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Alianza Universidad.

Texto~
Ferdinand de Saussure

Curso de lingüística general

Publicado por
Charles BaUy y A1berr Sechehaye

Con la colaboración de
A1berr Riedlinger

Traducción, prólogo y notas de


Amado Alonso
Edición crÍ rica preparada por
Tullio De Mauro

. ,.1
Alianza
Editorial
Titulo ori~inal:
Cours Jr linl.llisJiqJlr ¡,inirtl/r
I
La ([aducción de Amlldo ,\Iomo ha ~ido ceJíd;a por Editori:l.l l.o~:l.lb.• S. A. 11'TDICS

Primera ediciün en ••Alianla Univen;idad TeJl,lu~": IQ:S)


Tercera reimr"csilin en ••Alían1a Universidm.! Te:o;lo••••: 1~9J

Prólogo a la edición española, de Amado Alonso .. ' , ' . 9


Imroducción a la edición italiana, de Tullio De Mauro . 25
Introducción a la tercera edición italiana y Addenda, de Tullio De
l\.lauro .'. ,., ' , " '" .'. " '" 45
Prefacio a la primera edición francesa, de Charles Bally y Albert
Reservados todos los den:chos. De conformidad con lo dispuesto en el arl, 534,his del Sechehaye . 59
Código Penal vigente. podr:in sC'r castigados con penas de muha y princión de libertad Prefacio a la segunda edición, de Ch. B. Y A. S ' 62
quienes reprodujC'ren o plagiaren. en todo o en parte, una ohn. literaria, artística o científica
Prefacio a la rercera edición, de Ch. B. Y A. S ' 62
fijllda en cualt¡uier lipo de sopom: sin la preceptiva autoriución.

INTRODUCCIÓN

Cap. 1. Ojeada a la historia de la lingüistica ... ... ... ... .. .... 65


Cap. 2. Materia y tarea de la lingüIstica, Sus relaciones con las
ciencias conexas - 71
Cap. 3. Objeto de la lingüfstica ' 73
Cap. 4. Lingüística de la lengua y lingiilstica del habla 83
Cap. 5. Elementos internos y elementos externos de la lengua 87
@ Editions rayO!. 1972 Cap. 6. Representación de la lengua por la escritura . 91
1tl Ed. casi.: Alianza Editorial. S. A.. Madrid. 1983. 1987. 1991. 1993
Calle Juan Ignacio Luca de Tena. 15; 28027 Madrid; teléf.: 741 66 00 Cap. 7. La fonologla " ' . 101
ISBN: 84.206.8065.6
Depósito legal: S. 397~1993
ApÉNDICE. PRINCIPIOS DE FONOLOGfA
Compue~to en Femandez Ciudad. S. L.
Impreso en Gráficas Ortega. S. A. 109
Pol(gono El Monlalvo ~ Salamanca
Cap. 1. Las especies fonológicas .
Printed in Spain Cap. 2. Los fonemas en la cadena hablada 121

7
80 introducción
....- ._- .._-,_ .. ,"'--' ~.-'-~''''.-.'''''..... "'.~.-_.. _~ 3:.Obj~t,!~q!.!~!~ngüi~.~i~,~_.
81

lcngua son, por dc<.ülo así, tangibles;~ la escritura puede fijarlos en imáge- güística se encolllrará ligada a un dominio bicn definido en el conjunto de
Il~S cOIl"enciull:Jles, Illit:ntras que sería imposible fotografiar en todos sus los hechos humanos.
Jt:ull,-=s los ;lelOs del h:1bll1; la fon:1ci6n de una palabra, por pequeii;l yue Al psicólogo toca determinar el pucsto exacro de la semiología 2; (a-
S<.";1. rqlTl.'s~nt;\ una infillid.ld de. mú~illlicntos musculares extremadamen- re•.1 del lingüista es definir qué es lo que hace de la lengua un sistelTIi.l
le di(jt.:il~s dc ntlllJCCr y de ima~ill:lr', En la lengua, por el contrario, no especial cn el conjunto de los hechos scmiológicos, M,ís lldcllltlle vol\'ere-
11;IYlIl:í" LjIlC 1.1imagen :lCústicíl, y ésta se puede Imducir en una imllgen mos sobre h1 cuestión; aquí sólo nus fijnmus en esto: si por ,'ez primera
\'isuai CÚllSI:lIltC.Pues si se hace ;lbstnlcción
, dc esta multitud de movi- hemos poJido nsignar n la lingüístico un puesto entre las ciencias es por
mi~IlIUS neccs:lfios para realizarla en el habla, COH.ttimagen acústica no es. haberla incluido en la semiología.
COlllOllll::goveremos. más que la sum~, de un número limitado de e1emen- ¿Por qué la scmiologí<1no es re<.'Dnucidacomo ciencia autónoma, ya
lOS o fun~lIl;ls. susceptibles a su vez de ser evocados en la escriLura por un que tiene como las demás su objeto propio? Es porque giramus Jcntro de
lllílllCro corn:spondiente de signos. Esta posibiliJad de fijar las cosas rcla- un círculo vicioso: de un lado, nao<1 m,ís <1oecuado que la lengua para
rinls a b len!:ll,l es la que hace que Ul\ diccion;uio )' una gram<Ítica puedan hacer comprender la naturaleza del problema semiológico; pero, p,tra
"cr su n:prescl1l;lción fiel, pues la lengua e$ d depósito de las imágenes plantearlo cOI1\'enientemente, se tendría que estudiar la lengua en sí mis-
:lClh{icas \'. b esnitl:ra la forma tangible I
de esas imágenes [70]. ma; y el caso es que, h:lst;l ahora, casi siempre se la ha encarado en fun-
I ." ','.:- ción de otra cosa, dcsde otros puntos de vista.
Tenemos, en primer lugar, la concepción superficial del gran público,
53. LUi!.tlf de /a lengtltl en los lJr!c!Jos humanos. que no ve en la lengua más que una nomenclatura (ver pág. 137), lo
LJ semiología [71 J
I cual suprime toda investigación sohre su naturaleza verdadera [74]. Lue.
go viene el punto de vista Je! psicólogo, que estudia el mecanismo del
Estos caracreres nos hacen descubrir otro más importante. La len- signo en el individuo. Es el método más fácil, pero no lleva más allá
gU,I. deslindilda .lsí del conjunto de IÓs hechos de lenguaje, es c1asificable de la ejecución individual, sin alcanzar al signo, que es social por na-
enrre los hechos humanos, mientras que el lenguaje no lo es, turaleza, I
Acabamos de v~r que la lengua es una institución social, pero se dife- 0, por último, cuando algunos se dan cuenta de que el signo debe es-
renci<l por muchos rasgos de las otras instituciones políticas, jurídicas, tudiarse sodalmente, no retienen más que los rasgos de la lengua que la
etc. P,ua comprender su naturalezJ peculiar hay que hacer intervenir un ligan a otras instituciones, aquellos que dependen más o menus de nuestra
Ilue\'o orden de hechos. 1 voluntad¡ y así es como se pasa tangencialmente a la meta, desdeñando los
La lengua es un sistema de signos que expresan ideas, y por eso com- caracteres que no pertenecen más que a los sistemas semiológicos en ge-
parable a la cscritufll, al alfabeto de los sordomudos, a los ritos simbóli- neral y a la lengua en particular. Pues el signo es ajeno siempre en cierta
cos, a las formas de cortcsía, a las scill.lles militares, erc., etc. Sólo que es medida a la voluntad individual o social, y en eso está su carácter esencial,
el más importante de todos esos sistemas [72 J. 1 aunque sea el que menos evidente se haga a primera vista.
Se puede, pues, concebir Uftd cie11citJ que estudie la vida de los sig- Así, ese carácter no aparece claramente más que en la lengua, pero
!JOS e1l el uno de la vida social. Tal ciencia sería parte de la psicología también se manifiesta en las cosas menos estudiadas, y de rechazo se
social, y por consiguiente de la psicol~gía general. Nosotros la llamaremos suele pasar por alto la necesidad o la utilidad particular de una ciencia
semiología I (del griego semeiolZ ((signo'» [73], Ella nos enseñará en qué scmiológica, Para nosotros, por el contrario, el problema lingüístico es
consisten los signos y cUlHcs son Ii1sleyes que los gobiernan, Puesto que primordialmente semiológico, y en este hechu importantes cobran signifi.
todavía no exi3te, no se puede Jecie ;qué es lo que ella será; pero tiene cación nuestros razonamientos, Si se quiere descubrir la verdadera natu.
derecho a 1., existencia, y su lugar está determinado de antemano. La lin- raleza de la lengua, hay que empezar por considerarla en lo que tiene de
güísticll no es más que una parte de esta ciencia general. Las leyes que la común con todos los otros sistemas del mismo orden¡ factores lingmsticos
semiología descubra serán aplicables a la lingüística, y así es comol la lin- que a primera vista aparecen como muy importantes (por ejemplo, el jue-
go del aparato fonador) no se deben considerar más que de segundo orden
1 No confundir la tt:miologia con IJ semántica, que estudia los cambios de sig-
nificación, y de la que Fcrdinand de Saussure no hiT.O una exposición metódica,
ilunque nos dejó formulado su principio tímidamente en la pág. 146. (D. y S.) 2 Cfr. A. NaviUe, ClaujficaJion des scienas, 2.• edición, pág. 104.
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---------- ,-------_._~------_.__ ._-----_ ..-~------


82 Inlroducción

si no sirven más que para distinguir a la lengua de los otros sistemas. Con
eso no solamente SI: esclarecerá el problem¡.1 lingüístico, sino que, al con-
Capítulo 1-
siderar los ritos, bs costumbres, etc., como signos, estos hechos aparece. '. -P'-r'lr'r~rrl
J. 'J \-f \.J J.l;::J .•
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r:in a alC:1 luz, )' se sentirá la necesidad de agruparlos en la semiología y
de explicarlos por las leyes de esta ciencia. "
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Al dar a la ciencia de la lengua su verdadero lugar en el conjunto del


esrudio del lenguaje, hemos situado al mismo tiempo la lingüísüca entera.
Todos los demás e1emenws del lenguaje. que son los que constituyen el
habla, vienen por sí mismos a subordinarse a esta ciencia primera. y gra-
cias a tal subordinación rodas las partes de la lingüística encuentran su
lugar natural.
Consideremos, por ejemplo, la producción de los sonidos necesarios
en el habla: los órganos de la voz son tan exteriores a la lengua como los
aparatos eléctricos que sirven para transmitir el alfabeto Marse son ajenos
a ese alfabeto; y la fonación, es decir, la ejecución de las imágenes acús-
ticas, no afecta'en nada al sistema mismo. En esto puede la lengua com-
pararse con una sinfonía cuya realidad es independiente de la man~ra en
que se ejecute; las faltas que puedan cometer los músicos no comprometen
10 más mínimo esa realidad [76].
A tal separación de la fonación y de la lengua se nos podrá oponer las
transformaciones fonéticas, las alteraciones de sonidos que se producen
en el habla y que ejercen tan profunda influencia en los destinos de la
lengua misma. ¿Tendremos verdaderamente el derecho de pretender que
una lengua en tales circunstancias existe independientemente de esos fe.
n6menos? Sí, porque no alcanzan más que a la sustancia material de las
palabras. Si afectan a la lengua como sistema de signos, no es más que in-
directamente, por el cambio resultante de interpretaci6n; pero este fenó-
meno nada tiene de fonético (ver pág. 156). Puede ser interesante huscar
las causas de esos cambios, y el estudio de los sonidos nos ayudará en dIo;
63
4. "~it.Jgüí~tícade la lengua y lingüística de.'.hab.'~_.~
84 IflltoducciófI

pcro ta 1.•cuestlon no es esencia: I l a clencW


. 1 para . . d e 1a lengua, b:.lst~lfá Por todas estas razones seda quimérico reunir en un mismo punto de
vi"" lo Ienguo y el hoblo. El conjunto globol del lenguoje es incognoscible
siempre con consignar las transform~tejones de sonidos y c;llculnr sus
porque no es homogéneo, mientfi1s que la distinción y la subordinación
efectos. . I propucstns lo ~lcbfi1n todo.
y esto que decirnos de la fon,teión v<lldrá lo misnln p;lra todas bs
T.ll es la primera bifurc;.lción con que toparnos en cuanto se intenta
otras partes del habla. La activid:ld del sujeto h"bI.lI1tc debe estudbrse
h:lccr la teoríil del lenguaje. Hay que elegir entre dos c;lminos que es im.
en un conjunto de disciplinas que no! (ienen cabiJ;l en 1" lingüística nds
posible lomar a la vez; tienen que sc~ rccorriJos por separado.
que por su relación con la lengua. I Se pucde cn rigor conservar el nombre de lingüística para C:1J¡:¡una
El estudio dd Icnguaje comportil, pues, dos partes: la una, esencial,
de esWS dos Ji~ciplina5 y hablar de un<l lingüística del habla (81); pero con
tiene por objeto la lengua, que es social en su cscncb e independiente del
cuidado de no confundirla con la Iingüísric:l propiamente dicha, ésa cuyo
individuo; este estudio es únicamenre! psíquico; la otra, ~ecllnJ;lri;l. tiene
pur ubjeto la parte individual del len~t1:tic, es decir, el h.lbla, induio •• la Objclú único es la lengua.
NUSOlros V3mos :l dedicarnos ÚniCí.lrnente a esta úhima, y si, en el
funrlci6n, y es psicofísica [77]. 1
tr:lllscurSO de nuestras demostraciones, tomamos prestacln alguna luz al
Sin duda, ambos objetos están estrechamente ligados y se supunen
estudio del habb, ya nos esforzaremos por no borrar nunca los límites que
recíprcx:amenre: la lengua es nccesaria: P,U:l que el h:lbla sea inteligible y
produzcn todos sus efectos; pero el hó;bla es necesaria p;:¡rnque b lengua separan los dos terrenos.
se establezc:'l; históric<lmente, el hccho de h:lbb precede siempre. ¿Cómo
se le ocurrirí<l a nadie asociar una ¡de;j con un.1 imagen vcrbal, si no se em-
pezara" por sorprender tal asoci<lción en un ;jcto de habla? Por otra parte,
oyendo a Jos otros es como cada uno aprende su lengua materna, que no
llega a depositarse en nuestro cerebro más que <JI cabo de innumerables
experiencias. Por último, el habla es Ih que hace evolucionar a b lengua:
las impresiones recibidas oyendo a 10s1demás son bs que modifican nues-
trus hábitos lingüísticos. Hay, pues, interdependencia de lengua)' habla:
aquélla es a la vez el instrumento y el proJucro de ésta, Pero eso no les
impide ser dos cosas absolutamente distimas [78].
La lengua existe en la colectividad len la forma de una suma de ~acuña-
ciones depositadas en cada cerebro, ~ás o menos como un diccionario
cuyos ejemplares, idénticos, fueran repartidos entre los inJividuos (ver
pág. 78). Es, pues algo que está en tada uno de ellos aunque común a
l l

todos y situado fuera de la voluntad I de los depositarios. Este rnÓdo de


existencia de la lengua puede quedar :representado por la fórmula:'

1 + 1 + 1 + 1 ... I .
= I (modelo [79] colectivo).
I
¿ De qué modo está presente el habla en esta misma colectividad? El
habla es la suma de todo 10 que las gentes dicen, y comprende: a) combina-
ciones individuales, dependientes de la: voluntad de los hablantes; b) actos
de fonación igualmente voluntarios, necesarios para ejecutar tales combi.
nociones [80J. No hay, pues, nada de tolectivo en el habla; sus manifesta-
ciones son individuales y momentánea1s. En ella no hay nada más que la
suma de los casos particulares según la fórmula:
(1 + l' + 1", + 1'" ... )

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