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HAY MUCHAS FORMAS DE ALABAR TU NOMBRE

La naturaleza expresiva de alabanza, no se puede callar, brota desde el corazón, movida


por el Espíritu Santo e involucra todo nuestro ser, moviéndonos a cantar, levantar las
manos, aclamar y danzar para nuestro Señor:

La aclamación.-Es una de las manifestaciones más comunes de alabanza en nuestros


grupos de oración y comunidades. Aclamamos a Dios al iniciar la asamblea en medio de
cánticos de alabanza al decirle ¡Gloria Dios ¡Aleluya! Aclamamos a Dios cuando en
medio de la oración de alabanza pronunciamos a viva voz ¡Santo! ¡Bendito seas!
¡Alabado seas! ¡Hosanna!; cuando expresamos con fuerte voz todo lo que Él es en nuestras
vidas: ¡Mi Salvador! ¡Mi Rey! ¡Mi Señor! ¡Mi Amigo Fiel! ¡Mi Buen Pastor! ¡Mi Señor de la
Misericordia! Y otras expresiones que expresan el amor que tenemos para Él en nuestros
corazones.
La Palabra de Dios nos invita a “Aclamar a Dios con voz de júbilo (Sal 47,1; Sal 66,1; Sal
81,1; Sal 98,4-6). La palabra hebrea “Hilel” de donde procede la palabra Aleluya significa
gritar en voz alta o dar un grito de alegría. Se debe alabar al Señor de forma que los demás
lo oigan. La alabanza no es alabanza hasta que no se exprese en voz alta (Salmo 26,7).
Cuando proclamamos todos juntos con fuerte voz lo que Dios es, entonces
podemos decir que la oración de la asamblea está experimentando un momento de
alabanza comunitaria. Estas aclamaciones de alabanza no solamente deben dirigirse al
Padre y al Hijo sino que también deben dirigirse a la persona del Espíritu Santo, Él
como tercera persona de la Santísima Trinidad merece también ser aclamado y alabado en
todas las formas posibles. Y más aún nosotros miembros de esta Corriente de Gracia
suscitada por el Espíritu Santo no debemos dejar de alabarlo.
En medio de nuestras oraciones comunitarias y en todo momento en el que se levanta la
alabanza en nuestras asambleas debemos aspirar a renovar constantemente nuestras
aclamaciones de alabanza evitando que se vuelvan monótonas, repetitivas y poco
inspiradas. Debemos procurar avanzar mas allá de un ¡Alabado seas! de un ¡Bendito
seas! o del ¡Gloria a Dios¡ y el ¡Aleluya! buscando nuevas expresiones de amor y
reconocimiento para Aquel que lo es todo para nosotros. Para lograr esta renovación
de nuestras expresiones de alabanza debemos alimentarnos del Pan de la Palabra de
Dios, pues ahí están escritas todas las expresiones con las cuales se reconoce al Padre,
al Hijo y al Espíritu Santo; títulos y denominaciones muy variados y numerosos que
sin embargo resultan aún insuficientes para reflejar todo lo que Dios es, pero que fueron
pronunciados por corazones que al igual que nosotros tuvieron una experiencia de Dios
y que pueden contribuir a enriquecer nuestras aclamaciones de alabanza. Dentro de
todos los libros de la Biblia el libro de los Salmos es especialmente rico en alabanzas
y debe ser uno de los libros favoritos para aquellos que anhelan siempre tener
una alabanza en los labios para su Dios. Otras fuentes muy ricas en expresiones
de alabanza son el Catecismo de la Iglesia Católica, las encíclicas, los libros escritos
por los santos y demás documentos de la Iglesia.
Nosotros somos los continuadores del Nuevo Testamento, debemos tomar las riquezas
de alabanza ya escritas en la Palabra de Dios, apropiarnos de ellas, escribirlas en
nuestro corazón y con la asistencia del Ayudador multiplicarlas para honra de nuestro
Dios que está vivo y que anhela escuchar resonar en medio de su pueblo los salmos de
los Apóstoles del Espíritu Santo de estos tiempos.

Levantar las manos.- Es una de las maneras más características de alabanza que
acompaña a las aclamaciones y los cantos. Es tan común entre los miembros de la
Renovación Carismática Católica que se nos identifica como los “hermanitos que
siempre levantan las manos”. Sin embargo el levantar las manos no nace con el
movimiento carismático, es una forma bíblica de alabanza, ésta expresión física es
hallada en numerosos pasajes de la Palabra de Dios: Neh 8,6; Sal 28,2; Sal. 63,4; Sal
134,2; 1 Tim 2,8.
¿Alguna vez se ha preguntado por qué la Biblia dice que se levanten las manos al
Señor?. Aquí presentamos algunas de las razones por las que levantamos las manos:
Una primera razón es que al alzar las manos expresamos nuestro amor como un
niño que va al encuentro de su padre como diciéndole levántame Papá, abrázame,
quiero estar cerca de ti.
Cuando estamos con los brazos levantados nos sentimos vulnerables e indefensos
como representando que queremos abrir el corazón y la vida a la acción de su
Espíritu Santo; es no ponerle condiciones, es no ponerle reparos, es como bajar
las defensas y darle acceso al Señor a lo más recóndito de nuestro ser recibiendo
simbólicamente todo lo que Él quiere derramar en nuestro ser.
Otra razón para levantar las manos es que cuando tenemos los brazos en alto nos
podemos concentrar mejor en la tarea de la oración y nuestra mente se distrae
menos con cosas impertinentes.
Es labor nuestra cultivar este hermoso gesto de levantar las manos al dirigirnos a nuestro
Dios en medio de nuestras oraciones, nuestros cantos y en medio de nuestros momentos
de alabanza y adoración. De esta manera ayudaremos a nuestro espíritu a mantener
una actitud de niño, que todo lo espera y se entrega sin reparos a la acción amorosa
del Espíritu de Dios.

Posición de pie.- El permanecer de pie es otra de las formas bíblicas de alabanza:


2Cor 5,12; Sal 135,2; Ap 4,9-11. La posición de pie desempeña dos funciones importantes
en medio de la alabanza:
La primera tiene que ver con el respeto, como cuando entra un Rey en un recinto una
manera de manifestarle respeto y consideración es permanecer de pie. En la escena
de la adoración celestial del Apocalipsis, el Rey está sentado en el trono y todos los
demás están de pie alrededor.
La segunda función de la posición de pie es para indicar que estamos atentos.
Algunas veces al sentarnos nuestra capacidad de concentrarnos disminuye, nuestra
mente se dispersa y nos distraemos con facilidad. La mente es ese campo de batalla
donde el enemigo se deleita con distraernos poniéndonos a pensar en nuestras
preocupaciones y problemas.
Cuando la alabanza es vibrante y gozosa uno no quiere sentarse, cuando la alabanza es
mecánica y repetitiva todos quieren refugiarse en sus asientos. El estar de pie acompaña
muy bien a una alabanza intensa ya que todos se sienten estimulados a permanecer alerta
y contribuir a la alabanza.

Aplaudir.- Otra forma común de alabanza es darle aplausos al Señor (Salmo 47,1).
Es importante que los aplausos nazcan desde el corazón para que asciendan como una
aclamación gozosa hacia el Señor y no quede como una simple manera d e unirse a la
asamblea para no desentonar. En ocasiones el palmotear llevando el compás de un canto
se convierte en un lazo que aprisiona las manos y les quita la oportunidad de moverse y
levantarse libremente en alabanza hacia el Señor.
Cuando el corazón rebosa de alabanza para Dios, la reacción humana normal es expresar
esa alabanza con gritos de alegría y aplausos. Sin embargo, hay que tener cuidado de
que los aplausos en la alabanza constituya más que solo ruido e imitación de lo que los
demás hacen y se convierta en una reacción profunda de reconocimiento desde el
corazón hacia Dios.

Canto de Alabanza.- Es otra de las formas características de expresar las alabanzas. En


nuestros grupos de oración hemos aprendido a cantar de manera festiva la alabanza, a
cantar en medio de nuestras oraciones: al alabar, al pedir perdón, al pedir la asistencia del
Espíritu Santo, a cantar en la adoración. Es por eso que decimos que el canto es una
de los valores más característicos de nuestras reuniones en nuestros grupos de
oración y comunidades. La Palabra de Dios está llena de pasajes que se refieren al canto
y la música. Uno de los pasajes más hermosos es la historia de David quien cantaba para
que el corazón de Saúl se llene calma y paz (1Sam 16, 14-23). Fue el mismo David,
quien conocedor del poder del canto y la música, dispuso que toda una tribu, los levitas, se
consagraran al servicio en el templo cantando alabanzas delante del Arca de la Alianza las
veinticuatro horas del día (1Cr 15, 2-16; 16,4)
Pero ¿Por qué cantamos tanto? ¿Porqué simplemente no expresar las alabanzas con
aclamaciones o simplemente levantando las manos de pie? ¿Por qué hay que cantarla?.
La respuesta está en el poder de la música:
Supóngase que se aclama a Señor diciendo ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya!.
Ahora imagine lo que pasa cuando se canta esa aclamación sencilla de Aleluya con
una hermosa melodía: el corazón se eleva al Señor y el Espíritu se conmueve en la
presencia del Señor. Ya lo decía San Agustín: El cantar es orar dos veces.
Un canto de alabanza es una experiencia por encima de lo racional en la que uno
más uno es igual a tres: las palabras y la música juntas son igual a algo más que
palabras y música. Las palabras de la canción pueden ser muy significativas pero
cuando van acompañadas de la melodía adecuada el mensaje de la canción ingresa
directo a las profundidades de nuestra alma saltando incluso las barreras que le
ponga nuestra mente alborotada.
Una forma muy especial de canto de alabanza es el canto en lenguas. Se puede
experimentar una liberación muy grande cuando expresamos las alabanzas cantando
directamente desde nuestro espíritu hacia Él. Este don no es solamente para aquellos
que tienen buena voz es para todo aquel que quiera entrar en las profundidades de la
alabanza de corazón a corazón. Hay que pedir este hermoso don que nos permite,
guiados por el Espíritu Santo, comunicarnos como niños de pecho con nuestro Señor en
una lengua única, con una melodía personal e íntima con Aquel que más amamos.

Danza.- La alabanza debe ser expresada de todas las formas posibles. La alabanza
que no es audible debe ser visible. La alabanza puede ser una expresión oral o puede
expresarse con el resto del cuerpo. Por eso decimos que la danza también es una forma
apropiada de alabanza tal como se expresa en las Sagradas Escrituras: Ex15, 20-21; Sal
30,11; Sal 149,3; Hch 3,8.
El valor de la danza está en la acción física que exige; requiere que se ponga a un lado
las inhibiciones y se haga uso de todo el cuerpo. A veces es necesario iniciar una acción
física para facilitar una acción espiritual. La meta es la acción espiritual pero a veces no
se logra hasta que se ponga en acción al cuerpo; de allí viene el valor de levantar las
manos, la inclinación, la danza. David danzaba delante del Señor con mucho ánimo
porque era la única manera de poder expresar a plenitud lo que había en su corazón
(1Cr 15, 27-29). El hombre es una criatura física, un espíritu encarnado y nuestro
Creador se complace cuando sus hijos lo alaban con todo su ser: espíritu, alma y cuerpo.
Hermanos somos bendecidos al tener muchas formas de expresar nuestra
alabanza a Dios. Nuestra Renovación Carismática Católica es rica en expresiones
de alabanza. En nuestros grupos de oración y comunidades la alabanza a nuestro
Señor no tiene límites si es que somos inspirados por el Espíritu Santo.
Cultivemos pues las formas bíblicas de alabanza y en base a esa riqueza
heredada y de la mano de nuestra Santa Iglesia Católica hagamos que en
estos tiempos resuene una alabanza poderosa y renovada que haga realidad hoy
mas que nunca la promesa de que DIOS HABITA ENTRE LAS ALABANZAS DE SU
PUEBLO.
Coordinación Nacional de la RCC del Perú
Proyecto: Escuela Nacional de Alabanza Seminario de Alabanza y Adoración
APLICACIÓN VIVENCIAL DEL TEMA
A continuación se propone una serie de actividades que complementarán el desarrollo
del tema. El equipo de servicio deberá estar atento a lo que el Espíritu Santo inspire para
enriquecer y complementar estas actividades propuestas.
Actividades a desarrollar
Actividad 1: A nivel personal:
1. Después de leer la lista de expresiones de alabanza que se adjunta al final:
Cada hermano escogerá dos expresiones que le suenen nuevas de la lista,
Buscará la cita respectiva profundizando en el pasaje en el que fue pronunciada.
Luego memorizará esas dos nuevas expresiones para ser utilizadas en la oración
comunitaria del grupo de oración.
Cada semana pensará como mínimo dos expresiones nuevas de alabanza para
el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo anotándolas al final de la lista y enriqueciendo su
propia lista y haciendo de la lista su listado personal de expresiones de Alabanza
Actividad 2: A nivel comunitario
Se iniciará un momento de alabanza al Señor con las expresiones que más resuenen en
el corazón, todo guiado por el Espíritu Santo. Se utilizarán todas las manifestaciones
mencionadas: aclamaciones, manos levantadas, puestos de pie, aplausos, cantos,
danzas, será una alabanza al Señor con mucha fuerza y gozo.
Actividad 3: Tarea para la semana a nivel personal
1. En casa se realizarán las siguientes tareas:
a. Oración personal acentuando las diferentes manifestaciones de alabanza cada día
(aclamaciones, manos levantadas, puestos de pie, aplausos, cantos, danzas), se
puede hacer una por día o todas a la vez, como lo inspire el Espíritu Santo.
A continuación se presenta una lista de expresiones de alabanza a Dios Padre, Hijo y
Espíritu Santo. Esta lista fue tomada, revisada y actualizada de la lista original que aparece
en el folleto de bolsillo “Alabanza” de Pepe Prado:
EL PADRE
Abbá Rom 8,15 Dios y Padre 2Co 1,3
Alcázar Fuerte Sal 71,3 Dueño de toda la tierra Sal 97,5
Alfa y Omega Ap 1,8 El Altísimo Lc 1,35
Almena Sal 84,12 El Bienaventurado 1Tim 6,15
Altísimo He 7,48 El Bueno Mt 19,17
Amor 1Jn 4,8 El Cuerno de la Salvación Sal 18,18
Apoyo Sal 18,19 El Dueño de la Mies Mt 9,38
Aquel que era, que es y que Ap 1,8 El Fuerte Sal 24,8
Autor de Salvación Sal 74,12 Elí Mt 27,46
Bendito Mc 14,61 El Labrador Jn 15,1
Bueno Mt 19,17 El que es, era y será Ap 1,8
Celestial Mt 15,13 El Salvador 1Tim 4,10
Clemente Sal 86,15 El Todopoderoso Ap 4,8
Cobijo Sal 32,7 El Único Señor Mc 12,29
Compasivo Stgo 5,11 El Único que posee la 1Tim 6,16
Digno de alabanza Sal 18,4 El Valiente Sal 24,8
Dios Ef. 1,3 Es bueno con los ingratos y Lc 6,35
Dios Altísimo Lc 8,28 Es más que todos Jn 10,29
Dios Bienaventurado 1Tim 1,11 Espíritu Jn 4,24
Dios Bendito Rom 9,5 Es Uno con Cristo Jn 10,30
Dios con ellos Ap 21,3 Está en los cielos Mt 6,9
Dios de Abraham, Isaac y de Mt 22,32 Está en nosotros Jn 14,23
Dios de Israel Lc 1,68 Está en todos Ef. 4,6
Dios de la Gloria Sal 29,3 Está por todos Ef. 4,6
Dios de la Paz Rom 15,33 Está sobre todos Ef. 4,6
Dios de la Verdad Sal 31,6 Eterno Rom 16,26
Dios del Amor 2Cor 13,11 Excelso Sal 97,9
Dios de los Cielos Sal 136,26 Fiel 1Co 1,9
Dios de los dioses Sal 50,1 Fortaleza Sal 46,2
Dios de los gentiles Rom 3,29 Fuego Devorador Heb 12,29
Dios de los judíos Rom 3,29 Grande Sal 35,27
Dios de mi Salvación Sal 18,47 Guardián Sal 121,3
Dios de mis padres He 24,14 Guardián de Israel Sal 121,4
Dios de nuestro Señor Ef. 1,17 Inmortal 1Tim 1,17
Dios de nuestros padres He 22,14 Indulgente Sal 86,5
Dios de toda consolación 2Co 1,3 Invisible Col 1,15
Dios de vivos Mt 22,32 Juez Universal Heb 12,23
Dios Eterno Rom 16,26 Justo Jn 17,25
Dios Inmortal 1Tim 1,17 Labrador Jn 15,1
Dios Invisible 1Tim 1,17 La parte de mi herencia y de mi Sal 16,5
Dios Justo Sal 7,10 La Peña en que me amparo Sal 18,3
Dios que todo me lo ha hecho Sal 57,3 Luz 1Jn 1,5
Dios Único 1Tim 1,17 Mi Alegría Sal 43,4
Dios Vivo Mt 16,16 Mi Altura inexpugnable Sal 18,3
Dios y Padre de todos Ef. 4,6 Mi Auxilio Sal 27,9
Dueño Sal 114,7 Mi Baluarte Sal 18,3
Mi Cántico Sal 118,14 Roca Sal 18,32
Mi Ciudadela Sal 62,3 Sadday Sal 68,15
Mi Cobijo Sal 142,6 Salvador de Refugiados Sal 17,7
Mi Dios Fil 1,3 Santo Jn 17,1
Mi Dios que alumbra mis tinieblas Sal 18,28 Santo de Israel Santo, Sal 71,22
Mi Escudo Sal 18,3 Santo, Santo Socorro Ap 4,8
Mi Esperanza Sal 71,5 Señor nuestro Sal 63,8
Mi Fortaleza Sal 18,2 Señor del Cielo y de la Tierra Sal 8,2
Mi Fuerza Sal 28,7 Mt 11,25
Mi Gloria Sal 3,4 Señor de los Ejércitos Stgo 5,4
Mi Justiciero Sal 4,2 Señor de los Señores 1Tim 6,15
Mi Lámpara Sal 18,29 Señor de todas las naciones Sal 82,8
Mi Liberador Sal 18,3 Señor de Israel Todopoderoso Lc 1,68
Mi Luz Sal 27,1 Tutor de viudas Ap 4,8
Mi Pastor Sal 23,1 Único Sal 68,5
Mi Redentor Sal 19,15 Único Bueno 1Tim 1,17
Mi Refugio Sal 18,1 Mt 19,17
Mi Rey Sal 5,3 Único Padre Mt 23,9
Mi Salvación Sal 27,1 Único Sabio 1Tim 1,17
Mi Salvador Sal 18,2 Único Soberano 1Tim 6,15
Mi Socorro Sal 63,7 Veraz Jn 3,33
Misericordioso Lc 6,36 Padre Todopoderoso Ap 4,8
Padre Jn 11,41 Pastor de Israel Sal 80,2
Padre Celestial Mt 5,45 Perfecto Mt 5,48
Padre de Jesús Mt 26,39 Poderoso Rom 4,21
Padre de la Gloria Ef. 1,17 Recto Sal 25,8
Padre de las Luces Stgo 1,17 Redentor Sal 19,15
Padre de las Misericordias 2Co 1,3 Refugio Sal 46,2
Padre de los Espíritus Heb 12,9 Rey Sal 44,5
Padre de los huérfanos Sal 68,6 Rey de la Gloria Sal 24,9
Padre de Nuestro Señor Jesucristo Ef. 1,3 Rey de los Siglos 1Tim 1,17
Padre de todos Ef. 4,6 Rey de Reyes 1Tim 6,15
Padre Justo Jn 17,25 Rey Grande Sal 47,3
Padre Santo Jn 17,11 Rico en Amor y Fidelidad Sal 86,15

EL HIJO
Alfa Ap 1,17 El Santo He 3,14
Amado Mt 12,18 El Santo de Dios Mc 1,24
Amén Ap 3,14 El Veraz Ap 3,7
Amigo de publicanos y pecadores Mt 11,19 El Verdadero 1Jn 5,20
Apóstol Heb 3,1 El Viviente Lc 24,5
Bendito Mt 23,39 Espíritu que da vida 1Co 15,45
Bueno Jn 7,12 Esposo 2Co 11,2
Buen Pastor Jn 10,11 Expiación por nuestros pecados 1Jn 4,10
Cabeza de la Iglesia Col 1,18 Emanuel Mt 1,23
Cabeza del Cuerpo Col 1,18 Fiador de la Nueva Alianza Heb 7,22
Cabeza de todo hombre 1Co 11,3 Fiel y veraz Fin de Ap 19,11
Cabeza de toda potestad Col 2,10 la Ley Fuerza de Rom 10,4
Cabeza suprema de la Iglesia Ef. 1,22 Dios Fundamento 1Co 1,24
Camino Jn 14,6 Gran Dios 1Co 3,11
Compasivo Stgo 5,11 Guardián Heredero Ti 2,13
Cordero de Dios Jn 1,29 Heredero de todo 1Pe 2,25
Cordero Pascual 1Co 5,7 Lc 20,14
Coronado de gloria y honor Heb 2,9 Heb 1,2
Cristo Mt 16,16 Hijo 2Jn 9
Cristo Rey Lc 23,2 Hijo Amado Mc 9,7
Dios Jn 20,28 Hijo de Abraham Mt 1,1
Dios con nosotros Mt 1,23 Hijo de David Mt 1,1
Dios Salvador nuestro Ti 2,13 Mc 1,1
Hijo de Dios
Dueño 2Pe 2,1 Mt 16,16
Hijo de Dios vivo
El Amado Ef. 1,6 Ap 1,13
Hijo de hombre
El Cristo de Dios Lc 9,20 Jn 6,42
Hijo de José
El Cristo del Señor Lc 2,26 Hijo del Altísimo Lc 1,32
El Elegido Lc 23,35 Hijo del Bendito Mc 14,61
El Elegido de Dios Jn 1,34 Hijo del Hombre Mt 8,20
EL Engendrado de Dios 1Jn 5,18 Hijo del Padre 2Jn 3
El Fin Ap 22,13 Hijo de María Mc 6,3
El Fundamento 1Co 3,11 Hijo de su Amor Col 1,13
El Gran Pastor de ovejas Heb 13,20 Lc 2,7
Hijo Primogénito
El Hijo 2Jn 9 Jn 1,14
Hijo Único
El Justo 1Pe 3,18 Hombre nuevo Ef. 2,5
El Libertador Rom 11,26 Humilde Igual a Dios Mt 11,29
El mismo ayer, hoy y siempre Heb 13,8 Imagen de Dios Jn 5,18
El Pastor He 7,37 Imagen de Dios invisible 2Co 4,4
El Primero Ap 22,13 Impronta de su esencia Col 1,15
El Primero y el último Ap 1,17 Incontaminado Heb 1,3
El Principio Col 1,18 Inocente Heb 7,26
El Principio de las creaturas de Dios Ap 3,14 Heb 7,26
El Principio y el Fin Ap 22,13 Instrumento de propiciación Rom 3,25
El Profeta He 7,37 Jefe He 5,31
El Retoño Ap 22,16 Jefe que lleva a la vida He 3,15
El Santificador Heb 2,11 Jesucristo Mc 1,1
Jesús Mt 1,1 Piedra viva 1Pe 2,4
Jesús de Nazaret Mc 1,24 Poder de Dios 1Co 1,24
Juez Stgo 5,9 Poderoso Lc 24,19
Juez de vivos y muertos He 10,42 Precursor Heb 6,20
Justo He 7,52 Primicia 1Co 15,20
La Gloria de Dios 2Co 4,6 Primogénito Jn 1,18
La Promesa He 13,23 Primogénito de toda la creación Col 1,15
La Vida Eterna 1Jn 1,2 Primogénito entre los muertos Col 1,18
León de la Tribu de Judá Ap 5,5 Príncipe de los pastores 1Pe 5,4
Libertador Rom 11,26 Principio Sal 1,18
Lucero Radiante del Alba Ap 22,16 Principio de las creaturas de Dios Ap 3,14
Luz Jn 12,46 Propiciatorio Rom 3,25
Luz de la Altura Lc 1,78 Profeta Jn 4,19
Luz del mundo Jn 8,12 Profeta poderoso Lc 24,19
Luz Verdadera Jn 1,9 Puerta Jn 10,9
Maestro Mt 8,19 Puerta de las ovejas Jn 10,7
Maestro Bueno Mc 10,17 Rabbí Mt 26,25
Manso Mt 11,29 Rabboní Jn 20,16
Mediador Gal 3,19 Redentor He 7,35
Mediador de la Nueva Alianza Heb 9,15 Resplandor de la Gloria de Dios Heb 1,3
Médico Lc 4,23 Resurrección Jn 11,25
Mesías He 2,36 Retoño de David Ap 5,1
Mi Dios Jn 20,28 Retoño de José Rom 15,12
Mi Señor Jn 20,28 Rey Mt 21,5
Misericordioso He 2,17 Rey de Israel Mc 15,32
Nazareno Mt 2,23 Rey de los judíos Mt 27,37
Nombre sobre todo nombre Fil 2,9 Rey de Reyes Ap 19,16
Nuestra justificación 1Co 5,7 Salvador Ti 2,13
Nuestra Paz Ef. 2,14 Sabiduría de Dios 1Co 1,24
Nuestra Redención 1Co 1,30 Sacerdote Heb 7,17
Nuestra Santificación 1Co 1,30 Salvador del mundo Jn 4,42
Nuestro Cordero Pascual 1Co 5,7 Santificador Heb 2,11
Omega Ap 21,6 Santo He 3,14
Palabra de Dios Ap 19,13 Santo de Dios Jn 6,69
Palabra de Vida 1Jn 1,1 Servidor He 4,27
Pan de Dios Jn 6,33 Señor He 2,36
Pan de Vida Jn 6,35 Señor de los señores Ap 19,16
Pan que ha bajado del cielo Jn 6,41 Señor Dios Ap 1,8
Pan Vivo Jn 6,51 Señor Jesucristo Fil 1,2
Paráclito 1Jn 2,1 Sí 2Co 1,19
Pastor Mt 26,31 Siervo Mt 12,18
Pastor y guardián 1Pe 2,6 Sumo Sacerdote Heb 3,1
Piedra He 4,11 Testigo Ap 1,5
Piedra angular 1Pe 2,6 Testigo fiel y veraz Ap 3,14
Piedra de tropiezo 1Pe 2,8 Ungido He 4,26
Piedra elegida 1Pe 2,4 Ungido con Espíritu Santo y con poder He 10,38
Piedra preciosa 1Pe 2,4 Último Ap 22,13
Único Mediador 1Tim 2,5 El que ha de regir a todas las naciones Ap 12,5
Único Señor 1Co 8,6 El que inicia y consuma la fe Heb 12,2
Verbo 1Jn 5,7 El que intercede Rom 8,34
Verbo de Dios Ap 19,13 El que llevó nuestras dolencias Mt 8,17
Verbo de Vida 1Jn 1,1 El que llevó nuestros pecados 1Pe 2,24
Verdad Jn 14,6 El que nos amó Rom 8,37
Verdadera vid Jn 15,1 El que resucitó Rom 8,34
Veraz Ap 3,7 El que tiene la llave de David Ap 3,7
Víctima de propiciación 1Jn 2,2 El que tiene las 7 estrellas Ap 3,1
Vid Jn 15,2 El que tiene los 7 espíritus de Dios Ap 3,1
Vida Jn 14,6 El que viene del Cielo Jn 3,31
Vida Eterna 1Jn 1,2 El que viene en Nombre del Señor Mc 11,9
Viviente Lc 24,5 El que vive Lc 24,5
Yo soy Jn 8,24 El que había de venir Rom 5,14
El que bautiza en el Espíritu Santo Jn 1,33 Está a la diestra de Dios He 7,56
El que Dios ha enviado Jn 3,34 Existe con anterioridad a todo Col 1,17
El que era, es y ha de venir Ap 1,4 Para El fueron creadas todas las cosas Col 1,16
El que está a la diestra de Dios Rom 8,34 Pasó haciendo el bien He 10.39
El que estuvo muerto y revivió Ap 2,8 Por El fueron creadas todas las cosas Col 1,16
ESPÍRITU SANTO
Amor Veni Creator Espíritu del Señor 2Cor 3,18
Autor de los siete dones Veni Creator Espíritu de Paz Letanías al E. Santo
Autor de todo bien Veni Creator Espíritu de Piedad Letanías al E. Santo
Brisa en el ardiente estío Veni Sancte Espíritu de Sabiduría Letanías al E. Santo
Caridad ardiente Letanías al E. Espíritu de Santidad Rom 1,4
Consolador Jn 14,16 Espíritu Eterno Heb 9,14
Dador de los dones Veni Sancte Espíritu Santificador Letanías al E. Santo
Dedo de la diestra paterna Veni Creator Espíritu Santo Jn 14,26
Descanso en la fatiga Veni Sancte Eterno Heb 9,14
Dios Jn 4,24 Fuego Veni Creator Spiritus
Don He 2,38 Fuente viva Veni Creator Spiritus
Don de Dios He 8,20 Fuerza de lo Alto Lc 24,49
Dulce huésped del alma Veni Sancte La Promesa He 2,39
Espiritual unción Veni Creator La Promesa del Padre He 1,4
Espíritu 1Jn 5,5 La Verdad 1Jn 5,6
Espíritu Consolador Letanías al E. Luz de los corazones Veni Sancte Spiritus
Espíritu Creador Veni Creator Luz Santísima Veni Sancte Spiritus
Espíritu de Amor Letanías al E. Padre de los pobres Veni Sancte Spiritus
Santo
Espíritu de Ciencia Letanías al E. Paráclito Jn 15,26
Santo
Espíritu de Consejo Letanías al E. Santo Heb 10,15
Espíritu de Cristo 1Pe 1,11 Señor 2Cor 3,17
Espíritu de Dios Rom 8,9 Único Espíritu 1Cor 12,9
Espíritu de Entendimiento Letanías al E. Verdad 1Jn 5,6
Espíritu de Fuerza Letanías al E. Consuelo en el llanto Veni Sancte Spiritus
Espíritu de Gracia Letanías al E. Principio de Resurrección Rom 8,11
Espíritu de la Verdad Jn 15,26 Principio de Nueva Vida Rom 8,12

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