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THE LISTENING PROCESS

Escuchar es quizás el elemento más crítico en el lenguaje y el aprendizaje de


idiomas, ya que es la clave para hablar, y más allá de eso, leer y escribir.
Particularmente en el lugar de trabajo, escuchar se usa al menos tres veces más
que hablar, y cuatro a cinco veces más que leer y escribir. En todos los niveles,
desde el nivel de entrada hasta el de gestión, la escucha se percibe como crucial
para la comunicación. Sin embargo, la escucha sigue siendo uno de los procesos
menos comprendidos en el aprendizaje de idiomas.

En este artículo, intentaremos resumir lo que se sabe sobre el proceso de escucha,


incluidos los factores que afectan a la escucha.

El proceso de escucha
Escuchar es un proceso exigente que implica:

1) El oyente
2) El orador
3) El contenido del mensaje, y
4) Cualquier soporte visual acompañante.

Imagine un mensaje en el lugar de trabajo que se transmite entre el oyente y el


orador utilizando herramientas (un martillo, toallas, una máquina de fax, etc.) o un
video, a diferencia de un mensaje dejado en un teléfono sin soporte visual de un
orador no identificado:
("Coloca el xxx en el xxx mañana".) El mensaje puede ser el mismo en ambas
situaciones, pero se percibe de formas muy diferentes. Examinemos cada
componente del proceso.
1. El oyente
Si el oyente está familiarizado o interesado en el tema, la comprensión aumentará.
Si no, un oyente puede tener problemas y luego desconectar el mensaje. Además,
es más probable que un oyente que sea un participante activo en una conversación,
a pesar de que tenga poco conocimiento de fondo para facilitar la comprensión,
aprenda del encuentro. Eso significa que el facilitador / maestro del lugar de trabajo
debe enseñar explícitamente las habilidades de escucha activa, como la repetición,
la definición de los puntos no comprendidos, y la aclaración y negociación, para que
el oyente tenga sentido de la información entrante. Estos son tanto para escuchar
como para hablar.

2. El orador
Cuando hablamos, generalmente no hablamos en oraciones completas. El lenguaje
coloquial y las formas reducidas también dificultan la comprensión. La velocidad de
entrega de un orador puede ser demasiado rápida, demasiado lenta o puede tener
muchas dudas para que la escuche un oyente. Todos estos pueden afectar la
concentración.
El conocimiento de las correcciones de un hablante y el uso de la reformulación (er
..., quiero decir ..., es decir ...) puede permitir que el oyente reconozca los hábitos
del habla como claves para descifrar el significado. Si bien los maestros no pueden
predecir cómo cada orador usará el lenguaje, pueden enseñar a los estudiantes a
escuchar los patrones en el habla y usar estrategias que los ayuden a comprender,
por ejemplo. Pedirle a un hablante que disminuya la velocidad o que repita.

3. El contenido
El contenido que es familiar es más fácil de comprender que el contenido que no es
familiar. En el lugar de trabajo, esto se convierte en una ventaja mayor cuando los
empleados escuchan y hablan sobre su trabajo. Las amas de llaves de los hoteles,
los obreros de las fábricas o los empleados de las oficinas suelen hablar sobre
temas familiares. El contenido puede ser desconocido solo cuando se explica una
nueva máquina o proceso. Cuando el conocimiento de fondo es esencial para
comprender el contenido, pueden ser necesarias más estrategias de escucha.
4. Apoyo visual
El soporte visual, por ejemplo, la herramienta real, un video, imágenes, diagramas,
gestos, expresiones faciales y lenguaje corporal, aumenta la comprensión. Sin
embargo, es posible que se deba enseñar explícitamente cómo usar estas
estrategias para que el alumno pueda interpretarlas correctamente.
Escucha activa

Si bien el oyente, el hablante, el contenido y los elementos visuales forman parte


del proceso de escucha, lo que sucede en el cerebro para comprender el mensaje
es la clave. La mayor parte de lo que sabemos proviene de la investigación sobre el
desarrollo del idioma nativo. Aunque una vez etiquetado como proceso "pasivo",
escuchar es en gran medida un proceso "activo" de seleccionar e interpretar
información de pistas auditivas y visuales. La investigación nos dice que hay una
serie de eventos que constituyen "escuchar".

El oyente:

• Determina una razón para escuchar.


• Toma el discurso en bruto y deposita una imagen en la memoria a corto plazo.
• Intentos de organizar la información identificando el tipo de evento de habla
(informar, solicitar, persuadir)
• A veces predice la información que se espera incluir en el mensaje
• Recuerda información de fondo para interpretar el mensaje.
• Asigna un significado al mensaje.
• Comprueba que el mensaje ha sido comprendido.
• Transfiere el mensaje original a la memoria a largo plazo, y
• Borra la información original de la memoria a corto plazo.

Aunque no sabemos en qué orden o cómo ocurre esto, de hecho, el oyente rara vez
se da cuenta de cómo realizar estos pasos, sino que es una guía para el maestro
de los pasos que tienen lugar cuando se percibe un mensaje.

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