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PROYECTO DE TESIS
AUTOR
ASESOR
LIMA - PERÚ
2014
Con todo mi cariño y mi amor para
las personas que hicieron todo en
la vida para que yo pudiera lograr
mis sueños, por motivarme y
darme la mano cuando sentía que
el camino se terminaba, a ustedes
por siempre mi corazón y mi
agradecimiento. Papá y mamá.
2 ii
AGRADECIMIENTO
3 iii
Resumen
Los niños desde que nacen dependen, de los padres, ellos nos cuidan y nos dan
cobijo, pero en ciertas oportunidades se tiene que ir “soltando” al niño para que
luego no dependa de nadie.
4 iv
Abstract
Children from birth depend parents, they care for us and give us shelter, but at
certain times you have to go "releasing" the child to then not dependent on anyone.
We will use the questionnaire emotional Unit Lemos & Londoño (2000)
5 v
ÍNDICE
Carátula i
Dedicatoria ii
Agradecimientos iii
Resumen / Abstract iv
Índice vi
Introducción ix
6 vii
1.5.2. Hipótesis secundarias 16
Capítulo II: 19
2.3.1. Nacionales 20
2.3.2. Internacionales 22
2.4.1.7. Prototipos 39
7 vii
Capítulo III: Metodología 52
3.3.1. Población 52
3.3.2. Muestra 52
3.5.1. Técnicas 53
4.2. Presupuesto 55
Anexos
8 viii
INTRODUCCIÓN
El tema del proyecto elegido fue por la inspiración de varios libros de autoayuda,
libros de problemas de pareja, luego también la importancia que se le debe dar a
los problemas de pareja, porque ese tipo de inconvenientes pueden desencadenar
mayores malestares y perdidas. Esta investigación ayudará a que se pueda
identificar en qué grado, los estudiantes de psicología de los tres primeros ciclos
de la universidad Alas Peruanas, se encuentran en el tema de dependencia
emocional.
Ayudará a que los mismos estudiantes puedan prevenir entrar en depresión por el
golpe emocional que pueden sufrir cuando sus relaciones de dependencia
culminen y apoyarse en la resiliencia para que sean unas personas exitosas en la
vida. Con la investigación se podrá identificar de qué manera dichos estudiantes
pueden estar pasando por una relación dependiente y en qué nivel se encuentran,
pudiéndose notar de que si no actúan en un futuro será un impedimento o un
problema para su desarrollo profesional.
9 ix
CAPITULO I
Otra de las razones es la gran cantidad de personas que han sufrido decepciones
amorosas, confundiendo amor con costumbre y dependencia emocional, la
investigación hará que las personas tomen conciencia de que no se necesita sufrir
necesariamente para ser feliz, que no tienen porque sentirse amarrados en una
relación que puede llegar a ser dañina para ellos.
Una vez en una conversación con una profesora, se le preguntó acerca de cómo
llegar a tener felicidad plena con la pareja.
Ella refirió; que la felicidad no siempre es plena, que para llegar a sentirla no
necesariamente se necesita sufrir, que las parejas alimentan dudas, los celos por
la propia inseguridad y crean una dependencia hacía la otra persona, dejando de
ser uno mismo por ser la persona que la pareja desea, lo cual ocasiona un vacío
emocional.
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Por otro lado recordando, que en una campaña de salud con unos compañeros de
clases, llegó una muchacha pidiendo consejería, cuando no estaba con su pareja
se sentía vacía y sola, necesitaba que antes de tomar cualquier decisión era
necesario que el esté presente, y no quería que en un futuro él le falte. Luego
indicaba que cuando había problemas ella deseaba dar por culminado la relación
pero luego se arrepentía y quería verlo nuevamente, ella no sabía si lo que sentía
por él era amor o una dependencia. Esta investigación es en base a estos tipos de
casos pretende despejar algunas dudas referentes a la dependencia y evitar que
se pueda confundir el amor.
11
1.3. Formulación del problema
Se puede notar muchas causas en dicha problemática, como por ejemplo: Una de
ellas es el apego que desarrollamos, nosotros los jóvenes, a nuestros padres
desde que estamos en la infancia y vamos creciendo, el saber que están nuestros
padres para resolver cualquier problema que se nos presente, ayudándonos en
todo momento y que no movamos ni un dedo para ayudar.
Congost (s.f.) explica que, la Dependencia Emocional es una adicción hacia otra
persona, generalmente la pareja.
Cuando uno sufre dependencia, genera una necesidad desmesurada del otro,
renunciando así a su libertad y empezando un camino de lo más tortuoso y
desagradable, en que por cada minuto de falsa felicidad, derramamos litros y litros
de lágrimas.
12
En todos las personas que sufren Dependencia Emocional, los síntomas son muy,
muy parecidos.
Vamos a verlos.
Síntomas de la Dependencia:
Necesitar al otro
Incluso puedo llegar a hacer cosas que jamás me habría imaginado que iba a
hacer.
Nos damos cuenta que estamos estancados, y aun así seguimos luchando.
13
A veces hay maltrato. No se da en el 100% de los casos, pero en muchos de ellos
hay implícito un maltrato psicológico que se hace bastante evidente cuando en
una terapia se empieza a analizar y profundizar en los detalles de la relación. A
veces, incluso puede ser físico.
14
¿Cuál es el nivel de búsqueda de atención en estudiantes de la carrera de
psicología humana de la Universidad Alas Peruanas– Sede Lima?
15
1.5. Hipótesis de la investigación
16
1.6. Justificación de la investigación
Los niños desde que nacen dependen de sus padres, más de la madre, ellos nos
cuidan y nos dan cobijo, pero en ciertas oportunidades se tiene que ir “soltando” al
niño para que más adelante no dependa de nadie, en ciertos casos los padres
atosigan a sus hijos a que tengan cuidado a golpearse y por eso les ayudan hasta
en lo más mínimo sin darse cuenta del daño que le pueden causar a largo plazo.
Ayudará a que los mismos estudiantes puedan prevenir entrar en depresión por el
golpe emocional que pueden sufrir cuando sus relaciones de dependencia
17
culminen y apoyarse en la resiliencia para que sean unas personas exitosas en la
vida.
18
CAPITULO II
19
2.3. Antecedentes de la investigación
2.3.1. Nacionales
La muestra utilizada para los tres estudios estuvo compuesta por 71 personas
casadas, 83.1% mujeres y 16.9 % hombres entre 37 y 78 años de edad (M=55.48,
SD=8.94), residentes en la ciudad de Lima.
20
Adicionalmente, el estilo de amor Ágape predice, junto con Eros, la satisfacción y
el compromiso.
21
Se encuentran los siguientes resultados; habiéndose realizado las contrastaciones
respectivas con la finalidad de verificar si existe mayor nivel de dependencia
emocional en mujeres violentadas que en mujeres no violentadas de la H.U.P “El
Satélite” de Nuevo Chimbote 2013, de cuyos resultados se obtuvo que
evidentemente existe mayor nivel de dependencia emocional (p = 0.00) en
mujeres violentadas de la H.U.P “El Satélite” (82,2%) en el nivel alto; en
contraposición de un (5,1%) en el nivel bajo de la dependencia emocional en
mujeres no violentadas de la H.U.P “El Satélite”. Esto nos indica que las mujeres
violentadas carecen de esa necesidad extrema de carácter afectivo que ellas
sienten hacia su pareja, con actitudes de admiración, sumisión y por lo tanto de
una dependencia emocional exagerada.
Ana María Portugues Galvao (2006), con su investigación, “La soledad y el apego
en los adolescentes”
La muestra quedó constituida por 422 sujetos y con una edad media de 17 años,
62,3% mujeres y 37,7 varones de la Universidad de Extremadura - España. Se
aplicaron los siguientes instrumentos: "Cuestionario de vcaracterizacao Socio-
Demográfica; Questionario de Relacoes Familiares (Matos&Costa 1998);
Questionario de Relacoes Amorosas (Matos Costa 1997) Questionario de
Realcoes de Amizade. Y el "The Louvain Loneliness Scale for Children and
Adolescebts (Leka 1996).
22
A lo largo de nuestro estudio se verificó como chicos y chicas experimentan
distintos niveles de soledad en cada subescala medida.
María de la Villa Moral Jiménez; Carlos Sirvent Ruiz (2009), “Dependencia afectiva
y género: perfil sintomático diferencial en dependientes afectivos españoles”, de la
Universidad de Oviedo – España, a través de su publicación para la Interamerican
Journal of Psychology
Los resultados mostraron que los cuidadores son el 82.2% mujeres, la edad media
es 58.7% años y el 25% tiene más de 69 años. La mayoría son amas de casa y su
23
nivel educativo es bajo. El 45.5% son hijas de la persona cuidada y el 22.5% son
conyugues. La mayoría convive con el familiar que cuidan aunque un 25.4% rota
en el cuidado. El 10.5% son cuidadores pagadas. Los cuidadores varones tienen
una edad media más elevada, predominan los jubilados, conyugues de la persona
cuidada. Más de la mitad de los cuidadores padecen alguna enfermedad
importante.
No se encuentra una marcada diferencia entre cual de los géneros tiene mayor
tendencia a padecer dependencia emocional.
24
Mónica Guzmán y Paula Contreras (2012), de la Universidad Católica del Norte –
Chile, en su publicación: “Estilos de apego en relaciones de pareja y su asociación
con la satisfacción marital”.
Los resultados del presente estudio sugieren algunas reflexiones interesantes. Los
hallazgos muestran que ser hombre o mujer no tiene relación con el grado de
satisfacción al interior de la relación. Desde el punto de vista psicosocial y clínico,
este aspecto cobra sentido a la luz de estudios en terapia de pareja que señalan
que son las mujeres las que más se quejan de la relación de pareja respecto de
los hombres.
25
2.4. Bases teóricas
Algunos investigadores como Walter Riso (2013) cuenta una de sus tantas
experiencias.
Una mujer había entrado en un juego perverso por culpa de su ego. Le llovían
pretendientes y podría haber elegido a cualquiera, sin embargo, tuvo la mala
suerte de encontrar un hombre «ni contigo, ni sin ti», que se resistió a caer rendido
a sus pies: un día quería y al otro no sabía qué hacer. La mujer, acostumbrada a
ganar siempre, se sintió afectada en su autoestima e hizo lo que nadie debería
hacer en una situación como ésta: convirtió la conquista en un reto personal.
Los retos en el amor no son aconsejables; es como jugar con una granada de
mano sin el seguro puesto. Cuando la gente me dice que su relación se ha
convertido en un «reto» o en un «desafío», sé que ésta no es buena.
Mi paciente estuvo tres años enganchada entre el odio y la alegría esporádica a
un amor totalmente indeciso. Es el síndrome del «cazador cazado»: de tanto
insistir e intentar resolver lo que no tenía solución, terminó enamorada hasta la
médula. ¡Tres años metida de los pies a la cabeza, sin más objetivo en la vida que
convencer al otro de que la amara a tiempo completo! Aristófanes, el gran
comediante griego, afirmaba: «Si no te quieren como tú quieres que te quieran,
¿qué importa que te quieran?». Dicho de otra forma: si no saben que te quieren,
¿de qué te sirve ese amor
Cuando uno sufre dependencia, genera una necesidad desmesurada del otro,
renunciando así a su libertad y empezando un camino de lo más tortuoso y
desagradable, en que por cada minuto de falsa felicidad, derramamos litros y litros
de lágrimas.
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En todos las personas que sufren Dependencia Emocional, los síntomas son muy,
muy parecidos.
Vamos a verlos.
Síntomas de la Dependencia
Necesitar al otro.
Exigirle al otro que me dé más muestras de que está enamorado de mi, ya que si
no, ya interpreto que “no soy importante para él” “que no me quiere”.
Deseo de que en todo momento quiera estar conmigo, que me haga sentir
constantemente que “soy su prioridad”, aunque a menudo, por la manera de ser
del otro, no lo voy a sentir.
Generar una gran necesidad de Control absoluto del otro (y esto lleva a
discusiones en la relación)
Incluso puedo llegar a hacer cosas que jamás me habría imaginado que iba a
hacer (cosas incluso degradantes para mí) con tal de no perderle.
Se van dejando amigos de lado, seres queridos...ya que el mundo gira totalmente
en torno a él, nos vamos aislando con el otro. Aunque el otro, a menudo, sigue con
su vida de amigos y demás.
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La relación nos genera ansiedad, no dormimos bien por las noches, a menudo
tenemos ganas de llorar desconsoladamente y sintiendo una gran impotencia por
la misma situación.
Nos damos cuenta que estamos estancados, y aun así seguimos luchando.
Eliminar la dependencia emocional es posible, para ello es uno mismo el que debe
tomar la decisión de cambiar para tener una mejor calidad de vida. Las personas
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que sufren de apego excesivo, no disfrutan de las relaciones, se enganchan en
exceso y pierden su individualidad satisfactoria. Hay más porcentaje de mujeres
con este problema, aunque también hay hombres que lo sufren exactamente igual
que cualquier mujer, con la desventaja de que les suele dar más vergüenza acudir
a una consulta psicológica. Sienten que su hombría está en duda, cuando en
realidad nada de eso tiene que ver, una autoestima baja puede acarrear este
problema, independientemente del sexo de la persona.
Tu felicidad se centra en una sola persona, no disfrutas de otra cosa que no sea
estar con quien amas o aprecias.
Evitas a toda costa dar la contraria para evitar enfrentamientos, te invade el temor
a molestar o a ser rechazado.
Sólo te sientes bien contigo mismo si te sientes querido, si no hay alguien a quien
querer, te sientes vacío, sin amor propio. A cualquiera nos gustaría tener a alguien
especial en nuestra vida, lo que diferencia a una persona no dependiente, es que
cuando están solo/as pueden tener momentos de melancolía, pero eso no les
detiene para seguir disfrutando de otras facetas de su vida. En cambio la persona
dependiente no puede estar sola, se deprime, su autoestima decae y no es capaz
29
de disfrutar de la vida. El sentimiento de culpa está a menudo contigo, sientes que
eres el responsable de la felicidad de los demás, ya sea tu pareja, familia,
amistades, etc. Te sientes con la obligación de contentar a los demás y si no lo
haces te sientes culpable.
Te invade el miedo a menudo, miedo a perder a esa o esas personas que tanto
amas o aprecias. Ese miedo te impide disfrutar como deberías de las relaciones.
Necesitas al otro/a, sino la vida pierde total sentido, necesitas que te demuestre
que le importas, de la manera tan excesiva que te importa a ti. Si no lo hace
piensas que no te quiere y te enfadas. Las exigencias cobran vida.
Esa persona está tanto en el centro de tu vida, que tus amistades y demás pierden
importancia para ti. Hay tendencia de aislamiento social, sólo te apetece estar con
esa persona, y cuanto más tiempo diario mejor.
30
2.4.1.2. Listado de cosas que te perjudicaban y has hecho por amor o
cariño
Una vez que ya has reconocido que tienes un problema y tienes el convencimiento
de que quieres eliminar la dependencia emocional de tu vida, haz un listado de
cosas que has llegado a hacer por alguien, que a ti te perjudicaba. Debes ser
consciente de que una persona dependiente no se fija en su bienestar personal,
prefiere contentar a la otra persona para no perderla. Si quieres cambiar, lo
primero que debes hacer es pensar en ti lo primero, que tu bienestar sea lo
principal en tu vida.
¿Qué cosas tenía la otra persona que te perjudicaban?, ¿Qué has hecho tú por el
otro que a ti te hacía daño? Ejemplos: ¿Has dejado de lado amistades, familia,
actividades, hobbies, estudios, desarrollo personal, etc..?, ¿Te han tratado con el
respeto que te mereces?, ¿Has hecho cosas que no están bien para no perderle?
¿Cómo ha sido tu estado emocional?, ¿Sientes que has mendigado amor o afecto
y has ido muy insistente detrás?, a parte de esta persona ¿Has tenido otras
facetas en tu vida donde has disfrutado? Pueden ser hobbies, amistades, etc…
¿Has aguantado muchas cosas negativas con tal de no perderle?, etc… Es
importante que hagas consciente el sufrimiento que has tenido por ser una
persona dependiente. Piensa en todo lo negativo que te ha traído esa relación, de
esta manera reforzarás tus ganas de cambiar y de eliminar la dependencia
emocional.
31
2.4.1.4. Aprender a estar solo/a
La vida es más bonita con amor, pero éste llega sanamente cuando uno se siente
bien consigo mismo. No podemos tener una relación sana si antes no nos hemos
desarrollado como personas. Cuando uno mismo se ama y no necesita a los
demás, es cuando está preparado para querer de una manera sana. A todos nos
gustaría tener una pareja ideal, a personas a quien querer, etc… Pero una cosa
es “necesitar”y otra muy diferente es “desear”. Cuando lo necesitas no funciona,
porque si uno no se ama a sí mismo, tampoco podrá amar a los demás de una
manera madura y sana. Uno debe aprender a disfrutar de la vida sin pareja. Hay
infinidad de cosas que hacer. Desarrolla tus habilidades, labra tu futuro, dedica
tiempo a tus hobbies, haz amistades con gente buena, viaja, mira a tu alrededor
para disfrutar de las pequeñas cosas, y sobre todo cuídate y ámate como te
mereces.
La investigación en apego adulto fue iniciada a mediados de la década del 80' por
psicólogos sociales (Hazan & Shaver, 1987), quienes aplicaron las ideas de
Bowlby y Ainsworth al estudio de relaciones amorosas. Estos investigadores
encontraron paralelos entre las cualidades de apego infantiles y los patrones de
conducta y sentimientos en relaciones de pareja de adolescentes y adultos. Los
individuos seguros se sienten confortables y tranquilos dependiendo afectivamente
de sus parejas y no tienen problemas de que otros dependan afectivamente de
ellos. Los individuos evitativos o rechazantes tienden a mostrarse poco
confortables en relaciones cercanas y valorizan excesivamente su autonomía.
Finalmente, los individuos clasificados como "preocupados" se muestran
inseguros, ansiosos, lábiles y excesivamente apegados en sus relaciones
afectivas. Esta línea de investigación ha desarrollado múltiples cuestionarios y
escalas de autorreporte para evaluar el apego en adultos y sus clasificaciones
incluyen tanto categorías cualitativas similares a las tradicionales como también
dimensiones cuantitativas que subyacen a los diferentes estilos de apego en
32
relaciones interpersonales cercanas (Bartholomew & Horowitz, 1991; Collins &
Read, 1990; Hazan & Shaver, 1987; Simpson, 1990).
A simple vista podemos distinguir que las mayores diferencias entre estas líneas
de investigación son los constructos sobre los que trabajan y los sistemas de
clasificación a los que aspiran. En la literatura encontramos variados argumentos
que apoyan la idea de que ambas formas de evaluar el apego adulto no estarían
relacionadas. Las mediciones del apego en relaciones amorosas conciernen al rol
del apego en el contexto de pareja, lo que entre otras cosas está influenciado por
variables tan diversas como el atractivo sexual. Por su parte, las mediciones como
las que realiza el AAI se concentran principalmente en las formas en que el estado
mental con respecto al apego afecta la investidura parental, lo que podría estar
influenciado por otras variables como la viabilidad de descendencia o las
condiciones ambientales en que la paternidad se desarrolla (Shaver et al., 2000).
Por otra parte, se ha visto que algunos aspectos importantes de las relaciones de
pareja, relacionados al género, como por ejemplo la confianza en alguien del sexo
opuesto, podrían estar especialmente afectados por la historia personal de apego
con el padre del sexo opuesto (Collins & Read, 1990), mientras que para ambos
sexos la parentalidad podría estar más afectada por la relación temprana con la
madre, dado que esta está usualmente más involucrada y disponible en esa
función (Belsky, 1999; Shaver et al., 2000). Además, las escasas comparaciones
directas entre mediciones con el AAI y autorreportes no han arrojado asociaciones
estadísticamente significativas, particularmente con respecto a las categorías
tipológicas dadas por ambos tipos de instrumentos. Por último, un cuestionamiento
de peso es el de George y West (1999 en Buchheim & Strauss, 2002), quienes
plantean que las mediciones basadas en el modelo representacional son más
cercanas a lo que Bowlby consideraba como "modelo operante" que en el adulto
incluiría, entre otras, variables inconscientes. En cambio, las mediciones que
utilizan un modelo comportamental sólo lograrían captar estados superficiales y
conscientes de relaciones interpersonales.
33
A pesar de lo anterior, otras investigaciones han entregado evidencias que apoyan
la idea de que ambos tipos de mediciones estarían relacionadas, al menos en
algunos aspectos. Algunos de ellos muestran que los autorreportes sobre apego
en las relaciones amorosas predicen conductas y sentimientos asociadas a la
parentalidad (Rholes, Simpson & Blakely, 1995 en Shaver et al., 2000; Rholes,
Simpson, Blakely, Lanigan & Allen, 1997 en Shaver et al., 2000), y otros sobre la
capacidad de predicción del AAI de conductas y sentimientos en relaciones de
pareja (Cronwell & Waters, 1997 en Shaver et al., 2000).
Al parecer, aún no existen suficientes evidencias para apoyar una u otra postura,
probablemente porque ambos modelos podrían estar íntimamente conectados.
Tanto la representación mental con respecto al apego como los comportamientos
de apego en relaciones amorosas emergen de la historia de múltiples relaciones
de apego de una persona, comenzando con los padres. Ambos, el AAI como las
mediciones de autorreporte se relacionan con la seguridad y las estrategias de
regulación emocional (también llamadas estrategias de hiperactivación y
desactivación emocional, Dozier & Kobak, 1992), y ambas clases de medidas
arrojan categorías psicodinámicamente similares a las identificadas por Ainsworth
y colaboradores (1978). Asumiendo que el grado de seguridad de una persona, su
capacidad para enfrentar la intimidad de las relaciones y las formas características
de manejar la ansiedad son producto de una larga historia de interacciones con
figuras de apego, es claro que no pueden existir similitudes, en todos los aspectos,
entre su estado mental acerca del apego y su estilo en las relaciones amorosas.
Sin embargo, en ambos dominios la capacidad de depender del cuidado de otro es
fundamental, como también lo es la disposición para que otro pueda depender de
nosotros cuando sea necesario (Shaver et al., 2000).
34
con diferente nivel de calidad. Cómo método, la entrevista resulta coherente con
un modelo que pretende evaluar representaciones a partir de las elaboraciones
mentales que los sujetos realizan de sus relaciones parentales. Sin embargo, su
aplicabilidad en el campo de la investigación cuantitativa es muy difícil por el
tamaño de las muestras y por el nivel de entrenamiento necesario para mantener
un adecuado nivel de confiabilidad. Por ejemplo, en el caso del AAI, el codificador
requiere de un sofisticado entrenamiento, además de un profundo conocimiento de
la teoría del apego. A su vez, el entrenamiento en su utilización es
extremadamente costoso y se realiza en pocas partes del mundo. Por su parte, los
instrumentos de autorreporte representan una suerte de continuidad con la
tradición de la psicología social y toda la medición en el ámbito de la personalidad
y las actitudes. Tales métodos, son rápidos y baratos de aplicar, por lo que
resultan muy atractivos para investigaciones con grandes muestras. Su gran
desventaja, es que los niveles de calidad en su construcción no siempre alcanzan
alta confiabilidad o validez. Aunque cada vez existen más estudios sobre el poder
estadístico y precisión de sus mediciones, de los numerosos instrumentos que
existen son pocos los que poseen esta certificación de calidad (Fraley, Waller &
Brennan, 2000).
Otra forma en que se expresa esta controversia entre mediciones del apego adulto
es con respecto al sistema de clasificación: categorial vs dimensional.
37
Al igual que los modelos categoriales, las mediciones dimensionales tienen
ventajas y desventajas. Una clara ventaja es la poca pérdida de información que
se obtiene al utilizar los instrumentos derivados de este modelo, por lo que son
particularmente útiles para tareas clínicas (Bartholomew & Shaver, 1998; Fraley &
Waller, 1998). En el campo de la investigación, ofrecen gran flexibilidad para el
análisis de datos utilizando correlaciones, modelos de regresión múltiple y
modelos de ecuación estructural. Además, se ha visto que son sumamente
confiables como medidas y entregan gran simplicidad para resumir con pocos
puntajes todo un comportamiento de apego de un individuo (Bartholomew &
Shaver, 1998; Griffin & Bartholomew, 1994).
Por otro lado, también tienen potenciales desventajas, por ejemplo en la pérdida
de algunas "propiedades emergentes" que podrían surgir de la combinación entre
dimensiones. Esto tendría que ver con la naturaleza nomotética de estos modelos,
versus mediciones ideográficas que dan cuenta de un retrato de los individuos
(modelo categorial). La aproximación dimensional estaría focalizada más bien en
las relaciones entre variables a través de distintos individuos (Griffin &
Bartholomew, 1994). Aparentemente, esto hace que la evaluación con jueces
expertos sea más complicada al codificar dimensiones que al establecer prototipos
o categorías (Bern, 1983 en Griffin & Bartholomew, 1994).
Un reciente estudio que avala el modelo dimensional postula que los estilos
"preocupado" y "rechazante" (dismissing) no necesariamente reflejan la dicotomía
seguridad versus inseguridad en el apego. Más bien, representarían dos
alternativas de estrategias para enfrentar las relaciones interpersonales en la
ausencia de una habilidad para formar relaciones cercanas y seguras (Stein et al.,
2002). En esta investigación, evalúan el comportamiento de cinco medidas de
apego adulto, realizando un análisis correlacional de componentes principales
entre ellos, obteniendo un mapeo ortogonal que arrojó una alta correlación de dos
componentes. El primero, inseguridad (seguridad vs temor), que se relaciona con
el nivel de ansiedad que experimenta la persona frente a las relaciones
interpersonales. El segundo, estrategia (rechazante vs preocupado), que se
38
relaciona con las estrategias que los individuos utilizan para enfrentar las
dificultades con las relaciones interpersonales.
De este modelo de dos componentes, los autores derivan tres posibles posiciones
de los individuos:
2.4.1.7. Prototipos
40
términos de ansiedad en el apego y la dimensión de modelo de los otros puede
ser conceptualizada en términos de evitación de la cercanía. Cada combinación
entre los modelos del self y de otros define un patrón de apego prototípico, es
decir, una particular estrategia de regulación de la seguridad en las relaciones
cercanas (Bartholomew, Kwong & Hart, 2001).
Según Ortiz (2002), indica que, Desde los trabajos pioneros de Hazan y Shaver
(1987) y Shaver y Hazan (1988) la teoría del apego se ha utilizado para analizar
las relaciones afectivas en la vida adulta. Los resultados obtenidos por estos
autores, corroborados por un gran cuerpo de investigación posterior (Simpson,
Rholes y Nelligan, 1992; Feeney y Noller, 1990) permiten, en primer lugar,
proponer que la teoría del apego es una perspectiva excelente para abordar las
relaciones afectivas en la etapa adulta, y, en segundo lugar, apoyan la idea de
Bowlby (1969) sobre el papel de la vinculación temprana en las experiencias
afectivas posteriores.
41
apego en el sistema exploratorio es menor que en la infancia. Sin embargo, se
puede afirmar que el amor romántico es semejante al apego del niño hacia el
cuidador principal en términos de búsqueda y mantenimiento de la proximidad, de
percepción de la figura de apego como base de seguridad y puerto de refugio, y
de ansiedad ante la separación.
42
aspectos de la personalidad claramente implicados en las relaciones afectivas,
parece evidente su relación con el grado de ajuste de pareja. Los estudios sobre
los patrones de apego en adultos han mostrado que las personas con un apego
seguro tienden a vivir las relaciones afectivas con alegría y emociones positivas,
confían en el otro, en general aceptan al compañero/a a pesar de sus defectos, y
tienen mayor capacidad para resolver los conflictos interpersonales. En las
personas evitativas el amor está muy frecuentemente marcado por el rechazo a la
intimidad, por la dificultad para depender de los demás, la falta de confianza, los
altibajos emocionales y la dificultad para aceptar los defectos del compañero/a.
Estas personas suelen dudar de la existencia o de la estabilidad del amor, se
perciben autosuficientes, desestimando la importancia de las relaciones afectivas.
En los sujetos ansiosos ambivalentes la experiencia de las relaciones afectivas se
caracteriza por una preocupación obsesiva por el abandono, el deseo extremo de
unión y reciprocidad, la desconfianza, los celos y una mayor vulnerabilidad a la
soledad. (Brennan y Shaver, 1995; Feeney y Noller, 1990; Pistole, 1989; Hendrick,
Hendrick y Adler, 1988; Hazan y Shaver, 1987).
Una interesante explicación del papel de los tipos de apego en la forma de vivir las
relaciones sociales y amorosas se basa en el concepto de modelos internos
activos. A partir de las experiencias reales de interacción se construye un modelo
interno que incluye expectativas, creencias y emociones asociadas sobre la
disponibilidad y la respuesta de la figura de apego y sobre la capacidad de uno
mismo para promover y mantener la relación afectiva. La ventaja de adoptar una
perspectiva sociocognitiva es que se centra en los mecanismos por los cuales las
creencias y expectativas influyen en el procesamiento de la información, los
sentimientos y la conducta, pudiendo funcionar de manera automática, incluso sin
el conocimiento consciente del sujeto (Baldwin, 1995; Baldwin, Fehr, Keedian,
Siedel y Thomson, 1993). En relación con el apego, el objetivo fundamental de las
personas ansiosas ambivalentes parece ser conseguir la aprobación y evitar el
rechazo. En consecuencia centran excesivamente su atención hacia los signos de
desaprobación de los demás. La excesiva preocupación por ellos mismos puede
generar un sesgo perceptivo que inhibe la atención hacia toda aquella información
43
no relevante para sus propias preocupaciones y necesidades. En el caso de los
evitativos, la motivación de mantener su independencia genera una hipervigilancia
de las señales de intrusión de los demás, y su autosuficiencia les lleva a evitar
toda información que active el sistema de apego (Collins y Read, 1994). En cuanto
a las expectativas sobre la respuesta de los otros a sus necesidades y demandas
afectivas, los seguros confían en los motivos de los demás, tienden a considerar
que la gente es altruista, y confían en la capacidad de respuesta, cariño y deseo
de unión de sus parejas. Por el contrario, los sujetos que puntúan alto en ansiedad
no creen en el altruismo, consideran que la gente se somete a las presiones
sociales y piensan que la naturaleza humana es difícil de comprender. En general,
ansiosos y evitativos tienen un concepto negativo de los demás (Pierce, Sarason y
Sarason, 1992; Feeney y Noller, 1990; Hazan y Shaver, 1987). Esta falta de
confianza en los demás y en los resultados positivos de la interacción social es
especialmente relevante en los sujetos evitativos (Baldwin et al., 1993).
Desde este punto de vista, es fácil entender la influencia de los estilos de apego
en el grado de ajuste de pareja, ya que los niveles de confianza-desconfianza en
uno mismo y en los demás mediatizan el grado de intimidad y de compromiso de
la relación de pareja. Según los datos obtenidos por diferentes estudios se
constata que las personas seguras muestran los mayores niveles de satisfacción e
implicación, mientras que entre los sujetos inseguros se registran los mayores
niveles de insatisfacción en las relaciones de pareja (Tim, 2000; Myers, 2000;
Rivera, 1999; Jacob, 1999; Davila, Bradbury y Fincham, 1998; Kirkpatrick y Davis,
1994; López et al., 1994; Kovac y Hazan, 1991). Sin embargo, queda por analizar
la relación entre el ajuste de pareja y el estilo de apego percibido en el compañero.
En este estudio se predice que el grado de ajuste diádico correlacionará
positivamente con el estilo de apego seguro individual y con la seguridad del
apego percibida en la pareja. Se espera también, atendiendo a la relativa
estabilidad de los modelos internos, una asociación entre el nivel de ajuste de la
pareja y la historia afectiva en el seno familiar.
44
Tanto los estudios sobre el apego adulto como los trabajos centrados en sus
implicaciones clínicas, permiten sugerir la existencia de unos patrones básicos de
expresión y modulación emocional relacionados con la seguridad-inseguridad del
apego. Así, Magai, Distel y Liker (1995), analizando la organización emocional en
adultos en relación con los patrones de apego, comprobaron que la seguridad del
apego se asociaba con emocionalidad positiva y con la capacidad de identificar e
interpretar correctamente las emociones de los demás. Asimismo, las personas
seguras afrontan de manera más constructiva sus emociones negativas, tienen
más conocimiento sobre las mismas y buscan el confort y soporte en sus figuras
de apego cuando lo necesitan (Koback y Sceery, 1988). Por el contrario, en los
ambivalentes se ha constatado una mayor tendencia a experimentar tristeza,
miedo, cólera y vergüenza y deformaciones en la interpretación de la cólera en los
demás, por la hipervigilancia a la misma. Estas personas se sienten indefensas y
sobrexcitadas y tienden a mostrar expresiones intensas de miedo y rabia, una
estrategia para reclamar el contacto, que han aprendido a lo largo de su propia
historia familiar. La percepción que los demás tienen de ellas es también
coincidente con elevadas manifestaciones de ansiedad y angustia (Kobac y
Sceery, 1988). En cuanto al estilo evitativo, se ha relacionado con rasgos
emocionales como desprecio, desagrado y tristeza, con dificultades para identificar
la alegría y falta de conocimiento sobre las propias emociones y sentimientos. Más
concretamente, las personas evitativas suelen mostrarse inseguras sobre sus
sentimientos hacia las figuras de apego y no son conscientes de su propia
hostilidad (Brennan y Shaver, 1995; Koback y Sceery, 1988). En los sujetos
evitativos el tipo de afrontamiento tiene que ver con la negación de las
necesidades afectivas, la utilización del trabajo como distracción, el evitar focalizar
su atención en los sentimientos o la utilización del alcohol para reducir tensiones
(Brennan y Shaver, 1995).
Como podemos observar, son cada vez más frecuentes los estudios sobre la
experiencia emocional y la regulación de las emociones en los diferentes patrones
de apego adultos, sin embargo, los datos sobre la relación entre el apego y la
capacidad para expresar emociones entre los miembros de la pareja son escasos
45
e indirectos. En este trabajo nos proponemos analizar la asociación entre ambas
variables. Se espera que el nivel de expresividad emocional en la pareja será más
elevado en las personas seguras y en los sujetos que perciben a su pareja como
segura.
46
relación principal. Era más probable que se implicasen en relaciones iniciadas
mutuamente y que disfrutasen del contacto físico con o sin sexo explícito.
Respecto al grupo de los ansioso-ambivalentes, encontraron que las mujeres de
este grupo tendían a implicarse más en exhibicionismo, voyerismo y en relaciones
de dominación-sumisión, y que los hombres de este grupo tendían a ser reticentes
hacia la experiencia sexual. Mujeres y hombres ansiosos ambivalentes parecían
disfrutar más con la expectativa de una relación sexual y con las caricias que con
comportamientos sexuales más explícitos. En general, la mayoría de los trabajos
revisados constatan que son variables de tipo subjetivo y relacional las que tienen
mayor valor predictivo sobre la satisfacción sexual. Hurlbert, Apt y Rabelh (1993)
encontraron que entre las mujeres no es la cantidad de orgasmos, sino la
consistencia de los mismos lo que predice el grado de satisfacción sexual,
asociándose ésta a la calidad de la experiencia de intimidad, en términos de
seguridad emocional. Y, tanto en mujeres como en varones emparejados, la
satisfacción sexual se asocia con variables como satisfacción general de pareja,
expresión emocional, satisfacción respecto a la comunicación específica de
asuntos sexuales, percepción de competencia marital o el sentimiento de equidad
en el ámbito de la pareja (Henderson-King y Veroff, 1994; López et al., 1994;
Cupach y Comstock, 1990; Snyder,1985). A tenor de la investigación previa en
nuestro trabajo se espera que la satisfacción sexual se asocie positivamente con
la seguridad del apego actual y con variables relacionales como el ajuste de pareja
y la capacidad para expresar emociones.
47
provoca la adicción es la relación de pareja, familiar o amical, y su objetivo es
llenar un vacío en el sujeto que la padece.
Dificultades para llevar una vida independiente, búsqueda incesante del candidato
a pareja y selección precipitada del mismo, miedo a no ser querido, miedo a la
pérdida del objeto de su amor y celos frecuentes, ideas contradictorias sobre el
amor y dificultad para romper aún cuando la relación sea altamente problemática y
generadora de malestar para el dependiente.
Algo que si desaparece se piensa que no podríamos vivir, ya que en esa persona
48
hemos puesto todas nuestras esperanzas e ilusiones y es en ese momento donde
inconscientemente la dependencia nos con lleva a que todas nuestras metas
pasan a un segundo plano, dando mucha más relevancia a las necesidades de la
pareja que a las nuestras.
Se aprendió que para ser amados debíamos cumplir con la expectativa de los
demás, nunca importunarlos o alterarlos o provocarlos, antes bien sofocar sus
estados de ánimo que nos hacían daño.
Rechazo materno.
49
2.4.1.9. Indicios de dependencia emocional
Amar significa sufrir: Lloramos mucho cuando estamos a solas. Creemos que los
demás sólo miran por sí mismos, mientras nosotros siempre nos mostramos
cariñosos, generosos y comprensivos.
Los conflictos son dramáticos: Le parece terrible que alguien se enfade con usted,
se culpa y acaba cediendo por miedo a que la rechacen o abandonen. Se
responsabiliza totalmente de que las relaciones vayan bien.
Obsesión con las discusiones: Nos produce ansiedad y nos justificamos una y otra
vez lo que dijimos. Imaginamos conversaciones nefastas en las que se nos critica
duramente. Nos sentimos agotadas y desesperanzadas.
50
soñamos e imaginamos que nos dice lo especial que somos. Si logramos salir con
él, nuestras conversaciones y pensamientos se centran alrededor de ese hombre.
Practicar el sexo compulsivamente: En parte, intentamos ser muy buenos amantes
y nuestro placer depende de lo bien que pensemos que se lo pasa él. En muchas
ocasiones, nos sentimos utilizados, y no nos satisface "como habíamos soñado",
pero no comentamos nada a nuestro amante para no defraudarle.
La esperanza mágica: Nos mantiene la ilusión de que en algún futuro cercano todo
cambiará; que nuestro patrón de conducta, con el que hoy sufrimos, un día nos
hará felices; y que lo único necesario es seguir esforzándonos.
51
CAPÍTULO III
METODOLOGÍA
3.2.1. Población
3.2.2. Muestra
52
3.3. Variables, dimensiones e indicadores
9, 10, 20
Expresión límite
3, 4
Búsqueda de atención
3.5.1. Técnicas
La encuesta
La nota
La observación directa
53
CAPÍTULO IV
2. Revisión de la
literatura
3. Marco teórico
4. Diseño de
hipótesis, variables
e indicadores
5. Diseño y
selección de
muestra
6. Elaboración de
instrumentos de
recolección de
datos
7. Aplicación de
instrumentos de
recolección de
datos
8. Análisis y
representación de
datos
9. Elaboración de
resultados
54
10. Elaboración de
anexos, graficas,
etc.
11. Elaboración de
reporte final
4.2. Presupuesto
A. Personal
B.-Bienes
Papel 40.00
Lapiceros 3.00
C.-Servicios
Fotocopias 35.00
Internet 0.00
Impresiones 130.00
Pasajes 40.00
Viáticos 10.00
Tipeo 0.00
55
Encuestadores 0.00
Transcripciones 0.00
Total 473.00
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
56
CONGOST, Silvia, (s.f.), Manual de dependencia emocional afectiva. Recuperado
el 16 de Marzo del 2014, de: file:///C:/Users/Usuario/Downloads/GUIA-
DEPENDENCIA+EMOCIONAL.pdf
BARAK, José H., (2005), Evaluación del Apego en el Adulto: Una revisión, Psykhe.
Vol. 14, (1), pag. 181 – 191
ANEXOS
Anexo 1
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MARIANTONIA LEMOS HOYOS, NORA HELENA LONDOÑO ARREDONDO
ANEXO A
CDE
Instrucciones:
Enumeradas aquí, usted encontrará unas afirmaciones que una persona podría
usar para describirse a sí misma con respecto a sus relaciones de pareja. Por
favor, lea cada frase y decida que tan bien lo(a) describe. Cuando no esté
seguro(a), base su respuesta en lo que usted siente, no en lo que usted piense
que es correcto.
Elija el puntaje más alto de 1 a 6 que mejor lo(a) describa según la siguiente
escala:
1 2 3
4 5 6
58
6. Si mi pareja no llama o no aparece a la hora acordada me 123456
angustia pensar que está enojada conmigo
7. Cuando mi pareja debe ausentarse por algunos días me siento 123456
angustiado
8. Cuando discuto con mi pareja me preocupa que deje de 123456
quererme
9. He amenazado con hacerme daño para que mi pareja no me 123456
deje
10. Soy alguien necesitado y débil 123456
11. Necesito demasiado que mi pareja sea expresiva conmigo 123456
12. Necesito tener a una persona para quien yo sea más especial 123456
que los demás
13. Cuando tengo una discusión con mi pareja me siento vacío 123456
14. Me siento muy mal si mi pareja no me expresa constantemente 123456
el afecto
15. Siento temor a que mi pareja me abandone 123456
16. Si mi pareja me propone un programa dejo todas las actividades 123456
que tenga para estar con ella
17. Si desconozco donde está mi pareja me siento intranquilo 123456
18. Siento una fuerte sensación de vacío cuando estoy solo 123456
19. No tolero la soledad 123456
20. Soy capaz de hacer cosas temerarias, hasta arriesgar mi vida, 123456
por conservar el amor del otro
21. Si tengo planes y mi pareja aparece los cambio sólo por estar 123456
con ella
22. Me alejo demasiado de mis amigos cuando tengo una relación 123456
de pareja
23. Me divierto solo cuando estoy con mi pareja 123456
59
60