La teoría no es solo un mero requisito de la respetabilidad académica, debido a
que nada es tan práctico como una buena teoría.
No es suficiente con saber que la resolución de problemas pueden dar buenos
resultados, ya que pueden ser fruto del azar; es necesario buscar una explicación tanto para sus éxitos como para sus fracasos, de modo que pueda utilizarse inteligentemente.
La resolución de problemas forma parte de una filosofía coherente cuyo valor
estriba en su verificación empírica. No se trata de lo que debiera ser, sino de lo que es posible o de lo que ha sucedido.
la resolución de problemas no es ninguna panacea.
Solo una conceptualización teórica y una explicación suficientes pueden
contribuir a que la resolución de problemas dé mejores resultados y, tal vez, a reducir las posibilidades de fracaso.
El contexto teórico puede contribuir también a que se entienda mejor la resolución
de problemas como una especie de asesoramiento radicalmente distinto del que Maquiavelo brindaba al Príncipe. Trata de emular el realismo y el sentido práctico de Maquiavelo pero, además, de hallar un nuevo fundamento empírico. El enfoque de resolución de problemas reconoce la dura realidad del conflicto, al igual que Maquiavelo y Hobbes, si bien se basa en premisas distintas.
La resolución de problemas dista mucho de ser un nuevo alegato en favor de la
buena voluntad, de la paz a cualquier precio y de la paz con tal de que todo el mundo sea razonable, racional o bien intencionado
La resolución de problemas es una técnica, ensayada por profesionales
experimentados y muy sagaces que representaban a partes en conflictos encarnizados en todos los niveles, desde el individual hasta el interestatal, y que no han descubierto una fórmula mágica, pero sí una vía mejor para cada cual desde su propio punto de vista en todas las facetas del conflicto.