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Texto~
Ferdinand de Saussure
Publicado por
Charles BaUy y A1berr Sechehaye
Con la colaboración de
A1berr Riedlinger
. ,.1
Alianza
Editorial
Titulo ori~inal:
Cours Jr linl.llisJiqJlr ¡,inirtl/r
I
La ([aducción de Amlldo ,\Iomo ha ~ido ceJíd;a por Editori:l.l l.o~:l.lb.• S. A. 11'TDICS
INTRODUCCIÓN
7
80 introducción
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81
lcngua son, por dc<.ülo así, tangibles;~ la escritura puede fijarlos en imáge- güística se encolllrará ligada a un dominio bicn definido en el conjunto de
Il~S cOIl"enciull:Jles, Illit:ntras que sería imposible fotografiar en todos sus los hechos humanos.
Jt:ull,-=s los ;lelOs del h:1bll1; la fon:1ci6n de una palabra, por pequeii;l yue Al psicólogo toca determinar el pucsto exacro de la semiología 2; (a-
S<.";1. rqlTl.'s~nt;\ una infillid.ld de. mú~illlicntos musculares extremadamen- re•.1 del lingüista es definir qué es lo que hace de la lengua un sistelTIi.l
le di(jt.:il~s dc ntlllJCCr y de ima~ill:lr', En la lengua, por el contrario, no especial cn el conjunto de los hechos scmiológicos, M,ís lldcllltlle vol\'ere-
11;IYlIl:í" LjIlC 1.1imagen :lCústicíl, y ésta se puede Imducir en una imllgen mos sobre h1 cuestión; aquí sólo nus fijnmus en esto: si por ,'ez primera
\'isuai CÚllSI:lIltC.Pues si se hace ;lbstnlcción
, dc esta multitud de movi- hemos poJido nsignar n la lingüístico un puesto entre las ciencias es por
mi~IlIUS neccs:lfios para realizarla en el habla, COH.ttimagen acústica no es. haberla incluido en la semiología.
COlllOllll::goveremos. más que la sum~, de un número limitado de e1emen- ¿Por qué la scmiologí<1no es re<.'Dnucidacomo ciencia autónoma, ya
lOS o fun~lIl;ls. susceptibles a su vez de ser evocados en la escriLura por un que tiene como las demás su objeto propio? Es porque giramus Jcntro de
lllílllCro corn:spondiente de signos. Esta posibiliJad de fijar las cosas rcla- un círculo vicioso: de un lado, nao<1 m,ís <1oecuado que la lengua para
rinls a b len!:ll,l es la que hace que Ul\ diccion;uio )' una gram<Ítica puedan hacer comprender la naturaleza del problema semiológico; pero, p,tra
"cr su n:prescl1l;lción fiel, pues la lengua e$ d depósito de las imágenes plantearlo cOI1\'enientemente, se tendría que estudiar la lengua en sí mis-
:lClh{icas \'. b esnitl:ra la forma tangible I
de esas imágenes [70]. ma; y el caso es que, h:lst;l ahora, casi siempre se la ha encarado en fun-
I ." ','.:- ción de otra cosa, dcsde otros puntos de vista.
Tenemos, en primer lugar, la concepción superficial del gran público,
53. LUi!.tlf de /a lengtltl en los lJr!c!Jos humanos. que no ve en la lengua más que una nomenclatura (ver pág. 137), lo
LJ semiología [71 J
I cual suprime toda investigación sohre su naturaleza verdadera [74]. Lue.
go viene el punto de vista Je! psicólogo, que estudia el mecanismo del
Estos caracreres nos hacen descubrir otro más importante. La len- signo en el individuo. Es el método más fácil, pero no lleva más allá
gU,I. deslindilda .lsí del conjunto de IÓs hechos de lenguaje, es c1asificable de la ejecución individual, sin alcanzar al signo, que es social por na-
enrre los hechos humanos, mientras que el lenguaje no lo es, turaleza, I
Acabamos de v~r que la lengua es una institución social, pero se dife- 0, por último, cuando algunos se dan cuenta de que el signo debe es-
renci<l por muchos rasgos de las otras instituciones políticas, jurídicas, tudiarse sodalmente, no retienen más que los rasgos de la lengua que la
etc. P,ua comprender su naturalezJ peculiar hay que hacer intervenir un ligan a otras instituciones, aquellos que dependen más o menus de nuestra
Ilue\'o orden de hechos. 1 voluntad¡ y así es como se pasa tangencialmente a la meta, desdeñando los
La lengua es un sistema de signos que expresan ideas, y por eso com- caracteres que no pertenecen más que a los sistemas semiológicos en ge-
parable a la cscritufll, al alfabeto de los sordomudos, a los ritos simbóli- neral y a la lengua en particular. Pues el signo es ajeno siempre en cierta
cos, a las formas de cortcsía, a las scill.lles militares, erc., etc. Sólo que es medida a la voluntad individual o social, y en eso está su carácter esencial,
el más importante de todos esos sistemas [72 J. 1 aunque sea el que menos evidente se haga a primera vista.
Se puede, pues, concebir Uftd cie11citJ que estudie la vida de los sig- Así, ese carácter no aparece claramente más que en la lengua, pero
!JOS e1l el uno de la vida social. Tal ciencia sería parte de la psicología también se manifiesta en las cosas menos estudiadas, y de rechazo se
social, y por consiguiente de la psicol~gía general. Nosotros la llamaremos suele pasar por alto la necesidad o la utilidad particular de una ciencia
semiología I (del griego semeiolZ ((signo'» [73], Ella nos enseñará en qué scmiológica, Para nosotros, por el contrario, el problema lingüístico es
consisten los signos y cUlHcs son Ii1sleyes que los gobiernan, Puesto que primordialmente semiológico, y en este hechu importantes cobran signifi.
todavía no exi3te, no se puede Jecie ;qué es lo que ella será; pero tiene cación nuestros razonamientos, Si se quiere descubrir la verdadera natu.
derecho a 1., existencia, y su lugar está determinado de antemano. La lin- raleza de la lengua, hay que empezar por considerarla en lo que tiene de
güísticll no es más que una parte de esta ciencia general. Las leyes que la común con todos los otros sistemas del mismo orden¡ factores lingmsticos
semiología descubra serán aplicables a la lingüística, y así es comol la lin- que a primera vista aparecen como muy importantes (por ejemplo, el jue-
go del aparato fonador) no se deben considerar más que de segundo orden
1 No confundir la tt:miologia con IJ semántica, que estudia los cambios de sig-
nificación, y de la que Fcrdinand de Saussure no hiT.O una exposición metódica,
ilunque nos dejó formulado su principio tímidamente en la pág. 146. (D. y S.) 2 Cfr. A. NaviUe, ClaujficaJion des scienas, 2.• edición, pág. 104.
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si no sirven más que para distinguir a la lengua de los otros sistemas. Con
eso no solamente SI: esclarecerá el problem¡.1 lingüístico, sino que, al con-
Capítulo 1-
siderar los ritos, bs costumbres, etc., como signos, estos hechos aparece. '. -P'-r'lr'r~rrl
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r:in a alC:1 luz, )' se sentirá la necesidad de agruparlos en la semiología y
de explicarlos por las leyes de esta ciencia. "
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1 + 1 + 1 + 1 ... I .
= I (modelo [79] colectivo).
I
¿ De qué modo está presente el habla en esta misma colectividad? El
habla es la suma de todo 10 que las gentes dicen, y comprende: a) combina-
ciones individuales, dependientes de la: voluntad de los hablantes; b) actos
de fonación igualmente voluntarios, necesarios para ejecutar tales combi.
nociones [80J. No hay, pues, nada de tolectivo en el habla; sus manifesta-
ciones son individuales y momentánea1s. En ella no hay nada más que la
suma de los casos particulares según la fórmula:
(1 + l' + 1", + 1'" ... )