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tendencias y respuestas1
R Marcelo Fabián Sain R Doctor en Ciencias Sociales (UNICAMP, Brasil); profesor e investigador de la
Universidad Nacional de Quilmes (UNQ); e Interventor de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), Argentina.
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El narcotráfico comprende el conjunto de manera directa o indirecta un beneficio
acciones delictivas cometidas por un gru- económico o material.
po organizado a los efectos de producir, 3
Para abordar un cuadro de situación
fabricar, extraer, preparar, almacenar, aproximado de la producción, tráfico y
transportar, distribuir, comercializar, en- consumo de drogas ilegales en el mundo y
tregar, suministrar, aplicar y/o facilitar en América Latina, véase: United Nations
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Para un buen análisis de las nuevas for-
mas de marginalidad urbana en Estados
Unidos y Francia, las que guardan una
analogía fenomenológica a lo acontecido en
las grandes urbes latinoamericanas, véa-
se: Wacquant, Loïc, “Los condenados de la
ciudad. Guetos, periferias y Estado”, Siglo
XX Editores, Bs. As., 2007, pp. 40 y ss.
El crimen organizado en el Cono Sur y Brasil: tendencias y respuestas
22 En esa magnificación también suelen incurrir los voceros o jefes de las fuer-
zas de seguridad y policiales a los efectos de solicitar al poder político un
El crimen organizado en el Cono Sur y Brasil: tendencias y respuestas Las estrategias
de control de la
criminalidad
organizada no
constituyen un
aumento indiscriminado y masivo de recursos fi- asunto exclusiva ni
nancieros y humanos o de ocultar las grandes de- predominantemente
ficiencias que pesan sobre sus instituciones o los
extendidos bolsones de corrupción que operan policial sino que
bajo sus mandos. Y, por el otro lado, constituye configuran una
un impedimento para que las problemáticas de la cuestión política
criminalidad organizada sean incorporadas en la
agenda gubernamental de seguridad pública como
que debe ser
un asunto prioritario. definida, abordada
Asimismo, ello favorece que los organismos de y formulada por
seguridad de los Estados Unidos terminen constru- las autoridades
yendo e imponiendo un cuadro de situación y un
conjunto de estrategias sobre la problemática de la
gubernamentales.
criminalidad organizada, de acuerdo a sus propios
intereses y perspectivas, los que no siempre son convergentes con las políti-
cas y la situación real de países de la subregión10. Nada de ello ocurriría, por
cierto, si los gobiernos locales no fuesen tan indiferentes ante los asuntos de
seguridad pública ni tan permisivos para articular relaciones interinstitucio-
nales no asentadas en la necesaria reciprocidad, y si las instituciones policia-
les locales, o algunas de sus secciones, no fuesen tan proclives a establecer
una relación de dependencia y subordinación ante las diferentes agencias
norteamericanas, todo ello alentado por la ayuda económica, financiera y/o
material prometida o efectivizada.
En segundo lugar, estos países no poseen una dependencia superior del
gobierno que concentre, por un lado, las responsabilidades de formulación de
las políticas y estrategias de control de la criminalidad organizada y, por otro
lado, las labores de conducción del sistema institucional encargado de su im-
plementación, especialmente, en materia de seguridad pública e intervención
policial. Como cualquier otro aspecto de la seguridad pública, las estrategias
de control de la criminalidad organizada no constituyen un asunto exclusiva
ni predominantemente policial sino que configuran una cuestión política que
debe ser definida, abordada y formulada por las autoridades gubernamenta-
les. Sin embargo, los países de la subregión no poseen un organismo especia-
lizado que sirva de instancia de conducción del sistema institucional y policial
abocado a ese conjunto de labores. Tampoco han conformado un dispositivo
policial unificado y especializado en el control de la criminalidad organizada,
lo que, entre otras cosas, ha dado lugar a una pronunciada fragmentación ins-
titucional reflejadas en la tendencia histórica por la cual cada fuerza o cuerpo
policial –en Argentina, Chile, Paraguay y Brasil– o cada sector o agrupamiento 23
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En materia de narcotráfico, esta tenden-
cia puede apreciarse bien en el accionar de
la Drug Enforcement Agency (DEA) de los
Estados Unidos en la subregión.
Marcelo Fabián Sain
de una misma institución policial –en Uruguay– formula e implementa sus pro-
pias estrategias y/o acciones de conjuración de la criminalidad organizada.
Estos vacios institucionales se inscriben en el marco de un proceso ins-
titucional de mayor alcance. En efecto, durante las últimas décadas, en los
países del Cono Sur y en Brasil, el signo característico de su situación ins-
titucional en la materia ha sido el recurrente desgobierno político sobre los
asuntos de la seguridad pública, en cuyo contexto las sucesivas y diferen-
tes autoridades gubernamentales delegaron a las agencias policiales el mo-
nopolio de la dirección y de la administración de la seguridad pública. Es
decir, ésta configuró una esfera institucional exclusivamente controlada y
gestionada por las policías sobre la base de criterios, orientaciones e instruc-
ciones autónoma y corporativamente definidas y aplicadas sin intervención
determinante de otros organismos públicos no-policiales. En consecuencia,
la dirección, administración y control integral de los asuntos de la seguridad
pública y, entre ellos, del control de la criminalidad organizada, así como la
organización y el funcionamiento del sistema policial quedaron en manos de
las propias agencias policiales, generando así una suerte de policialización
de la seguridad pública.
En Brasil, Paraguay y, en menor medida, en Uruguay este proceso, ade-
más, ha supuesto también la firme tendencia a incorporar a las Fuerzas Ar-
madas en el denominado “combate al crimen organizado”, todo ello alentado
por las deficiencias del sistema policial en las labores conjurativas de esas
problemáticas así como por el impulso del US Southern Command de los Es-
tados Unidos y sus representantes en los grupos militares de las respectivas
embajadas norteamericanas.
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El crimen organizado en el Cono Sur y Brasil: tendencias y respuestas
Excursus
28 dades delictivas complejas pero que son de carácter local y que, si bien, pue-
den mantener y reproducir interacciones fluidas con redes y organizaciones
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Becucci, Stefano y Massari, Mónica, Crime...”, op.cit.
“Globalizzazione e criminalità”, Editori 16
Oficina de las Naciones Unidas contra la
Laterza, Roma, 2003, pp. 78-82. Droga y el Delito, “Convención de las Na-
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Véase: Virgolini, Julio, “Crímenes excelen- ciones Unidas contra la Delincuencia Or-
tes. Delitos de cuello blanco, crimen, orga- ganizada Transnacional…”, op.cit. Véase:
nizado y corrupción”, Editores del Puerto, Becucci, Stefano y Massari, Mónica, “Glo-
Buenos Aires, 2004, caps. 5 y 6. balizzazione e criminalità”, Editori Later-
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Castle, Allan, “Transnational Organized za, Roma, 2003.
El crimen organizado en el Cono Sur y Brasil: tendencias y respuestas
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Para un estudio general de la cuestión del antecede en muchas décadas a la efectivi-
lavado de dinero, véanse: Blanco Cordero, zación de los primeros acuerdos y mecanis-
Isidoro, “El delito de blanqueo de capita- mos internacionales destinados a prevenir
les”, Aranzadi Editorial, Pamplona, 1997; y controlar el lavado de capitales de estas
Fabián Caparrós, Eduardo, “El delito de organizaciones. Sin embargo, fue recién en
blanqueo de capitales”, Editorial Colex, los últimos años que la criminalidad orga-
Madrid, 1998; y Álvarez Pastor, Daniel y nizada adquirió un desempeño transnacio-
Eguidazu Palacios, Fernando, “La preven- nal de envergadura y pasó a constituir una
ción del blanqueo de capitales”, Aranzadi actividad generadora de alta rentabilidad
Editorial, Pamplona, 1998. en el plano global. A partir de los años 70,
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Las finanzas ilegales y, en particular, el la acumulación de capitales de origen ilí-
lavado de activos generados a través de ac- citos contribuyó a conformar esferas “au-
tividades delictivas diversas pasó a consti- tónomas” del sistema financiero y econó-
tuir una cuestión prioritaria en la agenda mico internacional y a condicionar áreas
de seguridad internacional cuando podero- sensibles que, en su conjunto, consiguieron
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sas organizaciones criminales de carácter escapar al control directo e indirecto de
transnacional comenzaron a controlar por- los gobiernos y de los organismos de re-
ciones importantes del circuito financiero gulación interestatal, tanto de los países
y económico internacional y, en especial, centrales como de los países de economía
cuando determinados aspectos del sistema emergente y en el resto de la comunidad in-
financiero y económico, básicamente de los ternacional. Las acciones terroristas del 11
países centrales, comenzaron a ser utiliza- de septiembre del 2001 en Estados Unidos y
dos en forma sistemática y masiva por esas la evidencia de que el financiamiento de las
complejas organizaciones para lavar los actividades preparatorias de los mismos se
recursos ilegalmente producidos. La cri- valió tanto de mecanismos lícitos como ilí-
minalidad organizada con capacidad para citos, han colocado al terrorismo transna-
generar cuantiosos beneficios existe desde cional como un usuario de los mencionados
tiempos remotos y su transnacionalización circuitos económicos-financieros.
Marcelo Fabián Sain
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Reinares, Fernando, “Terrorismo y anti-
terrorismo”, Paidós, Barcelona, 1998, p. 16.