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Toribio Pacheco es, en el Perú, el epítome del

humanista del siglo XIX. Esta afirmación no es,


como parece, hiperbólica. Y es que Pacheco no
solo fue, como se sabe, jurista, y de las más altas
cotas; sino también político, diplomático de
circunstancias difíciles y hasta penosas, periodista
cabal y enérgico y, por añadidura, hombre de
letras, en el sentido más raigal del término. En
cada uno de estos segmentos de vida pública su
desempeño fue sobresaliente, no solo por su
versación, brillantez y eficiencia, sino, sobre todo,
por la impronta ética que le imprimió a cada uno
de ellos.
 Cuestiones Constitucionales. Arequipa: Imprenta de
Francisco Ibáñez y Hnos., 1854.
 Tratado de Derecho Civil. Lima: Establecimiento
Tipográfico de Aurelio Alfaro y Ca., 1860.
 Manifiesto de los motivos que han inducido al Perú a
declarar la guerra al gobierno de España. Edición oficial,
Lima, 1866.
 Memoria que el Secretario de Estado en el despacho de
Relaciones Exteriores presenta, por orden del jefe supremo
provisorio de la República, al Congreso Constituyente.
Lima: Imprenta del Estado por J. E. del Campo, 1867.
El jurista arequipeño presentó al público
Cuestiones constitucionales, como primera parte,
hacia el año 1854, un texto que, pese a su
antigüedad y su fijación sincrónica, ha sido
objeto de elogios e investigaciones de parte de
nuestros más brillantes intelectuales (entre los
más ilustres se cuentan los juicios de Basadre y
Mostajo, así como el iluminador estudio que le
dedica Porras Barrenechea) por su agudeza,
erudición jurídica y clarividencia.
Los poderes
• Pacheco los habla del poder legislativo se
ocupa de examinar dos cuestiones
fundamentales: cómo delega el pueblo sus
facultades (poder electoral) y cómo ejercen
este poder sus delegados (poder de legislar)
Sobre el periodo presidencial
• Proponía que fuesen solo cuatro: estimaba
que siendo cortos los gobiernos las
revoluciones serían cada vez menos, porque al
ser los regímenes insoportables menos
duraderos, a las gentes les saldría más barato
esperar un breve tiempo para cambiar de
gobierno, sin tener que esperar los largos seis
años
Sobre la responsabilidad del
presidente
• Llamaba su atención la responsabilidad del
presidente. En un sistema republicano,
planteaba Pacheco, la responsabilidad debe
ser personal, y no conjunta con la de los
ministros. Y para esto el presidente debía
estar completamente libre para elegir los
brazos con los que iba a trabajar. A lo mucho
toleraba que se le impusiera el número de
brazos (ministros).
Sobre la estabilidad del gobierno
• La estabilidad del gobierno fue una de sus más
caras ocupaciones teóricas. Para asegurar la
estabilidad del presidente y del gobierno,
proponía una idea audaz: que se eligiera
presidente y vicepresidente al mismo tiempo,
y que este último sucediese al presidente
cuando el primero hubiera dejado el cargo.

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