan Pablo II – 1981
 Documento Pontificio : RERUM NOVARUM : De las cosas nuevas
Carta encíclica – Leon XII – 1891
 Carta encíclica – Tarbajo Humano
http://es.slideshare.net/AMNI2012/enciclica-laborem-exercens
 Laboren Exercens
http://es.wikipedia.org/wiki/Laborem_exercens

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ANEXOS

ANEXO 1 : Escudo de Encíclica Papa Juan Pablo II

ANEXO 2 : Papa León XIII - Escritor encíclica Rerum Novarum

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ANEXO 3 : Grabado que muestra las consecuencias del Pecado Original

ANEXO 4: Después del Edén el hombre fue condenado a comer con su sudor

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ANEXO 5 : Hasta nuestros días esta arraigado el economismo

ANEXO 6 : El capitalismo acrecienta la diferencia de clases

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ANEXO 7 ; La encíclica defiende el derecho a organizarse colectivamente

ANEXO 8: También Defiende el derecho al trabajo digno de las mujeres

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ANEXO 9 : Dios creo al mundo en 6 días y descanso

ANEXO 8 : Jesús hasta en la cruz cargo nuestros pecados con sufrimiento.

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