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la actualidad
“La figura del maestro debería transformarse, para convertirse en garante de una
dimensión más dinámica de la educación.” Gumucio (2007) También es necesaria una
permanente actualización ante la necesidad de un mayor conocimiento no solo sobre su
uso, sino sobre las bondades de los mismos en cuanto al acceso a información,
acercamiento a otras culturas y formas de comunicación, conocimiento de sus
implicaciones en la educación, potenciar su utilidad en el aula y lograr una concepción
más amplia del mundo y de la escuela actual, que le permita formas más cualificadas en
el trabajo del aula, pues como lo expresa Saúl (2002) “…esta escuela que incluirá las
tecnologías que se incorporen como mediaciones en el acto de producción del
conocimiento, no prescinde del educador. Por lo tanto es necesario insistir en la
necesidad de formación del educador.” (p. 11).
Asumir el impacto de lo que José Martín denomina como “la tecnicidad mediática”, hace
que la escuela pueda comprender, asimilar e incorporarse en los procesos de cambio que
se viven en la realidad social y también le permite a los estudiantes, a partir de la
interacción con los discursos, los contextos y con quienes están involucrados en los
mismos, participar de una manera más abierta y dinámica en la construcción de
ciudadanía.
La inminente necesidad de que la escuela y el maestro vean “la educación como proceso
de comunicación (es decir, diálogo, reflexión colectiva, puesta en común, participación)”
(Mestres, 2007) lleva a que se ponga en consideración la lectura que los estudiantes
hacen de su realidad, debido a que en la actualidad no sólo se cuenta con los libros, si no
con una multiplicidad de “textos, relatos y escrituras (orales, visuales, musicales,
audiovisuales, telemáticos)” (Mestres, 2007) de ahí la importancia de una interacción
organizada y ajustada a la realidad que genere posiciones constructivas y con proyección
de parte de los estudiantes.
Visto de esta manera no puede dejarse de contemplar que dentro del proceso de
aprendizaje es necesario tener en cuenta las percepciones y emociones de los
estudiantes y en ese sentido, las diversas formas de comunicación hacen que la relación
y la forma como se perciben las máquinas y las posibilidades tecnológicas se contemplen
más allá de lo instrumental hacia “nuevas sensibilidades, otros modos de percibir, de
sentir y relacionarse con el tiempo y el espacio, nuevas maneras de reconocerse y de
juntarse.”. (Barbero, 1996, p.11).
Partiendo de la referencia que hace Fernando Tucho sobre Wittgenstein (1953) en la que
expresa, la sugerencia de que el sentimiento confiere significado a las palabras y las hace
verdaderas, esto nos remite a la idea del aprendizaje a través de las emociones. Desde
aquí se hace evidente que la primera instancia para hacer efectivo el proceso de
aprendizaje y mucho más en el campo de la comunicación, es la conexión emocional que
se tenga con la experiencia vivida. Esto indica que es necesario tener en cuenta” la
dimensión emotiva e irracional”, todo el conjunto de sensaciones, percepciones y
sentimientos que despierta la experiencia ante los recursos tecnológicos y las
posibilidades de encontrar respuestas rápidas; en donde los estudiantes hacen un
reconocimiento propio y de los otros y le dan un sentido particular al contacto. Lo que
implica como lo dice Morduchowicz integrar los lenguajes, las necesidades, los deseos,
las experiencias y los placeres de los niños y los jóvenes en relación con la cultura
cotidiana, integrarla y resignificarla. Esto con el propósito de que tengan un mayor
conocimiento como espectadores frente a lo que están expuestos y no sólo puedan dar
cuenta de lo que significa para ellos esa experiencia, sino cómo llega a tener significado
en su mundo emocional. Por lo tanto es indispensable fortalecer la interdependencia
entre comunicación y educación.
Lograr el reconocimiento del efecto que sobre los deseos y emociones tiene dicha
relación, facilita el asumir posiciones críticas y a discernir entre lo que les permite
crecimiento personal o por el contrario, desubicación frente a sus propios intereses. Como
lo defiende Ferrés (citado en Tucho, 2007) “la Educación en Medios de Comunicación
debe alentar en el individuo su propio conocimiento en profundidad como espectador,
incluyendo de manera relevante los mecanismos específicos de funcionamiento de las
emociones y el inconsciente.” (p.14) Mostrarles cómo la tecnología se integra a la
sociedad, no sólo como instrumentos textuales, audiovisuales, virtuales o herramientas y
aparatos; si no que hace parte de la percepción que tenemos del mundo, la realidad y de
todo lo que nos permite relacionarnos con él y con quienes estamos en él. La tecnología
“… hace parte de nuestra concepción del mundo y de cómo nos relacionamos con éste,
hace parte de nuestra cultura y, en consecuencia de unos conocimientos, experiencias,
valores, lenguajes para relacionarnos con el contexto inmediato y con otros sujetos.”
(Vargas, 2006, p.139).Y finalmente llevarlos a descubrir las implicaciones sociales,
culturales y políticas, que conlleva la relación con medios y tecnologías, y las
interacciones que se establecen con ellas. Ya que “En la medida en que la educación se
concibe como un proceso de aprendizaje de toda la vida, no puede sino acudir a la
comunicación como su complemento directo social.” (Gumucio, 2007).
Conclusión:
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS