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EN LO PRINCIPAL: Formula observaciones al informe pericial evacuado.

OTROSI: Acompaña fallo.

S. J. L. en lo Civil de Bulnes
ALVARO SEPÚLVEDA SANHUEZA, abogado, por la demandante,
en autos civiles sobre juicio sumarísimo de minería, caratulados “ ENAP
REFINERÍAS S.A. con OVALLE”, rol N° c-511-2017, a US. con respeto
digo:
Solicito a US., en relación con el informe pericial evacuado en autos,
por el agrónomo don Eric Lantaño Godoy, tener presente las siguientes
observaciones, objeciones y reparos.
El legislador, sabiamente, estableció que el Tribunal apreciará la
fuerza probatoria del informe pericial conforme a la reglas de la sana
crítica y estas no son sino aquellas: “ .. que nos conducen al descubrimiento
de la verdad por los medios que aconseja la recta razón y el criterio racional
puesto en juicio ....” ( C. Suprema, 12 de julio de 1973, cons. 11° en R.D.J.,
t. 70, sec. 1ª, pág. 44 ).
Pues bien, la sana crítica, con sus exigencias impuestas por los
principios de la lógica, las máximas de la experiencia y los conocimientos
científicamente afianzados, ineludiblemente obliga a US. a observar y
reparar, respecto del informe evacuado, en lo siguiente:
El objetivo del peritaje, como se desprende de la resolución que
dispuso la diligencia, consistía en informar sobre la ubicación y extensión
de la servidumbre, así como su demarcación en terreno, indicando la
existencia o ausencia de construcciones, plantaciones o cultivos al
interior de la faja del gravamen, así como para que se informase sobre el
uso y aprovechamiento actual del predio sirviente en la zona o área en
que se ubica la servidumbre demandada, confeccione un croquis sobre
ella e informe sobre la naturaleza y monto de los daños actualmente
ocasionados con su establecimiento.
Precisado lo anterior, la labor pericial desplegada permitió constatar
lo siguiente:
1.- La faja de servidumbre demandada posee una longitud de 1300
metros de largo y un ancho de 10 metros. Dentro de ella, en su centro y
enterrada a una profundidad promedio de 1 metro, se ubica la tubería
del oleoducto transportador de combustibles líquidos derivados del
petróleo de mí representada.
2.- Sobre toda la faja de terreno de la servidumbre no existen
construcciones ni plantaciones; ella, además, no posee luz eléctrica ni
agua potable.
3.- La faja de terreno de la servidumbre se encuentra destinada por los
titulares del predio sirviente a servir de camino interior del huerto o
plantación de nogales existente en el inmueble, sirviendo su superficie
para ingresar y circular por la plantación y poder realizar las labores
propias del cultivo y extracción de la cosecha.
4.- De las fotografías acompañadas al informe se constata que los
terrenos adyacentes a la faja de servidumbre se encuentran plantados
con nogales.
5.- La faja de terreno de la servidumbre, al igual que la plantación de
nogales contigua o adyacente a ella, se encuentra en un sector del predio
sirviente – Lote B-Uno del Fundo La Isla – que por efecto del Plan
Regulador de la Comuna de Quillón corresponde, en la actualidad, al
área úrbana.
6.- El destino actual del predio sirviente - Lote B-Uno del Fundo La Isla
de 347,66 hectáreas de superficie - es agrícola.
I
Constatado lo anterior, dada la naturaleza de la servidumbre – limitación
al dominio, conforme al Nº 3 del artículo 732 del Código Civil, más no
extinción de él – resulta de toda evidencia que a los titulares del predio
sirviente seguirá perteneciendo la franja de terreno comprendida en el
gravamen y, por tanto, la facultad de disponer de ella. Facultad que,
como lo ha dejado establecido el peritaje, han ejercido destinando esos
13.000 metros cuadrados de terreno a servir de camino de acceso
vehicular y peatonal a la plantación de nogales dispuesta, por ellos, para
poder realizar las faenas de cultivo y cosecha propias de dicha actividad
agrícola.
Vale decir, los terrenos comprendidos en la faja de servidumbre no han
sido plantados ni construidos por su dueño, no en razón de la presencia
subterránea en ellos del oleoducto y su servidumbre, mejor aún, por
impedírselo aquello, en cuyo caso constituiría un daño o perjuicio
causado por el gravamen y objeto de avaluación e indemnización, sino
porque, el propietario y usufructuario del inmueble, destinaron tales
terrenos a los caminos que necesariamente debían contemplarse por y
para la plantación de nogales realizadas, para permitir su manejo y
explotación, por lo que cabe preguntarse, entonces, ¿ cuáles limitaciones
imponen las servidumbres mineras demandadas a esa destinación o
aprovechamiento dispuesto por los titulares del predio sirviente para la
faja de terreno comprendida en el gravamen de servir de camino de
acceso a la plantación ? y la respuesta es muy clara: ninguna.
Antes y después del pronunciamiento de US. la dicha franja de
terreno seguirá sirviendo de camino de acceso al huerto de nogales pues
tal aprovechamiento o destinación del dueño y usufructuario es
perfectamente compatible con la servidumbre demandada.
Lo cabe tener de suyo en consideración a la hora de determinar la
existencia de algún perjuicio cierto y efectivo por ello y la indemnización
que lo repare.
En efecto, la presencia del oleoducto en el Lote B- Uno del Fundo La
Isla, rol de avalúo 1091-520 de la comuna de Quillón, es anterior a la
época en que su dominio o propiedad fuera adquirido por el demandado
Gonzalo Ovalle y su usufructo por Agrícola y Forestal La Montaña
Limitada – lo que solo ocurrió el año 2010, según da cuenta la
inscripción de dominio de fs. 336 Nº 250 del Registro de Propiedad del
CBR de Bulnes de dicho año e inscripción de fs. 41 Nª 18 del Registro de
Hipotecas del mismo CBR, acompañadas en autos.
En efecto, mi parte señaló en su demanda – sin que ello fuera
controvertido por los demandados en la contestación- y, por lo tanto,
fijado como hecho de la causa, que con anterioridad al año 1980, mi
parte construyó una red de ductos o tuberías subterráneas u oleoducto
que une las localidades de Hualpen, antes Talcahuano, en la Octava
Región, con San Fernando, en la Sexta Región, y que en el trazado de
este oleoducto se encontraba el Fundo La Isla de la comuna de Quillón,
Lote B-Uno, rol de avalúo 1091-520; circunstancia ésta que, a mayor
abundamiento, resulta corroborada por la Superintendencia de
Electricidad y Combustibles mediante el oficio solicitado y evacuado en
autos y lo establecido por el propio peritaje del ingeniero Lantaño, que
constata la existencia actual de esta oleoducto en dicho predio (
enterrado dentro de la faja solicitada en servidumbre, a un metro de
profundidad), lo que resulta de suyo importante de considerar por el
sentenciador dado que, como lo ha dejado establecido la I. Corte de
Apelaciones de Talca, en sentencia de 11 de mayo de 1987, publicada en
Revista de Derecho y Jurisprudencia de la Editorial Jurídica de Chile,
Tomo LXXXIV, año 1987, 2ª parte, sección 5ª, p. 190 y ss., la
servidumbre minera de oleoducto es un gravamen establecido por la
ley – descartando, con ello, que su existencia importe la limitación u
ocupación ilegal del predio y que su título lo sea la voluntad de las
partes o la decisión judicial ( la sentencia, por lo tanto, es declarativa y
no constitutiva de la servidumbre ) –con la finalidad de facilitar la
cómoda y conveniente realización de una actividad minera considerada
de suyo relevante por el legislador, consistente en conducir de manera
continua y segura combustibles hidrocarburos a través de un oleoducto
subterráneo a fin de procurar el abastecimiento nacional de estas
sustancias energéticas.
En efecto, el fallo en cita, no deja dudas sobre el punto desde que
textualmente señala: “ … las servidumbres de oleoducto, gasoducto y
tránsito constituidas para la conducción de hidrocarburos tienen
el carácter de servidumbres legales de acuerdo con lo establecido
en el Código de Minería … Para la existencia de los referidos
gravámenes no es exigida su inscripción en el Registro
Conservatorio de Bienes Raíces …”
En consecuencia, desde mucho antes que los demandados
adquiriesen la propiedad y el usufructo sobre el predio sirviente, el
oleoducto ya existía instalado subterráneamente en él, al amparo de
una servidumbre que tiene por título la ley minera; de ahí su
naturaleza legal reconocida por toda la doctrina y la jurisprudencia
reiterada de nuestro tribunales ( incluido el de US., como puede verse en
los roles c-266-2017 y c-491-2017).
Y, por otro lado, dado que la adquisición de dicho predio por los
demandados se produjo por compraventa, en los términos que constan
en los instrumentos públicos acompañados en autos, ocurre entonces
que su adquisición tuvo lugar, conforme a la regla general, esto es, en
calidad de especie o cuerpo cierto, cobrando entonces plena aplicación lo
dispuesto por el artículo 1831 y 1833 del Código Civil, y lo señalado por
la E. Corte Suprema en reiteradas sentencias, como en los roles 18.846-
2016 y 70.598-2016, en orden a que lo anterior supone adquirir el predio
en el estado que se encontraba, que el comprador conocía o no podía
menos que conocer, esto es, con todos sus usos, limitaciones y
servidumbres ( incluidas, entonces, las legales mineras de oleoducto).
De esta manera los demandados, sabían de la existencia del
oleoducto en el predio al tiempo de su adquisición – año 2010 – lo que
corrobora el peritaje pues junto con señalar que la tubería se encuentra
enterrada en él, desde antes de 1980, como lo dijera mi parte en la
demanda y no fuera controvertido por los demandados en su
contestación, en las fotografías del informe se muestra un monolito o
señalética metálica que alerta sobre su existencia y, adicionalmente, no
cabe alegar la ignorancia o desconocimiento sobre su existencia en razón
que la ley minera, cuyo conocimiento se presume, sin admitirse prueba
en contrario, consagra, como se ha dicho, una servidumbre legal para
ello, lo que ha llevado a nuestros tribunales a sostener que estas
servidumbres se encuentran tácitamente aceptadas por el propietario y
con ello las restricciones o limitaciones inherentes que ellas importan (
rol c-2456-2017 del 1° Juzgado de Letras de Talca).
Lo anterior se traduce en que los demandados aceptaron al tiempo
de adquirir sus derechos ad corpus sobre el predio sirviente el gravamen
minero de oleoducto y el oleoducto (enterrado o subterráneo) existente en
él y con ello la consecuente limitación de no poder plantar ni construir
sobre la faja de servidumbre que ampara tal dispositivo, lo que explica
que ella haya sido destinada a servir de indispensable camino de acceso
a la plantación realizada, sin que, entonces, puedan hoy día los
demandados, sin ir contra sus propios actos (doctrina del acto propio),
alegar una pérdida de superficie (1,3 hectárea) para la plantación de
nogales y de la utilidad futura que esa hipotética y eventual producción
de nueces pudo haberles reportado, si por su propio acto, como quedó
demostrado del peritaje, y no por causa de las servidumbres, esa
superficie fue destinada por ellos mismos a servir de camino interior, el
que de no haberse ubicado ahí, hubiere igualmente sido necesario
habilitar en otro sector del predio, sin poder plantar ni cultivar su
superficie.
Lo anterior, permite descartar entonces todos los daños que a título de
lucro cesante le atribuyen los peritajes de los señores Crisóstomo y
Lantaño a las servidumbres mineras solicitadas por esta parte sobre la
base de una hipotética plantación, cosecha y comercialización de
nueces, correspondiente a 1,3 hectárea, no realizadas y que no se
habrían hecho por el propietario y usufructuario, pudiendo y queriendo
hacerlo sobre la faja de servidumbre, por habérselo impedido – en su
decir - la servidumbre de oleoducto en circunstancias que ello – según ha
quedado establecido - se debió a su propia y anterior decisión de
destinar esa misma superficie a camino interior, sin que aquella
determinación puede entonces atribuírsele causalmente a la
servidumbres demandadas, dar lugar a un perjuicio y originar una
millonaria, exhorbitante y abusiva indemnización de perjuicios sin causa
en su favor.
Habrá que recordar aquí la naturaleza estrictamente reparatoria de la
indemnización de perjuicios en nuestro ordenamiento jurídico, pues ella
tiene lugar ante perjuicios ciertos, más no hipotéticos, que tengan por
causa el hecho del demandado, más no el hecho propio, para el solo
efecto de compensarlos, por lo que la dicha indemnización no puede ser,
bajo ninguna circunstancia, fuente de enriquecimiento para quién la
percibe.
Lo que no ocurre con las indemnizaciones por cientos de millones de
pesos, que se postulan en los informes periciales evacuados en autos, por
una superficie larga y angosta de terreno -1300 metros de largo por 10
metros de ancho - destinada por sus propietarios, dado su forma, a servir
de camino interior para su propio tránsito peatonal y vehicular necesario
para el aprovechamiento de la destinación agrícola del predio en la
plantación de nogales realizada en él.
II
En efecto, corresponde detenerse en la valorización de las 1,3 hectárea
de terreno comprendido en la servidumbre demandada pues consta de
los antecedentes acompañados en el peritaje evacuado por el ingeniero
Lantaño, que el propietario del predio sirviente demandado en autos (
Ovalle), vendió a la Empresa de Servicios Sanitarios del Bío Bío S.A.
(Essbío), mediante escritura pública de 6 de febrero de 2013, otorgada
ante el Notario Público de Concepción Ernesto Valenzuela Norambuena,
cuando tales terrenos ya tenían la condición de urbanos, 2,9 hectáreas
de terreno constitutivas del Lote B-2 del Fundo La Isla, en la suma de $
20.000.000, según da cuenta la inscripción de fs. 674 Nº 491 del Registro
de Propiedad del CBR de Bulnes del año 2013, acompañada en el peritaje
del ingeniero Lantaño, para poder construir infraestructura sanitaria
para la comuna de Quillón.
Ese valor representaba a la época el equivalente a 876,9 Unidades de
Fomento, pues esta unidad, al 06.02.2013, tenía un valor de $
22.807,54.
Pues esas mismas 876,9 Unidades de Fomento equivalen, hoy en día, a la
suma de $ 24.002.507, debido a que dicha unidad tienen un valor actual
de $ 27.372 al 08.10.2018.
Vale decir, hace 5 años el propietario demandado consideraba un justo
valor de mercado para la hectárea de su terreno urbano del Fundo La Isla
de Quillón la suma de $ 7.000.000 y los peritajes evacuados en autos
postulan que, cinco años después y por el solo transcurso del tiempo, tal
valor no puede ser inferior a $ 105.000.000.
La sana crítica, los principios de la lógica y las máximas de la experiencia
no permiten aceptar esto último, esto es, que el propietario haya
aceptado recibir de una empresa solvente, como son las sanitarias, un
valor 15 veces menor o bien que, en la actualidad, los mismos terrenos
por el solo transcurso del tiempo – 5 años – hayan aumentado su valor
en 15 veces.
Eso no es así.
La recta razón, la lógica y las máximas de la experiencia a las que US.
está obligada a dar estricta aplicación descartan una conclusión como
esa.
Sobre todo si este exorbitante valor se postula o propone, en los peritajes
evacuados, no para un paño de 1,3 hectárea con forma de paralelogramo
de ángulos rectos ( rectángulo o cuadrado ), que normalmente presentan
las parcelas de agrado, lo que permite la construcción de viviendas,
equipamientos o cultivos de diversa naturaleza, que es el caso de los lotes
vendidos que el perito Lantaño cita en su informe, como referenciales de
valores de la comuna de Quillón y cuyas inscripciones de venta
acompaña, pues de lo que se trata en autos es de valorizar una franja de
terreno que por lo angosta ( 10 metros de ancho), pese a su longitud
(1300 metros de largo), no permite naturalmente – dado que se trata de
una franja - construcciones de viviendas o equipamientos en ellas, por lo
que no cabe asimilar el valor de esta franja al de los terrenos señalados
por el perito en que tales usos y aprovechamientos si son posibles, lo que
ciertamente incide en su mayor valor, mayor valor del cual los terrenos
comprendidos en la servidumbre demandada carecen.
Es esta razón la que explica el porqué los propietarios y usufructuarios
demandados en autos destinaron esta larga y angosta faja de terreno a
camino interior del predio para su tránsito vehicular y peatonal.
Los peritajes no explican lo anterior y entregan valores para un terreno
urbano de 1,3 hectárea apto para todo tipo de construcciones y
equipamientos industriales, comerciales, etc., cuyo no es el caso, por lo
que no pueden homologarse como si se tratara de terrenos comparables
con los comprendidos en las servidumbres solicitadas, porque no lo son.
Habrá que recordar sobre este punto los criterios jurisprudenciales
establecidos sobre la materia, sobre el sentido y alcance de la reparación
de perjuicios ocasionados por el establecimiento de servidumbres legales
mineras; a saber:

IIa).- Sólo corresponde considerar e indemnizar los perjuicios efectivos,


esto es, los actuales y realmente ocasionados y no los que podrían
producirse en el futuro o los que podrían producirse en el futuro, siempre
y cuando se reunieran determinadas eventualidades (meras expectativas
que no constituyen derecho atendido lo dispuesto por el artículo 7° de la
Ley sobre Efecto Retroactivo de las Leyes ), que en todo caso, darían lugar
a otras acciones una vez verificadas ( C.A. Chillán, sentencia de 30 abril
2001, cons. 2°, causa civil rol n° 24.881; C.A. Chillán, sentencia 16 enero
2004, cons. 3°, causa civil rol n° 27.007; C.A. Chillán, sentenca 31 julio
2006, cons. 6°, causa civil rol n° 27.590 );

IIb).- Debe consultarse siempre una cantidad racional a pagar por la


ocupación y tránsito, pues no puede la servidumbre llegar a constituir una
verdadera compraventa o transferencia de dominio en que la
indemnización haga las veces del precio. En efecto, la jurisprudencia de
nuestros tribunales superiores precisando el alcance de esta reparación ha
señalado: " Para determinar la indemnización a pagar por la servidumbre
que se concede, el tribunal sólo estimará los perjuicios y daños actuales y
realmente ocasionados y no los que podrían producirse en el futuro o los que
podrían ocasionarse siempre y cuando se reunieren determinadas
condiciones eventuales , hechos que en todo caso dan lugar a otras
acciones. Por otro lado, la indemnización que debe pagarse por la ocupación
del predio sirviente de ningún modo puede constituir una compraventa, por
lo que prudencialmente, valorando los elementos de juicio agregados a los
autos, se fijará una cantidad racional a pagarse por esta ocupación...". (
Corte de Apelaciones de La Serena, en fallo de 24 de octubre de 1989,
citado en el Repertorio de Legislación y Jurisprudencia del Código de
Minería, publicado por Editorial Jurídica de Chile, pág. 117, en relación
con el artículo 122 ).
POR TANTO,
A US. PIDO: tener por formuladas las observaciones, objeciones y reparos
anteriormente expuestos en relación al informe pericial evacuado en autos.
OTROSI: Sírvase US. tener por acompañado, con conocimiento, el fallo de
la Corte de Apelaciones de Talca citado en lo principal.

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