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Trabajo Práctico de Derecho Procesal Penal

Comentario sobre el Fallo Casal, Buenos Aires, 20/09/2005

Teniendo en cuenta lo leído en el fallo de Matías Casal,


comenzaremos nuestro comentario diciendo lo siguiente; como el tema a
analizar son los principios que gobiernan en el proceso penal, ponemos de
manifiesto que en la sentencia analizada, se encuentra presente “la garantía de
la doble instancia”, la cual desde el año 1994, da derecho a todo condenado a
recurrir la sentencia para que un tribunal superior revise los fundamentos del
fallo, incluidos los que hacen a la prueba del hecho con el único límite de los
que están ligados a la inmediación.

También, dejamos por sentado, que esta garantía de recurrir las


sentencias, no solo la tenemos manifiesta en nuestra Constitución Nacional
(art. 75 inc. 22); sino también en los Tratados Internacionales que poseen una
jerarquía de gran importancia, como lo son la Convención Americana de
Derechos Humanos en su artículo 8.2.h y el Pacto Internacional de los
Derechos Civiles y Políticos en su artículo 14.5; normas internacionales que
permiten al condenado acceder a su derecho de revisar de una manera amplia
las cuestiones en disconformidad de la sentencia condenatoria.

Ahora bien, pasando a comentar las cuestiones propias de los


hechos, las pretensiones de Casal eran conseguir una condena de menor
tiempo (pena de cinco años de prisión), ya que sus argumentos se basaban en
que la sustracción del objeto sólo quedo en grado de tentativa y no llegó a
concretar el delito; como así también establecía que las pruebas que le
atribuían el uso de armas, no estaban muy claras; por eso, llegó a la instancia
de solicitar una revisión de la sentencia ante un tribunal superior.

En este supuesto, llegó a la Cámara Nacional de Casación Penal,


que era el órgano jurisdiccional que debía revisar las cuestiones solicitadas por
el condenado, llegando a una situación de rechazo. El fundamento de la
Cámara fue que Casal pretendía la revisión de los hechos que se dieron por
probados en la sentencia que lo condenó, y que esto era ajeno a la
competencia de la misma, debido a que a ella sólo le corresponde revisar la
manera en que se interpretaron y aplicaron las leyes penales y procesales en
las instancias anteriores.

Ante esta conducta de la Cámara de Casación, Casal llevo su


caso hasta la Corte Suprema de Justicia Nacional, argumentando que el criterio
adoptado por la Cámara de Casación había desconocido el derecho a recurrir
su condena, derecho que está consagrado en la Convención Americana y en
el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, con jerarquía
constitucional.

Por eso, la decisión que la Corte Suprema tomó fue la de hacer


lugar al planteo de Casal y ordenó a la Cámara Nacional de Casación Penal
que revisara la condena de Casal con voto de la mayoría de los jueces
integrantes. También ella señaló que Casación había basado su postura
restrictiva en la concepción histórica y tradicional y no constituía en sí misma
razón suficiente para privar al condenado del derecho a obtener una revisión de
su condena.

Sabiendo que la jurisprudencia internacional establece que la


revisión de la condena debe ser integral, el Tribunal sostuvo que los únicos
aspectos de la condena que no pueden ser reexaminados por Casación, son
los que están íntimamente ligados a la inmediación; es decir, aquellos aspectos
excepcionales que se relacionen con ciertas consideraciones relativas a la
prueba rendida ante los magistrados que dictaron la sentencia, y que los jueces
que revisan la condena por definición, no pueden llegar a evaluarla. Por ello, la
Corte no declaró la inconstitucionalidad de la norma, sino que estableció cual
es el criterio con que debe ser interpretada y aplicada.

Finalmente, la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos


Humanos en el caso “Herrera Ulloa”, dictada en julio de 2004, fue un
antecedente decisivo para que la Corte Suprema se pronunciara de este modo
en el caso “Casal”.

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