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La etapa universitaria es algo más que asistir a clase, estudiar y hacer exámenes. La
universidad es aprendizaje, cultura, relaciones con los compañeros y también ocio y
diversión. Obtener una titulación universitaria como mínimo con los nuevos grados lleva
cuatro años de tu vida, mucho tiempo que si se organiza da mucho juego.
Deporte, cine, teatro, festivales musicales... millones de actividades, relacionadas o no
con el ámbito de la formación, que se organizan a través de los vicerrectorados de
extensión universitaria. Porque la vida universitaria también te forma como persona y te
aporta cualidades que luego serán muy valoradas en tu currículum profesional como las
habilidades comunicativas, la capacidad de ser flexible y adaptarte a las circunstancias y
la de organizar tu trabajo (para poder estudiar y a su vez no perderte un concierto o una
proyección de cine).
Las universidades tienen una vida cultural muy dinámica gracias a una programación de
actividades que incluye todo tipo de talleres, cursos, seminarios o jornadas relacionadas
con temas como el teatro, el cine, la literatura o el arte. Suelen estar organizadas por los
vicerrectorados de extensión universitaria y tienen un objetivo común: impulsar la creación
de redes de colaboración entre la comunidad universitaria y fortalecer el tejido
cultural. Una de las actividades culturales más importantes la constituyen los cursos de
verano universitarios que durante el periodo estival cubren la falta de actividad académica
con interesantes y entretenidas propuestas en los meses estivales.
DESERCIÓN: Odeth
Cada vez son más los jóvenes que alargan las filas de ‘desertores’ de la universidad.
Unos lo hacen por cansancio, otros porque van perdiendo materias, se sienten
desanimados o se casan, pero en la mayoría de los casos, el abandono de la carrera
obedece a motivos económicos.
Los estudios demuestran que del 2014 al 2016, 165 mil alumnos que debieron haberse
matriculado no lo hicieron. "Desde ese momento, empezamos a poner el tema sobre la
mesa. Se sabe, por ejemplo, que en las instituciones de 200 alumnos que ingresan,
continúan sus estudios alrededor de 150 y se gradúan 100", afirma el viceministro de
educación, quien agrega que en el 2014 había un millón de estudiantes y la tasa de
deserción disminuyó a 13,5 por ciento.
"En el 2017, de un trabajo con instituciones para estudiar experiencias significativas, que
se presentó durante el Seminario Internacional de Educación, la conclusión que resultó
fue que debería poderse hacer un seguimiento individual al estudiante para saber si tiene
altas posibilidades de deserción. A él se unieron 70 por ciento de las instituciones".
Le siguen los motivos financieros, por lo general, razones económicas relacionadas con la
primera causa. Por último, están los problemas familiares y personales, que se deben a
motivos más individuales pero que, en la mayoría de los casos, se asocian con
condiciones de salud, cambio de estado civil y desmotivación.
Otra de las causas es la falta de orientación profesional: el caso del joven que no sabe
bien qué va a estudiar y se cambia de una carrera a otra. "Lo grave es cuando se
desmotiva y termina por desertar", dice el viceministro.
Lo cierto es que la tasa de deserción es más alta en las instituciones privadas por los
altos costos de las matrículas y más frecuente en los hombres que en las mujeres (a
pesar de la maternidad), sobre todo en las carreras más ‘duras’ con un componente de
matemáticas y física. Igual sucede en las de nivel técnico y tecnológico, que los
estudiantes usan como trampolín para entrar a la vida profesional.
Sin embargo, la carrera con menos desertores es medicina, por la inversión, y el grado de
selección al ingreso.
2.- El comienzo del consumo de cigarrillo, alcohol y en algunos casos, hasta drogas.
3.- Las tiendas y tabernas que por lo general se ubican alrededor de las universidades, e
incitan muchas veces al estudiante a preferir estar allí, que en el aula de clases.
4.- Las llamadas 'rumbas universitarias', que en su mayoría se realizan los jueves,
generando que el último día de la semana la ausencia a las clases sea mayor.
Se observa que el primer año de la vida universitaria es el más difícil y en el que más
casos de deserción se presentan. Contrario a lo que se cree, no es el factor monetario el
que más afecta, por el contrario, la parte académica, la inadecuada toma de decisión
frente a la carrera, la presión social y en el caso de los que vienen de otras ciudades, la
dificultad para adaptarse a los cambios, resultan ser los factores más recurrentes.
"Es por eso que hoy, como estrategia contra la deserción, las instituciones buscan
fomentar el crédito educativo y establecer acciones de tipo afirmativo como los estímulos
para transporte público y un subsidio de manutención".
CONCLUSIÓN: Marcos
Los jóvenes estudiantes por no tener tanta ayuda económica y educativa no pueden
superarse a sí mismos. Por ello es que la mayoría no entra y tampoco culminan sus
estudios. No entran por su bajo rendimiento académico y los que lo logran tienen tanto
problemas financieros como personales.
Sí, pero no hay mucho éxito en ello porque ninguna persona pone de su parte.
-https://www.mineducacion.gov.co/cvn/1665/article-101103.html
- http://www.universia.es/vida-universitaria/universitarios/at/1149025
- https://www.mineducacion.gov.co/observatorio/1722/article-138414.html