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Introducción
E
l tema que ahora nos ocupa es, la propiedad agraria en la época del
presidente Porfirio Díaz Mori, materia que nos hace reflexionar no
solamente respecto del concepto de propiedad agraria sino tam-
bién sobre su evolución y significado en la sociedad mexicana, pero so-
bre todo, por estar enmarcado en un proyecto gubernamental que se
fundamenta en una ideología liberal que se impone sobre una realidad
social distante.
En 1876, año en el que asume la presidencia el general Porfirio Díaz, la
Constitución de 1857 vigente, mandata, al menos en el plano teórico,
organizar y ordenar a la nación tanto en la forma jurídica, política, eco-
nómica como en lo social. No obstante, en los hechos, la realidad social
del país está muy alejada de dicho propósito. La situación que vive la
nación en esos días es confusa y complicada, recientes todavía los acon-
tecimientos respecto de la expedición de la Constitución de 1857 (de
corte liberal), las invasiones de los franceses y norteamericanos, la ins-
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Investigadora en el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, México.
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Investigadora en el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, México.
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1. El proyecto político
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1 Carrillo Blouin, Elsa, Los informes presidenciales en México: 1877-1976 ¿Ruptura o continuidad? Mé-
xico, Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM, 1996, p. 238.
2 Krauze, Enrique, Místico de la autoridad Porfirio Díaz, México, Biografía del poder /1, Fondo de
Cultura Económica, 1987, p.31.
3 La imposición de los ideales porfiristas se harían a través de dominio simultáneo, de lo que se
ha llamado las doce riendas: Represión o pacificación. Divide y vencerás con los amigos. Control
y flexibilidad con los gabinetes y los gobernadores. Sufragio inefectivo, sí reelección. Domes-
ticación del Poder Legislativo. Domesticación del Poder Judicial. Pan y palo contra el ejército.
Política de conciliación con la Iglesia. Gallardía en la política exterior Acoso a la prensa. Doma
de intelectuales. Culto a la personalidad. Ibidem, p. 32.
4 Ibidem, p. 139.
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3. La política económica
La situación económica por la que atraviesa el país en esa época se en-
cuentra en uno de los peores momentos de su historia como nación in-
dependiente. Las constantes luchas internas por el poder y el combate
a las invasiones del exterior terminaron por dejar al país en bancarrota.
Dentro de las medidas que se adoptan para hacerle frente a dicha situa-
5 Ibidem., pp. 92-93. En este grupo también se encuentran Gabino Barreda, Emilio Rabasa, Por-
firio Parra.
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en 1910 apenas representó el 33%, por lo que se tuvo que importar durante todo el periodo
en cantidades crecientes. La producción de frijol también retrocedió. Mientras que en 1877
representó el 7.4% de las cosechas alimenticias, en 1907 apenas llegó al 6.4%. Igual sucedió con
el trigo, aunque su escasez no afectó demasiado a la población rural, que estaba poco acostum-
brada a su consumo. En 1877 se produjeron 338 mil toneladas de trigo y en 1907 sólo se cose-
charon 292 mil". Florescano, Enrique, coord., Atlas histórico de México, México, tercera edición,
Siglo Veintiuno Editores, 1988, pp. 142-143.
9 Véase D'Olwer L., Nicolaw, Las inversiones extranjeras. Historia moderna de México. El porfiriato.
Vida económica, México, p. 1154, citado por Durand Alcántara, Carlos Humberto, El derecho
agrario y el problema agrario de México (su proyección histórico-social), México, segunda edición,
Editorial Porrúa, 2009. p. 186.
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1. Leyes de desamortización
La desamortización de las propiedades de la iglesia, además de los as-
pectos políticos a los que nos hemos referido, es desde el punto de vista
jurídico, el primer paso del gobierno para ordenar la propiedad. Esto, en
esencia constituye que el gobierno adopta una serie de acciones tendien-
tes a superar la lamentable situación económica en la que se encuentra
la República debido a la gran acumulación de bienes raíces por parte del
clero y a la escasa circulación de los mismos. Esta acumulación da como
resultado que el Estado deje de percibir ingresos vía impuestos por la
falta de traslaciones de dominio. En ese sentido, se dice bien que la des-
amortización de los bienes de la iglesia se inicia mucho antes de la épo-
ca porfirista con la expedición de la Ley de Desamortización de Bienes
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11 Preceden a esta Ley otros ordenamientos jurídicos que se relacionan con el tema de los bienes
de la iglesia. De entre estos, encontramos: La Ley de la Primera Reforma, expedida por el vice-
presidente de la República, Valentín Gómez Farías, el 11 de enero de 1847, por la que señalaba
que "se autorizaba al gobierno para proporcionarse hasta 15 millones de pesos a fin de con-
tinuar la guerra con Estados Unidos del Norte". Esto es, se dice que el Gobierno mexicano no
contaba con los recursos necesarios para continuar la guerra con los Estados Unidos y acude al
clero, principal capitalista del país, solicitándole un préstamo y ante la negativa emite esta Ley
que inicia la desamortización de los bienes de las corporaciones religiosas. —Ley Juárez—, esta
Ley es emitida por el presidente Juan Álvarez, en agosto de 1855, con el propósito de suprimir
los fueros militares y eclesiásticos. Esta Ley ocasionaría una lucha abierta y directa entre el go-
bierno y la iglesia, como lo muestra la sublevación de Zacapoaxtla. Financiada por el clero de
Puebla. También se emite el decreto de intervención de los bienes del clero de Puebla, emitido
por el presidente Comonfort, el 31 de marzo de 1856, con el objeto de destinar el producto
obtenido para cubrir los daños de las víctimas de la guerra. Cfr. Mora Donatto, Cecilia, Aspectos
históricos jurídicos del problema agrario en México. Segunda de dos partes: del México independien-
te al Constituyente de 1917, México, Revista de la Facultad de Derecho, Tomo LI, no. 235, UNAM,
2001, p. 167 y ss.
12 Mendieta y Núñez, Lucio, El problema agrario de México y la Ley de la Reforma Agraria, op. cit., p. 119.
13 Idem.
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16 Idem.
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19 Es la primera Ley de “las leyes llamadas de reforma, … expedida el 12 de julio, y cuya parte
expositiva decía así:
“Considerando: Que el motivo principal de la actual guerra, promovida y sostenida por el clero,
es conseguir el sustraerse de la dependencia á la autoridad civil:
"Que cuando ésta ha querido, favoreciendo al mismo clero, mejora sus rentas, el clero, por sólo
desconocer la autoridad que en ello tenía el soberano, ha rehusado aún el propio beneficio;
“…”
"Que habiendo sido inútiles hasta ahora los esfuerzos de toda especie por terminar una guerra
que va arruinando la República, el dejar por más tiempo en manos de sus jurados enemigos los
recursos de que tan gravemente abusan, sería volverse su cómplice, y
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"Que es un imprescindible deber poner en ejecución todas las medidas que salven la situación
y la sociedad;
“He tenido a bien decretar lo siguiente:
"Artículo 1º. Entran al dominio de la Nación todos los bienes que el clero secular y regular ha es-
tado administrando con diversos títulos, sea cual fuere la clase de predios, derechos y acciones
en que consistan el nombre y aplicación que hayan tenido
etc".. Riva Palacio, Vicente, México a
través de los siglos, México, t. V, Ballesca y Compañía Editores, =s.a.=, pp. 395 y 396.
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20 Mendieta y Núñez, Lucio, El problema agrario en el siglo XIX, en Torre Villar, Ernesto de la, Lecturas
históricas mexicanas, op. cit., p. 153.
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tifica en lo esencial la Ley de 1875, esto es, se considera como base para
la colonización del país, el deslinde, la medición, el fraccionamiento y
el avalúo de los terrenos baldíos o de propiedad nacional, así también
autoriza la formación y autorización de las compañías deslindadoras y
replica lo señalado acerca de la venta de los terrenos baldíos, extensio-
nes y formas de pago a los colonos que lo solicitaran siempre y cuando
no excedieran de las dos mil quinientas hectáreas.
Dentro de los objetivos gubernamentales en torno al ordenamiento
del territorio nacional se encuentran también vastas extensiones de tie-
rra que son propiedad del Estado, en ese entendido, se expide la Ley
sobre Ocupación y Enajenación de Terrenos Baldíos, del 26 de marzo
de 1894. Esta Ley prevé que los terrenos de la Nación deben dividirse,
estableciendo determinadas categorías: Los terrenos Baldíos, son aque-
llos que no habían sido destinados a un uso público por la autoridad
facultada por le ley, ni cedidos a título oneroso o lucrativo a individuo o
corporación autorizada para adquirirlos. Las Demasías, se definen como
terrenos poseídos por particulares con título primordial, en extensión
mayor que la que éste determinaba, a condición de que el exceso se en-
contrara dentro de los linderos señalados en el título, confundido con la
extensión titulada. Las Excedencias, consisten en los terrenos poseídos
por particulares durante 20 años o más, fuera de los linderos señalados
por el título, pero colindando con el terreno amparado por éste. Y los
Nacionales, son los terrenos baldíos, deslindados y medidos por comi-
siones oficiales o compañías autorizadas y que hayan sido enajenados
por la autoridad.
La ley también establece que los terrenos deben estar protegidos por
títulos primordiales con el fin de que no entren en el esquema de terre-
nos baldíos, demasías o excedencias.
Se ha señalado que mediante esta ley las compañías deslindadoras se
hacen más poderosas tanto en el desarrollo de sus actividades, al esta-
blecerse que nadie podría oponerse al deslinde, como también en el
aspecto económico, ya que por la recompensa a sus servicios se con-
vierten en los nuevos grandes acaparadores de vastas extensiones de
tierra.
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21 Gutelman, Michel, Capitalismo reforma agraria en México, México, Ed. Era, 1974, pp. 35-36, citado
por Durand Alcántara, Carlos Humberto, El derecho agrario y el problema agrario en México (su
proyección histórico-social), México, segunda edición, Editorial Porrúa, 2009, p. 193.
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Company con 2 488 315 hectáreas y, Flores and Co., dueña de1 496 057
hectáreas.22
Como ya se ha apuntado, los estudios sobre este periodo de la historia
indican que la legislación agraria beneficia a individuos y compañías des-
lindadoras que logran concentrar grandes extensiones de tierra, no obs-
tante, también existen otros análisis que nos dan cuenta de lo contrario:
Muy pocas de las compañías deslindadoras se comportaron como pi-
ratas apropiándose arbitrariamente de predios. Tal conducta fue inne-
cesaria por dos razones: la tierra genuinamente pública era abundante
y las compañías tenían libertad para demandar, con el respaldo judicial
federal, pruebas de titularidad claramente legales a cualquier propie-
tario cuya tierra desearan deslindar, arma poderosa en un país donde
la fuerza de la costumbre y la documentación dudosa eran comunes.
Lo sorprendente es, acaso, la vehemencia con la que los habitantes del
campo fueron capaces de producir tal evidencia.
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ejidos, que permita que cada jefe de familia tenga lotes en propiedad
privada en calidad de inalienables, inembargables e intransmisibles du-
rante un lapso de diez años.
25 "A partir de 1880 notamos una suerte de unificación y consolidación de los grupos dominantes
de México; al quedar olvidados los choques de las décadas precedentes, políticos y militares
liberales (algunos de ellos enriquecidos en función de la Reforma y sus procesos de desamorti-
zación) propietarios tradicionales, inversionistas extranjeros que vivían en el país, intelectuales
positivistas que ingresaron al sector financiero (los científicos) se fusionaron en una clase do-
minante relativamente coherente". Cardoso, Ciro F.S. y Hermosillo, Francisco, Las clases sociales
durante el estado liberal de transición y la dictadura porfirista (1876-1910), en Cardoso, Ciro F.S.,
Hermosillo, Francisco y Hernández Salvador, De la dictadura porfirista a los tiempos libertarios,
México, Colección La Clase Obrera en la Historia de México, Siglo Veintiuno Editores, 1982, p. 24.
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Reflexiones finales
El proyecto de modernización implementado por el presidente Porfi-
rio Díaz además de tener un gran significado en la historia de México
representa, quizá, la etapa de mayor desarrollo económico y social. El
avance en las ciencias, medicina, arquitectura, artes, entre otras, es muy
significativo y además palpable.
La transformación económica y social que se experimenta en el porfi-
riato se inicia muchos años atrás con las reformas jurídicas emprendidas
desde la época de Juárez, con las Leyes de Reforma y la Ley de Desamor-
tización de los Bienes de la Iglesia.
La ideología liberal que predomina en el concierto internacional de esa
época también domina el sentido de las leyes y en general en la vida
económica de México. Empero para lograr la prosperidad de la nación el
presidente Porfirio Díaz se vale de la inversión extranjera, principalmen-
te de los capitalistas norteamericanos.
La propiedad de las tierras de los pueblos de indios se ven afectadas con
las leyes de desincorporación de los bienes de la Iglesia, ocasionando
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Bibliografía
CARDOSO, Ciro F.S. y HERMOSILLO, Francisco, Las clases sociales durante el es-
tado liberal de transición y la dictadura porfirista (1876-1910), en CARDOSO, Ciro
F.S., HERMOSILLO, Francisco y HERNÁNDEZ, Salvador, De la dictadura porfirista a
los tiempos libertarios, México, Colección La Clase Obrera en la Historia de Méxi-
co, Siglo Veintiuno Editores, 1982.
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Holden, Robert M., Los terrenos baldíos y la usurpación de tierras: mitos y realida-
des (1876-1911), en SEMO, Enrique, coord., Historia de la cuestión agraria mexicana.
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der /1, Fondo de Cultura Económica, 1987.
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México, Revista De La Facultad De Derecho, Tomo LI, no. 235, UNAM, 2001.
Riva Palacio, Vicente, México a través de los siglos, México, t. V, Ballesca y Com-
pañía Editores, SA.
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