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           Boletín de Psicología, nº 15, Junio 1987

COGNICIÓN JUDICIAL

M.F.Kaplan - A.Garzón

Introducción y objetivo

El estudio de la Psicología Judicial ha recibido una gran atención


en los últimos años. Un aspecto central de es te estudio se relaciona
con los procesos mediante los cuales los jurados y los jueces forman
sus juicios. Este trabajo se basa fundamentalmente en los modelos
de Cognición Social, donde los que toman decisiones reciben
información sobre la persona o acción que debe ser enjuiciada,
evaluándola por comparación con información e inferencias
previamente alma cenadas, y entonces combinan la información ya
elaborada en un juicio por medio de algunas regla de decisión.

En este artículo revisaremos algunos de los modelos que se


relacionan con la cognición judicial para proporcionar al lector una
visión general de este campo. Los modelos se des criben de un
modo general proporcionando una idea genérica de la variedad y
foco de interés de los mismos. No es posible realizar un análisis
detallado en este artículo, y el lector podrá recurrir a otras fuentes
para descripciones más completas. Sin embargo, uno de los
modelos se describirá más detalladamente con el fin de ilustrar el
uso de un modelo de cognición social en la comprensión de los
procesos judiciales. Los lectores pueden recurrir, si lo desean, a
Garzón (1984) y Seoane (1982) para una discusión general sobre la
Cognición Judicial.

Panorama de los Modelos de Cognición Judicial

Todos los modelos existentes de la toma de decisión judicial


comparten el supuesto de que el juicio se basa en la información
sobre el objeto juzgado (es decir, el acusado y su acción), y en los
procesos cognitivos que se relacionan con esta información. Un
modelo adecuado debe tener en cuenta los elementos importantes
de las decisiones judiciales. Estas incluyen:

1. Sesgos que existen en el Juez o los jurados hacia el acusado o


hacia aspectos relevantes para el caso.

2. La evidencia (pruebas) que se presenta en el juicio.

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3. Información que no es admitida como evidencia pero que es


conocida por los que toman las decisiones, como las informaciones
periodísticas, las características del acusado y el testimonio que se
declara como inadmisible por el tribunal durante el juicio.

4. Las instrucciones dadas por el juez, relacionadas con el


testimonio, con las cuestiones reglamentarias y con la decisión.

5. Las influencias de los otros miembros sobre el individuo que toma


decisiones, cuando la decisión es realizada por un grupo a través de
la deliberación.

Examinaremos tres modelos de Cognición Judicial, y se verá que


cada uno de ellos tiene limitaciones. Esto sugiere que ningún
modelos aislado puede tratar con la diversidad completa de factores
que tienen influencia en las decisiones judiciales. Por el contrario,
cada modelos parece centrarse en un aspecto particular del proceso.
Para un análisis detallado de los modelos se puede recurrir a
Pennington y Hastie (1981).

Modelo Bayesiano

Este modelo de cognición de los jurados se fundamenta en la


Teoría de Decisión (Edwards, Lidman y Savage, 1962). El modelo no
intenta describir la cognición de la persona, sino que es
fundamentalmente un modelo prescriptivo de método óptimo por el
cual la gente podría llegar a tomar una decisión. Esto no nos dice
necesariamente cómo piensan los jurados sobre los veredictos, sino
que sugiere la mejor forma de combinar los elementos de una
decisión. Las decisiones de los jurados son valoradas en
contraposición a las normas proporcionadas por el modelo
Bayesiano.

Los jurados comienzan con nociones previas sobre la


culpabilidad e inocencia (antes de que se presente la evidencia) que
se expresan en términos de probabilidad (Marshall y Wise, 1975).
Estas probabilidades son continuamente revisadas al incorporarse
nuevos elementos (evidencia). Cada elementos añadido tiene una
probabilidad de culpabilidad y de inocencia (utilidad subjetiva y una
verosimilitud de ver dad (verosimilitud). En términos legales, esto
podría corresponder al valor probatorio y a la credibilidad,
respectivamente. Las utilidades de los elementos se combinan por
multiplicación, ponderando cada elemento por su verosimilitud, para

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dar como resultado estimaciones subjetivas de pro babilidad de


inocencia y culpabilidad. La probabilidad final de culpabilidad se
produce por la proporción entre la probabilidad de culpabilidad y la
probabilidad de inocencia de todos os elementos combinados. De
este modo, existen dos fuentes principales de estimación de la
probabilidad final: una estimación previa, y los elementos de
evidencia. Todos los elementos de la evidencia y la utilidad previa,
se combinan por multiplicación, y las probabilidades resultantes de
culpabilidad e inocencia son comparadas mediante una pro porción.

¿Cómo se establecen las probabilidades de culpabilidad e


inocencia para cada elemento?. El jurado se pregunta: ¿cuál es la
probabilidad de esta unidad particular de evidencia si el acusado es
culpable (probabilidad de culpabilidad), y si el acusado es inocente
(probabilidad de inocencia)?. Así, cada elemento tienen valores de
utilidad tanto de culpabilidad como de inocencia.

Después de realizar una estimación de la probabilidad subjetiva


global de culpabilidad mediante la razón de probabilidad
culpabilidad/inocencia, se compara la estimación con una razón
crítica necesaria para el veredicto de culpabilidad. Por ejemplo, si el
criterio para la votación de culpabilidad se basa en la regla de que es
mejor que 10 personas culpables sean erróneamente declaradas
inocentes antes que una persona inocente sea erróneamente
declarada condenada, la proporción del criterio sería 0.91. Esto es,
la probabilidad subjetiva de culpabilidad tendría que exceder a 0.91
para poder votar "culpable". En un caso civil, donde la culpabilidad
del acusado está legalmente establecida por una "preponderancia"
de evidencia, el criterio sería de 0.50.

Quizás la mayor limitación de este modelo es la de no pretender


describir ninguna cognición del individuo aislado y, por ello, no dice
nada en general sobre el estado real de la cognición. Cuando los
individuos se apartan de la regla bayesiana (que es lo usual), el
modelo no nos dice qué procesos cognitivos ocurren en estos
individuos. La investigación no demuestra que las personas realicen
estimaciones distintas de culpabilidad e inocencia para cada unidad
de evidencia, ni que multipliquen estas probabilidades cuando
combinan dichos elementos, o que comparen explícitamente las
probabilidades globales de culpabilidad e inocencia para conseguir
una estimación subjetiva única de culpabilidad. Realmente, parece
que las personas hacen algo distinto a lo que predice la teoría; la
investigación demuestra de forma consistente que el modelo
sobreestima seriamente las probabilidades pequeñas, y desestima

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las probabilidades importan tes que las personas tienen en cuenta


realmente (Pennington y Hastie, 1981).

Modelo de Ponderación Secuencial

Este modelo es una versión inicial, pero restringida del modelo de


integración de información, que describiremos posteriormente. El
modelo de ponderación secuencial (Ander son, 1959) propone que el
jurado forma un juicio después de que se la presenta cada unidad de
evidencia. Cada fragmento tiene un valor en una escala de
culpabilidad, por ejemplo, 0 = creencia total en la inocencia y 10 =
creencia total en la culpabilidad. El juicio real es una función del
juicio previo y el valor de la unidad actual de evidencia. Los dos
elementos son combinados mediante promedio, con un peso to tal
aditivo de 1. El peso (w) de la actual evidencia es una función de la
fiabilidad (credibilidad) y de la validez (comprobación), y el peso del
juicio previo es de 1-W. Así pues, el modelo supone que los jurados
están continuamente formando un juicio global de la culpabilidad o
inocencia du rante el desarrollo del juicio, y que revisan este juicio a
medida que se presenta cada nueva unidad de información. En
ningún momento del juicio se combina toda la información previa en
el juicio último realizado, y las unidades de la información previa
pierden su independencia. De este modo, el modelo predice un
efecto de novedad, puesto que ningún juicio actual es una función
del item aislado de información actual y de un juicio previo que
represente la combinación de todas las demás unidades de
información.

Hay que señalar que este modelo es descriptivo. A diferencia del


modelo Bayesiano, intenta representar los procesos cognitivos de
los jurados. Sin embargo, deja abierta la problemática y resulta difícil
de comprobar, el que los jurados configuren juicios-resumen cada
vez que reciben una unidad de información o si por el contrario
realizan sola mente un juicio al final de la serie de unidades de
información (Pennington y Hastie, 1981).

Además, el modelo no trata explícitamente las complejidades de


un juicio, tal como se describió al comienzo de es te artículo. No se
tienen en cuenta los factores, que no pueden ser considerados como
evidencia, tales como sesgos, instrucciones, y la información que no
constituye evidencia legal.

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Modelo de Integración de Información

El modelo de Integración de Información de la decisióndel jurado


se basa en una teoría general de la cognición (Anderson, 1981;
Kaplan, 1975). La teoría de Integración de Información es un modelo
formal del proceso por el que las personas forman juicios sobre
algún objeto, basándose en la información sobre dicho objeto y
sobre evaluaciones que existen antes de ser obtenida tal
información. Dado que la teoría conceptúa la información en un
sentido amplio, puede aplicarse a los sesgos del juez y de los
jurados, a la evidencia y argumentos presentados durante el juicio, y
a la información extralegal tal como la publicidad previa al juicio, a
pruebas inadmisibles y a las características del defendido (ver
Kaplan, 1977; 1982, para una descripción más completa del
modelo). Y, como veremos, el modelo puede aplicarse también a las
influencias durante la deliberación.

Los juicios se basan en la información sobre el objeto que será


juzgado. El juez tiene en cuenta diversas unidades discretas de
información, realiza operaciones cognitivas sobre cada una, y
después combina las unidades de información en una respuestas
única global. Se han identificado tres procesos en la formación de
juicios. Estos son evaluación, ponderación e integración.

En el proceso de evaluación, se asigna a cada unidad de


información un valor de escala. Este hace referencia a una
representación cuantitativa de la unidad de información en la
dimensión del juicio. Cada unidad de información que es
efectivamente utilizada en el juicio tienen un valor de es cala, es
decir, es evaluado sobre la dimensión del juicio. Por ejemplo, si un
juez se entera de que el acusado fue visto cerca de la escena del
crimen, dicha información puede tener un alto valor de escala en
culpabilidad, pero la in formación de que el acusado no tenía motivos
para agredir a la víctima puede tener un bajo valor de escala en
culpabilidad. Hay que señalar que el valor de escala que se asigna
es específico para el juicio en cuestión; la misma unidad de
información puede tener un valor de escala distinto en dife rentes
juicios. Por ejemplo, la información de que un acusado es muy
atractivo e inteligente puede tener un bajo valor de escala para la
culpabilidad cuando un jurado está enjuiciando un intento de
violación, pero puede tener un alto valor de escala en culpabilidad si
el jurado está juzgando al acusado por un cargo de estafa (Sigall y
Ostrove, 1975).

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En el proceso de ponderación se asigna un peso a cada unidad


de información que hace referencia a la importancia que esa
información tiene para el juicio. No toda la información contribuye de
igual modo al juicio. El sentido del humor del acusado, por ejemplo,
podría tener menos peso que la información sobre su capacidad
para cometer un crimen
(Kaplan y Kemnmerick, 1974). El peso es fundamentalmente una
función de la validez (es decir, el grado en que la información nos
dice algo sobre el juicio que debe realizarse --su relevancia o
capacidad probatoria) y su fiabilidad (el grado en que creemos que
es cierta la información --su credibilidad, verosimilitud de ocurrencia
y lógica). Existen otros factores que influyen en el peso, tales como
el orden en el que se presenta la información, su polarización, y su
valor negativo o positivo. En general, se le concede mayor peso a la
última información que se presenta, a la de naturaleza más extrema,
y a la que es negativa.

Una vez que la información ha sido evaluada y ponderada, debe


integrarse en un juicio único, tal como "evaluación de culpabilidad".
Este se realiza combinando los distintos valores de escala de las
unidades de información, mediante la ponderación de su
importancia, por medio del uso de una regla de integración. La forma
particular de la regla depende del juicio que se vaya a realizar
(Anderson, 1981) y también puede variar con los procesos cognitivos
del juez (Kaplan, 1975), sin embargo la teoría de integración
propone que la regla de combinación será alguna función algebraica
(Anderson, 1981). En la mayoría de las tareas y en el modelo de
decisión judicial, se presupone que esta regla de integración es un
promedio de los valores de escala ponderados (Kaplan, 1977; 1982;
Kaplan y Kemmerick, 1974).

Además de los procesos de evaluación, ponderación e


integración, existe un elemento importante más para comprender
este modelo: la impresión inicial. La impresión inicial es la evaluación
personal sobre el tema o persona que se va a juzgar antes de, e
independiente de, recibir la información. Es decir, la persona que
realiza un juicio tienen algún sesgo previo al juzgar el objeto o clase
de objetos. Este sesgo tiene un valor de escala que está integrado
dentro de los valores de escala de la información.

En los jurados, la impresión inicial sorprendería a lossesgos del


jurado que se relacionan con los veredictos previos al juicio. Como
ejemplos de impresiones iniciales podrían considerarse los sesgos a
favor (o en contra) de los acusados de un determinado sexo, de una

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clase socioeconómica, de una etnia, las preferencias por


corporaciones o por individuos en los casos de negocios, los sesgos
a favor (e en contra) de las personas acusadas de un crimen, y otros
semejantes. Cualquiera que sea al prejuicio sobre la cuestión se
puede representar por un valor de escala. En este modelo, el
carecer de prejuicios podría considerarse como tener una impresión
inicial con un valor de escala neutro sobre la dimensión de juicio.

El modelo de integración de información de un juicio sobre un


proceso judicial puede resumirse así: la persona recibe información
sobre el acusado o sobre el tema en forma de evidencia y
testimonio. Cada unidad de evidencia constituye una creencia sobre
el acusado o sobre el tema. Cada creencia es evaluada con respecto
al juicio necesario (p.e., la culpabilidad del acusado) y se le asigna
un valor de es cala. Las creencias son comparadas entre sí por la
importancia relativa con el juicio (ponderación). Se promedian los
valores de escala, ponderando a cada uno por su importancia
relativa, en un juicio único, que también incluye un valor de escala
para la impresión inicial.

Sesgos de los Jurados

Los jurados, junto a la información que se le proporciona durante


el juicio, añaden cogniciones sobre el acusado, sobre cuestiones
legales, etc., que tienen un valor de escala y pueden afectar al
veredicto. Estas "impresiones iniciales" surgen de dos fuentes
generales. Los sesgos- estado son características temporales y a
corto plazo de los jueces y jurados que se deben a condiciones
situacionales. Por ejemplo, la incomodidad física, las condiciones de
anonimato, una discusión con la pareja, y otros muchos sucesos
cotidianos pueden producir temporalmente un estado negativo (con
frecuencia denominado "estado de ánimo"), que puede afectar a la
evaluación que una persona hace de otra (Kaplan y Miller, 1978). De
igual modo, noticias buenas y otras experiencias agradables pueden
producir temporalmente estados positivos. Los sesgos-rasgo son
aquellos asociados normal mente a la personalidad del que hace el
juicio. Estos son sesgos relativamente estables hacia cuestiones u
otras personas, y son el resultado de condiciones a largo plazo,
valores personales y características de personalidad. Se deben
simplemente a las experiencias vitales de las personas. Por lo tanto
se dan tanto en los jurados como en los jueces (ver Kaplan, 1982,
para una revisión de la evidencia sobre sesgos de jurados y jueces).

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Merece la pena señalar, aunque sea brevemente, algunos de los


sesgos-rasgos que han sido con más frecuencia estudiados dentro
de las investigaciones de Psicología Judicial. En los factores
determinantes de la conducta judicial, las investigaciones han
diferenciado tres grandes categorías, por lo menos: características
demográficas, tales como edad, sexo, estatus social, raza; las
actitudes hacia casos particulares, tales como tipos de delitos
(sexuales, asesinatos), tipos de pena (pena capital, etc.); o bien
actitudes genera les y rasgos o características de personalidad
(Garzón, 1984).

El esquema conceptual de este último grupo de factores


determinantes de los sesgos-rasgo de los jurados, presupone que
existe una relación entre la conducta de los jurados (su preferencia
por un tipo de veredicto) y sus características actitudinales y de
personalidad. De algún modo se entiende que la conducta judicial
(tanto de jueces como de jurados) y las preferencias por un veredicto
de culpabilidad o inocencia están, en parte, determinadas por el
conjunto de conocimientos previos y sistemas actitudinal de los
jurados que deben emitir un juicio. Por otro lado, se presupone que
la información recibida durante el juicio es modulada, matizada y
reinterpretada dentro de los esquemas cognitivos y actitudinales de
los sujetos. Este esquema conceptual de las in vestigaciones
empíricas es coherente tanto con los planteamientos generales de la
Psicología Social de corte cognitivo (Seoane, 1982) como con los
fundamentos de la teoría de la integración de Anderson (Kaplan,
1982).

En esta línea, las actitudes sociales y políticas, el llamado


"síndrome de autoritarismo" ha sido uno de los sesgo-rasgo más
estudiado sistemáticamente en la Psicología Judicial. Así, las
primeras investigaciones sobre los determinantes de personalidad
en los sesgos de los jurados se centraron en relacionar las variables
de autoritarismo, con servadurismo y dogmatismo con la preferencia
de un tipo u otro de veredicto. En este sentido, las primeras
investigaciones llegaron a predecir que los jurados con actitudes
conservadoras y autoritarias serían menos indulgentes (preferencia
por veredictos de culpabilidad) y más punitivos (sentencias más
severas) que los jurados con actitudes liberales.

La intolerancia a la ambigüedad, como una de las características


de personalidad autoritaria, se ha intentado relacionar con la
utilización de información extralegal cuando las pruebas legales no
son claras. Como señala Kaplan (1982) es posible que las personas

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con cierta intolerancia a la ambigüedad tiendan más a utilizar


información no aceptable legalmente a la hora de dar un veredicto,
en lugar de utilizar información relevante legalmente, pero ambigua.

En esta misma línea, las investigaciones empíricas tienden a


confirmar una relación entre el tiempo de deliberación y el síndrome
de autoritarismo: parece que los jura dos autoritarios llegan
rápidamente a un veredicto y son más resistentes a modificar sus
preferencias iniciales, en función de los puntos de vista discutidos en
las deliberaciones.

A pesar de que las primeras investigaciones apuntan hacia la


idea de que las características de personalidad y actitudes sociales
son buenos predictores de la conducta judicial (dictamen de
veredicto), las investigaciones actuales empiezan a perfilar una serie
de matices y diferenciaciones en esa relación general establecida
entre actitudes sociales y preferencia de veredicto. Hastie (1983)
señala que aún cuando dichas actitudes sociales y políticas son una
fuente útil de información sobre los sesgos potenciales de los
jurados, sin embargo, no existe evidencia suficiente para establecer
una relación directa entre valores políticos y tipo de veredicto.

La tendencia actual apunta más hacia una interacción e


interdependencia de diversos factores, que hacia el estable cimiento
de una relación directa y lineal entre un tipo de factores y la
conducta de veredicto. Por ejemplo, parece que existe una relación
entre actitudes conservadoras y la preferencia por un veredicto de
culpabilidad, pero en función de una tercera dimensión o variable:
las características del acusado. Así, algunos estudios ponen de
manifiesto que la preferencia de los jurados autoritarios a dar
veredictos de culpabilidad, es mayor cuando existen características
diferenciales (estatus, raza, etc.) entre ellos y el acusado. Del mismo
modo, dicha tendencia es menor cuando el acusado tiene
características similares a las del jurado, o cuando aquel actuó
siguiendo las órdenes de una figura de autoridad.

En resumen, ya sean los sesgos contextuales (tipo de delito,


acusado, etc.) o estables (actitudes sociales, características de
personalidad, etc.), influyen en las preferencias de los jurados por un
tipo de veredicto u otro, pero en función de la interrelación entre sí y
su interdependencia con otros factores y dimensiones de los
procesos judiciales (Garzón, 1986).

Tanto el enfoque multidimensional como el enfoque contextual

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sobre los determinantes de los posibles sesgos de los jurados,


ambos concuerdan con los fundamentos de la teoría de integración
de información.

Los sesgos estado y los sesgos rasgo son características


internas producidas por sucesos distintos a la información, y existen
al margen de la información que se proporcione durante el desarrollo
del juicio, constituyendo la impresión inicial.

En principio podríamos pensar que los jurados y los jueces se


incorporan a un juicio sin ninguna impresión inicial, es decir, sin
ningún tipo de ideas preconcebidas. En la práctica, es imposible
separar el juicio de un caso único del resto de las experiencias de la
vida de uno. En la selección de un juez o jurado para un juicio, se
intenta eliminar aquellos que poseen idean preconcebidas extremas
u obvias, sin embargo es inevitable que, salvo un retrasado mental,
tengan alguna impresión inicial sobre algún aspecto del ca so, o
sobre el acusado en particular, o sobre los acusados en general (es
decir, sobre alguien implicado en un juicio).

En el modelo, el valor de escala de la impresión inicial se


promedia con los valores de escala de la información del juicio, y
cada elemento contribuye al juicio de acuerdo con su pero. Por
consiguiente, el objetivo es minimizar el peso de la impresión inicial
en relación con el peso de la propia evidencia del juicio.

Normalmente, los tribunales intentan reducir el peso de la


impresión inicial mediante normas e instrucciones, para que no se
tenga en cuenta los sesgos y se atienda solamente a la evidencia
presentada en el juicio. Pero esta estrategia no tiene mucho éxito
(Kaplan y Miller, 1978; Garzón, 1984); las personas son con
frecuencia inconscientes de su prejuicios y niegan que estos influyan
en el juicio.

El modelo sugiere otros medios para reducir la influencia de los


sesgos. Puesto que la impresión inicial y la in formación se
combinan por medio de una regla promedio, entonces puede
deducirse que al incrementar el peso o cantidad de un elemento (por
ejemplo, información) se producirá una reducción automática del
peso efectivo del otro elemento (por ejemplo, la impresión inicial).

Los sucesos presentados en el juicio no eliminarán o cambiarán


los sesgos de la persona o la impresión inicial, pero pueden reducir
indirectamente la influencia de estos elementos mediante el

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incremento del peso de elementos más aceptables (esto es, la


evidencia).

Se ha encontrado que el aumento en la cantidad de evidencia


relevante y en la credibilidad de la evidencia existente, disminuye el
efecto de los sesgos preexistentes, tal como predice la regla de
promedio del modelo (Kaplan, 1982; Kaplan y Miller, 1978). Esta
implicación del modelo y de los datos puede explicar por qué
estudios sobre el marco personal de jueces y jurados no han llevado
a resultados similares. Los sesgos de jueces y jurados no afectarán
al juicio cuando se proporcione evidencia fidedigna y abundante du
rante el juicio.

Una aportación importante para reducir el efecto de los sesgos es


que la evidencia y el testimonio no sean abiertamente refutados. Los
jurados no serán capaces de dar un va lor alto a la evidencia,
cuando ambas partes de la querella infunden dudas sobre la
evidencia que cada uno presenta, y entonces se ven forzados a
fundamentarse solamente en la otra fuente disponible de los valores
de escala ---sus impresiones iniciales (Kaplan, 1982).

Información extralegal

Se han realizado numerosas investigaciones sobre las fuentes


extralegales de información en los juicios, es decir, sobre la
información que no es admitida como testimonio ni sometida a un
severo interrogatorio. La investigación de muestra que, bajo ciertas
condiciones, los jurados pueden estar influidos por tal información,
aún cuando no está permitido el utilizar información extralegal en los
juicios (y en efecto, los jurados son rechazados con frecuencia antes
del juicio por su conocimiento de tal información).

Las fuentes de la información extralegal que usualmente se han


identificado incluyen la publicidad antes del juicio, las características
personales del acusado y la evidencia inadmisible. La publicidad
antes del juicio se refiere a las noticias de los medios de
comunicación, tanto antes como durante la celebración del juicio. Si
estas son demasiado ex tremas, pueden proporcionar un
fundamento para la celebración del juicio en otro lugar no
contaminado por dicha publicidad. Para que sea posible tal cambio,
debe demostrarse no solamente que la publicidad estaba sesgada y
exagerada sino que también es necesario demostrar que ha inducido
a sesgos en la comunidad, que serán imposibles de ser ignora dos

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en el dictamen del juicio. Si la celebración del juicio no se cambia del


lugar, las personas llamadas para actuar como jurados pueden ser
interrogadas y acusadas de su deber del mismo, si admiten tener
sesgos que no pueden superar por la evidencia del juicio.

Los jurados pueden también estar influidos por las características


personales del acusado. Las características del acusado y su
historia pasada pueden ser legalmente incorporadas en el juicio sólo
para ciertos objetivos. Por ejemplo, para juzgar su credibilidad como
testigo, pero en general, las características personales no pueden
ser utilizadas para inferir su culpabilidad (ver Kaplan, 1985, para una
discusión de la psicología del uso de las características del acusado
por parte del jurado y la ley aplicable).

Finalmente, durante el juicio se ponen de manifiesto a veces


ciertos hechos que el tribunal puede decidir que son inadmisibles. Es
decir, que no son competentes legalmente. Los jurados son
informados de que no utilicen estos hechos en sus juicios, ni que
hagan inferencia a partir de ellos.

Considerando estas fuentes extralegales dentro del modelo de


integración de información, es necesario señalar que todo
proporciona información sobre el caso. La única diferencia entre
estas formas de información y la evidencia admisible es que la
primera está legalmente prohibida. Pero tanto la evidencia legal
como la extralegal proporcionan in formación al jurado sobre el
acusado, y ambas tienen un valor y un peso de escala. El análisis de
cómo reducir el efecto de la información extralegal es el mismo que
el análisis de los sesgos de los jurados. Si toda la información se
combina en un promedio ponderado, entonces disminuirá la
influencia de la información extralegal al aumentar la cantidad y/o
peso de la evidencia aceptada legalmente. Por el contrario, si los
jurados no tienen evidencia creíble y relevante legalmente sobre la
que basar su juicio, entonces tendrán que fundamentarse en fuentes
tales como las noticias periodísticas y las características del
acusado.

Las investigaciones sobre factores extralegales se han revisado


en Kaplan (1982), y aquí las resumiremos. En términos generales
dichas investigaciones están de acuerdo con el modelo. El atractivo
del acusado afecta a las sentencias dictaminadas por jurados
experimentales, y también en menos medida, a los veredictos. Pero,
en consistencia con el modelo, las características del acusado tienen
un menor efecto en el veredicto, si no son relevantes para el cargo

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del que se le acusa. Por ejemplo, si el acusado es juzgado por


homicidio involuntario en accidente automovilístico, tendrán más
peso las características relativas a su amabilidad. Existen también
trabajos que ponen de manifiesto que las características de los
acusados tienen menor peso en el juicio que la evidencia (Kaplan y
Kemmerick, 1974). La evidencia del juicio es mucho más importante
que las características del acusado.

Los resultados de investigaciones sobre la publicidad antes del


juicio son dispares. Mientras que unos estudios demuestran los
efectos de la publicidad, otros no. Esto parece depender de si la
evidencia del juicio es fuerte y se les proporciona a los jurados la
posibilidad de discutir la evidencia. Si la evidencia es abundante y
fuerte (no ambigua), y los jurados deliberan, se reduce el efecto de
la publicidad previa al juicio. Esto concuerda con el modelo; no se
utilizará evidencia extralegal en el juicio en la medida que se le dé
peso a la evidencia legal.

Se pueden extraer conclusiones similares para los efectos de la


evidencia inadmisible. Los jurados no se basarán en aquella
evidencia que sea considerada como inadmisible cuando la
evidencia legal del juicio sea fuerte, pero si es débil, entonces la
evidencia inadmisible tendrá un mayor peso. Las instrucciones del
juez, indicando que no se tenga en cuenta la evidencia inadmisible,
no tendrán ningún efecto si son dadas de una forma fuerte y
autoritaria, pero tendrán éxito en reducir el peso de tal evidencia si el
juez mera mente señala dicha evidencia, sin amonestar
enérgicamente a los jurados sobre su obligación de no tenerla en
cuenta.

En resumen, la investigación sobre los factores extralegales


apoya la predicción del modelo de que los pesos de los elementos
de la información son recíprocos; al incrementar la cantidad y peso
de un conjunto de elementos (evidencia) disminuirá la contribución
del otro conjunto de elementos (información extralegal).

El papel de la Deliberación

La discusión entre los miembros del jurado cumple una función


en las decisiones de juicio, especialmente en su capacidad para
reducir algunos sesgos que pueden existir debido a las impresiones
iniciales o a la evidencia extralegal. estro es cierto cuando los que
toman las decisiones son jurados de ciudadanos o jueces actuando

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en un tribunal colegiado. Describiremos previamente un análisis de


los efectos de las deliberaciones de acuerdo con el modelo de
integración de información, y luego informaremos de la investigación
relevante. Se puede recurrir a Kaplan y Miller (1983) y Kaplan y
Schersching (1981) para un análisis detallado de cómo afecta la
discusión a la toma de decisión en el modelo.

Antes de la discusión y después de que se termine el juicio, cada


jurado (o juez) realiza un juicio previo. Este representa una
integración del testimonio y de la evidencia, así como de la
impresión inicial y de la información extra legal que pueda ser
conocida. El conjunto de evidencia del juicio es limitado. En muchos
casos, toda la evidencia no puede ser representada en este juicio
inicial, puesto que algunas cosas pueden pasar inadvertidas, o no
ser creídas, mal interpretadas, olvidadas o no integradas, debido a la
capacidad limitada de procesamiento de información. En otras
palabras, el juicio integrado no puede ser una representación
verdadera de toda la evidencia que fue presentada en el juicio,
puesto que algunas cosas no fueron integradas, y da do que se
incluyeron valores que no constituyen evidencia.

Durante la deliberación, los jurados comparten información del


juicio. cada jurado el comunica a los otros aquella evidencia que ha
influido en su decisión. En general, las investigaciones muestran que
los jurados discuten más la evidencia del juicio que la información
extralegal y los sesgos de la impresión inicial. Puede suceder que
algún miembro del jurado, antes de la deliberación, no haya incluido
en su juicio parte de la información que se está de batiendo. Es
decir, algunas información que un miembro del jurado discute puede
no haber sido utilizada por otro miembro, e inversamente, un
miembro determinado escuchará algunas información que no había
integrado. Por lo tanto, los jurados añadirán esta información al
conjunto existente de información que se integrará en su juicio
definitivo.

De este modo, durante la discusión se presenta la oportunidad de


aumentar el conjunto de información que debe integrarse. Tal como
hemos visto, al añadir más información legal tiende a disminuir la
influencia de las impresiones iniciales y de la información extralegal,
disminuyendo por tanto los sesgos posible. Aún cuando se
mencionen factores sesgados (impresiones iniciales o factores
extralegales), algunos miembros del jurado pueden aminorar la
influencia de tales factores bajo la norma de "ser justos" o
corrigiendo las concepciones erróneas. Por lo tanto, los juicios

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posteriores a la deliberación integran más información legal que los


juicios anteriores a la deliberación, dando como resultado un menor
peso de los factores que no constituyen evidencia.

Este análisis aboga por la necesidad de que los que toman


decisiones discutan sus juicios, ya sea mediante un jurado o
mediante un grupo de jueces. Simplemente queremos decir que
existe una mayor posibilidad de que los hechos legalmente
relevantes sean recordados y discutidos en un grupo que en un
individuo aislado, y que serán integrados más hechos de este tipo en
la decisión (en comparación con los hechos y valores legalmente
irrelevantes). La integración de mayor número de hechos
contrarrestarán las impresiones iniciales y las influencias
extralegales.

La investigación ha apoyado este análisis en diferentes formas.


En primer lugar, los juicios de los jurados que tienen impresiones
iniciales diferentes llegarán a converger (es decir, se harán más
similares) después de las deliberaciones (Kaplan y Miller, 1978).
Esto significa que los jura dos utilizan menos sus impresiones
iniciales después de la deliberación. En segundo lugar, las
respuestas ante la evidencia que tienen un valor de escala de
moderadamente inocente o bien de moderadamente culpable,
pueden convertirse en más radicales después de la deliberación
(Kaplan y Miller, 1983; Myers y Kaplan, 1976). Esto se debe a que
los jurados como grupo tienen impresiones iniciales neutrales y
cuanta más información se integra con valores de escala de
moderadamente culpable (o moderadamente inocente), el juicio se
desplaza hacia el valor medio de la información y se ale ja del valor
más neutral de la impresión inicial.

En tercer lugar, después de la deliberación los jurados modifican


sus juicios en la dirección del valor de escala de información que ha
sido compartida, aún cuando los demás miembros den veredictos
diferentes. Por ejemplo, si los jurados discuten una información que
tiene un valor alto en la escala de inocencia, entonces los juicios se
modificarán ha cia una mayor inocencia incluso si otros jurados
dicen que ellos piensan que el acusado es culpables (Kaplan, 1977).

Finalmente, la cantidad en que los juicios cambian después de la


deliberación depende del grado en que la información compartida no
es repetitiva, sino nueva (Kaplan y Miller, 1977). Es decir, los jurados
tienen más probabilidad de cambiar sus juicios después de la
deliberación cuando la información compartida entre ellos es

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diferente de la información que utilizaron en sus juicios previos, que


cuando la información repite lo que ellos ya habían integrado.
Cuanto mayor sea la variedad o conjunto de hechos que es
recordada y comentada en el grupo, mayor será la información
integrada por cualquier individuo después de la deliberación.

El modelo de integración de la cognición de los jurados se basa


directamente en un modelo más general de la formación de juicios.
Permite realizar predicciones relacionadas con los efectos de la
evidencia legal, de la evidencia extralegal, de los sesgos de los
jurados y de la deliberación. Estas predicciones están
fundamentadas en la investigación. El modelo y la investigación
relacionada muestran que los jurados serán "imparciales", es decir,
basarán sus juicios en la evidencia presentada en el tribunal, si se
les proporciona evidencia significativa (es decir, evidencia que es
creíble y psicológicamente válida), y si tienen oportunidad para
discutir plenamente la evidencia legal relevante. Esto sugiere que los
jurados, bajo las condiciones señaladas en este artículo, pueden
conseguir juicios que son tan válidos como los de los jueces.

Existen ciertas condiciones que pueden hacer que los jurados


sean menos objetivos, o más emocionales y orientados por sus
valores, que los jueces, y que no se han señalado en este artículo.
Una discusión amplia de estas condiciones se escapa a los objetivos
de este artículo, y solamente los señalaremos. Los jurados serán
influidos por valores persona les y de la comunidad si:

1. La problemática del caso se relaciona con valores


correcto-incorrecto más que con hechos.

2. El caso no proporciona muchos hechos, es decir, es pobre de


argumentos.

3. Los jurados adoptan una actitud que, aún siendo correcta, les
importa menos que buscar una decisión adecuada y mutuamente
satisfactoria. Es decir, si los jurados creen que es más importante
cooperar en armonía entonces estarán más influidos por los valores
persona les de los demás.

4. Cada miembro del jurado tiene que realizar públicamente sus


juicios.

En estas situaciones, los jurados que actúan en grupo estarán más


inclinados que los jueces a actuar bajo la in fluencia de los valores

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de otros, más que por principios legales y que por la naturaleza de


los hechos.

Comentarios finales

Los modelos teóricos que hemos desarrollado sobre cognición


judicial presentan unas diferencias entre sí que con viene señalar.

1. Aún cuando los tres modelos comparten el supuesto de que el


juicio o decisión judicial se basa en la información sobre el objeto
juzgado (acusado y acción), sin embargo se diferencian al menos en
dos aspectos:

- los dos primeros modelos (el modelo bayesiano y el modelo de


ponderación secuencial) reducen la información a las pruebas
judiciales que se presentan durante el desarrollo del juicio, y no
tienen en cuenta ni la evi dencia que se presenta en el mismo (pero
que las autoridades determinan que no es admisible), ni los
esquemas previos (sesgos) de los propios jurados al evaluar y
sopesar la información de que disponen.

- ninguno de los dos modelos predice el efecto que la dinámica de


las deliberaciones del jurado puede tener en los juicios iniciales y
preferenciales de cada uno de los miembros del jurado.

2. El modelo bayesiano es un modelo de "realización de una


decisión óptima", pero no explica la actuación real de los jurados,
simplemente señala el procedimiento idóneo que han de seguir los
jurados si quieren llegar a la decisión más correcta.

3. El modelo de ponderación secuencial no es, como el anterior, un


modelo de optimización de decisión judicial, pero sigue
presuponiendo una conducta óptima, racional y lógica en el
comportamiento de los jurados en la medida que presupone que
estos siguen una regla de ponderación, cada vez que se presenta
una nueva unidad de información. Es un modelo lineal al entender
que los jurados van modificando continua mente su juicio de
inocencia o culpabilidad cada vez que van recibiendo más
información.

4. las limitaciones tanto de lo que se entiende por información en


dichos modelos como del presupuesto de racionalidad en la
conducta judicial, parece que son superadas por el modelo de

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integración de información en cuanto que este modelo:

- incorpora información que no es aceptada como "evidencia o


prueba legal", tal como el testimonio de algún testigo, información de
medios de comunicación, in fluencia de los puntos de vista de otros
jurados, los sesgos de los jurados, etc.

- la conducta lineal y racional está mediatizada, según este modelo,


por la interdependencia entre la evidencia legal y lo que denomina
factores extralegales (sesgos de los jurados, características de los
acusados, información de los medios de comunicación, etc.).

Por otro lado, y quizás es una de las características más


relevantes de este modelo, parte del supuesto de que los sesgos de
los jurados son una característica inherente a la inferencia social y al
conocimiento humano, en la medida que entiende que éste supone
la integración de nueva información y esquemas cognitivos
establecidos por información previa mente adquirida y representada.
En ese sentido, lo único que se puede hacer es crear las
condiciones óptimas para una decisión judicial, una vez conocida la
forma en que loes que mas cognitivos e información extralegal
interactúan con la información y evidencia legal.

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