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“El grito manso” de Paulo Freire

(Resumen)

1. Trabajar con la gente. Por Roberto Iglesias.

El primer capítulo escrito por Roberto Iglesias permite tener una breve reseña de
lo que fue la vida de Freire, considerándolo como una “figura paradigmática de
los años 70” siendo este personaje un modelo desafiante para nosotros los
latinoamericanos tanto en el ámbito educacional, social y político.

Al conocer parte de las hazañas de Freire dentro del área de la educación y al


saber que en su natal Brasil constituye cerca de 3000 círculos de cultura de
alfabetización me llama mucho la atención una frase descrita por el autor
Roberto Iglesias la cual menciona de la siguiente manera: “la gente aprendía a
leer y a escribir a partir de su propia realidad”, es decir en el contexto social y
dramático en el que se encontraban las personas éstas luchaban en contra de su
misma ignorancia y ayudadas por Freire quien les instruyó así como lo hizo en
distintos países de Latinoamérica al ser exiliado por la dictadura de su país.

Según Iglesias Freire fue considerado “pasado de moda” y esto debido a que este
renombrado autor pretendía cambiar y construir una propuesta revolucionaria y
abogar por los sectores más necesitados lo cuales según el habían sido olvidados
por el sistema.

2. La construcción de la propia existencia.


ex istencia. Por los coordinadores Orlando
Balbo y Augusto Bianco.

En el segundo capítulo autores como Orlando Balbo y Augusto Bianco resaltan


como lo dice el titulo la construcción de la propia existencia de Freire y así como
lo considera este importante autor principalmente el autoconocimiento y respeto
entre los hombres.

Por ello, es importante poder tener un autoconocimiento de sí mismo así como lo


menciona Freire ya que al autoconocerse podemos saber la capacidad que
tenemos como personas y las distintas habilidades que nos permiten
desarrollarnos cada día más en este mundo competitivo, por eso es necesario que
nos auto-observemos diariamente con el propósito de auto-descubrirnos; y solo
mediante tal proceso de autoconocernos podremos respetarnos a nosotros
mismos y a las demás personas que nos rodean y así mismo se nos permitiría
cambiar nuestro nivel de vida y el de la sociedad.

Freire consideraba de vital importancia así como el autoconocimiento y el respeto


por los demás, la enseñanza de valores en la sociedad especialmente el respeto,
generosidad, hermandad y la tolerancia, ya que lamentablemente son cada vez
menos aplicados en el seno de las familias y de la sociedad actual de nuestro
país. Todos somos testigos y quizás víctimas de las consecuencias de la pérdida
de valores en la sociedad, cada día comprobamos en carne propia o a través de
los medios de comunicación, el alarmante aumento que registran las estadísticas
de delincuencia, violencia intrafamiliar y otros fenómenos que se alimentan de los
vacíos que se producen al interior de la familia.

3. Feliz y Desafiado (Al recibir el Honoris Causa) Por Paulo Freire.

En el tercer capítulo de su insuperable obra y descrita por el mismo muestra su


agradecimiento en la Universidad de San Luis por haber sido reconocido por la
entrega del “Honoris Causa” y cuyas primeras palabras van dirigidas a dos
personas y grandes amistades con los cuales trabajó y compartió valiosos
momentos de su vida.

Agradece también a las personas que asistieron a su homenaje y a provecha la


ocasión de indagar cuan valiosos e importantes son los valores en la educación,
mostrándose como una persona alegre, agradecida, diciendo estas palabras: “una
de mis mejores virtudes es este sentimiento de carencia, de necesidad del otro” y
demuestra gran sabiduría al mencionarlas y describiéndose con necesidad en los
demás, una necesidad mutua y demostrando la importancia de la humildad, que
en la realidad actual así como mencionaba en el capítulo dos se han perdido
dichos valores en la sociedad. Por ello Freire se enfoca en el valor de la humildad
 y cabe pensar que la humildad es igualmente una condición indispensable para
aprender cosas nuevas y superarnos permanentemente en todos los aspectos de
nuestra vida, por ejemplo: al aceptar una crítica constructiva por parte de
alguien.

Gracias a ella tomamos conciencia de nuestra infinita pequeñez frente a la


inmensidad del universo y a la sabiduría de la naturaleza, así como al del
conocimiento y las experiencias de la humanidad a lo largo de la historia. Esta
conciencia de nuestras limitaciones nos aleja de la soberbia como lo menciona
Freire al dar su discurso de agradecimiento y la vanidad de quienes viven como si
fueran los dueños o señores del mundo, lo supieran todo y nunca fueran a morir.

4. Práctica de la pedagogía crítica (Primer parte del Seminario-taller) Por


Paulo Freire.

En el cuarto capítulo de su obra Freire en la primera parte de su seminario trata


el tema: “la práctica educativa, la manera de cómo poder comprenderla y el
compromiso de ésta con la vida y el mundo. Además toma en cuenta como
educadores y educadoras cuál es la concepción que se tiene respecto al hombre y
la mujer como seres históricos que se hacen y se rehacen socialmente, pero que
al mismo tiempo les considera seres incompletos, inacabados o inconclusos.

Cabe explicar que Freire hace mención de la existencia humana, y la manera en


la que todos nosotros tanto hombres y mujeres dimos paso a la invención de la
sociedad comprendiendo de tal manera que somos seres interminados es decir
podemos dar cada vez más, de igual forma somos seres inacabados y esto se
demuestra mediante “la educabilidad del ser”, es decir mediante la educación los
seres humanos llegamos más allá del mundo, nos permite percibir y darnos
cuenta de la realidad que se encuentra en nuestro alrededor.
El primer lugar en donde recibimos parte de la educabilidad del ser se da en la
familia, como una base primaria, pero conforme nosotros crecemos necesitamos
de otros medios en los cuales nos podamos desarrollar más específicamente, y
con esto me refiero a la escuela, puesto que es en la escuela más que en ninguna
otra parte donde nos enfrentamos por primera vez de forma rigurosa al mundo
del conocimiento y experimentamos las primeras señales de nuestra futura
vocación. Además de contribuir de manera significativa en nuestra formación
académica y de sentar en nosotros las bases del estudio, la escuela nos brinda la
oportunidad de convivir también por primera vez con personas diferentes de
nuestro núcleo familiar, como lo son los compañeritos de clase y sobre todo con
los profesores.

5. Elementos de la situación educativa (Segunda parte de Seminario-


taller) Por Paulo Freire.

En el quinto capítulo del libro, Paulo Freire hace mención de algo que para él es
de bastante importancia y me refiero a la situación educativa y a los elementos
que la constituyen como lo son: la presencia de un sujeto, el educador o la
educadora y la presencia de los educandos, de los alumnos. En la situación
educativa como se menciona anteriormente es muy importante la relación entre
educador-educando, pero al mismo tiempo es importante en qué lugar o sitio se
lleva a cabo tal relación o a lo que Freire mencionaba como: espacio pedagógico
en el que Freire hace una crítica en las malas condiciones en las que se
encontraban cierta cantidad de escuelas en su país.

Cabe mencionar que en nuestro país, el espacio pedagógico en el que se


desarrollan la mayoría de las escuelas de gobierno o públicas no son en las
mejores condiciones ya que no se ha prestado la debida importancia en cuanto a
la infraestructura, materiales didácticos, entre otros, los cuales hacen que el
proceso de aprendizaje tanto para maestros como para los estudiantes no se de
cómo lo es debido. La mayoría de los maestros trabajadores de escuelas de
gobierno se quejan por no obtener según ellos el debido material didáctico para
poder desarrollar su materia lo mejor posible y de la misma manera los
estudiantes la gran mayoría por la situación económica en la que se encuentran
les es muy difícil poder comprar u obtener todo el material que necesitan a lo
largo del año escolar.

6. La lucha no se acaba, se reinventa. Por Paulo Freire.

Freire en su sexto capítulo comienza con una serie de preguntas y respuestas las
cuales piensa son de sumo interés tanto para los docentes como para los
estudiantes de las cuales retomaré y explicaré unas cuantas. La primera
pregunta Freire la plantea de la siguiente manera: ¿Cómo motivar a los alumnos
e impedir que se adapten al desinterés, al individualismo y a la falta de
solidaridad imperante?
Esta pregunta se asemeja en gran manera a la realidad en la que vive nuestro
país debido a la situación económica por la que este está pasando ya que la
mayoría de los estudiantes no logran terminar satisfactoriamente el bachillerato
 ya sea por diferentes motivos tanto económicos como sociales; y algunos otros
pocos que logran de alguna manera poder estudiar en la universidad y terminar
con éxito se encuentran con faltas de empleo y oportunidades llevándoles al poco
o desinterés total, por lo tanto tenemos que hacer nuestro este problema.

¿Cómo lograr el cambio en la actitud docente? Según Freire es indispensable que


el docente esté dispuesto a cambiar, es decir tenga una actitud positiva en cuanto
al bienestar de sus alumnos y la mejoría de éstos, que el docente se preocupe por
un buen aprendizaje por parte de sus alumnos y responda de una forma
adecuada a las necesidades que éstos presentan.

¿Qué entiende por ética del educador? Para Freire la ética establece los principios
morales de convivencia y respeto, regla en nuestra presencia en el mundo. La
ética permite conocer gran parte de la personalidad de un ser humano.

7. La confrontación no es pedagógica sino política (Conferencia de


prensa) Por Paulo Freire.

El séptimo capítulo es el último realizado por el autor Paulo Freire trata en este
grandes temas de los años 60 y 70, entre ellos la libertad y la autodeterminación
de los pueblos y hace un llamado a las nuevas generaciones a que cambien y
busquen nuevos caminos de lucha.

Al hablar de lucha y libertad nos referimos a los problemas a los cuales se


enfrenta nuestra sociedad, es decir pobreza, delincuencia, desintegración
familiar, falta de oportunidades y otros tantos factores que afectan grandemente,
por ello es importante darnos cuenta que cuando hablamos de lucha tendremos
también que hablar de libertad y conocer más acerca de esta última ya que la
libertad nos da la posibilidad de decidir por nosotros mismos y cómo actuar en
las diferentes situaciones que se nos presentan en la vida. Por ello las personas
libres piensan muy bien lo que harán antes de actuar en una determinada
situación porque saben que la libertad no es hacer “lo que se nos pegue la
regalada gana” y que todos nuestros actos sean buenos o malos siempre tienen
consecuencias.

8. El conocimiento como mercancía, la escuela como shopping, los


docentes como proletarios. Por Pablo Imen.

Este capítulo es descrito por Pablo Imen durante una ceremonia de imposición
del nombre de Paulo Freire al Aula magna de la facultad de Ciencias de la
Educación de la Universidad Nacional del Comahue. Este autor comienza su
capítulo nombrando a Paulo Freire como una referencia necesaria e inevitable por
su propuesta teórica en la educación.
Freire consideraba que una de las herramientas utilizadas para enmascarar la
educación es la omisión del “afuera”, de lo extraescolar, es decir lo que no está al
alcance de los procesos educativos y que impiden que los alumnos se desarrollen
correctamente. Ejemplo: en la realidad escolar en la que se encuentra el país
muchos de los niños que estudian en escuelas públicas llegan a recibir sus clases
sin haber si quiera probado alimento alguno y esto debido en muchas ocasiones a
factores económicos que les impiden obtener lo necesario para su desarrollo
óptimo. Algunas de estas problemáticas se han tratado de resolver mediante
programas de escuela saludable que en la mayoría de Instituciones de carácter
público no se llevan a cabo con la debida eficiencia para que la situación actual
pueda mejorar.

9. ¿Desde dónde, cómo, con quién, con qué valores? Por Roberto
Iglesias.

El penúltimo capítulo de la obra de Freire son palabras pronunciadas


nuevamente por el Profesor Roberto Iglesias haciendo referencia a la gran
influencia que este destacado autor enseñó en cuanto a su preocupación por la
educación.

Iglesias en su discurso se hace esta pregunta tan importante y basándose en los


pensamientos de Freire: ¿Cómo podemos construir una red con valores y
principios sólidos pero que no tenga centro, dejando de lado los personalismos y
los sectarismos?, al mismo tiempo menciona que la gran tragedia de trabajar
solos, aislados se comprende que no se pudiese cambiar la sociedad desde el
esfuerzo individual que es lo que el sistema pretende que hagamos, más bien es
de pensar en el trabajo colectivo, cooperar y todos unidos ser parte de un cambio
positivo logrando una sociedad de valores morales que nos orienten a mejorar
nuestra conducta y modo de ver las cosas ya que en base a ellos decidiremos
cómo actuar ante las distintas situaciones que se nos presenten en la vida.

10. ¡Até Mais, Maestro! Por Carlos Falashi.

El último capítulo del Libro Manso es descrito por Carlos Falashi en una forma de
oda hacia Paulo Freire describiendo sus momentos académicos, influencias
teóricas y su intervención en la educación como práctica de la libertad a la
pedagogía liberadora.

Considerando a Freire como un modelo de educador y enseñanza, pedagogo del


siglo XX que cuya principal contribución a la educación fue establecer la relación
que debería de existir entre los maestros y sus alumnos para una mejor
convivencia y aprendizaje por parte de ambos.
Análisis y/o comentario personal crítico

La recopilación de conferencias de Paulo Freire “El Grito Manso”, nos hace


replantearnos absolutamente el concepto de educación que hasta el momento
creíamos conocer y que distancia mucho del verdadero y más amplio significado
de esta palabra o mejor dicho de este valor.

A través de su enriquecedora experiencia y sabiduría como educador podemos


hacernos partícipes de este largo viaje al que llamamos proceso educativo, donde
podemos decir con plena convicción que somos los artesanos y protagonistas de
un proceso que no está exento de problemas, de desafíos, desigualdades, pero
que con el amor y vocación necesaria siempre seremos capaces de sobrellevar
como las buenas personas que estamos llamados a ser y como los íntegros
educadores que seremos en el futuro.

Pablo Freire reinterpreta e invita a reconocer la capacidad crítica de hombres y


mujeres como único medio para la liberación y el cambio social. El lib ro “El grito
manso”. El objetivo de este trabajo es acercar una reseña del capítulo “Práctica de
la pedagogía crítica”, subtitulado como “Primera parte del Seminario taller” a
cargo del profesor.

El pedagogo en este segundo apartado, plantea los pilares que sostienen la


práctica educativa, textualmente: “no hay práctica docente sin curiosidad, sin
incompletud, sin ser capaces de intervenir en la realidad, sin ser capaces de ser
hacedores de la historia y a la vez siendo hechos por la historia. Les he dicho que
una de las tareas fundamentales, tanto aquí como en Brasil y en el mundo
entero, es elaborar una pedagogía crítica.” De esta manera, se plantea el objetivo
 y la proyección a la cual se abocará el autor a lo largo de las páginas.

 Tener el compromiso de incentivar la curiosidad, respetar los saberes de los otros,


estar unida a la reflexión, la intervención y la acción en las comunidades son las
bases de la corriente pedagógica que despliega Freire, quien llega a determinar
tales cimientos a partir de una rica indagación en torno a la búsqueda del ser, el
cual es concebido como: histórico, constituido a partir de la experiencia social
comunicativa, consciente de su incompletud, inconclusión y opresión. A partir de
la consciencia de sí, es que los hombres y mujeres hacen posible el despliegue de
sus capacidades de creación, liberación, de lectura del mundo, como así también
la comprensión de lo que son y de lo que no son, es “tal conciencia del in
acabamiento a partir del cual se ve posibilitada la educabilidad del ser”

Parafraseando las palabras del autor, es a partir de saber escuchar las


preguntas, los problemas y planteos que tienen lugar en el aula y en la vida
cotidiana que se democratiza el aprendizaje, se desarrolla en los seres la
capacidad de curiosidad, la cual moviliza la búsqueda intelectual y
consecuentemente invita a develar la realidad a través de la acción. La tarea
docente tomará la responsabilidad de enseñar a aprender a comprender y a
comunicar esa comprensión a los otros, la cual no es tarea simple. Según el
educador brasileño “la simplicidad hace inteligible el mundo y la inteligibilidad
del mundo trae consigo la posibilidad de comunicar esa misma inteligibilidad” . Es
así como la práctica pedagógica construye la trasmisión de la realidad que
permitirá aproximarse a la inteligibilidad de los objetos. La tarea, se conforma
como un desafío que no admite simplismos teóricos, ya que esto posibilitaría el
ocultamiento de la verdad, por el contrario, el quehacer docente demanda una
simplicidad que permita abordar y resaltar el objeto estudiado, o sea que permita
explicar la complejidad del objeto.

Se puede apreciar que el desarrollo teórico de Freire, más allá de haber sido
elaborado en un contexto de producción político y geográfico diferente al nuestro,
tiene una notable vigencia. Freire se lee y seguramente se seguirá leyendo entre
otros motivos tal vez, por ser quien inauguró una manera crítica de pensar el
ámbito educativo, quién reparó en sus elementos fundamentales y reivindicó
como una salida posible la lucha ético-práctica a partir de la pedagogía, la cual
permitiría hacer y rehacer la realidad. Este aspecto propuesto, es a mi humilde
consideración una de las grandes fortalezas del texto ya que en este capítulo,
toma la intervención solidaria, esperanzada, como una salida creativa y digna que
tiene como objetivo dar batalla permanente a la ideología inmovilizadora y
fatalista de globalización capitalista.

La obra sin duda contribuye a reflexionar sobre la práctica profesional docente,


claramente se pregunta ¿Cómo tendrían que trabajar los educadores? ¿Cuál sería
la metodología para intervenir directamente en el aula? Sin embargo, forzando
encontrar en el texto aspectos que queden sin desarrollarse exhaustivamente,
considero que tales interrogantes quedan abiertos. Más allá de la claridad
expositiva, el detalle de la situación y la práctica pedagógica, de que sea o no el
objetivo del texto este punto a mi entender queda trunco, pero entiendo también
que aquí como en otros textos, Freire siempre motiva a que sean los lectores
quienes desarrollen y piensen herramientas para la intervención directa.

Se encuentran en el texto un aspecto novedoso en cuanto a la presentación de


una publicación académica ya que en los márgenes de cada página del libro se
combinan frases destacadas del autor con pequeñas ilustraciones que hace
amigable y distendida la lectura. Sin embargo, el autor no deja de realizar
planteos provocadores y reflexivos respecto a su objeto de estudio. La obra en
general mantiene un tono sencillo, claro y a la vez estridente que deja al lector
con ansias de continuar en el camino de indagación y el entendimiento de la
práctica educativa.

Creo que es fundamental poder asimilar con detalle cada situación o etapa que
plantea Paulo Freire para así englobar todos los aspectos en que se debe
involucrar un profesor y todas las situaciones que se relacionan con ella. Partir
con algo tan esencial como preguntarnos cuál es la concepción del hombre y de la
mujer es algo que para muchos puede ser elemental, pero que a veces dado los
resultados evidentemente pocos se lo cuestionan, aun cuando sería muy
necesario que lo hicieran. Como el mismo Freire señala en la “Pedagogía del
Oprimido” el hombre y la mujer somos seres históricos que se hacen y se rehacen
socialmente y es en base a esto que veo su invitación como educador a forjar un
presente y un futuro mejor.

Por lo expuesto anteriormente es que de manera personal creo que el libro nos
entrega claridad nutritiva frente a las situaciones ya que queda en evidencia cual
es la verdadera función de un profesor y que trasciende a la sala de clase. Un
buen educador es aquel que se involucra a diario con la sociedad y sus realidades
para mejorar la calidad del aprendizaje, es aquel que tiene una postura clara, y
determinada en lo que se refiere a sus valores, a la política, a los problemas
sociales, es aquel que se reconoce como un ser inacabado que necesita siempre
curiosear, buscar respuestas y tratar a los niños desde esta misma mirada. A
través de sus páginas podemos conocer conceptos que personalmente desconocía
como por ejemplo la Práctica Educativa, la Educabilidad del Ser, la Pedagogía
Crítica. Creo que lo enriquecedor de sus definiciones es que van mucho más allá
de lo técnico pues abarcan situaciones, que pueden ser aplicadas a la realidad
que se vive en nuestra y otras sociedades.

Durante la charla uno de los ejes sobre el cual giran sus reflexiones es sobre
cómo ejercer la práctica educativa frente a la realidad actual. Realidad signada
por la desesperanza y el desconcierto producidos como consecuencia de la crisis
económica-cultural provocadas por la globalización y las ideas neoliberales en los
países de América Latina.

Para ello recurre a la historia, al momento en que el hombre se reconoce como ser
social, la invención de la sociedad, la cultura, y el lenguaje. Y comprender que
somos seres incompletos, inacabados insertos en un mundo en constante
movimiento. Y como antes de saber leer y escribir, el hombre y la mujer trataban
de captar y entender el medio que lo rodeaba.

Esa capacidad de captar llamada curiosidad que junto con la conciencia de


incompleta, es el motor esencial del conocimiento que torna al hombre un ser
educable. La curiosidad es la que empuja, motiva y lleva a descubrir la realidad,
búsqueda intelectual en torno de algo, aun cuando no se encuentre. Aquí el autor
apunta a la esperanza, sin la cual no existiría dicha búsqueda. Por ello es
necesario preservar la curiosidad en los niños, no cercenar cuando un niño se
acerca a preguntarnos.

“Todo tiempo educativo es tiempo de pregunta y de respuesta, tiempo de


disciplinar, de reglamentar la propia pregunta, la propia respuesta.”

Es preciso defender el derecho que tiene el niño de preguntar, de satisfacer su


curiosidad, pero al mismo tiempo decirle que hay momentos para preguntar y
momentos para abstenerse, lo que en ética se define como “asumir los límites de
la libertad”, “sin límites no hay libertad, como tampoco hay autoridad”.

Aunque sea difícil, la realidad puede ser transformada, eso expone Paulo Freire, y
eso es, de hecho, una tarea histórica: transformar la realidad. La historia no
comienza y acaba con cada uno, va más allá de las individualidades, es un
proceso, por eso se debe contribuir con lo que nos toca para ayudar a las
generaciones siguientes de distintas maneras de acuerdo con el tiempo presente,
la forma de pelear se reinventa.
Freire habla también de una utopía posible latinoamericana: la reinvención de las
sociedades, esto es trabajar para hacerlas más humanas, más vivibles para todas
las clases sociales. Para lograr esto se debe comenzar por revalorizar la
democracia en lo individual, en lo pequeño: nuestro barrio, nuestra casa.
Mientras continúen las injusticias y la explotación la historia seguirá viva y será
de lucha.

Este cambio a su vez debe expandirse a la actitud docente, él debe ser coherente
entre lo que dice y hace. Así comienza un nuevo proceso de cambio que debe
expandirse. Este cambio es un movimiento, lo que hace a la pedagogía de la
movilidad, esto conlleva a estar “abiertos al cambio y a la diferencia”, a educar a
los alumnos en base a una pedagogía de la palabra y no del silencio, de la
apertura hacia el otro, reconstruyendo de a poco la esperanza. La ética que
caracteriza al proceso educativo, que parte del sentido común, “define al deber
ser, establece los principios morales de la convivencia, el respeto, regula nuestra
presencia en el mundo”. Esta ética se transmite a partir del testimonio de que de
la ignorancia se va a la sabiduría, se puede llegar.

Frente a una pregunta sobre si se debe volver a los viejos temas que se trataban
antes de las dictaduras (como la libertad y el respeto), Freire contesta que los
problemas se presentan según la historia, que cambian con ella y junto con las
maneras de luchar. La necesidad de luchar no cambia.

Distingue también que la crisis actual no es de la educación, sino de la sociedad


misma, y que no es privativa tampoco de los países subdesarrollados. Esta crisis
se refleja en la educación y por ello se debe confrontar no pedagógica sino
políticamente. Entra en juego el papel de la comunicación, esencial en este
momento de la historia; “la posibilidad de intelegir el mundo permite
comunicarlo”, por eso se debe trabajar la comunicabilidad y transformarla en
comunicación.

Actualmente, es una difícil tarea el hacerle frente a la ideología paralizante y


fatalista del discurso neoliberal, más en su aspecto ideológico que económico.
Hay que luchar y continuar luchando, no acomodarse a la realidad que está (no
es) de esta manera, sirviendo a ciertos intereses del poder. Luchar contra el
fatalismo es también

Luchar contra el pragmatismo neoliberal que se incorporó a la práctica educativa.


Consiste en ocuparse más del entrenamiento técnico y científico del educador que
de su formación, ya que según esta postura importa más la capacitación que la
formación. De aquí se desprende una concepción más acotada de ciudadano,
donde se valora la capacitación para el producir. Sin embargo, Freire expone que
“somos personas antes que especialistas”, sólo si se es un buen hombre o una
buena mujer se podrá ser un buen especialista. Así, Freire presenta su pedagogía
de la gentificación, que apunta a formar buenas personas por sobre todo, basado
siempre en la esperanza.

Para lograr el cambio se debe comenzar por la concientización, que “pasa por la
toma de conciencia pero la profundiza”, concientizarse de que si los hombres
hemos sido capaces de agregar algo a un mundo que encontramos hecho, de
crear cultura, ¿cómo no vamos a ser capaces de cambiar el mundo que sí
hicimos?, el mundo de la cultura, de la política, de la explotación y de las clases
sociales.

A partir de esta concientización, el fatalismo se desmorona y nos da pie a


continuar: no hay nada que esté faltamente determinado en el mundo de la
cultura.

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